la mÚsica y la danza como factor de protecciÓn de la identidad en la poblaciÓn afrodescendiente...
DESCRIPTION
SANTIAGO MANUEL ANGULO CÓRDOBATitulo: LA MÚSICA Y LA DANZA COMO FACTOR DE PROTECCIÓN DE LAIDENTIDAD EN LA POBLACIÓN AFRODESCENDIENTE DESPLAZADA:ESTUDIO DE CASO DEL GRUPO DE DANZAS PALENKITO DEL BARRIOKENNEDY EN BOGOTÁTesis presentada como requisito para optar al título de:Magíster en Ciencia Política y Liderazgo DemocráticoInstituto de Altos Estudios EuropeosMaestría en Ciencia Política y Liderazgo DemocráticoBogotá D.C., Colombia2014TRANSCRIPT
1
LA MÚSICA Y LA DANZA COMO FACTOR DE PROTECCIÓN DE LA
IDENTIDAD EN LA POBLACIÓN AFRODESCENDIENTE DESPLAZADA:
ESTUDIO DE CASO DEL GRUPO DE DANZAS PALENKITO DEL BARRIO
KENNEDY EN BOGOTÁ
SANTIAGO MANUEL ANGULO CÓRDOBA
Tesis presentada como requisito para optar al título de:
Magíster en Ciencia Política y Liderazgo Democrático
Director:
JOSÉ ALEJANDRO CEPEDA
Instituto de Altos Estudios Europeos
Maestría en Ciencia Política y Liderazgo Democrático
Bogotá D.C., Colombia
2014
2
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 3 Hipótesis ............................................................................................................................................. 7 Objetivo General .............................................................................................................................. 8 Objetivos Específicos ...................................................................................................................... 8 Metodología ....................................................................................................................................... 9
1. EL DESPLAZAMIENTO AFRO ................................................................................. 13 1.1. El Desplazamiento y las Comunidades Afrocolombianas ............................................. 13 1.2. Impacto del desplazamiento en la población afro ........................................................... 14 1.3. El territorio y la territorialidad .......................................................................................... 16 1.4. Territorialidad ........................................................................................................................ 17 1.5. Cultura ..................................................................................................................................... 18 1.6. La Tradición Oral .................................................................................................................. 19 1.7. La historia de la Música “Negra” ....................................................................................... 20 1.7.1. La música antes de la esclavización del contiene africano ......................................... 21 1.7.2. La música y la sociedad, relatos escritos ....................................................................... 24 1.7.3. La música en la esclavización ........................................................................................... 25 1.7.4. La música después de la esclavización ........................................................................... 27 1.7.5. El Lumbalú ........................................................................................................................... 28 1.7.6. Los Alabaos .......................................................................................................................... 29 1.14 Cantos de trabajo .................................................................................................................. 29
2. LA MEMORIA EN MOVIMIENTO ....................................................................... 31 2.1. Quién fue Petronio Álvarez .................................................................................................. 35 2.2. La fiesta más grande, el Petronio ....................................................................................... 36 2.3. Palenkito en Bogotá ............................................................................................................... 40 2.4. El mundo de la música y la danza afrocolombiana en Kennedy ................................. 41 2.5. La música y danza tradicional afro en su nuevo espacio ............................................... 48
3. CONCLUSIONES ............................................................................................................ 52 REFERENCIAS ............................................................................................................................. 57
3
INTRODUCCIÓN
Frente a los actos de violencia en los territorios ancestrales de asentamiento
afrocolombiano, como el Pacífico colombiano, los problemas del destierro y el
desarraigo son una terrible realidad que se ha venido incrementando constantemente en
los últimos 10 años. El desplazamiento forzado en Colombia afecta, según cifras de
organizaciones no gubernamentales, a más de cuatro millones de personas en todo el
país, de las cuales el 22.5% se identifican como negros o afrodescendiente (CODHES,
2008), lo que convierte a este grupo étnico en el más afectado por este flagelo; así, un
12.3% de los afrocolombianos se encuentra en situación de desplazamiento y la
modalidad de desplazamiento masivo afecta con mayor impacto a esta población.
Es importante mencionar que cuando se habla de población afrocolombiana como grupo
étnico se hace referencia a la construcción de una identidad colectiva a través de los
procesos históricos, sociales y territoriales que han compartido. En ello la territorialidad
juega un papel importante, porque es en ésta donde emergen los campos simbólicos de
significación y apropiación de usos y prácticas colectivas, la tradición oral, la sonoridad
y la espiritualidad. Es en el territorio donde se aprenden las maneras de vivir, de
relacionarse consigo mismo y con los demás, y es donde la cosmogonía afro tiene vida.
Por lo anterior, es de primordial importancia la protección del patrimonio inmaterial de
la comunidad afro, frente a la grave amenaza que sobre ésta extiende la violencia, al
entender que los valores y prácticas culturales del pueblo afro constituyen un pilar
fundamental de su permanencia como colectividad, por lo cual se deben realizar
4
ingentes esfuerzos para brindar mecanismos de protección que impidan que
desaparezcan estos valores y prácticas como consecuencia del desplazamiento forzado.
Es importante mencionar que dentro del trabajo se utilizara el término “esclavizado” y
no “esclavo” para denotar que el hombre y la mujer africana fueron libres en sus
territorios de origen y que toman la calidad de esclavo cuando queda a merced del
hombre blanco en el nuevo continente; y el término “afro” y no “negro”, para hacer
mención a las diferentes identidades que se construyeron a partir de África
(afroamérica, afrocolombiano, afrodescendiente, etc.). Lo anterior con el firme
propósito de hacer aportes al proyecto de inclusión del discurso africanista en la
interpretación de los procesos históricos-culturales de los afrodescendientes en
Colombia1.
Dado que la cultura afro está compuesta por una diversidad de elementos, este trabajo se
enfocará en la música y la danza, las cuales se constituyen en elementos trascendentales
para la transmisión del legado cultural de las comunidades afrodescendientes. En la
música y la danza la población afro ha podido mantener un eje identitario que, desde
antes de la trata esclavista, le ha dado sentido a la vida para apropiarse del mundo en el
que habita, es decir, la danza, la música y la sonoralidad afrocolombiana no son sólo
una apuesta estética, van más allá, se orientan hacia una reivindicación política y
cultural elaborada durante años en territorios ocupados ancestralmente y que hoy están
siendo arrebatados de manera sistemática.
1 Tomado de la tesis de Luis Gerardo Martínez Miranda (2003): La Champeta una forma de resistencia palenquera a las dinámicas de exclusión sociorraciales y culturales, puestas en marcha por las elites blancas de Cartagena y Barranquilla entre 1960 y 2000.
5
Así la cosmovisión afro con sus prácticas tradicionales, tanto orales como sonoras, son
una base fundamental para la reivindicación de los derechos étnico-culturales de las
comunidades afrocolombianas en situación de desplazamiento forzado.
Jóvenes, niñas y niños afrocolombianos en edad escolar desplazados forzosamente,
oriundos del Pacífico colombiano, han tenido que retomar sus nuevas prácticas en
lugares desconocidos y extraños, en medio de olores, colores, sabores, sonidos, formas
y un sinnúmero de nuevos factores, que deben incorporar de manera forzada al
momento de llegar a las ciudades; en donde no cuentan, la mayoría de las veces, con las
habilidades necesarias para afrontar su nuevo entorno y el nuevo sistema educativo al
que ingresan.
Contenido
El texto se desarrolla en tres (3) capítulos. El primer capítulo muestra los elementos y
datos de orden legal y jurídicos, y las condiciones en que ha vivido la población
afrocolombiana en situación de desplazamiento forzado; así como el impacto cultural,
social y político que se genera en la población afro al ser desplazada de sus territorios.
Este capítulo desarrolla la noción de territorialidad y cómo esta categoría ha sido
construida por la memoria de los pobladores y de sus antepasados, a su vez se muestra
la importancia de la tradición oral y se explica el por qué es tan importante la música y
la danza para la población afro.
Esto se plantea siguiendo una línea de tiempo histórica en la que se explica la música
antes de la esclavización en el continente africano, durante la esclavización y luego de
6
la esclavización; mostrando cómo se conservaron algunas de las tradiciones de las
etnias africanas que se trasladaron al continente Americano y, específicamente, a
Colombia, lo que se denomina con el nombre de “Huellas de Africania”, que existen y
persisten en el Pacífico colombiano. Estas huellas se evidencian en prácticas cantadas
como el Lumbalú, los Alabaos y los Cantos de trabajo que son manifestaciones
culturales desarrolladas por la comunidad afro en las regiones que habitan.
El segundo capítulo se centra en la memoria y como ésta se pone en movimiento al
trascender el orden lingüístico, y cómo se arraiga en el cuerpo logrando procesos de
conexión identitaria. Así se muestra cómo la danza y la música hacen parte de la
cotidianidad en muchas de las regiones donde habita la población afro y la manera en
que estos elementos forman un vehículo esencial de transmisión y adquisición de la
cultura entre la comunidad. Se hace una descripción etnográfica de una de las fiestas
más representativas para la comunidad afro, el Festival de Música del Pacifico Petronio
Álvarez, en el cual convergen los cuatro departamentos con mayor población afro del
país.
También, muestra los procesos de transformación de la identidad colectiva de las
poblaciones en situación de desplazamiento y cómo se recupera parte de la memoria
ancestral a través de procesos de formación en música y danza en la ciudad. Este
capítulo es el núcleo de la presente investigación, pues muestra cómo la danza y la
música afrocolombianas son parte integral de la formación de valores, y la manera en
que estos elementos son parte de la protección de la identidad en niños y niñas en
situación de desplazamiento forzado reasentados en la ciudad de Bogotá.
7
En el último capítulo se presentan las conclusiones a las que se llegó en la investigación
comprobando la hipótesis planteada.
El trabajo se desarrolló a lo largo de nueve (9) meses, en los que se realizó un
acercamiento al grupo de danzas Palenkito ubicado en la localidad de Kennedy, al que
asisten niños y niñas en situación de desplazamiento forzado de las regiones del país
con más población afro: Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño.
También, en el mes de agosto del año 2013 se realizó un trabajo de campo en la ciudad
de Cali, en el Festival de Música del Pacifico Petronio Álvarez con el fin de vivenciar y
entender la importancia del festival y cómo se puede relacionar este festival con lo
vivido en Palenkito en la ciudad de Bogotá.
Hipótesis
El desplazamiento y la desterritorialización son una de las adversidades más graves que
debe afrontar la comunidad afrocolombiana en el desarrollo del conflicto interno en el
país. Esta afectación trae consigo una amenaza a los valores y prácticas culturales del
pueblo afro, pilares fundamentales de su permanencia como colectividad y de sus
posibilidades de reconocimiento y valoración positiva en otros contextos.
Las danzas, músicas y los cantos tradicionales son inherentes a prácticas y expresiones
culturales de la comunidad, y estos elementos se han utilizado como vehículos de
resistencia, desarrollo y gozo, así como de fortalecimiento identitario, por lo tanto
muchos de los procesos formativos en los niños, niñas y jóvenes pertenecientes a la
etnia afro están relacionados con estos elementos.
8
Así, en una ciudad como Bogotá en la que se encuentra un número significativo de
población afro en situación de desplazamiento forzado, las experiencias de trabajo
pedagógico basadas en la danza y música tradicional de esta población contribuyen de
manera positiva a mantener la conexión ancestral afro y, a su vez, a retomar el camino
del proceso de construcción identitario, truncado por el fenómeno del desplazamiento
forzado que individuos y familias deben hacer a la ciudad.
Objetivo General
• Describir la manera en que los procesos con la danza y la música tradicional
afrocolombiana contribuyen al proceso de fortalecimiento étnico de niños y
niñas afrodescendientes en situación del desplazamiento del grupo Palenkito,
ubicados en el barrio Kennedy de la ciudad de Bogotá.
