liberándote del efecto camaleón
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Un libro de Restauración Psicoafectva, Para quiénes desean ser libre del Síndrome de Personalidad Manipulable. Por el Pastor Rodolfo Bismarck MejíaTRANSCRIPT
Liberándote del Efecto Camaleón
Libro II
Serie: Heridas Psicoafectivas
Lic. Rodolfo Bismarck Mejía Doctor en Divinidades Cientista en Familia
Edición Digital E-pub Edición Digital Ejecutable, DNL, DML
www.ministeriovidaypaz.org www.pastorrodolfo.ministeriovidaypaz.org
Pr. Rodolfo Bismarck Mejía Artunduaga, 2012 ®
Todos los derechos reservados. © Ninguna parte de esta edición puede ser utilizada o reproducida sin previa autorización escrita del autor.
Diseño Portada: Ministerio Vida Y Paz
Edición
Génesis Creación Web
Editor María C. Tapias
Las citas bíblicas de este libro fueron extraídas de diferentes versiones de las sagradas escrituras, para proporcionar una mayor comprensión de los temas expuestos; así como la Reina Valera 1960, 1990, DHH, NVI.
Edición Digital Ejecutable
(dnl, dml) Mayo 2012
Edición Digital E-pub
Junio 2012
Comentario
Por El Apóstol Héctor Torres
Excelente material, muy pertinente para la Iglesia contemporánea. Es hora de despertarnos del sueño, es hora de remover la pasividad y comenzar a activarnos para lograr los propósitos que Dios ha preparado para cada uno de sus hijos. Rodolfo explica claramente los pasos a tomar para vivir una vida victoriosa. Recomiendo este libro a todo creyente que desee llegar a nuevos niveles en Dios.
Héctor P. Torres.
Presidente y Fundador de Hispanic International Ministries. Autor de varios libros "Bet Seller" en Latino América, como: Liderazgo Ministerio y Batalla, Apóstoles y Profetas, Productor de la versión para habla española de los videos de "Transformaciones".
Introducción La necesidad inminente de ser restaurados de heridas psicoafectivas
se convierte en un derecho como seres humanos. Los camaleones
ocupan un lugar específico en nuestro ecosistema general, ellos
huyen de su entorno ocultándose o adaptándose al medio en el que
viven; su lugar es la selva, por ende no les deja otra elección, allí su
única opción es matar o morir, pues la ley de la selva deja a los menos
privilegiados en una posición vulnerable.
A diferencia nuestra que como seres humanos, el hábitat que surca
nuestras relaciones afectivas e interpersonales cotidianas necesita
interdependencia, interpolación en las relaciones, allí cada quien
revela su forma de pensar, y aprehende de quienes le rodean y del
medio, esa aprehensión le hace crecer vivir, y ser feliz, pues es parte
de su fondo ontológico, su ser está programado para una relación
comunitaria, por ello puede hablar, expresarse y compartir, no fue
diseñado para mimetizarse en otros, sino simplemente para ser él y
solo él. Obviamente en esa interpolación ese ser humano se
descubre a sí mismo cuando descubre a su prójimo, y al mismo
tiempo cuando sabe valorar y respetar la individualidad y
particularidad de ese otro.
Por ello es importante reconstruir nuestro entorno emocional, un
propósito que alcanzaremos ¡Reinsertando Camaleones…
Restaurando el Ecosistema!
El ser humano merece y fue creado para vivir dentro de un medio
ambiente propicio para desarrollarse psico-afectivamente, y aunque
I
esto incluya situaciones y experiencias negativas y positivas, la
dependencia (Síndrome de Efecto Camaleón) y las heridas
emocionales, no son el orden de lo que debe primar; pues de hecho,
este orden pertenece a otro tipo de ecosistema natural: la selva, por
cuanto, ¡los Camaleones para la Selva, Seres Humanos para ser
Libres!
En la interrelación que vivimos a diario con nuestro prójimo el dar y
recibir afecto es parte fundamental de nuestro crecimiento, es por ello
que la escritura nos enseña a “amarle como a nosotros mismos”
(Mateo 22.39) o a mirar cada quien al otro con tan alto sentido de
respeto, que se sienta valorado, y aún más verlo como alguien
superior, en el sentido que nuestra honra y respeto por sus
características y notas personales se evidencien en una excelente
relación (Filipenses 2.3); pero aún más que eso, esa solicitud divina
de ejercer valoración a nuestro prójimo, llega hasta el punto en que
nos llama a igualarla con la valoración afectiva del amor eterno que
hemos recibido por su misericordia, el ejemplo de esto es claramente
revelado cuando Jesús le dice a sus discípulos: “…que os améis unos
a otros como yo os he amado” (Juan 13.34). ¿Cómo viviríamos hoy si
nuestras relaciones interpersonales fuesen interpretadas bajo estos
parámetros? quizá tendríamos sociedades mucho más sanas que las
que hoy tenemos.
Cuando personalmente conseguimos (como implícitamente escribo en
estos capítulos) revalorar la forma de ver a quienes nos rodean, la
posición que tenemos frente a ellos, el lugar que Dios nos ha dado, lo
que somos como seres humanos, y lo que ellos representan realmente
II
para nosotros; entonces, somos libres, sanos, y agradecidos por ser
parte de sus vidas y que ellos lo sean de la nuestra,
independientemente de sus características personales, las cuales
pueden ser sumamente diferentes, pero en el fondo de todo, son una
complementariedad a nuestro ser, puesto que en la diferencia esta
nuestra capacidad de poder valorar lo que personalmente somos, de
sentirnos agradados, y además, felizmente diferentes al resto,
individualmente particulares, dentro de una hermosa colectividad de
colores y formas alegres, estando satisfechos de ser nosotros mismos,
un yo total, que se expresa, que vive en concordancia con el medio
que le rodea, y a la vez es diferente de él.
En el principio Dios creó al hombre y a la mujer, y aunque esta
procede de él, no es él, y los que de ellos proceden no son ellos, Dios
no hizo a nadie igual, pero si nos creó para amarnos, y protegernos
mutuamente dentro de este vasto sistema. El rey David le dijo a Dios:
“Porque Tú formaste mis entrañas, Tú me hiciste en el vientre de mi
madre” (Salmo 139.13) él simplemente sabía, que aunque vivía en un
mundo rodeado por millares de personas, él fue visto por Dios desde
el comienzo, eso es sentirse único, y es algo a lo que tenemos
derecho.
Finalmente, dejo estás notas específicamente para aquellos que han
sufrido de conducta manipulable:
Nuestra restauración comienza una vez que tenemos la humildad para
reconocer nuestras deficiencias, es a partir de allí cuando somos
dependientes de aquel Dios de amor que puede sanarnos, Él dice:
III
“Venid a mí los que estáis trabajados y cansados, y yo os haré
descansar;…y hallareis descanso para vuestra almas” (Mateo 11.28).
Depender de Él no es fácil, porque cuesta el precio de reconocer que
hemos fallado, que nuestras decisiones no fueron las mejores, pero
siempre traerá como consecuencia un fruto apacible a nuestras vidas.
Y una vez libres, debemos reconocer que más allá de nuestra
restauración individual, también existe la necesidad de ayudar a
quienes son manipulables, puesto que, ¿quién mejor que aquel que ha
padecido bajo Efecto Camaleón, para reconocer a aquellos que están
bajo esta necesidad? Es obvio que por haberlo padecido identifica,
con mayor facilidad todos los síntomas de una persona presa en este
estado. Solo que algunas personas libres de una marca psicoafectiva
como la manipulación emocional, tienden a rechazar a aquellos que
reconocen en este tipo de conductas, probablemente por el recuerdo
que esto les ocasiona, o en el peor de los casos llegan a convertirse
luego en sus manipuladores.
La historia de Jesús al hablar del deudor perdonado por su acreedor,
que luego se convierte en intolerante ante aquel que le debía cien
denarios, juega un papel muy importante para reflexionar al respecto
(Mateo 18.23.34).
Una vez escuché esta frase en uno de mis líderes: “Nuestro Consuelo
Consuela”… ¡qué verdad tan preciosa! Es así de simple, la sanidad
que Dios te da, te otorga la autoridad para decirle al reino de las
tinieblas, a la enfermedad y a la necesidad: “Yo conozco a un Dios
que tiene poder para libertar de esta situación, y a ese Dios es a quien
declaro en control ahora…”
IV
Ninguna de las experiencias de nuestra vida, por infortunadas que
hayan sido, quedan fuera del propósito de Dios, Él puede transformar
una vez más piedras en esculturas, y sacar tesoros en medio de la
basura, todo lo que necesitamos hacer es permitir a Dios, ser Dios a
través de nuestras vidas.
