la sociedad civil y su aporte a la lucha contra la corrupción

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LA SOCIEDAD CIVIL Y SU APORTE A LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION Autor Giovanni Tomas Sebastiani Miranda Santa Anita, 2016

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Page 1: La sociedad civil y su aporte a la lucha  contra la corrupción

LA SOCIEDAD CIVIL Y SU APORTE A LA

LUCHA CONTRA LA CORRUPCION

Autor

Giovanni Tomas Sebastiani Miranda

Santa Anita, 2016

Page 2: La sociedad civil y su aporte a la lucha  contra la corrupción

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Resumen

Cuando un estado tiene una estructura precaria a nivel de las instituciones

responsables de garantizar la gobernabilidad democrática y el estado de derecho,

se puede apreciar que la corrupción campea en todos los estamentos de nuestra

sociedad, la misma que viene siendo golpeada fuertemente por una serie de actos

deshonestos en donde las autoridades que nos representan y que son las

indicadas en administrar justicia, son las primeras en dictaminar fallos

parcializados o favoritismos a personas que no les corresponde, causando una

gran zozobra en la ciudadanía que demanda el fiel cumplimiento de las leyes y

normas que gobiernan el estado, no pudiéndose políticas claras entre lo público y

lo privado, dejándose de lado todos los aspectos éticos, primando los intereses

personales sobre los generales.

Palabras Claves: Estructura política, sociedad civil, corrupción.

Abstrac

When a state has a precarious structure at the level of the institutions responsible

for ensuring democratic governance and the rule of law, it can be seen that

corruption prevails in all sectors of our society, The same that has been hit hard by

a series of dishonest acts in which the authorities who represent us and who are

indicated in administering justice, are the first to dictate biased failures or favoritism

to people who do not, Causing a great anxiety in the citizenship that demands the

faithful fulfillment of the laws and norms that govern the state, being not possible

clear policies between the public thing and the private thing, leaving aside all the

ethical aspects, Giving priority to personal interests over generals.

Key Words: Political structure, civil society, corruption.

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INTRODUCCIÓN

Es de muy buena voluntad involucrar a la sociedad civil en afrontar la lucha contra

la corrupción como medida de reacción lógica y acción pública que, toma como

participación en los últimos años, también asumir la denominación de governance,

traducido al español como gobernanza, dando la posibilidad de vincular al Estado

y a la sociedad en el manejo de los fondos públicos, reorientando de esta forma

las políticas de la lucha contra la corrupción. Así, la gobernanza emerge como

una estrategia política para que los Estados redefinan sus funciones; como una

nueva forma de intercambio Estado/sociedad, que busca asegurar el control

político y el apoyo social y como alternativa a la coerción, para procurar la

gobernabilidad democrática.

Los índices comparativos internacionales no son suficientes para desarrollar un

esquema detallado de reformas institucionales para controlar la corrupción y

mejorar gobernabilidad. Más importante para eso son los diagnósticos detallados

con encuestas en profundidad de ciudadanos, empresarios y funcionarios públicos

dentro del país, analizando las vulnerabilidades en los sistemas, incentivos e

instituciones específicas. Estos programas deben ser participativos y

transparentes, involucrando la sociedad civil, el sector privado, los expertos, los

políticos y los funcionarios públicos, los cuales manejan los datos y análisis de los

diagnósticos para formular estrategias. Para ilustrar con resultados concretos las

nuevas herramientas de diagnóstico de la corrupción y la gobernabilidad dentro de

un país, éstas se presentan dentro de un estudio de caso para tres países.

El punto de partida de la investigación reciente sobre corrupción es la premisa que

es posible medir, cuantificar y comparar «gobernabilidad» y «corrupción». Es un

mito que estos fenómenos no se puedan medir. Sin embargo, aplicar

rigurosamente esta metodología es un desafío mayor. El estudio de la corrupción

debe superar muchos problemas conceptuales y de medición no resueltos y con

frecuencia mal manejados. Al mismo tiempo, la comprensión de los vínculos entre

anticorrupción y desarrollo no es completa. Aún más, hay diversos enfoques de

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4

anticorrupción que no es fácil integrar entre sí y que incluyen desde la

participación de la sociedad civil a la reforma institucional. No obstante, en la

coyuntura actual existen oportunidades únicas para conseguir avances concretos.

La corrupción se puede definir como un fenómeno nocivo, vasto, diverso y global

cuyos agentes pertenecen al sector público como a las empresas privadas. No se

refiere al simple saqueo de patrimonio del Estado. La corrupción incluye el

ofrecimiento y la recepción de sobornos, coimas; la malversación y la negligente

asignación de fondos y gastos públicos; la subvaluación o la hipervaluación de

precios; los escándalos políticos o financieros; el fraude electoral; la paga a

periodistas, la compra de información en medios de comunicación masivos o la

infiltración de agentes para obtener información y beneficios concomitantes;

el tráfico de influencias y otras transgresiones; el financiamiento ilegal de partidos

políticos; el uso de la fuerza pública en apoyo de dudosas decisiones judiciales;

las sentencias parcializadas de los jueces; favores indebidos o sueldos

exagerados de amistades, a pesar de su incapacidad. Los concursos amañados

sobre obras materiales, la indebida o sesgada supervisión o calificación de las

mismas; la compra de instrumentos, de armas de mala calidad.

En este sentido, el recurso a la participación ciudadana como una estrategia de

lucha contra la corrupción por parte de los gobiernos, puede verse justificado en

un amplio rango de argumentos y materializado en los más diversos mecanismos

de participación, con lo cual se hace evidente que no existe una única vía para

involucrar a la ciudadanía, ni una única vía para enfrentar la corrupción en general.

No obstante, en general, es innegable la importancia de la participación ciudadana

en las actividades gubernamentales, y particularmente en las campañas de lucha

anticorrupción.1

1 Folleto del Fondo editorial de IEP, Instituto de Estudios Peruanos, Lima Perú, 2013, con motivo de lanzamiento de

"Historia de la corrupción en el Perú"

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1. Niveles de corrupción de los Estados.

