la guerra de los enanos

Upload: mario-lanilla

Post on 03-Apr-2018

616 views

Category:

Documents


60 download

TRANSCRIPT

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    1/275

    LEYENDASDELADRAGONLANCE

    Volumen II

    LA GUERRA DE LOS ENANOS

    Margaret Weis - Tracy Hickman

    Traduccin: Marta Prez

    Poemas: Michael Williams

    Ilustracin de la cubierta: Ernesto Melo

    TIMUN MAS

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    2/275

    A vosotros, que nos acompais en nuestra andadura por Krynn. Gracias, lectores, por recorrer el

    camino con nosotras.

    Margaret Weis y Tracy Hickman

    No se permite la reproduccin total o parcial de este libro, ni el registro en un sistema informtico, ni latransmisin bajo cualquier forma o a travs de cualquier medio, ya sea electrnico, mecnico, por fotocopia, por

    grabacin o por otros mtodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

    Ttulo original:Dragonlance Legends - War of the Twins TSR, Inc. 1986All rights reservedDungeons & Dragons , D&D y Dragonlance son marcas registradas por TSR Hobies, Inc.Derechos exclusivos de la edicin en lengua castellana:Editorial Timun Mas, S.A. 1988Castillejos, 294. 08025 BarcelonaI.S.B.N.84-7722-184-7 (obra completa)I.S.B.N. 84-7722-186-3 (volumen II)Depsito Legal B. 30.358-88Emeg Industrias Grficas, S.A.Impreso en Espaa -Printed in Spain

    2

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    3/275

    AGRADECIMIENTOS

    Muchas personas han intervenido en la creacin de la coleccin Dragonlance, lo que ha hechoposible el gran xito alcanzado. Les agradecemos profundamente su ayuda y apoyo.

    El equipo Dragonlance TM: Harold Johnson, Laura Hickman, Douglas Niles, Jeff Grubb,Michael Dobson, Michael Breault, Bruce Heard y Roger E. MooreMichael Williams, por sus poemas.Larry Elmore, por su ilustracin de cubierta.Valerie A. Valusek, por sus ilustraciones interiores.Ruth Hoyer, por sus diseos.

    Steve Sullivan, por sus mapas.Jean Blashfield Black, nuestra editora.Patrick L. Price, Dezra y Terry Phillips, John Dala-mar Walker, Carolyn Vanderbilt, Bill Larson, Janety Gary Pack, por sus tiles consejos y crticas.Los artistas del CALENDARIODRAGONLANCE 1987: ClydeCaldwell, Larry Elmore, Keith Parkinson y JeffEasley.

    Y, finalmente, queremos dar las gracias a todos aquellos que nos han escrito para animarnoscon sus comentarios.

    Margaret Weis y Tracy Hickman

    3

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    4/275

    4

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    5/275

    El rio sigue su curso

    Las oscuras aguas del tiempo se arremolinaron en torno a la tnica del archimago,arrastrndolo hacia el futuro junto a sus acompaantes.

    En medio de una lluvia de fuego, la montaa gnea cay sobre Istar para zambullirlaen las entraas de la tierra. Las aguas del ocano, apiadadas de tanta desolacin, seapresuraron a unirse y, as, llenaron el vaco. El Templo, donde el Prncipe de los Sacerdotesaguardaba an que los dioses le otorgaran sus demandas, desapareci de la faz de Krynn, y loselfos marinos que se aventuraron a alojarse en el recin creado Mar Sangriento contemplaronatnitos el antiguo enclave del santuario. No haba all sino un insondable pozo de negrura.Las corrientes que lo circundaban eran tan trbidas, tan glidas, que ni siquiera aquellascriaturas acostumbradas a vivir en las profundidades osaban acercarse.

    Fueron muchos, sin embargo, quienes envidiaron a los habitantes de Istar. A ellos, almenos, la muerte les haba sobrevenido de manera repentina.

    En efecto, los sobrevivientes de la destruccin del continente de Ansalon sucumbieronal destino en su aspecto ms aterrador: hambre, enfermedades, asesinatos... la guerra.

    5

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    6/275

    LIBRO I

    1

    Los Engendros Vivientes

    6

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    7/275

    Un spero alarido, cargado de horror y de angustia, agit a Crysania en su sueo. Tanacuciante era el grito, tan profundo su propio letargo, que al principio la sacerdotisa nocomprendi lo ocurrido. Confundida, asustada, abri los ojos y trat de identificar su entorno,de descubrir qu la haba sobresaltado hasta el extremo de dejarla sin aliento.

    Se hallaba postrada en un suelo duro, mohoso. Su cuerpo se convulsionaba en

    escalofros a causa de la humedad que penetraba sus huesos y le rechinaban los dientes.Contuvo el resuello a fin de prestar atencin a cualquier movimiento, de distinguir algnobjeto familiar, mas la negrura se revel insondable y el silencio intenso.

    Expeli el aire de sus pulmones y se esforz en inhalar una nueva bocanada, sin xito.Las tinieblas parecan robarle el soplo salvador y, azuzada por el pnico, busc formas en la

    penumbra, trat de poblarla de indicios de vida. Ningn contorno se perfil en su mente; sehallaba sumida en un vaco inconmensurable, eterno.

    Oy entonces un nuevo aullido, que reconoci como una continuacin del que la habadespertado. Casi emiti un suspiro de alivio al asaltar sus tmpanos otra voz humana, si bienel temor que delataba aquel timbre discordante reson en los recovecos de su alma.

    Desesperada, ansiosa por conjurar la asfixia, se oblig a s misma a pensar, a recordar.

    Evoc unas piedras que cantaban, una voz la de Raistlin y unos brazos alrededor de sutalle, revivi la sensacin de zambullirse en unas aguas cuyo curso la haba arrastrado en posde la nada, del olvido.

    Raistlin! Extendiendo una trmula mano, Crysania tante el suelo y no encontr sinola fra, saturada roca. Fue entonces cuando recobr la memoria y visualiz, con espantosaclaridad, a Caramon en el acto de abalanzarse sobre su hermano. Portaba el guerrero unarefulgente espada, y ella se apresur a invocar un hechizo clerical a fin de proteger al mago.Repiquete en sus sienes el estampido del acero al chocar contra la piedra.

    Pero aquel grito slo poda provenir del hombretn, su acento era inconfundible. Y sihaba logrado su propsito?

    Raistlin! vocifer la dama, despavorida, al mismo tiempo que luchaba porlevantarse.

    Su llamada se disolvi en el ambiente, engullida por la oscuridad. Este extraofenmeno le provoc una sensacin tan inquietante que no os despegar de nuevo los labios y

    permaneci inmvil, con los brazos cruzados sobre el pecho, como si pretendiera ahuyentar elintenso fro. Su mano se pos, de manera involuntaria, en el Medalln de Paladine que secea a su cuello. El influjo benefactor de su dios inund al instante todo su ser.

    Luz susurr y, aferrando el talismn, rog al hacedor que iluminase la negrura.Un suave fulgor brot de la alhaja para, tras deslizarse entre sus dedos, retirar el manto

    de terciopelo que la cercaba y, as, permitirle respirar. Ms serena al saberse alumbrada, laHija Venerable intent recordar de qu direccin procedan los desgarrados lamentos.

    Vislumbr fugazmente algunos muebles desvencijados, ennegrecidos, telaraas deominoso aspecto, libros esparcidos por el suelo y estantes que se desprendan de los muros.Lejos de tranquilizarla, estos objetos contribuyeron a desestabilizarla todava ms. Eran lastinieblas las que los engendraban, tenan ms razn de ser que ella misma en el abismo dondela haba precipitado el viaje.

    Surc el espacio un tercer alarido y Crysania se volvi, rauda, hacia el punto donde sehaba originado. La luz del Medalln rasg la penumbra, poniendo de relieve dos figurashumanas. Una, ataviada con una tnica azabache, yaca inanimada en el ptreo suelo mientrasque la otra, descomunal, estaba volcada sobre el rgido pecho del postrado. Cubra al hombrems corpulento una capa dorada, aunque manchada de sangre, y bajo sus pliegues seadivinaban unas piezas de armadura de idntica tonalidad. Aprisionado su cuello por una

    argolla de hierro, la criatura oteaba las tinieblas en un ademn que reflejaba un pnicoirrefrenable: tena las manos extendidas, la boca abierta y el rostro ceniciento.

    7

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    8/275

    Crysania acerc la joya al ser que permaneca tumbado como un fardo a los pes delguerrero y, al reconocerle en su halo luminoso, languidecieron sus nervios hasta tal punto quesolt la cadena.

    Raistlin murmur.Slo cuando sinti que los eslabones de platino escapaban a su garra, slo cuando la

    valiosa luz comenz a oscilar, reaccion y se apresur a recoger el colgante antes de que seestrellara.Sostuvo el Medalln insegura, temerosa de que el mundo se extinguiera con l si

    renunciaba a su benigna influencia. Dominada por un miedo ms sofocante que la penumbra,Crysania se arrodill junto al mago alejando, sin advertirlo, a unos entes sombros que seescabulleron entre sus pies.

    El nigromante estaba acostado de bruces, con la capucha sobre la cabeza. Crysania ledio vuelta con suavidad, retir el embozo que le ocultaba el rostro y suspendi sobre l eltalismn a fin de examinarlo.

    El miedo hel la sangre en sus venas. La tez del hechicero presentaba unos maticesblanquecinos que contrastaban con sus labios amoratados y sus ojos se hundan en sendos

    alvolos negros, profundos.Qu le has hecho? interrog a Caramon, a la vez que alzaba la vista sin

    modificar su postura junto al cuerpo, en apariencia exnime, de Raistlin. Qu le hashecho? insisti, quebrado su timbre por el dolor y la ira.

    Crysania, eres t? pregunt el hombretn con su peculiar acento cavernoso.La luz del talismn proyectaba extraas sombras sobre el contorno del imponente

    gladiador. Separados an sus brazos, araando el aire con los dedos, lade la cabeza en buscade los ecos femeninos.

    Crysania? repiti, quejumbroso.El guerrero se incorpor y, al dar un paso al frente, tropez con las piernas de su

    hermano y cay cuan largo era. Slo tard unos segundos en volver a levantarse para, sinresuello, reanudar la febril bsqueda de la sacerdotisa. Sus ojos desorbitados se perdan en elvaco, su palma abierta iba de un lado a otro, incapaz de asirse a un objeto slido, tangible.

    Te lo ruego, Crysania, almbranos con tu luz. Apresrate le urgi, al borde de ladesesperacin.

    Pero si mi alhaja est encendida! protest la sacerdotisa. Paladine me haotorgado la gracia de... Ahora lo comprendo! exclam, escrutando al humano bajo laaureola del Medalln. Caramon, te has quedado ciego!

    Le tendi una mano de inmediato y dej que se cerrasen en torno a ella los anhelantesdedos. Al sentir su contacto, el gladiador solloz aliviado y se agarr con toda su fuerza aaquella tabla salvadora, tanto que la dama se mordi el labio a fin de contener un grito de

    dolor. Sigui sujetando al desvalido humano, sin descuidar por ello la cadena de la joya, ajenaal crujir de sus maltratados huesos.Se puso de pie, pues no quera desequilibrar al guerrero, y ste la abraz aterrorizado,

    vctima del extravo que le impona su ceguera. Consciente de su desmayo, Crysaniaescudri la penumbra. Tena que encontrar una silla, un sof, algn lugar donde acomodarloantes de que se desmoronara.

