la historia (1873)_ignacio ramírez

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 LA HIST ORIA  Una sola ge ne ración, po r mu cho que in ve nt ase , selevantaría muy poco so bre e l nivel de la barbarie si no aprovechara los descub ri mi en tos de lo s hombres ante- pasados. Sella ma n usos los he ch os actuales de una genera ción, y costumbre s los usos h e re di tar io s: d e e st e m odo s e c ons er va n l a ma yor p ar te d e l as i ns ti tu ci one s so- ciales. Las ob ra s humanas su elen ser dura bl e s, y t oda s l asge neraciones dejan a lassi- guientes u na gran de h erencia en edific ios, al hajas, i n strumentos, et tera : las mis- mas ruin as son pr eciosí si ma s. La poesía y las t radiciones ora l es nos remontan a l os sig l os pasados, pero entre fábulas. Se ne cesi ta, pu es, cons ig nar l os prin ci pales aco n t ec imi en to s del m undo,  ést a es la m isión de la his t oria. Cada pue b lo tiene la suya, tanto menos creíble cuant o más remota . H a sido in dispensab le comenzar por e l a rr eg lo d el t ie mp o. L a a st ro nomía distribu ye éste conforme los movimientos de la tierra, de la luna y d e l sol , y a la aparición d e a lg un os c om et as ; p ero l a a st ron omí a s e h a pe rf ec ci ona do po co a p oco, y ha t enido q u e sujeta rs e a los ca pr ichos de l as festividad es ci viles y re ligio- sas. En la crono l o gí a, ad em ás , e l t ie mpo n ac e me di o de vo ra do po r e l m i to. La hist or ia v er dad era no comienza sino en épocas averiguadas; vea mos en com pendio a lgu na de esas historias. E ll a s n os descub re n l a s em il la h um a na,. ~ea cual fu ere s u origen, erramada por el s uelo habitable, u nas veces en em bn on , otras floreci ente, y con f r ecue nc ia en ramos esparcidos y secos. Las socie dades emb rionar ia s se disting u en por la dispersión de sus rn m- bros, por l a senc illez de su idi o ma , p or la imp e rf ec ci ón d e s us a rm as , p oc as v ce : metálicas; por l a escase z de sus aliment os; por los adorn os ex t ravagantes e n qu bosquejan su vestid o; po r su s cree n cias es pantad izas, y por s us crueles propen- sion es. a e · I Fragme nto de los  ibros rudiment l y progresivo p r l enseñ nz  prim ri (l 8 73 ); e n pp  132-136. 2  8 L P L R D E L REFORM E L REPÚ LI C DE L S LETR S 219 L as soc ied ad es frag mentari as so n los restos de nacion es po d e ro sas un tiern - o, y después arruinad as por la gu e rr a. Es os p ueblos decad en tes se caracterizan : Por lo s magn ífi cos e difi cios e nt r e cu yo s e sc om bros l evantan sus chozas ; por un fdiorna compuesto d e tantos eleme n tos cuantas son las n a ci on es q u e de an ti gu o concurrieron a fo rmarlo ; por tradic i o ne s e xt rav ag an te s; p or s u or ga nización en cast as y por sus tendencias conservadoras. No es raro que esos pueblo s sobre vi- van a sus cont em poráneos y se salven de los na u f ra gi os en u na i sl a , en una mon - taña , en un d esiert o ; e nt on ces c on se rv an s in s ab er lo u n d epó si to p re ci oso d e l a civili z aci ón m ás remota . A sí el J ap ón n os r ec ue rd a l a C hi na p ri mi tiv a ; así en la Abi sinia serefugió e l an tiguo Egip t o, y así en la Is l a nd ia s e h an co ns erv ad o l o s descubrimien tos Y l a gloria de los su ec os , dinamarqueses y norueg os. L as nacion es en pleno crec imiento enriqu ecen su idioma con la literatura y con la s ciencia s; amold an a sus necesidades el s uel o que h uell a n; p rom ue ve n la guerr a en fa vor del comerc io; desdeñ a nl as preocupa ci ones; ca mbian y mej ora n sus ele m entos social es, y o descubren en el poder ni en la riqu eza si n o un aco - pio de pl aceres. El límite de su crecimien to está en la natura eza y extensión de sus rel a ci on es inte rn acionales. Se l evantan en el centro del Asia nu merosas ya l tísi ma s mo n t añas entre las cuales descuellanlos n e va do s p i cos de l Himalaya. En t or no d e ellos lo mismo que e n l os lagos, va ll es y desiertos qu e encierran, han ten id o su orig en cuatro razas di ve r sas y no t ables: la ch in a , l a ind ost á n ica, la pérsic a y la mon li ca o tartáric a. La r aza chin a comenzó a descender desde muy antiguo, abandonando las faldas m ontañosas de l a re gión tib et ana, para extender s e hacia e l orient e, hasta poner s e e n c om un icación con los is l eño s jap one ses . Cubrió lo s os con puentes,  los lag os con emb a caciones. Co mu ni có la s a gu as di sp er sa s po r m edi o d e c a- nales, abri ó c am in os por l as mon tañ as , cultivó l as col inas y las tierras pantano - sas,apro vechó todo s los minerales que en cierra su ri c o suelo ; estudió las plantas  domest icó lo s animal es, puso un dique al d es ie rt o, d esc ub rió l as a rt es y l as Ciencia s,se a venturó por el mar hasta las pl a ya s a me ri ca na s, ya u mentando su Población a tre scientos millones de habitantes, h a contemp lado ind iferente las revolu . d cien es el mund o antiguo y de l mundo m oderno. da N o así l a ra za índica; precipitánd ose a l su r, so bre l as fé rtiles regiones baña- caI s par el Indo y por el Ganges, encendió su imaginación enlos fuegos tropi- \i e~, y perdiendo, en la in ercia, sus fu er zas fís icas, no h a cesa do d e servir de ctuna al ' b . . , l os mas ro u stos conquistador es, y de Juguete a los m as ex travagantes 1h~~nafloS:envenen ada por sus perfume s ago n iza e n un l echo de oro y de dia- -  &ClQtes.

