la tribu perdida de los sith (1.1 recopilado)

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    Por fin, en un nico volumen los ocho episodios originales de la picaserie de eBooks La Tribu Perdida de los Sith junto con el explosivo, finalnunca antes publicado, Pandemonio, ms de un centenar de pginas dematerial nuevo!

    Hace cinco mil aos. Despus de una emboscada Jedi, la nave minera sithPresagio naufrag en un planeta remoto y desconocido. Su comandante, YaruKorsin, lucha contra el derramamiento de sangre de una faccin rebelde lideradapor su propio hermano. Varados y enfrentando a la muerte, la tripulacin Sith notiene ms remedio que adentrarse en sus desolados alrededores. Se enfrentan amuchos desafos brutales, feroces depredadores, plagas letales, pueblos tribalesque adoran a dioses vengativos, y como verdaderos guerreros Sith, loscombaten con el lado oscuro de la Fuerza.Las luchas recin empiezan para los orgullosos e inflexibles Sith, motivadoscomo estn a regir a toda costa. Vencern a los primitivos nativos, y encontrarnsu camino de regreso a su verdadero destino como gobernantes de la galaxia.Pero a medida que su legado crece a travs de miles de aos, los Sith al final,son puestos a prueba por la ms peligrosa de todas las amenazas: el enemigointerior.

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    La tribu perdida de los Sith Los re latos recop i lados

    John Jackson Miller

    Versin 1.1

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    Ttulo original:Star Wars: Lost Tribe of the Sith: The Collected Stories Cronologa: de 5000 a 2975 aos A.B.Y (Antes de la Batalla de Yavin)Autor: John Jackson Miller Publicacin del original: julio 2012

    Traduccin: Javi-Wan Kenobi Revisin: Bodo-BaasEditor original: Bodo-Baas (v1.0-1.1)Base LSW v1.1

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    Star Wars: La tribu perdida de los Sith

    LSW

    DeclaracinTodo el trabajo de traduccin, maquetacin, revisin y montado de este libro ha sido

    realizado por admiradores de Star Wars y con el nico objetivo de compartirlo con otroshispanohablantes.

    Ninguno de nosotros nos dedicamos a esto de manera profesional, ni esperamosrecibir compensacin alguna excepto, tal vez, algn agradecimiento si pensis que lomerecemos.

    Este libro digital se encuentra disponible de forma gratuita en el Grupo Libros de Star Wars.

    Este trabajo se proporciona de forma gratuita para uso particular. Puedes compartirlocon tus amigos si la legislacin de tu pas as lo permite y bajo tu responsabilidad. Pero por favor, no estafes a nadie vendindolo.

    Todos los derechos pertenecen a Lucasfilms Ltd. & . Todos los personajes,nombres y situaciones son exclusivos de Lucasfilms Ltd. Se prohbe la venta parcial ototal de este material.

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    John Jackson Miller

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    Libro 1Precipicio5000 aos ABY

    Captulo Uno Lohjoy! Dame algo! Con sus pies tropezando en la oscuridad, el comandante

    Korsin gir el cuello para mirar el holograma . Impulsores, control de altitud meconformara concohetes de aterrizaje!

    Una nave estelar es un arma, pero es su tripulacin la que la hace letal.Un viejo proverbio de espaciantes: trillado, pero con suficiente peso para mantener ciertaautoridad. Korsin se lo haba dicho a s mismo en alguna ocasin. Pero no hoy. Su naveestaba siendo letal por s misma y su tripulacin slo estaba dejndose llevar.

    No tenemos nada, comandante! La ingeniera de cabello serpenteante parpadeante l, desenfocada y descentrada en el encuadre. Korsin saba que las cosas en lascubiertas inferiores deban ir mal si su tiesa y estirada genio ho'din haba perdido elequilibrio . Los reactores han cado! Y tenemos fallos estructurales en el casco, tanto a proa como a

    Lohjoy lanz un grito de agona, y sus zarcillos estallaron en una melena de fuegoque la empuj tambalendose fuera de la vista. Korsin apenas pudo reprimir una risa deasombro. En momentos ms tranquilos media hora estndar antes bromeabadiciendo que los ho'din eran medio rboles. Pero eso difcilmente era apropiado cuandotoda la cubierta de ingeniera estaba estallando. El casco se haba abierto. De nuevo.

    El holograma muri y, por todas partes alrededor del fornido comandante, las lucesde emergencia comenzaron a bailar, parpadear y saltar. Korsin volvi a derrumbarse ensu asiento, aferrndose a los reposa-brazos. Bueno, la silla an funciona.

    Hay algo? Hay alguien?Silencio y el lejano chirrido del metal. Slo dame algo a lo que disparar. Era Gloyd, el oficial de artillera de Korsin,

    con los dientes brillando en la oscuridad. La media sonrisa era un recuerdo de un impactodel sable de luz de un Jedi que, unos aos antes, por poco no arranca la cabeza del houk.Como respuesta, Gloyd haba cultivado el nico ingenio de a bordo tan custico como eldel propio comandante pero el artillero no estaba encontrando hoy mucha diversin.Korsin poda leerlo en los pequeos ojos del bruto:Con una vez que escapes por los pelos basta.

    Korsin no se molest en mirar alotro lado del puente. All, las miradas glidas podaninterpretarse como una rendicin. Incluso en ese momento, cuando el Presagio estabalisiado y cayendo fuera de control.

    Hay alguien? Incluso en ese momento.Las frondosas cejas de Korsin se tensaron en una V negra.

    Qu era lo que estaban haciendomal ? El proverbio tena razn. Una nave necesitaba una

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    tripulacin unida en un propsitoslo que el propsito de ser Sith era la exaltacin delindividuo. Cada alfrez, un emperador. Cada error del rival, una oportunidad. Bueno,aqu hay una oportunidad , pens. Resuelve esto, quien seas, y te ganars de golpe el derecho de usar la maldita silla cmoda.

    Juegos de poder Sith. Ahora no significaban mucho no frente a la insistentegravedad bajo l. Korsin alz de nuevo la vista hacia el ventanal de proa. El vasto orbeazul que poda verse antes se haba ido, reemplazado por luz, gas, y polvo que llovahacia arriba. Saba que las ltimas dos cosas provenan de las entraas de su propia nave, perdiendo la lucha contra la atmsfera aliengena. Fuera lo que fuese, el planeta tenaahora atrapado al Presagio. Una sacudida, y ms gritos. Esto no durara mucho.

    Recordad! grit, mirndoles por primera vez desde que todo haba empezado .Vosotrosqueraisestar aqu!

    * * *

    Y as era para la mayora de ellos. El Presagio haba sido la nave que haba quetomar cuando la flotilla minera de los Sith lleg a Primus Goluud. A la fuerza de choquemassassi de la bodega no le importaba dnde la llevaran quin poda saber en qu pensaban los massassi durante la mayor parte del tiempo, y eso suponiendo que lohicieran alguna vez? Pero muchos seres racionales que podan elegir por s mismoseligieron el Presagio.

    Saes, el capitn del Heraldo, era un Jedi cado: una cantidad desconocida. No podasconfiar en alguien en el que los Jedi no pudieran confiar, y ellos confiaban en casi todo elmundo. Pero Korsin se haba dedicado a esto durante veinte aos estndar, tiemposuficiente para que aquellos que haban servido a su mando corrieran la voz. Una nave deKorsin era un viaje tranquilo.

    Pero hoy no. Completamente cargados con cristales Lignan, el Heraldoy el Presagio se haban preparado para abandonar Phaegon III hacia el frente cuando un caza Jedi entren las defensas de la flota minera. Mientras las Cuchillas en forma de media luna seenfrentaban al intruso, la tripulacin de Korsin haca los preparativos para saltar alhiperespacio. Proteger la carga era lo primordial y si conseguan hacer su entrega antesde que el renegado Jedi hiciera la suya, bueno, entonces eso sera un extra. Los pilotos delas Cuchillas podran usar los hangares del Heraldo.

    Slo que algo haba ido mal. El Heraldose estremeci, una y otra vez. Las lecturas delos sensores de la nave hermana dejaron de tener sentido y el Heraldo se inclin peligrosamente hacia el Presagio. Antes de que pudiera sonar la alarma de colisin, elnavegante de Korsin activ el hipermotor en un acto reflejo. Se haban salvado por un pelo

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    o quiz no. No segn indicaban ahora las lecturas de los signos vitales del Presagio. Nos han dado.Korsin lo saba. La telemetra debera habrselo dicho, sihubieran tenido alguna. La nave haba sido desplazada de su curso por un peloastronmico pero eso haba sido suficiente.

    El comandante Korsin nunca se haba enfrentado a un encuentro con un pozo degravedad en el hiperespacio, ni tampoco nadie de su tripulacin. Las historias necesitansupervivientes. Pero lo que poda sentir era como si el propio espacio se hubiera abiertoen un gran bostezo al paso del Presagio, y ahora amasase la superestructura de aleacinde la nave como si fuera plastilina. Haba durado apenas una fraccin de segundo, si esque all exista siquiera el tiempo. La fuga fue peor que el contacto. Un chasquidoenfermizo, y los blindajes fallaron. Los mamparos cedieron. Y luego, la santa brbara

    La santa brbara haba explotado. Eso era bastante fcil de saber al ver el huecoresultante en la parte inferior de la nave. Que hubiera explotado en el hiperespacio eraalgo que se poda deducir: seguan vivos. Granadas, bombas, y el resto de juguetitos quesu cargamento secundario, los massassi, estaban llevando a Kirrek, habran desaparecidocon gran efecto teatral, llevndose la nave consigo. Pero en lugar de eso, la santa brbarase haba desvanecido sin ms junto con un pedazo considerable del alczar del Presagio. La fsica en el hiperespacio era impredecible por definicin; en lugar deexplotar hacia fuera, la brecha en la cubierta simplemente haba causado una sacudidassmica en la nave. Korsin poda imaginarse las municiones estallando, saliendo delhiperespacio a aos luz por detrs del Presagio, estuviera donde estuviese. Esosignificara un mal da para alguien!

    Oh, espera. Ya me ha llegado el turno. El Presagio haba salido estremecindose al espacio real, decelerando a lo loco y

    apuntando directamente a una burbuja azul que colgaba ante una estrella vibrante. Eraesa la fuente de la sombra de masa que haba interrumpido su viaje? Y a quin leimportaba? Todo estaba a punto de acabar. Capturado, el Presagiohaba zigzagueado yoscilado cruzando el cristalino ocano de aire hasta que el descenso comenz en serio.Haba perdido a su ingeniera probablemente a todos sus ingenieros , pero la cubiertade mando an aguantaba. Artesana Tapani, pens maravillado Korsin. Estaban cayendo, pero por el momento seguan vivos.

