la soledad docente

4
tegro en la conversación acerca de las próxi- mas vacaciones. Cada vez más nos centramos en la escuela, hablamos del nuevo profesor de física, de las reglas administrativas que no se aplican, de la indisciplina lacerante y generali- zada de los alumnos, de la falta de compromiso de sus familias y hasta de Beatriz, que no sólo ha cuestionado mi práctica, sino la de los otros colegas también. Es curioso, pero no hablamos de nuestras prácticas en sí. En la reunión de mediodía, tampoco se habla de lo que hacemos en clase, se tratan temas administrativos, de gestión, de evaluación, de planes de mejora, de las evaluaciones externas... y vuelvo a tener esa sensación extraña. 17.15h. Voy de camino a casa en una ciudad inundada de personas, charlas, saludos, paseantes..., pero vuelvo a experimentar aquella sensación y entonces me doy cuenta de lo que es, estoy terminando mi día laboral y lo he hecho completamente solo. Es increíble, pero en una institución llena de personas hago mi trabajo solo, igual que en esta ciudad, donde puedes caerte en la acera y pasar desapercibido. Soy un extraño, desde el punto de vista profesional, para mis colegas y superiores. ¿Quién conoce realmente lo que sucede en mi clase?, ¿cuánto hace que he recibido una supervisión sobre mi práctica docente, sobre la metodología que aplico en mi clase? Todavía más, ¿cuándo he compar- tido esta metodología con otros colegas?, ¿quién me dice si lo que hago está bien o mal? ¿Realmente tengo colegas, es decir, actuando de manera colegiada o son sólo compañeros de trabajo? Uno de los pocos ámbitos profesionales que aún quedan en el aislamiento y la falta de supervisión es el educativo. Razones puede ha- ber muchas, pero básicamente a los profesores se nos ha obviado la suficiente atención y for- mación como profesionales y, por otro lado, los responsables de los centros educativos no se han sentido con la autoridad moral para exigir una metodología de la institución, se han confor- mado con exigir sólo la impartición de los con- tenidos. Incluso con respecto a la evaluación, normalmente sólo se ha venido exigiendo el qué y el cuándo, pero no el cómo ni el por qué. Estoy cruzando la puerta de la escuela y me di- rijo directamente a mi clase. Es una mañana como otra cualquiera, camino bajo un cúmulo de conversaciones que se convierten en soni- dos de voz irreconocibles que revolotean por todo el corredor mientras me acerco a la clase. Ríos de estudiantes que van y vienen, algunos corren mientras otros se detienen a saludar a compañeros. Llevo en los brazos trabajos revi- sados recientemente e intento esquivar a per- sonas mientras recorro el pasillo. Logro llegar a la clase. Hoy estoy dispuesto a poner en mar- cha algunas actividades nuevas para este tema que no es nuevo y que he venido impartiendo durante varios años. Los estudiantes reaccio- nan, algunos mejor que otros. Beatriz cues- tiona la actividad, pero le explico con paciencia los resultados que espero que pueda obtener, una vez más. La clase termina con más o menos éxito. Reflexiono sobre la actividad de camino a la sala de profesores, tengo una sen- sación extraña. Llego a la sala y me preparo un café. Me acerco a un grupo de colegas y me in- La soledad en la cultura docente y sus consecuencias para la calidad pedagógica* Federico Malpica Basurto Diseño y desarrollo curricular R REFLEXIÓN Hoy en día, prácticamente en todos los ámbitos profesionales se ha generalizado el trabajo en equipo. La mayoría de profe- siones no se pueden entender sin un trabajo colegiado, alta- mente supervisado, que permita a los profesionales ser buenos «aplicadores» y sentirse seguros para comportarse también como estrategas, intentar prácticas nuevas y ser reconocidos por ellas. 66 | Aula de Innovación Educativa. Núm. 165 AULA

Upload: federico-malpica-profesional

Post on 02-Jul-2015

285 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Artículo sobre la herencia de pesa sobre los profesionales de la educación y que nos condiciona nuestra práctica educativa.

