la fuerza de la gente

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Lorenzo Muelas Hurtado Dirigente indígena guambiano, ha dividido su vida entre las labores del campo y la actividad política. En 1985 fue gobernador de su pueblo, y en 1991 fue elegido como representante de los pueblos indígenas ante la Asamblea Nacional Constituyente que elaboró la actual Constitución de Colombia. En su condición de Constituyente, presentó iniciativas ten- dientes a garantizar el reconocimiento de los indígenas como ciudada- nos con plenos derechos, sus derechos como pueblos, sus territorios como entidades político-administrativas de la República, sus sistemas de gobierno propios, su propia jurisdicción, sus idiomas, sus propios sistemas de educación y, en fin, su cultura toda. Entre 1994-98 actuó como Senador de la República en representación de los pueblos indígenas; en esa calidad presentó proyectos e impulsó y defendió iniciativas relacionados con la defensa de la diversidad cultu- ral y biológica en nuestro país. Su pensamiento sobre estos temas esta consignado en varias publicacio- nes de sus intervenciones en reuniones nacionales e internacionales, como las Conferencias de las Partes del CDB; el Foro Internacional de los Países Andinos y Amazónicos sobre Biodiversidad, y otros. También existen publicados múltiples documentos de su autoría, en revistas y libros especializados, compilados en Colombia y en otros países de Latinoamérica. Actualmente disfruta de las tierras que lo vieron nacer y crecer, donde vive y trabaja en la recuperación de variedades tradicionales de alimen- tos, y donde produce de manera limpia, es decir, sin agroquímicos, la comida suficiente para su propia supervivencia, la de sus vecinas águilas y la de los osos de anteojos que lo visitan desde hace algún tiempo. La fuerza de la gente LORENZO MUELAS HURTADO La fuerza de la gente JUNTANDO RECUERDOS SOBRE LA TERRAJERÍA EN GUAMBÍA-COLOMBIA LORENZO MUELAS HURTADO Martha L. Urdaneta Franco INSTITUTO COLOMBIANO DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA CON LA COLABORACIÓN DE

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La Fuerza de La Gente

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  • Lorenzo Muelas HurtadoDirigente indgena guambiano, ha dividido su vida entre las labores delcampo y la actividad poltica. En 1985 fue gobernador de su pueblo, yen 1991 fue elegido como representante de los pueblos indgenas ante laAsamblea Nacional Constituyente que elabor la actual Constitucin deColombia. En su condicin de Constituyente, present iniciativas ten-dientes a garantizar el reconocimiento de los indgenas como ciudada-nos con plenos derechos, sus derechos como pueblos, sus territorioscomo entidades poltico-administrativas de la Repblica, sus sistemasde gobierno propios, su propia jurisdiccin, sus idiomas, sus propiossistemas de educacin y, en fin, su cultura toda.

    Entre 1994-98 actu como Senador de la Repblica en representacinde los pueblos indgenas; en esa calidad present proyectos e impuls ydefendi iniciativas relacionados con la defensa de la diversidad cultu-ral y biolgica en nuestro pas.

    Su pensamiento sobre estos temas esta consignado en varias publicacio-nes de sus intervenciones en reuniones nacionales e internacionales,como las Conferencias de las Partes del CDB; el Foro Internacional delos Pases Andinos y Amaznicos sobre Biodiversidad, y otros. Tambinexisten publicados mltiples documentos de su autora, en revistas ylibros especializados, compilados en Colombia y en otros pases deLatinoamrica.

    Actualmente disfruta de las tierras que lo vieron nacer y crecer, dondevive y trabaja en la recuperacin de variedades tradicionales de alimen-tos, y donde produce de manera limpia, es decir, sin agroqumicos, lacomida suficiente para su propia supervivencia, la de sus vecinas guilasy la de los osos de anteojos que lo visitan desde hace algn tiempo.

    La

    fuerza

    de la

    gente

    LORENZOMUELAS

    HURTADO

    Lafuerzade lagente

    La fuerza de la gente es un tex-to autobiogrfico, encaminado a discutir la insti-tucin de la terrajera y el surgimiento de las lu-chas y movimientos indgenas del siglo 20 en elsuroccidente colombiano, desde la particular vi-sin del Constituyente y ex-senador indgena,Lorenzo Muelas Hurtado. Su condicin de terraje-ro e hijo de terrajeros, as como de actor directoen las luchas indgenas en cuestin, las cuales tu-vieron su detonante precisamente en la terrajera,lo hacen testigo de excepcin de un fenmenosocial que es importante que sea conocido en susformas ms ntimas. Como l mismo lo ha dicho,la terrajera debe ser conocida:

    no slo entre nuestra gente, sino tambin por el restodel pueblo colombiano, y no nicamente como datohistrico, sino para ayudar a crear conciencia de laimportancia del respeto por el otro y de la imperiosaobligacin que todos tenemos de defender nuestrosderechos y respetar los de los dems.

    Es por eso que considero de inters compartir misexperiencias... y poner por escrito lo que fue y significel mundo de la terrajera, mirando este fenmenodesde la ptica muy propia de alguien que desde losprimeros aos de su infancia debi aprender a sobrevi-vir en l y a combatirlo, no slo como individuo, sinomuy especialmente como miembro de una colectividadsometida al mismo.

    La primera parte del libro est centrada en el proceso deapropiacin de las tierras y el trabajo indgenas, a travsde los sistemas de hacienda y terraje, que llev a ladesvertebracin del territorio y de la comunidad guam-biana. Esta parte de la historia muestra cmo las condi-ciones de opresin propias de la terrajera generaron unmovimiento que buscaba eliminar la esclavitud y miseriasufrida por los terrajeros, y que los llev a una duralucha por recuperar las tierras que les haban sido arre-batadas por los terratenientes.

    Una segunda parte narra las experiencias personales delautor. All est expuesta su vida desde que naci comohijo de terrajeros, su proceso de formacin y aprendizaje,su experiencia como terrajero, jornalero y finalmentecomo extrao en las nuevas tierras a donde su familia sevio forzada a desplazarse.

    La parte final del libro comprende los ltimos treintaaos de terrajera en territorio guambiano, y los procesosde lucha que generaron la organizacin indgena queconocemos actualmente en el Cauca y, a partir de ello, la

    recuperacin de su territorio.

    Martha L. Urdaneta Franco

    Es B.A. en Economa de la Universidad de Columbia, Nueva York, M.A.en Economa Agrcola de la Universidad de Wisconsin, Antroploga dela Universidad Nacional de Colombia, con estudios de Arqueologa enla Escuela Nacional de Antropologa e Historia de Mxico.

    Su relacin de trabajo con Guamba data de 1983. En ese ao, con el finde apoyar al pueblo guambiano en la bsqueda de caminos para recu-perar su historia, es decir, para entender su pasado como mecanismo defortalecimiento de su sociedad actual y futura, inici una investigacinarqueolgica en su territorio. sta se adelant en coordinacin con elCabildo y con la permanente participacin de representantes de laComunidad, en todos los campos. Pensando en divulgar los resultadosobtenidos hasta ese momento dentro del sistema educativo guambiano,en 1992 se public la cartilla MMMMMaaaaannnnnaaaaannnnnaaaaasssssrrrrriiiiik wk wk wk wk waaaaan wn wn wn wn weeeeetttttoooootttttrrrrraaaaaiiiiik kk kk kk kk kooooon.n.n.n.n.

    Sus escritos sobre este trabajo arqueolgico incluyen: EEEEEn Bn Bn Bn Bn Buuuuusssssccccca da da da da de le le le le laaaaasssssHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elRRRRReeeeesssssggggguuuuuaaaaarrrrrdddddo do do do do de Ge Ge Ge Ge Guuuuuaaaaammmmmbbbbbaaaaa (tesis de grado, Universidad Nacional, Bogot);Arqueologa en el Resguardo de Guamba: una experiencia en investiga-cin histrica desde la comunidad (Jornadas Internacionales de Arqueo-loga de Rescate III, Venezuela); Investigacin Arqueolgica en el Res-guardo de Guamba, y Huellas de Pishau en el Resguardo de Guamba:ensayando caminos para su estudio (BBBBBooooollllleeeeetttttn Mn Mn Mn Mn Muuuuussssseeeeeo do do do do deeeeel Ol Ol Ol Ol Orrrrrooooo, Nos. 22 y31, Bogot); y, en co-autora con los investigadores guambianos CruzTrochez Tunubal y Miguel Flor Camayo, EEEEEn Bn Bn Bn Bn Buuuuusssssccccca da da da da de le le le le laaaaas Hs Hs Hs Hs Huuuuueeeeellllllllllaaaaas ds ds ds ds deeeeelllllooooos Ans Ans Ans Ans Antttttiiiiiggggguuuuuooooos Gs Gs Gs Gs Guuuuuaaaaammmmmbbbbbiiiiiaaaaannnnnooooos s s s s (FIAN, Bogot).

    En los ltimos trece aos colabor con Lorenzo Muelas Hurtado en lainvestigacin y puesta en forma de este libro, y entre 1994-98 lo acom-pa en sus labores en el Senado de la Repblica, haciendo parte de suUnidad de Trabajo Legislativo.

    J U N T A N D O R E C U E R D O S

    S O B R E L A T E R R A J E R A

    E N G U A M B A - C O L O M B I A

    LORENZO MUELAS HURTADO

    Martha L. Urdaneta Franco

    I N S T I T U T OC O L O M B I A N O D E

    A N T R O P O L O G AE H I S T O R I A

    C O N L A C O L A B O R A C I N D E

  • Lorenzo Muelas HurtadoDirigente indgena guambiano, ha dividido su vida entre las labores delcampo y la actividad poltica. En 1985 fue gobernador de su pueblo, yen 1991 fue elegido como representante de los pueblos indgenas ante laAsamblea Nacional Constituyente que elabor la actual Constitucin deColombia. En su condicin de Constituyente, present iniciativas ten-dientes a garantizar el reconocimiento de los indgenas como ciudada-nos con plenos derechos, sus derechos como pueblos, sus territorioscomo entidades poltico-administrativas de la Repblica, sus sistemasde gobierno propios, su propia jurisdiccin, sus idiomas, sus propiossistemas de educacin y, en fin, su cultura toda.

    Entre 1994-98 actu como Senador de la Repblica en representacinde los pueblos indgenas; en esa calidad present proyectos e impuls ydefendi iniciativas relacionados con la defensa de la diversidad cultu-ral y biolgica en nuestro pas.

    Su pensamiento sobre estos temas esta consignado en varias publicacio-nes de sus intervenciones en reuniones nacionales e internacionales,como las Conferencias de las Partes del CDB; el Foro Internacional delos Pases Andinos y Amaznicos sobre Biodiversidad, y otros. Tambinexisten publicados mltiples documentos de su autora, en revistas ylibros especializados, compilados en Colombia y en otros pases deLatinoamrica.

    Actualmente disfruta de las tierras que lo vieron nacer y crecer, dondevive y trabaja en la recuperacin de variedades tradicionales de alimen-tos, y donde produce de manera limpia, es decir, sin agroqumicos, lacomida suficiente para su propia supervivencia, la de sus vecinas guilasy la de los osos de anteojos que lo visitan desde hace algn tiempo.

    La

    fuerza

    de la

    gente

    LORENZOMUELAS

    HURTADO

    Lafuerzade lagente

    La fuerza de la gente es un tex-to autobiogrfico, encaminado a discutir la insti-tucin de la terrajera y el surgimiento de las lu-chas y movimientos indgenas del siglo 20 en elsuroccidente colombiano, desde la particular vi-sin del Constituyente y ex-senador indgena,Lorenzo Muelas Hurtado. Su condicin de terraje-ro e hijo de terrajeros, as como de actor directoen las luchas indgenas en cuestin, las cuales tu-vieron su detonante precisamente en la terrajera,lo hacen testigo de excepcin de un fenmenosocial que es importante que sea conocido en susformas ms ntimas. Como l mismo lo ha dicho,la terrajera debe ser conocida:

    no slo entre nuestra gente, sino tambin por el restodel pueblo colombiano, y no nicamente como datohistrico, sino para ayudar a crear conciencia de laimportancia del respeto por el otro y de la imperiosaobligacin que todos tenemos de defender nuestrosderechos y respetar los de los dems.

