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  • Un ventoso da otoal, un chico de doce aos est en una playa del grisocano Atlntico, al lado del silenciado parque de atracciones y el apagadopueblo de Alhambra. Jack ha llegado aqu empujado por las circunstancias:su padre ha fallecido, su madre est agonizando y nada tiene ya sentido.Pero para Jack todo est a punto de cambiar: ha sido elegido paraemprender un viaje a travs de los misteriosos Territorios Talismn, unade las obras de gnero fantstico ms elogiadas e importantes, es unaextraordinaria novela de iniciacin sobre la lealtad, el terror y lodesconocido. Jack Sawyer, en su desesperado intento de salvarle la vida asu madre, ha de buscar el talismn en aquel paisaje pico, hogar demonstruos e inocentes. El talismn es imprescindible, pero el viaje de Jacksignifica mucho ms que esto.

  • Stephen King & Peter StraubEl talismn

    Jack Sawyer - 1

  • Este libro es paraRuth King y Elvena Straub

  • Bien, cuando Tom y yo llegamos a la cumbre de la colina y nos asomamos paraver el pueblo, vimos centellear tres o cuatro luces, donde haba enfermos, tal vez;y sobre nosotros brillaban hermosas estrellas; y junto al pueblo haba al ro, decasi dos kilmetros de anchura, impresionante en su silencio y majestuosidad.

    MARK TWAIN, Huckleberry Finn

    Mi ropa nueva estaba toda llena de grasa y arcilla y yo me senta exhausto.MARK TWAIN, Huckleberry Finn

  • -I-

    Jack emprende un viaje

  • Captulo 1

    EL HOTEL Y LOS JARDINES DE LA ALHAMBRA

    1

    El 15 de septiembre de 1981 un muchacho llamado Jack Sawyer se hallabadonde convergen el agua y la tierra, con las manos en los bolsillos de suspantalones vaqueros, contemplando el sereno Atlntico. Tenia doce aos y eraalto para su edad. La brisa marina apartaba sus cabellos castaos, probablementedemasiado largos, de la frente noble y despejada. Permaneca all, pletrico delas emociones vagas y dolorosas que haba experimentado durante los tresltimos meses, desde que su madre cerrara su casa de Rodeo Drive, en LosAngeles, y en medio de un remolino de muebles, cheques y agentesinmobiliarios alquilara un apartamento en Central Park West. De aquelapartamento haban huido a este tranquilo lugar turstico de la minscula costa deNew Hampshire. El orden y la regularidad haban desaparecido del mundo deJack. Su vida pareca tan cambiante e incontrolada como las grandes olas quetena ante l. Su madre le haca viajar por el mundo, llevndole de un sitio a otro;pero por qu viajaba ella?

    Su madre hua, hua.Jack se volvi y contempl la playa desierta, primero a la izquierda y luego a

    la derecha. A la izquierda estaba el Divertimundo Arcadia, un parque deatracciones que funcionaba con gran estruendo desde el Da del Soldado hasta elDa del Trabajo. Ahora estaba vaco y silencioso, como un corazn entre doslatidos. La montaa rusa era un andamiaje contra aquel cielo nublado yuniforme y los soportes verticales y de ngulo como pinceladas hechas concarboncillos. All abajo estaba su nuevo amigo, Speedy Parker, pero elmuchacho no poda pensar ahora en Speedy Parker. A la derecha estaba el hotelJardines de la Alhambra, y hacia all se dirigieron inevitablemente suspensamientos. El da de su llegada Jack haba credo ver por un momento un arcoiris sobre el tejado a la holandesa, con buhardilla. Una especie de signo, unapromesa de cosas mejores. Pero no haba ningn arco iris. Una veleta giraba dederecha a izquierda, de izquierda a derecha, atrapada por un viento de costado.Se ape del coche de alquiler, haciendo caso omiso del deseo implcito de sumadre de que se ocupara del equipaje, y mir hacia arriba. Sobre el gallogiratorio de latn de la veleta slo haba un cielo plomizo.

    Abre el maletero y saca el equipaje, hij ito le llam su madre. Estaactriz vieja y destartalada quiere registrarse e ir a la caza de una copa.

    Un martini elemental contest Jack. No eres tan vieja , tenias que decir. Se apeaba del asiento con grandes

  • dificultades.No eres tan vieja.Le dedic una sonrisa radiante un vestigio de la antigua desenfadada Lily

    Cavanaugh (Sawyer), reina durante dos dcadas de las pelculas de la Clase By se enderez.

    Todo ir bien, Jacky dijo. Todo ir bien aqu. Es un buen lugar.Una gaviota vol sobre el tejado del hotel y durante un segundo Jack tuvo la

    inquietante sensacin de que la veleta haba levantado el vuelo.Nos abstendremos de contestar al telfono por un rato, en?Claro contest Jack.Ella quera esconderse de to Morgan, no deseaba ms disputas con el socio

    de su difunto marido, quera arrastrarse hasta la cama con un martini elementaly taparse la cabeza con la manta

    Mam, qu te pasa?.Haba demasiada muerte, el mundo estaba medio hecho de muerte. La

    gaviota grit desde arriba.Adelante, chico, adelante dijo su madre. Entremos en el bello y

    querido lugar.Entonces Jack pens: Por lo menos, siempre est to Tommy para ayudar en

    caso de que las cosas se pongan realmente peliagudas.Pero to Tommy ya haba muerto; slo que la noticia an estaba en el otro

    extremo de un montn de hilos telefnicos.

    2

    El Alhambra se adentraba en el agua, un gran casern Victoriano sobregigantescos bloques de granito que parecan confundirse casi sin fisuras con elbajo promontorio; un cuello de granito que se proyectaba aqu, en los escasoskilmetros de litoral de New Hampshire. Los jardines formales del lado posterioreran apenas visibles desde el ngulo de visin de Jack en la playa: un trozo de setoverde oscuro, esto era todo. El gallo de latn se recortaba contra el cielo,dividindolo en oeste y noroeste. Una placa anunciaba en el vestbulo que aqu,en 1838, se haba celebrado la Conferencia Metodista del Norte, la primera de lasgrandes reuniones abolicionistas de Nueva Inglaterra. Daniel Webster habahablado largo y tendido, con ardor e inspiracin. Segn la placa, dijo: A partirde este da, sabed que la esclavitud, como institucin americana, ha empezado adebilitarse y pronto morir en todos nuestros estados y territorios .

    3

  • As llegaron a aquel da de la semana anterior que haba puesto trmino a laagitacin de sus meses en Nueva York. En la Play a de Arcadia no habaabogados empleados por Morgan Sloat que saltaran de coches blandiendo papelesque deban firmarse, que deban archivarse, seora Sawy er. En Play a deArcadia los telfonos no llamaban desde las doce del medioda hasta las tres de lamadrugada (to Morgan pareca olvidar que los residentes de Central Park Westno vivan a la hora de California). De hecho, los telfonos de Play a de Arcadiano llamaban nunca.

    Mientras cruzaban la pequea localidad turstica su madre conduca con laconcentracin del miope, con los ojos entornados, Jack slo vio a una personaen las calles, un viejo loco que empujaba por la acera un carrito de compravaco. Sobre sus cabezas penda aquel cielo plomizo y gris, un cielo incmodo. Entotal contraste con Nueva York, aqu slo haba el constante sonido del viento, quesilbaba por las calles desiertas, demasiado anchas por la falta de trfico. Aqu sevean tiendas vacas con letreros en los escaparates que decan: ABIERTO SLOLOS FINES DE SEMANA o, an peor, NOS VEREMOS EN JUNIO! Haba cienplazas de aparcamiento vacas en la calle del Alhambra y mesas vacas en elSaln de T y Mermelada Arcadia, contiguo al hotel.

    Y viejos locos y desaliados empujando carritos de compras por las callesdesiertas.

    Pas las tres semanas ms felices de mi vida en este pintoresco lugar ledijo Lily al pasar de largo junto al viejo (que se volvi a mirarlos con temor ysuspicacia, murmurando algo que Jack no pudo entender) y tomando la curva dela avenida que cruzaba los jardines delanteros del hotel.

    Porque tal era la razn de que hubieran llenado maletas, maletines y bolsasde plstico con todas las cosas sin las que no podan vivir, cerrado con llave lapuerta del apartamento (sin hacer caso del estridente grito del telfono, quepareca penetrar por la cerradura y perseguirlos hasta el vestbulo); tal era larazn de que hubieran llenado el maletero y el asiento posterior del cochealquilado con su montn de cajas y bolsas y pasado horas en la cola de laautopista Henry Hudson, en direccin norte, y muchas ms horas ascendiendopor la 1-95: porque Lily Cavanaugh Sawy er haba sido una vez feliz aqu. En1968, el ao anterior al nacimiento de Jack, Lily fue nominada para un premio dela Academia por su papel en una pelcula titulada La hoguera. La hoguera fuemejor que la mayora de pelculas de Lily, en la cual pudo demostrar un talentomucho mayor del que haban revelado sus habituales papeles de chica mala.Nadie esperaba que Lily ganase y menos que nadie la propia Lily, pero para ellala frase hecha de que el verdadero honor est en la nominacin era la puraverdad; se senta honrada, profunda y genuinamente honrada y, para celebraraquel momento nico de autntico reconocimiento profesional, Phil Sawy er tuvoel acierto de llevarla a pasar tres semanas al hotel Jardines de la Alhambra, al

  • otro lado del continente, donde contemplaron la ceremonia de entrega de losOscars bebiendo champaa en la cama. (Si Jack hubiera tenido ms aos yocasin para preocuparse de ello, habra hecho la necesaria resta y descubiertoque el Alhambra haba sido el lugar de su principio esencial).

    Cuando se leyeron las nominaciones de las actrices secundarias, Lily, segnrezaba una leyenda familiar, haba gruido a Phil:

    Si gano ese cacharro y no estoy all, har el gorila sobre tu pecho con mistacones puntiagudos.

    Pero cuando gan Ruth Gordon, declar:Se lo merece, claro que s, es una chica estupenda. Y, propinando un

    puetazo a su marido en pleno pecho, aadi: Ser mejor que me busques unpapel como se si de verdad eres un agente de altos vuelos.

    Sin embargo, no hubo ms papeles como aqul. El ltimo de Lily, dos aosdespus de la muerte de Phil, fue el de una cnica ex prostituta en una pelculatitulada Los manacos de la motocicleta.

    Mientras sacaba el equipaje del maletero y del asiento de atrs, Jack saba queera aquel perodo el que Lily conmemoraba ahora. La maleta ms pesada habarasgado la de lona, desparramando por doquier un montn de calcetinesenrollados, fotografas sueltas, piezas de ajedrez, con el tablero, y revistas de tirascmicas. Jack consigui meterlo casi todo en los otros bultos. Lily suba despaciolos escalones del hotel, apoy ndose en la barandilla como una anciana.

    Avisar al botones dijo, sin volverse.Jack se enderez frente a las abultadas maletas y volvi a mirar hacia el

    cielo, donde estaba seguro de haber visto un arco iris. Sin embargo, no lo haba,slo aquel cielo extrao e inquietante.

    Entonces:Acrcate dijo alguien a sus espaldas con una voz tenue y perfectamente

    audible.Qu? pregunt, volvindose. Ante l se extenda la avenida y los

    jardines vacos.Qu dices? inquiri su madre, que se agarraba, encorvada, al picaporte

    de la gran puerta de madera.Nada contest Jack. No haba odo ninguna voz ni visto ningn arco iris.

    Los olvid y mir a su madre, que pugnaba por abrir la enorme puerta.Espera, vengo a ay udarte grit y subi corriendo las escaleras, acarreandotorpemente una gran maleta y una bolsa de papel llena de suters.

