la importancia de la familia en el paciente diagnosticado
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La importancia de la familia en el paciente diagnosticado con cáncer
Medina, Diana K.
UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA
Facultad de Psicología
2020
Resumen
En este artículo, se revisó literatura científica con el fin de investigar el impacto del
cáncer en la familia y el efecto de los cambios en las dinámicas familiares en la recuperación
del paciente. Dentro de la información examinada, se identifica que son pocas las
investigaciones que se encuentran acerca de cómo se ve afectada la dinámica familiar, ya que
la mayoría de literatura se asocia al impacto emocional que afecta al sistema familiar.
Adicionalmente, se encontraron pocas fuentes acerca de intervenciones terapéuticas, asociadas
a la intervención de las familias que enfrentan un diagnóstico de cáncer en un ser querido.
Se requiere profundizar en la investigación del campo terapéutico, con el fin de
brindar herramientas a los profesionales del área de psicología, en el trabajo de
intervención familiar, desde la oncología.
Palabras clave: Familia, oncología, intervención familiar, patología, cáncer.
Abstract
In this study some scientific literature was reviewed in order to investigate the impact of
cancer on the family and the effect of changes in family dynamics on patient recovery. Among
the information examined, it is identified that there is little research that is found on how family
dynamics are affected, because most of the literature is associated with the emotional impact
that affects the family system.
Additionally, few sources were found about therapeutic interventions associated with
the treatment of families facing a diagnosis of cancer of a familiar.
Further research is required about the therapeutic field in order to provide tools to psychology
professionals in the field of family intervention from oncology.
Key words: Family, oncology, family therapy, pathology, cancer.
Introducción
El cáncer, es una patología comúnmente percibida como incurable y a menudo
asociada con la muerte. A pesar de los avances tecnológicos que han aumentado
considerablemente las probabilidades de cura y una mayor calidad de vida en la fase posterior
a la enfermedad, el impacto que genera el diagnóstico en el paciente y sus familiares es muy
fuerte, manifestando sentimientos de miedo, tristeza y negación frente al cáncer (Acinas,
2012).
Según la etapa del proceso de la enfermedad, la experiencia previa al cáncer y las
redes de apoyo con las que cuente, se establecen respuestas diferentes por cada persona, sin
importar el tratamiento de cáncer al que se someta el paciente, su modo de vida y su sistema
familiar, presentarán cambios significativos (Castillo, 2017).
Para el sistema familiar, recibir un diagnóstico de cáncer representa una experiencia
traumática y estresante que se relaciona con la muerte, genera sufrimiento, negación y
cambios en los roles familiares. Además, es causal de confusión y obliga a la familia a
reorganizarse para afrontar la nueva experiencia a la que se enfrentan, para brindar
estabilidad en el sistema familiar (Mesquita, 2007).
La familia afronta diversas modificaciones en su diario vivir, presentando cambios
drásticos a nivel social, laboral y personal en los integrantes del sistema familiar. El
desconocimiento de la enfermedad y su tratamiento, además del temor a la pérdida del ser
querido, genera desesperación en la familia, experimenta comportamientos ineficaces,
ocasionando desequilibrios en su funcionamiento armónico (Baider, 2003).
El sistema familiar, cumple un rol importante en el desarrollo de la enfermedad y dependiendo
del afrontamiento de cada miembro, afecta directamente al paciente y su calidad de vida. La
enfermedad, afecta la emoción, la conducta y cognición de cada integrante de la familia,
además, implica cambios en la rutina, roles, límites y jerarquías del sistema familiar.
Según un estudio, cuando el padre o madre son quienes padecen la enfermedad, los
niños y adolescentes del sistema familiar presentan más baja autoestima, así como estados
depresivos (Lewis, 1996). Algunas de las preocupaciones más comunes en los niños y
adolescentes son la empatía hacia el sufrimiento de los padres del niño o adolescente y el
sentimiento de culpa (Grace, 1994).
