la lucha por la tierra: reformismo agrario y cuestin yuntera en la

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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA Departamento de Historia Contemporánea LA LUCHA POR LA TIERRA: REFORMISMO AGRARIO Y CUESTIÓN YUNTERA EN LA PROVINCIA DE CÁCERES (1907-1940) MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Sergio Riesco Roche Bajo la dirección del doctor Julio Aróstegui Madrid, 2005 ISBN: 84-669-2797-2

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  • UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    FACULTAD DE GEOGRAFA E HISTORIA

    Departamento de Historia Contempornea

    LA LUCHA POR LA TIERRA: REFORMISMO AGRARIO Y CUESTIN YUNTERA EN LA PROVINCIA DE CCERES

    (1907-1940)

    MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR

    PRESENTADA POR

    Sergio Riesco Roche

    Bajo la direccin del doctor

    Julio Arstegui

    Madrid, 2005

    ISBN: 84-669-2797-2

  • Universidad Complutense de Madrid

    Facultad de Geografa e Historia Departamento de Historia Contempornea

    La lucha por la tierra: Reformismo agrario y cuestin yuntera en la provincia de Cceres (1907-1940)

    Memoria de Investigacin que presenta D. Sergio Riesco Roche para la obtencin del Ttulo de Doctor bajo la direccin del Dr. D. Julio Arstegui Snchez

    Madrid, 2005

  • ...Me duele este nio hambriento como una grandiosa espina, y su vivir ceniciento revuelve mi alma de encina. Quin salvar a este chiquillo menor que un grano de avena? De dnde saldr el martillo verdugo de esta cadena? Que salga del corazn de los hombres jornaleros, que antes de ser hombres son y han sido nios yunteros...

    MIGUEL HERNNDEZ, Viento del Pueblo

    En definitiva, el veredicto final de un hecho as, tan controvertido, no se halla ni hallar en ninguna parte porque para cada momento la historia tiene muchas explicaciones pero una sola salida que al tiempo que acapara para s todas las causas eficientes que la determinaron, priva de verosimilitud a todas las dems

    JUAN BENET, Herrumbrosas lanzas

  • 5

    Agradecimientos A la hora de recapitular son muchas las personas que han contribuido de una u otra manera

    a la consecucin de estas pginas. En primer lugar, mi ya gran familia, porque siempre

    valoraron mi trabajo y su optimismo empapa esta singladura. Pero sobre todo, me siento

    afortunado de ver crecer la ma propia. Siguiendo nuestra trayectoria personal, me gustara

    recordar a todas aquellas personas, compaeros, maestros...que me han aportado su

    presencia y experiencia durante mi formacin. Cuando se decide emprender una

    investigacin de este tipo son muchos los momentos y lugares donde esa formacin puede

    ser compartida. Por ello quiero agradecer en primer lugar a Juan A. Blanco, Ricardo

    Robledo, Jos Sorn, Martn Rodrigo, Juan Garca Prez y Fernando Ayala por haber tenido

    el e-mail dispuesto para contestar y tratar de allanarme el camino siempre que pudieron.

    Pero adems el entorno acadmico lo compartimos con quien ya llevamos mucho tiempo en

    esta larga aventura. Por eso no quiero olvidar a tanto a Jos Hinojosa como a mis siempre

    compaeros Carlos Larrnaga, Ana M. Rus, Carolina Rodrguez y Francisco Snchez Prez,

    quienes supieron orientarme haciendo cercana la distancia. Me alegro aadir aqu a

    Cndido Arns y Miguel ngel Aguado por su gran sensibilidad hacia la historia.

    Tras mi condicin de historiador viene la de profesor de Instituto, vinculado al norte

    de Extremadura desde 1996. En estos nueve aos de docencia he conocido un colectivo

    bastante vapuleado por la sinrazn de la legislacin educativa. Lo cierto es que estos

    ltimos cursos en el I.E.S. Valle del Jerte de Plasencia he compartido muy buenos

    momentos de trabajo con mis compaeros de equipo directivo Luis Prez, Jacinto Martn y

    Antonio Amores. Es imposible citar a tantos compaeros por los que siento un gran respeto

    pero no puedo dejar de nombrar a Jess M. Lpez, por ser uno de los que ha seguido ms

    de cerca el devenir de esta investigacin. Acompaando a este frente est el hecho de

    vivir en Plasencia y poder tener prxima a gente como Esperanza Parras y Puerto Blzquez

    que nos hicieron sentir de alguna manera extremeos. Aqu quiero tener presente a Esther

    Snchez Calle quien hace acogedor un espacio tan inhspito como el Archivo Municipal de

    Plasencia y a Julio Prez quien a travs de la Universidad Popular siempre hizo sentir que

    nuestro trabajo era valorado. Finalmente esta investigacin no habra sido posible sin el

    magisterio humano y profesional de Julio Arstegui y sin Evangelina Aguado quien no slo

    se conform con creer en m sino que adems siempre sinti como suya esta tesis.

  • 7

    ndice

    - General - Tablas - Grficos - Apndices - Abreviaturas ms frecuentes

    Captulo 1 Introduccin

    1.1.- El concepto de Reforma Agraria ... ... ... ... ... ... 25

    a) Las definiciones ... ... ... ... ... ... .. 26 b) La gran explotacin agraria ... ... ... ... ... ... 29 c) Las interacciones entre campesinado, terratenientes y el papel del Estado. ... ... ... ... ... ... ... 30

    1.2.- El reformismo agrario espaol en su contexto internacional y sus peculiaridades regionales: el caso extremeo ... ... ... ... 34 1.3.- El diseo de la investigacin: encuadre de un estudio de historia territorial y sus fuentes ... ... ... ... ... 41

    1 PARTE: LOS PRECEDENTES (pg. 47)

    Captulo 2 La dialctica entre gran propiedad y campesinado en la provincia de Cceres durante la Restauracin. Los orgenes de la cuestin yuntera 49

    2.1. La gran propiedad ... ... ... ... ... ... ... 52 2.1.1. Proceso de formacin ... ... ... ... ... ... 52 2.1.2. La Grandeza de Espaa ... ... ... ... ... ... 53 2.1.3. El gran negocio de los comunales ... ... ... ... 56 2.1.4. El sistema social de la gran propiedad y el caciquismo ... 59 2.1.5. La creacin de multifundios en el ecosistema dehesa ... ... 60 2.1.6. La progresiva rentabilidad de las dehesas ... ... ... 66

    2.2. El campesinado ... ... ... ... ... ... ... 70

    2.2.1. La prdida del monte ... ... ... ... ... 72 2.2.2. La incorporacin de Cceres a los flujos migratorios ... 76 2.2.3. Los primeros signos de sociabilidad ... ... ... ... 80

    2.3. A modo de conclusin: los orgenes de la cuestin yuntera ... 83

  • 8

    Captulo 3 El fracaso del reformismo agrario estatal durante la Restauracin: colonias, montes pblicos y parcelaciones 89

    3.1. Los precedentes ... ... ... ... ... ... ... ... 91 3.2. El alcance de la ley de Colonizacin de 1907: el caso de Caamero y otros proyectos ... ... ... ... ... 95 3.3. Un proyecto frustrado: la colonizacin masiva de montes pblicos ... 105 3.4. La aportacin de la Dictadura de Primo de Rivera al problema agrario: el decreto de parcelaciones ... ... ... ... ... ... ... 108

    3.4.1. La parcelacin del Collado de Sierra de Fuentes ... ... 109 3.4.2. La parcelacin de Gironda en Campo Lugar ... ... 111 3.4.3.Otros proyectos de parcelaciones, irrealizados o irrealizables? 112

    2 PARTE: LA REFORMA AGRARIA DURANTE LA II REPBLICA (pg. 115)

    Captulo 4 La intervencin pblica en materia agraria durante el Primer Bienio. La cuestin de los comunales 117

    4.1. La toma de posiciones de patronal y sindicatos ante el nuevo rgimen 122 4.2. La incidencia de la legislacin social de Largo Caballero durante el Primer Bienio ... ... ... ... ... 128

    4.2.1. La lucha contra el paro en el marco del decreto sobre Trminos Municipales ... ... ... ... 130 4.2.2.La legislacin sobre laboreo forzoso ... ... ... ... 132 4.2.3. Legislacin dirigida a incrementar la oferta de trabajo ... 134

    4.2.4. La regulacin laboral a travs de la institucionalizacin de los Jurados Mixtos ... ... ... ... 139

    La cuestin de los arrendamientos y los Jurados Mixtos de la Propiedad Rstica ... ... ... 140 La elaboracin de unas bases de trabajo por parte de los Jurados Mixtos del Trabajo Rural ... ... ... 146 El cambio de signo de la Magistratura de Trabajo ... ... 149

    4.3. Los intentos de movilizacin de tierras hasta la promulgacin de la ley de Bases ... ... ... ... ... 151

    4.3.1. Las nuevas solicitudes de parcelaciones ... ... ... 151 4.3.2. Las solicitudes de roturacin de dehesas boyales ... ... 153 4.3.3. Un caso ejemplar: la Vega de Mesillas ... ... ... 154

    4.4. Las oleadas reivindicativas sobre los Bienes Comunales y de Seoro en el Primer Bienio ... ... ... ... 155

    4.4.1. La informacin de la Comisin Tcnica Agraria ... ... 158 4.4.2. De la ley de bases al decreto apcrifo ... ... ... 163

  • 9

    Captulo 5 La gnesis de la ley de Reforma Agraria y el comienzo de su aplicacin en Cceres: el Decreto de Intensificacin de cultivos 169

    5.1. Del proyecto de la Comisin Tcnica Agraria a la Ley de Bases ... 171 5.2. El decreto de Intensificacin de cultivos ... ... ... ... 178

    5.2.1. Los orgenes del decreto: el retraimiento patronal de 1932 ... 178 5.2.2. La aprobacin del decreto y el informe de Pea Novo ... 184 5.2.3. El proceso de invasiones de fincas, las fuentes ideolgicas y la reaccin patronal ... ... ... ... ... 195 5.2.4. El decreto durante el resto de 1933: la cuestin de la financiacin ... ... ... ... ... 203

    5.3 Qu ocurri con la ley de Encartados? ... ... ... 204

    Captulo 6 La puesta en marcha de la reforma: el cometido de la Junta Provincial de Reforma Agraria y la confeccin del Registro de la Propiedad Expropiable: grandes implicados y estrategias de dilacin 207

    6.1. La Junta Provincial de Reforma Agraria y sus atribuciones ... ... 210

    6.1.1. La elaboracin del censo de campesinos ... ... ... 213 6.1.2. La fijacin de los lmites expropiables: el criterio maximalista 218 6.1.3. La inaplicabilidad del principio de retroactividad ... ... 222 6.1.4. Una atribucin extraordinaria: la herencia del decreto de Intensificacin ... ... ... ... 223

    6.2. La Propiedad Expropiable ... ... ... ... ... ... 230

    6.2.1. Los supuestos expropiatorios, la declaracin de fincas y los recursos contra la inclusin en el Inventario de las fincas sujetas a posible expropiacin con indemnizacin ... ... ... ... ... ... ... 231 6.2.2. Una riqueza bien inventariada: recursos y cifras de la Grandeza de Espaa ... ... ... ... ... 243 6.2.3. El Registro de la Propiedad Expropiable: algunas conclusiones numricas ... ... ... ... ... 261