Objetivos Específicos
• Identificar cómo el desplazamiento afecta aspectos identitarios en los niños y
niñas afrodescendientes en condición de desplazamiento en Bogotá.
• Revisar prácticas musicales y danzarías oriundas del Pacífico colombiano que
contribuyen a la protección y preservación de la identidad cultural en procesos
educativos.
9
Metodología
Este trabajo sigue un enfoque descriptivo analítico y la metodología empleada es de
enfoque cualitativo, cuyo interés principal reside en captar la realidad social que
perciben los sujetos de su contexto y que puede constituirse en información y datos
útiles, que son interpretados con el propósito de descubrir conceptos que luego pueden
organizarse bajo esquemas y explicaciones coherentes.
Strauss y Corbin (2002) señalan tres componentes principales de la investigación
cualitativa: el primero, los datos, que pueden provenir de fuentes diferentes como
entrevistas, observaciones, documentos, registros y películas. El segundo, los
procedimientos que las investigaciones pueden usar para interpretar y organizar los
datos. Y, el tercero, conformado por los informes escritos y verbales, los cuales pueden
presentarse como artículos en revistas científicas, como charlas y como libros.
De esta manera, inicialmente se realizó un trabajo de revisión documental con el
objetivo de indagar en la información secundaria acerca de aspectos relevantes
relacionados con las danzas, músicas y los cantos tradicionales de la cultura afro, así
como de pedagogías alternas y la etnoeducación. A partir de este ejercicio, los datos y
las informaciones a la que se refieren los diferentes autores pueden constituirse en
hallazgos significativos con el propósito de descubrir tendencias y conceptos que se
organizan bajo la forma de explicaciones coherentes que permitan la construcción de
conclusiones y recomendaciones que tienen la función de aportar elementos teóricos,
metodológicos y de gestión para el desarrollo de esta investigación.
10
Se realizó una lectura comparativa entre el proceso del grupo Palenkito en la ciudad de
Bogotá y el Festival de Música del Pacifico Petronio Álvarez, para procedimentar toda
la investigación se compararon los efectos de la cultura danzaría y de la musical
tradicional afro en la identidad, a través de entrevistas abiertas y cerradas a participantes
del espacio; a partir del análisis microsocial que brinda el estudio de caso con la
construcción de un diario de campo que se desarrolló a través de la observación en los
espacios tenidos en cuenta en la presente investigación.
Estado del Arte2
En la búsqueda de información que diera luces a la investigación planteada se encuentra
la investigación de María Cristina Tavera (2005) en su tesis: Transformaciones y
continuidades de la danza tradicional del Pacífico colombiano en población en
situación de desplazamiento, un estudio de caso en los barrios La Isla y El Oasis
(Soacha). De acuerdo con lo observado por Tavera, se señala que los bailes
tradicionales posibilitan una cercanía con los demás habitantes del barrio y esto facilita
el desenvolvimiento y la recreación de todas las prácticas culturales, al igual que la
interacción social y el fortalecimiento de las costumbres y tradiciones.
El texto hace aportes importantes para entender la manera en que la memoria corporal
de los pueblos afrocolombianas se transforma en un factor de generación de identidad
muy fuerte, dentro de la comunidad de migrantes urbanos en Bogotá. La lectura del
desplazamiento a partir de la danza permite ver los tipos de danza o rituales corporales
que se desarrollan en los barrios estudiados y las adaptaciones que se les han hecho con
2 Tomado de la investigación Estado del arte de la investigación sobre las comunidades afrodescendientes y raizales, de Natalie Rodríguez y Natalia Jiménez (2006), en Bogotá D.C.
11
el objetivo de urbanizarlos. También, permite entender cómo no sólo las personas y
grupos humanos experimentan de manera cruda el desplazamiento, sino también el
modo en que sufren sus tradiciones e historias y las más íntimas memorias
experimentan rupturas.
Por otro lado, se encuentra el proyecto investigativo llamado Rutas, Senderos, y
Memorias de los Afrocolombianos en Bogotá (2001-2004), que es un estudio
exploratorio acerca de la identidad histórico-cultural de los afrodescendientes que
residen en Bogotá. Del mismo modo, delimitó la persistencia de las africanías en
Bogotá y exploró la manera en que durante la última década los afrocolombianos
llegados a la cuidad se han adaptado negociando con algunos aspectos de su cultura,
como la religión, y recreando sus relaciones sociales, los espacios de convivencia
interétnica, su música, su gastronomía y su escenificación y estética popular.
La tesis de Catalina Ávila y Paola Gómez (2004), estudiantes de la Universidad
Externado, de la Facultad de Comunicación Social, titulada Chocolate con Leche: una
mezcla deliciosa, toma el reportaje como metodología de aproximación de las distintas
realidades sociales, una mirada donde los afrocolombianos viven ocupando y dotando
de significados propios la ciudad, hasta el punto en que hoy se puede reconocer una
ciudad diferente tocada por las practicas de las comunidades afrodescendientes,
utilizando ritmos musicales como la chirimía, el currulao y la champeta.
Por su parte, María Elvira Díaz Benítez (2003) en su texto Guetos Clan y Panteras
Negras: reivindicadores de la identidad afroamericana en Bogotá a través del hip-hop
y el reggae, se centra en analizar la dinámica de los jóvenes artistas de Guetos Clan y
12
Panteras Negras a partir de sus aportes sociales en la creación de una cultura urbana,
explorando su búsqueda de una identidad afro, y resaltando su lucha por el
reconocimiento étnico y social. Díaz encuentra la explicación a la visibilización de las
identidades de estos grupos juveniles, tras la aparición de estos dos grupos, pues se ha
dado un proceso en el que se fomenta la autoestima y el sentido de pertenencia que
pueden tener estos jóvenes, tras haber permanecido en la invisibilidad causada por la
discriminación imperante a lo largo de la historia.
Estos jóvenes raperos afrocolombianos, del barrio Agua Blanca de la ciudad de Cali,
encontraron en el hip-hop, mezclándolo con música tradicional afro, una manera de
reafirmar su identidad étnica. Así el texto destaca el significado de la música afro,
subrayando que ésta es para los jóvenes afro un vehículo de promoción de su cultura y
construcción de su identidad.
Otro trabajo publicado por Maribel Becerra y Carol Ximena Vidal (2004), titulado
Proceso de indagación de la tradición oral de la comunidad afrocolombiana de la
localidad de Suba, tuvo el objetivo de conocer el estado actual de los principales
valores culturales de la comunidad afrocolombiana residente en la localidad de Suba,
con miras a sugerir alternativas de preservación y recuperación; y se realizó con la
colaboración de las asociaciones de danzas afrocolombianas del sector.
Las autoras se enfocan en la selección de valores culturales y folclóricos, tales como la
música y la danza, que se constituyen en vehículos importantes para mantener la
tradición cultural afrocolombianas en un nuevo territorio para la comunidad como la
ciudad de Bogotá.
13
1. EL DESPLAZAMIENTO AFRO
1.1. El Desplazamiento y las Comunidades Afrocolombianas
El Estado Colombiano comenzó a reconocer el problema del desplazamiento y la
necesidad de atenderlo desde el año 1995, esto se plasmó en el documento oficial
Compes 2804, seguido a esto se expidió una legislación específica consagrada en la Ley
387 de 1997 para atender a la población en situación de desplazamiento. A pesar de
esto, la Corte Constitucional, al evaluar la situación de las personas desplazadas en el
año 2004, estableció que la política del Estado para ello no estaba funcionando
adecuadamente (Sentencia T-025 de 2004) y que, por el contrario, los derechos de las y
los desplazados eran constantemente vulnerados (Corte Constitucional, 2004).
Así la Corte declaró el estado de cosas inconstitucional, que “es definido como la
violación masiva y reiterada de los derechos de los desplazados que se originan en
factores estructurales” (Corte Constitucional, 2004) y expidió una serie de órdenes para
las diferentes entidades estatales a cargo de la atención del problema.
El proceso de cumplimiento de la Sentencia T-025 de 2004 ha puesto en evidencia las
debilidades de la política pública. Uno de los aspectos que la política ha pasado por alto
es justamente la atención diferencial3 de los grupos étnicos. La perspectiva étnica debe
3 “El enfoque diferencial tiene un doble significado: es a la vez un método de análisis y una guía para la acción. En el primer caso, emplea una lectura de la realidad que pretende hacer visibles las formas de discriminación contra aquellos grupos o pobladores considerados diferentes por una mayoría o por un grupo hegemónico. En el segundo caso, toma en cuenta dicho análisis para brindar adecuada atención y protección de los derechos de la población. El enfoque étnico es otro componente del enfoque diferencial. Tiene que ver con la diversidad étnica y cultural .Esta diversidad se manifiesta en la singularidad y a la vez en la pluralidad de las identidades que caracterizan los grupos y sociedades que contribuyen a la riqueza de la humanidad. Es fuente de innovaciones, de creatividad y de mantenimiento de la necesaria diversidad biológica”. Las comunidades afro, negras, palenqueras y raizales, son igualmente objeto de este enfoque: la sentencia T-955 de la Corte Constitucional y la Ley 70 de 1993 fundamentan los derechos a que tienen derecho las anteriores comunidades. Tomado de http://www.hchr.org.co/acnudh/index.php?option=com_content&view=article&id=2470:ique-es-el-enfoque-diferencial&catid=76:recursos (consultado el 28 de abril de 2014).
14
considerar las características particulares de los desplazamientos forzados de los que
son víctimas, las pérdidas culturales que genera el despojo de sus territorios y, de allí,
las formas peculiares de reparación que eso implica.
1.2. Impacto del desplazamiento en la población afro
Según datos de la Consultaría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento –
CODHES–, la población afrocolombiana es el grupo étnico con más miembros entre las
personas desplazadas del país. Siendo Colombia el segundo lugar del mundo con más
población en situación de desplazamiento interno por un conflicto armado, según las
cifras reveladas por El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados –
ACNUR–, en el año 2008, se evidencia que cerca de tres millones de colombianos son
desplazados de sus territorios. El porcentaje de desplazamiento de la población
afrocolombiana equivale del 22,5% total de los desplazados en el país (CODHES,
2008), lo cual representa cerca de una cuarta parte del total de la población en situación
de desplazamiento.
Es pertinente aclarar que el panorama del desplazamiento se agrava para la población,
desde que el movimiento social afrocolombiano logra una reivindicación de enorme
magnitud, la cual se denomina titulación colectiva4. No puede ser coincidencia que un
mes después de empezar en funcionamiento la titulación colectiva en la cuenca del río
Atrato, se realizaran una serie de asesinatos selectivos obligando a la población a huir a
4 El Convenio 169 de la OIT, establece el derecho de los pueblos indígenas y tribales a la propiedad y posesión colectiva de las tierras y territorios ancestrales, y la obligación por parte del Estado de consultar a estos grupos sobre las normas, las políticas y los proyectos que los puedan afectar a ellos y a sus territorios, antes de empezar a realizarlos. En el ámbito nacional, la Constitución de 1991 es un hito en cuanto al reconocimiento de la diversidad étnica y cultural de la Nación y, específicamente frente a las Comunidades Negras, al tomar en consideración la ocupación ancestral que han venido ejerciendo sobre tierras baldías, permitiendo una eventual titulación colectiva.
15
distintos territorios; así, la situación se mantuvo constante y en lo corrido de un año en
el Chocó se desplazaron veinte mil personas (AFRODES/ Global Rights, 2010).
Para el año 2009 un total de 516.541 personas fueron desplazadas en los 50 municipios
en los que se encuentran territorios colectivos de la comunidad afrocolombiana, esta
cifra representa un 79% de la población que está registrada como sujetos de derechos de
titulación colectiva. Este panorama deja ver los intereses de diferentes actores del
conflicto armado en Colombia frente a la defensa de las comunidades afrocolombianas
de su territorialidad – que es uno de los grandes valores como colectividad–, siendo el
desplazamiento forzado un ataque directo a los modos de concebir el territorio que
tienen las comunidades afros, una negación de facto al derecho que les asiste de ejercer
su territorialidad según su concepción de vida.