    Es por eso que considero de inters compartir misexperiencias... y poner por escrito lo que fue y significel mundo de la terrajera, mirando este fenmenodesde la ptica muy propia de alguien que desde losprimeros aos de su infancia debi aprender a sobrevi-vir en l y a combatirlo, no slo como individuo, sinomuy especialmente como miembro de una colectividadsometida al mismo.

    La primera parte del libro est centrada en el proceso deapropiacin de las tierras y el trabajo indgenas, a travsde los sistemas de hacienda y terraje, que llev a ladesvertebracin del territorio y de la comunidad guam-biana. Esta parte de la historia muestra cmo las condi-ciones de opresin propias de la terrajera generaron unmovimiento que buscaba eliminar la esclavitud y miseriasufrida por los terrajeros, y que los llev a una duralucha por recuperar las tierras que les haban sido arre-batadas por los terratenientes.

    Una segunda parte narra las experiencias personales delautor. All est expuesta su vida desde que naci comohijo de terrajeros, su proceso de formacin y aprendizaje,su experiencia como terrajero, jornalero y finalmentecomo extrao en las nuevas tierras a donde su familia sevio forzada a desplazarse.

    La parte final del libro comprende los ltimos treintaaos de terrajera en territorio guambiano, y los procesosde lucha que generaron la organizacin indgena queconocemos actualmente en el Cauca y, a partir de ello, la

    recuperacin de su territorio.

    Martha L. Urdaneta Franco

    Es B.A. en Economa de la Universidad de Columbia, Nueva York, M.A.en Economa Agrcola de la Universidad de Wisconsin, Antroploga dela Universidad Nacional de Colombia, con estudios de Arqueologa enla Escuela Nacional de Antropologa e Historia de Mxico.

    Su relacin de trabajo con Guamba data de 1983. En ese ao, con el finde apoyar al pueblo guambiano en la bsqueda de caminos para recu-perar su historia, es decir, para entender su pasado como mecanismo defortalecimiento de su sociedad actual y futura, inici una investigacinarqueolgica en su territorio. sta se adelant en coordinacin con elCabildo y con la permanente participacin de representantes de laComunidad, en todos los campos. Pensando en divulgar los resultadosobtenidos hasta ese momento dentro del sistema educativo guambiano,en 1992 se public la cartilla MMMMMaaaaannnnnaaaaannnnnaaaaasssssrrrrriiiiik wk wk wk wk waaaaan wn wn wn wn weeeeetttttoooootttttrrrrraaaaaiiiiik kk kk kk kk kooooon.n.n.n.n.

    Sus escritos sobre este trabajo arqueolgico incluyen: EEEEEn Bn Bn Bn Bn Buuuuusssssccccca da da da da de le le le le laaaaasssssHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elHuellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en elRRRRReeeeesssssggggguuuuuaaaaarrrrrdddddo do do do do de Ge Ge Ge Ge Guuuuuaaaaammmmmbbbbbaaaaa (tesis de grado, Universidad Nacional, Bogot);Arqueologa en el Resguardo de Guamba: una experiencia en investiga-cin histrica desde la comunidad (Jornadas Internacionales de Arqueo-loga de Rescate III, Venezuela); Investigacin Arqueolgica en el Res-guardo de Guamba, y Huellas de Pishau en el Resguardo de Guamba:ensayando caminos para su estudio (BBBBBooooollllleeeeetttttn Mn Mn Mn Mn Muuuuussssseeeeeo do do do do deeeeel Ol Ol Ol Ol Orrrrrooooo, Nos. 22 y31, Bogot); y, en co-autora con los investigadores guambianos CruzTrochez Tunubal y Miguel Flor Camayo, EEEEEn Bn Bn Bn Bn Buuuuusssssccccca da da da da de le le le le laaaaas Hs Hs Hs Hs Huuuuueeeeellllllllllaaaaas ds ds ds ds deeeeelllllooooos Ans Ans Ans Ans Antttttiiiiiggggguuuuuooooos Gs Gs Gs Gs Guuuuuaaaaammmmmbbbbbiiiiiaaaaannnnnooooos s s s s (FIAN, Bogot).

    En los ltimos trece aos colabor con Lorenzo Muelas Hurtado en lainvestigacin y puesta en forma de este libro, y entre 1994-98 lo acom-pa en sus labores en el Senado de la Repblica, haciendo parte de suUnidad de Trabajo Legislativo.

    J U N T A N D O R E C U E R D O S

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    LORENZO MUELAS HURTADO

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  • La

    fuerza

    de la

    gente

    J U N TA N D O R E C U E R D O S

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    E N G UA M B A , C O L O M B I A

  • C O N L A C O L A B O R A C I N D E

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    INSTITUTO COLOMBIANO DE ANTROPOLOGA E HISTORIA, ICANH

  • [6] la fuerza de l a gente

    Instituto Colombiano de Antropologa e Historia

    Maria Victoria Uribe AlarcnDirectora

    Mauricio Pardo RojasSubdirector Tcnico

    Nicols Morales ThomasJefe de Proyectos Editoriales

    Asistencia Editorial

    Daniel Manjarrs

    Diseo y Diagramacin

    Camila Cesarino Costa (Elograf Ltda.)

    Impresin

    Imprenta Nacional de Colombia

    Fotos

    Las fotografas de las acuarelas de Henry Pricefueron tomadas por Rudolph, del libro de Jaime Ardilay Camilo Lleras, Batalla contra el Olvido.

    Las fotos annimas fueron tomadas de : Archivo familia Muelas (portada, pp.161, 165, 187, 251, 302, 375/443); Exposicin Casa Cabildo de Guamba (pp.71, 188, 501, 503, 514); Segundo Ullun (p. 336).

    Mapas

    Brbara Muelas HurtadoManuel Prez

    Dibujos

    Brbara Muelas Hurtado

    El Icanh no se hace responsable por las opiniones emitidas por los autores

    Febrero 2005 Bogot, Colombia

    La fuerza de la gente. Juntando recuerdossobre la terrajera en Guamba, Colombia.

    Lorenzo Muelas Hurtado

    Instituto Colombiano de Antropologa e Historia - icanhsede Calle 12 n 2-41 Bogot - Colombiatelfonos 5619500-56196001 fax extensin 144correo electrnico [email protected] url http://www.icanh.gov.co

    isbn 958-8181-26-7

  • contenido [7]

    Reconocimientos 13

    De cmo se arm este relato 17

    1 Nuestros orgenes 26

    Los hijos del agua 28

    2 Las pocas ms antiguas, surgimientode la terrajera y las primeras luchas 34

    El mundo de nuestros abuelos 38

    Los billetes de Pedro Muelas 39

    Cmo los blancos seapoderaron de las tierras 42

    Y los convirtieron en terrajeros 46

    La cadena del poder 49

    Capitanes 49Simaneros y vaqueros 50Terrajeros llanos y pajecitos 52Cabos 52Alguaciles 53

    La organizacin del trabajo 55

    No haba quin peleara:los peleadores haban sido los antiguos 61

    Los lamentos 61Los viejos luchadores 70Las luchas de antes del siglo 20 73Las luchas del siglo 20 85Pareca que todo estaba perdido 99Los que no olvidaban la lucha 100

    Ajusticiamiento de Domingo Medina:otra manera de reaccionarfrente a la terrajera 105

    C o n t e n i d o

  • [8] l a fuerz a de l a gente

    3 La terrajera que nos toc vivira los que an estamos vivos 110

    De los Concha a Mario Crdoba 115

    La familia de terratenientes Concha 115Julio Fernndez Medina, el patrn que slo vino una vez 122

    Warkatrapu o Santiago 129

    Santiago y el patrn Emilio Campo 130Cruz Tomb habla sobre los Campo 136Expulsin de la familia de Julio Calambs 143Santiago y los Gonzlez Piedrahita 148

    San Fernando 151

    El Chimn y Mario Crdoba 154

    Cuando lleg Mario muchas tierrasestaban en manos del misak 155

    Chambas de los indgenas 170Mario entr a quitar las tierras que tenan los indgenas 172Nos convirtieron en jornaleros 173Los caminos de la gente 175Los que se fueron a otras fincas del patrn:

    el caso de la familia de Joaqun Morales 179Mario quit la tierra a todos, pero no todos salieron 182Votando para los partidos tradicionales 187

    Sierra morena y el italianoque no dejaba pasar ni por lea 192

    Ambal 196

    Los recuerdos de Abelino Calambs 200Lo que Efran Pechen guarda en su memoria 206

    4 Mis primeros aos en El Chimn 212

    Creencias y rituales 223

    El mdico tradicional y el nacimiento 223Los baos en el Wikyakullupi o ro Molino 226Ritual en Tsaporaintun 228Para que no se nos pegara el kallim maligno 229El tsilo 230Ofrendas al kallim 235El Takpipisu y el kallim 236El kallim y mi hermana Jacinta 240Kueikmantsik 242Cerrando el ciclo 244

  • contenido [9]

    Las personas que rodearonel contorno de mi vida 249

    La abuela Rufina muri de fro 253Mi pap 254

    5 Aprendiendo a letrear 260

    6 Mis primeros trabajos 274

    Yo quera una vida mejor 277

    Juntando lo del mercado 282El maz no se siembra ni voleando, ni a manotadas 283La yuca se siembra de un palo 286Mis ojos ya saban hacer eras 287Pero no dejaban trabajar 289El awel Lorenzo lleg con las papas 291Mi primera platica jornaleando 292Un compromiso de trabajo con mi to 294

    7 Mis primeros viajes 298

    El ulluco y el viaje a las lajas 301

    Patipelao en Bogot 304

    8 Abrindonos camino en Mondomo 310

    La compra de la finca de Mondomo 313

    Las deudas de mi pap 315

    Mis primeros viajes a Mondomo 319

    El racimo de bananos maduritos 319Posteriores bajadas a Mondomo 322Las primeras bajadas con mi hermano Cruz 325

    Adaptndome en Mondomo 328

    Me dejaba solo cocinando 329Los trabajos de tierra caliente 331Al ganado del punto no le entra ni la muerte 332Lo que si no nos ense mi pap fue a minear 334Se burlaban de mi vestido 335

    Los amigos de mi pap 339

    Arde la finca! 341

  • [10] la fuerza de l a gente

    Mi amigo Belisario, el paez 343

    Belisario me ense a cultivar, a cazar y a pescar 344La bajada de la chucha 348

    Mi primera venta de caf 350

    El sueo de un trapiche de bronce 353

    Y me envici a montar en carro 361

    Soando con una casita buena 364

    Con la Federacin de Cafeteros terminamos la casa 368

    Y casi perdemos las tierras! 372

    9 Las luchas de los ltimos terrajeros 376

    Las ltimas pocas de la terrajera en el chimn:Pacho Morales y Aurelio Mosquera 381

    Aburriendo a la gente 387Agoniza la terrajera y surgen lasprimeras luchas de esa poca 391

    Mis inicios en el movimiento indgena:Ya me haba ido pero pens solidarizarme 410

    Mondomo fue una base para mi acompaamiento 417

    La recuperacin fue por etapas y comenzdonde an estbamos algunas races 420

    Cooperativa Las Delicias 422Empresa Comunitaria El Chimn 427Finalmente el movimiento tambin se dividi 443Lanzamiento de Julio Tunubal 447

    Para morir hemos nacido:ltimos lanzamientos de los terratenientes 451

    Los recuerdos de Jacinta 452

    La recuperacin que fue frustrada 467

    Las reservas del Cabildo son para los sin tierra 477El ledo tambin se ha sabido equivocar: el Profesor Tumi 482

    Esperando al grueso de la gente 489

    La autoridad guambiana 495

  • contenido [11]

    Taita segundo tunubal yla 1 insurreccin guambiana 500

    Despus de Santiago 512

    Bibliografa consultada 524

    Vocabulario guambiano 528

    Glosario castellano 532

  • [12] l a fuerza de la gente

  • reconocimientos [13]

    Reconocimientos

    Esta historia se arm juntando a mis recuerdos los que aportaron lassiguientes personas:

    Terrajeros o sus descendientes

    Anselmo Muelas Morales, 2000, Michambe1 , nieto de LucianoMuelas.