    Captulo 7 La ejecucin de la Reforma Agraria: la labor de la delegacin Provincial del IRA Asentamientos y comunidades (1933-1935) 267

    7.1. El comienzo de los trabajos de la delegacin en el verano de 1933 ... 270

    7.1.1. El informe de situacin y la propuesta de soluciones forestales 270 7.1.2. La gestin de la herencia reformista de la Restauracin ... 277

    7.1.3. Otros trabajos: montes pblicos y dehesas boyales ... ... 283

    7.2. Los asentamientos de campesinos ... ... ... ... ... 286

  • 10

    7.2.1. Los ofrecimientos voluntarios ... ... ... ... 287 7.2.2. 1934 1935.De las expropiaciones a las ocupaciones temporales 294 7.2.3. Los Grandes expropiados ... ... ... ... ... 302 7.2.4. Una aproximacin por comarcas ... ... ... ... 319

    7.3. Las comunidades de campesinos ... ... ... ... ... 322 7.3.1. Comunidades formadas. Las frmulas de explotacin:

    planes de aplicacin y de asentamiento ... ... ... ... 322 7.3.2. Avatares de las comunidades ... ... ... ... 327 7.4. El ao 1935 o la desnaturalizacin de la Reforma ... ... ... 334

    7.4.1. Gimnez Fernndez y los yunteros extremeos ... ... 335 a) El Decreto de yunteros de 21 de diciembre de 1934 ... ... 335 b) La ley de arrendamientos y el incremento de reas de pequeo cultivo ... ... ... ... 340 7.4.2. La ley de Reforma de la Reforma ... ... ... ... 342

    Captulo 8 El Frente Popular y la aceleracin de la Reforma Agraria 347

    8.1. Los decretos de yunteros y las invasiones de fincas: la nueva intensificacin ... ... ... ... ... ... ...

    8.1.1. Conflictos y resistencias patronales ... ... ... ... 8.1.2. El decreto de 25 de abril y el auxilio a los yunteros ... ... 8.1.3. Un balance numrico ... ... ... ... ... ... 8.2. La optimizacin de la ley de Contrarreforma: la clusula de utilidad social ... 8.3. La ofensiva definitiva para el rescate de comunales ... ... ... ...

    3 PARTE: LA CONTRARREFORMA AGRARIA

    Captulo 9 La guerra civil y la gran restauracin del viejo orden agrario

    9.1. Un personal al servicio del Movimiento ... ... ... ... ... ... 9.2. Evolucin institucional y actuacin contrarreformista en la provincia de Cceres

    9.2.1. Liquidacin del programa de yunteras ... ... ... ... ...

    9.2.2. La vieja herencia no liquidada: la colonia de Caamero y las parcelas de Sierra de Fuentes y Campo Lugar ... ... ... ... ... 9.2.3. Las comunidades de campesinos durante la guerra: ... ... ... gestin, intervencin y represin ... ... ... ... ... ... ... 9.2.4. La compleja devolucin de fincas ... ... ... ... ... ...

    10.- Conclusiones ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 11.- Fuentes y bibliografa ... ... ... ... ... ... ... ... ... 12.- Apndices ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

  • 11

    ndice de tablas Tabla 2A:

    Relacin de Grandes de Espaa y nmero de hectreas

    posedas cuyo grueso radicaba en la provincia de Cceres ... ... ...

    Tabla 2B:

    Los mayores propietarios de Cceres segn la riqueza imponible en 1909 ...

    Tabla 2C.

    Distribucin por partidos judiciales, de los bienes rsticos desamortizados

    pertenecientes a propios y comunes, Cceres 1836-1870 ... ... ... ...

    Tabla 2D:

    Relacin de anuncios de arrendamiento de fincas en la provincia de Cceres insertos en el

    Boletn Oficial de la Provincia (1898-1920) ... ... ... ... ... ...

    Tabla 2E:

    Evolucin de la superficie agrcola (1900=100) en Extremadura y Espaa ...

    Tabla 2F:

    Distribucin porcentual del uso del terrazgo agrcola en Extremadura, 1900-1931

    Tabla 2G:

    Estructura sectorial de la poblacin activa 1900-1960, comparativa Cceres-Espaa

    Tabla 2H:

    Evolucin de la superficie de montes Cceres/Espaa 1859-1926 ... ...

    Tabla 2I:

    Montes de utilidad pblica de la provincia de Cceres por comarcas en 1901 ...

    Tabla 2J:

    Servicios prestados por la Guardia Civil respecto a la Guardera Forestal, 1877-1910

    Tabla 2K:

    Incremento porcentual de la poblacin cacerea por comarcas, 1877-1920 ...

    Tabla 2L:

    Serie general de salidas a Amrica de extremeos, 1911-1934, participacin de las regiones

    espaolas y % sobre la emigracin espaola y tasas migratorias por 1000 habitantes Tabla 2M:

    La emigracin cacerea segn los Boletines de emigracin, 1911-1929 ... ...

    Tabla 3A:

    Relacin de colonias agrcolas creadas en Cceres al amparo de la ley de 1868

    Tabla 3B:

    Relacin de pantanos, localidades implicadas y n de hectreas potencialmente regables

    anunciadas para la provincia de Cceres en el Plan Gasset de 1902 ... ...

  • 12

    Tabla 3C:

    Colonias creadas al amparo de la ley de 1907 ... ... ... ... ...

    Tabla 3D:

    Tabla de gastos para la instalacin de la colonia agrcola de Caamero ... ...

    Tabla 3E:

    Relacin de fincas privadas > 500 hectreas en la provincia de Cceres (1918). ...

    Tabla 3F:

    Relacin de montes pblicos que podran ser colonizados en 1918 ... ...

    Tabla 3G:

    Fincas parceladas en Extremadura al amparo del decreto de 1927 ... ...

    Tabla 4A:

    Evolucin del numero de sociedades UGT-FNTT y del nmero de afiliados, 1930-1932

    Tabla 4B:

    Huelgas en la provincia de Cceres entre el verano de 1931 y el de 1932 ... ...

    Tabla 4C:

    Actuacin de los jurados mixtos del trabajo rural durante el ao de 1932 ... ... ...

    Tabla 4D:

    Algunas revisiones de rentas de los Jurados Mixtos

    de la propiedad rstica de la provincia de Cceres ... ... ... ... ... ...

    Tabla 4E:

    Relacin de sindicatos autorizados para concertar arrendamientos colectivos en 1933 ...

    Tabla 5A:

    Regulacin de la expropiacin de fincas segn la base 5 de la LRA de 1932 ... ...

    Tabla 5B:

    Yunteros y pueblos donde se logr la cesin voluntaria de tierras

    por parte de los propietarios segn el decreto de Intensificacin ... ... ... ...

    Tabla 5C:

    Nmero de hectreas y yunteros asentados durante la aplicacin del decreto de

    Intensificacin en la provincia de Cceres, ao 1933. Comparativa segn fuentes ...

    Tabla 5D:

    La intensificacin de cultivos en la provincia de Cceres por comarcas

    (expedientes aprobados por el gobernador general) ... ... ... ... ...

    Tabla 5E:

    Expedientes aprobados en Consejo de Ministros,

    confirmando la renta que venan satisfaciendo los cultivadores ... ... ... ...

    Tabla 6A:

    Resumen del censo de campesinos de la provincia de Cceres (1935-1936) ... ...

  • 13

    Tabla 6B:

    Comparativa de los grupos del censo de campesinos por grupos de regiones y provincias

    Tabla 6C:

    Relacin de pueblos donde se redujo el mnimo expropiable a efectos de declaracin de

    fincas en el Registro de la Propiedad Expropiable ... ... ... ... ... ...

    Tabla 6D:

    Renta satisfecha a los propietarios segn la ley de 11 de febrero de 1934 ... ... ...

    Tabla 6E:

    Estudios tcnicos a efectos de recursos contra inclusin de fincas en el

    Registro de la Propiedad Expropiable (provincia de Cceres, 1933-1935) ... ...

    Tabla 6F:

    Estimacin porcentual de las causas de exclusin ... ... ... ... ... ...

    Tabla 6G:

    Relacin de las rentas que pagaban los colonos de las dehesas

    del Marqus de Comillas en el partido de Navalmoral de la Mata (1926-1930) ... ...

    Tabla 6H:

    La riqueza declarada por la Grandeza de Espaa en la provincia de Cceres

    a efectos de formacin del Registro de la Propiedad Expropiable ... ... ... ...

    Tabla 6I:

    Estimacin por comarcas de las grandes cifras del RPE de la provincia de Cceres ...

    Tabla 6J:

    Relacin de grandes declarantes a efectos del RPE de la provincia de Cceres (1933). Declaraciones superiores a las 5.000 hectreas y trminos municipales implicados ...

    Tabla 7A:

    Labores forestales a realizar en la provincia de Cceres como

    solucin al problema de la falta de labores (otoo de 1933) ... ... ... ...

    Tabla 7B:

    Relacin de fincas cedidas voluntariamente y desestimadas por el IRA (1934) ... ...

    Tabla 7C:

    Relacin de fincas cedidas en ofrecimiento voluntario al IRA y n de yunteros asentados

    Tabla 7D:

    Relacin de fincas que haban sido expropiadas u ocupadas temporalmente

    desde marzo de 1934 hasta las elecciones de febrero de 1936 en la

    provincia de Cceres por el Instituto de Reforma Agraria ... ... ... ... ...

    Tabla 7E:

    Los Grandes sobre quienes recay la expropiacin o la ocupacin temporal ... ...

  • 14

    Tabla 7F:

    La intervencin del IRA (ofrecimientos, expropiaciones y ocupaciones temporales) en la

    provincia de Cceres, por comarcas, 1934-1935 ... ... ... ... ... ...

    Tabla 7G:

    Comunidades de campesinos en fincas expropiadas donde los planes de aplicacin fueron

    ejecutados totalmente ... ... ... ... ... ... ... ... ...

    Tabla 7H:

    Comunidades de campesinos en fincas ocupadas temporalmente en 1935

    con los planes de aplicacin formulados parcialmente ... ... ... ... ...

    Tabla 7I:

    Gasto medio por asentado en las comunidades de campesinos

    de la provincia de Cceres (1934-1935) ... ... ... ... ... ... ...

    Tabla 8A:

    Cifras oficiales de yunteros asentados y hectreas ocupadas en la provincia de Cceres en

    aplicacin de los decretos de 3 y 14 de marzo de 1936 por comarcas ... ... ...

    Tabla 8B:

    Relacin de fincas que haban sido declaradas de utilidad social

    en la provincia de Cceres entre mayo y agosto de 1936 ... ... ... ... ...

    Tabla 9A:

    Fincas en las que los planes de aplicacin del IRA se encontraban

    ejecutados parcialmente a 30 de noviembre de 1936 ... ... ... ... ...

    Tabla 9B:

    Relacin de comunidades de campesinos cuyos planes de aplicacin se

    encontraban ejecutados totalmente a fecha 30 de noviembre de 1936 ... ... ...

    Tabla 9C:

    Relacin de fincas liberadas de los planes interventores del IRA desde el

    18 de julio al 30 de noviembre de 1936 en aplicacin de los decretos

    nmero 128 y 133 de la Junta de Defensa Nacional ... ... ... ... ...

    Tabla 9D:

    Relacin de propietarios, comunidades, pueblos y nmero de hectreas implicadas cuyas

    comunidades de campesinos siguieron en funcionamiento durante la Guerra Civil ...

