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HOGARES DE ADOPCIÓN Y ADOPCIÓN DE HOGARES Un imperativo de justicia y legalidad en Córdoba

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Producción gráfica de alumnos de periodismo turno tarde

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HOGARES DE ADOPCIÓN YADOPCIÓN DE HOGARES

Un imperativo de justicia y legalidad en Córdoba

Page 2: Laboratorio Turno Tarde

Trabajo Social

Guardianes del niño adoptado: protección y

cuidado de sus derechos

Adoptar un niño es una tarea difícil. Acompañando ese proceso,existe la dedicada labor de las trabajadoras sociales, quienes se

encargan de contribuir a la formación de un vínculo sano.

Entrega directa, ¿beneficioo perjuicio para el niño?

Durante el proceso de adopción, los dere-chos del niño se encuentran descuidados.Según Ricardo Rosemberg, director delRegistro Único de Adopciones en Córdoba, lacantidad de trabajadoras sociales que ayudana crear el vínculo entre los padres adoptantesy el niño se encuentra muy limitada porqueexisten cuatro trabajadoras encargadas delgabinete para un total de 650 casos de parejasregistradas para adoptar. A pesar de estaracompañadas de cinco psicólogas, este gabine-te tiene una capacidad de dar respuesta res-tringida. En medio de esta situación, se pue-den pasar por alto algunos hechos dentro delnúcleo familiar que resultan perjudicialespara el sano crecimiento y desarrollo del niño.

Ante este panorama, desde la sede delCentro de Atención Tècnica de laMunicipalidad de Córdoba (Catemu), encarga-da sólo del juicio de adopción, se realizan las

entregas directas amparadas por la ley.Aunque de esta forma predomina el derechode elección de la madre biológica para elegirlos futuros padres, comienza a perder el niño,ya que la entrega directa impide saber si lapareja se encuentra preparada psicológica-mente para recibirlo.

Este permiso de la libre elección de lospadres puede llegar a solucionar, de manerainmediata, la necesidad de brindar al niño unverdadero hogar. Sin embargo, ¿se le está ase-gurando un futuro protegido? Desde el depar-tamento técnico, ¿alcanza una trabajadorapara 160 casos?

La falta de una política de adopciones defondo, que unifique los criterios para la tenen-cia de los niños, se impone como una de lastantas necesidades que la justicia y la políticadeben resolver a favor de los chicos que espe-ran una familia y un futuro mejor.

Recursos limitados:650 casos divididosentre 4 trabajadoras

En la provincia de Córdoba los recursos con los que cuen-tan las trabajadoras sociales en materia de adopción son esca-sos. Esto entendiendo que para abarcar todo el territorio cor-dobés se cuenta con cuatro trabajadores sociales y cinco psicó-logos. A su vez, hay un responsable social por cada una de lasveintidós sedes judiciales pero éstas son multifuero, es decir,atienden también cuestiones penales y civiles entre otras.

En lo que va del año, en tribunales ingresaron alrededor de650 casos de padres que buscan adoptar, los cuales fueron dis-tribuidos entre las cuatro trabajadoras sociales (aproximada-mente 160 expedientes a cada una).

Según la Coordinadora de trabajadores sociales de laProvincia de Córdoba, Alejandra Castro, “los recursos sonescasos. Lo ideal sería incluir como mínimo tres trabajadorasmás, ya que así el seguimiento del niño podría hacerse men-sualmente o cada quince días”. Por ultimo, sostiene que “lofundamental al poseer más recursos se cometerían menoserrores”.

AlejandraCastro es laCoordinadorade trabajado-ras socialesdel

Departamento Técnico deAsistencia Jurídica deTribunales I. Tiene a sucargo a tres profesionalesque, junto con ella, se encar-gan de acompañar a lasfamilias durante el arduoproceso que involucra adop-tar un niño en Córdoba.“Realizamos un seguimientode la guarda, lo cual implicaver como el niño se incorpo-ra en la familia y como lafamilia lo recibe”, relata.Para poder cumplir con esto,se trabaja en conjunto concinco psicólogas, para lograrun abordaje interdisciplina-rio. El equipo técnico (trabajado-ra social y psicóloga) tienecomo primera función pre-parar a los matrimonios conintenciones de adoptar.Realizan reuniones con cua-tro parejas, durante encuen-tros de cuatro horas y porun período de treinta días,una por semana. En ellas, setratan diversos tópicos: porqué se desea adoptar, cualesson los prejuicios presentesen la sociedad, la necesidadde la revelación del origendel niño, entre otros. Lasparejas son seleccionadaspor las coordinadoras. “EnCórdoba, hay muchos ins-criptos y una lista extensade candidatos que quierensometerse a ser estudiados.Para adoptar chicos peque-ños son cada vez menos, por-que está la entrega directa”,afirma Castro.Una vez que el matrimonioingresó a la lista de espera yun niño es declarado enestado de abandono, se lecomunica a la pareja yempieza el período de guar-da, que puede extendersedesde seis meses hasta unaño. En este período y segúnla dificultad del caso, lasvisitas del equipo técnicopueden ser quincenales,mensuales o cada dos o tresmeses. “El seguimiento de laguarda es la incorporación

del niño dentro de la pareja yla construcción del vinculoparentofilial”, dice Castro. Elestudio incluye también cita-ciones a los padres y al niñoa la oficina técnica. A su vez,no se monitorea sólo alnúcleo familiar sino al exten-dido: abuelos, tíos, vecinos,niñera, amigos, entre otros. Los aspectos principales enlos que se centra este trabajoson el lugar que el niñoocupa en la familia, si susnecesidades básicas estánsatisfechas, qué actividadeslaborales realizan los padresy cómo es recibido por elresto de la familia. Con todolo que se recopila, se elabo-ran informes para el juezencargado del caso, queluego formarán parte delexpediente del juicio de adop-ción. ”La idea no es controlaral padre. No somos no dioses;intentamos construir un vín-culo, ayudar”, afirmaAlejandra. Si se descubre durante estasobservaciones que el niñoestá en condiciones riesgo-sas, se recurre a las visitassorpresivas y frecuentes.Luego se informará al juezde los problemas y éste deci-dirá si retira o no al menorde la familia adoptante.En caso de que esto suceda,

el niño será trasladado a uninstituto o a una familiatransitoria, dónde se buscaque elabore el duelo de lo quele ha sucedido, quedando a laespera de una nueva adop-ción. Puede suceder tambiénque el niño no cumpla conlas expectativas que teníanlos padres y ellos terminenpor devolver al menor. “Estohace que el equipo se planteetodo, desde lo humano hastalo profesional”, confiesaAlejandra.

Prejuicios socialesLa adopción trae aparejadosprejuicios que provienen dela falta de conocimiento porparte de la comunidad, dicenlas especialistas. SegúnViviana Russo, trabajadorasocial de Tribunales deFamilia, está instaurada laconvicción de que “por seradoptado, el niño tiene pro-blemas”. En realidad,“muchas de las dificultadesprovienen de la genética delniño, de la crianza por partede la familia, de los límitesque se le imponen o inclusodebido a duelos que aún nofueron superados por partede la pareja adoptante”. Ésteúltimo se denomina “duelode esterilidad” e implica elasumir el hecho de que no se

podrá engendrar un niño yaceptar que se incorpora aun hijo que no es biológica-mente propio.Castro resalta que muchos delos problemas con los que seencuentran las parejas, sobretodo de chicos mayores decuatro años, es toda la histo-ria que deben cargar sobresus espaldas. “Son niños quevienen muy golpeados por lavida, los padres los abando-naron o fracasaron en lasguardas”, sostiene. Además,agrega que para los menoresgenerar in vínculo estrechocon sus adoptantes se dificul-ta por las malas experienciasdel pasado. “Si los adultos lesvienen fallando, ¿por qué cre-erle a otros? Es un periodolento para que el niño ganeconfianza”, finaliza.