    Anselmo Muelas Tumi, 2000, Michambe, hijo de un sobrinode Luciano Muelas.

    Abelino Calambs, 2001, La Pea, expulsados de Ambal.Benilda Tunubal, 2001, Morales, esposa de Juan Calambs

    Snchez.Cruz Tomb, q.e.p.d., 1993, Siberia, expulsado por Emilio

    Campo de Las Mercedes.Encarnacin Tunubal, q.e.p.d., 1993, Jambal, expulsada de

    Las Mercedes.Efran Pechen, 2003, Chimn, de Ambal.Israel Muelas, 2001, Morales, expulsados de Chimn.Jacinta Muelas Calambs, 2001, Malvaz, hija de nutata

    Anselmo Muelas, expulsado de El Chimn por RafaelConcha.

    Javier Calambs Tunubal, 2000, San Fernando, hijo de JulioCalambs, expulsado de Las Mercedes.

    Joaqun Morales, q.e.p.d., 2000, La Chorrera, expulsado porMario Crdoba de Chimn.

    Jos Snchez, 2001, La Chorrera, nacido en 1928, expulsado porMario Crdoba de Chimn.

    1 La primera mencin es de la fecha y lugar de la entrevista.

  • [14] la fuerza de l a gente

    Juan Calambs Snchez, 2001, Morales, expulsado porAurelio Mosquera de Chimn.

    Julio Tunubal Calambs, 2001, Morales, nacido en 1921,expulsado por Mario Crdoba de Chimn.

    Lino Calambs, 2001, Santiago, terrajero de Las Mercedes.Manuel Jess Muelas, 2000, Michambe, nieto de Luciano

    Muelas.Manuel Jess Tumi, 2000, Michambe, nacido en 1923;

    hijo de terrajeros en la poca de los Concha.

    Guambianos de tierra libre

    Antonio Tumi Pillimu, 2001, gobernador del Resguardoen 1973.

    Francisco Tumi, 2001, Silvia, maestro de Pueblito.Jacinta Paja, 2001, esposa del gobernador Antonio Tumi.Mario Calambs, 2001, Silvia, gobernador del Resguardo en

    1984.Segundo Tunubal, q.e.p.d., 2001?, Anisrtrapu, primer

    gobernador del Resguardo (1980) en reconocer a losterrajeros como misakmera.

    Otros indgenas

    Cenn Niquins, 2004, Silvia, paez cuyo padre vivi enMalvaz en tiempos de Anselmo Muelas.

    Mi familia

    Todos mis hermanos, desde Faustina y Manuel hasta Luis,intervinieron de una u otra manera bien fuera leyendo losdistintos borradores del texto, haciendo comentarios sobreestos, buscando fotos, elaborando mapas, dibujos y dems enla elaboracin de este libro.

    Pero quienes aportaron sus recuerdos sobre las experienciasvividas por toda nuestra familia durante las pocas de laterrajera y en las luchas adelantadas para quitrnosla deencima, fueron Jacinta, Luis, Brbara y Pedro.

  • reconocimientos [15]

    Otros

    Tambin debo un especial reconocimiento a mi hermanoManuel y a mis amigos, el profesor Manuel Abraham Pino y losantroplogos Ana Mara Falchetti y Hctor Llanos, quienestuvieron la paciencia de leer todo el texto en su borrador final y lagentileza de aportar valiosas ideas para su enriquecimiento.

    A todos todos, como tambin a la gente del icanh por suconfianza y apoyo, y de manera muy especial a Martha Urdaneta,por su total respaldo en cada uno de los pasos que se debieron dar

    para construir esta historia, ungua ungua.

  • [16] la fuerza de l a gente

  • de cmo se arm este relato [17]

    De cmo se arm este relato

    Hace ms de diez aos, justo despus de ha-berse terminado la Asamblea Nacional Constituyente, acompa- a Lorenzo en un recorrido de remembranza por sus tierrasde Guamba. Mientras caminbamos por esos bellos parajesparamunos, l recordaba con profundo dolor la dura realidad dela terrajera que tuvo que vivir durante su niez y juventud enesos mismos lugares. Entonces regresaron a mi memoria los tris-tes relatos que tantos mayores guambianos me hicieran a lo lar-go de mis aos de trabajo arqueolgico en Guamba, sobre ex-pulsiones de su s tierras, destruccin de cultivos, quema dehumildes viviendas y otras barbaridades de la terrajera. Con losdas, Lorenzo me expres su inters por escribir su autobiogra-fa, como una forma de contarle a las nuevas generaciones deguambianos la dura lucha que sus abuelos tuvieron que librar,para que hoy ellos puedan gozar de unas mejores condicionesde vida. Me pidi ayudarle en esta labor.

    As es como originalmente nos propusimos escribir un textoautobiogrfico, encaminado a discutir la institucin de la terra-jera y el surgimiento de las luchas y movimientos indgenas delsiglo 20 en el suroccidente colombiano. La intencin era que elescrito contuviera la particular visin de Lorenzo sobre estostemas, en su calidad de terrajero e hijo de terrajeros, as comode participante directo en el proceso de desarrollo de las luchasindgenas en cuestin, las cuales tuvieron su detonante precisa-mente en la terrajera.

    Comenz entonces un proceso de transcripcin, revisin yordenamiento de los materiales grabados que Lorenzo muy celo-samente guardaba, as como de largas horas de charlas y nuevas

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    grabaciones de sus recuerdos ms sentidos, desde su niez has-ta cuando fue elegido gobernador de Guamba, en 1985. Porquela idea era que la mdula de la obra fuera la propia historia deLorenzo, narrada con la ayuda de una serie de entrevistas que cu-brieran desde su nacimiento hasta el momento en que el movi-miento indgena logr plasmar en el mundo legal colombianoque las tierras de hacienda trabajadas mediante el terraje erande los indgenas, y que el proceso de invasin era en realidaduno de recuperacin.

    Su archivo de casi 300 horas de grabaciones corresponde areuniones de autoridades, y asambleas de base, dentro de co-munidades guambianas, paeces y pastos particularmente, pue-blos estos en los que se origin lo que aos despus vino a co-nocerse como Movimiento de Autoridades Indgenas deColombia. Inicialmente pens que este material estaba relaciona-do principalmente con el desarrollo del movimiento indgena enlas dcadas de 1970 y 1980, pero luego qued claro que la mayorparte corresponda a actividades posteriores a 1985.

    Por ello, cuando ms adelante el proceso de elaboracin deltexto nos llev a decidir que ste slo incluira el perodo de vidade Lorenzo hasta que fue gobernador de Guamba, optamos porguardar la mayor parte del material grabado para un trabajoposterior, que cubra desde su actuacin como tal, hasta cuandofue elegido como integrante de la Asamblea Nacional Constitu-yente y luego como Senador de la Repblica.

    Trabajamos peridicamente durante casi trece aos, con lar-gos intervalos de interrupcin, siendo el mayor de ellos el pero-do en que Lorenzo debi representar a los pueblos indgenas enel Congreso de la Repblica. Durante ese tiempo, adems de en-contrarnos demasiado ocupados con las labores propias de sucargo, l decidi que mientras tuviera tal responsabilidad debatener la cabeza clara y el corazn muy fuerte, y recordar sus aosde infancia y juventud lo desgarraba profundamente. Era casicomo pasar por un proceso de sicoanlisis, sin sicoanalista paradarle una mano.

    En los fragmentos de tiempo que pudimos dedicarle a tra-bajar el libro, nos sucedi que entre ms hablbamos y grab-bamos, ms sentamos la necesidad de escuchar a otra gente,

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    especialmente antiguos terrajeros que an estaban por ah. Es ascomo comenzamos una labor de recoleccin de testimonios delo vivido por muchos dentro de esta cruel institucin de laterrajera, en la cual, entre ms aspectos aclarbamos y anot-bamos en el papel, ms se nos agrandaba la necesidad de seguircomplementando los recuerdos de Lorenzo con los de otros, paraas lograr una visin ms de conjunto sobre lo que estaba pa-sando por aquellas pocas de las que l hablaba. Por eso el pro-ceso de escribir este texto se volvi interminable, y eventualmentetuvimos que ponerle un lmite a la brava: hasta aqu y no ms. Peroa pesar de esa decisin, an hoy, cuando escribo estas lneas sobreel texto terminado, Lorenzo anda por Guamba entrevistando aalguien que puede hablar de cierto asunto que no qued claro!

    Y as, la idea de una autobiografa, limitada al punto de vis-ta y los relatos de Lorenzo, poco a poco fue quedando superada,aunque no la intencin de que en este escrito primara la visinsuya sobre las diversas situaciones. Su narracin se fue enrique-ciendo con la perspectiva que sobre los mismos momentos yacontecimientos tienen su familia, parientes y relaciones mscercanas, as como otros terrajeros que vivieron experiencias si-milares o complementarias.

    Al principio hicimos varias entrevistas juntos, pero posterior-mente discutimos y acordamos el objetivo de cada una de ellas,quedando su realizacin a cargo de Lorenzo. Entre 1991 y 2003se entrevistaron muchos terrajeros o familiares suyos, comotambin algunas personas de tierra libre, quienes aportaron lavisin que los guambianos del Resguardo tenan de losterrajeros. A todos ellos se les explic el objetivo de las con-versaciones, y todos los que suministraron informacin incor-porada en este texto estuvieron de acuerdo sobre la importanciade sacarla a la luz pblica, para beneficio de las nuevas genera-ciones. Se incluyeron tambin apartes de tres entrevistas reali-zadas en 1989 por Cruz Trochez y Miguel Flor, en las que yo par-ticip. Varias de estas personas ya no se encuentran con nosotros;murieron poco tiempo despus de que sus recuerdos quedaranregistrados. De la mayor importancia fue la participacin de lafamilia inmediata de Lorenzo, especialmente de sus hermanosLuis Ortega, Jacinta, Pedro y Brbara Muelas, quienes todo el

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    tiempo aportaron nueva informacin y diferentes enfoques delos hechos vividos por todos.

    En un largo y enredado proceso por encontrar la mejor ma-nera de presentar los relatos, tanto de Lorenzo como de las de-ms personas, poco a poco fui armando un texto que intentabatener un cierto orden cronolgico. ste era revisado por Loren-zo de manera permanente, para su aprobacin tanto del ordena-miento que iba adquiriendo el material, como de las edicionesal mismo. Los dos tenamos claro que, aunque la tarea de escribirtena que adelantarla yo, l deba mantener el control sobre elenfoque, el contenido y la forma de relatar la historia.

    Siempre busqu respetar el conjunto del pensamiento decada persona, as como su manera de contar las cosas. No obs-tante, ocasionalmente el material fue editado, con el visto bue-no de Lorenzo, cuando consider que ello era necesario para unamejor comprensin y fluidez de los relatos. Sin embargo, por tra-tar de no fragmentar mucho las narraciones, el margen de flexi-bilidad para armar no era muy grande, por lo que a veces el tex-to no resulta tan fluido como hubiramos querido.

    Las charlas con Lorenzo y con algunos miembros de su fa-milia se hicieron casi siempre en castellano; pero la mayor partede las entrevistas con otras personas fueron hechas en lenguaguambiana. Debe quedar claro entonces que la mayora de lasnarraciones hechas por personas diferentes a Lorenzo estn re-latadas de la manera como l se expresa en castellano, pues fue-ron suyas las traducciones.