La organización no gubernamental Transparencia Internacional publica desde

1995 el índice de percepción de la corrupción que mide, en una escala de cero

(percepción de muy corrupto) a cien (percepción de ausencia de corrupción),

los niveles de percepción de corrupción en el sector público en un país

determinado y consiste en un índice compuesto, que se basa en

diversas encuestas a expertos y empresas. La organización define

la corrupción como «el abuso del poder encomendado para beneficio

personal».2

La corrupción es un problema en todas las economías, y hace necesario que

los principales centros financieros en la UE y EE. UU. actúen de forma

coordinada con economías de rápido crecimiento para impedir que los

corruptos se salgan con la suya, indicó hoy la organización contra la

corrupción Transparency International.

En la 20.a edición del Índice de Percepción de la Corrupción, algunos de los

descensos más marcados, de entre 4 y 5 puntos, fueron China (36 sobre 100),

Turquía (45) y Angola (19), a pesar de haber tenido un crecimiento económico

promedio de más del 4 por ciento en los últimos cuatro años.

“El Índice de Percepción de la Corrupción 2014 pone de manifiesto que,

cuando líderes y altos funcionarios abusan de su poder para usar fondos

públicos en beneficio propio, el crecimiento económico se ve minado y los

esfuerzos por frenar la corrupción quedan frustrados”, señaló José Ugaz,

presidente de Transparency International.

“Los funcionarios corruptos desvían activos de origen dudoso a otras

jurisdicciones usando compañías offshore con total impunidad”, añadió Ugaz.

“Los países en las posiciones inferiores deben adoptar medidas drásticas

contra la corrupción y a favor de su población. Los países en las mejores

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posiciones del índice deberían asegurarse de no exportar prácticas corruptas

a países en desarrollo”.

Más de dos tercios de los 175 países incluidos en el Índice de Percepción de

la Corrupción 2014 obtuvieron una puntuación inferior a 50, en una escala de

0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de bajos

niveles de corrupción). Dinamarca se sitúa en la primera posición de 2014, con

una puntuación de 92, mientras que Corea del Norte y Somalia comparten el

último lugar, con apenas 8 puntos.

La puntuación de varios países tuvo un aumento o descenso de al menos

cuatro puntos. El descenso más marcado fue el de Turquía (-5), Angola,

China, Malawi y Ruanda (todos ellos -4). Las mejoras más notables son las de

Costa de Marfil, Egipto, San Vicente y las Granadinas (+5), Afganistán,

Jordania, Mali y Suazilandia (+4).

El Índice de Percepción de la Corrupción se elabora a partir de las opiniones

de expertos sobre la corrupción en el sector público. Se puede obtener un

buen resultado cuando existen mecanismos de gobierno abierto a través de

los cuales el público puede exigir que sus líderes rindan cuentas, mientras que

una mala puntuación evidencia un contexto donde prevalece el soborno, los

actos de corrupción quedan impunes y las instituciones públicas no dan

respuesta a las necesidades de los ciudadanos.

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Los Niveles Percibidos de la Corrupción del Sector Público en 175

Países / Territorios en Todo el Mundo

Fuente: Transparency International – Corruption Perceptions INDEX 2014

2. Corrupción en economías emergentes

La puntuación de China bajó de 40 en 2013 a 36 en 2014, a pesar de que el

gobierno de ese país puso en marcha una campaña para erradicar la corrupción

entre funcionarios públicos. El gobierno ha reconocido la necesidad de

investigar a funcionarios que esconden en el extranjero activos obtenidos de

manera ilegítima. En enero de este año, diversos documentos confidenciales

que salieron a la luz pública revelaron la existencia de 22.000 clientes de

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paraísos fiscales provenientes de China y Hong Kong, incluidos numerosos

líderes del país.

La puntuación coincide con el desempeño deficiente de empresas chinas en el

informe elaborado recientemente por Transparency International sobre prácticas

de divulgación, que indicó que las ocho empresas chinas relevadas habían

obtenido un puntaje inferior a 3 sobre 10.

También se observan graves problemas de corrupción y lavado de dinero en los

demás países BRIC. Este año ha trascendido que una de las principales

compañías petroleras habría utilizado sociedades secretas para sobornar a

políticos en Brasil (que obtuvo una puntuación de 43), que personas de India

(38) utilizan cuentas bancarias en Mauricio (54) y que ciudadanos rusos (27)

hacen lo mismo en Chipre (63).

“La corrupción a gran escala en economías importantes no solo priva a los

sectores más pobres de derechos humanos fundamentales, sino que además

menoscaba la gobernabilidad y genera inestabilidad. Las economías de rápido

crecimiento cuyos gobiernos se niegan a actuar con transparencia y toleran la

corrupción generan una cultura de impunidad que propicia la corrupción”,

observó Ugaz.

Si bien la recopilación, análisis y difusión de datos de países específicos

denotan un logro especial en el diálogo sobre políticas acerca de la

gobernabilidad y la corrupción, todavía quedan desafíos muy importantes que

encarar. El primero consiste en seguir mejorando y refinando las metodologías

para transformar la evidencia de los estudios de diagnóstico en prioridades de

reforma. Existe una serie de estrategias que puede utilizarse para reforzar la

necesidad de identificar prioridades. Una de ellas es complementar el uso de

los diagnósticos empíricos con discusiones de grupo, en donde se reúne a

diversos representantes con el fin de discutir la corrupción a gran escala y la de

menor cuantía, así como la factibilidad de las posibles reformas. Otra estrategia

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complementaria consiste en evaluar el grado de «preparación para la reforma»

en que se encuentra el país.

GRADO DE CORRUPCIÓN EN LAS INSTITUCIONES EN AL

Fuente: Fuente de los resultados de los otros países: Transparencia Internacional. Barómetro - Global de Corrupción 2013

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Este enfoque plantea la idea de un gobierno que necesita acudir a la sociedad

civil y al mercado ante la inminente complejidad de la tarea de gobernar. Esta

opción se dirige hacia dos objetivos primordiales: primero, eliminar las

burocracias estatales disfuncionales controlándolas, complementándolas o

reemplazándolas y segundo, aprovechar los recursos no gubernamentales para

hacer que el Estado rinda cuentas y complementar o, incluso, reemplazar al

Estado en el desempeño de los fines públicos (Cf. Guttman, 2004, 19). Según lo

anterior, para este modelo la participación ciudadana representa una

herramienta más de gestión, mediante la utilización de sujetos extra

gubernamentales y técnicas privadas de administración, con el fin de controlar y

complementar el gobierno.