Al denunciar el genocidio que viene teniendo lugar en los territorios ancestrales, no se
está afirmando que sea un hecho inminente que el pueblo afrocolombiano desaparezca,
ni que sea un plan deliberado el exterminio físico de la gente afro, sino que existe un
riesgo inminente de que desaparezca la forma de vida tradicional de las comunidades y
con ello su existencia de etnia diferenciada.
Bajo el título El riesgo acentuado de destrucción cultural de las comunidades
afrocolombianas por el desplazamiento forzado interno, el confinamiento y la
resistencia, la Corte Constitucional (Auto 005, 2009) afirma:
Cuando los afrocolombianos se ubican en las ciudades tienen que buscar un nuevo
significado a los elementos que los identifican como pueblo, sobre todo porque la ciudad,
y en general los cascos urbanos de las cabeceras municipales, representan en su expresión
16
más amplia los centros de confluencia de la diversidad interétnica, los puntos de mayor
concentración de la población, y por ello se ven abocados a la construcción de núcleos
básicos de organización de dinámicas urbanas, comprometidas en una visión de
diversidad y de autonomía, que por lo general luchan por la apropiación territorial de la
periferia al centro y del centro a la periferia y, por el uso de espacios a través de los
cuales se consolidan los nuevos rasgos de la ciudad con la presencia de la comunidad
negra.
Sus referentes culturales, las formas de transmisión cultural, sus valores sociales y
culturales son impactados gravemente por el desplazamiento forzado interno y por los
fenómenos de confinamiento y resistencia.
El control de los actores armados impone otros tiempos para la movilidad lo que dificulta
la realización de actividades que tienen tiempos particulares marcados en los calendarios
y en el conocimiento que da la interacción de las comunidades con el medio natural. Un
claro ejemplo de esto es lo que ocurre en algunas comunidades dedicadas a la pesca. Las
comunidades confinadas o en resistencia pierden, como efecto de la imposibilidad de
movilizarse libremente por su territorio, contacto y relación con otras comunidades lo que
a la postre constituye una seria limitación de la expresión de su vida intercultural. (p. 17).
1.3. El territorio y la territorialidad
Las territorialidades hacen referencia a las prácticas y representaciones que una
sociedad elabora en torno al espacio en el cual se mueve. El territorio, como tal, implica
la apropiación y el reconocimiento de un espacio concreto (Hoffman, 1999). Así el
territorio viene siendo una etapa inicial en la constitución de la identidad, son ideas,
representaciones y concepciones que tienden al reconocimiento y apropiación del
espacio en el cual se habita, sin que haya una cristalización de dichas nociones, cuando
ocurre tal cristalización, es decir, cuando se ha apropiado, material o simbólicamente un
espacio concreto, hablamos de territorio. (Afrodes, 2010).
17
Para Patricia Vargas (1999), lo que llamamos territorio es “ la forma de disposición de
caseríos y viviendas, la economía, las formas de trabajo, las relaciones sociales, la
autoridad la cosmovisión” (p. 46-47). Así el territorio resulta siendo todos los aspectos
de la vida de un grupo humano, el espacio nombrado y recorrido, su utilización y
aprovechamiento, el lugar que se gestan y reproducen los lazos sociales, etc. Es el
espacio el que le permite a un grupo humano asegurarse su reproducción física y
sociocultural.
De acuerdo con Afrodes (2010), la territorialidad es relativa, y la razón se basa en el
hecho que tales ideas, representaciones y acciones dependen del sujeto o sujetos, de lo
que cada uno concibe acerca del espacio en el cual habita y se moviliza (Hoffmann,
1999). Las concepciones territoriales dependen de determinados factores como son la
edad, el género y el rol social de cada persona al igual que las condiciones históricas
específicas en que se encuentran los actores (Vargas, 1999). Por lo cual existe una
multiplicidad de territorialidades.
1.4. Territorialidad
La población afrocolombiana como grupo étnico ha construido una identidad colectiva a
través de procesos históricos, sociales y territoriales que han compartido; así la
territorialidad juega un papel importante, siendo que en ella emergen los campos
simbólicos de significación y apropiación de la tierra, de usos y practicas colectivas, de
la tradición oral, la sonoridad, la espiritualidad, es en el territorio donde se aprenden las
maneras de vivir, de relacionarse con él y los otros, donde los cuentos y las historias
tienen vida. Es ahí donde se aprende de medicina tradicional, los rezos, los cantos, los
18
bailes, en últimas es donde se aprende todo en relación con la naturaleza, entendiendo
por naturaleza todo lo que los rodea.
Así, para la población en situación de desplazamiento asentada en una ciudad como
Bogotá, muchos de estos conocimientos se hacen invisibles y otras veces inservibles, si
no se consiguen nuevos espacios donde la gente en condición de desplazamiento pueda
desarrollar sus conocimientos y prácticas para adaptarlos a las nuevas circunstancias de
vida sin dejar de lado su cultura.
1.5. Cultura
Existen varias definiciones de cultura, algunas aluden al cultivo de la mente humana, a
la formación del intelecto, según esta tesis, puede decirse que una persona que lea
mucho es más culta que otra que no lo haga tanto, desde esta perspectiva se podría
hablar de personas que tienen mucha cultura o poca cultura.
Levi Strauss (1974), en su obra Antropología Estructural, define a la cultura como un
sistema de comunicación regido por el intercambio de los valores más preciados de la
humanidad, sostiene que la naturaleza tiene reglas universales mientras que la cultura
tiene reglas particulares. Manifiesta que donde exista la norma hay cultura, al respecto
señala: "Sostenemos que todo lo que es universal en el hombre corresponde al orden de
la naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que esté sujeto
a una norma pertenece a la cultura y presenta los atributos de lo relativo y lo particular".
Según Franz Boas (1930), la cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos
sociales en una comunidad, las reacciones del individuo en la medida en que se ven
19
afectadas por las costumbres del grupo en que vive y los productos de las actividades
humanas en la medida en que se ven determinadas por dichas costumbres.
La definición más acertada para esta investigación es la que ve a la cultura como las
relaciones de vida que forma un grupo de personas a través del tiempo, por lo cual la
cultura necesita de un territorio para desarrollarse, en ese sentido la naturaleza completa
hace parte de la cultura, por lo tanto, sonidos, olores, el clima, la música y el entorno
donde se nace determina la cultura; así la cultura no es un asunto de tener, si no de ser.
Por esto, la cultura es el modo como viven las personas y este vivir de la gente va
creando lazos sociales.
Según la Ley general de Cultura “la cultura es el conjunto de rasgos distintivos,
espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a los grupos
humanos y que comprende más allá de las artes y las letras, modos de vida, derechos
humanos, sistemas de valores, tradiciones y creencias” (art. 1º, Ley 397 de 1997). Dado
que la cultura contiene diversos aspectos de la comunidad, se hablará también de la
tradición oral, siendo éste otro de los aspectos que se deben tener en cuenta para el
desarrollo de esta investigación.
1.6. La Tradición Oral
La tradición oral es una de las formas con la que la población afro ha mantenido vivos
sus conocimientos y saberes. Ésta se utiliza entre las y los miembros de la comunidad
desde antes de la esclavización de las y los africanos, sin embargo, en el tiempo en que
se produjo este crimen, esta tradición toma más fuerza entre las y los esclavizados, ya
que por las condiciones en que se encontraban, en muchos momentos su voz fue lo
20
único que les permitía ser libres, con las canciones que interpretaban se daban ánimo
unos a otros, coordinaban tiempos de trabajo, o simplemente les permitía sentirse mejor
con las duras labores. Además, en los pocos espacios que tenían hombres y mujeres se
sentaban debajo de un buen árbol a hablar como lo hacían con sus viejos en sus regiones
originarias, esto permitió mantener vivas muchas de las tradiciones africanas en
América y, a su vez, contribuyó a la configuración su identidad étnica.
Ésta es una de las razones por la cual la comunidad afro tiene tanto arraigo en sus
prácticas sonoras, entendiendo que éstas no se limitan a la simple producción de
sonidos, sino que son un complejo sistema sonoro que hacen parte de la epistemología
local, en las cuales emergen las afectividades sentidas por la población, el conocimiento
por lo natural y lo sobrenatural, lo cual empieza a determinar algunos de los roles a la
hora de cumplir papeles en la sociedad local.
1.7. La historia de la Música “Negra”
El panorama musical africano puede dividirse en dos grandes áreas: la zona norte
integrada por los países árabes, incluido el Sahara, y el resto del continente, lo que se
conoce como el África negra o subsahariana. El desierto logró ser una barrera natural al
fenómeno de la esclavización implantada por Occidente en África en el siglo XVI, por
esta razón nos concentraremos en el África negra o subsahariana, rastreando apartes de
la música de estos pueblos.
21
Existen investigaciones5 que tratan de ubicar la ascendencia de las y los
afrocolombianos, cuyos resultados ubican a la población en el África occidental, central
y del sur. Así hablaremos de tres momentos históricos cruciales para la comunidad afro:
antes de la esclavización, en la esclavización y después de la esclavización.
1.7.1. La música antes de la esclavización del contiene africano
Anteriormente se mencionaron las regiones de la cual se secuestraron hombres, mujeres,
niños y niñas para ser vendidos como mercancía al sistema esclavista. Así estas
personas provenían de diferentes culturas, y una de las culturas más predominantes
traída a las Américas fue la cultura Mandinga, que al igual que otras culturas africanas,
parte de su historia no se encuentra escrita, sino que se ha mantenido de generación en
generación a través de la palabra. Para esto, esta cultura ha contado con personas
encargadas de esta labor, a los cuales se les llaman Los Griots, y son los herederos y
guardianes de la historia mandinga en el oeste africano; están encargados de narrar y
transmitir oralmente la historia, convirtiéndose en la memoria de parte del pueblo
africano. Los Griots utilizan las canciones, los cuentos, recrean leyendas y mitos,
manteniendo viva las historias y tradiciones del pueblo.
Para que esta tradición oral se mantuviera viva a lo largo del tiempo, los Griots se
acompañaron de un instrumento musical sagrado para los Mandinga llamado La Kora.
Los Griots al ser músicos, historiadores y cantantes que transmitían su arte de
generación en generación, desde la Edad Media, eran los cronistas oficiales de esta
cultura. Usando sus instrumentos y conocimientos, son considerados "anunciadores",
5 Ver Maya, Adriana (1996) en: África los legados espirituales en la nueva granada, siglo XVII.
22
sus canciones son parte integrante de la vida política, son personas que nacen en esta
casta, y sólo los hombres pueden ser considerados como Griots.
La otra cultura africana en América proviene de la etnia Bantú, en la cual la música está
asociada al lenguaje hablado. La lengua bantú, al igual que otras lenguas africanas, es
tonal, es decir, que no se puede cambiar el ritmo y el contorno melódico de una frase sin
cambiar el sentido de la misma. Por lo cual, la música puede imitar los ritmos y
melodías del lenguaje haciendo “hablar” a los instrumentos. Los instrumentos utilizados
por la etnia bantú son los Tambores, la percusión en muchas de sus variedades. Es
necesario mencionar que la música de esta zona del continente se caracteriza y destaca
por que suenan simultáneamente múltiples voces melódicas que son en gran medida
independientes o imitativas entre sí, con esto se diferencia de la música a una sola voz,
esto funciona también para los instrumentos.
Así, las etnias Mandinga y Bantú, junto a muchas otras, se “mezclaron” en el continente
americano. Es preciso hacer notar que la música tradicional puede cambiar por
innovaciones creativas y como resultado de las adaptaciones producidas a través del
contacto cultural. Para el caso de Colombia, es evidente que la música traída por los y
las africanas en condición de esclavizados, tuvo que interactuar con nuevos y agrestes
contextos, al igual que relacionarse con varias etnias africanas, transformándose parte
de sus costumbres y tradiciones pero sin duda conservando mucha de su cosmogonía y
formas de pensar.