    4

  • Hasta que conoci a Speedy Parker, Jack vivi en el hotel tan inconsciente delpaso del tiempo como un perro dormido. Toda su vida le pareci como un sueodurante aquellos das, lleno de sombras y transiciones inexplicables. Ni quiera laterrible noticia sobre to Tommy, llegada por el hilo telefnico la noche anterior,le despert del todo, pese a su magnitud. Si Jack hubiera sido un mstico, podrahaber pensado que las otras fuerzas se haban apoderado de l y estabanmanipulando la vida de su madre y la suya propia. Jack Sawy er era, a los doceaos, una persona que necesitaba actividad y la pasividad silenciosa de aquellosdas, despus de la algaraba de Manhattan, le confundieron y desequilibraron deuna forma bsica.

    Jack se encontr solo en la playa sin recordar cmo haba ido hasta all, sintener idea de qu haca en aquel lugar. Supuso que estaba triste por la prdida deto Tommy, pero tena la sensacin de que su mente se haba echado a dormirdejando al cuerpo sin ay uda. No poda concentrarse lo bastante para comprenderel argumento de las comedias que l y Lily vean por la noche y menos anretener los matices de la ficcin en la cabeza.

    Ests cansado de tanto ir de un lado para otro dijo su madre, chupandocon fuerza el cigarrillo y mirndole a travs del humo con los ojos entornados.Debes relajarte un poco, Jack-O. ste es un buen lugar. Disfrutemos de lmientras podamos.

    Bob Newhart, que apareca ante ellos en la pantalla de color algo demasiadoroj izo, miraba con expresin pensativa un zapato que sostena en la manoderecha.

    Esto es lo que hago, Jacky sonri, relajarme y disfrutar.Jack mir el reloj . Haban pasado dos horas frente al televisor y no poda

    recordar nada de lo que haba precedido a este programa.Ya se iba a la cama cuando son el telfono. El bueno del to Morgan Sloat ya

    los haba encontrado. Las noticias de to Morgan no eran nunca muyemocionantes, pero por lo visto la de hoy era sensacional, incluso para su nivelacostumbrado. Jack se hallaba en el centro de la habitacin, observando cmo sumadre palideca cada vez ms y se llevaba la mano a la garganta, donde habanaparecido nuevas arrugas en los ltimos meses. No dijo casi nada hasta el final,cuando murmur: Gracias, Morgan , y colg. Entonces se volvi hacia Jack,con aspecto ms viejo y enfermo que nunca.

    Ahora tendrs que ser fuerte, Jacky, de acuerdo?Jack no se senta fuerte.Ella le cogi una mano y se lo dijo.Jack, to Tommy ha muerto esta tarde, atropellado por un coche.Profiri una exclamacin ahogada, como si le faltara el aliento.Cruzaba el bulevar La Cinaga cuando un camin se le ech encima. Hay

    un testigo que ha dicho que era negro y llevaba escritas en un lado las palabras

  • NIO SALVAJE, pero esto esto es todo.Lily empez a llorar. Un momento despus, casi sorprendido, Jack la imit.

    Todo aquello haba ocurrido haca tres das, que a Jack se le antojaban unaeternidad.

    5

    El 15 de septiembre de 1981, un muchacho llamado Jack Sawyer se encontrabamirando las aguas tranquilas en una playa situada frente a un hotel que pareca elcastillo de una novela de sir Walter Scott. Quera llorar pero era incapaz de darrienda suelta a las lgrimas. Estaba rodeado de muerte, la muerte compona lamitad del mundo, no haba ningn arco iris. El camin NIO SALVAJE hablaeliminado del mundo a to Tommy. To Tommy haba muerto en Los Angeles,demasiado lejos de la costa este, donde incluso un chico como Jack saba que erasu verdadero hogar. Un hombre que se pona corbata antes de ir a buscar unbocadillo de rosbif a Arby s no tena nada que hacer en la costa oeste.

    Su padre haba muerto, to Tommy haba muerto y su madre poda estar alborde de la muerte. Tambin aqu, en Play a de Arcadia, llegaba la muerte atravs del hilo telefnico en la voz de to Morgan. No era la sensacin demelancola tan barata y evidente de un lugar turstico fuera de temporada, dondeuno no dejaba de tropezar con fantasmas de veranos anteriores, sino porquepareca estar en la textura de las cosas y olerse en la brisa del ocano. Sintimiedo lo senta desde haca mucho tiempo. Estar all, en un lugar tansilencioso, no hizo ms que ayudarle a comprender este hecho: que tal vez lamuerte haba viajado con ellos por la 1-95 desde Nueva York, guiando los ojospor el humo del cigarrillo y pidindole que buscara una cancin de moda en laradio del coche.

    Poda recordar vagamente a su padre dicindole que haba nacido conuna cabeza de viejo, pero su cabeza no se senta vieja ahora, sino muy joven.Asustado pens, estoy muy asustado. Aqu es donde termina el mundo, no?.

    Las gaviotas surcaban el aire plomizo. El silencio era gris como el aire ytan mortal como las ojeras cada vez ms profundas de su madre.

    6

    Cuando entr paseando en el Divertimundo y conoci a Lester Speedy Parkerdespus de no saba cuntos das de dejarse llevar por el tiempo, aquellasensacin pasiva de estar sujeto le abandon. Lester Parker era un negro decabellos grises muy rizados y profundas arrugas en las mejillas. Su aspecto era

  • muy corriente ahora, pese a todo lo que hiciera en su vida pasada como msicoitinerante de blues. Tampoco dijo nada que fuera notable y, sin embargo, encuanto Jack entr sin rumbo fijo en el parque de atracciones y vio los ojos clarosde Speedy, toda la confusin le abandon y volvi a sentirse l mismo. Fue comosi una corriente mgica hubiera pasado directamente del viejo a Jack. Speedy lesonri y dijo:

    Vay a, prese que he encontrado compaa. Acaba de entra un pequeoviajero.

    Era cierto, ya no estaba sujeto; slo un segundo antes se senta como envueltoen algodn hmedo y azcar hilado y ahora estaba libre. Por un instante, unnimbo plateado pareci temblar en torno al viejo, una pequea aureola de luz quedesapareci en cuanto Jack pestae y vio por primera vez que el hombresostena el mango de una grande y pesada escoba.

    Est bien, chico? El empleado se puso una mano en la espalda y seenderez. El mundo ha empeorao o ha mejorao?

    Uf, ha mejorado contest Jack.Entonces yo dira que ha asertado el lugar. Cmo te yama? Pequeo viajero , le llam aquel primer da Speedy, viejo viajero Jack .

    Apoy su cuerpo alto y anguloso contra una mquina automtica y agarr laescoba con ambas manos como a una chica en un baile. El hombre que ves aques Lester Speedy Parker, tambin viajero en otro tiempo, muchacho, je, je. Oh s,Speedy conoca el camino, conoca todos los caminos en aquellos viejos tiempos.Tena una banda, viajero Jack, y tocaba blues con la guitarra. Grab algunosdiscos tambin, pero no te pondr en el aprieto de preguntarte si los has odo.Cada slaba tenia su propia cadencia rtmica, cada frase, su deje y su aire;Speedy Parker llevaba una escoba en vez de una guitarra, pero todava era unmsico. A los cinco segundos de hablar con Speedy, Jack supo que su padre, unamante del jazz, habra gozado con la compaa de este hombre.

    Sigui a Speedy por doquier durante tres o cuatro das, vindole trabajar yayudndole cuando poda hacerlo. Speedy le dejaba clavar clavos, lijar una odos estacas que necesitaban una mano de pintura; estas sencillas tareas,realizadas segn las instrucciones de Speedy, eran la nica educacin que reciba,pero le hacan sentir mejor. Ahora Jack vea sus primeros das en Arcadia comoun perodo de malestar continuado del que haba sido rescatado por su nuevoamigo. Porque Speedy Parker era un amigo, no caba duda, y en esta seguridadse esconda cierto misterio. Desde que el estado de confusin abandonara a Jackhaca pocos das (o desde que Speedy lo disipara con una mirada de sus ojosclaros), el viejo se haba convertido en un amigo ms ntimo que cualquier otro,con la posible excepcin de Richard Sloat, a quien Jack conoca como quien dicedesde la cuna. Y ahora, contrarrestando su terror por la muerte de to Tommy yel miedo de que su madre estuviera moribunda, senta el tirn de la sabia y clida

  • presencia de Speedy en cuanto sala a la calle.De nuevo tuvo Jack la incmoda y vieja sensacin de ser dirigido,

    manipulado, como si un alambre largo e invisible le hubiera arrastrado a l y a sumadre a este lugar abandonado a orillas del mar.

    Quienesquiera que fuesen, queran que estuviera aqu.O era una locura? En su visin interna distingui a un hombre viejo y

    encorvado, que no estaba en sus cabales, empujando un carrito de compras porla acera.

    Una gaviota chill en el aire y Jack se prometi que hablara de sussentimientos con Speedy Parker. Aunque ste creyera que haba perdido eljuicio, aunque se riera de l. Pero Jack saba que no se burlara de l; eranamigos porque una de las cosas que Jack comprenda sobre el viejo guarda eraque poda decirle casi cualquier secreto.

    No obstante, an no estaba preparado para todo aquello. Era demasiadoabsurdo y ni l mismo lo comprenda. Casi de mala gana, volvi la espalda alparque de atracciones y camin por la arena en direccin al hotel.

  • Captulo 2

    EL EMBUDO SE ABRE

    1

    Al da siguiente, Jack Sawyer segua sin comprender nada, aunque aquella nochehaba tenido una de las peores pesadillas de su vida. En ella, una criatura horriblese haba acercado a su madre, un monstruo enano de ojos desplazados y pielpodrida y escamosa. Tu madre est casi muerta, Jack, sabes decir aleluya?,grazn este monstruo y Jack supo como se saben estas cosas en sueos queera radiactivo y que si lo tocaba, tambin l morira. Se despert con el cuerpobaado en sudor, a punto de lanzar un estridente grito. El continuo estruendo de lamarea le record dnde estaba, pero tard horas en volver a dormirse.

    Su intencin haba sido contar la pesadilla a su madre esta maana, pero Lilyestaba desabrida y reticente, oculta tras una nube de humo de cigarrillo. Slo lesonri un poco cuando Jack se dispona a salir de la cafetera del hotel con unaexcusa.

    Piensa en lo que quieres cenar esta noche.Por qu?Porque s. Pero que sea algo slido; no he venido de Los Angeles a New

    Hampshire para envenenarme con perros calientes.Probemos uno de esos lugares de mariscos de Hampton Beach sugiri

    Jack.Estupendo. Anda, vete a jugar.Vete a jugar pens Jack con una amargura inusitada en l. Oh, s, mam,

    ya me voy. Anda, vete a jugar. Demasiado normal. Con quin? Mam, por quests aqu? Por qu estamos aqu? Hasta qu punto ests enferma? Por qu noquieres hablarme de to Tommy?, qu est tramando to Morgn? Qu?.

    Preguntas, preguntas. Y ninguna serva de nada porque no haba nadie paracontestarlas.

    A menos que Speedy .Pero esto era ridculo; cmo poda un viejo negro que acababa de conocer

    solucionar cualquiera de sus problemas?Aun as, pens en Speedy Parker mientras bajaba por el sendero entablado

    que conduca a la deprimente playa desierta.

    2

  • Aqu es donde termina el mundo, verdad? , pens de nuevo Jack.Las gaviotas surcaban el cielo plomizo. El calendario deca que an era

    verano, pero el verano haba terminado aqu, en Play a de Arcadia, el Da delTrabajo. El silencio era tan gris como el aire.

    Se mir las zapatillas y vio que tenan manchas de alquitrn. Grasa de playapens, una especie de contaminacin. No tena idea de dnde se las habamanchado y se apart del borde del agua, inquieto.