    Tabla 9E:

    Liquidacin de fincas devueltas con arreglo a la Orden 6 de junio de 1940

    en la provincia de Cceres ... ... ... ... ... ... ... ... ...

    Tabla 9F:

    Liquidacin del INC con la Casa Comillas-Gell ... ... ... ... ... ...

  • 15

    ndice de grficos Grfico 2a:

    Evolucin del % de mano de obra dedicada

    al sector primario. Cceres/Espaa (1900-1960) ... ... ... ... ...

    Grfico 2b:

    Evolucin de la emigracin cacerea 1911-1929 ... ... ... ... ...

    Grfico 2c:

    Crecimiento de la renta en dos dehesas de Cceres ... ... ... ...

    Grfico 4a:

    Evolucin de la sindicacin FNTT-UGT, 1930-1932 ... ... ... ... ...

    Grfico 6a:

    Censos de campesinos de la provincia de Cceres aprobados por semestres, 1933-34 ...

    Grfico 6b:

    N aproximado de has.declaradas por comarcas a efectos del RPE ... ... ...

    Grfico 6c:

    Distribucin porcentual por comarcas de las hectreas declaradas en el RPE ... ...

    Grfico 6d:

    Distribucin porcentual de las formas de adquisicin de las fincas declaradas en el RPE

    Grfico 6e:

    Distribucin porcentual de los apartados en que los declarantes consideraban

    incursas sus fincas segn los distintos apartados de la base 5 de la

    Ley de Reforma Agraria de 1932 segn el RPE ... ... ... ... ... ...

    Grfico 7a:

    Distribucin comarcal porcentual de las hectreas intervenidas por el IRA ... ...

    Grfico 7b

    Distribucin comarcal porcentual de los asentamientos del IRA 1934-1935 ... ...

    Grfico 7c:

    Distribucin porcentual de los conceptos a los que se dedicaron los crditos concedidos por

    el IRAa las comunidades de campesinos de la provincia de Cceres hasta 31 de diciembre

    de 1935 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

  • 17

    Relacin de apndices

    Apndice 1:

    + Proyecto de ley sobre la colonia de Caamero (1923) ... ... ... ...

    Apndice 2:

    + Pliego de condiciones para la solicitud de lotes de la Colonia de Caamero (1923)

    Apndice 3:

    + Solicitud de tierras por parte de yunteros y jornaleros de Talayuela (1932) ...

    Apndice 4:

    + Historia de los comunales de la Ciudad de Cceres. Antonio Canales (1932) ...

    Apndice 5:

    + Bases de trabajo de los Jurados mixtos del trabajo rural de Cceres (1932) ...

    Apndice 6:

    + La intensificacin de cultivos por trminos municipales

    (expedientes aprobados por el Gobernador Pea Novo) ... ... ... ...

    Apndice 7:

    + Censo de campesinos de la provincia de Cceres (1933-1935) ... ... ...

    Apndice 8:

    + Principales magnitudes del Registro de la Propiedad Expropiable

    de la provincia de Cceres (1933) ... ... ... ... ... ... ...

    Apndice 9:

    + Modelo de acta de incautacin de una finca de la extinguida Grandeza de Espaa

    Apndice 10:

    + Inversiones por conceptos del Instituto de Reforma Agraria en las comunidades de

    campesinos de la provincia de Cceres hasta el 31 de diciembre de 1935 ...

    Apndice 11:

    + Acta de toma de posesin segn los decretos de Yunteros (1936) ... ...

    Apndice 12:

    + Distribucin de tierras de labor y adehesadas en la provincia de Cceres (1936)

    Apndice 13:

    + Aplicacin de los decretos de yunteros durante marzo de 1936 por pueblos ...

    Apndice 14: + Depuracin de miembros de las comunidades de campesinos de la provincia de Cceres

    durante la Guerra Civil y causas esgrimidas por la JPRA, 22 de marzo de 1939 ... ...

    Apndice 15:

    + Repertorio de legislacin utilizado ... ... ... ... ... ... ... ...

  • 19

    Abreviaturas ms frecuentes - AGA Archivo General de la Administracin

    - AHN Archivo Histrico Nacional

    - AHPC Archivo Histrico Provincial de Cceres

    - AMP Archivo Municipal de Plasencia

    - AGGC Archivo General de la Guerra Civil

    - ADGDR Archivo de la Direccin General de Desarrollo Rural

    - AHPCE Archivo Histrico del Partido Comunista de Espaa

    - ANC Arxiu Nacional de Catalunya

    - BOPC Boletn Oficial de la Provincia de Cceres

    - BIRA Boletn del Instituto de Reforma Agraria

    - BAPFR Boletn de la Agrupacin de Propietarios de Fincas Rsticas

    - CNT Confederacin Nacional del Trabajo

    - FNTT Federacin Nacional de Trabajadores de la Tierra

    - INC Instituto Nacional de Colonizacin

    - IRA Instituto de Reforma Agraria

    - JPRA Junta Provincial de Reforma Agraria

    - PCE Partido Comunista de Espaa

    - RPE Registro de la Propiedad Expropiable

    - PSOE Partido Socialista Obrero Espaol

    - SNREST Servicio Nacional de Reforma Econmica y Social de la Tierra

    - UGT Unin General de Trabajadores

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    Captulo 1 Introduccin

    Si el gobierno de un pas est dominado o fuertemente influido por los grupos de terratenientes que son los que tendran que perder sus prerrogativas- a nadie se le ocurrira esperar que se aprobase como un acto de gracia una legislacin agraria efectiva (...) El mundo est compuesto de personas de muy diferentes clases, pero las que poseen la tierra no son tan diferentes que admitan y voten alegremente unas leyes que les priven de sus posesiones

    J.K. GALBRAITH (1951): Conditions for economic change in underdeveloped countries. Journal of Farm Economy. Vol. 33

    1.1.- El concepto de Reforma Agraria ... ... ... ... ... ... a) Las definiciones ... ... ... ... ... ... .. b) La gran explotacin agraria ... ... ... ... ... ... c) Las interacciones entre campesinado, terratenientes y el papel del Estado. ... ... ... ... ... ... ...

    1.2.- El reformismo agrario espaol en su contexto internacional y sus peculiaridades regionales: el caso extremeo ... ... ... 1.3.- El diseo de la investigacin: encuadre de un estudio de historia territorial y sus fuentes ... ... ... ... ...

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    En el invierno de 1994 llegaban a manos del director de esta investigacin a travs de Jos Luis Martn los disquettes que contenan el catlogo de los fondos que el IRYDA archivaba referentes a la Reforma Agraria antes incluso de que fueran publicados. No se trataba de las fichas de unos cuantos legajos, sino de varios centenares de metros de documentacin que abarcaban desde la ley de Colonizacin de 1907 hasta las ltimas realizaciones del Instituto Nacional de Colonizacin en materia de transformacin en regado de determinadas zonas de Espaa.

    La transmisin de esa informacin por parte de Julio Arstegui formaba parte de su costumbre habitual de invitar a los estudiantes de sus clases de Teora y Mtodo a encontrar temas que investigar. Creo que ni siquiera llegu a tomar nota de aquella referencia. Un cmulo de circunstancias personales hicieron que cuando comenzbamos a conceptualizar el delito poltico y la politizacin de la justicia durante el rgimen de Franco nos encontrramos con un futuro bien distinto. Llegado a Extremadura y buscando un tema para la tesina sin perder el contacto con mi Departamento matriz, encontramos en el Archivo Municipal de Plasencia los fondos del Sexmo de Plasencia, la institucin que haba gestionado los comunales del norte de la provincia desde el Medievo y que haba vivido un complejo proceso de privatizacin durante el siglo XIX. Somos conscientes de que este tipo de informacin no se suele proporcionar en la introduccin de una tesis, pero consideramos que es bastante pertinente aqu ya que de aquel trabajo extrajimos una conclusin: la trascendencia de la propiedad comunal cuya perdida fue traumtica en el imaginario colectivo de aquellas sociedades donde haban tenido una notable entidad como era el caso de Extremadura.

    De modo que los comunales fueron un hilo conductor que dotaron de lgica a la vez que sirvieron de base a los sucesos posteriores. Ubicados aqu, con el grueso de las fuentes en Madrid, la Reforma Agraria resultaba un tema atractivo. La descampesinizacin en Extremadura durante el franquismo ya haba sido estudiada por el socilogo Jos A. Rubio, formado a la vera de Eduardo Sevilla Guzmn, y la II Repblica ya contaba con buenos trabajos en la provincia de Cceres a travs de los estudios de Juan Garca y de Fernando Ayala. Fue la existencia de los fondos del IRYDA y la conviccin de que haba algo que problematizar sobre la cuestin yuntera tanto antes como durante la Guerra Civil, lo que nos anim a emprender esta investigacin. El trasfondo de la movilizacin de los yunteros era algo que quedaba pendiente de conceptualizar de forma monogrfica y los archivos de Reforma Agraria permitan un trabajo a pie de obra, es decir, situarse en medio del tringulo de interrelaciones establecido entre propietarios y yunteros con la decisiva intervencin del Estado en la primera mitad del siglo XX. En julio de 1936 no slo se estaba realizando una Reforma Agraria a una escala ms que importante sino que adems desde el Parlamento estaba a punto de darse carta de naturaleza a la reconstitucin del patrimonio mcomunal de los pueblos, binomio ste que acta de forma decisiva como variable independiente entre las causas de la Guerra Civil.

    Tras unas lecturas previas para valorar el estado de la cuestin, en el verano de 2001 nos dirigamos a San Fernando de Henares, ya que los fondos de Reforma Agraria haban pasado del edificio del IRYDA a los almacenes de Tragsa y de ah a los hangares de la Escuela de Capacitacin Agraria del Ministerio de Agricultura.

    En aquellos momentos, la Junta de Extremadura comenzaba a dotar de contenido su Archivo General en Mrida. Se nos ocurri que dada la importancia de esos fondos alguna de las Consejeras podra estar interesada. Adems era habitual que la Junta recurriera a ellos cuando requera informacin, por ejemplo, de las construcciones de los pueblos de colonizacin y de las estructuras de riego. Nuestra propuesta consista en que se financiara el fotocopiado y empaquetado de los fondos para mandarlos debidamente clasificados al Archivo. Para nosotros esto facilitaba su consulta y adems lo pona al alcance de otros investigadores interesados. El Consejero de Cultura, Francisco Muoz, acogi con inters el

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    proyecto y lo transmiti al Director General de Patrimonio, cuya contestacin prefiero que la juzgue el vido lector:

    ...Le comunicamos que nos parece un proyecto de gran inters para la Cultura Extremea, y le animamos a que siga en este campo de la investigacin, que tan buenos frutos puede dar para esta Regin, pero sentimos informarle que en estos momentos no contamos con ninguna partida presupuestaria para poder acometer este tipo de iniciativas1

    Decidimos no cejar en el empeo, y la directora del Archivo General, hasta entonces directora del Archivo Histrico Provincial de Cceres nos coment que el archivo de la Consejera de Agricultura dispona de un proyecto Leader que podra ser ideal para financiar nuestra propuesta. Enviado el proyecto al seor Jos Luis Mosquera, Jefe de Seccin de Archivos de dicha Consejera, a da de hoy, ms de tres aos despus, an estamos esperando una respuesta. Muy distinta siempre fue la actitud de Santiago Gonzlez, responsable de los fondos del Archivo del IRYDA y una de esas personas que sabe que el hecho de facilitar la consulta es dar testimonio de que eso est ah: por eso, aprovechamos la ocasin para indicar que de nuevo estamos ante unos papeles que pueden caer en el olvido sino son trasladados a algn Archivo como el General de la Administracin, con la condicin, eso s, de que no se pierda la unidad documental y el criterio de catalogacin que a cuantos venimos utilizando esos fondos nos ha facilitado, gracias a la labor del equipo dirigido por Jos Luis Martn, la tarea de consulta. Sin financiacin alguna y llena de ancdotas, durante el verano de 2001 pudimos realizar el acopio de datos de manera intensiva2 para a partir de entonces complementar las fuentes bibliogrficas, legales, archivsticas y hemerogrficas en vacaciones y dems momentos en que la actividad laboral lo permita.

