la formacion del estado

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l,,R,i P'NroRoD^Icu¿ -. habia inspi¡ado la Independencia y quecon ellosincluid$ se Podía €onstruir la "casa grande" o el Chile quebrotaría de lasruinas coloniales. Al mapuche !e ¡e mirabacon ¡espeto, con un d€jo de admiración y reconociendo en él a üuestros antepasados.I-¿ nación no podía Prescindir de ellos; con insist€ncia re buscóincorporartos a la "chilenidad". Esrá.bamos en la fase de inclusión del mapuche,cuando arin sobrevivia el viejo esPacio fronterizo que sehabía dise' ñsdo en la Colonia, a pesarde los cambiosque Pudieron generar las reformas borbónicasy la propia lndependencia I.A GÉNESIS DEL ESTADO, I.A NACIÓN Y EL PUEBLO MAPUCHE En este capítulo queremos referimos a la 8énesis del Estado y la nación y a la relaciónde ambos fenómenos con el pueblo mapuche. Aunqueen el caPítulo a¡terior señalarnos que al comiel¡zo éste fue considerado una nación diferente, insistiremos en los intentos de inclusión que s€ aprecian hasta mediados del siglo xx, para explicar €n los capítulos siSuientes los cambios que se produ cen a partir d€ 1850, cuando el gobierr¡o decideocupa¡ la Ar¿ucania y excluir al pueblomapuche del proyecto nacional. l,os coNcEPros Df,EsrADo Y NACIóN Antes de avanzar en el análisisdelcaso chileno, quisiérarnos precisar alSunos Los cientistas socialeshan señatadoque el Est¿do es la solución que la sociedadmodema, caracterizadapor la división social del t¡abajo, encontró para garantizar el ordenrfi;. Weber sosteníaque éste era un mecanismo dé-/ dom¡nación quepermiúa a los "dominadores- actuar sobre los "dofn'nados-. I sinquee'ros si dier"'r cuenta delmardalo querecaíasobre ellos. Lrandormárí- dos€ en la única tuente de coacción ffsica, legitimada por el p¡opio sistema Como sesabe, Marx y lenin llegaron máslejos.Pd1!E!9s-d.F,¡ladosa un fenómeno bistórico propio de la -sociedad .ca*iE¡¡!!a gfgpermitía a la büigue.ia. eñ.Eirto propiel¿¡i¡ dc losJoedios de produc( ión '^'"^r^" ^rF'o- let¡iriadq c-qffó !TÁ contradicciones de clase no Pueden. objetivalnente. .on "iiüil";ñl-.' Sepodíadecir, entonces, queel Estado es un mecanismo de conirolmuy propio de aquellas sociedades que ha¡ralcanzado ün cierto grado de compleji' dad. Es,por tanto, un fenómeno historico que emergebajo ciertascircunstan ciasy que sc establece mediante la a.ciór¡ de agentes consrructor€s (los Srupos quen€cesitan d€ él parairnponer susproyectoso "mandatos")y agentes Pasi ' linrf (;,t1,ú, I/,¿¡J ¿ x¿ú,n¿hñ. t. tt y s'. " Mn\ Wi.l-', ¡io,¿,t¿ r fft¿¿ l, li1)5. '^ \ll ltr¡, ltl l,nd¡ | ln nrlütú Ia h.trin¿ rúr¡ttr n¿ Lttth I lut tarus ¿¿ l'¡,¡,t,t',¡¡ ,n t,¡ ), 'lhr,t i¡'¡' '. tL rri)

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Page 1: La Formacion Del Estado

l,,R,i P'Nro RoD^Icu¿ -.

habia inspi¡ado la Independencia y que con ellos incluid$ se Podía €onstruirla "casa grande" o el Chile que brotaría de las ruinas coloniales. Al mapuche!e ¡e miraba con ¡espeto, con un d€jo de admiración y reconociendo en él a

üuestros antepasados.I-¿ nación no podía Prescindir de ellos; con insist€nciare buscó incorporartos a la "chilenidad". Esrá.bamos en la fase de inclusión delmapuche, cuando arin sobrevivia el viejo esPacio fronterizo que se había dise'ñsdo en la Colonia, a pesar de los cambios que Pudieron generar las reformasborbónicas y la propia lndependencia

I.A GÉNESIS DEL ESTADO, I.A NACIÓNY EL PUEBLO MAPUCHE

En este capítulo queremos referimos a la 8énesis del Estado y la nación y a larelaciónde ambos fenómenos con el pueblo mapuche. Aunque en el caPítuloa¡terior señalarnos que al comiel¡zo éste fue considerado una nación diferente,insistiremos en los intentos de inclusión que s€ aprecian hasta mediados delsiglo xx, para explicar €n los capítulos siSuientes los cambios que se producen a partir d€ 1850, cuando el gobierr¡o decide ocupa¡ la Ar¿ucania y excluiral pueblo mapuche del proyecto nacional.

l,os coNcEPros Df, EsrADo Y NACIóN

Antes de avanzar en el análisisdelcaso chileno, quisiérarnos precisar alSunos

Los cientistas sociales han señatado que el Est¿do es la solución que lasociedad modema, caracterizada por la división social del t¡abajo, encontrópara garantizar el ordenrfi;. Weber sostenía que éste era un mecanismo dé-/dom¡nación que permiúa a los "dominadores- actuar sobre los "dofn'nados-.

Isin que e'ros si dier"'r cuenta delmardalo que recaíasobre ellos. Lrandormárí-dos€ en la única tuente de coacción ffsica, legitimada por el p¡opio sistema

Como se sabe, Marx y lenin llegaron más lejos. Pd1!E!9s-d.F,¡ladosaun fenómeno bistórico propio de la -sociedad .ca*iE¡¡!!a gfgpermitía a labüigue.ia. eñ.Eirto propiel¿¡i¡ dc losJoedios de produc( ión '^'"^r^" ^rF'o-

let¡iriadq c-qffó !TÁ contradicciones de clase no Pueden. objetivalnente. .on"iiüil";ñl-.'

Se podíadecir, entonces, que el Estado es un mecanismo de conirol muypropio de aquellas sociedades que ha¡r alcanzado ün cierto grado de compleji'dad. Es, por tanto, un fenómeno historico que emerge bajo ciertas circunstancias y que sc establece mediante la a.ciór¡ de agentes consrructor€s (los Sruposque n€cesitan d€ él parairnponer susproyectoso "mandatos")y agentes Pasi

' linrf (;,t1,ú, I/,¿¡J ¿ x¿ú,n¿hñ. t. tt y s'." Mn\ Wi.l-', ¡io,¿,t¿ r fft¿¿ l, li1)5.'^ \ll ltr¡, ltl l,nd¡ | ln nrlütú Ia h.trin¿ rúr¡ttr n¿ Lttth I lut tarus ¿¿

l ' ¡ , ¡ , t , t ' , ¡ ¡ ,n t , ¡ ) , ' l h r , t i ¡ ' ¡ ' ' . tL r r i )

Page 2: La Formacion Del Estado

JuFLr Pr \ ro R ' nR¡ i , r

vos (los grupos sobre los cuales recae el poder de los otros)'r'r. Su éxito sedebió a su eficiencia administrativa y a su caPacidad Para desprenderse de lastareas productivas, favoreciendo Ia cor¡üvencia entre el mismo Estado y laeconomia capitalista que se desarrolla en occidente, los dos Pilares, segjnHabermas, de la modemización social expedmentada en los dos últimos si-

- Todo Estado supone cuatro elementos y una condición. Los Prirneros son

el te¡ritorio, la población, sus cuerpos legales y el aparato bu¡ocrático'militarque cautela el cumplimiento de las leyes'". La condición, en cambio, exiSesuj€tos leales, obedienres e incluidos en el proyecto de los gruPos dominantes.Es decir, patriotas capaces de admitir y aceptar la identidad socia.l qüe lransmiten tos g¡upos dirigent€s a través de su acción nacionalista. El Estado estÁobligado, así, a crea. una nación política que Permita a los gruPos diriSentestransformar a la población en un cuerpo social sobre el cual ejercer dominación. Las propias articulaciones políticas que va estableciendo el Estado nohacen más que acercdlo a la sociedad civil sobre lacual recae el poder que através de él ejercen los grupos dirigentesrz.

La base d€ la nación política está en la llamada nación cultural, realidadhistórica que otorga a sus miembros un sentido de Pe¡ten€ncia Por el territorio qüe habitan, €l pasado común que comparten y cierias prácticai social€slegitinadaspor la misma comunidad. Las naciones cüllu¡ales surS€n casi €spo¡áneamente, existiendo más allá de la voluntad de algunos individuos decrearla, otorgando a sus niembros un sentido de identidad que se reconoce ose vive, sin que medie acción alguna tendiente aestablecerla. Por€so mismo,la nación cultural pert€nece, esencialmente, a la comunidad

El surgimiento de lanación política sig¡ifica pasar de la nación cultural ala nación que desea¡ establecer quienes ma¡ejan el poder desde el Esiado. Estepalo estrá marcado por circu¡stancias co)'untura.les, el papel de los mitos di-

'6! quisiéranos pr€cisar que nos eraúd r€liri€ndo agui al p¡oceso d€ co¡rtucc¡ó¡ dclEs¡ado y nóasü füncion¡miento. Aunqu€ este es construido po¡ los SruPos qüe fequi.rcn d.lpoder pdá someteráotros, ¿loperá. ne.esita el.eco¡ocimienb dé lo¡ SnPos snbahcr¡os r,én .lguna medida, su conpli.idad o ¡li¿nza. Sobre ere Punto Pü€de consultarse la obra deNlcos PoUJani]A. Po&t talít¡ú J rlÁd e.iaht ¿n .l Esta¿, úP¡t¿l¡r¿ y los estúdios qué h. h¡chop¡ra el Pe¡ú, Stev. Stern, ¿6 pu.bk' indtgd6 d¿t Púú ) .l ddafa d¿ b.oitlti;t¿ Bpañola

ñJu.gen Háb€¡mas, ,f¿' ¿¿¡ d¿l Estado iaria¡al, pp. ¡75-l7l; Comenta'ios !)b( .l

si8¡ificádó del Estado capilalúa €n Anthonyjúáy, ¿a ln8,.d ¿.1Po¿tr políka, .a1ttutt' I,' Repecto de los elememós .órstilütenl€s dcl llsrado / l¡s dictinlu Po$cn'!3 ktnnr

desde las cüales se le puedé.bordat, véase Hunrbcno NoSucir¡ y f.ancira, (i,'r'¡,lnl,,

' r Robcr n ,ss¿o, r , La Sa.kk l i t¿ t . ¿6 ¡ l l¿h l , ¡ , , , , | | r i , r . hu ¡$ r ¡ ¡ rn , , l l nL lv

\W¿l lc6 tc in . ¡nk¡¿ id . t . ' r ¡u t ! ¡ !n .n , r d . r l i r ¡ , r \ .1 , i ( r ' ^ , t r , t r r ' ¡ l ,B y d i r ¡ , ih ! r , l . , t r , r r 'dc podr ¡ , .o . : in r r { ! , | l *nn , , " h ' t r 'n ln ¡ y !L ¡ l , t t r r ! ' { k r t In r l , r ¡ . i i , tn \ i l r , ' . , . l , 'r i r l r i l n l ¡d d . l ¡ { r ,1 , ' V r ' ¡ i l r ' t r . ¡ tn l1v¡ ' l , ' t r , r f ' t r i N i ' l l , ' n ' ' r , I lú ' t ih r t 'h r ' \ t ' \

ESTADO

El t'bd' I h tunk, | ¿llurb tut ¡th.. D. h iídlli¡ro h $.túinn

| "d"*".r."¡*_]I ob.dt nt r, tnch¡ido! |

l-F*l--g-

'*iP</ru#tr,fcú.ncc! ¡ h com¡rdrd.InDlica t¡¡ rcattto d.p€ill€¡d¡ q¡c .. pucd€ ¡tuÍirDor cl ¡ddbrro, d F¡{do comt¡ry ci.r¡! prf.d.¡¡ Ddrle.

Son lor conúucbúr d! l¡ retón

ryTcnito¡ioFobl¡.ilt!C\erpor jt¡¡fttico!AD!¡¡e boto(r¡lü.o-nil .¡

Nación

¡¡¡ di¡¡¡ló Fr qul¡- ló¡¡ ¡.ldddil¡d nrlm¡l ¡r h r crh & l¡d'r.¡

nn$¿¡¡¡¡¡ {ülñr', l¡n¡lda *rútE¡r¡¡! lhr¡d¡ .L ¡ l¡br¡¡ld oLc¡vd

Page 3: La Formacion Del Estado

-

JoRcE P¡Mo RoDPlcuE

tur¡didos por los constructores de la na.ión y el carácter de sus reivindicacio-nes ) .prosramai

nacionalisras!'., En Sg'Jr:(:.q la h¡sgf rcprere¡q_Parer runoamenrar, aunqu er mrrc o ran¿asra oe que-nlFirtcÉiéñen en el p¡oc€so de conrtrucción d€ la nación polílica. En pala-braÁ de Ande¡son, esta última termina siendo una comunidad imaginadañ;mientra¡ otros autores la definen como una "forma modema de identidadcolectiva", en cuya creación interviene la historia, ampliamente mar¡ipuladapor el Estado en su estuerzo por crearla'r.

A dife¡€ncia de la nación cultu¡al, la nación política no pertenece plena-m€nte a los individuos que forman parte de ella- Tirl como hemos dicho, en lanación política podemos distinguir a los gestores y al agregado social. Est€último estaría constituido por quienes conocen y sienten la identidad nacionalpo¡ la acción de un conjunto de factores simbólicos (hirnno nacioÍal, banderqescudo, etc.), míticos (discuno o discunos sobre la historia de la identidadcolectiva) y rituales (fiestas o celeb¡aciones ¡acionales, rituales electorales,manifestaciones cultu¡ales, folklóricas y deponivas, etc.), que aunqüe no lespertenecen, los sienten suyos po¡ las manipulaciones que hacen los púmerospa¡a incluirlos al proyecto de nación y ejerc€r dominación sobre ellosr?6. Así,la nación política implica voluntad de crearla y extenderla a la poblaciónsobre la cual se quie¡e ejercer la ¡ación del Estado. Estado y nación son, enconsecuencia, dos realid¡des de u¡ mismo proceso de dominación.

EL c^so cHrt-ENo

En Chile existen distinta¡ inierpretaciones acerc¿ de la fo¡mación de¡ Estado yla naaión. En el siglo x¡x la historioSrafia conservadora destacó el papel dePo¡tale! y de los grupos que asumen el poder, después del conllicto de 1829que termi¡a en Li¡cay. Ya en el siglo yü, Encina recoge este planteamiento,qu€ poco a¡tes habí¿ expueslo Alberto Edwards ei IÁ Frond4 Atittocróti¿a Elgran mérito de Fortales, segú¡ Edwards, habría consistido e¡ dominar a laftonda" gobemar sin ella e ir¡lponer el orden en Chile. Encina a8regó que elamor a Chile fue el norte que orientó a Port¿l€s y qu€ ese amor hizo posibleque crhtalizi¡a su proyecto político'". Autores comoJulio Ces¿rJobet y H€mánRarnírez, apoyados en el marxismo, se empeña¡on, en cambio, €n mostrar alEstado como expresión de una clase socia.l que se aprovecha d€ él para impo.ner subordinación. Se8rir¡ ellos, el Estado es un instrumento de clase c¡eado

r¡r Mndbv Hroch, "¿Sabemos suficie¡te sobr€ e¡ na.ion.lirmo?', p. 2irlJ.ut B. Añderún, Ituqind Conflu¡iti¿rl'5 Véde, po¡ €jempfo,Jursen Habeñu,ld.tti¿¿d6 ¡a.io¡oLt I p*k'don¿Lt pp. t\t\ t\u.rñ Alfotuo Péftz ̂ Sot ,

"Modelo féiom.rológico {.úarico par¡.1¡nÁlisú compsrnrlvode la dim.¡sjón politic¡ d€ ls id€nlid.d.! rol.(r¡v¿r: l¡x.l.m.nt,,¡.ú!.1¡ri,¡do¡.r",

I' Encjna tt:r/onr ., ,r. .ir, kr¡o r¡, ¡,1, ll'2 ,11¡ I

u E d" heiñt 'ltt¿rhazrdu L k isl$ii,t, h Á¿$iir

por los grüpos dominantes (una burguesía emergente) paxa favorecer sus pro-pios intereses. Fue la mis¡Da percepción que tuvo Luis Emilio Rpcabanen alcuestionar, en 1910, la celebra.ión del centena¡io de la Independencia y decirque esa fecha y lo que los gobiemos habían hecho dur¿nte el siglo xx nadatenía que ve¡ con la clase obrerara.

En los ütimos años una serie de t¡abajos han retomado el tema. Tirl vez elque logro mayor ditusión tue el de Mario Góngora publicado en 1981 bajo elsuSerente titulo de ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,rr¿ro-híltóti¿o soÚt¿ 11, foci'in dt Bt k n Chih n las sighs

Cóngor¿ sugiere, €n primer lu8ar, una mirada muy respehrosa al Estado(con malaiscula). En el prefacio recoge palabras de Burke para invocar rev€ren.ci¿ y de Spengler para deñnirlo como la "fisonomía de lma unidad de existen-ci¿ histórica"¡¡. Góngor4 que coni€la haber escrito en medio de la angustia ypreocopación por los sucesos viüdos entre 1970 y 1980, parece encontrar en elLetado una suert€ de refu8io par¿ €l espíritu atorm€ntado. Recurre, entonces, alpeso de Ia guena y al genio de Po¡t les para explicar el origen de ese Estadoque impüso orden y desató un sentimiento de adhesión, r¿tiffcado e¡ las expre-siones de Ped¡o Ba.lmaceda Tom: "en Chile somos esencialmente Datriotas".cul¡vünos un "amor sagrado a la patria". .on 'gentes cuya üda nos es mrisque una perpetua canción na.ional cantada en todos los ionos inaSinable¡"¡'r.

El ensayo de Góngora, escrito en pleno gobiemo militar, cuando aún lo!espa.ios par¿ €l debate estaban muy restringidos, mereció, sin embargo, algü-nos comentarios que matiza¡on sus planteamientos. García de la Huerta de-nr¡nció el ca¡ácter restrictivo y excluyente del €stado portaliano, aunque reco-noció que sus actos se som€tieran siemp¡e a la legalida4 principio introducidopor Porta.les que le dió continuidad al régimen republicano'3¡. l,os trab¿jo! déMa¡cos Kaplá¡, Raúl Atri4 Matíss Tagle, Gabriel Sala¿arJulio Pinto y Alfr€doJocelyn-Holt €ntre otrG, retoma¡ía¡ má! tarde estas ideas para desaÍollerl¡!cn otsos cont€xtos y con ot¡os propólitos'¡2.

No se trata aquí de reü!€r esor trabsjos, sino de explorar a tr¿vés dc unconjutto de tu€nt€s como re tue perfflando el Estado y la nación en Chilc, cn

f, l¡L Emiüo R.c.bú.n. "tuc6 I pob¡.í, pp. 57'98.m Uü¡o Gó¡gor¡, ¿ú¿to ¡t¡'¿eo @h l¿ núi'k d¿ Btsdo d üik ^ lN ¡i¿,18 M, a, p. 5.¡¡ Gó¡go.., or. d(, p. 9. L@ ..r@oú¡ll.d6 ún .it! d. Toro Fdr.ritú po¡ Gó¡gor..