    En ese instante, se percat, como una sbita revelacin, de que las ominosas brumas ledevolvan la mirada, la observaban. Desvi presta los ojos y, parapetada en el halo protectorque le brindaba el colgante, gui a Caramon hasta el nico mueble que pudo atisbar.

    Sintate aqu le indic; apoya la espalda. Haba instalado al hombretn en elsuelo, haciendo que se reclinara en una adornada escribana de madera, que se le antoj

    vagamente familiar. Al verla, afloraron a su recuerdo unas imgenes lacerantes y supo que lahaba visto en circunstancias poco halageas. Pero, preocupada como estaba, no se detuvo a

    8

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    9/275

    reflexionar.Caramon, por qu yace inconsciente tu hermano? indag en un murmullo apenas

    audible. Acaso le ma...? No pudo concluir.Qu me dices de Raistlin? inquiri l a su vez. Se contrajeron sus desencajadas

    facciones, alarmado hasta lo inimaginable. Dnde ests, Raist? vocifer, dispuesto a

    levantarse pese a su absoluta desorientacin.No te muevas! le espet la sacerdotisa, en un acceso mezcla de clera y miedo,al mismo tiempo que presionaba su hombro con mano firme.

    El guerrero entorn los ojos, retorcidos los labios en una mueca que, por unossegundos, le otorg una expresin similar a la de su gemelo.

    No, no lo mat si te referas a eso contest, ribeteadas sus palabras de amargura. Cmo iba a hacerlo? Lo ltimo que o fue tu voz invocando a Paladine, y el mundo sesumi en la oscuridad. Mis msculos se agarrotaron, la espada se desplom sin que lograrasujetarla. Luego...

    Crysania haba dejado de escucharle. Obsesionada por la figura que se arrebujaba en elsuelo a escasa distancia, volvi a arrodillarse a su lado. Tras aproximar el Medalln al

    macilento semblante, introdujo su palma bajo el embozo a fin de sentir el palpito en lagarganta y, reconfortada, alz a su dios una muda plegaria.

    Est vivo anunci al inquieto Caramon. Mas, en ese caso, qu le ocurre?Explcamelo t la imprec el gladiador, entre spero y temeroso. Yo estoy

    ciego.La dama se ruboriz, azotada por un repentino sentimiento de culpabilidad, y procedi

    a enumerar los sntomas.No es nada grave dictamin el hombretn encogindose de hombros, vaca su

    voz de emociones. El encantamiento le ha agotado, ms an si, como t misma afirmaste,ya estaba dbil desde el principio. La proximidad de los dioses, aunque ignoro qu puedesignificar, le enferm, y este hecho retrasar su recuperacin. No es la primera vez que lesucede. Recuerdo que cuando utiliz el Orbe de los Dragones antes de dominar su manejotambin qued sin energas para sostenerse de pie. Tuve que prestarle mis brazos.

    Enmudeci, perdido en las sombras, sereno aunque pesaroso.No podemos hacer nada por l declar tras una breve pausa. Debe descansar;

    es la nica medicina eficaz contra su mal.Se produjo un nuevo silencio, en el que ambos se concentraron en sus propias

    cavilaciones.Hija Venerable, puedes curarme? pregunt al fin el hombretn.Su tono quedo compens lo abrupto de su demanda.

    Me temo que no repuso la sacerdotisa, ardientes sus pmulos. Debi de ser mi

    hechizo lo que provoc tu ceguera.Una vez ms revivi en su memoria la escena en la que el robusto gladiador, armadocon su ensangrentado acero, arremeti contra Raistlin resuelto a traspasarlo, a segar tambinsu vida si osaba interferirse entre ambos.

    Lo lamento se disculp, tan exhausta que incluso senta nuseas. El pavor, elms hondo desaliento, se aduearon de m y me impulsaron a actuar de manera irreflexiva.Pero no debes preocuparte aadi. El efecto no es permanente. Se disipar con el tiempo.

    Comprendo asinti Caramon. Hay alguna luz en esta sala? Dijiste que tenasuna.

    S, la del Medalln corrobor la dama.En ese caso, te ruego que eches una ojeada y me informes de todo cuanto llame tu

    atencin.Pero Raistlin...

    9

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    10/275

    Olvdate ahora de l espet el hombretn a su oponente, en tono imperioso.Vuelve junto a m y otea el panorama. Vamos, obedece! Nuestras vidas, y tambin la suya,

    pueden depender de lo que me reveles. Fjate bien en todos los detalles, hemos de averiguardnde estamos.

    Al posar sus ojos en las tinieblas, renacieron los temores de la sacerdotisa, quien,

    abandonando al nigromante en contra de su voluntad, fue a sentarse al lado de Caramon.Apenas distingo nada fuera del radio de accin de la alhaja confes, a la vez quesostena en alto el refulgente disco. Al espiar la cmara me asalta la sensacin de haberlavisto antes, de haberla visitado, mas no atino a localizarla. Hay varios muebles dispersos,quemados y rotos como si se hubiera declarado un incendio, y montones de libros en absolutodesorden. Atisbo asimismo una escribana de madera, que es donde t ests apoyado y lanica pieza que se conserva en perfectas condiciones. Me resulta familiar, con sus bellas tallasrepujadas representando toda suerte de criaturas extraas.

    Se interrumpi desconcertada, indecisa, ansiosa por recordar.El guerrero tante con la mano el suelo y coment:

    Palpo una alfombra sobre la roca.

    S, la hay... o la hubo. Est hecha jirones; parece como si la hubieran devorado.Call, de pronto, al percibir una diminuta criatura que hua precipitadamente del halo

    de claridad.Qu pasa? indag su interlocutor.Acabo de descubrir quin ha rodo la alfombra contest Crysania con una risa

    nerviosa: las ratas. Mientras hablaba, una de ellas se ha ocultado en un rincn. En el muroopuesto se perfila una chimenea continu, que no ha sido utilizada durante aos a juzgar

    por las telaraas que la envuelven. Lo cierto es que la sala est repleta de urdimbres similares.La voz no le responda. Repentinas visiones de araas cadas del techo, de roedores

    que acometan sus indefensos pies la sumieron en convulsiones y la impulsaron a recogerse ensu maltrecha tnica alba. Adems, el desnudo hogar tuvo la virtud de acrecentar la sensacinde fro que la atenazaba.

    Al notar el temblor de su cuerpo, el gladiador esboz una sonrisa y asi su mano para,con una fuerza que proceda de sus entraas, inducirla a la cordura.

    Hija Venerable susurr, tranquilo, si no hemos de enfrentarnos ms que a unoscuantos animalillos podemos considerarnos afortunados.

    En los tmpanos de la sacerdotisa volvi a resonar el aullido de terror que profiriera sucompaero durante el sueo, un grito hijo, ahora, de su imaginacin, pues l se hallabaencerrado en su mutismo. Recapacit que, estando ciego, su espanto no dejaba de ser singular.

    Por qu vociferabas antes? se atrevi a inquirir. Debiste de haber odo osentido algo.

    Sentido es el trmino adecuado confirm el guerrero. Anidan entes hostilesen este lugar, Crysania, espectros que nos contemplan. Rezuman odio. Dondequiera quehayamos venido a parar, nos hemos introducido en su mundo y acusan nuestra intrusin. Norecibes t sus seales?

    La sacerdotisa se concentr en las sombras, en aquella nebulosa que les mirabapersistente. A eso se refera Caramon, era innegable que alguien se agazapaba en el manto denegrura y, cuanto ms empeo pona ella en descubrir su identidad, mayor era el realismo queasuma. No se trataba de una sola criatura. Pese a su invisibilidad, advirti que eran varias yque aguardaban su oportunidad detrs del crculo luminoso del Medalln. Tal como habaapuntado Caramon, destilaban sentimientos adversos y, peor an, la sacerdotisa tomconciencia de la ola malfica que la cercaba por todos los flancos. Ya haba experimentado

    algo semejante en otra ocasin, en...Contuvo el aliento; y el guerrero se dio cuenta.

    10

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    11/275

    Qu sucede? exclam, sobresaltado.Sst sise ella. Ya s dnde estamos. l nada dijo, pero gir la faz hacia

    aquellos ojos que sustituan los suyos.En la Torre de la Alta Hechicera de Palanthas asever la dama en un murmullo.En la morada de Raistlin? El gladiador exhal un suspiro de alivio.

    S y no titube Crysania. Sin duda ste es el aposento que conoc, su estudio,mas su aspecto ha cambiado, como si nadie lo habitase desde hace siglos. Ya lo tengo,Caramon! Raistlin me anunci que me llevara a un tiempo en el que no existan los clrigos.Y no puede ser otro que la poca que medi entre el Cataclismo y las guerras posteriores.Antes...

    Antes de que l regresara a fin de reclamar la exclusiva propiedad de la Torre termin el humano por ella. Eso significa que la maldicin todava pesa sobre la mole, HijaVenerable, que nos hallamos en el nico recinto de Krynn donde el Mal reina a su antojo, sincortapisas. Nuestro viaje nos ha llevado al rincn ms temido de cuantos pueblan la faz delmundo, donde ningn mortal osa internarse a causa del Robledal de Shoikan, su escudo

    protector, y los seres siniestros que alberga. Me produce escalofros pensar que nos hemos

    materializado en el seno de la perversidad!Crysania vislumbr unos rostros lvidos que, inesperadamente, se dibujaron a su

    alrededor sin atravesar la aureola creada por la gema. Acaso los haban invocado las palabrasdel hombretn? Aquellas cabezas desprovistas de cuerpo la contemplaban con pupilasvidriosas, selladas por la muerte aos atrs; flotaban en el fro aire y abran la boca enanticipacin al placer que haba de proporcionarles la sangre clida, viva.

    Caramon, ahora distingo sus semblantes con absoluta nitidez farfull,apretujndose contra el fornido humano.

    Yo sent el contacto de sus manos explic el aludido mientras, sobreponindose asus propios espasmos, atraa a la mujer, deseoso de prestarle cobijo. Me atacaron, y su rocecongel mi piel. se fue el motivo de mis llamadas de auxilio.

    Por qu no se han manifestado en todo este rato? Qu les impide agredirnosahora?

    T, Crysania asever l. Eres una sacerdotisa de Paladine, y estos engendroshan surgido de la malignidad. Nacidos a travs de un conjuro, carecen de poder paralastimarte.

    La dama estudi el disco de platino que sostena. La luz irradiaba an de su superficie,pero su fulgor se apagaba a ojos vistas y, al percatarse, record con una punzada deculpabilidad a Loralon, el clrigo elfo. No poda sustraerse a aquellas frases que pronunciara,augurando que slo cuando la oscuridad la cegara nacera en su alma la autntica percepcin.

    Soy una sacerdotisa apostill al parlamento del guerrero, sin acertar a disimular

    su desasosiego, mas mi fe es imperfecta. Estos espectros adivinan mis dudas, mi flaqueza.Una criatura tan fuerte como Elistan podra luchar contra ellos, yo no. Mi luz se extingue,Caramon agreg, absorta en las intermitencias del Medalln.

    Guard unos minutos de silencio, en los que ote a aquellas plidas faces en su lento,inexorable acercamiento, y se encogi bajo el abrazo del corpulento hombretn.

