lenkersdorf. el mundo del nosotros

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Carlos Lenkersdorf

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  • EL MUNDO DEL NOSOTROS

    CARLOS LENKERSDORF

    1. U lA PARTICULARlDAD IDIOMTICA

    Enfocaremos el tema del Otro, de la alteridad, desde la perspectiva dela lengua y cosmovisin tojolabal, uno de los pueblos mayas en losAltos de Chiapas.

    En tojolabal decimos,(1) Uno de nosotros cometimos un delito.'La frase se diferencia marcadamente de la oracion correspon-

    diente en espaol y otros idiomas indoeuropeos. En su lugar se dice(la) Uno de nosotros cometi un delito.

    Qu nos indica la diferencia tan obvia? En primer lugar y desde laperspectiva del pensamiento de lenguas indoeuropeas y otras, lafrase tojolabal parece adolecer de una falla lgica. El que cometi undelito es una persona determinada y no el grupo del nosotros. Dichode otro modo, la falla lgica parece implicar una falta de concor-dancia. El espaol y otros idiomas emparentados, adems, sealancon toda claridad que el delincuente manifiesta un comportamientodiferente del grupo de nosotros y, por consiguiente, se le asigna otronmero y ya no la primera persona del plural. Es decir, aqu nosencontramos con una de las formas de la otredad. El delincuente sedistingue del nosotros y, por ello, la lengua corresponde al pensa-miento y a la lgica de los hablantes. Al nosotros y al delicuente no seles puede asignar la misma persona gramatical o el mismo nmero.fLa estructura lingstica corresponde, pues, a la lgica, al procesodel pensamiento de los hablantes.

    En este contexto queremos sealar nuestro acuerdo con la filoso-fa del lenguaje de Guillermo de Humboldt, que afirma,

    I En tojolabal,jta'atikjmuljuneja ke'ntiki.2 Si el Otro gan un premio, la estructura lingstica mantiene la misma lgica.

    Uno se destac, por consiguiente, se diferencia del grupo y la estructura lingsticaobedece a este tipo de pensamiento que siempre realza la importancia individual enlas sintaxis de lenguas indoeuropeas a diferencia del tojolabal.

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  • 148CARLOS LENKERSDORF

    por la interdependencia del pensamiento y de la palabra se hace evidenteque las lenguas, propiamente dichas, no son medios para presentar la verdadya conocida sino mucho ms; existen para descubrir la verdad antes desco-nocida. La diferencia de los idiomas no es la de sonidos y seales, sino quees la diferencia de visiones del mundo mismo. En esto yace el fundamento yla finalidad de toda investigacin lingstica.t

    La interdependencia entre palabra y pensamiento, sealada porHumboldt, nos guiar en la exposicin que sigue aunque nuestromtodo sea diferente del humboldtiano. Por el momento podemosafirmar que hasta aqu nuestra investigacin nos hizo ver que laestructura lingstica muestra la separacin entre el nosotros y el otro.ste, por decirlo as, se ha apartado del NOSOTROS. Por ende, nopuede haber concordancia en el nmero.

    Obtendremos un resultado muy diferente al abordar la estructu-ra de la frase en tojolabal. La lgica de este pueblo maya exige otraclase de concordancia lingstica al seguir el molde de una lgica dis-tinta. No se niega el delito cometido. Hay un delincuente, no cabe lamenor duda. Esta persona, sin embargo, sigue perteneciendo algrupo del nosotros que, a su vez, se manifiesta al seguir identificndo-se con el delincuente. Dicho de otro modo, el grupo del NOSOTROSsigue siendo del mismo grupo que el delincuente. ste ha manifes-tado un comportamiento diferente que manifiesta su otredad, perosta no lo separa del grupo nostrico, o corta la ligazn con el otro.El grupo sigue en pie sin mengua y si as se piensa y se construye lalgica del pensamiento, la estructura lingstica, por supuesto, tieneque expresar y manifestarla de la misma manera.

