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    BOLETN DEL MUSEO CHILENO DE ARTE PRECOLOMBINOVol. 13, N 1, 2008, pp. 9-34, Santiago de Chile

    ISSN 0716-1530

    * Javier Nastri, CONICET - Museo Etnogrfico J. B. Ambrosetti, Universidad de Buenos Aires, Moreno 350, Buenos Aires (1091), Argentina,email: [email protected]

    Recibido: marzo de 2008. Aceptado: mayo de 2008.

    Las diferentes definiciones de estilo se relacionan, por

    lo general, con la descripcin de conjuntos de rasgoscon ciertas caractersticas, que permiten asociar entres objetos culturales diversos; ya sea que compartan o

    no el mismo medio, lenguaje o gnero (Steimberg 1993:

    59). Se trata entonces de una propiedad relacional de

    buena parte de los eventos comprendidos en una pocao perodo (Hodder 1990: 45). En la prctica arqueolgica

    los estilos son considerados representaciones visuales

    propias de un tiempo y lugar especficos, y, al menos,transmiten informacin acerca de la identidad de lasociedad que las produjo (Rice 1987: 244).

    Las urnas santamarianas constituyen el gnero privile-

    giado para la expresin del estilo santamariano y, en tal

    sentido, permiten su inmediata identificacin. De hecho,

    ha sido el primer estilo definido en la arqueologa argen-

    tina (Lafone Quevedo 1892). Y ms all de los aspectos

    morfolgicos y tcnicos de la cermica, la representacinde una figura central a la cual, a falta de un nombre mejor,

    denominar de las largas cejas, constituye otro elemento

    bsico que permite la asignacin de un vasto conjuntode piezas a un mismo grupo. En el presente artculoabordar el tema de la forma de representacin de lamencionada figura a partir del anlisis de una muestra

    de 756 piezas enteras conservadas en diferentes museos

    de Argentina, Europa y Estados Unidos.1Me centraren aquellas variantes de representacin del rostro y del

    LA FIGURA DE LAS LARGAS CEJAS DE LA ICONOGRAFASANTAMARIANA. CHAMANISMO, SACRIFICIO YCOSMOVISIN CALCHAQUTHE FIGURE WITH LONG EYEBROWS IN SANTAMARIANA ICONOGRAPHY.SHAMANISM, SACRIFICE AND THE CALCHAQU COSMOVISION

    JAVIERNASTRI*

    El gnero discursivo de las urnas funerarias santamarianas,producido en el marco de la sociedad calchaqu, estuvo envigencia entre los siglos XIy XVIIa lo largo de una extendidaseccin de la Subrea Valliserrana del actual Noroeste Argentino.Su aspecto temtico principal est dado por una figura central

    denominada de las largas cejas. El presente texto analiza lascaractersticas que asume la representacin de esta figura enuna amplia muestra constituida por piezas enteras de museos.Se propone que elementos tales como arreglos ceflicos,cabezas trofeo y otros referentes significativos del simbolismocalchaqu, constituyen indicadores de una cosmovisin de tipochamnica y sacrificial. Palabras clave:urnas funerarias, sacrificio, chamanismo,iconografa, simbolismo, cosmovisin

    The Santamariana discursive genre funerary urns produced by

    the Calchaqu society were used from the 11thto 17thcentury in a

    vast part of present-day Northwest Argentinas Valliserrana sub-

    area. The genres main subject is a central figure referred to as

    of long eyebrows. The present text analyzes the characteristicsof this representation in a broad sample of complete museumartifacts. It is proposed that cephalic adornments, trophy headsand other key referents in Calchaqu symbolism stand as

    indicators of the importance of ideas and concepts belonging

    to a sacrificial-type cosmovision.Key words:funerary urns, sacrifice, shamanism, iconography,

    symbolism, cosmovision

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    10 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    cuerpo ms relevantes para discutir la pertinencia deasociar la imaginera calchaqu a concepciones de ca-

    rcter chamnico y sacrificial. Buscar mostrar que este

    aspecto resulta de gran importancia para la comprensin

    de los cambios histricos principales experimentados por

    los antiguos calchaques; belicoso pueblo que vivi enun amplio sector de los valles y quebradas del actual

    Noroeste Argentino, entre los siglos XIy XVIIde la Era(Tarrag 2000; Nastri 2003; Greco 2005).

    COSMOLOGAS

    En su ya clsica obra sobre los sistemas totmicosde clasificacin, Lvi-Strauss (1964: 326) destac questos se basaban en la metfora (una homologa entre

    la serie de las especies naturales y la de los grupossociales) y los contrapuso con la lgica del sacrificio,a la que asoci con el desarrollo de relaciones meton-micas entre significantes: las especies naturales formanaqu un continuumque media, a travs de sucesivasidentificaciones, entre la humanidad y la divinidad. En

    tiempos recientes, varios autores destacaron la nece-sidad de que el sacrificio contara con un tratamientosimilar al que tuvo el totemismo, proponiendo que lams adecuada nocin para contrastar con este ltimo

    sera la de animismo(Descola 1992; Viveiros de Castro2005: 341). Esta cosmologa, o modo de identificacin,

    apela a categoras sociales para significar relacionesentre especies diferentes, atendiendo a la idea de quetodas las especies que pueblan el cosmos poseen con-

    ciencia e intencionalidad (Descola 2006). Dentro deesta manera de pensar, la humanidad es slo uno delos puntos de vista disponibles para ser adoptados porun individuo, ms all de su naturaleza biolgica. En el

    contexto de esta nocinperspectivista, resulta entonces

    central la funcin del chamn, definido a partir de la

    capacidad que poseen algunos humanos para atravesarlas barreras corporales a fin de adoptar las perspectivas

    de las subjetividades no humanas (Viveiros de Castro2005: 342-343). El chamanismo difiere del sacerdocio

    en el hecho de que los chamanes producen la conexin

    con otras subjetividades a travs de su propio cuerpo.

