la Última escala del valbanera

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PAGINA CUATRO E L DI A Miércoles, 20 de Agosto de LA ISLA Y LOS BARCOS ACE 50 ANOS E AGOSTO DE 1919 ZARPO DE NUESTRO PUERTO CON RUMBO A SANTA CRUZ DE IA PALMA Y SANTIAGO DE CUBA Llegó a Santa Cruz con 724 pasajeros a su bordo. Aquí embarcaron 212 y en el puerto palmero lo hicieron otros 106 w Anocfoe, a las once, entró en este .puerto, procedente de la Península, el vapor de la Compañía de Pitillos "Valba- n-era", e<n el cual se han em- baTeado con destino a La Ha- bana y Santiago Cuba nu- merosos emigrantes". Esto decía el diado **La Pírensa" en su edición corres- pondiente al 19 de agosto de 1919, Con el "Valsanera" ocupa- ron el puerto en aquella fe- cha —preludio de otras más tristes— los también trasatlán- ticos españoles "Manuel Cai- ro" y <e Ma»nuel L. Villaverde" que, igualmente, con rumbo a La Habana el primero, y de Cádiz el seguido, sestearon en la bahía mientras carboneaban y hacían la aguada, En el muelle Sur operaban los cargueros " s Glenñnlas", *DÍ!ctator M y el vapor correo "Rema Victoria", mientras que, cerca de la playa de San Antonio, permanecían fondea- dos los fruteros "Tacáronte",- "tkia-ttche", "Águila de uro" y "Taoro". En la ^marquesina", cerca de los "viveros" de altas ar- boladuras, se encontraba la goleta española "Nati" que, eon carga en tránsito, había llegado por la mañana de acri- bada forzosa. El "Valbanera" se prepara- ba para, 'sin saberlo, cruzar el Atiá-ntico por última vez, para dejar su estela efímera sobre las azules huertas de la mar y —al mismo tiempo— el luto y la tristeza en centenares de del ArcháDÍélagO V la Por Juan Antonio Padrón Albornoz guañadora esperaba el momen- to de actuar, mientras, poco a poco, el negro penacho del "Valbanera" se borraba lenta- mente en el horizonte, Historia de una naviera El "Valbanera" lucía en su chimenea, negra, la cruz roja de San Jorge sobre blanco que, aún, es distintivo de la vieja naviera. Las actividades marítimas de la empresa comenzaron en Cádiz a mediados del pasado siglo. Fueron primero veleros, escualos y cuchillos, los que navegaron bajo lonas tensas y repletas de viento y luz. Amé- rica y Filipinas eran por en- tonces las metas de la marina mercante española. Y allá fue- ron los espléndidos, silencio- sos veleros —con la roja nía- trícula de Cádiz a tope— has- ta que, en 1887, se registró oficialmente la Pinillos, Saenz y Compañía. El mismo año, Isa naviera adquirió su primer vapor, el inglés "Lamperts" —de la Py- man, Bell and Co.— que, re- bautizado "Apolo", se incorpo- seguidamente a servicio. Era éste, barco de 2,020 tonela das que, construido en 1878 en los astilleros de la W. Gray and Co., sólo se mantuvo en la flota de la flamante naviera Tras el "üigutl M. Pinillos' 1 se adquirieron nuevas barcos, ya estos para el transporte de pasajeros en la línea de Amé- rica y Filipinas. Con una excep ción —el noruego "Olora" que fue rebautizado "Pío IX"— los demás, "Conde Wifredo", "Mar tín Saenz" ? "Catalina" Barcelo na" "Cádiz" y "Manila", fueron barcos todos de nueva construc ción y, también todos, proce- dentes de las gradas de la C. Connell and Co. ? de Port Glas gow. Después de la guerra con Es tados Unidos, las navieras espa ñolas sufrieron lógica crisis en cuanto a fletes respecta. También decreció el número d*e pasajeros y, por tanto, Pini líos vendió sus mejores unida des a la espera de tiempos más propicios para el negocio marí timo. Los "Barcelona" y "Cá diz" fueron adquiridos por el Gobierno argentino y, con los nuevos nombres de "Pampa" y "Chaco" fueron agregados co mo transportes a la Marina de guerra. El "Manila'*, gemelo de los anteriores, fue comprado por la naviera inglesa Donaldson Line, de Glasgow y, rebautiza do "Salada", pasó a la linea del Canadá. La Pinillos quedó solamen- te con los "Miguel M. Pinillos", "Pío IX", "Conde Wifredo", "Martín Saenz" y "Catalina". Estas dos unidades fueron el canto del cisne de la navie ra pero, de todas maneras, sig nficaron un reto a la Trasa tlántica Española que ? también mantenía línea similar, si bien con escalas en nuestro puerto. Los "liners" sostuvieron bien la rivalidad de los horarios de la línea y la competencia de la emigración, el pasaje de lujo y la carga. Eran cuatro los tra satlánticos españoles que, es pléndidos todos, hacían la línea Brasil—Plata. Los de la Trasa tlántica iban de un solo golpe de hélice desde Santa Cruz a Montevideo mientras que los de la línea Pinillos tenían que escalar, tanto a la ida como a la vuelta, en puertos brasile ños. Los preludio de la tragedia Las tierras americanas, tan to como las del Sur como las del Caribe ardiente y huraca nado, fueron siempre —lo son aún™ imán para el isleño an sioso de trabajar para, al cabo de los años, volver a su isla. Entonces el tinteneo de los au reos centenes tentaba a lo«? olí** 1 emprendían la aventura amen cana pero, sobre todo, a los ca narios que —de antiguo, casi por tradición familiar— ponían su vista en los campos de Cu ba. y, además, la mar les había aba tído sobre tierra. Iban, sin sa berlo, rumbo a la muerte. El "Príncipe", lanzado a 18 nudos por sus dos poderosas alternativas, se acercaba a la tierra. En una aclarada, se vio la luz a un cable y a mucha al tura. No había tiempo de caer a babor y zafarse de peligrosa baja que, por estribor, les des trozó muchos metros de costu ra en el plancha je. Material mente se estrellaron y, sólo 143 personas se salvaron del triste naufragio. El 5 de diciembre del mismo año, en ruta de Nueva Orleans a Barcelona, el "Pío IX" se en contró con un fuerte temporal y, durante él, comenzó a correr se la carga en las bodegas. Con una fuerte escora a babor, el ve terano solicitó auxilio por ra dio y fue el "Buenos Aires" —de la Trasatlántica Españo la— el que, cerca de su posi ción, viró en redondo y puso proa, a la máxima, hacia él. Pero pese a todos los esfuer zo$ por parte de la dotación del "liner", el "Pío IX" se fue acostando sobre las olas coro nadas de espuma y, poco a po co desapareció con 40 hombres entre pasajeros y tripulantes Los años de mar del "Valbanera" Dura ¿líe I4&8 la primera gu-e rra mundial el "Valbanera" na vegó en la línea de América Central. El 3 de enero de 1919, apro- \ El trasatlántico español "Valbanera" que, con 488 pasajeros a su bordo, naufragó en septiem bre de 1919 en ruta de Santia go de Cuba a La Habana. ees, el recién creado Comité del Tráfico Marítimo había re quisado la flota de Pinillos» con excepción del "Infanta Isabel" para el transporte de trigo de Buenos Aires a Canarias y la Península. Mientras, el "Infanta Isabel" establecía una escala en Bur déos y, en todos los viajes de ida, tomaba a su bordo un mi llar de soldados americanos —pertenecientes a las fuerzas destacadas en Europa— que luego eran desembarcados en Nueva York. Eran los tiempos de la cele bre "gripe española" y la Pren sa de entonces se hizo eco d-e los viajes realizados a Cuba por los "Cádiz" y Barcelona" que, con enfermos a su bordo, llegaron a Santiago y obligaron a una serie de medidas s-anita rias para evitar la/extensión de la epidemia. La "gripe española" fue tam bien causa de que el capitán don Ramón Martín Cordero, de 34 años de edad, dejase el man do del "Balines" —antes había mandado el "Martín Sáenz"— y se hiciese cargo del "Valba Leoncio Rodríguez publicaba en su tercera página el siguien te telegrama: "Dicen de Cádiz que circulan allí rumores de haber naufragado el "Valbane ra", en la travesía de Puerto Ri co a La Habana. Espéranse con ansiedad noticias de lo ocurrí do" El rumor se confirmó al día siguiente cuando desde Madrid nuevos telegramas agregaban que se desconocía el paradero del trasatlántico y que, con to do fundamento, se temía hubie se sido sorprendido por un tem poral en el Golfo de Méjico. Pero de La Habana vino la confirmación de la triste nue va cuando, en la sede de la na viera en Cádiz, se recibió una comunicación del Gobierno cu baño anunciando que habían re gresado los cañoneros "Cuba" y "Patria" que, con un destruc tor americano, habían realiza- do, sin resultado alguno, un am plio reconocimiento en la zona eonr'pr elidida er**r« las is 1 ;^ Tortugas y los cayos de Laha ma, Comenzaba a tomar fuerza el presentimiento de una trage bañera, don Ramón Martín Cor dero. Con su hija, de tres me ses, había hecho viaje con su esposo desde Cádiz y aquí pasa ba una temporada con unos fa miliares. Desde Santa Cruz de la Palma escribió a su esposa una carta en la que, al mismo tiempo que le rogaba enviase una foto de la niña a La Haba na, decía que, "de no perder la vida en este viaje", en el de vuelta tendría el placer de abrazar a su hija. Ya entonces la pérdida del "Valbanera" era noticia de pri mera en los periódicos que ante la duda, la habían relegado pri meramente a páginas interio res.. Entrevistada la esposa del capitán, cuando citó este parra fo de la carta añadió: "No pare ce sino que mi marido tenía el presentimiento de una des gracia". Y desgracia fue la pérdida para muchos, muchísimos hoga res de Canarias, CmJidfi el "Y«u>a-ie-.:a"' Mm escala en Las Palmas, ya lleva ba a su bordo 573 pasajeros; allí embarcó 251, de los cuales 169 se dirigían a La Habana y los 82 restantes a Santiago d<e Cuba.