    Por qu no est muerto? Medio hipnotizado por las lenguas de fuego queestallaban en el exterior (al menos el Presagio estaba panza abajo en ese momento),Korsin slo era vagamente consciente de las duras palabras que se decan a su

    izquierda . No deberas haber saltado! exclam la voz joven, clavando las palabrascomo puales . Por qu no estmuerto?El comandante Korsin se enderez y mir incrdulo a su hermanastro. Sque no me ests hablando a m.Devore Korsin apunt con un dedo enguantado ms all del comandante, a un hombre

    frgil que an se debata intilmente con su panel de control y pareca muy solo. Ese navegante tuyo! Por qu no estmuerto?

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    Quiz est en la cubierta equivocada? Yaru! No era una broma, claro est. Boyle Marcom haba guiado las naves de los Sith a

    travs de las extraezas del hiperespacio desde mediados del reinado de Marka Ragnos.Boyle ya no estaba en sus mejores aos, pero Yaru Korsin saba que siempre mereca la pena tener un antiguo timonel de su padre. Aunque hoy no. Fuera lo que fuese que haba pasado, perfectamente se le podran echar las culpas al navegante.

    Pero achacar culpas en mitad de una tormenta de fuego? Esa vez Devore se habaexcedido.

    Hablaremos de esto ms tarde dijo el mayor de los Korsin desde el silln demando . Si es que hay un ms tarde.

    La ira brill en los ojos de Devore. Yaru no poda recordar haber visto nunca otracosa en ellos. El plido y desgarbado Devore tena muy poco de su propia complexinrubicunda y achaparrada la misma de su padre. Pero esos ojos, y esa mirada? Podranhaber sido un trasplante directo.

    Su padre.Nunca haba vivido un da as. El viejo espaciante nunca haba perdido unanave de los Seores del Sith. Aprendiendo a su lado, el adolescente Yaru se haba labradosu propio futuro hasta el da en que dej de estar tan enamorado de los pasos de su padre. El da en que Devore lleg. Con la mitad de aos que Yaru, hijo de una madre deotro puerto en otro planeta y acogido por el viejo almirante sin pensrselo dos veces.Antes que descubrir cuntos hijos ms tena su padre ah fuera para ocupar estaciones enel puente, el cadete Korsin prefiri acudir a los Seores del Sith pidiendo otra misin.Eso no haba sido un error. En cinco aos, lleg a capitn. En diez, consigui el mandodel recin botado Presagio superando a un capitn que haba sido su superior durante

    muchos aos.A su padre no le haba gustado. Nunca haba perdido una nave de los Seores delSith. Pero haba perdido una a manos de su hijo.

    Pero ahora perder el Presagio pareca una tradicin familiar. La tripulacin del puente al completo incluso el intruso Devore respir sonoramente cuando arroyuelosde humedad reemplazaron a las llamas en el exterior del ventanal. El Presagio habaentrado en la estratosfera sin incinerarse, y ahora la nave era un platillo girando perezosamente a travs de densas nubes de lluvia. Korsin entrecerr los ojos. Agua?

    Habr siquiera tierra debajo? El pensamiento aterrador cruz al unsono por las mentes de los siete presentes en el

    puente, al ver cmo se combaba el ventanal de transpariacero:Gigante de gas!Setardaba bastante en estrellarse desde rbita, suponiendo que sobrevivieras a la re-entrada.Cunto ms, cuando no haba superficie? Korsin toquete sin objeto claro los controlesubicados en su reposa-brazos. El Presagio se resquebrajara en pedazos, aplastado bajouna montaa de vapores. Compartieron el mismo pensamiento y casi como respuesta,la ventana se oscureci.

    Agachaos, todos! dijo . Y agarraos a algo ya!

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    Esta vez, le hicieron caso. Lo saba: Si se trataba de auto-conservacin, un Sith haracualquier cosa. Incluso ese puado. Korsin clav las uas en su silla, con los ojos fijos enel ventanal de proa y la sombra que caa rpidamente sobre l.

    Una masa hmeda choc contra el casco. Su forma alargada se arrastr por eltranspariacero, demorndose un instante antes de desaparecer. El comandante parpadeun par de veces. Haba aparecido y desaparecido de pronto, pero no era parte de su nave.

    Tena alas.Sorprendido, Korsin se levant de su asiento como con un resorte y se abalanz hacia

    el ventanal. Esta vez, el error fue claramente suyo. Ya forzado por la colisin, eltranspariacero acab cediendo, y la nave llor esquirlas como lgrimas brillantes. Unarfaga de aire saliente lanz a Korsin de golpe contra las placas de la cubierta. El viejoMarcom se inclinaba hacia un lado, al haber perdido agarre en su estacin. Sonaron lassirenas cmo era que an funcionaban? pero pronto se apag el tumulto. Sin pensarlo, Korsin respir.

    Aire! Es aire!Devore se puso en pie el primero, braceando contra el viento. Su primer golpe de

    suerte. El ventanal haba estallado principalmente hacia fuera, y no hacia dentro; yaunque la cabina haba perdido presin, un viento hmedo y salado la estaba reponiendolentamente. Sin ayuda, el comandante Korsin se abri camino a su estacin.Gracias por echarme una mano, hermano.

    Esto es slo un aplazamiento dijo Gloyd. An no podan ver qu haba abajo.Korsin ya haba efectuado anteriormente un picado suicida, pero eso haba sido en un bombardero cuando saba dnde estaba la tierra debajo. Y quehaba tierra.

    Las dudas que antes Korsin haba reprimido cruzaron su mente y Devore

    respondi. Ya basta ladr el cazador de cristales, luchando contra el balanceo de la cubierta para llegar a la silla de mando de su hermano . Djame esos controles!

    Estn tan muertos para ti como lo estn para m! Ya lo veremos! Devore intent agarrar el reposa-brazos, pero fue detenido por

    la gruesa mueca de Korsin. El comandante apret los dientes. No hagas esto. Ahora no. Un beb llor. Korsin lanz por un instante una mirada de interrogacin a Devore

    antes de girarse para ver a Seelah en el umbral, agarrando un bulto envuelto en carmes.El beb gema.

    De piel ms oscura que cualquiera de ellos, Seelah era una operaria en el equipo

    minero de Devore. Korsin la conoca simplemente como la hembra de Devore; ese era elmodo ms educado de decirlo. No saba qu papel lleg primero. Ahora la esbelta figura pareca demacrada al tambalearse en el umbral. Su beb, envuelto por completo segn lacostumbre de su gente, haba logrado sacar un bracito y estaba aferrando su revueltocabello castao rojizo. Ella pareca no notarlo.

    La sorpresa o era enfado? cruz el rostro de Devore. Os haba enviado a los mdulos salvavidas!

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    Korsin se estremeci. Usar los mdulos salvavidas era una idea imposibleliteralmente. Ya lo saban de antes cuando, en el espacio, el primero de ellos se atasc ensu testarudo gancho de agarre y explot justo en el casco de la nave. No saba qu haba pasado con el resto, pero la nave haba sufrido tal dao en su zona central que suponaque probablemente toda la hilera se hubiera perdido.

    La bodega de carga dijo ella, jadeando cuando Devore lleg junto a ella y leagarr los brazos . Junto a nuestros alojamientos.

    Los ojos de Devore miraron tras ella, hacia el pasillo. Devore, no puedesir a los mdulos salvavidas Cllate, Yaru! Parad dijo ella . Hay tierra. Cuando Devore se la qued mirando

    inexpresivamente, ella suspir y mir con urgencia al comandante . Tierra! Korsin hizo la conexin. La bodega de carga!Los cristales estaban en una bodega segura, por delante del dao en un lugar con

    ventanales en un ngulo que permitan ver hacia abajo. Haba algo bajo todo ese azul,despus de todo. Algo que les daba una oportunidad.

    El impulsor de babor se encender implor ella. No, no lo har dijo Korsin. No con una orden desde el puente, al menos .

    Vamos a tener que hacer esto a mano por as decirlo. Camin ms all del achacosoMarcom hacia el ventanal de estribor, desde el que se vea el bulto principal de larenqueante popa de la nave. Haba cuatro grandes tapas de lanzatorpedos a ambos ladosde la nave, unas tapas esfricas que giraban hacia arriba o hacia abajo del planohorizontal segn dnde estaban situadas. Nunca se abran esas tapas en las atmsferas,

    por miedo al dao que podran causar. Ese fallo de diseo podra salvarles . Gloyd,funcionaran? Girarn una vez. Pero sin energa, vamos a tener que activar las espoletas para

    abrirlas.Devore estaba fuera de s. No vamos a salir ah fuera! Seguan a velocidad terminal. Pero Korsin ya estaba

    tambin en movimiento, corriendo ms all de su hermano hacia el ventanal de babor .Todo el mundo, a los lados!

    Seelah y otro tripulante caminaron al ventanal de la derecha. Devore, al verlo, se unireticentemente a ella. Solo a la izquierda, Yaru Korsin coloc la mano sobre la ventana

    sobre la que estaba apareciendo una especie de sudor fro. Fuera, a metros de distancia,encontr una de las inmensas cubiertas circulares y la pequea caja colocada a su lado, no mayor que un comunicador. Esa ms pequea de lo que recordaba de la inspeccin.Dnde est el mecanismo? Ah.Lo alcanz con la Fuerza.Con cuidado

    La puerta de torpedos superior, a ambos lados.Ahora! Con un decidido acto mental, Korsin activ la espoleta. Un gran tornillo se solt de

    forma explosiva, saliendo disparado y la pesada tapa del tubo se movi como

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    respuesta, girando sobre su nica bisagra. La nave, que ya estaba temblando, gimi conestrpito cuando la puerta alcanz su posicin final, asomando de la superficie del Presagiocomo un alern improvisado. Korsin mir con expectacin a su espalda, dondela expresin de Seelah le indicaba un xito similar en su lado. Por un instante, se pregunt si haba funcionado

    Zum! Con un violento tirn que hizo que la tripulacin del puente perdiera elequilibrio, el Presagio apunt con el morro hacia abajo. No haban aminorado lavelocidad de la nave tanto como Korsin haba esperado, pero esa no era la cuestin. Almenos ahora podan ver hacia dnde se dirigan, lo que haba debajo.Si esas malditasnubes se apartasen

    De golpe, la vio. Tierra, en efecto pero ms agua. Mucha ms. Picos dentados ydesiguales sobresalan de un oleaje verdoso, casi como un esqueleto de roca iluminado por el sol poniente del planeta aliengena, apenas visible en el horizonte. Se iba haciendorpidamente de noche. No habra mucho tiempo para tomar una decisin

    pero Korsin ya saba que no haba eleccin posible. Aunque la mayor parte de latripulacin sobrevivira a un amaraje, no duraran mucho cuando sus superiores supieranque su preciada carga estaba en el fondo de un ocano aliengena. Mejor que recuperenlos cristales de entre nuestros cadveres calcinados.Frunciendo el ceo, orden a latripulacin del lado de estribor que activase sus puertas de torpedos inferiores.