    Las gaviotas continuaban chillando y bajando en picado. Una de ellas gritsobre la cabeza de Jack, que oy un chasquido casi metlico. Se volvi a tiempode verla bajar para posarse sobre una roca con un largo y torpe aleteo. Entoncesmovi la cabeza con gestos rpidos, casi robticos, como para verificar queestaba sola y fue saltando hasta donde la almeja que haba dejado caer yacasobre la arena lisa y compacta. La almeja se haba abierto como un huevo yJack vio carne cruda moverse en su interior o quiz slo se lo imagin.

    No quiero ver esto.Sin embargo, antes de que pudiera volverse de espaldas, el pico amarillo y

    curvado de la gaviota empez a hundirse en la carne, estirndola como una cintade goma, y al muchacho se le contrajo el estmago. En su mente poda or gritara aquel trozo de carne nada coherente, slo un poco de carne viva gritando dedolor.

    Intent de nuevo apartar la mirada de la gaviota y no pudo. El pico se abri,mostrando una garganta rosada. La almeja volvi a encerrarse en susresquebrajadas valvas y por un momento la gaviota mir a Jack con ojos negrosy mortferos, confirmando la horrible verdad: los padres mueren, las madresmueren, los tos mueren, incluso aunque hayan ido a Yale y parezcan slidoscomo paredes de banco con sus trajes de tres piezas comprados en Savile Row.Los chicos tambin mueren, quiz y al final todo lo que queda es el gritoestpido, inconsciente de unos tej idos vivos.

    Eh exclam Jack en voz alta, pensando que la voz slo sonaba en sumente, eh, dame una oportunidad.

    La gaviota, sentada sobre su presa, le observ con sus redondos ojos negros yen seguida volvi a picotear la carne. Quieres un poco, Jack? Todava palpita!Dios mo, es tan fresca que an no sabe que est muerta!.

    El pico amarillo y fuerte volvi a hundirse en la carne y a estirar.Estiraaaaaaaar

    Se desprendi de golpe y la cabeza de la gaviota se elev hacia el cielo grisde septiembre, tragando. Y una vez ms pareci mirar a Jack, del mismo modoque algunos cuadros siempre dan la impresin de mirarle a uno, vaya adondevaya en la habitacin. Y los ojos conoca aquellos ojos.

    De repente dese estar con su madre, ver sus ojos de color azul oscuro. Norecordaba haberla necesitado con tanta desesperacin desde que era muy, muy

  • pequeo. La-la la oy cantar dentro de su cabeza y su voz era la voz del viento,tan pronto cercana como distante. La-la, duerme ahora, Jacky, nio bonito,pap se ha ido de caza. Y todo ese jazz. Record ser mecido y a su madrefumando un Herbert Tarey ton tras otro, quiz mirando un guin; pginas azules,los llamaba ella, y Jack lo recordaba: pginas azules. La-la, Jacky, todo esfrescura. Te quiero, Jacky. Shhhh duerme. La-la.

    La gaviota le estaba mirando.Con un horror sbito que le invadi la garganta como agua salada y caliente,

    vio que realmente le estaba mirando. Aquellos ojos negros (de quin?) le vean.Y conoca aquella mirada.

    Una tira de carne cruda colgaba todava del pico de la gaviota. Mientras laobservaba, el ave se la trag y el pico se abri en una sonrisa monstruosa peroinconfundible.

    Entonces se volvi y ech a correr, con la cabeza baja y los ojos cerrados,llenos de lgrimas saladas y calientes, hundiendo las zapatillas en la arena, y dehaber existido un modo de subir muy arriba, muy arriba, hasta donde estaba lagaviota, se le habra visto slo a l, slo sus huellas en todo el da plomizo; JackSawyer, de doce aos, corriendo solo hacia el hotel, habindose olvidado deSpeedy Parker, con la voz casi perdida entre las lgrimas y el viento, gritandouna y otra vez: no, no y no.

    3

    Se detuvo sin aliento al final de la playa. Una clida punzada le recorra elcostado izquierdo, desde la mitad de las costillas a la parte ms profunda de laaxila. Se sent en uno de los bancos que la ciudad ofreca a las personas viejas yse apart el cabello de los ojos.

    Contrlate. Si el sargento Furia se marcha con la seccin ocho, quinmandar los Comandos Aulladores?

    Sonri y se sinti un poco mejor. Desde aqu arriba, a quince metros del agua,las cosas tenan mejor aspecto. Quiz era la presin baromtrica o algo parecido.Lo ocurrido a to Tommy era horrible, pero supona que llegara a asimilarlo, aaceptarlo. En cualquier caso, esto era lo que deca su madre. To Morgan habaestado muy pesado ltimamente, pero el hecho era que to Morgan siempre habasido bastante latoso.

    En cuanto a su madre bueno, ste era el gran problema, no?En realidad, pens mientras sentado en un banco hurgaba con el pie la

    arena que bordeaba el sendero entablado, en realidad su madre an podio estarbien. Era ciertamente posible que estuviera bien. Despus de todo, nadie habadicho que se tratara de la gran C, verdad? No. Si padeciera cncer, no le habra

  • trado aqu, verdad? Estaran probablemente en Suiza, donde ella tomara baosminerales fros y se atiborrara de glndulas de cabra o algo parecido. Sera muycapaz de hacerlo.

    As queUn murmullo bajo y seco se insinu en su mente. Mir hacia abajo y los ojos

    se le dilataron. La arena haba empezado a moverse junto al empeine de suzapatilla izquierda. Los finos y blancos granos se deslizaban formando un crculoque tena la longitud aproximada de un dedo. La arena del centro de este crculose hundi sbitamente, de modo que qued un hueco de unos cinco centmetrosde profundidad. Los lados de este hueco se movan en veloz rotacin y en sentidocontrario al de las manecillas del reloj .

    No es real se dijo inmediatamente, pero el corazn se le volvi a acelerar,as como la respiracin. No es real, sino una de las fantasas, o tal vez uncangrejo o algo parecido

    Pero no era un cangrejo ni una de las fantasas y este lugar no era el otro, ellugar con el que soaba cuando se aburra o estaba un poco asustado, y desdeluego no era un cangrejo.

    La arena empez a girar ms aprisa, con un sonido rido y seco que le hizopensar en la electricidad esttica, en un experimento que haban hecho enciencias el ao pasado con una botella de Leyden. Pero an ms que a estascosas, el leve sonido se pareca a un jadeo largo y demente, al ltimo aliento deun moribundo.

    Ms arena cay dentro del hueco y empez a girar. Ahora y a no era unhueco, sino un embudo en la arena, una especie de remolino de polvo. Laenvoltura amarilla de una goma de mascar quedaba al descubierto, se tapaba,volva a aparecer y desaparecer y cada vez que apareca, Jack poda leer ms,a medida que el embudo creca de tamao: JU, luego JUG, luego JUGOSA F. Elembudo creci y la arena volvi a dejar la envoltura al descubierto, conmovimientos tan bruscos y rpidos como una mano hostil que aparta la colcha deuna cama hecha. JUGOSA FRUTA, ley cuando la envoltura fue proy ectadahacia fuera.

    La arena giraba cada vez ms de prisa, con furia sibilante.Hhhhhhaaaaaahhhhh, haca la arena. Jack la miraba con fijeza, fascinado alprincipio y despus horrorizado. La arena se abra como un gran ojo oscuro; erael ojo de la gaviota que haba soltado la almeja sobre la roca y luego arrancadola carne viva como una tira de goma.

    Hhhhhhhhaaaaaabbbbb, se burlaba el torbellino de arena con su voz seca ymuerta. Por mucho que Jack deseara que slo ocurriese en su mente, esa voz erareal. Su dentadura postiza sali volando, Jack, cuando el viejo NIO SALVAJE learroll; se fue rodando por la carretera! A pesar de Yole, cuando el viejo camin

  • NIO SALVAJE llega y te hace saltar la dentadura postiza, Jacky, tienes que irte.Y tu madre

    Entonces ech a correr otra vez a ciegas, sin mirar atrs, con los cabellosapartados de la frente por el viento y los ojos muy abiertos y aterrorizados.

    4

    Jack cruz lo ms de prisa que pudo el oscuro vestbulo del hotel. Todo elambiente del lugar prohiba correr: reinaba un silencio de biblioteca y la luz grisque se filtraba por los ventanales de mainel suavizaba y desdibujaba lasalfombras ya de por s descoloridas. Jack se puso a trotar al llegar al mostradorde recepcin y el empleado eligi aquel momento para salir por un arco demadera. No dijo nada, pero su expresin de permanente malhumor baj otrocentmetro las comisuras de sus labios. Era como ser sorprendido corriendo enuna iglesia. Jack se pas la manga por la frente y se oblig a ir al paso el resto delcamino hacia los ascensores. Puls el botn, consciente del ceo del conserje fijoen su espalda. La nica vez en toda la semana que haba visto sonrer al conserjefue cuando el hombre reconoci a su madre y su sonrisa lleg apenas al lmitemnimo de la cortesa.

    Supongo que se ha de ser as de viejo para recordar a Lily Cavanaugh observ Lily a Jack en cuanto estuvieron solos en sus habitaciones. Hubo untiempo, no muy lejano, en que ser identificada, reconocida como intrprete delas cincuenta pelculas que haba hecho durante los aos cincuenta y sesenta( Reina de las B , la llamaban, y su propio comentario; Novia de los cines alaire libre ) por quienquiera que fuese, taxista, camarero o la vendedora deblusas del Saks del Wilshire Boulevard, la animaba durante horas. Ahora inclusose le regateaba esta sencilla satisfaccin.

    Jack daba saltitos frente a las puertas inmviles de los ascensores, oy endo unavoz imposible y familiar que proceda del fondo de un remolino de arena.Durante un segundo vio a Thomas Woodbine, el slido y tranquilizador toTommy Woodbine, supuestamente uno de sus tutores un muro contra el mal yla confusin, retorcido y muerto en el bulevar La Cinaga, con la dentadurapostiza como palomitas de maz en medio del arroy o. Volvi a pulsar el botn.

    Apresrate!Entonces vio algo peor: a su madre siendo introducida en un coche por dos

    hombres impasibles. De repente Jack tuvo necesidad de orinar. Aplic la palmacontra el botn y el viejo encorvado de detrs del mostrador profiri un gruidoreprobatorio. Luego apret el borde de la otra mano sobre aquel lugar mgicobajo el vientre que disminua la presin de la vej iga y entonces oy el lentochirrido del ascensor en descenso. Cerr los ojos y junt las piernas. Su madre

  • pareca confusa, insegura y perdida y los hombres la obligaban a entrar en elcoche con tanta facilidad como a un cansado perro pastor. Pero saba que esto noocurra en la realidad, sino que era un recuerdo seguramente parte de lasfantasas y que no le haba sucedido a su madre sino a l.

    Cuando las puertas de caoba del ascensor se abrieron, revelando las tinieblasde un interior donde vio su propia cara reflejada en un espejo manchado y mate,aquella escena de su sptimo ao le envolvi una vez ms y vio los ojos de unhombre tornarse amarillos y sinti la mano del otro convertirse en algo parecidoa una garra, dura e inhumana Salt dentro del ascensor como si le hubieranpinchado.

    Imposible, las fantasas no eran posibles, no haba visto nunca unos ojos azulesvolverse amarillos y su madre estaba llena de salud, no haba motivos de alarma,nadie se mora y el peligro slo era el representado por una gaviota para unaalmeja. Cerr los ojos y el ascensor subi con lentitud.

    Aquella cosa de la arena se haba redo de l.Se introdujo a travs de la rendija cuando las puertas empezaron a separarse.