    Otras cualidades de la ideologa chamnica clsica son:

    1) la naturaleza estratificada del cosmos; 2) la creencia

    en un tiempo mtico, cuando era posible moverse entre

    los distintos mundos; 3) la reproduccin del cosmosestratificado al interior de cada individuo; 4) el chamn

    como dueo de los animales y como medio de contactocon el mundo sobrenatural; 5) un rol importante de losanimales en el vuelo chamnico, y 6) un carcter flico

    y agresivo (Reichel-Dolmatoff 1988; Price 2001).

    Hugh-Jones (1996: 37) distingui dos tipos dechamanismo: el horizontal y el vertical. Chamanes

    horizontales son aquellos tpicamente guiados por lainspiracin y que muestran grandes dosis de carisma atravs de sus acciones, a la vez que, con frecuencia, su

    conducta es moralmente ambigua y agresiva. Este tipode chamn se encuentra principalmente en sociedadesde un tipo ms igualitario y belicoso. Por el contrario,

    la figura del chamn vertical es ms prxima a la de unsacerdote y corresponde a sociedades ms jerrquicas

    y pacficas (Hugh-Jones 1996). Ms an, para Viveirosde Castro (2005: 346) el sacerdocio es el producto de

    la transformacin de la funcin chamnica, una vez

    que valores tales como ancestralidad (continuidadentre gente muerta y viva) y jerarqua (discontinuidadentre gente viva) han emergido en una sociedad. Encontraste, el rgimen cosmolgico del chamanismo

    horizontal establece que la distancia entre los vivos ylos muertos es mayor que aquella existente entre losmuertos y los animales.

    En una obra reciente, Descola (2006) ha propuestoun esquema de cuatro ontologas de la praxis, para

    organizar el conjunto de nociones desarrolladas en losltimos aos en referencia al tema. Al totemismo y elanimismo, Descola agrega el naturalismo, propio dela sociedad moderna, y el analogismo, una cosmologa

    extendida durante siglos en buena parte del globo.Combina en su esquema las nociones de fisicalidadeinterioridadcon las de continuidad y discontinuidad(fig. 1). De esta manera, a la inversa del animismo, elnaturalismo de la sociedad moderna asume la con-tinuidad de las fisicalidades (todas las especies del

    reino animal) y la discontinuidad de las interioridades(slo el hombre posee conciencia). En el analogismo,por ltimo, como reverso del totemismo, en lugar de

    usarse la metfora para el establecimiento de diferencias

    sobre un universo percibido como continuo, se apela

    a dicho dispositivo retrico para la superacin de unaverdadera proliferacin de entidades discontinuas ysingulares, tanto en el plano de las fisicalidades comode las interioridades.

    Las sociedades no se limitan a la asimilacin de una

    nica cosmologa, sino que por lo general articulan varias,

    siendo una la predominante (Descola 2006: 148). sta,por su parte, constituye tambin una forma de conce-bir al colectivo y al sujeto social, lo que trae consigouna problemtica intelectual particular a resolver por

    medio de la praxis (Pazos 2006: 188). El arte vinculado

    a la prctica funeraria proporciona un rico corpus deexpresin de valores culturales que permite explorarla cuestin de la presencia de significados vinculadosa algunas de las cosmologas mencionadas.

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    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 11

    EL ARTE SANTAMARIANO

    Las piezas ms caractersticas del estilo cermico santa-

    mariano son las urnas y los pucos. Luego cabe considerar

    ollas, miniaturas de urnas y de pucos, figurillas modeladas

    y grandes urnas de tipo aribaloide. En lo que respecta

    a la pasta, los distintos tipos tienen en comn la pre-sencia de mica y de tiesto molido, como antiplstico. La

    compactacin es variable, correspondiendo las mejores

    pastas a la variedad tricolor (Pieiro 1996; Palamarczuk

    2008). A excepcin de algunas figurillas que slo pre-sentan bao en la superficie, todos los tipos presentandecoracin pintada; mayoritariamente en colores negro y

    rojo sobre fondo blanco (variedad tricolor), negro sobre

    blanco (variedad bicolor) y, en mucha menor frecuencia,

    negro sobre rojo (Marchegiani et al. 2007).Fragmentos de estas piezas cermicas decoradas

    abundan en la superficie de los yacimientos que con-tienen restos de las poblaciones locales de los ltimos

    tres perodos de la etapa agroalfarera de la regin(Tardo, Imperial e Hispano-Indgena), desarrolladosaproximadamente entre los aos 1000 y 1670 DC.2La

    proporcin en que se manifiesta el tipo santamariano en

    los conjuntos cermicos de los sitios del valle de Santa

    Mara o Yocavil, en las actuales provincias argentinas de

    Catamarca, Tucumn y Salta (fig. 2), es igual o mayor ala de la cermica no decorada (Palamarczuk 2008). Losejemplares de piezas completas que se encuentran en

    numerosos museos del mundo corresponden a hallazgosrealizados en contextos funerarios. En dichos contextos

    las grandes urnas contienen, por lo general, esqueletos

    de individuos neonatos y aparecen tapadas por pucos

    colocados boca abajo. En ocasiones, el lugar de los

    pucos es ocupado por lajas planas. Las urnas pueden

    llenar el espacio de una cmara cilndrica estrecha, o

    bien aparecer contiguas a otras con idntico contenido

    en cmaras ms amplias, junto a individuos fuera de

    urnas y acompaados de otros objetos. Miniaturas,

    ollas y pucos corresponden por lo general a este ltimogrupo, pudiendo haber contenido, los ltimos, lquidos

    y alimentos destinados al consumo del difunto.