    De nuevo, una violenta sacudida, y el Presagio se inclin hacia la izquierda,dirigindose hacia una furiosa cadena de montaas. Hacia atrs, un mdulo salvavidassali despedido de la nave y se estrell directamente contra los riscos. La columna dehumo desapareci del campo de visin del puente en menos de un segundo. Latripulacin de torpedos de Gloyd tendra envidia, pens Korsin, agitando la cabeza y

    respirando profundamente. An queda gente viva ah atrs. An lo estn intentando. El Presagio rebas un pico cubierto de nieve por menos de cien metros. Al otro lado,se abra una superficie de agua oscura. Otra correccin de curso y el Presagiose estabaquedando rpidamente sin tubos de torpedos. Se lanz otro mdulo salvavidas, en unngulo descendiente. Slo cuando la pequea nave se aproximaba al oleaje, su piloto sies que tena alguno activ los motores. Los cohetes lanzaron el mdulo directo alocano a mxima velocidad.

    Parpadeando por el sudor, Korsin volvi la mirada a su tripulacin. Carga de profundidad! Buen momento para una maniobra de combate mixta!

    Ni siquiera Gloyd se ri con esa. Pero no por decoro, se dio cuenta el comandante al

    girarse. Era por lo que haba delante. Ms afiladas montaas surgan de las aguasincluyendo una montaa que iba directa hacia ellos. Korsin se reclin en su asiento . Asus estaciones!

    Seelah corra presa del pnico, casi perdiendo en uno de sus tambaleos al sollozanteJariad. No tena estacin, ni posicin defensiva. Comenz a cruzar hacia Devore,congelado en su terminal. No quedaba tiempo. Una mano le agarr. Yaru tir de ella,empujndola detrs del silln de mando para que se agachase y se protegiera all.

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    La accin le sali cara.El Presagio se estrell contra el pico de granito en ngulo, perdiendo la batalla y

    an ms partes de s mismo. El impacto lanz al comandante Korsin hacia delante contrael mamparo, casi empalndole en los restos del ventanal destrozado. Gloyd y Marcom seesforzaron en avanzar hacia l, pero el Presagiosegua en movimiento, chocando contraotro alzamiento rocoso y girando en espiral hacia abajo. Algo explot, esparciendofragmentos llameantes en la estela devastadora de la nave.

    Agonizante, el Presagiogir hacia delante de nuevo, con las puertas de los torpedosque haban sido sus improvisados aerofrenos actuando como remos y timones aldeslizarse. Baj resbalando por una cuesta llena de gravilla, lanzando piedras en todasdirecciones. Korsin, con la frente sangrando, alz la vista para ver

    nada. El Presagio continu deslizndose hacia un abismo. Se le haba acabado lamontaa.

    Para.Para! Para!

    * * *

    Silencio. Korsin tosi y abri los ojos.Seguan vivos. No dijo Seelah, de rodillas, aferrndose a Jariad . Ya estamos muertos.Gracias a ti, eso no lo dijo pero Korsin sinti las palabras fluyendo hacia l a

    travs de la Fuerza. No necesitaba esa ayuda. Sus ojos lo decan todo.

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    Ravilan era un Sith Rojo, de sangre pura como pocos. Era el capataz y guardin de losmassassi, los desagradables y torpes bpedos que los Sith apreciaban como instrumentosde terror en el campo de batalla. En ese momento, los massassi no parecan tanformidables. Korsin sigui a Ravilan al interior del crculo diablico, que an era menos placentero por la fetidez de los vmitos. Rubicundos monstruos de dos y tres metros dealto estaban tendidos por el suelo, temblando y tosiendo.

    Quiz sea algn tipo de edema pulmonar dijo Seelah, pasando a la gente bombonas de aire purificado recuperadas de un pack de emergencia. Antes derelacionarse con Devore y asegurarse un lugar en su equipo, haba sido mdico deguerra aunque Korsin no lohubiera imaginado a juzgar por su actitud hacia losenfermos, al menos los massassi. Apenas tocaba a los resollantes gigantes . Ya noestamos en alturas elevadas, de modo que esto debera desaparecer. Probablemente seanormal.

    A su izquierda, otro massassitosi violentamente y observ en silencio elresultado: un puado de chorreante tejido corporal. Korsin mir al capataz.

    Es esto normal? le pregunt secamente. Ya sabes que no replic Ravilan.Desde el otro lado del claro, Devore Korsin lleg corriendo, dejando a su hijo en

    manos de Seelah antes de que esta terminase de limpirselas. Agarr la gran mueca del bruto, mirando por s mismo. Sus ojos llamearon hacia su hermano.

    Pero no hay nada ms resistente que los massassi! Nada a lo que puedan golpear, patear o estrangular dijo Korsin. Un planeta

    aliengena, de todas formas, era un planeta aliengena. No haban tenido tiempo parahacer un bioescner. Todo el equipamiento estaba all arriba. Devore sigui a Seelah,

    alejndose de los massassi enfermos.Ochenta de las criaturas haban sobrevivido al choque. Korsin descubri que losayudantes de Ravilan estaban quemando a una tercera parte de esos supervivientes, allmismo, sobre la colina. Fuera lo que fuese esa cosa invisible que haba en ese planeta yestaba matando a los massassi, lo estaba haciendo rpidamente. Ravilan le mostr laapestosa pira.

    No estn lo bastante lejos dijo Korsin. De quin? respondi Ravilan . Esta depresin es un campamento

    permanente? Deberamos trasladarnos a otra montaa distinta? Ya basta, Rav.

    No tienes ninguna rplica ingeniosa? Estoy sorprendido. Al menos tendrs planeadoalgo a largo plazo.Korsin haba tenido esgrima verbal con Ravilan en misiones anteriores, pero ahora no

    era el momento. He dicho que ya basta. Hemos inspeccionado la zona. Lo has visto. No hay adonde

    ir. Haba playas en la parte inferior de la colina, pero terminaban contra los aceitososacantilados con los que comenzaba la siguiente montaa de la cadena. Y continuar

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    avanzando por la cadena montaosa significaba viajar cruzando maraas de zarzalesafilados como cuchillas . No necesitamos una expedicin. No nos vamos a quedar aqu.

    Esperara que no dijo Ravilan, torciendo la nariz por el olor de la hoguera .Pero tu hermano quiero decir, el otro hijo del capitn Korsin cree que no deberamosesperar para volver.

    Yaru Korsin se detuvo. Yo tengo los cdigos del transmisor. Soy yo quien debe hacer esa llamada. Alz

    la mirada un instante, arriba a lo lejos continuaba la distante columna humeante .Cuando sea seguro.

    S, desde luego. Cuando sea seguro.El comandante no haba querido que Devore estuviera en la misin. Aos atrs, se

    haba sentido aliviado cuando su hermanastro abandon la carrera naval, pasndose alservicio mineralogista de los Sith. All, buscando gemas y cristales imbuidos en laFuerza, se consegua ms fcilmente poder y riquezas. Con el patrocinio de su padre,Devore haba llegado a ser un especialista en el uso de armas de plasma y equipo deescaneo. El reciente conflicto con los Jedi hizo que estuviera muy solicitado y leasignaron, con su equipo, al Presagio. Korsin se preguntaba a quin le haba molestado para merecerse eso. Le haban dicho que Devore responda oficialmente ante l, pero esohabra sido toda una novedad. Ni siquiera los Seores del Sith eran tan poderosos.

    Deberas habernos mantenido en rbita! Nunca estuvimosen rbita!Korsin reconoci la voz del navegante, Marcom, llegando del otro lado de la

    polvorienta colina. Ya conoca la otra voz.El viejo estaba tratando de abrirse paso lejos de la multitud cuando Korsin lleg a la

    cima de la colina a todo correr. Los mineros de Devore no le dejaban marcharse a Boyle. No conocis mi trabajo! gritaba . Hice todo lo que pude! Oh, de qu sirvehablarle a

    Justo cuando Korsin lleg al claro, la muchedumbre avanz en tropel, como sialguien hubiera abierto un desage. Un chisporroteo asquerosamente familiar sucedi aotro.

    No! Korsin vio primero el sable de luz, rodando hacia sus pies cuando se abri paso entre

    la multitud. El viejo timonel de su padre yaca ante l, destripado. Junto a Seelah y Jariadestaba de pie Devore, con su sable de luz brillando de color carmes en las crecientes

    sombras. El navegante atac primero dijo Seelah.El comandante no hizo ningn gesto. Qu diferenciasupone eso? Korsin corri al centro, alzando el sable de luz

    suelto hasta su mano con la Fuerza. Devore permaneca quieto en su sitio, sonriendotranquilamente y manteniendo encendido su sable de luz. Sus ojos oscuros tenan unaspecto salvaje, y familiar. Estaba temblando un poco, pero no por miedo ningn

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    miedo que Yaru Korsin pudiera sentir. El comandante saba que era otra cosa, algo ms peligroso. Apunt al suelo con la punta apagada del sable de luz del navegante y loagit . Era nuestro navegante, Devore! Qu pasa si las cartas estelares no funcionan?

    Puedo encontrar mi camino de vuelta dijo elegantemente Devore. Tendrs que hacerlo! Korsin era cada vez ms consciente del grupo heterogneo

    que le rodeaba. Mineros de uniforme dorado en el crculo, s, pero tambin tripulacin del puente. Un Sith de cara roja no Ravilan, sino uno de sus compadres. Continuimpasible . Esto no os va a traer nada bueno, a ninguno de vosotros. Esperaremos aquhasta que sea seguro volver a la nave. Eso es todo.

    Seelah se enderez, envalentonada por el apoyo de los que le rodeaban. Cundo ser seguro? Dentro de das? De semanas? Su hijo gema . Cunto

    tendremos que aguantar hasta que sea lo bastante seguro parati?Korsin la mir fijamente y tom una profunda bocanada de aire. Lanz el sable de luz

    de Marcom al suelo. Dile a Ravilan que hay uno ms para la pira. Conforme la envidiosa multitud le

    abra paso para salir, dijo : Nos iremos cuando yo lo diga. Si esa nave estalla, o sedesploma en el ocano, entonces tendremos problemas realmente. Nos iremos cuando yolo diga.

    El mundo sigui girando. Conforme Korsin caminaba hacia atrs, Gloyd caminabahacia delante, manteniendo un ojo amarillo alerta en las masas gruonas. Se haba perdido la diversin.

    Comandante.Miraban ms all de cada uno, viendo Sith en todas las direcciones. No hay autntica felicidad aqu, Gloyd.

    Entonces querr escuchar esto dijo el gigantesco houk con su voz rasposa . Talcomo yo lo veo, tenemos tres opciones. Sacamos a esa gente de esta roca con cualquier cosa que vuele. O buscamos un refugio y nos escondemos hasta que se todos maten entres.

    Cul es la tercera opcin?Gloyd arrug su rostro pintado. No la hay. Pero me imagin que le alegrara si pensaba que la haba. Te odio. Genial. Algn da conseguir convertir a alguien en un buen Sith.Korsin conoca a Gloyd desde su primera asignacin de mando. El houk era el tipo de

    oficial de puente que todos los Sith queran: ms interesado en su propio trabajo que enquedarse con el de los dems. Gloyd era lo bastante inteligente para ahorrarse problemas.O tal vez era que le gustaba demasiado hacer volar cosas por los aires como paraabandonar la estacin tctica.

