lanueva historia

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Lanueva historia nace con América M e piden ustedes unas cuartillas sobre la lús- toria y voy a contestar- le, excusándome, no en forma académica sino de manera muy personal. La razón de hacerlo así descansa en el hecho crudo de considerar que mi autoridad en este caso, como en casi todos, más proviene de los años de expe- riencia que de ninguna disciplina en arclúvos y bibliotecas. Cuando yo era estudiante, em- pezaban a utilizarse nuevos ins- trumentos de trabajo para la in- vestigación lústórica y nos sor- prendia ver la importancia de los hechos económicos en el proceso de la disolución colonial. Enton- ces, la novedad en nuestras inter- pretaciones lúzo que se nos consi- derara peligrosamente marxistas y recuerdo que fue para mi una odisea tener que cambiar cuatro Presidente de la Academia Colombia- na de Historia. Bogotá, Mayo-Junio 1989 GERMAN ARCINIEGAS* Germán Arciniegas: fechas clave para el balance 81

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Lanueva historianace con América

Me piden ustedes unascuartillas sobre la lús-toria y voy a contestar-

le, excusándome, no en formaacadémica sino de manera muypersonal. La razón de hacerlo asídescansa en el hecho crudo deconsiderar que mi autoridad eneste caso, como en casi todos,más proviene de los años de expe-riencia que de ninguna disciplinaen arclúvos y bibliotecas.

Cuando yo era estudiante, em-pezaban a utilizarse nuevos ins-trumentos de trabajo para la in-vestigación lústórica y nos sor-prendia ver la importancia de loshechos económicos en el procesode la disolución colonial. Enton-ces, la novedad en nuestras inter-pretaciones lúzo que se nos consi-derara peligrosamente marxistasy recuerdo que fue para mi unaodisea tener que cambiar cuatro

• Presidente de la Academia Colombia-na de Historia.

Bogotá, Mayo-Junio 1989

GERMAN ARCINIEGAS*

Germán Arciniegas: fechas clave para el balance

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CULTURALES__________ ----J(

veces de sala de conferencias enMedellín pasando del Teatro Bo-lívar al Paraninfo de la Universi-dad, del Paraninfo a la Sociedadde Mejoras públicas, de la Socie-dad de Mejoras Públicas a un tem-plo Egipcio, echado de todas par-tes como tipo peligroso. InclusiveDon Ricardo DIana pasó un men-saje explicativo a los Miembros dela Sociedad de Mejoras disculpán-dose por haberme prestado el sa-lón de la Sociedad para una senci-lla exposición sobre la vida colom-biana. Lo que entonces dije enMedellín es materia que se expli-ca hoy sin complicación alguna, lomismo en la Universidad Nacio-nal, que en la Javeriana o en la Sa-lle.

De aquello que ocurría en losaños 20 a hoy, han pasado cosasen el mundo y hemos tenido oca-sión de ir precisando no sólo loque fueron los procesos desde laconquista a hoy, sino valorando loque existe de original en el proce-so de la Historia Americana y enparticular en la de Colombia

En este momento, se ha encres-pado la opinión al influjo de algu-nas celebraciones centenarias.me alegra, pues, tener algunas deestas oportunidades para refle-xionar sobre los cambios en laHistoria como cuando se cumplen100 años de cualquier cosa. De-ploré que se hubiera desperdicia-do el segundo Centenario del na-cimiento del Libertador, y en vezde utilizarlo para hacer un balan-ce de su obra, se dedicara a echarbronce sobre bronce. Lo indicadohubiera sido hacer un estudio afondo sobre el sentido mismo dela independencia. Ahora estamosal borde de algunas fechas queserían claves para hacer no digo elbalance colombiano sino el detodo lo del mundo americano. Te-nemos el Sesquicentenario de lamuerte del General Santander y elsegundo Centenario de su naci-miento. Santander, simbólica-mente, representa la creación dela república de Colombia, y Co-lombia constituye un caso singu-larísimo. Fue el centro de la na-ción grande que completó la inde-

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pendencia hispánica en Américay sobretodo en la parte sur delcontinente. Bogotá fue el centronatural de esa república fundadaen Cúcuta y el pedestal de la glo-ria del libertador . Ese pedestal loconstituyeron las manos de unobrero de la democracia, Francis-co de Paula Santander, fundadorde la Universidad Nacional, aquien esta Universidad había eri-gido una estatua que estúpida-mente tumbaron unos estudian-tes ignorando lo que simbolizabapara esa Institución, y olvidamoslo que fué el hecho material, moraly político de montar un estado, or-ganizar una república, inventarleuna economía a tiempo que sesostenía un ejército fuera de susfronteras para combatir el imperioeuropeo más grande que Bolívarfue llevando hasta acorralarlo enAyacucho.

