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Charles F. Stanley - Ministerios En Contacto La perseverancia en medio de las pruebas

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Charles F. Stanley - Ministerios En Contacto

La perseverancia en medio de las pruebas

T i e m p o s d e o r a c i ó n

Para cada cosa,un momento,

y en cada cosa,oración.

e n c o n t a c t o . o r g / o r e

01

E N L A E N C R U C I J A D ATodos tenemos algo seguro en la vida: problemas. Pueden llegar

poco a poco o aparecer de la nada cuando menos lo esperamos.

Aunque de cualquier manera, causan dolor y angustia cuando

llegan. Así que tenemos que tomar decisiones difíciles, a menudo

sin disponer de todas las respuestas a nuestras preguntas. El

desaliento, el miedo y lo desconocido tocan a la puerta, queriendo

entrar y quedarse por un tiempo, pero debemos impedirlo.

Cualesquiera que sean las difi cultades, debemos decidir si avanzar

hacia Dios, o alejarnos de Él. No podemos quedarnos parados. No

hay ninguna opción neutral. La adversidad hace que nuestro cami-

no se separe en dos, de manera que caminamos con Dios o sin Él.

Ahora bien, quedarse con Dios no tiene que verse bonito. Puede que

implique expresarle por un momento nuestra ira y frustración; o

llorar, suplicar e intentar debatir. O bien, es posible que no tengamos

palabras que decir. Pero nos quedamos con Él. Reconocemos que el

Señor da y quita, que sigue siendo el Señor por encima de todo, y si

alguien puede resolver la situación, ese es Él.

Pero alejarnos de Dios es negarnos a darle al Señor lo que

legítimamente le pertenece. Es dejar de reconocer quien es Él en

verdad, lo cual solo agrega más penurias y dolor, porque caminamos

solos, sin esperanza, sin Aquel que puede manejar el desafío que

tenemos ante nosotros. Y no hay nadie más que pueda sacar algo

bueno de una mala situación.

Las mayores pruebas en la vida pueden fortalecernos o destruirnos.

Es imperativo que tomemos la decisión correcta. Por eso hemos

elaborado este folleto repleto de las enseñanzas del Dr. Stanley

acerca de la adversidad. Oramos para que este material le ayude a

perseverar en las pruebas y le anime a confi ar en su Padre celestial

en los momentos de sufrimiento.

De sus amigos de

Ministerios En Contacto

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

(RO 8.38, 39)

Siete características de la adversidad1. LA ADVERSIDAD ES UNIVERSAL. Está en todas partes y puede afectar cualquier aspecto de nuestra vida.

2. IMPARCIAL. Debido a que vivimos en un mundo caído, los problemas nos abaten a todos, incluso a los creyentes.

3. LA ADVERSIDAD ES DOLOROSA. El dolor puede ser físico, emocional o interpersonal, pero cualquiera que sea, duele.

4. A VECES, LA ADVERSIDAD LLEGA DE REPENTE. Todo en la vida pudiera estar yendo bien, cuando un accidente o un informe médico desfavorable nos deja devastados de manera inesperada.

5. LOS TIEMPOS DE ADVERSIDAD PUEDEN PROLONGARSE. Algunas veces el dolor emocional o físico continúa por años.

6. PUEDE SER INTENSO. Podemos llegar a sentir tanto dolor que incluso quienes intentan consolarnos puedan sentirlo.

7. LA ADVERSIDAD ESTÁ A MENUDO FUERA DE NUESTRO CONTROL. Es posible que nos sintamos indefensos y no tengamos respuesta en cuanto al porqué Dios permite que pasemos por cierta prueba.

U N A M I R A D A p r o f u n d a A L A A D V E R S I D A DEl mundo está lleno de adversidad. En todas partes hay desastres, tragedias, trauma, miseria y sufrimiento.

Pero, ¿qué sucede cuando nuestra visión de la adversidad se vuelve personal? ¿Cómo quiere el Señor que

reaccionemos frente a las pruebas? ¿Qué trata de enseñarnos a través de los problemas?