    Por supuesto, con esa estacin a ms de un kilmetro hacia arriba en la montaa,Korsin no tena ni idea de lo til que podra ser su viejo aliado. Pero Gloyd an superaba

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    en cincuenta kilos a la mayora de la tripulacin. Nadie podra hacer un movimientocontra ellos mientras permanecieran juntos.

    Nadie hara un movimiento en solitario, de todas formas.Korsin volvi la mirada a travs del claro hacia la turba. Ravilan estaba all ahora,

    formando corro con Devore, Seelah y un par de oficiales menores. Devore se fij en quesu hermano les miraba y apart la mirada; Seelah simplemente se qued mirandofijamente al comandante, imperturbable. Korsin escupi un epteto.

    Gloyd, estamosmurindonosaqu. No los entiendo! S, los entiende dijo Gloyd . Ya sabe lo que decimos: Usted y yo, nos

    ocupamos del trabajo. Otros Sith se ocupan delo siguiente. El houk arranc una razescamosa del suelo y la olfate . El problema es que todo estelugar es lo siguiente.Est tratando de mantenerlos juntos cuando lo que realmente tiene que mostrarles es que hay algo despus de esta roca. No hay tiempo para ganarse a la gente. Elija uncamino. Y a los que no quieran caminarlo

    Los empujamos? dijo Korsin con una mueca. Realmente no era su estilo. Gloydle devolvi la sonrisa y hundi sus dientes en la raz. Estremecindose cmicamente, el jefe de artillera se excus. No iban a vivir con los productos de la tierra no deesa tierra, al menos.

    Volviendo la mirada a la hirviente muchedumbre, Korsin encontr sus ojos vagandohacia el oscilante tentculo de humo que vagaba a la deriva arriba, en las alturas.

    Arriba. Gloyd tena razn. Era el nico camino.

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    Captulo Tres

    Los massassi murieron en la montaa. Korsin haba partido al amanecer con tres porteadores: los massassi ms sanos, que fueron pasndose entre ellos la bombona de airerestante. No dur mucho, ni ellos tampoco. Fuera lo que fuese que haba en ese planeta alo que no le gustaban los massassi, exista tanto a mucha como a poca altitud.

    Casi era mejor as, pens Korsin, abandonando a los cadveres color sangre dondecaan. No poda gobernar a los massassi. Eran guerreros moldeables y obedientes, perorespondan a la fuerza, no a las palabras. Un buen capitn Sith necesitaba usar ambas, pero Korsin se inclinaba ms hacia las ltimas. Le haba servido para labrarse una buenacarrera.

    Aunque no ah, bajando las montaas. Las cosas iban a empeorar. Ya lo habanhech\1 Haba hecho fro por la noche ms helada de lo que habra esperado en lo que pareca un clima ocenico. Algunos de los heridos ms graves haban sucumbido por hipotermia o por falta de cuidado mdico.

    Ms tarde, algn tipo de animal Gloyd lo haba descrito como un mamfero de seis patas, con una boca casi tan grande como l salt desde su madriguera e hizo trizas auno de los heridos. Fueron necesarios cinco centinelas exhaustos para acabar con la bestia. Una de las especialistas mineros de Devore as un pedazo del cuerpo de la criaturaen la fogata del campamento y prob un bocado. Comenz a vomitar sangre y muri encuestin de segundos. Korsin se alegraba de no haber estado despierto para verlo.

    El poco alivio que supona saber que haba vida en el planeta, terminaba justo ah. Latripulacin del Presagio no era lo suficiente numerosa para ir descubriendo lo que eraseguro de lo que no. Tenan que volver a casa, sin importar lo que ocurriera con la nave.

    Korsin alz la mirada hacia el cielo de la maana, jaspeado ahora ms por cirros yotras nubes que por humo. No haba hablado a los dems acerca de la cosa que habagolpeado el parabrisas durante el descenso. Qu era lo que haba visto? Otro depredador, probablemente. No tena ningn sentido sacarlo a relucir. Todos estaban ya bastanteasustados, y el miedo conduca al odio. Los Sith comprendan eso se aprovechaban deello pero, incontrolado, no iba a servirles de ninguna ayuda. El sol an no se haba puesto antes de que sables de luz aparecieran de nuevo en una pelea por un paquete deraciones. Un Sith Rojo menos. No haban pasado veinte horas desde el choque, y lascosas ya empezaban a resultar bsicas. Tribales.

    El tiempo se habaacabado.

    El Presagio haba quedado reposando sobre una pequea hendidura, un poco msabajo, al otro lado de una cresta montaosa. La nave se haba detenido en la pendiente justo a tiempo, y ya no quedaba ni una sola superficie plana en el vehculo. La visin desu nave, hecha aicos en las rocas aliengenas, conmovi a Korsin slo un poco. Habaconocido oponentes principalmente capitanes de la Repblica que eransentimentales acerca de sus mandos. Ese no era el estilo Sith. El Presagio era unaherramienta como cualquier otra, como un blster o un sable de luz, de usar y tirar. Y

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    aunque la resistencia de la nave haba salvado su vida, antes le haba traicionado. Y noera algo que debiera perdonarse.

    Pese a todo, segua teniendo su uso. Hacerla volar de nuevo quedaba fuera deconsideracin, pero la visin de la torre metlica justo sobre el puente le dio esperanza.El receptor encontrara las balizas hiperespaciales de la Repblica en un instante, permitiendo que Korsin conociera su ubicacin. Y el transmisor de la nave dira a los Sithdnde encontrar el Presagio y, an ms importante, los Lignan. Quiz no a tiempo para el enfrentamiento en Kirrek, pero Sadow los querra de todas formas. Caminandocuidadosamente sobre piedras sueltas hacia la escotilla, Korsin trat de no pensar en laotra posibilidad. Si la Batalla de Kirrek se haba perdido por culpa de que el Presagiosehaba perdido, morira.

    Pero morira habiendo completado su misin.

    Un vial descansaba vaco sobre la mano abierta y temblorosa de Devore.

    Devore haba conseguido llegar de alguna forma el primero al Presagio y estabasentado en el asiento del comandante. Bueno, ms exactamente, encorvado. Veo que tu camarote est intacto dijo Korsin. Record cmo Seelah volvi a los

    habitculos en busca del pequeo Jariad. En un incendio, vas en busca de aquello queamas.

    No fui all primero dijo Devore, dejando caer el vial sobre la cubierta junto alsilln de mando. All haba otro contenedor, con partculas de brillante especia a sualrededor. Lleva aqu un buen rato, supuso Korsin. Tena la acuciante sospecha de que laespecia era lo que haba conducido a Devore hacia la minera en primer lugar;ciertamente haba sido la causa de que cortase su carrera naval . No fui all quiero

    decir, no fue el primer sitio al que fui dijo Devore, sealando vagamente al techo .Fui a mirar la matriz transmisora.

    La estructura pareca en buenas condiciones. Desde el exterior, quizs. Encorvado en el silln de mando, Devore observ

    inexpresivo cmo su hermano se abra paso sobre vigas cadas para alcanzar la escalera.Sobre los paneles del techo, Korsin vio lo que Devore deba haber visto: una masafundida de componentes electrnicos, fritos cuando se abri una brecha en el cascodurante el descenso. El transmisor externo segua en pie, de acuerdo pero como unmonumento a su antiguo propsito, nada ms.

    Descendiendo, Korsin se abri camino hacia el panel de control de comunicaciones y presion el botn varias veces. Nada. Suspir. En todas partes del puente era la mismahistoria. Intent activar el transmisor por ltima vez y retrocedi unos pasos sobre losescombros. El Presagioestaba muerto. Pero los Sith haban sobrevivido a la muerte conanterioridad, y las entraas del Presagio an contenan suficientes piezas de recambio para permitir un trasplante. Sus ojos buscaron el pasillo. Seguramente, en el taller

    Desaparecido, junto a la santa brbara!

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    La explosin haba lanzado la mayor parte de las dependencias al espacio. Devoreenterr su rostro entre sus manos, dndose por vencido.

    Korsin an no lo haba hecho. La baha de atraque. Las Cuchillas.Los cazas estaban en vuelo cuando el Presagiorealiz su sbita salida, pero algo de

    la baha de atraque podra ser til. Olvdalo, Yaru. La cubierta qued aplastada cuando chocamos. Ni siquiera pude

    llegar all. Entonces cortaremos la nave en pedazos, cubierta a cubierta, y fabricaremos las

    piezas que necesitamos! Con qu? Con nuestros sables de luz? Devore se puso en pie, incorporndose

    sobre el reposa-brazos . Estamos acabados! Su tos se convirti en risa. Los cristalesLignan ofrecan poder a los Sith slo que no de la clase que sirve para hacer funcionar una baliza de emergencia, un receptor, o siquiera el atlas celestial . Estamosaqu , Yaru.Estamos aqu y estamos fuera de la accin. Fuera de la guerra. Fuera de todo. Estamosfuera!

    Tests fuera.Korsin trep a un pasillo y comenz a rebuscar en armarios, en busca de algo que

    pudiera servir de ayuda a los de abajo. Por desgracia, el Presagio haba sidoacondicionado para una misin en el espacio profundo. Entre los Sith, los encargados delos suministros eran parcos. Nada de generadores porttiles. Otro compartimento. Ropa.Eso ayudara esa noche, pero no iban a quedarse.

    Tenemos que quedarnos dijo Devore, como si hubiera ledo los pensamientos deKorsin.

    Qu? Tenemos que quedarnos repiti Devore. Ponindose en pie sin ayuda, como unalpida en las sombras del pasillo, hablaba con una voz que retumbaba como unterremoto . Han pasado dos das. No lo entiendes. Han pasado dos das.

    Korsin no detuvo su bsqueda, pasando frente a su hermano hacia otra puerta,atascada por los daos.

    Han pasado dos das, Yaru. Naga Sadow pensar que hemos huido. Paraquedarnos los cristales Lignan paranosotros!

    Culpar aSaes dijo Korsin, recordando. Naga Sadow nunca haba confiado plenamente en el Jedi cado que comandaba el

    Heraldo. Haba pedido a Korsin que mantuviera observado a Saes, para informarle.Cuando lo hiciera si lo haca Korsin pretenda explicar cmo el Heraldo haba perdido el control, cmo el Heraldohaba golpeado al Presagio. Con suerte, Sadow yatendra al Heraldo

    Korsin solt la manilla de la puerta. No pudo ver lo que le ocurri al Heraldodespusde la colisin, pero era una apuesta segura pensar que Sadow ya se habra encargado deltullido Heraldo. Y Saes, all sentado con slo la mitad del cargamento de cristales

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    Lignan, e incapaz de entregarlo, estara suplicando por su vida, diciendo cualquier cosasobre el Presagio. Estara cantando armonas de las que los Khil estaran orgullosos.