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "La isla y los barcos", 1969/08/20

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Page 1: LA ÚLTIMA ESCALA DEL VALBANERA

PAGINA CUATRO E L DI A Miércoles, 20 de Agosto de

LA ISLA Y LOS BARCOS ACE 50 ANOS

E AGOSTO DE 1919 ZARPO DE NUESTRO PUERTO CONRUMBO A SANTA CRUZ DE IA PALMA Y SANTIAGO DE CUBALlegó a Santa Cruz con 724 pasajeros a su bordo. Aquíembarcaron 212 y en el puerto palmero lo hicieron otros 106

wAnocfoe, a las once, entróen este .puerto, procedente dela Península, el vapor de laCompañía de Pitillos "Valba-n-era", e<n el cual se han em-baTeado con destino a La Ha-bana y Santiago d« Cuba nu-merosos emigrantes".

Esto decía el diado **LaPírensa" en su edición corres-pondiente al 19 de agosto de1919,

Con el "Valsanera" ocupa-ron el puerto en aquella fe-cha —preludio de otras mástristes— los también trasatlán-ticos españoles "Manuel Cai-ro" y <eMa»nuel L. Villaverde"que, igualmente, con rumbo aLa Habana el primero, y deCádiz el seguido, sestearon enla bahía mientras carboneabany hacían la aguada,

En el muelle Sur operabanlos cargueros "sGlenñnlas",*DÍ!ctatorM y el vapor correo"Rema Victoria", mientrasque, cerca de la playa de SanAntonio, permanecían fondea-dos los fruteros "Tacáronte",-"tkia-ttche", "Águila de uro" y"Taoro".

En la ^marquesina", cercade los "viveros" de altas ar-boladuras, se encontraba lagoleta española "Nati" que,eon carga en tránsito, habíallegado por la mañana de acri-bada forzosa.

El "Valbanera" se prepara-ba para, 'sin saberlo, cruzar elAtiá-ntico por última vez, paradejar su estela efímera sobrelas azules huertas de la mar y—al mismo tiempo— el luto yla tristeza en centenares de

del ArcháDÍélagO V la

Por Juan Antonio Padrón Albornoz

guañadora esperaba el momen-to de actuar, mientras, poco apoco, el negro penacho del"Valbanera" se borraba lenta-mente en el horizonte,

Historia de unanaviera

El "Valbanera" lucía en suchimenea, negra, la cruz rojade San Jorge sobre blancoque, aún, es distintivo de lavieja naviera.

Las actividades marítimasde la empresa comenzaron enCádiz a mediados del pasadosiglo. Fueron primero veleros,escualos y cuchillos, los quenavegaron bajo lonas tensas yrepletas de viento y luz. Amé-rica y Filipinas eran por en-tonces las metas de la marinamercante española. Y allá fue-ron los espléndidos, silencio-sos veleros —con la roja nía-trícula de Cádiz a tope— has-ta que, en 1887, se registróoficialmente la Pinillos, Saenzy Compañía.

El mismo año, Isa navieraadquirió su primer vapor, elinglés "Lamperts" —de la Py-man, Bell and Co.— que, re-bautizado "Apolo", se incorpo-ró seguidamente a servicio.Era éste, barco de 2,020 toneladas que, construido en 1878 enlos astilleros de la W. Grayand Co., sólo se mantuvo enla flota de la flamante naviera

Tras el "üigutl M. Pinillos'1se adquirieron nuevas barcos,ya estos para el transporte depasajeros en la línea de Amé-rica y Filipinas. Con una excepción —el noruego "Olora" quefue rebautizado "Pío IX"— losdemás, "Conde Wifredo", "Martín Saenz"? "Catalina" Barcelona" "Cádiz" y "Manila", fueronbarcos todos de nueva construcción y, también todos, proce-dentes de las gradas de la C.Connell and Co.? de Port Glasgow.

Después de la guerra con Estados Unidos, las navieras españolas sufrieron lógica crisisen cuanto a fletes respecta.También decreció el númerod*e pasajeros y, por tanto, Pinilíos vendió sus mejores unidades a la espera de tiempos máspropicios para el negocio marítimo. Los "Barcelona" y "Cádiz" fueron adquiridos por elGobierno argentino y, con losnuevos nombres de "Pampa"y "Chaco" fueron agregados como transportes a la Marina deguerra.