    Pas saltando ante las puertas cerradas de los otros ascensores, dobl hacia laderecha del pasillo revestido de madera y corri entre apliques y pinturas haciasus habitaciones. Aqu, correr no pareca tanto un sacrilegio. Tenan la 407 y la408, consistentes en dos dormitorios, una pequea cocina y un saln que daba a lalarga y suave playa y a la vastedad del ocano. Su madre se haba apropiado demuchas flores, no saba de dnde, y las haba distribuido en jarrones alrededor desu pequea coleccin de fotografas enmarcadas. Jack a los cinco aos, Jack a losonce aos, Jack de beb en brazos de su padre. Este, Philip Sawy er, al volante delviejo DeSoto en que l y Morgan Sloat haban viajado a California en los dasinimaginables cuando eran tan pobres que a menudo dorman en el coche.

    Cuando Jack abri la 408, la puerta del saln, llam:Mam? Mam?Las flores le recibieron, las fotos le sonrieron, pero no hubo respuesta.

    Mam! La puerta se cerr tras l. Sinti fro en el estmago y cruz corriendo elsaln hacia el dormitorio grande de la derecha. Mam! Otro jarrn lleno deflores altas y multicolores. La cama vaca estaba almidonada y planchada; lacolcha rgida deba escupir el edredn. Sobre la mesilla haba un surtido defrascos marrones que contenan vitaminas y otros comprimidos. Jack retrocedi.Por la ventana se vean unas olas negras avanzando hacia l.

    Dos hombres se apeaban de un coche indescriptible tambin ellosindescriptibles y alargaban las manos hacia ella

    Mam! grit.Ya te oigo, Jack dijo la voz de su madre desde el cuarto de bao. Qu

    ocurre?Oh respondi Jack, sintiendo relajarse todos sus msculos. Oh, lo

  • siento. Es que no saba dnde estabas.Tomando un bao dijo ella. Preparndome para la cena. Est

    permitido, verdad?Jack se dio cuenta de que ya no tena necesidad de ir al cuarto de bao. Se

    desplom en una de las mullidas butacas y cerr los ojos, aliviado. An estababien

    Est bien por ahora, susurr una voz ronca y su mente volvi a ver cmo seabra y giraba el embudo de arena.

    5

    Once o doce kilmetros ms all, por la carretera de la costa, justo al salir delmunicipio de Hampton, encontraron un restaurante llamado The LobsterChateau. Jack haba facilitado un resumen muy somero de sus actividades; ya seestaba alejando del terror experimentado en la playa, dejando que se esfumaraen su memoria. Un camarero, vestido con una chaqueta roja que ostentaba en laespalda la imagen amarilla de una langosta, les acompa hasta una mesasituada junto a una ventana apaisada.

    Desea beber algo la seora? El camarero tena una cara glacial, deNueva Inglaterra en temporada baja, y al mirarla y leer en los ojos azules yhmedos que desaprobaba su chaqueta deportiva de Ralph Lauren y el vestidoHalston de cctel lucido desgarbadamente por su madre, Jack se sinti asaltadopor un terror ms familiar: la simple nostalgia de su casa. Mam, si no estsenferma de verdad, qu diablos hacemos aqu? Este lugar est desierto! Eslgubre! Dios mo!

    Trigame un martini elemental contest ella. El camarero arque lascejas.

    Perdn, seora?Hielo en una copa. Una aceituna sobre el hielo. Ginebra Tanqueray sobre

    la aceituna. Y despus Me sigue?Mam, por Dios, es que no le ves los ojos? T crees que eres amable con l

    y l cree que le ests tomando el pelo! Es que no ves sus ojos?No, no los vea. Y aquella falta de intuicin, cuando siempre haba sido tan

    lista para captar los sentimientos ajenos, fue otra losa sobre el corazn de Jack.Estaba empeorando en todos los sentidos.

    S, seora.Despus continu ella coja una botella de vermut, de cualquier marca,

    y acrquela a la copa. Luego devuelve la botella de vermut al estante y me traela copa. Entendido?

    S, seora. Los ojos fros y hmedos de Nueva Inglaterra miraban a su

  • madre sin ningn cario. Estamos solos aqu, pens Jack, comprendindolo bienpor primera vez. Dios mo, y qu solos. Y el joven?

    Querra una coca-cola contest Jack, abatido. El camarero se alej. Lilyrebusc en su bolso, sac un paquete de Herbert Tarry toons (as los habanllamado desde que l era un beb. Treme los Tarry toons de la repisa, Jacky ,as que an los llamaba as en sus pensamientos) y encendi uno. Tosi tresveces, expeliendo humo en tres sbitas explosiones.

    Fue otra losa sobre su corazn. Dos aos atrs, su madre haba dejado defumar totalmente. Jack haba esperado verla reincidir con aquel extraofatalismo que constituye el anverso de la credulidad y la inocencia infantiles. Sumadre haba fumado siempre, de modo que volvera a fumar. Pero no habareincidido hasta haca tres meses en Nueva York. Carltons, que chupaba confuerza mientras caminaba arriba y abajo del saln de Central Park West, o estabaen cuclillas ante el armario de los discos, buscando sus viejas melodas de rock olas de jazz de su difunto marido.

    Vuelves a fumar, mam? le haba preguntado.S, fumo hojas de col replic ella.Me gustara que no lo hicieras.Por qu no enciendes el televisor? volvi a replicar su madre con

    brusquedad poco caracterstica, mirndole con los labios apretados. Tal vezencuentres a Jimmy Swaggart o al reverendo Ike. Vete al rincn del aleluy a conlas hermanas del amn.

    Lo siento murmur Jack.Bueno, eran slo Caritons. Hojas de col. Pero aqu estaban los Herbert

    Tarry toons, el anticuado paquete azul y blanco y las boquillas que parecan filtrospero no lo eran. Recordaba vagamente que su padre haba comentado a alguienque l fumaba Winstons, y su mujer. Pulmones Negros.

    Has visto un fantasma, Jack? le interrog ahora con los ojos demasiadobrillantes fijos en l, sosteniendo el cigarrillo en aquella antigua posicin algoexcntrica, entre los dedos segundo y tercero de la mano derecha. Desafindolea decir algo, desafindole a decir: Mam, veo que vuelves a fumar HerbertTarry toons. Significa esto que a tu juicio y a no tienes nada que perder? .

    No respondi. La nostalgia del hogar, triste y confusa, le asalt de nuevoy sinti deseos de llorar. Aunque este lugar resulta un poco fantasmagrico.

    Ella mir a su alrededor y sonri. Otros dos camareros, uno gordo y unodelgado, ambos con chaquetas rojas y langostas amarillas en la espalda, estabana ambos lados de las puertas giratorias de la cocina, hablando en voz baja. Uncordn de terciopelo interceptaba el paso a un enorme comedor contiguo a laalcoba donde se hallaban Jack y su madre, una oscura caverna donde haba sillaspuestas del revs sobre las mesas. En el fondo, un inmenso ventanal daba a unamarina gtica que record a Jack una pelcula en que intervena su madre, La

  • novia de la muerte, interpretando a una joven muy rica que se casaba contra lavoluntad de sus padres con un desconocido moreno y apuesto. Este desconocidola llevaba a un casern junto al ocano e intentaba volverla loca. La novia de lamuerte haba sido ms o menos tpica de la carrera de Lily Cavanaugh, ya quehaba protagonizado muchas pelculas en blanco y negro en las que actoresguapos pero mediocres conducan Fords descapotables con el sombrero puesto.

    Del cordn de terciopelo que prohiba la entrada a esta oscura caverna pendaun letrero ridculamente innecesario: COMEDOR CERRADO.

    Es un poco ttrico, tienes razn observ su madre.Como la Zona Abandonada dijo Jack, y ella desgran su risa estridente,

    contagiosa y, en cierto modo, bella.S, oh, Jacky, Jacky, Jacky ri, inclinndose para despeinar los cabellos

    demasiado largos de su hijo.l le apart la mano, sonriendo a su vez (pero, oh, sus dedos parecan

    huesos Est casi muerta, Jack). No toquis la mercanca .Esto no reza para m.Bastante sofisticada para una dama madura.Oh, muchacho, intenta sacarme dinero para el cine esta semana.De acuerdo.Se sonrieron y Jack no pudo recordar una mayor necesidad de llorar o una

    ocasin en que la amara tanto. Haba ahora en ella una especie de durezadesesperada y parte de esta dureza haba sido volver a los Pulmones Negros.

    Lleg el aperitivo. Ella hizo entrechocar su copa con el vaso de Jack.Por nosotros.S.Bebieron. Se acerc el camarero con los mens.Le tom demasiado el pelo antes, Jacky?Tal vez si.Lo pens un poco y luego se encogi de hombros.Qu quieres comer?Creo que lenguado.Que sean dos.As que l encarg la comida para ambos, sintindose torpe y confuso pero

    sabiendo que era lo que ella deseaba, y pudo leer en sus ojos, cuando elcamarero se hubo ido, que no lo haba hecho del todo mal. Ello se deba en granparte a to Tommy, que haba comentado, despus de una visita a Hardees:

    Creo que hay esperanza para ti, Jack, si podemos curar esta repugnanteobsesin por el queso amarillo procesado.

    Trajeron la comida. Jack devor el lenguado, que era caliente, bueno y sabaa limn. Lily slo jug con el suy o, comi unas judas verdes y despus se

  • dedic a hurgar en el plato.Hace quince das que empez el curso escolar aqu anunci Jack en

    mitad de la cena. Ver los grandes autobuses amarillos con la inscripcin lateralARCADIA DISTRICTE SCHOOLS le haba hecho sentir culpable, lo cual eraabsurdo, dadas las circunstancias, pero era cierto que estaba haciendo novillos.

    Ella le dirigi una mirada inquisitiva. Haba pedido y terminado una segundacopa y ahora el camarero le traa la tercera.

    Jack se encogi de hombros.He pensado que deba mencionarlo.Quieres ir?Qu? No! Aqu no!Est bien contest ella, porque no tengo tus malditos certificados de

    vacunacin. No te dejarn entrar en la escuela sin pedigree, compaero.No me llames compaero dijo Jacky, pero Lily no se ri del viejo chiste.Pero, por qu no vas a la escuela?Pestae, como si la voz hubiera hablado en voz alta, en lugar de en su

    cabeza.Has dicho algo? pregunt Lily.No Bueno hay un tipo en el parque de atracciones Divertimundo. Un

    conserje o un guarda, algo as. Un viejo negro que me pregunt por qu no iba ala escuela.

    Ella se inclin hacia adelante, sin rastro de humor, con una seriedad casiamenazadora.

    Qu le dij iste?Jack se encogi de hombros.Le dije que me estaba recuperando de una pulmona. Recuerdas aquella

    vez que Richard la tuvo? El mdico recomend a to Morgan que no enviara aRichard a la escuela antes de tres semanas, pero poda salir y pasear. Jackesboz una sonrisa. Yo pens que era muy afortunado.

    Lily se relaj un poco.No me gusta que hables con desconocidos, Jack.Mam, slo es unNo me Importa quin sea. No quiero que hables con desconocidos. Jack

    pens en el negro, en sus cabellos grises y lanudos, en su cara arrugada y en susextraos ojos claros. Barra la gran arcada del desembarcadero, el nico lugardel Divertimundo Arcadia que permaneca abierto durante todo el ao, aunqueahora slo estaban all Jack, el negro y dos viejos al fondo, que jugaban con unamquina automtica en un silencio lleno de apata.

    Pero ahora, en este restaurante un poco lgubre donde Jack cenaba con sumadre, no era el negro quien haca las preguntas sino l mismo.

    Por qu no estoy en la escuela?

  • Debe ser por lo que ella ha dicho, muchacho. No hay vacuna, no haypedigree. Acaso crees que ha venido hasta aqu con tu certificado denacimiento?. Eso crees? Est huyendo, muchacho, y t huyes con ella. T

    Has tenido noticias de Richard? interrumpi su madre y en cuanto lodijo, a Jack se le ocurri no, esto era demasiado suave. Le cay como unabomba; sus manos temblaron y el vaso resbal de la mesa y se hizo aicos en elsuelo.

