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26 EDICIÓN EXTRAORDINARIA ERMINABA la Guerra Grande. La gloriosa Protesta de Bara- guÆ salvó a esta contienda de un final bochornoso en el Zanjón. En todo caso, esos casi 10 aæos de heroica lucha, gracias a Antonio Maceo y a los valientes que lo acom- paæaron, culminaban con la misma gloria con que se habían iniciado en la Demajagua. Finalizaba la guerra, pero conti- nuaba la Revolución. Aœn los campos olían a pólvora, y ya estaban los cubanos empeæados en un nuevo in- tento independentista: el mayor general Calixto García organizaba, desde Nueva York, la que despuØs se conocería como la Guerra Chiquita. En la Isla tiene el concurso de otros revolucionarios, quienes, como Jo- sØ Martí en La Habana, se encar- gan de coordinar las acciones del levantamiento. En Jamaica estaba Maceo, tambiØn dispuesto como siempre a volver a la manigua. En agosto de 1879, Calixto viajó a la entonces colonia inglesa y se entrevistó el día 5, con el TitÆn de Bronce; intercam- biaron criterios sobre las formas mÆs œtiles de hacer la nueva contienda y, sobre todo, de coordinar las acciones, dado que los grupos revolucionarios de Oriente solo se comunicaban con Maceo. Allí tambiØn se acordó que este se in- corporaría a la insurrección como segundo jefe y formaría parte de la primera expedición. La Guerra Chiquita Los espaæoles desataron una feroz campaæa difamatoria contra los revolucionarios; entre otras men- tiras divulgaron que se trataba de una conspiración de los negros, con el objetivo de fundar una Repœblica en la que los blancos quedarían preteridos. El 24 de agosto de 1879, con el alzamiento de Belisario Grave de Peralta en Holguín, se iniciaron las acciones de la luego llamada Guerra Chiquita. Dos días despuØs comen- zaron los enfrentamientos en San- tiago de Cuba. Allí, Quintín Ban- dera, Guillermón Moncada, JosØ Maceo y otros patriotas se fueron al monte, despuØs de provocar un intenso tiroteo dentro de la ciudad. El 9 de noviembre se produjeron alzamientos en varias regiones de Las Villas, conducidos por los jefes Francisco Carrillo, Serafín SÆnchez y Emilio Nœæez, entre otros. La llegada de Maceo a Cuba, sin embargo, fue pospuesta por Calixto García, pensando que de esa forma contrarrestaría la campaæa racista de desinformación organizada por los espaæoles. Craso error: la ausencia del TitÆn en el territorio orien- tal desestimuló el alistamiento de muchos luchadores de aquella provincia. Otros, ya incorporados, abandonaron las filas. El brigadier Gregorio Benítez quien al igual que Pío Rosado, venía intrigando contra el general Antonio, ante Calixto fue nombrado, por el general holguine- ro como jefe de Oriente, pero no tenía la mÆs mínima influencia ni pres- tigio en la región. En fin, la campa- æa mediÆtica espaæola cumplió sus objetivos. Por MANUEL FERN`NDEZ CARCASSÉS* Etapa tambiØn llamada por Martí, del reposo turbulento, representó la continuidad de los intentos por la independencia Apenas a 18 meses de la Protesta de BaraguÆ, ya se estaba combatiendo nuevamente en los campos de Cuba por la independencia. T Autor no identificado La Revolución en la Tregua Fecunda: 1879-1895 La Revolución en la Tregua Fecunda: 1879-1895

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26 EDICIÓN EXTRAORDINARIA

ERMINABA la Guerra Grande.La gloriosa Protesta de Bara-guá salvó a esta contienda de

un final bochornoso en el Zanjón.En todo caso, esos casi 10 años deheroica lucha, gracias a AntonioMaceo y a los valientes que lo acom-pañaron, culminaban con la mismagloria con que se habían iniciadoen la Demajagua.

Finalizaba la guerra, pero conti-nuaba la Revolución. Aún los camposolían a pólvora, y ya estaban loscubanos empeñados en un nuevo in-tento independentista: el mayorgeneral Calixto García organizaba,desde Nueva York, la que después seconocería como la Guerra Chiquita.

En la Isla tiene el concurso de otrosrevolucionarios, quienes, como Jo-sé Martí en La Habana, se encar-gan de coordinar las acciones dellevantamiento.