Cada individuo percibe y afronta el diagnóstico de manera distinta, los profesionales
que acompañan al paciente y su familia, en este proceso, se enfrentan a los distintos
comportamientos y emociones, que se expresan, frente a la enfermedad; por ende, es
importante estar capacitados y preparados para las diferentes respuestas cognitivas,
conductuales y emocionales que pueden presentarse en la familia y el paciente, durante la
enfermedad y su tratamiento. La adecuada comunicación que implica la información
honesta y veraz, ayudará a un mejor proceso de adaptación, para las personas afectadas por
el diagnóstico de cáncer.
La participación del sistema familiar en el tratamiento, la identificación y satisfacción
de necesidades, son parte fundamental para mejorar la calidad de vida del paciente (García,
2006).
El enseñar a las familias, como pueden ser un pilar de apoyo para el paciente, llega a ser muy
importante dentro del proceso de adaptación y asimilación de la enfermedad. El desarrollar un
proceso comunicativo abierto, puede ayudar al sistema familiar para un mejor entendimiento y
más eficaz proceso, al afrontar la enfermedad.
Existen estudios que demuestran efectos positivos, cuando un paciente cuenta con
apoyo social, ayudando a mejorar su calidad de vida y adaptación ante la nueva situación que
experimenta. En diferentes investigaciones se corroboran los efectos positivos de la familia
en el paciente oncológico (Cervera, 2005).
La comunicación cumple un rol fundamental, dentro del sistema familiar, donde es
importante que todos los integrantes puedan ser partícipes de la información brindada frente
al diagnóstico. Por ende, un factor primordial para satisfacer las necesidades de la familia es
brindar información de manera clara y honesta frente al proceso, al tratamiento, sus riesgos y
posibles complicaciones, ayudando a una mejor toma de decisiones.
La meta principal de este artículo, es realizar una revisión de la literatura existente
y ofrecer herramientas a los profesionales de la salud, para concientizar a los miembros del
sistema familiar, acerca de su importancia en el tratamiento y recuperación del paciente
con cáncer.
Planteamiento del problema
Según Zubiaga, las alteraciones o modificaciones y sintomatología que se presenta en el
funcionamiento, pueden ser los patrones rígidos del funcionamiento familiar, las
alteraciones en el ciclo vital familiar, el síndrome del cuidador, sobreprotección de la
persona que padece la enfermedad, la existencia de sentimientos negativos persistentes
como la negación, temor o enfado, el aislamiento social (Zubiaga, sf).
Dentro de las investigaciones encontradas, se ha concluido que el diagnóstico y
tratamiento del cáncer, causa altos niveles de estrés, tanto para el paciente como para sus
familiares (Zubiaga, sf) (Mezquita, 2007) (Delgadillo, 2012) (Faulkner ,2002). Aunque se han
logrado avances significativos en la prevención, detección y tratamiento de la enfermedad, el
diagnóstico de cáncer, sigue siendo crítico para muchos pacientes dado que, aunque las
probabilidades de cura cada vez son mayores, experimentan efectos adversos en su apariencia
física y funciones biológicas, afectando al paciente psicológicamente.
La mayor parte de los estudios realizados, se han enfocado en el paciente
diagnosticado con cáncer y su pareja, lo cual deja mucho camino por recorrer en la literatura
existente, ya que se estima que al menos el 30% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de
seno, tendrían al menos 1 hijo en edad escolar que aún vive en el hogar (Lewis & Hammond,
1996). En la literatura revisada, se ha reportado que los hijos de dichas familias,
experimentan síntomas físicos, aumento en los conflictos familiares y una disminución
significativa en la cohesión familiar.
A pesar de estos descubrimientos, la literatura científica al respecto sigue siendo
escasa y más cuando se tiene en cuenta a otras partes del núcleo familiar (padres, hermanos,
primos, entre otros). La mayoría de literatura existente, se enfoca en el impacto del cáncer en
el paciente en la pareja o en la familia, cuando el paciente es un menor de edad. En
consecuencia, la información sobre el efecto en el núcleo familiar completo y el contra
efecto de los cambios en la dinámica familiar, en el tratamiento del paciente, sigue siendo
escasa.