    Confesamos sin rubor que esta es una tesis construida a partir de esos fondos archivsticos y que el resto de la documentacin desempea un papel complementario para poder vertebrar la investigacin. Anunciamos ya, antes de entrar en profundidades, que estamos ante un estudio de historia territorial y no ante un trabajo de conflictividad por lo que otras fuentes como las hemerogrficas se reducen aqu a un papel meramente testimonial.

    Expuestas unas primeras lneas generales, queremos ser concretos en esta introduccin con los temas que consideramos deben quedar contextualizados: - El concepto de Reforma Agraria, sus actores y espacios de actuacin. - El reformismo agrario espaol en su contexto internacional y sus peculiaridades

    nacionales y regionales (foreros, yunteros, rabassaires...) - El diseo de la investigacin.

    1 Carta fechada en Mrida el 17 de julio de 2000 2 Aunque sea en una nota a pie de pgina no nos resistimos a relatar de forma escueta las condiciones de consulta: verano de 2001, un hangar habilitado con una fotocopiadora, dos mesas y dos sillas sirven de improvisada sala de investigadores. La administrativa encargada de atender y fotocopiar no tiene donde dejar a sus hijos, por lo qu mejor que llevarlos all! Los pequeos, como es normal, juegan ruidosamente porque la elevada temperatura exterior no invita a salir, e inquieren a este investigador alguna que otra vez en los siguientes trminos: Mi madre dice que si es que usted no tiene nada mejor que hacer que venir aqu en verano. His rebus ita dictis, la madre, que lo escucha en otra estancia, me tuvo desde aquel da las fotocopias solicitadas hechas en tiempo real y mejor an: puesto que estbamos en la Escuela de Capacitacin Agrcola del Ministerio, los empleados mantenan colectivamente un huerto. Como muchos estaban de vacaciones fui agasajado varias veces por la administrativa en cuestin con tomates, pimientos, etctera. Las penosas cuatro horas de tiempo real que te permiten trabajar en el Archivo General de la Administracin con el trasfondo de las conversaciones de los empleados que te sirven los legajos o la imposibilidad de encontrar a nadie que te haga fotocopias en el Histrico Provincial de Cceres en da de mercadillo se quedan en minucias al lado de estas aventuras.

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    1.1. El concepto de Reforma Agraria: espacios y actores El hecho de afirmar que todo debate sobre la Reforma Agraria se puede remontar a Marx y al anlisis del desarrollo del capitalismo no supone en modo alguno una novedad esencial. En lo que no todos los autores se ponen de acuerdo es en dnde exactamente de toda la obra de Marx. Bretn y Le Coz nos remiten al tercer volumen de El Capital como un desarrollo del captulo sobre La renta territorial; Gonzlez de Molina y Sevilla consideran que hay que centrarse en la lectura del tomo 1 y en su anlisis de las enclosures acts, leyes de pobres, etctera3. Alavi y Shanin, por su parte, claman sobre el desconocimiento de un Marx tardo quiz preso de un silencio editorial que predijo que la insurreccin campesina que dara lugar a su autonoma dentro de una sociedad socialista revolucionaria se producira rebelndose contra el Estado, la empresa, los terratenientes (en este orden) y dentro de su propia comunidad, contra la usura4.

    Ms claro parece que Marx fue un testigo de lujo de eso que luego se ha dado en llamar descampesinizacin de la sociedad inglesa que desde la segunda mitad del siglo XVIII fue abandonando el campo en busca de trabajo industrial en las grandes ciudades. Lo ms generoso de su anlisis es su propia multilinealidad que dej abiertas diferentes posibilidades a la hora de la exgesis de sus textos como, por otra parte, ha ocurrido no slo con la cuestin agraria sino con el resto de su corpus terico5. Shanin resume estas diferentes perspectivas cuando afirma que los debates han girado sobre la problemtica de la transformacin del campesinado en el seno del capitalismo y sobre los [conceptos] de diferenciacin y modos de produccin6.

    Por seguir con el criterio cronolgico, Engels consider a la pequea produccin

    familiar como un mero residuo histrico llamado a desaparecer por la progresiva evolucin social7 mientras que Lenin opt por la proletarizacin del campesinado8. Fue Kautsky, desde luego, quien hizo el esfuerzo intelectual ms slido por desarrollar los razonamientos de Marx9. El autor alemn se centr ms en la cuestin de la polarizacin social agraria, ya que segn Shanin en su interpretacin de Kautsky el motor fundamental de la transformacin capitalista de la sociedad rural era la industrial, la cual superaba primero, subordinaba despus y, finalmente destrua la agricultura campesina.

    A partir de ah y ya fuera por continuidad del debate o por oposicin al mismo, las ciencias sociales se dispersaron en varias corrientes que Bretn se atreve a resumir en cuatro dentro de la conceptualizacin del campesinado10:

    3 Cf. LE COZ, Jean (1975): Las Reformas Agrarias. De Zapata y Mao Ts Tung a la FAO. Barcelona: Ariel, pg. 32. BRETN SOLO DE ZALDVAR, Vctor (1993): De campesino a agricultor? La pequea produccin familiar en el marco del desarrollo capitalista. Noticiario de Historia Agraria (Murcia), nmero 6, pg. 138. SEVILLA GUZMN, Eduardo y GLEZ.DE MOLINA, Manuel (1993) [Editores]: Ecologa, campesinado e historia. Madrid: Ediciones de la Piqueta. Cap. 2: Para una reinterpretacin del desarrollo del capitalismo en la agricultura, pg. 38. 4 Vid. ALAVI, Hamza y SHANIN, Teodor (1988): La cuestin agraria: el discurso marxista de Kautsky, Agricultura y Sociedad (Madrid), pg. 52. El artculo es un resumen de su obra Peasantry and capitalism: Karl Kautsky and . 5 Para Sevilla, esa defensa de la multilinealidad se debe, sobre todo, a Shanin. Vid. SEVILLA GUZMN, Eduardo (1996): Los marcos tericos del pensamiento social agrario. En GMEZ BENITO, Cristbal y GONZLEZ RODRIGUEZ, Juan Jess: Agricultura y Sociedad en la Espaa Contempornea. Madrid: CIS-MAPA, pg. 44. 6 SHANIN, Teodor (1979): Definiendo al campesinado: conceptualizaciones y desconceptualizaciones. Pasado y presente en un debate marxista. Agricultura y Sociedad (Madrid), 11, pg. 22. 7 BRETN: Art. Cit., pg. 138. 8 GLEZ.de MOLINA y SEVILLA: Art. Cit., pg. 45 y passim. 9 BRETN: Ibdem. Los textos en espaol de Kautsky sobre esta cuestin de una manera sistematizada en ETXEZARRETA, Miren (1979): La evolucin del campesinado. La agricultura en el desarrollo capitalista. Madrid: Ministerio de Agricultura. 10 BRETN: Art. Cit., pg. 152.

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    - La corriente que considera al mismo como una cultura tradicional, procedente de la antropologa funcionalista y de los tericos del desarrollo.

    - La que se centra en la especificidad modo de produccin campesino articulado en sistemas econmicos ms amplios cuya referencia estara en Chayanov y el neopopulismo.

    - La consideracin del mismo como un segmento social subordinado y heterogneo tal y como hace Wolf y,

    - Finalmente, quienes lo valoran como un residuo histrico en trance de extincin con el variable concepto de descampesinizacin11.

    Con frecuencia, los trabajos ms sencillos nos ilustran sobre las cuestiones ms complejas. Josep Fontana se refera, no ha mucho tiempo, al momento en que desde la FAO se exhortaba a la Reforma Agraria en los pases subdesarrollados. Esto coincida en el tiempo con una renovada atencin de los cientficos sociales hacia sus luchas agrarias. Se realizaba, segn Fontana, una valoracin positiva de su vieja rebelda primitiva12. De ese modo comenzaban los peasant studies donde los trabajos de Wolf, Shanin o Hobsbawm dotaban de nuevo vigor a un campo an por explorar.

    Exgetas y crticos ponan sobre el tapete unas estructuras agrarias con trasfondos

    econmicos, polticos y sociales de gran trascendencia. As, se asocia a Kautsky con el territorio donde se dirima la cuestin agraria: la gran explotacin, el latifundio; por su naturaleza dialctica, unos y otros conceptualizaban a los actores en juego: terratenientes y campesinos, con un tercer interviniente que en ningn caso desempeaba un papel secundario: el Estado. De las interacciones de todas las partes en conflicto habran de surgir las Reformas Agrarias y sus propias conceptualizaciones.

    a) Las definiciones A pesar de que son muchas las definiciones de Reforma Agraria que se pueden encontrar en la bibliografa especializada, nosotros optamos por seleccionar algunas de ellas en funcin de su referencialidad. Todas tienen en comn el hecho de que una Reforma debe implicar una transformacin de una estructura agraria preexistente y una intensa participacin del Estado que interviene como intermediario13. Por debajo de esa generalidad, cada una pone el acento en aspectos de tipo poltico, econmico o social. Jos Mara Sumpsi no duda en afirmar que se trata de un proceso poltico tanto en sus objetivos como en sus mtodos ya que entre aqullos est el de eliminar la clase de grandes propietarios14. Manuel Prez Yruela cree que ese componente poltico que hace de la Reforma Agraria un proyecto viene condicionado por una situacin histrica concreta15.

    11 El equipo de investigacin del Instituto Gernimo Uztaritz-en Lur Lantaldea incluiran en la primera a Servolin, Postel-Vinay y Naredo; fundiran la segunda y tercera corrientes en una bajo el ms conocido epgrafe de los estudios campesinos e introduciran un matiz a la descampesinizacin basado en las teoras de la agroindustria y a la explicacin macroeconmica en que la agricultura se integra en el circuito del capital monopolista. Vid. Cambio econmico y distribucin social de la propiedad en Navarra entre finales del siglo XIX y mediados del XX, reas (Murcia), nmero 15, pg. 78. 12 FONTANA, Josep (1997): Los campesinos en la historia: reflexiones sobre un concepto y unos prejuicios. Historia Social (Valencia), nmero 28, pg. 8. 13 Vid. GUTELMAN, Michel (1981): Estructuras y reformas agrarias: los problemas agrarios y los mtodos para su estudio. Barcelona: Fontamara, pg. 147. 14 SUMPSI, Jos Mara (1988): La Reforma Agraria en Andaluca, en La Reforma Agraria. Cuadernos y debates. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, pg. 16. 15 PREZ YRUELA, Manuel (1996): La Reforma Agraria en Espaa, En GMEZ BENITO, Cristbal y GONZLEZ RODRGUEZ, Juan Jess: Agricultura y Sociedad en la Espaa contempornea. Madrid: Centro de Investigaciones Sociolgicas/Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacin, pp. 884.