Dar la espalda a la necesidad, ser intolerante al dolor de nuestro
prójimo, es ser parte de su problema, para reflexionar en esto, quiero
sembrarte la idea que me fue revelada en una palabra acerca del
apóstol Pablo, la concluyo así: “Ten cuidado de lastimar a otros,
porque Dios puede revelarte lo que significa padecer”. En Hechos
9.16, dice: “Porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por
mi nombre”, se refería al llamado del apóstol, quizá escogido a servir
en esa dimensión, por ser parte de la persecución a la Iglesia, fuese o
no esa la razón, en todo caso, es una ley natural: sembrar para
recoger, es un efecto consecuente; dar la espalda no ayudará a
restaurar, hay un propósito en nuestro dolor y en nuestra restauración,
hemos sido restituidos para restituir.
Dios nos creó para ser libres y para dar libertad, comencemos ahora;
¡Libérate del Efecto Camaleón!
V
Índice
Capítulo I
Pág.
Conociendo Camaleones 17 a. El Problema de la Identidad 18 b. La Identidad del Camaleón es Manipulable 19 c. Secuestradores Emocionales vs. Camaleones
Vulnerables 21
d. El Efecto Camaleón en la Vida de Jacob 24 e. Los Manipuladores son Dependientes
Emocionales 27
f. Manipulables por los Hombres Arrogantes ante Dios
29
Capítulo II
Pág.
Bajo la Piel de los Camaleones
33
a. En un Mundo Extraño nada es lo que Parece 34 b. Inconscientemente Presos 39
15
Capítulo III
Pág.
Jesús y los Camaleones 46 a. ¿Hay Evidencia que Jesús fue Controlado? 47 b. La Identidad de la Personalidad de Jesús 50 c. Arrancando la Homocromía y Cripsis de los
Camaleones 52
Más Recursos del Ministerio 56 Pastor Rodolfo Bismarck Mejía
16
Liberándote del Efecto Camaleón
Heridas Psicoafectivas
CAPITULO I
Conociendo Camaleones
¿Conoce usted a los Camaleones?
En primer lugar, recordemos que el “camaleón” es el nombre común de ciertos lagartos, muy populares por su capacidad de cambiar de color cuando se sienten amenazados, a estos pequeños animales las situaciones les hacen transformar su pigmento en la piel, transformándose defensivamente y a la vez camuflándose de aquello a lo que le temen. También transforman su color como respuesta a cambios de temperatura, luz, color y otras alteraciones ambientales. Este cambio se debe a la acción de hormonas que afectan las células pigmentarias especiales presentes en la piel.
17
Cuando era niño quería tener el poder de aquel famoso personaje
mexicano llamado “Chapulín Colorado”, quería tener la facultad de
tomarme unas pastillas de “chiquitolina” y que nadie pudiera verme;
en fin, tener el poder de camuflarme; o ¿por qué no? aquellos
superhéroes que se ocultaban de sus enemigos, ejemplo de ellos eran
el hombre invisible o hasta tener el avión de la mujer maravilla.
¿Cómo sería si pudiéramos ocultarnos en situaciones que son difíciles
de resolver? ¿Cuántas veces hemos querido ocultarnos de cosas,
personas y/o emociones que no podemos controlar o afrontar?
Situaciones psicoafectivas que nos superan, o que superan nuestras
capacidades emocionales y por ello nos impiden manejarlas, o
resolverlas.
Alguien diría: “¡Que espectacular poder esconderme de lo que me
causa temor, amenaza; o ser lo que la gente quiere que sea y
adaptarme a todos!”
Conozco personas que como un Camaleón, se han vuelto expertas
en ser (y hacer) cualquier cosa que otros esperen de ellas, incapaces
de determinar o revelar con seguridad cómo son realmente, qué le
gusta, ó cuál es su verdadera opinión o personalidad, en otras
palabras son fácilmente acoplables.
a. El Problema de la Identidad
Cuando se pierde la identidad, o cuando no hay una bien definida,
terminarás haciendo lo que te pide la gente que te rodea, minimizas
tus deseos, sacrificas tus propias metas, para tomar las de otros,
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siempre vivirás por o bajo influencia de aquellos a los que quieres
agradar.
Nuestros fracasos, alegrías, felicidades o infelicidades dependen de
nuestras decisiones, y eso es un privilegio como seres humanos.
Las personas que constantemente quieren agradar a la gente que les
rodea, carecen del carácter necesario para confrontar lo que puede
ser una actitud o acción incorrecta de su parte o de otra persona.
Es así como se pierde autenticidad, y nace la dependencia y co-
dependencia, existen personas que se sienten controlados por otros y
han perdido el sentido de su propia personalidad, inseguros de
quiénes son y sintiéndose impotentes para manejar sus vidas, se
convierten en co-dependientes emocionales de aquellos quienes les
manejan o les manipulan.
b. La Identidad del Camaleón es Manipulable
Alguien que no toma sus propias decisiones, alguien que no vive su
propia vida, se hace vulnerable a perder identidad; normalmente
personas con heridas psicoafectivas o adicciones de carácter son
fácilmente manipulables, viven sujetos y dependientes de las
emociones, y de las formas conductuales de quienes les rodean, a
esta dependencia emocional le llamamos Efecto Camaleón.
Estos dependientes emocionales, aún quienes confiesan la fe
cristiana, atrapados en este tipo de heridas, dejan de vivir
auténticamente, lo que afecta su desenvolvimiento personal y aún, su
relación con Dios.
19
Los manipulables, tienen normalmente una necesidad compulsiva de
ser aprobados.
En mis experiencias como consejero he encontrado este patrón de
comportamiento en muchísimas personas. En cierta ocasión atendí a
una mujer con un hogar a punto de colapsar, se sienta enfrente y
comienza a hablarme de un episodio de su vida en que le fue infiel a
su marido; había una fuerte expresión de dolor en su rostro al hablar
del suceso. El arrepentimiento era evidente, el solo recordar a grosso
modo lo acontecido, traía un gran dolor a su alma; en el transcurso de
la consejería corrobore que no había en ella intención de repetirlo, y
además, que esta mujer amaba a su marido, sin embargo, no
encontraba una verdadera explicación lógica por haber permitido que
sucediera esa situación de infidelidad en su vida; es entonces cuando
surge la pregunta: ¿Por qué lo hizo?
En el proceso de consejería encontré en ella algunos patrones
causados por heridas psicoafectivas, tales como: conducta vulnerable
a la manipulación, fuerte obsesión por agradar a quienes le rodean y
pérdida de autenticidad entre otros. Todo esto dado a una infancia
vulnerada por el temor influenciado en esta etapa de su vida,
sentimientos de soledad, desaprobación, y ausencia de relación
paternal; esto, sumado a situaciones actuales de su matrimonio,
colapsaron, produciendo el adulterio y la infidelidad.
La obsesión por agradar a otros, tiene raíces en heridas muy fuertes, y
al ser compulsiva, abre espacios a la “necesidad” de ser manipulable.
Sus efectos, como en el caso anterior podrían ser extremadamente
destructivos y nocivos.
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c. Secuestradores Emocionales v.s Camaleones Vulnerables
Otra característica de quienes son manipulables, es que algunos de
ellos permiten ser secuestrados emocionalmente, haciéndose
vulnerables a que otros les hieran fácilmente con palabras de
desaprobación, entregando su estabilidad emocional a aquellos que
los hieren.
En nuestra sociedad hay cientos de personas que son secuestradores
emocionales, ellos intentan en todo tiempo bajar, y hasta sepultar, el
estado de ánimo de quienes les rodean, intentando minimizarles el
carácter, reduciendo así su fuerza emocional, y afectando su
temperamento, con el simple ejercicio de expresar constantemente
frases negativas para dañar a quienes son emprendedores.
Para evitar el Efecto Camaleón sobre ti, es importante romper la
vulnerabilidad de ser secuestrado emocionalmente.