En 2 Corintios 11.23-28, el apóstol Pablo describió las diversas formas de adversidad que experimentó en su

servicio a Cristo: encarcelamientos, palizas, naufragios, desnudez, hambre, sed y otros peligros. ¿Por qué

permitiría el Señor que el apóstol Pablo, quien llevó el evangelio de Cristo al mundo romano, sufriera y, al

final, fuera asesinado?

No toda adversidad es mala. Desde un punto de vista humano, el sufrimiento del apóstol puede parecer injusto, pero Dios usó las penurias

y el dolor de Pablo para cumplir su divina voluntad. Durante su encarcelamiento en Roma, Pablo escribió

cartas a los cristianos de Efeso, Filipos y Colosas. Su mensaje a los filipenses estaba lleno de alegría porque él

entendió que, por medio de la adversidad, Dios cumple sus planes y trabaja para nuestro bien.

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e n c o n t a c t o . o r g / o r e

L A S P R E G U N T A S Q U E N O S H A C E M O S¿Por qué? Incluso Cristo hizo esta pregunta cuando estaba colgando en la

cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mt 27.46). El Señor

tiene compasión de nuestro dolor y entiende nuestra confusión y visión limi-

tada, pero también sabe lo que intenta lograr a través de nuestra adversidad

porque ve el futuro. Algunas veces Él nos revela su propósito, pero a menudo

no lo entenderemos hasta que estemos en el cielo. Sin embargo, mientras tanto,

podemos optar por confi ar en el Señor, incluso en la adversidad, al saber que Él

siempre actúa para nuestro benefi cio.

¿Quién? Por lo general, queremos saber la fuente de nuestro problema o

dolor, y hay cinco posibilidades:

• A MENUDO EL “QUIÉN” SOY YO. Dios ha establecido el principio de

la siembra y la cosecha. Si pecamos contra el Señor u otros, la adversidad

puede ser la consecuencia de nuestras acciones. Las decisiones del

pasado nos traen a donde nos encontramos en el presente.

• OTRAS PERSONAS. Algunas veces las luchas que enfrentamos pueden

ser consecuencias directas o indirectas de los pecados de otras personas.

• UN MUNDO CAÍDO. A veces, no es tanto un “quién” sino un “qué” el

causante de nuestros problemas. Toda la tierra está contaminada con los

efectos del pecado, y la naturaleza puede ser salvaje.

• SATANÁS. Él odia a la gente de Dios. El libro de Job nos dice que el diablo

podría estar causando nuestra angustia.

• DIOS. El Señor es soberano y todo lo que llega a nuestra vida proviene

de sus manos. Por eso es importante recordar cuánto nos ama. Incluso si

permite que suframos, podemos estar seguros de que Él tendrá una forma

de redimir la situación. Cuando el apóstol Pablo entendió que su “aguijón

en la carne” estaba diseñado para mantenerlo humilde y dependiente de

Cristo, pudo decir: “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis

debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (2 Co 12.9).

03

Cuando la adversidad nos deja confundidos, a menudo nos hacemos dos preguntas:

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C Ó M O V E R L A S P R U E B A S D E L A V I D AAunque nuestro dolor y problema puedan parecernos inútiles, Dios tiene un propósito divino para todo lo que

permite en nuestra vida. Debido a que Él es absolutamente omnipotente, podría detener cualquier dificultad

en nuestro camino, pero si no lo hace, podemos tener la certeza de que quiere sacar algo bueno de nuestro

sufrimiento y redimir nuestras dolorosas experiencias. Sin embargo, por lo general no entendemos lo que Él

está planeando. Desde nuestro punto de vista, no tiene sentido, y el dolor que experimentamos nos impulsa a

desear alivio. Pero para crecer espiritualmente en medio de las pruebas, debemos responder como el Señor

desea. Dios ha prometido enseñarnos el camino que debemos seguir (Sal 32.8). Por tanto, debemos:

• VER LA ADVERSIDAD COMO PROVENIENTE DE DIOS. Nuestra primera respuesta debe ser

leer la Palabra de Dios para ver nuestra situación desde su perspectiva. Según Romanos 8.28, “a los que

aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

Si Dios permite el sufrimiento, puede sacar algo bueno de él.