    Est casi muerta, Jack.La voz del embudo de arena. La que haba odo en su mente.Haba sido la voz de to Morgan. No tal vez, no casi, no algo parecido. Haba

    sido una voz real. La voz del padre de Richard.

    6

    Cuando volvan al hotel en el coche, ella le pregunt:Qu te ha sucedido all dentro, Jack?Nada. El corazn me ha dado ese extrao vuelco. Lo dibuj con un dedo

    sobre el salpicadero, para demostrarlo. Un PCV, como en Hospital general.No te hagas el listo conmigo, Jacky. Al resplandor de los instrumentos del

    salpicadero, se la vea plida y demacrada. Un cigarrillo se consuma entre losdedos ndice y medio de su mano derecha. Conduca muy despacio sinsobrepasar nunca los sesenta y cinco, como siempre que beba demasiado.Haba adelantado el asiento al mximo, llevaba la falda por encima de lasrodillas y stas flotaban, como patas de cigea, a ambos lados de la columna dedireccin, y su barbilla daba la impresin de tocar el volante. Por un momentopareci una bruja y Jack apart rpidamente la mirada.

    No es eso murmur.Qu?No me hago el listo dijo. Fue como una punzada, esto es todo.De acuerdo. Pensaba que era algo referente a Richard Sloat.No.Su padre me habl desde un agujero en la arena de la playa, esto es todo. Me

    habl en mi mente, como la voz en off de una pelcula. Me dijo que estabas casimuerta.

    Le echas de menos, Jack?A quin? A Richard?No a Spiro Agnew. Claro que a Richard.A veces. Richard Sloat iba ahora a una escuela de Illinois, una de esas

    escuelas privadas donde la capilla era obligatoria y nadie tena acn.Ya le vers. Le pas una mano por el cabello.

  • Mam, te encuentras bien? Las palabras se le escaparon. Sinti en losmuslos la presin de todos sus dedos.

    S contest ella, encendiendo otro cigarrillo (redujo la velocidad a treintapara hacerlo; una vieja camioneta les adelant, tocando la bocina). Nunca mehe encontrado mejor.

    Cuntos kilos has perdido?Jacky, nunca se puede estar demasiado delgado ni ser demasiado rico.

    Call y le sonri. Una sonrisa cansada y triste que le transmiti toda la verdadque necesitaba saber.

    MamBusca msica, Jacky, y cierra el pico.Encontr msica de jazz en una emisora de Boston; un saxo tocando. Todas las

    cosas que t eres. Pero por debajo de la msica, como un contrapunto regular einsensato, se oa el ocano. Y ms tarde vio el gran esqueleto de las montaasrusas contra el cielo. Y las destartaladas alas del hotel Alhambra. Si esto era sucasa, ya estaban en casa.

  • Captulo 3

    SPEEDY PARKER

    1

    Al da siguiente volvi a salir el sol un sol fuerte y brillante que se extendi acapas sobre la playa llana y el trozo de tejado inclinado y rojo que Jack poda verdesde la ventana de su dormitorio. Una ola larga y baja en alta mar parecaendurecerse bajo la luz y enviaba una lanza de claridad directamente hacia susojos. Para Jack, esta luz era distinta de la de California; se le antojaba ms tenue,ms fra, quiz menos vigorizante. La ola se funda con el ocano tenebroso ycuando volva a elevarse una cegadora franja de oro la cruzaba. Jack se apartde la ventana. Ya se haba duchado y vestido y el reloj de su cuerpo le indic queya era hora de dirigirse hacia la parada del autobs escolar. Las siete y cuarto.Slo que hoy no ira a la escuela, ya nada era normal y l y su madre vagarancomo fantasmas a lo largo de otras doce horas. Ni horario ni responsabilidades nideberes Ningn orden excepto el impuesto por las comidas.

    Era hoy un da laborable? Jack se detuvo junto a la cama, un poco alarmadoporque el mundo se haba vuelto tan informe no crea que fuera sbado. Evocen su memoria el primer da absolutamente identificable que poda recordar yque era el domingo anterior. Contando desde entonces, hoy era jueves. Losjueves tena clase de informtica con el seor Balgo y la primera actividaddeportiva. Por lo menos, esto haca cuando su vida era normal, una poca queahora, slo unos meses despus, le pareca irremisiblemente perdida.

    Se dirigi al saln y cuando tir del cordn de las cortinas, la luz fuerte ybrillante inund la habitacin, blanqueando los muebles. Entonces apret la tecladel televisor y se dej caer sobre el rgido sof. Su madre tardara por lo menosquince minutos ms en levantarse, o tal vez ms, teniendo en cuenta que habatomado tres copas con la cena la noche anterior.

    Mir hacia la puerta del dormitorio de su madre. Veinte minutos despusllam con suavidad a la puerta. Mam? . Le contest un pastoso murmullo.Jack abri slo una rendija y mir hacia dentro. Su madre levant la cabeza de laalmohada y escudri con los ojos entornados.

    Jacky. Buenos das. Qu hora es?Alrededor de las ocho.Dios mo. Tienes hambre? Se incorpor, tapndose los ojos con las

    palmas de las manos.Ms bien s y estoy harto de esperar sentado. Quera saber si tardars en

    levantarte.

  • Creo que s. Te importa? Baja al comedor y desayuna. Juega un poco enla playa, quieres? Hoy tendrs una madre mucho mejor si la dejas quedar otrahora en la cama.

    Claro contest Jack. Est bien. Hasta luego.La cabeza de ella ya descansaba otra vez sobre la almohada. Jack desconect

    el televisor y sali de la habitacin despus de asegurarse que tena la llave en elbolsillo de los vaqueros.

    El ascensor ola a alcanfor y amonaco; una camarera haba dejado caer unabotella. Las puertas se abrieron y el canoso conserje le mir con el ceo fruncidoy desvi la mirada con ostentacin. Ser hijo de una estrella de cine no te confiereuna distincin especial, muchacho y, por qu no ests en la escuela? Jackcruz el arco de madera del comedor La Silla de Cordero y vio hileras demesas vacas en un espacio vasto y oscuro. Slo estaban puestas unas seis. Unacamarera vestida con blusa blanca y falda arrugada de color rojo le mir ydesvi la vista. Una pareja de ancianos decrpitos estaban sentados a una mesaen el otro extremo de la sala; no haba ms comensales. Mientras Jack losmiraba, el anciano se inclin y cort con naturalidad l huevo frito de su esposaen cuatro pedazos.

    Mesa para uno? La mujer que tena a su cargo La Silla de Corderodurante el da apareci a su lado y cogi un men de un montn que haba juntoal libro de reservas.

    Lo siento, he cambiado de opinin. Jack se escap.La cafetera del Alhambra, The Beachcomber Lounge, se hallaba al otro lado

    del vestbulo, al fondo de un desolado pasillo flanqueado por vitrinas vacas. Elapetito se le pas al imaginarse solo ante la barra, contemplando al aburridococinero asar a la parrilla tiras de tocino ahumado. Esperara a que su madre selevantara o, mejor an, saldra a ver si poda comprarse un donut y un poco deleche en envase de cartn en una de las tiendas que encontrara por el camino.

    Empuj la alta y pesada puerta del hotel y sali al sol. Por un momento, la luzrepentina hiri sus ojos; el mundo era una superficie plana y cegadora. Jackgui los ojos, deseando haberse puesto las gafas de sol. Cruz la terraza deladrillo rojo y baj los cuatro escalones curvados que conducan a la avenidaprincipal de los jardines del hotel.

    Y si ella mora?Qu sera de l entonces, adonde ira, quin cuidara de l si ocurra lo peor

    que poda pasarle y ella se mora, se mora definitivamente en aquella habitacinde hotel?

    Mene la cabeza, intentando desechar aquel pensamiento antes de que elpnico al acecho surgiera de los formales jardines del Alhambra y le destrozara.No quera llorar ni permitir que aquello le sucediera y tampoco quera pensaren los Tarry toons y los kilos que ella haba perdido ni recordar la sensacin que a

  • veces tena de que su madre estaba indefensa y caminaba sin rumbo. Se puso aandar ms de prisa y meti las manos en los bolsillos mientras saltaba a laavenida del hotel. Est huyendo, muchacho, y t huyes con ella. Huy endo, pero,de quin? Y a dnde? Aqu, slo aqu, a este lugar abandonado?

    Lleg a la calle ancha que bordeaba el litoral en direccin al pueblo y tuvo laimpresin de que el paisaje vaco que se extenda ante l era un remolinodispuesto a succionarle y escupirle a un lugar negro donde la paz y la seguridadno haban existido nunca. Una gaviota sobrevol la carretera vaca, describi unaamplia curva y baj en direccin a la playa. Jack la mir alejarse, convertirse enuna mancha blanca sobre la silueta atormentada de la montaa rusa.

    Lester Speedy Parker, un hombre de pelo gris lanudo y profundos surcos enlas mejillas, estaba en alguna parte del Divertimundo y era a l a quien tena quever. Jack lo saba con tanta claridad como que haba odo la voz del padre deRichard.

    Grit una gaviota, una ola proyect hacia l una intensa luz dorada y Jack vioa to Morgan y a su nuevo amigo Speedy como figuras casi alegricamenteopuestas, como si fueran estatuas del da y de la noche erguidas sobre sendaspeanas: la oscuridad y la luz. Lo que Jack haba comprendido en cuanto supo quea su padre le hubiera gustado Speedy Parker era que el ex guitarrista de bluescareca de maldad. En cambio, to Morgan era una persona completamentedistinta. To Morgan viva para los negocios, para hacer tratos y estafar; y era tanambicioso que en el tenis discuta cualquier pelota, aunque fuera apenasdiscutible; tan ambicioso, en realidad, que haca trampas en los juegos de cartasen los que su hijo le animaba de vez en cuando a participar, a un penique laapuesta. Por lo menos, Jack crea que to Morgan haba hecho trampa en una odos partidas No era hombre para opinar que la derrota exiga amabilidad.

    Noche y da, sol y luna, luz y oscuridad, y el negro era la luz en estaspolaridades. Y cuando la mente de Jack lleg a este punto, todo el pnico contrael que haba luchado en los jardines formales del hotel le amenaz de nuevo.Levant los pies y ech a correr.

    2

    Cuando el chico vio a Speedy arrodillado frente al gris edificio de las arcadas envolviendo una gruesa cuerda con cinta aislante, inclinando la cabeza lanudahasta casi tocar el malecn con el flaco trasero marcado por los gastadospantalones verdes de su indumentaria de trabajo y las suelas polvorientas de susbotas apoyadas sobre los dedos, como un par de tablas de surf en posicinvertical se dio cuenta de que no recordaba qu quera decir al guardin o siquera decirle algo. Speedy dio otra vuelta a la cuerda con la cinta aislante de

  • color negro, asinti con la cabeza, se sac una usada navaja del bolsillo de lacamisa y cort la cinta con precisin quirrgica. De haber podido, Jack tambinhabra huido de all; estaba interrumpiendo el trabajo de aquel hombre y, encualquier caso, era tonto pensar que Speedy pudiera ayudarle de algn modo.Qu clase de ayuda poda prestar el viejo guarda de un parque de atraccionesvaco?

    Entonces Speedy volvi la cabeza y salud la presencia del muchacho conuna expresin de bienvenida clida y total ms que una sonrisa, fue unaintensificacin de todos los surcos de su cara y Jack supo que por lo menos noera un intruso.

    Viajero Jack dijo Speedy , y a empesaba a temer que hubiera desididono asercarte m a m. Justo cuando nos hasamo amigo. Me alegro de verte, hijo.

    S respondi Jack, y o tambin me alegro. Speedy se guard la navajade metal en el bolsillo de la camisa e irgui su cuerpo largo y huesudo tan fcil yatlticamente que dio la impresin de ser ingrvido.