Mediante esta justificación, se introdujeron un gran número de reformas que

pretendían reducir el Estado y asignar tareas públicas a particulares, así como

trasladar al terreno público prácticas gerenciales del sector privado para

incrementar su eficiencia. Así, el Estado cede terreno y se descarga de sus

responsabilidades públicas. Desde esta perspectiva, se reduce

significativamente la autoridad del gobierno como centro visible de conducción

de la sociedad (Cf. Pierre y Peters, 2005, p. 40).

Contraste de Países en América Latina

Fuente: Transparency International – Corruption Perceptions INDEX 2014

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Es pertinente ubicar la respuesta a la anterior pregunta en el periodo de

reformas al Estado en América Latina. Los cambios institucionales producidos a

partir de la década del noventa implicaron una reestructuración del Estado bajo

mecanismos tales como la desregulación, la privatización, las reducciones

drásticas del servicio civil, la introducción de prácticas de gerencialismo en el

sector público y la creación de agencias semiautónomas, entre otras

modificaciones que, progresivamente, han privado al Estado de muchas de sus

fuentes tradicionales de poder, de su convencional capacidad directiva en

materia de política entendida como policy, de sus capacidades institucionales, e

incluso de su legitimidad.

Contraste de Países en la Unión Europea (EUROPA OCCIDENTAL)

Fuente: Transparency International – Corruption Perceptions INDEX 2014

En los bordes más oscuros de la vida habita la corrupción. En ese espacio a

contraluz donde las sombras se esfuerzan en esconderse entre la claridad del

día. Un territorio en el que conviven millonarios fraudes y engaños cotidianos: «

¿Con IVA o sin IVA?» En estos terrenos cenagosos, el dinero se escabulle por

las cloacas de la delincuencia. Y todos pagamos un alto precio. La corrupción le

cuesta al mundo el 5% de su riqueza. Unos 2,4 billones de euros. Una cantidad

cercana a lo inimaginable para cualquier persona. Pues bien, 0,9 billones

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corresponden al pago de sobornos o comisiones. Tan difícil resulta poner el

cascabel a este huidizo gato que esas cifras proceden del trabajo conjunto de

cuatro entidades: la Cámara Internacional de Comercio, Transparencia

Internacional, el Foro Económico Mundial y la organización Clean Business is

Good Business (Naciones Unidas).

En marzo pasado, el Parlamento Europeo reveló que la corrupción cuesta a los

ciudadanos europeos 990.000 millones de euros al año. Una cifra que duele

como una herida abierta en tiempos en los que la austeridad y los recortes se

han convertido en el urbi et orbe de todas las soluciones económicas. Un dato,

por cierto, muy superior a los 120.000 millones que la consultora especializada

en temas de política pública Rand había calculado en un informe de 2014

encargado por la Comisión Europea.

Ese número ya asustó a Europa, pues suponía el 1% de su PIB. Las

estimaciones (a pesar de reflejar solo los costes directos de la corrupción) se

han quedado cortas. Da igual. El dolor se prolonga más allá. Porque «hay dos

hechos que parecen irrefutables: los costes son muy altos y la mayor parte de

las proyecciones se refieren solo a los directos, de modo que subestiman el

coste total», reflexiona Gonzalo Delacámara, profesor de la escuela de

negocios EOI.

Pero mientras se dilucida si son galgos o podencos, la corrupción también

arraiga en uno de los elementos más valiosos que posee el planeta: la tierra. El

acaparamiento por parte de multinacionales, gobiernos extranjeros e inversores

privados de tierras de labor es una siniestra derivada de la corrupción. Y no es

un endemismo de África o de América Latina. También ha llegado al Viejo

Continente. El Parlamento Europeo ya alerta de que se trata de un «fenómeno

creciente». Un problema que palpita. «Inspira, conspira, inspira, conspira; este

es el ritmo vital del especulador. Palabra sinónima de quien espía para sacar

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provecho, y la tierra es siempre uno de sus objetivos», relata Gustavo Duch,

coordinador de la revista Soberanía Alimentaria.

El Fondo Monetario Internacional considera que los costes económicos de la

corrupción son substanciales. Según estimaciones recientes, el coste anual

puede llegar a alcanzar entre 1,5 billones y 2 billones de dólares al año a la

economía mundial, lo que supone casi el 2% del PIB del planeta. Esta es una

de las cifras que resaltan dentro de un informe presentado por la institución

donde se analiza el impacto de la corrupción llevada a cabo por cargos públicos

con beneficio propio. Un problema que afecta a muchos países,

independientemente de su nivel de desarrollo, y que supone un reto para los

gobiernos a la hora de rendir cuentas ante sus ciudadanos ante el elevado nivel

de envilecimiento registrado en muchos países. Diario el economista (2016).

3. Formación de la Sociedad Civil

a) Estados Unidos de América

Los cambios experimentados por la economía y la sociedad

norteamericanas hacia fines del siglo pasado - inicio de la industrialización,

desarrollo de un mercado nacional, desaparición de las tradicionales

comunidades aisladas, surgimiento de las grandes urbes, fuertes procesos

de inmigración y aparición de una clase media - condujeron a una fuerte

urbanización de la política nacional, concentrándose el poder político y

burocrático en las grandes ciudades. Surgieron las máquinas políticas

urbanas articuladas por grandes jefes de precinto (ej.: Tammany Hall) que

vinculaban la población con los gobiernos municipales y cuyos fines

principales fueron la entrega de favores, especialmente acceso al trabajo;

solucionar problemas de servicios de utilidad pública; designar candidatos y

representar a la máquina más allá de los límites urbanos.