    Las urnas son vasijas alargadas, de entre 50 y 60

    cm de alto por 35 cm de ancho aproximadamente, que

    pueden dividirse en tres partes: un cuello cilndrico, por

    lo general evertido, un cuerpo ovoide y una base cnica

    constituida por un puco (fig. 3). Las asas, casi siempre

    acintadas, se ubican en los laterales del cuerpo, donde

    se disponen franjas negras que se ensanchan en la mitad

    de la pieza o en la base. En algunos casos puede haber

    otro par de apndices, modelados en los laterales delcuello (asas trenzadas, moos) o en la parte superior

    del cuerpo (cabezas humanas). Las caras frontales de la

    pieza estn reservadas para la decoracin pintada (en

    ocasiones combinada con aplicaciones modeladas) de

    un personaje antropomorfo caracterizado por presentar

    largas cejas. El rostro de dicho personaje se dispone

    sobre el cuello de la pieza, en cuyas mejillas hay de-

    coraciones geomtricas o figurativas, probablemente

    representando decoracin facial.3En los casos en que

    se apela al uso del pastillaje (agregado de porciones de

    pasta modelada sobre la superficie de la vasija), ste selimita a la figuracin de cejas, ojos y, con menor fre-

    cuencia, nariz. Slo en algunas variantes propias de la

    zona de Pampa Grande o Santa Brbara (vase fig. 2)

    Figura 1. Tipologa de ontologas de la praxis de Descola (2006), modificado de Callens (2006) y Mendes do Santos (2002).Figure 1. Typology of Descolas praxis ontologies (2006), modified from Callens (2006) and Mendes do Santos (2002).

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    12 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    Figura 2. rea de estudio con indicacin de la distribucin de las subtradiciones regionales del estilo santamariano segnCaviglia (1985).

    Figure 2. Study area including the distribution of the Santamariano-style regional subtraditions according to Caviglia (1985).

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    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 13

    se representa tambin la boca de este modo, junto conel modelado de las mejillas.

    Existe tambin correspondencia entre el cuerpo de

    este personaje antropomorfo central y el de la vasija, en

    un procedimiento metafrico en el que los marcos de

    referencia consisten en diferentes soportes materiales:imagen pintada y modelado cermico.4El elemento que

    ms destaca es el vestido, que puede ser de dos tipos,

    aparentemente de acuerdo con el gnero del personaje

    en cuestin (Weber 1981: 19). Slo uno de ellos permite

    que se vean los brazos, recogidos hacia el centro de lafigura, ya sea solos o sosteniendo un puco. Estos son

    los nicos elementos del cuerpo que parecen realizados

    con pastillaje adems de pintura.En las urnas santamarianas no hay representacin

    de los miembros inferiores. En el caso de las piezasen las cuales se organiz la decoracin del cuerpo en

    base a una divisin tripartitavertical(Podest & Perrota

    1973: 11), en la seccin basal contina casi siempre larepresentacin pintada de la seccin media (fig. 3). En

    cambio las piezas que tienen decoracin del cuerpo con

    brazos (ya sean humanos o serpentiformes) presentan

    divisin entre las secciones media y basal de la vasija(Podest & Perrota 1973: 12). En esta ltima se dispo-ne la misma decoracin no figurativa habitual en lospucos, con los cuales comparten una misma identidad

    tecnolgica y morfolgica.Hay una pequea proporcin de casos (5%) en losque faltan casi por completo los elementos figurativosque refieren al personaje central de la pieza.5Mucho

    ms excepcionales son los ejemplares en los que enuna cara aparece representado dicho personaje y en la

    opuesta otra figura, pues en la gran mayora de los casos

    las representaciones de ambas caras son prcticamenteiguales, aunque siempre con alguna variacin en detalles

    como la presencia diferencial de algn componenteo cambios en la cantidad u orientacin de un mismo

    elemento (fig. 3). Esta apelacin a pequeas diferencias,

    falsa simetra o gemelidad imperfecta (Lvi-Strauss 1992),

    que hemos dado en llamar diferencia sutil(Nastri 2005-

    2006), tambin se plantea entre los dos trminos de lasimetra en la decoracin de una misma cara, ya sea en

    la decoracin del cuello, la del cuerpo, o ambas.

    En los primeros tiempos de desarrollo de la arqueo-

    loga del Noroeste Argentino, las variaciones en el estilo

    de las urnas santamarianas fueron interpretadas entrminos de variaciones locales a partir de una forma

    tpica (Bregante 1926: 29) o clsica, propia del vallede Santa Mara. Por su parte, Sergio Caviglia (1985) enun trabajo an indito establece cuatro tradiciones re-

    gionales para el estilo santamariano: Yocavil, extendida

    por el valle de Santa Mara y el de Taf; Calchaqu, en

    el valle homnimo; Santa Brbara o Pampa Grande, alo largo de la Quebrada de las Conchas, y Valle Arriba,en la zona de Cafayate, lugar de confluencia de las trestradiciones anteriores (figs. 2 y 4).

    El esquema de representacin bsico de las urnasse mantiene constante en la gran mayora de los ejem-plares. De esto se desprende que la representacin noconstituye una expresin de la inspiracin particularde un artista individual sino que responde a un patrnextendido en la sociedad (por ejemplo, mitos) y, por lo

    tanto, con un valor especial probablemente articuladocon disposiciones propias de la organizacin polticao social del grupo. Las lneas fundamentales de dichopatrn estn dadas por la disposicin de los camposdecorativos en funcin de las partes de la vasija, como

    metfora de una forma humana o semihumana (Gonzlez,A. R. 1977: 323), cuyo rasgo ms notorio y compartidoes el rostro.

    LA INTERPRETACIN DE LAS IMGENES

    Para la comprensin de estilos y gneros resulta til ladiscriminacin entre rasgos temticos, retricosyenuncia-

    tivos (Steimberg 1993). La dimensin temtica est dada

    por la referencia de un texto a acciones y situaciones

    segn esquemas de representabilidad histricamenteelaborados y relacionados, previos al texto (Segre 1985:

    48); la retrica, por los mecanismos de configuracin

    de un texto (Hodder 1993), mientras que la enunciativa

    Figura 3. Secciones y partes constitutivas del gnero de las urnassantamarianas (modificado de Weber 1978). Se indica la manifesta-cin de la diferencia sutil en la alteracin de la simetra rotacionaldel cuello.

    Figure 3. Constituent sections and parts of the Santamariana urn

    genre (modified from Weber 1978). The subtle alteration of the

    necks rotational symmetry is marked.