    En resumidas cuentas, las lenguas referidas no slo muestran dife-rencias en cuanto a sus estructuras sintcticas, sino que, adems,manifiestan coincidencias en otro nivel. Las estructuras lingsticasde los idiomas, por diferentes que sean, corresponden a estructurasdel pensamiento, de la lgica de los hablantes. La lgica, por consi-guiente no es tan universal como pretende ser, ni tampoco se uni-versalizan las verdades que enuncia, sino que se exige el pluralismo

    3 Guillermo de Humboldt, Schriflen zur Sprachphilosophie, vol. 3, edicin de AndreasFlitner y Klaus Giel, Stutgart, J. G. Cota'sche Buchhandlung, 1963, p. 19s. Aunquenuestro mtodo es distinto del humboldriano, llegamos a los mismos resultados quedon Guillermo ha sealado hace doscientos aos. Dicho de otro modo, en este con-texto la lingstica no cumple con su funcin si se limita a los anlisis formales, por-que le toca enfocar todo el contexto de la realidad a la cual las lenguas se refieren yque se perciben de maneras profundamente diferentes.

    149EL MU '00 DEL NOSOTROS

    de las lgicas, de las verdades y, en nuestro caso, de la concepcin delotro y del no-otro. Nos referimos a los d?s, porq.ue no se puede hablardel otro sin referirnos, consciente o mconsCIentemen~e, al no-otr~.Dicho de otro modo, cada una de las dos lenguas examinadas ma111-fiestan cosmovisiones diferentes.

    2. PRI CIPIOS ORGANlZATIVOS

    Las estructuras lingsticas y las lgicas de los idiomas corres~o~dien-tes muestran una coincidencia que se explica de la manera sl~l~nte.Estamos situados en un contexto determinado que nos Co~dlclOnasocial e histricamente. Desde este punto percibimos la realidad y lohacemos segn perspectivas diferentes. Al quedamos en el marco delos ejemplos dados del espaol y el tojola~al notamos que, conformea la perspectiva del tojolabal, nosotros es incluyente y que, desde laperspectiva del espaol, el mismo nosotros es excluyente con referen-~~~ .

    Estas perspectivas operan, sin embargo, no slo en I.os111vel~sdelpensar/lgica y hablar/idioma, sino ~ue son perspecu~as segun lascuales al percibir la realidad la orga111zamos, nos relacionamos conella o nos comportamos dentro de esta misma realidad. Dic~~ ,deotro modo, la perspectiva de enfocar la realidad es la C~S~OVlSlO~,implcita en la estructura lingstica. o slo I~ percibimos, SI~embargo, sino que nos relacionamos con ella, ~ ~~Ise da la cosmovi-vencia, complemento inseparable de la cosmovision,

    Tenemos que agregar que, si no nos sali~os.de nuestra cosmo-visin por un esfuerzo consciente y extraordinario, no solemos por-tarnos en contra de ella y, en muchas ocasiones ni podemos hacerloporque no cobramos conciencia del condicionamiento por la :os-movisin nuestra. As se explica, por ejemplo, que al ver el se.mafo-ro en rojo, paramos el carro a no ser que seamos candidatossuicidas o que seamos originarios de una cultura en la cual lossemforos emplean otros colores. De la misma manera los caver~nculos del mito de la caverna de Platn no pudieron aceptar 111tolerar el informe de aquel que haba salido de la caverna, porq~ehaban sido condicionados por los "canales televisivos" de su SOCIe-dad subterrnea.

  • 150CARLOS LENKERSDORF

    ~ara comprobar nuestras afirmaciones nos tocasentIdo el principio organizativo del nosotr mostra~ en qUcontexto maya-tojolabal. os se hace operauvo en el

    3. LAJURISDICCIN TOJOLABAL

    Los espaoles al llegar a este continente en el si l .entre muchas cosas tambi 11 ? o XVI Importaronas la practicaron. Consist: e;~e o. qu: e~tendleron por justicia ycrcel y el cepo. Ah metan I ds II?StItucIOnes representativas, la

    a os e Incuentes pa . I Igarlos porque no se h b . ra ais ar os y casti-a ian Incorporado a lo .ordenamiento legal de l . d d . que se consIderaba el. a SOCIe a colonial Tod . .

    dicciona exista para eiecutar y aplic I . ... o un sIstema juris-N :J ar a jusnciauevamente observ l .