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La ausencia de políticas nacionales hacía del congreso nacional en la

época "un foro donde los diversos grupos privados satisfacían sus intereses

lo mejor que podían".1 A partir de los 1880 la política reformista destinada a

"purificar las instituciones políticas" de prácticas corruptas, tomó cuerpo en

la reforma municipal; introdujo manager 8 movements en la administración

de la política urbana, y en la reforma del servicio civil a nivel federal.

Su objetivo fue lograr un gobierno puro y frugal, desarticular el patronazgo y

el dispendio de favores.2 Para erradicar la máquina política y el patronazgo

a nivel federal se aprobó el Pendleton Act y se creó la Civil Service

Commission en 1883, implementándose un sistema de mérito para el

servicio civil basado en exámenes competitivos, seguridad en el cargo y

neutralidad política.3 Sin embargo, con el tiempo el nuevo sistema produjo

una excesiva centralización; hizo difícil la contratación expedita de personas

calificadas; dificultó el reconocimiento y premio al rendimiento a través del

aumento de remuneraciones y dificultó enormemente el desplazamiento de

ejecutivos dentro del gobierno federal.

En un proceso político fragmentado como el norteamericano, los ejecutivos

políticos leales al presidente enfrentaron una burocracia de mérito donde

múltiples vínculos entre las agencias del gobierno federal con los comités

en el congreso y grupos de interés (iron triangles), hacían impracticable una

reforma al sistema. El poder de la burocracia residía no sólo en su

capacidad técnica y espíritu de cuerpo, sino en sus conexiones con

poderosos grupos de interés y su discrecionalidad para ejecutar las leyes.

Dada la corta duración del ciclo político, quienes ocupaban cargos de

confianza del presidente y eran responsables en el gobierno federal de

implementar la agenda presidencial, encontraban difícil trabajar con la

burocracia, hasta tal punto que las relaciones entre burócratas y ejecutivos

políticos llevaron a calificar al gobierno federal como "un gobierno de

extraños".

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Todos los gobiernos trataron de reformar el sistema de administración de

personal en el poder ejecutivo con el fin de implementar su agenda política

y responder a los tiempos políticos que enfrentaban, sin resultados

positivos. Las propuestas del Brownlow Committee (1937) para mejorar la

capacidad de gestión presidencial del sistema de personal federal,

inspiradas en el PODSCORB6 y en los principios de una "ciencia de la

administración", fueron rechazadas en el congreso "por miedo a que

llevarían a un aumento no deseado del poder presidencial". Similares

propuestas de la First Hoover Commission (1945) también fueron olvidadas.

La Second Hoover Commission (1955), propuso la creación de un senior

civil service que fue recibida con muy poco entusiasmo por el congreso. En

ella merodeaba el espectro de "una nueva fuerza política" que "dotada de

un gran poder administrativo podría llevar a destruir el gobierno

representativo".

Anticipándose a los tiempos, la segunda comisión Hoover propuso la

rotación de personal dentro de las agencias del ejecutivo, lo cual fue

rechazado por diversos representantes porque rompería las relaciones

existentes entre los subcomités del congreso y burócratas de carrera en

diversas agencias, minando así una importante fuente de información para

los representantes.

Una vez que sus iniciativas legislativas fueron rechazadas por el congreso

(Federal Executive Service en 1971 y Executive Personnel System en 1974)

el Presidente Nixon implementó una serie de iniciativas, contenidas en el

célebre Manual de Malek, destinadas a manipular y doblegar la burocracia

federal que se oponía a su New Federalism y política social. Nixon

estableció una función de inteligencia de personal en cada departamento o

agencia, consistente en actividades de investigación y desarrollo de

personal para 9 promover el reclutamiento de leales políticos en posiciones

claves e implementar técnicas de remoción que incluían el "asalto frontal",

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16

traslados, funcionarios itinerantes, creación de nuevos niveles

administrativos, cambio de responsabilidades y técnicas de aislamiento, con

el objetivo de "lograr un firme control político del departamento, o agencia,

al mismo tiempo que lograr una buena administración".8 Con el tiempo el

sistema creado en 1883 no permitió experimentar con nuevos enfoques de

gestión de personal y tal como lo demostró una auto-evaluación practicada

en 1976 por la propia Civil Service Commission y otra del House Committee

on Post Office and Civil Service de la Cámara de Representantes para los

años 1969-73, se prestó para una manipulación política, favoritismos e

intrusiones políticas, que culminaron con las prácticas de la administración

Nixon.

El triunfo de la iniciativa legislativa del Presidente Carter para aprobar el

Civil Service Reform Act of 1978 y crear el Senior Excutive Service (SES)

casi cien años después, se debió a su capacidad para convencer a los

legisladores, en un ambiente dominado por la reacción negativa del

congreso a las estrategias administrativas tomadas en las sombras por el

Presidente Nixon. El Senior Executive Service (SES) tuvo por objetivos,

primero, reconciliar la necesidad de obediencia al liderazgo político y

competencia técnica no partidista que permitiera continuidad y estabilidad

en las políticas gubernamentales más allá de una administración, y

segundo, aumentar la efectividad en la gestión de los programas, confianza

pública y satisfacción con el desempeño de la administración federal.10

Entre los principales componentes programáticos de SES es posible

distinguir los siguientes:

1. Establecimiento de una Oficina de Gestión de Personal (Office of

Personnel Management, OPM) a nivel presidencial, cuyo director

cuenta con el consentimiento del Senado y un Consejo de Protección

del Sistema de Mérito, formado por una comisión independiente de tres

miembros nombrada por el presidente con acuerdo del senado;

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17

2. Control del número y distribución de cargos ejecutivos por agencia,

según cuotas establecidas por la OPM;

3. Mejoramiento de las relaciones entre los profesionales de carrera y

quienes detentan nombramientos políticos a través de la radicación del

rango de Senior Executive en la persona y no en el cargo;

4. Mejoramiento de las perspectivas de carrera individual a través de la

radicación del rango en la persona y no en el cargo;