Adicionalmente, existe poca información sobre el significado que se atribuye a la
enfermedad y el tratamiento, y como dicho significado puede ser mantenedor de los temores,
el sufrimiento y el impacto desfavorable de la patología (Palacios, 2015).
Se ha estudiado, principalmente, sobre la enfermedad del cáncer en personas que son padres,
desde la perspectiva del paciente, pero no hay profundización en la perspectiva de los otros
miembros de la familia (Lewis, 1996).
Teniendo en cuenta lo anterior, se genera la siguiente pregunta: ¿Es importante la
familia y sus dinámicas socioculturales, en la eficiencia de los tratamientos aplicados a
un paciente diagnosticado con Cáncer? Otra incógnita que surge es: ¿Se ha investigado
lo suficiente, sobre los efectos generados en la familia del paciente por el diagnóstico de
cáncer?
Efecto del diagnóstico en el sistema familiar
"Desde el siglo pasado, y como consecuencia de la evolución social en el concepto de
la “familia”, ésta puede ser definida como “la unidad ética de cuidado”. En vez de percibir
la enfermedad centrada en la persona o en la sintomatología específica del paciente
individual, debe concebirse dentro de la unidad familiar de acuerdo a la propia concepción
familiar del paciente" (Baider y Wein, 2001).
Según un estudio, el diagnóstico es el momento de mayor impacto emocional,
tanto para el paciente, como para la familia. Quienes padecen la enfermedad encuentran
la familia como una red de apoyo, que les permite comunicar sus pensamientos sobre la
enfermedad (Rodríguez, 2017).
Aún existen muchas creencias sobre el cáncer donde la muerte o poca probabilidad
de supervivencia, predominan en el momento del diagnóstico, a pesar de los avances
médicos. Con los avances que se han desarrollado en el ámbito médico, el cáncer ha pasado
de ser una enfermedad terminal a una enfermedad crónica, con una alta probabilidad de
cura (Grau, 2002).
El cáncer no impacta solo a la persona que la padece, sino que también desarrolla
cambios significativos en la familia. Las personas más cercanas al paciente, son parte
fundamental y se ven afectadas emocional, cognitiva y conductualmente en su diario vivir. En
el cuidador principal recae la mayor carga física y psicoafectiva. Cabe mencionar, que
fomentar sustituciones en los roles, para disminuir las cargas del cuidador principal, es
positivo, permitiendo a otros integrantes de la familia asumir un rol activo con la persona
enferma frente a sus necesidades y cuidados, además, no sobrecargar afectiva y físicamente al
cuidador principal (Zubiaga, sf). Ser cuidador de un familiar en la enfermedad oncológica,
implica enfrentarse a una serie de desafíos, encaminados a garantizar un trato digno y una
calidad de vida óptima para el enfermo (Palacios, 2015).
Según estudio realizado en familias con adolescentes que padecen leucemia, se
enfatiza en cómo los diversos efectos adversos, alteran el funcionamiento de la familia
(Delgadillo, 2012). Los diferentes estilos de afrontamiento que pueden llegar a asumir las
familias, alteran y desarrollan un nuevo equilibrio familiar o por el contrario ayudan a diluir la
familia (Zubiaga, sf). La familia necesita sentir control sobre la nueva situación.
Durante toda la experiencia a la que se enfrentan la familia y el paciente, se pueden
suscitar situaciones sin resolver de la historia familiar y las reglas que acogen a la familia
(Zubiaga, sf). Dependerá del estilo de funcionamiento de la familia, la rápida adaptación o no,
a los cambios que se generan durante la enfermedad. No necesariamente la familia puede
llegar a asumir el diagnóstico como una situación negativa, la percepción y la forma de
afrontar la enfermedad puede llevar a fortalecer los lazos afectivos en el sistema familiar y
equilibrar la estructura del sistema familiar (Zubiaga, sf).