¡P.rc tin eoDp.¡ui.¡lo d. úú.ic.",.8e9¡ B.lñe.d¿ a$in l¡ ni.ñ. cit¡ d. Gó¡túnponlñdo.n dod..l vdor d. .rc p¡rr¡oli.mo.

r¡' MRú OÉl¡ d. h Hu.rt¡, "Núión-E{t!do y l.drim¡d.d .. Chi¡.. R.tl.x¡on.. ¡obÉñ llbro d. M.no Góngor¡", p. 155.

rr ld a.b.Jo. d. todd ..to! .!toÉ¡ ¡p.É.¡ id.ndn.¡do. .n l¡ bibliot¡¡tl.- Sir d...o.nóc.r ¡!r mé.ito¡,.. nu..td op¡.¡ón n¡nglro d..llor.lcea l.prcfund¡d.d d. ¡d tr¡b¡jold. Chl¡r.no¡t., H¡lp.nn8, Bor.¡. y 0.llo mbe Arg!nt¡¡!. v.d.d.ror hod.lo¡ p.r¡.bo¡dr .l pobl.m. d. l. .on¡rltü.jón d.l ¡l .dó y ¡. n¡.¡ón .n úr pil¡ .ud¡ú.nc¡no, P.rr .l t.h..b L n¡ 'ór.n Ar8ntrn¡,.r l¡ñblóñ 'nr.r.rrrr..l I'hn d. N'.o|tu s¡m*ry! /. /rDd¡iór¿. L Aa ha. lh útd tt. rid d.a

Page 4: La Formacion Del Estado

JoRcr PrNro tuDRrcüF7

el curso del siglo \r{. Panimos. desde luego. de un supuesro: el Estado_fireesenc¡almente ¡ reaci¿n de u¡ secror de la-sociedad chilena rllám;Gñ;;orngenres. eure o crase domrnaÍtel que necertó. ura vez con(lu¡da Ia Inde-pendenci4 un instrum€nto de poder para saca¡ adelante sus proyectos. Sobrela ba¡e d€ esos proyectos s€ iniciaía támbién el proceso d€ const¡ucción de lana(ión. debiendo Incorporar o desec har diversoi elemenros de un pasado quea¡rastraba la nación cultural, de la cuat emerge la nación que construimos enel siglo xx.

Por eso, los procesos de construcción del Estado y la nación se inicia¡ontempranamente en nuestros paíseq tan pronto concluyó la Independencia. Enla mayoría de éstos,los grupos dingentes comp¡€ndieron que Ia creación detEstado era vital para da¡le forma a sus proyectos poliricos y económicos. Valedecir, tuvieron que fijar tenito¡ios, población, establecer cuerposleg¿l€s, for-mar el aparato burocrático militar y r¡ansformar 49q $!¡ga!_!úbdi!qs-de tacoronaen indinduos leales. obedienies r comoromeüdos con et Drovectoouese te*¡Ebr,nrF¡rcrdo. E*" tu;ñ;i;e;J;¡;;;Ei.l;;á;;;;lrosFúpos dirigenres. tan pronro concluvó la lucha por la lndependencia.

En términos más concretos, muy pronto se percibió que el Estado €ratundamental pa¡a resolver, al menos, dos cuestiones básicas. En primer tugai /articular nuestra €conomía a los circuitos má! activos del caDitalismo decimo- inónico y. en seSundo lugar. esrablecer algunos pnncipios ¡e intervención ycontrol sobre la población para facilita¡ esa arricul&ión. l,a necesidad de colnectamos rapida y exitosamente a las economia' "r'op.u". no yu "n nu.rrrdcondición de colonia de Espatu, sino como pais independienr€, obligó a loigrupos dirigentes a encarar con toda resolución el problema de la constglción del Estado ),la naciónrs.

En Chile, arnbos se const uyeron sobre la base de un diagnósrico que sevenía haciendo d€sde las últimas décadas del siqlo xvrl cuando el a¡helo deindependencia rondaba 1a en la cabeza de algu"nos drrigFntes e inrelecrualeschilenos. Est€ diagnóstico, que compartieron los grupos que manejan el podetdespués de 1818, consideraba que Chile poseiauna naturaleza fecunda, perouna población esca$ y de pocas luces. En opinión de ellos, ta población deChile no correspondía a los donesque le habia p¡oporcionado el Creador. Se

r¡r VDlv€mos a record que en ere trabajo se sume qne el Erado y la nación Ineron u.acreación de los grupos düigentes. Si¡ enbargo. había qü€ r€.o.oce¡ quc t¿nro el Eradocoñolanáción son f€nómenos nuy compl€jos que hó)] la hiltoria soci¿I, muy p¡(i¡ima¡erostemú, recoDie¡da úalizar .on crirerios d'stnlos a los qu€ sc usab¡n cuando el pcso de l¡ecoromi¡ ñarcaba una historia súcial quc dcfinía a ¡us "g¡üpos rocRl€s" a padn d. d. s¡¡elac'ón co¡ ella. Esa histo¡ia poní¡ Él énÍas¡ cn la difcr¿iria y el cotrUickr y ¡ú.qft s,\Postu¡ados siSuén r€nic¡do cien¡ v¡lidé2, al¡{uÍ's rur',¡5 tn.3mxar {lu.0l t:rt¡do I l¡ ntr( iujse .onsruye¡ desde ariba y d.sdc ob!¡), snnrlrinn{nfntr,, n trhv* d. c,trnt,tt,¡r! !.(trs rtn.ha t r i r . p .sgu isar .on D¡u¡h I p r r ( rucr t r r r t r ¡ ¡ ' t , rnnr . r r rk t r ¡ $ , t r f r i r tn ,n r , , v .N, La. x ¡ r r r i r r f r n ' f { u k \ l . r f r l , \ ¡ t r j r a . M , " ' , ' ¡ ' ¡ ¡ , ' r t " r ¡ r ¡ , , t . h k \ , t , ú t , , t , i t ú L t t r . ¿ \t l ih , tL l l r ¡ h r " \ Nr t t t t¿ , ¡ t t l , l , r t l tqh t ¡ ,1

Bt'rlot h tuíu,t.lpdhñata¿u. Dt taírdsióndh dttu¡¡t

x€go a pensar que nuest¡o país era como un dragón qu€ no podia disfrltar desus riquezas por su escasa pobla.ión y las liñitadas capacidtdes de que estabadotadar¡{. Sin emba¡go, una idea que rambién compa¡tió la clas€ poirica de laépoca. ¡a inrelectualdad ) lo que mtu larde seria nu."Lro "*pr".";,¿o. t .que poremiando lo que se renia podriarnos atcanzar e¡ éxiro t ta tet,(¡dad en€l futuro.l,a clave consistia en precisar que queriarnos y que áebiarnos hacerpar¿ consegui'lo. Ha.iaeso apüntaron tos esfueuos de nuesrros grupo, dirr.gentes, coincidiendo en la mayoía de Ias veces respecro de lo que convenia

En efecto, la mayoía esruvo d€ acuerdo en que Chile era uno soto v oucdeberia seglli¡ tuerremenre unrdo en et tururo. Aunque en nues¡o pars LL¡'b,,pan'darios del federalsmo. se inpuso con retad!a fatitidad la idea áe unid¡¡len torno a u¡ gobiemo central, con poder€s y facuttades para decidir eldesti.no de Chile desde la.apilal. Tempr¿namente. se m,ró con receto a tos podF,rrlocales o lcgionales que pudieran poncr en petigro esre obieri!o. -Elg;b,ern,,Inrcnor de ras proún(ias es monslruoso", se de(,a en l8.jt. Su eier(irio Doragen'es locales desencadenaria etcaos y la ana¡qu,a. a menos que áepend;eirlexclusivamente del Presidenre de la República,tu. El sistema u'nitario se impu-so, ast, sin mayor diffculrad.

Se consideraba, en segu¡do lu8ar, que el paÍs tenia suñcienres recürsospara trazar su futuro por sí mismo, de espaldas a cualquier proyecto pan osudame¡icano. Nuesrros g¡upos dirigentdactuaron, en este sentido, con uDaciefla doss de soberbia. que cerro et paso a los viejos suenos botivarianos ¡, ¿(uatqu'cr prove( ro de inlegrá(ión regional. .omo el del mariscal San!a ( ruz.Se presentó a Chi¡e como un man¿nr,al de recursos que bien aprove, hrd,,s,nos pemitiian salir adelante sin la a'.uda de nuesrros vecino;. predornini)unaconvicción casi insular, muy cla¡amente expresada po¡ Diego porrales,{,,.

L¡r. t¡ ¿¡presión .oresponde a donJuan Eg¿ñ¿, et múmo que m¿s adctant¡ l¡rrt,fpa¡licul¿r influenci¿ €n el proceo de co¡rrucción de la ¡{ió¡ en Chit€. Egaña {l0.toi¡i toa n F ' h { p n l r ¡ 0 r . ¿ l p r c s . r r ¡ , e l t n t o , ñ r A n u a l d e t T n b u . d t a " U , n " " " . A C . t . t t . t , , ¿ . r x , r .

r{5 Declara.ni. d€ Agrrin de Vidat. t,A. Elizatde y MJ. candarillas, diput¡do; dc trCro C,m*nún L¡Fuu)enh_ x dc ¡s* ro de l l j r r ( , ,a ;a Dor cab,n t \ : t . za , ) .Ju t , "f¡n|o. H6tona oñkñ?otan¿¿ rt¿ C¿¡l., vot L p Ji.

'¡! Estn ide¡, qüé en Pon¿les es mul.lara cuando seopone ata inl€rven.ión de Er¡d,$Unidos y a L Confederación perú bolivi¡na, s. pertitó en nuerro pais con anr€.jorid¡¿ . l,Bands rcinle. H(ia 1818, don.Jos¡ Migx¡t Caiiéru apetab. a ta impe¡nJsa trecesirtad dc lu.hr,pd lú "'drp¡ndrn s dc ̂ '*rnhnc, rl !',r,ic¡ p,n , I fuqtdñn.nr,, o" qú\ hqmdnu, srgrr, "t.

In rn \ ¡ r unr , ¡ba u ,J In . ¡v r r ¡ ,J J r ¡ tu r r , ¡ 4 , , ¡ , v " r " , -Mar ,¡n\1,' r 1,,\ h¡l"t¡Ña lil,¡¡ ¿c l¡N pncbt¡^.h Chilt¡, |0nr) l, p. 221) Snr .nt)¡r¡io, (orv.nrL i r ¡ ¡ { ¡ . { r , ¡ t r . | , r r .Nr l1 , ' s nn ,x h rnn t i ¡ s r ¡ún . , r r r r L r r rv , r rDor , ¡n .n (1 r t , , . , , ¡ , ,n " r Í . 1 1 , r n l r 1 " , Í ! , , t ' i r . r r , t , r , , r . u r t , . t ¡ a f , r . , s n , , , 1 , , r . . \ ! t , , , c , r r r r i k t , , , . t I n r , Í , ,l 1 r ! ¡ l , r ' , , 1 , 1 , , R r t , , ¡ 1 , 1 , , . , . 1 ' . ü ¡ \ , , \ , r , { , . . t 1 f ' , , , , [ Í - , , . , t , , ( i | I , . q , , , " , , , , t r , , , , t , . r t ,!1 , ' ,N , ¡1 " !n l ' n " ' r . ' ¡ { ' iN ,^ r , !1 , . | l1 i .N , ! . ¡ t , t r ] , . t ¡ ,! r . , i \ , r , ¡ t ¡ , t , , , , . 1 " , t , \ , , , . , , , , r , r , . , , t t , ! , , , 1 . , , , r , ¡ ¡ t ¡ , , r ¡ r { , , t ¡ ¡ ¡ ¡ 1 , , ! t \ , ,

Page 5: La Formacion Del Estado

JoRctr Prso RoD¡¡cuü

En el plano de la economía se insistió en aprovechar las riquezas deltenitorio. Esto obligaba a traer hombres ilustrados de Europa que pudiera.ninformar acerca de lo que €l país tenía y lo que conv€nía hacer. S€ insistió, porejemplo, er¡ la necesidad de estimdar nuevos cultivos agrícolas, apoyar lamineí4 impulsa¡ la industria" desanollar el mercado interior y captu¡ar losmercados extemos que favoreciesen nuestro crecimiento econórnico. Al co-mienzo, no s€ pensó en aumentar el territorio, sino aprovechar lo que ya se

Respecto d€ la población, se reconoció su escasez y limitada preparación.Para resolver ambos problemas se pensó en la educación e inmiSración. Sobretodo interesó, en los p¡imeros alos de la República, la educación. Dsta sería larueda de¡ progreso, concediéndosele una importa¡cia púctica y moratizadoraque nadie discutió. Po¡ ella seríamos buenos trabajadores y mejores chilenos,logrando generar las condiciones para que nu€stra población, educada y culti-vada, pudiem $umir la soberanía del poder y traspalarlo a sus ¡epresentantes,transformados en gobiemo por la delegación de ese poder. Otro pnncipio quesuscribió sin reservas la clase politica en el siglo xx.

La admiración por Europa y lo europeo caló, también muy hondo, en laco¡€i€ncia de nuestros grupos dirigentes. Poco apoco fuimos aiumiendo unaactitud de imitación que se t¡aducirÍa, muy pronto, en un sueño la¡gamenteacariciado: ser en América un rincón de Europa.

En síntesis, a pocos años de producirse lalndepend€nciase establecieronlas basesdel acuerdo social que facilitó el Droceso de construcción del Estadoy la nación, sin los conflictoi que se aprecian en otros países del continente,todo lo cual se vio favorecido por una serie de facores particulares que sedieron en nu€stro país.

En primer lu8ar, había que señalar que hubo de parte de nu€stros gruposdiriSenles una propuesla (onsensual. en el sentido de coinodir en que ¡o má.-importante em imponer el orden para arelerar las e:porta(ionesy consolidalel modelo de crecimiento hacia atuera qu€ se impuso sin contrapeso, a pesarde las resewas de algrmos grupos aislados que intentaxon defender la industria

áñericoo". decia Pinto. Citado por Montaner, ¿r. ¿!., p. 442. Añós dtes, ¡a idea de uaco¡fed€r&ión de los p¿ises de l¡ Añénca Me dional ya h¿bi¿ estado presente en ¿¿ C¿t¿¿¡u a&¿1¡.0 Ctu i¿¡o 9u€ circnló er 1811. Védé Waltef Ho¡ch, B tot¿.ima iolti.o dútidno. Lúi¿.6 | b ¿p%a: Úlq P. 42.

r*'U¡o de lós prine¡os doomenlos qne plút€á ura &ción pda el€mer8€nt€ Est do erCb e es el "nú de Gobieño confecc'onado ) propnero ¿l Presidenb de ¡¿ Dxcma..Junh dcGobiemo por donJnar Eg¿ña", e¡ l8¡l). E8ane p¡oponia f¡¿nqued €l comercio, apoynr hindusha dew¡olle la ¿gri.ulrüra, foFcnl¿r la mariD¡ I cvihr h kaida d. ncg¡1r\, ptrc$, cn r¡ópinión, e¡d vic¡osos y drtut¡ab¿. á l¡ plrl,.. l,,n 1,, n¡{no r','t!,rir r ¡¡alqunr Dxal,¿r,¡trri.voreci€s¿ ¡ lú cña\ l:gaña pr)txni{ lNnl,irir \rrlitrr l[ r,,¡nrn ',r¡hlnn n Ia p.nn.irn¡xdc l ¡ob i . rx ¡ , ( rnhn¿, , , t t r . 1 , , \ .n t ' l f r ¡ , r t t r r rn Í , r t rn ¡ f t r r r r+ r rs r ' ¡ ! ! lnv t r 'n lh l "( )n tn r r ú Ih t ' ' , , | t ¡ r I l rL t i tunh \ k l ru t h t t r ,h l ,nn l , t , , , N¿" , , , ,1 r ' , i \ ' \ t ' t ' , r ; t ¡ ) ,1

El Elt¿¿rt k wiir,t d pu.tb Mlud.. tu biütatiiñd ta ¿r.h,i¡r

¡acionalr33. Se podúahablar de un acuerdo cupular de hacendados, empresa

lo: m'ne ros ) comer.ian tes. que etabte.ió con basta n re sotidez la. ¡ ., p" La.

de lá mesa que sostend¡ía achile y que eviró laexisrenciade conflicros potiriros enri.e qujenes pod¡a¡ disp'rrarse e¡ poder,. . Et propio Efado se ben.ficiabadel modelo. En a usen( ia de¡ lri buro ,ndigena- que en paises como pcru

¡Boltria linanc,aba parre imporranre det presupuer; fiscaj. en Chite t¿ renrJpública se nurria de Ios impuestos aduaneros. hariendo grat,rar sin conrrapes,,el comercio exterior en la suerte del Estado. A ta larsa, nuesrro Estado erá tanparaiitario de¡ r ome'cio exrerior como los grupos eionómicos que r rr ian rt,

. Como el modelo operó con exiro gracias a tas temp,a¡ar exporra¡ ionp\de plata" robre v productos agricolas, el consenso se consoLdo v et tsr¡d,,go¿o de permanen(es ,ngresos que ¡epemitieron ffnan( iarsin difi;utrade\ \ü\gastos ordinarios y extraordina¡ios, limitando aún más los evenrua¡es con flictos que pudieran haberse incubado. Si a €sto aSreSamos el s€ntido d€tordenque imperába en Ch'le desde la Cotoniá y tas esca\as pusibitid¿de\ de t,^Srupos subattemos d€ cuesdonar o ¡esisr i r el modelo, por el tuerre conrroloucsc ejercía sobre el los a úaves del -modelo hacendal- y los'mecan,smos dedescompresión so.ial-delNore Chi.o, el pro¡ eso de consLrucción detltsLadoy la-nación en Chile tue menos traumático qu€ en orros paÍses del continen-te¡Ú. AlfredoJocelyn-Holt ha llegado a decir que más iñ¡ortanre que etEr¿.

. , q S o b r e p l p r o r r r D n i s m o f f c t s i g t o \ r \ s p ú € d " . o n q u t r J , t c c \ ! p t . n , c r p , o p n r , u rhqha po¡ sprg¡o villdlobos y RafdclSdg€do, ¿a¿,n@ y',a tt.ño"i|., d igta t,l'¡' t¡ €xpresión .orrespordé a CIáudjo Vóliz. Véliz ima8jna údafórj;ménrc a nuerr,Par oDo ura mes_srdida e¡ rres p¿ls: los agricultór€s delV¿ll¿ CénrFl,lG émp,cyu.namire.os d.l Norte Chi.o / Ios comercidles de ValparaÍso. Véas€, Cl¿udio Véliz,,ünna¡ rltt.! pda\": S.ld¡r y Prnro, ¿p. ,¡i.. rot. r. pp trO t.,r han apo,,¿do otros etemenro! atd.tu¡r,hn añhur. ¡!d' dr lsJO\e rmpone un pro.ecro de ta -, tñ. ñcrcúrit- chitpn¡ que bú(,,l,¡int€gr( ióD heia afüe¡a y la diferer.i¡ción h¿cia adenro. r¡ jnr€Br!.ió. hacia af;ei! hR.ftf.¡€nci¡ ¡ ls v¡ncnlación de n¡cstra e.¡noñia cor t¡x me¡.¿d;erternos. I{, quc ¡{brl¡¡ob¡¡8ado ¡ 6!ta cl$€ dniAenl€ n iúponer el orden inierno. r, bns.a¡ ta n,idad ¡a.n,l¡|l.^mbo¡ auhne!.¡tud"n. ñ ora p¿¡rr dp su ob,a ,o, or., vot. r, p ¡: ¿l p€trgro dr ,h"rn

t"¡ .1 r . , - d l .ú . ¡ ' res ,h r lenas E\ cv idenrc quc h¡ccndado. . . i , " , . " ) ; , , . ; , , , " " , " , , " , , , , , ,I t t ¡c r r \ f ' r , ,p ¡o ¡ que mcnü.nen dúran 'e e lng lo ¡ r \ , e lo no ma€re dB.u$r in , vn enüdr , , , k ,qu. qucr¡nxtr kn¿¡dr a,á e" quc loq re. B'upos co,ncidrpron ¿n un ,,mudrt,, ¡xou¡r¡d,rr,u.c.nv.nid ¡ r¡r inrer€ses, rar.udl¡o recono..¡ s¡lesr y pinto cu.ndo sc retir.r; a tr lt¡¡;tir¡lñi.gro.nnr h.ci! afúr.a",

'i La rr.csnismos dc coñtr¡t v,cill di t¡ hrcicnd¡ h¿n sirto ta.loD¡enk,ú!r¡d,* rrnLrB! t r u r n . . f ludrÁ y ,h ' r t ¡ ¡ r r r n t 'n r . ¡ , t . , t ,a , r ! . ¡ , ^ \ " ¡ , , , ¡ , " , , , i ¡u ¡ " 1 , , " , . , . ,1 , , i 1 , ,n u . r ' ' k r , r t . " r ¡ ¡ , \ , r r ' t n ' r t t \ M r n a , ^ v ! ¡ r , t ( ! r , a . t r ( , 1 n r t , , , , t 7 ¡ ( , . h . n | . t . , , n n r , n \ ,. rú 0 l rú r ,B r ' ' . l n r r ¡ n l (o ' runr , ¡ . t r l | , ] ¡n , h v t r t ¡ ¡ rn h ¡ , | ( . i [ ¡ , v h , . t rA¡ r r t ¡ r t tn ,Jnr t , r ,l r ! l ¡ t r l , x ( rnhr { r ! r ¡ rú l , ' ,Áp . rün ¡ . h v r t , r ¡ r t n r , r , { , I t ¡ , . r tn , ,h ( nn ¡ t r , t , r , c r ( , , t , t ,1 , ,I i fp ¡ r l f ¡ l r r ,B , ¡ r t r r ka t r r i r r ' ¡ r l { l xa r r i , t r . t ,n ¡ . , ,1 , r ¡e r ¡ t r t ( ( , t , ! ( i t r , \n ! , r ¡ i t t r i , r t r ¡v¡tt\t^r'l¡ lLlt¡t1k"n | ¡¡¡Útttt:r, n¡ |,tu¡rt l|t1rt, Ir ¡ ¡ . ¡ ¡ , , . ¡ . . , . ¡ . r , . . , , , . , . r , , , , . . . , . , , , " , , . . , , , , , . , , . r , . , , . , " , , , , " i , , ,

Page 6: La Formacion Del Estado

JoR¡rPh-'ro RoDRrr LZ

do fue, en el siglo xrx, "la persistencia del orden social rradicio¡al,.o. en cllengxaje de Porlales, "el peso de la noche"ú,.