5. Aumentar la calidad de la gestión a través de calificaciones profesionales

y capacitación ejecutiva; 10

6. Inculcar la noción de responsabilidad y sujeción al escrutinio público

(accountability) en la gestión burocrática a través de evaluaciones

regulares, bonos de incentivo y objetivos acordados con los ejecutivos

de carácter político;

7. Compensación equitativa según el desempeño (premios de

reconocimiento anual: Meritorious Executive, Distinguished Executive

equivalentes a bonos que aumentan significativamente el salario);

8. Oportunidades para las minorías y las mujeres a través de su

incorporación en programas de desarrollo para esas poblaciones

objetivo;

9. Se estableció un período de espera de cuatro meses para la

relocalización involuntaria de cada miembro de SES, después del

nombramiento (político) del superior de la agencia respectiva, con el fin

de que este pudiera conocer mejor las capacidades de su personal,

previo a un proceso de reasignación que pudiera ser discriminatorio.11

Para efectos de su puesta en marcha, de un total de 11.000 funcionarios

de alto nivel que existían en 1977, de los cuales 2.500 correspondían a

nombramientos políticos y 8.500 a funcionarios de carrera del servicio civil,

se determinó que el SES se estructuraría con 8.000 posiciones, de las

cuales el 90% se extraería de los ejecutivos de carrera. Cada agencia en

conjunto con la Oficina de Gestión de Personal de la Presidencia (OPM)

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18

designó los cargos a que podían optar los actuales funcionarios, quienes en

hasta un 30% podían tener menos de 5 años de permanencia continua en

el servicio civil previo a su nombramiento. El SES innovó el sistema de

mérito existente - competencia a través de exámenes, seguridad en el

cargo y neutralidad política- incorporando mecanismos de premios según

desempeño y calidad de la gestión, movilidad administrativa para los altos

ejecutivos y obediencia al liderazgo político existente. Aplicando los

sistemas utilizados en la empresa privada, la reforma se fundamentó en que

los altos ejecutivos responderían a incentivos materiales mejorando la

gestión, y que la seguridad en el cargo dependería de la gestión y

cumplimiento de metas convenidas en forma contractual con los ejecutivos

políticos. El modelo sostuvo que una mejor gestión de los altos funcionarios

mejoraría también el desempeño institucional.

El impacto del Senior Executive Service Ocho años después, una encuesta

realizada en 1987 a 562 ejecutivos del SES de un total de 6.000 existentes

durante la administración Reagan en aproximadamente 23 agencias de seis

departamentos del gobierno federal (Agricultura, Comercio, Educación,

Vivienda, Interior y Transporte), muestra que los ejecutivos de alto nivel

pensaban que ellos no estaban en posiciones de mando, que los directivos

políticos "tenían mucha influencia en sus respectivas agencias" y que

incluso "preferían que estos últimos tuvieran aún mayor influencia". El

estudio concluye que Reagan fue exitoso en trabajar el apoyo de los altos

ejecutivos del SES debido a la prioridad que asignó al reclutamiento de

leales 11 políticos para posiciones claves de gobierno y al debilitamiento de

la burocracia federal de carrera frente al crecimiento del staff presidencial y

del congreso. El mismo observador concluye que los presidentes, más que

preocuparse de diseñar estrategias para limitar la influencia del staff de

carrera en la formulación de políticas públicas, deberían preocuparse más

de la calidad de los nombramientos de leales políticos en cargos ejecutivos

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y de cómo estos ejercen desde allí su función de liderazgo para formular

políticas acordes con la agenda presidencial.

Por otro lado, también se ha comprobado que miembros del SES dejan el

gobierno federal con frecuencia, cuestionándose el impacto real que

pueden tener los incentivos materiales para lograr permanencia en el

servicio.

También se ha planteado la hipótesis que mejores remuneraciones por sí

mismas, no asegurarían mayor eficiencia en muchas agencias de gobierno,

puesto que estas esconderían muchas ineficiencias derivadas de sus

estructuras de poder interno independientemente de la capacidad de

gestión de sus ejecutivos.14 El análisis de la experiencia norteamericana

muestra que los diversos intentos históricos de reorganización del sistema

de personal del gobierno federal, basados en la "retórica de la teoría

administrativa", siempre estuvieron sujetos a la "retórica del realpolitik."

A pesar de que individualmente no sobrevivieron a la transacción política

contingente, muchas de las ideas de la teoría administrativa se

materializaron o se incluyeron en iniciativas posteriores. Más importante

aún, es posible interpretar los múltiples intentos de reorganización como

una oportunidad simbólica para ejercer un liderazgo efectivo sobre la

burocracia donde se combinan personas, alternativas de oportunidad,

problemas y soluciones- algo que resulta más importante políticamente que

la propia implementación de las reformas. En el caso norteamericano las

reorganizaciones administrativas nos dicen mucho acerca de la naturaleza

del gobierno y de los intentos de organizar la vida política.

La reforma de Carter y la instauración del SES representan una alternativa

intermedia que intenta conciliar competencia técnica no partidista con

obediencia al liderazgo político. Sin embargo, pese a que el clientelismo

clásico no resurgió después de 1978, los resultados empíricos recientes

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20

demuestran, como en el caso de la administración Reagan, que el liderazgo

político intenta permanentemente lograr un control político y fuerte sujeción

del SES a los leales políticos nombrados en cargos ejecutivos.

b) Gran Bretaña

Mientras en el caso norteamericano la rápida expansión del electorado

estimuló la máquina urbana y la corrupción, en Gran Bretaña, el escaso

soborno existente estuvo históricamente dirigido a mantener a los votantes

bajo control y así proteger a una clase política ya establecida.16 Desde los

1830's los reformistas británicos identificaron al patronazgo como la fuente

de la ineficacia administrativa y lograron que el reclutamiento y remoción

partidista de los oficiales públicos estuvieran fuertemente restringidos,

reforzándose los exámenes competitivos, la promoción desde los niveles

inferiores y garantizándose la seguridad en el puesto, aspectos que fueron

todos incluidos en el Northcote-Trevelyan Report de 1854.