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    Lo social es puesto en valor por Le Coz, quien considera que una Reforma Agraria debe implicar una modificacin de las relaciones sociales16; en un sentido parecido, Prez Yruela pone ms nfasis en la estructura social preexistente y resultante ms que en la econmica tanto en cuanto sta condiciona el proceso de reforma sobre todo a travs de los conflictos sociales que se producen reivindicando la propiedad de la tierra17. Sin embargo es Gutelman quien de manera ms explcita hace uso de ese componente social en el sentido de que en una Reforma Agraria se produce un traspaso de tierra apropiada por una o varias clases sociales a otras diferentes. Con respecto a lo econmico, Sumpsi ve su desenvolvimiento en sistemas que reconocen la propiedad privada18; Dorner hace hincapi en este componente a causa de los cambios que se producen en el control de la propiedad y de los recursos19. El trasfondo de estas definiciones hay que buscarlo en el contexto del impulso de la FAO para que en los pases subdesarrollados se llevaran a cabo transformaciones de tipo poltico, tcnico y econmico, de ah obras como las de Le Coz, Dorner o Gutelman20. Por su parte, las aportaciones de Prez Yruela o Sumpsi tienen como referencia el encuadre apropiado de la Reforma Agraria espaola de la II Repblica y su adecuacin a unas nuevas coordenadas interpretativas. Lehmann resuma todas ellas en apenas unas lneas que traducimos tal cual:

    ...Algunos dicen que la Reforma Agraria es el modo de preservar la estabilidad poltica y la democracia; otros, desde la izquierda, dicen que es una medida reformista designada a preservar la esencia institucional y el modelo econmico de una sociedad; algunos dicen que no es sino un trato entre la democracia y la libre empresa; algunos sealan que el socialismo destruye al campesinado, otros que la Reforma Agraria slo puede alcanzar el xito en un contexto revolucionario. Pocos estn en contra de la Reforma, pero mientras algunos proclaman que es el primer escaln de una nueva era, otros se muestran aprensivos y desconfiados sobre su advenimiento, y las razones para cada visin pueden variar ampliamente21.

    Este sera un resumen un tanto clsico de las definiciones; sin embargo, queremos llamar la atencin sobre tres aspectos de las definiciones estudiadas, que tienen su importancia: El intento de taxonoma efectuado por Sumpsi, quien propone discernir entre una

    revolucin agraria, una Reforma Agraria tradicional y una integral. Descartando la opcin de la revolucin agraria, que aqu no ha lugar, la integral combinara la alteracin de la estructura de la propiedad con una incremento de la productividad. Por su parte, la Reforma Agraria tradicional, como la espaola a su entender de 1932 consistira en la expropiacin total y parcial de las tierras y posterior parcelacin y distribucin de la tierra con un criterio igualitario, entregando la propiedad de la tierra a pequeos agricultores o trabajadores para su cultivo22.

    El repertorio de medidas especficas que expone Dorner, para quien se puede optar por:

    - La expropiacin de grandes fincas y su distribucin entre trabajadores agrcolas, para su

    propiedad y explotacin individual o colectiva.

    16 LE COZ, Jean (1975): Op. Cit., pg. 11. 17 Loc. Cit., pg. 884. 18 Loc. Cit., pg. 16. 19 Cf. DORNER, Peter (1974): Reforma agraria y desarrollo econmico. Madrid: Alianza Universidad, pg. 25 y LE COZ, Ibdem. 20 Ese concepto de Reforma Agraria Integral fue acuado en la Conferencia de la FAO de 1966, vid. MORENO, Carlos (1986): La Reforma Agraria en la Espaa de la transicin. Madrid: Tesis doctoral de la Universidad Politcnica, pg. 48. Cit. Por SUMPSI, Loc. Cit., pg. 17 y passim. 21 LEHMANN, David (1974): Introduction, Agrarian Reform and Agrarian Reformism. Studies of Peru, China and India. Londres: Faber&Faber, pg. 12. 22 Loc. Cit., pg. 16.

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    - La abolicin o mejora en las condiciones de tenencia mediante la conversin de los arrendatarios en propietarios o la reduccin de la cuanta de las rentas.

    - Concesin de derechos sobre la tierra a los trabajadores que la cultivan con el fin de dotarles de una mayor seguridad.

    - Transformacin de formas tribales o de otros caracteres tradicionales de tenencia en beneficio de los cultivadores23.

    Como en todo estudio social, existe un componente valorativo que est omnipresente

    en los estudios sobre Reforma Agraria y que, como veremos ms adelante, tambin est presente en la obra de Malefakis. Es Gutelman quien consideraba que en casi todos los trabajos de este tipo existe una divisin tripartita descriptiva, explicativa y valorativa. A sta ltima Gutelman la denomina normativa y consiste en la enumeracin de pautas, de medidas que hubiera sido conveniente tomar para que las cosas cambiasen, o lo que hubiese sido necesario hacer para que no fueran como son24. En esta lnea, Lehman seala que existe la mala costumbre de no relatar las realidades de las estructuras agrarias sino el por qu no funcionan stas de una determinada manera. Las conclusiones de estos enfoques suelen evaluar los resultados en funcin de si ha sido exitosa. Para Lehmann esto es el fruto de un excesivo mecanicismo en la observacin emocional de si la Reforma es capaz de acabar per se con el hambre en los pases subdesarrollados.

    Para terminar con esta cuestin de las definiciones, nos quedamos con dos componentes de los intentos de explicacin de Gutelman: una Reforma Agraria es un producto social y sobre todo que es el resultado, tal y como intentamos explicar en este cuadro:

    Fuente: elaboracin propia a partir de GUTELMAN, Michel: Op. Cit., pg. 152 y passim. Para este autor el esquema se puede complementar con la existencia de una contrarreforma, tal y como ocurri en el caso espaol, con la consiguiente vuelta a un estado de equilibrio anterior25. Vistas estas definiciones, debemos centrarnos en el espacio (el latifundio) y en los protagonistas (propietarios, campesinos y el Estado).

    23 Op. Cit., pg. 25-26. 24 Op. Cit., pg. 14. 25 Ibdem, pg. 152.

    a) ESTRUCTURA AGRARIA DADA:

    CONTINUOS CONFLICTOS Y

    TENSIONES

    b)IRRUPCIN DEL

    ESTADO

    c) REFORMA AGRARIA:

    efecto, resultado

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    b) La gran explotacin agraria Para Kautsky el progreso est indisolublemente unido a la dimensin de la explotacin26. De alguna manera esa sentencia vinculaba en gran medida todo estudio sobre la cuestin agraria con las grandes propiedades. La literatura sobre la cuestin del latifundio es amplia y ms an en el caso espaol, donde los primeros momentos de la Transicin tambin fueron referencia para la revisin de este concepto. Muchas de esas referencias siguen siendo ineludibles para entender el trasfondo fsico en el que se desarrolla toda Reforma Agraria. Si exponamos el componente valorativo al hablar de las definiciones, en el caso del latifundio esto se hace ms evidente. Era el contenido peyorativo que expona Naredo al explicar que ciertas argumentaciones hacan hincapi en el deficiente aprovechamiento o en su carcter antisocial27. Unos pocos aos despus, Ruiz Torres expona como un lugar comn la tendencia a contraponer los trminos explotacin tpicamente capitalista y latifundio28.

    Esa es la historia del propio concepto: la de la evolucin de una carga semntica

    negativa hacia su adecuacin a la lgica del mercado. Se trata de la vieja querella que Martnez Alier denunciara en su clsico estudio sobre Andaluca: si no discutimos a los capitalistas industriales sus criterios de rentabilidad por qu hacerlo en los estudios sobre su dimensin agraria?29 Ya Roldn y Garca Delgado lo haban dejado claro: en la gran explotacin el objetivo es la maximizacin del beneficio, mientras que en la pequea explotacin se maximiza la produccin30. En palabras de Roux, tratando de zanjar el debate para el caso espaol se poda ciertamente insistir sobre los rasgos arcaicos de esta agricultura en relacin con las formas ms avanzadas de capitalismo agrario existentes en otras partes, pero debe admitirse que el comportamiento de los jefes de explotacin est guiado por las leyes generales del sistema capitalista y que ellos practicaban sistemas de produccin tendentes a maximizar la tasa de beneficio31.

    Esta vertiente economicista, basada en el beneficio, fue dejando paso a un enfoque

    sociolgico que nadie como Eduardo Sevilla ha representado. Tomando como referencia la interpretacin del marxismo ortodoxo, Sevilla destaca la superioridad del latifundismo, su gran capacidad adaptativa que le dotaban de una potencial superioridad tcnica a travs de las economas de escala y el efecto que esto produca: la confrontacin entre el campesinado y el latifundismo que tiene como desenlace la proletarizacin de aqul y la polarizacin social del campo32. Esto no era sino la objetivacin de la definicin que del

    26 Citado por ALAVI&SHANIN (1988): Art.Cit., pg. 48. 27 NAREDO, J. Manuel (1978): Superacin del concepto de latifundio, Cuadernos para el Dilogo, extra XLV, pg. 8. As la de Capelo: empresa en rgimen extensivo con insuficiente empleo de capital o grandes fincas explotadas con mtodos arcaicos; la de Lamo de Espinosa que insiste no en la extensin sino en el sistema en que se basa: poco capital de explotacin, ausencia de mejoras, aprovechamiento extensivo, tcnica atrasada. Para lo de antisocial remita a Kotter quien sealaba la gran discrepancia entre los beneficios reportados a los propietarios y al resto de la poblacin . Por lo dems, entendemos que se trata de un debate que ya no est en absoluto de moda, pero que en un trabajo de estas caractersticas sigue siendo exigible. Una contextualizacin de las posiciones de Naredo en GONZLEZ de MOLINA, Manuel (2004): Nota preliminar, en NAREDO, J. Manuel: La evolucin de la agricultura en Espaa (1940-2000). Granada: Universidad, pp.7-80. 28 RUIZ TORRES, Pedro (1982): Sobre el latifundio: algunas consideraciones recientes, Estudis dHistria Contempornia del Pas Valenci (Valencia), nmero 3, pg. 346. 29 MARTNEZ ALIER, Juan (1968): La estabilidad del latifundismo: anlisis de la interdependencia entre relaciones de produccin y conciencia social en la agricultura latifundista en la Campia de Crdoba. Pars: Ruedo Ibrico. 30 Citado por NAREDO, Art. Cit., pg. 13. 31 ROUX, Bernard (1982): Latifundismo, reforma agraria y capitalismo en la Pennsula Ibrica, Agricultura y Sociedad (Madrid), nmero 23, pg. 174. Una reconsideracin de este asunto en BERNAL, Antonio Miguel (1988): Economa e historia de los latifundios. Madrid: Instituto de Espaa/Espasa Calpe, pg. 139. 32 Esta idea aparece de forma recurrente y siguiendo un orden cronolgico en SEVILLA, Eduardo (1980): Reflexiones toricas sobre el concepto sociolgico de latifundismo, en BARROS, Afonso de: A agricultura latifundiria na Pennsula Ibrica. Oeiras: Centro de Estudios de Economa Agraria/Instituto Gulbenkian de Cincia, pp. 29-46; Los marcos tericos

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    latifundio como sistema social de dominacin de clase haba inaugurado en su trabajo comn con Salvador Giner y que explicaba la relacin del mismo con la comunidad, su modelizacin local, las relaciones de dependencia que se derivaban, su especfico orden social y la hegemona de clase mantenida a travs de la clase local de servicio33.