R-ipidame¡te se fueron configurando, así, el Estadoy la nacjón. La cons¡,¡ ida, 'on de e.ta ul I lma pe' mrr io a nuestros grupos drngcntes rrd.pa.ar su t , , , ,yeclo a ¡os grupos subalremos, genera¡do un sentimienro de chilenid¿d. qufcontrasra dramarrLampnre.on la pobre?a a qu. rueron arra,rrado, mu,. , , , .campes¡nos y rnineros que no pudieron beneficiarse de los éxitos de la eco¡¡,

Un episodio de la llamada Guer¡a det pacínco Dermire comorend.r {.1F ad,, de, onsisren¡ id qu" h¿bran togrddo dmbo, en ta con, rFn, ia dc t , ̂ . i t , llenos", sese¡la o setenla años después de la Independencia. En l tt8l, dcsp r¡,isde las batallas de Chorrillos y Miraflores, el gene¡at parricio t,),nch explj;abra un almirarte francés las r¿ones por las cuales Chite habi¡ biunfajo cn t¡guerra. Visitaban a ¡os heridos en un hospital de Lima. El generatse di.ignt rdos soldados pe¡uanos y l€s pregunró por qué habÍan parricipadoen el co;nicro: uno le contestó por don Nicolás (piérota) y e¡ otro por don Migr.l h,l.oronel Iglesias). Dirigiéndose enronces a dos soldados chilenos les formLrl,,la misma pregunta. Ambos, sin poderoculta¡su sorpresa,le respondieron sirlvacilación: ¡Por mi Pahia, mi generalj Esa es la ¡azón, expljcaba el j{.D.lllLynch al aJmrrante frances . Elpaa era unu s,to ) sus td¡nm. compJ,r,( t ,ñpor rodd la n¡\ron.

Ahí estaba la clave, Chile habia generado una idea de nación más v:tid¡que el Perú y ese solo hecho había sido decisivo en la suerte dc la suerra. si,rcmbargo. sorprende rarnb,en la rapidez ( on que.e dc.v¿ne, ,o nuc. i ," , r . . , , , . ,1

ú dc¡idir rn cl plaro dr la concién.ia. sino de ta pr¡sen.i., quc frjó vnr.üt,x l)orvr,(1,\bs¡dos en la lcaltad I ndelidad, bar.nb cncienrér al nom€mó dc cj.rcer.tomi,,r(¡trr 1. o¡úgrú subudración. Trnspasada esrr rt2.ión a ln estcra det Eratto, pud. .o¡rjt)!¡. nrllu6¡r ¡ dudas, a $' dr¡$lida.ión. Tal vcz por ena razó¡j tré(ucn¡cmcnrr r.rcracknrn rn (.hrr,.¡l ¡:¡l¡.lo (m ¡:' ue parrcD¡l .n ¡a cnat se (,büan todós t,x .hiteDos, .onro tos pc,trk\ ,¡ Íqu i lnxx .n h h rcn nd !

" ¡ . l l t , r ,pn¡ ¡ ¡ . r ¡ l r ln , l r . i l i una .ara d . ¡ r ra t .s cn t ¡ .u t ¡ j i c . qu . " tn n rn t , r ! ,n ( r !trtr.tul r¡r In n,¡{ rl r.poso,.\ l¡ ¡i¡'anri¡ dc l¡ ltrr¡trili¿¡d pLiL¡tn.a". ¡,rü llnrrt,* et !tr,tij,. ¡ ¡ ¡ { ' r r r ¡ i !o r r l p . \ , ¡ . la r ¡ .h . " i r l v ic ¡ , . t r tú r ( ) lo ¡n t t r t . , r rn tq r .h r f r . , r , t , t , ^f¡lf.tr,x nl lilrx,, Vr¡\' All¡r¿,,.l,,.ctli ¡t,nr, ¿1 l,4o ¿? t¡t Mh., f,tj :ti , t rn. n.',, ,t,1" ,t,,$ r r ¡k . rNUf r ( 'Dysn

, r ! ! ' l . ' , ' tn r i ' I q t r . ! r , ' r S ]nxn1 Inn ,vnr d . Ch i l1 , . , \u ¡ ! t rc InnNrr !r ü l ' \ ' ¡ h ' t r r , , , " t , t r n r l ! , r t ( . t i s , . \ r \ t r f ! r t r , , i x r ú r c t s u , ¿ r t r ! r f i r x j n ( . , , ! L t r ! r r t t , j t ,. | | ¡1 t r ' l l , ' n , r ,1 , , x t , i t r r t r r i { r l t ' . t t r ¡n r . .L , , t , r In r f , ^ r r ¡ j t r ' s ,ndc , ,k \ I - , ¡ *^ . , , t , . " , ,n ! ¡ r r ' r r r l \ i , t , , r ' L f | l r , t , l ! , , 1 ( ! t r \ r r ' t r , ^ . , \ t r . ' r ) s ' ( t , t r t n | r , x Á ¡ . ^ r i r x , i . [ ! , t t r , , , , , . ,. th ( l ' r l . " r , n lk1 , , !A n re \ . ,N , \ I In r ( l r ih i In r l r \ .u , , ! , t rn , r ,n ,n ¡ ¡ , r t ¡ r , , t , , , r t r r \t ¡ , l r r t r \ \ , , 1 ' R r a Á . , t r , ! , r t , , L , t t r , L . ( . t n t , t r r t ( ! r t L t r ( r . , \ t r \ , t r , t i , ! , " , , , , , , " t , , , " , , , , " ,l l ' , l r r t r ' " \ t r ' r , r l f l , a t r ! , t r r ' l i ' ¡ i , t r t r , , r , , L t l \ r ¡ , , [ f , , k \ , , ¡ t ,N ! , , , \ , , , ] t r ! t , f \ , , 1! r ¡ r t ' ! \ I ' i ' n 1 \ I , r , l \ , I l , , l ¡ t , . " r ! | ¡ ! ' n , r l i ' { , t r , ¡ t t , r , , ¡ , . r , , , r ! r ¡ , t ) , l t ¡ , t \ , , \ , , , ! .f ú ¡ l ¡ r l r l " f , t r , ' . l f l . " r r l , , \ ! t l r \ r , n ¡ t 1 \ , , ^ t , u r , t h ^ l t l u l , t ¡ , n 1 1 1 , \ , 1 , 1 ¿ h 1 t u 1 t , t ,t t t . r ¡ 1 , 1 ¡ , , i l r r , t , l

El tnr¿, I h Mrih,t d lu[]t nal!¿u D, h¡NLrtM ¿ 12 ü¿ú¡'

0¿ ne3a dc E€3 pata¡)

+Proyeto d. p{íB

Deftlde¡ úu.! i¡t¿E&! Ak¡¡z¡r.l d.!¡¡rolol"f.¡icidad'} de Chile

.ú¡bL6 úe¡idd d. @Ed úbr.I¡ pobl¡dó¡ F¿ .lo¡a .r. oüj.dvo

I b) Cn(cr po¡ no¡otro! tumoq d..sp¡ld¡ e.u¿lqu'.r prcyñto pú o tudm.ñ.¡ro I| .) Apúvñha úu..ttu riqu@ |I drconñü.¡ r t r .ducurón I

l l^'" ': '" '" ' )

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tt tjt¿tn ! h tund¡, ! d lt th MltoV. U h iid$ió¡' b a¿BturJoRGt hNro RoDtucuü

te solidez. Ya en 189 l. diez anos despu$ de ta guena. el pais se desangraba en

un connnro inlemo, la Revolu(rón de 1891. que concluyó con el sui(¡d¡o del

Dresidente Balmaceday con más víctiñas qu€ lapropia Guerra del Pacífico'

biez años más tarde, estaltaban los conflictos sociales que termi¡arÍan en la

masacre de la escuela Santa Maúa de Iquique v en una ácida mirada hacia lo

que habiamos he(ho en elsiSlo ¡rx. En suma. tras el éxrro aparenle se o'ul ta-

b." oroblemas oue en esle libro comen!a remos. P' es(ando Partrcular al€nción

a la;elación de;sbs con el mundo maPuche.

ll)s ELIMENToS DEL EsrADo Y l,A coNsrRucclÓN DE l-A NAcIoN

Ya sabemos que el Estado suPone cuarro elementos (rerritorio, Población' ins'

t o-"r,torj,'iial"* y o" ap;ab buroc¡ático militar) y una condición (sujetos

leales o ciudadanos dispueslos a someterse a las leyes del Estado) ;Cómo se

pro(edió en Chile p¿ra establecerlos ' de quc manera se telac¡on¿ron con er'oueblo

mapucher bsto es. P'ecisarnénte. lo que nos proPonemos analizar en

las pá8inas sigurentes.

El as flto d¿l lenitorio

Et leflirorio tue una de la5 Pnmeras cuesuones que interesó a los SruPos qüe

asumieron el pode¡ después de la IndeP€ndencia O'HiSgins soñaba con ro

srar la unidaá e incorporación d€ todos los tenitorios que formarían más

Lde Ia República de Chile, sin excluir la Araucanía y lar rierras.austrares'

Se$in sus bió8rafos, don Bemardo murió en el Perú €xclamando la PalabraiM-agaltanesl ún embargo, los primeros estuerzos no se orientaron ¿ fijar los

hmiiesoa sentar soberanra en aquettas re$ones que habian interesado Pocoalcobiemo colonial, sino. a reconocer al pais y a explorar más delenidamehtc

ius ¡o"ezas. A eslo obedeció la inic iat i !a dé (onuatar e\Perlos euroPeos'

cuvo" conocim 'enros 'e consideraron de grr \ alor Para quienes debían tom¿'

¿"'.i"i"n"" ". El apoyo que se dio a Carlos Lamber' Ctaudio Ca) Carlos

Ambrosio Lozer. ignació Domeyko y Rodulfo Amando PhilipPi' enrre orros'

resDondió a esa ide; d€ explorar nuesta geograffa En Chile, Ia clase dirigente

corisideró urgente conocei nuestro terrlto¡o Sin ese conocimiento poco Po

,,r Yá ¿n l8¡8 O'HigCús decia en ünd Inslrucción€s que PreP¡ró Pará Anto¡io José

Insdri @úo Dipút¿do e;iá cor€ de l¡ndres, 'no hav u' ruÓ de Ia iúdusr'ia v de a8'icÚl

tnra en ¿l reino de Chil. que no quier¡ el aúxilio de ld conocini€nlc turopeG Por !r qür

le recoñendaba sr "infadg¿ble €n incil¿r a homb¡es 'ientilicos €n mineralogir' aquinar¡

outnica. eco¡onia polric¡, mar€náticas. hisroria. gtografia/demás 'ieñc¡¿\úilr's ll!ñrndr'

J cn;t t. -n'o. p"-on a.lonbfes c¿Pac.s d¿ fi{nr¡r I'r planrtl d' n$úurri'¡ 'ort¡" v

¡.'.n.". ciíarf io"' In.rRr(¡ rrnNo ,'t'rd¡n./'rt ¿t hb¿d tutnk' I nt u'�dhlt l?36

lñdios ar¡üc¡nos de la cordiller¡ del ¡ur Foto de aulor des€onocido. haciá 1900

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J" ¡c ¡ P¡M"R i q ¡ r u

dríamos avanzar. l,a ¡I¡rotia física J lolíti¿a d¿ Chrla de Gay y los libros dereconocimiento que dejaron Ptrilippi y Domeyko dan prueba de ello.

En realidad, el territorio importaba desde dos puntos de vista: desde laconveniencia de conocerlo meio¡y desde lanecesidad de tomar posesión deé1. Ambas cosas ¡equería¡ un conocimiento de la 8eografia, tareaque' comohemos dicho, se privilegió €n la primera mitad del siglo xrx"" Sin duda' elconocimiento favorecía la toña de posesión y dominio del territorio. Si elEstado es, precisamente, un mecanismo de control, se entenderá la razón Porlacual nuestrosgrupos di¡iSentes estimularon el estudio del pais Eralaúnjcamanera de operar sobre é1.

Sin embargo, por desconocimiento de nuestr¿ SeografÍa, ninSüna de lasprime¡as constituciones hizo referencias Precisas a los límitesde nueshoterri-torio.l-o mismo puede decirsede lanación. Más bien,los P¡oblemas relacio'nados con ambos temas quedaron planteados cuando se discutieron los artícu-los , orrespondrenre" a los dos, en las inslan(ias P'evias a sus aP'obaciones ocuando se comentó el tuncionamiento del sistema político del paísDr' Antesque se conocieran los resulrados d€ tos trabajos cientificos de t¡zier, Gay' Do-meyko y Philippi, €¡a dificil establece¡ Precisiones que nuestros constitucio-nalistas evitaron, tal como queda demostrado el año 1828, cuando loslegisla-dores discuti€ron el artículo 2' que se refería al tedtorio Al final, terminaronadmitiendo que ro había necesidad de establec€¡lo en los textos conslitucionales, porqu€ los "límircs de Chile €stán trazados Por la naturaleza lyl esescusado hacer intervenir la voz de la lei"11''. Este tiPo de ambigüedades reper-cutió en laÁ primeras apreciaciones que los hombres de derecho y la clasepolíticase forrnaron de la Araucanía y los maPuche.

Respecto del teÍito¡io, se supuso que Chile Partía en el desierto de At¿camay terminaba en el cabo de Homos, reconociéndose que la Araucanía, a Pesar deieguir en poder de los indígena\ er¿ Parte del PaÍs Aúque algunos hombres de .

"r En .re senlido,junto co¡ la tar€a de.eco¡ociúi€nto que s€ lc.ncd8¿¿ Gay, sin dlda

una de 16 nedids más inter€s¡nte fü€ l¿ de hábér éncomend¿do al ingÉ.iero f.ancós don

Cados Ambrosio Loziér, la co¡f€cción de ún nlaPa geográffco dél reÚilo.iorr!Las constitu.iónes de 1822. l82iJ, l8r8 y lllllil se limiraro¡ a seña¡a¡ .ón liSeFs

diferencid, que el rer¡itório d€ Chilc se ¿xténdía desde elDesiértó de^lacama hdtael c¿bo d.

Homosydesd¿ lns cordille¡as de los A.des, hara el Far Paciñco, comPrendi¿ndó el archtPi.

laSo dc Chiloé, todas ls islas adra.ént€s y las dcJuan Fe ández I qu. e¡¡. chlle¡os, 'n

prin€¡ lusa¡,los nactdos cn t.riro¡io d€ Cnilc Cono l. ¡ación lu. dcini¡l¡ (onr. cl .onsl¡)

mer.do de chilenos. d¿ a.uérdo a estas conrituciones los nraPuthe debian consid.raN rar

¡:hite.ós como cualquier dtro .acido .n su r¿¡rikrú, anrnbqr. tn it'¡lidad P¡ranadrrrn lrrl

.l¿ro. ial cono 1,, ver¿nos más adclant l¡rs l.xt)! ..n{iru.i(nrnlf\ .n I ur\ !'rltixin Avrrlr.

At¿ks ¡k l¿ R¿lubh.¿.tti \t¡t'r¡) nuv iúfrr\rtr(, 1,¡r¡ nvi',/r, rn rlrnilNN ¡r rir kl¡x f\'

¡dcnr is . . l ¡h ! ta ' rh r ¡ l i !$ r . ln r ' r . r i f ! ^ l ) r ' r r ln r { r ' l i , ' ¡ f l . ' \ ' e l r r ( ' r ' \ in ! f ' r r t r r ' x \ ' t r

. l t r rxx l ( , l ( t ro r r ¡ , , v , , rs , , l i , l , ( r r r ,1 , 1 , ' \ rn i ( l ,A i i , r [ ' i \' s f w ! t r , , l i . l 7 ¡ c ¡ ' f r l { l ! t A . ' { . t I | | u ¡ t ¡ t r r n r . N ) r . ' t r \ ' r l , i r ' f | ! i l t r 1 \ i v u ! '

, 1 , l t ¡ t i r ' t ' ^ 1 t ) J t t t ' \ , 1 ' t h t l ' l t t t l t i i n \ ' ' \ ' \

El t¡h¿nt h tud¡r, J ¿púlb tufudv. Dt h it lúiñ a h dlsiú

la época pusieron en tela dejuicio esra apreciaciór, á1 señald que la Ar¿ucaníaestaba poblada por una nación diferente {los ax¿ucmos), que gozaba de un tenitorio reconocido como independiente en los parlamentos coloniales, a¡tecedente que la República no podía desconocer, en téminos generales se impuso laidea que Chile se extendía desde el desierto de Atacama ha¡ta el cabo de Ho¡nos. Cono hemos dicho, más que fijar sus limites, a nuestr¿ clase dirigente teinteresaba conocer el teritoio y, sl promediar el siglo xx, ocuparlo o sentarsobe¡anía en é1. Por lo mismo,lar discusiones más interesantes no tuvieron qüeve¡ con el territorio propiamente tal, sino con la población que lo ocupaba. Másque el recipiente, importaba el contenido, es decir, la población que daría formaa la nación. Tal como v€remos más adelante, toda la info¡mación olicial queemana de la! auloidades y de quienes opinaron al ¡especto dejan esa sensación.

La propia división administrativa del pais parece confi¡marlo. l,a Consti-tución de 18lSestablecia" porejemplo, tresprovincias (Coquimbo, Santiago yConcepción), que conespondiú casi exactamente alas t¡es intendencia! esta-blecidas por la reforma de los Borbones del último cua¡to del siglo xvllr. [¿socho provincias que se van a formar m,ás tarde (Coquimbo, Aconcagü¿, San-tiago, Colchagua Maule, Concepción, Valdivia y Chiloé), recuerdan, en cam-bio, los anriguos cor.egimientos que desaparecie¡on con la Reforma de laslntendenci¿s. LaAÉucanÍay lai tienas australes quedaban excluidas, porque3e las conocía menos y porque aún ¡esultaba dificil ocuparlas. En tanto noexistiesen amen¿as, la ocupación podía posterga¡se y €sa fue la actitud queadoptaron las aütoridades. Si en 1849 el gobiemo da los pnmeros pasos para¡esolver la situación de Magallanes y en 1852 crea la provincia de A.auco,conforme a las recomendaciones de A¡bnio Varas. tal corno lo vimos en elcapirulo ánterior, se debió a que fue ganando fueua la idea de que Chile nopodía seguir desamparando aquellas partes d€l país que siempre considerólncluidas en su territorio.