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    14 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    alude a las condiciones de la situacin comunicacional.6

    La primera y la ltima constituyen las dimensiones ms

    difciles para los abordajes arqueolgicos. Los esquemas

    de representabilidad previos al texto, en el marco desociedades sin escritura, prcticamente pueden conocerse

    slo en el caso de tiempos no muy lejanos, cuando han

    podido conservarse tradiciones orales o crnicas deltiempo del contacto. Las condiciones de la situacincomunicacional son posibles de ser reconstruidas pormedios exclusivamente arqueolgicos y a partir de un

    registro muy amplio y detallado, algo que recientemen-

    te ha tomado impulso en la arqueologa calchaqu enrelacin a los contextos mortuorios (Johansson 1996;Marchegiani 2008).7En la consideracin de los rasgostemticos, dos herramientas clave son los conceptos

    de temay motivo. Panofsky asimila los motivos a lossignificados primarios onaturales y los temas a lossignificados secundarios o convencionales (motivos+ conceptos). Adems, este autor toma en cuenta elsignificado intrnseco o contenido, aludiendo con stea los valores ms generales expresados a travs de la

    representacin (Panofsky 1983: 47-49).Para ejemplificar, podemos tomar la representacin

    del and o suri a la manera designificado primario:una determinada configuracin de lneas y de colores

    permite identificar a dicho animal de manera clara(fig. 5, pieza Fase II), en el contexto de lo que Panofsky

    denomina anlisis preiconogrfico. Esta interpretacinde significados primarios comprende un aspecto fcti-co (el and) y un contenido expresivo (por ejemplo

    Figura 4. Variantes regionales de las urnas santamarianas establecidas por Caviglia (1985). De izquierda a derecha: a) Calchaqu; b) PampaGrande; c) Valle Arriba; d) Yocavil.

    Figure 4. Regional variants of the Santamariana urns, established by Caviglia (1985). From left to right: a) Calchaqu; b) Pampa Grande;

    c) Valle Arriba; d) Yocavil.

    Figura 5. Secuencia de fases de las urnas santamarianas clsicas o variedad Yocavil, desarrollada por Weber (1978) y Podest y Perrota(1973). Los ejemplos usados pertenecen a ejemplares de la muestra trabajada en la presente investigacin.

    Figure 5. Developmental phases of the classic Santamariana urns, or Yocavil variety, by Weber (1978) and Podest and Perrota (1973).

    The examples used include samples from the current studys collection.

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    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 15

    el and apacible, inquieto o a la carrera) (Panofsky1979: 14). El tema en el cual este motivo se encuentra

    articulado ya corresponde a un segundo nivel de mayor

    abstraccin que, por lo tanto, requiere una carga inter-pretativa tambin mayor. En el caso que nos ocupa,

    los autores de principios del siglo XXno dudaron enasociar la figura del and con el tema de la lluvia y lafertilidad (Quiroga 1992: 432).8Ms all del acuerdo o no

    con esta interpretacin, me interesa sealar el valor delmotivo como el elemento ms claramente identificable

    y que permite sentar bases para la comparacin de laevidencia. Para esto debe tenerse en cuenta que:

    Temas y motivos cumplen [...] una labor de formalizacin [...]en segmentos de diversa medida y a diferentes niveles, y esesta formalizacin la que simplifica y acelera la comprensindel discurso de las ideas, ya que suministra pequeos bloques

    compactos de realidad existencial o conceptual estructuradasemiticamente (Segre 1985: 357).

    La articulacin de motivos y temas, en el marcode historias y alegoras, conlleva a la realizacin delanlisis iconogrficopropiamente dicho; antesala dela sntesis interpretativa que Panofsky (1983: 49) deno-mina iconologay que consiste en el descubrimientodel significado intrnseco o contenido, la mentalidad

    bsica de una sociedad, manifiesta tanto en la signi-ficacin iconogrfica como en los procedimientos de

    composicin. El problema con los objetos del pasadoprecolombino de la regin reside en que las historias

    y alegoras o bien estn ausentes, o bien persisten muy

    fragmentadas y mezcladas con tradiciones posteriores.

    Por ejemplo, en Costumbres y supersticiones en los valles

    calchaques, Ambrosetti (1953: 117) document varias

    prcticas, ritos y creencias, destacando siempre el hecho

    de que la superposicin de otros hombres y otras ci-vilizaciones a lo largo del tiempo pudo haber alteradosu forma primitiva, la cual tena ms posibilidades deconservarse intacta hacia el sur.9

    ROSTROS EN LAS VASIJAS

    Al sur de nuestra rea de estudio, en la actual provincia

    argentina de La Rioja, Agero Vera document la vene-

    racin de otras divinidades de carcter malfico o biendual, como la Yacumama, quien era buena de da ymala de noche. Yacumamasignifica madre del agua

    y su rasgo principal estaba dado por sus grandes ojosblancos y fosforescentes(Agero Vera 1972: 60).10A

    comienzos del sigloXXse representaba a la Yacumamaen las zonas serranas de La Rioja como una viejecita toda

    blanca, que moraba cerca de los manantiales. SealaAgero Vera (1972: 64) que este culto se encontraba

    muy relacionado con la serpiente, dado que sta erauna de las formas que adoptaba la diosa para asustara todo aquel que osara acercarse a su morada una vez

    cado el sol.Los ojos de la figura de las largas cejas resultan al-

    tamente llamativos al observador. Por lo general estntrazados en color negro y no son de gran tamao, adiferencia de las cejas, que s presentan grandes pro-

    porciones. No obstante, en la muestra consideradaexiste una cantidad de casos (30) que por sobre losojos habituales presentan otro par, de mayor tamao

    y realizado en negativo, de modo que resaltan en colorblanco, de una manera similar a la de los ojitos de la

    decoracin arquitectnica calchaqu (Reynoso 2003) ya la descripcin de la divinidad recopilada por Agero

    Vera. La pieza de la figura 6 constituye un caso nota-ble de definicin del motivo que hemos denominadosobre-rostro negativoy que se forma a partir de lacombinacin de dos elementos: las cejas compuestaspor lneas de tringulosunidosy un tumio tringulocurvadosuperior (Nastri 1999: 392, 395-396) con unapunta gruesa rectangular. La boca de la urna parecieratener mayor vinculacin con el sobre-rostro, de nariz

    triangular negativa y de aspecto felnico, que con el

    rostro habitual de la figura de las largas cejas, indicado

    por ojos-cabeza-de-andincluidos en una franja roja

    en forma de V que atraviesa todo el cuello.En la pieza de la figura 7 el motivo presenta tam-

    bin una muy buena definicin, pero, a diferencia de

    la anterior, el tringulo negativo que representa la nariz

    est orientado con un vrtice en la parte superior y un

    cateto horizontal en la inferior. Pero lo ms interesante

    de esta pieza es que el sobre-rostro presenta en ambascaras de la vasija largas cejas de cordn punteado (Nastri

    1999: 392), mientras que aquel que suponemos el rostro

    habitual tiene en una cara de la pieza cejas de cordnpunteado y en el anverso un cordn negativo.