    Este nuevo enfoque tuvo su continuacin en los trabajos de Prez Yruela quien aclaraba

    que el sistema de dominacin de clase no es el latifundio, aunque s su efecto sociolgico ms importante34. Este autor indicaba que ya que era el nivel de apropiacin de la tierra el que determinaba las caractersticas de ese sistema de dominacin, debera hablarse de grado de latifundizacin con varias dimensiones que se deban tener en cuenta:

    - La variabilidad tanto del proceso de apropiacin como de las condiciones de vida de los

    no propietarios. - La presencia de numerosos grupos intermedios en la comunidad rural: guardas,

    arrendatarios, aparceros, administradores... - Las relaciones que se establecan entre unos y otros por sus intereses antagnicos. - La privilegiada posicin de las lites que les permita estar prximos a los centros de

    decisin y a la vez controlar, sin estar obligatoriamente presentes, la vida de las comunidades.

    Podramos ilustrar lo expuesto con una interminable relacin de citas, pero la intencin

    de estas lneas no es otra que afirmar con rotundidad que esta investigacin se desarrolla condicionada por el ecosistema/explotacin dehesa, cuyas facies econmicas y sociales iremos desgranando a lo largo de esta Memoria de forma emprica. La economa ha dotado a la gran explotacin agraria, como economa de escala, de coherencia y rentabilidad. La sociologa, por su parte, ha puesto el acento en las relaciones sociales que se establecen entre los miembros de la comunidad. La Reforma Agraria no hace sino introducir al Estado como modificador de ese sistema de relaciones por un motivo social pero tambin con un modelo de viabilidad econmica. Con su irrupcin, las interrelaciones se modificaran en mayor o menor grado, pero desde luego causando un gran impacto sobre los cimientos de todas las estructuras agrarias.

    c) Las interacciones entre campesinado, terratenientes y el papel del Estado En funcin de esos parmetros, los cientficos sociales que se han ocupado de estas cuestiones han diversificado el objetivo con el que observaban la realidad. En la comunidad existan tres componentes: con su presencia simblica, real o por intermediacin, a la cabeza estaban los grandes terratenientes; en la base pero con una diversidad que le hace casi imposible de modelar a la hora de explicar su comportamiento estaba el campesinado; como representante de un proyecto poltico, el Estado se introduca en el campo con sus tcnicos.

    El caso espaol de aumento de la propiedad latifundista es un proceso bien conocido y de alguna forma paradigmtico. Por encima de los debates sobre la articulacin del territorio espaol a lo largo de la Edad Media y Moderna, al llegar al siglo XIX a los principales detentadores de la propiedad de la tierra se unieron unas cuantas familias enriquecidas a travs de la Reforma Agraria liberal. Por la va de las herencias, de las del pensamiento social agrario, en GMEZ BENITO y GONZLEZ RODRGUEZ (1996): Op. Cit., pg. 29 y con GONZLEZ de MOLINA, Manuel: Ecologa, campesinado e historia. Para una reinterpretacin del desarrollo del capitalismo en la agricultura, SEVILLA GUZMN, Eduardo y GLEZ.DE MOLINA, Manuel (1993) [Editores]: Op. Cit. 33 GINER, Salvador y SEVILLA GUZMN, Eduardo (1977):The latifundio as a local system of class domination, Iberian Studies, volumen VI, N 2, pp. 49-51. 34 PREZ YRUELA, Manuel (1978): Notas para la construccin de un concepto sociolgico de latifundio, Revista de Estudios Agrosociales (Madrid), nmero 105, pg. 95.

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    compraventas desde los grandes centros de decisin y., sobre todo, a travs del gran negocio de la compra de bienes pblicos, se terminaron de redondear los grandes patrimonios caractersticos del Medioda espaol.

    Quizs por encima de su carcter capitalista o no, los latifundistas como seala

    Martnez Alier han tenido dificultades mayores que los industriales en legitimar su propia existencia, debido a las caractersticas tcnicas de una agricultura poco mecanizada todava35. Al contrario que el campesinado, cuya segmentacin es mucho mayor, en el caso de los latifundistas, ese trmino genrico sigue denominando al gran propietario de la tierra del centro y sur de la pennsula en el caso espaol, del Mezzogiorno italiano o de las grandes haciendas de Amrica Latina. Sus rasgos ms conocidos y destacados seran:

    - Su no presencia en la direccin de la explotacin, el conocido absentismo. - La actitud rentabilista, criticada pero legtima en trminos capitalistas, obtener el mayor

    beneficio posible a cambio de la menor inversin en costes de produccin y cuyas especificidades regionales y sociales requeriran de numerosas matizaciones36.

    - El disfrute de la explotacin desde una perspectiva de ocio: caza, pesca, fiestas familiares a costa de las excusas proporcionadas por los trabajadores de la finca, reuniones sociales, de exhibicin de la inmensidad de sus propiedades.

    - La atribucin al Estado de la solucin de los problemas endmicos del campo con el nico compromiso de la caridad: alojamientos, limosnas...en pocas de crisis de subsistencia37.

    - Ramificacin poltico-social de su dominio econmico, en forma de la imposicin de ese sistema local de dominacin de clase al que nos venimos refiriendo: relacin con los centros de decisin por la parte superior de la escala social y control de la inferior a partir de un elenco de intermediarios: apoderados, administradores y guardas. Estos intermediarios funcionaran de alguna manera como una nueva pirmide. Los apoderados se encargaran de la gestin jurdica del patrimonio (ttulos de propiedad, recursos ante la administracin, pago de impuestos y contribuciones...); los administradores, dependiendo del caso podan realizar el trabajo de los apoderados o ms bien centrarse en la relacin con los trabajadores de la finca: cobro de rentas, gestin de los impagados, contabilidad de las producciones de la explotacin, etctera. En una escala intermedia podra interponerse lo que en una explotacin moderna denominaramos un capataz, pero que al no predominar el cultivo directo no exista, salvo en los casos de contratos de aparcera que obligaban a un representante de los propietarios a realizar las aportaciones estipuladas. Finalmente un personaje imprescindible es el guarda, garante fsico del respeto a la propiedad privada, pagado por su fidelidad y maestro de ceremonias en las visitas de los propietarios38.

    Como todo posible intento de clasificacin, esta idea puede presentar diferentes personajes que se interponen entre el trabajador de la tierra y el propietario, pero a nuestro entender, suele ser lo habitual. Naredo sealaba hace ya varios aos que a travs de la pregunta que se hacan Leal y Arancibia (Quines son los propietarios de la tierra?) se deduca la escasa relacin entre la oligarqua industrial y financiera dando al traste con ese bloque monoltico

    35 MARTNEZ ALIER, Juan (1978): La actualidad de la Reforma Agraria, Agricultura y Sociedad (Madrid), nmero 7, pg. 224. 36 CALATAYUD GINER, Salvador (1992): Explotacin de la tierra y tipos de mercado en la agricultura de la Espaa contempornea, Noticiario de Historia Agraria (Murcia), nmero 3, pg. 238. 37 Esta idea, conceptualizada por PREZ YRUELA, Manuel (1979): La conflictividad campesina en la provincia de Crdoba (1931-1936). Madrid: Ministerio de Agricultura, pg. 222. 38 Existen numerosos retratos de estos personajes, ya clebres desde la publicacin de Los Santos Inocentes de Cela. Los guardeses, sin nombre, eran personajes de triste recuerdo en la memoria colectiva de muchos trabajadores del campo de los pueblos de los alrededores de Navalmoral, por sus denuncias cuando en los aos ms duros de la posguerra de nuestra contienda civil, se mostraban impasibles con quienes acudan a las fincas de sus amos en busca de sustento.

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    de oligarqua financiero-terrateniente39. Aunque nosotros tenemos en el caso cacereo el ejemplo singular de la Casa Comillas y sin desmentir a Naredo, s queremos expresar que en la regin extremea el siglo XIX dej una inmensa herencia de proindivisos: estas participaciones de gran variabilidad en la propiedad de fincas gestionadas en rgimen de arrendamiento reportaban a sus titulares una rentabilidades similares a otras inversiones en concepto de renta fija. Este sistema sera parte de lo que hoy, influidos por el lenguaje de la Bolsa denominaramos cartera de inversiones, de manera que sera otra forma de comunicacin entre propiedad de la tierra y circuitos financieros.

    Pero latifundio y latifundista son trminos mucho ms unilineales que el de campesinado. En 1978, cuando la historiografa espaola estaba en plena ebullicin sobre la cuestin agraria, Pierre Vilar se preguntaba: cmo vamos a creer que aclararemos sus rasgos especficos con llamarlos a secas? Y eso sobre el concepto, porque en el mismo texto aada una concrecin al caso regional:

    ...Qu inoperante sera hablar de una cuestin agraria espaola, cuando existen un latifundio andaluz y un minifundio gallego, una huerta valenciana y una viticultura catalana, una cerealicultura castellana y un casero vasco basado en el policultivo! (...) Guardmonos de los conceptos que simplifican cuando la historia es complejidad40.

    Con semejante cita de autoridad, el objetivo de esta primera aproximacin quedara de sobra cubierto. La diversidad, sealaba en trminos similares Shanin, es el nico rasgo de identidad en verdad comn41. La heterogeneidad a la que se refera Vilar viene determinada segn Eduardo Sevilla por la confluencia de dos factores: la posicin que ocupa en la economa mundo el pas del que vamos a estudiar el campesinado y la diversidad regional existente en dicho pas42, algo que no por obvio deja de ser imprescindible para el caso espaol. En el primer nmero de Agricultura y Sociedad, Prez Yruela y Sevilla proponan una definicin dinmica de campesinado como:

    ...Aquel segmento social integrado por unidades familiares de produccin y consumo cuya organizacin social y econmica se basa en la explotacin agraria del suelo, independientemente de que posean o no tierra y de la forma de tenencia que las vincule a ella, y cuya caracterstica red de relaciones sociales se desarrolla en comunidades rurales, las cuales mantienen una relacin asimtrica de dependencia y, en muchos casos de explotacin, con el resto de la sociedad en trminos de poder poltico, cultural y econmico43.

    Como es lgico, este intento de definicin se complementaba con los posteriores que sobre los grandes propietarios y sus actitudes realizaran este grupo de investigadores desde la teora sociolgica. Quizs se trate de un debate pasado de moda, pero sin duda necesario a nuestro juicio, para ponderar la singularidad de los yunteros en el conjunto del campesinado espaol. As, en trminos marxistas, siempre se consider al campesinado como una clase en s pero de baja clasicidad segn la terminologa utilizada por Shanin. Rodney encuentra cinco elementos esenciales que s ayudan a homogeneizar su concepcin: - Incluso cuando no son sus propietarios absolutos, poseen los medios par la produccin

    agrcola con la que subsisten. - Trabajan sus explotaciones fundamentalmente como una unidad familiar,

    primordialmente a base de trabajo familiar.

    39 NAREDO (1978): Art. Cit., pg. 207-208. 40 VILAR, Pierre (1980): Economa campesina?, en Iniciacin al vocabulario del anlisis histrico. Barcelona: Crtica, pgs. 268 y 302. 41 SHANIN, Teodor (1979):Definiendo al campesinado: conceptualizaciones y desconceptualizaciones. Pasado y presente en un debate marxista, Agricultura y Sociedad (Madrid), nmero 11, pp. 9-13. 42 SEVILLA, Eduardo (1983): El campesinado: elementos para su reconstruccin terica en el pensamiento social, Agricultura y Sociedad (Madrid), nmero 27, pg. 46, nota 24. 43 SEVILLA y PREZ YRUELA (1976): Para una definicin sociolgica del campesinado, Agricultura y Sociedad (Madrid), nmero 1, pg. 29.