Paradojalmente, no fue un chileno el que puso el acento en este a$nto,¡ino u¡ argentino, Domingo Faustino Sarmiento, quien duEnte su estadíaenChile redactóun articulo de prensa en el que llamó la atención sobre la nece¡idad de establecer soberaníaen los territorios naciona.les. Segin ól, "un territortu limilrofe pertenecerá a aquel de los dos estados a quie¡ aproveche suocupacú;n, sin dañaro menoscabar los derechos del otro". Pa.a demostrar ese¡provechamiento, agregó Sarmiento, €üpreciso, tomar posesión del territotio, marcando cn él la presencia dei EstadoL"r. Sin embargo, estábamos yalnl ndo a la scgunda mi|ad del siglo xx; en la primera, más importante quedclinrit¡r c¡ lerritorio y tomar plena posesión de é1, era €onocerlo y avanza¡.n k,s rfr¡)s pl¡nos quc i'Dplican la confornación del Estado y la nación.

IS r ' t r ' r r i , , t , l , , ¡ ¡ r , , { , r ¡ l , . , s r r l , r r 1d r ,¿ ( l ' s , t r r r i t r { ! . r l l l ¡ c Dú '70 d . l l t l t , C i l adol r ' l l ' i \ ¡ 1 , " , , ^ l n i * , , , , 1 ' \ r " ¡ t t t l l l t h l t ] l t t t t t T / t l t t ¡ r \ t r ú t ú h ¡ t t L \ l l ñ a ^ , 1 n t

Page 9: La Formacion Del Estado

JoRce PrMo RoDkld!r

Ti como decíamos hace un momento, más importante que el r€nito¡io tue Iapoblación. La ú¡ica mmera de ejerce¡ control sobre ella era acelerando el pro-ceso de construcción de la nación. Só1o transfomando a los pobladores en ,,chilenos incorporados" a.l proyecto de país propuesto por los grupos dirig€ntes, sepodría extender hacia ellos la normajuridica establecidaen las consrituciones ylas leyes de la República. Tal incorporación, plenamenre lograda cuando seconsigue despertar una conciencia "patriótica" que favorezca lacornpletaidentificación de los habitantes con "su pais", permitiría a los gnpos dirigenrestraspasar su proyecto de nación a los g.upos que empezaban a sentirse"patrióiicamente chilenos". En el fondo, se trataba de acelerar el tránsito de lanación cultural a esa comunidad imaginada que se denomina nación política.

Lo anterio¡ explica que una de las primeras cuestiones que buscaron resolverlos grupos que manejaban el poderfue transformar a los viejos vasallosdel rey en fieles servidores de la patia. El cambio consistía en lograr quetodos los pobladores se dieran cuenta que Chile reemplazaba a España y elnuevo gobi€mo republicano a lamonarquía española.

Aunque los g¡upos que se apropian del poder ya ejercian con ante¡ioridad ala Independencia una fue¡re influencia política y no pocos funcionariosdel nuevo gobierno provenían de la administración colonial, el cambio exigía inculcar a la población nuevos valores; es decir, hansformar la vieja nación política en una nueva nación representada por una grm familia queenfrenlabaunida los desafios del futuro- Sintomá.icamente, los "Reyes" empezaron a llam¿r,e'Lcal- y un pueb¡o del Nonc Ch r o denom,nado ..MonLeney'

se convntió en "Montepatria'. La idea era consrru una gran Iamilia, verdaderaobsesiónen nuestraclasedi¡ igente,famil iaatacualsetratódeincorpo,rar a los mapuLhe v a rodo. los pobladore. dc¡ rFrr i ror io. hayan o no na(idoen é1.

Para acelerar este proceso se recunió a cualro ripos de recursos: los medios jurídicos, la educación, la incorporación de nuevos pobladores capaces deintroducir entr€ ¡os nueslros los valores que necesitábamos para impulsar eldesarrollo de la patria y la torrnación de la memo¡ia histórica.

Los mediosjuídicos

Los mediosjüídicos eran claves para la formación de la nación. A través deel¡os ios grupos dirigentes podían hacer extensivos a lod¿ la población losmecanismos de control que debían imponer paraconstnrir el país que demandaban. Se trataba, porlo tanto. de est¡bleccr iDst lnmr'¡r li 's j trrid icos cap¡c('s dco t ¡ ) r g ¡ ¡ u n s e n l i d o d . p c r t c c n I i a y q r r c r t r a r r a r l ' n ¡ l , r l o s l r ) s " r h i l . n ( , r " .

l i r c f ¡ ( l o , r . f i f i ¡ i r ( 1 , ) s ¡ r l ( i , l | s l i t r ( i ¡ l r ¡ ( l , l l t 2 i J U r ) r ¡ l i . U l i s t r { k \ i r ( t l l r, s t r , 1 n h l , ) r ¡ ¡ r ¡ r ¡ r ¡ \ Í r t , . r , \ , , ' r t , t , , , , , , l { ¡ r r i [ \ , ¡ 1 , , , 1 , , , ) \ I , r l r L t i r \ v h r l l , , ¡ . \

i\t¡t\ h Maú,l.ltt¿th Mlú|u tu l¿iülúiin r t4 4.1úion

en sociedad"r'r¡. Poco antes, en 1818, la Constitución de€seaño. incomoró un( api 'ü lo especialque denomrno -De los debcres del hombre sociat- . que esra.blcc'aen su anrculo pr imero que'todo hombre en socredad. para af i anza, su.derechosy fortuna, debe una complei¿ sumisión a la Constitución del Esrado,sus estatutos y leyes, haciendo lo que ellos prescriben, y huyendo de to queprohíbe¡". Esta misrna Constitución agegaba en el articulo quinto d€l capÍtu-lo relendo "rodo ind,v,duo qup sé g¡one de verdadero parr iora. debF en;r lasobligaciones que tiene para con Dios, y ¡os hombres, siendo virruoso, honrado, benéfico, buen padre de farnilia, buen hijo, bu€n amigo, buen sotdado,obediente de laley y funcionario fiel, desinteresado y celoso",!1.

Todas estas declaraciones muestran el valor que asig¡aron los forjadoresdel Estado y la nación a ¡as normasjurídicas cono punto de parrida para suconstitución. La mayoría creía que desde aquellas se podía construir una moralidad nacional, tund¿mental para echar la¡ bases det país. t a propia Constitución de 1823, conocidacon el nornbre de Consrirución Moralistade Esañay una de la¡ más rnrere.anres dcl penodo tomari to del Esrado 1 la nación enChi le, fue en ¡eal¡d¡d uno de los estuerzos más serios po' conrr ibuir a tacreación de la nación desde la instancia juídica. A través del capitulo xxn,titulado "Mo¡alid¿d de la nación", que conriene t¡ece articulos (desde el 2a9al26l), Egaña trató d€ establecer las bases de lamoralidad ciudadana. fiiandocomo f iest¿s civ,cas dere¡minados dias del a, i ¡ ' , desL,nados ¿ desraraia losservidores de la comunidad y la nación. Egana estaba conven€ido que e¡aposible crearun espÍritu nacion¿l por medio de una constitución que estabtecieravalores y principios ejemplares para lapoblación.

"En la legislación del Estado dice la Constitución- se formará elcódigo moral que detalla los deberesdel ciudadano en todastas épocasdesu edad y en todos los estados de ¡a vida social, formándole hábitos, eiercicios, deb€res, instrucciones públicas, ritualidades y placeres que trans-formen las leyes en costumbres, y las costumbres en virtudes cívicas y

La idea era lransfomar ias leyes en costumbres para consolidar et gobier-no rcpublicanoy asegurarle Iaadhesión dei conjunto de lapobtaciónro,.

r'"'¡)ró1,,8o.nk. un l)ipntado al Cung¡e$ Consrinrye¡té y ün Hacend¿dodésn P¡ovúrt1.", l:¡¿¡¡.n lnntwttúo tubn Ia a:o¡rtttuüon Paliti.a p,onuleodo .ñ 1823, Na ?, tO d. narzorl¡ 182,r, rr (i.^ ¡¡,(rh.. rrno xv r. D .12

"11 ' , f r , r , , ¡ l r ( i r r l r t r ( r , r l lov ,vn¡np¡ rné tDsk¿od.Ch i te ,1818,cnVa lenc ia ,¿r . . ' . .

' ' ( i ¡ r n i r ' r r t r ' ¡ . 1 8 ? t . ! n \ i n a k ' r ^ v ¡ r ¡ . r , , r . v o t r . p p . | ) ! t j o .' l i r , \ r l ( n \ . l t , , " r 1 r i r ( ! Í ' i n t ' , t n ' i r t ¡ 1 . " . t " t ) r ¡ t { , n o 0 r ú . t r n t ) r D u r r d o ¿ l c o n q r c s o

. ¡ / \ ' , . t , { , t , ' , t r , , t \ , . t , t / ! r . . r . ¡ ¡ , v , ¿ / ; , . , . t . , t . , ' , , ; u u ., r r t \ , | r r t 1 h t ' t , h I ' t | ' t " t ' 1 t . ' t c , ( \ t ( t , . , , , , r r . r , ¡ ,

Page 10: La Formacion Del Estado

l , + L r P r \ r . R " + r . r /

Una ordenanza de policía publicada el 21 de mayo de 182:] demuestra,precisamente, eseafánnomativo que gniaba a ld autoridades de la época. Dcacue¡do a esa ordenanz4los chilenos no r',lo debían ajustarse aun conjuntode reglas en €l trato con las autoridades civiles y rcligiosas, sino adoptar unase¡ie de conductas que iba¡ desde vestirse diariamente los funcionarios públicoscon el lraje y distintivode suempleo, hasta las prohjbiciones de mendigar,canlar canciones obscenas y embriagarse en los sitios públicos. La propiaord€¿anza establecia que los alcaldes de barrios debian cautelar el cumplimiento de esas normas'�o'.

Como muy bien acotda hace ya varios años Francisco Antonio Encina,los hombres de la época no concebÍan las constituciones y las leyes sólo comoun conjuntode normas o principjosjurídicos, sino como "un mold€ fabricadosegrin receta ideológica, cüyo destino era dar forma a la sociedad, crear elorden, proteger la libertad, fornentar la ¡iqueza y hacer felices a los ciudadanos"r0r. Las constitucio¡es y las leyes eran, pues, la base de la sociedad ysociabilidad que se queria tundar.

Por cierto, las leyes y constituciones no bastaban por sí solas. Por eso, serecurrió a otras medidas como establecer símbolos. instau¡ar una canción nacion¿l y cambiar el uso de algunas expresiones, tal como lo hiciera RamónFreire en 1t124 al ordenar reemplazar la palabra y'¿rrt¿ por CÁ'l¿ en todos losactos o{iciales y militares, pues, po¡serlapimera demasiado vaga y abstra€-ta, no individualizaba Ia nación nipodía*surtir un efecto tan popular como elnombre del paÍs al que pertenecemosr"¡. Se$in Bemardo O'Higgins, Chil€carecÍa de unión y espíritu públicorú. Portal€s coincidía co¡ é1. FranciscoAntonio Encina señaló que la concepción política de este último se inspirabaen dos principios: asegurar el p¡edomino de Chile en el Pacílico y "transffgu'

rar elcaos chileno en un Estado orgánico, m€diante el desarrollo de los sentimientos y de las ideas que c¡ean el alma nacional"l{ir'. Encina agregó que elpropio asesinato del Ministro (1837) contribuyó a desarrollarlos y la victoriadeYungay (1839), a añanzarlos. Es de todos conocido el carácter emblemáricoque se dio aeste aconlecimiento. El lriunfo fue presentado cono un logro del"roto chil€no" y desde esos años se instiluyó el 20 de ene.o, Iecha de la batalla, comosu día. El presbítero don Rafaet Valentin Valdivieso, en lassolemnes

t" Bol¿tí¡ ¿. 16 Lqd I D¿ú¿tot ¿¿l Gatino, tomo t, pp. l)3l)7.)'t' Enctna, Hi!hna..., a, .¿, roño rx, p. 1j00.'" Ley del ll0 de julio de 181,1. en Zenténo, C,ñ¿nión hg¿l ¿¿ in¿í!¿nt, tp 1)t,7tttl

Cirado tanbién por CürlleflnD Feliú Cruz, "Pilri¡ y.hilenidnrl". t. l8lrr¡ Cana d. O'lliggin! a san Ml|lnr. 12 dr rtr.'r ¡r 11127, { Athirn ¿. ¿nt Btnaah

O]/rgq¡r, t,no J\, pp. j rr. r.rra .ana ltrc .irrrh ¡,r l,¡¡\ l,.rn\^, L^ ftu,|tu,"¡: l¡^l,nhnnl.ar.r I¿t'A U12i, t. 132

I ' l i r n ! ' n , ' ^ ¡ k ¡ ' t r ' l i ¡ , r i . ¡ . ; 1 r t r , \ , . r , , , 1 , ¡ ' , " 1 / ' t ¡ ' , ' 1 t r , 1 ' \ ' , ' t r , ' , ' ! ¡ i ¡ " 1 , , ! l , l 3 t li , ! 1 . ' , " ¡ ' , r ' \ . , ¡ 1 , ! ] , t r , , \ l r l 1 . , , 1 , ! 1 , . , , , r , , . 1 , , \ , l ' i , l r l , . l l L l , ' ! . . t ,

ElBhtat h Mdn, ! ¿1N.bk Mftdu. D. b i¡da¡in r l¿ *tlúiór

exequias por las almas de los que perecieron en ella, señaló que Chile habíareaccionado unido contra el tirano que lo quiso sojuzgar y que el generalBülnes representó las glorias "del guerrero araucano" que condujo a Chile a lavictoria¡ii. Larecepción que se brindó al gene¡al a su regreso a la capital, sellóün episodio queporcierto contribuyó a despe¡tar esa alma nacional en la quepensaban O'Higgins y Portales'r'-.

Había oue crearla v a eso se orientaron los esfuerzos de los fundadores delEstado y la;ación. Naturalmente, habíaque hacerlo sobre labase de algunosprincipios que se fomularon con toda claridad en los años posteriores a laIndependencia-

El primero lenía relación con el absoluto respeto a la libertad. l,a IndepeDdencia habia sido la expresión sublime de ese senfmierto y nadie podíaavasallarlo. "Seremos libres", esa f're laconsignaen 1817, consignaque debíamant€nerse como baluarte de lajoven República'�r'rr. Los padr€s de la pat¡iafueron presentados como fiBxras gloriosas "que sellaron con su sangre la libertad del país", y susacciones en los campos de batalla como actos heroicosque Chile ent€ro debía recordar como expr€sión de lalucha por la libe¡tad'�rr'.Esalucha, decíaun comentarista €n 1818, ha quedado plasmada en ta Constitución de ese aiúo, cuyojuramento "hará época en los anales de Chile, comoque en él se ha puesto la piedr¿ angülar de nüestra felicidad, dando a lospueblos unaConstitución tan liberal cuanto permiten las circunstancias"r".

El respeto por la libertad debia darse en el marco de una democraciarepublicana" constitucional y reprcsentativa. tal como se proclamó en el C¿t -

cLtn' Pouieo C*¡iano qte circuló en 181 l "r, realimado más tarde en todos losensayos constitucional€s y nomasjuídicas aprobadas en el país. En 1825, ¿¿Dhada Aruucanq insistíó sobre lo mismo:

'Por lo que respecta a nuestra profesión de fe política, decía el redacto., declaramos que nuestro intento es fomentar y defender toda especiede instituciones liberales, I¿ Democracia representativa, y sobre todo la

"' ¡alael Valentín v¿ldivieso, S.nóa lnaücitda ú uú &l¿ñ$.t.qtiú ?ú ¿ ¿ln¿ ¿.bt W. l¡dútu¡ d Y¿ngal

¡'r sin duda bdos.stos t€stimonios denuestrán coño se áp¿ló a lós *nlimientós en la.or¡lruc.ntn de l¡id€rddad n¡cional. crvo D€so b¡ sido re.oro.ido €¡ elüdios már recie¡tes.Conx.ñl¡risñúy intér¿s¡.tés sobre esta únteria e¡ Eslebú ToÍ$, "t¡.onskucclón psicoló

tl(¡ dr l¡' trr.ntr: .l d¿sarollo de las ides l sentimientos nacional€i, p. 305 y ss.)t'' srúMatio d. lnln¡q N" li,3 dc dici¡nbre d¡ 1817, e¡ C.A.PCh., tomo rtr. p. 2l'il.)1" (;a..t4 Mir¡\krial d. (:lih. N" 81, 20 de ma.zo de l¡119, c¡ C.A. P.Ch., roño vr, p. l18.

l;|r in¡rt¡n!' d. In {tr.¿a h!.c ..1¡r'ncia al primer anilena¡ñ d€ la baklla dé M¡ipú.'t $,1 ¡1. ohil., N 17, ilo ¡. octubrt. ¿r llllll, ¿n c.A.Pch., ronó rr( p. 238.L l : ! r ' rn t ¡ ¡ , r , r ' ' r ' t , ' nnn) , r , In r i rN ̂ n rs v . !aba dcrnrado. d ¡ ipar los téno¡4 que

¡n{ l ¡ r ' r t r t r i v t r r t r rN( f ibn I ln , l ! . r r r ¡ l ' r (L iV¡nr ' ¡ r r ! ' r , .¿¿r ¡d?¿r . ,a r . ¡1 . .p . : l4 .Erel | l ! ' , l ' . l ) ' r ¡a ! ' , ' 1 ¡ ' | ' . r l t "L ' \ . " r ' ' r \ r r t ! rn ¡ r f r ¡ l ( rn ( \ { ' l r r f l I , ' , ,ú .m¡ qn . . ranrx

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. l ¡ t r L r P ,N , , R "n !L L /

Unidad Nacionalen Constitución, en legislació¡, y aún si fuese posible e¡administración"!rr.

El respelo por la libertad, la d€mocracia rcpresentativa y republicana, noexcluyó, sin emba'ao,la convicción que elpaís recesiraba una aütoridad fuertey respelad¿, que inrpidiera las licencias y el desenfreno. En esto, quien mejorinlerpretó a los fundadores del Esrado y la nación fue Die8o Po¡rales. Es célebresu carla esffita en 1ti22 en la cual reconocia que "la demoüacia que rantopregonan los ilusos es un absurdo en los paises americanos"rr,. En esa carta,Porta.les resumió los anhelos de rnuchos homb¡es de nuestra clase dingente.Segun é1, Chile necesitabauna República con un gobiemo cenrralizador, cuyoshombres fueran verdaderos modelos de virrud y par¡iolisrno, para enderezar alos ciudadanos por el camino del orden ylasvirtudes. "Cuando se hayaD moralizado, agregaba Portales, enronces venga el gobiemo completamente liberal,libre y lle¡o de ideales, donde tengan pafte todos l

Lo que sin duda queía decir Poúales es que en tanto el país no hayaavanzado en la consirucción de la nación, con valores plenamentc asenradosen gobernantes y subordinados ("ciüdadanos" dice Portales), no vale la penacorrer nesgos. Un gobiemo fuerte, insistc, puede generar esos valores; es decir, contribuir desde las instancias consritucionales yjüridicas a crear la nación de ciudadanos virluosos ("¡eales" podríamos decir nosotrot, libres de losvicnls que todavía se perciben en Chile.

E¡propio Portales erapartid¿rio de cerrar las fronteras y construir el paíspornosotros mismos, de espaldas a cualquier influencia o intereses extraños,sobretodo de las grandes polencias. Estaideaj queen Portalesaparece asociada a sus temores [Íen1e al Peni y Esrados Unidos, fue también expresada porotros hombres de laépoc¿. Tal vez, quien mejorlaresum¡ó fue un redacrordeEl Aúsado¡ Chíl¿no e¡ t821.

"Las miras de Europa, conciudadanos decía el redactor ! son dominarnos y destruimos. Sus intcreses son diamerr¿lmenre opuestos a los nuestros. Aquella vie.ia parte del mundo aborrece y persigue la libertad; eslanueva la ama yjura sofener¡a... ¿Confiamos eD l¿ protección de EsradosUnidos e Inglalerra? Pues espreciso esforza¡nos a poner de nuesrraparretodo lo que podanos para que su protección no recaiga sobre la ineprirudI la indefensi¿)n"r i ' .