Revelación del origenOtro de los puntos que mayo-res dificultades trae es la deconfesarle al niño de dóndeproviene. Durante el acompa-ñamiento del gabinete técni-co, se trabaja acerca de laimportancia del proceso derevelación del origen; y seintenta concientizar a lasfamilias de que lo mejor esconstruir un vínculo desde laverdad. Viviana Russo afir-ma que “cuando se miente es

cuando surgen los fracasos,los conflictos. Saber la ver-dad es un mecanismo dedefensa”. La trabajadoraexplica también qué si no sehabla sobre este tema, “loschicos perciben que algo seles está ocultando en sus fan-tasías; lo que no se dicepuede traerles temores”. Porsu parte, Alejandra Castrotambién acentúa la impor-tancia de esta revelación: “Sedebe forjar la relación desdela verdad; toda relaciónhumana que empiece conalgo que no es cierto ya estárota”.Uno de los conflictos que seplantea y que resulta difícilde prevenir son los relaciona-dos con las entregas directas.En estos casos la pareja no esasesorada por un equipo téc-nico, por lo que está sincorroborar su capacidad psi-cológica para recibir a unniño que no es biológicamen-te propio (Ver “Entregadirecta...”).Alejandra Castro sostieneque en este tipo de situacio-nes “el niño comienza a sos-pechar acerca de su origen,si hubo una cotraentrega, sifue comprado o si fue adopta-do por la vía legal”.Finalizando, afirma: “así esmuy difícil garantizar unvínculo sano.”

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Adopción de niños en edad tardía

La adopción de niños mayores no es la primera

opción de las parejas En la ciudad de Córdoba, las personas prefieren adoptar bebes, esto

se debe a que buscan formar un vínculo desde que son pequeñospor considerarlo más sencillo.

Los niños enedad tardía noson los prime-ros escogidospara ser adop-tados, el 98 %

de los matrimonios inscrip-tos en el Registro Único deAdopciones pretende adoptara niños menores de cincoaños.

Los chicos que no estándentro de ese rango de edad,deben esperar encontraralguna familia que los recibay mientras tanto viven confamilias u hogares de acogi-miento.

Con respecto a la temáti-ca, María Luisa Moreno,Licenciada en TrabajoSocial afirma que “cuandose decide la adopción, losniños permanecen en unainstitución hasta decidirqué hacer. Es un tiempomuy fuerte para el niño,por lo que desde las áreasde niñez hacemos todo loposible para que ese tiem-po sea el mínimo posible”.

Una de las dificultadesque tienen los niños enedad tardía, es que en algu-nos casos no se adaptanrápidamente a su nuevafamilia. Esto hace que susnuevos padres se encuen-tren frustrados e impa-cientes y decidan regresar-los, generando que losniños se sientan confusoscon lo que está ocurriendo.Estos padres principian-tes deben saber que elpequeño pudo habervivido si tuaciones deviolencia y por estemotivo es que le cuestaformar un vínculo demanera inmediata . Porello tienen que hacer elmayor esfuerzo para que elniño se acostumbre y seadapte a este seno familiarque le resulta extraño parasu vida.

Es importante destacarque si el chico se sientebien, su aprendizaje y con-ducta será buena o la espe-rada como cualquier niñoque se encuentra cómodoen su hogar.

“El niño que finalmentees adoptado y que puedeintegrarse a su nuevafamilia, es un niño feliz,obviamente es un procesoque varía según la edad yen como fue la partida desu familia o del lugardonde estuvo últimamen-te”, afirma Maria LuisaMoreno.

Dar el ejemploCuando Fernanda Pérez

y su marido tomaron ladecisión de adoptar, seanotaron en el Registro deBebes que es de 0 a 1 año.

“En el Registro deAdopción nos explicaronque el tiempo de esperaque en un bebe significaun promedio de siete uocho años, en un registrode niños más grandes seacorta mucho. Lo pensa-

mos un tiempo y decidimoshacer el cambio de regis-tro. Nos pasamos hastaniños de 5 a 6 años con gru-pos de hermanos”.

Luego de varios trámi-tes y de haber realizado untaller para padres preadop-tantes, fueron convocados porun caso de tres hermanitas y,a partir de allí, recibieron laguarda provisoria, guardadefinitiva y finalmente consi-guieron la adopción plena.

Esta es la historia de unode los pocos matrimonios quese animan a adoptar a niñosdesde tres años, aún sabiendoque vienen con una historiafamiliar.

Desde que se plantearon ladecisión de adoptar, no pensa-ron la edad que podía tenerese niño, tampoco se imagina-ron que actualmente en suhogar tendrían a tres niñas yque lograrían concretar elsueño que es el de formar unafamilia.

El proceso completo deadopción lleva muchotiempo, pero ese momentopuede ser bien utilizadopara ayudar a la familia aque se formen los lazos.Para ello es necesario elacompañamiento de unequipo técnico que lesbrinde, al matrimonioadoptante, informaciónadecuada para poder cono-cer la historia familiar delos niños y criarlos con suverdadera identidad.

Sin pen-sar en laedad

Decidirse a adoptar unniño no es algo sencillo, pero¿Qué sucede al momento deresolver si adoptamos bebes oniños mayores de 3 años? Lamayoría de las personas quedecidieron adoptar eligierona niños menores de un año.Pero cuando hay que justifi-car esta elección la únicarazón que resta es el descono-cimiento.

Los niños más grandes seadaptan a un ambiente dife-rente, más aún teniendo encuenta que este es muchomejor que el que le brinda-ban sus padres biológicos.Es cierto que insertar alniño mayor dentro delnúcleo familiar puede sermás complicado que para unbebe, ya que un niño de 5 o 6años comprende lo que le hasucedido: el abandono, elmaltrato, la espera al no seradoptados. Pero esto sólorequiere de paciencia y laayuda de especialistas.

Después de todo, nadiesabe ser padre hasta que loes, todas las vivencias siem-pre serán nuevas, sin impor-tar si el hijo es biológico,adoptado, si es un bebe o unniño de 7 años.

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Familias de acogimiento

Hogares de tránsito: afavor de los niños

los hogares de acogimiento cuidan y contienen aniños cuyas familias biológicas no pueden hacerse

cargo.

La Convenciónsobre losDerechos delNiño conside-ra a la fami-lia como

grupo fundamental de lasociedad, medio naturalpara el crecimiento y elbienestar de todos susmiembros, en particularde los niños, quienesdeben recibir la protec-ción y asistencia necesa-rias para poder asumirprogresiva y plenamentesus responsabilidades den-tro de la comunidad. En este principio se basanlas “familias transitorias”u “hogares sustitutos”entendiéndose a estoscomo aquellas familiasque reciben y dan amparotemporáneo a niños, niñaso adolescentes que vivenen situación de maltrato oabandono. Así, se les ofre-ce la posibilidad de com-partir sus vidas como unmiembro más de la fami-lia. Se considera a dichasmoradas como un sistemaalternativo de protección.Su objetivo es proporcio-nar estímulos, a través dela atención individual decada niño o niña, para quepuedan desarrollarsesanamente y lograr supe-rar las dificultades, porlos que han atravesado.Por eso, estos hogares bus-can crear las figuraspaternales adecuadas parael menor, para que su sen-tido de identidad y perte-nencia se vea favorecidoen el proceso.En Córdoba, existen dife-rentes organizaciones quellevan a cabo esta tarea.Una de ellas es el“Programa Nazaret”, elcual promueve el derechode todo niño a la conviven-cia familiar y comunita-ria, mediante el sistemade protección alternativode “Familia Transitoria”u “Hogar de acogimiento”.Su vicepresidenta, RuthFontaine, afirma que “enlos últimos 13 años, esteprograma logró evitar lainternación de más de 400niños en instituciones demenores”.¿Cómo funciona elPrograma Nazaret?“Nosotros somos un grupode familias, que volunta-riamente se acercan porque quieren ser familia detransito”, explica YaninaChialva, asistente socialque colabora con el pro-grama; los interesados secomunican con Nazaret yse presentan para una pri-mera entrevista vocacio-nal donde se les informaen que consiste el progra-ma, cómo funciona, esdecir todo lo que sea infor-mativo; nosotros no damosel apto profesional, eso lohace el Estado.” Chialvaagrega, “después de ese