La clase administrativa británica no tuvo que sustituir la ineficacia partidista

o la máquina electoral, como fue el caso en Alemania y Francia. La figura

del Permanent Secretary, directamente bajo el mando de cada ministro, con

la obligación de servir a cualquier ministro y gobierno con igual devoción y

lealtad, y el papel de supervisor desempeñado desde temprano por el

British Treasury, consolidaron el servicio civil británico. Este estuvo

compuesto de tres estamentos: clerical, ejecutivo y administrativo, en un

orden ascendiente de responsabilidades y requisitos profesionales. Las

funciones del servicio civil británico han sido primordialmente la

implementación de políticas y asesoría a los ministros para la evaluación de

las distintas opciones de políticas públicas. En contraste con otros países,

los altos funcionarios y ejecutivos británicos nunca abandonaron sus

carreras para servir en otras élites de la sociedad o participar en la política

partidista.

Page 21: La sociedad civil y su aporte a la lucha  contra la corrupción

21

Las recomendaciones del gobierno laborista de Wilson plasmadas en la

Comisión Fulton en 1966 estuvieron orientadas a eliminar las barreras

horizontales que separaban la movilidad entre los estamentos del servicio

civil, pero nunca existió un verdadero interés parlamentario en la

implementación de esas reformas y el propio servicio civil se opuso en la

práctica a las medidas propuestas.

El programa The Next Steps, implementado por Margaret Thatcher a partir

de 1988, separó la función de la entrega de servicios efectuados por las

agencias ministeriales de la función de formulación y diseño de políticas,

inspiradas en los principios de gestión del área privada. Para tal efecto se

establecieron agencias autónomas bajo la responsabilidad de ejecutivos

públicos que, a través de un acuerdo contractual con oficiales de Whitehall

y ministros (Framework Agreements), actuarían con entera independencia

en la persecusión de las metas acordadas, aunque subsistiría la supervisión

y escrutinio de los respectivos ministerios.

Hacia fines de 1994 existían ya 102 agencias Next Steps con alrededor del

62 por ciento de miembros del servicio civil trabajando en dichas agencias.

20 Si bien la implementación de esta managerial revolution ha significado

importantes avances en la calidad de la gestión pública, según Bogdanor ha

dejado también al descubierto importantes debilidades en cuanto a su

control democrático (accountability). Las críticas al programa plantean que

los ministros ya no serían políticamente responsables de los errores de sus

subordinados y que el Parlamento perdería capacidad de escrutinio de las

actividades del gobierno.

Los ministros, de acuerdo a esta lógica, debieran preocuparse sólo de

materias relacionadas con la formulación de políticas y no con su ejecución.

Así, se hace posible que los errores de diseño de políticas de gobierno

pudieran ser atribuibles a errores operacionales en la gestión de los

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22

ejecutivos de las nuevas agencias, que son prácticamente independientes,

escondiendo así la responsabilidad política de los ministros. Además, en la

medida en que existan diferencias en los criterios según los cuales se

determinan los salarios de los nuevos ejecutivos (según el mercado) y sus

superiores (consideraciones fuera del mercado), resultará muy difícil

incentivar a los ejecutivos a aceptar a posiciones en Whitehall, tema que

tiene importantes consecuencias en la reconfiguración e influencia política

de los nuevos ejecutivos públicos británicos.

4. Efectos de la corrupción en los estados

El impacto de la corrupción sobre las inversiones, causa un efecto nocivo

sobre el desarrollo de las economías, disminuyendo el ingreso per cápita en

forma gradual; estos efectos hacen que las personas honestas empiecen a

buscar cómo realizar actos deshonestos o corruptos, no llegando a realzar

actividades económicas de crecimiento.

La corrupción en la Riqueza de las Naciones de Adam Smith, el estudio de la

corrupción por parte de la economía, como probablemente por parte de otras

disciplinas de conocimiento es un fenómeno reciente y sólo a partir de los

años 80 podemos afirmar que este tema de estudio ha sido objeto de un

esfuerzo colectivo y sistemático de investigación por parte, al menos, de la

corriente principal de la teoría económica.

La corrupción trae en crecimiento de la pobreza urbana y rural cuentan con

pocos medios para acceder a los beneficios del soborno y la corrupción. En

general, donde prevalece la corrupción se puede esperar que los pobres

cuenten con servicios sociales de menor calidad; que la inversión en

infraestructura se sesgue en contra de proyectos que los beneficien; que

enfrenten impuestos más altos o menores servicios; que se vean

desfavorecidos en la venta de sus productos agrícolas, y se limite su

capacidad empresarial (Rose-Ackerman, 1997 y Wei, 1998).

Page 23: La sociedad civil y su aporte a la lucha  contra la corrupción

23

En América Latina ha crecido la preocupación por la corrupción y, de manera

especial, por encontrar fórmulas institucionales que permitan combatirla. La

corrupción ha sido considerada como un importante obstáculo al desarrollo

económico, un impedimento para la erradicación de la pobreza y el principal

motivo de pérdida de legitimidad gubernamental, por tanto, una amenaza para

la democracia. Dentro de las políticas públicas que se han planteado en la

región para el control de la corrupción, la participación de los ciudadanos se

ha convertido en un elemento indispensable, el cual, en términos generales,

se encuentra inserto dentro de una lógica de acción pública que en años

recientes asumió la denominación de gobernanza esto es, la necesidad de

comprender el gobierno como un proceso y no como un sujeto directivo, lo

cual implica una multiplicidad de actores y de centros de decisión difusos. En

este sentido, en el texto se plantean las formas en que los ciudadanos pueden

participar en las políticas públicas que buscan luchar contra la corrupción bajo

la perspectiva de la nueva gestión pública y la nueva gobernanza democrática.

En nuestro sector el Perú no está fuera de este fenómeno que viene

carcomiendo la institucionalidad democrática, cada día que pasa nos

enteramos de que uno de los funcionarios públicos está inmerso en actos de

corrupción, actos que van en desmedro de los buenos principios de la moral y

la ética; razón por la que la sociedad organizada viene exigiendo al Estado

para que adopte políticas contra la corrupción que sean infranqueables, en

espera de resultados favorables.