Muchas investigaciones afirman que la música africana es parte integral de la vida
social y cultural, así como también un elemento funcional de las instituciones
23
tradicionales, en este sentido Kwabena Nketia (1998) menciona:
(…) su historia tiene necesariamente una dimensión estilística y una social. Los factores
que afectan el cambio, la estabilidad normativa, la diferenciación y los mecanismos para
el control y la difusión de las innovaciones en la música6 tienen una base tanto estilística
como sociológica, puesto que los procesos históricos que afectan la música no pueden a
menudo separarse de aquellos que afectan las instituciones a las que la música está
vinculada. (p. 48).
Este autor se refiere a la dimensión estilística de la historia musical africana, la cual
debe tenerse en cuenta en la configuración de las sociedades africanas, al poseer esta
una tradición acumulativa, la música se transmite de generación en generación por
tradición oral, o es aprendida a través de la participación en su ejecución. Esto hace que
lo que se interpreta abarque tipos musicales y piezas individuales que pertenecen al
pasado, así como también al presente.
La música de tradición oral desarrolla características y recursos que son creaciones
acumuladas por diferentes generaciones, tales como los modelos formales creativos, las
formulas melódicas, los patrones y las progresiones melódicas, los esquemas
cadenciales, la densidad de las estructuras, los patrones rítmicos lineales y multilineales
y las diferentes texturas; todo lo cual se emplea en piezas diferentes o en conjuntos de
piezas que forman categorías separadas.
También, es conocido que la música de tradición oral cambia lentamente, los tipos
musicales institucionales –tales como la música de la corte, la música para las
ceremonias, para los ritos del ciclo vital, etc.– persisten por mucho más tiempo que la
6 Ver J. H. Kwabena Nketia: «Tradition a Innovation in African Music", Jamaica ¡DUmal, XI/3- 4 (marzo, 1978), pp. 2.
24
música creada para la entretención, que puede mantenerse apenas por una o dos
generaciones o, a veces, sólo por uno pocos años (Nketia, 1998).
1.7.2. La música y la sociedad, relatos escritos 7
El capitán de la marina inglesa Richard Jobson, enviado por la compañía Aventureros
de Londres, en 1620, a las proximidades del río Gambia con el fin de establecer su
potencialidad comercial, a su regreso a Londres publicó el libro The Golden Trade or a
Discovery of the River Gambia and the Golden trade of the Aethiopians [El comercio
dorado, o el descubrimiento del río Gambia y del comercio de oro de los Etíopes], en el
que menciona:
Sin duda no hay pueblo sobre la tierra con mayor inclinación natural por el sonido de la
música que éste; las personas principales la tienen como un ornamento de su estado, así
que cuando venimos a verlos rara vez falta la música, (…) asimismo si en alguna
ocasión los reyes o personas principales vienen a comerciar con nosotros en el río, la
música va tocando ante ellos, y ellos siguen ordenadamente según su costumbre, con lo
que se hace una demostración de su rango (Jobson, 1623, p.105-107).
Casi todas las actividades se acompañaban con música para la ocasión, ésta era parte
integral de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, sobre esto Equiano (1789)
señala:
Así todo gran acontecimiento, como una vuelta triunfante de la batalla u otro motivo de
regocijo general, se celebra con bailes públicos, acompañados de canciones y músicas
apropiadas para la ocasión. La asamblea se separa en cuatro partes, que bailan separadas
o bien en sucesión y cada una posee un carácter particular (…). (p. 17).
La música estaba presente en ceremonias, fiestas o ritos agrícolas, proclamaciones de
reyes, reuniones de jefes importantes o recreaciones de episodios históricos relevantes. 7 Basado en el relato del libro Historia de la música negra norteamericana, de Eileen Souhern (2001).
25
Thomas Edwar Bowdich, en su libro Misión desde la Fortaleza de Cape Coast a
Ashanti, fue enviado a África por el comité Africano de Londres para establecer
relaciones comerciales con los Ashanti –cabe resaltar que Bowdich era músico y pintor
aficionado–, menciona: “Más de 5000 personas en su mayoría guerreros, nos recibieron
con tremendas salvas de música marcial, discordante solo en su combinación; pues los
cuernos, los tambores, matracas y gongs eran utilizados como un celo que rozaba el
frenesí (…)” (1819, p.31).
Con lo anterior se evidencia que la música ha hecho parte de las y los africanos desde
la aparición de éstos en el mundo; seguramente un gran número de otras culturas
también han estado relacionadas con la música, sin embargo, es evidente que la música
para las y los africanos está fuertemente relaciona con la vida, la muerte y su
espiritualidad, su música se entrelaza y hace parte, en sí, del ser africano; se evidencia,
se vive, en todas las manifestaciones de hombres y mujeres que tienen lugar en sus
espacios, y se trasmite de generación en generación por lo tanto ha mantenido su
esencia desde tiempos inmemorables.
1.7.3. La música en la esclavización
Al ser trasladados pueblos africanos hablantes de diferentes lenguas, su principal arma
de resistencia cultural al colonialismo esclavista no podía ser el idioma, pero si el
simbolismo mágico-religioso conservado en los rituales musicales y danzarios (Acosta,
2006, p.214).
A causa del horroroso comercio de esclavizados, que duró cuatro siglos, las etnias
africanas mediante la religión y la música reconstruyeron su mundo cosmogónico en las
26
nuevas condiciones en que les tocó sobrevivir. En palabras de Jesús García (2000), la
religión y la música actuaron como un binomio ritmo-cosmos en casi todas las culturas
tradicionales.
El llanto, la tristeza de los cautiverios, la sangre derramada por los golpes de los látigos,
la inmovilidad causada por el terrible cepo, el enmudecimiento a causa del bozal, se
convirtieron en sentimientos de indignación plasmada inmediatamente en cantos de
trabajo, cantos de ruego a los Orishas, cantos de esperanza permanente para alcanzar
uno de los valores más grandes de la humanidad, la Dignidad. (García, 2000, p.10)
De acuerdo con el cálculo realizado por Nicolás Del Castillo, en su libro Esclavos
Negros en Cartagena y sus aportes Léxicos, el número de africanos traídos a Cartagena
entre 1580 y 1640 fue de 169.371 (Del Castillo, 1982, p.95). Con esto se puede tener
una idea de las personas en condición de esclavitud que llegaron a las costas de Haití,
Jamaica, Cuba y Las Antillas.
Durante las largas travesías de estos hombres y mujeres en condiciones infrahumanas,
ahora tratados como mercancía, pierden su identidad y la forma originaria de
organización tribal. De acuerdo con las condiciones que presentaba el nuevo lugar para
habitar, los y las africanas se adaptaron a nuevas formas de vida, lo cual implicó
cambios culturales aunque no en su totalidad. En cuanto a la organización social,
también se observa una nueva, resultante de las nuevas circunstancias: con pocas
mujeres, separación de la familia y del grupo tribal propio.
Es en este escenario, donde la música africana acompañada del baile y de
instrumentación nuevamente adaptada al medio, la música juega un papel de vital
importancia en la construcción de un nuevo imaginario, con el objetivo de afrontar la
27
nueva forma de vida a la que se vieron sometidos y sometidas, aunque la música
originaria se diluye, es lo suficientemente llena de contenido para hacer frente a las
nuevas obligaciones que les fueron asignadas en las nuevas tierras. Lo anterior trae
consigo la producción de una nueva música con matices diferentes: la música
afroamericana (p. 239).
Las intenciones de los y las esclavizadas luchando por todos los medios para mantener
sus costumbres, y con ello su memoria, dio como resultado la permanencia de sus
legados ancestrales que hasta hoy siguen vigentes; entre éstos se puede mencionar la
adoración a las divinidades, los saberes curativos, la música tradicional.
Es evidente entonces que, dentro de la tragedia de la esclavización en las Américas, la
música jugó un papel tan importante como el que tenía en África; pero ésta ya podía ser
interpretada por todas las personas, ya que en sistemas esclavistas todos eran vistos
como objetos de trabajo, y así los llamados Griots de la cultura mandinga pasaron a ser
todas y todos los que se encontraban en condición de esclavitud.
1.7.4. La música después de la esclavización
Los lugares donde fueron obligados a trabajar hombres y mujeres, ahora los albergaban
como “libres”, pero en condiciones de total abandono, pues en el papel eran libres pero
sin posibilidades reales de ejercer dicha libertad, pues no eran considerados ciudadanos.
Sin embargo, adoptaron e hicieron suyos los lugares que habitaban, desarrollando su
forma de vida ligadas a sus territorios, y manteniendo diversas prácticas y rituales entre
ellas la música tradicional. De esta manera, dentro de la cultura africana en América
quedó arraigada toda una concepción espiritual.
28
Dentro de la esclavización, uno de los objetivos de los esclavizados fue proveer
asistencia y ayuda a los originarios de un mismo lugar, seguramente en la búsqueda de
solución a sus problemas, lo cual hacía imposible la atomización individual como
táctica de dominio (Friedemann, 1983). Con este tipo de prácticas se institucionalizaron,
por llamarlos de alguna manera, los Cabildos Negros, operando como comunidades de
auxilio a los y las esclavizadas; esta institución utilizó el canto, el baile, logrando
resistir a las adversas condiciones de vida. Estas formas de organización perduraron en
el tiempo pese a que fueron perseguidas por las autoridades desde el siglo XVII,
logrando mantener su significado ancestral de los rituales y celebraciones realizadas.
En Brasil y Uruguay se encuentra el Candomblé, nombre que se le dio a los bailes de
tambor, pero se trata de toda una religión que aún hoy se mantiene; también, se
encuentra la Macumba en Río de Janeiro, el Xango de Pernambuco, entre otras
expresiones de tradición africana, siendo éstas claros ejemplos de cómo se han
conservado en estos países la línea de los cultos Yorubas. Con respecto a Colombia, son
muchas las expresiones musicales que dan fe de la herencia africana que ha logrado
mantenerse, entre estos se encuentra el Lumbalú, los Alabaos y la Música de Marimba.
1.7.5. El Lumbalú
Es una institución de carácter fúnebre que agrupa a las mujeres cantadoras y a los
tamboreros reconocidos. Se trata de un ritual sagrado, con ritmo, melodía y sentimiento
que avivan una cosmovisión de profundidades, espacios terrenales y parajes de
imaginería fantástica. Es en la poética de los cantos de Lumbalú donde se han precisado
huellas sociales y lingüísticas de ancestro africano (Friedemann,1983).
29
Los cantos de Lumbalú van cargados de una memoria histórica, en los que no sólo se
recrea la vida sagrada de los antepasados dejados en sus tierras originarias, sino que
aparte rinden culto a aquellos dioses, que tuvieron que ser españolizados debido a la
presión ejercida sobre la cultura africana. También, se crean espacios en los que se
desarrolla actividades diarias; y en esto cantos se les reconocen a ciertos animales las
virtudes que tienen, como por ejemplo, la Kajamba: el pájaro de la muerte.
1.7.6. Los Alabaos
Esta es otra manifestación musical que se entona en los velorios, así como en las
festividades de los Santos de la Costa Pacífica; tienen una duración de nueve días,
tiempo que dura el velorio. En el Chocó no son acompañados de instrumentos
musicales, pero en el Pacífico sur están acompañados de marimbas y guasúes.
Como la música siempre ha sido parte del ser africano, que en su travesía por nuevas
tierras tuvo que trabajar en cautiverio como nadie lo ha hecho jamás, así encontramos
otra manifestación musical importante como son los cantos de trabajo.
1.14 Cantos de trabajo
También conocidos como Zafra o cantos de labor, son una forma de intensificar el
esfuerzo realizado por una persona mediante la música. Tanto en las plantaciones, como
en las minas o en trabajos colectivos e individuales, las y los esclavizados alegraron
siempre el trabajo con canciones que solían acompañar con fuertes respiraciones y
gritos. Estos cantos de trabajo suelen ser de tipo responsorial, tipo de canto frecuente en
30
la música africana y, también, en los cantos religiosos o de esparcimiento
afroamericano.