primer paso el equipo téc-nico, asistente social ypsicóloga, hace un examendonde se tiene que cum-plir con ciertos requeri-mientos, por ejemplo aNazaret no se puede acer-car un matrimonio sinhijos, porque no funciona-mos para dar niños enadopción y porque cuandose retira al menor puedeproducirse un daño.Nosotros tenemos que cui-dar también psicológica-mente a la familia que seacerca”. El segundo requi-sito que figura en el pro-grama es que la pareja, notenga intención de adop-tar. “Nazaret no es una víade adopción de niños, esuna medida transitoriahasta que el juez decide lamedida a largo plazo quepuede ser la adopción o larestitución a la familiabiológica del niño”. Porúltimo, se exige a los inte-resados que respeten lasdecisiones del juez, “hayveces que el juez decideque vuelva con su familiabiológica, y la familia detransito está en desacuer-do, pero hay que acatar laorden del juez.” ContinúaChialva, comentando: “Sise cumple con todos éstosrequerimientos se pasa auna segunda entrevistaque es con un psicólogo ycon una asistente socialdel Instituto Eva Perón,que pertenece al Estado.Porque son situacionesmuy complejas en donde lasorganizaciones del Estadosaben cómo manejarse y lohacen diferente a una ONG.Una vez que se evalúa a lafamilia voluntaria, los juecesde menores autorizan o no laentrega de un niño en tránsi-to a dichafamilia”.Considerando loantedicho, se puede con-cluir que “la familia tran-sitoria” tiene por fin evi-tar la institucionalización,ya que resguarda al niñobrindándole comprensión,cariño, protección y cuida-do hasta que éste seaadoptado por una nuevafamilia o regrese a su fami-lia biológica. Así, a través dela alternativa de un hogar detránsito, se consigue que elniño pueda superar sus con-flictos vividos bajo un mode-lo de contención adecuado,según explicó RuthFontainer, coordinadora delPrograma.

En nuestro rol de ciudada-nos es necesario que adopte-mos un compromiso paragarantizar la protección, laasistencia, el bienestar delas futuras generaciones;como también es precisogenerar espacios para pro-mover el desarrollo indivi-dual y social de los niños queel día de mañana asumiránplenamente sus responsa-bilidades dentro de lacomunidad.

La educación en las familias deacogimiento

Durante el tiempo en que un niño vive enun hogar de acogimiento, es cuidado por lafamilia que allí habita, denominada fami-lia transitoria. Por un lado, los chicos depre-jardín, de entre 2 y 5 años, van al jar-dín que la familia transitoria elige para éste.Y por el otro, los pequeños que ya cursan laprimaria, según Ruth Fontaine,Vicepresidente del programa Nazareth, siéstos están concurriendo ya a un colegio

determinado cuando ingresan al hogar deacogimiento, el juez solicita un pase paraque el niño pueda ir a uno más cercano desu nuevo hogar transitorio. Tanto en sucasa como en el colegio, el niño es asisti-do psicológicamente, ya que, cuandoingresan a la escuela suelen tener proble-mas de aprendizaje y de conducta, comohiperactividad, falta de atención y con-centración.

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¿Nosadoptamos?

Para dar cuenta sobre eldesafió que un matri-

monio enfrenta al momentode adoptar, la historia de“Beto” nos ayuda a bajar losconceptos y tiempos con losque se maneja la justicia.En el año 1995, Beto, en

su deseo de ser padre,comenzó los trámites deadopción de su hija Camila.La niña en ese momentosolo tenía 3 años de edad. Beto y su mujer, sabían

que los tiempos y la buro-cracia de la justicia se pre-sentaban como un reto alcual sólo con entrega ypaciencia podrían superar.Hasta el 2002 el matrimoniollevó el caso con un aboga-do, siempre los atendía lamisma gente, el mismo juz-gado, los mismos psicólo-gos, la misma asistentesocial. Hasta que en el año2003 lograron contactarsecon otro abogado, pensandoque la lentitud del trámitese debía a la falta de com-promiso del profesionalanterior para con el caso. Nada cambió desde aquel

momento, Camila cumplió18 años el pasado marzo, yahora es ella, con su mayo-ría de edad, quien pide elapellido de su padre. Lajoven, es quien solicita a lajusticia que apruebe el cam-bio de guarda, que hoytiene Beto como padre. Loque siempre quisieron, perocon la diferencia que ahoraCamila, en primera perso-na, se suma y busca el reco-nocimiento legal.Los largos tiempos con

los que trabaja la justicia,provocaron que sea ahoraCamila quien anhele poresos padres, quien peleeante la justicia para que suapellido sea el mismo que elde Beto. Pasaron 15 años y toda-

vía luchan por conservar sufamilia.

-1.900 aspirantes.-500 esperas recién naci-

dos-40 niños en estado de

adaptabilidad.-Cinco años de espera.-Dos años en hogares sus-

titutos.Según datos de la

Fundación Adoptar el 75 porciento de los niños sonentregados a través del tráfi-co de niños, mientras quesólo el 25 por ciento respetael camino legal.

Adopciónen números

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En Córdoba,desde que secreó en 2001el RegistroÚnico deAdopciones

se anotaron 1.900 aspirantes,pero en todo 2009 hubo sólo40 niños en condiciones deser adoptados. Esa brechahace que pasen años entre eldía de la inscripción y el dela entrega de un niño.

Según estimaciones deespecialistas y padres adopti-vos, la espera de un niño, enArgentina, casi nunca esmenor a cinco años.

La demora para que unniño pueda ser dado en adop-ción radica en que debe exis-tir alguna causa que la justi-fique, como el abuso sexual,violencia familiar o abando-no por sus padres. Y eseabandono no es fácil de dicta-minar; hay plazos extensospara los tiempos de un niñoque deben respetarse, y exis-te la obligación de que seintente que éste viva con sufamilia biológica. Sólo comoexcepción se puede dar unaguarda con fines de adop-ción.

La principal causa dedemoras radica en el tiempoen que debe establecerse el“estado de adoptabilidad” deun niño. La nueva ley deadopción 24.779 en suArtículo 316 declara el estadode adoptabilidad cuando:“Personas menores de edadcuyos padres sean desconoci-dos, y hayan resultadoinfructuosas las medidasadoptadas para localizarlos.Cuando los padres de la per-sona menor de edad, luegodel cumplimiento del períodode mantenimiento del víncu-lo familiar, ratifiquen sudecisión de entregarlo enadopción. Cuando se trate depersonas menores de edadhuérfanos, sin autor o cuan-do el niño o la niña así losoliciten”.

La declaración del estado

de adoptabilidad será deter-minada por la autoridadjudicial en todos los casosantes de otorgar la guarda einiciar el juicio de adopción.Se tramitará ante la autori-dad judicial con competenciaen asuntos de familia de lajurisdicción donde seencuentre la persona menorde edad.

Según Patricia García deArce, Coordinadora delServicio de Adopción: “Larealidad es que muchos chi-cos están en institutos poruna situación transitoria,pero después vuelven con sufamilia biológica y en muypocas ocasiones el juez dicta-mina que estén en condiciónde ser adoptados. Hoy, lalegislación argentina, priori-za la relación biológica”.

La realidad muestra a jue-ces de familia que debendecidir sobre la condición deadoptabilidad de chicos que,en muchos casos, cargan conuna historia familiar muycomplicada.

La larga espera que impli-ca el proceso de adopción enlos registros -opción quebusca darles transparencia alas adopciones y seguridad alos padres adoptivos- haceque, paradójicamente, se for-talezcan los caminos ilega-les.