A pesar del gran interés que despierta su estudio en la actualidad, la

corrupción no es un fenómeno reciente. Tanzi (1998), En opinión de algunos

autores, su origen histórico puede ser incluso simultáneo al del propio estado y

al de las burocracias estatales21. Si la corrupción no es un fenómeno reciente y

el interés por su estudio sí lo él, vale pena detenernos brevemente en

entender cuáles son los motivos importantes que explican el manifiesto interés

que ha despertado el estudio de la corrupción recientemente.

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24

Fuente: Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) Julio-2013, del Instituto

Nacional de Estadística e Informática (INEI).

La corrupción es percibida por los peruanos y peruanas como uno de los

problemas más serios de su vida cotidiana, de acuerdo con la Encuesta

Nacional de Hogares (ENAHO) de julio 2013 del Instituto Nacional de

Estadística e Informática (INEI). Los resultados lo dicen: que la población

considera que el principal problema del país es la delincuencia (45,2%), seguido

por la pobreza (36,0%) y la corrupción (31.5%) (Cuadro 1).

21 Según Tanzi (1998), hace dos mil años un primer ministro del Reino de la

India escribió el Arthashastra que puede considerarse el primer tratado sobre

corrupción. En la Divina Comedia, hace siete siglos, Dante asignaba a los

sobornadores un lugar destacado en el infierno y la Constitución de los Estados

Unidos equiparaba el soborno a la traición, cuando los considera a ambos como

posibles causas de la destitución del Presidente. Véase Noonan (1984) para

una historia de la corrupción.

Page 25: La sociedad civil y su aporte a la lucha  contra la corrupción

25

Fuente: Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) Julio-2013, del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Pero además, de acuerdo a la información desagregada recogida al interior del

país (cuadro 2), los hogares encuestados de Tacna, Tumbes, Madre de Dios y

Lima Metropolitana, tienen la percepción de corrupción más alta. Distinto es el

caso de Huancavelica, Loreto y Huánuco donde la población no percibe la

corrupción como uno de los principales problemas del país.

Fuente Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) Julio-2013, del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

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26

De otro lado, ante la pregunta respecto a si en los últimos 12 meses un

miembro de su hogar se sintió obligado o dio voluntariamente una coima a un

funcionario del Estado (cuadro 3), se aprecia una ligera reducción en el

universo de encuestados que respondieron afirmativamente. En efecto, el

porcentaje de personas que se sintieron obligadas a pagar una coima en mayo

de 2012 fue de 3,6%, mientras que en mayo del 2013 fue de 2,1%.

5. Conclusiones y/o resultado

La propuesta del "gerente público" constituye un avance para el beneficio

colectivo para toda la sociedad, debemos concluir que simultáneamente

maximiza el potencial electoral de la coalición de gobierno a un costo menor

que las políticas clientelistas tradicionales. Para la oposición aparece como más

conveniente la introducción de una reforma más amplia que introduzca un

nuevo sistema de servicio civil, que no sólo considere la figura del "gerente

público", sino que además introduzca nuevos mecanismos de reclutamiento

basados en concursos públicos transparentes para todos los niveles de la

administración.

Las posibilidades de relaciones sinérgicas entre Estado-sociedad en las

políticas públicas, en general, y en las políticas anticorrupción, en particular,

encuentran su razón de ser en el enfoque de gobernanza, que sitúa la política

en términos de deliberación ciudadana, con la salvedad de que la base

argumental que aquí se propone no elimina a priori las posibilidades de

articulación institucionalizada de los actores públicos y sociales, ni niega las

opciones participativas que son ofrecidas por el Estado como alternativas

viables de interacción.

La participación y la «voz» de la sociedad son vitales para mejorar la

transparencia, ofrecer los necesarios frenos y contrapesos y aminorar la

captación del Estado por los intereses de las clases selectas. No basta con

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27

tratar de poner políticas económicas básicas “en papel”, si no se reconocen las

fuerzas de la economía política en juego. Se espera que dé resultados un

enfoque concertado que combine el entendimiento práctico riguroso de las

dificultades del buen gobierno en un país y la participación de todos los

sectores interesados.

De acuerdo con las ideas expuestas, la corrupción no es más que un arreglo

institucional para asignar los recursos de la economía, que sirve para la

creación y la captura de rentas en detrimento de la eficiencia económica, del

crecimiento y que aumenta la desigualdad. Los incentivos presentes en ese

arreglo institucional no sólo permiten explicar que las personas opten a

comportamientos corruptos, perfectamente racionales en sentido económico

estricto, sino también para mantener, adaptar y mejorar la “eficacia técnica” del

sistema de corrupción.

Page 28: La sociedad civil y su aporte a la lucha  contra la corrupción

28

Referencias Bibliográficas

01. Véase Robert H. Wiebe, The Search for Order: 1877-1920 (New York: Hill

and Wang, 1967), especialmente pp. 11-43 y. p. 32; James C. Scott,

"Corruption, Machine Politics, and Political Change," American Political

Science Review 43 (December 1969), pp. y Michael Johnston, "Patrons and

Clients, Jobs and Machines: A Case Study of the Uses of Patronage,"

American Political Science Review 73 (June 1979), pp. 385-98.

02. Véase Robert H. Wiebe, The Search for Order: 1877-1920, pp. 60-61 y

James Weinstein, The Corporate Ideal in the Liberal State: 1900-1918

(Boston: Beacon Press, 1968), pp. 92-116 para una interesante discusión

sobre la evolución de las ideas del movimiento empresarial y su influencia en

la adopción de formas de gobiernos por comisión en el ámbito urbano.

03. Véase U.S. Congress, "The Pendleton Act"; Paul P. Van Riper,

"Americanizing a Foreign Invention: The Pendleton Act of 1883" y Frank J.

Goodnow, "Merit System and Politics", reproducidos en Frank J. Thompson,

ed.,Classics of Public Personnel Policy (Oak Parks, Il.: Moore Publishing

Company, 1979), pp. 4-21.