En Jamaica estaba Maceo,también dispuesto �como siempre�a volver a la manigua. En agosto de1879, Calixto viajó a la entoncescolonia inglesa y se entrevistó el día5, con el Titán de Bronce; intercam-biaron criterios sobre las formasmás útiles de hacer la nuevacontienda y, sobre todo, de coordinarlas acciones, dado que los gruposrevolucionarios de Oriente solose comunicaban con Maceo. Allítambién se acordó que este se in-

corporaría a la insurrección comosegundo jefe y formaría parte de laprimera expedición.

La Guerra Chiquita

Los españoles desataron una ferozcampaña difamatoria contra losrevolucionarios; entre otras men-tiras divulgaron que se trataba deuna conspiración de los negros, conel objetivo de fundar una Repúblicaen la que los blancos quedaríanpreteridos.

El 24 de agosto de 1879, con elalzamiento de Belisario Grave dePeralta en Holguín, se iniciaron lasacciones de la luego llamada GuerraChiquita. Dos días después comen-zaron los enfrentamientos en San-tiago de Cuba. Allí, Quintín Ban-dera, Guillermón Moncada, JoséMaceo y otros patriotas se fueron almonte, después de provocar unintenso tiroteo dentro de la ciudad.El 9 de noviembre se produjeronalzamientos en varias regiones deLas Villas, conducidos por los jefesFrancisco Carrillo, Serafín Sánchezy Emilio Núñez, entre otros.

La llegada de Maceo a Cuba, sinembargo, fue pospuesta por CalixtoGarcía, pensando que de esa formacontrarrestaría la campaña racistade desinformación organizada por losespañoles. Craso error: la ausenciadel Titán en el territorio orien-tal desestimuló el alistamiento demuchos luchadores de aquellaprovincia. Otros, ya incorporados,abandonaron las filas. El brigadierGregorio Benítez �quien al igual quePío Rosado, venía intrigando contrael general Antonio, ante Calixto� fuenombrado, por el general holguine-ro como jefe de Oriente, pero no teníala más mínima influencia ni pres-tigio en la región. En fin, la campa-ña mediática española cumplió susobjetivos.

Por MANUEL FERNÁNDEZ CARCASSÉS*

Etapa también llamada por Martí, del �reposo turbulento�, representóla continuidad de los intentos por la independencia

Apenas a 18 mesesde la Protesta

de Baraguá, yase estaba

combatiendonuevamente

en los camposde Cuba por

la independencia.

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La Revolución en la TreguaFecunda: 1879-1895La Revolución en la TreguaFecunda: 1879-1895

27OCTUBRE DE 2018/Año 110

El propio Calixto García tuvomuchos contratiempos para logrardesembarcar en Cuba, y cuando alfin arribó a las costas surorientales(7 de mayo de 1880) encontró que yalas condiciones no eran favorablespara una guerra. Luego de una breveresistencia y con la salud deterio-rada, capituló el 3 de agosto de 1880 yfue deportado a España.

Un proyectoinsurreccional fallido

Máximo Gómez y Antonio Maceo, en1884, se pusieron a la cabeza de otroesfuerzo revolucionario, conocidocomo el Plan Gómez-Maceo o Plande San Pedro Sula, en referencia allugar de Honduras donde fue pro-mulgado. Casi unánimemente losemigrados cubanos acataron y abra-zaron la jefatura del Generalísimo.

José Martí estaba entre los quecon más entusiasmo participaron,hasta que creyó observar ciertoestilo de mando unipersonal. Enton-ces se separó del proyecto, el cual noalcanzó sus objetivos, por problemasfinancieros que impidieron adquirirel armamento y demás pertrechos.

Cubanos acaudalados y gobiernoscentroamericanos que habían pro-metido cooperar, al final se re-tractaron. Por otro lado, el dictadormexicano Porfirio Díaz, en franca yreaccionaria postura proespaño-la, apresó en Isla Mujeres a unaexpedición al mando de ÁngelMaestre.

Según el historiador José Abreu,se presentaron otros inconvenien-tes: �un incendio en Cayo Hueso queafectó una de las bases de apoyo;cambios de Gobierno en RepúblicaDominicana que hicieron disminuirel sostén a Gómez, incluso la pérdidade una parte de las armas, ya que elCapitán del barco que debía de con-ducirlas a Panamá para la prepa-ración de la expedición las arrojó alagua ante la persecución de barcosespañoles�.