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    - Suelen estar asociados en los lugares en que trabajan o prximos (aldeas...) con un mayor o menor grado de propiedad comn y derechos colectivos segn el carcter de la economa.

    - Diversos grupos de trabajadores auxiliares: jornaleros, artesanos, albailes...proceden de sus propias filas y por consiguiente forman parte del campesinado.

    - Sustentan a clases e instituciones superpuestas, como los seores, la iglesia, el Estado, las ciudades, a base de producir ms de lo necesario para su propia subsistencia y reproduccin econmica44.

    Consideramos que en esos parmetros conceptuales bien tienen cabida las peculiaridades regionales a las que, a travs de los yunteros, nos iremos refiriendo a lo largo de esta Memoria. Un fondo comn para una heterogeneidad que resulta mucho ms precisa que la que hace referencia al papel del Estado. Si mantuviramos una posicin liberal clsica, una Reforma Agraria sera la que ajustara la estructura de la propiedad de la tierra entre oferentes y demandantes, correspondiendo el papel del Estado a una desregularizacin que diramos en trminos de hoy de un sector fuertemente intervenido. De ah viene la adjetivacin de liberal a lo ocurrido en la Espaa del siglo XIX a travs de las desamortizaciones, aunque sea de sobra conocido que el modelo no funciona de modo tan mecnico.

    Pero en la idea de Reforma Agraria sobre la que aqu trabajamos, el proceso no surge de manera espontnea, sino provocada a travs de la intervencin de los poderes pblicos45. Para Gutelman el Estado slo interviene como intermediario, pero consideramos que su actuacin tiene que ser primero de impulsor del proceso y despus como tutor de la relacin del campesino con la tierra intervenida. Para el caso espaol Prez Yruela se refera a la escasa intervencin estatal en la solucin de los problemas estructurales 46. Una escasez que hace que el verdadero concepto de Reforma Agraria slo se pueda adoptar en momentos muy puntuales de la II Repblica y que el programa mnimo de la Restauracin no merezca, segn autores como Cobo Romero y Gonzlez de Molina, ni siquiera el apelativo de reforma47.

    En una segunda fase, la actuacin del Estado resulta vital para el mantenimiento de la

    posible estructura de propiedad modificada por accin de la Reforma. As Malefakis considera que en el concepto global de una Reforma Agraria debe incluirse la creacin de organismos de crdito, el fomento de cooperativas, la ampliacin de la enseanza agrcola e incluso la intervencin del Estado en el mercado para asegurar precios estables48. El resto de los autores que han tratado del concepto de Reforma Agraria ven implcita la actuacin del Estado. Ahora, cuando pasamos a contextualizar el caso espaol en su contexto internacional, veremos como la asociacin entre Estado y Reforma resulta inextricable.

    44 RODNEY, Hilton (1978): El campesinado como clase, Estudis dHistoria Agraria (Valencia), nmero 1, pg. 34. 45 SUMPSI (1988): Loc. Cit., pg. 16. 46 La reforma agraria en Espaa..., Loc. Cit., pg. 883. 47 COBO ROMERO, Francisco y GONZLEZ de MOLINA, Manuel (2001): Obrerismo y fragmentacin del campesinado en los orgenes de la Guerra Civil en Andaluca, en CARO CANCELA y GONZLEZ de MOLINA [Editores]: La utopa racional: estudios sobre el movimiento obrero andaluz. Granada: Editorial Universidad de Granada, pg. 238. 48 Anlisis de la Reforma Agraria durante la II Repblica, Agricultura y Sociedad (Madrid), nmero 7, pg. 35.

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    1.2. El reformismo agrario espaol en su contexto internacional y sus peculiaridades regionales: el caso extremeo

    Un antiguo artculo de Edward Malefakis calificaba de inslita la Reforma Agraria de la II Repblica tanto en cuanto no ocurra despus de una revolucin o guerra, ni en una coyuntura revolucionaria, ni participa en la implantacin del rgimen49. Las desigualdades en la propiedad de la tierra a principios del siglo XX que corran paralelas a la crisis agraria finisecular y cuya nica vlvula de escape era la emigracin era algo bien conocido por las autoridades del momento50. Su estado de latencia haba eclosionado durante la crisis de 1917 y regres a ese estado hasta la implantacin del rgimen republicano, en una coyuntura de crisis internacional y ahora sin el recurso a la emigracin.

    Las palabras de Malefakis iban en un sentido contextualizador. Si observamos la Europa del primer tercio del siglo XX observamos como precedente, causa o efecto de la Gran Guerra las reformas agrarias51. stas forman parte de la desintegracin del Imperio Austro-hngaro y de los nacionalismos insurgentes en sus rincones. Si giramos el foco hacia Amrica, la situacin revolucionaria de Mxico tambin sirve de referencia. Bajo esas coordenadas internacionales se desarrolla la Reforma Agraria de la II Repblica, lo que no la hace dejar de ser sui gneris en sus orgenes y desarrollo y mucho ms en su traumtico final.

    Para Daz del Moral la Reforma Agraria centroeuropea fue el hecho social, poltico y

    econmico ms importante de la posguerra de 191852. Una doble clasificacin vena dada por la condicin de vencidos (Alemania, Austria, Hungra y Bulgaria); de vencedores (Grecia, Rumana, Yugoslavia) y de nuevos estados (Finlandia, estados blticos, Polonia y Checoslovaquia). Segn Martnez Soto, a la altura de 1925, se haban repartido en estos pases ms de siete millones de hectreas53. Se daba un amplio repertorio de casos, desde aquellos en los que se expropiaba sin indemnizacin (Rusia, Grecia, Letonia tras 1924) hasta aquellos otros en que se combinaban las compensaciones econmicas con colectivos a los que no corresponda como era el caso de Checoslovaquia y Yugoslavia con las propiedades de los nobles y de las familias reales54. Cuestin aparte sera la de si estas Reformas Agrarias fueron o no un xito. Segn Bernal siguiendo a otros autores, en Polonia y Hungra, por poner dos ejemplos, la superpoblacin campesina segua impidiendo la modernizacin econmica, existiendo un brutal excedente de mano de obra55.

    Y en Espaa? De dnde se vena y qu factores se imbricaban en el proceso?56 Para

    Naredo, la Reforma Agraria liberal o la no Reforma Agraria en sentido clsico no fue bice para que se instaurara un marco perfectamente funcional para que el capitalismo se desarrollara en la agricultura por la va prusiana o seorial al permitir la plena implantacin de la propiedad burguesa de la tierra sin romper su concentracin y facilitar la entrada de 49 Ibdem, pg. 37. Se trata de un texto muy conciso y til que resume sus posiciones. 50 Tratamos de resumir su devenir en el captulo 2 de esta Memoria llamando la atencin sobre temas muy concretos. 51 Una de las ms vlidas teorizaciones y reconstrucciones globales para toda la Historia Contempornea en BARBERS, Corrado (1965): Teora e historia de la reforma agraria en Europa. Mxico: Instituto de Investigaciones Sociales. Universidad Nacional, en especial captulos IX y X. 52 DAZ del MORAL, Juan (1967): Las reformas agrarias europeas de la posguerra (1918-1929). Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado, pg. 1. 53 MARTNEZ SOTO, ngel Pascual (1994): El papel del crdito y la financiacin en la agricultura capitalista (1850-1970). Una primera aproximacin a un campo multifactorial, Noticiario de Historia Agraria (Murcia), nmero 7, pp. 51-53. 54 Vid. GRANADOS, Mariano (1932): La reforma agraria en Europa y el proyecto espaol: los mtodos y los resultados. Madrid: Editorial Castro, pp. 78-83. 55 BERNAL, Antonio Miguel (1990): Cambio econmico y modernizacin social, 1880-1936, Historia Contempornea (Bilbao), nmero 4, pg. 183. 56 Este tipo de reflexiones no se pueden entender ya sin la influencia de la aportacin de PUJOL, Josep (2001): La historiografa del atraso o el atraso de la historiografa, en VV.AA.: El pozo de todos los males. Sobre el atraso de la agricultura espaola contempornea. Barcelona: Crtica, en especial pp. 19-25.

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    propietarios sin ttulo nobiliario al ncleo de los grandes terratenientes57. Lo heredado del siglo XIX fue, junto a una crisis agraria importante de la que luego la economa espaola se recuper, una estructura de la propiedad de enormes latifundios en la Espaa meridional. stos, mientras fueron capaces de absorber mano de obra para su puesta en cultivo y con la va de la emigracin como correctora de la presin demogrfica, apenas preocuparon a los gobiernos que no pasaron de sus clebres estudios y memorias58.

    El ao 1917 signific un punto de inflexin debido a la magnitud de la crisis social. Cobo

    y Gonzlez de Molina consideran que la reivindicacin queda simbolizada con las aspiraciones del reparto de tierras. Segn ellos se trataba de un trmino polismico que tiene su raz en los repartos de propios en la primera mitad del XIX, pero que gracias al influjo de las organizaciones sindicales se semantiza o simboliza en la reivindicacin de la Reforma Agraria59. Este momento histrico coincide con que el Partido Socialista dispone, desde 1919, de un programa agrario para competir en el campo con el sindicalismo catlico.

    La poltica oficial trat de minimizar lo que para Bernal significa la apertura de un gran

    debate nacional sobre el que, dividiendo los latifundios, hiciera de Espaa un pas de pequeas y medianas explotaciones agrcolas familiares60. Un debate cuyo tracto cronolgico se sita entre 1918 y 1931 y que en su opinin llegaba con un siglo de retraso.

    Mientras en Espaa el alcance del reformismo se reduca a unos millares de hectreas

    parcelados por la Direccin de Accin Social Agraria creada por Primo de Rivera, en Europa se haca patente el balance de lo actuado en Reforma Agraria. Segn Daz del Moral hubo ciertos logros polticos (estabilidad y pacificacin interior), mientras que se mostraba ms pesimista respecto a los econmicos (slo destacaba el caso checoslovaco donde el consenso fue la norma) y sobre todo a los efectos sociales ya que consideraba un fracaso la parcelacin y el cooperativismo61. A su juicio, slo mejor la situacin de los poseedores de tierras a quienes convirtieron en propietarios y empeor la de los expropiados y los obreros de la tierra62.

    Sobre esta cuestin de las reformas agrarias europeas, resulta ms interesante su

    percepcin en Espaa. Robledo llam la atencin sobre cmo lo vea un reformista del carisma de Julio Senador, que bien puede servir como ejemplo. Cuando prologa el proyecto de Reforma Agraria del radical Diego Hidalgo lo encabeza con una contundente afirmacin: toda tentativa de reforma agraria inspirada en la parcelacin est de antemano condenada al fracaso, defendiendo la va de la reforma tributaria en la lnea seguida por George y la reconstitucin del patrimonio municipal como herencia costiana63.