Un ejemplo típico de secuestradores emocionales versus camaleones
vulnerables, es el caso de una persona que llega a su trabajo, prepara
cada detalle de su día, pues hay un buen cliente que atender, una
buena venta que efectuar o la reunión periódica con el gerente general
o de departamento; así que se debe considerar todos los aspectos
para ese momento, es decir, las estadísticas, formas de expresión,
informes de cuentas, y hasta el mejor vestuario, pues se sabe que la
apariencia personal juega un papel importante en lo que se quiere
expresar; en ese momento aparece “ese alguien”, llámese compañero
de trabajo o amigo, a quien le encanta “secuestrar emocionalmente” a
21
todo aquel que este vulnerable; se acerca y dice: “Hoy te ves
terriblemente fatal…” – ¡Ups!... (Dicen que a una expresión de
desaprobación deben seguirle cinco que aprueben para que la
persona vuelva a recuperarse totalmente) la lucha entre secuestrador
emocional y camaleones vulnerables continúa; a menos que quien
está intentando secuestrar se tope de frente con alguien que no es en
lo más mínimo un ser manipulable. Caso contrario es que halle a un
dependiente de las emociones, y de las formas conductuales de
quienes les rodean, quiero decir: alguien bajo el Efecto Camaleón.
Esta persona inmediatamente entrará en una cárcel, que le dejará
secuestrado el día completo, probablemente no consiga exponer
claramente sus ideas, perdiendo la capacidad de productividad y por
ende, fracasar en sus objetivos principales de aquel momento tan
esperado.
Otro ejemplo, se da en la mujer que llega a su lugar de trabajo,
universidad, o hasta la iglesia, y se encuentra con una amiga en la
puerta de ingreso que le dice: “¡Ese color de vestido te queda muy
mal!”, “¡tu cabello esta horrible!”, “¡podrías haberte colocado otros
zapatos!”; o en el caso de los hombres, un simple: “¡es imposible, yo
ya lo intenté, no creo que lo consigas!”, “¡Ni se te ocurra presentar ese
proyecto, la economía está por el suelo!”, “¡no hay dinero!”…
Y por qué no mencionar a personas que confiesan la fe cristiana, y
que viven con esta herida psicoafectiva, llamada identidad
manipulable, o como la hemos titulado en este libro: Efecto Camaleón;
en su comportamiento aparente podrían imitar la manera en que Jesús
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vivió, con conductas aparentemente mansas, pero en sus espíritus
internos están bien lejos de ser los siervos libres, vivir el amor y la feliz
libertad que Jesús le modeló a sus discípulos. De hecho, este tipo de
persona que viven bajo Efecto Camaleón, se ven a sí mismos no
solamente impotentes sino también carentes de valor.
Digo esto, porque a los cristianos nos encanta hablar de nuestra
identidad, decimos: somos hijos de Dios, somos reyes y sacerdotes,
príncipes del Reino de Dios, embajadores celestiales, ministros en
fin… más, si en algún episodio de nuestras vidas mostramos un
síndrome del Efecto Camaleón, entonces esta la identidad tiene que
ser sanada, para poder vivir verdaderamente la Imagen de Cristo.
Así entonces,
Podemos comparar la esclavitud llamada codependencia con la necesidad compulsiva de ser aprobado por otros. Esta “necesidad”, que casi siempre es inconsciente, está profundamente arraigada y controla prácticamente cada decisión que toma una persona bajo la obsesión por agradar a los demás. Parecen dadores, pero en realidad están esclavizados a su necesidad insaciable de ser admirados.
Sencillamente porque la dependencia emocional puede llegar a afligir a cualquiera que esté envuelto en una relación con una persona que es importante para él o ella y a la cual quiere impresionar favorablemente, obviamente que haya tenido espacios de vulnerabilidad, como lo son las heridas del alma, y/o fuertes marcas emocionales en episodios pasados de su vida.
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Es por esto que hay gente que se aterroriza por la desaprobación de
otros, llegan a sentir que se morirán, que no son nadie o dejarían de
existir como personas, si otros no las afirmaban.
El episodio es claro en nuestra sociedad, por ejemplo: padres con
hijos que les manipulan, hombres y mujeres manipulados por las
decisiones de su cónyuge, amigos que fueron o son influidos por sus
“mejores amigos” para tomar decisiones incorrectas, relaciones de
noviazgo tortuosas y a pesar de eso juran amarse de verdad, hijos
como el Jacob de la escritura, que siempre tuvo la semilla sembrada
por la influencia negativa de su madre (el engaño), ayudándolo en el
proceso de su mentira, huída, y hasta no morir su nodriza (quien le
recordaba lo que su madre quería de él) no puede pasar a la
experiencia de saber decidir lo que Dios quería realmente en su vida.
d. El Efecto Camaleón en la Vida de Jacob
Jacob es el típico engañador engañado, su vida refleja la posibilidad
de ver a un hombre que vive con una promesa y sobre quien reposa
una eterna bendición, transcurriendo en el proceso de una lucha con
su pasado, y aunque avanzando hacia un futuro lleno de promesas y
colmado de una gran conquista, se enfrenta a sus vulnerabilidades
ocasionadas por el temor a sus actos anticipados, es por esto que
huye del lugar donde habitaba al lado de la familia paternal, para
buscar protección en la región de Harán, pues su hermano “se
consolaba acerca de él con la idea de matarle” (Gen. 27.42). Su
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hermano literalmente le aborrecía por haberle robado descaradamente
la bendición de primogenitura, y había decidido matarle en cuanto
terminarán los días del luto de su padre. En otra ocasión posterior
debió salir de la tierra de Labán, puesto que el mismo Labán y sus
hijos pensaban que él había robado sus riquezas (Gen. 31). Luego de
mucho tiempo Jacob se encontró inevitablemente con quien ha
deseado matarle todos esos años, y en el capítulo 32 de Génesis
levanta una oración delante de Dios por causa del miedo que le causa
dicha situación, diciendo: “Líbrame ahora de la mano de mi hermano,
de la mano de Esaú, porque le temo…” (Gen. 32.11)
La vida de este hombre es interesante en todos los aspectos, pero
quiero enfatizar en un detalle especifico: El Efecto Camaleón en su
vida; la identidad de Jacob estuvo marcada por persecuciones,
mentiras, engaños, robos, huidas, y en medio de todo encuentros con
Dios; unos más profundos que otros, hasta llegar al momento que
arrancaría la semilla de maldición de su vida, ¿cuál era esa semilla?:
La Manipulación a la que se vio enfrentado, no me refiero a Jacob
como “manipulador”, sino como “manipulado”, secuestrado y
controlado gran parte de su vida, adaptado al color que el medio le
influenciaba, escondido de sí mismo para aceptar ideas y proyectos
heterónomos o exteriores a él.
Rebeca, una gran secuestradora emocional, siempre dirigió los pasos
de su hijo a la sombra de las mentiras: el disfraz, el guisado de
cabritos, la huida a tierras de Labán; más el desesperado Jacob tenía
una voz interna que no podía cambiar, su propia voz, con ella no podía
engañar como lo expresó el mismo Isaac en su lecho de muerte: “Las
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manos, manos de Esaú… pero la voz de Jacob es” (paráfrasis de
Gen. 27.22).
Todo transcurrió para él en una serie de experiencias basadas en el
origen de una decisión a la que fue guiado por Rebeca, hasta que un
día, Jacob fue transformado, ese día, dice la escritura: “y se fue de él
Dios, del lugar donde había estado con él” (Gen 35.13), leyó esto: ¿se
fue de él Dios?, ¡guau! ¡Qué experiencia! cuando Dios se aparta,
cuando nos deja solos, ¿has pensado en eso? o ¿has vivido eso?;
bueno para Jacob era un momento crucial, Génesis 25.8 revela que
Débora, el ama de Rebeca su madre, había muerto. Débora, era la
nodriza de Jacob, su segunda madre, o como era costumbre, es la
persona quien llevaba a cabo los pensamientos de su ama,
transmitiéndolos sobre aquellos a quienes tomaban en tutoría. Débora
la nodriza de Jacob siempre le mantuvo vivo los conceptos de su
madre, y más allá de eso, los recuerdos, las marcas específicas que le
habían hecho más daño a su vida emocional.