El "Manila'*, gemelo de losanteriores, fue comprado porla naviera inglesa DonaldsonLine, de Glasgow y, rebautizado "Salada", pasó a la linea delCanadá.

La Pinillos quedó solamen-te con los "Miguel M. Pinillos","Pío IX", "Conde Wifredo","Martín Saenz" y "Catalina".

Estas dos unidades fueronel canto del cisne de la naviera pero, de todas maneras, signficaron un reto a la Trasatlántica Española que? tambiénmantenía línea similar, si biencon escalas en nuestro puerto.

Los "liners" sostuvieron bienla rivalidad de los horarios dela línea y la competencia dela emigración, el pasaje de lujoy la carga. Eran cuatro los trasatlánticos españoles que, espléndidos todos, hacían la líneaBrasil—Plata. Los de la Trasatlántica iban de un solo golpede hélice desde Santa Cruz aMontevideo mientras que losde la línea Pinillos tenían queescalar, tanto a la ida como ala vuelta, en puertos brasileños.

Los preludio de latragedia

Las tierras americanas, tanto como las del Sur como lasdel Caribe ardiente y huracanado, fueron siempre —lo sonaún™ imán para el isleño ansioso de trabajar para, al cabode los años, volver a su isla.

Entonces el tinteneo de los aureos centenes tentaba a lo«? olí**1

emprendían la aventura amencana pero, sobre todo, a los canarios que —de antiguo, casipor tradición familiar— poníansu vista en los campos de Cuba.

y, además, la mar les había abatído sobre tierra. Iban, sin saberlo, rumbo a la muerte.

El "Príncipe", lanzado a 18nudos por sus dos poderosasalternativas, se acercaba a latierra. En una aclarada, se viola luz a un cable y a mucha altura. No había tiempo de caera babor y zafarse de peligrosabaja que, por estribor, les destrozó muchos metros de costura en el plancha je. Materialmente se estrellaron y, sólo143 personas se salvaron deltriste naufragio.

El 5 de diciembre del mismoaño, en ruta de Nueva Orleansa Barcelona, el "Pío IX" se encontró con un fuerte temporaly, durante él, comenzó a correrse la carga en las bodegas. Conuna fuerte escora a babor, el veterano solicitó auxilio por radio y fue el "Buenos Aires"—de la Trasatlántica Española— el que, cerca de su posición, viró en redondo y pusoproa, a la máxima, hacia él.

Pero pese a todos los esfuerzo$ por parte de la dotacióndel "liner", el "Pío IX" se fueacostando sobre las olas coronadas de espuma y, poco a poco desapareció con 40 hombresentre pasajeros y tripulantes

Los años de mar del"Valbanera"

Dura ¿líe I4&8 la primera gu-erra mundial el "Valbanera" navegó en la línea de AméricaCentral.

El 3 de enero de 1919, apro-\

El trasatlántico español "Valbanera" que, con 488 pasajeros a su bordo, naufragó en septiembre de 1919 en ruta de Santia go de Cuba a La Habana.

ees, el recién creado Comitédel Tráfico Marítimo había requisado la flota de Pinillos» conexcepción del "Infanta Isabel"para el transporte de trigo deBuenos Aires a Canarias y laPenínsula.

Mientras, el "Infanta Isabel"establecía una escala en Burdéos y, en todos los viajes deida, tomaba a su bordo un millar de soldados americanos—pertenecientes a las fuerzasdestacadas en Europa— queluego eran desembarcados enNueva York.

Eran los tiempos de la celebre "gripe española" y la Prensa de entonces se hizo eco d-elos viajes realizados a Cubapor los "Cádiz" y Barcelona"que, con enfermos a su bordo,llegaron a Santiago y obligarona una serie de medidas s-anitarias para evitar la/extensión dela epidemia.

La "gripe española" fue tambien causa de que el capitándon Ramón Martín Cordero, de34 años de edad, dejase el mando del "Balines" —antes habíamandado el "Martín Sáenz"—y se hiciese cargo del "Valba

Leoncio Rodríguez publicabaen su tercera página el siguiente telegrama: "Dicen de Cádizque circulan allí rumores dehaber naufragado el "Valbanera", en la travesía de Puerto Rico a La Habana. Espéranse conansiedad noticias de lo ocurrído"

El rumor se confirmó al díasiguiente cuando desde Madridnuevos telegramas agregabanque se desconocía el paraderodel trasatlántico y que, con todo fundamento, se temía hubiese sido sorprendido por un temporal en el Golfo de Méjico.

Pero de La Habana vino laconfirmación de la triste nueva cuando, en la sede de la naviera en Cádiz, se recibió unacomunicación del Gobierno cubaño anunciando que habían regresado los cañoneros "Cuba"y "Patria" que, con un destructor americano, habían realiza-do, sin resultado alguno, un amplio reconocimiento en la zonaeonr'pr elidida er**r« las is1;^Tortugas y los cayos de Lahama,

Comenzaba a tomar fuerzael presentimiento de una trage

bañera, don Ramón Martín Cordero. Con su hija, de tres meses, había hecho viaje con suesposo desde Cádiz y aquí pasaba una temporada con unos familiares. Desde Santa Cruz dela Palma escribió a su esposauna carta en la que, al mismotiempo que le rogaba enviaseuna foto de la niña a La Habana, decía que, "de no perderla vida en este viaje", en elde vuelta tendría el placer deabrazar a su hija.

Ya entonces la pérdida del"Valbanera" era noticia de primera en los periódicos que antela duda, la habían relegado primeramente a páginas interiores.. Entrevistada la esposa delcapitán, cuando citó este parrafo de la carta añadió: "No parece sino que mi marido teníael presentimiento de una desgracia".

Y desgracia fue la pérdidapara muchos, muchísimos hogares de Canarias,

CmJidfi el "Y«u>a-ie-.:a"' Mmescala en Las Palmas, ya llevaba a su bordo 573 pasajeros;allí embarcó 251, de los cuales169 se dirigían a La Habana ylos 82 restantes a Santiago d<eCuba.

Page 2: LA ÚLTIMA ESCALA DEL VALBANERA

goleta española "Nati" que,con carga en tránsito, habíallegado por la mañan'a de arri-bada forzosa,

El "Valbanera" se prepara-ba para, sin saberlo, cruzar elAtiáíitico por última vez, paradejar su estela efímera sobrelas azules huertas de la mar y—a»l mismo tiempo— el luto yla tristeza en centenares dehogares del Archipiélago y laPená&su'la.

Los momentos estelares ri-gen los destinos de los hom-bres y de los barcos. Y soninstantes decisivos que presi-den nuestras vidas en los rum-bos opuesto» de sus horas.Brujirlas y timones se salvancon ellos o se hunden.

Los cronómetros señalan confjrecrso movimiento el paso delas horas. Pero más que por eltiempo —por ese tiempo queroe, pule y mata— sus agujasva*i orientadas con su marcaprecisa de minutos y segundoscon otra mueca, exacta y fan-tasmal, que no es de este

Todos los barcos en el mar,«obre la belleza siempre cam-biante de las olas? son comoféretros gigantes que llevan,constantemente, a la guadaña-dora de la vida rondándolesen silencio, rondándoles enpaciente espera.

