lecturas, mediación y democratización de la palabra

8/16/2019 Lecturas, mediación y democratización de la palabra

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Lecturas, mediación y democratización de la palabra.

Pensar que no sabremos nunca

que pasa adentro de las nueces.

No me pregunte. Con locura y

con permiso de ustedes me voy a organizar

un poquito con las palabras. Hasta que me lleven

María Elena Walsh

eer! dar a leer! "ormar lectores! hacer leer! construir lectores! son s#lo algunos de los

imperativos que se relacionan con la lectura y la mediaci#n.

$uisiera re"erirme a esos modos de pensar las lecturas! a los lectores y tambi%n a todos

aquellos que nos proponemos como mediadores y "ormadores de lectores.

&ntes que nada una aclaraci#n. Podr'n notar que se han utilizado los plurales en lecturas

y lectores. &quí! esos plurales! no son casuales ya que retomando lo que dice Patricia

(ustamante! no existen “lectores solitarios ni lecturas únicas” por el contrario! leer es una

pr'ctica social que va m's all' de la individualidad! como tambi%n del desci"ramiento. Es

por eso que adem's! me atrevo a repetir las palabras de )raciela Montes cuando dice

**leer es algo más que descifrar, aunque toda lectura suponga un desciframiento. Leer es

construir sentido” +Montes, -/0. &sí los lectores! lecturas tras lecturas! van elaborando

un camino donde se van entrecruzando todo el universo de signi"icaciones que "ueron

recolectando a lo largo de sus historias.

Pero la escuela actual se en"renta otra vez al desa"ío de "ormar lectores críticos. En este

sentido nos atrevemos a utilizar la palabra nuevamente porque la lectura! como concepto!

ha ido cambiando en cuanto a su conceptualizaci#n y aborda1e.

Hoy no se trata s#lo de una t%cnica! ni una serie de *micro habilidades2 que los lectores

ponen en 1uego ante un te3to! por el contrario! los lectores se involucran e involucran toda

su historia y visi#n del mundo.



Me apoyo en aura 4evetach! cuando dice “no existen lectores sin recorrido” y es que

cada uno de nosotros! como lectores! va construyendo ese camino lector del que habla

aura 4evetach! y es que el lengua1e se nos presenta así! para"raseando a Montes * +50

en aluvión, en forma de gran paquete, complejo y total, con sus giros, sus dichos, sus

sintaxis y metáforas”.

Pero 6de qu% hablamos cuando hablamos de mediaci#n de lectura7 a primera respuesta

que podemos ensayar nos viene desde las mismas palabras de )raciela Montes quien!

en a gran ocasi#n! dice *se trata de ayudar a construir lectores !" #aranti$ar un

tiempo, un espacio textos y mediaciones!”. Esta idea nos habla de nuestro rol como

docentes o mediadores! nos habla de aquello que buscamos desde el momento en que

decidimos servir de puentes entre el lector y los te3tos y m's a8n! tambi%n entre todas las

lecturas que entran en 1uego en un espacio de lecturas.

Pero vuelvo a la idea de *9ormar lectores2! a ese *dar de leer2. En este sentido quisiera

llevar mi re"le3i#n hacia dos puntos partiendo de las mismas "rases. Por un lado qu%

signi"ica *dar de leer2 y por otro qu% imaginarios que se desprenden de esa "rase.

4ice :orge arrosa “pasa que dar a leer es una expresión demasiado legi%le”, con esto!

arrosa pretende *volver e3tra;o2 aquello que suponemos conocido! aquello que damos

por sentado. <al vez! creemos saber a qu% nos re"erimos cuando pensamos en dar de

leer. $uiz's sea necesario volver a pensar algunas de"iniciones de lectura. 4ice ouise

=osemblatt,

&n el pasado, la lectura se ha conce%ido demasiado a menudo como una

interacción' la página escrita imprimiendo su significado en la mente del lector, o el

lector extrayendo el significado incrustado en el texto. &n realidad, la lectura es un

proceso selectivo, constructivo, que ocurre en un tiempo y en un contexto

particular. La relación entre el lector y los signos so%re la página avan$a como en

un movimiento de espiral que va de uno a otro lado, en el cual cada uno es

continuamente afectado por la contri%ución del otro. &l significado emerge en ese

continuo dar y tomar del lector con los signos impresos en la página” La literatura

como exploración"