Cuando Débora muere, y por alguna razón que solo Dios conoce, al
instante, Dios vuelve a aparecer en la vida de Jacob, y le dice: “Tu
nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será
tu nombre; y llamó su nombre Israel”, lo interesante, es que no dice:
“ahora te llamarán…” pues, en este nuevo momento es Dios quién le
llama Israel (Gen. 35.10) y seguido a eso le repite la maravillosa
promesa Abrahámica, es ahí cuando Dios se va de él, ¿la razón? Creo
firmemente que es por lo que está a punto de suceder…
Ellos parten entonces de Betel y estando a media legua para llegar a
Efrata, quizá a la ciudad de Belén; Raquel esposa de Jacob comenzó
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proceso de parto, y al dar a luz muere, y un instante antes de morir,
levanta la voz y da por nombre a su hijo: Benoni, un nombre fatal para
quien sería un príncipe de Dios, una de las tribus formadoras de un
pueblo llamado a un propósito eterno, pues el significado es “Hijo que
causa muerte”; y es cuando vemos que el carácter de aquel Jacob
había cambiado, la semilla había sido quitada, Dios se había apartado
de él, pero ahora él entendía quien era, conocía su destino, su
transformación, y entonces dice: No! Su nombre es Benjamin: “Hijo de
mi ayuda”; porque ahora reconozco que mis hijos son herencia de
Dios, son reyes, son depósitos de una promesa. Su consciencia había
cambiado, el engañador engañado, ahora era libre, se rompió la
semilla de la manipulación que decidía por él, ya no más un camaleón
que se transforma según el color del ambiente que le rodea, ahora
puede superar el medio, ¡ahora el medio le habla de muerte y él habla
de vida!
e. Los Manipulables son Dependientes Emocionales
Las personas que viven bajo el Efecto Camaleón se convierten en
dependientes, hasta el punto de sentirse impotentes para manejar sus
vidas y decisiones, se enferman del virus de querer agradar a otros, y
en algunos casos no solo exclusivamente a otros, sino a todos,
básicamente porque en el fondo temen al rechazo, a ser excluidos del
“amor” de quienes los controlan, y por quienes “disfrutan” ser
controlados.
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Hay gente herida psicoafectivamente comportándose servilmente, dispuestas a aceptar migajas, aún, en sus relaciones más importantes; esto no es más que un obtundente emocional, un sofisma de distracción para sentirse útiles por sus propias decisiones. Lo peor es que se sienten como “ceros a la izquierda”, y están sin saberlo, enfurecidas, a punto de estallar, pierden su propio valor dejando de ser ellas mismas; esto conlleva a que quienes los rodean saquen provecho de esta debilidad, y se unan al grupo de quienes los controlan y les pierden el respeto.
El caso claro esta evidenciado en aquellas relaciones emocionales
que aunque causan daño son imposibles de acabar, la persona que es
rechazada o controlada se siente tan frágil cuando se acaba la
relación que aunque conscientemente sabe que le es nociva, vuelve a
buscar a aquel otro (a) simplemente para sentirse aprobado(a), lo que
obviamente ocasionará que en el futuro, las heridas, la manipulación,
el daño emocional y hasta físico sea peor que la primera y la segunda
vez.
El niño o joven que en casa es desatendido, llega a la escuela e
intenta llamar la atención haciéndose popular, la conducta de este
puede variar desde actitudes muy positivas, o las que más
comúnmente se evidencian: rebeldía, desobediencia, desorden; en
realidad lo que necesita es sentirse aprobado por alguien. Las
actitudes positivas bien dirigidas pueden permitirle manejar sus
potenciales, de lo contrario su problema emocional termina
convirtiéndolo en esclavo de la búsqueda de aprobación.
Los ejemplos son infinitos, pero el problema es uno solo: Ser adicto a
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la manipulación, lo que crea una conducta de dependencia y
secuestro emocional, e incluso codependencia; es decir, un carácter
bajo Efecto Camaleón.
Vivir navegando en la manipulación emocional de quienes te rodean es alejarse cada vez más del puerto de tus propias decisiones y de tu verdadero estilo de vida, es perder identidad, es dejar de ser “tú mismo”, es verse al final del camino naufragando a la deriva en medio de un océano de insatisfacciones y peligrando ante la posibilidad de ahogarse sin ver nunca la tierra que estaba dentro de tus sueños… tu propia y verdadera conquista. f. Manipulables por los Hombres, Arrogantes ante Dios
Otro fuerte ejemplo en la escritura está revelado en el episodio del Rey Saúl. Analizando su vida podemos ver a alguien que puede ser considerado un hombre bajo el Efecto Camaleón, por ende, altamente manipulable y adicto a la aprobación. Saúl en primer lugar, guardaba conceptos de inferioridad acerca de sí mismo, esto fue revelado por Dios a Samuel, interiormente se identificaba como un hombre pequeño ante sus propios ojos (1 Samuel 15:17), por ello, cuando Dios se le aparece, le habla de su sentimiento de incapacidad, aunque por propósito divino este hombre llegaría a ser jefe de tribus y hasta rey de una nación, con una misión absolutamente clara.
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En segundo lugar, Saúl se muestra como alguien dolorosamente consciente de sus incompetencias (1 Samuel 9:21). Y en tercer lugar, otro episodio destacable fue el momento de su coronación; nadie podía encontrarlo, pero Dios que si le conocía perfectamente, envió a sacarlo de su escondite entre el bagaje (1 Samuel 10:22). Estos momentos en la vida de Saúl, nos muestran que aquello que al principio pudo parecer humildad, o un sentimiento piadoso, finalmente terminó siendo un desesperado temor a la exposición, vergüenza y al final, llegó a convertirse en un firme problema de insubordinación y autonomía personal. Pasado un tiempo, casi al final de su ministerio, Saúl reveló que era una persona dependiente de las emociones de otros, un hombre vulnerable hasta el punto de ser manipulado por los hombres, y así se convirtió en un rey arrogante ante Dios; esto lo expresó cuando dijo: “Temí al pueblo y consentí a la voz de ellos.” (1 Samuel 15:24). En explicación a lo anterior, el profeta Samuel declaró que el mayor problema de Saúl no estaba en agradar a la gente, ni en su inseguridad personal, sino la rebelión y arrogancia contra Dios. Al final de cuentas, ser manipulable, vivir bajo el Efecto Camaleón trae consecuencias desastrozas a nuestras vidas, y la peor de ellas es que se produce una extrema arrogancia contra Dios. Quiero detenerme y hacerte una pregunta directa: ¿te parece incomprensible esta definición? – entonces considera algo acerca de lo que quiero decir con el término arrogancia: ¿qué es mejor: obedecer a los hombres o a Dios? Ahí radica el problema más fuerte de la codependencia, la
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manipulación, la dependencia emocional, el Efecto Camaleón; y es que, nunca obedecerás a Dios cuando estas preso de estos sentimientos, o de este tipo de heridas. Saúl colocó a Dios a un lado y a su necesidad de aprobación del otro lado, y tristemente inclinó la balanza hacia el lugar donde estaban los hombres. Al final eso es literalmente lo que hace el Efecto Camaleón, dirigirte a ser dominado, manipulado, para desobedecer a Dios, ¡más Dios te quiere libre!
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CAPITULO II
Bajo la Piel de los
Camaleones
Se ha preguntado alguna vez: ¿Cómo se siente un Camaleón? Quizá hoy estamos cerca de personas controladas, y/o probablemente seamos los secuestradores de aquellos que son vulnerables o altamente propensos a ser manipulados, los vemos a diario, nos incomoda su personalidad, o nos acomoda que sean así para poder alcanzar nuestros objetivos egocéntricos, lo cual revela no solo falta de misericordia y caridad, sino una pobre relación con Dios bajo la piel
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de los camaleones se expone secretamente una serie de emociones que han sido dominadas por un código de silencio, reprimiendo con esto el que sean evidenciarlas públicamente.
