la voz de Álamos

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Vol 8. Año 3 Álamos, Sonora, México www.festivalortiztirado.gob.mx 27 de enero de 2012 Instituto Sonorense de Cultura La Voz de Alamos Información desde los portales El impulso de la vocación Doña Luisa Tirado de Ortiz, la madre de Alfonso, era una bellísima e inteligente mujer. La muerte de su esposo había dejado en su alma una tristeza profunda y una gran responsabilidad: la de enderezar el camino de sus hijos, la de vigilar su educación, la de observar la evolución de sus jóvenes inteligencias que empezaban a despertar al llamado de las inquietudes propias de su edad: ella sí había observado con profundo interés la decidida vocación de Alfonso y no había tratado de frenarla. Había sido una admiradora ferviente de su esposo, admiraba en él su generosidad, el cariño que ponía en el desempeño de su profesión, sin importarle nunca lo que esa profesión le significara en dinero, y no podía ella dejar de sentir una honda emoción viendo a su hijo Alfonso despertar a las inquietudes de una vocación que se acusaba en él, cuando sus juegos de niños le hacían abrir el vientre de una muñeca rellena de virutas de madera. Del libro Alfonso Ortiz Tirado (ISC, 1996), Enriqueta de Parodi Álamos, relicario colonial del estado de Sonora Entre sus múltiples y distinguidos edificios, los turistas se maravillan al visitar la Iglesia de la Purísima Concepción, el símbolo más representativo de la ciudad, que fue construida en 1757 con tres naves barrocas, la sede del primer obispado sonorense. También de especial interés es su Plaza de Armas, exhibiendo majestuosos arcos, calles empedradas, balcones enrejados y oníricos jardines, donde todo parece suspendido en el tiempo; en su kiosco de más de 100 años de antigüedad la gente se cita para las fiestas patronales y exposiciones. Para comenzar su visita a este pueblo mágico, le recomendamos tomar el pintoresco tren que parte de la Plaza de Armas, para conocer en su recorrido, los sitios más interesantes de la ciudad. Así como acudir al mirador ubicado en la punta del Cerro El Perico, donde desde un hermoso kiosco podrá apreciar todo el valle de Álamos. También como mirador se puede aprovechar la Antigua Cárcel (hoy Casa de la Cultura), construida en 1750. El Palacio Municipal data de 1899, su estructura es sostenida por 48 columnas de hierro y tiene una hermosa vista con grandes ventanas y una torre. La Alameda es el tradicional paseo de los habitantes, es una plaza adoquinada con bancas de piedra y rodeada por impresionantes álamos. Otras visitas obligadas para quienes desean disfrutar de esta mágica ciudad son el Paseo del Chalatón, el Museo Costumbrista, el Arroyo Cuchujaqui y los poblados de Minas Nuevas, La Aduana y Promontorios. http://www.explorandomexico.com.mx/about- mexico/4/243h/ En Álamos se daban el lujo de vivir a la europea. Trajes, muebles, joyas, tapices, porcelanas, brocados y perfumes, eran cosa común entre las familias que durante el siglo pasado y principios del actual dieron nombre y prestigio al Real de los Álamos. Del libro Alfonso Ortiz Tirado (ISC, 1996), Enriqueta de Parodi

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Periodico diario de los eventos del 28 Festival cultural Alfonso Ortiz Tirado

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Page 1: La Voz de Álamos

Vol 8. Año 3 Álamos, Sonora, México www.festivalortiztirado.gob.mx 27 de enero de 2012

Instituto Sonorense de Cultura

La Voz de AlamosInformación desde los portales

El impulso de la vocaciónDoña Luisa Tirado de Ortiz, la madre de Alfonso, era una bellísima e inteligente mujer. La muerte de su esposo había dejado en su alma una tristeza profunda y una gran responsabilidad: la de enderezar el camino de sus hijos, la de vigilar su educación, la de observar la evolución de sus jóvenes inteligencias que empezaban a despertar al llamado de las inquietudes propias de su edad: ella sí había observado con profundo interés la decidida vocación de Alfonso y no había tratado de frenarla.

Había sido una admiradora ferviente de su esposo, admiraba en él su generosidad, el cariño que ponía en el desempeño de su profesión, sin importarle nunca lo que esa profesión le significara en dinero, y no podía ella dejar de sentir una honda emoción viendo a su hijo Alfonso despertar a las inquietudes de una vocación que se acusaba en él, cuando sus juegos de niños le hacían abrir el vientre de una muñeca rellena de virutas de madera. Del libro Alfonso Ortiz Tirado (ISC, 1996), Enriqueta de Parodi

Álamos, relicario colonial del estado de SonoraEntre sus múltiples y distinguidos edificios, los turistas se maravillan al visitar la Iglesia de la Purísima Concepción, el símbolo más representativo de la ciudad, que fue construida en 1757 con tres naves barrocas, la sede del primer obispado sonorense. También de especial interés es su Plaza de Armas, exhibiendo majestuosos arcos, calles empedradas, balcones enrejados y oníricos jardines, donde todo parece suspendido en el tiempo; en su kiosco de más de 100 años de antigüedad la gente se cita para las fiestas patronales y exposiciones.

