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24 He de confesar que el iniciar una aventura —pues así consideré el viaje en un inicio— acarreó los miedos propios que resultan del eco de la ignorancia aumentado por los prejuicios de los que me es a veces difícil escapar, dada la mención de los estigmas que rodena a China en mi país, y a los preparativos para emprender el viaje se sumaron las d\das con respecto a las posiIles dific\ltades X\e \n viaje asx p\ede representar! el idioma, p\es en 4t_ico e_iste incluso la frase «está en chino» para referirse a algo complicado; las posibles diferencias en cultura, ya que es bien saIido X\e los latinoamericanos somos casi fiesteros® para todo ` los orientales mms Iien ceremoniosos" la comida, volvemos al punto del arroz; y, debo admitirlo, el condicionamiento de miedo que yace respecto a lo desconocido y e_tra|o Como contraparte debo mencionar que el hecho de haber tenido dos acercamientos con miembros del sindicato cOino en a|os anteriores a la visita, tamIi tn a travts de la C9OC, me motiv} para c\ando se plante} esa posiIilidad de viajar a 1iangs\ 7\es, por invitaci}n de s\ :ecretario 0nternacional! 1ost +el =alle, t\ve la posiIilidad de asistir a \n par de cenas oficiales llevadas a caIo en la Ci\dad de 4t_ico, donde se afinaron los detalles de la invitación en la que fui incluido y se establecieron las pautas de colaboración para múltiples acuerdos de intercambio c\lt\ral ,n tales eventos p\de conocer no s}lo a miemIros del COina 1iangs\ ;rade <nion, a X\ienes reencontrarxa en China, sino también atestigüé una calidez que para mí resultó novedosa, pues en aquella velada llevada a cabo en \n resta\rante de 7olanco, meses antes de emprender el viaje, nott por c\enta propia X\e los miemIros de los sindicatos de ambos países se relacionaban en una forma que correspondía más a la amistad que a un rígido protocolo laIoral ,ntendx entonces \na Mrase X\e tom} ma`or sentido d\rante mi estancia en la ci\dad de 5anjing c\ando la presidenta del COina 1iangs\ ;rade <nion, ?ing CO\nning, la mencion} d\rante la recepci}n de gala con X\e nos dieron la Iienvenida! los sindicatos p\eden llegar a donde los goIiernos no p\eden®, pero no me adelantart a los OecOos 4e limitart, por aOora, a decir X\e M\e en el marco de estos precedentes X\e aceptt la invi taci}n del compa|ero 1ost +el =alle a iniciar \na travesxa X\e me permitiera dar c\enta a travts de la li terat\ra de las diMerencias ` similit\des X\e e_isten entre el mito de COina ` la realidad de esa naci}n X\e, sin l\gar a d\das, emerge como \na posibilidad de desarrollo a la que occidente comienza a mirar con detalle, pues, se quiera o no, ha consolidado una ruptura del discurso canónico del capitalismo que ha sumido a gran parte del mundo en una crisis de la que China Oo` se enc\entra, por m\cOo, lejana 7ero ello no Oa sido grat\ito, sino X\e se deIe entre otras cosas, segn la perspectiva que pude obtener durante mi estancia, al trabajo, la inclusión, la visión a largo plazo, y, debo hacer énfasis en ello, al respeto, \n proM\ndo respeto X\e parece in\ndar s\ c\lt\ra Perspectivas de China en México La muralla que nos une

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He de confesar que el iniciar una aventura —pues así consideré el viaje en un inicio— acarreó los miedos propios que resultan del eco de la ignorancia aumentado por los prejuicios de los que me es a veces difícil escapar, dada la mención de los estigmas que rodena a China en mi país, y a los preparativos para emprender el viaje se sumaron las d das con respecto a las posi les dific ltades e n viaje as p ede representar el idioma, p es en ico e iste incluso la frase «está en chino» para referirse a algo complicado; las posibles diferencias en cultura, ya que es bien sa ido e los latinoamericanos somos casi fiesteros para todo los orientales m s ien ceremoniosos la comida, volvemos al punto del arroz; y, debo admitirlo, el condicionamiento de miedo que yace respecto a lo desconocido y e tra o

Como contraparte debo mencionar que el hecho de haber tenido dos acercamientos con miembros del sindicato c ino en a os anteriores a la visita, tam i n a trav s de la C OC, me motiv para c ando se plante esa posi ilidad de viajar a iangs es, por invitaci n de s ecretario nternacional os el alle, t ve la posi ilidad de asistir a n par de cenas oficiales llevadas a ca o en la Ci dad de ico, donde se afinaron los detalles de la invitación en la que fui incluido y se establecieron las pautas de colaboración para múltiples acuerdos de intercambio c lt ral n tales eventos p de conocer no s lo a miem ros del C ina iangs rade nion, a ienes reencontrar a en China, sino también atestigüé una calidez que para mí resultó novedosa, pues en aquella velada llevada a cabo en n resta rante de olanco, meses antes de emprender el viaje, not por c enta propia e los miem ros de los sindicatos de ambos países se relacionaban en una forma que correspondía más a la amistad que a un rígido protocolo la oral ntend entonces na rase e tom ma or sentido d rante mi estancia en la ci dad de anjing c ando la presidenta del C ina iangs rade nion, ing C nning, la mencion d rante la recepci n de gala con

e nos dieron la ienvenida los sindicatos p eden llegar a donde los go iernos no p eden , pero no me adelantar a los ec os e limitar , por a ora, a decir e e en el marco de estos precedentes e acept la invitaci n del compa ero os el alle a iniciar na traves a e me permitiera dar c enta a trav s de la literat ra de las di erencias similit des e e isten entre el mito de C ina la realidad de esa naci n e, sin l gar a d das, emerge como na

posibilidad de desarrollo a la que occidente comienza a mirar con detalle, pues, se quiera o no, ha consolidado una ruptura del discurso canónico del capitalismo que ha sumido a gran parte del mundo en una crisis de la que China o se enc entra, por m c o, lejana ero ello no a sido grat ito, sino e se de e entre otras cosas, seg n la

perspectiva que pude obtener durante mi estancia, al trabajo, la inclusión, la visión a largo plazo, y, debo hacer énfasis en ello, al respeto, n pro ndo respeto e parece in ndar s c lt ra

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