    Qu podemos hacer? le consult.No me preguntes eso, estoy ciego y desarmado! se revolvi l, agnico, cerrando

    los puos. Calla! le orden Crysania aferrada a su brazo, posados los ojos en las

    espeluznantes figuras. Parecen adquirir nuevas energas al or tus lamentos de impotencia.Quiz se alimenten del miedo, al igual que los moradores del Robledal de Shoikan. Dalamar

    as me lo cont.El gladiador inhal una bocanada de aire. Su piel brillaba a causa del abundante sudor,

    11

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    12/275

    vibraban sus vsceras con inusitada violencia.Tenemos que despertar a Raistlin sugiri la mujer.No servir de nada la previno el agitado guerrero. Incluso podra ser

    contraproducente.Intentmoslo al menos! se obstin ella, mostrando firmeza pese a que la

    aterrorizaba la idea de avanzar un solo paso bajo tan abrumador escrutinio.Acta con cautela, muvete despacio le aconsej Caramon.La solt y la sacerdotisa, escudada en el Medalln y sin apartar la mirada de los hijos

    de las tinieblas, se aproxim al mago. Pos la mano en la aterciopelada hombrera de su tnicay le invoc, con toda la vehemencia que la situacin permita.

    Raistlin! dijo una y otra vez, zarandendolo.No obtuvo respuesta, fue corno tratar de resucitar a un cadver. Al asaltarle tal

    pensamiento, espi de nuevo a las acechantes figuras y se pregunt si se proponan matar alhechicero. Despus de todo, no exista en este tiempo. El Amo del Pasado y del Presente anno haba regresado para enseorearse de la Torre, su legtima propiedad.

    O acaso se equivocaba en sus clculos? No poda estar segura.

    Insisti en llamar al yaciente y, mientras lo haca, espi sin tregua a los seres deultratumba. A medida que se difuminaba la luz, los espectros cerraban el crculo en torno asus proyectadas vctimas.

    Fistandantilus! vocifer, aunque se diriga a Raistlin. Buena idea! la felicit el gladiador. Estoy persuadido de que reconocen ese

    nombre. Qu ocurre ahora? Percibo un cambio.Se han detenido! constat Crysania, quebrado el aliento. Se han inmovilizado,

    y es a l al que examinan.Retrocede la apremi Caramon, acuclillndose. Mantnte alejada de mi

    hermano, y aparta la luz de su semblante. Deben visualizarlo tal como lo conciben en lastinieblas.

    No! se revolvi la dama enfurecida. Has perdido el juicio? En cuanto leprive del resplandor de la alhaja, lo devorarn.

    Es nuestra nica posibilidad de sobrevivir.Se lanz el humano sobre la sacerdotisa y, aunque tuvo que hacerlo a ciegas, le

    favoreci el hecho de que Crysania no estaba preparada para esta reaccin. Tras sujetarla consus colosales manos, la arranc del lado de Raistlin y la arroj al suelo. Cay entonces encimade su frgil cuerpo, tan aplomado que casi la aplast.

    Caramon! suplic ella sin resuello. Lo despedazarn!Entabl un frentico forcejeo con su aprehensor, pero a ste no le result difcil

    inmovilizarla.

    En medio de su trifulca no desasi el Medalln, que, ms opaco a cada instante,permaneci suspendido de su cadena. Al estirar el cuello, la sacerdotisa comprob queRaistlin estaba envuelto en brumas,privado del halo salvador.

    Caramon, librame! No comprendes que van a acabar con l? orden.Pero el guerrero, imperturbable, rehus aflojar su garra e incluso la presion ms

    contra el suelo. Se lea en sus facciones una creciente angustia que, aunque devastadora, nomenoscab su determinacin. Tena la piel fra, los msculos agarrotados y tensos.

    Debo formular un nuevo hechizo!, decidi Crysania. Pero cuando afloraban a suslabios los versculos, un desgarrado grito de dolor traspas la penumbra.

    Paladine, aydame! rog a su hacedor.Nada ocurri, de modo que intent desembarazarse del forzudo Caramon, aunque

    saba de antemano que sera intil, que nunca lo lograra por sus propios medios. Al parecer,su dios la haba abandonado. Emitiendo un lamento que reflejaba frustracin, maldiciendo al

    12

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    13/275

    gladiador, cej en su empeo y se conform con presenciar la escena que se desarrollaba anteella.

    Los espectros haban rodeado a Raistlin, al que slo vislumbraba merced a la aureolaque proyectaban sus ptridos cuerpos. Un quedo gemido escap de los labios de la mujercuando una de aquellas fantasmales criaturas alz las manos y las extendi sobre la figura

    inerte del mago.El atacado lanz un bramido y, bajo su negro atavo, todo su ser se retorci enespasmos de agona.

    Caramon oy el alarido de su gemelo y Crysania, al advertir cmo se contraa el rostrodel hombretn, reanud sus protestas. Pero l, aunque un sudor glido baaba su frente,movi la cabeza negativamente y sigui atenazando a su presa.

    La vctima de los engendros vivientes volvi a vociferar. El guerrero se estremeci yla Hija Venerable sinti una prometedora relajacin de su zarpa. Deposit presta el disco de

    platino en el suelo para, ya libres sus brazos, propinarle una lluvia de golpes, mas en cuanto sesepar del talismn la luz de ste se apag por completo y se sumieron en la negrura. Demanera sbita, alguien tir de Caramon, arrastrndolo hacia un lugar ignoto. Sus enloquecidas

    quejas se entremezclaron con las de su hermano.Acelerado su palpito hasta lo indescriptible, con la mente hecha un torbellino,

    Crysania intent incorporarse al mismo tiempo que registraba el suelo en busca del Medalln.Sinti la proximidad de un rostro y, convencida de que era el gladiador, la dama alz

    la mirada. No era l, sino una cabeza que flotaba suspendida apocos centmetros.No! se desesper, incapaz de moverse. Aquel ente absorba la vida de sus

    miembros, de su corazn. Unas manos descarnadas apretaron sus brazos para atraerla, unoslabios exanges se entreabrieron, sedientos de calor.

    Paladine quiso rezar, mas la letal criatura haba insensibilizado su espritu.Oy, en una confusa lontananza, que una voz entonaba un salmo en el lenguaje de la

    magia. Estall la luz a su alrededor, y la cabeza que la acechaba se desvaneci entreaterradores jadeos. Una vez se disolvieron las garras que la paralizaban, la sacerdotisa olfatelos efluvios acres del azufre y comenz a vislumbrar la causa del prodigio.

    Shirak susurr un ser vivo, en un acento inconfundible. En el mismo instante,sucedi a la explosin un leve destello que bastaba para difuminar las sombras ms densas.

    Raistlin! se regocij Crysania.Apoyndose en sus palmas y rodillas, bamboleante, la mujer culebre a travs de la

    chamuscada roca hacia el mago, que yaca boca arriba y respiraba pesadamente. Blanda elBastn de Mago, de cuya bola de cristal irradiaba un tenue centelleo que recortaba las garrasreptilianas de su engarce.

    Raistlin, te encuentras mejor?

    Arrodillse a su lado a fin de examinar su anguloso y plido semblante. El aludidoalz los prpados y asinti en un mudo ademn antes de estirar la mano y, abrazndola,acariciar su sedoso cabello azabache. La extraa calidez de su cuerpo, los latidos de su sangre,conjuraron el fro que entumeca a la sacerdotisa.

    No tengas miedo la consol al notar sus temblores. No nos harn ningn daoahora que me han reconocido. Ests herida?

    La dama no pudo articular ni una palabra; se limit a negar con un significativo gestoy cerr los ojos, abandonada a su benfico contacto. Cuando, reconfortada, se dejaba acunar

    por los flexibles dedos que ensortijaban su melena, una palpable tensin en el cuerpo delhechicero rompi el embrujo.

    En una actitud que denotaba disgusto, Raistlin la agarr por los hombros y la apart.

    Reltame lo ocurrido le urgi, an dbil.Me despert aqu repuso ella, si bien tuvo un ligero desfallecimiento al revivir la

    13

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    14/275

    experiencia y tambin acausa de las sensaciones que le inspiraba la proximidad del mago.O gritar a Caramon prosigui, al ver la impaciencia reflejada en los rasgos de suinterlocutor. Cuando acudi a su llamada...

    Mi hermano se halla en esta sala? la interrumpi Raistlin, con los ojosdesorbitados. Ignoraba que el encantamiento le hubiese transportado con nosotros. Me

    sorprende que haya resistido el viaje. O quiz no? agreg al distinguir el contorno delhombretn desplomado en el suelo. Qu le ha pasado?Mi hechizo le dej ciego declar Crysania, ruborizndose. No era tal mi

    intencin, pero no poda permitir que te matase en aquel ttrico laboratorio del Templo deIstar, unos minutos antes de que sobreviniera el Cataclismo.

    Tus poderes han nublado su visin! exclam el nigromante, perplejo. Elmismo Paladine le ha infligido un castigo a travs de tus oraciones! Resulta irnico.

    Prorrumpi en carcajadas, que resonaron en la hueca piedra y, al hacerlo, sumieron ala sacerdotisa en un terror nuevo, desconocido. Sin embargo, pronto las risas sofocaron aquien las profera. Se llev el mago las manos a la garganta, en un esfuerzo denodado porrespirar.

    Crysania observ, inerme, los espasmos de Raistlin, hasta que se normalizaron susinhalaciones.

    Contina le dijo ste, ya ms sereno aunque ostensiblemente irritado consigomismo.

    Deseaba comprobar la causa de sus alaridos explic la dama, retomando el hilode su historia, mas las tinieblas me impedan actuar. Entonces me acord del Medalln dePlatino y, bajo su luz, lo descubr en un rincn apartado. Constat su ceguera, y al rato ote elentorno y repar en tu figura inerte. Tratamos ambos de despertarte, sin resultado. Caramonme rog que le describiera la habitacin y, al espiar las sombras, se me aparecieron esosrepugnantes engendros que... Un involuntario estremecimiento sell sus labios

    No te detengas le inst Raistlin.En presencia de los espectros los resplandores del talismn comenzaron a

    amortiguarse murmur la dama tras un corto intervalo, y sus cuerpos translcidoscerraron filas en un implacable avance. Incapaz de rechazar su ataque, te llam. Us elnombre de Fistandantilus, lo que provoc una tregua expectante. En aquel momento su

    pavor se troc en clera, Caramon me arroj al suelo, musitando algo sobre la necesidad deque las criaturas te vieran tal como existes en su plano de negrura. Cuando la luz de Paladineces de alumbrarte, se abalanzaron al unsono...

    Enterr el rostro entre las manos al rememorar los bramidos del mago, y enmudeci.Eso dijo mi gemelo? intervino Raistlin con su peculiar tono de voz.La sacerdotisa sali de su aislamiento para contemplarlo, desconcertada por el tono,

    mezcla de admiracin y pasmo, que haba empleado.S corrobor framente. Por qu?Porque ha salvado nuestras vidas apunt el nigromante, de nuevo custico. No

    imaginaba que a un botarate como l pudieran ocurrrsele ideas tan atinadas. Deberasprolongar su ceguera, puesto que le despeja el cerebro.

    Intent sonrer, pero la tentativa degener en una tos que casi lo asfixi. Crysania dioun paso al frente, resuelta a ayudarle. Refren su impulso una mi rada imperativa del mago,remiso a aceptar el concurso de nadie, pese al flagelo de dolor que le consuma. Arque laespalda para ocultarse de ella, hasta que se hubo mitigado el ataque y pudo incorporarse,recobrando en apariencia la compostura.

    Su debilitamiento se haca patente en los labios manchados de sangre, en la crispacin

    de sus manos y en su resuello, rpido y entrecortado. Cuando pareca recuperado, un accesoan ms virulento que los anteriores dio con sus huesos en la desnuda roca.