Yo he tenido la oportunidad demoverme durante unos 50 años atodo lo largo del territorio de loque se llama latinoamérica y nohe encontrado ni en el mismo Sar-miento, una figura a quien tantodeba la educaci'on de estas repú-blicas que pueda compararse enaquellos años con el General San-tander, ni un constructor de es-cuelas, liceos, normales, universi-dades, academias, bibliotecas,museos, expediciones científicasque tantas cosas hubiera hechopara reemplazar la materia muer-ta dejada por el mundo colonial.

Aludo fugazmente a estos he-chos anecdóticos para que se veahasta dónde el Sesquicentenarioy el Bicentenario que se avecinanpueden ser objeto de un aprove-chamiento académico que tengasu proyección en las publicacio-nes universitarias y en las investi-gaciones que propicien el Depar-tamento de Historia.

Mucho más profundo y generales el significado que pueda tenerla celebración de los 500 años deAmérica. Cuando se iniciaron losprogramas correspondientes enEspaña, lo primero que se tuvo encuenta fue la glorificación del Im-perio Español y la magnitud de losImperios Coloniales, españoles

en América. Era justísimo desdeel punto de vista de la corona Ibé-rica, semejante glorifación, yaque durante 100 años los ReyesEspañoles fueron los únicos quedieron toda su importancia a lasconquistas en América.

Desde el punto de vista ameri-cano, ésto es diferente. Para noso-tros lo que se inicia desde 1493, esla independencia de los europeosque vienen a establecerse en elNuevo Mundo, es decir un NuevoMundo que ellos vienen a creardel otro lado del Atlántico, paraemanciparse de una Europa endonde no encuentran ni las opor-tunidades ni la libertad que envano hubieran buscado en el Vie-jo. El día en que se embarca enuna nave de colón el primer espa-ñol con unas gallinas, unas semi-llas y unos instrumentos de la-branza es para establecerse delotro lado del Atlántico, con la in-tención de no volver jamás a Cas-tilla. Si es el caso, buscar mujeramericana y juntarse con ella. Asínace con el primer americano, elprimer Bolivar, que proclama suindependencia y se desliga parasiempre de la familia europea. Esecaso se va a repetir por los siglosde los siglos. Hoy mismo se estáviendo y seguirá viéndose que loque nosotros vamos a celebrarson los primeros 500 años de loseuropeos que vienen a emanci-parse en el territorio de lo que contoda justicia van a llamar ellos yestamos llamando nosotros Nue-vo Mundo. Si esto es así, y es así,como yo lo veo, América está sien-do la solución al más grande delos problemas del Viejo Mundo: elde su libertad. América es la solu-ción que no encontraron en Fran-cia los que se tomaron la Bastilla,en 1789. América es la otra cosaque no descubre Hegel en 1830cuando, haciendo la filosofía de lahistoria universal, declaró queAmérica no formaba parte de ella.

Casi podría decir que toda miexperiencia de profesor desdeque comencé a explicar, explicán-domelo Y':J, el problema de Améri-ca no ha sido sino un largo recorri-do en contraposición a afirmacio-

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nes de Hegel que considero arbi-trarias y mal fundadas. He tratadode explicarlo en un artículo re-ciente para los Cuadernos Iberoa-méricanos de Madrid, y vaya re-sumirlo en un par de cuartillaspara su revista, sin descontar laposibilidad de ofrecerla para mástarde un más amplio desarrollo.

Creo que Hegel en 1830, comoMaquiavelo a comienzos del XVI,con las evidencias a la vista, no sedieron cuenta de la redondez de latierra. Columbraron los cambiosde la revolución que comenzabacon el desgarramiento de la fami-lia europea en que los hermanosinfelices que nada tenían por se-gundones, o los del más bajo pue-blo, los sin tierra y sin herencia osin privilegio o sin título -y hastalos meros criminales- es decir:nuestros tatarabuelos- se embar-caban con la gallina, la semilla y elinstrumento de labranza para ir aestablecerse en una tierra de gen-tes desnudas que a lo mejor eranantropófagos y podían tener colay hocico de perro. Mil doscientosse viníeron así a las Antillas acom-pañando a Colón en el segundoviaje. Su idea era una sola: eman-ciparse. Liberarse de una Europaque no les daba nada. Este desga-rramiento familiar no le hizo ver aMaquiavelo que estaba naciendoun Nuevo Mundo. Su falta de vi-sión no le permitió penetrar en losprotagonistas de su comedia po-lítica para ver el papel que pudie-ran tener en el cambio grande dela historia. Alejandro VI echa unmeridiano que divide en dos losreinos del mundo y el florentinono lo advierte y admira en él sólosu capacidad pata elevar desde eltrono pontificio a sus hijos e hijascarnales. No se da cuenta de lasproporciones que toma el reino deCastilla dándole Fernando susbanderas a Colón, para que lasclavara en Guanahaní, y sólo re-gistra sus balandro nadas en Es-paña y en Italia, quedándose sinver cómo nacía el que iba a ser elmayor imperio europeo de l¡;¡Eu-ropa que estaba renaciendo.