En esas líneas =oseblatt! nos habla sobre la historia de la lectura! una historia en la que

se van intercambiando los distintos roles en la relaci#n entre te3to y lector. a pregunta en



este punto sería 6d#nde est' el sentido7 > me1or a8n 6e3iste un sentido7 Podríamos

proponernos la lectura del capítulo /? de =ayuela,

(penas )l le amala%a el noema, a ella se le agolpa%a el cl)miso y ca*an en

hidromurias, en salvajes aminios, en sústalos exasperantes. +ada ve$ que )l procurara

relamar las incopelusas , se enreda%an en un grimado quejum%roso!

ulio +orta$ar+ortá$ar

@ería impensable sostener que e3iste un sentido 8nico para este "ragmento! aquí! los

de"ensores de *la comprensi#n lectora2! entendida como una e3tracci#n del sentido dado

por el te3to se quedarían sin palabras. Pero en la vereda de en"rente tenemos a quienes

sostienen que el sentido est' en los lectores! que es %l quien va imprimiendo los sentidos

en los te3tos.

Por otro lado! la postura de =osemblatt! implica una negociaci#n entre el te3to y el lector!

donde el lector imprime sentidos en los te3tos! partiendo desde su historia personal! sus

lecturas previas! sus estados de 'nimo pero no se ale1a demasiado de lo que le propone

el te3to! esto es que el te3to tambi%n modi"ica al lector.

Me pregunto ahora si es posible pensar en la lectura sin pensar en los lectores. Con

respecto a esto )raciela Montes dice,

“&stamos, pues, postulando la idea de lectores activos. &s decir, sujetos que

comprenden que no hay un significado único ni dado del texto, no hay un

-mensaje para desentra/ar, sino un sentido posi%le a construir a partir de relevar

pistas, esta%lecer relaciones, recuperar diversos códigos culturales para leer,

reconocer nuestras vinculaciones afectivas y emocionales con los textos!”

0úsquedas, incertidum%res y certe$as en torno de la lectura y la mediación"

a idea de lector que nos presenta Patricia (ustamante es la de un lector que no se

quede en la simple decodi"icaci#n! eso que otros autores! como Emilia 9erreiro han

de"inido como una habilidad escolar que algunos aprenden me1or que otros. En el caso de

la Pro"esora (ustamante! el lector! o los lectores! son aquellos que se plantean la

necesidad de establecer di'logos con todo el entrete1ido cultural que lo rodea.

@ería necesario volver a las primeras palabras de estas p'ginas, dar a leer, formar

lectores.



Esas palabras nos llevan hacia otros conceptos que entra en 1uego en la mesas de

lecturas, la mediaci#n y los mediadores.

<odos hemos recorrido un camino en donde se cruzan diversos te3tos. <al como lo

mencionan tanto Montes como 4evetach! uno! como lector! se va apropiando de una serie

de te3tos desde la m's temprana edad. Con el lengua1e! nos llegan las nanas! los cuentos

cl'sicos! canciones! 1uegos! rondas entre otras producciones culturales que poco a poco

van a ir con"ormando lo que aura 4evetach de"ini# como nuestra *<e3toteca interna2.

En ese punto! en el de la construcci#n de los primeros pasos! si es que se puede hablar

de primeros pasos en la lectura! 1uega un rol importante el papel del mediador! es decir!

aquella persona que nos va invitando a via1ar 1untos por el universo simb#lico que

suponen las producciones culturales.

&sí el mediador se propone como alguien que tiende puentes! intenta generar encuentro

alrededor de la palabra. A es que un mediador debe ser antes que nada un lector que

posee habilidades para hablar sobre los te3tos! para o"recerlos de manera que resulten

interesantes! atractivos y desa"iantes. <ambi%n es alguien que est' para escuchar! discutir

y aceptar la lectura que otros lectores hacen! el mediador! debe ser alguien capaz de

aceptar la multiplicidad de caminos y modos en que los lectores se encuentran con los

te3tos.

No puedo de1ar de preguntarme qu% pasaría si no hay un mediador! esa "igura que se

enarbola como un mentor! un bast#n necesario donde los lectores! ine3pertos! deben

apoyarse.

Pienso en la imagen de mediador de lectura que se "ue construyendo a lo largo de estos

a;os! quiz's! esa premisa que se viene repitiendo desde las escuelas! desde docentes y

padres preocupados porque sus hi1os y alumnos no leen tiene algo que ver. <al vez

seguimos partiendo desde la idea de carencia.