    A medida que bamos construyendo el texto me golpeabacada vez ms lo cclica que pareca ser la historia de los terrajerosguambianos. Casi nunca nadie, incluyendo al mismo Lorenzo,daba fechas precisas para nada, y terminbamos sin saber si seestaba hablando de hechos ocurridos en el siglo 19, o en culdcada del siglo 20. Los terratenientes especficos tambin pa-recan carecer de importancia en muchos casos, y a veces ni si-quiera saban de algunos de ellos; en cambio, como descubrimosposteriormente, pensaban que haba sido patrn quien nunca fuepropietario, y con frecuencia tenan mayor conocimiento de losmayordomos y administradores, con quienes tuvieron un con-tacto ms directo. Y como la realidad pareca ser siempre la mis-

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    ma: los mismos terratenientes abusivos, las mismas expulsiones,las mismas quemas de ranchos, las mismas destrucciones decultivos, el mismo comportamiento feudal, pareca como si lahistoria vivida por los terrajeros siempre se hubiese repetido,siempre hubiera sido la misma.

    La historia de los guambianos, desde su perspectiva, se co-menz a escribir no hace mucho, casi a la par con el inicio de larecuperacin de sus tierras. En ese entonces ellos tomaron la de-cisin de buscar las huellas de sus antepasados, en un intento porrecuperar su historia, con miras a contribuir al fortalecimientode su sociedad actual. Pues como se dice en Guamba, el futuroest atrs, en las huellas de nuestros antepasados, y recuperarlassignifica abrirse con mayor claridad el camino hacia adelante.En ese proceso se comenz a trabajar la historia ms antigua, lade antes de la llegada de los espaoles, a travs de la arqueologay la tradicin oral (ver Urdaneta 1987, 1988, 1991 y Trochez, Flory Urdaneta, 1992). En este trabajo no se tocan esas pocas, puesla terrajera es un fenmeno post-Conquista, que se debe estu-diar principalmente a partir de los recuerdos que la gente anguarda en la memoria, y de documentos de archivo.

    Varias personas, incluyendo algunos guambianos, han traba-jado crnicas y archivos en Popayn y Quito, para conocer lo quequed registrado desde el momento en que los espaoles inva-dieron su territorio y su vida. Por ello se sabe del robo de sustierras a travs de mercedes, composiciones y haciendas, y de laexplotacin de su trabajo mediante encomiendas, mitas y dems.Pero de la terrajera no se conoce con precisin la manera comose origin, ni el momento exacto en que ello sucedi. Es posibleque sus antecedentes se encuentren en la mita y que se haya es-tablecido en el siglo 18, cuando sta termin, y se fortaleci lahacienda, como se plantea en el texto.

    Lo que s se sabe es que la terrajera se implant en Guambaen las tierras ms bajas y planas, conocidas como Gran Chimn.stas, las mejores desde el punto de vista agrcola y pecuario,fueron las que los espaoles y sus descendientes se apropiaron yluego convirtieron en haciendas. La terrajera es un sistema detrabajo algo similar al arrendamiento agrcola, mediante el cualun hacendado hace uso gratis del trabajo indgena, a cambio de

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    la cesin de un pequeo lote de terreno dentro de la hacienda.Pero la gran diferencia entre el arrendamiento y la terrajera esque sta ltima se adelanta sobre un territorio que originalmenteperteneca a la comunidad indgena, y que le fue usurpado poruna cadena de terratenientes, quedando entonces sus dueos le-gtimos como terrajeros de los robadores de la tierra. Por esoun terrajero o terrazguero no es lo mismo que un arrendatario,quien voluntariamente viene de fuera de la hacienda a vender sutrabajo, a cambio de un pedazo de tierra que nunca ha sido suyo.Es decir, el arrendatario hace un contrato con el hacendado,mientras que al terrajero se le impone la condicin de tal, des-pus del hecho cumplido de la expropiacin de su tierra. La for-ma generalizada de pago del terraje es en trabajo, pero, al igualque el arrendamiento, ste tambin puede pagarse en dinero.

    Como ya qued dicho, la fuente principal de informacinpara este texto fue el testimonio oral. Pero decidimos buscar otrasfuentes, fuentes de blancos, fuentes escritas, que nos permitie-ran ubicar la historia del misak, de los guambianos, en un con-texto temporal con medidas. Fue as como, siempre juntos, co-menzamos a consultar archivos: el Archivo General de la Nacin,el Archivo Central del Cauca, el de las Cortes de la Nacin, el dela Parroquia de Silvia, la Registradura de Silvia, el incora, yhasta un pequeo archivo de documentos y de prensa que tie-nen las hermanas de Lorenzo.

    Hicimos todo lo posible por armar la historia de la posesinterritorial, incluyendo los aspectos jurdicos, de la regin en lacual Lorenzo y su familia fueron terrajeros, con miras a precisarfechas, personajes y hechos involucrados en el relato. En un in-tento por determinar los motivos objetivos que tuvieron que vercon algunos hechos, como el recrudecimiento de los lanzamien-tos por parte de los terratenientes en ciertos momentos, trata-mos tambin de entender sin pretender hacer anlisis profun-dos un poco del mundo legal y econmico que viva el pasen general, en los diferentes momentos de la historia.

    Los documentos que logramos encontrar nos fueron ayudan-do a aclarar y a ubicar en momentos especficos del tiempo algu-nos sucesos que se destacaban en los recuerdos de Lorenzo y losdems terrajeros.

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    Las investigaciones en los archivos y el estudio de los docu-mentos encontrados en ellos fueron realizados de manera conjuntaentre Lorenzo y yo. Aunque la redaccin de estas partes corri pormi cuenta, los textos correspondientes fueron ledos, analizados,corregidos y aprobados por Lorenzo. Vale anotar que en las citasincluidas se mantuvo la ortografa original de los documentos.

    El texto final qued dividido en dos grandes partes, en lascuales el narrador es Lorenzo. Los relatos suyos son la columnavertebral del mismo, mientras que las narraciones de las demspersonas fueron editadas e incluidas como citas, excepto algu-nas que se incorporaron de manera continua casi en su totali-dad, en apartes subtitulados los recuerdos de fulano de tal o zu-tano habla sobre tal cosa. Cuando hubo necesidad de haceraclaraciones adicionales, introduje notas a pie de pgina.

    La primera parte, que incluye los captulos 1, 2 y 3, est cen-trada en el proceso de apropiacin de las tierras y el trabajo in-dgenas, a travs de los sistemas de hacienda y terraje, que lleva la desvertebracin del territorio y de la comunidad guambiana.Esta parte de la historia muestra cmo las condiciones de opre-sin propias de la terrajera generaron un movimiento que bus-caba eliminar la esclavitud y miseria sufrida por los terrajeros yque los llev a una dura lucha por recuperar las tierras que leshaban sido arrebatadas por los terratenientes.

    Los diversos acontecimientos, para las pocas ms antiguasque se tocan en el texto, es decir, finales del siglo 18 y siglo 19, fue-ron hilvanados con lo poco que hemos encontrado en los docu-mentos de archivo, mientras que para el siglo 20 se les dio segui-miento tratando de ubicar temporalmente los relatos de Lorenzoy la dems gente, los cuales, hasta donde fue posible, se comple-mentaron con informacin de archivo; todo ello nos permitilograr un cierto contexto territorial, econmico, y poltico parala vida de Lorenzo.

    Y as, poco a poco, fuimos armando el proceso, hasta llegaral momento que a Lorenzo mismo le toc vivir. Su vida encarnala de muchos indgenas, sobre todo la de los terrajeros delCauca, y muy particularmente la de los terrajeros guambianos.Para todos ellos el contacto con los blancos fue permanente,pero la suya fue una relacin servil, sin amistad ni intimidad,

  • [24] la fuerza de la gente

    desarrollada en las escasas palabras conocidas de un idiomaextrao, que no logr penetrar su pensamiento, creencias, otradiciones. A pesar de esa relacin constante, su vida cotidia-na en realidad se desarrollaba de manera aislada del mundo blan-co. El contacto era restringido; se limitaba a la recepcin de r-denes de trabajo, bien fuera del terrateniente o sus representantes,o del cura, a las negociaciones en el mercado de los pocos pro-ductos que bajaban al pueblo, al seguimiento de instruccionescuando los llevaban a votar. La iglesia y la escuela s lograronpenetrar bastante el pensamiento indgena; no obstante, sumundo tradicional logr mantenerse en gran medida. El impactomayor sobre su cultura se produjo cuando los terrajeros debie-ron abandonar sus tierras y en los nuevos lugares tuvieron quevivir entre gente diferente a ellos, que no era guambiana, debie-ron cambiar de lengua, de forma de vestir, adaptarse a nuevosclimas, nuevos cultivos, nuevas formas de hacer las cosas.

    Pero mientras se mantuvieron dentro de su territorio, vivien-do entre su gente, lograron mantener fuerte su propiopensamiento y su vida tradicional.

    En los captulos 4, 5, 6, 7 y 8 de la segunda parte, se narra esacotidianidad en las vivencias de Lorenzo. All est expuesta suvida desde que naci como hijo de terrajeros, su proceso de for-macin y aprendizaje, su experiencia como terrajero, jornaleroy finalmente como extrao en las nuevas tierras a donde su fa-milia se vio forzada a desplazarse.

    Toda esta parte del texto est claramente ubicada en el tiem-po y corresponde a una transcripcin textual, con algunas edicio-nes y algo de reordenamiento de la informacin, de las conver-saciones grabadas con Lorenzo sobre su vida.

    La parte final de esta segunda parte y del libro, o sea el cap-tulo 9, comprende los 30 aos finales de terrajera en territorioguambiano, y los procesos de lucha que generaron la organiza-cin indgena que conocemos actualmente en el Cauca, y a par-tir de ello la recuperacin de su territorio. Estos ltimos aos deterrajera se cuentan en gran medida a travs de las vivenciaspersonales de Lorenzo y su familia, particularmente de la parti-cipacin de Jacinta, la hermana mayor, tal y como ella recuerdalos hechos.

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    Por ltimo, se elabor un vocabulario en el cual se tradujeronlas palabras guambianas, en su mayora topnimos, incluidas enel texto. Tambin se introdujo un glosario de trminos en caste-llano utilizados en el texto, los cuales no se encuentran en la l-tima versin del Diccionario de la Real Academia de la LenguaEspaola y que podran prestarse a confusin.

    Martha L. Urdaneta Francobo got, octubre de 2003

  • Nuestrosorgenes

    1

  • [28] la fuerza d e l a gente

    Los hijos del agua2

    En el principio fue solamente el pishimisak, unser muy bueno, muy sabio, conocedor de todo. En ese entoncesl a tierra era muy grande, amplia y buena en todo su entorno.Ten a de todo; no faltaba nada.

    En ese entonces el territorio guambiano era tan grande y amplioque el ojo no alcanzaba a divisar sus lmites. No era un corralitocomo los resguardos de ahora. Abajo hacia el valle estabanPisintarau, Piuya, Tunya, Kalutu, Turimpiu, Kolinchaku, Kilkasro,Kalimpiu, Yautu; por los lados del volcn Purac, Kuknuk, Patia,Tompiu, Nupirau; hacia arriba se encontraban Pishimpala,impipisu, las lagunas, y Panikketa, Malpasrapchak, Pantsotaro,Tuktaro, Pullantaro, Palotaro.3

    As era nuestro territorio hacia ac, hacia all, hacia arriba yhacia abajo; era tan grande que no faltaba nada.

    Haba grandes bosques y montaas con muchos pjaros yanimales, grandes peascos y lagunas, grandes ros con su s grandes ypequeos peces. Era tan completo que no faltaba nada.

    Todo tena su nombre en femenino y masculino: higuillo macho,higuillo hembra, lechero macho, lechero hembra, mejicano macho,mejicano hembra. As mismo nuestras grandes lagunas tenan sunombre. La una, impipisu, lleva i porque es hembra; la otra,Nupitrapuik, termina en Oik porque es macho.

    i era Mama Chuminka, era mujer, era el pishimisak. Ella erasumamente buena y sabia. Busc a tata Ciru Kallim y habl con lpara cultivar la tierra.