    hace operativo en estaemcoassoenosoltros.excl~yentey en qu sentido se, en e nivel di E .

    punitiva y a la vez venga tiva L . d d juri ICO. s una justicia. . a SOCIe a echa fu lsidera delincuentes por I era a os que con-

    castigo. El delito lo~ c q.ue e comportamiento de ellos mereceonvierte en otros fuera d l

    contexto de la sociedad colo . Id. e o aceptado en elma orrnnante La . .de lajusticia vengativa s h . presencia conunuae ace presente por I .

    te clamor pblico por la . d . , ' ejemp o, en el reCIen-re-mtro UCCIon de la .

    presencia de tantos indios en I '1 pena capital y en la. as carce es del pas . h b . .do un juicio formal La mis ' . SIn a er recibi-

    .., . . ma problematlca se nota en el . l r?U1~tICO. Hay todo un vocabulario relacio mve In-justcia a partir de jueces p lic . dici nado con esta clase de

    . ' o retas jU iciales, castigos letc, Lo Interesante es que t d ' mu tas, etc.,o a esta nomenclat . dic?rrespondencia en tojolabal. Por ell ura ju.n ica no tieneterminos del espaol La raz dIo, es. necesano emplear losd . zon ~ a ausenCIa no es . .,ICOprimitivo o subdesarrollado sin . ~n s~stemajun-la justicia y de todo lo . Ii o una concepCIon dlferen te dese da por el nosotros incl~~:n:~P ica. En una palabra la explicacin

    Ahora bien, al abordar el contexto m . ., .mos, por supuesto el d . aya-tojolabal jUndICo vere-explicamos con cl~rida;o o operatIvo del nosot:os incluyente. Parareferiremos a un incident: ~Otco~ puras elaboracIOnes tericas, nosmaremos Niwanal y Witzaltik~4 re os comunidades tojolabales, la lIa-

    4 Se trata, por supuesto, de seudnimos.

    EL MUNDO DEL NOSOTROS 151

    Los vecinos de Witzaltik sorprendieron a dos hombres de Niwanal que tra-taron de robar una vaca de Witzaltik, los metieron en la crcel de la cual noiban a salir hasta que pagasen $5000.00 a la comunidad perjudicada.

    La comunidad de Niwanal se enter del acontecimiento. Sejuntaron loscomuneros y despus de larga pltica juntaron los cinco mil pesos que entre-garon a una comisin que enviaron a Witzaltik. Al legar all los comisiona-dos, se les pregunt para qu haban ido. Les explicaron que llegaron decomisin de Niwanal para platicar con la comunidad de Witzaltik sobre losdos malhechores niwanaleros. La gente se reuni y escuch a la comisin.sta les entreg el dinero con la solicitud de que les entregasen a los dosmalhechores para que fueran llevados a la comunidad a donde pertenecen.As se hizo y la comisin regres a Niwanal con los delincuentes.

    Al llegar a su destino la comunidad los esper ya. Los dos tuvieron quepresentarse delante de toda la comunidad y rendir cuenta de los motivos desu accin. Les cost muy duro quedndose delante de todos desnudos detoda justificacin. La presencia de sus hijos, esposas y familiares aument lavergenza de los malhechores. Los niwanaleros les explicaron con lujo dedetalles que haban manchado el buen nombre y la dignidad de toda lacomunidad. Empero todos haban cooperado para liberar a los dos de la cr-cel. Mucho dinero les haba costado y con eso los dos se haban hecho deu-dores de la comunidad. No los iban a meter en la crcel, porque quin seresponsabilizara de sus familias. Todo lo contrario, los dos tendran quecomprobar ser miembros dignos de la comunidad al trabajar para restituir eldinero a su comunidad, mantener a sus familias honestamente y as mostrarsu calidad de miembros dignos de la comunidad, merecedores de ser rein-corporados a ella.