6$u% pasa si el mediador desaparece7 64esaparece la lectura7 6El lector ya no podr'

ser lector7 &sí parece serlo! sin mediador! sin alguien que acompa;e el lector pareciera

desaparecer y no en el sentido que lo plantea :orge arrosa donde propone la

desaparici#n del lector para poder acceder a la te3tualidad de un te3to literario! por el

contrario! pareciera de1ar todo en suspenso! en estado quieto! sin mediador pareciera que

no hay lectura posible.



Pienso ahora en la imagen de lector que subyace a esta idea! esa lector que intentamos

de"inir m's arriba. Como se habr' visto! al de"inir el lector se utiliz# t%rminos como

buscadores! constructores 6ser' que es imposible buscar y encontrar sentidos sin alguien

que nos guíe como lectores7

@i bien nos resistimos a pensar en la lectura como una medicina que se administra a

quien est' en"ermo! esa l#gica parece seguir "uncionando por deba1o en nuestras

miradas sobre los lectores. a met'"ora del sediento que pide el agua al buen samaritano

due;o de la "uente del conocimiento y que gustoso convidaría unos cuantos tragos para

calmar su sed.

Me propongo revisar algunas plani"icaciones! sobre todo los ob1etivos que nos planteamos

cuando nuestro rol es el de mediador. Es interesante las construcciones lingBísticas con la

que nos podemos encontrar. &lgunos de los verbos m's usados son, Promover! generar!

propiciar.

Pareciera que si el mediador est' ausente! las cosas! las lecturas no se mueven! quedan

como est'ticas. Me pregunto nuevamente 6no hay una mirada desde la de"iciencia de los

lectores en estos verbos7

<al vez sea momento para pensar en la mediaci#n de lectura no como algo que alguien da

a otro algo que necesita sino creo que sería necesario pensar en la mediaci#n de lecturas

como un punto de encuentro entre lectores! pensar en el otro! no desde la ignorancia sino

desde el reconocimiento del otro que trae sus modos de ver el mundo! tal como decía

Paulo 9reire! la lectura de la pala%ra es posterior a la lectura del mundo, y es que cada

uno de nosotros viene cargado con una serie de conocimientos! de lecturas desde el lugar

del mundo que ha construido.

4icho de otro modo! se trata de no sentirnos due;os de la palabra! la lectura no 8nica ni

univoca! por el contrario! nos vamos con"igurando en lo que )irou3 de"ine como una

comunidad de lectura.

Convendría aquí hacer una aclaraci#n sobre ese t%rmino! una comunidad de lectura se

presenta como un con1unto de personas que comparten la circulaci#n y producci#n de

determinados te3tos.



@i nos adentramos un poco m's en este concepto podemos decir que en una comunidad

de lectura no se imponen las lecturas! es decir que las lecturas que van surgiendo

con"orman una nueva lectura donde! a partir del di'logo se con"iguran una nueva voz que

incluye a todas las voces que la integran.

=etomo lo que mencion% m's arriba! las nuevas con"iguraciones tanto sociales y

educativas implica que el individuo no aprende solo! por el contrario! necesita de la

interacci#n con otros su1etos que aportan nuevas miradas! nuevas re"le3iones.

o mismo debería pasar con la lectura! sea esta una lectura literaria o no! debemos

predisponernos a predisponernos al dialogo! debemos salir de esa con"iguraci#n de

mediador como aquel que tiene la palabra! el conocimiento y el poder y que! si quiere! lo

imparte a otros! menos e3pertos.

Pero no se trata s#lo de dar la palabra de una manera acrítica! no basta con prestar el

oído a lo que los lectores tienen para decir! como si "uera una improvisaci#n de sonidos

que se suceden unos a otros! por el contrario dar la palara implica abrir otros caminos!

nuevos recorridos por transitar! nuevas discusiones! en "in m's y nuevas lecturas.

a lectura es un tema que nos preocupa! al menos discursivamente! o1al' que alg8n día

nos encuentre conversando entre lectores sin distinci#n de títulos ni recorridos.

uelvo a apoyarme en Emilia 9erreiro quien dice que debemos pensar en la lectura como

un derecho no como una obligaci#n escolar. Pensar 6qu% signi"ica eso de pensar en la

lectura como un derecho7 Pensar en la lectura como un derecho implica pensar que es

un derecho que garantiza el cumplimiento de otros derechos. <omar la palabra! es decir

presente! es mostrar una visi#n del mundo! es sentirnos! como dice )raciela Montes! al

menos por un rato due;os del cuento.

)uillermo N8;ez

lecturas, mediación y democratización de la palabra

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