Vamos por un momento a introducirnos bajo la piel de los camaleones, y así intentar en este capítulo descubrir parte de aquello que siente alguien que sufre de personalidad manipulable. a. En un Mundo Extraño nada es lo que parece Me gustan muchísimo esos documentales y comentarios de investigación científica del reino animal, sobre todo aquellos que comienzan con frases atrayentes, como por ejemplo: “…En un mundo extraño donde nada es lo que parece…”, al respecto pienso particularmente que quizá uno de los reyes en atribuirse la fuerza de esa expresión, es el camaleón; este pequeño animal, se acomoda a cualquier situación, es por eso que quiero usar metafóricamente la conducta del camaleón para señalar algunos apuntes acerca de lo que puede experimentar alguien cautivo en una conducta manipulable. Los Camaleones…
-Sorprendentemente, no son cazadores activos, ellos prefieren quedarse inmóviles por horas, esperando a que la presa pase por donde ellos están. Que frustrante debe ser el no poder tomar decisiones propias, que estén de acuerdo con los criterios personales, ó establecer medidas que lleven al desarrollo, a la conquista; que bueno es poder cazar el bocado que realmente se quiere, aquello por lo que se sueña. Un camaleón permanece quieto, y si por ventura tiene una
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oportunidad atrapa una presa; esta conducta pasiva difiere con aquellos que comprendiendo promesas como las de Josué, van al lugar de sus sueños porque saben que al lugar donde vayan serán bendecidos, “… tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” (Jos. 1.9) Vivir sin la iniciativa de atrapar tus presas, es como vivir siempre bajo la sombra de otro, al final no te dejará sentir realizado pues no podrás dar tus frutos. Hace un año atrás sembré en mi jardín dos plantas, la primera de ellas muy hermosa con flores realmente preciosas, creo que Hortensia es su nombre, la segunda solo tiene unas grandes hojas, en el sur de Chile se conoce como “Nalca”, al principio todo parecía estar bien, luego de un tiempo las grandes hojas de la Nalca comenzaron a crecer sobre la Hortensia, impidiéndole que los rayos del sol llegarán hasta ella, cada vez más débil la Hortensia, dejó de dar su bellas flores, sus ramas se secaron y al final murió; en la siguiente primavera mientras recordaba aquella Hortensia, pensé cuan bella podía verse ahora si no hubiese permanecido a la sombra, ¡cuánto potencial de belleza se había perdido! Gracias a Dios los seres humanos tenemos el poder para decidir salir de la zona de oscuridad. Es hora de despertar, porque algo es seguro: ¡tu Dios estará contigo donde quiera que vayas!
-Esta inmovilidad de los Camaleones se conoce también como Cripsis, que actúa en ellos dándoles la capacidad de adaptarse y camuflarse al detectar una presencia potencialmente peligrosa, hasta el punto de intentar no respirar. Lográndolo por medio de un fenómeno llamado Homocromía, que significa igualarse al color del ambiente que le rodea.
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¿Temor? ¿Eso es lo que realmente está debajo de la piel de una persona manipulable? Tendría que responder entonces la pregunta: ¿qué es lo potencialmente peligroso para una persona con carácter bajo el Efecto Camaleón? El más peligroso de todos los temores: El temor de ser él mismo, probablemente por el miedo a sentirse rechazado, menospreciado, apartado, o simplemente descalificado, entonces prefiere el auto-sacrificio de sus puntos de vista, hasta el grado de dejar de respirar el oxigeno de la vida por si mismo camuflándose en vivir las opiniones de otros. Este proceso de adaptación a todo lo que les rodea, no es totalmente tranquilizante, pues al sacrificar sus puntos de vista, no por manejar bien las relaciones, sino más bien coaccionado por el temor a sí mismo, es real y lentamente asfixiante, es un paulatino y lento desespero por ser, por vivir; es la intranquilizante sensación de nunca haber vivido, de nunca ser, de nunca tener el privilegio de ver la luz del sol, atrapado por la penumbra de tristes colores; pero a la vez paradójicamente saber que son potenciales encubiertos; sus sueños y palabras reales, están desesperados por salir, por hacerse evidentes; mientras eso acontece, deja de respirar, y una vez más permanece quieto en la súbita inmovilidad de seguir dominado por el Efecto Camaleón.
-Algo impresionante es que los Camaleones por su manera de vivir son extremadamente solitarios, y solo abandonan su hábito solitario cuando necesitan aparearse Vivir en una burbuja, sin mostrar quienes realmente somos, sin mostrar aquello que pensamos es altamente nocivo, pues al fin de cuentas la soledad no es nuestra característica como seres humanos, ya que estamos llamados a interpolar, a socializar, es parte ontológica
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del ser y una de las funciones de la profundidad de la razón; siendo uno de sus dominios, el dominio comunitario, lo que induce por naturaleza a que sea relacional, eso es totalmente contradictorio a la soledad. Exponer ideas cuando ya has alcanzado el tope de cansancio es peligroso, puesto que se pueden decir palabras inadecuadas, causar heridas imborrables, dañar relaciones construidas y pagadas con valores como el tiempo, amor, cuidado. Lo que se expresa en las relaciones interpersonales debe hacerse con sumo cuidado, pues se construye con tiempo pero se destruye en instantes.
-Los Camaleones son altamente agresivos contra miembros de su propia especie.
Quiero abrir una gran verdad, y es que hasta no corregir nuestras propias falencias de carácter, siempre será así: el error que más detestamos en la vida de otra persona es el que llevamos dentro; quienes son manipulables y mudan su apariencia según el ambiente en el cual se encuentran, tendrán personas específicas sobre las cuales descargar su odio. El hombre cobarde y frustrado en su trabajo y emociones, maltratará verbal y hasta físicamente a su mujer, nunca será capaz de enfrentar a aquellos otros hombres que le exigen, o hieren, él buscará a alguien más débil que él para poderle hacer lo que no pudo hacer con quien lo hace sentir inferior. El joven manipulable llegará a casa para pelear con sus hermanos, o discutir con sus padres, o quizá dejará su frustración personal para desbocarla con algún “buen amigo”, simplemente porque así es la especie del Camaleón.
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El herido siempre buscará alguien a quien herir, el frustrado intentará hacer que otro se sienta frustrado, es como si de esa manera se liberaran de sus tensiones. Al respecto pienso en las personas que hieren constantemente a otros, algunas de ellas a menudo muy comunes en nuestras comunidades eclesiásticas, siempre son las mismas, hieren, hieren y no se cansan de herir; son personas que viven en obscuridad; es por ello que constantemente tropiezan hiriendo a otros, aún cuando saben que la ley de la escritura prohíbe dañar al hermano, negar el perdón, y que habla fuerte para aquellos que hieren a los más pequeños, anunciándoles que “Mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar” (Mar. 9.42), la razón: Quien vive emocionalmente atado a la obscuridad no puede interpretar la luz.
-Cuando está en medio de una batalla, sus colores indicarán si se
encuentra asustado o furioso El reino animal es fascinante, en los enfrentamientos cada especie expone sus fortalezas, algunos muestran sus dientes, otros sus garras, el oso por ejemplo, se pone en pie y evidencia su gran tamaño; aún cuando vean un adversario superior; el Camaleón por el contrario expone su derrota, aunque esté furioso o asustado, su enemigo lo sabrá anticipadamente, sus colores lo delatan. ¿Ha escuchado alguna vez a alguien decir, siempre me pasa lo mismo? ¿Ha oído a una mujer diciendo que todos los hombres son iguales? O ¿por qué no hombres hablando de la misma manera de las mujeres? la razón es sencilla, las heridas psicoafectivas son “olfateables”, se perciben, un manipulador siempre encontrará personas bajo Efecto Camaleón, personas manipulables para hacer uso de ellas, el asunto está en dejar de ser dependientes. Bajo la piel de los Camaleones se sufre en silencio por tener una
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personalidad manipulable; en una clara realidad, tristemente es un mundo extraño donde nada es lo que parece. Ser libres es un derecho por naturaleza, como seres humanos Dios nos creó libres; la libertad es un atributo de Dios, es parte de la identidad que nos transmitió al crearnos, y es el centro del objetivo que nosotros debemos conquistar, adquirir libertad en el espíritu de nuestra mente, irreprensibles en espíritu, alma y cuerpo (1 Tes. 5.23). b. Inconscientemente Presos ¿Cómo es que alguien puede vivir preso por una necesidad inconsciente? y al mismo tiempo ser manipulable, a pesar de todo lo que sufre debajo de su propia piel. Vivir presos por una necesidad inconsciente es una de las peores adicciones, lo peor de esta conducta codependiente y lo peligroso de ella es que es uno de los comportamientos que con frecuencia se enmascaran con las virtudes cristianas o con patrones de cortesía y buenas relaciones. En la escritura Jesús nos instruyó que nos amáramos unos a otros como a nosotros mismos, controversialmente también dijo que le ofreciéramos la otra mejilla a aquellos que nos hacían daño. El apóstol Pablo por su parte también nos dice que debemos considerar a otros como superiores a nosotros mismos, también se nos enseña que soportemos cada uno las cargas de los otros. El proceso de negarse constantemente a uno mismo y sacrificarse para ayudar y bendecir a otros, prima al parecer como el modelo bíblico de la bondad y la piedad cristiana. Ante esto, quiero preguntar entonces: ¿El tener una personalidad manipulable es una norma de las escrituras? Y por qué no también debemos preguntarnos si ¿deberían los buenos cristianos convertirse en presos emocionales y víctimas del maltrato y la manipulación de otros?