    Ete lugar se et derrumbando a mi alrededor observ. Hago unapequea reparasin cada ves, lo sufisiente para que todo funsione m o menocomo debiera. Se par a media frase, despus de examinar bien la cara deJack. Al pareser, el viejo mundo no tan agradable como ante. Viajante Jacktiene un montn de preocupasiones, no eso?

    S, algo as asinti Jack, pero an no saba cmo empezar a expresar lascosas que le preocupaban. No podan expresarse con frases corrientes, porque lasfrases corrientes hacan que todo pareciese racional. Uno dos tres; el mundode Jack no se mova a lo largo de estas lneas rectas. Todo lo que no poda decirera un peso en su interior.

    Mir con tristeza al hombre alto y delgado que estaba ante l. Speedy tenialas manos metidas en los bolsillos; sus grandes cejas grises apuntaban hacia elprofundo surco vertical que las separaba. Sus ojos, tan claros que casi eranincoloros, se desviaron de la estropeada pintura del malecn para cruzar sumirada con la de Jack, y de improviso ste se sinti mejor. No comprenda porqu, pero Speedy pareca capaz de comunicarle directamente cualquieremocin, como si no se hubieran conocido haca slo una semana, sino hacaaos, y hubieran compartido mucho ms que unas pocas palabras en una arcadadesierta.

    Bueno, y a he trabajao batante por hoy dijo Speedy, lanzando una ojeadaal Alhambra. Si contino, lo har mal. Supongo que no ha vito mi ofisina,verdad?

    Jack neg con la cabeza. el momento de un pequeo refresco, muchacho. El momento justo.Empez a andar por el malecn a grandes zancadas y Jack corri tras l.

    Cuando saltaron los escalones del malecn y empezaron a caminar por la hierba

  • rala y la compacta tierra marrn hacia los edificios del otro lado del parque,Speedy sorprendi a Jack ponindose a cantar.

    Viajero Jack, viejo Viajero Jack,Tiene que recorrer un largo camino,Y otro an m largo para regresa.

    No era exactamente una cancin, pens Jack, sino algo intermedio entrecantar y hablar. De no ser por las palabras, le habra gustado escuchar la voztosca y confiada de Speedy.

    El shico ha de recorrer un largo camino,Y otro an m largo para regresa.

    Speedy le gui un ojo por encima del hombro.Por qu me das este nombre? le pregunt Jack. Por qu soy Viajero

    Jack? Porque vengo de California?Haban llegado a la taquilla azul plido de la entrada al recinto de la montaa

    rusa y Speedy volvi a meter las manos en los bolsillos de sus anchos pantalonesverdes, gir sobre sus talones y empuj con los hombros la pequea valla decolor azul. La eficiencia y rapidez de sus movimientos eran casi teatrales, comosi supiera pens Jack que l iba a formularle precisamente aquella pregunta.

    Dise que viene de California,Y no sabe que tendr que volv

    Cant Speedy, con una emocin en el rostro esculpido y severo que se antojcasi triste a Jack.

    Dise que viene de tan lejos,Pobre Viajero Jack que tendr que volv

    Cmo? inquiri el muchacho. Volver? Creo que mi madre inclusovendi la casa o la alquil o algo parecido. No s qu diablos intentas, Speedy.

    Sinti alivio cuando Speedy no le contest con su rtmica cantinela, sino convoz normal:

    Apuesto algo a que no recuerda haberme conosido ante, Jack. Verdad queno?

    Haberte conocido antes? Dnde?

  • En California al meno, creo que fue ay . Pero no epero que lo recuerde.Viajero Jack; fueron do minuto muy ocupado. Debi s en veamos debi shase cuatro o sinco aos, en mil novesientos setenta y sei.

    Jack le mir con gran perplej idad. Mil novecientos setenta y seis? Entoncestena siete aos.

    Vayamo a mi pequea ofisina dijo Speedy, empujando el torniquete dela taquilla con la misma gracia ingrvida.

    Jack le sigui en torno a los enormes soportes de la montaa rusa; sombrasnegras como diagramas de tres en raya se entrecruzaban en la tierra estril ypolvorienta salpicada de latas de cerveza y envolturas de golosinas. Los rafles dela montaa rusa pendan sobre sus cabezas como un rascacielos inacabado. Jackvio que Speedy se mova con la soltura de un jugador de baloncesto, la cabezaalta y los brazos colgando. El ngulo de su cuerpo, su postura en las tinieblasenrejadas bajo los soportes, pareca muy joven, como si Speedy slo tuvieraveintitantos aos.

    Entonces el guarda sali de nuevo a la brillante luz del sol y cincuenta aosms encanecieron su cabello y surcaron su nuca. Jack hizo una pausa al llegar ala hilera final de soportes, como intuyendo que el ilusorio rejuvenecimiento deSpeedy Parker era la clave de que las fantasas estaban muy cerca de ellos,acechndoles.

    Mil novecientos setenta y seis? En California? Jack sigui a Speedy, que sediriga hacia un minsculo cobertizo de madera pintada de rojo, adosado a laalambrada del otro extremo del parque de atracciones. Estaba seguro de nohaber conocido a Speedy en California pero la presencia casi visible de susfantasas le haba trado otro recuerdo especfico de aquellos das, las visiones ysensaciones de un atardecer de sus seis aos, Jacky, jugando con un taxi negro dejuguete detrs del sof de la oficina paterna y de modo inesperado, su padre yto Morgan hablando mgicamente de las fantasas. Tienen magia como nosotrostenemos la fsica, entiendes? Una monarqua agrcola, que usa la magia en lugarde la ciencia. Sin embargo, puedes imaginarte la tremenda influencia queesgrimiramos si les diramos electricidad? Si llevramos las armas modernas alos tipos claves? Tienes una idea?

    Espera un momento, Morgan. Tengo un montn de ideas que a ti por lo visto nose te han ocurrido.

    Jack casi poda or la voz de su padre y el peculiar e inquietante reino de lafantasa pareci surgir en el erial umbroso que haba debajo de la montaa rusa.Empez a correr detrs de Speedy, que haba abierto la puerta del pequeocobertizo rojo y se apoy aba en ella, sonriendo sin sonrer.

    Algo te rueda por la cabesa, Viajero Jack. Algo te sumba en ella como unaabeja. Entra en mi suite de ejecutivo y cuntamelo todo.

    Si la sonrisa hubiera sido ms amplia, ms evidente, Jack habra dado media

  • vuelta y echado a correr: el espectro de la mofa se hallaba an humillantementecerca. Pero toda la persona de Speedy pareca expresar un inters genuino elmensaje de los surcos profundizados de su rostro y Jack pas por delante de ly cruz el umbral.

    La oficina de Speedy era un pequeo rectngulo de tablones del mismorojo que el exterior sin mesa ni telfono. Dos cajas de naranjas apoyadas bocaabajo contra una de las paredes laterales flanqueaban un radiador elctricodesenchufado que se pareca a la parrilla de un Pontiac de los aos cincuenta. Enel centro, una silla de respaldo redondo haca compaa a un silln demasiadorelleno, tapizado con una descolorida tela gris.

    Los brazos del silln daban la impresin de haber sido araados por las garrasde varias generaciones de gatos: sucios j irones de relleno caan sobre el asientocomo pelo; en el respaldo de la silla se vea un complicado dibujo de inicialesgrabadas. Muebles de trapero. En uno de los rincones haba dos ordenadas pilasde libros de bolsillo y en otro la tapa cuadrada de cocodrilo falso de un tocadiscosbarato. Speedy indici el radiador y dijo:

    Ven en enero o febrero, mushasho, y sabr por qu tengo eso. Hase unfro Brrrr. Pero Jack miraba las fotografas pegadas a la pared sobre elradiador y las cajas de naranjas.

    Todas menos una eran desnudos recortados de revistas para hombres.Mujeres con pechos grandes como sus cabezas se apoyaban en incmodostroncos de rbol con las fuertes piernas abiertas. Sus caras se antojaron a Jack ala vez fascinantes y rapaces, como si aquellas mujeres fueran capaces dearrancarle trozos de piel despus de besarle. Algunas no eran ms jvenes que sumadre, mientras otras aparentaban una edad no muy superior a la suya propia.Los ojos de Jack se pasearon por esta necesaria carne; toda, la joven y la menosjoven, sonrosada, color de chocolate o amarilla como la miel, parecan ansiar sucontacto, y Jack fue muy consciente de que Speedy Parker estaba detrs de l,observndole. Entonces vio el paisaje en medio de las fotografas de desnudos ydurante un segundo probablemente se olvid de respirar.

    Era asimismo una fotografa, que tambin pareca proyectarse hacia l,como si fuera tridimensional. Una larga llanura de hierba de un verde especial,melanclico, se extenda hacia una cordillera baja casi a ras del suelo. Sobre lallanura y las montaas, el cielo tena una profunda transparencia. Jack casi podaoler la frescura de este paisaje. Conoca aquel lugar. Nunca haba estado all en larealidad, pero lo haba visto. Era uno de los lugares de las fantasas.

    Llama la atensin, verdad? dijo Speedy, y Jack record dnde estaba.Una mujer eurasiana, de espaldas a la cmara, sacaba un trasero en forma decorazn y le sonrea por encima del hombro. S, pens Jack. Un lugar muybonito continu Speedy. Lo he pueto yo. Toda esta shica ya estaba cuandovine y no tuve val para arrancarla de la pared. En sierto modo, me recuerdan lo

  • viejo tiempo, cuando iba por esa carretera.Jack mir a Speedy, sobresaltado, y el viejo le gui un ojo.Conoces ese lugar, Speedy? le pregunt. Quiero decir, sabes dnde

    est?Quisa s, quisa no. Podra s frica alguna parte de Kenya. O podra

    exist slo en mi memoria. Sintate, Viajero Jack. Ocupa el silln, que mcmodo.

    Jack movi el silln para poder seguir viendo la foto del lugar de las fantasas.Es eso frica?Podra est mucho m serca, m asequible para nosotro, de modo que

    cualquiera pudiese cuando se le antojara; es desir, cuando nesesitara mushoverlo.

    Jack se dio cuenta de repente de que estaba temblando desde haca rato.Cerr los puos y sinti que el temblor se le trasladaba al estmago.

    No estaba seguro de querer ir alguna vez al lugar de las fantasas, pero dirigia Speedy una mirada inquisitiva. Este se haba acomodado en la silla redonda.

    No est en ninguna parte de frica, verdad?Bueno, no lo s. E posible que no. Yo le he encontrao un nombre,

    muchacho. Lo yamo lo Territorio.Jack volvi a mirar la fotografa, la larga y surcada llanura, las montaas

    bajas y marrones. Los Territorios. Estaba bien; aquel era su nombre.Tienen magia como nosotros tenemos la fsica, entiendes? Una monarqua

    agrcola armas modernas a los tipos clave To Morgan tramando algo y supadre interrumpindole, frenndole:

    Hemos de tener cuidado con el modo de entrar all, socio Recuerda queestamos en deuda con ellos, realmente en deuda Los Territorios repitiahora, saboreando el nombre en la boca adems de formulando una pregunta.

    Un aire como el mej vino de la bodega de un hombre rico. Una y uviafina. se el luga, hijo.

    Has estado all, Speedy ? pregunt Jack, esperando con fervor unarespuesta afirmativa.

    Pero Speedy le decepcion, tal como Jack se haba temido. El guarda lesonri y esta vez fue una sonrisa verdadera, no una oleada de calor delsubconsciente. Al cabo de un momento aadi:

    Ni habla, no he etado nunca fuera de Etado Unido, Viajero Jack. Ni siquieradurante la guerra. Nunca pas de Texa y Alabama.