!*El mismo año, la naviera

adquirió su primer vapor, elinglés "Lamperts" —de la Py-man, Bell and Co.— que, re-bautizado "Apolo", se incorpo-ró seguidamente a servicio.Era éste, barco de 2.020 toneladas que, construido en 1878 enlos astilleros de la W. Grayand Co., sólo se mantuvo enla flota de la flamante navierados años. El 2 de febrero de1885 zarpó de Newpprt concargamento de carbón conrumbo a España y, sin rastroalguno, desapareció durante latravesía.

Poco después de la desapa-rición del "Apolo", la Piniilos,Saenz y Cía-, adquirió el "Bar-celona" a la Trasatlántica Es-pañola y, al mismo tiempo, sehacía cargo en los astillero- dela J. Lain®, de Sunderland, delprimer barco construido expresamente para ella: el "Mi-guel M. Piniilos".

El "Barcelona", de 2.304 to-neladas, había sido construidoen 1876 con ©1 nombre de"Kent". Durante cuatro añosnavegó bajo la contraseña dela Money, Wigram and Co.. deLondres, y, posteriormente,pasó a la flota del marqués deCampo. Rebautizado "Barcelo-na", conservó este nombrecuando» en 1883, lo adquirió la

guerra.El "Manila", gemelo de los

anteriores, fue comprado porla naviera inglesa DonaldsonLine, de Glasgow y, rebautizado "Salada", pasó a la linea delCanadá.

La Piniilos quedó solamen-te con los "Miguel M. Piniilos","Pío IX", "Conde Wifredo"."Martín Saenz" y "Catalina".

Renace la navieraPiniHos

En 1904 mejoraron sensiblemente las condiciones en quevenían desarrollándose las comunicaciones y, con buenosfletes en perspectiva, la Pini-llos se lanzó a modernizar laflota.

Como en anteriores ocasioneslos astilleros de la firma C. Connell fueron los elegidos y, yaen 19065 estos entregan el "Valbañera", y, dos años más tardelos nuevos "Barcelona" y "Cádz", barcos gemelos, de muysimilares características al primeramente entregado, si biende menor tonelaje, velocidad ycapacidad.

Al mismo tiempo se adquirióa la Foleh, de Barcelona el"José Gallart" —antiguo"Montclair" de la Eider Dempster— que, con el nuevo nom

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Calmes" -—antiguo "Montclair" de la Eider Dempster— cuyo mando dejó el capitán MartínCordero para tomar el del "Valbanera"»

""Ayer tarde fue despachadopara Santiago de Cuba y LaHabana, el vapor de la Compa-ñía Piniilos "Valbanera", quelleva en tránsito 573 pasajerosy carga general.

En este puerto se embarcógran número de emigrantes".

Así decía "La Prensa" en suedición del 20 de agosto de1919,

Eli "Valbanera", después deaquel despedir con blancos pa-ñuelos, iba devanando millas yarrojando bocanadas de humomientras su roda, adornadacon blanco bigote de espuma,perseguía las tangencias inal-eatebles en las singladuras,

leios, may lejos aún, la

Trasatlántica Españok que,dos años más tarde, lo vendióa la antes citada empresa ga-ditana,

U-na vez más cambió denombre y, como el "MartínSaenz", navegó durante losdos siguientes años bajo lacontraseña de Piniilos. Luego,cuando se adquirieron nuevasunidades, fue puesto en ventay, adquirido po>r la navieraVerrier et Monjardín, de Mar-sella, tomé un nuevo nombre:"Ocean". El 21 de febrero de1896, cuando navegaba deDunkerque & la isla de Reu-nión, se declaró un incendioy, embarrancando en Lahon,se ¡pexéié totalmente.

bre de "Balmes" pasó a la línea americana con las nuevasunidades y las que, después dela venta de parte de la flotaen 1898, mantenían un esporadico servicio.

No terminó así la etapa de expansión de la empresa que,por cierto, desde 1896 venía denominándose oficalmente Pinilíos, Izquierdo y Compañía

Para la línea de Buenos Aires se encargaron a la Russeland Co., de Port Glasgow, dosespléndidos y rápidos "liners"que, con los nombres de "Infanta Isabel" y "Príncipe deAsturias", fueron entregadosen 1912 y 1914 respectivamen-te, ° ^ ¿*ÍJk|

nado, fueron siempre •—lo sonaún-— imán para el isleño ansioso de trabajar para, al cabode los años, volver a su isla.

Entonces el tinteneo de los aureos centenes tentaba a lo*- ÜIKemprendían la aventura amer;cana pero, sobre todo, a los canarios que —de antiguo, casipor tradición familiar-— poníansu vista en los campos de Cuba.

Los barcos de Piniilos eontinuaron, después de aquella etapa de depresión sus líneasamericanas y —era lógico-nunca descuidaron la de puertos canarios con Santiago y LaHabana.

Y allá fue el "Valbanera"cuando, nueva, flamante y recien entregado, abría con suproa anchos surcos en la mar.

Como ya antes indicamos,fue este barco el que inició laetapa de expansión de la naviera después de los años en que,con visión, ésta restringió susservicios a los indispensablespara mantenerse y esperartiempos de mejores fletes yperspectivas.

En 1906 lo entregó la C. Connell. De 5.099 toneladas brutasy 3,291 netas, eran sus principales dimensiones 119.85 metros de eslora por 14,16 de manga y 8,60 de puntal.

El aparato motor estaba compuesto por dos alternativas tripies, productos de la Duns-muir and Jackson, de Glasgowque, sobre dos hélices, le daban12 nudos a régimen normal.

Durante muchos años estuvoal mando de un capitán tinerfeño, don Leopoldo Benítez queluego pasó a mandar el magnífico "Infanta Isabel", por entonces el "crack ship" de la naviera. Y en él permaneció hasta que, cuando se le tenía previsto para tomar el mando del"Príncipe de Asturias", abapdonó la mar y pasó a ostentarla presidencia de la Asociaciónde Marinos,

La primera guerra mundialcausó dos bajas en la naviera,ambas acompañadas de gran número de vícitimas. La primeraocurrió cuando, el 5 de marzode 1916, el trasatlántico "Príncipe de Asturias" se fue sobrePunta do Boi y, con 445 víctimas, se cerró el trágico balance del naufragio,

Este ocurrió a las 3 de la madrugada, cuando el "Príncipe"iba a todo régimen con rumboa Santos y, con subditos alemanes a su bordo, navegabaaterrado para escapar a la posible detención por parte delcrucero inglés "Glasgow" queestaba por las cercanías. La noche se había cerrado en ni-ebla y, bien fuese por un desvio sobre tierra ,bien por nohaberle dado buen resguardoo —que también pudo haberocurrido— al no ver Punta deBoi y referirse sólo a la estimade la corredera no habían podido marcar ningún lucero, en elpuente se encontraban todos intranquilos.