04. Testimonio de Alan K. Campbell, chairman, U. S. Civil Service Commission,

ante el House Committee on Post Office and Civil Service de la Cámara de

Representantes (Marzo 14, 1978), en Frank J. Thompson, ed., Classics of

Public Personnel Policy, pp. 79-80.

05. Véase Hugh Heclo, A Government of Strangers: Executives Politics in

Washington (Washington: The Brookings Institution, 1977); Harold Seidman,

Politics, Position and Power: The Dynamics of Federal Organization (New

York: Oxford University Press, 1970); Francis E. Rourke, Bureaucracy,

Politics, and Public Policy (Boston: Little, Brown and Co., 1976).

06. PODSCORB es el acrónimo que encierra las tareas fundamentales

propuestas para la reforma del ejecutivo norteamericano por el Brownlow

Committee en 1937 y que están contenidas en Luther Gulick y Lyndall

Page 29: La sociedad civil y su aporte a la lucha  contra la corrupción

29

Urwick, eds., Papers on the Science of Administration (New York: Institute of

Public Administration, 1937). Su texto corresponde a la letra inicial de las

funciones estratégicas que debe implementar el ejecutivo: "planning,

organizing, staffing, directing, coordinating, reporting and budgeting". Ver Jay

M. Shafritz y Albert C. Hyde, eds., Classics of Public Administration (Oak

Park, Illinois: Moore Publishing, 1978), pp. 38-47.

07. Véase G. Calvin Mackenzie, "The Paradox of Presidential Management" en

Hugh Heclo y Lester M. Salomon (eds.), The Illusion of Presidential

Government (Boulder, Co.: Westview Press, 1981), pp. 113-145.

08. Véase R. L. Cole and B. A. Caputo, "Presidential Control of the Senior Civil

Service: Assessing the Strategies of the Nixon Years," American Political

Science Review 73 (1979), pp. 399-413; R. Randall, "Presidential Power

versus bureaucratic Intransigence: the Influence of the Nixon Administration

on Welfare Policy," American Political Science Review 73 (1979), pp. 795-

810 y Executive Session Hearings before the Select Committee on

Presidential Campaign Activities of the United States Senate, Watergate and

Related Activities, Book 19 (Washington, D. C.: Government Printing Office,

1974), en Frank J. Thompson, ed., Classics of Public Personnel Policy, pp.

159-187.

09. Hugh Heclo, A Government of Strangers, p. 28-9.

10. Entre la extensa literatura que discute la lógica y diseño del SES se puede

citar a B. Buchanan, "The Senior Executive Service: How We Can Tell If it

Works? Public Administration Review (May-June 1981); N. Lynn and R.

Vaden, "Bureaucratic Response to Civil Service Reform," Public

Administration Review 39 (1979), pp. 333-342; B. Rosen, "Merit and the

President's Plan for Changing the Civil Service System," Public

Administration Review 38 29 (1978), pp. 301-304; F. Thayer, "The President's

Management Reforms: Theory "X" Triumphant, "Public administration Review

38 (1978), pp. 309-314.

Page 30: La sociedad civil y su aporte a la lucha  contra la corrupción

30

11. James W. Fesler, Public Administration: Theory and Practice (1980), pp. 125-

159.

12. Véase Steven D. Stehr, "Top Bureaucrats and the Distribution of Influence in

Reagan's Executive Branch," Public Administration Review 57

(January/February 1997), pp. 75-81.

13. Patricia Wilson, "Power, Politics, and Other Reasons Why Senior Executives

Leave the Federal Government", Public Administration Review 54

(January/February 1994), pp. 12-19. 45 Véase J. L. Pearce and J. L. Perry,

"Federal Merit Pay: A Longitudinal Analysis," Public Administration Review

43(1983), pp. 315-325 and J. L. Pearce, W. B. Stevenson, and J. L. Perry,

"Managerial Compensation Based on Organizational Performance: A Time

Series Analysis of the Effects of Merit Pay," Academy of Management Review

28 (1985), pp. 261-278.

14. Véase James G. March and Johan P. Olson, "Organizing Political Life: What

Administrative Reorganization Tells Us about Government," American

Political Science Review 77 (June 1983), pp. 281-96.

15. Michael Johnston, "Conflicto histórico y ascenso de las normas", en Larry

Diamond y Marc F. Plattner, El resurgimiento global de la democracia

(México: UNAM, 1996), pp. 197-98.

16. David L Dillman, "The Politics of Administrative Reform: Public Bureaucracies

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Farazmand, ed., Handbook of Comparative and Development Public

Administration (New York: Marcel Dekker, 1991).

17. Véase Ferrel Heady, Public Administration: A Comparative Perspective ( New

York : Marcel Dekker, 1979), pp.198-212 y James B. Christoph, "High Civil

Servants and the Politics of Consensualism in Great Britain," en Mattei

Dogan, ed., The Mandarins of Western Europe: The Political Role of Top Civil

Servants (Beverly Hills: Sage Publications, 1975).

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31

18. David L Dillman, "The Politics of Administrative Reform: Public Bureaucracies

as Agents of Change in Great Britain and the United States," pp. 546-7.

19. Véase Vernon Bogdanor, "Ministers, Civil Servants and the Constitution,"

Government and Opposition 29 nº 5 (1994), pp.676-695 y Oliver James,

"Explaining the Next Steps in the Department of Social Security: the Bureau

shaping Model of Central State Reorganization," Political Studies 43 (1995),

pp. 614-629.

20. Véase Vernon Bogdanor, "Ministers, Civil Servants and the Constitution,".

21. Tanzi, V. (1998) Corruption and the Budget: Problems and Solutions. En:

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22. Rose-Ackerman, S. (1997). “The Political Economy of Corruption”, en K. Elliot

(Ed.), Corruption and the Global Economy. Institute for International

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23. Wei, S. J. (1997). “How Taxing is Corruption on International Investors?”.

NBER Documento de trabajo N° 6030.

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Ciudad de México, 5-40.

28. Folleto del Fondo editorial de IEP, Instituto de Estudios Peruanos, Lima Perú,

2013, con motivo de lanzamiento de "Historia de la corrupción en el Perú"