la masoneria y el transito constitucional desde 1925
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Desde la Constitución de 1925 hasta el 2000, como ha aportado la masonería chilena a la republicaTRANSCRIPT
TEMA : La masonería y el transito constitucional desde 1925
“La masonería y el transito constitucional desde 1925”
BIBLIOGRAFIA
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Carvajal Muñoz, Jorge. Historia de la Masonería en Chile. Ensayo.
“La masonería y el transito constitucional desde 1925”
PROLOGO
La historia no es simplemente el estudio de los hechos del pasado, como
habitualmente se sostiene, no todos los hechos del pasado son objeto de estudio de
la historia, existen muchos acontecimientos ocurridos en el pretérito que no forman
parte de la historia. La Historia, como ciencia, estudia un particular tipo de hecho, este
es el acontecimiento provocado por el hombre, el fenómeno histórico, tan fáctico e
independiente como son los fenómenos físicos, químicos o biológicos comienzan junto
con la aparición del hombre y éste hace la historia, por ello es que el hombre es un ser
histórico.
En consecuencia hablar de historia es referirse a las obras de los hombres y de las
instituciones que han formado.
La Masonería declara que su obra la realiza por intermedio de sus miembros y que,
como institución no se compromete en acciones contingentes. Lo anterior haría
suponer que sólo existe la historia de los aportes que los masones han hecho al
progreso social. Sin embargo, empíricamente existe una historia institucional que
puede, a su vez, ser considerada desde dos puntos de vista: el uno, cuando la
Masonería implícitamente se ha comprometido con alguna obra y ha estimulado a sus
cofrades para que realicen acciones en favor de determinados objetivos; el otro, es la
resultante de la acción individual, lo que modernamente podríamos denominar la
sinergia masónica en la historia nacional.
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DESARROLLO
1925 se ha marcado como punto de inicio del camino constitucional de nuestro país,
sin embargo, también marca el cierre de un capítulo de nuestra historia naciente, en
donde Q:.H:. y la Francmasoneria han tenido mucho que decir, y en esta etapa de la
historia conocida, han aportado con acciones concretas al devenir nacional.
“Si el libre pensamiento tuvo su desarrollo en Chile, fue y ha sido siempre una
consecuencia de la habitabilidad de sus alcances en las logias masónicas, y en la
capacidad de estas de nutrir éticamente la acción. Aún más. En Chile, no podemos
hablar de su desarrollo cultural y de la fundación de su concepción republicana como
país, sin considerar lo que ha sido, más que el aporte, la influencia de la Masonería”
Para poner las cosas en contexto, para 1900, de las 30 logias existentes. 14 se
encontraban en actividad y las restantes en sueños. Dato no menor, si consideramos
el alcance de los aportes de los Q.H y la influencia que hasta el día de hoy aquellos
trabajos significan, y de cuales muchos son temas de discusión vigente.
Partiendo por la constitución de 1925, que fue obra en donde de manera tacita dos
masones inscribieron sus nombres: Arturo Alessandri y Jose Masa.
Entró en vigencia el 18 de octubre de 1925, siendo reformada en 1943, 1957, 1959,
1963, 1967, 1970, y 1971, su aplicación fue parcialmente suspendida por el golpe de
estado de 11 de septiembre de 1973, siendo modificada y derogada en parte
mediante decretos leyes, hasta su total reemplazo mediante la Constitución de 1980,
en vigor desde marzo de 1981.
Destacamos, por su aporte o participación tacita de Q.H, la de 1943, donde se crea la
Contraloría General de la Republica, iniciativa del Q.H. Juan Antonio Ríos. En 1953,
Carlos Ibáñez del Campo, la Ley 12.548, donde se aprueba la doble nacionalidad, sus
requisitos y deberes. Finalmente la ley 17.398 de 1971 de Salvador Allende, que entre
otros fija los estatutos de garantías democráticas, fija la educación básica obligatoria.
Y la ley 17.420 que decreta el voto de extranjero, y finalmente la ley 17.450 de
nacionalización del cobre.
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Como principal gestor de estas reformas en el inicio (1925), el Partido Radical se
convirtió ya definitivamente en el más importante dentro del conglomerado de partidos
políticos de Chile. En el trasfondo de este partido la Masonería logró el máximo de su
influencia cultural, la que se mantendría hasta comienzos de la década de 1950.
Entre 1938 Y 1952 el Partido Radical llevó al poder a tres Presidentes de la República
radicales y masones mediante una alianza de Frente Popular que incluyó a sectores
socialcristianos y partidos de Izquierda, en especial los Partidos Socialista y Comunista
-Pedro Aguirre Cerda (1938-1941), Juan Antonio Ríos (1941-1946), Gabriel González
Videla (1946-1952). Esta alianza partidista echó las bases para la industrialización
sustitutiva de la importación con que se reenergizó la economía chilena luego del inicio
de la Gran Depresión mundial en 1930.