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Un ensayo del mexicano Ignacio Ramírez acerca de la Historia, discuplina vista desde una perspectiva del siglo XIX.

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  • LA HISTORIA *

    Una sola generacin, por mucho que inventase, se levantara muy poco sobre elnivel de la barbarie si no aprovechara los descubrimientos de los hombres ante-pasados.

    Se llaman usos los hechos actuales de una generacin, y costumbres los usoshereditarios: de este modo se conservan la mayor parte de las instituciones so-ciales.

    Las obras humanas suelen ser durables, y todas las generaciones dejan a las si-guientes una grande herencia en edificios, alhajas, instrumentos, etctera: las mis-mas ruinas son preciossimas.

    La poesa y las tradiciones orales nos remontan a los siglos pasados, peroentre fbulas.

    Se necesita, pues, consignar los principales acontecimientos del mundo, ysta es la misin de la historia. Cada pueblo tiene la suya, tanto menos creblecuanto ms remota.

    Ha sido indispensable comenzar por el arreglo del tiempo. La astronomadistribuye ste conforme a los movimientos de la tierra, de la luna y del sol, y a laaparicin de algunos cometas; pero la astronoma se ha perfeccionado poco apoco, y ha tenido que sujetarse a los caprichos de las festividades civiles y religio-sas. En la cronologa, adems, el tiempo nace medio devorado por el mito.

    La historia verdadera no comienza sino en pocas averiguadas; veamos encompendio alguna de esas historias. Ellas nos descubren la semilla humana,. ~eacual fuere su origen, derramada por el suelo habitable, unas veces en embnon,otras floreciente, y con frecuencia en ramos esparcidos y secos.

    Las sociedades embrionarias se distinguen por la dispersin de sus rniem-bros, por la sencillez de su idioma, por la imperfeccin de sus armas, pocas vece:metlicas; por la escasez de sus alimentos; por los adornos extravagantes en qubosquejan su vestido; por sus creencias espantadizas, y por sus crueles propen-siones.

    ae,,I. Fragmento de los Libros rudimental y progresivo para la enseanza primaria (l873); en

    pp. 132-136.

    218

    LA PALABRA DE LA REFORMA E LA REPBLICA DE LAS LETRAS 219

    Las sociedades fragmentarias son los restos de naciones poderosas un tiern-o, y despus arruinadas por la guerra. Esos pueblos decadentes se caracterizan:

    Por los magnficos edificios entre cuyos escombros levantan sus chozas; por unfdiorna compuesto de tantos elementos cuantas son las naciones que de antiguoconcurrieron a formarlo; por tradiciones extravagantes; por su organizacin encastas y por sus tendencias conservadoras. No es raro que esos pueblos sobrevi-van a sus contemporneos y se salven de los naufragios en una isla, en una mon-taa, en un desierto; entonces conservan sin saberlo un depsito precioso de lacivilizacin ms remota. As el Japn nos recuerda la China primitiva; as enla Abisinia se refugi el antiguo Egipto, y as en la Islandia se han conservado losdescubrimientos Yla gloria de los suecos, dinamarqueses y noruegos.

    Las naciones en pleno crecimiento enriquecen su idioma con la literatura ycon las ciencias; amoldan a sus necesidades el suelo que huellan; promueven laguerra en favor del comercio; desdean las preocupaciones; cambian y mejoransus elementos sociales, y no descubren en el poder ni en la riqueza sino un aco-pio de placeres. El lmite de su crecimiento est en la naturaleza y extensin desus relaciones internacionales.

    Se levantan en el centro del Asia numerosas y altsimas montaas entre lascuales descuellan los nevados picos del Himalaya.

    En torno de ellos lo mismo que en los lagos, valles y desiertos que encierran,han tenido su origen cuatro razas diversas y notables: la china, la indostnica, laprsica y la monglica o tartrica.