Sólo encuentro otro ciego pare-cido al florentino en Hegel. Si el

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autor de El Príncipe agarraba lahistoria moderna en su verde co-menzar, el genío alemán iba a ha-cer tres siglos después el balancecuando se acercaba el otoño delos patriarcas imperiales, y en lalarga presentación del mundoque dejaba a sus espaldas, ignoróla redondez de la tierra. Su filoso-fía parece escrita antes de Copér-níco. Esa herramienta fabulosa,traída por él del taller griego yadornada con la maestría de lasescuelas del Rhin, la dialéctica, laenterró salvajemente en la creen-cia de un idealismo totémido, pen-sando que el espíritu era propie-dad imperial de los de su raza y sutierra. Colocó a América en ellírn-bo, y la dejó clavada por el tiempoque fuera necesario hasta que lle-gará el día en que para entenderla independencia, la concibieradependiendo del espíritu alemán!Se necesita ser quien fue para de-cir cosas semejantes. Yen 1830.

En 1830, el imperio inglés lleva-ba 49 años de haber arriado labandera en América. Las tropasdel Rey Jorge se habían rendidodefinitivamente en 1781 y los Es-tados Unidos habían sido recono-cidos como estado independientereemplazando a la corona britání-ca. En 1804 Haití derrotó el impe-rio de Napoleón con los negros deTussaint L'Ouverture que pusie-ron en fuga al general Leclerec,cuñado del Emperador. En 1824 elimperio español murió en Ayacu-cho y donde fueron Virreinatos,gobernaciones y capitanías caste-llanas sólo se vieron las repúbli-cas de bolívar, San Martin, Hidal-go, Morelos, Artigas y O'Higgins.En 1822 Portugal perdió su impe-rio en Brasil con sólo una sonrisa ...Si un imperio se pierde y esto no loregistra la historia, ní lo ve el filó-sofo, la historia no sirve y el filóso-fo ha muerto.

Lo cual no es raro, académica-mente. Bien averiguado quedó lode la tierra esférica girando alre-dedor del sol hacia 1530, cuandoCopérnico puso a circular su librode las Revoluciones de los astros,pero hasta 1774 la tierra seguíaparada en Bogotá, y en no pocas

ciudades de Europa, y continuabalevantándose y poniéndose el solque le daba vueltas en torno paraalumbrarla y traerle las noches.

Lo propio con la economía y lahistoria. ¿Quién pone en duda losresortes económicos que movie-ron a las turbas que echaron portierra la Bastilla? No había trigobarato, y una mesa de rico o de po-bres sin pan en Francia no esmesa para sentarse a comer. Elhombre ladraba de hambre. peronadie salió a asaltar las tiendassino a gritar muera el Rey. Lo deproletarios del mundo uníos, elsanto y seña para formar los sindi-catos, lo inventó una mujer que vi-vía en Londres. Años, muchosaños después, exactamentecuando allá vivía también un judíoalemán, Carlos Marx. Ella era hijade francesa y sudamericano: sellamaba Flora Tristán, y yo la ten-go por hija de Simón Bolívar ...

Así nos ocurre con las revolu-ciones de Los Comuneros y la In-dependencia en Colombia. Seprenden como reacción contra elimpuesto y la estructura de la eco-nomía coloníal sin que haya en-frentamiento de unas clases queno se han organizado en fuerzassindicales o patronales. Los cam-pesinos comuneros se movilizanbuscando capitanes en los ricos, yBolívar el rico, el padre de Flora,se hace el abanderado de los po-bres, en un movimiento de uníónde clases americanas para echar alos españoles. María Cano, en lopoco que tenga de Flora Tristán,vendría después de cien años desoledad ...

Tan lento es a veces, a lo menoscomo lo he visto, este ordena-miento de las cosas, entre otrasrazones por la falta de vocabulariopropio, que sólo queda el consue-lo de recordar los doscientos añosque demoró la sabia Europa enaceptar la esfericidad de la tierra;y todavía Hegel... Hoy mismo,García Márquez, nuestro adaliden la avanzada, como que se colo-ca en línea con Caro y LaureanoGómez en lo de Santander, parareducir a Bolívar al Cesarismo De-mocrático del Caribe. Luego ...

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