• PEDIRLE AL SEÑOR QUE REVELE SUS PLANES PARA REDIMIR LA ADVERSIDAD. Las

situaciones dolorosas son arbitrarias. Podemos recoger verdades preciosas de nuestro sufrimiento.

• RENDIRNOS A LA VOLUNTAD DE DIOS. Incluso si no comprendemos por completo el porqué

estamos sufriendo, debemos permanecer fieles al Señor, sabiendo que Él solo permite lo mejor en la

vida de sus hijos.

• DESCANSAR CON CONFIANZA EN LA FIDELIDAD DE DIOS. El Señor siempre hace lo que

prometió y es digno de confianza en cada situación. Incluso en nuestro dolor, podemos descansar en su

fidelidad para llevarnos a través de nuestra adversidad de una manera que le agrada y le honra.

El propósito principal del Señor es conformarnos a la imagen de su Hijo.

De acuerdo con Romanos 8.29, esto es lo que Dios predestinó —o predeterminó— para sus hijos. Por tanto,

Él permite lo que sea necesario para que esto sea una realidad en nuestra vida. Su objetivo no es castigarnos

sino transformarnos. Si luchamos contra el proceso, corremos el peligro de sufrir sin recibir los beneficios

que Dios quiere lograr en nuestra vida. Sin embargo, cuando nos sometemos a su labor de tamizaje, lijado y

moldeado, nos convierte en una representación hermosa de su Hijo. El Señor no busca personas perfectas,

sino a aquellas que estén comprometidas con un estilo de vida de obediencia, rendición y pureza.

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05

r e s p u e s t a A L A A D V E R S I D A DEN MEDIO DE LA AFLICCIÓN, LA GENTE REACCIONA DE DOS MANERAS DIFERENTES.

1. SE ALEJAN DE DIOS. Si el Señor no cumple con las expectativas de las personas, a veces se decepcionan. Nutren

su dolor y enojo, causando un dolor más profundo y una ira más intensa que les conduce a la amargura. A

ADEMÁS, DIOS PUEDE USAR LAS PRUEBAS DE LA VIDA PARA LOGRAR LO SIGUIENTE:

Sacar a la superficie lo que sea perjudicial en nuestra vida. Podemos tener creencias, actitudes o acciones que no solo nos hieren a nosotros, sino que también perjudican

nuestra relación con Dios y con los demás. Como, por lo general, no estamos conscientes de ellas, el Señor

usa el dolor para llamar nuestra atención, para que así podamos reconocerlas y ocuparnos de ellas. Dios nos

ama demasiado como para permitir que continuemos ciegamente en ese camino destructivo. Su objetivo es

limpiarnos al revelar nuestro pecado y llevarnos a la confesión y al arrepentimiento.

Poner a prueba nuestra fe.

Cuando fuimos salvos, nuestra fe era bastante básica e infantil. No sabíamos mucho, pero sabíamos que Cristo

había muerto por nosotros. Sin embargo, dado que nuestro Padre celestial considera que la fe es más preciosa

que el oro, quiere que crezcamos y confiemos en Él para mucho más que nuestra salvación (1 P 1.7). Para entender

cómo Dios prueba nuestra fe, vamos a compararla con el fortalecimiento muscular. Comenzamos levantando

pesas pequeñas e incrementamos gradualmente la dificultad añadiendo las más pesadas. De la misma manera,

Dios aumenta nuestra fe a través de situaciones que aumentan la presión y requieren mayor confianza. Por

ejemplo, es bastante fácil confiar en Él para sanar un resfriado, pero ¿qué sucede cuando enfrentamos alguna

enfermedad grave, crisis económica, desempleo o la muerte de algún ser querido? Cuando pasamos por cada

prueba dependiendo del Señor, nuestra fe aumenta. Luego, cuando llega un reto más difícil, podemos recordar

cómo nos guió antes y saber que lo seguirá haciendo el resto del camino.