    En lo que respecta a las bocas, por lo general slohay una por cara y en la mayora de los casos no quedaclaro a cul de los dos rostros corresponde, si es quees exclusiva de alguno. En ejemplares como el de lafigura 8, por ejemplo, las bocas estn adosadas a la

    parte inferior de los sobre-rostros y separadas de losojos de la figura de las largas cejas por sendas lneas ocampos divisorios (por lo general rojos). Pero en otroscasos similares, como el de la figura 9, la divisin esms difusa o directamente queda de manifiesto la vin-culacin de la boca con el rostro habitual de la figura

    de las largas cejas. Y en casos como el de la figura 10la boca se encuentra adosada al extremo inferior de lascejas de cordn punteado; los ojos de la figura de laslargas cejas se encuentran enmarcados en la franja roja

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    16 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    Figura 6. Ejemplo de sobre-rostro negativo. Pieza N 73-257 del Museo Etnogrfico J. B. Ambrosetti (MEJBA), de la Universidadde Buenos Aires. En los recuadros se presentan el motivo de sobre-rostro y de rostro habitual del anverso de la pieza, en formaaislada. Del mismo modo se representan los motivos (en este caso, indiformes) donde se manifiesta la diferencia sutil.

    Figure 6. Example of negative negative resist face cover decoration. Piece N 73-257, Museo Etnogrfico J. B. Ambrosetti (MEJBA),

    Universidad de Buenos Aires. The two boxes on the left present the face cover motif and the customary face motif on the pieces

    obverse side. In addition, they show other motifs (in this case, indiform) exhibiting subtle differences.

    Figura 7. Ejemplo de sobre-rostro negativo. Pieza N 199 del Museo Arqueolgico Provincial Eric Boman (MAPEB), de la ciudadde Santa Mara, Provincia de Catamarca. En los recuadros se presentan el motivo de sobre-rostro y de rostro habitual del anversode la pieza, en forma aislada.

    Figure 7. Example of negative r esist face cover decoration. Piece N 199, Museo Arqueolgico Provincial Eric Boman (MAPEB),

    Santa Mara, Province of Catamarca. The two boxes on the left present the face cover motif and the customary face motif on the

    pieces obverse side, without the rest of the decoration.

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    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 17

    Figura 8. Ejemplo de sobre-rostro negativo. Pieza N VC5912 del Ethnologisches Museum (EM), de Berln. Procedencia: FuerteQuemado (coleccin Zavaleta). En los recuadros se presentan el motivo de sobre-rostro y de rostro habitual del anverso de lapieza, en forma aislada.

    Figure 8. Example of negative resist face cover decoration. Piece N VC5912, Ethnologisches Museum (EM), Berlin. Source: Fuerte

    Quemado (Zavaleta collection). The two boxes on the left present the face cover motif and the customary face motif on the pieces

    obverse side, without the rest of the decoration.

    Figura 9. Ejemplo de sobre-rostro negativo. Pieza N 3 o 55/78 (MAPEB). En los recuadros se presentan el motivo de sobre-rostroy de rostro habitual del anverso de la pieza, en forma aislada. Tambin se representan los motivos indiformes donde se manifiestala diferencia sutil.

    Figure 9. Example of negative resist face cover decoration. Piece N 3, or 55/78 (MAPEB). The two boxes on the left present the face

    cover motif and the customary face motif on the pieces obverse side. In addition, they also show other motifs (in this case, indiform)

    exhibiting subtle differences.

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    18 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    Figura 10. Ejemplo de decoracin similar a la de sobre-rostro negativo, pero sin presencia evidente del mismo. Pieza N 36 (MAPEB).En el recuadro se presenta el motivo del rostro de la figura de las largas cejas en el reverso de la pieza, en forma aislada. Delmismo modo se representan los motivos indiformes donde se manifiesta la diferencia sutil.

    Figure 10. Example of decoration similar to that of the negative resist face cover, but without the face covers readily apparent pre-

    sence. Piece N 36 (MAPEB). Inset: the face of the long-eyebrowed figure on the pieces back side. Also shown are indiform motifs

    exhibiting subtle differences.

    Figura 11. Ejemplo de rostro de la figura de las largas cejas con ojos cerrados y decoracin de serpientes curvas en el cuerpo. PiezaN 73-233 (MEJBA).

    Figure 11. Example of the face of the long-eyebrowed figure, with eyes closed, and of the decoration of undulating serpents on the

    personages body. Piece N 73-233 (MEJBA).

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    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 19

    en forma de V, pero no hay sobre-rostro, slo est elespacio negativo entre las cejas y la franja roja.

    Cabe destacar que todos los casos de sobre-rostros

    identificados corresponden a piezas con decoracintripartita del cuerpo; esto es, que tienen la decoracin

    del cuerpo organizada en funcin de una banda central

    vertical (Nastri & Vietri 2004: 368). Esta presencia dife-rencial resalta el carcter significativo de la oposicin

    entre los dos tipos de organizacin del cuerpo (vasesiguiente acpite), en lo que respecta a la figura delas largas cejas.11Quiroga, quien le ha prestado granatencin, se preguntaba:

    [] esta figura general, al parecer de rostro humano, de

    vientre abultado, de largos brazos, y cuyas manos portan elvaso, es en realidad una figura representacin antropomorfa?Contestaremos negativamente. [] La figura representacin

    en cuestin tiene la vez caracteres humanos y animales(Quiroga 1901: 135-136).