A pesar de las demoraspara poder adoptar por la víaregistral, Ricardo Rosemberg,titular del Registro, recomien-da esa opción sobre la adop-ción directa. “Es más seguray transparente, tanto para lospadres como para el niño”,afirma. “Pero hay que estaren los zapatos de quienesdeben esperar”.

El titular del ente cree quelo mejor sería un cambio deley para limitar la adopcióndirecta pues, en la práctica, loque se da es la compra-ventade niños disfrazada de la elec-ción de la progenitora de darsu bebé a la familia que ellaquiere.

Demoras/Adopción

La espera enArgentina casi nunca

es menor a cinco añosMiles de personas quieren adoptar y, por diversas

razones,los trámites se hacen eternos y muchasveces la adopción termina siendo imposible.

Esperas que desesperan

Según especialistas, en nuestro país las esperas son un tantoextensas debido a que hay muy pocos niños para adoptar. Pero espertinente señalar que debería haber más apertura por parte delos incriptos para que analizaran la posibilidad de adoptar a chi-cos más grandes.

En relación a las demoras en materia de adopción, y como unaalternativa a la reducción en los tiempos de espera, la diputadanacional Cynthia Hotton plantea que, pasado un lapso de dosaños en un hogar o institución, los jueces deberían encontrarleuna familia.

Por otra parte, la senadora María Eugenia Estensoro intentadesde su banca en el Congreso de la Nación, que se informe sobrela cantidad de niños y adolescente en estado de adoptabilidad enlas instituciones del país y la razón por la cual todavía permane-cen en dichos hogares.

El problema que azota a miles de familias argentinas es compli-cado y más para la provincia de Córdoba en donde son 1700 los inte-resados en obtener la adopción y son 500 esperan recién nacidos.

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Daños psicosociales

Abandono de menores einstitucionalización: “chicosvíctimas de grandes”Las situaciones de riesgo en los menores pueden determinar su adop-tabilidad. El abandono y la institucionalización generan daños en supersonalidad y desarrollo que dificultan su nuevo vínculo familiar.

“Sihubieracon-cien-cia de

parte de los padres de losdaños que se le hacen a loschicos exponiéndolos a estassituaciones de expulsión delseno familiar, creo que lascosas serian diferentes”,reflexiona la psicóloga, MaríaMolina, sobre la situación delos menores que deben seralojados en instituciones pordiversos problemas sociales.La Ley Nacional de

Protección Integral de losDerechos de las Niñas, Niñosy Adolescentes (26.061) esta-blece que los menores podránser privados de su familiaexcepcionalmente y por tiem-po limitado. La disposiciónno se aplica por falta derecursos económicos sino porsituaciones que pongan enriesgo la integridad de losmenores: violencia, maltrato,abusos, entre otros. Estanormativa prioriza el inte-rés superior de los niños yel mantenimiento de losvínculos familiares.Los 650 menores que se

encuentran en guarda prea-dotiva en la provincia deCórdoba, fueron retiradosde sus familias porque“muchas veces no puedenpermanecer en ese ambien-te por estar expuestos a unsinnúmero de peligros yriesgos, más cuando hayviolencia familiar, hay dis-tintas experiencias muyfuertes desde lo físico yemocional”, explica Molina.

Ingreso a una instituciónUn Juez de Menores en lo

Prevencional decide que unniño vaya a un Instituto demenores, hogar de tránsito

o familia acogedora hastadeterminar restituirlo a sufamilia biológica o declararel estado de adoptabilidad. Ruth Fontaine, vicepresi-

denta y coordinadora del“Programa Nazaret”, de fami-lias de acogimiento, sostieneque “la institucionalización,de cualquier forma, evita lasocialización, hay una priva-ción emocional, no tienenfamilia propia. A los niñoslos afecta mentalmente, psi-cológicamente, emocional-mente, ser retirados de sufamilias.”La “Fundación

Querubines”, alberga niñosde hasta 5 años “porque es la

etapa que nos marca durantetoda la vida, al principio,cuando los niños ingresantienen mucho miedo o des-confianza con los adultos,algunos muy introvertidos,pero también hay otros muyagresivos donde muestran labronca reprimida”, segúnMicaela Rodríguez.

AdoptabilidadEl plazo máximo en que un

niño puede estar alejado desu familia y en el que debedeterminarse su condición deabandono y adoptabilidad esde 90 días. Fontaine afirmaque “los chicos tardan entre3 y 12 meses en ser declara-dos en adoptabilidad, esetiempo debería ser máscorto”, agrega.Cada tipo de institución

tiene modalidades de traba-jo diferentes con los meno-res en adopción, desde queingresan por semiabandonohasta que es otorgado a unafamilia en guarda preadop-tiva. Todos declararon estarorientados a la contencióndel niño luego de una situa-ción de abandono. “Los chi-cos son víctimas de situa-ciones de grandes, que losponen en una vulnerabili-dad permanente”, segúnRuth.En Nazaret, recibe niños

que tienen entre 0 y 10 años.“El Programa surgió viendola necesidad de los niñosque están en institutos de

menores, el derecho a laconvivencia familiar queahí no se cumple”, explicaRuth. Evelina Gorjon, psicó-loga de la institución afir-ma que incluso la institu-cionalización puede obsta-culizar la adopción delmenor. “El hecho de ingre-sar a una familia es lamisma terapia salvo casosde niños con problemasserios”, agrega Ruth.Rodríguez afirma que la

misión de “Querubines”, es“que los niños puedan cono-cer otro trato con los demásque no sea la agresión, quepuedan superar los proble-mas que tuvieron y confiarde nuevo. Si bien el hogar eschico no se compara con unafamilia”. En el Instituto deIntervención Temprana Eva

Perón, alojan niños de entre 5y 8 años, y reconocen proble-mas de adaptación de losniños, pese a las accionesrealizadas.Sin embargo, Gorjon reco-

noce que “los problemas engeneral vienen de las fami-lias biológicas más que de losInstitutos”.

AdopciónPaula Angaramo, psicólo-

ga especializada en niñez yadolescencia sostiene queincluso en la restitución delderecho del niño a una fami-lia cuando ingreso es adopta-do, no es “fácil”. “Está ingre-sando una persona que es

diferente, hay que crear hábi-tos en esos chicos y la familiatambién tiene que tenermucha paciencia y adaptarsea los ritmos que va a tenereste chico”.Para Molina “te da la

sensación de que lo queellos han vivido jamás lovan a poder superar, haychicos que tienen dificulta-des de conducta, en la rela-ción con sus pares y empie-zan a incursionar en trans-gresiones, también existeproblemas para poder inte-grarse a la vida escolar” yconcluye “si pudiéramosasegurar más tranquilidadpara los chicos y no tuvieraque aparecer la instancia dela adopción mejor, peroestamos hablando de unautopía”.

“Te da la sensación de que lo que ellos hanvivido jamás lo van a poder superar , hay

chicos que tienen dificultades de conducta,en la relación con sus pares...”

Adopcióndirecta

La Ley Nacional deAdopción regula cuá-les son los procedi-

mientos, requisitos y tiem-pos para poder adoptar. Apesar de esto, los tiemposdel proceso de adopción sonmuy largos; y si la familiaoriginaria decide apelareste plazo se extiende aúnmás.Debido a ello, y a la

negativa de los padres deque sus hijos pasen a insti-tutos, hogares o a familiasexiste lo que se denomina“adopción directa”, cuandola mamá decide dar a suhijo a una persona queconoce y quiere adoptar, Este es el caso de Nené

Nicolás, quien decidióadoptar a Emilse. “Vino ahablar conmigo… no podíahacerse cargo . la anotó, yme llevó el documento a…cuando nació nos presenta-mos en tribunales”. aquí,Nené comenzó a transitarlos trámites de adopción. Este es un caso típico de

“adopción directa” dondelas cosas funcionan de otramanera: la madre biológicaelige y los trámites deadopción se hacen de unamanera diferente, sin quelos niños pasen por un pro-ceso de institucionaliza-ción.