" l , a l r ü ¡ d ¿ A í ¿ u . a r q N " l . r ! r l . ¡ r n o ¡ ( l x 2 l , r . ( r ^ l ¡ c h . . t ' r ¡ o \ \ . t ) l l r T l i r r{ l f , l x r a , ! r i ( l r l ) n r { ' pn^ r , t r ' r s t r n rn . r r f r r r l r q rn ] l o l , x . r r ' 1 , , s i , eD l r 'A , , . ' f u , ¡t r n . ' . t r n t r r ' r ' . $ s , ' ¡ i r ' 11 r1 ¡ r t t r r v . I [ f ¡ ch . ' ¡ r ' ! \ i r \ ' \ , ' I l ¡ , r t r k . l r i " r n r ^ t , , , t , , ! , l , , t f i r ¡

( , " ¡ . ' . 1 l , ^ , N I ( i ¡ . l L , , I l ! r , , . , ¡ , ¡ . t 3 / r . , ' t l r r , ' f \ . , t l t ¡ t t \ , ¡ . I f i )

l l t l ' t t t t t l n , ü \ | , , , i I \ t ( t , , r ¡ , \ r r t , r ,

Habiaque romper con el p6ado colonial y mirar hacia elfuturo, evilandocaer bajo el dominio de Europa y los Es(ados Unidos. ¡-n ambos casos, elpueblo napuche era el símbolo perfecto. Tenaz luchador contra el invasorespanol, su resislencia era la plena expresión del anhelo de libertad que nossalvariaen el trluro del expansionismo europeo y no¡teamericano.

Sobre labase deestos principios, nuestros 8rüpos dirigent€s se dieron alatarea de conrruir el Estado y la nación desde l¿s instanciasjurÍdicas y consti

¿Quépasócon los mapuche en esta{ase fundacional de la nación? Desdeluego, no se les podía excluir. l,a vinculación de la lndependencia a la liberhdy el anhelode transfo¡marla en valorpermanente de la :)ación, abrió las Puertas al pueblo napuche al proyecto inicial que los SruPos di¡igentes ProPusie-ron al pais. De ellos, los mapuche, habtamos her€dado el valor sublime de lalibertad. ta cosas, si¡ embargo, no tueron fáciles ni lampoco estuvieroo exentas

Aparentemente, la siluación de los indiSen¿s quedó resuelta a través deuna declaración del Senado Conservador de 1819, que los incorporó a la na-ción,levanta¡do para ellos la condición de esclavos y convirtiéndolos en ciudadanos, "obligados como todos los chilenos a defender la patria i a Prestarbdoslos senicnx de lales"":. Sin embargo, estaresolución, que sereferiamásbien a los antiguos indios de encomienda del Norte Chico y el Valle Central,dc¡t fuera a los indigen¿s de la Frontera.

Itn efecto,la situación de estosúliimos qüedó planteadaen 1823, cuando¡e discutió en el Congreso la idea de traer inmigr¿ntes para civilizar a losfnopuche. ¡,n esa oportunidad, se reconocióque "la gr¿n miradel gobierno deChile debe ser la civilización de los indios irr ¡¿ünitón ¿0n bs dem^ ehíbnos, rnkhninos qu¿ se fotne una gan nadói'¿t-. Percibidos fúera de ésta, los es{uerzosdlbían orientarse a incorporarlos, tal como habiaocurrido con los indigenasd! lüs encomiendas del Vaile Central y Nortc Chico.

Dl asunb sevolvió a disculir ese mismo aiio cuando el Congreso revisó la.llu¡cntn dc algunas provincias y re8iones. La atención se cenlró, en ese mo-trFnt{¡, rr Chiloéy la lronlera, sin que se lograran acuerdos definitivos. Hubocrrrr¡¡r'csalcs quc se negaron admilir que ambas regiones forrnaran parte deUhlk'y quc rus poblad<)res pudieran participar de los acuerdos que allí selryr¡rl'tr'r. "0llos dijo su Vicepr€sidente, donJuan Gregorio Ar8omedo desdr [r c"rur(.h¡ciitn dc Chile no le p€rlenecieron un solodiai de consigxiente,nohuy demh, ' prradarlesrepresentación"r ) .Aunqueest¿opiniónfuereba

üüt'tatl¿tuúú )¿lpwtbMpr.t D.ln iülúitu, b ú¿úión

ls l l ) . . r l . . rc l i c ¡ , , , ¡1 . r 'nó i r , p i J l12 .r . i t . d ' L . ¡ f ] l ' , , y ' ¡ t r . n , ¡o r r r .pp 27 ] l

S f ! , , n i ) ' ¡ l r r ' r ' N ' t l . 2 ¡ , , 1 , . l f l n f , ¡ , ( l r' ( , r t r 1 N | ' . L l , l ! t t r l " , 1 , 18 .1 r . , ' ¡ . \ ! l

I i \ ! r ' n \ . t r ! , ' " t r . n ' ' \\ , , r , 1 , I L l , ' { ! . . i 1 ¡ n 3 : r r . ! , . l l i , ¡ t ' 1 . ¡ ' l ' 1 ' \ t n ¿ , ' ¡ t l \ t h " t n n ( : t u r r ) , ü '

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joRc. P¡Nro RoDRniDz

tidaes el propio Congresolro, el problenano se resolvió, volviéndose aplm'tear en 1U28, cuando se ana.lizó el proyecto de Constitución de ese año en elCongreso Gene.al Constituyenle, convocado especialmente par¿ su discusión.En esa oportunidad, hubo penoneros que declararon abiertamentc que laAraucanÍa era chilena, pero los ¿r¿ucanos miembros de otra nación, dandoorigen aun debate muy interesante.

El debate fue abierto por donJosé Gaspar Marín, diputado por lllapelyCombarbalá, alseñalar, en una cla¡a referencia a Ios mapuche, que la nacióndefinida en el articulo lo del proyecto original como "la reunión de todos loschilenos naturales i legales" no podia comprender entre sus miembros a losque noestuviesen sujetos a ella, recomendando unamodificación del artÍculoen términos de definirla como la reunión de todos los chitenos, naturales ylegales, domiciliadosen las ocho provincias de la República.l,a sugerencia deMarín tue recogida por otro congr€sal que planteó, claramente, que los indigenas no pertenectan "a nuestra dociación", por lo cual no estÁn representa-dos y no puede obligárseles a acatar nuesbas leyes.

Ma¡ín reconoció que elproblena era conplejo, pues, como los límites deChile se extendían desde el desie¡to de Atacama hastael cabo de Homos,losindígenas debían quedar incluidos, opinión que respaldaron otros miembrosde la asamblea; sin embargo, como en este punto el debate parecía habertlegado aun callejón sin salida, algunos congresales buscaron soluciones máspragmáricas. Un constituyente sugirió, por ejemplo, incorporar al texto unat¡ase quedigiera"i losindíjenasque se incorporen", ocasión que aprov€chó elPresidente del Crngreso, don Francisco Ramón de Vicuña, para señalar quelos araucanos no constituían una nación diferente. Paulalinamente, y a medidaque se civilicen, agregó Vicuña, irán incorpor¡tndose a la nación, como haocurrido con los indios de Coquimbo.

La intervención de Vicuña desató uDa interesanr€ réplica de Marín quetraduce una apreciación respecto de los araucanos que se manejó reiterad?mente durante laprimeramitad delsiglo xrx, posición que hasunta un ciertorespeto por la diversidad y un reconocimiento ¿ los derechos del pueblomapuche de se¡ considerado una nación soberana, cautelados durante la Colo

"Los araucanos i demás indiienas -dijo Maín-, s han repütado comonaciones extranjeras; con ellos se han celebrado tratados de paz i otrasestipulaciones y lo que es más, en losparlamentos se han fijado los limitesd€ c¿da te¡ritorio, cosasque no se practican sino entre naciones distintas ireconocidas i no puedo comprender que al presente el Consreso sc p¡,

r ¡ rQu i z i l ¡ o r r i r n r . $ n ! i r r \ n ' n l , k l , l . u f ' r , h t r r , | , , r , [ ' r . 31 p ' ' n r ¡ r , , l , i ¡ ] t r ' nt n ¡ ¡ ¡ r , qu ¡1 r ! a ¡n \ ! , . ' r l " r r r nx . r l ! ' : ( h , l , f f ' , , t ' , r f { , \ , l ¡ l , i ' i ! r t r ' v Í ¡ ( 1 , ^ r | ] t r , ' r " t ü ' k

¡ f l r " r \ t r ¡ ' ¡ r { , ! l ' 1 . , x ' , " t . ' f i ' 1 , , , l f l d r r " . " I s , ¡ 1 , 1 ' , L [ ] \ r ¡ , , l ¡ l r . ) I ¡ y ' ¡ , , / . 1 , r ¡ l

EL¡l,Ladtr hu.kn, I tLlt bla na!úlv D¿ la ¡¡daim 0 h ̂ ¿ak¡

ponga darles leyes, no como a nación i si como a hombres reunidos' sin

explorar su voluntad, sin Preceder una convención i sin ser representadosen la legislatura"!'�r.

Lamenlablemente, la discusión, que demuestracon todaclaridad las diñ

cultadas surgidas al conienzo para definir la nación' ruvo que suspenderse'reanudándose en la sesión siguiente, sin agregar mayores antecedenles Al

final, terminó imponiéndose una sugerencia del canónigo Casimiro AlbanoPereira, diputado por Talca, en el sentido de €onsiderar como ciudadanos a

todoslosnacidos en el territorio ch¡leno, admitiendo que no todosejercen susderechos, peroque no poresodejan de serchilenoslr!.

El asunto pudo quedar allí, de no haberse tenido que discutir a continua-ción el articulo 2', que se refería al teñitorio Uno de los congresales' elcanónigoJutián Navarro, llamó la atención resPecto de los territorios ocuPa'dos por los ¡ndrsenas, errdenlemenle no sometidos al E\rado v ¿l gobiernona ¡r enLonce" áue Ch,te se exrend¡a desde el dese,ro dc Atacam¿ hasta el

cabo de Hornos eraapart{sede la realidad. El diputado Melchorde SantiaSoConcha insistió en que los límites eran correctos y que el te¡ritorio ocupadopor los indigenas era una de las vanas partes que formaban el todo 'que

ilamamos Chile". Respetaremos a los indí8enas, agregaba Concha'jamás in-

tentaremos '\ujetarlos a una Constitución que no han formado' a leyes que no

hayan consenrdo . pero 5u Ie¡r i lor io nos Pe¡réne(e ) Por e'o "no Petmit i re '

mos i a toda costa debemos defende. que una nación estraña cualquiera que

ella sea, ya por fuerza o persuasión, se aPodere de éI"'�lr.El problema era bastante Srave .José Gaspar Ma¡ín buscó resolver la situa-

ción Dormedio de una solución que demu€str4 unavez más' los estuer¿os que

debieron hacer los legisladores áe la época para darle sentido al Estado y la

n¡ción en su tase fundacional. Chile s€ríados cosasa lávez, decia el diputado

Merín:desde el pünto de vistadel Estado se extenderÍadesde Atacama hasta

clcabo de Hornos; pero, desde el punto de vista de la nación' que "se trata de

constituir", sus t€rritorios comprenderían sóto lar ocho Provincias señaladas

rn la segunda parte del articulor'�l.l-r proposición del dipulado MarÍn agitó de nuevo el debate Algunos

mlcnrbr{)s dcl Con$eso rechazaron categóricamente la idea que los mapuche

nr, ft, naran Darte de la naci¿'n. El "nombre de chileno o araucano es sinóni

r/L [xr,, d.l,rt ! pndr!,, cn la stsntr N" ¡2, déI0 de]ünro de 1828. E¡ t¡telier, ¿r' dr',

lr¡ro tvr, ¡, tl In "!li.¡cr¡r ¡1. chilenos naturalts y le8ales sc ¡elieré a los ¡acidós e¡ Ch¡le

y ¡ li ü rt,r(a iú ¡úrl'ttrI,^ Por l.y, r.sPt.livamentc. Noti.i6 sobre cl Con8teso Con$

l ¡ i r v r r l f , l r 1 N 2 x ( , r r l , ^ r , t r , , l n r \ ( ¡ . r , d , , \ s u : m i . m b r x I n V n l € n c i a , o y ' ¿ i ¡ ' ! o l r r ' P P 8 { r

" ' | l \ r N ¡ t , l ¡ ) , l , t ' n ' r , , l ( l N : x . ú l ¡ n l t ' ¡ l r r ' r n n , \ \ r , p 3 2 .

\ \ ¡ r ' N I l . l l { l , t1 r ' t r , ,1 , 1x i18 . d ' I en l r r . 1 / r r r ' n t rn r ) \ \ r . l ) 88

Page 13: La Formacion Del Estado

Jo¡c¡: P'Nn) &iDR¡clEz

mo" y el litulo de araucano legitimamenre nosperlenece, señaló el Presidenredel Congreso, don lmncisco Ramón de Vicuña. Desde la Conqu¡sta has|a hoy,agregó más adelante! sereconoce a"todoslos habirantes desde Atacamahasrael Cabo de Homos por chilenos i de todos esros se compone nuestra granfamilia"-

"Si, señores, los araucanos son chilenos naturales, concluyó Vicuña,únicament€ les falta el tiempo de desarrollar las ideas qu€ infunde la ci,vilización, y esra época se indi€aya desde el mornento que han empezadoa repobla¡ las ciudades que antes tuvimos en el centro de los renitoriosque hoi habitan"l'�r.

Otros congresales respaldaron al Presidente. "t¡s indios de Valdivia yConcepción siemprehaÍ sido una parte inteSranle de la República", señaló eldiputado por Linares, Ig¡'acio Molina. Es unaequivocación pretender, comopresume el diputado Marin, que los araucanos formen un Estado libre e inde-pendiente, con un tenitorio que los tratados coloniales habían respetado y quela República deb€í¿ seSuir respetando. I.a suertel agregó, me ha hecho naceren la liontera y por habe¡ tomado parte en las campanas det sur, creo conocerbien lo que pasaallái poreso, "es un €norcraso querer considerar como otranación separadadel Estado de Chile a una po¡ción de indios domiciliados en

El debate delano28 concluyóen ese punto. Aunque linalmenre los artícu-los I' y 2", que se refeian a la nación y su territorio, fueron aprobados casi enlos términos onginales, quedó claramente planteado un debare sobre la inclusió¡ de los mapuche al proyecto nacional que no logró resolverse en aquella

Por esla razón, al discutirse la Constitución de 1833, que regiria los desiinos de Chile hasta 1925, el probl€ma volvió a planrearse casi en los mismostérminos y con los mismos resdtados. SeA¡n ttamón Solomayor Valdés, MarianoEga.ña, autor del proyecto original, optó por reducir "todo esto dentro de lapalabra República, con que desiS¡ó y calilicó a la nación", evirando prolongar

"rSesió¡ fi",1{, ll dejunio d€ 1818. én Lerelic¡. ol .¡,., ¡omo \!r, p 8!)?r' clP. .tr., tDñó \!L p. e02r'lalvez no eré de ñás tanscribtr los aii.ulos I y 2 d. la Co¡útución de l8i/8 pa'a,ttre

el lé.tr sc forme sü propia opnrnn¡. El aniculo I dice: "i. N¿.i¡ln.hil.na $ lar.nnnnr polirl,.,d€ t.dós l{N.hilcnos nalu¡les ) ¡ég¡lds Ds librc c independienre dr rnl,, I,od.¡.\¡u¡.r' Iirella r€!ide ésén.ialncnte la sober¡ni¡, y el qc¡.n.ñ d. ¡rra e¡ los po.l.rr: sit,'rn,s I on ¡'r.At!la las leves . ¡ \o pudc scr e l paú1núnn, d . in ,An,nx ln rm¿ r , l ' r i l ' r_ I . lLx 'ú { 'L l , )2 ! i r l r ] , s ' lr c ' r ¡ r o r i o c o m p r t r ¿ . d . N o ' r . r s u r , ¡ . { l ( , l r l ! ) n r r ' { l f ^ h , r ü i x t , . $ r . ' , ( r t , , i t r t n t r ' t r ^ . ! , h .( t r i . ¡ ( ) . .d , r r r .dc r l . la : ( i Í¿ , l l i 1 .$ ¡c l , ^ \ , ¡ i , \ l ' , t r r r , ln , r ' l ' r ! ' ¡n ! , . , ! t r , | , t rn , t r ,1 , , , t r r rI i r n i t n ¡ f , \ ¡ l e D . ¡ , ( l \ , ( f " i \ \ , l n r l , ! ¡ ! t r r , , , t t r , t r n r , ' \ , , ' " ! r ' ( ! ¡ ] t r ú ' t r , \ , ! t r r . , r { , t .\ . t r f r , , ! , , . ( i , ¡ i . , a , . \ t . t r t ! ( , i , , , t , , , , r \ , t , t r \ , ¡ ( , 1 , , ¡ , , ! \ j t , 1 ¡ t i / , , t j I I

El [:tr¿\) ]a Mnar. | ¿ pwhlr nattrlv. ú lawúíar o h ^tt!16

ia discusiónlr8. Sin embargo, ésta rampocofue unasotución definiriva. Nuev€añosmás tá¡de, en 1842, ei tema se transformó de nuevo en asuntodeoreocu,pación cuando empezaba a cobrarfuerza la idea de cotocarcotonos extranie-ros en la Araur ania. Un ¡ omenta' isrd del periód,co Lt Agiattot. luc firÍ,ocomo M.M., resumió con mucha precisión el pensamiento de varios inrelec-tuales y funcionarios degobiemo ¡especto de Io que estamos comentandor!,,.Segrin é1, la Carta Fundamental de lil33 esrablecía con toda ctaridad que elrerr i ro¡,o que o.upaban los mapur he formaba pane delte, , , ror jo I hi te;o .Esono merecÍadudas; sin embargo, se ¡espresentaba como irn pueblo vecinoy como una naciónde hombres 'robustos y belicosos" que, en al8in mofnen-to, podían poner en peligro a Chile. üran, pues, mi€mbros de otra nación,cuyas tierr$ podíamos ocupar porque la Constitución decía que eran chile-nas De rod¿s manéra. por e.os ¿ños prcdominaba aún una acururt de resperohacia el indrgena. pües.se agrégó que tal o.upacinn sóto se podna reatiza! , un

l,aeducación

La educación también fue vista como una posibilidad destinada a consolidarelEstadoy crear conciencia nacion¿I. De allí el interés de las autoridades pori m p u l s ¡ ' r e m p r a r a m e n r e 5 u d e . a ! ' , , l l o . S e p e r b i o ¿ . i p o , q u e s e ( r e i d q u ; t aeducación sacaría al pu€blo de tas rinieblas y b baria iespetuoso ae tainormasjuídicas y valores que ¡e8irian los desrinos de Chite. Esros $iterios que-daron cluamente establecidos en 1818, a pocos neses de la batalla de Maipú:

"Nadainteresa tanto a las naciones para conservar su libertad y defen-der sus de¡echus, como la insrru( r ion de ¡odos.u. ¡ rudadanos se dec,aEl Sol de Chik al iniciar una seguidilla de artículos lobre ta educación-.Una edücación que acostumbre a conocer el valor de la verdad y a estirnara los que ladescubren o saben ernplea¡la, es el único medio de asegu¡ar tafe¡(idad y la l¡benad de un pue6lo. lLt tducanon et qu¡n nb¿ rtir a t¡:alne' cl .arua¿ nadowl. dhigiedo d¿ tal nodo ta! opi;ion,l ) gurto! d? to,¿iúadanos, qut todo, ¿loss?an patrrcta pot paion, por itu tina, ion ) pot na¿sl

/ ¡ ' \ i , r r r , { VJ t , t ¡ \ . , r . t t . \ , , t . t ,p22r L j , p ,n ,on dp \o rün a \o r .p tund"ñerL ¡n. ¡ h n h ' , ' l . . t r r , r ' r i " , , ' 1 " ¡ r r r l , r ' u n \ " ' h , , n r L ¡ o F , ú r ' ü t J ¡ o n , . n u ! , o n t ¡ d m o L o n n i r u ..¡on llnri,n,l(.ln N¿.e¡ ( hil.nn A | fuv isa' .l r¿fm ino N¿¿ira l.tSana to cañbió por ¡,r'úátt. r t , r r r rv Ín 'n . ( ' r ¡ r ' t t rn i | l ' ob lDr r \s i , . l r u l . d . en¿ Const i tuc ión d i .e "Const I tüc iónI t ' l ' ( ¡ l , l i ' l { , In ln ! , ' ,1 " ( h i l , J . v f r ( , V¡k in . ia , ay ' . ¡1 . . p . 3 !1 )

/ / "Ncr , ! rh ¡ r l ! { ! ' l ,n ' , i ' v t ¡n r1 Í t ra r j : .nos b¡k ¡n^ v d .s i . (o r de la R.púbt ica .¡ r ln r ' r rn l r r , t r t ! ̂ ' , i i ¡ i . !1 ' / t 7 i t ' ¡ r¿¿. N, 22 , rh , ,1 rh . l r t2 , r ! 20h 21 j .