31
2. LA MEMORIA EN MOVIMIENTO
Existe un tipo de memoria que trasciende el orden lingüístico, esta es la memoria
corporal; asunto que es necesario tratar a profundidad para el desarrollo del presente
texto, ya que es imprescindible entender como ésta se inscribe y se arraiga en el cuerpo,
logrando un proceso de conexión identitaria incorporado en las disposiciones
corporales adquiridas culturalmente.
Una práctica corporal como la danza, en el pacifico colombiano se aprende desde
muchos aspectos, se aprende en la calle pues frecuentemente se escucha música por
donde se camine, se aprende en la casa pues los adultos y personas mayores, o incluso
menores, están cantando o danzando al realizar diferentes oficios, se aprende trabajando
en el monte, ya que para trabajar en él, muchas veces es necesario entonar rezos y
canciones para protección personal, se aprende desde el vientre de la madre, al cual la
pareja frecuéntenme le está cantando y bailando para estimular al niño o niña. Lo cual
hace que la danza sea aprendida culturalmente.
Con todo esto se genera lo que se conoce como el tipo de memoria “orgánica”
compartida, la cual permite una continuidad y permanecía de los códigos
“incorporados”, a pesar de las transformaciones que puedan sufrir mencionadas
prácticas en diferentes contextos.
A pesar de las adversidades que ha tenido que afrontar la población en el
desplazamiento forzado por el conflicto armado, la danza y las músicas tradicionales se
encuentran vigentes en los nuevos espacios a los que la población afro huye escapando
de la violencia, evidenciando lo significativo que son estos elementos para la población.
32
En el caso del grupo de danzas Palenkito –que se analiza más adelante en la presenta
investigación–, aparecen campos sociales de significación a partir del encuentro del
baile y la música. Así, cabe resaltar que el centro del presente análisis, en torno a la
música y la danza, busca evidenciar cómo inciden estas manifestaciones simbólicas y
espirituales para explicar lo que ocurre con las comunidades afrodescendientes
afectadas por el desplazamiento forzado.
Es importante mencionar que a pesar de que la música tradicional afro y la danza son
muy importantes para la comunidad afro, no todos los miembros de esta comunidad
saben bailar, aprenden y saben los ritmos tradicionales. De modo que no se busca
tipificar la imagen del afro bailarín, ya que es imposible e inconveniente generalizar la
presencia de ciertos rasgos culturales a la totalidad de una población; aunque sí puede
afirmarse que la mayoría de la población reconoce y baila algunos de los ritmos
tradicionales afro.
Las manifestaciones motrices de la música y la danza forman un vehículo esencial de
comunicación, trasmisión y adquisición cultural, tanto entre los miembros del mismo
grupo social –enculturación–, como entre grupos distintos –difusión–; la danza y la
música hacen parte de los saberes que generación tras generación se transmiten a través
de un proceso de socialización (Tavera, 2004). En la cultura afro, en la que son tan
importantes los saberes heredados que se evocan a través del cuerpo, es el cuerpo donde
se sedimentan las prácticas culturalmente producidas y compartidas; Bourdieu (1990) lo
llama el sistema de disposiciones duraderas y transferibles, o sea, principios
ordenadores de prácticas y representaciones sociales.
33
Bourdieu habla del habitus como un producto de la historia, que a su vez producen
historia a partir de la producción de prácticas individuales y colectivas, en las que se
asegura la presencia activa de experiencias pasadas. Al respecto señala: “El habitus es la
presencia activa de todo el pasado del que es producto: es lo que proporciona a las
prácticas su independencia relativa en relación a las determinaciones exteriores del
presente inmediato” (p.98).
Entonces, es entendible como en el fenómeno del desplazamiento forzado de la
comunidad afro y a pesar de las transformaciones de sus entornos, algunas prácticas
producto del habitus incorporado se mantienen, dando continuidad a la historia a partir
de la presencia activa de experiencias pasadas, que al estar incorporadas en cada
persona aseguran su existencia. Las condiciones de las personas desplazadas resultan
ser compartidas, por tanto comprensibles entre ellos, permitiendo con esto que las
prácticas tradicionales se activen de una manera casi espontánea. Es necesario decir que
no todas las prácticas permanecen dentro de la memoria colectiva del grupo, sólo se
mantienen y se perpetúan las que tienen un valor simbólico y funcional para la
comunidad.
La música y la danza al ser repetitivas, evocar e invocar ancestralidad, se convierten en
lo que Connerton llama la Memoria Incorporada, en la que se preservan imágenes del
pasado sedimentadas en el cuerpo. Así, estas imágenes como elementos mnemotécnicos
de los grupos sociales, permiten la actualización del pasado en el presente, por lo cual la
danza y la música, al ser procesos colectivos, reviven la memoria en la actual situación.
34
El simple toque de un tambor evoca estados corporales en los cuales se crea un lenguaje
colectivo común, para esto no existen reglas, solo se siente, se escucha y se ve el sonido
del instrumento, trasladando así a las personas a estados emocionales que les permiten
recordar. La danza y la música por estar presente desde en la población desde antes de
nacer, se conocen como un tipo de saber orgánico que se inscribe en el cuerpo como un
tipo de saber sedimentado, que puede ser desenvuelto en cualquier espacio.
La música y la danza tradicional recrean la memoria logrando procesos de cohesión
social en la población en situación de desplazamiento forzado; por lo tanto, estos
elementos deben tenerse en cuenta en los desarrollos pedagógicos que se realicen con
estas personas, y ya que, por lo descrito en la primera parte de este documento ,estas
expresiones hacen parte integral de la comunidad.
Este trabajo realizó parte de su observación etnográfica en la ciudad de Cali, en la época
donde se realiza el festival de música tradicional afro más importante, el “Festival de
Música del Pacifico Petronio Álvarez”, el cual tiene un valor social y de reconocimiento
a las músicas tradicionales del Pacífico colombiano.
En el festival se reúnen habitantes de los cuatro departamentos mayoritariamente
habitados por los afrocolombianos, los cuales con: Cauca, Chocó, Nariño y Valle del
Cauca. Dado que en el primer capítulo se hizo referencia a algunos de los ritmos
musicales que acompañan a la población afro, en el presente capítulo es preciso ubicar
su ejecución en un contexto concreto, por lo cual se tratará el caso del festival “Petronio
Álvarez”.
35
2.1. Quién fue Petronio Álvarez
Patricio Romano Petronio Álvarez Quintero fue un músico colombiano nacido el 1 de
octubre de 1914 en la isla de Cascajal, muy cerca de Buenaventura; puerto del que vivió
inspirado, ya raíz de lo cual dio vida a su canción más representativa “Mi
Buenaventura”.
Durante su infancia, la música se convirtió en su principal medio de expresión. En 1935
creó el conjunto musical “Buenaventura”, y aunque la música fue su principal pasión e
inspiración tuvo que dedicarse a oficios como el de notario y maquinista de locomotora.
Petronio Álvarez murió el 10 de diciembre de 1966 en Cali.
Petronio como muchos de los músicos de la región fue un músico empírico, y es
reconocido por la tradición oral como uno de los mayores representantes de la tradición
musical afrocolombiana. Es importante mencionar que Petronio tuvo una doble
influencia musical, su madre, oriunda del Chocó, fue escritora de versos, y su padre,
del Cauca, manejó el ferrocarril, oficio que luego él ejercería, permitiéndole conocer
varios lugares del Pacífico.
Su versátil legado musical pasa por componer bambucos, merengues, huapangos, sones,
abozaos y jugas, pero fue el currulao, con toda la tradición africana, el que marcó su
trasegar en el mundo de la música. A través de sus composiciones en cada uno de los
ritmos, Petronio recreó a su manera la idiosincrasia, el acontecer y el sabor del litoral.
36
2.2. La fiesta más grande, el Petronio
Varias son las manifestaciones en los que la música tradicional y, por ende la danza, se
viven en el Pacífico colombiano; antes de encasillar estas expresiones con la
denominación de arte, es mejor considerarlas como una expresión cotidiana que se
encuentra en escenarios sociales, lo cual da sentido a muchas prácticas colectivas. La
música, desde su sentido social tradicional, se expresa en distintas formas a lo largo del
Pacífico colombiano, con variaciones según el lugar donde se encuentre la población
variará el tipo de música, danza, vestuario, instrumentos, recordando que cada lugar
tiene historias particulares, lo cual lleva a la población a crear y sus conservar sus
tradiciones.
Sin desconocer las particularidades propias de cada región, la música se desarrolla como
el desenvolvimiento motriz de las regiones del Pacífico. Es necesario mencionar que al
referirnos a la música tradicional también nos referimos a la danza, ya que para la
tradición afro estos dos elementos están íntimamente ligados. La música y la danza
suponen un desarrollo interior e interpersonal, en el que se da un acercamiento de los
cuerpos al danzar. La relación de hombres y mujeres con su medio, está en función del
aparato sensorial y de la forma como esté condicionado a responder, generando mundos
sensoriales diferentes; así, un mundo sensorial configurado en el Pacífico colombiano es
completamente distinto al que se crea en una ciudad como Bogotá, generando un
choque perceptivo al momento de ingresar en esta ciudad de manera obligada.
De la fiesta popularmente conocida como “el Petronio” se quiere analizar el papel que
juegan las músicas y las danzas, mostrando la importancia que tiene para la población la
recreación de las fiestas, donde se encuentra la gente, se recrea un espacio mágico, y
37
donde se origina un control social. La escogencia del festival Petronio Álvarez se
sustenta en varios elementos, a saber: a) el festival agrupa a los cuatro departamentos
que tienen una fuerte población afro en el país a través de representantes en el ámbito
musical y danzario; b) se realiza en una ciudad con una fuerte presencia de población
afro y en situación de desplazamiento; y c) es reconocido por la población afro como
uno de los mayores eventos donde se muestra y se vive la tradición de la comunidad
afrocolombiana a través de la música. Por estas razones, se realizó el trabajo de campo
en la ciudad de Cali, en el festival Petronio Álvarez.
Este festival se realizó por primera vez en el año de 1997, como una necesidad de crear
un espacio para que confluyeran un número importante de artistas del litoral Pacífico, y
de comunidades que se encontraban en la ciudad de Cali. A esta ciudad han llegado, en
los últimos 20 años, miles de inmigrantes afro reconfigurando y aportando el gran
acervo de tradiciones y valores culturales muy presentes en las vidas cotidianas de las
comunidades, tanto en la oralidad, el baile, la música, en sus relaciones de solidaridad,
la verbosidad, el refraneo, la crónica vecinal y el dicho popular (Revista Petronio
Álvarez, homenaje a las músicas de marimbas, pág. 8).
El 6 de agosto del 1997 se inauguró el festival Petronio Álvarez en el Teatro Municipal
al aire libre Los Cristales, donde el antropólogo caleño Germán Patiño ayudó a dar
forma y vida al festival, creando desde sus inicios el concurso que estableció las
siguientes categorías: Chirimía, Marimba y Agrupación Libre. Dándole cabida a todo el
litoral Pacífico. Por tener una gran aceptación en la comunidad, la región y el país, el
festival ha venido creciendo de manera exponencial por lo cual ha variado su lugar y
fecha de realización; por lo general se realiza entre los meses de agosto y septiembre.
38
El Petronio se ha consolidado como un proceso cultural que busca desarrollar, conservar
y divulgar las músicas tradicionales de la región, porque instauran unas relaciones y
unas prácticas sociales que, desde la dimensión simbólica y representativa, son el eje
cohesionador del tejido social regional que crea sentido de pertenecía, reivindicando los
valores y aportes de las etnias afrocolombianas en la conformación de identidad.
(Revista Petronio Álvarez, homenaje a las músicas de marimbas, pág. 8).