    14

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    15/275

    En una ocasin afirmaste que los dioses no podan sanarte aventur la sacerdotisa. Pero no tardars en morir, Raistlin, y me gustara hacer algo para aliviar tu dolencia. Dimesolamente qu necesitas; si est a mi alcance, obedecer tus instrucciones.

    No os tocarlo; durante un breve lapso rein en la cmara un silencio sepulcral que noalteraban sino las penosas exhalaciones del hechicero. Al fin, agotadas casi sus energas, el

    postrado le hizo a la dama una seal para que se acercara. Ella se inclin sobre su cuerpo yRaistlin roz su pmulo, invitndola a aplicar el odo a sus labios. Su aliento era clido, tantoque la sacerdotisa se estremeci al sentirlo en su piel.

    Agua! solicit en un tenue murmullo, que Crysania slo interpret al enderezarla cabeza y leer los movimientos de sus entumecidos labios. Una pocin curativa, la guardoen el bolsillo de mi tnica logr articular. La tibieza de un fuego tambin me fortalecera,mas no me quedan nimos para encenderlo.

    La sacerdotisa asinti, significando por este gesto que haba comprendido.Y Caramon? interrog el mago, incapaz de completar una frase ms despus de

    tan larga parrafada.Los seres de ultratumba lo atacaron respondi la dama, a la vez que desviaba la

    mirada hacia el inmvil guerrero. No ha pestaeado en todo este rato; es posible que hayamuerto.

    No! se revolvi Raistlin en su agona. Le necesitamos; tienes que curarlo si noes demasiado tarde.

    Cerr los ojos, y arreciaron sus jadeos para inhalar el aire que se empecinaba enescapar de sus pulmones.

    Ests seguro? balbuce Crysania. Intent sacrificarte.El nigromante hizo una mueca y mene la cabeza, provocando el crujir de su capucha.

    Levant acto seguido los entornados prpados, como si quisiera conminar a su interlocutora aescudriar las profundidades de su alma a travs de sus pardos iris, y su llama interior seexhibi ante ella, convertida en un mortecino centelleo muy diferente del fuego abrasador quedetectara en anteriores circunstancias.

    Crysania dijo, voy a perder el conocimiento. Te quedars sola en este nido deoscuridad, y mi hermano es el nico que puede ayudarte.

    Se entelaron sus pupilas, aunque estrech la mano de la sacerdotisa a fin de aferrarse ala realidad mediante la energa que de ella dimanaba. En un evidente forcejeo contra eldesmayo, consigui clavar la vista en la apesadumbrada mujer.

    No salgas de esta habitacin! orden en un ltimo hlito, a punto de perderse enel vaco.

    Renacido su pnico, Crysania estudi el panorama. Raistlin haba pedido agua, calor.Cmo podra proporcionrselos? En el seno de la perversidad, se senta desvalida, sola, tal

    como l haba preconizado.Reacciona le suplic, agarrando su delgada mano entre las suyas y llevndola asu mejilla. No me dejes, te lo ruego! susurr, paralizada por el glido contacto de sucarne. No puedo darte lo que precisas, carezco de poder. No s crear agua a partir del

    polvo.Raistlin fij en ella los ojos, ahora casi tan negros como la estancia donde yaca. Traz

    con su mano, la mano que la Hija Venerable sostena, una lnea vertical frente a suslagrimales. Al instante su mano se desplom, lade la cabeza y, exhausto, se abandon alforzado sueo.

    La sacerdotisa, confundida, tante su propia mano preguntndose qu habapretendido indicar el mago con su extrao movimiento. No fue una caricia, estaba persuadida

    de que quera sugerirle algo. Qu poda ser? Qu era lo que motivaba su persistenteescrutinio? La asaltaron los recuerdos, en una nebulosa que no acababa de despejarse.

    15

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    16/275

    No puedo crear agua a partir del polvo.Mi llanto! murmur al fin.

    2

    En el seno de la perversidad

    Sentada sola en la malhadada cmara, junto al cuerpo de Raistlin y cerca deldemacrado Caramon, Crysania sinti envidia de ambos. Cuan fcil sera pensabandonarme a un prolongado letargo y dejar que me acunara la negrura! La perversidadlatente en la estancia, que al parecer haba ahuyentado la voz del nigromante, regres alapagarse sta. La notaba en su nuca como una glida rfagade viento. Varios pares de ojos laespiaban desde las sombras, ojos que nicamente retena la luz del Bastn de Mago. Porfortuna, el objeto arcano no haba cesado de destellar al mantenerse sobre su superficie lamano inconsciente de su dueo.

    La sacerdotisa deposit gentilmente la mano del archimago sobre el pecho de l, antes

    de adoptar una postura ms cmoda y, mordisquendose los labios, conteniendo las lgrimas,reflexion sobre lo ocurrido.Depende de m se dijo, en un esfuerzo de concentracin destinado a conjurar los

    susurros que oa en su derredor. Acuciado por su debilidad, busca respaldo en mi fuerza se lament, a la vez que enjugaba los acuosos riachuelos de sus mejillas y contemplaba lasgotas prendidas de sus dedos. No puedo reprochrselo, he presumido de poseerla pese aque, hasta ahora, nunca supe qu era el dominio de uno mismo. Lo he comprendido gracias al, no debo decepcionarle.

    Calor prosigui, en medio de unos escalofros que agitaban todo su ser. Necesitarecibir el influjo de esa tibieza que nos ayuda a vivir, a l y a los dems. Cmo se la

    proporcionar? Si estuviramos en el castillo del Muro de Hielo, mis oraciones bastaran para

    caldear el ambiente. Paladine obrara el prodigio con slo pedrselo. Pero este fro no es elque originan la nieve y la ventisca! Se trata de algo insondable, que congela ms el esprituque la sangre. Me hallo en el corazn del Mal, donde la fe me sostiene a duras penas, as queno veo la manera de crear una aureola de calidez.

    Mientras recapacitaba, examin la estancia, apenas visible ms all del crculoluminoso del bastn, yrepar sin proponrselo en unas cortinas harapientas queenmarcabanlas ventanas. Confeccionadascon grueso terciopelo, eran lo bastante grandes para cubrirlos atodos. Tal visin le levant el nimo, si bien volvi a hundirse en el pesimismo al recordarque slo las alcanzara atravesando la sala y que los fulgores del cayado no alumbraban elespacio intermedio, ni el muro remoto del que pendan.

    Tendr que surcar el manto de tinieblas constat, apesadumbrada, al borde de lalocura donde la precipitaba su propia flaqueza. Suplicar a Paladine que acuda en miauxilio decidi, en un repentino acceso de coraje. Sin embargo, dudo que me lo brinde.

    16

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    17/275

    El motivo de este nuevo derrumbamiento fue que sus ojos se posaron accidentalmenteen el Medalln, que se recortaba, opaco y descorazonador, en el suelo.

    Ignorando sus vacilaciones, desoyendo la desazn que le causaba el hecho de que suluz se extinguiera en presencia de los espectros, se aprest a recoger el disco

    Evoc la imagen de Loralon, el sumo sacerdote elfo que le haba ofrecido unirse a los

    clrigos autnticos antes del Cataclismo. Ella lo haba rechazado, decidida a escuchar laspalabras del Prncipe aun a riesgo de su vida, aquellas frases ignotas que excitaran la ira de losdioses. Estaba Paladine enfurecido? La haba abandonado en su clera, al igual que, segnla opinin generalizada, haba abandonado el reino de Krynn despus de la hecatombe deIstar? O era acaso que su poder divino no consegua penetrar las capas de perversidad queenvolvan la Torre de la Alta Hechicera?

    Asustada, en un mar de incertidumbre, Crysania alz su talismn. No brill, no semud su aspecto, el metal permaneci fro al tacto. Erguida ahora en el centro de la sala, sinsoltar la alhaja y tiritando, la sacerdotisa exhort a su voluntad a conducirla hacia el ventanal.

    Si no lo hago murmur a travs de los labios cuarteados, morir. Todossucumbiremos a esta atmsfera hostil.

    Mir a los dos hermanos. Raistlin estaba cubierto por sus tupidas vestiduras, pero todosu ser despeda un helor mortfero. En cuanto a Caramon, su caso era todava ms apremiante

    pues portaba el exiguo atuendo de gladiador de los Juegos, un taparrabos y varios accesoriosde una armadura dorada que, junto a la fina capa, apenas le abrigaban.

    Resuelta a no detenerse en su empeo, la dama levant el mentn y clav sus pupilasen las siseantes criaturas que pululaban en su derredor, a la vez que, con paso firme, sala delcerco de luz proyectado por el cayado.

    Las tinieblas cobraron vida, los murmullos aumentaron de volumen hasta que,horrorizada, la sacerdotisa comenz a desentraar su mensaje.

    Cun sonora es tu llamada, amor,cun cerca est la penumbra de tu corazn.

    Tus ros fluyen turbulentos, amor,a travs de unas venas en putrefaccin.

    Ay, amor! Un calor oculta tu frgil piel,puro como la sal, como la muerte dulce y deseada.

    En la noche la luna encarnada, gua fiel,tu hbito fosforescente certeramente conduce.

    Unos dedos fantasmagricos rozaron su pmulo y la sacerdotisa, sobresaltada,retrocedi frente al invisible enemigo. Abrumada por el pnico, por el lgubre canto de losespectros, se inmoviliz, remisas sus piernas a obedecer su dbil mandato.

    No! se rega, disgustada. He de seguir, no permitir que me venzan los hijosde la malignidad. Soy una de las elegidas de Paladine! Aunque mi dios me vuelva la espaldaen esta hora crucial, mi fe alumbrar el camino.

    Estir el brazo, como si la negrura fuera una cortina que tuviera que apartarliteralmente, y reanud la marcha hacia la ventana. Los malvolos ecos acechaban sustmpanos, incluso resonaron cavernosas risas en el aire, mas nadie os lastimarla, ni siquieratocarla. Al fin, tras recorrer un trayecto que se le antoj interminable, Crysania alcanz suobjetivo.

    Temblorosa, aturdida por tanta tensin, descorri los pesados cortinajes con laesperanza de ver las reconfortantes luces de Palanthas. La vida bulle al otro lado de estas

    17

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    18/275

    paredes se alent, aplastando la cara en el cristal. Habitan la ciudad seres de carne yhueso. Divisar las avenidas, los bellos edificios.

    Peso la profeca todava no se haba cumplido. Raistlin, el Amo del Pasado y delPresente, no haba regresado con el poder que haba de investirle como nico seor de laTorre. Transcurriran muchas dcadas antes de que se produjera tal evento, razn por la que

    cercaba la mole una oscuridad impenetrable, una niebla arcana y perpetua. Si refulgan losfanales en la urbe, la sacerdotisa no poda contemplarlos.Exhalando un desazonado suspiro, Crysania sujet el pao y tir de l. La roda

    urdimbre cedi casi al instante, cay tan aplomada que la enterr en un manto de brocadosdeslucidos. No le molest su peso, al contrario, se deshizo del enredo y se arrop en los

    pliegues, sosegada al sentir su calor.Tras desgarrar la otra cortina, la arrastr por la estancia sin prestar atencin a los

    disonantes ruidos que producan los diseminados fragmentos recogidos a su paso.Los haces luminosos del bastn guiaron su andadura sin un parpadeo. Cuando lleg a

    su altura, la dama sedesmoron en el suelo. El agotamiento y el pavor sufrido en su azarosoviaje fueron los causantes de esta reaccin.

    No se haba percatado Crysania de cun fatigada estaba. No haba dormido desde quese desencadenara la tormenta en Istar y, ahora que la acunaba la tibieza de los cortinajes, eldeseo de deslizarse en el olvido la tentaba hasta lo impensable.