Este tipo de adopciónestá permitida en nuestropaís, ya que es legal perono socialmente aceptadadebido a que se podría lle-gar a confundir con otrotipo de situaciones que noestán contempladas por laley.

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Mejorprevenir

L a situación de abandonoo semiabandono, junto a

la institucionalización poste-rior, posponen la integracióndel niño en una organizaciónfamiliar (derecho reconocidoen la Convención sobre losDerechos del Niño). Ello,dependiendo de la edad delmenor, las razones de suingreso, el tipo de institucióny la duración, genera dañospsicosociales porque impiderealizar de forma completaun proceso regular de identi-ficación personal y de socia-lización.

A pesar de esto, tambiénes cierto que muchas vecesen la familia biológica nopueden permanecer ya queestán expuestos a un sinnú-mero de peligros y riesgos,como violencia familiar yabuso.

Es por eso que la “erradi-cación” de la situación de losniños semiabandonados uabandonados implica la tomade conciencia de la sociedadpara evitar su devenir.

Lo ideal sería que lospadres pudieran tener con-ciencia de los daños que leprovocan a los niños expo-niéndolos a estas situacionesde expulsión del seno fami-liar y lo que genera el ir yvenir en el proceso judicial.

Cada uno de ellos, presen-ta una historia de vida parti-cular que debe ser tomada encuenta por las autoridades,los futuros padres y la socie-dad en su totalidad.

El dolor que ellos experi-mentan, la desilusión, la des-esperanza, son marcas imbo-rrables de una infancia que-brantada que tiene comoactores responsables quienesincurren en la falta de con-cientización y compromisocon el sector más vulnerabley artífices necesarios delfuturo de nuestra sociedad.

Page 10: Laboratorio Turno Tarde

Adopción múltiple

Hermanos biológicos: un universo atravesado por la

esperanza y el desasosiego

La historia de vida de dos familias: una adoptó a tres hermanos parano separarlos; la otra, vive con la incertidumbre de la guarda adopti-

va. Pese a la dificultad, evitar la separación es posible .

María esestu-diante,y elmate,junto

al termo en el escritorio, estestigo de ello. Se sienta enla punta de la mesa, ycomienza a hablar, sin dartiempo a las preguntas.Hoy, tiene veinte años… yuna magnífica historiapara contar.

“A mis hermanos y a mínos adoptaron de muy chi-cos. Yo me acuerdo de todo.

Mi mamá, Alba, queríatener un bebé, pero nopodía. Entonces, decidiócumplir su sueño y adoptaruno”; cuenta mientrascomienza la ronda de mate.Se ríe con cierta ironía yrecalca: “uno”.

“Yo nací en la localidadde Nono. Mi mamá biológi-ca me tuvo a los catorceaños. ¡Catorce! ¡Una nena! Ymás tarde nacieron mis her-manos, José y Angy. Comomis papás no podían mante-nernos, nos entregaron a“La casa del niño”, delPadre Aguilera.. Parece quesu voz fuera a quebrarse.Pero de su boca se despren-de una sonrisa radiante, yno se detiene ni un momen-to. Ya ha contado su vidauna y mil veces, pero se sor-prende de su propio relato.

Quizás el destino, quizásla suerte, quizás el amor,llevó a Alba a visitar elhogar para convertirse enmadre.

“Mi mamá estaba muyapurada, parece. Bebés nohabía, y además habíamuchas familias anotadaspara adoptar. Para esemomento, yo tenía cuatroaños, y mis hermanitos,tres y dos. Cuando le dije-ron a mi mamá que habíaen el hogar tres hermanitos,no lo dudó. Decidió no sepa-rarnos y pidió la tutela.”

Todo lo que dice se dibu-ja en sus gestos. Se acomo-da el pelo renegrido.Suspira. El celularsuena.Sonríe al ver la pan-talla.:su hermana acaba deavisarle que aprobó un par-cial de fotografía.

“Y bueno, el juez nos per-mitió esta casa como hogarsustituto. Pasaron como dosaños y la adopción no salía.Hasta que un día, vi que mivieja llegó muy contenta.Ese sábado, creo, hubo unafiesta en casa. ¡No faltónadie!”. María, José y Angyeran oficialmente los “hijosde Alba”. Hasta hoy, loshermanos le agradecen a lavida aquella aventura deldestino y recuerdan su pri-mera Navidad en familia ycomo si algo mágico se apo-derara de sus corazones,reavivan el recuerdo una yotra vez.

Otra historiaEn otro rincón de

Córdoba, también hay unahistoria que moviliza.

La voz de Gustavo, des-nuda los miedos de unpadre que convive con la

incertidumbre. Desde hacedos meses, en su casa vivendos hermanos, bajo lasituación de guarda. Losniños se transformaron ensus hijos, porque así losnombra, a cada rato y parasiempre.

Sin embargo, si el juez lodecide, los nenes deberán vol-ver con su padre biológico.

“Tengo miedo de que eljuez no me los deje. Yo mepreparo para lo peor, eltema es que ya nos encari-ñamos con ellos. Estoyhasta las pelotas”, expresacon un nudo en la garganta.

El papá biológico es adic-to a las drogas y la mamádesapareció de la escena.En total son cuatro herma-nitos, dos de los cualesestán con Gustavo y el otropar, al amparo de dos fami-lias diferentes. “Si el juezentiende que el padre serecuperó y tiene los ingre-sos, se los va a dar. Es duroporque uno los quieremucho. De hecho, nos dicenpapi, mami. Son mis hijos”.

A la hora de analizar elproceso judicial, Gustavo escrítico. “Es insano para los

chicos y para nosotros. Yacreamos un vínculo y depronto, te los llevan y des-pués te quedás con un vacíoenorme. Igualmente, antesde dártelos te aclaran queesto puede pasar”, remarcacon dolor.

Gustavo afirma una y otravez que no volvería a inten-tarlo. La posibilidad de quesus hijos vuelvan con su papábiológico es un dolor que noquiere vivir dos veces. Sinembargo, deja algo en claro.“Voy a ir a visitarlos cada vezque pueda, o hasta queempiece a ver que me hacemuy mal”.

Igualmente, entiende quelo mejor para los nenes esvolver con los padres bioló-gicos. “No tengo dudas quesería lo más apropiado,siempre y cuando el padreesté recuperado y puedacontenerlos. Ellos estuvie-ron en estado de desnutri-ción y atravesaron muchascosas feas”, aclara con algu-nas lágrimas asomando ensus ojos.

Desde hace dos meses,los cuatro hermanitos sereúnen con su papá biológi-

co. Los jueves, el día indica-do para el encuentro,Gustavo vive una mezcla desensaciones. “Ese día en elInstituto de Menores sevuelven a juntar todos loshermanitos. Mi señora mecuenta que la nena que estácon nosotros juega con elpadre. El nene, es indiferen-te. Lo duro de la jornada escuando acaba y los herma-nitos son separados paravolver respectivas fami-lias”.

La visión de Gustavocambió en todos los ámbitosde su vida. “Desde hace untiempo estoy evaluando quéhacer en las vacaciones yno puedo definirlo.Tengoarmadas unas vacacionescon los chicos y otras sinellos. Me encantaría poderllevarlos pero no quiero ilu-sionarme”, sostiene ahoracon la voz quebrada.

Sin dudas que sus días sevisten con la sonrisa de sushijos, que desparramadosen el living juegan a querer-lo a través de la intuición,de a poco, como se constru-yen las historias que expli-can el sentido de la vida.

Cuando tu vida es un problema yno sos culpable de nada

¿ Cómo explicarle a un niño que su her-manito se debe ir pero él no lo puede

acompañar? ¿Cómo hacerle entender que lapersonita que ve todas las semanas, por dispo-sición legal, lleva su misma sangre pero ya nocomparte su suerte? Estas preguntas surgencada vez que en los pasillos de los juzgados enlos Instuto de menores, los hermanitos se vancon familias distintas.