Cuando la familia se enfrenta al cáncer, puede presentarse en algunos casos, la
sobreprotección al paciente o sobreprotección del paciente hacia la familia, dificultando el
proceso de adaptación a la enfermedad. En ocasiones también suele suceder que la familia
pueda generar sentimientos de inutilidad en el paciente, cuando no le permite realizar tareas
que puede desarrollar a cabalidad, por tal motivo, es fundamental siempre mantener una
comunicación abierta y honesta frente a las sensaciones que se presenten ante las diversas
situaciones a que se enfrentan, tanto los familiares como el paciente (de Cáceres, 2007).
Cada sistema familiar funciona de manera distinta y por tanto la forma como se
afronta la enfermedad varía, así como la presencia de la enfermedad puede fortalecer los
vínculos, también puede desarrollar problemas o intensificar los problemas ya existentes
en el sistema familiar (ASCO, 2018).
Un diagnóstico de cáncer genera un cambio en la dinámica familiar, reflejando
un desequilibrio en la familia, que desarrolla miedo a los procesos terapéuticos y a los
cambios que pueden llevarse a cabo en los integrantes del sistema familiar y el paciente.
Genera adicionalmente cambios en los roles y jerarquías del sistema familiar. Los
cambios repentinos en los roles, pueden afectar significativamente tanto al paciente
como a los participantes de la unidad familiar, ya que al intercambiar roles se puede
exteriorizar las dificultades que puede llegar a tener; por ejemplo, el paciente quien era
cuidador principal y paso a un grado de dependencia, o bien también puede manifestarse
conflicto para quien no asume el rol de cuidador al asumir una nueva responsabilidad
que conlleva proveer cuidados y hacerse cargo de alguien más (ASCO, 2018).
Como ya se ha mencionado anteriormente, los sentimientos negativos invaden al
paciente y su familia en el momento que se asume la noticia de padecer cáncer, entre estas
cabe resaltar que la incertidumbre y falta de control sobre la situación vivenciada, genera
efectos adversos en quienes se encuentran cercanos o asumen el diagnóstico de un cáncer, y
se evidencian sentimientos de un duelo anticipado, al momento de recibir un diagnóstico de
cáncer (Grau, 2002).
Los niveles de estrés y las creencias asociadas a la enfermedad y su relación cercana a
la muerte, además del desarrollo de mecanismos, como la evasión o negación frente a la
enfermedad en los familiares promueven actitudes poco favorables que afectan
negativamente la adherencia al tratamiento, la recuperación y posible mejoría del paciente
(Delgadillo, 2012).
Importancia del bienestar del sistema familiar, en el tratamiento
"En un estudio de caregivers, Toseland, Blanchard y McCallion (1995) describen que
el miedo a la muerte del paciente era la preocupación principal de la familia, incluso cuando
los pacientes estaban en receso y eran esencialmente asintomáticos."
Algunos estudios, proporcionan evidencia asociada a que las personas con
familiares diagnosticados con cáncer, padecen depresión, agotamiento y ansiedad, después
del diagnóstico presentando; así mismo diversas alteraciones en el sueño, la alimentación y
cambios drásticos en sus estados de ánimo (Baider,2003).
Se ha demostrado, que cuando el paciente cuenta con una red de apoyo que lo
acompaña durante su padecimiento en la posibilidad de desarrollar trastornos mentales, se
incrementa la autoestima en el paciente (Baider,2003). Se resalta que en los casos donde las
familias han manifestado mayor unión, se ha evidenciado una mejor toma de decisiones,
ayudando a afrontar la situación de la mejor forma posible (Mesquita, 2007).
La familia como red de apoyo, ayuda a que no se genere un distanciamiento social y
se aumente la estabilidad mental y física en el paciente (Baider,2003). La cercanía al
tratamiento y conocimiento de la enfermedad, ayuda a las familias a adaptarse mejor a la
situación que se está presentando en el momento, además, las creencias religiosas aportan
significativamente a un proceso adaptativo de la familia con el diagnóstico (Mesquita, 2007).
La evaluación de las debilidades y fortalezas del sistema familiar será el punto de partida para
la intervención (Zubiaga, sf).