    No puedes hacerlo! se orden.Forzndose a la accin, se aproxim a Caramon y se arrodill a su lado a fin de

    cubrirle con el grueso terciopelo, que extendi sobre sus hombros. El cuerpo del guerrerohaba adquirido una textura marmrea, apenas respiraba. La sacerdotisa aplic la mano a sugarganta en busca de un palpito esperanzador, y lo hall lento e intermitente. Fue entoncescuando descubri unas seales en su cuello, las huellas que imprimieran unos labiosdescarnados.

    Se perfilaron en su memoria aquellas cabezas sin cuerpo que flotaban en el ambiente,si bien se apresur a descartar tan agobiantes imgenes. Centrados sus pensamientos en lo quese propona hacer, pos las manos abiertas en la frente del gladiador e inici su plegaria.

    Paladine or, si tu clera no te ha apartado de tu hija y sierva, si comprendesque tan slo quiero honrarte, si puedes disolver esta terrible penumbra el tiempo suficiente

    para escuchar mi ruego, cura a este hombre! Si su ciclo vital no ha concluidoirreparablemente, si el destino an le reserva alguna empresa, restityele la salud. De no seras, Paladine, recoge su alma en tus brazos y asgnale una morada eterna entre tus huestes...

    No pudo continuar, sus ltimos restos de energa se disiparon. Vctima del terror quehaba presidido todos sus movimientos y de sus luchas internas, sola en medio de aquel caosinsondable, hundi el rostro en sus manos y prorrumpi en el amargo llanto de quien no

    vislumbra una salida para su desgracia.Una palma enorme se cerr sobre la suya. Aunque tan inesperado contacto lasobrecogi, percibi de inmediato el calor que despeda, su fuerza.

    Vamos, Tika dijo una voz profunda y somnolienta, no debes llorar.Al alzar los ojos nublados por las lgrimas, Crysania advirti que el pecho de

    Caramon se hinchaba en inhalaciones espaciadas, quesu tez haba perdido la lividez letal y, loms importante, que las heridas de su cuello haban desaparecido. El guerrero esboz inclusouna sonrisa, al mismo tiempo que le daba unas palmadas en el dorso de la mano.

    Tan slo ha sido una pesadilla, Tika balbuce; maana la habrs olvidado.Arrebujndose en la cortina, refugindose en su calidez, el hombretn dio media

    vuelta para entregarse a un sueo plcido, reparador.

    Tan exhausta que ni siquiera atin a manifestar su gratitud, Crysania observ unossegundos al gladiador, hipnotizada ante la paz que emanaba. La sac de su ensimismamiento

    18

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    19/275

    un goteo que, aunque suave, no dej de sorprenderla. Un lquido en aquel lugar? Lade elrostro y vislumbr, por primera vez desde su llegada, el contorno de una jarra en el borde dela escribana. Tena la boca hendida, suspendida en el aire, y pareca haber permanecidovarios lustros vaca. Su contenido se derram siglos atrs, no le caba la menor duda, y noobstante ahora un fluido transparente brotaba de su fondo y chorreaba despacio sobre el suelo,

    brillando el delgado hilo bajo la luz del bastn.La sacerdotisa extendi la palma de tal modo que las gotas se remansaran en ella, y sela llev a los labios. En efecto, era agua.

    Tena un sabor amargo, casi salado, pero la juzg el elixir ms exquisito que nuncahaba bebido. Realizando un supremo esfuerzo para mover su entumecido cuerpo, verti una

    pequea cantidad en el hueco de su mano y la sorbi de un trago, vidamente. Saciada su sed,coloc el recipiente en posicin vertical sobre el mueble y comprob que el nivel del lquidosuba de inmediato, que la fuente no haba de secarse pues el agua consumida era reemplazadasindemora.

    Ahoras, ahora pudo agradecer el favor de Paladine con palabras que surgan de loms hondo de su alma, desde tan recnditos recovecos que no alcanzaban sus cuerdas vocales.

    Se desvaneci su miedo a la oscuridad, a las criaturas que sta engendraba. Su dios no lahaba abandonado, segua a su lado, aunque, quiz, le haba causado cierta desilusin.Relajada, Crysania volvi los ojos hacia Caramon y, tras constatar que dorma tranquilo, quesus contrados rasgos se haban ensanchado, se encamin al rincn donde yaca su gemelo alabrigo de su tnica, teidos los labios de tonalidades violceas.

    Sabedora de que el calor que irradiaba su cuerpo les reconfortara a ambos, lasacerdotisa se estir a su lado para, en tal postura, envolverse en la cortina. Reclin la cabezaen el hombro del mago, cerr los ojos y se meci en la acogedora penumbra de la estancia.

    19

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    20/275

    3

    Recuerdos..... reencarnacin

    Lo ha llamado Raistlin!Y tambin Fistandantilus!Cmo podemos estar seguros? Algo no encaja. No ha llegado por el Robledal de

    Shoikan, segn proclamaba el augurio. Y qu ha sido del poder que deba encerrar? Ademsle acompaan otras dos criaturas, cuando se supona que vendra solo.

    Y, sin embargo, siento su magia. No oso desafiarle.Ni siquiera a cambio de tan suculenta recompensa?El olor a sangre te ha trastornado el juicio! Si se trata de l, y descubre que has

    devorado a sus elegidos, te enviar de nuevo a una perenne negrura, donde soars con sangrefresca que nunca has de paladear.

    Pero si no es el que esperamos, y descuidamos nuestro deber de custodiar la Torre,ser la soberana quien se materialice. Su ira nos aplastar, el castigo que describes se teantojar liviano.

    Se hizo el silencio, hasta que alguien propuso:Existe un medio de cerciorarse.Es peligroso. Est dbil, podramos matarle.Tenemos que saberlo! Es preferible que l perezca a que nosotros defraudemos a

    Su Oscura Majestad.S. Su muerte podra explicarse, su vida quiz no.Un dolor lacerante penetr las esferas donde su desmayo le haba sumido, como

    tmpanos de hielo que traspasaran su cerebro. Raistlin se debati en las brumas del cansancio,

    de la enfermedad, para recobrar unos instantes el conocimiento.Abri los ojos, y el pnico estuvo a punto de asfixiarlo cuando atisbo dos lvidascabezas que flotaban frente a l, acechndolo a travs de unas cuencas oculares quenicamente reflejaban vastas tinieblas. Tenan las manos sobre su pecho, y el contacto deaquellos glidos dedos desgarraba su espritu.

    Al escrutar aquellos portentosos alvolos, el mago supo qu pretendan y le asalt unsbito terror.

    No! se rebel sin resuello. No volver a vivir esa experiencia.Has de hacerlo, no existe otra manera de averiguar la verdad sentenci,

    imperturbable, uno de los espectros.Frente a semejante ultraje, el hechicero se encoleriz. Tras ensayar una maldicin,

    intent levantar los brazos del suelo a fin de arrancar los fantasmales miembros de su tnica.Fue intil. Sus msculos rehusaron obedecer, tan slo consigui estirar un dedo.La rabia, la angustia y un sentimiento de honda frustracin excitaron su necesidad de

    gritar; pero nadie oy su alarido, ni siquiera l mismo. Las garras apretaron su torso, cualacerados puales, y se zambull no en la penumbra, sino en los recuerdos.

    No se recortaba ningn ventanal en la sala de estudio donde los siete aprendices dehechicera trabajaban aquella maana. No se admita el paso de los rayos solares ni tampocode los haces de las dos lunas, la de plata y la encarnada, Solinari y Lunitari. En cuanto altercer satlite, el negro, al igual que en el resto de Krynn se senta su presencia sin verla.

    Iluminaban la estancia una serie de velas de cera encajadas en pedestales argnteosque, a su vez, descansaban en las mesas. De este modo, los soportes individuales podan

    20

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    21/275

    utilizarse y transportarse segn la conveniencia de cada aprendiz.La sala de estudio era la nica en el gran castillo de Fistandantilus que se alumbraba

    mediante candelas. En todas las restantes, unos globos de cristal alimentados por arte deencantamiento surcaban el aire, derramando unos fulgores mgicos capaces de mitigar lalbrega penumbra que baaba la fortaleza de modo permanente. Si no se empleaba tal sistema

    en la habitacin consagrada a las prcticas de los novicios era, adems de las razonesprcticas expuestas, porque la luz de las bolas gneas se apagaba en el momento de traspasarsu umbral. Cul era el motivo de este fenmeno? Simplemente, que envolva la estancia unhechizo constante de neutralizacin arcana, de efecto imperecedero. De ah que se recurriera a

    procedimientos ms primarios y se excluyera cualquier influencia de los astros, tanto del solcomo de la luna, susceptible de alterar las peculiares condiciones del estudio.

    Seis de los aprendices estaban sentados codo con codo en torno a una mesa,parloteando unos mientras los otros se concentraban en su quehacer. El sptimo se hallabasolo, apartado, en un escritorio situado en el extremo opuesto. De vez en cuando un miembrodel grupo alzaba la cabeza y lanzaba una inquieta mirada al que permaneca aislado para, enel acto, volver a bajarla, pues, quienquiera que fuese el espa, el singular personaje le

    escrutaba en una actitud retadora.Al sptimo novicio le diverta la situacin, incluso tena una leve sonrisa en los labios.

    Raistlin no haba gozado de muchos entretenimientos durante los meses que llevaba alojadoen el castillo de Fistandantilus, ni le haba resultado fcil adaptarse. No haba tenido ningunadificultad para mantener el engao y evitar que el archimago adivinase su autntica identidad;le bast con no invocar sus poderes y comportarse como aquellos ignorantes que se afanabanen complacer a su superior a fin de ganarse su confianza, de ascender al rango de aclito

    personal.El disimulo era a Raistlin lo que la sangre a las venas, algo indisociable. Incluso

    gozaba de aquellos juegos competitivos que le enfrentaban a sus supuestos compaeros,limitndose a superarlos sin excesivos alardes, con el nico objeto de ponerlos nerviosos y

    pillarlos desprevenidos. Tambin disfrutabaen sus intercambios con Fistandantilus. Notabaque el archimago lo espiaba, y saba cules eran sus pensamientos: Quin es este aprendiz?De dnde procede ese poder que arde en sus entraas, y que no consigo definir?

    En ocasiones descubra al maestro examinando su rostro, vido de respuestas. Sinduda, sus rasgos se le antojaban familiares, y este hecho no haca sino aumentar su suspicacia.

    No obstante, y pese al placer que hallaba en tales escaramuzas, Raistlin no poda evitarque sus cabalas le transportasen, con ms frecuencia de la deseable, a un tiempo en el queslo conoci la desdicha. Por un capricho de su memoria, siempre que se complaca en suastucia vena a nublar su momentnea exaltacin el recuerdo de su adolescencia, la poca msingrata de toda su vida.

    Ya en la escuela de artes arcanas, los estudiantes con los que comparti sus primerosbalbuceos le impusieron el apodo de el Taimado. No inspiraba afecto, ni menos anconfianza, incluso su tutor recelaba de su talante evasivo. As, el futuro hechicero tuvo una

    juventud solitaria, amarga. Si bien era cierto que Caramon cuidaba de l, su amor era tanpaternal y asfixiante que aceptaba mejor la inquina de los otros muchachos.

    Ahora, aunque desdeaba a aquellos necios por su servilismo frente a su traicionerosuperior que, al final, matara sin contemplaciones al elegido, y aunque se diverta

    provocndolos y ponindolos en ridculo, en ocasiones senta un doloroso aguijn, en lasoledad de la noche, cuando les oa rer juntos en la alcoba vecina.