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Es claro y real en la experiencia diaria encontrar personas dentro del ambiente eclesiástico siendo controladas por otros (y hasta victimizadas) lo cual es un rasgo muy evidente de personalidad manipulable, y aún peor es no saber que esto es una de las características manifiestas de una vida Bajo el Efecto Camaleón. Una mujer victimizada por su marido adicto, o preso de heridas de su niñez, un hijo manipulado por sus padres, controlado hasta el extremo de no poderse desarrollar por sí mismo como persona, o no poder tomar sus propias decisiones de vida, por la sobreprotección de sus padres, que supuestamente quieren lo mejor para él, extremando hasta impedirle vivir su propia realidad; habiendo mencionado la sobreprotección, quiero añadir que además de ser un patrón muy repetitivo en nuestra sociedad, es igualmente una manifestación de control, que al final tendrá en quien es sobreprotegido la evidencia de temor a la vida, o de dependencia; puesto que dejará de responsabilizarse, no crecerá, se sentirá impotente a tomar sus propias decisiones, y por ende al escoger alguien para acompañarle toda la vida, buscará inconscientemente a un controlador para ser manipulado, pues no conoce otra forma de vida. A diario en consejerías o en el trato con quienes asisten a las congregaciones debemos trabajar sobre personas que caminan por el mundo con un bajo sentido de valor propio, que les cuesta creer en lo que verdaderamente ha hecho Dios en ellos, que les parece imposible aceptar que las promesas de Dios abiertas en las escrituras les pertenecen, que tienen una gran imposibilidad de sentirse verdaderamente “Hijos” de un padre misericordioso y cuidador, personas que dicen amar a Dios y ser felices por haber sido hechos salvos, más en lo que se refiere a las relaciones con gente que tiene y profesa su propia fe, prefieren vivir en aislamiento, porque supuestamente su relación es con Dios y no con la “gente” de la Iglesia.
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Algunas de estas personas por el hecho de ser cristianos, y de aparentar vivir una vida de ejemplo dejan de practicar el principio de transparencia y prefieren ocultar sus errores “internos” y vivir en negación sobre el problema de su familia, sin buscar una dirección, un líder, un amigo, para abrirse a la posibilidad de enfrentar abiertamente sus debilidades y vencer el temor a ser criticados o rechazados. Algo increíblemente común también es aquellos que en todo tiempo están tratando de controlar a otros, enmascarados probablemente en su “sabiduría” y experiencia de la vida cristiana, o su pseudo-liderazgo, los años que llevan en el evangelio, o siendo parte de una congregación, es un ejemplo patético, pero muy común de quienes quieren controlar a otros, ¿recuerda que los Camaleones son agresivos con los miembros de su propia especie? Bueno, esta agresividad puede manifestarse de cualquier manera, no solamente con golpes y heridas físicas, las emocionales son aún más marcantes. En quienes no conocen acerca de Jesús o no pertenecen a ninguna congregación, los rasgos que acabo de mencionar: vivir controlado o victimizado por otros, tener bajo sentido de valor propio, estar en aislamiento, mostrar señales de negación a sus problemas reales, también; son inconscientemente presos del Efecto Camaleón. Existen casos que revelan manifestaciones extremas de manipulación, donde el controlador ni siquiera está vivo, muchos viven inconscientemente presos del Efecto Camaleón porque durante todas sus vidas intentan agradar a un padre o una madre que ha fallecido, pero que nunca los aprobó mientras vivía, la razón: aquellas destructivas palabras de maldición o desprecio emitidas por sus padres en momentos de ira, embriagados o bajo frustración; cuando consciente o inconscientemente abrieron frases como: “¡Tú no eres más que una ramera, una estúpida!(o)”, “¡nunca llegarás a ser nadie!”,
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“¡eres un(a) inútil!” quedaron marcadas en la memoria, se abrieron espacio en el subconsciente de esa persona, se trabaron en la neo-corteza cerebral, por ende en las emociones del agredido y hoy son parte involuntaria de su diario vivir. Obviamente estas palabras o expresiones (pues es un conjunto completo, las palabras y los actos físicos que las acompañaron) no son recordadas conscientemente, pero la persona con conducta manipulable que vive bajo Efecto Camaleón tratará siempre con sus actos, comprobar que él o ella no es inútil, un(a) don nadie, estúpido(a), o un miserable fracasado. Es totalmente obvio que alcanzar la aprobación de aquellos que yacen en la tumba es inalcanzable, pero el vivir condicionado y bajo el efecto de este tipo de manipulación genera una lucha en quien sufre por tratar de calmar esa sombra de rechazo, y al mismo tiempo sentirse aprobado. En el fondo, esta persona aún vive manipulada por alguien que ahora, en el presente, su presente, no está viva, y lo peor de esto es que este comportamiento en algunos casos puede llegar a manifestarse compulsivamente. Bajo la piel de los Camaleones, existe una profunda necesidad de ser libres, de comprender lo que realmente está pasando en sus vidas, conocer por qué existe la sombra de una manipulación inconsciente, el Efecto Camaleón en un mundo extraño donde nada es lo que parece… para ello se necesita respuestas, que sean transformantes, liberadoras, y causantes de una verdadera sanidad emocional. Quiero presentarles a un hombre llamado David, él era un poderoso hombre en el pasado, llegó a ser un rey cuando su familia no tenia probabilidades, y él, era aquel que menores opciones podía tener, sin embargo consiguió ser el rey, su padre fue visitado por un hombre que tenía el designio de separar al que sería el futuro rey de una gran nación, este hombre al llegar pidió ver a todos los hijos de Isaí, un
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hombre de Belén, Isaí complacientemente trajo a todos delante de él, siete en total, y aquel hombre llamado Samuel le dijo: ¿Son todos estos tus hijos? A lo que Isaí responde… ¡…mmm a ver… me queda uno en el campo, pero es el menor, es pastorcillo de ovejas…!, ¡ok!, dijo Samuel, no me iré hasta que el venga… y es así como el inapreciado de aquel momento llegó a ser el rey por designio de Dios (1 Sam. 16.1-13). A pesar de esto, David nunca intentó hacer cosas para agradar a sus hermanos o a su padre, él simplemente vivió su propia vida, decidió por el trono hasta el momento en que Dios lo tenía programado, sabiendo esperar su turno pacientemente, él pudo haber matado a su antecesor, el rey Saúl en un momento en que su vida fue puesta en sus manos, sin embargo supo decidir y esperar su día, pues no estaba condicionado por nada, ni nadie, tenía claro que su propósito en la vida dependía directamente de Dios (1 Sam. 26). David vivió sirviendo y aprendiendo lo que debía aprender para llegar a ser un excelente rey, y sobretodo dirigido por Dios. En otra experiencia de la vida de David, el Rey de Israel, el dice: “Ten misericordia de mi oh Dios, sana mi alma”, esta expresión se ve reflejada en los salmos 3 al 10, y luego en el 41.4; en los cuales se ve a David siendo perseguido; bajo el dolor de ver a su hijo intentando robar no solo el trono sino además su propia vida, es entonces cuando él con un grito profundo y angustiante refleja el clamor interior que su alma esboza: “ Dios, ten misericordia y sáname, sana mi alma” La libertad del alma es un propósito para Dios, Él envió a su hijo para que en Él recibiéramos “las buenas nuevas para los abatidos”, abatido tiene que ver con alguien que ha perdido el ánimo, la fuerza para luchar, la energía para seguir adelante o prosperar, y nada mejor que una nueva noticia para volver a tomar esa fuerza interior. La escritura también dice que Jesús vino a “vendar a los quebrantados de corazón” (Isaías 61.1), que hermoso es esto, nos habla de restauración, Dios quiere que el tiempo de luto, de pobreza emocional y escasez de
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carácter se acabe, el texto mesiánico de Isaías continúa diciendo: “…a consolar a todos los enlutados, ordenar que a los afligidos se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar de espíritu angustiado, y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya”; que preciosas promesas en Dios para quienes necesitan ser libres del Efecto Camaleón, luego de eso, sigue diciendo la escritura, que se convertirán en personas que “Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones” (Isaías 61.2-4); en otras palabras, no habrá límites, no solo serán restaurados sino además restauradores, instrumentos de transformación, pasarán de ser carentes Camaleones que se camuflan en las decisiones de otros, que buscan sin esperanza a que una presa pase por delante de ellos, a ser verdaderos cazadores de objetivos y bendiciones, porque no solo tomarán las suyas, sino que además darán para otros, gente de propósitos, que impactarán aún con el poder de restaurar lugares, vidas y corazones que estaban invadidos por los escombros del pasado, y el mal que había sido causado por generaciones, ellos, los que han sido sanos, ¡lo arrancarán!