A las 3, cuando estimarontenían remontada la luz, cáyeron a estribor. No moderaron

entre pasajeros y tripulantes

Los años de mar del"Vaibanera11

Durante tuda la primera guerra mundial el "Valbanera" navegó en la línea de AméricaCentral.

El 3 de enero de 1919, apro-

llegaron a Santiago y obligarona una serie de medidas sanitarias para evitar la/extensión dela epidemia,

La "gripe española" fue tambien causa de que el capitándon Bamon Martín Cordero, de34 años cíe edad, dejase el mando del "Balnies" —antes habíamandado el "Martín Sáenz"—y se hiciese cargo del "Valba

oano anunciando que ua-uiau ¿ ̂gresado los cañoneros "Cuba"y "Patria" que, con un destructor americano, habían realiza-do, sin resultado alguno, un amplio reconocimiento en la zonaeorríprendida en^re las isl.mTortugas y los cayos de Lahama,

Comenzaba a tomar fuerzael presentimiento de una trage

El "Principe de Asturias", también de la Pinillcs, que el 16 de marzo cíe 1316,se hundió en Punta do Boi.

rimadamente a las 4 de la tar| de, la campana de la atalaya\ del castillo de San CristóbalI señala la presencia de "barco! de abajo" y tras la Punta dej San Francisco, apareció momentos después su estampa ma

| riñera.I Procedía de Buenos Aires'•• y, requisado por el Gobierno! español, conducía un cargamen! to de cereales en tránsito. Fon¡ deado en la dársena exterior| el "Valbanera" permaneció en1 nuestras aguas sólo tres horaslas suficientes para tomar a subordo cinco pasajeros y 843"huacales" de plátanos.

Luego, ya listo, se hizo a lamar con rumbo a Cádiz y Bar-celona.

En marzo del mismo año, noticias de La Habana decían que,según la firma Santamaría yCía. —consignatarios de Pini-líos— esta naviera había acordado reforzar sus servicios entre España y Cuba "con escalaen Canarias, para el próximoverano, destinando cinco de susmejores trasatlánticos paraatender a las grandes demandas de pasaje que hay de Cubapara la Península Ibérica, parala referida temporada. Segúnha comunicado la Gerencia dela citada Compañía, son los buques destinados a este servicioel lujoso palacio flotante "Infanta Isabel", el "Cádiz" el"Barcelona" el "Valbanera5' yel "Conde Wifredo". Estos buques conducirán, además grandes cargamentos de mercancías".

Sin embargo, estos proyectosno pudieron llevarse por compíete a cabo ya que, por enton

ñera" que, po,r entonces, habíarealizado una triste travesíacon numerosos enfermos a subordo.

De todas formas, primero sefueron normalizando los servicios y, al mismo tiempo, remitió la virulencia de la enfermedad. Y, ya en la edición de "LaPrensa" correspondiente al 24de junio de 1919 se insertabael siguiente anuncio: "El moderno y rápido vapor de doshélices y 8.000 toneladas, "Valbañera" pasará por esta puerto con destino a los de Sanüago de Cuba y Habana en la primera quincena de julio próximo, admitiendo pasajeros y carga; debiendo dirigirse las solicitudes de hueco con la o portunidad debida, el Agente dela Compañía Piniilos en estaplaza",

Viaje a la eternidadEn aquel 19 de agosto, el

"Valbanera" zarpó de SantaCruz y puso proa a Santa Cruzde la Palma, puerto donde embarco más pasajeros y carga.Luego se hizo de nuevo a lamar y, hasta el 20 de septiembre, no volvió a sonar su nombre en la Prensa isleña.

En la fecha citada, el periódioo que en 1910 fundó don

dia pues, como decía "La Prensa" sólo de T-enerife había asu bordo 200 emigrantes mientras que, otros 300, pertenecíana las restantes islas del Arehipiélago. Y terminaba con palabras de esperanza, la que nunca se pierde, para los angustiados familiares: "Hacemos fervientes votos porque noticiastan adversas no se confirmeny renazca la tranquilidad enlos hogares, hoy consternadosante el temor de una inmensay terrible desgracia para todos".

Hubo un atisbo de esperanza cuando, el 22, un telegramaprocedente de La Habana, según el cual se desmentía la perdida del "Valbanera". Pero, antes de cerrar la edición ya "LaPrensa" añadía que Londresconfirmaba la pérdida y que,a unas 300 millas de Cayo Hueso, un grupo de buzos habíanlocalizado al "Valbanera". Y,añadía: "No hay vertigios desus 400 pasajeros".

El Archipiélago todo se conmovió. ¿Cuántos pasajeros desembarcaron en Santiago y asílograron escapar al destino, triste del barco? ¿Cuántos continuaron en él hacia La Habana?

En Santa Cruz se encontrabala esposa del capitán del "Val

Reproduccionesfotográficas

JUAN HERNÁNDEZ

el presentimiento de una desgracia".

Y desgracia fue la pérdidapara muchos, muchísimos hogares de Canarias.

Cuando- el "y-^-'Sarvera"' hiroescala en Las Palmas, ya llevaba a su bordo 573 pasajeros;allí embarcó 251, de los cuales169 se dirigían a La Habana ylos 82 restantes a Santiago deCuba,

En nuestro puerto embarcó212 y, en Santa Cruz de la Palnía, otros 106. O sea que contando sus 94 tripulantes, el barco llegó a Santiago con 1.236personas a su bordo, pero, volvía el interrogante ¿cuántas desembarcaron y cuántas siguieron viaje?

Entre la tripulación del barco figuraba el joven marinodon José González Ramírez querecién terminado sus estudiosen la Escuela de Náutica deSanta Cruz, embarcó aquí comoagr-egado.

Aún había esperanzas entrelos familiares. Todo estaba supeditado, a la escala en Santiago de Cuba y, era lógico antela tragedia, se pensó inmediatamente en organizar funcionesbenéficas y una suscripción que,apenas apuntada la idea, eneabezo Mr. Stiles, cónsul estadounidense en Santa Cruz.

Se conocen másdetalles

Según pasaban los días seiban conociendo, aunque muydistanciados de unos a otrosdetalles de la tragedia y nombres y más nombres de los desaparecidos. Desde luego la tripuíación, se sabía concretamente, había perecido toda. Peroel interrogante iba poco a poco aclarando nombres y5 unosde los primeros que se confirmarón, fueron los de don JoséAcosta y Alba que, acompañado de su esposa e hija, regresaba a La Habana después deuna temporada en Santa Cruzsu ciudad natal, a la que habíavuelto tras muchos años de ausencia.

Don José Rodríguez Benítez,director del "Mercurio" de LaHabana, que ya había sufridola pérdida de algunos de susfamiliares en el naufragio del"Príncipe de Asturias", vio desaparecer en el del "Vaíbanera"a los pocos que le quedabanen estas Islas.

El diario "La Provincia**, deLas Palmas, incluía igualmenteamplia información sobre latragedia y, en particular, se hacía eco de la desaparición deuna familia que habitaba en lacalle del Terrero, y que habíaeiiiDarcado en el "Valbanera**.

