Las causas de tus tormentas

Fredy Delgado

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Las causas de tus tormentas

Fredy Delgado

as causas de tus tormentas

“Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se

levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!Señor,

sálvanos, que perecemos! El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande

bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?” (Mateo 8:23-27).

Siempre que hay tormentas la naturaleza misma nos enseña que pueden

suceder derrumbes que pueden causar aflicciones, vientos que traen angustias y miedo a su paso, etc.

Lo cierto es que las tormentas huracanadas siempre van a llegar a nuestras vidas, ninguno esta excepto de ellas, por eso debemos estar preparados para

que la confianza no falte en nuestras almas.

La tormentas se hace mas fácil soportarlas cuando estamos con Cristo en la barca de nuestro diario vivir, solo así podremos tener respuesta en el momento

que clamamos a Dios, pues el siempre estará de nuestro lado y responderá a nuestra angustia trayendo bonanza a la desesperación o tormento de miedo.

Hermanos las tormentas de nuestra vida, presentes y futuras, pueden

presentarnos grandes retos y oportunidades para crecer Espiritualmente.

Hay grande diferencia de tormentas, la pregunta es: ¿En qué tipo de tormenta te encuentras en este momento?

Si estas en la barca del mundo las tormentas vendrán con mayor ímpetu sobre

ti, pues nos encontraremos solos sin Dios y sin esperanza, asa lo expresa la palabra de Dios: “Recuerden que en otro tiempo estaban sin Cristo, separados

de la nación de Israel, y no tenían parte en las alianzas ni en la promesa de Dios. Vivían en este mundo, sin Dios y sin esperanza.”

Hoy en día es fácil dejar que Jesús nuestro Dios este con nosotros en esta

barca, una barca donde estaremos acompañado, un barca donde estaremos seguro con su presencia.

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Veamos el ejemplo de algunas tormentas de la vida, en dos ocasiones

diferentes según las sagradas Escrituras, cada una de ellas con un propósito especifico, una que es enviada por Dios y la ora enviada por el maligno:

1. La Tormenta de Jonás: Esta tormenta fue enviada por Dios por causa de

la desobediencia, la biblia dice: “Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo:

2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y

pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.3 Y Jonás

se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a

Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.

4 Pero

Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave.

5 Y los

marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir.

6 Y

el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y

no pereceremos.7 Y dijeron cada uno a su compañero: Venid y echemos

suertes, para que sepamos por causa de quién nos ha venido este mal. Y

echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.8 Entonces le dijeron ellos:

Decláranos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y

de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres?9 Y él les

respondió: Soy hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el

mar y la tierra.10

Y aquellos hombres temieron sobremanera, y le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la

presencia de Jehová, pues él se lo había declarado.11

Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más.

12 El les respondió: Tomadme y echadme al

mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros.

13 Y aquellos hombres trabajaron

para hacer volver la nave a tierra; mas no pudieron, porque el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos.

14 Entonces clamaron a Jehová y

dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente;

porque tú, Jehová, has hecho como has querido.15

Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor.

16 Y temieron aquellos

hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos.

17 Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a

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Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.”

Jonás 1:1-22.

La causa principal de esta tormenta es la desobediencia, Dios mando al profeta a llevar una advertencia a la ciudad de Ninive, ya que su maldad había

llegado a la presencia de Dios. El profeta reusó llevar esta advertencias de destrucción o de salvación si había arrepentimiento de la maldad. Pero él

decidió huir de la presencia de Dios: “2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran

ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. 3 Y

Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en

ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.” Jonás 1:2,3.

Esta desobediencia a la voluntad de Dios, fue la causa principal de la tormenta que llego a su vida, vemos que nuestras malas decisiones pueden involucrar y afectar a otras personas, ellas tomaran también la decisión de dañarnos, de

causarnos mal, a raíz de las tormentas que causemos en sus vidas: “11

Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar

se iba embraveciendo más y más.12

El les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta

gran tempestad sobre vosotros.” Jonás 1: 11,12.

Hoy en día podemos ver a creyentes con la misma situación de Jonás, Dios les ha mandado a llevar una gran advertencia al mundo, el dijo: “Id por todo el

mundo y predicad el evangelio a toda criatura.16

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Marcos 16:15-

16. Nínive es tipo de este mundo que necesita escuchar esta advertencia, si crees

en el señor Jesús y te bautizas serás salvo, si no lo crees serás condenado. La realidad es que hay creyentes desobedientes, creyentes que no están llevando

esta buena noticia de salvación a las almas de este mundo. Yo creo que esta es la causa principal de tus tormentas, de tus angustias y aflicciones.