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CAPITULO III
Jesús y Los Camaleones
En el capítulo anterior expresé que algunas de las virtudes cardinales y piadosas de los cristianos que son el modelo bíblico de la bondad, mansedumbre, entre otras, podían ser confundidas fácilmente con características similares a la de una personalidad manipulable; puesto que Jesús y los apóstoles nos enseñan que el sacrificio, el tomar las cargas y el colocar la otra mejilla, refleja los rasgos de una vida espiritual. Entonces tenemos que preguntarnos si ¿Deberían los buenos cristianos convertirse en presos emocionales y víctimas del maltrato y la manipulación de otros? Preguntémonos si Jesús, el archi-ejemplo de los atributos del carácter
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de un hombre de Dios, ¿fue manipulado o vivió bajo Efecto Camaleón en algunos episodios de su vida? ¿Será que el Hijo de Dios, permitió en algún momento ser controlado por otros? O probablemente: ¿fue Él una víctima dirigida a la voluntad de un Judas, Pilatos, sacerdotes judíos, quienes lo tomaron cual reo sin que Él pudiese mostrar sus verdaderas decisiones? ¿Fue Jesús un ratón de laboratorio del Padre Eterno, porque “lo mató”, como expresan algunas religiones, señalando al Padre como un Dios perverso que mata a su propio hijo? a. ¿Hay Evidencia que Jesús fue controlado? La vida terrena del hijo de Dios (Jesús) nos deja ver claramente en los episodios de las escrituras que Él nunca permitió que alguien controlara sus decisiones, nada pudo controlar siquiera su estado de ánimo, de hecho, ni aun sus expectativas hacia sus discípulos se vieron afectadas por la desobediencia o los errores de estos; su comportamiento, ni siquiera en el momento en que estaba dirigido a la muerte, se vio cambiante. Jesús muy lejos de ser una víctima de su entorno, siempre reveló su propósito de servir a los hombres, y esto como un acto voluntario, que ni sus propios discípulos exigían de Él. Ejemplo de esto, lo vemos desde el principio, estando en el Jordán con Juan el Bautista, este no comprendió que debía bautizarlo, y le pidió retractarse, a pesar que tenía el instinto de la revelación activado en él, y había dicho que Jesús era el mesías (Mateo 3.13-14), ante lo
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que Jesús actúa según el propósito pre-establecido por Dios, y su posición ante Juan no cambia. Jesús vio a Pedro el Apóstol vivir diversas fases y experiencia a su lado, una de las más sorprendentes es aquella cuando a pesar de haberle negado, cuando Jesús resucita, el ángel que aparece con el mensaje a las primeras personas que llegan al sepulcro, les dice: “Id, decid a sus discípulos, y a Pedro” (Marcos 16.7), esa corta expresión muestra muchísimas cosas, los discípulos habían huido, Pedro le había negado, y Jesús aún es el mismo para con ellos, sus expectativas no han cambiado, los errores de estos, su comportamiento, sus fallas no condicionaron su estado de ánimo, y lo que Él esperaba de ellos. Por otro lado, Jesús infinitamente lejos de ser una víctima, determinó el tiempo, lugar y la manera de morir (Mateo 16:21, Juan 12:31-33). Él dijo: “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo.” (Juan 10:17-18). Todo el proceso reveló un propósito eterno, las figuras que hablan acerca de la muerte del Mesías en el antiguo testamento, no podían ser más claras, y nunca por muy premeditado que hubiese estado cada escena, podían haber coincidido con tanta exactitud en cada uno de los aspectos del proceso de su auto entrega y su ministerio, sobre todo, teniendo consideración que se escribieron por diferentes hombres, en diferentes lugares y épocas. Jesús de hecho reflejó estar angustiado en Getsemaní mientras enfrentaba la visión de la crucifixión y el tipo de muerte que vendría al día siguiente, pero en sus expresiones, no observamos palabras comunes a las palabras de una víctima indefensa. Antes, con más fuerza, se revela que Él decidió morir por amor a nosotros, cumpliendo el propósito Eterno y retomando la gloria que tuvo con el Padre antes que el mundo fuese. De hecho, una de las evidencias de su carácter esta revelado en todo
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el proceso de su crucifixión, pues en Él no era evidente la psicología típica desesperada por temor a la muerte, ni el desespero común de cualquier condenado a este tipo de muerte, antes, en medio del dolor se evidenció que estaba por encima de todas esas experiencias, y que más que el sujeto, era el dueño absoluto de la escena. Otro apunte que quiero agregar acerca del carácter de Jesús esta en el momento en que lavó los pies de los discípulos, un día antes de su muerte, en el evangelio de Juan se revela de forma maravillosa el contexto íntimo de esta decisión de Jesús: “….sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido”. (Juan 13:3-5)
Se evidencia que Él nunca estuvo presionado a lavar los pies de sus discípulos, no fue un intento para agradarles; Él no se sintió controlado, ni manipulado por sus discípulos para hacer esto, tampoco revela el hecho que no hubiese tenido otra elección. Por el contrario, Jesús era totalmente consciente de su posición, y su acto fue una evidencia voluntaria de su servicio, y que de antemano “El sabía que el Padre le había dado todas las cosas en las manos.” Nunca Jesús fue victimizado, ni vivió cautivo de un síndrome como el Efecto Camaleón, porque vivir bajo una enfermedad emocional de este tipo, no es, ni será la voluntad de Dios sobre una vida.
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b. La Identidad de la Personalidad de Jesús ¿Se auto-castigó Jesús sacrificando su personalidad, tomando la identidad que otros esperaban de Él? Pues escoger servir significaba morir a sus intereses personales. ¿Los límites de la personalidad de Jesús no fueron claros y por eso permitió a sus enemigos oponerse a su ministerio sin ninguna interferencia? En primer lugar el auto-castigo tiene que ver con la experiencia de sentirse indefenso, y por lo general produce una mentalidad de víctima, promoviendo el desarrollo del resentimiento, rasgos que nunca fueron evidentes en la personalidad de Jesús. Quien está preso por el auto-castigo se ve limitado a poder controlar situaciones que le afectan dentro del ambiente afectivo en el cual se desenvuelve. Por el contrario, vemos a Jesús confrontando desde sus amigos y discípulos más íntimos hasta los sacerdotes y fariseos que dejaban de cumplir el corazón de la ley de Dios, preocupándose más por las formas que ellos mismos habían impuesto. Jesús siempre declaro la diferencia que había entre lo que ”fue dicho” y lo que “yo os digo”, y por lo general su posición fue siempre el espíritu de la palabra de Dios, como lo hizo en el templo cuando derribó la mesas de los que negociaban, vendiendo en la puerta aquello que sería usado para los sacrificios. No era fácil que alguien llegara y “saboteara” las mesas de los cambistas, a menos que este tuviese autoridad dada por Dios, o llevase un mensaje que claramente todos reconocerían y respetarían por ser el mensaje indiscutible de Dios (Mateo 21.12-13). Así que, obviamente Jesús siempre supo quién era y cuál era la dirección de sus propósitos eternos. Reconocía abiertamente la voluntad de Su Padre (Juan 6:38), había en Él una visión beatífica en
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todo tiempo, por ello sabia hacer lo que veía del Padre; además de esto su identidad nunca estuvo sujeta a las expectativas de quienes le rodeaban. Él no aceptó la invitación de gloria que ofreció la tentación (Mateo 4.1-11) aceptó la expresión de Pedro al declarar que El era el Mesías (Mateo 16:16-17), sin embargo no dejó que la multitud lo coronara como rey (Juan 6:15). Jesús nunca se permitió a si mismo que lo encajaran a vivir bajo la sombra de alguien. Cuando los fariseos se opusieron a su ministerio, Él no dudó en declarar los errores de estos y en mostrar la evidencia de su propio mensaje. A pesar que Jesús se dio a sí mismo, se autoanonadó, sin esperar nada a cambio, jamás se refleja en su personalidad una pérdida de identidad, ni vulnerabilidad a ser manipulado, ni estar bajo el control de otros. Cuando sus enemigos lo tomaron para llevarle a la cruz, el dijo: podría pedir legiones de ángeles, mi reino no es de este mundo, pongo mi vida para volverla a tomar, nadie me la quita, en realidad para esa hora había llegado y nacido. Su carácter es una clara manifestación de la voluntad de Dios para el hombre: ser libre, proactivo, tener claros objetivos, correctos por convicción, por la certeza de ser dirigido por un Dios que nos anhela en absoluta paz, sin cautividad.