N r . , ¡ , L t ' , ' , 1 ' 3 1 3 " L { \ t ¡ r l j . r ¡ , ¡ , \ , j , t ¡ r ) t , \ 1 , , \ \ N ! i j f , i \ r , 1 \

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l . . l ' . r ' ' R r - ¡ r | /

En los artículos siSuientes se insistió en €l papel de la educación en latormación de los ¡uevos ciudadanos. La educación, se decía más adelante, aFdaa controlar las pasiones y a imponerel dominn, de la razón. No hay posibilidad de "gobemar ¿ los hombres, o de condücirlos a la felicidad, por otra viaque la de la educación"rrr.

En lérminos similares resumió el senrido de laeducación otro red¿cbrde laprensa, en algunos cornenta¡ios que hizo en 182'l sobre laConstitución dc 18211:

"De aquíresulta decía , que en todo Gobiemo esindisPensable mirarla educación d€ la infa¡cia cor¡o el negocio más interesante; criarlos con elespíritude amor a laConslitución, alasimPlicidad de los antiguos, en unapalabra, en todos losprincipio, que deben regular Para siempre sus opinio'nes, sus sentimientos y modales. Todos los que rnedila¡on sobre el ar€ degobemar a los hornbres, reconocieron que de la educacn']n de lajuventuddependta la süere de los imperiosl y en consecuencia de estas renexionespuede estabfecerse como un p¡incipio luminosor Qc k edunción, hs lelu 1las cos\unbrcs janá: d¿ben .o¡lr¿dr.r¡rr. También es igualmerle cierto: qu, ,,?todos los E\tados bs eortunbres d¿l pu¿blo se confanun a la: de sus jefet""

Años más tarde, en 1843, al inaugurar la Universidad de Chile, AndrésBello insistía en la importancia de la instrucción moral del pueblo

"Yo ciertamente, decia Bello, soi de los que miran lainstrucciónj€neral,laeducación del pueblo, como u¡o de los objetosmás imPortan¡es i privi-lcgiados a que pueda dirijir su atención el Gobierno;como una necesidadprimera i urg€nte;como la base de todo sólidoprogreso; como el cimiento indispensabl€ de las instituciones rePublicanas"/".

Bello creía, como mtrchos de sus coet¡iúeos, que la educación sería undique de contención contra los abusos del poder y que ¡ealirmaía la chilenidadEn esto, la institución que dirigíajugaría un rol fundamental, Porque

"el programa de la U¡iversidad es enteramente chileno: si tomaPrestadas ala Euro'pa las deducciones de la ciencia €s pa¡a aplicarls a Chile. Todas las sendasenque se propone dirijir las investigaciones de sus miembros, el esludio de susa l u m n o s . c o n r e r ¡ e n a u n r e n t r o : l a P a r ¡ a - ' .

,'r N" 7, 11 de a8oro de 1818, én C.A.PCh., romr xlr, p 20i'" "Diálogo ert¡e u¡ l)ipurado al conareso C.nrnuve.re. ,l .¡r.1. 13 l,is.ul\ivr\

vienen én €l rexlo o ginal.:'r "Discuro pronun.i.d. Por el Sr R¡.tr de la Lr.ivertlda¿. l) ^n¡r{i lnll". "r l¡

nNtalación dc cr. .u.¡po dl dia l7 dc s.rn mbr d. ltlllJ . .r '4Mh\ ú 1¿ I ri¡ ún¿ul,l, (:hrl,

N o l . p l l , t l s . h n ( o n s f l v t r . l ( , 1 ¡ , t r k , ¡ ¡ r 3 l , x , n ' * r r l r ' l l ( l l , ) n . r l f l r ' ( i r r r r c ' r ! l r ' ! ¡ ¡ ' r r ll . . h a ¡ f I n , ¡ u 8 r r ¡ ( i , D r l . | r l n ñ f ' \ i , l , t r l , l 1 7 , l ' v l n i n ' 1 , . . \ \ l r ' ¡ ' l ' l i t r ' \ ! ' . r ' r ' l r ' r " r .t r n , , 1 1 , . L , ^ . r i ' l ' , 1 , ^ , " r ' ¡ r , i t ) " r ' ¡ r 0 i ' r , l / , ¡ 1 , t r , l , I L l ' ' r , , 1 , 1 l ¡ l i , l

_ l ) ! t ! , r i ' , ! r l ' r " ¡ s ' l { ' , r , , ' I " \ ! ' l ! . ¡ l t t ' t

Eltrt¿¿x)üMnm I I futhl¿ñqutu D. t¿ tulüua ¿ l2 Á¡LútM

La educación inponíael domino de lamzón y conrralarazón se esrrel¡arían todos los enemigos de lapatria,la libefad,la República,la democracia yla soberanra p,rpular. Has¡¿ ld en.eñan¿¿ de la ret igi¿n debra some'"he a lo.designios de la rzón. "Nunca ha sido más necesa¡io, decía don Ramón Vaten.ínValdivieso, rniembro de la Faculrad de Teología de la UDiversidad de Chije,dar ¡arazón de nuestrafe queen un siglode indagación y de análisis€n que sepide la ¡azón de todo lo que nos rodea"rr". Por la educación nos ha.i¿mosracionales y porlarazón homb¡es discip¡inados y ordenados;es decir, buenosciudadanos. La educación inponia asi ia lógica de l¿ modemidad det sislo\rx. aso' i¿da ¿ una idea de parr ia v de crudadanos obedienres o teates que sefue perfilando con toda nitidez en el curso de su primera mitad.

El interes por e.t imular la educacion se rraduio en la contrara, ¡on de ororesores extran;eros. en la apenura de esrablet i rnienro, edu, a.,onaté. t r ; rovincias y en propuestas más radicales, como la sugeida por Sarmiento, detrasfo¡mar, a través de Bibliotecas Populares, cada hogar en una escueta. Setrataba de una educación que acercara a los chilenos a tos valores que losgrupos que estaban fundando el Esrado y lanación querÍan traspsar al resrode laDoblación.

Y cua¡do hacia la cua¡ta década del siglo xlx nuestros hombres de sobiemointenta'ún esL¡blFi p el¡ciones má" ésrrecha\ con ts mapu( hc. por ¡ ,eno. penBa¡on en las escuelas. Ins escuelas misionales. esra vez en manos de fEnciscanositalianos contratados porelgobiemode Prieto, ayuda¡ían a rransmitir los valor€sdel ciudddano a lo, p, ,bladore. de la A rau( ¿rua ) a reempta¿ ar tus pnn( ipiosde las sociedades tradici('nales por la lógica de la racionatidad,r'.

L¡ inmigra€ión europea

l¿ presencia de inmigrantes europeos fue percibid4 rambién, como una posibllidad de ir creando actitudes que los grupos dirigentes que¡ían d€sarrola¡cn los miembrosde lanación. Por lo mismo, la inmiqración no fue concebida¡ók) como un medio pa'a aument¿r l¿ población. a,nque po, ci . , ro e,a unanécesid¡d e intención declarada po¡ sus promotores, sino €omo una propuestaoncominada a formar a los chilenos, contribuyendo adesarrotlaren el¡os unaconducta imitativa que muchas veces nos ha llevado a menospreciar nuestraculturu ¡ r t ransformar núesrra idcn! 'dad en una ident idad hibr ida.

I¡x jrsuitas exiliados en elsiglo xvu y los chilenos que¡ecorrieron Eu¡opr ¡' fincsdc la Colonia, miraron con nosta¡gia la parria lejana. El arrasotocal,

/" R|n¡¡.| V'l.i¡n' (;r'fl¡, /¡ttú¿tdúh at t tod| d¿ b üdatLro í¿l!¿ió" r ¿. to ur¿od*¿t¡i,íd. !, 'l I

/ ! i s , '1 , , lL , ( l ¡n , r , , .n ( l ¡ i l ( . r ,p t r .¿ . .on t r ¡ r . l kaba jo , ya . lás ico , de Aman. lalrln¡i, ln\tuu & ht nlt(¿t¡,tr ¿ rr^¡¿, I v)ln. h rdr(n(i,r, .nr,c bs i.dis¿nas, ct d€ Sóli r ú r i , , " t r . f \ ( ' k . t , s ' ¡ , t ' x ! L s ! r t r r . t , t , D , , t r r t n r x { n ! \ ( r ! t i i , n t , s . n r l ¡ , ¡ . . i u . a l m n . nl i A , i r ¡ , , , , , , ¡ l , L l ¡ ' 1 . , ' " t \ ! \ \ t . , ¡ r i l

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Page 15: La Formacion Del Estado

)c'RG¿ PrNro R¡ !rR¡(nr:z Fj l.,ud¡' k ú n . ¿ ptbkr¿Ftu t" I'F.taan¡ b.\,,únn

"l,a nación chilena, decía en I ¡J42, no es ¡a humanid¿d en abstracroi eslahummidad bajo ciertas formas especiates; tan especiales como los fnontes,losva¡les y íos de Chilei como sus plantas y anima.les;como las r¿asde sus habitantes;como las circunstancias morales y politicas en que nuesrrasociedad ha nacido y se desano¡Ia".

l,a fikxolia de la historia nos ilustra e instruye, agregaba más adetanre,

'pero, no olvidenosqüe el hombre chiteno de ta Independencia, elhombre que sirve de ¿sunto anuestra historia y nuestra filosofía peculi¿r, no esel honbre francés, ni el anglo-sajón, ni el no¡mando, ni el godo, ni eltuabe Tiene su espíritu propio, sus facciones propias, sus instintos pecu

Yhaciendo unllamado alajuventud, se empeñabaen "precaverlade unaservilidad a la ciencia de lacivilizada Europa", que a n¿da bueno nos conduciría. Jóvenes chilenos, agregaba Bello, aprended ajuzsar por vosorros misrnos i aspirad a la independencia del pensamiento":r,.

las potenci¡.lidades que apreciaban en el país y las oportunidades que €reyeronperdidas paraalcanzar un mayor bienest¿r,los lleva¡on avalorar muyPosilivamente lo propio. Manuel de Salas decia que los chilenos eran "moderados,

sencillos, sobnos, quietos, leales y virtuosos"lr{. Aunque reconocta algunosdefectos, destac¿ba s¡r carácter heroico, su generosidad y equilibrio Para Salas, la lelicidad estaba en Chile.

La ¡ ndependencia nos sorprendió en ese clina de admiración Por 1(, nues'tro. Tal vez por eso durante los primeros anos de la República se intentófundar la nación a partir de las viejas tradicbnes indígenas. lln 1814, trasliberar a lasprovincias de la Plata, San Martin ordenó una suscripción Públicapara re€ditar los Conenktios Reabs del Inca Garcilaso, en un esfuerzo Porreconstruir la menoria americana y asociar nuesha identidad a ese pasadoindígenar¡r'. En Chile se habló de habitar el terdtono más feraz de Américayde un futuro luminoso, si imitábamos en unidad y constancia a nu€strosaraucanos, haciendo revivir entfe nosotros a Colo Colo, Caupolicán y al in-mortal Lauta¡or,r. Como hemos dicho, la Independencia fue asociada a lasluchas seculares del mapuche por su libe¡tad, y nuestra Primera canción na-cional proclamaba que "de Lauraro, Colo Colo y Rengo Ise debíal reanimadel vator"rlr. Chile parecia encontrar en su pasado indigena un destrno comúnque ¡os uniría en elluturo.

Años más tarde, Francisco Bilbao convocaba a conjurar los PeliSros quese c€mían sobre nuestra América a través de laemancipación inleleclual y delabandono del servilismo de nuestro pensamiento.

"¿Y por qué nosotros, Sudamericanos, pregrntaba Bilbao, andamosmendigando la mirada, la aprobación, el apoyo de Europa?... ¿Yporquélos americanos del Sur (hablo en general), han abdicado su espíritu Ielegido a la Francia por modelo? ... Ha llegado la hora, agregaba Bilbao,de despe¡tar. Es necesario arancar el error y libertarnos del servilismoespiritual de Ia Francia"rlr.Esa misma libe¡tad dc pensamiento y afirmación de lo propio reclamó

Andrés Bello, alSunas de cuyas ideas ya adelantamos hace un momenro.

rL'José Carlos Rovúa, ¿¡rr, 1,t úhrt¿t toÁ d¿ id.ltidod hiú¿nr¿ñth¿¡¿, PP 2t\ '" Nt\)!" L¿ ldn.ilin Arou.arc S¿.¿¿a ¿.lot Aíams ¿.1¿ Ra<ón, ti dc $ i.úbrd de 181:1. .,

C A.PCh. , tomo ¡ , p . ,150."'Vóasc C¿¡l¿r P¿¡,¿,¿¡d, ll i¡ref¡. del l¡ dc cncro dc l8l!)..¡ C ^ PCh . nnn,i \rrr,l'l)

'.1y 1, ?:l M,rurio dt Chi!¿.N" l. 1822, en C A P(rh. k,mo \^, P 2l:r ! ¡il:/il(¡4, N .r7.23d.5cpt icmbr . ¡ le l r l l l r , e r C.^ .PCh . bor , \ r r r , p . l1 ( i . C in rvc¡ ¡ r i ¡ r . (on ,n f , , f f r r l i , ( ¡ " 'quc ¿ . r l t Gn,p ,ano s r p . ¡ \ó c ¡ ( ]h , l . .n un \n r ¡na .n . ¡ ro r l c l ¡ \ (a r rs - { ' s "x i r l , ^ ( . l ". i .mpn, . nnp | ¡ i r r l i r * r . \ ' .n r rN,Á. r ln \o in8J(^ \ ' { \ sc . K ' r lA , l , t , t ) l l ,

' ' l i rn , rv , l l l ' l b r ' ) , l .¿ ,1 tu ¡ r t t t lu l l !n \ t t ' l r r ' l S , ' l r ( rn !^ I ' l ¡ r r ! ¡ " i " r , ^ ' l 'l l l l ) i ! , . \ r . s r r l r ' r ¡ ' l , ' , l ! I ' i l ' ¡ ¡ , ( i , r { 1 , ' ' i d i L . l l r ¡ , " d , r , l , l ¡ ^ , ) ! ) ! { l " r , l . ( l L ' l r ' , ' L

Page 16: La Formacion Del Estado

JoRcD P¡N¡o RoDrlcurz

T,OS ELEMENTOS ]]EL ESTADO Y LA NACION EN CHILEY SU RELACION CON EL PUEBLO MAPUCHE Y SU TERRITORIO.

18rGl860

El^Áh¿ir h Mtuk,l.lpr.úh ñapdu D¿ h hrfuiir o b ¿tlúii¡

no. mir¡mos al espejo y descubrimos nuestros rasgos indígenas y mesrit¡n di{'rciles de ocult¿r. Con evidente orgullo y r€sumiendo una aprecia-quo muchos hombr€s de la época compartieron, Vicente Pérez Rosalesque nuestra prim€ra virtud consisfa en parecemos al Viejo Mundo.

ñ, ¡greg¡ba Pérez Rosaies, es una "verdadera fracción europea trasplanta-

/,.(\Nr,, ¡ir.u,n, k,l¡. t¡ t,¡(iñ(n(nh rlt Arauco, I,t dc a8oro de rr]61J, en B€njaminrtu Mr¡krn!¡,4)¡r^ ¿ry'l'rlr v"l \r, t). ¡!5. $'ln..fr t,unl,¡, véas. lnDbién rl libmde

l,amentablemente, por aqu€llos mismos años, la mirada de la clase diri-g€nte y de la mayoúa de nu€stros intelectuales se €staba volcando a Europa. Apesar del viSo'oso pensamiento de L¿srama ya en sr Manan¡to! drt biabloencontramos los pnmeros síntomas de un descontento que de varía en unasue¡te de menosprecio por lo que somos. Era lo p¡eciso para que la admira,ción por Europa nos deslumbrara y nos impidiera valorar lo nuestro. Nada omuy poco de lo que éramos o poseiamos parecía ten€r valor,llegamos apensar que constituíamos una raz a inferior que sólo se podía regenerar si estimulábamos la venida d€ inmigrantes europeos.

Así pensabar¡ Esteban Echeverrí4 Sá¡miento y Alberdi en A¡g€nrina y, enChile, Vicura Mackenna se encaxgó de lleva¡ las cosas casi a los extremos.Recogiendo más tarde las ideas del conde A. de Gobineau, ditundidas en suF:sai sú la in¿galíü des m..s hunainer,qüblicado en Paús enr¡e 1853 y 1855,que proclarnaba una supuesta supenondad de la raz a blanca y degradación delmestizo, estos intelectuales no vacilaron en pregonar su adúiración po¡ Europa y menosprecio por el indio y el nestizo. Pa¡adojalmente, esto ocunía en u¡continer¡te poblado en su mayor parte por indios y mestizos.

ü rnismo mapuche que rnedio siglo atrás apareciacomo tuente de inspi¡¡ción d€ la Independencia y sobre cuyos valo¡es pensábamos construir lan¡ción, se transfo¡mó en un bruto indomable, enemigo de la civilización y en¡|t| estorbo pa¡a el prog¡eso. El rostro aplastado, signo de la barbarie y feroci,tl¡d del auca, decía Vicüña Mackenna, denmcia la vedadem capacidad de unatrrs que no fo¡ma parte del pueblo chilenoz¡¡.1 Aunque los planteamientos de Mcuña Mackenna y de otros i¡telectuales

8.ñbieron en El Merdrr¡o de Valparaíso y EI Fenocaftl de Santiago fue,r€batidos por distintos sectores de la sociedad nacional, el positiüsmo quelntpimba causó estragos en la valoración de nuestra cultu¡a e identidad,

una actitud de admiración por Europa que t¡ansformó la inmiga-.n una posibilidad, no sólo de poblar el territorio, sino de moralizar a los

y traspasarle los va.lores que nuestra clase dirigente consideraba apro-p¿ra la n¿ción.

El €tnocentrismo eu¡op€o, que ya se habia expresado en los siglos xvr yd¡lcriminando y negardo al mundo americano, aflo¡ó de nuevo en elXlx, alentando la misma actitud escapista que hemos asumido cada vez

l¡¡xr^. lhnún ¿tl |,t¿h . q, tt

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i ' + ' . , P , \ . R ¡ s , , ü üt\dat b i¡tú ).1prttln nLqwh. Dt I' itulúii¡ 1b *.1úúr

nlr nlrnk ct] k )s estucf/¡), por extender la normativa del Est¿do a la Araucania,

nrll rli)s ¡l c¡,nrrnz¡, p,rr l¡ coDcepcnjn de territorio frontetizo qüe perdura-

da a 4.000 leguas de distancia en el oto hemisferio""' AtLás y olvidadas

quedaban laspalabras de Bilb¿o y Andrés Bello que llamaban a los chilenos¿

reiviDdicar Io propio y a realirmar nuestra libertad intelectual. Chile se estaba

construyendo con rnodelos imporhdos, tral¿ndo de imPoner' desde las alturas

del poder, una unidad nacional y una actilud imitativa que postergaba ueslra

cultura, nuestra diversidad y las raíces más Profundas de ¡uestra identrdad. La

exclusión se apropi¿ba de nuestra historialr'Asi f're ganando tuerza la conviccióD qüe la llegada de los europeos con'

tribuiria a regenerar la raza y a hacerla d¡8¡a de Ia historia. Este Pensamientoestuvo en labase de l¡ ctase dirigente y la intelecrualidad qüe fuc dNeñando la

nación en el siglo pasado, ial como tendremos opoftunidad dc €omentarlo

más detenidamente, cuando hablemos de l¡ exclusión del mapuche €n la se-

guDda mitad del siglo xlx'r:.