Durante cinco días, los sonidos de las marimbas, cununos, violines y guasas se toman el
ambiente extasiando a los presentes en una interacción de cantos y danza compartida
entre el público, músicos, músicas, bailarines, bailarinas y cantantes. Al llegar al
Petronio, lo visible en primer lugar es la alegría con que la gente y sus alrededores
acogen a todas las personas, en donde se ven niños y niñas, adultos y ancianos. Otra
característica muy notoria es la venta de bebidas alcohólicas sin prohibición: Biche,
Arrechón, Toma Seca, Para Palo, que son bebidas tradicionales y hechas a base de
destilación de caña, como hacían las y los esclavizados en las haciendas donde eran
obligados a trabajar. Aunque la gente bebe mucho, se genera un control social de las
personas presentes en el festival para evitar que se presenten conflictos.
Nadie quiere que se dañe esto, esto es hermoso toda la tradición de los afro en un solo
lugar, música, comida, ropa, bebidas, así que la gente cuida esto y lo quiere, como
somos pacifico nadie debe ni tiene por que pelear, esto es una fiesta. (Entrevista a
Alberto Angulo, septiembre 2013).
Cuando suena la música, y los tambores y la marimba aceleran, la gente empieza a
bailar, es como si todo el mundo estuviera de acuerdo en moverse de lado a lado es
poco probable no hacerlo, el roce es inevitable, el límite del espacio personal se pierde,
39
hay una alegría común, se hacen comentarios y bromas, hay una catarsis para la gente
en donde se comparte un juego corporal.
Son cinco días donde la gente está “alborotada”, así se dice, y luego de que el Petronio
cierre sus puertas la gente se desplaza a la Calle del pecado a seguir bailando y cantando
–esta es la calle donde se alojan gran parte de los músicos que participan del Petronio–,
al barrio Córdoba a prender sus equipos de sonido, o esperar a los grupos que
participaron en el festival para seguir bailando y cantando.
Como esta es una fiesta familiar y de conservación de la tradición, para el año 2008 se
crea el “Petronito”, abriendo un espacio de carácter lúdico pedagógico para recoger las
experiencias artísticas expresadas en la música tradicional en las manos de las nuevas
generaciones. De este proceso nace la escuela de música tradicional infantil “Mundo
Manglar”
De esta forma, y a partir de un contexto donde la música tradicional se vive a flor de
piel, se ve como está incorporada en las prácticas tradicionales de las regiones del
Pacífico, y que en cada contexto tienen una relación espacial particular, una relación
proxémica determinada, lo que establece dinámicas sociales concretas.
Dicho esto, es preciso analizar cómo esta tradición se replica en un contexto como el del
grupo de danzas Palenkito en la localidad de Kennedy, tratando de ubicar e identificar
las transformaciones o continuidades pueden sufrir estas prácticas culturales con
población en situación de desplazamiento en Bogotá.
40
2.3. Palenkito en Bogotá
Para comprender los procesos de transformación de la identidad colectiva de las
poblaciones en situación de desplazamiento, es necesario una perspectiva de análisis
que permita entender las nuevas relaciones que conforman las personas en situación de
desplazamiento y, a su vez, las interacciones y los nuevos significados que se empiezan
a construir con el nuevo proceso de ubicación. Por esto, se hace necesario conocer y
entender el proceso de desplazamiento que tuvo la población y que ahora hace parte del
proceso de formación de Palenkito.
Es necesario reconocer que durante el proceso de desplazamiento y asentamiento de la
población afro en los nuevos lugares que tienen que habitar, se crean algunas fisuras o
rupturas de la tradición, pero al mismo tiempo se ven fortalecidas otras. Por esto, es
importante indagar si existen continuidades o trasformaciones culturales que han tenido
las músicas tradicionales de la comunidad afro, entendiendo su manera de enseñanza y
no solamente cómo se canta o baila, sino para que sirven estas prácticas para la vida.
Por ser la música y la danza, prácticas sociales que tiene la comunidad, se hacen
necesarias lecturas particulares de estas manifestaciones, analizando su quehacer y si la
población les otorga nuevos significados. Entonces, es preciso entender los cambios
semánticos de las manifestaciones, el rol que la música y la danza tienen en la población
y la forma de asumir estas prácticas. Como estas expresiones se encuentran ligadas a la
noción de territorio ya que se crea una relación de los habitantes con el entorno físico,
estas manifestaciones adquieren un sentido, así, la música y la danza adquieren su real
forma. De este modo, al violentarse el territorio, todas las manifestaciones culturales se
41
ven afectadas y trastocadas porque es en el territorio donde la afrocolombianidad
adquiere se máxima expresión.
2.4. El mundo de la música y la danza afrocolombiana en Kennedy8
En la casa de Nelly Mina se ha bailado desde hace mucho tiempo, en el año 1998 se
creó la guardería para niños y niñas afrocolombianos con el objetivo de proteger y
ayudar a dar identidad a los afrocolombianos residentes en la ciudad. Nelly cuenta que
los niños y niñas de las comadres y compadres no eran bien recibidos en los jardines de
la zona por el racismo de muchas personas; al respecto dice: “una vez mi hija mayor
Maribel me dijo mamá quítame la cabeza y ponme una blanca, en el colegio los niños
me dicen negra cuscus”.
Desde ese momento un grupo de mujeres se dio a la tarea de cuidar los hijos e hijas de
sus parientes, o sea, de la población afro que es muy numerosa en la localidad. Este
proceso se acompañó con juegos, cantos y músicas tradicionales, y al pasar el tiempo y
con los ensayos se formalizó el grupo de danzas Palenke, permitiéndole a los
integrantes y a Nelly obtener algunos recursos económicos. Aparte de esto, se
empezaron a crear y fortalecer lazos de amistad con todos y todas los asistentes,
contando con sus familias; esto lo aprovechó bien Nelly para convertirse en la figura de
8 La localidad 8, de Kennedy, tiene 3785 hectáreas de extensión. Por el norte limita con la localidad de Fontibón y los ríos Bogotá y Fucha, por el sur con las localidades de Bosa y Tunjuelito, la Autopista Sur y el río Tunjuelo, por el oriente con la localidad de Puente Aranda. La localidad se encuentra ubicada sobre dos terrazas de diferentes niveles: la parte alta que corresponde a la zona oriental y la parte baja, conocida como El Tintal, que forma parte del valle natural de inundación del río Bogotá. Se encuentran los humedales de Techo, El Burro y La Vaca. Tiene un total de 3.856,55 ha. (4,5 % del área total de la Ciudad)-de los cuales el 93,5 % corresponde al área urbana y el 6,5% es suelo de expansión, dentro del área total el 11,12% son áreas protegidas (428.96 ha.). Kennedy es la sexta localidad con mayor extensión a nivel distrital, la localidad tiene una población de 1.500.000 habitantes aprox., siendo la más poblada del Distrito.
42
la madrina de todos los que pasaban por Palenke, influyendo, así, en todos los
asistentes.
Con este trabajo se alejó a muchos de los peligros de la calle, encaminándolos en el
estudio y el trabajo legal, pero lo más importante, como lo dice Nelly, es que se dieron
cuenta y están orgullosos de los que son, afrocolombianos que conocen el legado
ancestral de la comunidad, “porque el que baila, canta o toca esta bendecido por los
Orichas”.
Con el tiempo estos chicos y chicas fueron creciendo e ingresaron a la universidad,
otros conformaron su familia y se dedicaron a trabajar, y un par se volvieron deportistas
profesionales. Pero lo que no cambió en Palenke, es que dejaran de llegar nuevos
integrantes al grupo. Desde el año 2008 Nelly vio la necesidad de crear un grupo sólo
para niños y niñas entre 5 y 16 años, ya que en el otro grupo existen bastantes adultos, y
al nuevo grupo se le bautizó con el nombre de Palenkito.
Por ser Nelly muy reconocida en el barrio y por la comunidad afro, muchas de las
familias que llegaban a la ciudad y al barrio Kennedy, hablaban con Nelly y llevaban a
sus hijos e hijas ,ya que ella ha transmitido entre los paisanos la necesidad que tienen
los niños y niñas de cantar y bailar, y más aún cuando esto era lo que hacían en sus
regiones de origen. Es por el reconocimiento y difusión que ha tenido Palenkito que han
llegado varios niños y niñas en situación de desplazamiento. Según Nelly:
El trabajo con los niños y niñas no es difícil, ellos saben de que se trata esto, al principio
se encuentran tímidos en la pista, distraídos, pero al empezar el calentamiento con los
tambores y la marimba se crea una atmosfera propicia para trabajar con todos, los niños
43
y las niñas se encuentran muy conectados con la música (entrevista a Nelly Mina,
febrero de 2014) .
Palenkito está conformado por 24 personas de los cuales 11 son niños y 13 niñas, todos
son afrocolombianos, y sus lugares de origen son: Bogotá, Tumaco, Puerto Tejada,
Magüi Payan, Buenaventura, Chocó, Guapi y Barbacoas. Del total del grupo, 12
personas son niños y niñas en situación de desplazamiento; de los cuales, 2 niñas y 2
niños provenientes de Buenaventura, 2 niños de Magüi Payan, 2 niñas del Chocó, 1 niña
de Guapi, 2 niños y 1 niña de Puerto Tejada. Es necesario mencionar que dentro del
grupo Palenkito existen dos personas que se pueden considerar mestizas y son oriundos
de Bogotá.
El grupo Palenkito se sostiene económicamente de lo que le aporta el grupo de mayores
por medio de sus presentaciones y, por otra parte, de la genialidad de Nelly y algunos
allegados al trabajo de Palenke, que hacen donaciones en especie y en dinero. Este
trabajo no recibe ningún apoyo económico por parte de un ente estatal o privado. En el
Barrio, Nelly tuvo algunas dificultades con sus vecinos por el volumen de la música,
pero como nos cuenta Nelly:
Esto ya es una etapa superada. Aquí en el barrio la gente me conoce y sabe lo que hago,
así que ese cuento del volumen ya fue solucionado, porque hay que escuchar a los
vecinos no ve que no vivimos solos, ahora sabemos cuál es el volumen que se permite
por acá y también se le han puesto cositas a la casa para aislar el sonido afuera. Así que
con la mayoría de vecinos no hay problema. (Entrevista a Nelly, febrero de 2014).
La experiencia de bailar es una costumbre de carácter emotivo donde se vivifican los
recuerdos a partir del movimiento, donde llegan a la mente imágenes, personas y
lugares, y el vehículo para esto es la música y el canto, se experimenta el cuerpo desde
44
una auto percepción distinta a la vivida en sus lugares de orígenes ya que en el nuevo
lugar donde se ensaya, el clima, la ropa, son diferentes a lo que venían acostumbrados.
Por estas razones se altera la experiencia del cuerpo y el movimiento.
Se debe entender que los códigos y simbolismos que se manejan en las regiones al
momento de practicar las danzas y cantos en la ciudad no afloran, ya que estos códigos
se aprenden en un territorio y cada uno de ellos es diferente a los otros, así se dancen y
canten las mismas canciones. Es por eso que al momento de danzar y cantar, los niños y
niñas hacen una mayor empatía con los de su misma región, pues manejan los mismos
códigos; a esto se le llama un metalenguaje comprensible creado entre personas de un
mismo lugar de origen.
Las visitas a los ensayos tenían la intención de identificar la dinámica que estos
generaban, las motivaciones, avances o retrocesos que tenía el proceso de aprendizaje,
al pasar un corto tiempo (un mes), se vislumbró e identificó la importancia que tienen
los ensayos, entendiendo que éstos no sólo tiene un fin netamente recreativo. Estos
espacios han permitido generar un contexto en el que se crean oportunidades de
socialización para los niños y niñas, lo cual hace este espacio tan importante para ellos,
así mismo se sienten muy cómodos y felices en el grupo.
Aquí en Palenkito me recuerda a Tumaco, así mismito bailábamos allá con mis amigos,
allá era más grande, bueno era en la calle y hacia más calor pero esto es igual que en
Tumaco (Entrevista a Luis, marzo de 2014).