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c. Jesús Arrancando la Homocromía Y Cripsis de los
Camaleones
Los Camaleones, como dije anteriormente sufren, de un cambio en las
células pigmentarias de su piel, hasta el punto de camuflarse,
haciéndose homogéneos al medio, esto se conoce como
Homocromía. Al mismo tiempo llevan a cabo una fase donde
disminuyen todas sus acciones motoras externas, casi hasta el punto
de dejar de respirar, esto es una especie de mimetismo críptico, esta
expresión nos da la idea no de algo que se oculta, si no de algo que
estando a plena vista, es difícil de identificar, mostrando así, el estado
de Cripsis. Quizá para ellos sea una ventaja, pero para aquellos que
viven con personalidad manipulable o bajo Efecto Camaleón, refleja
sus sentimientos de impotencia, confusión, miedo paralizante,
autocompasión, dolor, entre otros; los cuales al final terminarán por
afectar su carácter.
Así que, si el temor es lo que realmente está debajo de la piel de las personas manipulables y sobretodo el temor de ser ellos mismos, basados en el miedo a sentirse desaprobados, menospreciados, rechazados, o simplemente descalificados, tomarán el camino rápido de darle muerte a sus puntos de opinión, terminando por ahogarse y optando por las opiniones de quienes le rodean. Por el contrario a esto, el ejemplo de Jesús siempre fue el de extirpar las actitudes de un carácter manipulable, indeciso y lleno de temor; su noticia fue la libertad. Cada vez que lo percibió en sus discípulos, quienes eran sus alumnos, Él les reprendió, les habló claramente para dejar sus vicios emocionales, temores y adaptabilidad a un medio que se había olvidado de vivir la verdadera vida del Reino de Dios, de hecho su mensaje fue el Reino, porque solo el Reino daría libertad.
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Confrontó esta raíz de problemas emocionales hasta el extremo de responderle al mismo Pedro: ¡Apártate de mi Satanás! cuando este le había dicho: “Señor debes tener compasión de ti mismo” (Mat 16.22-23) y aunque para Pedro hubiese razones válidas para expresarse así, me impacta comprender este ejemplo tan claro y es que: La semilla de la autocompasión es sembrada por operaciones que reflejan la voluntad de Satanás para el hombre; el temor, el miedo que paraliza para impedir que podamos crecer, el dolor que se profundiza en el consciente e inconsciente humano para minimizar sus capacidades, la autocompasión y los sentimientos de impotencia e inseguridad, son un argumento emocional que refleja el deseo maligno y perverso, capaz de destruir el potencial de una persona llena de vida, quizá por ello Jesús es tan fuerte al responderle a Pedro: ¡Apártate Satanás!, ¿Es que acaso era Pedro un demonio? ¿Un energúmeno? ¿Un hijo del Diablo? O simplemente un hombre que por sus inseguridades estaba revelando una consciencia sin el orden de la libertad que Jesús les estaba enseñando, una libertad que refleja en todo tiempo la voluntad de un Dios de propósitos para la vida de todo ser humano. La autocompasión y el temor asociado a este síndrome empobrecen, impidiendo usar las herramientas que se tienen para transformar una vida completamente, llevándola de la nada al todo, del comienzo a la conquista. Algunas veces nuestra mente y el medio que nos rodea nos lanzarán dardos aniquilantes para amordazar nuestros sueños y llevarnos a vivir renunciando a nuestro propósito, nuestras metas, diciéndonos: ¡detente!, no surjas, no intentes, quédate quieto, sumérgete en el mimetismo de tu temor, de las ideas de otros, crea tu propia “Cripsis”, hasta el punto de no respirar nada nuevo, quizá venga una presa para tu vida, pero no vayas en busca de nada; más cuando Dios ve un alma enredada en esta confusión, hay nuevamente un grito desde el cielo que dice con autoridad: ¡Apártate de Él Satanás! Y en cuanto a nosotros nos dice: “Pon la mira en las cosas de Dios, y no te quedes
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momificado dentro de las ideas de los hombres” (paráfrasis Mateo 16.22b) Todo lo que Dios quiere hacer sobre alguien que sufre del síndrome del Efecto Camaleón es: Arrancarle la piel, y darle un choque eléctrico que le resucite de su mimetismo críptico. Recuerdo a Marlon, un miembro de la Iglesia a la cual asistía cuando era joven, él era nuestro líder de evangelismo, un día entero había llorado, lleno de autocompasión, sintiéndose abrumado y derrotado ministerialmente, entonces de repente grita y le dice a Dios: “Señor envía un rayo que me mate ya no aguanto más…” esa misma noche en el servicio de oración la pastora de la Iglesia pasa al púlpito y de repente dice: Dios me ha mostrado a alguien que ha llorado y le ha dicho a Dios, “Padre párteme con un rayo…”, en ese momento, toda la Iglesia tembló por el grito impresionante que dio Marlon, pues seguramente jamás pensó que Dios lo había escuchado en serio; luego de su preciosa experiencia nos comentaba lo que había vivido personalmente; él sintió que de verdad algo vino a quebrarle por dentro, y después de esto muchas cosas cambiaron en su manera de pensar. Dios quiere arrancar la Homocromía, no necesitas ser igual que otro para poder llegar a ser alguien, eres único, una pieza con capacidades propias, y no todo lo que eres es aceptable, pues algunas de “tus cosas” o notas particulares superan las expectativas de los otros, y también otras de tus notas particulares no llenan las expectativas de los otros, pero tú no estás preso ni por quienes lo comprenden o por quienes lo rechazan, tienes todo el derecho de mejorar, de crecer, aprender, tropezar, resistir, aceptar, fuiste creado por Dios, y permitir que el tome control de todo en tus emociones es la mejor decisión de tu vida, pero te aclaro: Jesús te arrancará la piel, y te hará mover, esto se convertirá en una experiencia para ti, una aventura donde
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desarrollarás confianza, fe, y dependencia de Dios. El Salmo 139.13, y 16ª, dice: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. …mi embrión vieron tus ojos”. ¿Por qué no permitirle a Dios trabajar en nuestras emociones deterioradas? ¡Si Él nos conoce y sabe qué es lo mejor para nosotros!. Podrías arrodillarte en este momento en donde estas, dejar este libro a un lado y hablar con Él acerca de eso, algo cambiará rotundamente en tu vida. Conversa con Dios ahora, acerca de tus limitaciones y tú deseo de ser transformado, tu anhelo de vivir en libertad, rompe con todo yugo que ata tu alma y libérate de toda conducta manipulable, Dios es fiel, Él oirá tu voz y te responderá. Y si aún Jesús no está en tu corazón como salvador personal, comienza tu oración diciéndole: “Señor y Dios, hoy vengo ante ti, renuncio a vivir lejos de ti, me arrepiento de haber errado y pecado en mi vida, y hoy me entrego en tus brazos para recibir de tu amor, de tu perdón y redención, anota mi nombre en tu libro y dame de tu paz”. Amén.
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El Pastor Rodolfo Bismarck Mejía Nos Presenta:
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"Liberándote del Efecto Camaleón",
Es la segunda obra en la serie de
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