la obra de nicolás gómez dávila
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La obra de Nicolás Gómez DávilaTRANSCRIPT
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N 184 Febrero de 2012
ISBN 0124-0854
La obra
de Nicols Gmez Dvila Presentacin de Hernando Tllez
[]
presencia discretsima, casi
clandestina, en nuestro medio, de
un tan grande escritor, fue
revelada as a travs de ese mensaje
confidencial. El libro de Gmez Dvi1a
descubri, para sus pocos lectores, una
imprevista y esplndida sucesin de la regia
familia de los moralistas franceses del XII y del
XVIII, en idioma espaol. El hallazgo vala la
pena de ser contado pblicamente, aun violando
la obvia consigna de silencio que se desprenda
del carcter privado de la edicin y de la actitud
de sencilla reserva guardada por el autor. Desde
las pginas literarias de El Tiempo, un lector de
Gmez Dvila se atrevi a dar la buena nueva:
la literatura en espaol adquira un escritor cuya
profundidad y riqueza de pensamiento. y cuyo
estilo, lo situaban en un plano extranacional de
primera categora.
Como en los casos clsicos de La Bruyere o de
La Rochefoucauld o de ]oubert, el aforismo de
Gmez Dvila es una especie de precipitado
final en que se resuelve, se expresa y sintetiza
un largo proceso de meditacin, y en que se
cristaliza y codifica una vasta corriente de
experiencia y de sabidura. Quien as escribe,
dice el mismo autor a propsito de su particular
manera de expresin literaria, no toca sino las
cimas de la idea, una dura punta de diamante.
Una dura punta de diamante. He ah la
definicin perfecta y la calificacin, no menos
perfecta, de sus notas y para sus notas. Todo
cuanto no aparece explcito en ellas, en esa
apretada estructura, se halla, sin embargo, como
en la punta de diamante, subyacente,
incorporado, tcito. Y del mismo modo que en
una punta de diamante se encuentra resumido el
sordo trabajo milenario de la tierra, en su nota
se integra, para florecer en un solo acto imperial
de la inteligencia, todo el legendario proceso de
la cultura. Toda civilizacin es un dilogo con
la muerte, dice Gmez Dvila. Esta afirmacin
supone un proceso de pensamiento tan hondo,
La
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tan desinteresado y tenaz como el de los
minerales de la tierra para obtener el sbito
esplendor en que cuaja el diamante.
Una confesin de tipo pascaliano acuada en la
frmula literaria de La Bruyere. Esta podra ser,
acaso, una aproximada descripcin de la
tentativa intelectual, personal e ntima, de
Gmez Dvila y de su expresin formal. Lo uno
y lo otro tentativa personal y expresin
representan, a nuestro juicio, una sorpresa en la
literatura espaola, evidentemente pobre en esta
clase de confesiones. El idioma espaol que
aparece literariamente irreductible a la
maravillosa minimidad y economa de la
sentencia de La Bruyere o del pensamiento
joubertiano, encuentra en la frase de Gmez
Dvila, para tal empresa, un molde intachable.
Desde el bronco balbuceo de los cantares de
gesta hasta la ondulacin elocuentsima de la
prosa de Ortega, nuestro idioma es un soberbio
estrpito marcial, algo as como un vasto y
explcito rumor de espadas. Una prodigiosa y
viciosa elocuencia exterior, parece impedir el
acceso a un resultado formal semejante al de La
Bruyere o al de Joubert.
En la escritura literaria de Gmez Dvila, el
estilo se vuelve pura piel, fina corteza adherida
biolgicamente, ntimamente, al hueso de la
idea. Con su obra entramos al reino astringente
y puro de las ideas, iluminado en todos sus
recintos por la presencia y la gracia de la
belleza. Una belleza esencial al propsito,
otorgada con mano rigurosa. Y con esa obra nos
encontramos ante el esquivo y supremo
hallazgo de un grande, de un verdadero escritor.
***
Con esta breve presentacin se public una
seleccin de Notas de Nicols Gmez Dvila en
la revista Mito (Bogot, 1956). Entregamos
aqu, a nuestra vez, una muestra de esa
seleccin.
*
La cultura es una persistente disposicin a la
lucidez.
*
La juventud nos da con generosidad aquello
mismo que la madurez necesita conquistar
diariamente para no perderlo.
*
Un sistema teolgico slo presta un vocabulario
transitorio a una afirmacin religiosa constante.
Definir, por ejemplo, el alma como substancia
simple no es ms que una manera de proclamar,
en el lenguaje de una tcnica filosfica
especfica, la certidumbre, la fe o el anhelo en
la inmortalidad del alma.
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Toda conclusin lgica desilusiona, como todo
sueo realizado. Una incertidumbre exaltada es
el lugar adecuado del alma.
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ISBN 0124-0854
Martin Boyce, Sin ttulo (Hojas concretas), 2006, heliograbado, 51 x 72 cm, Galera Nacional de Escocia.
*
La idea de Revelacin no excluye la existencia
anterior de nociones anlogas o similares a las
nociones reveladas.
La Revelacin no consiste tanto en ensear una
nocin nueva, como en autenticar una nocin ya
existente.
Elegir es su funcin propia.
La Revelacin preside el acierto que proclama.
*
Cuando una milagrosa providencia nos concede
el destino que anhelbamos, nada nos sorprende
tanto como descubrir que aceptar el
cumplimiento de nuestros sueos requiere una
resignacin desolada.
