la verdadera adoración es obediencia

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Page 1: La Verdadera Adoración es Obediencia

La Verdadera Adoración Es ObedienciaEs difícil para el hombre moderno comprender la verdad acerca de la adoración bíblica. Siendo influenciado hace décadas por la adoración hueca que rinde el “cristianismo moderno” al igual que el antiguo pueblo de Israel (Jer. 7:1-12); hoy día es común escuchar: “Aleluya, Gloria a Dios”, y luego pensar que se está adorando a Dios. El uso repetitivo y continuo de palabras de mucho significado parece que ha hecho olvidar precisamente su significado.

Aleluya quiere decir “alabad a Jah” (forma corta de Yahweh). Alabar a Jehová es glorificar, ensalzar y bendecir el nombre de Dios en especial con himnos y salmos por su inconmensurable amor para con el hombre. Básicamente aleluya quiere decir gloria a Dios. Pero, ¿Cómo puede el hombre verdaderamente glorificar a Dios? Siendo que somos nada.

Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). Y luego en el versículo 21: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama.” Es interesante notar que hoy día cuando amamos una persona profundamente, le decimos “te adoro”, como una manifestación máxima de amor. Adorar es inclinarse, postrarse, rendir obediencia, besar; por amor y como manifestación de amor. En el contexto de Dios solo se puede adorar al Creador no a las criaturas.

Cuando Juan El Bautista vio venir a Jesús dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). El pecado es transgresión de la Ley ó los 10 Mandamientos. (1 Juan 3:4) Precisamente por esta razón alabamos su Nombre, porque estando muerto en nuestros pecados Él nos redimió. Cargó con nuestros pecados en la cruz del Calvario e intercede a favor nuestro.

Por agradecimiento a su Dádiva, por su Gracia, por su inconmensurable Amor a nosotros que no tenemos mérito alguno; le alabamos y le adoramos en especial manera obedeciendo sus Mandamientos, haciendo Su Voluntad y no la nuestra. De esta manera mostramos que realmente Le amamos. Poniendo en práctica Su Expresa Voluntad, Sus Consejos, Su Sabiduría; fijándonos de Sus Advertencias para no caer en las trampas del enemigo y los cuidados de este mundo, realmente Le adoramos.

Querido lector, si no has aceptado a Cristo aun, te exhorto que lo hagas hoy. Si ya has aceptado al Maestro de Galilea, te invito que le adores mediante la obediencia porque: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 4: 24)