La legislación en materia de adopción tieneaún, fisuras, que marcan a fuego a las perso-nas que recurren a ella. El proceso de guardajudicial va desde 4 meses a 1 año pero no ase-gura la tenencia definitiva. Los padres convi-ven ese tiempo con la criatura pero cabe laposibilidad de que su hogar definitivo no seaese mismo. Además, comienzan a jugar laincertidubre y la angustia de no saber si loshijos permanecerán en los hogares de lasfamilias que decidieron cobijarlos.

La prioridad de adopción en un niño quefinaliza el proceso de guarda la tiene quienencabeza la lista de espera.

Generalmente el juez solicita que los her-manos biológicos en adopción no sean separa-dos. Sin embargo en la práctica no resulta tanfácil ya que, por lo general, los adoptantes notienen hijos propios y comenzar con más deuno, genera inseguridades.

A eso debe sumarse el trastorno psico-afec-tivo que afecta, en gran medida, a quienesposeen como primeros recuerdos las paredesde un hogar sustituto. La negación a estarsolos, la facilidad para la socialización, lainquietud por las cosas que los rodean y lapredisposición al afecto representan las pato-logías ms comunes para estos niños.

Los tiempos de la justicia no mantienenrelación con la cronología del niño. Y la culpalastima la ingenuidad de los pequeños.

No es obligatorioque las familiasadopten al grupo

L as familias que llegan con la intención de adoptar,deben completar diversos formularios. Uno, cuenta con

categorías para que los futuros padres “seleccionen” lo quebuscan. Hay alrededor de diez categorías. Las dos últimascorresponden a niños que forman un grupo de hermanos.Como regla general, se tiende a no separarlos, y se los coloca atodos en una guarda pre adoptiva. Según Ricardo Rosemberg,titular del Registro Único de Adopciones en Córdoba, las fami-lias no están obligadas a adoptar al grupo, sino que lo hacenpara no destruir sus lazos familiares.

En estos casos, no hay leyes específicas ni regulacionesescritas. Los padres que están dispuestos a adoptar un soloniño, no son tenidos en cuenta si surgen grupos de hermanos.Además, puede suceder que una familia adopte a un infante, yal tiempo se entera de que la madre tiene otro hijo. El objetivoes el mismo: mantener unido el lazo de hermandad.

En estos días, todavía no existen regulaciones que puedanorganizar la situación de los hermanos biológicos.

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Aunque no haya legislación vigente respec-to de la adopción de hermanos, evitar lase-paración es posible. La comunicación inter-

na, juega un papel fundamental.

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Adopciones Internacionales

30 familias cordobesasbuscan adoptar en el extranjeroAdoptar un niño extranjero en nuestro país, ya es una realidad. Es una elección quizás impulsada ante la imposibilidad de adoptar enArgentina. Claves para realizar el trámite.

LLa necesidadde tener unhijo traspasalos límitesnacionales. Enla provincia de

Córdoba, unas 30 familiasya experimentan distintosgrados de avance en el trá-mite de adoptar internacio-nalmente a un pequeño.Algunas lo hacen porqueconsideran propicio notener que esperar tantosaños en adoptar en nuestropaís. Además, en Córdobacapital, cada vez hay menoschicos que se entregan enguarda pre- adoptiva. En2002, desde el RegistroÚnico de Adopciones se con-cedieron en guarda a 100niños, mientras que en 2009sólo se otorgaron 40 enCórdoba capital, informóRicardo Rosemberg, titulardel registro provincial.Según el Registro Único deAspirantes con finesAdoptivos, hay 2000 matri-monios en espera paraadoptar niños, y según elJuzgado de Familia enArgentina hay aproximada-mente 10.000 familias en lamisma situación.La adopción internacionales un tipo de adopción porla cual un individuo o unapareja se convierten en lospadres legales y permanen-tes de un niño o niña nacidoen otro país.La legislación argentina noexplicita, ni regula las adop-ciones internacionales.Nuestro país no firmó laConvención sobre AdopciónInternacional, adoptada enLa Haya en 1993, que prevémecanismos a para adoptarinternacionalmente. Sinembargo, ninguna ley delpaís las prohíbe.

.Proceso y requisitosPara residentes argentinos,la manera correcta delograr una adopción en elextranjero es cumplimen-tando los requisitos exigi-dos por la ley del país dondese va a adoptar.La especialista FabianaQuiani en DerechoInternacional Privado,explica, que el proceso de laadopción internacionaldepende de las leyes delpaís delospadresadopti-vos.Unexpe-dienteparauna adopción internacionalcontiene una gran cantidadde información sobre losfuturos padres. Esto inclu-ye: información financiera,comprobación de anteceden-tes, huellas digitales y elcertificado de idoneidad.Una vez completado, elexpediente se somete a larevisión de las autoridadescorrespondientes en el paísde origen del niño. Despuésde que se repasa el expe-diente y aprueban a los pre-adoptantes, se les otorga.unposible niño. El país del pre adoptadoenvía a los padres informa-ción sobre el niño: edad,género, historia de la salud,etc. Luego, se establece unafecha para el encuentro enel país de residencia delniño a ser adoptado. Parafinalizar, cuando el Juez delpaís del niño adoptivo dictala sentencia, el proceso estáterminado y el pequeñopuede ingresar, sin proble-ma al pais de residencia de

sus padres adoptivos.

El Certificado de idoneidadSólo a través de un procesojudicial en Argentina sepuede obtener actualmenteuna evaluación psicológicay de un asistente social con-siderado como "oficiales"que determinen la idonei-dad de los preadoptantes.Esta evaluación se hace enbase a los requerimientos

del país donde se encuentrael menor. Por otra parte, lamayoría de los paísesrequieren un compromisode seguimiento de la adop-ción por varios años. Todocertificado emitido porcualquier otra autoridad,psicólogo o asistente socialmatriculado privado no esválido como emanado de"autoridad oficial" o "priva-da autorizada". Una sentencia extranjerapronunciada sin un certifi-cado de idoneidad, puedeser cuestionado porautoridades judicialesargentina e incluso extran-jeras ya que la constanciade la idoneidad es un docu-mento ineludible para adop-ciones internacionales. Los equipos técnicos delJuzgado son los únicos auto-rizados para otorgar elCertificado de Idoneidad.Esta constancia es un requi-sito indispensable para tra-mitar adopciones interna-

cionales. Ninguna agencia,asociación, fundación y/ointermediarios puedenobviar este requisito.

Tiempos de la AdopciónEl tiempo de adopciondepende de los requisitos decada país. La adopción internacionalpresenta la ventaja de sermucho más cortas en tiempoen relación a las adopcionesen Argentina.

Esto se debe a que los paísesextranjeros donde hay niñospara adoptar, presentanmecanismosmás ágiles y rápidos.Estos países requieren, conurgencia, padres y hogarespara niños, ya que mucho deellos se encuentran en extre-ma pobreza como es el casode Haití, países de África yAmérica Central.Además en la mayoría de loslugares donde aceptan adop-ciones internacionales, laadopción directa está prohi-bida salvo para parientesconsanguíneos y colaterales.Por eso, todos los niñosentran en listas de adop-ción, lo que evita cualquiertipo de venta encubierta demenores por parte de proge-nitores e intermediarios.Frente a esta realidad, enArgentina no hay estadísti-cas oficiales sobre cuantosson los padres argentinosque decidieron adoptar enel extranjero.

La adopción internacional es un tipo deadopción por la cual un individuo o parejase convierten en los padres legales y per-

manentes de un niño nacido en otro país.