    La raza china comenz a descender desde muy antiguo, abandonando lasfaldas montaosas de la regin tibetana, para extenderse hacia el oriente, hastaponerse en comunicacin con los isleos japoneses. Cubri los ros con puentes,y los lagos con embarcaciones. Comunic las aguas dispersas por medio de ca-nales, abri caminos por las montaas, cultiv las colinas y las tierras pantano-sas, aprovech todos los minerales que encierra su rico suelo; estudi las plantasy. domestic los animales, puso un dique al desierto, descubri las artes y lasCiencias, se aventur por el mar hasta las playas americanas, y aumentando suPoblacin a trescientos millones de habitantes, ha contemplado indiferente lasrevolu . dcienes el mundo antiguo y del mundo moderno.da No as la raza ndica; precipitndose al sur, sobre las frtiles regiones baa-caIspar el Indo y por el Ganges, encendi su imaginacin en los fuegos tropi-\i e~, y perdiendo, en la inercia, sus fuerzas fsicas, no ha cesado de servir dectuna al' b . . ,lis . os mas ro ustos conquistadores, y de Juguete a los mas extravagantes

    1h~~nafloS:envenenada por sus perfumes agoniza en un lecho de oro y de dia--"&ClQtes.

  • 220 ENSAYOS Y ESTUDIOS

    El destino de la raza prsica ha sido luchar perpetuamente con los pueblde la Europa y con la arena de los desiertos; en stos levanta a Babilonia a N' ~sve, a Palmira, para con~emplar dispersados sus mrmoles al ms ligero ~oPlo~~la guerra. En Europa solo ha logrado eternizar la gloria de los griegos Ell .. a, slUembargo, recuerda con orgullo que ha tenido en sus manos la cuna de las n .. aC10-nes afncanas, que la han recompensado inundndola con tribus semticas.

    Los trtaros, libres en sus llanuras, se acercan secularmente a sus hermfavorecidos por la civilizacin; y robando a los chinos, a los ndicos ya los persaeidi di b ' sas,1 romas, lOSes, costum res, poesia y armas, se encaminan a las regiones euro-peas, donde fundan las repblicas griega y romana, y las destruyen para estable-cer el feudalismo. Algunos de sus descendientes se aventuran por los mares sep-tentrionales, y al rumor de los hielos que se rompen y la luz de las rfagas conque suele coronar su frente el polo, tropiezan con la Islandia, pasan a la Groen-landia y descubren las costas de la Amrica.

    El frica entretanto se civiliza por su costa mediterrnea; el Egipto deja sushuellas por el Nilo, y Cartago empua el cetro de los mares.

    Mezclronse por algn tiempo la mayor parte de los pueblos conocidos;hubo alianzas y luchas, y al disiparse el polvo de las ruinas aparecen en dos cam-pos los adoradores de Cristo y los sectarios de Mahoma. La libertad, la imprentay la ocupacin de un nuevo continente rompen los antiguos lazos internaciona-les, y con sus fragmentos tejen una cuna a la civilizacin que hoy reina sobre latierra.

    Cuntos preciosos objetos han legado las naciones a nuestro estudio! Sussistemas religiosos que encierran conocimientos primitivos; sus excursiones,marcadas con frecuencia por obras gigantescas; los idiomas donde se revelan lasms antiguas alianzas de los pueblos, sus sistemas polticos, sus artes y su litera-tura y sus creencias.

    El hombre del nuevo continente tambin se ha agitado en medio de los si-glos, pero sus esfuerzos no han llegado sino a la civilizacin azteca. Nacionesteocrticas y guerreras, agrupadas en torno de nuestros volcanes, no medan susarmas sino con razas inferiores; el mar civilizado les era desconocido; sus alas seplegaban dentro de su dorado capullo; la mano europea ha venido a facilitarlesel vuelo.

    Mxico, lo mismo que todos los pueblos hispanoamericanos, al consumar SUIndependencia, se ha encontrado compuesto de indgenas en cuya frente se con-serva la marca de Moctezuma, y de colonos que llevan todava las cadenas deCarlos V y de Felipe 11.Pero estos colonos y aquellos vasallos, por instinto Yporejemplo, aspiran a transformarse en una raza ilustrada y emprendedora. Tal opo-

    LA PALABRA DE LA REFORMA EN LA REPBLICA DE LAS LETRAS 221

    sicin entre el origen y los deseos se encarna en revoluciones frecuentes y san-grientas; nuestra historia es una lucha entre la tradicin y la reforma.

    Hidalgo fund el partido innovador proclamando la Independencia. Los es-paoles resistieron once aos hasta hacer resonar su ltimo caonazo en las pla-yas de Veracruz, donde Corts haba disparado el primero sobre el trono de losaztecas.

    Iturbide hered de los espaoles la defensa de las instituciones monrquicasy cay ensangrentado a los pies de los innovadores republicanos.

    Algunas clases elevadas han luchado por establecer el centralismo y la tira-na militar, y la derrota ha castigado constantemente esas tentativas.

    Hizo el clero un esfuerzo supremo para mantener su poder, y perdi su in-fluencia y sus templos.

    Solicitan los vencidos el auxilio europeo, y levantan un cadalso a su monarcaen el Cerro de las Campanas.

    Los hijos de Moctezuma y de Corts se transforman en una raza superior alseguir las huellas de Hidalgo!