    Korsin volvi la mirada al pasillo. All, en Primus Goluud. En la estacin. Te reuniste con Sadow, no es cierto?Devore se acerc arrastrando los pies. Para discutir la operacin Lignan. No discutisteis acerca de alguna otra cosa? Como quin debera comandar esta

    misin?Devore le mir con los ojos inyectados en sangre. Sea mirada de nuevo. Discutisteis acerca de quin debera comandar esta misin presion Korsin,

    sorprendido por su propia calma . Qu dijiste cuando te dijo que no?La sangre del comandante se congel. Saba cmo funcionaban siempre las cosas con

    Devore cmo deban ha ber ido las cosas. Sadow rechaz a su hermanastro, y Devoredijo algo. Qu? No lo suficiente para ofender a Sadow no, Devore segua all, en losrestos de la nave, respirando trabajosamente. Pero Sadow habra tenido razones parasospechar de la lealtad de Devore, y eso habra causado que se preguntase si sus cristalesestaba a salvo. Lo nico que Yaru Korsin posea era su reputacin de jugar limpio peroahora, como mnimo, Sadow sabra que Korsin no era el amo absoluto en su propia nave.Y si l no era

    La mano de Devore se agit y su sable de luz vol hacia ella. El arma que habamatado a Boyle Marcom se activ en su mano.

    Qu es lo que te dije? grit Korsin, acercndose a l de todas formas . Nadade juegos en mi nave!

    Agitado, Devore sali corriendo hacia el puente. Korsin le sigui.

    El nico modo de poder salir de esta es si estamos completamente limpios,Devore! Sadow no puede pensar que hicimos esto a propsito! Lleg al umbral .Nada de juegos en mi nave!

    Korsin se adentr en un huracn. Devore estaba de pie sobre el silln de mando,convocando todos los escombros del puente como una deidad en la cima de un monte.Korsin comenz a dar vueltas, con fragmentos de transpariacero araando su rostro ydesgarrando su uniforme. Consigui llegar a la estacin de Gloyd, y mont su propiadefensa, crendose una coraza de Fuerza contra la ofensiva. Devore era tan fuerte comocualquiera de su familia y ahora estaba bajo los efectos de drogas que Korsin nocomprenda.

    Una viga choc contra el mamparoy el Presagiose estremeci. Un segundo golpe,y el puente se inclin hacia delante, derribando a Devore de su posicin. Korsin no ledej volver a levantarse. En cuanto la cabeza de Devore apareci detrs del asiento,Korsin le arroj con un empujn de la fuerza a travs del ventanal destrozado. Tena quearreglar esto en el exterior, antes de que todo se perdiera.

    Korsin sali corriendo como un rayo por el pasillo hacia la esclusa, refunfuando.Luchar contra un asaltante enloquecido por la especia en una tambaleante trampa

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    mortal? Debera ser yo el loco!El paso para salir del portal era ahora un salto. Algolpear el suelo, su bota se hundi en una zona blanda, torcindole el tobillo y haciendoque cayera dando tumbos por la pendiente pedregosa. Mordindose los labios, trat deregresar al borde, hacia la abollada proa del Presagio. Una sombra caa sobre l. Activsu sable de luz

    De repente lo vio o ello le vio a l. Otra criatura alada, en lo alto sobre el riscocercano, dando vueltas y observando. Observndolea l . Korsin parpade para quitarsela arena de los ojos mientras la criatura se alejaba volando. Era la misma que la que sehaban topado durante el descenso casi. La diferencia era

    Zum!Korsin sinti que le elevaban en el aire y, antes de saber qu estaba pasando,choc contra los restos del Presagio. Devore apareci ante su vista, con los cantosrodados que le seguan como atrados por un imn. Atrapado en el abollado armazn,Korsin luch por levantarse. El parecido familiar de su padre haba desaparecido delrostro de Devore, reemplazado por un sombro vaco.

    Se ha terminado, Yaru dijo Devore, alzando su sable de luz . Deberamoshaber hecho esto antes. Ha sido decidido.Yosoy el Comandante Korsin.

    Ha sido decidido?El pensamiento cruz la mente de Yaru Korsin justo cuando elsable de luz pas rozando su oreja. Levant chispas contra el baqueteado blindaje del Presagio. El comandante alz su arma para bloquear el siguiente golpe yel siguiente, yel siguiente. Devore atacaba a martillazos. Sin estilo, slo furia. Korsin no encontraba adnde escapar, excepto siguiendo el lateral de la nave, retrocediendo y deslizndose hacialos tubos de torpedos de babor. Tres de las puertas haban sido abiertas durante eldescenso. La cuarta

    Korsin vio la caja de control, exactamente igual a la que haba manipulado a distancia

    durante el descenso. Trat de alcanzarla con la Fuerza, y se agach. El perno de disparose activ, saliendo disparado hacia delante y alcanzando a Devore en el hombro del sablede luz. La puerta del torpedo intent girar para abrirse, pero atrapada contra la tierra, slose enterr en la superficie, lanzando un flujo de rocas deslizndose bajo la nave. El Presagiovolvi a inclinarse hacia delante, con Devore deslizndose ante l hacia el bordey el ocano que haba debajo.

    Korsin tard un minuto en soltarse de la agarradera que haba encontrado en la nave,y el polvo tard otro minuto ms en asentarse. Encontrando el Presagio sorprendentemente quieto, camin amargamente por las destrozadas rocas de pizarra. La proa del Presagio se haba empotrado en una afilada elevacin del promontorio, a tan

    solo metros del borde.Por delante, parcialmente enterrado entre las rocas, yaca su hermano. Con suuniforme dorado hecho jirones y su hombro sangrando, Devore se retorca de dolor en el precipicio. Trat de arrodillarse, apoyndose en las rocas de alrededor, slo para volver aderrumbarse.

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    Devore segua aferrando su sable de luz. Cmo poda seguir agarrndolo con eluniverso entero desmoronndose a su alrededor, Korsin no lo saba. El comandante sujetsu propio sable de luz en su cinturn.

    Yaru? dijo Devore. Ahora era un gimoteo . Yaruno puedo ver . Su rostroestaba manchado por las lgrimas, pero intacto. Entonces su sable de luz se liber,rodando, cayendo hasta perderse de vista por el borde el precipicio y revelando la oleosamancha rosa en su mano. La Ira Roja. Eso es lo que haba en los viales, pens Korsin.Eso es lo que haba dado a Devore su salvaje poder, y eso era lo que se lo estabaarrebatando ahora.

    La herida del hombro no era grave, comprob Korsin, poniendo a su hermano en pie.Devore era joven; con Seelah cuidando de l, podra sobrevivir incluso ah fuera,suponiendo que pudiera vivir sin la especia. Pero y entonces qu? Qu podra decirseque no se hubiera dicho ya?

    Ha sido decidido. Un agarre de ayuda se convirti en una firme presa y Yaru Korsin gir a su

    hermano para ponerlo de cara al sol que se pona sobre el ocano. Completarmi misin dijo, mirando por encima del hombro de su hermano al

    ocano que bostezaba a lo lejos . Y proteger a mi tripulacin.Lo solt.

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    Captulo Cuatro

    Ya era casi de noche cuando Korsin apareci en el rastro por el que ya haba pasado,tirando de un improvisado trineo hecho con una mesa del comedor. Con mantas trmicasy los restantes paquetes de raciones amontonados encima, Korsin haba necesitadorecurrir a la ayuda de la Fuerza unas cuantas veces en su descenso de la montaa. Lascorreas le cortaban los hombros y el cuello, dejndole feos cardenales. La nica hogueradel campamento se haba convertido en varias. Se alegr de verlas.

    Ravilan tambin pareci contento de verle, tras una inicial reaccin de sorpresa. La baliza! Est funcionando? Yo mismo puls el botn anunci Korsin. Y? Y ahora esperamos.Ravilan entorn los ojos en la humeante neblina. Sabes dnde estamos? Has hablado con alguien? La atencin de Korsin ya se

    haba dirigido a descargar los paquetes para sus ansiosos tripulantes. Ravilan baj lavoz . Dnde estn tus massassi?

    Korsin no alz la vista. Todos muertos. No creeras que yo quera hacer esto en persona, verdad?El rostro carmes del intendente palideci un poco. No, por supuesto que no comandante. Volvi la mirada hacia la cima, que se

    desvaneca en la oscuridad que les rodeaba . Quiz algn otro de entre nosotros podraechar un vistazo al transmisor. Podramos

    Ravilan, si quieres volver all arriba, eres libre de hacerlo. Pero yo llevara un

    equipo con equipamiento pesado, porque si no ponemos algunos apoyos bajo esa nave, lasiguiente persona que suba a bordo se la llevar en su ltimo vuelo. Korsin dej elltimo paquete en el suelo y alz la cabeza . Dnde estn tus massassi?

    Ravilan le mir fijamente. Todos muertos.Korsin se liber finalmente, de los arneses que haba usado para tirar del trineo. La

    hoguera brillaba de forma atrayente. Por qu tena tanto fro entonces? Seelah. Dnde est Devore?l la mir framente. Seelah estaba de pie, con su ajado uniforme dorado parpadeando

    a la luz de la hoguera. Dnde est Devore? repiti l. Subi hacia dijo ella, detenindose a mitad de la frase. Nadie debera haber

    dejado el campamento. Y ahora, esa mirada en los ojos de Yaru.Abraz con fuerza a Jariad, que se despert llorando.

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    Las palabras de nimo comenzaron como solan hacerlo habitualmente las de Korsin:con un resumen de Cosas Que Ya Sabe Todo El Mundo. Pero este discurso fue diferente, porque haba demasiadas cosas que nadie saba, incluido l mismo. La afirmacin de que Naga Sadow an apreciaba su cargamento cobr rango de verdad para todos, y aunqueestaban claramente a mucha distancia de cualquier lugar, pocos podan imaginar que eldeseo del Seor del Sith estuviera fuera de su alcance. Incluso si eran menos optimistasacerca de lo que Sadow pensaba sobre ellos, Korsin saba que su tripulacin aceptara quealguien, en algn lugar, les estaba buscando.

    Simplemente, no necesitaban saber cunto tiempo podra tardar. Era demasiado pronto para eso. Sadow, lo descubrira ms tarde. Este no era lugar para pensar en qu ibaa ser lo prximo. Haba que pensar en el ahora.

    Hacia el final del discurso, Korsin se encontr cada vez ms inusualmente filosfico: Era nuestro destino aterrizar en esta roca; y estamos ligados a nuestro destino. Por

    un tiempo, aparentemente, estamos tambin ligados a esta roca dijo . Que as sea,entonces. Somos Sith. Hagmosla nuestra.

    Mir hacia una hoguera cercana y vio a Gloyd y al resto de su equipo de artilleraluchando contra el viento helado. Les hizo gestos con la mano para que se acercasen a lahoguera principal. Korsin saba que iba a ser otra dura noche, y los suministros que habatrado se agotaran pronto.

    Pero saba algo ms. Algo que nadie, excepto l, haba visto. La bestia alada tena un jinete. La Fuerza estaba con ellos.