José Luciano Franco señala elsabotaje que Estados Unidos, �cuyosintereses financieros y comerciales

eran cada día más importantes en lavecina isla�, realizó contra los intentoslibertarios de los cubanos, debido alcual desaparecían �los armamentosadquiridos con el sudor de los trabaja-dores� o circulaban �rumores o noti-cias [que] sirvieran para dividir o sabo-tear los trabajos revolucionarios�.

En resumen, otro fracaso seeslabonó en la cadena de esfuerzospor la independencia. No sería elúltimo.

Un reposo turbulento

En 1884, simultáneamente con el PlanGómez-Maceo, Ramón Leocadio

El 26 de agosto, Quintín Bandera, Guillermón Moncada, José Maceo y otros patriotas se fueron al monte, después de provocarun intenso tiroteo dentro de Santiago de Cuba.

Calixto García se comprometió a que Maceo vendría a la guerra como parte de la primeraexpedición. Pero luego pospuso la incorporación del Titán a la manigua.

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28 EDICIÓN EXTRAORDINARIA

Bonachea había preparado una ex-pedición que desembarcó en Cuba,pero fue apresado y fusilado a iniciosde 1885, en Santiago de Cuba.

Bonachea había sido uno de losúltimos en abandonar el campo debatalla al finalizar la Guerra de losDiez Años, y antes de deponer lasarmas, sin aceptar ningún acuerdocon los peninsulares, redactó la virilProtesta de Jarao, el 15 de abril de1879 �después de 14 meses de heroicaresistencia�; en esta dejaba claro�que de ninguna manera ha ca-pitulado con el Gobierno español nicon sus autoridades ni agentes, ni seha acogido al convenio celebrado enel Zanjón, ni con este se halla con-forme bajo ningún concepto�.

El general Juan F. Fernández Ruz,desde Estados Unidos, intentó or-ganizar en 1887 una nueva expe-dición, pero no contó con apoyo entrela emigración cubana.

Es de destacar que todos esosmovimientos se realizaron enfren-tando no solo a las fuerzas colo-nialistas españolas, sino también ala burguesía de la Isla, atrincheradaen el Partido Autonomista �lega-lizado, en hábil jugada, por España�y enemiga de una contienda quepusiera en peligro el avance que el

desarrollo capitalista estaba experi-mentando, a la sazón, en Cuba, trasel cese de la Guerra Grande. Tal pro-greso tuvo momentos importantes,como la abolición de la esclavitud en1886 y el proceso de concentraciónde la producción, en especial la azu-carera y la tabacalera.

La venta del grueso de los pro-ductos cubanos a Estados Unidos yel incremento de las empresasyanquis en la Isla �indicadoresindiscutibles de dependencia eco-nómica hacia el Norte� son factoresque refuerzan la política norteame-ricana contraria a la independenciade Cuba.

La Paz de Manganeso

Frente a la explotación capitalista yal estatus colonial, se fue forta-leciendo, en el período interguerras,el movimiento obrero cubano, enton-ces con predominio de las tenden-cias anarquistas. Sin embargo, lasideas y las acciones independentis-tas seguían predominando en elpanorama revolucionario.

Con el propósito de alentar unnuevo levantamiento, Antonio Ma-ceo viajó a Cuba en 1890. Llegó a LaHabana el 5 de febrero y enseguidaestableció contactos con Julio yManuel Sanguily, José María Ro-dríguez (Mayía), Juan GualbertoGómez y otros patriotas. Pero elrecién nombrado Capitán Gene-ral de la Isla, Camilo Polavieja,tenía la firme intención de expulsaral Titán.

Maceo decidió trasladarse aSantiago de Cuba. Tratando de ganartiempo, se reunió en aquella ciudadcon líderes de todo Oriente, tantoveteranos del 68 (Guillermón, Quin-tín, Garzón, Flor Crombet, Ruenes,

Máximo Gómez y Antonio Maceo en 1884 se ponen a la cabeza de otro esfuerzo revolucionario,conocido como el Plan Gómez-Maceo o Plan de San Pedro Sula.

Área del municipio de Niquero, actual provincia de Granma, por donde arribó el general mambíRamón Leocadio Bonachea.