Esto crea un potencial muy alto ya que se convierte en el único espacio en la ciudad
donde se trasmiten saberes tradicionales, se recuerda la memoria colectiva de la cultura
45
afro, ausentes en la socialización ofrecida por la familia. Es frecuente escuchar de los
niños y niñas “así cantaba mi tío”, “así bailaba mi hermana”, entre otros dichos típicos
de recordación de lugares, personas, formas.
Según Helmut Shoeck, estas vivencias son “el proceso por el que todo miembro de una
sociedad interioriza durante una época de crecimiento unos esquemas de conducta que
le permite comportarse en esta sociedad en conformidad con las convenciones y las
normas cual corresponde a una persona adulta”.
En el Pacífico colombiano las tradiciones como la música y la danza son saberes que se
aprenden en varios espacios pero los mas marcados son: las fiestas o ceremonias que
tiene cada pueblo, en las cuales interviene la familia extensa, por lo general siempre hay
un familiar o se conoce la procedencia de cada persona, así es más fácil empezar
cualquier trabajo que se quiera con los chicos y chicas; por otro lado, existen grupos de
danzas que se crean en los pueblos, existen varios grupos de danzas en las regiones, y
en las escuelas y colegios se le da gran relevancia a las danzas.
Por la imitación, los niños y niñas aprenden diversos oficios y tradiciones, esto pasa con
la música y la danza. Lo mismo sucede a través de la observación, estas prácticas se
enraízan en las disposiciones corporales y sensoriales de acuerdo al contexto social y
político al que pertenezcan. Es indudable que la danza y la música en los niños y niñas
se hace a través de la noción del juego, es necesario entender que más allá de danzar y
cantar, estás practicas funcionan como trasmisoras de conocimiento, valores y
habilidades; lo que hace que la población del Pacífico sea noble y alegre de por sí, ya
46
que uno de sus valores más profundos se encuentran en las notas musicales que han
acompañado a la población desde hace mucho tiempo.
Todos los procesos que se venían construyendo con niños y niñas en los territorios
propios son arrancados abruptamente por el fenómeno del desplazamiento; en la ciudad
ya no se encuentran espacios propios para esto, la ciudad es inmensa y su gente es
totalmente diferente, las personas a pesar de vivir cerca, muchas veces no tienen
ninguna relación de vecinos, lo que no pasa mucho en los lugares de origen de las
personas, ahora prevalece el silencio y el individualismo de una gran mayoría, afloran
los actos y comentarios racistas y la gente afro en situación de desplazamiento se
empieza a ver apartada de muchos de los espacios que tiene la ciudad.
Así, los ensayos se contemplan como uno de los pocos espacios que se tienen para
sentirse como en su territorio y en familia, en los ensayos se recuperan muchos de los
valores culturales de la región. Es por esto que los ensayos deben verse como un
microcosmo donde niños y niñas logran un espacio de socialización basado en las
tradiciones de la comunidad afro, mas allá de núcleos tan importantes como la familia y
el aula escolar.
Por encontrarse en situación de desplazamiento y tener que enfrentarse a nuevas
dinámicas y contextos en la ciudad, las danzas y cantos tradicionales han sufrido
cambios, por esto es necesario identificar cuáles formas tradicionales se siguen
reproduciendo en Palenkito y cuáles han desaparecido.
47
Según lo observado, este grupo tiene como trasfondo la inmensa necesidad de generar
prácticas que eviten la pérdida de las tradiciones y saberes populares como
consecuencia del desplazamiento; la realización, conservación y reproducción de este
tipo de espacios son una apuesta cimarrona de lucha y conservación de tradiciones que
pertenecen a la comunidad, que en una ciudad como Bogotá pueden desaparecer.
La comunidad afro acostumbra a realizar sus prácticas religiosas con bailes y canciones
propias para la ocasión, se encuentran aquí los rituales que se le hacen a los muertos que
tienen el nombre en el Pacifico Sur, de “chigualo o guali”, son velorios que se hacen a
los niños y niñas menores de siete años. Según la tradición afro, estos niños y niñas son
puros al momento de morir por lo cual se debe hacer una fiesta para ayudar el alma del
niño o niña a subir al cielo, aquí los amiguitos del muerto hacen rondas, bailes y juegos
infantiles, es prohibido que la madre llore ya que le moja las alas al angelito y no lo deja
subir a cielo fácilmente.
Para los adultos se encuentran los “alabaos”, donde se le canta al muerto y se toma trago
en su memoria. Este tipo de manifestaciones en la población afro desplazada en Bogotá
se rompen, evidencian una completa ruptura. Por reglas de sanidad, en la ciudad de
Bogotá los muertos no se pueden velar en las casas o sitios diferentes a las funerarias, y
estos sitios tienen unas reglas claras de comportamiento; los niños y niñas no pueden
jugar, no se puede comer, todos deben salir a una hora específica y por ningún motivo
se puede hacer “bulla”, ni alterar el orden establecido; entonces, no se puede cantar ni
tocar ningún instrumento.
48
Este tipo de prácticas se pierden por las razones anteriormente citadas, pero en los
ensayos de Palenkito se quiere mantener viva la memoria; así, estas prácticas se realizan
a modo de representación teatral, lo cual es una oportunidad que genera procesos
identitarios y colectivos en la población que asiste al grupo.
Otro elemento que se ha perdido es el reconocimiento que las personas tenían en su
lugar de origen por el oficio que realizaban, muchos de los músicos y bailarines de la
comunidad lo han heredado de sus antepasados, así la comunidad en el territorio
reconoce esto y espera que el linaje siga con los nuevos integrantes que llegan a la
familia. Estos códigos de prestigio en la ciudad se pierden, en la cuidad se debe
sobrevivir como sea, así que la música y las danzas son relegadas a la búsqueda de
trabajo formal en la ciudad. La tradición no es estática ni inmutable, hace parte de un
tejido social que se reconstruye y reconstruye a medida que los hechos y realidades
sociales van cambiando.
2.5. La música y danza tradicional afro en su nuevo espacio
Con el recorrido vivido por las personas en situación de desplazamiento forzado, y
según lo analizado hasta ahora, vemos como algunas de las prácticas han tenido que
modificarse o transformarse al llegar a la ciudad. Se puede ver como las personas han
tenido que reconstruir y dar una nueva semántica tanto a la vida cotidiana como al
espacio físico, y sin lugar a dudas, la danza y la música se ven relacionadas en este
proceso. Como se ha mostrado en el texto, estos elementos hacen parte del entramado
social de las poblaciones afro. Por lo anterior, analizaremos a continuación cómo la
danza y la música adquieren nuevos valores y funciones, en el contexto del
desplazamiento de la población afro, para este caso, de localidad de Kennedy.
49
Se mostró como algunas prácticas como los ritos fúnebres han tenido que desaparecer
de los nuevos lugares donde habita la gente, prácticas que generan una memoria
colectiva, y que han sido remplazadas por representaciones simbólicas de carácter
teatral; sin embargo, esto ya no hace parte de las prácticas colectivas cotidianas, su
sentido ha cambiado, así mismo, las danzas han cambiado, ahora se limitan a espacios
cerrados, no al aire libre, los músicos deben tratar de bajar el volumen de sus
instrumentos para que los vecinos no se molesten y no llamen a la policía.
En la ciudad los grupos de danza y música pasaron a ser un elemento extra cotidiano a
no cotidiano como lo eran en varios lugares del Pacífico. Como en la cuidad se vive al
límite y las relaciones de compadrazgo y apadrinamiento también se resquebrajan, ya
que los medios no permiten las mismas relaciones que anteriormente se tenían, muchos
grupos de danza y música afro aparte de retraer esa memoria ancestral, buscan un
sustento económico con esto; por lo cual, son calificados como espectáculo.
En una entrevista realizada al músico, bailarín y director del grupo “Los Hijos del
Pacifico”, John Dimas, oriundo de Tumaco y desplazado en la cuidad de Bogotá desde
el año 2013, manifiesta:
Aquí manito a uno le toca buscar presentaciones donde salgan, colegios, festivales,
matrimonios, toca sobrevivir mi pana, así que el grupo tiene que montar un buen
espectáculo, bien pulidito pa que nos sigan contratando y que todos podamos sobrevivir
en la selva de cemento.
Dentro de los territorios la danza tiene un carácter tradicional, de conexión con los
antepasados, de fortalecimiento y limpieza del espíritu, así mismo de goce, alegría y
50
comunicación con toda la región, muchas veces en la región los grupos hacen
presentaciones, en diversos lugares, pero debe entenderse que en las regiones su fin no
es éste; es indudable el valor social que tiene la danza y la música en las regiones donde
habita la comunidad afrocolombiana.
Evidentemente, las personas en situación de desplazamiento forzado habitantes de la
localidad de Kennedy y pertenecientes al grupo Palenke y Palenkito han generado y
generan prácticas de significación colectiva que ayudan a la población a mantener su eje
identitario y de reconocimiento con la ancestralidad. Así mismo se generan redes de
apoyo entre las personas del grupo dándole continuidad a la memoria colectiva y
generando ahora nuevos códigos y valores en la ciudad. Pero por las circunstancias en
que se encuentra la población, la música y la danza han cambiado, ahora muchas
personas ven en estas prácticas como un trabajo con el cual pueden sobrevivir en la
ciudad de Bogotá y, a la vez, generar ese vinculo, ese lazo de construcción de identidad,
lo cual es totalmente válido.
Es necesario mencionar que es poca la población afro que viva netamente de la danza y
la música, según lo encontrado en esta investigación, se encuentran pocos grupos de
danzas afro constituidos como grupos profesionales, pero si muchos que lo hacen como
una ayuda económica extra para sus integrantes. Así que, en el caso de los adultos,
muchos ven la danza y la música como un ejercicio de gozo, de reinvocación, de
reconocimiento y vivencia de su cultura, que a veces genera recursos económicos; y
para el caso de los niños y niñas, es la construcción de identidad pues el dinero por
ahora no es contemplado.
51
María Angulo Cuero, madre de Brayan Arizala Cuero que tiene seis (6 ) años, vive en la
ciudad de Bogotá desde enero de 2014 y proviene de Barbacoas Nariño, señala:
Brayitan tiene que seguir bailando en Palenkito es de lo poco que le puedo dar aquí, eso
es muy importante pa los niños que sigan escuchando y bailando la música del pueblo,
no ve que aquí no hay nada de eso, y es malo que un niño no sepa cuál es su cultura y
tradición, esto es tradición imagínese si el niño no viene aquí, no tendría tantos
amiguitos negros, con lo racistas que son en la ciudad.
El interés primordial que tiene Palenkito no son las presentaciones, si no el bienestar y
el realce de la cultura afro que se da a través de este espacio, poder influir en los niños y
niñas afro en situación de desplazamiento forzado, que no han sido influenciados por
los ancestros, ayudándolos a vivir de mejor manera en una ciudad, que ahora para ellos
y ellas es su ciudad.
52
3. CONCLUSIONES
El Pacífico colombiano es un punto estratégico para los distintos grupos armados que
existen en el país, por lo cual este territorio se ha convertido en una de las zonas donde
más se ha presentado el desplazamiento forzado de sus comunidades, por lo cual la
población afro ha tenido que desplazarse a diferentes ciudades con el fin de proteger sus
vidas y encontrar nuevas opciones para la reconstrucción de sus nuevas historias.
El desplazamiento y la desterritorialización son de las adversidades más graves que
debe afrontar la comunidad afrocolombiana en el desarrollo del conflicto interno
colombiano. Esta afectación trae consigo una amenaza a los valores y prácticas
culturales del pueblo afro, pilares fundamentales de su permanencia como colectividad
y de sus posibilidades de reconocimiento y valoración positiva en otros contextos.