Poner a prueba nuestra devoción a Dios. El compromiso que tenemos con el Señor se demuestra por nuestra disposición a obedecerlo. Cuando Dios

nos presenta una situación difícil, que parece estar más allá de nuestra capacidad, debemos elegir obedecer

su voluntad o seguir nuestro propio camino. Él nos ha dado su Espíritu para capacitarnos y fortalecernos para

lograr lo que sea que nos llame a hacer. El apóstol Pablo estaba dispuesto a soportar su “aguijón en la carne”

porque el Señor prometió fortalecerlo y usarlo para el ministerio (2 Co 12.7-10). No necesitamos entender todo

lo que Dios hace; solo tenemos que obedecer y verlo en acción.

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su vez, esa amargura envenena todos los aspectos de la vida

y trae consigo la miseria, tanto para la persona amargada

como para quienes están cerca de ella.

Muchas veces las personas culpan a Dios por no impedir la

situación. Incluso pueden dudar de la existencia de Él. Dado

que el Señor permite que sucedan cosas malas, se preguntan

si es o no quien dice ser en su Palabra. Algunas personas

terminan rechazando la Biblia por completo. Cuando el

conocimiento parcial acerca de las Sagradas Escrituras y de

los caminos de Dios conducen a expectativas insatisfechas,

tales personas cierran sus Biblias pensando que Dios no

cumple sus promesas. El problema no es la fi delidad de

Dios, sino cómo la gente interpreta las promesas de Dios de

acuerdo con sus propios planes.

En el peor de los casos, algunas personas le dan la espalda

a Dios para siempre. Al no poder aceptar algún sufrimiento

se enojan con el Señor de tal manera que nunca regresan

a Él. Las personas desperdician sus vidas cuando se alejan

de Dios y su Palabra, y acaban por perder todo lo bueno que

Dios tenía para ellos.

2. PROFUNDIZAN SU RELACIÓN CON DIOS. En momentos de

adversidad, lo mejor que podemos hacer es acercarnos a

Dios. Él demuestra ser digno de confi anza, no para hacer lo

que queremos, sino para cumplir sus promesas y permanecer

con nosotros a través del sufrimiento. Entender que Dios

está con nosotros y tiene una razón para permitir nuestra

adversidad, nos da la paciencia para esperar. Podemos

confi ar en Dios porque Él nunca prolongará nuestro

sufrimiento más allá de lo necesario, y nos ayudará hasta

el fi nal.

Dios no nos deja solos en nuestro sufrimiento. Dios le dijo

a Josué que fuera fuerte y valiente porque estaría con él

dondequiera que fuera ( Jos 1.9). Esta misma promesa es

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nuestra hoy. Cada vez que confiamos en el Señor en tiempos de adversidad, ganamos valor para perseverar y

afrontar el próximo desafío con una fe firme.

La adversidad también nos impulsa a examinar nuestra vida. Cuando nos dirigimos a Dios en medio

del dolor, nos muestra nuestros pecados y malos pensamientos para que podamos arrepentirnos, ser

purificados y santificados. Esta es una de las maneras en que nos conforma a semejanza de su Hijo

y cambia nuestros deseos para que no anhelemos nada que no corresponda con nuestra identidad

como hijos suyos. La Biblia nos llama santos y así es como debemos actuar y vernos a nosotros mismos

(1 Co 1.2). Al ser entrenada por medio de la adversidad, la santidad se convierte más que en una palabra, en un

estilo de vida obediente. No es una vida sin pecado, sino una vida comprometida con Cristo que no desea pecar.