    2 Versin del Piuno, escrita por Brbara Muelas Hurtado, con base en las mu-chas que de esta historia sobre los orgenes del pueblo guambiano hay en su tra-dicin oral.3 En el Glosario se encuentran los nombres de los poblados actuales.

  • nuestros orgenes [29]

    Entonces apareci el patakalu. Bajaba una nube negra y de ellacay el aguacero. Y empezaron a germinar las semillas origen de losprimeros alimentos. De all vienen todas las variedades silvestres, odel kallim, de papa, ulluco, maz, arracacha, pltano, aj, uchuva,mauja, alegra, y verdolaga. Todos estos cultivos requeran de al-guien que los cuidara, que los trabajara, para que crecieran y produ-jeran. Pero entonces no haba quien cuidara, ni mandara, ni hicieranada. No exista quien pensara. No haba quien lo hiciera. Por esopensaron en crear gente.

    Como era el pensamiento de pishimisak, desde siempre y porsiempre los ros han sabido parir y procrearon muchos hijos delagua a quienes denominaron pishau. Pero hacan falta personassabias que dirigieran y pudieran ordenar con autoridad, organizar yensear la ciencia y pensamiento propios. As fue como penstambin crear los kasik.

    Despus de mucho tiempo, como Mama Chuminka era podero-sa y era el pishimisak, pensaba cosas muy grandes. Desde entoncescuidaba la mata de coca y, como era tan sabia, con ella empez ahacer sus ceremonias, para que sus hijos kasik llegaran y vivieranen paz y armona en esta tierra.

    Como ella saba que iba a parir el ro, junt 4 hojas deverdolaga, 4 cogollos de alegra, 4 granos de maz capio, 4 pepas deyacoma blanca y las lanz 4 veces a su derecha y 4 a su izquierda,pidindole al espritu de la naturaleza que los hijos que llegaran aesta tierra pudieran vivir en paz y en armona con ella.

    De ah viene que la mujer se guarde 4 das al mes, baarse 4 dasdespus del parto, la restriccin de no comer sal 4 das, baarse 4 dasen el ro, hacer 4 tambores, bailar 4 veces la primera vez, tomar losremedios durante 4 das, sembrar 4 granos de maz, estar 4 en elmomento del matrimonio, dar la vuelta en 4 esquinas en el bailenegro, y lanzar el agua 4 veces. Y de no hacer todo esto, ni el espritude nuestra naturaleza, ni la gente que vendr, podrn estar en paz.

    Las dos grandes lagunas que se encontraban una frente a otraformaban una pareja, como marido y mujer. Por eso el ro podaparir, y sus hijos ser criados por sus progenitores pishimisak ykallim.

    Para cuando llegaran los hijos paridos por el agua, alistaroncuatro mudas de ropa recin tejida, unas ollitas nuevas y sombrerosguambianos para tapar las ollas, adems del wauktsi o plantarendidora, y el rejo para enlazar y sacar a los nios del agua. Como

  • [30] la fuerza de l a gente

    pishimisak era tan sabia, saba a qu horas vendran los nios y sefueron a esperarlos a la orilla del ro.

    Aunque era tiempo de pramo, la noche estaba brillante,estrellada y tan fra que cay helada, y los que fueron a esperar secubrieron con tsitso o capipaja, para protegerse del fro. Ya tarde enla noche, en el sronkatsiksro, horizonte donde se oculta el sol, empeza relampaguear y se escucharon suaves y lentos truenos. Era elsrekollik que presenciaba tambin la llegada de los kasik piurek, hijosdel agua.

    Toda la noche esperaron haciendo sus ceremonias, para s entircundo vendran los nios. Amaneca el domingo y ya estabaclareando; era una maana silenciosa. Dicen que de pronto empeza hacer un viento fro. Y antes de amanecer, arriba muy adentro enla montaa, se escuch el resquebrajar de rboles, y un gran ruido.Era un derrumbe que vena.

    Junto con ste venan grandes piedras cayendo por la caada,que, al golpearse entre si, producan un suave sonido de tambor quehaca eco entre los cerros. Y en las orillas del ro se quebrabanplantas de flauta y chusque por las que entraba el viento silbando,creando un bello sonido de tonos altos y bajos, como el que seescucha cuando dos personas tocan flautas. Y, con el tambor, stasdieron inicio a la msica de flauta y tambor. Junto a ellos se escuchtambin el llanto de los nios, que venan acompaados de esameloda.

    Ese mismo domingo, ya casi de da, esperaban atentos; cuandode pronto, bien envuelto en un hermoso chumbe de colores, venaun nio llorando sobre bejucos que simulaban una balsa flotandoen el pishau, la basura del agua cristalina que corra rpidamente conla presin del derrumbe.

    Como lo estaban esperando, rpidamente lo enlazaron con losrejos que haban alistado. Y al sacarlo vieron una hermosa nia quellen de alegra a Mama Chuminka. Atrs vena el otro, que era unnio. Lo sacaron rpidamente, antes que bajara el gran derrumbe ylo tapara. Tan pronto lo sacaron, pas el agua sucia con olor asangre, armando un gran estruendo.

    Vena atardeciendo el mismo da. Era el da de llevar losanimales a beber en el salado. Por el valle era verano y estaba el solardiente; arriba en el kausro caa un fuerte pramo con viento.Sobre la mezcla del viento con el pramo volaban miles y miles deutsolekilli o tiusilli, pjaros que daban vueltas y vueltas danzando en

  • nuestros orgenes [31]

    forma cnica, como un remolino de viento, y entre ellos iba uno quelos guiaba y diriga los movimientos de la danza. Y lo hacan enhonor a los nios que acababan de llegar porque ellos llegaran a serlos grandes dirigentes kasik.

    Tambin salieron dos grandes arcos de lindos colores paraacompaar a los nios recin llegados. Esos arcos salieron comobuen augurio para el futuro. Observndolos siempre y por siempre,las generaciones vivientes haran su s a tuendos: los hombres lossombreros de finos colores y las mujeres las ruanas y anacos con suslistas color arco iris. As fue que aparecieron para ensearnos.

    Los sacaron uno a uno, envolvindolos en ropas nueva s , despusde colocarles la planta rendidora en el ombligo, para que en elfuturo fueran hbiles y su mano rendidora. Despus los colocaronen unas ollas nuevas, calientitas, que taparon con tampalkuari osombreros guambianos. Entonces buscaron madres para ellos, paraque los amamantaran. Pero nada que crecan! Crecanmuy l entamente. Se muri una de las madres y consiguieron otra, yotra, hasta completar cuatro. Hasta que por fin crecieron.

    Por crecer lentamente, fueron fuertes, grandes personajesconocedores de la paz, de la unidad, de la armona, del bienestar, deltrabajo, de cmo proteger las tierras, de cmo recibir a los blancos.Todo lo saban sin que en ninguna casa les hubieran enseado nada.

    Y luego, el mismo pishimisak les puso nombres. A la nia lallam Mama Manela Karamaya y al nio Mutauta Kasik. As hasabido hacerlo.

    El nio creci en grandeza, en medio de toda la gente. Pensababien, ayudaba bien, hablaba bien y enseaba bien, dondequiera quel estaba. A todas partes llegaba montado en un bonito caballozaratano, con montura de oro. As ha sabido andar.

    Ese gran personaje era el que habra de dirigir a toda la gente.Por eso lo llamaron Mutauta Kasik. Cuando llegaron los blancos,cambiaron ese nombre por cacique. A la nia, quien tambin erauna gran mujer, la pusieron Mama Manela Karamaya. Ella conocams y pensaba mejor que l, y es por eso que le dieron tres nombres.

    Desde entonces vienen los nombres como tata illimpi, mama keltsi,tata ankuchu, isik tumpe, tata pintsu, tata pantso, tata almenta, mamatesha, tata kina. As han sabido poner los nombres, de dos en dos.

    Cuando el Mutauta Kasik ya era adulto, llegaron los blancos yempezaron a matar a los kasik de otras partes. Pero a l no le habapasado nada. Siempre andaba volteando por todas partes, montado

  • [32] la fue rza de l a gente

    en su caballo zaratano con silla de oro, ayudando a la gente. Y no sedejaba ver, ni coger. As ha sabido andar.

    Pero una vez, a uno de los suyos, conocedor de todas susandanzas, le preguntaron los blancos dnde estaba el cacique. Y l,sin imaginarse para qu era, les inform dnde estaba. Por eso losblancos lo cogieron en medio de la gente, con su caballo zaratanocon silla de oro.

    Lo cogieron en el plan de Mama Manela Karamaya, donde seencontraba rodeado de mucha gente.

    A la vista de todos, lo cogieron para matarlo, junto con sucaballo de la silla de oro. Y el Mutauta Kasik expres lo siguiente asus hijos, a su gente: Yo les he hablado mucho a ustedes, pero mispalabras no fueron muy bien recogidas. Por eso me han entregado.As mismo han de entregar las tierras y todo lo que hay en ellas.Presiento con tristeza que podran perderlo todo.

    Pero pase lo que pase, qu vamos a hacer; no se atemoricen pornada y, en adelante, no vayan a estar derramando lgrimas. Siempreprense firmes, piensen bien, hagan cosas buenas, y estn unidos. Deesta manera les dio un enrgico consejo lleno de coraje.

    Mientras les hablaba de esta manera, sosteniendo el bastn demando en la mano, de pronto comenzaron a caer como gotas delgrimas. Junto con su caballo zaratano, empez a desvanecerse,convirtindose en agua, a la vista de su gente y de los blancos. Volvia ser agua. Y as fue como desapareci, para nunca ms volver. Asfue como finaliz. En ese sitio del Nuyapalo, como huella de loocurrido, existe un ojo de agua cristalina.

    Ese mal nos aconteci. Pero como eran dos, Mama Manela,aunque qued solita, con gran firmeza hizo muchas cosas con lagente: ense a trabajar en grande, a cultivar la tierra, y fue laprimera que nos ense a sembrar el agua. Viendo que era bueno,como era nuevo, ense tambin a sembrar el trigo. Asumi todaslas responsabilidades que tena el Mutauta Kasik. Andaba siemprede prisa y era an ms hbil que l para pensar y ayudar.Constantemente deca que las mujeres deben ser fuertes, como loshombres, en pensamiento y accin. Nos ense que a los nios hayque llevarlos al Matsorektun, sitio sagrado de los jvenes, para queaprendan del profundo respeto debido a esos lugares; tambin quehay que construir el michiya para las ceremonias de las adolescentes.Nos explic adems que siempre hay que saludar a la gente, paraenterarnos de qu lejanas vienen, de lo que acontece y de cmo han

  • nuestros orgenes [33]

    estado; tambin que hay que contestar correctamente los saludos.As ha sabido ensear y aconsejar.

    Cuando ya se hizo abuela, despus de tanto vivir, los blancosquisieron atraparla tambin. Se murmuraba entre la gente que yavenan a cogerla, y a lo lejos se escuchaba el tropel de los caballosque parecan acercarse. Al orlos, ella empez a organizar sus cosas.Detrs de su Nuyapalo, en la pea, entre las rocas, tena construidaya una entrada, desde donde segua un camino hacia la laguna,porque esa era su casa. Carg sus cosas y se fue caminando hastallegar a esa puerta, por donde entr. Pero antes habl y dijo: Yo mevoy por siempre para el kansro, para el ms all, porque mi casa es lalaguna y all regresar. Algn da vendremos a verlos y esperamosencontrarlos en paz y armona. Y diciendo as, desapareci.