    Mientras que Senador se situara en la nmina de conocedores de los efectos de las

    reformas agrarias europeas, para Daz del Moral la norma fue la desinformacin generalizada entre quienes elaboraron el texto de 1932. Para este autor algunos de sus

    57 NAREDO, J. Manuel (1978): Ideologa y realidad en el campo de la Reforma Agraria, Agricultura y Sociedad (Madrid), nmero 7, pg. 201. 58 La visin a largo plazo de mayor vigencia, en NAREDO, J. Manuel (1974): La evolucin de la agricultura en Espaa. Barcelona, Laia, 2 edicin. 59 COBO&GLEZ. DE MOLINA (2001): Loc. Cit., pg. 248. Una visin completa de todo este asunto en NAREDO, J. Manuel (2002): Reforma agraria y desarrollo econmico en la Andaluca del siglo XX, en GONZLEZ de MOLINA, Manuel (Editor): La Historia de Andaluca a debate, Barcelona/Granada: Anthropos/Diputacin de Granada, volumen II, en especial el apartado titulado La Reforma Agraria en la primera mitad del siglo XX, pp. 90-101. 60 Art. Cit., pg. 184. 61 DAZ del MORAL (1967): Op. Cit., pg. 145, 187, 197 y 205. 62 Ibdem, pg. 205. 63 Citado por ROBLEDO, Ricardo (1992): Los complejos objetivos de una reforma agraria, 1914-1935, Noticiario de Historia Agraria (Murcia), nmero 1, pg. 20.

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    preceptos fueron meras coincidencias64. Entonces hacia dnde se pudo mirar? El trabajo de Almudena Delgado nos ilustra sobre el caso mexicano y su influencia en Espaa. Para esta autora la experiencia mexicana va a despertar un gran inters entre los grupos ms sensibilizados con los problemas que padece Espaa, siendo considerada como un ejemplo a seguir y como una confirmacin de lo acertado de sus proyectos de reforma agraria forjados a lo largo de estas tres dcadas65.

    Quizs tan importante como el contexto internacional, es el convencimiento de que se

    necesitaba una reforma agraria, pensamiento que se fue asentando en los sectores ms progresistas de la sociedad espaola y que Gonzlez de Molina resume en dos aspectos esenciales:

    ...Por un lado, en un imperativo tico surgido de la desequilibrada e injusta distribucin de la propiedad de la tierra; por otro un imperativo productivo, surgido del convencimiento de que las grandes explotaciones se cultivaban deficientemente y retrasaban el desarrollo del sector agrario66

    Bajo el teln de fondo de estos imperativos, los intelectuales espaoles se mostraron muy propensos a enfatizar la importancia de una direccin intelectual que canalizara el anrquico y confuso impulso popular67. Todo ello habra de servir de referencia para explicar los vaivenes de la poltica republicana en la cuestin agraria. Para Malefakis, Giner y Costa aparecen como referentes de un idealismo humanitario y regeneracionista caractersticos de los lderes de la izquierda republicana, pero que requera de la accin del nico partido en la coalicin que tuvo un programa especfico de reforma agraria, es decir, el PSOE68. A pesar de todo, bisoez e ingenuidad son, segn Macarro, las caractersticas ms habituales de los polticos republicanos en materia de Reforma agraria69. El resultado nos podra dar lugar a interminables citas valorativas. Para no extendernos, seleccionamos la que sintetiza Jos Mara Sumpsi:

    ...La experiencia espaola de 1932 es un caso muy claro de reforma agraria tradicional con significativas conexiones con las reformas agrarias populistas (...) El objetivo era la creacin de una gran capa de pequeos propietarios mediante la expropiacin de explotaciones, siguiendo un criterio de dimensin y carcter del propietario (por ejemplo se expropiaba a la nobleza) posterior parcelacin y distribucin en pequeos lotes a trabajadores y pequeos campesinos. En definitiva, podemos aceptar que se trat de una reforma agraria en la que primaron los objetivos polticos70.

    De todos los posibles errores en los que se incurri, el gran olvidado sigue siendo el tema de la cuestin hidralica, vieja querella del regeneracionismo de Costa o Malladas y a la que Nicols Ortega ha dedicado multitud de trabajos71. Para este autor, el reformismo republicano hereda una serie de rmoras para las cuales los esfuerzos de racionalizacin y coordinacin de hombres como Benjumea o Lorenzo Pardo no fueron suficientes. An as, se trataba de un asunto a largo plazo que deba ir unido ineludiblemente a la ley de Reforma Agraria. En ese sentido, apenas se avanz en la aplicacin de la ley de Obras de Puesta en 64 Las reformas agrarias europeas..., pg. 2. Indica Daz del Moral que slo dos o tres apartados inspirados en la legislacin rumana se introdujeron por uno de los ponentes de la Comisin Tcnica Agraria que elabor el proyecto del verano de 1931. 65 Vid. DELGADO LARIOS, Almudena (1990): La imagen de la reforma agraria mexicana en la Espaa de la crisis de la Restauracin: entre la revolucin libertaria y el reformismo (1910-1931), Revista de Indias (Madrid), nmero 189, pg. 510. 66 GONZLEZ de MOLINA (2004): Loc. Cit., pg. 35. Segn este autor, en estas condiciones reapareci el asunto durante la transicin a la democracia. 67 Ibdem, pg. 528. 68 Art. Cit., pg. 37. 69 Vid. MACARRO VERA, Jos Manuel (2000): Socialismo, Repblica y Revolucin en Andaluca (1931-1936). Sevilla: Universidad, pp. 195-229. Para este autor, ni De los Ros, ni Domingo, ni Largo supieron estar a la altura de las circunstancias. 70 SUMPSI, Jos Mara (1988): La reforma agraria en Andaluca, en La Reforma Agraria. Cuadernos y Debates. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, pg. 17. 71 Por su afn de sntesis, citamos aqu ORTEGA CANTERO, Nicols (1984): Las propuestas hidralicas del reformismo republicano: del fomento del regado a la articulacin del Plan Nacional de Obras Hidralicas, Agricultura y Sociedad (Madrid), nmero 32, pp. 109-152.

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    Riego, que requera de un consenso que diramos en el lenguaje de hoy que no permita el momento histrico. An as, nunca se debe olvidar su importancia, pues como seala Ortega esboza por primera vez una concepcin integradora y coordinada de la intervencin estatal en materia de transformacin en regado al plantear una clara convergencia de las respectivas intenciones de la poltica hidralica y de la poltica de colonizacin interior72.

    Yugulada toda posibilidad de Reforma de signo progresista con el estallido de la Guerra Civil, se agravaba an ms la crisis de la sociedad agraria tradicional: durante la autarqua, los salarios permanecan en niveles ms bajos que durante los aos previos al conflicto armado73. Para Naredo, de la mano de una marginal poltica de colonizacin, los propietarios vuelven al cultivo directo animados por los precios remuneradores del voraz mercado negro74. Para el excedente de mano de obra, slo hubo una solucin, ya recurrente durante las primeras dcadas del siglo: la emigracin. sta y slo sta, descongestion el problema agrario y se mostr como la nica solucin75. La colonizacin en regado slo fue el complemento necesario para implementar este proceso76.

    La muerte de Franco y el subsiguiente proceso de transicin a la democracia

    abrieron un tmido debate sobre la cuestin de la Reforma Agraria. Para Naredo, el trmino haba cado en desuso y se utiliz slo en un sentido demaggico por parte de los partidos en su poltica de alianzas con el nico fin de dar color a sus programas77. En Andaluca y Extremadura, como regiones latifundistas por excelencia, se intentaron aplicar programas de Reforma Agraria en los que el recuerdo de la II Repblica estaba presente. Se tomaba como base la ley de Fincas Manifiestamente Mejorables de 1979, acordada en los Pactos de la Moncloa.

    En Extremadura, la publicacin del libro Extremadura saqueada supuso un hito en

    la reconsideracin de la colonizacin de regado como un gran negocio para el Estado y los terratenientes78. Incluso la joven Universidad de Extremadura planteaba el ttulo La necesidad de una Reforma Agraria para una obra colectiva donde se propona el redimensionamiento de las explotaciones en sus facetas forestal, ganadera y agraria79.

    Pero la guerra definitiva la estableca el gobierno de Rodrguez Ibarra durante la

    primavera de 1990, con los ruidosos pleitos por la paralizacin judicial de varios procesos de expropiacin con la Casa de Alba o a propsito de la denegada expropiacin de la Dehesa Valero, en manos de la Casa Arin-Mirabel, dando lugar a un retorno a la prensa del tema de la Reforma Agraria. El ex ministro Lamo de Espinosa criticaba la actitud del ejecutivo extremeo calificndola de fuegos artificiales que con su luz evitan ver el color de la noche, sus nubes, el celaje o la luna y que permiten, en cambio reafirmar obsoletos progresismos, tanto ms llamativos, cuanta ms altura alcanzan80. El Pas se mostraba comprensivo con el arcasmo que supona que una extenssima porcin del campo extremeo siga en manos de un reducidsimo nmero de personas que no se preocupan, o lo hacen en grado insuficiente, de la explotacin y rendimiento de sus tierras y que adems viven fuera de

    72 Ibdem, pg. 124. 73 NAREDO (1974): Op. Cit., pg. 35. 74 Ibdem, pg. 36. 75 Siguiendo a Naredo, sobre una prdida porcentual para toda Espaa del 9,7%, en Extremadura el nmero de explotaciones descendi en un 19,7 slo en 10 aos: de 158.000 a 127.000 entre 1962 y 1972. Ibdem, cuadro 24, pg. 135. 76 Para su desarrollo en Extremadura, vid. PREZ RUBIO, Jos A. (1995): Yunteros, braceros y colonos. La poltica agraria en Extremadura (1940-1975). Madrid: MAPA, en especial el captulo 4 Discurso ideolgico y colonizacin en Extremadura. 77 NAREDO (1978): Art. Cit., pg. 207. 78 Pars: Ruedo Ibrico, publicada con el esfuerzo personal y la buena voluntad de los autores agrupados en torno a Naredo, Campos... 79 Vid. ALVARADO, Eduardo/ GURRA, Jos Luis y RODRGUEZ CANCHO, Miguel (1984): Extremadura: la necesidad de una Reforma Agraria. Cceres: Universidad de Extremadura. 80 Lamo de Espinosa, Jaime: Expropia, que algo queda, Diario 16 (Madrid), 7 de abril de 1990, pg. 2.

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    ellas y criticando la falta de voluntad poltica en adecuar el marco jurdico a las realidades concretas del campo extremeo y andaluz81.

    Algunos pueblos extremeos como Zahnos o Navalvillar de Ibor se movilizaron bajo

    el trasfondo de la Reforma Agraria82. Mito o realidad, en cualquier caso esta manifestacin de irredentismo agrario demostraba la escasa alteracin que la estructura de la propiedad haba sufrido durante el rgimen de Franco y que ciertos problemas estructurales seguan mostrando su lacerante cariz. Aunque los ecos mediticos se fueron apagando, el rescoldo demostraba cierto componente vivo en la memoria histrica de los extremeos en esta cuestin de la Reforma Agraria.

    Y el papel de la historiografa en todo esto? En uno de los libros-homenaje a la

    figura de Manuel Tun de Lara, Ramon Villares lo consideraba como parte del republicanismo histrico que haba trado hasta la historiografa la cuestin agraria como conviccin de que una de las tareas histricas pendientes de la Espaa contempornea era acometer la reforma agraria83.

    Dentro de esos parmetros, Tun haba criticado la oligarqua bicfala, el

    continuum de nombres entre financieros y terratenientes. Segn Leal y Martn Arancibia, esta idea falsa segn trataron de demostrar proceda del hecho de que