la muerte del punga, de julián centeya

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La muerte del punga Pinchó, se tomó el piro quedó lo mismo igual como si nunca hubiera sido. Atrás quedaba mersada la misma vida, la misma cosa, y a él... tanto le daba. Podía llover y un vómito de cielo sacudir el árbol empavurar un perro amasijar una rosa y que el miedo se persignara. Pinchó. San Mongo debió esperarlo, chicato como es, el día de la zarpada. Le batían El Flaco y era punga. Cuando lo vieron después así, de última, indiferente, cuando ni hacía sombra se dijeron: “de qué mierda valió que la supiera lunga”. De guacho se metió en el entrevero la fue de cuarta con el Rengo Sola se metió en el escruche, fue piquero, rodó, pudo decir, más que una bola. Siempre fue chorro, nunca fue otra cosa. De cuando en cuando, alguna levantada, tenía un recuerdo puro en la piojosa de un burro fiador que dio mancada. La muerte lo pungueó en el conventillo quedó en el patio de crispada zurda. Venía desde lejos el canto de los grillos y entraba el tano Giacumin en curda.

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Page 1: La muerte del punga, de Julián Centeya

La muerte del punga

Pinchó, se tomó el piroquedó lo mismo igualcomo si nunca hubiera sido.

Atrás quedaba mersada la misma vida,la misma cosa,y a él... tanto le daba.

Podía llovery un vómito de cielo sacudir el árbolempavurar un perroamasijar una rosay que el miedo se persignara.

Pinchó. San Mongo debió esperarlo,chicato como es,el día de la zarpada.

Le batían El Flaco y era punga.Cuando lo vieron después así,de última, indiferente,cuando ni hacía sombrase dijeron: “de qué mierda valióque la supiera lunga”.

De guacho se metió en el entreverola fue de cuarta con el Rengo Solase metió en el escruche, fue piquero,rodó, pudo decir, más que una bola.

Siempre fue chorro, nunca fue otra cosa.De cuando en cuando, alguna levantada,tenía un recuerdo puro en la piojosade un burro fiador que dio mancada.

La muerte lo pungueó en el conventilloquedó en el patio de crispada zurda.Venía desde lejos el canto de los grillosy entraba el tano Giacumin en curda.

¿Por dónde es que se va la vidacuando viene y atraca la pelada?Se irá, me bato,por cien callejones de un hielo de negruraflameando la guadañacon su mano huesuda.

Page 2: La muerte del punga, de Julián Centeya

Hacía tiempo que se amasijaba.Callado y solo, no parlaba a nadie,ni la viola.En la encordada antes cantaba cosas pa su madre.

Lo cierto es que pinchó, se tomó el piro,quedó lo mismo igual, como si nunca hubiera sido.Atrás quedaba mersada la misma vida, la misma cosay a él... tanto le daba.

Podía llover y un vómito de cielo sacudir el árbolempavurar un perroamasijar una rosay que el miedo se persignara.

Pinchóse tomó el piro.

Julián Centeya