TRANSCRIPT

Page 1: La Soledad Docente

tegro en la conversación acerca de las próxi-mas vacaciones. Cada vez más nos centramosen la escuela, hablamos del nuevo profesor defísica, de las reglas administrativas que no seaplican, de la indisciplina lacerante y generali-zada de los alumnos, de la falta de compromisode sus familias y hasta de Beatriz, que no sóloha cuestionado mi práctica, sino la de los otroscolegas también. Es curioso, pero no hablamosde nuestras prácticas en sí. En la reunión demediodía, tampoco se habla de lo que hacemosen clase, se tratan temas administrativos, degestión, de evaluación, de planes de mejora,de las evaluaciones externas... y vuelvo a teneresa sensación extraña. 17.15h. Voy de caminoa casa en una ciudad inundada de personas,charlas, saludos, paseantes..., pero vuelvo aexperimentar aquella sensación y entonces medoy cuenta de lo que es, estoy terminandomi día laboral y lo he hecho completamentesolo. Es increíble, pero en una institución llenade personas hago mi trabajo solo, igual queen esta ciudad, donde puedes caerte en laacera y pasar desapercibido. Soy un extraño,desde el punto de vista profesional, para miscolegas y superiores. ¿Quién conoce realmentelo que sucede en mi clase?, ¿cuánto hace quehe recibido una supervisión sobre mi prácticadocente, sobre la metodología que aplico enmi clase? Todavía más, ¿cuándo he compar-tido esta metodología con otros colegas?,¿quién me dice si lo que hago está bien o mal?¿Realmente tengo colegas, es decir, actuandode manera colegiada o son sólo compañeros detrabajo?

Uno de los pocos ámbitos profesionalesque aún quedan en el aislamiento y la falta desupervisión es el educativo. Razones puede ha-ber muchas, pero básicamente a los profesoresse nos ha obviado la suficiente atención y for-mación como profesionales y, por otro lado, losresponsables de los centros educativos no se hansentido con la autoridad moral para exigir unametodología de la institución, se han confor-mado con exigir sólo la impartición de los con-tenidos. Incluso con respecto a la evaluación,normalmente sólo se ha venido exigiendo el quéy el cuándo, pero no el cómo ni el por qué.

Estoy cruzando la puerta de la escuela y me di-rijo directamente a mi clase. Es una mañanacomo otra cualquiera, camino bajo un cúmulode conversaciones que se convierten en soni-dos de voz irreconocibles que revolotean portodo el corredor mientras me acerco a la clase.Ríos de estudiantes que van y vienen, algunoscorren mientras otros se detienen a saludar acompañeros. Llevo en los brazos trabajos revi-sados recientemente e intento esquivar a per-sonas mientras recorro el pasillo. Logro llegar ala clase. Hoy estoy dispuesto a poner en mar-cha algunas actividades nuevas para este temaque no es nuevo y que he venido impartiendodurante varios años. Los estudiantes reaccio-nan, algunos mejor que otros. Beatriz cues-tiona la actividad, pero le explico conpaciencia los resultados que espero que puedaobtener, una vez más. La clase termina con máso menos éxito. Reflexiono sobre la actividad decamino a la sala de profesores, tengo una sen-sación extraña. Llego a la sala y me preparo uncafé. Me acerco a un grupo de colegas y me in-

La soledad en la cultura docente y susconsecuencias para la calidad pedagógica*

Federico MalpicaBasurto

Diseño y desarrollocurricular

RREFLEXIÓN

Hoy en día, prácticamente en todos los ámbitos profesionalesse ha generalizado el trabajo en equipo. La mayoría de profe-siones no se pueden entender sin un trabajo colegiado, alta-mente supervisado, que permita a los profesionales ser buenos«aplicadores» y sentirse seguros para comportarse tambiéncomo estrategas, intentar prácticas nuevas y ser reconocidospor ellas.

66 | Aula de Innovación Educativa. Núm. 165

AULA

Page 2: La Soledad Docente

REFLEXIÓNDISEÑO Y DESARROLLO CURRICULAR / GENERAL

ralmente con protocolos claros que todos losdocentes podamos seguir con seguridad ennuestro centro, estudiarlos y mejorarlos conti-nuamente.