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29OCTUBRE DE 2018/Año 110

Rabí, etcétera), como representan-tes de la nueva hornada, casi todosintelectuales (Bravo Correoso, Pé-rez Carbó, Mariano Corona, MarianoSánchez, Emilio Bacardí, MiróArgenter, Lino D�Ou, Rafael Por-tuondo Tamayo, Desiderio FajardoOrtiz, Ambrosio Grillo y Miguel Ba-lanzó, entre otros), cuyos ímpetus ysentimientos revolucionarios alabóel general, como mismo había hecho,durante su estancia en la capital, alreferirse a los jóvenes de la haba-nera Acera del Louvre.

Finalmente, Maceo fue expulsadode Cuba por las autoridades espa-ñolas el 30 de agosto, lo que significóel fracaso de otro intento, conocidocomo La Paz del Manganeso.

Es cierto que el proyectado levan-tamiento de 1890 se centró dema-siado en una figura, la de AntonioMaceo, razón por la cual su expulsiónsignificó la paralización de los pla-nes. Pero revitalizó el sentimientoindependentista dentro de la Isla, yfortaleció la visión de Maceo comouna figura nacional, desbordada delos estrechos límites regionales que,a otros patriotas, les obnubiló el pen-samiento y la acción.

También le faltó a este intento lacoordinación precisa para recibirapoyo del exterior, pues como dijoEnrique Trujillo: �En Nueva York nose hizo nada práctico cuando laagitación de Maceo en Cuba. Esverdad que aquello fue una sorpresapara los emigrados�.

Indispensable fuerzacohesionadora

A la vista de estos �y otros� ejem-plos, no caben dudas de que el perío-do 1878-1895 fue de �Tregua Fecun-da�, como lo definiera el Apóstol,quien entendió también que lasfuerzas revolucionarias no podíancontinuar actuando de maneraaislada, huérfanas de una direcciónúnica �democráticamente elegida�y carentes de un plan orgánicamen-te concebido para que confluyeran,

Antonio Maceo viajó a Cuba en 1890,con el propósito de alentar un nuevolevantamiento.

cual concierto de brazos y corazo-nes, todas las voluntades.

La fundación, por Martí, del Par-tido Revolucionario Cubano (PRC),en 1892, es la materialización de esaindispensable fuerza cohesionado-ra, llamada no solo a preparar, conel concurso de todos los indepen-dentistas, la guerra que libertaríaa Cuba y apoyaría la redenciónnacional de Puerto Rico, sino quedebía, después del estallido de lainsurrección, dirigirla.

Poco a poco, se unieron al PRClos líderes revolucionarios y sus se-guidores. Aun así, continuaron algu-nos intentos insurreccionales sinnexo con este partido. Los hermanosRicardo, Miguel y Manuel Sartorio,el 11 de abril de 1893 dirigieron un le-vantamiento en Purnio, actual pro-vincia de Holguín, que se extendiósin trascendencia alguna hasta el 2de mayo. Similares pronunciamien-tos ocurrieron ese mismo año en laregión de Cienfuegos, en Cruces yLajas, igualmente improcedentes,por el desaliento y desgaste que pro-vocaban sus fracasos.

En lo sucesivo, el PRC y en espe-cial Martí, se encargarían de dotara la Revolución de las estructurasque viabilizaran el inicio de unaguerra capaz de desembocar en laindependencia de Cuba. También seintentaría armar a la vanguardiarevolucionaria con una ideologíaantimperialista que debía direccio-nar todos los esfuerzos a �evitar,con la independencia de Cuba, quese extiendan por las Antillas los Es-tados Unidos, y caigan con esafuerza más sobre los pueblos deAmérica�.

Cuando el 24 de febrero de 1895sonaban los primeros disparos de lanueva contienda, quedaban atrás los�años de reposo turbulento�, testigosde la continuidad de los intentosrevolucionarios cubanos por la inde-pendencia, no por fracasados menosheroicos; marco temporal de otrastantas hombradas de un pueblodecidido a no claudicar nunca; y pe-ríodo en el que se agiganta el geniode Martí para, puesto al frente de laRevolución, indicarle el caminocorrecto.

El PRC y en especial Martí, con el apoyo de los emigrados de Tampa y de otras ciudades,se encargaron de viabilizar el inicio de una guerra que desembocara en la independencia.

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*Profesor del Departamento de Historiade la Universidad de Oriente.