    Sujetando con fuerza a su hijo, Seelah vio cmo el crculo se rompa. Con ligeros

    gestos de sus cabezas, los Sith humanos se pusieron a sus tareas, caminando alrededor deRavilan, el amo sin massassi. Estaba de pie, distante, condolindose con los Sith Rojos yel resto de escasos aliengenas supervivientes. Lleno de energa y triunfante, Yaru Korsinconversaba con Gloyd guardando sus confidencias, comosiempre haca, para elinmenso aliengena. Demasiado fuerte para ser derrotado, demasiado estpido como paratraicionarle e incapaz de usar la Fuerza. El aliado perfecto.

    Alejndose del houk, Korsin vio a Seelah. Una nueva tierra para quebrarse ante suvoluntad, y nadie que se interpusiera en su camino. Sonri.

    Seelah le devolvi la mirada con frialdad. Pensando en Devore, pensando en el pequeo Jariad, tom una rpida decisin. Convocando toda su rabia, todo su odio, todasu voluntad

    Seelah le devolvila sonrisa.Devore haba subestimado a Yaru Korsin. Pasase lo que pasase, pens Seelah, ella no

    lo hara. Esperara el momento oportuno.Tiempo, tenan de sobra.

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    Aparentemente, estaba atrayendo a gente de todas partes. Tendra que echar unvistazo ms tarde. Quin necesitaba expediciones cuando tenas una multitud furiosa para recoger muestras?

    Adari se acuclill y dej su descubrimiento en su bolsillo, ya lleno a rebosar de piedras de todas las formas y colores. Sobre ella, el estrpito era cada vez ms fuerte. Elnio ms pequeo comenz a llorar. Los grandes ojos oscuros de Eulyn se ensancharon por el horror.

    Adari, escucha! dijo . Ahora estn golpeando el tejado! En realidad, eso es un trueno. Es una prueba, eso es lo que es! Los Celestiales te han abandonado. No, Madre, es una prueba de que me estn protegiendo dijo Adari, comiendo de

    pie . Si llueve, la multitud no puede prender fuego a nuestra casa. No era probable que pasara eso: la viuda de un Neshtovari era una persona protegida,

    era improbable que la asesinasen en una revuelta. Sin embargo, no haba nada queimpidiera hacer su vida miserable, y debido a su pecado contra los propios Nestovar,ninguna autoridad iba a detenerles. De hecho, las pequeas demostraciones como estaseran buenas para el orden pblico.

    Adari se asom al patio trasero. No haba rocas all. Slo el uvak, haciendo lo quehaba hecho durante todo el ltimo ao: ocupar la mayor parte del espacio y apestar. Losojos reptilianos color esmeralda se abrieron el tiempo suficiente para lanzarle una fieramirada. Agit las alas, de aspecto similar al cuero, rozndolas contra las paredes delcorral. A la bestia no le importaba la lluvia helada, pero el ruido de la calle haba perturbado su siesta regia.

    Los uvak sin jinete eran todo pereza y malos modos, pero a Nink no le haba gustado

    su jinete cuando haba tenido uno. Era la cosa que menos le gustaba a Adari, pero vena junto con la casa. De algn modo, la casa era de l.En los viejos tiempos, cuando un Neshtovari un jinete de uvaks mora, la

    comunidad asesinaba tambin a la familia del difunto. Esa prctica haba terminado,quiz la nica vez que los Neshtovar haban permitido que el sentido prctico venciera ala tradicin. Los uvaks eran preciados, temperamentales, y apegados a sus jinetes;mantenerlos con los supervivientes del jinete muerto a menudo mantena a las bestias lo bastante sanas para que sirvieran en el mercado de reproduccin. Por no mencionar,murmur Adari, lo que eso habra supuesto para la reproduccin de los Neshtovar . Los jinetes no haban tenido unas vidas sociales muy buenas cuando la muerte entraba en

    juego. Pero desde el cambio, los jinetes de uvaks se haban vuelto muy buscados como parejas en la sociedad keshiri.Adari no haba buscado a Zhari Vaal en absoluto. Ella estaba interesada en las rocas;

    Zhari tena la misma conversacin que ellas. En nueve aos, le haba dado dos hijos con pocas luces, una descripcin que le pareca menos severa de lo que la caridad maternaldictara. Los quera bastante, pero no mostraban ninguna seal de ser ms amables ointeligentes de lo que haba sido su padre. Autntica raza de estpidos. Era ella la

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    era sagrado. Lo elevado era venerado. Era el grupo de jinetes de uvak de Izri el que, hacamucho tiempo, haba trado desde el majestuoso lado del ocano el conocimiento de lagran batalla de la creacin. Cabalgando en un colosal uvak de cristal, los Celestialeshaban luchado contra el Otrolado en las estrellas. La batalla rugi durante eones, con elOtrolado hiriendo a los Celestiales antes de ser vencidos. Gotas de sangre de losCelestiales cayeron sobre los turbios y negros mares, formando la tierra que dio lugar al pueblo keshiri.

    Adari se preguntaba acerca de la biologa de una raza gigante y de sangre arenosa pero la doctrina de los Neshtovar tena algo que la apoyaba: El aspecto de los escasosmapas de la tierra de los keshiri era como si uno de sus hijos hubiera derramado algosobre ellos. Largas pennsulas montaosas surgan en todas direcciones desde un grupode mesetas, formando suficientes enormes y a menudo impracticables lneas costeras yfiordos, como para arrancar a los keshiri la vida marina para siempre. Cuanto msascendan los numerosos ros en las mesetas, los granjeros obtenan ms productos delrico suelo. La poblacin de los keshiri era tanto vasta como bien alimentada.

    Acerca del Otrolado, Adari encontraba que los Neshtovar pecaban de falta decuriosidad. Aquello que se opone a los Celestiales significaba muerte, enfermedad,fuego, rebelin en ningn orden en concreto , cuando no tomaba formas letales deacuerdo con las necesidades de quien contaba la historia. El Otrolado vena de abajo,otro elemento en el mensaje de la fe vertical. Y eso era todo lo que haba que decir. Dadala devocin de los ancianos a los Celestiales, Adari estaba sorprendida de que nohubieran acabado a martillazos con quien quiera o lo que fuera que fuese el Otrolado.Pero entonces, si lo hubieran hecho, se habran inventado un nombre mejor.

    Lo que no detena a Izri de invocarlo repetidamente mientras la increpaba.

    Tus palabras glorifican al Otrolado, Adari Vaal. Es por eso que ests aqu. Estsaqu por predicar Ensear! contar esasmentirassobre la Gran Batalla a tus acolitos! Aclitos? Sonestudiantes! Busc rostros familiares en la multitud. Sus

    estudiantes se haban escabullido el da que las cosas se torcieron, pero algunos de sus padres estaban all . T, Ori Garran! T mandaste a tu hijo con los acadmicos porqueno era bueno en el molino. Y Wertram, a tu hija. Todos los que estis aqu en Tahvcreis que el pueblo va acaer en un agujeroporque yo haya hablado a vuestros hijosacerca de unasrocas?

    Bien podra ser! Izri tom su bastn de su lugar junto al pedestal y lo agit .Esta tierra fue parte de los Celestiales vivientes. Crees que no te oyen? Cuando la tierratiembla, cuando los humeantes arden son sus restos que actan en simpata con susdeseos. Son sus deseos lo que honramos, y su odio al Otrolado!

    Otra vez eso. S que eso es lo que piensa dijo Adari, esforzndose por usar tonos lentos y

    neutrales . No pretendo saber cmo actan las fuerzas del mundo

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    Captulo Dos

    Una roca era una cosa sencilla, pero como le deca su abuelo, A travs de las cosassencillas, conocemos el mundo. Adari nunca se haba avergonzado por las horas quehaba pasado buscando en los lechos de los arroyos, o por encontrar ms inters en lasastillas de una piedra rota que en las primeras palabras de sus hijos. Ella educaba a sushijos pero la roca le educabaa ella.

    Ahora, gracias a una simple roca, estaba descubriendo ms cosas acerca del mundo delas que hubiera visto nunca antes desde lo alto, colgando del ancho lomo de Nink. Erauna posicin improbable para ambos, pero llevaba hacindolo durante buena parte de lanoche y parte del da. Su primer vuelo de uvak. No haba sido eleccin suya.

    Las horas despus de la explosin de la montaa no haban transcurrido tan mal, pens. Los miembros del tribunal de su audiencia haban huido a sus hogares. Ella hizo lomismo despus de que Dazh y sus cohortes se marcharan juntos, discutiendo acerca deseales y augurios.

    A la maana siguiente, en cualquier caso, haba cambiado el humor de la gente del pueblo. El lejano pico Cetajan segua humeando, pero haba quedado claro que nosupona ningn peligro para Tahv o los pueblos ms alejados de la cuenca. Todo elmundo poda salir con seguridad al exteriorsalir al patio delantero de Adari, paraexpresar sus sentimientos acerca de la falta de fe de sus palabras y la ardiente adicin a lalinea del paisaje que estas haban causado. Los Celestialeshaban escuchado. Qu ms pruebas hacan falta? Si los keshiri no podan silenciar a Adari Vaal, al menos seaseguraban de que sus voces fuesen ms potentes que la de ella.

    Estaban haciendo un buen trabajo al respecto cuando Adari envi a Eulyn y los nios

    fuera para que se refugiaran en casa de su to. La creciente multitud, que seguaapedreando la casa, se haba apartado para dejar que los inocentes se marchasen. Pero laturba permaneci all durante toda la tarde lluviosa y al anochecer, los propios Neshtovar estaban ah fuera, con sus uvak amarrados a una distancia prudencial de lamuchedumbre. Para cuando Izri Dazh subi los escalones para golpear a su puerta, Adariya haba visto las primeras antorchas encendidas en el exterior.

    Eso ya haba sido demasiado para ella. Las antorchas podan ser para iluminacin pero podran haber sido para algo peor. Claramente haba sobrepasado cualquier proteccin que la viuda de un jinete de uvak pudiera permitirse. Los keshiri no eran muydados a la violencia, pero tampoco tenan demasiada variedad en su castigos sociales.

    Teniendo en cuenta que esta tampoco pareca una turba muy dispuesta a perdonar, Adarihaba ido presa de la desesperacin a su propio patio trasero, a la parte que menos legustaba de su legado: Nink.

    Su partida por encima del tejado sorprendi a la gente casi tanto como el xito de lamaniobra le haba sorprendido a ella. El uvak era el ms sorprendido de todos. Con la prdida de su jinete, Nink casi esperaba no volver a ser cabalgado nunca. Los uvak tomaban nuevos jinetes tan raramente que casi siempre eran apartados de inmediato para

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    usarse como sementales. Al despertarse y encontrarse con Adari tratando de trepar sobresu lomo carnoso, Nink poda haber hecho cualquier cosa, ido a cualquier parte.