    Cmo conoces los Territorios? El nombre empezaba ya a salirle confluidez.

    Los hombres como y o oy en toda clase de hitoria. Hitoria sobre loro bicfalo,hombre que vuelan con ala propia, hombre que se convierten en lobo, hitoriasobre reina. Reina enferma.

  • magia en vez de fsica, entiendes?ngeles y hombres lobos.He odo historias sobre hombres lobos dijo Jack. Estn incluso en las

    tiras cmicas. Esto no significa nada, Speedy.Probablemente no, pero he odo dec que si un hombre arranca un rbano

    del suelo, otro hombre situao a un kilmetro de distansia puede persib el ol deese rbano de tan dulse y limpio que el aire.

    Pero ngelesHombre alado.Y reinas enfermas continu Jack, como si fuera un chiste (vamos,

    hombre, fe has inventado un lugar muy tonto, barrendero). Pero en el instante enque lo dijo, se sinti l mismo enfermo. Record el ojo negro de una gaviotamirndole fijamente con su propia mortalidad mientras estiraba la carne de laalmeja: y pudo or al tramposo y ambicioso to Morgan preguntar si Jack querallamar al telfono a la reina Lily.

    Reina de las B. La reina Lily Cavanaugh.S contest Speedy con voz suave. Problema por toda parte, hijo. Una

    reina enferma quisa moribunda. Moribunda, hijo. Y un mundo o do eperandoah fuera, operando a v si alguien puede salvarla.

    Jack le mir boquiabierto, como si el guarda acabara de propinarle unpuntapi en el estmago. Salvarla? Salvar a su madre? El pnico volvi ainvadirle cmo poda salvarla? Y significaba toda esta charla insensata quede verdad su madre estaba moribunda en aquella habitacin?

    Tiene una tarea, Viajero Jack le dijo Speedy , una tarea que no tesoltar, palabra del Se. Ojal no fuera as.

    No s de qu hablas exclam Jack. Pareca tener el aliento atrapado enuna pequea bolsa situada en el cogote. Mir hacia otro rincn de la pequeahabitacin roja y en las sombras vio una vieja guitarra apoy ada contra la pared.Al lado haba un delgado colchn enrollado como un tubo; Speedy dorma junto asu guitarra.

    extrao aadi Speedy. Hay momento, ya sabe a qu me refiero,en que uno sabe m de lo que cree sabe. Infinitamente m.

    Pero no s empez Jack y enmudeci de repente. Acababa derecordar algo. Ahora estaba an ms asustado: otro retazo del pasado acababa deasaltarle, exigiendo su atencin. Al instante se qued baado en sudor, con la pielmuy fro, como si le hubieran mojado con un aspersor. Este recuerdo era el quehaba pugnado por desechar ay er por la maana, cuando estaba frente a losascensores, fingiendo que no tena la vej iga a punto de explotar.

    No haba disho que ya era hora de toma un pequeo refreco? preguntSpeedy, agachndose para levantar un listn suelto del suelo.

    Jack vio de nuevo a dos hombres de aspecto corriente que intentaban subir a

  • su madre a un automvil. Un rbol gigantesco rozaba con el encaje de susfrondas el techo del vehculo.

    Speedy extrajo despacio una botella de medio litro del hueco entre loslistones. El vidrio era verde oscuro y el lquido que contena pareca negro.

    Eto te ayudar, hijo. Un pequeo trago todo lo que nesesitas Te enviara nuevo lugare y te ay udar a inisiar la tarea de que te he hablao.

    No puedo quedarme, Speedy exclam Jack, con una prisa desesperadapor volver al Alhambra. El viejo reprimi visiblemente su expresin de sorpresay volvi a guardar la botella bajo el listn del suelo. Jack ya se haba puesto enpie. Estoy preocupado.

    Por tu madre?Jack asinti, retrocediendo hacia la puerta abierta.Entonses ser mej que te tranquilises, yendo a comprob si et bien.

    Puede volv aqu siempre que quiera. Viajero Jack.De acuerdo dijo el muchacho y vacil antes de marcharse corriendo.

    Creo creo que recuerdo donde nos conocimos antes.No, no, mi serebro se confundi dijo Speedy, moviendo la cabeza y

    agitando los brazos hacia delante y hacia atrs. Tena rasn t; no no habamoconosido ante de la semana pasada. Vuelve al lado de tu madre y tranquilsate.

    Jack sali de un salto y corri bajo la luz carente de dimensin hacia la granarcada que conduca a la calle. En la parte superior vio las letras EUQRAP EDSENOICCARTA, AIDACRA dibujadas contra el cielo; por las noches, unasbombillas coloreadas proyectaban el nombre del parque en ambas direcciones.El polvo se arremolinaba entre sus zapatillas. Jack se daba impulso contra suspropios msculos, obligndolos a moverse ms y con ms fuerza, de modo quecuando cruz el arco, casi le pareca estar volando.

    Mil novecientos setenta y seis. Jack paseaba por Rodeo Drive una tarde dejunio, julio? una tarde cualquiera de la estacin seca, pero antes de aquellapoca del ao en que todos empezaban a preocuparse de los incendios forestales.Ahora ya no recordaba siquiera adonde se diriga. A casa de un amigo? No setrataba de ningn recado urgente. Jack recordaba que haba llegado a un punto enque ya no pensaba en su padre en todos los momentos de ocio; durante muchosmeses despus de la muerte de Philip Sawyer en un accidente de caza, susombra, su prdida persigui a Jack a una velocidad palpitante cuando elmuchacho estaba menos preparado para resistirla. Jack slo tena siete aos, perosaba que le haban robado una parte de su infancia ahora se vea a s mismo aseis aos como un nio increblemente ingenuo y atolondrado y aprendi aconfiar en la fuerza de su madre. Amenazas salvajes e informes y a no parecanacechar en los rincones oscuros, armarios semicerrados, calles en penumbra yhabitaciones vacas.

    Los sucesos de aquella ociosa tarde de verano de 1976 haban destrozado

  • aquella paz temporal. Despus, Jack durmi con la luz encendida durante seismeses; las pesadillas perturbaban su sueo.

    El coche cruz la calle justo unas casas, ms arriba de la de los Sawyer,blanca, de tres pisos y estilo colonial. Era un coche verde, lo nico que Jack podarecordar de l, excepto que no era un Mercedes (el Mercedes era la nica marcade automvil que conoca de vista). El hombre que iba al volante baj laventanilla y sonri a Jack. El primer pensamiento del muchacho fue que leconoca; era amigo de Phil Sawyer y quera saludar a su hijo. Esto se locomunic en cierto modo la sonrisa del hombre, que era natural, espontnea yfamiliar. Otro hombre se inclin en el asiento de al lado y mir hacia Jack atravs de unas gafas de ciego, redondas y tan oscuras que se antojaban negras.Este segundo hombre llevaba un traje enteramente blanco. El conductor dej quela sonrisa hablara por l un momento ms y entonces interpel a Jack:

    Chico, sabes cmo se va al hotel Beverly Hills? As que era un forastero,despus de todo. Jack sinti una extraa punzada de desengao.

    Seal calle arriba. El hotel estaba al final, lo bastante cerca para que supadre pudiese ir a pie a los desayunos de trabajo en la Loggia.

    En esta misma calle? pregunt el conductor, sin dejar de sonrer.Jack asinti.Eres un chico muy listo le dijo el hombre y el otro ri entre dientes.

    Tienes idea de lo lejos que est? Jack neg con la cabeza. Un par demanzanas, tal vez?

    S. Empez a sentirse incmodo. El conductor an sonrea pero ahora lasonrisa pareca forzada, vaca y hueca. Y la risita del pasajero era hmeda,como si chupara algo mojado.

    Cinco, quiz? O seis? Qu diras t?Unas cinco o seis, supongo contest Jack, caminando hacia atrs.Bueno, te lo agradezco mucho, pequeo dijo el conductor. Te gustan

    las golosinas, verdad? Sac un puo por la ventana, le dio la vuelta y abri losdedos: era un rollo de chocolate. Es para ti. Cgelo.

    Jack se acerc, vacilante, oyendo en su interior las palabras de miladvertencias sobre desconocidos y golosinas. Pero este hombre an estaba dentrodel coche; si intentaba algo, Jack estara a media manzana de distancia antes deque pudiera abrir la puerta. Y no aceptar pareca una muestra de malaeducacin. Se acerc otro paso y mir los ojos del hombre, que eran azules,brillantes y duros como su sonrisa. El instinto de Jack le instaba a bajar la mano yalejarse, pero aproxim la mano uno o dos centmetros ms al rollo de chocolatey de repente alarg los dedos para cogerlo.

    La mano del conductor agarr con fuerza la de Jack y el pasajero de gafasoscuras solt una carcajada. Sorprendido, Jack fij la mirada en los ojos delhombre que le retena la mano y los vio cambiar pens que los vea cambiar

  • del azul al amarillo.Pero despus fueron amarillos.El hombre del otro asiento abri la puerta y dio corriendo la vuelta al coche

    por atrs. Llevaba una pequea cruz de oro en la solapa del traje de seda. Jackhizo frenticos esfuerzos para desasirse, pero el conductor, con su sonrisa hueca,no le soltaba.

    No! chill Jack. Socorro!El hombre de las gafas oscuras abri la puerta trasera del lado de Jack.Aydenme! grit Jack.El hombre que lo tena agarrado por detrs empez a bajarle para hacerle

    entrar por la puerta abierta. Jack intent retroceder, sin dejar de chillar, pero elhombre, sin ningn esfuerzo, apret ms las manos. Jack se las golpe y trat deabrirle un puo y entonces se percat, horrorizado, de que lo que tocaba con losdedos no era piel. Torci la cabeza y vio una zarpa o una garra. Volvi a gritar.

    Desde ms arriba de la calle son una voz estentrea:Eh, dejen de molesta al shico! Eh, utede! Dejen en pas al shico!Jack suspir de alivio y se retorci todo lo que pudo entre los brazos del

    hombre. Desde el extremo de la manzana corra hacia ellos un negro alto ydelgado, gritando. El hombre que agarraba a Jack por detrs le solt y rodecorriendo el coche. La puerta de una de las casas se abri a espaldas de Jackotro testigo.

    Aprisa, aprisa apremi el hombre que iba al volante, pisando ya elacelerador. El del traje blanco salt al asiento y el coche cruz Rodeo Drive endiagonal, con fuertes chirridos de neumticos, casi chocando contra un Clenetlargo y blanco conducido por un hombre bronceado que iba vestido para jugar atenis. El claxon del Clenet reson, furioso.

    Jack se levant de la acera, un poco mareado. Un hombre calvo que llevabauna sahariana de color crudo apareci a su lado y pregunt:

    Quines eran? Sabes sus nombres? Jack neg con la cabeza.Cmo te encuentras? Deberamos avisar a la polica.Necesito sentarme dijo Jack, y el hombre retrocedi un paso.Quieres que llame a la polica? pregunt, y Jack mene la cabeza.No puedo creerlo dijo el hombre. Vives cerca de aqu? Te he visto

    antes, verdad?Soy Jack Sawy er. Mi casa est ah, un poco ms abajo.La casa blanca asinti el hombre. Eres el chico de Lily Cavanaugh. Te

    acompaar, si quieres.Dnde est el otro hombre? le pregunt Jack. El negro, el que gritaba.Se separ un poco, con pasos vacilantes, del hombre de la sahariana. Aparte

    de ellos dos, la calle estaba vaca.Lester Speedy Parker haba sido el hombre que corra hacia l. Speedy le

  • haba salvado la vida en aquella ocasin, comprendi ahora Jack, y corri todavams de prisa hacia el hotel.

    3

    Has desayunado? le pregunt su madre, expeliendo una nube de humo porla boca. Llevaba un pauelo en la cabeza como un turbante y, sin la aureola decabellos, su rostro se antoj a Jack huesudo y vulnerable. Una colilla muy cortase consuma entre el segundo y tercer dedo y cuando ella le sorprendimirndola, la apag en el cenicero del tocador.