    En uno de aquellos accesos de despecho se dijo, disgustado, que tales nimiedadesestaban por debajo de su categora y de sus propsitos. Deba concentrarse, conservar intactas

    sus fuerzas, si quera obtener el xito. Se repiti hoy sus amonestaciones, consciente de quedentro de unos minutos Fistandantilus elegira a su aclito particular.

    21

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    22/275

    Vosotros seis abandonaris el castillo pens el mago. Saldris de aquinflamados de resentimiento y desprecio, nunca sabris que uno de vosotros me debe la vida.

    La puerta de la sala de estudio se abri con un spero chirriar, propagando espasmosde alarma en el grupo de figuras ataviadas de negro que se reunan en torno a la mesa. Raistlinlos contempl impvido, esbozada en sus labios una aviesa sonrisa que era un perfecto reflejo

    de la mueca exhibida por el ceniciento rostro que, altivo, se recortaba en el umbral.La mirada centellante del archimago pase de hito en hito entre los seis jvenes, tanirresistible que stos, uno tras otro, palidecieron y bajaron las encapuchadas cabezas a la vezque sus dedos jugueteaban con los ingredientes de sus hechizos o bien se retorcanencrespadas a causa del nerviosismo.

    Concluido su examen, Fistandantilus pos los ojos en el sptimo aprendiz, el msadusto, que se mantena al margen de los otros. Raistlin alz la vista y le devolvi elescrutinio mientras su sonrisa, perdida su ambigedad, se tornaba abiertamente burlona. Nisiquiera parpade, y tal actitud movi al maestro a enarcar las cejas. Irritado, cerr la puertacon violencia en medio de las muestras de sobresalto de los aclitos, a quienes la bruscainterrupcin del silencio haba dejado sin resuello.

    El nigromante avanz hacia el centro de la estancia, con paso lento e inseguro. Seapoyaba en un bastn, y sus viejos huesos crujieron cuando se acomod en una silla. Oje denuevo al sexteto de aprendices que permanecan sentados frente a l y, al reparar en suscuerpos jvenes, sanos, alz una de sus marchitas manos para asir el colgante que penda deuna pesada cadena alrededor de su cuello. Era una alhaja de extrao aspecto, consistente enun rub de forma ovalada y engarzado en una lisa montura de plata.

    Los discpulos conjeturaban a menudo sobre la singular gema, preguntndose culeseran sus virtudes. Era el nico adorno que luca Fistandantilus, y quedaba patente el valor quele atribua. Hasta los novicios ms ignorantes sentan los hechizos de proteccin queirradiaba, unos hechizos destinados a conjurar cualquier intento arcano de agredir a su

    portador. Cmo lo haca, de qu modo se manifestaba su poder? Era ste el tema central delas especulaciones; unos argumentaban que atraa a los seres de los planos celestiales y otros,en cambio, aseveraban que su aura permita al archimago comunicarse con Su OscuraMajestad en persona.

    Por supuesto, haba alguien capazde esclarecer el misterio. Raistlin conoca todos losentresijos del sortilegio, pero prefiri guardar el secreto para s mismo.

    La mano arrugada, trmula, del maestro se cerr sobre la gema al mismo tiempo quesus iris traspasaban a los aspirantes, con tanta vehemencia que pareca presto a devorarlos. Eltaciturno y fingido alumno incluso crey advertir que humedeca sus labios, y le asalt unrepentino temor. Qu ocurrir si fracaso? se cuestion, estremecido. Es muy fuerte, el

    brujo ms poderoso que nunca vivi en Krynn. Poseo la energa, la sapiencia suficientes para

    derrotarlo?Iniciemos la prueba declar Fistandantilus con un chasquido, puesta la mirada enel primero de los seis aclitos.

    Raistlin desech su miedo. Se haba preparado durante aos, a conciencia; no eramomento de vacilar. Si ste era su destino, morira. Ya se haba enfrentado antes a semejanteavatar; en el fondo era como encontrarse con un antiguo amigo.

    De uno en uno, los jvenes magos se alzaron de sus asientos, abrieron sus libros deencantamientos y recitaron los que haban seleccionado. De no hallarse sumida en un hechizoneutralizador, la sala de estudio se habra llenado de prodigiosas visiones. Habran estallado

    bolas de fuego entre sus muros, incinerando a cuantos albergaban; dragones fantasmaleshabran expelido sus llamaradas, tan ilusorias como espantosas; legiones de criaturas

    espectrales, arrastradas desde otras esferas, habran atronado la cmara con sus bramidos.Pero, dadas las circunstancias, nada inmut el silencio salvo los cnticos de los sucesivos

    22

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    23/275

    aclitos y el revoloteo de las pginas de sus esotricos volmenes.Completaron su examen en perfecto orden para, una vez finalizado, volver a sentarse y

    dar paso al siguiente. Todos hicieron gala de unas esplndidas dotes, como caba esperar.Fistandantilus slo admita en su fortaleza a grupos de nigromantes de evidentes aptitudes,que haban superado la terrible Prueba en la Torre de la Alta Hechicera y deseaban

    perfeccionarse bajo sus auspicios. Entre tan destacados eruditos, deba designar asu ayudanteo as, al menos, lo suponan ellos.Una vez ms, el archimago acarici su rub antes de centrar su atencin en Raistlin e

    indicarle:Tu turno, aprendiz.En sus avejentados ojos prendi un nuevo destello y los surcos de su frente

    adquirieron mayor profundidad en su afn por recordar dnde haba visto el rostro delenigmtico joven

    Raistlin se levant despacio, sin que se difuminara de sus labios aquella sonrisa entrecida y cnica con la que demostraba su superioridad. Encogise de hombros indiferente,despreocupado, y cerr su libro. Los otros seis magos intercambiaron gestos desaprobatorios

    frente a tan intolerable arrogancia, mas Fistandantilus, aunque frunci el entrecejo, no semolest en disimular el inters que delataban las chispas de sus pupilas.

    Con desenvoltura, socarrn, el aspirante empez a recitar de memoria el intrincadoencantamiento. Los otros aclitos se agitaron en sus sillas ante su alarde de habilidad, que no

    poda por menos que suscitar envidias y un odio invencible. El archimago tambin seconcentr en sus evoluciones, si bien sus sentimientos eran distintos: tan malvola era suansia de poseer aquel cuerpo para rejuvenecer sus ajadas vsceras que el avanzado discpulo,al percibirlo, casi se interrumpi.

    Obligndose a no apartar la mente de su trabajo, firme en el dominio de susemociones, Raistlin concluy el ltimo versculo y, de pronto, la sala fue invadida por unos

    brillantes fulgores que, en abanico multicolor, estallaron en el aire. Su estrpito rasg laquietud.

    Fistandantilus se sobresalt al producirse la inesperada explosin, borrada suanhelante mueca. En cuanto al sexteto, ahogaron al unsono un comn grito de sorpresa.

    Cmo has roto el halo protector? pregunt el maestro, enfurecido. Quvirtudes ignotas anidan en tu alma?

    En respuesta a la imperiosa demanda, el discpulo abri las manos. En sus palmasardan sendas bolas de fuego verde o azulado, cuyo resplandor deslumbraba a quien locontemplaba hasta el punto de hacerle cerrar los ojos. Sonriente, complacido por el estuporgeneral, Raistlin entrechoc sus manos y las llamas se extinguieron.

    Una vez ms el silencio se adue de la estancia, si bien ahora era un silencio lleno de

    temor. En efecto, Fistandantilus se puso de pie, tan encolerizado que los efluvios de su iracreaban en su derredor una gnea aureola. Envuelto en sus dimanaciones, el anciano avanzhacia el sptimo aprendiz.

    El humano que despert su furia fue el nico que no se amedrent. Permanecierguido, tranquilo, estudiando su marcha con un aplomo insolente.

    Cmo lo has hecho? rugi el archimago fuera de s.Antes de que el aludido contestase, espi las delicadas manos que haban obrado el

    sortilegio y, en un gesto agresivo, estir el brazo para apresar la mueca de Raistlin.El joven sofoc un aullido de dolor, pues el contacto de su oponente era glido como

    la tumba. Se conmin a sonrer, pese a saber que su distorsionada boca lo asemejaba ms auna calavera que al hombre impertrrito que pretenda ser.

    Polvos de luz! vocifer Fistandantilus, al mismo tiempo que arrastraba a sucautivo hacia las candelas para cerciorarse. Un truco ordinario, como los que utilizan los

    23

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    24/275

    ilusionistas.Tal oficio me permita ganarme el pan replic Raistlin, apretando los dientes para

    resistir el sufrimiento. Me ha parecido apropiado utilizarlo en presencia de este hatajo deaficionados que has reunido, gran maestro.

    El anciano presion su garra en torno a la frgil carne de su vctima, quien emiti un

    susurro agnico sin hacer el menor intento de liberarse. Tampoco adopt una actitud sumisa,acept el reto con el cuello enhiesto, orgulloso. Esta postura hizo que el veterano nigromantelo mirara intrigado, renacido su inters.

    As que te consideras ms apto que los otros aspirantes afirm, ms que pregunt,Fistandantilus, con un tono quedo, casi amable, ignorando los murmullos indignados de losaclitos.

    Sabes que lo soy! replic Raistlin, despus de imponerse una breve pausa paraacumular energas con las que mitigar el dolor.

    El archimago lo escrut, sin cesar de atenazarlo, y el joven humano vio el miedoreflejado en sus enteladas pupilas, un pnico que en pocos segundos volvi a encubrirse trasla expresin insaciable que antes lo animara. Rehecho de su pasajera flaqueza, el anciano

    solt la delgada mueca. Su vctima no atin a reprimir un suspiro de alivio mientrasregresaba a su asiento frotndose la zona afectada, donde la huella del maestro se hacaostensible en la palidez mortfera, tumefacta, que haba adquirido la piel.

    Salid todos! orden Fistandantilus. Los seis hechiceros se incorporaron ycomenzaron a retirarse en medio del revoloteo de sus negras tnicas; pero cuando Raistlin sedispona a imitarlos, el amo del castillo le apunt: Mi mandato no te incluye a ti. Qudate.

    Obediente, el aludido tom de nuevo asiento sin dejar de acariciar su mano hasta queel fluir de la sangre le restituy la sensibilidad. Los derrotados desfilaron hacia la puerta,seguidos por su insigne superior. Una vez los hubo despedido, el archimago se dirigi alcentro de la estancia para encararse con su aprendiz personal.

    Esos muchachos no tardarn en abandonar la fortaleza. En cuanto nos quedemossolos, en la hora de la Vigilia, presntate en la cmara secreta situada en el subterrneo.Realizo all un experimento que requiere tu ayuda.

    Raistlin observ, en una suerte de fascinacin, cmo su interlocutor se llevaba la manoal rub y lo tanteaba con suavidad, con amor. Tan ensimismado estaba, que de momento norespondi. Al fin, sonriendo en franca burla de su propio miedo, susurr:

    Acudir puntualmente, maestro.

    Raistlin yaca sobre una losa de piedra en el laboratorio, una cmara oculta en losprofundos stanos del castillo del archimago. Ni siquiera sus gruesos ropajes de terciopelo lo

    aislaban del fro. El joven tiritaba sin control, aunque no lograba discernir si era el ambiente,el terror o la excitacin lo que provocaba aquellos temblores.No vea a Fistandantilus, pero oa con perfecta nitidez el crujir de su tnica, el

    tamborileo del bastn en el suelo, el susurro de las pginas de su libro de encantamientos.Tumbado en la lisa roca, fingindose desvalido frente al influjo del maestro, el ayudante pusosus msculos entensin. Se acercaba el momento decisivo.