Esta familia estaba compuesta por doña Paula Zumalave dePérez que, con sus cuatro pequeños hijos, marchaba a LaHabana para allí reunirse consu esposo. Anita, de sólo cincoaños, no quería embarcar y, ala fuerza casi, tuvieron que subirla al barco mientras lloraba

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I

Mérceles, 2H de Agosto 1 L B I A PAGINA CINCO

or un ciclón, el buquepr ilü

llegar a%Pr

cantra

(Tiene de la pég. ANTERIOR)

y repetía: "Yo no quiero ir; yono me embarco en ese barco.Ese vapor se va a pique".

En la noche del 26 de septiembre, el alcalde de SantaCruz recibió el siguiente telegrama, procedente de Barcelona: "Radiogramas publicadosperiódicos sobre llegada náufra

so comunicado sobre lasridades que el barco ofrecíay, al mismo tiempo, lo que sesuponía había sido causa de sunaufragio.

"Supónese —-decía el comunicado— que si bien las condiciones marineras del "V'albanera" eran más que suficientespara resistir una tromba, podría muy bien ser que una ave

cuando se dirigían, a La Haba-na,

En el interior del puerto dela capital cubana, todos los bareos reforzaron amarras pero,así y todo, el americano "HilLsborough Country", rompió lassuyas y fue lanzado por el temporal sobre la playa de Varad-ero, en la cual quedaba en secoa marea baja.

El "Barcelona", primer trasatlántico de Pinillos que llegó a nuestro puerto —procedente de LaHabana— después de la tragedia del "Valbanera".

gos a La Habana desgraciadamente carecen de fundamentoAlgunos pasajeros destinadosa La Habana desembarcaron

ría, en las máquinas o timón lehubiese dejado sin gobierno enmedio del temporal y que ungolpe de mar le hubiese des

en Santiago de Cuba. Para de \ truído la instalación d-e telegrafía sin hilos, impidiéndole pedirsocorro ni dar cuenta de su situación comprometida, yendoa chocar contra uno de los númerosos arrecifes que existenen aquellos mares.

Se da par verosímil esta suposición puesto que en estaépoca del año suelen desarroliarse en el mar de las Antillas

talles pregunten Gerencia Pinilíos en Cádiz. Rómulo Bosch".

El 28 llegó a Santa Cruz el"Barcelona" procedente de LaHabana. Había expectación pero el capitán y oficiales sólosabían lo que habían captadopor radiotelegrafía. Un oficialdeclaró: "La única noticia quesabemos es la que ya desgraciadamente no es nueva: ei *4Vai \ fuerte,s ciclones que ponen enbañera" se hundió en la trave grave aprjeto las embarcadosía de Santiago de Cuba á La \ n.es más sólidas".Habana . j OLra ^ lag notjcias que ¡j€

Ai da siguiente se recibió en ¡ ffalwl ^ 1ia p,pn[nslIiaH

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En Key West, según tekgrama cursado a La Habana, losdaños fueron terribles y se estimaba pasaban de tres millones en lo referente a interesesy firmas particulares pues sóloen la estación naval, las perdí

das rebasaban ampliamente elmedio millón.

En La Habana, el mar rompió los diques e, impulsado porel ciclón, inundó la Casa de Salud "La Internacional" de laAsociación Canaria. Los enfermos fueron trasladados a loshospitales "Calixto García","Las Animas" y "Mercedes" asícomo a las Casas de Salud delos Centros de Dependientes yGallego.

Informe del coman-del "Yara"

La Marina cuibana se mo-vilizó en busca del "Valbanerao, en su caso, supervivienteso restos que permitiesen llegara una conclusión definitiva.

A su llegada a Isabela deSagua, ei comandante del cañoñero "Yara", capitán de corbeta Díaz de Gallego, escribió losiguiente: "Sin noticias del"Valbanera", al amanecer recorrí todo el cantil del bancode Sur a Norte llamando sin cesar al buque y prestando atención a los despojos que la marsin cesar arroja siempre haciala playa; pero nada indicabala existencia de algún desastre.

En consecuencia, me dirigí alfaro de Cayo Eldow al NO delbanco, con intención de comumearme con el Semáforo por elinternacional; pero no bien mearrimé un poco al Cayo, cuando notó que venía un bote endirección a nosotros, haciendosin cesar señales de llamada*a pesar de ver nuestra dirección puesta hacia ellos.

Tan pronto estuvimos cercaempezaron a pedir agua en in

glés: se les dio agua con hieloy una copa de ron y despuésde "dispararse" —porque esono era beber™ cuatro vasosdel precioso líquido, nos dijeron que desde el ciclón no bebían agua dulce y sólo se humedecían la boca con agua salada así como que para comertenían primero que pescar y recoger caracoles en la playa,pues el ciclón les llevó y destrozó la casa, teniendo que guarecerse en el faro, cuyas puertasy ventanas destrozó el vientotambién, y la otra casita quequedó la amarraron a la torrecon un cable de alambre.

Me enseñó el torrero las anotaciones barométricas despuésde haberle prometido que lesdaría agua y víveres. Tambiénme habló de sitó siete muchachos y la mujer, siendo el mayor de los hijos de once añostodos los cuales padecían ham-bre y sed".

En los últimos días de octubre, llegó a Cádiz don AlvaroTrigo, representante de la Pinilíos en San Juan de Puerto Rico. Afirmó que el casco del"Valbanera" se encontraba enRebecca Shoals, en la isla deTortuga. Según dicho señor, el"Valbanera" tenía el casco des-garrado por estribor y con unenorme boquete en la proa, Cerca del "Ihier" español, yacíael casco de un velero americano, de 4.000 toneladas que,también con la proa destrozadahabia sin duda embestido al"Valbanera" durante el ciclón.

¿Era cierta la versión? ¿Erade las tantas suposiciones e inventivas que entonces circularon?

Era, lógicamente, una suposieión más*

Los Pinillos comunicó en diciembre que estaba en tratoscon una empresa de salvamento —establecida en Jamaica—para qué se llevasen a cabo estudios con vistas a la puesta aflote del barco o, caso de queesto fuese imposible, rescatarlos cadáveres que se encentrasen en su interior para su posteñor traslado a La Habana, lugar donde se llevaría a cabo lasepultura. Sin embargo no sellegó a un acuerdo, como tampoco con otras empresas americanas y, finalmente, se emprendieron conversaciones conla Compaña Cubana de Salvamentos. Ya entonces los Pinilíos declaraba que no le interes>aba el salvamento del barcoy sí el de los restos de sus pasajeros y tripulantes.

Tampoco dieron resultadoy, finalmente una empresa espanela solicitó llevar a cabolos trabajos, previo un detenido reconocimiento del cascopero, como en los anteriores casos, no se llegó a un acuerdoy, poco a poco el "Valbanera"dejó de ser noticia, si biennunca un triste recuerdo y,también un hito en la historiadel Archipiélago todo.

Lo que pudohaber ocurrido

El "Valbanera" llegó a Santiago de Cuba y allí desembarcarón, no sólo los pasajeros destinados a dicho puerto, sinotambién muchos de los queiban hacia La Habana.

Uno de ellos declaró que elbarco había cruzado el Atlántico con una pronunciada esoora a estribor y, por ello, había

decidido desembarcar en Santiago y no continuar viaje.