    Ah, no, en realidad, no contest l, todava en el umbral del dormitorio.Contesta s o no dijo ella, volvindose hacia el espejo. La ambigedad

    me est matando. La mueca y la mano que sostenan el espejo para que Lilypudiera aplicarse el maquillaje eran delgadas como palillos.

    No respondi Jack.Bueno, espera un segundo a que tu madre se haya embellecido y te llevar

    abajo para que comas lo que ms te apetezca.Est bien dijo Jack. Era deprimente estar all solo.Vaya, como si tuvieras motivos para estar deprimido se inclin hacia

    delante e inspeccion su cara en el espejo. Supongo que no te importaraesperar en el saln, verdad, Jacky ? Prefiero hacer esto sola. Secretos tribales.

    Jack se volvi sin decir nada y entr en el saln. Cuando son el telfono, dioun gran salto.

    Contesto yo? grit.Por favor dijo la tranquila voz de su madre. Jack descolg el auricular.Hola, chico, por fin os encuentro dijo to Morgan Sloat. Qu diablos le

    ha pasado por la cabeza a tu madre? Dios mo, podra ocurrir algo gordo aqu sialguien no empieza a cuidarse de los detalles. Est contigo? Dile que tenemosque hablar no me importa lo que diga, tengo que hablar con ella. Confa en mi,muchacho.

    Jack permaneci con el auricular en la mano. Quera colgar, subir al cochecon su madre y marcharse a otro hotel en otro estado. Pero no colg, sino quedijo a gritos:

    Mam, to Morgan est al telfono. Dice que tiene que hablar contigo.Lily guard un momento de silencio y Jack dese poder verle la cara.

    Contest por fin:Hablar desde aqu, Jacky.Jacky ya saba lo que tena que hacer. Su madre cerr con suavidad la puerta

    del dormitorio y en seguida la oy volver al tocador y descolgar el telfono. Yaest, Jacky , le grit y l grit a su vez: Vale . Entonces se acerc el auricular

  • al odo y cubri la bocina con la mano para que nadie le oyera respirar.Magnfica actuacin, Lily dijo to Morgan, sensacional. Si todava

    hicieras pelculas, podramos ganar mucho dinero con esto. Algo como Porqu ha desaparecido esta actriz? . Pero, no crees que ya sera hora de quevolvieras a portarte como una persona normal?

    Cmo me has encontrado? pregunt ella.Crees que es difcil encontrarte? Dame una oportunidad, Lily, quiero que

    vuelvas cuanto antes a Nueva York. Ya es hora de que dejes de huir.Es esto lo que hago, Morgan?No te sobra exactamente el tiempo, Lily, y yo no tengo el suficiente para

    perderlo persiguindote por toda Nueva Inglaterra. Eh!, espera un momento. Tuchico no ha colgado el telfono.

    Claro que lo ha hecho.A Jack se le haba parado el corazn unos segundos antes.Deja de escuchar, muchacho le dijo la voz de Morgan Sloat.No seas ridculo, Sloat increp su madre.Te dir qu es ridculo, seora ma. Esconderte en un rincn miserable

    cuando deberas estar en el hospital, esto s que es ridculo. Dios mo, es que nosabes que tenemos pendiente un milln de decisiones comerciales? Tambin mepreocupa la educacin de tu hijo, maldita sea. T pareces haberla olvidado.

    No quiero seguir hablando contigo dijo Lily.No quieres, pero has de hacerlo. Vendr y te meter en un hospital, por la

    fuerza, si es necesario. Tenemos que llegar a varios acuerdos, Lily. Posees lamitad de la compaa que estoy intentando dirigir y esta mitad ser de Jackcuando t faltes. Quiero asegurar el futuro de Jack. Y si crees que ests cuidandode l en ese condenado rincn de New Hampshire, es que ests ms enferma delo que te imaginas.

    Qu quieres, Sloat? pregunt Lily con voz cansada.Ya lo sabes, quiero que todo el mundo reciba lo suyo. Quiero lo justo. Yo

    me cuidar de Jack, Lily. Le dar cincuenta mil dlares al ao; pinsalo, Lily. Leenviar a un buen colegio. T ni siquiera te cuidas de que vaya a la escuela.

    El noble Sloat dijo su madre.Consideras que esto es una respuesta? Lily, necesitas ayuda y soy el nico

    que puede ofrecrtela.Y cul es tu tajada, Sloat? pregunt su madre.Lo sabes muy bien, maldita sea. Yo recibo lo justo, lo que me pertenece.

    Tus intereses en Sawyer y Sloat me he matado trabajando para esta compamay tiene que pasar a mis manos.

    Podramos tener listos los documentos en una maana, Lily, y entonces nosconcentraramos en cuidar de ti.

    Como cuidasteis de Tommy Woobdine replic ella. A veces pienso que

  • t y Phil tuvisteis demasiado xito, Morgan. Sawyer y Sloat era ms manejableantes de que hicierais inversiones inmobiliarias y negocios de produccin.Recuerdas cuando slo tenais un par de cmicos muertos de hambre y mediadocena de actores y guionistas en ciernes como clientes? Me gustaba ms la vidaantes de que llovieran los billetes.

    Manejable ests de broma? grit to Morgan. Si ni siquiera sabesmanejarte a ti misma! Entonces hizo un esfuerzo por calmarse. Y olvidarque has mencionado a Tommy Woodbine. Ha sido un golpe bajo incluso para ti,Lily.

    Voy a colgar, Sloat. No te acerques por aqu. Y no te acerques a Jack.T irs a un hospital, Lily, y esta huida de un lado a otro tiene queSu madre colg a media frase de to Morgan; Jack hizo lo propio con su

    auricular y dio unos pasos hacia la ventana, como para no ser visto cerca deltelfono del saln. En el dormitorio cerrado reinaba el silencio.

    Mam? llam.Qu, Jacky ? Oy un ligero temblor en su voz.Ests bien? Va todo bien?Yo? Claro. Sus pasos se aproximaron suavemente a la puerta, que se

    abri una rendija. Los ojos de ambos se miraron, los azules de l y los azules deella. Lily abri la puerta de par en par y sus miradas volvieron a cruzarse duranteun segundo de incmoda intensidad. Claro que todo va bien. Por qu habra deir mal?

    Dejaron de mirarse. Cierta clase de revelacin haba pasado entre ellos, perocul? Jack se pregunt si ella sabra que haba escuchado su conversacin y enseguida pens que la revelacin que acababan de compartir era por primeravez el hecho de su enfermedad.

    Bueno dijo, turbado de pronto. La enfermedad de su madre, aquelgrande e inmencionable tema, adquiri un tamao obsceno entre ambos, no los exactamente. To Morgan pareca Se encogi de hombros.

    Lily se estremeci y Jack tuvo otra revelacin. Su madre estaba asustadapor lo menos tanto como l.

    Se puso un cigarrillo en la boca y abri el encendedor mientras sus ojosprofundos le dirigan otra mirada penetrante.

    No hagas ningn caso de ese rufin, Jack. Slo estoy irritada porque tengola impresin de que nunca podr deshacerme de l. A tu to Morgan le gustaintimidarme. Expeli una columna de humo gris. Me temo que ya no tengoapetito para desayunar. Por qu no bajas y tomas un buen desay uno esta vez?

    Ven conmigo.Me gustara estar un rato sola, Jack. Intenta comprenderlo. Intenta

    comprenderlo. Confa en mi.Estas cosas las decan los adultos cuando queran decir algo completamente

  • distinto.Ser mejor compaera cuando vuelvas aadi ella. Te lo prometo.Y lo que realmente deca era: Quiero gritar, no soporto ms esta situacin,

    vete, vete!Quieres que te traiga algo?Ella neg con la cabeza, sonriendo estoicamente, y Jack tuvo que abandonar

    la habitacin, aunque tampoco tena el estmago bien para desayunar. Enfil elpasillo hacia los ascensores. Una vez ms, slo haba un lugar adonde ir, pero enesta ocasin lo saba antes de llegar al lgubre vestbulo presidido por elceniciento y ceudo conserje.

    4

    Speedy Parker no estaba en el pequeo cobertizo pintado de rojo que le serva deoficina; tampoco estaba en el largo malecn ni en la arcada donde los dosancianos jugaban con la mquina como si fuese una guerra que ambos daban porperdida, ni en el polvoriento espacio bajo la montaa rusa. Jack Sawyer caminsin rumbo bajo el sol ardiente, buscando en las avenidas vacas y en los desiertoslugares pblicos del parque. El miedo era como un nudo en la garganta. Y si lehaba ocurrido algo a Speedy? Era imposible, pero, y si to Morgan habaaveriguado algo de Speedy (averiguado qu?) y haba? Jack vio mentalmentela camioneta NIO SALVAJE tomando una curva a toda velocidad, haciendochirriar las marchas y lanzndose como una exhalacin.

    Se puso en movimiento, sin saber apenas qu direccin tomar. En sualarmado estado de nimo, vio a to Morgan correr ante una hilera de espejosdistorsionantes que le prestaron una serie de siluetas deformes y monstruosas. Lesalieron cuernos de la calva, apareci una joroba entre sus carnosos hombros ysus dedos anchos se convirtieron en palas. Jack torci de improviso hacia laderecha y se encontr caminando hacia un extrao edificio casi redondo, hechocon tablas blancas y estrechas como listones.

    Oy sbitamente un rtmico martilleo que proceda del interior. El muchachocorri hacia el sonido: una llave golpeando una tubera, un martillo aporreando unyunque, el ruido de una herramienta de trabajo. Entre los listones encontr unpomo y abri la frgil puerta.

    Jack entr en una oscuridad rayada y el sonido aument de volumen. Lastinieblas cambiaron de forma a su alrededor y alteraron sus dimensiones.Extendi las manos y toc una lona, que se desliz hacia un lado, y al instante unaluz amarillenta ilumin el lugar.

    Viajero Jack dijo la voz de Speedy.Jack se volvi hacia la voz y vio al guarda sentado en el suelo junto a un

  • tiovivo parcialmente desmontado. Tena en la mano una llave inglesa y delantede l, un caballo blanco de esponjosas crines, atravesado por un largo palo deplata en medio de la barriga. Speedy dej la llave en el suelo.

    Est dipueto a habla ahora, hijo? pregunt.

  • Captulo 4

    JACK PASA AL OTRO LADO

    1

    S, ahora estoy dispuesto contest Jack con voz completamente tranquila yentonces se ech a llorar.

    Vamo, Viajero Jack dijo Speedy, soltando la llave y acercndose a l.Vamo, hijo, tmatelo con calma, tmatelo con calma

    Pero Jack no poda tomrselo con calma. De pronto no poda soportarte, todoaquello era demasiado y tena que llorar o hundirse bajo una gran oleada negra,una oleada que ningn rayo de oro poda iluminar. Las lgrimas dolan, perointua que el terror acabara con l si no se desahogaba.

    Yora, pu. Viajero Jack dijo Speedy, rodendole con sus brazos. Jackapoy el rostro caliente e hinchado contra la delgada camisa de Speedy,olfateando el olor del hombre, algo parecido a Old Spice, a canela, a libros quenadie ha movido del estante durante mucho tiempo. Olores buenos, oloresconsoladores. Abraz a ciegas a Speedy y sus palmas tocaron, los huesos de laespalda del negro, muy prximos a la superficie, cubiertos por muy poca carne.

    Yora si te hase sent mej aadi Speedy, mecindole. A vese ocurre,lo s. Speedy sabe lo lejo que ha ido, Viajero Jack, lo lejo que ha de y locansado que et. As que yora si ello te tranquilisa.

    Jack apenas comprenda las palabras, slo captaba