    Y as fue como los cuerpos de los hijos del agua se acabaron.Pero los espritus siempre estn en medio de la gente, porque ellosvienen cada ao, en el mes de las ofrendas, a compartir losalimentos con todos. Adems, porque ella dijo que vendran amirarnos, para ver si estbamos cumpliendo con las enseanzas quedej: hacer los rituales, cultivar la tierra para que no falte la comida,ensear a las nuevas generaciones todo lo que ella ense, y vivirunidos. Y han quedado en venir a vernos para ver si cumplimos contodo esto. Por eso, algn da volver a parir el agua, para que los dospuedan volver. Regresarn a juzgar lo que han hecho susdescendientes en su ausencia.

  • Las pocasms antiguas,

    surgimientode la terrajeray las primeras

    luchas

    2

  • Mapa 1 Ubicacin del Departamento del Cauca en Colombia

  • Hay que hablar la historia

    Todo esto que estamos hablando no essolamente porque queremos hablar, sino que es

    una cosa de nosotros. El origen de la historia deChimn, cuando empezaron a exigir que la gentedescontara terraje, fue en el ao 1750, que son dos

    siglos y medio. Si nosotros no hablamos de todoesto a nuestra gente, tantas cosas que han pasado

    con nosotros, y si no nos acordamos de la historia,si no hablamos la historia, si a la gente nueva que

    viene atrs le damos as en la mano una cosaservida, hoy que hay tantos problemas

    quedaramos nosotros sin ningn argumento paradecirles nada a ellos. Hay que hablar la historia,

    que los mismos blancos dicen as; hay que hacer lahistoria para hacer nuestra vida.

    Es como a una persona, que si nadie habla,nadie pregunta quin es, qu hace, la gente

    solamente la puede calificar como una personadesconocida. Y nuestra tierra no puede ser as.

    Siempre han dicho que nuestra tierra es la madrey ese dicho que no sea solamente de palabra. Y

    como llegamos a tener ya a nuestra madre en lasmanos, nos toca que seguir enfrentando, venga lo

    que se venga.

    Javier Calambs Tunubal

  • [38] la fuerz a de l a gente

    El mundo de nuestros abuelos

    Est recopilado en el himno guambiano queantes de apoderarse los blancos de ella, el nupirau, la tierragrande, era comn, era una tierra de nadie, no haba parcelitasni para usted ni para mi. El cercado iba solamente por las parcelasdonde cultivaban, para que los animales no hicieran dao a loscultivos.

    Muchos animales casi eran silvestres. Se enrazaban solos, bus-caban comida solos y muchas veces se desconoca quin era elposeedor. Eran animales comunes, pero siempre los identifica-ban, y cuando necesitaban iban y los capturaban para su uso. Enese momento las tierras no tenan pasto, sino pura maleza, ras-trojo, y los cerdos solos usaban la tierra y buscaban lombrices,races, comida. Lo mismo el ganado.

    Para sembrar, como los paeces ahora, hacan as lotecitos,lotecitos en todas partes, tumbando la maleza. Haba produccin,pero dicen que en ese entonces la mayora de la gente no tenainters monetario, en el papel billete, sino en los alimentos parael consumo.4

    4 Aunque al menos en las primeras dcadas del siglo 18 los guambianos habansido involucrados en el mundo monetario, al exigrseles pagar un tributo a laCorona en dinero y al obligrseles a trabajar como mitayos, recibiendo un pagoque era parcialmente en dinero, lo cierto es que slo el cacique, actuando comorepresentante de los indgenas, reciba ese dinero, y lo haca slo para pagar el tri-buto de la colectividad. En un pleito de 1733 entre los indgenas guambianos y lafamilia Fernndez de Belalczar, la exigencia del cacique para que el pago por eltrabajo de los mitayos guambianos se hiciera totalmente en dinero, excluyndosela racin de alimentos como era la ley (Archivo Central del Cauca, Libro Capitularde 1733), se debe entender no como un inters en el mundo monetario ya queeste dinero iba directamente al pago del tributo, sino como una forma de defen-derse de un sistema que aada injusticia y explotacin al ya implcito en la mita,puesto que la racin no les era entregada completa y la que les entregaban estabacompuesta principalmente de coca.

  • las pocas ms antiguas , surgimiento de la terrajera [39]

    En esas pocas no tomaban caf, sino chicha producida delmaz, que mantenan en un cntaro al lado del fogn. Con eltranscurrir de los tiempos lleg el caf y la panela, pero comoel caf costaba plata, al que lo tomaba lo miraban como hoy enda al que toma aguardiente; eso era feo, deca la gente. Consi-deraban que tomar caf era un vicio.

    Cuando ya tuvieron contacto con los blancos, stos lesensearon a comercializar y empezaron a manejar la plata. Sinembargo no se senta necesidad de sta porque no tenan quecomprar trapos ni comida, pues ellos mismos hacan su ropa, ycoman de lo que producan. Tampoco saban la plata para quera; vean que era bonita, pero no ms. En las pocas en que de-jaban trabajar, mucha de nuestra gente guardaba los billetes ymonedas que obtenan por la venta de lo que producan, puesno saban qu hacer con ellos. A algunos les robaron, otros en-terraron monedas y all se quedaron. Otros ms llegaron a reco-lectar mucho papel billete, que finalmente perdieron. As le pasa Pedro Muelas, sobrino de mi bisabuelo paterno.

    Los billetes de Pedro Muelas

    Pedro Muelas hermano de Anselmo y Antonio el Mushu,y sobrino de nutata Pedro Jos Muelas, el pap de la abuelaGertrudis fue uno de los que guard montones de billete.Yo alcanc a conocer los paquetes de billete de la venta de trigo,papa, ganado, de la venta de cosas. Estaban guardados en unamaleta que tena manija y mantenan cerrada, amarrada. Siem-pre de vez en cuando la miraban all, amalayando. Pobres, sin conqu comer, y viendo un paquete de billetes guardado que no ser-van para nada.

    Luis mi hermano recordaba que el mayor Pedro recogi esosbilletes durante mucho tiempo, nunca recogi del viaje, de laventa de unas cinco vacas, de un solo negocio, no. Muchos aosestuvo vendiendo trigo, cebada, linaza, que cultivaba, y vacas, yas recogi toda esa plata5.

    5 La familia Muelas conserva an algunos de los billetes en cuestin, los cualescorresponden a una emisin hecha el 1 de Octubre de 1900 por El Banco del

  • [40] l a fuerza de l a gente

    Estado de Popayn. En su obra Historia de la Moneda en Colombia (1945),Guillermo Torres dice que el 15 de noviembre de 1901, mediante el Decreto 1184,el gobierno reconoci como emisiones nacionales las que se haban efectuadopor el Jefe Civil y Militar del Cauca por virtud del contrato celebrado entre stey el llamado Banco del Estado existente en aquel Departamento (p.271). Se tra-taba pues de billetes perfectamente legales.

    En ese tiempo no haba, como hoy en da, Caja Agraria en Sil-via, nada de eso exista pues! Entonces lo nico que hizo fue iracomodando billete, acomodando billete, lo tuvo all guardado.

    Cuando hubo el cambio de billetes, no los cambiaron por-que no conocan. Echaron de menos mucho tiempo despus,y cuando pensaron hacerlo, ya no tuvieron validez. Se que-daron los billetes. Se perdi tooodo el trabajo! Decan queya haba vencido la fecha, que hubo un decreto del gobierno

    Billete emitido por el Banco del Estado del Departamento del Cauca en 1900. stefue uno de los muchos que Pedro Muelas acumul y luego perdi.

  • las pocas ms antiguas , surgimiento de la terrajera [41]

    nacional para que se cambiara toda moneda6 y que en esemomento el indgena no se enter, porque no lee, no habra ra-dio ni nada.

    El mayor, por un tiempo vivi con Mushu, aadi Luis.Luego tuvo otra casa en Sruktrapukullu y ms vivi por all. Ysuba con una jigrada de maz capio a regalar a finado pap, ofinada Gertrudis. Decan que eran primos. Siempre alguna cosapues, como ledo y entendido, preguntaba a pap Juan. A l era alque preguntaba. Cuando trajo los billetes, eso ha sido ya entre 1935a 1940, entre esos aos... Creo que as sea. Porque ya haca tiem-pos que l haba avisado de los billetes a finado pap. Por ltimolos trajo. Eran unos guangotes amarrados con chiros. Y los bille-tes eran papeles buenos del ao 1900. Mi finado pap saba tener-los en una maleta pequea. All los tena, all saba tener.

    La abuela Gertrudis siempre comentaba de los paquetes debillete. Deca que en ese entonces lo que se produca era para elconsumo y todo lo que se venda, el trigo, la papa, el ganado, noera para comprar cosas del pueblo, sino que coman los produc-tos que ellos mismos producan, y los billetes que reciban por lasventas se guardaban. Por eso digo que nuestra gente no estabainteresada en el dinero; ellos vivan en un mundo diferente al delos blancos y el contacto con ese otro mundo que no entendan nimanejaban, nunca les dej nada bueno, slo les hizo dao.

    6 Entre 1899 y 1903 hubo en Colombia grandes emisiones de papel moneda parafinanciar la Guerra de los Mil Das, lo cual gener una gran inflacin. A partirde 1903 los gobiernos de turno tomaron medidas para estabilizar el valor del papelmoneda. Segn Guillermo Torres, op. cit., en 1905 el gobierno de Reyes, por ejem-plo, con el propsito de estabilizar su valor, escogi arbitrariamente la cotiza-cin del 10.000%, es decir, cada peso qued valiendo un centavo. Segn Decre-to Legislativo del 6 de marzo de 1905, los billetes de antiguas emisiones deberanser cambiados hasta el 1 de abril de 1907 y los que en esa fecha no se hubieranpresentado para su cambio quedaran automticamente sin ningn valor(p.300). Pero hubo otras medidas tomadas en 1907, 1909, 1913 y slo hasta 1916 sedio comienzo al cambio de todos los billetes de antiguas ediciones que circulabanen la Repblica [...] tales billetes deban cambiarse por otros al tipo de cambio del10.000% (p.315). Pero la Ley 64 de 1917 prorrog hasta el 30 de junio de 1918 elplazo fijado [...] (p.318) y posteriormente lo volvieron a ampliar hasta el 30 de ju-nio de 1919 (p.318). As, el pariente de los Muelas tendra que haber entregado 100de sus billetes de a peso para que le dieran uno de los nuevos billetes de un peso,antes de dichas fechas. Pero ni siquiera ese devaluado valor recibi, ya que guardsus billetes, confiado en la estabilidad de un sistema que lo defraud.

  • [42] l a fuerza de l a gente

    Cmo los blancos seapoderaron de las tierras

    Mi abuela Gertrudis vivi cuando los blancosrecin haban empezado a apoderarse de las tierras de nuestragente conocidas como Gran Chimn. An no est claro por quesa parte de nuestro territorio se conoce con ese nombre, perolo que s averiguamos es que existi un apellido Chiman entrelos indgenas que vivan en lo que los blancos llamaron Parro-quia de Guamba, al menos desde 16897. Habr que seguir ave-riguando qu relacin existi entre la gente con ese apellido ylas tierras sobre las que hablaremos en este libro.

    La abuela hablaba de un Matas Fajardo. Deca que habaun indgena, un capitn Calambs, que luchaba, peleaba, peroque ya qued muy viejito, ya se le acabaron las fuerzas, nadielo apoy, estuvo all solito, y entonces un da, como no tenaqu comer, dio permiso, arrend un lote a ese Matas Fajardopara mangas de unas bestias. Entonces empez a entrar all,primero por una manga, despus mont un molino, y as co-menz a apoderarse de las tierras.8

    7 Parroquia de Silvia, Libro 1 de Bautismos de la Parroquia de San Felipe y San-tiago de Guamba, que inicia en 1619.8 Segn consta en la Escritura 1051 de 1912 de la Notara 1. de Bogot, en decla-raciones rendidas en el Juzgado Municipal de Silvia el 26 de julio y 5 de agostode 1912, los seores Francisco Hurtado, Martn Meneses, Rafael Hurtado, Fer-nando Reyes e Ismael Hurtado, todos vecinos de esa poblacin, afirmaron queera del dominio pblico en Silvia que por los aos 1854-1860, unos seoresFajardos de Popayn obtuvieron permiso del Cacique para [...] establecer unmolino en el [...] terreno de Chimn, y para hacer una manga para las caballe-ras que fueron tradas con trigo a ese molino, el cual pas a poder del finado[...] Jos Antonio Concha [...].