    Resultaban humanos para Quiroga el corte de lacara, los arcos de las cejas y la boca dentada; mientrasque los ojos (cabezas de andes o de serpientes) yla nariz (alargada como continuacin de las cejas en

    forma de pico de ave) aluden a especies animales.De acuerdo a lo propuesto por Panofsky (1979: 14),resulta til considerar no slo el aspecto fctico (ojo

    humano, de and, de serpiente, etc.) sino tambin elexpresivo, para fines de la interpretacin de los signi-ficados primarios. El ojo de la figura de las largas cejas

    se representa en algunas ocasiones con la apariencia de

    estar cerrado(fig. 11), pero ms frecuentemente comocabeza de and.

    Como parece ser regla en el arte santamariano, con

    las alteraciones y permutaciones entre motivos a lo largo

    de la serie (Nastri 2008), existe un espectro de grados en

    la claridad de la asignacin: desde aquellos casos bienevidentes, hasta los ms ambiguos. Entre los primeroscabe destacar los casos en que los ojos de la figura delas largas cejas corresponden a la vez a las cabezas de

    sendos andes naturalistas (estilizados en volutas o

    no) que ocupan cada una de las mejillas(fig. 12); entrelos ms ambiguos se cuentan casos de ojos circulares,con largos apndices curvos (cuellos de and?), perosin que se pueda reconocer el cuerpo del animal en

    la decoracin del cuello de la vasija (vase fig. 3). Enun grado intermedio de ambigedad se encuentran loscasos de ojos realizados en trminos de dos crculosconcntricos bien redondos: el externo hara entoncessimultneamente de cabeza de and y de rbita del

    ojo de la figura de las largas cejas; el crculo interiorhara de rbita del ojo del and y de iris del ojo de la

    Figura 12. Ejemplo de ojos de la figura de las largas cejas, conformados por una representacin bipartida de andes estilizados envolutas. Pieza N 4554 del Museo de La Plata (MLP). Procedencia: El Baado (coleccin Muiz Barreto). En el recuadro se presenta elmotivo del and en forma aislada, junto con los motivos indiformes donde se manifiesta la diferencia sutil.

    Figure 12. Example of the long-eyebrowed figures eyes, formed by a two, symmetrical and (Rhea americana) representations, stylized

    as volutes. Piece N 4554, Museo de La Plata (MLP). Source: El Baado (Muiz Barreto collection). Inset: the and motif, together with

    indiform motifs exhibiting subtle differences.

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    20 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    figura de las largas cejas; por ltimo, un punto negrohara de pupila del ojo de la figura de las largas cejas

    y de ojo del and (figs. 6 y 9).12El diseo de ojos enforma de crculos concntricos ha sido sealado ya enel arte prehispnico del NOA, para perodos previos de

    la etapa agroalfarera, como representativo de estadosalterados de conciencia (Gordillo 1990: 23). Lo quepuede apreciarse en los casos mencionados es quedicha forma de representacin de los ojos de la figurade las largas cejas est siempre asociada a piezas consobre-rostro negativo.

    El aspecto expresivo de la figura de las largas cejas

    no est centrado slo en los ojos, sino tambin en laboca. El rostro adquiere una expresin amenazantecuando los ojos con apndices de lneas dispuestospor encima en orientacin vertical se combinan con

    una boca con indicacin de dientes, curvada haciaarriba, como es norma en las urnas Fase IV (figs. 5,13, 14 y 15). Se puede apreciar entonces que la figurade las largas cejas representa un ser que en ocasionespuede ser amenazante y en otras no. Y la expresinpuede radicar en ella o bien en un ser fantstico queest por detrs; ya sea que este ser se coma a lafigura de las largas cejas; que represente al alter egooanimal tutelar del chamn (Llamazares 2004: 100-102)o a un atuendo ceflico de ste, que le transmitiera las

    propiedades agresivas del animal, en la manera usual

    en que se viste el sacrificador en diversas sociedadesde los Andes y la Amazonia (Gonzlez, A. R. 1998:208). La pieza modelada de la figura 16, aunque delperodo anterior al que nos ocupa, constituye un buen

    ejemplo al respecto.

    REPRESENTACIONES DE TIPOSACRIFICIAL EN LAS MEJILLAS DE LASURNAS

    Como tambin ilustra la pieza Aguada de la figura 16,desde tiempos anteriores al Perodo Tardo en la Subrea

    Valliserrana se representaba a figuras humanas con de-coracin facial en diferentes soportes, incluyendo vasijas

    con rostros modelados y motivos grabados o pintados

    sobre los mismos. En la alfarera Condorhuasi, Cinaga y

    Aguada existe un gran nmero de ejemplos de personajes

    que presentan decoracin en sus mejillas (Gonzlez &Prez 1972; Gonzlez, A. R. 1998). Si bien hay casos(sobre todo en el Perodo Medio, con tcnica grabadasobre vasos modelados) en los cuales la decoracin

    (un animal de perfil, o en representacin bipartida,por ejemplo) parece sobreimponerse al rostro sinrelacin aparente con la topografa del mismo (p. e.Gonzlez, A. R. 1998: 200-205), casi siempre la decoracin

    se articula con los rasgos faciales, disponindose muyfrecuentemente sobre campos definidos y delimitados,

    tales como la frente y las mejillas. El arte santamarianole imprimi un fuerte nfasis a esta concepcin, popu-larizando en sus primeras fases las mejillas ocupadaspormotivos encerrados en formas curvas (ovales), ge-neralmente con presencia de pintura roja. Uno de los

    motivos representativos de esta forma de decoracinde las mejillas es el de los andes scroll (Weber 1978:59) o estilizados en forma de voluta(Perrota & Podest1974), los cuales presentan un cordn rojo a modo deborde del cuerpo, que a su vez se transforma en ceja

    Figura 13. Representaciones de sacrificadores-sacrificados en el cuello de la urna N 2540 (MLP, coleccin Moreno).Figure 13. Representations of sacrificers/the sacrificed on the neck of urn N 2540 (MLP, Moreno collection).