    Como si hubiera captado su estado expectante, el anciano apareci en su campo visualpara inclinarse sobre l con vida mirada. El rub se balanceaba, sujeto a la cadena de sucuello.

    S declar el viejo, posees unos dones nada comunes. Eres ms diestro y sabioque cualquiera de los aprendices con los que me he tropezado en mi dilatada existencia.

    Qu vas a hacer conmigo? inquiri Raistlin, con un timbre de desesperacin queno era del todo forzado. Tena que conocer con exactitud el funcionamiento del colgante, y en

    24

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    25/275

    una hora tan crucial lo acosaban las dudas.Los detalles carecen de importancia lo ataj su interlocutor, a la vez que posaba

    la mano en su pecho.Mi objetivo al venir a tu fortaleza era aprender explic el postrado, rechinando

    los dientes en un esfuerzo supremo para no retorcerse bajo el abominable contacto. Deseo

    enriquecer mi acervo hasta exhalar el ltimo suspiro.Muy encomiable aprob Fistandantilus. Se abstrajo en sus cavilaciones,prendidos los ojos de la penumbra circundante, y el falso aclito se dijo que probablementerevisaba el hechizo en su memoria. Me proporcionar un inmenso placer habitar un cuerpoy un alma sedientos de erudicin, absorber la savia de una criatura que atesora cualidadesinnatas para nuestro arte. No puedo rehusar tu demanda, aprendiz. Te impartir una postreraleccin.

    Ignoras, joven humano, lo que supone envejecer. Recuerdo bien mi primera vida, laterrible frustracin que me atenaz al comprender que yo, el hechicero ms dotado de cuantos

    pisaron la faz de Krynn, estaba condenado a languidecer en la trampa de una carcasadebilitada, consumida por la edad. Mi cerebro se conservaba sano, perspicaz, era incluso ms

    clarividente que en mis aos mozos. Me horrorizaba la idea de que tanto poder, tan vastasapiencia, se redujeran a polvo, fueran pasto de los gusanos!

    Vesta entonces la Tnica Roja. Te sobresaltas? Asumir este color fue un actoconsciente, deliberado, una decisin que tom tras meditar los pros y los contras. Laneutralidad es la mejor va de aprendizaje, ya que permite relacionarse con ambos extremosdel espectro sin pertenecer a ninguno. Fui en busca de Gilean, el Fiel de la Balanza, y solicitsu autorizacin para perpetuar mi estancia en este plano y profundizar mis estudios.Lamentablemente, no pudo atender mi ruego. Los hombres eran obra suya; y responda a miimpaciente naturaleza humana aquella ansia de abarcar conocimientos y trascender la

    brevedad de la existencia. Me confirm que mi actitud era normal y me aconsej rendirme aldestino.

    Fistandantilus se encogi de hombros y examin a su oyente, antes de proseguir.Detecto en tus ojos comprensin, aprendiz. En cierto modo, siento tener que

    destruirte, estoy convencido de que juntos habramos desarrollado una singular complicidad.Mas debo continuar mi relato. Maldiciendo a la luna encarnada, me adentr en las tinieblas y

    ped que me fuera concedido vislumbrar el satlite negro. La Reina de la Oscuridad escuchmi plegaria y permiti que vistiera la tnica de sus vasallos. Me aprest a mudar mi atavo afin de consagrarme a su servicio y, a cambio, fui llevado a su rbita. He visto el futuro, hevivido el pasado. Fue la soberana quien me obsequi el colgante, de tal manera que puedaelegir un cuerpo donde albergarme durante mi paso por este tiempo. Cuando resuelva cruzarlas fronteras y penetrar en el futuro, hallar a un mortal preparado en el que reencarnarme y

    renovar mi alma.Raistlin no pudo reprimir el escalofro que eriz su piel al or estas ltimas palabras.El mortal al que aluda el archimago era l mismo; se supona que su nica misin consistaen aguardar su llegada, presto para recibirle.

    Fistandantilus no se percat de la animadversin que su parlamento haba provocadoen el, en apariencia, sumiso discpulo. Alzando su colgante, se concentr en el hechizo quedeba invocar.

    Tambin el joven nigromante espi el rub, que refulga bajo la luz proyectada por unglobo en el centro del laboratorio, y se aceler su pulso. En un supremo esfuerzo pordominarse, trmula la voz a causa de una excitacin que sin duda su oponente confundi conun acceso de pnico, susurr:

    Dime cmo funciona tu artilugio y qu va a sucederme.El maestro sonri, complacido ante la inagotable curiosidad de su vctima, mientras

    25

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    26/275

    haca girar la gema en torno a su figura yaciente.Colocar el talismn sobre tu pecho le revel, encima de tu corazn, y sentirs

    que tu fuerza vital escapa, despacio, por tus poros. Tengo entendido que el dolor esinsoportable, pero no durar mucho, aprendiz, si no luchas contra l. Abandnate y notardars en desmayarte. La experiencia de quienes te han precedido en el experimento

    demuestra que rebelarse no sirve sino para prolongar la agona.No has de pronunciar ningn versculo? indag RaistlinPor supuesto que s respondi Fistandantilus framente, volcado su cuerpo sobre

    el del aclito y con los ojos fijos en los suyos. Me dispongo a recitarlos, sern los ltimossonidos que vibrarn en tus tmpanos.

    Pos el colgante en el lugar que antes indicara. El fingido ayudante sinti que el vellose le erizaba al entrar en contacto con la alhaja; apenas logr controlar el impulso deincorporarse y emprender la huida. En un alarde de voluntad, apretadas las manos yhundiendo las uas en la carne a fin de superar el miedo mediante el sufrimiento fsico, seinmoviliz. Debo averiguar la frmula mgica, se dijo.

    Tendido en la losa, cerr los ojos. No resista la visin de aquel rostro distorsionado,

    perverso, que en su proximidad destilaba efluvios hediondos, cual si de un muerto viviente setratase.

    Bien hecho le felicit una voz sibilina, reljate.Fistandantilus acometi su cntico. Deseoso de aislarse de influencias perturbadoras,

    tambin l entorn los prpados a la vez que ejerca presin sobre el pecho de Raistlin,agitado todo su ser en un movimiento pendular. As, sumido en su trance, no advirti que lavctima repeta cada frase, cada slaba, con una exactitud perfecta a pesar de su estado febril.Cuando detect que algo iba mal ya haba concluido el encantamiento y esperaba, erguido, la

    primera inyeccin de vida en sus aejos huesos.El deseado calor no afluy a sus venas. Alarmado, el anciano abri los ojos y

    contempl atnito al mago de Tnica Negra, que permaneca acostado en la glida roca.Exhal entonces un grito extrao, inarticulado, antes de retroceder, presa de un pavor que noacert a ocultar.

    Al fin me reconoces declar Raistlin, sentndose y apoyando una mano en lalpida mientras, con la otra, rebuscaba en los bolsillos secretos de su atuendo. Me temo queningn cuerpo indefenso te aguarda en el futuro.

    Fistandantilus no reaccion, tal era su estupor. Clav su mirada en las manipulacionesdel engaoso pupilo, como si quisiera traspasar el pao de sus vestiduras y penetrar losrecovecos en los que hurgaba.

    Transcurridos unos segundos, recobr la compostura para preguntar, despreocupado,aunque sin apartar la vista del bolsillo:

    Es Par-Salian quien te ha enviado?Raistlin mene la cabeza en ademn negativo, al mismo tiempo que se deslizaba de susupuesta tumba. Embutido an un brazo en los pliegues de la tnica, levant la otra mano paradescubrir su embozo y, as, permitir que el maestro escrutase su faz ahora que habadesaparecido la mscara tras la que se ocultara durante meses.

    He venido por mi propia iniciativa asever. Soy el seor de la Torre.Eso es imposible replic, incrdulo, el archimago.Su oponente esboz una sonrisa que no se corresponda con la severidad de sus rasgos,

    de aquellos iris que atrapaban en su espejo el contorno del fallido ejecutor.Comprendo tu asombro, nunca imaginaste que esto pudiera suceder imprec,

    desafiante, a su rival. Cometiste el error de infravalorarme. Absorbiste una parte de mi

    savia en la Prueba, a cambio de protegerme del elfo espectral. Me obligaste a vivir en elperenne suplicio que me infliga mi maltrecho cuerpo, imponindome una absoluta

    26

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    27/275

    dependencia de mi hermano. Me enseaste el manejo del Orbe de los Dragones y obraste mirecuperacin en la Gran Biblioteca de Palanthas. Luego, cuando estall la Guerra de la Lanza,me facilitaste el acceso a los textos esotricos de la Reina de la Oscuridad para, ms tarde,ayudarme a devolverla al abismo, donde no representaba una amenaza frente al mundo... nifrente a ti. Abrigabas el diablico propsito de hacer acopio de fuerzas en este tiempo y, ya

    restablecido de tus achaques seniles, viajar al futuro en busca de mi torturada carcasa.Pretendas usurpar mi identidad!Arrug Fistandantilus los ojos en actitud iracunda y el joven hechicero se puso en

    tensin, cerrada la mano en torno al objeto que guardaba en su bolsillo. Sin embargo, y contratodo pronstico, el anciano se limit a confirmar:

    Todo cuanto has dicho es verdad. Qu vas a hacer al respecto? Quizsasesinarme?

    No contest Raistlin, mi intencin es otra. Deseo invertir los papeles; ser yoquien te suplante.

    Majadero! lo insult Fistandantilus entre chillonas risotadas. El nico mediode arrebatarme mis esencias es utilizar esto contra m le record, blandiendo el colgante del

    rub. Como sabes, lo protegen de cualquier manifestacin arcana unos sortilegios que tuestrecha mente no atinara ni aun a concebir, pequeo bravucn.

    Su voz se redujo a un susurro, asfixiada por el pavor al percibir que su adversario,imperturbable, extraa la mano del misterioso bolsillo. En su palma exhiba la codiciada joya.

    Cierto, la magia nada puede para disolver su escudo admiti con una mueca letal. Pero no se te ocurri pensar que existen otros mtodos contra los que tus encantamientosquedan inermes, los trucos de un ilusionista callejero.

    El semblante del viejo maestro se torn plido como el de un cadver. Espi,aterrorizado, la cadena que penda de su cuello para constatar, ahora que se haba descubiertola falacia, lo que ya adivinaba: la alhaja se haba evaporado.

    Un retumbo ensordecedor rasg el silencio; el suelo del laboratorio se comb en unaptrea oleada que arroj al joven mago por los aires. Cay de rodillas mientras la roca separta en dos, abriendo una fisura en los cimientos mismos de la mole. En medio delestruendo, del caos, se elev la voz de Fistandantilus en un cntico destinado a atraer a lasfuerzas hostiles de los planos astrales.

    Reconociendo al instante el portento que se propona realizar, Raistlin se apresur aenvolverse en una aureola que haba de salvaguardar su cuerpo del ataque. Su hechizo no eramuy poderoso, tan slo le proporcionara el tiempo indispensable para preparar la defensa.Acuclillado en el suelo, vio surgir de la grieta una figura cuyo rostro malsano, horripilante,

    pareca el fruto de una pesadilla.Aprsale! orden Fistandantilus a la criatura abismal.

    Seal con el dedo al nigromante y el espectro surc la estancia tras su vctima. Sedetuvo frente a la agazapadaforma, rodeado de volutas de humo, que se alargaron hasta trazarun crculo a su alrededor.