  • las pocas ms antiguas , surgimiento de la terrajera [43]

    Kasuku Joaqun Morales cuenta que:

    A partir de 1800 haba la bola de que toda la tierra de ElChimn ya se la haban robado. A la gente la venan echando paraadelante para adelante, arrimando, hasta las altas montaas. Comocultivaban de todo, papa, maz, trigo, entonces ah vino el enga-o. En ese entonces la gente haca mingas y cultivaban suficiente;era muy fuerte la solidaridad de acompaamiento. Ms cultiva-ban el trigo, y los blancos se dieron cuenta que lo trillaban en uncrculo a caballo.

    Entonces lleg un blanco all donde lo llaman El Molino y alos indgenas primero les pidi permiso. Era de nombre Matas Fa-jardo. Eso lo dijeron los mayores, que yo he escuchado.

    Les prometi que en vez de estar ustedes trillando el trigo ascomo estn haciendo, en vez de estar jodiendo con bestias, yo lestraigo mquina y les coloco para que limpien, y todo lo hacemoscon mquina. Que para eso necesitaba la tierra y que le dieran per-miso. La gente le crey. Para hacerse dueo de eso ya se organizsu empresa Matas Fajardo.

    En 1731, en la parroqua de San Felipe y Santiago de Guamba, bautizaron a unnio, cuyos padres eran Santiago Chimn y Mara Muelas.

  • [44] la fuerza de l a gente

    Decan nuestros mayores que cuando empez a trabajar la em-presa, empezaron a subir. Subieron a cacera de venado o pjaros,que iban a eso, pero andaban era engaando a la gente. Andabanpor all por lo que hoy llaman Santa Clara, por all por el lado deChimn ahora, y suban hasta Cresta de Gallo y ni se sabe hastadnde, y atravesaron tambin para Michambe. Eso andaban ca-lladitos y as haban hecho un croquis sin que la gente se dieracuenta. De ah pasaron a hacer escritura.

    Para hacer la escritura, en la instalacin del molino el argu-mento que hicieron fue que desde Pasto traan el trigo a lomo debestia y que necesitaban el pastaje para esos animales. Pidieronpermiso y la gente sin saber, le dio el permiso. Entonces dijo queno haba alcanzado y que le aumentaran ms tierra. Prometi queel pastaje lo pagaba como en arriendo y la pobre gente crey quehaba arrendado. Luego dijeron que para el pagar le firmara unosrecibos, pero parece que haban hecho un documento de venta yno un recibo de arriendo. Como la gente no saba leer... As vinie-ron engaando y result el documento como que la gente habavendido la tierra. Ya hicieron escritura y la tuvieron por diez aoscalladitos. Porque si hubieran dicho antes, la gente se habra le-vantado en contra de eso. Los blancos dejaron pasar esos diez aosy ya despus declararon que la tierra era de ellos. Y entonces ya lastierras quedaron en dominio de ellos.

    La gente se dio cuenta y empezaron a pelear. Pero los indge-nas en ese entonces no tenan ni a dnde quejarse ni nada. Tenanalgunos voceros que fueron a hablar por algn lado a ver cmohacan, pero no consiguieron nada. Esto nos dijeron los mayores.Primero empezaron a pelear por all por 1823-25. De ah pas untiempo silenciosamente, sin poder hacer nada.

    Matas Fajardo le pas a Mariano Mosquera. De 1853-56 los quepeleaban otra vez pelearon, pero no pudieron hacer nada. Y otravez como en 1887-89 me parece que es que pelearon otra vez y tam-poco pudieron hacer nada.

    Despus de Mariano Mosquera, contaba mi pap que el si-guiente dueo fue Jos Antonio Concha. l le pas a su hijo Ra-fael Concha y de ah mi pap contaba que pas a Julio Fernndez.Este pas a una calea de nombre Matilde Lemus. Andar y andarhasta que la tierra Matilde Lemus ya haba vendido. Vendi en 1944a Mario Crdoba y Alfonso Garcs Valencia. A estas dos personasque eran de Cali vendieron El Chimn.

  • las pocas ms antiguas , surgimiento de la terrajera [45]

    Los terrajeros pelearon siempre con cualquiera de los patro-nes que fuera, porque ya venan quitando todas las tierras de lagente. Toda la tierra del plan la quitaban y luego decan que tierrahaba para arriba.

    La abuela recordaba de antes de apoderarse los blancos deesas tierras, cuando las tierras eran libres, cuando la tierra era co-mn, cuando todo mundo poda cultivar donde quisiera. En eseentonces la tierra estaba en manos de los guambianos, de laComunidad. Cuando ya empezaron a llegar los blancos a apode-rarse de eso, ya fueron estrechando con pastos y ganadera, yaaparecieron dueos, que las tierras son de los blancos no de us-tedes, ya no dejaron cultivar, ya los indgenas no pudieron tenerganado, ya no pudieron tener gallinas, ya no pudieron tenerovejos9 . Entonces se vino la mala situacin.

    Las abuelas recordaban de muchos aos atrs. Uno no puededecir cuntos aos, pero recordaban de muy atrs, cuando ellosvivieron en pocas de buenos tiempos, cuando no les faltabacomida, no les faltaba el maz, las habas, el frjol, el trigo... Deeso se acordaban y lloraban cuando ya no hubo nada, nada, nitrigo, ni papa, ni maz, ni vacas, ni ovejos, ni gallinas, ni nada.

    Aos despus, por ah en la dcada de 1940, a mi me tocaronya los ltimos ovejitos que tenan all amarrados murindose dehambre. Haba unos palos de lechero grandes cerca de la casa ylos ovejos les pelaban la cscara; hasta donde alcanzaban coman,echaban muela a la cscara del lechero del hambre, porque nohaba ms. Como no haba nada ms que hacer, para dndellevar no haba, amarrar all no dejaban, entonces los ovejos seiban a morir de hambre. La gente aguantando hambre, los ani-malitos tambin, entonces ya por ltimo, ms bien los pelaron,se los comieron y se acab! Eran los ltimos realmente, comoel fin de la gran fortuna, el fin el fin el fin. Se acab. Hasta ah.Quedaron con los brazos cruzados. Se acabaron los cultivos, seacabaron las vacas, se acab con los ovejos... los ltimos! Se nosacab la vida. Yo alcanc a ver que tenan esos ovejos all.

    9 En Guamba no se habla de ovejas o carneros, sino de ovejos.

  • [46] la fuerza de l a gente

    Y los convirtieron en terrajeros

    Cuando los blancos se apoderaron de las tierras, cogieron almisak10, no porque queran, sino porque los necesitaban parahacer uso de la tierra, para que trabajaran para ellos. Si traangente de otras partes haba que pagarles por el trabajo, pero comohaba gente en el punto, los cogieron y pusieron a su servicio.

    Su poltica era desmontar y sembrar pasto para ganado, asque al misak lo ponan a tumbar monte a cambio de unos peda-citos de tierra. En esos lotecitos cultivaban y con eso vivan, yaconvertidos en terrajeros. Todos los indgenas de El Chimn, sindiscriminacin, hombre, mujer o nio, eran denominados te-rrajeros. Palabra general, todos eran terrajeros.11

    La implantacin de la terrajera signific, no slo la divisinde nuestro territorio en tierra libre12 o de Resguardo y tierra dehacienda, sino tambin la desintegracin de nuestro pueblo engente de tierra libre y terrajeros. Del ro Piendam para all lollamaban tierra libre, porque ese es el Resguardo viejo, mientrasque San Fernando, Santiago, Chimn, todo eso era tierra de ha-cienda, tierra de patrn, entonces esa no era tierra libre.

    La gente de tierra libre, que eran los del Resguardo, terminconvirtindose como en un sector, una capa social, un poco msalta entre los mismos guambianos. Ellos tenan mejor vida,vestan mejor, se alimentaban mejor, y tenan mejores viviendas.La gente deca que en esa tierra libre uno se acostaba a dormircuando quera y hasta cuando quera, lo que ac en las hacien-das no. Ac se acostaba a dormir ya cuando lo venca el sueo,

    10 As se autodenomina el pueblo guambiano en su propia lengua. El significa-do de la palabra es gente.11 La mita (ver Las luchas de antes del siglo 20, p. 74) colectiva, que implicaba uncontrato entre cacique y terrateniente, fue dando lugar a un contrato privadoentre terrateniente y viviente a fines del siglo 17, pero se aceler en el 18. El pagoal Resguardo fue reemplazado por un contrato verbal de arriendo, que variabasegn la regin. En el Cauca contemplaba la cesin de una parcela a cambio dela obligacin de trabajar gratuitamente en la hacienda (Kalmanovitz, p.30-31).Es posible entonces que el terraje haya tenido su origen en la mita y que enGuamba ste se haya iniciado en el siglo 18, cuando termin la mita y se forta-leci la hacienda.12 Los terrajeros llamaban tierra libre al Resguardo.

  • las pocas ms antiguas , surgimiento de la terrajera [47]

    ya cuando el organismo no resista, y en cualquier momento, alas tres o cuatro de la maana haba que levantarse e irse por-que tena un patrn que vena pisando opa! Mientras que all,en tierra libre, como tenan apenas el Cabildo, si queran ir atrabajar lo hacan y si no pues no. Entonces, se crearon dos for-mas de vida entre los guambianos. Como explic el compaeroJavier Calambs:

    Venan como dos lneas, unos eran del otro lado, del Resguar-do, que ese lado los blancos haban respetado. Ellos tenan Cabil-do. Pero de este lado del ro Piendam para abajo, desde Totor,todo eso lo cogieron los blancos y toda la gente que viva en esastierras, nosotros los dueos de la tierra, quedamos de terrajerosde los robadores de la tierra, solamente para no dejarnos expul-sar. Todos quedamos pagando terraje por el hecho de darnos unpedacito de tierra para una casita.

    Nosotros ramos de tierras de hacienda, convertidos enterrajeros, con la profunda diferencia de no tener tierra y vivirbajo las rdenes de los patronos, al querer de los patronos,arrumados por all! Era una diferencia profunda entre lo unoy lo otro, porque al no tener tierra tampoco tenamos suficientecomida, y al no haber suficiente comida vivamos mal de estadofsico, de salud, y tampoco tenamos para el vestido. Todos losterrajeros tenamos un nivel genrico de mala situacin.

    Esta institucin de la terrajera, impuesta no slo sobre losguambianos, como ms adelante descubrira, llev aos ms tar-de al surgimiento de un importante proceso de luchas indgenas.A mucha de nuestra gente la aplast el peso de las circunstancias,dejndose doblegar la cabeza y el alma y aceptando que el pagodel terraje era una justa compensacin al buen patrn que lespermita quedarse en los estrechos espacios que se les asignaban.Como dice el compaero Javier, algunos queran al patrnporque le agradecan poder estar all, porque no les haban sa-cado, les haban dejado el pedacito. Entonces haba que cumplirel terraje sin faltar. Pero la mayora entendi que el terratenienteera slo un invasor y reaccion con fuerza contra este sistemaexplotador y opresor, lo que permiti que, hacia la dcada de los

  • [48] l a fuerza de l a gente

    60s, surgieran los movimientos y organizaciones indgenas msimportantes del siglo 20 en Colombia, con la consigna de recu-perarlo todo: la tierra, la historia, la cultura, la economa, todo.

    Pero mientras logramos quitarnos este sistema de esclavitudde encima, el pago del terraje se nos impuso con todo rigor, me-diante una organizacin bien establecida.