    Y fue hacia arriba.Haba pasado el resto de esa noche a ratos gritando, y a ratos esquivando la

    persecucin de los voladores Neshtovar. Este ltimo desafo result ms sencillo por lainsistencia de Nink en planear lejos, hacia el ocano. Esos haban sido los peoresmomentos para Adari, que conoca el pasado del animal. Pero algo por parte del uvak, talvez la curiosidad, evit que la enviase a la tumba de Zhari. Justo antes del amanecer, Nink finalmente encontr un lugar junto al mar donde posarse, y Adari se derrumbinmediatamente, exhausta. Sorprendentemente, cuando se despert, el uvak an seguaall, llenando el buche con el escaso follaje que all haba. Claramente, su casa ya no leresultaba demasiado atractiva tampoco a Nink.

    Ahora, la segunda maana despus de la explosin, Adari pudo ver que suincontrolado vuelo nocturno le haba conducido cerca de la fuente de su ansiedad. LaSierra Cetajan era una cadena de escarpados colosos tallados en la tierra una parte prominente del paisaje cuando se vea desde el interior, pero tan inaccesible como lamayora de los lugares de la costa occidental. Una expedicin de cazadores de rocashaba trado lo poco que Adari saba acerca de ese lugar y eso haba requerido que unsimpatizante Neshtovari estuviera dispuesto a ser voluntario para volar en una misin derecogida de muestras. Al ver la montaa ante ella, Adari fue poseda por la necesidad dever la verdad de cerca. Si la explosin no fue volcnica, podra arreglar las cosas entreella y la comunidad. Y si la montaa era volcnica de pronto, eso tambin le causabacuriosidad. Cul sera el proceso causante?

    O es que los eruditos estaban equivocados acerca del origen de la sierra? Acaso el

    jinete de uvak haba tomado las muestras equivocadas? Probablemente sea eso.La rabia de Adari creci conforme Nink ascenda. El uvak pas limpia y cmodamente sobre la cadena montaosa preparndose para unacercamiento desde el ocano. Sera potico, pens Adari, si el nico proyecto que loseruditos haban confiado a un Nesthovar hubiera acabado con informacin errnea. Nadade muestras de la Sierra Cetajan, pens.Ese idiota probablemente nos trajo rocas del camino de entrada a su casa!Se estremeci, y no slo por el aire helado. Por qu tenaque estar sufriendo ella por culpa de su colosal?

    De pronto estuvo a la vista la fuente de la columna de humo. Adari casi se cay de Nink en ese momento. Estaba esperando encontrar una caldera abierta, soltando vapor

    como los humeantes en realidad,humoera una denominacin incorrecta que habavisto al sur. En cambio, haba una gigantescaconchabrillante en un saliente en el lado dela montaa que daba al mar. Esa era la palabra que vino a su mente, aunque la escala noera la adecuada: sus bordes afilados y ondulados se parecan a las de las antiguas conchasque haba visto recuperar del lecho marino. Pero esta concha era del tamao del CrculoEterno!

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    Y esta concha tena humo no vapor surgiendo de varias fracturas. Tremendasfisuras abiertas bajo su cuerpo mostraban que haba cado golpeando el suelo con ciertongulo. Los fuegos en su interior estaban ya casi extinguidos, pero por la masa fundida pudo deducir que antes debieron ser mucho ms grandes. La explosin que produjo lacolumna de humo que vieron desde el interior debi haber ocurrido justo cuando esa cosaaterriz, pens.

    Aterriz? Antes de que Adari pudiera pensar en ello, sus ojos captaron movimiento. Por una de

    las aperturas de la concha estaba surgiendo algo, algo que golpe la gravilla del suelo ydesapareci deslizndose con el polvo. Indic al uvak que se acercase. Un relmpago deluz carmes apareci dentro de la pequea nube y en uno de sus extremos

    un hombre. El hombre alz la mirada hacia ella. Tena la piel plida, ms clara que el keshiri ms

    enfermo que jams hubiera visto. Y en su mano izquierda tena un rayo de brillante luzroja del tamao del bastn de Izri.

    Lo tena en su mano o era parte de su mano? Adari fue presa del pnico, y Nink tambin, alejndose con un rpido movimiento. Una violenta pero bienvenida maniobraascendente les llev a ambos de vuelta sobre el mar.

    Adari agit violentamente la cabeza y cerr sus ojos cuando Nink encontr un ritmode vuelo ms suave. Qu era lo que haba visto? Tena la forma de un hombre, s.Cabello ms oscuro que el de cualquier keshiri pero, esa luz roja? Qu era esa luz? Y haba algo ms movindose tambin por la montaa, algo que haba visto por el rabillodel ojo. Era esa concha algn tipo de nido?

    Trag saliva, con la garganta seca por el viento y la elevacin. Todo eso era

    demasiado macabro. Misiones de recogidas de muestras, investigaciones de los Neshtovar ninguna de sus anteriores preocupaciones era nada comparada con lo queacababa de ver. Abriendo los ojos, hizo que Nink diera la vuelta en un rizo deaproximacin paralelo a la playa dentada. La concha gigante colgaba cerca del extremode un pronunciado barranco, muy por encima de ella. Esta vez se aproximara desdeabajo, ascendiendo cuidadosamente hasta poder echar un vistazo ms de cerca.

    Adari pronto descubri que su plan, aunque razonable, era completamente inadecuado para un jinete novato. Nink se resisti a sus ordenes, llevndola en una ruta en espiralascendiente que le revolvi el estmago. Mareada, luch por mantener la mirada en la parte superior del precipicio. La figura de antes estaba all, sin la brillante luz roja. Pero

    sosteniendo otra cosa Algo pas zumbando junto a ella, descendiendo a tal velocidad que Nink recogi susalas asustado. Adari se desliz de verdad esta vez, cayendo hacia atrs. Agitndosefrenticamente ensu cada, agarr el pie con forma de garra del uvak con una mano ydesesperadamente lo rode con el otro brazo.

    Nink!

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    Trat de mirar hacia arriba, pero Nink ya se estaba moviendo, alejndose del risco yde sus extraos sucesos tan rpido como sus alas de reptil podan llevarles. Colgando, vioque Nink se diriga hacia la seguridad del lugar en el que se haban posado anteriormente,alejado de la cadena montaosa. Obviamente haba tenido suficientes sorpresas en un da.

    Y ella tambin. Pero al menos ella se estaba acostumbrando a las sorpresas.O eso pensaba.Poco antes de que el sol se deslizase tras el ocano occidental, observ cmo los

    ltimos jirones de humo desaparecan de la cima de la montaa. Adari no crea que pudiera persuadir a Nink para volver a subir all antes de que su odre de agua se agotase.Las raciones de remolacha brekka seca ya se haban agotado. Haba salido huyendo tanrpidamente que no haba rellenado su mochila de expediciones.

    Ahora, sentada en una cornisa rocosa y observando la puesta del sol, dibujaba uncontinente invisible sobre su rodilla, preguntndose lo lejos que tendra que volar paraalcanzar un asentamiento que no hubiera odo hablar de su situacin. Probablemente eselugar no exista. Los Neshtovar no eran slo los guardianes de la paz y los legisladores,tambin eran el sistema de comunicaciones en ese apartado mundo de Kesh. Los jinetesdel circuito ya habran echo correr la noticia desde Tahv a los jinetes ancianos de cada pueblo. Haba escapado, pero la libertad no era ninguna liberacin para ella.

    Liberacin. La palabra le lleg con el viento. Ni siquiera era una palabra, realmente al menos

    no una que hubiera escuchado anteriormente. Una extraa y meldica combinacin deslabas que no significaba nada para su odo. Y a pesar de ello su mente la reconocicomo un concepto familiar:liberacin.

    Instintivamente, volvi la mirada hacia el pico misterioso, que se ocultaba en las

    sombras. Algunas luces brillaban en la oscuridad, cerca de su gigantesca base. Fuegos pero no los fuegos incontrolados que deban haber estado presentes en la cima del monte.Esos fuegos haban sido creados a propsito.

    Adari se puso en pie de un salto, y al hacerlo el odre de agua se le cay por el bordede la cornisa de roca. Los Neshtovar! Le haban perseguido, y haban acampado, y por la maana la encontraran! No se molestaran en descubrir lo que ella haba visto en loalto de la montaa, no cuando ella haba empeorado su delito al atreverse a montar en Nink.

    Una brisa estaba soplando hacia el mar desde la direccin de la montaa. Fresca,relajante. Liberacin, lleg la palabra de nuevo. Le sigui otro sentimiento, complejo, y

    enftico:Somos tuyos y t eres nuestra. Adari trat de luchar contra sus desconcertantes lgrimas y camin hacia el uvak durmiente. El viento se alz de nuevo.

    Ven a nosotros.

    Se haba equivocado al ir all. El cielo le haba dicho que lo hiciera, pero eso no se pareca a ningn tipo de liberacin que Adari conociera.

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    Arrug la nariz ante la fetidez. El barranco estaba oscuro, pero estaba claro que algohorrible se haba quemado all. Ni siquiera los pozos sulfurosos del sur olan tan mal.Volvi la mirada a Nink, que bostezaba en el bosque negndose a seguirla ms lejos.Quanimal ms listo.

    Los fuegos activos estaban ms adelante, ms all de los rboles sobre la colina. Elaire la acariciaba conforme trepaba. Lo que fuera que estuvieran quemando, no era lomismo que se haba quemado en el barranco.

    En el claro de la colina, Adari los vio: personas. Tantas personas como las que sehaban reunido en su audiencia final, slo que agrupadas en torno a mltiples hogueras.Volvi a pensar que eran los Neshtovar, que la estaban esperando. Si se trataba de eso,entonces probablemente lo mejor era que llegase a pie. Se esforz por distinguir susvoces conforme se acercaba. Reconoci una, pero no sus palabras. Se acerc un pocoms

    y sus pies se separaron del suelo por completo, saliendo despedida hacia un rbol.Agitndose frenticamente, Adari golpe con fuerza contra l, cayendo sin aliento junto asu base. Desde las sombras, unas figuras salieron corriendo hacia ella. A duras penas poda verlos; sus cuerpos no estaban iluminados por las hogueras, sino por los rayos deenerga magenta que surgan de sus manos, tal y como haba visto antes. Tropez con unaraz.

    No! No lleg a golpear el suelo. Una fuerza invisible la atrajo entre el laberinto de figuras,

    depositndola bruscamente ante la mayor de las hogueras. Alzndose, dando la espalda alas llamas, observ a los espectros que se acercaban. Eran personas, pero no como ella. No de color prpura, sino beis, marrn, rojo, y ms de todos los colores salvo del que

    se supona que deban ser. Y algunos rostros no eran en absoluto como el suyo. Pequeostentculos se retorcan en papadas rojas. Una figura gorda y leprosa, el doble devoluminosa que el resto y con una piel como la de Nink, estaba de pie tras todos ellos,gruendo guturalmente.

    Adari grit pero ellos no la estaban escuchando. Todos estaban ahora a sualrededor, hombres, mujeres, y monstruos, vociferando palabras sin sentido. Apret susmanos contra sus odos. No sirvi de nada. Las palabras penetraban a travs de sus odos.Penetraban hasta su mente.