*
Ningn acto material basta para destruir una
civilizacin. Las civilizaciones mueren de la
indiferencia ante los valores especficos en que
se fundan.
*
Toda catstrofe es una catstrofe de la
inteligencia.
*
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En nuestra sociedad burguesa todo
revolucionario es un burgus humillado.
*
Cmo censurar al artista moderno a quien
embriagan las promesas comunistas? y cmo
no dudar de su inteligencia?
*
Lo que detiene a la mayora de nuestros
contemporneos ante el umbral del comunismo
es la ms baja y vil porcin de su ser, como si
en nuestro tiempo miserable la sabidura
pudiera slo subsistir refugiada en turbios
rincones.
*
La capacidad de sufrir mide la magnitud del
consuelo. Si no hubiese encontrado su
inimaginable respuesta, un solo grito helado en
el espacio habra anulado al universo.
*
La rutina aplaca nuestra inquietud, porque es
nuestra cmica manera de participar en lo
eterno.
*
Que, en nuestro tiempo, rutinario sea un
insulto, slo comprueba nuestra ignorancia en
el arte de vivir.
*
Toda rutina es liberacin del alma.
*
El anhelo pedaggico ha sido el consejero
secreto de las peores tonteras de la historia y de
sus ms horrendos crmenes.
*
Quien se atreve a predicar sin previas vigilias
de agona se prepara infiernos de angustia.
*
De las vilezas de la vida slo logra redimirse
quien las transforma en materia de sus obras.
*
Morar mi corazn eternamente bajo la
sombra de la via, cerca de la tosca mesa, frente
al esplendor del mar?
*
La irona transforma en benevolencia el odio
impotente.
*
La blasfemia es a veces una protesta de Dios
mismo contra un simulacro que lo desfigura.
*
Ensayar de comprender ms de lo que hay que
comprender es la mejor manera de no
comprender.
*
Todas nuestras defensas contra la enfermedad,
la vejez o la muerte suponen un vigor del
espritu que la sola amenaza de la muerte, la
enfermedad o la vejez debilita y mina.
*
Una existencia feliz es tan ejemplar como una
existencia virtuosa, y quiz ms valiosa, porque
si la una puede guiarnos, la otra nos consuela.
*
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Pensar no tiene ms objeto que prepararnos a
vivir, dicen los tontos. En verdad, vivir no tiene
ms objeto que permitirnos pensar.
*
Slo un cristiano puede despreciar la
democracia sin necesidad de inventarse una
mitologa cruel.
*
El mal humor expulsa la densidad de las cosas,
y las hace aparecer como corteza transparente y
liviana sobre un vaco. El buen humor, en
cambio, descubre en todo un espesor misterioso
y como una fecundidad inagotable.
*
Por ambicin y vanidad lleg a la santidad:
Dios le pareci el nico espectador que vala la
pena entretener.
*
La espontaneidad es el nico valor de ciertos
gestos. As, slo la libertad del hombre puede
haber sugerido a Dios que lo creara.
*
Lo coherente es arbitrario. La ambigedad es la
caracterstica ltima de la realidad.
*
Todas las pruebas de la existencia de Dios se
subordinan en las filosofas idealistas a una
previa meditacin sobre la pequeez del
hombre, y en las filosofas realistas a una
meditacin sobre su grandeza.
*
El aporte filosfico de las matemticas me
parece haber consistido hasta hoy en algunas
metforas.
*
Lo que ms usualmente cansa a una mujer son
las mejores cualidades del hombre que ama.
*
La peor traicin no es la que arruina la
felicidad, sino la que ridiculiza las ms nobles
cualidades de la mujer o del hombre.
*
El hombre no es el vehculo de las ideas, sino
su ambigua y dura realidad.
*
La idea es el recurso desesperado de quien no
halla la carne inmortal y vil que solo anhela.
*
Toda simpata recproca es una explotacin
alternativa.
*
La nobleza o la hermosura de las cosas posedas
slo aparecen a una meditacin tarda. Nunca
logramos ser ms que nuestra propia posteridad.
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No existe triunfo que sea ms que un noble
fracaso.
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Elegancia, dignidad, nobleza, son los nicos
valores que la vida no anula necesariamente.
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La necesidad de obedecer slo a una exigencia
interna nos limita, pero esa limitacin es el
precio de la autenticidad de nuestro espritu.
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Nada tan peligroso como resolver problemas
transitorios con soluciones permanentes.
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Mientras ms honda sea una conviccin, ms
trivial es la frmula en que se expresa.
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Traicionar su clase exalta al burgus y deprime
al proletario.
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El gran novelista es capaz de crear los
personajes ms diversos; uno solo le es vedado.
*
Toda solucin autntica es intransferible,
porque toda solucin se identifica con una
situacin, una experiencia, y un acto. La
filosofa tan slo intenta remover los obstculos
que nuestra inteligencia incansablemente
acumula.
*
Negarnos a pensar lo que nos es antiptico, es la
ms normal, la ms fcil, y la ms grave
limitacin que nos amenaza.
*
El futuro es intolerable, porque all es donde los
imbciles construyen, sin estorbos, sus sueos.
*
La inteligencia que pronostica espera que la
vida la ratifique, y anhela que la engae.
*
La sociedad del futuro: una esclavitud sin amos.
*
La crueldad de las sociedades construidas por
doctrinas democrticas es proporcional a la
generosidad de sus promesas.
*