Iá formación de la memoria hislórica

Tan importante como los recursos anteriores ñre la creación de la memoria

históricadel país. En Chile los P¿sos sc dieror temP¡anamente con ta funda-

ción de la Bibliotec¿ Nacjonal y el impulso que reciben las publicaciones

relativas a la gestión del Estado. El interés Por la histo a y el afán de saber

cadadiez años cuantoséramos los chilenos, caulelando la conservación de los

registros censales que se pract¡car.¡n durante el siglo xrx' era una manera

iambién de ir creando esa memoria. Y sin nemoria dilicilmente hay nación'

En realidad, sorptende la rorma como l<x gobier¡os fueron c¡eando el

archivo de laRepública. Se podriahablarde verdaderos anales nacbnales en

los cuales cualquiera podía en.ontrar todo lo relarivo ala forma como íbamos

avanzando, después de la tndependencia l'ara empezar, se dispuso lapublica

ción de los periódicos oficiales, de los debates constituyentes, de lasmemo¡ias

de los ministerios (que incluyen todos los infomes dc las autoridades locales

y regjonalesque anualmente enviabanasu respeclivo ministerio), los debales

parlamentarios, los censos, y cuanto Pudiera perPeluar nuesra memoria hisló

iica. Mucho de lo que en estas Pásinas se escribe ha sido Posible gracias ¿ esa

labor de kx gobiernos y basta mirar iLnas cuantas citas de este mismo libro

para apreciar lo que se hizo en el siglo xx

Se impulsaron tambié¡ los estudios del Pasado. El encargo que recib¡

Claudio Gay de real¡zar la investiS¿ción más ¿cabada acerca del pais v su

concrecnin enunaobrade treinta volúmen cs, ocho de hs cuales son de hisr('

¡iapropiamente ial, dacuenta de este esluerzo El tlpoyo que rccibc tanrbieo ' l

' r ' ( r i h ( l o t i , r I ' r . 1 ñ i , . J r \ n ' l l f f r l , , . \ r n , t r ' ¡ f ( h r l ' " n \ k r r ¡ r l " r ! 7 l d ' r ' L ' \ l r ¡ ' 3

I 1 , h r r ( ¿ f i r . ( | , ' . ' { l ' i n r l ¡ r r r ) " r ¡ r i . 1 l r r ! i t r ' I .

l ' ^ t I i , , r n i ¡ n I r , , ] , 1 " r l , ' \ \ ", " ' 1 , ' . l , ' r ' , ' , { l , l

estudio de nuestro p¿sado en la Unive¡sidad de Chile y la amPlia circulaciónen tos medios ilustrados y en los establecimi€ntos educacionales de lo que seescnbía en Chile, ratifican esia impresión. Se publican los Monitores de lasEscuelas Elementales, folletos y, más tarde. se ofrece adon.losé Tonbio Medinaelrespaldo del gobierno pararecuperar papeles y libros en archivos y bibliotecas americanasy europeas. Se publican colecciones documentales, se prestapa¡ticular atención alArchivo Nacionaly los Sobiemos parecen estardisPuestosano desmavaren esta tareade con solidar nuestra memoria histórica Era,sin duda, otra¡nanerade ir consolidando elEsl¿do y construye¡do lanación

En lo que dice relación con el pueblo mapuche,la profusa difusión de ¿¿Arau.anay el reitendo t$ de nombres indiSens Para identificar Periódicos ypublicaciones del gobierno constituyen, tal vez,la evidencia más relevante delos esfuerzos que se hicieron para mantener vivo el recuerdo de nuestros¡ncestros. Así! en ¡uestra memoria colectiva fue g¡nando consistencia la ideaquelos mapuche formaban parte de nosotros

Los in:trunentos t¿galer

Como sabemos, el terceL elemento del Estado s(,n los cuerpos legales; es declr, bs instrume¡tosjuridicos que el propio Estado se day que contribuyen aforjarlo, pe¡miiiéndole ejercer le8ílimo control sobre los lerritorios y la Po'blación. Sabemos iambién que la base de la legalidad estáen la Constitucióny.n todas las leyes, decretos, normas juridicas y acuerdos que se aprueban en.lmarco establecido Dor la Constitución.

[n páBinas anteriores nos hemos referido ya al valor que nuestros Prime-rc. ¡eSisladores concedieron a kx cuerposjurídicos como instrumentos paraarG¡r el Estado y la Dación. Por lo ianto, tos limitafemos aquí a comentarlomo fue avanzandoel Estado chilenoat¡avés de algunas normas juridicas en

control de la Araucanía y kx mapuche en la pnmer¿ milad del siglo xrxue todavía predominaba esa actitud de respeto hacia el mapuche que

recordado hace un monento v la disposición de admitir sus derechos

l¡s rierras que poseia, paulatinamente el llstado emPezó aavanzaren la

, s¡'bre rodo apartirde ladécadade 1840. Nos detendremos, pues, cn losx inlenlos de intervención, cuando todavíael interéspor sus tie¡ras no

tr l¡r dirnensión que alcanzó en la segunda mitad del siglo xtx y los parla-¡l¡Brrgui{n sie¡rdo la in rtaDcia ju¡idica más importante en su relación conr¡ por |(, menos hasla lacreacntn de laprovincia de Arauco, el hecho más

ffu hrrtr r¡rrc h nrrr ,s id¡d (1. ¡ . ruar mars r¡dicalmcnte obl ig(t ¿l Sobiemo al t r ¡ | l l ' , l ¡ r r r 1 i , , 1 ¡ L ü i r ( , i o , l ¡ , , ¡ | ( ¡ n i z r c n ¡ r , r ¡ c ¡ l ¿ d ó c á d ¡ d e 1 s e l e n l a

l I r r r * r i r r h , , , ¡ r r r , , i , , l i l r t i r ( l , l ¡ s ( , n r s l i l , r ¡ i o n t s < l c l s i g l o r r r l t i z o r c f o c r

r l i , . t n 1 , l , , , . 1 1 r , , , , 1 , , , , " \ t r ) l ' 1 . , , ¡ , ) r r , , , , 1 , T , , , , , \ \ l ' " i r r , 1 , 1 , , \ i , , 1 f , , { , s i l t l ) ¡

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JoRd¡rMo RoDRió!u

tes que se produjeron al respecto, no hubo acuerdo, aunque al final terminóadmitiéndose qüe ambos formaban parte del Estado y lanación.

Sabemos también que ld referencias al teÍitorio nacional fu€ron muyambiguas. l,a pime¡a en precisar sus límites fue la de 1822, conformándoseconestablece¡en su artículo 30 del Capítulo Primero que el teritorio chilenotenía por límites naturales "al sur el Cabo d€ Homos; al norte, el despobladode ALacamai al orienle, los Andesi al occidente, el mar Pacifi€o", pertenecién-dole "las islas de los archipiéla8os de Chiloé, las de la Mocha" las deJuanFernández, lai de Santa Maia y demás adyacentes"'¡3, Iímites que fue¡on co-piados casi al pie de la letra en lar constituciones siSuientes (1823' 1828 y

1833). Así mismo, los miembros de la nación tueron descritos en téminosmuy gene¡ales. "l-a Nación Chilena' decía la Constihción de 1822, es la uniónde todos los chilenos", siendo chilenos, en Pnmer lugar, los nacidos en eltenito¡io de Chile'�1'�.

Como la Araucanía caía dentro de los lÍmites de Chile y como chilenoseran lo" nacidos en esle tcrilono. era obvio que ¡anro la Arau(ania como lormapuche formabm parte del país y Ia nación Asi lo ratificó el coronel PedroBamechea, comandante de la Alta Frontera y Delegado de la ciudad de losAngeles, en enero de 1825 en el tratado que celebró con el cacique FranciscoMa;lüán, en los llanos de Tapihue, con el propósito de pone¡ Punto final a laresistencia que habÍaprovocado en la Frontera la Independencia, ta.l como lodejamos señalado en el capítulo a¡tte¡ioi

En ese T¡atado, Bamechea €stableció en los tres Primeros Puntos las ba-ses legales que debían imperar aqui. En efecto, en el punto Prime.o señalóque amUos jetes (n"mechea y Mariluán) ¡econocian "las grand¿t ,¿ntaia: dehacüíot aú sola fatuilia, ya para oponernos a los enemiSos de nuestro país'ya para aumentary consolidar el comercio, y hacer cesa¡ del todo los males'qui

han atligido a ta nepública en c¿torce años de conseculiva Suena" ElEst¿do, ag¡egaba en el p\i¡'to 2o, '3e eonpon¿ desde el d¿spobkdo dr Ato.amaha a kt úLímos límíus d¿ k prcain¿ia de Chiloé", asegurando en el punto 3"ow todos "tos qu¿ ¿r¡shn ¿ntrc anbet lín¿a: s¿rán traudns como a c¡üdodanosihilrno' ,"" g"i" de todas las prerrogativas, Sracias y privilegios qüe lescorresponden'. Ambos pueblos, los naturales y los repres€ntados Por Barnechea, estableciael Tratado,jura¡án unión y hermandad Perpetua' tal como

"i ¡ln V¡lenci¡, or. .¡?,, p. Sil Previ¡ a la Conritución d€ ¡822 riieror en Chile l¡'s

si¡rüi(nles cucrpo! l€8¿le, Ack del C.bildo ^bicdo dt I8 de sePtiemb¡. d. l8lll llcglamtn!'

ttovi$únrnl dr ln lunra (nrbe.nrivn (lltl0li l{.shn¡rru l¡r' (l lrcsl¡' d¡ la ¡urrridarl it.úl rv ¡p rovno¡ i r ( l tCh i l c ( l8 l l ) ; l { , x l ¡nx i f , , ( i r \ ( l l rnnr r ¡ l l ¡ ! , r i ' o r i ' r d t l s l2 i l { cJ4 l ln r ' ¡ l ' l

t i i r l ( i n , n r n , , I l , , v i { ' r , , 1 ( l t t l r f . l 1 1 ' a r r n " l ' ( i t r r s r i r n ¡ i r n ! l l o r $ ( t r r ¡ l ' r r r t l i i ( l ! ', l ¡ . ( h ¡ r . ! ' t r , n n r ¡ , , 1 1 2 l l , l , ! t r ¡ r l r " , l . l H l N l i r l ' ^ ' r ( N r ' r r ^ ! l n k ( l r ( r n s t r l i " r ¡ 1 , ', , ln ¡ ' l i V t r l t in i , , \ r { f r ¡ r

\ n 'n i ' ¡ r t r l ! , 1 ' l ! ! , ' 1 t r (1 , l

, " ' , \ " ¡ , r l , , l { l ! l ! ¡ l r r r l ! ' n A" ' ( l ' r " \ ' t l ,1 i r " / '

lo había acordado el propio Ba¡nech€a dos aros antes con otros caciques

ta Araucanía y los mapuche eran, pues, chilenos El problema páxa extender la normativa del Est¿do a la región consistía en que va¡ias pecialidadesindígenar no estaban dispuestas a someterse a los tratados fimados Por loscaciqu€s con las nuevas autoridades chilenas. Este aluntoloprecisó con todaclaridad el Minist¡o d€ Guerrá donJoséJavier Bustamante, en 1835, al referirÉe ala situación d€ la antigua f¡ontera. EIP¡oblema, decía el ministro, co¡sistía en ta diüsión que sufrieron los indios "desde el PrinciPio de nuestra revolución', abrazando unos la causa española y otros la de la Pat¡ia. Esta diüsión'reconocÍa Bustamante, ha sido de consecuencias desastrosas "no sólo paraellos mismos sino también para nosotros". ¿Q!é hac€r, se preguntaba el mi'ntutro? Pa¡a é1, la solución estaba en asegurarse et ¿Poyo de las Parcialidades¡miga.s y combatir a las enemigs con las armas, aunque recordaba que €lgobiemo habia declarado sus deseos de preferir siempre "los medios de dul,üra y prudencia para reducir, en cuanto sea Posible, a la vida social a esoshombr€s selváticos¿5r.

Exender la tegalldad a la Anucania .uPonia en consecuencia- (onse8üj ¡ ¡a

¡¡z en la fronrera. Sólodeese modo se podria sentar aili soberann" un senüdoinhelo de n ues¡ 'a c lase d;rigenre delsrgio rrx.l-a pu ) lasoberania iban. PUes.d.la mano; esta úlbma era enlenód¿. itcluso. como etP'csión misma de la

lbenad. A-sí lo h¡bía esiablecido la ProPia ,r¿&radh d¿ k Inn¿P¿nd¿ncio. en

Itl8, y así lo venian repiüendo todos los sectores vinc lados a los distintos

¡obiemos que tuvo el país desde los primeros años de la República'�s'�

Elúbdn!hN.iór,t¿publ¡nap lü.l, h iú!$ii¡ ol¿ dd1tr¡d¡

En 1846 el presidente Bulnesinsistió en comprometer alos caciques con

¡obi€mo. A través del Intendente de Concepción y F' Querubín Bra.ncadori'ldonero fra¡ciscano de Tücapel, instó a los indígenas a designar caciques

res y someterse a los acuerdos logrados con la auto¡idad de Con'Dn laJunta que se c€lebró en las cercaníar de Ti¡capel, en diciembre

||. eño, las autoridades chilenas se preocuparon de embande¡ar el lugar.l pebellón chileno y el lntendente, que no estuvo presente, les diriSiónot! €n que les decía, "que asi como el sol es el ajente criado Por el DiosUnlverso para sazonar los frutos de la tieÍa y dar vida a todos los seres,bmbiéri me hallo yo encargado por el Supremo Gobiemo para procurar

bi€n y ha.eros justicia"¿53

* Anbor tr¡lados en B.N,M.M.. !ó1. 330. ta cuFivd son nu$lrdt\ s^¡nñ^ tu lo t anan ¿..r,ñ¿do,t\, t^1., pp t,t7.44').t'¿ ,ll Mdnifdta cn hó( ¿ tat N2.ion6 .l Dirútor stprna qu. jurif.¿i s' tñotuiót I h

th tr ttLh.kl.tuin. r.¿'^.tn¿o en ll4l8, ¡ccono.ía que €ra la id.a de la $berania la

. r r l l ¡ l r r . { in ! ln i , , t rh rNr t r r lNr t 'N , i \ r l , r 'nd .or€ lhonbrc ' , .nVa lenc ia .a r ' tü ,P .

" t i ' , 1 " i ¡ r n r . , l , . l i r l i x { " | l f ! n n n , t r , 1 , t r 1 , 1 " ' A n l , ) r l l n n r x l , Í ú ¡ r ( i n ] . . P . n , n , T r ( a P e l ,

l n ¡ ' ' l r r " l t r ' r l , l r ¡ l r , \ t l r \ ! J . r r ! )

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JoRcr PrNro RoDdcu¿

Sin emba¡go, la medida más importante destinada a extender a la Ar¿ucanÍalos inst¡umentosjurídicos que eslaba elaborando Chile p¿ra el resto del pais,tue la creación de la provincia de Arauco, se$ln ley promulgada el2 dejuliode 1852, siendo Presidente don Manu€l Montt y ministro del interior donAntonio Varas. Esta ley era efecto de la visita que habia hecho los anos preüosAntonio Varas al teritorio indigena y de las suge¡encias que el propio Vararhabía presentado al gobiemo anterior Hasta ese momento la Araucanía for-maba parte de la p¡ovincia de Concepción;al crearse laprovincia de Araucose desgaja de ella e i¡corpora los tedtorios indigenas situados entre el Bio Bioy el no¡te de la provinciade Valdivi4los cuales quedarÍan sujetos a las auto'ridades y régimen que determinaía el ftesidente de la República. Como setrataba de un teÍitorio especial, la ley estableció en su arfculo tercero que s€autorizaba al Presidente para dictar las nomas quejuzgara más convenientespara el mejor gobiemo de las fronteras, la eñcaz protección d€ los indígena¡,la promoción már pronta de su civilización y para arreglar contratos y relaciones de comercio con elloszrl. En diciembre de ese mismo año se fija¡on suslímites y se estableció que seúa regida como territorio fronterizo, d€signándose como su capital a Iaciudad de los AngeleslrJ.

En realidad, el interés del gobierno de intervenirmás directamente €n elterritorio indí8en¿ se veniaacentuando desde fines de los años 40.Junto conla üsita de Antonio Varas, el gobiemodel general Bulnes estableció, en 1848,un fondo especial para const¡uir caras para los caciques como un modo dereducirlos a la vida civilizada y conseguir su apoyo, sobretodo d€spués de lasgestiones iniciadas en 1846, que derivaron en la designación de nuevos caciquesgobemadores, oportunidad en la cual el gobiemo reconoció Ia importancia de lorenzo ColipÍ, el poderoso cacique de Angol, en el éxito de las operaciones impulsadas desde Santiagozr'. La p¡opia cr€ación de la provincia deAÉuco era expresión de los cambios que se empezaban a anunciar por esos¿ños, demostrardo el interés de las autoridades nacionales de recunir a mecanismos más eficientes que la-s misiones y los parlamentos.

ta creación de la provincia de A¡auco tue seguida de una serie de teyes ydecretos que ratifican el interés del gobiemo por intervenir en un tenitoriohasta entonces casi al margen de la legalidad chilena. En 1853 se establecen lasformalidades para los contratos sobre las propiedades indígenas ubicadas enArauco y Nacimiento, mediante u¡ decreto que, aunque decla¡a su intención dep¡oteger a los napuche de los abusos de quienes desean adquinr sus t€renos yga¡antiza¡ a los compradores sus derechos, marca sin duda la volüntad del

r" La ley del2 d€ julio de 1u52.¡ ?a\tr\¡, Raoi¡lu.iat.., op..it,ttp. t'tí,5?'il D€crero d¿¡ 7 d¿ di.i.ñbÉ d. 1852 L,r ¡nnn* r*¡bltlrdos lu.¡nr l(^ s¡¡{tricntts: d.

¡o r t€ a sur , ¡os rnx B i ¡ , Bn) r ' lnhón y ¡ r o r f . r r r . , h ( in ¡ ' l l , r r d ¡ Mhn. l ln f ¡ . ¡ In ,( i ¡ r ¡ l r "nsD. f l ¡ ( i {dn lú r (h l {a^ú¡ r t ¡ i tB i ¡ rk \ r ,n i , t r r l ' l { f ' r ' n fn ¡ fn r r l i tun¡ ,x1 , , t r rr f f { , r r , r r . l ) 5 d r l t r , r , ! ) r r f l n , r \ ! t r ! : , i ! ¡ , , . l h n l , l 4 , r , r , , 1 , , t t . t t t 1 1 . , ' l

' 1 , , ! ' , , , , 1 f i , n . - t r r , ' 1 1 , , , l ¡ l r t r s L , / ¡ , , n , ¡ , . / n ¡ ¡ t 4 r r ¡ t t l t l t , t t l , l l . 1

Et EdgdaJh Md6 t¡ p¿k Mrútt.tu t'údsino h6.hM

gobiemo de inte¡venir en un asunto que, a Ia la¡ga seia vital en la ¡egión: elde la propi€dad de los territorios indigenar. Así, por ej€mpto, el decreto esra,blecía que en toda cofnpm de te¡renos h€cha a indígenas debería verificarse lainteflención del Intendente de Arauco y del gobemador de indígenar y, en loscasos que lar adquisiciones supe¡a¡an las mil cuadr¿s, el Inrendente debeíaconsrntár al gobiemols7. Tres años miis tarde se reglamentó et otorgamienro,por parte de indígenas de poderes para litigar, obli$indolos a infomar al In-tendeÍte, tal como debian hacerlo en los casos de venta de rienas v. en 1866 seordenó tunda¡ poblaciones en los territorios indígena.s, por lo que seprocede,¡ía a deslindar las tierras mapuche y a establecer las del Estado,s¡. Poco a poco,?!le último ibaganardo terrenoen un territoriodonde sentar soberania empe-¿aba a transformarse. como veremos en elcapítuJo siguiente.en unaverdad;raoh€sióÍ, estrechamerte relacionada con la ocupación de las tiera¡ indígenas.

Así, desde las üejas prácticas de los parlamenros, el Estado tue pasando aut¡a legislación que op€ró sobre la ba¡e de una concepción del terriiorio indi¡.n4" mtu propio de un pais d'üd'do en p¡ovin(,aa.ion autoridades y crire-rtos legales de un Estado centralizado que opera desde Santiago. Et pariamen-lo, ¡ntigua fórmula regional de ejercer autoridad, tue reemptazado por unattr¡cdca m¡is modema. consecuenre con un Esrado mejorperfihdo.