Algunos estudios aseveran que contar con una red de apoyo disminuye la posibilidad
de presentar alteraciones psicológicas, además, disminuye niveles de ansiedad y estrés en los
pacientes, aportando significativamente a la recuperación y estabilidad emocional del
paciente (Bernal, 2014).
Los niveles de estrés y las creencias asociadas a la enfermedad y su relación cercana a
la muerte, además del desarrollo de mecanismos como la evasión o negación frente a la
enfermedad en los familiares, promueven actitudes poco favorables que afectan
negativamente la adherencia al tratamiento, la recuperación y posible mejoría del paciente
(Delgadillo, 2012).
El apoyo familiar, ayuda a una mejora en la calidad de vida del paciente si existe una
dinámica familiar positiva antes del diagnóstico, restablecer el equilibrio suele facilitarse
más, aun así, las situaciones familiares negativas pueden afectar la calidad de vida del
paciente. En los momentos donde se presentan crisis familiares el apoyo social es
determinante para la superación de la situación estresante (Zubiaga, sf). Cada integrante de la
familia, brinda apoyo desde distintas áreas como lo pueden ser el apoyo emocional, el apoyo
confidencial o el apoyo informacional (Zubiaga, sf).
Dentro de las investigaciones encontradas, se menciona que la pareja del paciente
cumple un rol fundamental, siendo quien brinda un gran apoyo emocional. Según el contexto
social y cultural de cada persona, se percibe la ayuda y el apoyo emocional de manera
distinta (Baider,2003).
No solo el paciente requiere de una atención psicológica, a la vez que la familia es el
soporte emocional del paciente, también debería contar con un profesional que los ayude
durante la crisis a la que se enfrentan, siendo la familia pilar fundamental y el apoyo con el
que cuenta el paciente, es de suma importancia tener apoyo psicológico y herramientas que
aporten a los miembros de la familia, para afrontar la enfermedad. Es de suma importancia
dentro de la intervención con familias que afrontan una enfermedad crónica, promover la
autonomía en el paciente y los integrantes de la familia, además de brindar herramientas para
fortalecer la comunicación.
La identificación de sentimientos negativos, se vuelve fundamental para poder
brindar mayor apoyo emocional a la familia y el paciente, así, aportar estrategias que ayuden
a una mejor adaptación frente a la enfermedad, tanto para el paciente como para la familia.
Al momento de construir un plan de intervención es imperante tener en cuenta la
calidad de vida y los procedimientos médicos del paciente. Además, dentro de la intervención
es importante poder trabajar sobre los cambios relevantes que se evidencian dentro del proceso
de la enfermedad.
El sistema de creencias que compone a la unidad familiar, jugará un papel importante
en los mecanismos que utiliza la familia para explicar la enfermedad y cómo afrontarla, por
este motivo, es muy importante identificar cuáles son y cómo pueden ser trabajados dentro
del plan de intervención que se plantee con la familia y el paciente, para una mejor adaptación
a la situación que vivencian.
Aportes actuales en el afrontamiento familiar
Según un estudio realizado a mujeres con cáncer de mama, se identificó que el
diagnóstico generó sentimientos de miedo, tristeza y negación tanto en las pacientes como en
sus familiares. Además, se identificó que durante el tratamiento no existe acompañamiento ni
se involucró al sistema familiar de las pacientes (Mesquita, 2007).
Se identifica, en cuanto al acompañamiento y asesoramiento a los familiares que
tienen un miembro de la familia que padece cáncer, que estos son deficientes, siendo en
muchas ocasiones, los familiares, aislados del tratamiento del paciente (Mesquita, 2007).
Los profesionales de la salud, en la mayoría de ocasiones, promueven el
distanciamiento paciente – familia, en cuanto a que esta última se considera una molestia,
que genera perturbaciones en el proceder médico, llevado a ser espectador y de preferencia
ajeno e intrascendente (Bernal, 2014).