Comunidades de investigación e innovación sobre la práctica educativa: potenciando la culturade la mejora continua

Partimos de la base de que una sola per-sona no podrá producir el cambio, la mejora nila calidad. Nos necesitamos unos a otros y ne-cesitamos trabajar juntos de formas nuevas.Aprender juntos es una de ellas. Los comités yreuniones actuales en la mayoría de las institu-ciones educativas no son de ayuda porque nor-malmente están diseñados (de manera explícitao tácita) para tratar problemas administrati-vos o de gestión, más que aquellos sustancialesde la gestión pedagógica, algo como lo que pasaen las reuniones de equipo docente, que mu-chas veces se utilizan para realizar anuncios envez de para discusiones relacionadas con la me-jora de la enseñanza y el aprendizaje. De estamanera, se ha de reconocer que el trabajo eneducación a todos los niveles queda altamenteaislado, compartimentado y enfocado al «arre-glo» de situaciones de gestión, sea del aula ode la organización.

Por otro lado, podemos constatar queuno de los problemas centrales de las institu-ciones educativas es que el liderazgo de la ges-tión pedagógica ha sido más bien mediocre.Los docentes, junto con los responsables de loscentros, debemos mejorarlo si queremos influirde manera sistemática y rigurosa en los resul-tados de los alumnos. A esto hay que sumarleque la mayor parte de profesores y profesorasnunca nos hemos sentido realmente parte deuna comunidad dedicada a la investigación ymejora continua de la enseñanza y el aprendi-

R

67 | Aula de Innovación Educativa. Núm. 165

El resultado es el que todos podemos ob-servar: ansiedad en el ejercicio de nuestra la-bor dentro de las aulas, instituciones arcaicas,pobres resultados educativos de manera gene-ral, frustración por parte de docentes, directi-vos, estudiantes, familias y sociedad. Pareceque esto de «cada maestrillo con su librillo» nosha hecho mucho más daño del que nos podía-mos imaginar. La razón es muy sencilla: ¿quédocente (formador, maestro, educador, cate-drático o profesor) puede garantizar por símismo los resultados totales del proceso deaprendizaje de un estudiante con respectode un programa formativo donde intervengamás de un docente? O lo que es lo mismo, ¿porqué los docentes cargamos con más responsa-bilidad de la que nos corresponde?

En organizaciones donde cada profesio-nal puede seguir la metodología que quiera (locual sería inadmisible en prácticamente cual-quier ámbito laboral), la ansiedad, los «marro-nes», las injusticias laborales se suceden un díasí y otro también; los sistemas de calidad sehan quedado en la superficie y sólo garantizanque la gestión y lo administrativo se registre,se evalúe y se mejore constantemente: docu-mentación válida, entradas, salidas, planes,programas, entregas a tiempo, formatos bienrellenados, incidencias organizativas detecta-das y mejoradas... Pero se ha dejado de lado elproceso clave de toda institución educativa:el proceso de enseñanza-aprendizaje. Un pro-ceso que más bien son dos interrelacionados:el proceso de enseñanza o lo que hace el do-cente en el aula, y el proceso de aprendizaje, esdecir, lo que produce el estudiante en su ca-beza. Ninguno de estos procesos cuenta gene-

Partimos de la base de que una sola personano podrá producir el cambio, la mejora ni lacalidad

AULA

Page 3: La Soledad Docente

68 | Aula de Innovación Educativa. Núm. 165

las memorables como El club de los poetasmuertos, Al maestro con cariño o Mentes ma-ravillosas, donde el protagonista siempre es un«superprofesor» que trabaja solo.

La razón para organizarse de manera co-legiada no es otra que dichos grupos discipli-nares son más proclives a generar mejoresresultados de lo que pueden hacerlo los indivi-duos trabajando por su cuenta. Dichas comu-nidades se utilizan cada vez más en diversoscampos del mundo laboral porque permiten asus personas y organizaciones aprender nuevashabilidades y procesos, así como identificar yenfocarse en los problemas actuales de la prác-tica. Dichas comunidades ayudan a: a) enfocarla estrategia; b) emprender nuevos proyectos;c) resolver problemas rápidamente; d) transfe-rir buenas prácticas; e) desarrollar habilidadesprofesionales; f) generar investigación + desa -rrollo + innovación; y g) reclutar y entrenar eltalento de las personas.

Las comunidades de investigación-inno-vación sobre la práctica educativa (CIPE1) son,por lo tanto, grupos de profesionales de laeducación que se desarrollan juntos compar-tiendo sus experiencias sobre el desempeño ysu pasión por un objetivo común.

