la peña

2
La Peña Por Leonel Hermosilla Ubicada en el río Llollelhue, frente a calle Riquelme Norte, Barrio San Pablo La Unión. Hoy te vi, desde lejos y mis ojos ya cansados por los años, no pudieron sujetar una lágrima, por el abandono en que te hemos dejado todos los que jugábamos en tu espalda. Hoy me pregunto ¿dónde están aquellos años de inocencia cuando nos acogías con tu cariño? Te buscábamos y siempre estabas allí, esperándonos, y sin un reproche cuando no llegábamos los domingos, porque nos tocaba la suerte de recortarnos unas chauchas y te cambiábamos por el Teatro Central. Pero tú siempre estabas ahí, tú y tu río. ¡Cuántos recuerdos de juventud! Cuantos amigos y también los que no lo eran. ¡Cuántos domingos de sol en verano, de los que nos juntábamos en tu espalda dura y áspera, de los que “hacían la chancha” y pasaban las horas contigo con los pies en el agua. Hoy te recuerdo, peña de todos y también de nadie. No sé si nosotros éramos de ti o tú de nosotros. Hoy estás olvidada totalmente, abandonada de todos lo que te visitábamos y bailando sobre tu espalda antes de darnos un chapuzón en el río que te acariciaba suavemente, es el único que no te abandona como nosotros, que te cambiábamos por mujeres, licores y tantas otras cosas bonitas, que cuando crecimos y pudimos ganar unos pesos que gastamos con orgullo, porque nos creíamos unos hombres y tan solo estábamos despertando a la vida de juventud. Te abandonamos a ti, que nunca nos pediste nada. ¿Cuántos de nosotros aprendimos a nadar alrededor de ti? Saltábamos al agua y después volvíamos a subir. Nos acogías como una gallina a sus polluelos, secándonos al viento y al sol. ¿Cuántos cuerpos blancos y morenos tostados por el sol? Años de pantalón corto y pies descalzos, compartiendo como hermanos sin distinción, las aguas de tu río Llollelhue cuando eran claras y limpias, las que al bañarnos nos refrescaban, la misma que tomábamos para apagar nuestra sed en esos días calurosos de

Upload: juanjullian

Post on 15-Feb-2016

216 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Leonel Hermosilla

TRANSCRIPT

Page 1: La Peña

La Peña

Por Leonel Hermosilla

Ubicada en el río Llollelhue, frente a calle Riquelme Norte, Barrio San Pablo La Unión.

Hoy te vi, desde lejos y mis ojos ya cansados por los años, no pudieron sujetar una lágrima, por el abandono en que te hemos dejado todos los que jugábamos en tu espalda. Hoy me pregunto ¿dónde están aquellos años de inocencia cuando nos acogías con tu cariño? Te buscábamos y siempre estabas allí, esperándonos, y sin un reproche cuando no llegábamos los domingos, porque nos tocaba la suerte de recortarnos unas chauchas y te cambiábamos por el Teatro Central. Pero tú siempre estabas ahí, tú y tu río. ¡Cuántos recuerdos de juventud! Cuantos amigos y también los que no lo eran. ¡Cuántos domingos de sol en verano, de los que nos juntábamos en tu espalda dura y áspera, de los que “hacían la chancha” y pasaban las horas contigo con los pies en el agua. Hoy te recuerdo, peña de todos y también de nadie. No sé si nosotros éramos de ti o tú de nosotros. Hoy estás olvidada totalmente, abandonada de todos lo que te visitábamos y bailando sobre tu espalda antes de darnos un chapuzón en el río que te acariciaba suavemente, es el único que no te abandona como nosotros, que te cambiábamos por mujeres, licores y tantas otras cosas bonitas, que cuando crecimos y pudimos ganar unos pesos que gastamos con orgullo, porque nos creíamos unos hombres y tan solo estábamos despertando a la vida de juventud.

Te abandonamos a ti, que nunca nos pediste nada.

¿Cuántos de nosotros aprendimos a nadar alrededor de ti? Saltábamos al agua y después volvíamos a subir. Nos acogías como una gallina a sus polluelos, secándonos al viento y al sol. ¿Cuántos cuerpos blancos y morenos tostados por el sol? Años de pantalón corto y pies descalzos, compartiendo como hermanos sin distinción, las aguas de tu río Llollelhue cuando eran claras y limpias, las que al bañarnos nos refrescaban, la misma que tomábamos para apagar nuestra sed en esos días calurosos de verano, cuando no había cerco para pasar a la rivera de ese río que nos llamaba y la gran roca que nos esperaba todo el tiempo, ya que siempre estaba allí, peña y río, río y peña, siempre juntos… ¡cómo añoro esos años felices de mi niñez y la de mis amigos!

Hoy, quiero pedirte perdón públicamente por nuestro olvido y egoísmo, por la ambición de muchos, por la expansión de la ciudad, la falta de respeto por la naturaleza.

En aquel tiempo se podía pescar salmón de río, lo que proporcionaba alegría a los pescadores furtivos, tanto niños como adultos. Pienso que si seguimos así, no habrá ríos en los próximos años, donde el ser humano, sobre todo los más pobres, no podrán refrescar sus cuerpos como antaño y tan solo quedarán recuerdos.

A ti peña, a ti alzo mi voz, para tu perdón por abandonarte y por la contaminación en que los tenemos, y sea éste recuerdo una despedida, porque, quizá no vuelvan a verte, solamente te diré con lágrimas en mis ojos, un triste adiós.

HOY DESAPARECIDA POR CULTA DE LA CIVILIZACION