&t¡do necesita también un aparto burocrárico para poner en marcha sustycctos y hacer cumplir su normativa. l,as constituciones, leyes, decretos y

tl. trlrtn'(h. p{hju8a¡ l¿ chueca. F.no de autor desrónocido, haci¿ 1900.

9 lh|rFfi¡ rlil I.r rl. D!,', r|t t||5i], .¡ i/¡ntcno, X¿.,p¡t¿.io, ..., ap .it., pp |2lrls V . \ f t ¡ ,1 , . r { , * ¡ f l i ,n t l r r r , , t t , tN56 ! ¡ r t r , t r n i ¡h , r ¡ r t8 r i t i . o r Z¡ ;kTo, Á . . ,p t

, , 1 , , ú I ' 1 , t \ t t ' r I t ! L t ' ¡ . t , , t r , , , ¡ , , ¡

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Jo{c¿ PrNro RoDnlcuú

acuerdos o tratados seúan letra muerta de no existi¡ la buroc¡acia estatal. EnChile, ésta se fue configurando a partir del odenamiento potítico que dieronal país las propias constituciones.

Como se sabe, poco antes d€ la Independencialos conegimi€ntos habÍansido reemplazados po¡ las intendencias de Coquimbo, Santiago y Concep-ción. Al gobemador del reino, le sucediar¡, en cons€cuencia, Ios tres i¡tend€ntesregionales, de qüenes dependía¡r los funciondios de rango menor qu€ debíanconholar el funcionamiento del sistema colonial. h Real Audiencia ejercía,por su parte, labores judiciales y de asesoramiento, que la co¡vertían en unaesfera de infiuencia muy impo¡tant€. Paralelamente, los cabildos rep¡esenta-ban al pod€r local y atendían las demanda¡ de los vecinos de los centrosu¡banos o seudourba¡os.

I¡s p¡imer¿s constituciones intent¡ron modiffcd est€ esq¡ema- Desde luego,propusieron 'rna división del poder con el propósito de evita¡ su concentra-ción. Empiezan, así, a aparecer las ñguras de los Directores Supremos y luegoel Presidente, un senado o congreso y un poder judicial independiente. Desdeesta¡ cabezas partía el aparato burocrático del Estado que se diseñó po¡ primera vez! en términos más específicos, en 1817, en el Pltn de Ha.ünda) ¿¿ Admi'nitr¿ción hibli , preparado durante la administración de O'Higgins por elMinistro Contador de la Teso¡eía General, don RaJael CorreaSaa'�fu.

AI año siguiente, la Constitución de l8l8 precisó claram€nte las facultades y atribuciones de las autoridades superiores, partiendo de la base quedebia reglamentar los derechos y deberes del hombre en sociedad, tal como seexp¡esa en los capítulos I y ü del Título Primero llarnado "De los derechos ydeberesdel hombre en sociedad"'�r4. Esta constitución tue. además. votada. esdecir, sometida a un plebiscito establecido en el proyecto presentado porO'Higgins como Di¡€ctor Supremo el l0 de agosto de ese aro, seBin el cuallos habitántes de todas las panoquias deberían inscribirse en dos libros, unodestinado a recogerlas susc¡ipciones en favor del proyecto y el otro,las opiniones disidentes'"'.

l¿ Constitución de l8l8 mantuvo la división del país en tres provincias(Santiago, Concepción y Coquimbo), a cargo de gobernadores int€nd€ntes,a$sorados por sus respectivos tenientes en cada distrito yjueces diPutados encada partido, con atribüciones pa¡a intervenir en causai judiciales como tribunales d€ primera instancia. Todos estos funcionarios representaban al podetejecutivo, dirigido por el Suprcmo Directordel Estado. Asu lado, y con facultades también p¡ecisadas en la Constitución estaba el Senado, cuyo primer

'r" Parte d€ este plan cn Valcncia, ¿p..t¡.. pt. ¡11'¡.r " Esa Constnr .n )n cn \ ¡ann. in . " , ¡ i l . . t ) ¡ , l , l x l L ' ^ ( ¡ t r r t r l ( \ f i rM 'x e r I ' t , l f ' l ' 8/ tll único raluirito p¡r¡ l)íl¡ itr'r ú rl t,l'nn{rtr' r'r {r ¡)(hr ¡tr t,nniLin,' trnr illrrn

. r t ) i ln l o . t f ' ( r ' ¡ lA ! ' r , , ln ¡ , ! . { ¡ \ rn ! r i l ¡ , r , rnn ' t r r r l ' . ' n ¡ (1 , n ' l r l , r r L ' ! , !a l r ¡ , i\ ' , , ! , " ! , ' l ¡ , ' ( l ! ' , , ^ ( r , ' . ! , \ i " ¡

El Bu¿n I b tu iir,t tlprrtb ñ¡pttht. Dr ü i^duiónt|ta.l$iit

deber era cuidar su puntual observancia, y el Supremo Tribunaljudiciario,encargado de velar por la justicia.

La Conslihrción de 1822 abolió las intendencias y en su ¡eemplazo esta-bleció departamentos y dist¡itos. EI jefe del departamento sería un juez mayorcon el nornbre de Delegado Directoial, nombrado por el poder ejecutivo conpode¡es en lo políticoy milital"'�. Un Reglamento Orgánico del ano siguienteprecisa¡ía s€is deparramentos, que se €xtendían desde el desPoblado de Atacarnahaita €t limite sur d€l país'rir.

Más interesante result4 sin €mbar8o, la Constitución de 1823. Se trató,como dijimos en páginas anteriores, deuna Constitución que intentóestable-cer una moralidad ciudadana destinada a fortalecer el sentido nacional Por€sta misma razón prestó particular atención al régimen interior, dividiendo ¿lEsiado en gobiemos departamentales, delegaciones, subdelegaciones, prefec-turas e inspeccion€s'r'1.

l,a! inspecciones, decía la Constitución, se forman cada diez casas habitadas en la población o en los campos, constituy€ndo una comunidad que alllcgar al número de diez formará una pref€ctura. En estas últimaÁ descansaíal¡ base institucional del país, tal como lo estableció el articulo 196 que al Pieth la letra dice lo siguiente:

"l¡l p¡efecturas son la base política de las costumbres, virtudes, Poli-cÍay estadística. Forman una familia regulada Por ciertos deberes de mutua beneffcencia; cuidan y r€sponden de los viciosos vaSos oPob¡es de suprefectura; se auxilian mütuamente y con especialidad en los casos de.star ocupados losjefes de familiaen Ia defensadel Estado. Sus prefectosaonjueces ordina¡ios de ciertas demandas; y en otrar conciliadores seg¡in

| .l reglamento que se formará para estasjerarquias"'65

Aunque este artículo, como lo señala¡a ya Matio Gón8ora, contiene mu'd.l pensamiento utópico de donJuan Egana, no cabe dudai que su autortó agregar a la eficienciade la burocracia estatal, que la proPia constitu-.lt¡blecía para el tuncionamiento del ord€n político, la posibilidad de

el Estado y la nación desde las minúsculas bases sociales constitui-

¡r ^n¡.!lG l,rt, l,til y 144, €n valencia. ¿p. dr., p. 97¡ ¿l lrthülo 24 de esle r€Alañe¡to érabléció los siSui€ntes dePdtañe.los: Primero,

.l d.rpobl¡do de Atacama haitá el no choapai Se8lndo y Té(€ro, desde ChoaPahetadc lort¡ói cuaio y quinro, desde t¡ntué hára él Biobio ), sus fortalezd al sut y

Scxro, dc k,das hs pobl¡ciones quc posea ó adquiera €l Estádo desdé el Biobio

ft¡ lhtr¡ltr cn .l snr Véúe Valencia, ¿p .t , PP lll ll2. Aunque s€a de Pas, va¡e la

l. {.¡r l¡, trnn,i¡¡in{ad dc bs limnes y coñPósición delúltimo dePartanenlo No cabe

{u. l,' rrl,¡rs d(l l{.Al¡N.nk¡ Ír'.ono(í.n que ¿1 itr dcl Bióbio exislí¿n tietras ylrr¡rr ¡ l¡! , tr¡1,\ n n,, r' fr(rrli.!r l¡\ l.l.s dcl llrrdo e¡ lornración.

¡ ! " Arr r r l , , r ¡ r { r . ¡ ' \ ' t r | ( in l r , , r . ,1 / . t ' r : r ! ¡' \ d ' r ' , 1 , ' / , , / I ' L r r

l r

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JoRcr hNl¡) R(n'L1cL¿ tlút¿h ) ln ú.ú.) ¿ fuúl' wpútu ú b út1w0n r 1¿ ̂tlbnn

das por la comunidades locales, donde bs Pobladores reg an sus vidas por

lasnornas propias de lavecindad. Allttodos se conocen, todos comparten sus

espacios de vida y todos sufren o se beneñcia¡ del conflicto o la pazr"".

bConstitución de 1828 echó por tjerra l(x Propósitos de donjuan Egaña.

Ya en el preámbuto sus autores se encarg¡¡on de señalar que las leyes que el

país iba a recibir "no so¡r obra tan sólo del Poderi lo son princiPalmente de la

raz ón"!r'?. Par¿ sus redactores, la Constitüción re¿firmaía la libeúad, la que no

podíaexistirsin las leyes fundamentales que regulasen la sociedad EsraCons-

titución, agegaba el preámbulo, asegurará a las Provincias el término de las"turbulencias peligrosas y una dependencia ilimitada del Gobiemo" Ninguna

provincia tendrá que sacril'icar su individualidad, ni se verá segregada del

cuerpo respetable al que pcrtenecenzli.Aunque con frecuencia se vulneró el princiPio de respeto Por las provin-

cias.la Constitución de ltt2¡1, erableciólas bases del ordenamienlojürídico y

del aparato burocráiico del paÍs en el siglo xrx, toda vez que la Constitución

de 1833, que rigió hasia 1925, fue sólo una refoma de la anterior

La Constitución de 1833 ratificó. en todo caso, con bastante claridad el

régimen intern,r del país. l,a prirnera autoridad era el Presidente de la Repú

blica, cuyas ó¡denes se ejercian atravésde lo, ¡ntendentes co'nojeles superio

res de las provincias,los gobernadores como autoridad en los dePaftamentos.

k,s subdelegados en las subdelegacbnesy los insPectores en los distritos Así,

hsla el último rincón delpais, se extendía Ia burocracia estatal, partiendo del

Presidente y exlendiéndose hasta los inspectores de dislritos, mediante un

sislema que permiti¿ el control de todo el territotio'�r"' El Congreso Nacionai(con las cánraras de senadores y dipurados), los Tibunales de.lusticia y el

Conseio de Estado eran tas otras cabezas visibles del aParato que la ProPiaConstilución estableciapara mantenerel ordenamientojuúdico del Pais Por

último, las municipalidades, adscritas lambién al conttol del ejecutivo, com

pletaban un cuadro en elcual todo patecía calzar Para que se fueraconlorma')

do la burocracia estatal, encargada de cautelar la exislencia del Estado y el

control de lapoblacñn.¿Cómo oDeró este aDarato büfocr¿lico en la Araucania hasta mediado!

delsigloxrx? Desde luegó, se debÍa reernplazar la burocracia colonial Por otr¡

que representara con mayor propiedad al nuevogobiemo Exienderla norma

r' S,n dud¡, ESana pcrcibn-r al Erarlo conro un larlu del¡rnnrant. en tl ord¡n¡¡inrnrr

$cial. Aunque sus plant.amieDtos han ndo d{s.aliñ.¡dos v {¡ Conritrtxtr ..nnd.radr rri'

utoDi¿ iÍeal'zablc. a la la¡sá, el Lrad. t,ro.n Atr¿rca l¡rnr¡, hn* .l i{l ') \\. trn¡ hui

i nn ;d r cú en l a r ( r dad A l r r no i l { , h¿ . d { x ¡ i r o . onm r l v r ( l . n l ( I , , , ' snn i? r ( l , r ¡ f h \ n l '

s r c i a l , t a l . o ' no 1 , , p rnn , ESa I i r ha . c .N { l , a . i g l , ^ s ¡ , | l . . ! x h r x u r d r l l r t r d r ' , \ r ¡ r ' l l ' t r ( l

C,ar¡a l).lst]l '. l:\ tdú | $.n¡h ¡1 1 1 ru t., !'h r,t t l '¿ t t t t ¡t l t l ¡n hr " n t rt t

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tiva y el aparato del Estado era, en consecuencia, bastante diffcil, pues elreemplazo de aquella b'r' o.r¿, ,a era poco menos que 'mposible. s' co;sideramos que hasta 1852 no existia en el tenitorio indígena una provincia y susrespectivas subdivisiones administrativas. Las autoridades conocían bienestasdificuhades, poreso no introdujeron mayores rnodiffcaciones e insisferon enlos misioneros y en los parlamentos para relacionarse con los mapuche. tascosas comenzaron a complicarse cuando cambian las reglas del juego y sebace más evidente el inte.és porlas tierras indigenas, al acercamos ala mitad

PaEcomenzar, en laJunta de l846las auroridades de Concepción tuvieron senasdif i ( uhadcs para consesuirquF algunos ca. ique"acepraian elcargod€ cacique gobemador que el gobiemo queúa ¡establecer. Loscaciques argumentaron diversos motivos, sin ocultar los remores de no ser aceptados Dorsquel las par( ia l idadFs que se daban r ucnra que uno de lo ' proposirm det gobiemo era converti¡los en süs agentes para alterar las relaciones que hasta!ntonces habían mantenido con las auioridades nacionales,',,.

l,a crea.ión de laprovincia de Arauco, en 1852, represenró para el Estadoun gran avance. En primer lugar, porque permitió la constitución de una burocr¡cialocal con asientoen LosAngeles y, en segundo lugar, po¡que{avoreciól. relación de €sa burocracia con algunos caciques, entre ellos I¡renzo Colipi,0cl aliado del gobiemo. La aparici;n más taráe de losjueces y demas autoridedes de rango menorfue sentando las bases del aparato eslalal, en una zona

la cual aún no llegaba su autoridad.Desde este punto de vista es interesante seguir la legislación promulgada

de la creación de la provincia de Arauco. Ya hemos hecho referencia aldel gobiemo de hacer pasar porél laventade tienas y l¿ ¿plicación de

como t€nitorios de colonización, sujetos a la autoridad puesra porivo en Angol, convertida ahora en cabecera de Ia proüncia. En suma. la

dejaba de ser t€¡ritorio fro¡lerizo y pasaba a ser zona de coloniza¡uj€ta a las autoridades que el gobiemo central pusiera allí,,'.unto a la burocracia administ¡ativa, el gobiemo dispuso de laburocracia

yde ¡apolicíaque estableció en la región paracombah el bandolerisf t) totra pa're. los viejos misionc'osempie¿an a se¡ 'eemplzado. por lo.

seculares y la llegadade las primeras calas comerciales provocó larión de los antiguos conchavadores que recorrian el territoriobimdo con losmapuch€ losDroductos del comercio fronterizo.

l\xrr n poco, el tlstado empezabta int¡oducirse en raAmucan¡a a rravés

ticia; sin embalgo, la ley más importante tue, tal vez, la del 15 dejulio de, que estabteció los departamentos de A¡gol, L€bu e Imperia.l y determinó

!rpn $ent¿ntcs y agentes más activos. Pocos años más rarde, su p¡esen,

¡ l ' ¡ ' ¡ ¡ n , n ' . ' l t r , r t , c l , 2 2 , l ( , h , r r r h r r d . l l l . t t , . . r ^ N . l . C , v o l 2 0 tt , r ¡ ) t r ¡ | l 1 ¡ ¡ r f f / . ' i f i , . , y ' i r . t , t , 1 ¡ r . l

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.l,rRli:P,\,,) R{D{'crr

cia en la lrontera se desplegó Plename¡rte, con todo el apatato burocráiico y

militar quedespluó alaregión cuando decidió ocupar, definitivamente' eslas

tierras en la segunda mitad del siglo xü. Una serie de cambios que se venían

anunciando desde los años cuarenta derivaron en la intervencñn estatal que

analizaremos en ¡os capitulos siguienles, co todd las consecuencias que iuvo

par¿ el púeblo mapuche y la región en Eeneral

Lq.S COSAS CAMBIANLA DÉCADA Dtt-ctNcljENTA y l-{ ()clrp^ctóN D[ LAAIAUCANÍ^

S¡rbenn)s lambién que has|a rnediados del sigk, pasado, los grupos dni$nk.s quc h¿bían tomado el conrrol del paír no denrosrraron mucho in{erés

r.slr rrgñn. Con la mirada puesta e¡ el norLe ) en las haciendas del V¿ller l r u l . ¡ u ) J \ r i q u F / ¡ s m i n . r a . r ¡ , r , , d u , , i o r r r r r p f l . p d ¡ e i i r n m u \ a t , u p r . rpu¡¡ ¡t¡¿.r r¡rversi{Distas extr¿njero, y exporrar 1() que Europa y oros¡'(l(,s dcDrandaban,l¡ A raucani¿ p¡rccía no inreresa¡ a n¡dje.

l,lll cosas cmpezaron a cambiar hacia 1850. A parrir de esos años, uDa' dt l¿. L(n cs q ue operarcn simultáneamenle deseDcaden¡ron la ocupacia)n

l¡ld l rilori(,, provocando la desnrtegración del viejo espacio fronlerizo.{'i l,eso dc¡ trrado en formacrln se dejó senrir, enLonces! sobre la

Q'mo ya sabenros, Chile sc exrendia, a mediados del sjslo pasado, desde la( i i rd i lh ,a de lo \ Andcs ¡ l I 'a , r f i .o t d"de c l de.pubt¿do¡e ArJ, ¿ma hd. 'J Id'li(¡radel

Fuego. A medio camnro, casi5s{) km at surde Sanriago, quedaba, sinr'rnbargo, un terntorio h¿6tae¡cual no llegaba la ¡uroridacl del Est;do: la viejaliortcra rnapuche. Ese ter.irorio, que había togrado duranre la colonia et ati,Füdi 'dF, uhe$on rnrernJ ! evcmJ que de.6, amú. pn tosdo. pr imprDr.aprruhh, v rn!nrenia rodJ\ rJ c , ,nro cn lú . \ reto. ( idmpu. ( , , lonra lcs. ( n I ba, !anr"¡ulrnxnnia y regulada por los pnncipnx propios de una fronrera que seguian(rnnprriendo hunrcasy mapuche, la Arauca ia se convirrió en u¡a cspecie deE¡l¡tl¡, incrustadoen otro, elchileno, en p¡eno procesode formaci.in.

t¡(ari¡t, i'nplniendo a la región el proyecro de país ) nacntn, claboradoIt ¡g¡rpos diritíenles que gobernaban Chile desde Santiag¡t,,.or ¡r(1¡nts (tte pri)vocaron laocupación fuefon de ditint{) ¡ipo y natura.l,¡r h,¡l){¡ exrcnr)s c inlernos. ¡lntre ios primeros. no abe duáa que lardcnhnd¡ de a l iDrcDtos der ivada delaumento dc Iapobl¿ción mrtndia lt r ¡n\1, ,Uln, , r , , ' ^ qu. p¡ , {uf ¡ , ld l (pvolu(r ' ,n t rdu.r ¡ rJ t , " " 'nutJ,on td

lnr rlo rr8roncs quc hasl!ent(rrccs se habian i¡anrenido casisin expk!rv¡rr.rs (lrl .rpitalis¡rro inglós y los p¡ogresos del rnnsporre, acete.¿-

l , r rx1.r , i Ivr l ¡ rd{ , rs ic len¡ ime¡o en e l mismo movimiento de ocupa-F l l r . r ' ¡ rs i l ' r ' . ¡ l r ( l i l a { f f ts reg(rncs de Amér ica, Afr ica, Asia y Oceania.l l ¡ r r , r ¡ t r ¡ , l i l t ) ¡ rs tnnr l ) i ( I csr iD)uki e l ¡ \ 'ancc a 1as t ier ras indigen¿s.l r , ¡ { , , . In , ' ,n \ l i r re i , )

( lc l l is r r r l , r h izo p0sib lc la ex i rencia de u;a inst p ¡ t r x l , , , , ' r ¡ , 1 1 r ( i , l ( , A \ I r \ n i ( , , 1 : r f i l r r . h . r d c t ¡ r , r c ¡ d ¡ ¡ r k 1 ¡ r i e r r ¡ ,