Por tanto, no son grupos de voluntariosni están enfocados en su propio aprendizajecomo resultado en sí mismo. Estas comunida-des existen para transformar un sistema supe-rior a ellas mismas, que es la institucióneducativa. Pueden requerir aprendizaje indivi-dual y cambio, pero estará siempre relacionadocon su encargo de hacer que algo valioso paseen la escuela donde son concebidas.

Estas comunidades deben reflejar loscomponentes de los equipos de alto rendi-miento en cuanto al cambio transformacional—que tiene que ver con una mejora continuade la ejecución—, así como los componentes delciclo de la investigación-acción (Lewin, 1946;Carr y Kemmis, 1988, y otros), logrando altosestándares de rigor científico en la investiga-ción y efectividad en las acciones realizadaspara mejorar la práctica educativa.

Wilfred Carr y Stephen Kemmis (1988,p. 176)2 describen estas comunidades de apren-

zaje y, por otro lado, la mayoría no hemos ex-perimentado lo que es una impartición modeloo «buena impartición» según los planteamien-tos institucionales de cada organización edu-cativa. De hecho, por lo regular acabamosenseñando de acuerdo a modelos que observa-mos y aprendimos cuando nosotros mismoséramos estudiantes.

Sin abandonar el día a día, los docentesmerecemos que se reagrupen las diversas reu-niones, comisiones y equipos que sufrimos du-rante el curso escolar, en grupos enfocados acrear nuevas capacidades individuales y orga-nizacionales (no simplemente aplicar las mis-mas capacidades a nuevas tareas), y, por tanto,se necesitará un espacio donde puedan refle-jarlas como comunidad en prácticas y comuni-dad de aprendizaje.

Si observamos otras profesiones y cómose han transformado en el último cuarto de si-glo (llámese abogacía, medicina, negocios, ar-quitectura, etc.), encontramos una crecientenecesidad de trabajar en equipos para resolverproblemas, mejorar los servicios y crear nuevoconocimiento de manera colaborativa. Es partede la cultura popular. Sólo basta repasar por unmomento las series de televisión de los últimosaños para darnos cuenta de que no existe unasola que hable de las peripecias de un médicoque actúa solo. Todas las series son de médi-cos que trabajan en equipo. En cambio, si vol-teamos la mirada hacia la educación, volvemosa encontrar un agravio comparativo en pelícu-

REFLEXIÓNDISEÑO Y DESARROLLO CURRICULAR / GENERALR

AULA

Page 4: La Soledad Docente

dizaje como «comunidades de estudiosos com-prometidos a aprender de los problemas yefectos de su propia acción estratégica y en-tenderlos, así como a mejorar tal acción en lapráctica».

Si la cultura de la mejora continua es elsustento de cualquier sistema de calidad, en-tonces la única forma de garantizar la calidaden la gestión pedagógica de lo que sucede en elaula y en la relación entre el proceso de ense-ñanza y el proceso de aprendizaje es generar ymantener una comunidad de profesionales delaula, que se ponga de acuerdo en una metodo-logía pedagógica común según las finalidadeseducativas de la institución y en coherenciacon los contenidos educativos y su evaluación.A partir de aquí, dicha comunidad debe regis-trar la aplicación de la metodología en las di-ferentes aulas, ponerla en común paraanalizarla, estudiarla y, si es posible, mejorarlaa través de protocolos científicos de investiga-ción-acción, apoyando y reconociendo a cadaprofesional por su práctica docente, e inclusoponiendo la organización a disposición de di-chas comunidades para apoyar el cambio y lamejora educativa, dignificando, de esta ma-nera, la profesión de educar a las generacionespresentes y futuras, base y fundamento denuestras sociedades modernas.

HEMOS HABLADO DE:. Diseño y desarrollo curricular.. Trabajo en equipo del profesorado.

Notas* Este artículo forma parte de una trilogía que seirá publicando en esta misma sección de formaconsecutiva.1. Término acuñado como parte de la metodologíadel Sistema de Gestión de la Calidad PedagógicaESCALAE, del Instituto de Recursos e Investigaciónde la Formación (IRIF).2. Citado por López Hernández, A. (2007): El tra-bajo en equipo del profesorado. Barcelona. Graó.

Federico Malpica BasurtoInstituto de Recursos e Investigación para la

Formació[email protected]

69 | Aula de Innovación Educativa. Núm. 165