La invitación de parte de Dios es que seas obediente al mandato de Dios, para

que la paz y la bonanza lleguen a tu vida. Es apostar Pablo dijo: “Porque si predico el evangelio, no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el

deber de hacerlo; pues ¡ay de mí si no predico el evangelio!” (1 Corintios 9:16). Dios quiere dirigirnos a que hagamos su voluntad, seamos obedientes a

su palabra.

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2. La Tormenta de los discípulos: Esta clase de tormentas es causada por

el diablo, con el propósito de desviarlos de la voluntad de Dios: “23

Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.

24 Y he aquí que se

levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.

25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron,

diciendo: !!Señor, sálvanos, que perecemos!26

El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los

vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.27

Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el

mar le obedecen?” Mateo 8:23-27.

La voluntad de Dios para el creyente es que clamemos en su nombre, los discípulos eran judíos, ellos desde su niñez sabían que tenían que clamar a su

Dios en los problemas, pues en ese momento que iban con Jesús en la barca tenían una gran problema y quizás clamaron a su Dios, en ese momento desconocían el nombre real de el. Y no teniendo ninguna respuesta recurrieron

al nombre que e sobre todo nombre, este estaba durmiendo en la barca, Jesús es el nombre del verdadero Dios: “de quienes son los patriarcas, y de los

cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.” (Romanos 9:5).

La palara de Dios en el libro de Jeremías 33:3, dice “Clama a mí, y yo te

responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”

Los discípulos sabían esta verdad, lo que no sabían es que el verdadero nombre de Dios es Jesús, ellos tenían que conocerlo y para esto tenían que

despertarlo: “Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!Señor, sálvanos, que perecemos! Mateo 8:25.

Cuando llegamos a conocer el verdadero nombre de Dios manifestado en el hijo, tendremos la seguridad que las tormentas llegaran a cesar en nuestras

vidas, solo hay que recurrir a el invocando su nombre, el se levantara en medio del problema y dará solución inmediata: “… Entonces, levantándose,

reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.” Mateo 8:26.

La voluntad de Dios es que le conocemos en el hijo, hoy en día el diablo a desviado a muchos creyentes a seguir la mentira, de los que creen que Dios es

una Trinidad.

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Los discípulos se preguntaron: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el

mar le obedecen?” Quizás ellos en ese momento no sabían que Jesús era Dios encarnado, los que si lo sabían era los vientos, era la tormenta, pues

obedecieron inmediatamente a su creador.

Para concluir podemos ver dos situaciones diferentes de tormentas y en cada situación cada situación involucra a un hombre durmiendo en el barco; El

primer hombre se encontraba en depresión y tratando de huir de la voluntad de Dios “desobediencia”. El segundo, dormía porque vivía dentro del propósito

de Dios y en el reino de Dios no hay tormentas. Cuando vivimos en la presencia de Dios y en sus propósitos podemos siempre

estar confiados, sabiendo que si invocamos su nombre creyendo, el responderá trayendo no solo la salida a los problemas, sino también la paz, la bonanza que

necesitamos. La pregunta es: En qué tipo de tormenta te encuentras hoy mi hermano?

¿Estás caminando dentro de la voluntad de Dios o fuera de ella? Recuerda que la tormenta de Jonás, fue enviada por Dios para “dirigirlo” a su voluntad. La

tormenta de los discípulos fue enviada por el diablo para “desviarlos” de la voluntad de Dios.

Muchos de nosotros cuando nos encontramos en una tormenta e

instantáneamente concluimos que nuestro trabajo es clamar a Dios para que intervenga y cambie nuestra circunstancia. El permite que tengamos

problemas en nuestra vida porque los podemos derrotar, las herramientas están en la barca con nosotros, pero el enemigo envía los vientos de temor para

hacernos olvidar en donde están nuestras herramientas. Nuestra solución a los problemas causados muchas veces por el maligno esta allí a nuestro lado, solo debemos darnos cuenta que no estamos solos, que nuestra fe esta sobre el

fundamento de apóstoles y profetas Jesús nuestro Dios, el dijo clama a mí y yo te responderé. Hagamos la voluntad d Dios.

Dios les siga bendiciendo

Fredy Delgado

Pastor y Teólogo