Al parecer, el capitán estabainformado de que en el Golfo de Méjico se fraguaba unvórtice de mucha traslación eintensidad. Debió medir bientodas las circunstancias y, sinduda alguna, lo hizo de acaerdo con las predicciones delobservatorio de La Habana.

¿Debió salir de Santiago o,por el contrario, quedarse enpuerto?

Por lo visto, ed capitán donRamón Martín Cordero calculo que tenía tiempo suficientepara llegar al puerto habaneroantes de que el vórtice entrase por la costa Norte de laGran Antilla.

Entonces se hizo el "Valbañera a la mar con 488 personasa su bordo, entre pasajeros ytripulantes. Lo hizo con unagran reserva en la flotación ya media carga, o sea, en las mejores condiciones de navegación y de seguridad para elbreve viaje.

Se le vio navegar hacia elOeste por la costa septentrional de Cuba, después de haberremontado Punta Maisí. Ibafuerte y apretando fuegos para meterse cuanto antes en LaHabana,

Pero el ciclón corrió más,sea porque hubo un pequeñoerrar en la predicción meteorológica, sea porque el "Valbanera" no hubiese dado toda la velocidad que se esperaba de susdos alternativas. Ya la mar comenzaba a escorarlo y, segúnel capitán de un correo inglésque pudo ganar La Habana,cuando lo cruzó en las costasde Caibarién, el ciclón se le hechacha encima al "Valbanera"

que, muy tumbado, forzaba Jseguía a la máxima para aleanzar el Morro al anochecer.

Era noche cerrada cuandolas luces de un barco se avistaron desde el castillo del Morro. Ya las luces de prohibíción señalaban que el puertose encontraba cerrado a la navegación y, por morse, así se letransmitió la noticia el barco.Este no comunicó por radioy, también por morse contestóque trataría de correr el ciclónmar afuera, sobre la mar que,ya entonces, era un verdaderíohervidero.

¿Era el "Valbanera" el barooque s£ aoercó a La Habana?

No &e sabe ni se sabrá nunca, Al menos así lo confirmaron los pasajeros del "Montevideo" a su llegada a NuevaYork.

Sólo hay una verdad conocída por todos: su casco yace enRebecca Shoals y, en jti interior —gigantesco ataúd— losrestos de las 488 personas queen él viajaban.

Pasó el ciclón, Pero el "Valbañera" no volvió jamás de lamar.

El Destino no lo quiso.Queda el recuerdo en los co

razones que lloraron la desgracía y, sobre mi mesa de trabajo. uno de aquellos romancesque los ciegos cantaban por lascalles, de Santa Cruz, El buenamigo Alfonso Borges —hombre que ama el viejo SantaCruz— ha tenido la amabilídad de enviármelo y, seguroestoy, su reproducción hallaráecos en todos los que, allá ensus años niños, escucharon latriste relación, ingenua y errénea de la gran tragedia."

Está el dolor en nosotrosy está en nosotros la pena,y en muchos ojos queridosamargas lágrimas tiemblan,que el Destino con un golpede esos que hasta el alma llegan,nos han robado la dichay lia traído la tristeza.Fue muy lejos de nosotrosallá en los mares de América,donde mil seres queridos

que arrastran con fuerza al buqueque va de La Habana lejosluchando sin un socorrocontra el mar, que es un infierno;el barco corre extenuadoy cerca de Cayo Hueso,que es un puerto americaúcde la Florida al extremo,e! "Valbanera" vacilay bajo el oscuro cielolas olas abren su abismoy arrojan al buque dentro,

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ro el capitán y oficíales sólosabían lo que habían captadopor radiot-eLegrafía. Un oficialdeclaró; "La única noticia quesabemos es la que ya desgraciadamente no es nueva: el "Valbañera" se hundió en la ir avesía de Santiago de Cuba a' LaHabana".

Al da siguiente se recibió enSanta Cruz el primer te egrama de lo.s desembarcados enSantiago, Venía firmado por José Ramos, Zoilo Zamorano, José González y Manuel Ledesma.Fechado en Ciego de Avila, vena dirigido a don Cristóbal Ramos, en Valle Guerra.

Al da siguiente, Nueva Yorkconfirmó la situación del casco del "Valbanera": se encontraba hundido en RebeceaShoals, a unos 300 kilómetrosde Cayo Hueso,

Poco a poco iban llegando apuerto barcos sorprendidos porel mismo ciclón que hundióal "Valbanera", La corbeta $<J.C. Llusá", de la matrícula deBarcelona, arribó a La Habanacon el aparejo en mal estado ycon otras averías en el cascoy, a la espera de más noticiasel día 10 de octubre se celebraron en la iglesia de la Concepción los solemnes funerales porlas víctimas del siniestro.

Asistieron a estos el alcaldeseñor Maridillo; secretario delAyuntamiento don Ángel Crosa; secretario del Gobierno Civil, señor Pérez Alcalde; jefede Sanidad Exterior, señor Pastor; inspector de Emigración,señor Ordóñez; jefe de PuertoFranco, señor Moran; cónsul dela Argentina, señor MartínezDéniz; cónsul del Perú, señorRuiz de Salas; segundo comandante de Marina, señor Calvo;contador, señor Mellado; juezinstructor de la Comandanciade Marina, señor Arriaga, y losconsignatarios de Pinülos enesta plaza, señores Cabrera delas Casas y Siliuto.

En representación del capitan general asistió su ayudante,teniente coronel señqr Guineay,. e,n nombre del gobernadormilitar, el capitán señor David.

Ofició el arcediano de la Catedral? doctor don SantiagoB-eyro quien, aún se recuerda,pronunció una elocuente ysentida oración fúnebre en laque, con aquella su maestríaplasmó el sentido y significado del acto religioso.

Suposiciones y otrasvíctimas de! ciclón

La central de Pinillos en Barcelo'na dio a conocer un exte\

| en aquellos mares.| Se da par verosímil esta sui posición puesto que en estaí época del año suelen desarroI liarse en el mar de las Antillas! fuertes ciclones que ponen en

grave aprieto las embarcacioI ii'es más sólidas".| Otra de las noticias que liej garon de la Península era la! de que, a Cádiz s€ había fcrasladado una familia completa —unmatrimonio con siete hijos™con el propósito de embarcarpara La Habana en el "Valbañera".

Allí les robaron todo su capital, 10,000 pesetas en efectivo, y por ello no pudieron adquiríri ios pasajes. Conocedorde la triste situación en que seencontraba aquella familia, elmarqués de Comillas les concedio pasaje gratuito en el "Manuel Calvo" trasatlántico quezarpó de Santa Cruz el mismodía qu-e el "Valbanera" lo hacíapara Santa Cruz de la Palmay Santiago de Cuba.

Los pasajeros de1 "Mo^te^'deo", amarrado en La Habanadurante el ciclón, cíe;a su llegada a Nueva York eueen la noche d-el día 9 se habíaoído el bramido de la sirena deun vapor a la entrada del puerto, Se divisaron con dificultadsus luces pero, según ellos, todo hacía suponer se trataba del"Valbanera" pues entonces nose esperaba la llegada de ningún barco en el puerto de lacapital cubana.