A medida que nos acercamos a Dios en los momentos difíciles, desarrollamos amor por su Palabra. De hecho,

nuestra primera reacción ante la adversidad debería ser abrir la Palabra y preguntarle al Señor qué desea

decirnos. La Biblia es nuestra posesión más preciada porque es la voz de Dios que nos habla en lenguaje escrito,

y nos da ánimo, dirección, consuelo y corrección. Cuando ponemos a un lado nuestra voluntad y enfrentamos

la vida con fe en su Palabra y con la determinación de seguir a Cristo, aceptamos la manera de Dios de tratar

con nosotros, incluso si esto implica dolor y dificultades, sabiendo que su objetivo es hacernos santos y útiles.

Cuando tenemos esta clase actitud en cuanto a la adversidad, nuestro testimonio de Cristo atrae a otras

personas a Él.

C Ó M O T R A N S F O R M A R U N A C R I S I S E N U N A O P O R T U N I D A DNUESTRO PADRE CELESTIAL SIEMPRE TIENE UNA RAZÓN PARA PERMITIR LA ADVERSIDAD, Y PODEMOS BENEFICIARNOS DE ELLA SI REACCIONAMOS DE LA MANERA ADECUADA. AQUÍ HAY 15 MANERAS EN LAS QUE PUEDE APROVECHAR AL MÁXIMO UNA SITUACIÓN DIFÍCIL:

1. CONFÍE EN QUE DIOS PERMITE TODO PARA BIEN (Ro 8.28).

2. TENGA FE EN QUE NUESTRO PADRE CELESTIAL ESTÁN EN CONTROL DE TODO. Cuando creemos en la soberanía de Dios, es más fácil retener nuestra esperanza, incluso si no entendemos la razón de nuestro sufrimiento.

3. ACEPTE QUE LOS CAMINOS DEL SEÑOR SON SUPERIORES A LOS NUESTROS (Is 55.8, 9). Confíe en que Él es bueno y en que está involucrado estrechamente en la vida de usted.

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e n c o n t a c t o . o r g / o r e

e n c o n t a c t o . o r g / o r e

4. NIÉGUESE A HACER JUICIOS RÁPIDOS EN MEDIO DE UNA CRISIS. Pregúntele en oración a Dios: “Señor, ¿qué estás haciendo en mi vida?”.

5. CÉNTRESE EN EL PADRE EN LUGAR DE EN LA CRISIS. Medite en las Sagradas Escrituras, lo cual le hará estar más consciente del consuelo del Padre y su amor incondicional.

6. EVITE VIVIR EN EL DOLOR. Es normal sentir pérdida y sufrimiento, pero en lugar de obsesionarnos con el dolor, vaya a la fuente máxima de fortaleza: la Palabra de Dios (Sal 103.19).

7. RECUERDE LAS CRISIS DEL PASADO Y LAS OPORTUNIDADES QUE SURGIERON. Ver la obra de Dios a través de las dificultades del pasado le alentará en su prueba actual (lea Ro 8.29).

8. NO SE AFERRE A LA IRA. Incluso si se siente molesto al principio, no permita que esa emoción se arraigue en su vida. Liberar el enojo nos ayuda a ver el propósito de Dios en medio de las circunstancias.

9. SOMÉTASE A LA VOLUNTAD DE DIOS. José enfrentó cada prueba con un corazón humilde que estaba dispuesto a crecer y aprender. Creer en las promesas del Señor, nos motiva a rendirnos a su voluntad en cada situación.

10. DEMUESTRE UN ESPÍRITU DE GRATITUD. Incluso en el valle más oscuro, saber que el Señor tiene buenos planes para nuestra vida es una motivación poderosa para estar agradecidos.

11. DECIDA VER LA PRUEBA COMO UNA OPORTUNIDAD PARA VER A DIOS EN ACCIÓN. Elija afrontar la situación con esperanza y ganas de aprender.

12. REHÚSE A ESCUCHAR INTERPRETACIONES ANTIBÍBLICAS DE SU SITUACIÓN. Sin importar lo bienintencionados que sean los demás, ellos no atraviesan la misma situación que usted. Pregúntele a Dios cómo debe actuar ante las circunstancias adversas.