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    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 21

    Figura 14. Representacin de cabezas trofeo en las mejillas de la urna N VC6494 (EM). Procedencia: Fuerte Quemado(coleccin Zavaleta).

    Figure 14. Trophy heads representation on the cheeks of urn N VC6494 (EM). Source: Fuerte Quemado (Zavaleta collection).

    Figura 15. Representacin de cabezas trofeo en las bandas laterales de la urna N 5968 (MLP), procedente de Lorohuasi, provincia deCatamarca (coleccin Muiz Barreto).

    Figure 15. Trophy head representations on the lateral bands of urn N 5968 (MLP), from Lorohuasi, Province of Catamarca (Muiz

    Barreto collection).

    de la figura central y nuevamente en borde de cuerpode and en la mejilla opuesta (vase fig. 12).

    Hay casos en los cuales resulta evidente que el tamao

    de las figuras circulares ha crecido, al punto de ocuparhasta los lmites mismos del cuello por los costados y

    en su parte inferior, confundindose con el borde de loscampos decorativos en la garganta de la pieza. De estamanera, no se trata ya de motivos circulares en las mejillas,

    sino de mejillas delimitadasy llenas de motivos en todosu interior. La mejilla delimitada deja libre al rostro dela figura de las largas cejas la cual puede considerarsetambin en forma separada de las mejillas, como un rostro

    angosto en forma de Y, remarcando quizs con esta

    extraa forma un estatussemihumano y ocupa toda laporcin aproximadamente triangular que se extiende desde

    la altura de los bordes externos de la banda central del

    cuerpo de la vasija hasta el borde lateral superior del cuello

    (figs. 13, 14 y 15). Los motivos denominados guerreros

    (Podest & Perrota 1973; Weber 1978) se correspondencon la estructura de diseo de mejillas delimitadas en elcuello, donde stas adquirieron una forma definida de

    cuasi-tringulo recto con una lnea curva convexa haciael centro de la pieza en lugar de la hipotenusa. Estos

    personajes se pueden manifestar ataviados con tnicas o

    protegidos por escudos, variantes que presentan idntica

    proporcin en la muestra.13

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    22 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    El caso ilustrado por la figura 13 es particularmenteinteresante porque representa a una figura antropomorfa

    con una cabeza trofeo negra sobre cada uno de sushombros y sin cabeza propia.14En el lugar de sta se

    dispone un espacio negativo con idntica forma al rostro

    en Y de la figura de las largas cejas, generada en suparte superior por un tringulo pleno curvadoidnticoal que presentan los rostros de las vasijas. As se presenta

    un juego de espejos cada vez que la figura de las largas

    cejas porta en sus hombros como trofeos a guerreros

    (como sincdoque), que a su vez llevan cabezas trofeos

    sobre los suyos. Resulta significativo el hecho de que la

    cabeza del guerrero grabada en la porcin inferior de la

    coraza de cuero del ro Loa publicada por Rydn (1944)

    haya sido representada con una estilizacin similar: elpenacho, que tiene la misma forma en Y que las cejas

    de la figura de las urnas santamarianas, prcticamentereemplaza el lugar de la cabeza (fig. 17). Y tambin esmuy sugerente el caso presentado por Luis Gonzlez

    sobre la reutilizacin de un fragmento de mejilla deurna santamariana con representacin de la cabeza delguerrero, como colgante en el cual la cabeza quedainvertida (Gonzlez, L. R. 2007: 46).

    Mientras que los guerreros que portan corazastienen todos adornos ceflicos en forma de penachos(fig. 15), los antropomorfos vestidos con tnicas pre-sentan distintas formas de arreglo ornamental en suscabezas. Si bien los penachos constituyen la forma ms

    frecuente (casi el 50% del total), tambin se registraroncasos (dos) sin atuendo ceflico, con gorros (otros doscasos) y con gorro en una mejilla y penacho en la otra(cuatro casos). Los gorros pueden ser rectoso con dospuntas(fig. 14); los penachos en forma de tridgito, deplumas hacia arriba, o en forma de medialuna(fig. 15).

    Corazas y tnicas difieren en las decoraciones que sonms frecuentes en cada uno de ellos. Mientras que en

    los primeros predominan las bandasgruesas diagonales

    (simples o cruzadas), diseos en forma deVy pares de

    Figura 16. Vasija Aguada modelada con representacin de personajecon atuendo ceflico de murcilago, atributo chamnico (tomadode Gonzlez, A. R. 1998: 204-205).

    Figure 16. Aguada modeled vessel with the representation of an

    individual wearing a bat headdress, a shamanic attribute (after

    Gonzlez, A. R. 1998: 204-205).

    Figura 17. Coraza de cuero del ro Loa con representacin grabadade guerrero con penacho en su porcin inferior (Rydn 1944).

    Figure 17. Leather cuirass from the Loa River. On its lower portion,

    the carved representation of a warrior with a crest (Rydn 1944).

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    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 23

    serpentiformes rectilneosen zigzag; en las tnicas el

    diseo predominante es unafranja central verticalque

    la mayora de las veces contiene guardas de escalonados

    espiralados rectoso bien serpentiformes o aviformes, pero

    siempre de modo individual (Nastri 1999: 394-396). Un

    nico caso de escutiformepresenta una banda centralvertical; en cambio ninguna de las tnicas que vistenlos antropomorfos tiene la decoracin de bandas grue-

    sas diagonales, ya sean simples o cruzadas, propias delas corazas. Veamos a continuacin qu caractersticaspresenta la decoracin del sector de las vasijas en lascuales cabe esperar la representacin de la vestimentade la figura de las largas cejas.