Los prácticos no pudieron hacerse a la mar y, por morse. sele comunicó que el puerto estaba cerrado y, al mismo tiemporecomendó corriese el temporalmar afuera hasta que éstp amaiñas e.

Pero no fue solo el "Valbanera" la vetima del terrible ciclon. En los bancos de la Fiorida estaba embarrancado elvapor americano "El Mar" dela Southern Pacific mientrasque, en Cayo Sombrero, estabaun petrolero de la Standard Oüy, en la costa una draga cuyos catorce tripulantes fueronsalvados por un marino español. Jesús Pita, con grave riesgo de su vida,

Los trasatlánticos americanos^Monterrey" y "México", ambosde la Ward Line, sufrieron graves averías mientras que otrobarco de esta naviera, el "Co-rydon", se hundió con 27 desus tripulantes. Igual suerte corrieron ios "Lake Lodaner" y"Lake Duval" mientras que dospetroleros ingleses —"War Mogu'l" y "War Jando!!"-— reci-

i bí&ron averías de consideración

l^»MI Cl UUIUr eil HU3UMU5

y está en nosotros la pena,y en muchos ojos queridosamargas lágrimas tiemblan,que el Destino con un golpede esos que hasta el alma llegan,nos han robado la dichay ha traído la tristeza.Fue muy lejos de nosotrosallá en los mares de América,donde mil seres queridosahogados perecieran,víctimas de esas catástrofesque, en medio de las tinieblas,sólo tienen por testigosde su macabra grandeza:"las olas infatigables"y alguna pálida estrella,

Casi a fines de septiembre,con rumbo a lejanas tierras,partió desde Santa Cruzun vapor: el "Valbanera",con más de mil pasajeros.¡Ignoran que una tragediaal cabo de varios días,les quitara la existencia!Casi todos emigrantesjóvenes y fuertes eran;los unos de la Penínsulay los otros de esta tierraque, a Cuba, alegres marchabanesperando con certezahallar en aquella islalo que aquí, a veces, no encuentran,donde ganar el sustentoy ahorrar alguna perra,¿Cómo olvidarnos los hombres,que hay en la Naturalezafuerzas con que exterminarnosy que cuando el viento arrecíay la mar embravecidase agita indómita y fiera,una débil navecillaes un cascarón, apenas,con que las furiosas olasy los huracanes juegan?Pero el hombre olvida todoy no duda ni escarmientay cuando iluso y confiadoen dichas futuras sueña,deja mirar al cielopara mirar a la tierra,¡Navegante que por maresenfurecidos navegas,no eches en olvido nuncala Divina Providencia,no olvides las oracionesque de tu madre aprendierany al marchar sobre las olas:reza, navegante, reza!

Allá corre el "Valbanera'?

a las Antillas lejanascon su carga de emigrantes,los nobles hijos de España:

xlos hijos de la Penínsulay los hijos de Canarias,peregrinación inmensaque va de la madre patriaa encontrar los dulces brazosde Cuba, la isla hermana.Allá, corre el "Valbanera'1,la frágil nave cargadacon mil doscientas personasque a la América marchaban»quinientas de la Península

V::l'iMi|p

Él»**«y otras tantas que embarcabande la Palma, la Gomera,Tenerife y Gran Canariay además los tripulantes»¡La muerte los esperabay ellos, marchaban confiados,para caer en sus garras-Abara cuentan los periódicosque en la ciudad de Las Palmasuna pobre niña cojaa quien su madre llevaracon otras tres hermaniíasa embarcar para La Habanaal verse ante el "Valbaneraff

la niñita sollozabadiciendo que no queríairse, que no se embarcabapues sabía de seguroque aquel bar^o naufragaba,¡Ay» si se hubieran llevadopor sus sinceras palabras,que quizás por su inocenciaJDios mismo la iluminara,si la hubiera escuchadoen sus ruegos y en sus lágrimasay, entonces, cuántas vidas,cuántas vidas se salvaran!

Desde estas Islas Canariashasta Cuba hubo buen tiempo,y el "Valbanera*' seguía

su viaje, seguro y rectosin encontrar un escolio,sin pasar un contratiempo;estaba la mar tranquilay estaba muy claro el cielo,y en el vapor todos ibanmuy confiados y contentos,ansiando llegar a Cubapara hallar trabajo prestoy escribir a sus familiasmandándole a lgv- 'os pesos,Llegó a Santiago de Cuba,el vapor, último puertoque su abrigo e prestaraal "Valbanera'' siniestro;dicen que desembarcaronallí, ochenta pasajeros»y de nuevo emprendió la marchael buque yendo directohasta La Habana, pero antes /de que llegara a este puertola Muerte que lo esperabaagazapada, en acecho,lanzó contra el pobre buquelos furiosos elementosy el huracán se desatay arrojan las nubes fuegoy las olas son montañasy silba lúgubre el viento»que hay peligrosas corrientesy remolinos inmensos

mam

Hoy, oferta especial de...

que arrasaran con mei*a «i UUH«C

que va de La Habana lejosluchando sin un socorrocontra el mar, que es un infierno;el barco corre extenuadoy cerca de Cayo Hueso,que es un puerto americanode la Florida al extremo,el "Valbanera" vacilay bajo el oscuro cielolas olas abren su abismoy arrojan al buque dentro,al buque, débil jugueteque lleva mil pasajerosy que a todos los sepultadel mar en el frío seno.Así acabó el "Valbanera"su destino era siniestroy el pobre buque descansacomo un cascarón deshecho,allá, a más de treinta millasdel puerto de Cayo Hueso.Los buzos que han trabajadoen el lugar del siniestroa cierta profundidadhan encontrado los restosdel buque, y muchos cadáveresde los que allí perecieronmetidos en sus literas.¡Tal vez los pobres quisieronignorar su triste suertehasta el último momento!Hasta ahora se investigay no se sabe de ciertosi hay algún supervivienteo si todos habrán muerto.El Gobierno continúatrabajando acerca de esto,y, Dios quiera, que sepamosprontamente a que atenernos;pues la incertidumbre matay en mil hogares los pechosalimentan esperanzasque van terminando luego;y la duda muchas veceses el más grande tormento;quizás, desgraciadamente,de todos los pasajerosque llevaba el "Valbanera**ni uno se escapara, al tremendonaufragio, que en estos díasha causado tanto duelo.¡Pobres hermanos, la penaun profundo surco ha abierto,y en todos los corazonesvivirá vuestro recuerdo!Lectores, si este naufragioos ha movido a tristeza,volved todos vuestros ojosa esas familias deshechaspor la horrorosa catástrofe,hacia aquellos que perdieronal padre, al hijo, al hermano,a esos pobres que lamentanpérdidas irreparablesa esos que lloran su penallevadles vuestro consuelocon las palabras más tiernas,y a los otros que han quedadosumidos en la pobrezallevadles vuestras limosnas.Dios os premiará por ellas.y sobre todo lectoreselevad al cielo vuestraspiadosas plegariaspidiendo a Dios que concedadescanso eterno a las pobresvíctimas del "Valbanera".

PASTA DE GUAYABA «CONCHITA»

NOS VEREMOS EN EL SUPERMERCADO SAN ANTONIO