La administración Aguirre Cerda creó en 1939 la Corporación de Fomento de la
Producción (CORFO) con que el Estado sentó las condiciones financieras, técnicas y
legales para el surgimiento de empresas industriales fiscales, privadas y mixtas,
particularmente en siderurgia, energía eléctrica y petróleo.
En 1943 una enmienda a la Constitución dio a la administración de Juan Antonio Ríos
la capacidad de gran expansión de la burocracia estatal y semiestatal como
generadora de empleo en el proceso de industrialización.
Así quedó caracterizada la función política del binomio radical-masónico como la de
moderador y negociador del equilibrio de la coalición de fuerzas de Derecha, Centro e
Izquierda que impulsaron el proyecto de industrialización sustitutiva de la importación.
Esta función mediadora terminó con la Ley de Defensa Permanente de la Democracia
en 1948, aprobada durante la presidencia del radical-masón Gabriel González Videla.
Dicha ley marcó la entrada de Chile a la Guerra Fría y permitió que el gobierno
ilegalizara al Partido Comunista y persiguiera y encarcelara a su dirigencia y a sus
líderes sindicales y gremiales.
De vivir un momento de esplendor en su influencia extramural hasta 1958, comenzó a
enfrentar un proceso de declinación, que fue originada por los siguientes factores que
propone el Q.H Sebastian Jans en su trazado: “GRANDES DESAFÍOS
ENFRENTADOS POR LA MASONERÍA CHILENA EN LOS ÚLTIMOS CINCUENTA
AÑOS”, Plancha de Arquitectura presentada en las Cámaras de Verano 2012, en torno
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a los 150° Aniversario de la fundación de la Gran Logia de Chile, como elementos de
debate. En primer lugar, el escenario regional, nuestra América Latina, fue
conmocionada por el determinismo de la “guerra fría” y los efectos de la revolución
cubana. Los años 60, en el plano regional, estuvieron marcados por la polarización
que imponían dos vectores tensionales: la intervención norteamericana y la
cubanización de toda visión alternativa. Comenzó la década con la Alianza para el
Progreso y terminó con la Doctrina de Seguridad Nacional, por el lado del primer
vector, siguiendo la vieja máxima norteamericana de la zanahoria y el garrote.
Comenzó con la insinuación de los grandes ideales y las grandes motivaciones, por el
lado del segundo vector tensional, y terminó en la incitación a la violencia foquista (del
foco insurgente) y a la radicalización exacerbada.
Sometida a esas tensiones, la sociedad chilena enfrentó el desarrollo de dos procesos
que serán determinantes en los hechos y las consecuencias que le tocará vivir, y que
tendrán efectos en la Francmasonería: la cuestión de la reforma agraria y la fuerza
eclosiva de la Democracia Cristiana, ambos procesos ligados entre sí, pero que serán
determinantes en la recomposición del centro político y los espacios en que la
Francmasonería había influido de modo significativo, en las décadas precedentes.
1973-1990
Según el relato del Ex V. M. Joirge Carvajal:
“La Orden Masónica fue quizás la única institución que continuó funcionando sin
interferencia ni intervención alguna, cuando la elección de autoridades institucionales
en todo el país estaba prohibida sin permiso de la autoridad, sin solicitarlo, todas las
Logias del país renovaron por elección sus directivas en el mes de noviembre de 1973,
a poco más de dos meses de los sucesos del 11 de septiembre; y en 1974 se renovó,
también mediante elección, a las autoridades nacionales de la Gran Logia de Chile. La
Masonería nunca se pronunció y, como institución, nada hizo en contra del gobierno,
pero tampoco jamás tuvo compromiso alguno que le llevara a una postura favorable,
conforme a su doctrina fue absolutamente neutral. Como institución mucho hizo, sin
embargo, por evitar horrores y enjugar lágrimas; la habitual reserva de la acción
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masónica hace que ello no sea conocido y de allí surjan muchos equívocos. Fueron
los masones, los que debieron adoptar posiciones y actuar con hombría en los terrenos
que su conciencia les indicaba debían hacerlo, basta decir que hubo masones en
Dawson, en el exilio y exonerados y hubo masones en cargos de gobierno; tenemos
la certeza que ninguno rompió con las bases éticas y morales que se enseñan en
Masonería; la proximidad de los hechos impide un juzgamiento sereno y objetivo de
unos u otros”
Desde 1990
En junio de 1990, coincidiendo con el inicio del proceso de transición a la democracia
en el país, se inició la Gran Maestría del V:.H:. Marino Pizarro Pizarro. Educador de
amplia trayectoria y múltiples reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos
el Premio Nacional de Educación en 1987. Había estado ligado a la administración de
la Universidad de Chile durante el régimen del general Pinochet, y había sido el último
rector delegado de ese periodo, por espacio de poco más de cinco meses.