Dada la complejidad de los tratamientos y decisiones a las cuales se somete el
paciente oncológico, las unidades de cuidados intensivos se convierten en lugares donde la
familia no es gratamente recibida. Esto último es visto como un secuestro por parte del
sistema familiar, generando un ambiente hostil, que transforma la hospitalización en una
experiencia estresante, angustiante, caótica, aburrida, solitaria, desesperanzadora y llena de
incertidumbre tanto para los familiares como para el paciente (Bernal, 2014)
La familia del paciente no es solo un agente externo que acompaña, sino que es un
ente activo que participa de la experiencia. El cáncer es considerado entonces una
enfermedad familiar que no solo se asocia por que pueda existir un factor hereditario sino
también por la implicación simbólica que afecta a la familia (Palacios, 2015).
Aunque la noticia de un diagnóstico de cáncer no es nada favorable y es una situación
difícil de asimilar y que establece cambios significativos en la dinámica familiar, es
importante restablecer el orden y control dentro del sistema familiar, por tal motivo es
relevante evitar aislarse socialmente, además a pesar de la situación desfavorable a la que se
someten la familia y el paciente es de suma importancia establecer espacios que aíslen a los
diferentes miembros de la familia del ámbito hospitalario, e intentar encontrar un punto
equilibrado que apunte a mantener la normalidad en la familia, desarrollando estrategias que
se acomoden a la nueva realidad que afrontan los integrantes de la familia (Grau, 2002).
Definir y reorganizar las prioridades y el plantear nuevos objetivos son de gran ayuda para
asumir la enfermedad de la mejor manera posible (ASCO, 2018).
La escucha activa frente a los sentimientos que se viven frente a la situación, aportan
positivamente a la familia y al paciente; dentro de la dinámica familiar es fundamental
desarrollar un adecuado proceso de comunicación (Grau, 2002). Cada familia se comunica y
decide enfrentarse ante las adversidades de distintas formas (ASCO, 2018). Para mantener una
buena comunicación es importante tener presente ciertos aspectos, como buscar el espacio y
momento adecuado para hablar, conocer cuáles son las preocupaciones que pueden tener tanto
las familiares como el paciente frente a la situación, centrarse en el presente, y no dar por
hecho los posibles sentimientos que puede estar vivenciando la otra persona, abrir un paso
para la expresión de sentimientos es fundamental para lograr un adecuada comunicación,
evitando el sarcasmo, reclamos o críticas negativas. Es posible que no siempre se facilite
expresar sentimientos, miedos y preocupaciones de la situación cuando se tiene la persona
presente en el mismo espacio, por tal motivo se pueden utilizar otras estrategias para que se
manifieste un proceso comunicativo, como el uso de una carta, facilitando la libre expresión
de lo que se quiere comunicar. Es importante que al momento de comunicarse el concepto se
exprese de manera honesta, clara, basados en el respeto y la comprensión mutua, cabe resaltar
que ocultar los sentimientos pueden conllevar a sentimientos de soledad y angustia (de
Cáceres, 2007).
El psicólogo que acompaña a la familia durante el tratamiento, puede ayudar a
estabilizar el sistema familiar, los niños y adolescentes que tengan a una figura paterna con la
patología puedan comprender e interpretar las conductas que se manifiestan en sus padres
(Lewis, 1996).
Es primordial que dentro de la intervención que se realice con el sistema familiar, se
enfatice en la clara información, y el personal a cargo en las diferentes áreas esté capacitado
para resolver las dudas, no dejar incógnitas, ayudando a la familia y al paciente en tener un
amplio panorama frente a lo que está sucediendo y sobre los diferentes escenarios que se
pueden presentar durante el tratamiento, además, una comunicación clara y acertada sobre
la enfermedad, ayudará al paciente y la familia a un mejor afrontamiento de la enfermedad
y sentir más seguridad al momento de tomar decisiones importantes (Bernal, 2014).
Dentro de las necesidades familiares más significativas se identifica, que es
importante para la familia contar con información veraz, además de expectativas reales
frente al tratamiento médico y la enfermedad, y que el paciente recibe una atención de alta
calidad (Bernal, 2014).