    Los alfileres mentales se convirtieron en navajas. Adari se tambaleaba. Los extraosavanzaron tanto fsicamente como etereamente empujando, apartando, buscando.

    Oleadas de imgenes aparecieron ante ella, de sus hijos, de su casa de su gente todo loque Adari era, todo lo que Kesh era. An vea las bocas moverse, pero la cacofona ahoraretumbaba dentro de su cabeza. Palabras, palabras sin significado

    que de algn modo comenzaron a conectarse con impresiones familiares. Igual queanteriormente con la brisa, las voces eran extraas, pero poda sentir los sonidos tomar forma alrededor de pensamientos racionales.

    Ests aqu.

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    Hay ms. Hay ms. Trelos aqu. Llvanos all! Trelos aqu! Adari daba vueltas, o todo Kesh lo haca. Sobre ella, el grupo se apart para dejar

    paso a una nueva presencia. Era una mujer. De piel ms oscura que los otros, llevaba a un beb cuidadosamente envuelto en una tela roja.Una madre, pens Adari frente elclamoroso asalto. Un signo de esperanza. De misericordia.

    TRELOS AQU TRELOS AQU TRELOS AQU! Adari grit, estremecindose bajo las garras invisibles que le araaban. Los dems se

    estaban apartando. La mujer que estaba sobre ella no. Adari se tambale. Crey ver lasvenosas alas de Nink, alejndose volando sobre su cabeza.

    Una mano apareci desde atrs sobre el hombro de la madre, apartndola. Elestruendo se desvaneci en la mente de Adari. Alz la mirada para vera Zhari Vaal?

    No, se dio cuenta, conforme sus ojos llorosos enfocaban. Era otra de las figurasextraamente vestidas, pero corpulento y de baja estatura como su marido. Una vez sehaba imaginado a Zhari en el fondo del mar, con su intenso color malva perdido. Estehombre era an ms plido, pero su oscura mata de pelo y sus ojos marrones rojizos le proporcionaban un aspecto de seguridad y confianza. Le haba visto antes, en la montaa.Le haba escuchado antes, en el viento.

    Korsin dijo l, simultneamente en su mente y con una voz tan relajante como lade su abuelo. Hizo un gesto sealndose a s mismo . Me llamo Korsin.

    La oscuridad se cerr en torno a ella.

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    Captulo Tres

    En su tercer da entre los recin llegados, Adari aprendi a hablar.Haba pasado el primer da completo despus del aterrador encuentro durmiendo, si

    se le poda llamar as a una somnolencia febril y de pesadilla interrumpida por brevesretazos de delirio. Varias veces, haba abierto los ojos slo para cerrarlos rpidamente alver a los extranjeros pululando a su alrededor.

    Pero estaban cuidando de ella, no acosndola tal y como descubri la segundamaana, al despertar entre una manta increblemente suave y el spero suelo. Los recinllegados haban encontrado un lugar apartado y seco para ella, con varias figuras sentadas para vigilarla. Adari bebi el agua que le ofrecieron, pero eso no le devolvi la voz. Anle zumbaba la cabeza, y su mente estaba aturdida por el asalto anterior. Ninguna palabrade su vocabulario acudi cuando las llamaba. Se haba olvidado de cmo se hablaba.

    Korsin estaba sentado junto a ella cuando finalmente lo record. l llam a Hestus,una figura del color del xido con una mscara brillante que cubra parte de su rostroquemado por cido. Casi pareca que formaba partede su rostro algunospedazos seocultaban bajo su piel. Adari se estremeci de miedo, pero Hestus simplemente se sentcon calma, escuchando cmo Korsin trataba de hablar con ella.

    Y hablaron. Con dificultad, al principio, con Hestus interviniendo ocasionalmente para repetir alguna nueva palabra keshiri que ella dijera, seguida por el equivalente en su propio lenguaje. Adari estaba maravillada. Las palabras keshiri que Hestus pronunciabasonaban exactamente igual a como las haba dicho ella incluso con su misma voz.Korsin haba explicado que el odo especial de Hestus le proporcionaba ese talento,ayudndole a acelerar el intercambio de informacin.

    Adari estaba interesada en ese intercambio, pero la mayor parte de la informacincircul en el sentido opuesto. Consigui saber que la gente que Korsin lideraba habasalido realmente de la concha plateada, y que sta haba cado de algn modo desde elcielo. Tambin estaba claro que, tan poderosos como eran, ahora no tenan medios deabandonar la montaa, rodeada como estaba de agua y terreno impracticable. Korsinescuchaba con inters mientras ella hablaba acerca de Kesh y los keshiri, de los uvak ylos pueblos del continente. Slo mencion a los Celestiales una vez, antes de detenersecon embarazo. No saba quienes eran los recin llegados, pero se avergonzaba de sacar eltema.

    Ahora, en la tercera tarde desde su llegada, Adari hablaba cmodamente con los

    recin llegados; e incluso ella misma haba aprendido algunas palabras en su lenguaje.Eran algo llamado Sith, y Korsin era humano. Repiti las palabras. Prestas mucha atencin dijo Korsin, animado.Tambin dijo que otros haban trabajado con ella mientras dorma no dijo cmo

    tratando de mejorar la comunicacin. Ahora estaban progresando rpidamente, y no todoera gracias a ellos. Incluso alterada, Adari segua siendo lista.

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    Nuestra preocupacin ms inmediata, Adari Vaal dijo Korsin, vaciando un brillante sobre de polvos en una copa para ella debe ser alcanzar el continente.

    All no haba suficiente comida ni refugio para su gente, y la montaa tenaescarpados precipicios sobre el mar de abajo. Su uvak podra haber proporcionado unasalida para algunos, pero Nink, tan temeroso de los recin llegados como de las formas devida salvajes nativas de la montaa, haba pasado los ltimos das ms arriba, muy lejosde su alcance.

    Bebindose el caldo era saciante, no como el potaje de su madre, pens , Adariluch como el problema. Nink podra volver cuando lo llamase, pero slo si estaba solaen un espacio despejado. Podra volar a tierra y volver con ayuda.

    Aunque no podr llevar a nadie conmigo. Nink podra no aparecer si estabaacompaada, y en cualquier caso un jinete novato nunca podra llevar un pasajero .Tendr que ir sola. Pero volver tan pronto como pueda.

    No lo har! Adari conoci la voz incluso antes de levantar la mirada. La vociferadora.La madre

    del nio pequeo sali corriendo hacia la hoguera ardiente. Nos abandonar!Korsin se levant y se llev aparte a la mujer. Adari escuch un intercambio de

    palabras acaloradas que no le eran familiares. Pero cuando le indic a la mujer que semarchase, dijo unas palabras que Adari pudo reconocer.

    Nosotros somos su liberacin, y ella es la nuestra.Adari mir a la mujer, que an la observaba desde la distancia. No le gusto. Seelah? Korsin se encogi de hombros . Est preocupada por su pareja

    perdido en el lugar del accidente. Y con un nio, est ansiosa por abandonar estamontaa. Sonri, ofrecindose para ayudar a Adari a levantarse . Como madre, estoyseguro de que lo entiendes.

    Adari trag saliva. No haba mencionado a sus hijos. Se dio cuenta de que apenashaba pensado en ellos desde que haba llegado entre los recin llegados. Agitando lacabeza por la culpa, se dio cuenta de algo ms: que los keshiri podran no hacerle caso.

    Korsin no pareca sorprendido ni alterado. Eres lista, Adari. Conseguirs que te escuchen. Cubri suavemente sus hombros

    con la manta azul celeste bajo la que haba dormido . Qudatela dijo . El sol se pondr pronto. Pasars fro en tu viaje.

    Adari mir a su alrededor. Seelah estaba de pie, con furia silenciosa, en el mismolugar de antes. Los dems que Korsin le haba presentado miraron a su lder connerviosismo; Ravilan, con su papada de tentculos rojos, intercambi una mirada de preocupacin con Hestus. Incluso el inmenso Gloyd, quien, a pesar de su bestialapariencia, era claramente el mayor aliado de Korsin de los presentes, se apartincmodo. Pero nadie le impidi abandonar el campamento.

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    Cuando una fuerte mano la detuvo al borde del claro, se sorprendi al ver a quin perteneca: a Korsin.

    En cuanto a los keshiri dijo Korsin . Nos has hablado acerca de Tahv, tuciudad parece ser de buentamao. Pero cuntos son los keshiri? Cuntos keshiri hayen total, quiero decir?

    Adari respondi inmediatamente. Somos innumerables. Ah dijo Korsin, suavizando su postura . Quieres decir que nunca han sido

    contados. No dijo Adari . Quiero decir que no tenemos un nmero tan grande.Korsin qued inmvil, endureciendo el agarre sobre su brazo. Sus ojos oscuros,

    ligeramente ms pequeos que los de un keshiri, se enfocaron en la espesura a lo lejos.Ella nunca le haba visto perder los nervios. Si eso era lo que haba pasado, dur menosde un segundo antes de que retrocediera un paso.

    Antes de que te vayas dijo, encontrando un rbol en el que apoyarse ,cuntame lo que sepas sobre los Celestiales

    Korsin haba llamado Presagioa la nave en la que haban llegado. La palabra no sloexista en la lengua keshiri, sino que era una de las favoritas de los Neshtovar desde hacamucho tiempo. Al ver lo que estaba pasando ahora en la plaza conocida como CrculoEterno, Adari supuso que incluso los jefes de los jinetes de uvak se haban percatado dela irona.

    Haba vuelto con Korsin tan slo un da despus, justo una semana despus de que el Presagio colisionase con la montaa y con su vida. Haba sido sencillo para ella atraer

    a los jinetes de uvak hasta all; tan pronto como las patrullas les detectaron a Nink y aella, les siguieron durante todo el camino hasta la Sierra Cetajan. El lugar haba sido elescenario de varias sorpresas en los ltimos tiempos, pero ninguna superaba al momentoen el que los Neshtovar se encontraron con Adari de pie, desafiante entre 240 visitantesde lo alto que la apoyaban, casi cada uno de ellos sealando su presencia con un brillantesable de luz color rub. Ella no tena uno de los extraos aparatos, pero pareca brillar deigual modo desde su interior. Adari Vaal, recogedora de rocas y enemiga del orden eraahora Adari Vaal, descubridora y rescatadora; respondedora de la llamada de la montaa.

    Aadid profeta a eso, pens mientras observaba a la docena de veintenas devisitantes algunos de ellos cojeando por su terrible experiencia entrar en el CrculoEterno. Pasaron entre multitudes de keshiri embobados y silenciosos, muchos de loscuales eran la misma gente que estaba a su puerta la semana pasada. Ms adelante, en elCrculo, estaban presentes todos los Neshtovar de la regin, ms de los que haba vistonunca. Tres das de operaciones de rescate areo haban trado a los recin llegados desdela montaa, y durante esos das se haba extendido la voz lejos por las tierras del interior.

    Los Celestiales