    El pnico hizo presa en el mago al observar cmo tenda su cerco aquel ente deultratumba. Bajo sus insondables virtudes arcanas, el escudo protector se derrumb a los piesdel agresor; en cuestin de minutos, le arrancara el alma y celebrara un festn con susdespojos.

    Las largas horas de estudio, la energa bien dosificada y la rigurosa disciplina quesiempre presidi sus prcticas acudieron en auxilio del atacado. Logr dominarse, un hechoque le permiti rememorar las frases necesarias para salvarse. Complet raudo elencantamiento, que, adems de repeler al fantasma, ba su ser en un blsamo que lo liber

    de sus temores.La aparicin vacil, sin decidirse a obedecer las irritadas imprecaciones del anciano.

    27

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    28/275

    Uno le mandaba seguir, el otro lo instaba a detenerse. Aunque deba sumisin a aquelque lo haba invocado, el halo del ms joven refrenaba su impulso. Mir de hito en hito aambos mortales, retorcido su etreo cuerpo, desvirtundose su centelleante contorno en lasrfagas de viento que l mismo provocaba. Los dos le presionaban con idntico poder, sindejar de acechar el pestaeo, el movimiento espasmdico de un dedo del contrincante que

    haba de otorgarles la victoria.Ninguno flaque, ninguno dio muestras de cejar en su empeo. Raistlin posea unamayor resistencia, pero la magia de Fistandantilus proceda de antiguas fuentes. Poda llamaren su ayuda a un millar de fuerzas invisibles.

    Al fin, fue la aparicin la que no resisti. Atrapada entre dos corrientes iguales enintensidad pero contrapuestas en sus designios, ambas empujndole en distintas direcciones,

    perdi su integridad y estall.La potente explosin lanz a los dos adversarios contra sendos muros, estrellndose

    cada uno en el que tena ms cerca. Un olor ftido invadi la estancia y llovieron sobre ellafragmentos de cristal. Las paredes quedaron socarradas, ennegrecidas, a la vez que prendan

    pequeas hogueras en los rincones, formadas por llamas multicolores que proyectaban sus

    chispas sobre el punto donde se haba esfumado el espectro.Raistlin se incorpor y se sec la sangre que le manaba de una herida en la frente,

    aunque no se entretuvo en tocrsela, porque saba, al igual que el anciano maestro, que elmenor descuido significaba la muerte. Dueo de sus acciones, se encar con su enemigo, quese haba recuperado con similar rapidez.

    Bien, las cartas estn sobre la mesa declar Fistandantilus. Podras haberllevado una placentera existencia, yo me habra encargado de ahorrarte las vicisitudes, lasmiserias de la vejez. Por qu te precipitas hacia tu propia destruccin?

    Conoces mis motivos repuso el aludido, entre jadeos, agotadas casi sus energas.El archimago asinti despacio, prendida la mirada en su oponente.

    Como antes he dicho murmur, siento que esto tenga que ocurrir. Juntoshabramos llegado lejos y ahora, sin embargo...

    La vida de uno entraa la muerte del otro concluy Raistlin.Extendi la mano para, cuidadosamente, depositar el rub sobre la losa. En aquel

    instante, oy un cntico entonado en tonos quedos, y levant la voz en unos versculos que seentremezclaron con las frases de su rival.

    La batalla se prolong durante largo rato. Los guardianes de la Torre, que irrumpieronen la escena al penetrar los recuerdos de la figura de negra tnica postrada en el estudio, alalcance de sus garras, se sumieron en una total confusin. En un principio, vieron el conflicto

    a travs de Raistlin, pero se acercaron tanto a los dos hechiceros que ahora contemplaban laliza con los ojos de ambos.Brotaron relmpagos de las yemas de los dedos, los cuerpos de los contendientes se

    convulsionaron con violencia, los alaridos de dolor, de furia, resonaron junto al estrpito derocas y listones de madera.

    Se alzaron murallas de fuego para derretir tapias de hielo, se sucedieron vientoshuracanados hasta formar torbellinos, las repetidas tormentas de llamas asolaron los pasillosmientras, en la estancia donde se libraba la lid, las criaturas del Abismo acudan a la llamadade sus amos, y los espritus, revueltos, removan los cimientos del castillo. La imponentefortaleza de Fistandantilus comenz a resquebrajarse y se desprendieron los bloques de lasalmenas al unsono con los que le prestaban soporte.

    De pronto, uno de los nigromantes emiti un bramido ensordecedor y, con un esputosanguinolento, se desmoron. Quin era el cado? Los guardianes se esforzaron en

    28

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    29/275

    distinguirlos, mas fue intil.El otro mago, exhausto, descans unos momentos antes de arrastrarse hacia la losa. Su

    temblorosa mano alcanz la glida superficie, la tante y encontr el colgante. En un postreralarde de vitalidad, asi la alhaja y rept hasta su moribundo enemigo.

    El hechicero que sostena el objeto arcano vacil. Estaba tan prximo a su vctima que

    pudo leer el mudo mensaje de sus ojos entreabiertos y su alma se encogi al ver lo que stosle relataban. Vencido su titubeo, apret los labios mientras, meneando su encapuchada cabezay sonriendo en actitud de triunfo, aplastaba el colgante contra el pecho del postrado.

    El cuerpo que yaca en el suelo se contorsion en espasmos de agona, un gritodesgarrado asom a sus ensangrentados labios. Repentinamente, cesaron los lamentos. La pieldel derrotado se arrug y cuarte cual un pergamino reseco; su mirada se clav en la negrurahasta que todo l se paraliz.

    Con un quebrado suspiro, el otro nigromante se desplom sobre el cadver de suadversario, dbil, herido, acechado tambin por la muerte. Pero sostena en su mano el rub;gracias a su influjo, se introduca en sus venas una sangre revitalizadora que le infundanuevas energas y que, en poco tiempo, le restituira la salud. Su mente era un hervidero de

    conocimientos, de recuerdos donde se entretejan los vestigios de siglos de poder, hechizos,visiones de prodigios y horrores nacidos mltiples generaciones atrs. Habra podido asimilartan intrincada maraa de no perfilarse, adems, en su revuelta memoria la imagen de unhermano gemelo, de un cuerpo enfermizo, de una existencia desdichada.

    Al fundirse dos seres en su interior, al contraponerse centenares de vivencias enabierto conflicto, el mago sufri un terrible impacto. Arrebujndose junto a los despojos de surival, el vencedor de la encarnizada contienda contempl el colgante.

    Quin soy? murmur, asustado.

    29

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    30/275

    4

    Dnde est el Portal?

    Los guardianes abandonaron el cerebro de Raistlin para, ya a distancia, observarledesde sus vacas cuencas oculares. Incapaz de moverse, el mago les devolvi la mirada. Susojos no reflejaban sino una densa penumbra.

    Os lo advierto les dijo sin voz, y su mensaje fue comprendido: si volvis atocarme os convertir en polvo, tal como hice con l.

    S, maestro contestaron los espectros, a la vez que sus traslcidos rostros sedesdibujaban en las sombras.

    Me hablabas a m? pregunt Crysania, amodorrada.Al comprobar que se haba dormido con la cabeza apoyada en su hombro, la

    sacerdotisa se ruboriz y se incorpor sin demora.Necesitas algo que yo pueda proporcionarte? ofreci.

    Agua caliente para mi pocin fue la concisa respuesta del hechicero.Confundida, turbada, la dama se apart el cabello de la faz a fin de examinar la sala.

    Por las ventanas se filtraba una luz griscea que, aunque tenue y brumosa como un fantasma,no resultaba confortadora. El Bastn de Mago despeda an destellos, manteniendo alejadas alas criaturas de la noche; pero no propagaba calor alguno. Crysania se acarici el doloridocuello. Estaba rgido y entumecido, por lo que dedujo que su sueo se haba prolongadovarias horas. Reinaba en la sala un intenso fro, e instintivamente dirigi la vista hacia laapagada chimenea.

    Hay madera abundante en la sala titube al ver los astillados muebles, perocarezco de yesca y pedernal para hacerla prender. No puedo...

    Despierta a mi hermano! la interrumpi Raistlin.Asfixiado por sus propias palabras, el mago empez a jadear. Aunque, pasado el

    primer acceso, intent proseguir, no logr articular ningn sonido y hubo de conformarse con

    30

  • 7/29/2019 La Guerra de Los Enanos

    31/275

    esbozar un gesto. En sus pupilas arda una inextinguible clera. Era tal la rabia quedesfiguraba sus facciones, que la sacerdotisa lo espi, alarmada, presa de unos escalofros queno provocaba, precisamente, la glida atmsfera.

    Raistlin entorn los prpados y pos una mano en su pecho, al lmite de sus fuerzas.Te lo ruego, haz lo que te he indicado susurr. Esto es un suplicio.

    Enseguida repuso la dama en tono quedo, avergonzada.Cmo poda vivir con un dolor tan espantoso, un da tras otro? Inclinndose haciaadelante, desprendi la cortina de sus hombros para arropar al nigromante. ste asinti enmudo agradecimiento, mas no consigui hablar; as que Crysania, sin dejar de tiritar, atravesel estudio en direccin a Caramon.

    Al apoyar la mano en su hombro, vacil. Y si contina ciego? pens. O, peortodava, y si se ha deshecho el encantamiento de Paladine y, ms seguro de sus posibilidades,decide matar a su gemelo?

    Sus titubeos slo duraron unos momentos. En actitud resuelta, cerr los dedos yzarande al yaciente mientras se repeta que, de acometer el guerrero contra el mago, ellamisma lo detendra. Lo hice una vez, nada me cuesta sumirlo en un nuevo sortilegio.

    Caramon lo llam, despierta. Por favor, te necesitamos.Cmo? inquiri el hombretn.Se sent como impulsado por un resorte y, sin previa reflexin, busc la empuadura

    de su espada, una espada que haba quedado en la remota Istar. Centr acto seguido la miradaen Crysania, tan expresivo que ella comprendi, entre asustada y feliz, que poda distinguirla.Sin embargo, su mente no era tan aguda como su recobrado sentido. Pareca estupefacto, nodaba muestras de reconocerla.

    Estudi receloso su entorno. La sacerdotisa percibi que se avivaba en su cerebro elrecuerdo de los ltimos sucesos. En efecto, se ensombrecieron sus pupilas, invadidas por unaoleada de pesar, y tambin se hizo patente la recuperacin de la memoria en el palpito de sugarganta, en las vibraciones de los msculos de la mandbula y en su manera de mirarla. Sedispona la sacerdotisa a exteriorizar sus disculpas, o acaso su rechazo, cuando el rostro delhombretn se dulcific, sus rasgos se relajaron.

    Hija Venerable dijo, sentndose y despojndose de la cortina, ests helada.Toma, abrgate.

    Antes de que acertara a protestar, Caramon la cubri con la ajada urdimbre. Mientrasla envolva, la dama se percat de que desviaba la vista hacia su gemelo; mas tan slo lededic una fugaz ojeada. Prescindi de su preocupante postracin, como si no existiera, paraconcentrarse en otear el panorama.

    Caramon, nos ha salvado la vida explic la sacerdotisa, sin respetar su esquivapostura. Formul un hechizo y los hijos de las tinieblas dejaron de acosarnos agreg,

    atenazando su brazo.Porque es uno de los suyos la ataj el hombretn, slo que ms poderoso.Baj la cabeza, a la vez que se esforzaba en retirar el brazo que la mujer apresaba. Fue

    en vano, aunque se hubiera desembarazado de su garra no habra podido sustraer