Para comenzar su visita a este pueblo mágico, le recomendamos tomar el pintoresco tren que parte de la Plaza de Armas, para conocer en su recorrido, los sitios más interesantes de la ciudad. Así como acudir al mirador ubicado en la punta del Cerro El Perico, donde desde un hermoso kiosco podrá apreciar todo el valle de Álamos. También como mirador se puede aprovechar la Antigua Cárcel (hoy Casa de la Cultura), construida en 1750.

El Palacio Municipal data de 1899, su estructura es sostenida por 48 columnas de hierro y tiene una hermosa vista con grandes ventanas y una torre. La Alameda es el tradicional paseo de los habitantes, es una plaza adoquinada con bancas de piedra y rodeada por impresionantes álamos.

Otras visitas obligadas para quienes desean disfrutar de esta mágica ciudad son el Paseo del Chalatón, el Museo Costumbrista, el Arroyo Cuchujaqui y los poblados de Minas Nuevas, La Aduana y Promontorios.

http:/ /www.explorandomexico.com.mx/about-mexico/4/243h/

En Álamos se daban el lujo de vivir a la europea. Trajes, muebles, joyas, tapices,

porcelanas, brocados y perfumes, eran cosa común entre las familias que durante el siglo

pasado y principios del actual dieron nombre y prestigio al Real de los Álamos.

Del libro Alfonso Ortiz Tirado (ISC, 1996),Enriqueta de Parodi

Page 2: La Voz de Álamos

Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado 2012

Vol 8. www.festivalortiztirado.gob.mx viernes 27 de enero de 2012, Álamos, SonoraLa Voz de Alamos

Álamos.- El sonido de la tuba da la pauta para el mo-vimiento. Se mueve con enjundia alegre una pareja y los espectadores construyen un círculo, aplauden,

cuando menos piensan, sin pensarlo, son parte ya de la fiesta que se improvisa en el umbral del Callejón del beso.

Es el Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado en su vigésima octava edición, es la fiesta constante, la diversidad de dis-ciplinas para expresar. Y si allá en el corazón de Palacio Municipal el bel canto se manifiesta, no cabe ya un alma para observar y escuchar la magistral interpretación, acá en la calle los otros cantos, con diversos instrumentos, propo-nen la consigna: bailar.

Suena la tuba acompañada de acordeón, tololoche, una ta-rola. Tres instrumentos, muchas miradas, más movimientos de bailadores que prolongan la fiesta. Conforme el círculo humano asciende, el volumen de las notas se intensifican, y aprovechando la emoción, al final de una de las canciones, esa que dice Brinca y verás la cuerda y verás, el tarolero quita su sombrero, lo exhibe entre bailadores, el sombrero se convierte en un cochito para el ahorro. El ritmo retorna. Bailar otra vez.

***Trompetas y percusiones. En el callejón del Templo, esce-nario abierto y dispuesto, la fiesta empieza en punto de las nueve con treinta minutos. El bigote se mueve al ritmo de versos. Es el rostro de Luisito Ayala que gesticula, A otro ni-vel (título de su espectáculo). Luisito se mueve, incita con la euforia, canta en esta noche de salsa desde la agrupación musical Puerto Rican Power.

Debajo del cielo, encima de las notas, allá entre el Calle-jón, a un costado de las sillas ocupadas todas, otro bigote

persigue el ritmo de la orquesta. Baila despreocupado, des-parpajado, frente a él la dama rubia de pantalón entallado intenta desaparecer las tapitas de sus zapatillas. Se mueven ambos y sus manos son pájaros en libertad.

La fiesta apenas empieza, o lo que es más concreto, la fies-ta se posterga en días de festival. Y sin decirlo, porque el ritmo también es impulso, la alegría un guión no escrito, la consigna es bailar. Puerto Rican Power el argumento feliz en noche de jueves. Y seguir.

***La madera recibe las palmas de las manos. Suena desde un cajón peruano el ritmo que acompañan ya los pasos de un adolescente, quien juega (literalmente), con fuego.

Una chava de rastras y falda hasta el suelo, con huaraches de vaqueta y un acervo de objetos de metal sobre su ros-tro, sostiene una esfera que gira en derredor de su cadera. Juegan como infantes y los ojos de los también infantes observan sin parpadear.

A los golpes del cajón peruano se suman las notas de per-cusiones, maracas, y las voces a ritmo de reggae. Sobre la Plaza de Armas, en la esquina sur poniente, un grupo de chavas adolescentes, vestidas con atuendo vaquero, incor-poran sus cuerpos y bailan en derredor de los músicos. Cantan una canción no aprendida. Danzar es prioridad; los versos, si la urgencia es la felicidad en movimiento, son lo de menos. En el Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado, el lema (tácito) es bailar. Esta noche otra vez. Colaboración especial: Carlos Sánchez

bailarEl lema es