    He aqu el nosotros incluyente en accin en el contexto jurisdiccional.No se niega el delito, pero al delincuente el nosotros no lo asla, no losepara, no lo denigra. No se habla de castigos ni de multas impues-tos por la autoridad de un juez ni por una instancia correspondien-te. La alteridad del comportamiento delictivo no excluye a losdelincuentes de la comunidad nostrica. sta se esfuerza para recu-perarlos como miembros dignos del grupo. La condicin es que rin-dan cuentas delante de todos. Desnudos de toda justificacin tienenque presentarse delante de todos. No hay escondites ni palancas deauxilio.

    La alteridad arriesga la cohesin del todo nostrico y hay quehacer todo el esfuerzo para recuperarlo y restablecerIo. Es esta clasede presencia del nosotros comunitario cuya existencia estuvo en peli-gro. En este momento surge un elemento bsico del nosotros inclu-yente. Es decir que ste se hace corresponsable del delito de los

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    miembros de la comunidad. No los rechaza sino que se sabe llamadapor el delito que pone en peligro el todo. La solucin no es la ciru-ga que elimina los rganos o tejidos considerados enfermos, sinoque la comunidad e rene en conjunto para restablecer la salud deltodo que tiene que incluir a los "otros". En total, se hace un procesono slo transparente de principio a fin sino que exige la participa-cin pblica de todos en la cual se reconstituye el nosotros inclusenteEste proceso se distingue del proceder del nosotros excluyente. Desdeesta perspectiva la justicia resuelve el problema al "liberar la sociedaddel cncer acial". Hay que cortarIo para mantener la salud del cuer-po social como se dice. Es este enfoque por el cual la sociedad esta-blece al otro como nocivo y digno de ser eliminado y a s misma seconstituye como intolerante y prepotente.

    4. CONSIDERACIO ES FINALES

    Muchos otros ejemplos se podran agregar para mostrar la presenciadel nosotros incluyente en el contexto maya-tojolabal. La pre enciamultifactica se explica porque el nosotros no slo se da en el niveljurdico sino tambin en otros niveles, el social, el pedaggico, el cs-mico y muchos otros." El tiempo y el espacio no nos permitenampliar la exposicin.

    Lo que s finalmente hay que agregar es la idiosincrasia de la alte-ridad en el contexto maya-tojolabal. Dentro de las sociedades domi-nantes de occidente los significados del otro, mejor dicho de los otroshan producido y siguen produciendo tragedias y catstrofes de injus-ticia y sufrimientos incontables. El nosotros incluyente de una sociedadalternativa, cuya presencia sufre la opresin hasta el da de hoy, nosinterpela hasta nuestras races y nos pregunta con qu justificacincontina la intolerancia hacia los otros. La respuesta le toca a lasociedad dominante y as tambin a nosotros que vivimos en esa socie-dad. os toca cobrar conciencia de que la concepcin del otro desdela perspectiva del nosotros incluyente es una crtica profunda y justifi-

    5 Esto no excluye la posibilidad de que en casos de reincidencias repetidas se apli-ca al delincuente el destierro.

    6 Vanse Carlos Lenkersdorf, Los hombres verdaderas. Voces y testimonios tojolabales,Mxico, Siglo XXI, 1999, pp. 106-173; Tzvetan Todorov, Nosotros y los otros, trad. MartMur basart, Mxico, Siglo XXI, enfoca la temtica detalladamente y de modo muyinstructivo desde la perspectiva de escritores franceses de los ltimos siglos.

    153EL MUNDO DEL NOSOTROS

    cada en contra de la deshumanizacin del otro en el contexto de lacultura occidental; crtica bien razonada de aquellos que la ~ultur~occidental nombr gente sin razn y cuyo trato no ha cambiado SIvemos lo que est ocurriendo en Chiapa hoy da.

    BIBLIOGRAFA

    H mboldt Guillermo de (Wilhelm Von), SchriJten zur Sprachphilosophie, vol.u , '. G C 'he3. Edicin de Andreas Flitner y Klaus Ciel, Stuttgart, J. . ota seBuchhandlung,1963.

    Lenkersdorf, Carlos, Los hombres verdaderos. Voces y testimonios tojolabales,Mxico, Siglo XXI, 1999.

    Todorov, Tzvetan, Nosotros y los otros, trad. Mart Mur basan, Mxico, SigloXXI, 1991.