Tráficode niños

Cuando decida adoptar fuerade Argentina debe tener infor-mación precisa del origen delos niños y verificar que lasadopciones sean transparentesen el extranjero. Es imprescindible garantizarque todas las adopcionessean lícitas y no supongan laexplotación de los niños,niñas y familias involucra-dos en estas.En algunos casos, las adop-ciones no se han realizadodando prioridad al interéssuperior de los niños, yaque los procedimientosempleados no fueron sufi-cientes para prevenir lasprácticas deshonestas. Lapersistencia de las debilida-des sistémicas ha dadolugar al secuestro y la tratade menores, la coerción y lamanipulación de sus padresbiológicos, a la falsificaciónde documentos y al sobor-no.La Convención sobre losDerechos del Niño, estipulaclaramente que todos losniños tienen derecho a cre-cer en un entorno fami-liar.Las adopciones inter-nacionales constituyen unade varias opciones en mate-ria de cuidado estable.Cuando se trata de un niñoque no puede ser criado enun ámbito familiar en supaís de origen, la adopcióninternacional puede resul-tar la mejor solución decarácter permanente.Muchos son los paises que seencuentran preparados parala adopción internacional.

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BurocraciaArgentina

E n Argentina, hay más de10 mil chicos en condicio-

nes de ser adoptados y unnúmero similar de parejas quequieren tenerlos en sus hoga-res y tratarlos como los hijosque, por diversas razones, notienen. Pero la burocracia delEstado, el atraso de las leyes yla desidia de la justicia impi-den ese encuentro. Hasta queeso no cambie, miles de argen-tinos se desgastan deambulan-do por los juzgados, tratandode acelerar los trámites.

Como es el caso de Marcelloy Laura Chivazza, que perma-necen en una lista de esperahace 16 años intentando adop-tar un niño argentino.Cansados de esperar, decidie-ron tramitar la adopción deun niño haitiano, Jeffson.Lograron una sentencia defi-nitiva seis meses después.

En Argentina se ha perdidode vista que el tema de lasadopciones no es un derechopara los que buscan adoptar,sino para que el menoradquiera una familia.

El sistema debe mejorar. Lafalta de agilidad en los proce-dimientos, como el tiempo deaveriguación sobre los posi-bles familiares del niño llevaun periodo muy largo:“muchos años”, lo que provo-ca que el bebé crezca y deje deser atractivo para las parejas.

Ante esto, las adopcionesinternacionales van en creci-miento. Si bien es un fenóme-no relativamente nuevo ennuestro país. Ante el porcenta-je minoritario de menores sus-ceptibles de adopción nacio-nal, los futuros padres adopti-vos se ven obligados a recu-rrir a los niños de los paísessubdesarrollados para satisfa-cer el deseo de formar unafamilia.

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Acogimiento alternativo

Sólo 30 familias están dispuestas a acoger menores en su hogarAl contrario de lo que ocurre con la lista de espera de adopciones,pocas personas se interesan en el acogimiento de chicos bajo medidasexcepecionales. Los motivos serían la falta de información y el requisito de un especial perfil psico-social.

Las medidasexcepciona-les sonaquellasque seadoptan

cuando las niñas, niños yadolescentes estuvieran tem-poral o permanentementeprivados de su medio fami-liar o cuyo interés superiorexija que no permanezcan enese medio.

Históricamente, en nues-tro país, cuando un menorera separado de su hogar, lasolución se sustentaba en elpoder de coerción delEstado: institucionalizacióno judicialización del menorafectado.

Ahora bien, desde que en2005 este esquema ha sidoreemplazado en el aspectolegislativo por el Sistema deProtección Integral (que con-sidera a la niña, niño y ado-lescente como un sujeto acti-vo de derechos), el desafío hasido la elaboración de unplan que se adecue a estenuevo sistema.

En este sentido, en nuestraciudad, se lanzó el año pasa-do el programa “Familiaspara Familias”, mediante elcual, un menor bajo medidaexcepcional, es acogido poruna familia seleccionada porel menor tiempo posible,hasta que se resuelva susituación.

Los especialistas dicen queesta modalidad de acogimien-to alternativo, es la respuestamás adecuada para la separa-ción temporaria de un niñocon su familia de origen. Sinembargo, actualmente sólo 30familias cordobesas partici-pan del programa.

Para Carolina Zemborain,responsable de “Familiaspara Familias”, el número

insuficiente de participantesse debe, entre otras razones,a la escasa difusión de pro-gramas de acogimiento, a laconfusión conceptual entreadopción y acogimiento, y alperfil psico-social que debereunir la familia acogedorapara ser seleccionada.

Acoger no es lo mismoque adoptar

Cuando se lanzó el progra-ma “Familias para Familias”,la Subsecretaría recibía unpromedio de entre 30 y 40 lla-madas por día de personasinteresadas. Esta cantidadhacía suponer que el progra-ma sería todo un éxito. Sinembargo, la falta de informa-ción les jugó en contra. Lamayoría de esas llamadas seefectuaban desde el descono-cimiento: se confundía la

oportunidad de acoger a unniño con la posibilidad deadoptar.

Las familias que ingresana este programa no tienen laposibilidad de adoptar almenor que reciben en suhogar. Esto se debe al trabajoen conjunto que se realizacon el área de “Revinculaciónfamiliar”.

Verónica Salas, responsa-ble del programa de revincu-lación, explica que el objetivoprincipal es que el niñopueda volver a vivir con sufamilia biológica, su familia

extensa, o su familia comuni-taria, en el menor tiempoposible. Y el rol de la familiade acogimiento es cuidar delniño mientras se da el proce-so de revinculación, sin tenerexpectativas de una posibleadopción a futuro. Debido aesto, el interés de muchasfamilias desapareció.

La solidaridad en juegoLas familias acogedoras

deben tener un sentido desolidaridad totalmente desin-teresado. No reciben ningúntipo de remuneración econó-mica por su participación. Laúnica motivación debe ser laintención de brindarle almenor protección física, psi-cológica y social, proveerlosdel bienestar integral al quetienen derecho.

Carolina Zemborain, expli-

ca que encontrar familiascon este perfil es bastantedifícil porque muchas veces,los intereses de quienes acu-den al programa son el de “lle-nar el vacío de los hijos queno pueden tener”, o simple-mente nunca pierden la espe-ranza final de la adopción.

La familia debe tener bienclaro desde un principio queel proceso de revinculaciónse tiene que hacer, y debentener una apertura paraacompañar al niño duranteeste proceso.

Para que “Familias para

Familias” funcione, el ele-mento clave es una solidari-dad fundada en el amor des-interesado por el otro. Pero,hasta el momento, sólo 30familias con este perfil sehan animado a hacer propioel desafío de luchar por laprotección integral de losmenores en riesgo.

Requisitos para acogerEl programa “Familias

para Familias”, estableceuna serie de requermientospara ser seleccionado:

-Presentar un certificadode antecedentes.

-Aaprobar un examen psi-cológico y social que demues-tre que el grupo familiar estaen condiciones óptimas paracuidar a un niño.

- Que los interesandos noestén atravesando un emba-

razo ni un período de ama-mantamiento.

- No haber tenido pérdidasafectivas recientemente, yaque los niños necesitan cui-dado intensivo.

- Mantener una actividadlaboral y acreditar una situa-ción económica estable.

- No presentar problemasde salud graves o incapaci-dades.

- Asistir a todos los talle-res de información y orien-tación que se brinda entornoa las características delPrograma.

Los especialistas dicen que esta modalidadde acogimiento alternativo, es la respuestamás adecuada para la separación tempora-

ria de un niño con su familia de origen.

Eco de unatendencia

Proteger el centro de vida,la familia. Ese es el objetivoprimario de la ley de protec-ción integral de los derechosde la minoridad.

Carolina Zemborain, res-ponsable del programa“Familias para Familias”,asegura que “se está traba-jando en línea con las políti-cas que vienen realizandoalgunos países deLatinoamérica” y que losprogramas de acogimiento,son la respuesta más adecua-da a la separación tempora-ria de un niño con su familiade origen. Es que esta moda-lidad permite el desarrolloarmónico de la personalidaddel niño, en el seno de unafamilia que lo respete.