Así, en la presente investigación se relataron las difíciles situaciones en que la
población afro en situación de desplazamiento se encuentra en el país, así como el
impacto que trae consigo este desplazamiento forzado para ellos y ellas, que al ser una
población mayoritariamente campesina sus conocimientos tienen que ver,
principalmente con la tierra y la relación con la naturaleza. Por lo tanto, en Bogotá las
dinámicas de trabajo y relacionamiento sufren cambios bruscos y violentos, ahora en la
ciudad de Bogotá sus saberes no resultan tan útiles, por lo cual se ven en la necesidad de
adoptar otras actividades con el fin de sobrevivir en la capital del país.
Las prácticas y expresiones culturales, como la danza y la música, han estado
profundamente ligadas a la población desde antes de la esclavización del pueblo
africano, durante la esclavización y luego de ella. Estas manifestaciones se convierten
53
en elementos evocadores de memoria, de recuerdos, por lo tanto estas prácticas son una
salida y un camino que se debe recorrer a profundidad.
Son muy escasas las investigaciones que tratan la manera en que en nuevos espacios
generados por la violencia se pueden reconstruir y generar nuevos procesos sociales, a
partir de la implementación del legado cultural, al igual que prácticas locales donde se
encuentra asentada población en situación de desplazamiento.
La música y la danza tradicionales, al ser prácticas aprendidas culturalmente, generan lo
que llamamos “memoria orgánica” compartida, la cual permite dar continuidad y
permanencia a procesos identitarios. Al estar fuertemente ligadas la música y la danza
con el territorio, se ha construido una identidad colectiva a través de procesos históricos,
sociales y territoriales que ha compartido la población; así la territorialidad juega un
papel bien importante, ya que en ella emergen los campos simbólicos de significación y
apropiación de la tierra, de usos y prácticas colectivas, de la tradición oral, la sonoridad
y la espiritualidad.
Por lo tanto, el cambio más marcado que genera el desplazamiento es la pérdida del
territorio con todas las implicaciones que esto tiene, lo cual lleva a trastocar el
entramado de prácticas y tradiciones que establecieron los pobladores en su territorio.
A lo largo de la investigación se evidencia como la danza y la música son valoradas por
la población afro, generando con éstas una memoria social, al igual que permiten
invocar recuerdos y experiencias pasadas. Por lo tanto, festivales de música tradicional
como el Petronio Álvarez y grupos de danza y música como Palenkito son tan
54
importantes, ya que con estos espacios se generan lo que llamamos una memoria en
movimiento, la recuperación de tradición y una identidad colectiva.
La música tradicional es inherente a prácticas y expresiones culturales de la comunidad,
estos elementos se han utilizado como vehículos de resistencia, desarrollo y gozo, así
como de fortalecimiento identitario, por lo tanto muchos de los procesos formativos en
los niños, niñas y jóvenes pertenecientes a la etnia afro están relacionados con estos
elementos.
El desarraigo es un sentimiento que crece en la población víctima del desplazamiento
forzado y es necesario mirarlo con detenimiento para encontrar mecanismos que alivien
esta situación, tal como fortalecer las expresiones culturales del pueblo afrocolombiano,
ya que es indispensable que se realicen reparaciones simbólicas al igual que materiales
por parte del estado colombiano.
Dado que estas reparaciones deben contar con la visión, la cosmogonía y el entender de
la población en situación de desplazamiento, es indispensable contar con políticas
públicas claras para evitar que el desplazamiento forzado en la comunidad afro rompa
con los lazos identitarios históricamente creados; pues se trata de un grupo étnico que se
identifica como tal por tener una construcción de identidad a través de procesos
colectivos históricos. Es por esto que parte de esta memoria se encuentra en riesgo de
perderse, pues en lugares como Bogotá muchas de las personas que tienen una relación
y conocimiento de la música y la danza de múltiples formas, se ven obligadas a realizar
una serie de oficios y labores totalmente diferentes a éstas, lo que pone en riesgo
prácticas del pueblo afro, pilares fundamentales de su permanencia como colectividad.
55
Los esclavizados fugitivos y no, la gente que hace más de tres siglos ocupó el Pacífico
colombiano, las serranías, los valles interandinos, la Costa Caribe y los ríos, abrieron
los espacios para recuperar una memoria que ni siquiera las cadenas de la esclavización
pudieron romper, y por medio del tambor, la marimba, las gaitas y los cantos,
construyeron una cultura digna.
Esta investigación mostró como la música tiene la capacidad de viajar oralmente,
permitiéndole estar viva, la música es una manera de trasportar los bienes materiales, la
historia y el legado cultural aprendido en el Pacífico colombiano para radicarse en
cualquier lugar por agreste que éste sea. Según nuestra hipótesis:
(…) una ciudad como Bogotá en la que se encuentra un número importante de
población afro en situación de desplazamiento forzado, experiencias de trabajo
pedagógico basadas en la danza y música tradicional de la población
afrocolombiana, contribuyen de manera positiva a mantener la conexión
ancestral afro, y a su vez, el de retomar el camino del proceso de construcción
identitario, truncado por el fenómeno del desplazamiento forzoso que individuos
y familias deben hacer a la ciudad.
Por lo descrito y encontrado en la investigación, se puede asegurar que en la ciudad de
Bogotá, donde se encuentra un número importante de niñas y niños en situación de
desplazamiento forzado, experiencias de trabajo pedagógico basadas en la música y la
danzas tradicionales de la población afrocolombiana contribuyen de manera positiva a
mantener ese vinculo con la ancestralidad y ser protectoras de las cosmovisiones
afrocolombianas, lo cual identifica y caracteriza a la población afro del país. Son
indispensables los lugares como Palenkito para la población afro en situación de
56
desplazamiento que poco a poco reactivan y conservan esa memoria histórica, así como
incentivan la creación artística y cultural entre la gente que vive el trauma del destierro,
el desarraigo y la desesperanza.
La música contiene elementos mas allá de la música misma, esta la disciplina que se
necesita para a prender a tocarla, la escucha, el compañerismo, el respeto por el trabajo,
el sentirse parte de un grupo y trabajar en compañía, o solo, hasta terminar una pieza,
todos estos elementos repercuten en que los y las niñas posean un mejor rendimiento
escolar, pues cuentan con más concentración, son más responsables con sus trabajos y
saben que se necesita de constancia para terminar un producto, el desarrollar todas estas
aptitudes se reflejan en su desarrollo intelectual, así como el de reconocer el valor y la
importancia de la música en un país que sigue considerando el arte como algo de poco
valor y la cultura como algo prescindible de la vida. Lo importante y necesario aquí es
ver la música como un medio para llegar a otras cosas.
57
REFERENCIAS ACOSTA, Leonardo (2006). Música y Descolonización. Caracas: El perro y la Rana. AFRODES -Asociación de Afrocolombianos Desplazados-, Global Rights (2007). Los
Derechos Humanos de las Comunidades Afrocolombianas. Luces y contraluces sobre la
exclusión. Informe desde una perspectiva afrocolombiana. Bogotá.
___________________, Global Rights (2010). Del Dicho... al Hecho Hay Mucho
Trecho. Análisis de Marcos Normativos y Políticas Públicas para la Población
Afrocolombiana en Situaciones de Desplazamiento Forzado o Confinamiento. Bogotá.
___________________, Organización de Comunidades Negras (ORCONE),
Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (CNOA). Política pública
con enfoque diferencial para la población afrocolombianas en situaciones de
desplazamiento forzado o confinamiento. Propuestas para la construcción. Alta Vos
Comunicaciones.
BOURDIEU, Pierre. (1991). El sentido práctico. Madrid: Taurus.
CONNERTON, P. (1989) How Societies Remember. Cambrigde: Cambrigde
University Press.
CORTE Constitucional. (2009). Auto 005: Protección de derechos fundamentales de la
población afrodescendiente víctima del desplazamiento forzado en el marco de
superación del estado de cosas inconstitucional declarado en sentencia T-025/04. M. P.
Manuel José Cepeda Espinosa.
DE FRIEDEMANN, Nina; Patiño Roselli, Carlos, (1983). Lengua y sociedad en el
palenque de San Basilio, instituto caro y cuervo, Bogotá.
___________________ (1989). Criele Criele Son del Pacifico Negro. Bogotá: Plantea.
58
DEL CASTILLO, Nicolás (1982), Esclavos Negros en Cartagena y sus aportes
Léxicos. Bogotá: Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo, Tomo LXII. (Vargas, 1999, p. 46-47).
GARCÍA “Chucho”, Jesús (1992), Afroamericano Soy. La diáspora del Retorno.
Caracas: Ediciones los Heraldos Negros.
____________________(2004), Mokongo Ma Chévere. Danzar la Historia…Danzar la
Memoria. San José de Barlovento: Colección Afro-América.
LÉVI-STRAUSS, Claude (1974). Antropología estructural. Ediciones Paidós, S.A.,
Barcelona.
MARTÍNEZ, Luis G (2003). La champeta: una forma de resistencia palenquera a las
dinámicas de exclusión sociorraciales y culturales, puestas en marcha por las élites
"blancas" de Cartagena y Barranquilla entre 1960 y 2000. Universidad de los Andes,
Bogotá, Colombia.
ODR -Observatorio de Discriminación Racial- (2008), El Derecho a no ser
Discriminado. Primer informe sobre discriminación racial y derechos de la población
afrocolombianas. Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
PÁEZ, D (1998). Memorias colectivas de procesos culturales y políticos. Madrid:
Universidad del País Vasco.
RODRÍGUEZ E, Natalie., JIMÉNEZ, Natalia (2006). Estado del Arte de la
investigación sobre las comunidades afrodescendientes y raizales en Bogotá. D.C.
Bogotá. Alcaldía Mayor, Instituto Distrital de Cultura y Turismo-Observatorio de
Cultura Urbana de Bogotá.
SISTEMA Nacional de Cultura y Ley General de Cultura 397/97. Bogotá: Ministerio
de Cultura - Dirección de Étnocultura y Fomento Regional.
59
STRAUSS, Anselm; CORBIN, Juliet (2002). Bases de la investigación cualitativa:
Técnicas y procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada. Medellín:
Universidad de Antioquia.
TAVERA C, María C. (2005). Transformaciones y continuidades de la danza
tradicional del Pacífico colombiano en población en situación de desplazamiento : un
estudio de caso en los barrios La Isla y El Oasis (Soacha). Universidad de los Andes,
Bogotá, Colombia.
VARGAS, Patricia (1999). Propuesta metodológica para la investigación de la
percepción territorial en el Pacífico. En: Camacho, Juana y Restrepo, Eduardo (eds.). de
montes ríos y ciudades territorios e identidades de la gente negra en Colombia. Bogotá:
Fundación Natura, Ecofondo, ICAHN.
XV Festival de Música del Pacifico (2011). Petronio Álvarez. Homenaje a las Músicas
de Marimba. Cali: Alcaldía de Santiago de Cali.
DE INTERNET
BOAS, Franz (1968) Franz Boas y el Concepto de Cultura. Recuperado de
http://teoriaehistoriaantropologica.blogspot.com/2012/04/boas-y-el-concepto-de cultura
.html
KWABENA N J. H. Sobre la Historicidad de la Música en las Culturas Africanas.
Recuperado en:
http://books.google.es/books?id=I500AAAAIAAJ&q=Sobre+la+Historicidad+de+la+M
úsica+en+las+Culturas+Africanas&dq=Sobre+la+Historicidad+de+la+Música+en+las+
Culturas+Africanas&hl=es&sa=X&ei=8mCOU4PYKq6_sQS8iYKgBg&ved=0CC0Q6
AEwAA
La Música en África. Recuperado en:
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/iesmateoaleman/musica/la_musica_en_africa.
htm.
60
SOUTHERYN Eileen. Historia de la música negra norteamericana. Recuperado de
http://www.revistamusicalchilena.uchile.cl/index.php/RMCH/article/viewFile/12398/12
712.
[URL]: http://www.etniasdecolombia.org
[URL]: http://www.actualidadetnica.com.co