  • las pocas ms antiguas , surgimiento de la terrajera [49]

    La cadena del poder

    Los blancos ponan a cada persona a trabajarpara ellos, asignndole un oficio individual. La lnea de mandoque tenan era bien definida: el patrn era el dueo y de ah ve-nan los administradores, que podan ser uno o dos. A estos lostraa el patrn y eran su gente, sus amigos. De all buscaban a unblanco del pueblo, para que ese fuera el mayordomo; l era comotercero en mando. Todos los que ocuparon este cargo hablabanigual, decan lo mismo y jodan igual. Entre ellos, Luis mi her-mano recordaba a un Jess Mara, que fue mayordomo dos ve-ces, un Adelmo Quijano, Jos Otero, Juan Lpez, Alberto el tuertoy Ventura Riascos. El mayordomo daba el mando a los capita-nes, que eran escogidos entre los indgenas.

    Capitanes

    Para este cargo de capitn eran seleccionadas personas muytrabajadoras, de mucha fuerza. Su trabajo era poner a la gente atrabajar junto con l. Perakuallipik significa dirigir, mandar conel ejemplo personal, y el capitn mandaba, pero siendo l el pri-mero en trabajar, dando su ejemplo, y no simplemente dandordenes, al estilo del blanco. Pero a los que ascendan a capitn,los ascendan, no para otra cosa distinta, sino para que trabaja-ran para ellos. El capitn era el que trabajaba bien, el que traba-jaba duro, el que trabajaba fuerte, y era para que enseara a losdems que lo nombraban los blancos. Ellos eran nombrados,pero no ganaban nada y, como todos los dems, tambin esta-ban era descontando terraje.

    Los capitanes estaban divididos. Unos trabajaban con los quepodan trabajar duro, y otros con los que no tenan fuerza, co-mo los nios. A stos ltimos les tocaba solamente trabajar con

  • [50] la fuerza de l a gente

    los pollos, los jvenes, y por eso les pusieron de apodo capitnde los pollos.

    Simaneros y vaqueros

    De la gente, de los mismos terrajeros, de los hijos de losterrajeros, de acuerdo con el mayordomo, de acuerdo con loscapitanes, seleccionaban algunas personas para ser simanero13 ,ordeador, vaquero.

    El simanero es el ordeador, al que le tocaba levantarse a lamedia noche a recoger el ganado de los potreros y a ordear.Tambin tena que ir a dejar la leche del corral a la casa, y hacerotros mandados. Durante el da deba cuidar los animales.

    Como el vaquero tiene que saber montar a caballo y sabermontar bien, al que le gustara montar a caballo lo escogan parael cargo de vaquero. Por lo regular, sacaban a la gente joven, pueseso de la vaquera, del ordeo, requiere cierta habilidad, ciertaagilidad, cierta movilidad de la persona. Desde pequeos los sa-caba el capitn de los pollos para prepararlos, como el bachille-rato que ensean hoy en da, como una secundaria. Para esa pre-paracin era el capitn de los pollos quien deba trabajar con ellose ir mirando a ver cul era el que iba a ser.

    Porque cada persona, cada individuo, como que tiene una es-pecialidad de su ser, un talento. Uno como que era muy buenopara la agricultura, entonces lo mandaban all para los cultivos,para los cercos, para cosas as del agro; pero a otros en su movi-lidad les gustaba ordear, montar a caballo, como que les gusta-ba joder con el rejo, como que les gustaban los perros, como quetenan un silbido fuerte, de largo alcance y grito tambin demanejar ganado porque la vaquera es a grito, silbo, perrero,juete, rejo, ese es el equipo que tiene que manejar.

    Entonces el capitn de los pollos preparaba a los jvenes paraeso; de all sala como la seleccin. Luego se ponan de acuerdocon otros capitanes y ya el mayordomo: Ah! mndeme el fula-no de tal que ya est bueno, ya maneja, ya es adulto.

    13 Forma de referirse a semanero entre los terrajeros guambianos.

  • las pocas ms antiguas , surgimiento de la terrajera [51]

    Para vaquera, para simanero, para todo eso, era a los hom-bres que ponan. A las mujeres nunca las usaron para esasactividades. Ellas siempre ayudaban al trabajo, pero no en lavaquera, no en lo del simanero, sino en el agro, all en los cer-cos. A la mujer le tocaba cargar los postes, abrir los huecos paralos postes, cargar el alambre, todo lo que hubiera que hacer all.Solamente en algunas cosas muy fuertes, como los postes muygruesos que su cuerpo fsico no daba, pues les tocaba hacerlo alos hombres. Pero eran acompaados all, trabajando juntossiempre.

    La vaquera tambin tiene una especialidad, que a los due-os les gustaba llevar gente all como para exhibir: Yo tengo unbuen vaquero. El buen vaquero era como hoy el torero en laplaza de toros; el buen torero tiene que salir bien ante el pbli-co. Hoy las tcnicas han cambiado mucho; en ese entonces alnovillo o al toro lo enlazaban en el potrero. El toro o la vaca o loque sea iba corriendo a toda velocidad y el vaquero tena que saliratrs, hoy como los coleros que salen atrs, pero manejando elcaballo y llevndose el rejo. Iban detrs y haba que tirar el rejo,y su personaje mirando. Si es buen vaquero, me enlaza ese no-villo que va a toda, cacho limpio. Cacho limpio lo llamaban.Entonces el patrn: Ah! yo s tengo gente buena, ese muchachos es bueno porque me enlaza bien.

    Mi pap deca que l desde nio sali a la vaquera, que leensearon a montar a caballo y a enlazar muy bien. Pero que anteno se qu personaje fall. Que cuando tir el rejo y no agarr, eldueo dizque dijo: Eh! hombre... Entonces que rpidamenterecogi el rejo, lo tir otra vez y ah s cay cacho limpio. Y paraenlazar cacho limpio hay que tener clculo, atinar bien porqueel animal va a toda, y el caballo tambin tiene que ser muy buencaballo, si no se lo lleva, y asegurar la cabeza de la montura paraall parar el novillo. Entonces tiene que ser un buen casco, conherradura; deca que iba pelando llano! de la fuerza de lossemovientes.

    Por eso los vaqueros vivan con las manos jodidas, molidas,porque hay que manejar el freno del caballo, ir bien pisados losestribos y, adems, llevar un manojo de rejo que le alcance paradiez o veinte metros, que le alcance allaa.

  • [52] l a fuerza de l a gente

    Terrajeros llanos y pajecitos

    A los que no eran hbiles para manejar estas actividades lestocaba hacer otras cosas en los trabajos de la hacienda misma.Estos eran distribuidos de acuerdo a las necesidades que tenanen su momento. Como lo principal era la ganadera, a la mayo-ra de la gente la ponan a limpiar potreros y a hacer cercos.

    La agricultura parece que no fue muy rentable para elpropsito que ellos tenan y tal vez por eso no la fomentaronmucho, aunque durante un tiempo cultivaron trigo, alfalfa, maz,papa y otros productos. Los que s sembraban eran los indge-nas porque necesitaban para el consumo, pero los blancos no; aellos les gustaba era la ganadera.

    A algunos terrajeros los llevaban a la casa de la hacienda paraque estuvieran sirviendo al patrn o a la patrona, cargando agua,trayendo lea, como pajecito. El pajecito ganaba escasamente lacomida. Los dems todava tenan un poquito ms de libertad; alltenan sus gallinitas, cositas as, pero el pajecito... Por eso decanque ste era como el ms vil, el ltimo, miserable; ese era el pajecito.

    Pero, en general, todos eran terrajeros y de entre ellos saca-ban los pajes, vaqueros, simaneros y capitanes.

    Cabos

    El ltimo que surgi fue el cabo, que eso ya es reciente. Hastacabo Cruz Tunubal, ms o menos en 1944, no exista cabo. Esefue el que vino a terminar los capitanes.

    Se les habra ampliado el trabajo a los patronos, porque ellossolos no alcanzaban a administrar. Entonces el capitn estaba conlos distintos grupos, mientras que el cabo deba permanen-temente estar aqu, estar all, todos los das, revisando el trabajo;el capitn estaba trabajando bien, pero adems de eso el cabotena que revisar, porque l estaba por encima del capitn. Ha-ba un solo cabo y era indgena, y su trabajo era estrictamentepara eso, para revisar, era como para vigilar estrictamente elhorario, a ver qu estaban haciendo, a ver cmo hacan, a quhoras se levantan, a qu horas se sientan a descansar, a qu ho-ras qu hacen.

  • las pocas ms antiguas , surgimiento de la terrajera [53]

    Tambin estaba el mayordomo, pero el mayordomo tendraotros compromisos y no podra estar todos los das, o si estabatodos los das no podra estar a toda hora.

    Despus vino otro cabo que fue Ventura Riascos. Ese no eraindgena, era nariense e igual de malo que todos. Siempre losque han venido con poder, blanco o indio, han sido malos con-tra la gente de abajo, y los usaron los terratenientes para su be-neficio. Los indgenas que tuvieron esos cargos no pensaron enayudar a sus hermanos, y slo actuaron a favor de los blancos.

    Y ellos mismos, a la larga, tampoco es que se hayan favoreci-do mucho. Por lo menos cabo Cruz, hermano del flautero JulioTunubal, yo nunca llegu a saber cunto ganaba o qu preben-das tuvo, pero ricos no quedaron. En su momento tuvieron elorgullo, montaban buen caballo, se alimentaban bien, vestanbien, pero de ah no pas. Tienen hasta ahora una tierrita, unpedacito pequeo, que esa s le dio regalada el terrateniente,aunque sin papeles. Cuando el Cabildo luch esas tierras y lasgan, como eso era de ellos, se la dej a ellos mismos. Yo creoque el Cabildo no le dio ms tierra sino esa, la que tena; con esase qued.

    Cabo Cruz muri joven. Era cabo, pero a veces tambin letocaba duro, joder con las vacas, con los novillos, y el trabajo dela vaquera es muy duro, muy peligroso. Los rejos le envuelvenlos dedos contra la cabeza de la montura y es capaz de arrancr-selos, le tuerce, le quiebra. A veces tambin tena que amansarcaballos, y amansar lo que llaman potros cerreros de tres o cua-tro aos, que no les han tocado y tienen que cogerlos, ponerlesjquima y ensillarlos, ponerles lo que llama la gurupa en la cola,montarse, eso tena mucho riesgo. Dicen que a cabo Cruz, deestar corriendo, se le afect la salud. Y como el indgena no va adonde el mdico ni nada, se jodi, estuvo mucho tiempo encama. Y finalmente muri joven.

    Alguaciles

    La autoridad propia de los guambianos fue reemplazada muypronto despus de la llegada de los blancos por un sistema decabildo. Con el paso del tiempo ste sufri algunas variaciones

  • [54] la fuerza de la gente

    en su composicin, pero bsicamente ha estado conformado porun gobernador, un gobernador suplente, alcaldes que represen-tan las diferentes zonas del territorio guambiano, alguacileszonales que principalmente colaboran con los alcaldes y, a par-tir del siglo 20, un secretario. Esta estructura de gobierno semantuvo siempre en tierra libre, aunque durante largo tiempocontrolada por los blancos.

    Pero como los terrajeros no eran considerados parte de laComunidad, ni siquiera como guambianos, dentro del Cabildono haba representacin de los indgenas que vivan en las ha-ciendas. Sin embargo, durante algn tiempo los alguaciles hicie-ron parte del engranaje de la terrajera, siendo las nicas perso-nas que podran considerarse como autoridades propias. Pero,como los cabildos de esa poca estaban totalmente controladospor los terratenientes, los politiqueros, y la iglesia, los alguacilesno fueron ms que mandaderos suyos.

    Esta autoridad siempre era indgena pero, al igual que loscapitanes, eran nombrados por los blancos y estaban al serviciode ellos. Los nombraban especialmente para que coordinarancon los capitanes en las haciendas y su oficio consista sobre todoen ir por las tardes o las noches, de casa en casa, a citar a la gente,a los terrajeros, para el trabajo.

    El ltimo