Un estudio realizado, centra su objetivo en el funcionamiento familiar desde el
modelo estructural de Minuchin, proponiendo trabajar desde el reconocimiento de los
diferentes subsistemas que componen el sistema familiar, la identificación de jerarquías y
los límites, resaltando la importancia de mantener un equilibrio saludable en el
funcionamiento de la dinámica familiar, posibilitando cumplir los objetivos y funciones
asignadas para la familia de manera eficiente (Delgadillo, 2012).
La comunicación cumple una labor crucial, el expresar los sentimientos que genera el
diagnóstico y la enfermedad, ayuda a sobrellevar la enfermedad, tanto para la familia como
para el paciente. Es de suma importancia que la red de apoyo del paciente se sensibilice ante
las necesidades emocionales que acompañan el diagnóstico de cáncer (ASCO, 2018). Una
manera de enfrentar los cambios que se presentan en las relaciones con la familia durante la
enfermedad, es comunicar de manera abierta y honesta; disminuye la posibilidad de un
aislamiento social, frustración y malos entendimientos (ASCO, 2018).
Sin un proceso comunicativo la familia puede enfrentarse a altos niveles de estrés
durante el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, el psicólogo está para facilitar la
comunicación entre la familia y el paciente (Faulkner, 2002).
La intervención psicológica en el sistema familiar permite un proceso reflexivo a los
miembros de la familia sobre las posibles modificaciones en la conducta que ayuden a un
mejor control de lo que se está experimentando con la enfermedad (Faulkner, 2002). El
aporte del psicólogo para el sistema familiar dentro de la enfermedad del cáncer se direcciona
a utilizar los recursos existentes para mejorar la dinámica familiar y así sobrellevar las
complicaciones que se experimentan en la experiencia del cáncer (Faulkner, 2002).
Discusión
Muchas de las investigaciones que se encuentran hablan sobre los efectos adversos en
el ámbito psicológico y cómo afecta a la familia y el paciente, pero no se describe
claramente, ni existe un amplio repertorio en la literatura, sobre cómo trabajar
terapéuticamente con la familia para afrontar la enfermedad. Dentro de las diversas
investigaciones existentes se resalta que la aparición del cáncer impacta diversos aspectos
como lo son el área familiar, personal, laboral y espiritual tanto en la familia como en el
paciente.
Uno de los retos más resaltados dentro de la literatura en el área de la oncología para
los psicólogos, es el trabajo que se realiza en cómo se asume la comunicación de malas
noticias y la claridad frente a las expectativas reales asociadas a la enfermedad, que pueden
favorecer o desfavorecer el proceso del paciente en su tratamiento médico. Cabe resaltar que
una de las dificultades evidenciadas durante el tratamiento a pacientes oncológicos se refiere
al poco tiempo con el que se cuenta en las intervenciones psicológicas y por ello se puede ver
afectada la eficacia en dichas intervenciones, por este motivo es un reto profesional el
adecuar un plan terapéutico, eficaz y que se adapte a los tiempos con los que se cuentan para
dar aportes significativos y eficientes dentro de la intervención psicológica.
CONCLUSIONES
Es fundamental encaminar los objetivos de la intervención en el paciente y la
familia, hacia la satisfacción de las necesidades que surgen en el paciente oncológico y su
red de apoyo, proporcionando en conjunto el cuidado médico y psicológico del paciente y el
sistema familiar. Adicionalmente, es importante, que ante los cambios generados por el
diagnóstico, la familia sea suficientemente dinámica para lograr enfocarse en renovar su
significado y propósito de vida (Yeager, 1999). Las relaciones establecidas para el paciente,
facilitaran el desarrollo de recursos psicológicos que ayuden a afrontar situaciones
inesperadas y no deseadas como lo es el cáncer (Fernández, 2005).
Se ha demostrado que la intervención psicológica mejora el estado emocional y la
calidad de vida de los pacientes y sus familiares (Oraá, 2013). Se concluye que la familia
brinda seguridad al paciente y ayuda a facilitar la adaptación a los cambios que se
presentan durante la enfermedad. Se ha comprobado que la intervención psicológica
mejora el estado emocional y la calidad de vida del paciente y la familia además favorece
la disminución de los niveles de estrés.
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