En el último seminarioorganizado por el RELAF(Red Latinoamericana deAcogimiento Familiar)encontraron algunas res-puestas a éste escenario yson: Desconocimiento de laexperiencia de modalidadesde acogimiento, escaso entre-namiento en la temática,búsqueda de respuestasinmediatas y presión ejerci-da por quienes realizan acti-vidades laborales en residen-cias y temen perder sus luga-res de trabajo.

Ante una situación denegligencia, maltrato, abusoo abandono, la contención delos chicos implicados seresolvía con la institucionali-zación. Hoy, Córdoba buscarevertir esta realidad hacién-dose eco de una tendenciaque se expande enLatinoamérica.

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Una totalfalta de compromiso

E n Córdoba sólo 30 fami-lias forman parte del

programa “Familias aFamilias”. No es raro sientendemos que la únicamotivación de las familiasacogedoras debe ser la inten-ción de ofrecer protecciónambulatoria a un niño, sinesperar nada a cambio. Asíes fácil comprender porqueson pocas. La pregunta surgeinmediatamente, ¿está pre-parada la sociedad cordobe-sa para este tipo de progra-mas?.

Solidaridad implica algomás que brindar ayuda. Escompromiso y desinterés.Cualidades que nada tienenque ver con las acciones dela vida moderna. Ocurre quemuchas veces las personasque acuden a “Familias paraFamilias” lo hacen con el finde cuidar niños porque ellosno pueden tenerlos. Y el pro-grama no busca reparar elvacío de una familia sinhijos, sino resguardar elbienestar del menor tempo-rariamente. Desde esta pers-pectiva, se hace difícil pen-sar que los intereses perso-nales no entren en juego a lahora de realizar una acción.En este sentido, no pode-

mos creer tan solo en el sig-nificado de las palabras. Dehecho, hay programas dema-gógicos que reciben el nom-bre de “solidaridad”. Hayque definir nuevos concep-tos, ser concientes del verda-dero significado de las pala-bras. De este modo, darnoscuenta que en nuestro tiem-po ser solidario no es unatarea fácil. Por otro lado, hay que

buscar las causas por la cualla ciudadanía moderna nosea capaz de arraigar el ver-dadero significado de solida-ridad. Quizás sea por lavisión simplificada de lasociedad contemporánea,donde las actitudes solida-rias se desplazan a la genera-lización de prácticas colabo-rativas. En palabras simples,ser solidario hoy es porejemplo participar de unaorganización. Prácticas quedejan de lado el compromiso,para promover la autorreali-zación individual de quienayuda ocasionalmente.Resulta que una sociedadque no entienda el compro-miso con una causa comouna entrega absoluta, noestá preparada para recibirprogramas como este. “Familias para Familias”

excede los límites de unapolítica de intervención.Pretende cambiar la concien-cia ciudadana en cuanto alconcepto de solidaridad. Talvez este programa sea el ini-cio de algo más o tal vez sequede en mitad de camino.

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Ciudadanía / El rol de la familia

Muchas palabras, unamisión: el trabajo dentro de

los hogares de acogimientoEl sistema alternativo de protección de niños en riesgo. Recibir a un

hijo no biológico e incluirlo en una familia ya conformada, para brindar una atención personalizada que permita generar vínculos.

El términoinclusiónremite alhecho deintegrar algoo alguien

dentro de una determinadaacción, movimiento, grupo ocosa. Contener: Tener algo

adentro de sí del que puedaformar parte. Una familiaacogedora es un marco fami-liar en el que sus integrantescomparten un hogar, histo-rias, anécdotas y metas haciael futuro; que promete alniño integrado vínculos afec-tivos, calidad de vida, seguri-dad y protección estables quele permitan desarrollar supropia identidad en un pre-sente normalizado y un futu-ro con más y mejores oportu-nidades. Dentro de la culturay las particularidades pro-pias de cada familia; lasparejas, personas e institu-ciones que funcionan comoacogedoras temporales, tie-nen el desafío de contener aun niño que carga con unahistoria difícil que lo ha mar-cado de alguna manera. Adentrar: Avanzar hacia

el interior de algún lugar.Abrir la puerta del hogar aun niño que cuenta con expe-riencias traumáticas que hangenerado que un juez demenores decida sacarlo de suentorno familiar biológico.Darle la posibilidad de cono-cer lazos sociales hastaahora desconocidos.Permitirle tener la noción deque lo normal debiera serestar en un clima de tranqui-lidad y contención, facilitan-do que cicatricen las heridasde un pasado cercano.Acompañar: Compartir

experiencias, interactuar. Lafamilia que acoge a un niño,toma para sí, el deber de cui-darlo temporalmente y hacerde nexo para permitirle, enel mejor de los casos, volvercon su familia biológica osino, poder acceder a otrafamilia que pueda adoptarlopermanentemente. El víncu-lo entre padres acogedores yniños acogidos genera unasuma de valores y sentimien-tos de cariño mutuos aúncuando finalmente se puedallegar a la separación. Dehecho, si reflexionamos vere-mos que algunos de nosotroshemos colaborado sin darnoscuenta en situaciones de aco-gida: cuidando puntualmentea un sobrino nuestro, al hijode unos amigos, o incluso alde algún vecino que, porejemplo, ha estado ingresadoen un hospital durante untiempo. Esto que en ocasio-nes se realiza de maneravoluntaria en realidad estáregularizado por lasAdministraciones Públicas,que tratan que todo menordisponga de aquellos elemen-tos adecuados y necesariospara su correcto desarrollo,crecimiento y educación.Acoger: admitir a alguien

en su casa o compañía paraayudarla o protegerla. Elniño llega desprotegido alhogar y necesita ser recibidode manera tal que sienta queen este nuevo lugar ocupa unlugar de relevancia. Lasfamilias de acogimientopasan por un proceso deadaptación y seguimientopara ver cómo se desenvuel-ven y cómo es la relación conel niño que ocupa el hogar. Pero, ¿En qué consiste el

trabajo dentro de los hogaressustitutos o familias acogedo-ras? La evolución de un niñoen el hogar requiere de laatención individual y de losestímulos que proporcionanlos padres temporarios. Lasfamilias son visitadas conregularidad por equipos técni-cos profesionales, especializa-dos en la psicología infantil yen la asistencia social. Estosrealizan entrevistas personali-zadas con los niños y padrespara seguir de cerca la rela-ción y evolución. Mediante laayuda de los profesionales yde sus padres sustitutos se vaa tratar de instalar al niño enun medio familiar donde lasfiguras paternales son ade-cuadas. Esto le posibilitarádesenvolverse y crear unarelación abierta con el medio,favoreciendo y “alimentando”su sentido de identidad y per-tenencia, y su proceso desocialización, el cual es vitalpara un niño. para el logro deuna personalidad.

Unafamilia adoptanteE n Córdoba, precisamente

en Unquillo, una historiade vida conmovió a la sociedad.La familia Lencinas adoptó

a cinco chicos. El sacrifico fuela herramienta con la cual,Claudia y Jorge se sustentaronpara lograr su objetivo.Formar una familia. Su historia de vida se pro-

pagó por los medios de comu-nicación de la provincia yluego por los de alcance nacio-nal. Innumerables adversida-des debieron de afrontar, perolograron superar todo tipo deobstáculo, y cumplieron susueño, formar una familia. Jorge y Claudia se dedican

a sus cinco hijos día y noche.Les brindan afecto, los cui-dan, los educan, satisfacen susnecesidades básicas, perosobre todas las cosas cumplie-ron con el Derecho que losrepresenta e identifica: teneruna familia.Esta familia adoptó dos

parejas de hermanos biológi-cos. Rocío y Celeste son her-manas y Dilan y Luz , entreellos. Ahora todos formanparte de un nuevo hogar, losLencinas.La adopción les permitió

formar una familia.