En el plano masónico, había sido Primer Vigilante bajo la Gran Maestría anterior, y en
el periodo del Gran Maestro Horacio González Contesse, había ejercido la Segunda
Gran Vigilancia, luego de la renuncia del Q:.H:. Eduardo Phillips Müller, por profundas
discrepancias por las decisiones del Gran Maestro.
Asumió el Gran Maestro Marino Pizarro en un periodo en que la Orden necesitaba
recuperar la presencia en el espacio público, lo que este favoreció con un manejo
fuertemente doctrinario. Para ese efecto se rodeó de colaboradores con una mirada
plural frente a la realidad nacional.
Su mensaje al asumir el cargo señaló su decisión de ser “el Gran Maestro de todos,
sin exclusión y devaneos”, agregando: “Al plantear la postulación a la Gran Maestría
dije que anhelaba para nuestra Institución un urgente impulso de revitalización a través
de la unidad, la fraternidad, la cultura y la modernización. Y reiteré que anhelaba esa
revitalización para hacer más dinámica la fuerza interior de nuestros Templos, más
viva la trascendencia de nuestra acción hacia la comunidad, más agresiva la forma de
encarar la multiplicidad de problemas que nos corresponde como miembros pensantes
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de una sociedad renovada, más constancia y decisión en las horas destinadas a ese
oficio de masón, que hemos asumido para darle estatura a los cimientos de nuestra
Institución…”
Como se menciono al inicio, la historia cuenta sobre lo que el historiador escribe, no
siendo esto ni malo ni bueno. El hecho es que desde la vuelta a la democracia, la
masonería ha sido tan activa como antes, con la diferencia que ha estado mas a la
vista. Muestra de este que hacer es que durante el año 1995, el Gobierno de la
República realizó diversas consultas al Gran Maestro, entre las cuales estaba el latente
problema de reparación a las víctimas de violaciones a los derechos humanos durante
la dictadura del general Pinochet. Asimismo, el Gran Maestro declaró públicamente su
oposición a la reanudación de las pruebas de bombas atómicas en el Atolón de
Mururoa, por parte del gobierno francés, e hizo llegar una carta a la Gran Logia
Nacional de Francia pidiendo su intermediación para que esas pruebas terminaran “por
ser atentatorias contra la vida”.
En enero de 1996, el Presidente de la República fue recibido en la sede central de la
Gran Logia de Chile, en señal de reconocimiento a la importancia de la Orden en el
concierto de las instituciones nacionales. En la oportunidad, hicieron uso de la
palabras, además del Gran Maestro, los QQ:. HH:. Miguel Bravo Elgueta, Jefe del
Departamento de Acción Masónica, Héctor Palacios Piña, Consejero de la Gran Logia,
y Enrique Silva Cimma, Jefe de RR:. Exteriores. El señor Frei, en tanto, expresaría su
reconocimiento a la labor de los masones en favor de la solución de vitales problemas
que preocupaban prioritariamente a su gobierno, tales como la erradicación de la
extrema pobreza, la salud, la educación, y subrayó “la importancia a la formación moral
y al cultivo de los valores, cuya práctica eleva y dignifica al hombre”.
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CONSIDERACIONES AL CIERRE
El devenir desde 1925 nos ha mostrado el amplio abanico de circunstancia que
construyen un relato histórico, han sido años complejos por acciones y decisiones de
su estructura superior, que pusieron en jaque aspectos fundamentales del ser
masónico. A pesar de ello, persistimos en ser Masones, y en nuestra concurrencia
cotidiana al trabajo entre mediodía y medianoche,
Y es que, no se trata de bien o mal, ya que ambos son opciones en cualquier ámbito
decisional, y no necesariamente guardan relación con algún tipo de animadversión a
animo tendencioso. Esta demás mencionar que en abstracto todas las ideas son
buenas. La masonería se mide por la resultante del comportamiento individual de cada
uno, o de los más visibles, de sus miembros. Seguramente hemos cometido errores,
o como se escucha en ocasiones, dejamos que las cosas pasaran. Pero nuevamente,
al igual que en una fotografía, solo se ve un momento del tiempo, y no la realidad o
circunstancia que la envuelve.
“En este momento, en que hacemos un recuento de nuestra historia, para aprender de
ella, para sacar las lecciones que permitan hacer de la memoria un proceso de
afirmación en nuestras conciencias sobre lo que nos convoca, día a día, en el hacer
logial.”
¡SALUD, FUERZA Y UNIÓN!