13. PERMANEZCA EN ORACIÓN CONSTANTE, ESCUCHANDO LAS INSTRUCCIONES DEL PADRE. Con frecuencia, Dios usará las dificultades para acercarle más a Él. Las pruebas, el dolor y el sufrimiento son usados por el Padre para desarrollar una relación íntima con usted.

14. NO CEDA A LAS EMOCIONES FLUCTUANTES. Cuando ore y su situación no cambie, es posible que quiera renunciar a Dios, pero recuerde que los sentimientos a menudo son enemigos de la obediencia. Debemos orar y confiar en que Dios responderá en su tiempo y a su manera.

15. OBEDEZCAMOS A DIOS Y DEJEMOS LAS CONSECUENCIAS EN SUS MANOS. Sin importar lo que pase, sepa que el Padre celestial le ama y está en control. No se equivocará si le confía toda su vida a Dios.

Puede que no tengamos opción con respecto a la aflicción, pero cuando llega debemos decidir cómo actuar.

Podemos soportarla sabiendo que el Señor tiene algo bueno en mente, o podemos alejarnos de Él, vivir en

rebelión y desperdiciar nuestra vida. ¿Qué elegirá usted?

U n a o r a c i ó n d e e s p e r a n z a e n m e d i o d e l a s p r u e b a s

Te damos las gracias por caminar con nosotros durante los tiempos difíciles. Ayúdanos a ver nuestras circunstancias desde tu perspectiva y enséñanos a confiar en Ti cuando no veamos con claridad. Redime nuestras experiencias más dolorosas y úsalas para sacar algo bueno de ellas. Recuérdanos que nuestros problemas son solo temporales, y que nos darás la gracia y la fuerza para perseverar si nos aferramos a Ti. Te damos las gracias por tu presencia y por poder encontrar paz en las tormentas de la vida porque siempre contamos contigo. No olvidas ni abandonas a tus hijos, y sabemos que recibiremos bendiciones al permanecer fielmente a tu lado. Gracias por tu amor divino, cuidado y protección. Amén.

SI DESEA SABER LO QUE SIGNIFICA COMENZAR UNA RELACIÓN CON DIOS A TRAVÉS DE CRISTO,

VISITE ENCONTACTO.ORG/CREE O CONTÁCTENOS POR ENCONTACTO.ORG/CONTACTENOS O LLAMANDO AL 1-800-303-0033.

QUERIDO PADRE CELESTIAL:

COPYRIGHT© 2018 POR MINISTERIOS EN CONTACTO.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera de 1960, Sociedades Bíblicas Unidas, y han sido usadas con permiso.

G u í a p a r a s u p e r a r l a a d v e r s i d a dVersículos para imprimir

La Palabra de Dios nos muestra cómo caminar en tiempos de adversidad. Nos recuerda su amor, nos cuenta acerca de sus planes

para las pruebas, nos anima a perseverar y nos fortalece en el proceso. Una de las principales razones por las que luchamos en

la adversidad y nos rendimos ante la desesperación y la desesperanza es la falta de conocimiento de las Sagradas Escrituras.

El Señor quiere ayudarnos a través de la aflicción, pero debemos leer su Palabra para recibir su guía, consuelo y seguridad. Aquí

hay algunos versículos que pude imprimir para que le den ánimo durante los momentos más difíciles de la vida.

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré,

siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.

IS 41.10

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;

pero confiad, yo he vencido al mundo”.

JN 16.33

“Porque de la manera que abundan en nosotroslas aflicciones de Cristo, así abunda también

por el mismo Cristo nuestra consolación”.

2 CO 1.5

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto

auxilio en las tribulaciones”.

SAL 46.1

“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os

aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.

Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios

reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado”.

1 P 4.12-14

“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve

tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;

no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son

temporales, pero las que no se ven son eternas”.

2 CO 4.16-18

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba

de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos

y cabales, sin que os falte cosa alguna”.

STG 1.2-4

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará

ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación

la salida, para que podáis soportar”.

1 CO 10.13

“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para

siempre caído al justo”.

SAL 55.22

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria

venidera que en nosotros ha de manifestarse”.

RO 8.18