    MOTIVOS Y ESTRUCTURAS DEL DISEOEN LOS CUERPOS DE LAS PIEZAS

    La banda central verticaldocumentada en varias tnicas

    de los guerreros de las mejillas de las urnas organizala decoracin tripartita del cuerpo de la figura de laslargas cejas en ms de la mitad de los ejemplares que

    componen la muestra considerada. Pudo representarla faja propiamente masculina, pero en ese caso habrasido como emblema antes que como exhibicin de sufuncin de uso (la faja se usa horizontalmente).15Ms

    significativo resulta el hecho de que se presente conla misma disposicin vertical que en las corazas de los

    guerreros, lo cual sugiere un referente real. Y tambin

    reforzara su carcter masculino el considerar al motivo

    asociado de cordn quebrado como una forma estiliza-

    da de falo. En una urna Estilo Ambato tricolor (fig. 18)

    correspondiente al Perodo Medio y publicada por Rex

    Gonzlez (1998: 211), un personaje con largas cejas ydecoracin facial simtrica de cabezas de felino presenta

    un cuerpo pintado completo, incluyendo sus miembros

    inferiores. La seccin basal del cuerpo se reserv para

    estos ltimos y para el pene, que presenta una formasimilar a la de la unin de los dos cordones quebradosde la cermica santamariana. No obstante existe otroelemento que presenta una forma similar a la altura delpecho del personaje. Pareciera tratarse de un doble delpene (con los colores invertidos, pues el pene es gris y

    tiene un reticulado blanco pintado en el glande, mientras

    que la figura del pecho del personaje est pintada deblanco a excepcin de la punta inferior, que mantieneel color gris), sobreimpuesto a lo que parece ser una

    banda central, similar a la de las urnas santamarianas.

    Entre una y otra figura se encuentra una especie decinturn, oficiando de lmite entre la seccin basal ymedia del cuerpo, tambin de forma anloga a la divi-sin que a veces existe en las urnas santamarianas. De

    modo que el cordn quebrado propio de la decoracin

    de stas (figs. 6, 7, 8, 9, 10, 12) tiene en comn con lafigura del pecho del personaje de la urna de Ambatosu forma general y su disposicin a ambos lados de labanda central, mientras que comparte con el motivo

    del pene el hecho de tener su culminacin puntiformeen la seccin basal de la pieza, por debajo de la lneadivisoria horizontal.

    Cabe sealar, finalmente, una ltima similitud delmotivo del pecho de la urna de Ambato y del par de

    cordones quebrados de las urnas santamarianas con las

    figuras escutiformes. Los numerosos casos registrados en

    el arte rupestre surandino (Berenguer 1994; Tarrag etal. 1997: 232) tambin presentan una forma con la cual

    puede vincularse el motivo del par de cordones quebrados

    de las urnas santamarianas. En este sentido, el estrecha-

    miento de los mismos correspondera al escotamientode la cintura de las corazas (cf. Berenguer et al. 1985).

    Ambas interpretaciones no son totalmente excluyentes,

    en la medida en que la porcin inferior de las corazascubre la porcin pbica de los combatientes.

    Ambrosetti y Quiroga destacaron el aspecto flico

    de representaciones de serpiente (Ambrosetti 1899: 162;

    Quiroga 1899: 336), colocando el segundo el nfasisprincipalmente en la vinculacin de estos motivos con

    fenmenos atmosfricos. De esta manera, Quiroga iden-

    tifica al relmpago-rayo en los zigzag descritos por el

    Figura 18. Urna Ambato tricolor con decoracin antropomorfa,procedente de Ambato (tomado de Gonzlez, A. R. 1998: 261).

    Figure 18. Ambato tricolor urn with anthropomorphic decoration,

    from Ambato (after Gonzlez, A. R. 1998: 261).

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    24 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    cuerpo de las serpientes, que se disponen muy frecuen-

    temente tanto en los cuellos como en los cuerpos de las

    urnas (Quiroga 1992: 425).16Principalmente, identific

    al ser zoomorfo-celeste con las serpientes rectilneas de

    cordn punteado que suelen ocupar dos de los cuatro

    campos de los cuellos de las urnas y de las cuales sedesprenden peinetas(figs. 4d y fig. 5, Fase III).17Miatencin, en cambio, se dirige hacia casos tales comoel de las figuras 19 y 20, los cuales constituyen buenosejemplos de cmo el popular motivo geomtrico decordn quebrado, tan importante en la estructuracindel diseo de las piezas con franja central en el cuerpo

    (en 202 casos), se manifiesta tambin como serpiente, al

    igual que en otros siete casos ms. Su carcter quebrado

    y el hecho de que invariablemente aparezca representado

    en rojo, constituyen apoyos para la interpretacin queasimila ambos elementos en la mitologa calchaqu.

    Respecto de la importancia del rayo en la vida delos antiguos aborgenes, resulta elocuente el siguienterelato de los jesuitas:

    Cay veloz un rayo no muy lejos de una india casada con unprincipal cacique [...] De aqu formaron agero los hechiceros

    Figura 19. Motivo del cordn quebrado con terminacin en formade cabeza de serpiente (indicado por recuadro azul). Pieza delMuseo Arqueolgico Juan Bautista Ambrosetti (MAJBA), de Quilmes,Provincia de Tucumn.

    Figure 19. Broken cord motif with termination in the form of a

    serpent head (indicated by a light blue box). Piece from Museo

    Arqueolgico Juan Bautista Ambrosetti (MAJBA), Quilmes, Province

    of Tucumn.

    Figura 20. Motivo del cordn quebrado con terminacin en forma de cabeza de serpiente. Pieza N 215 o 310/80 (MAPEB).Figure 20. Broken cord motif with termination in the form of a serpent head. Piece N 215, or 310/80 (MAPEB).

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    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 25

    diciendo que era aquel presagio del cielo en que sus diosesmostraban querer a la venturosa india para sacerdotisa (Cartas

    Anuas de la Provincia del Paraguay, aos 1653-1654, folios 47,62-64; citado en Amig 2000).

    Tambin Lozano sealaba que:

    Adoraban al trueno, y al rayo, quien tenan dedicadas unascasas pequeas, en cuya circunferencia interior clavaban

    varas rociadas con sangre de carnero de la tierra, y vestidasde plumage de varios colores, los cuales por persuacin delpadre de la mentira atribuan virtud de darles cuanto posean(Lozano 1754 en Gonzlez, A. R. 1983: 237).

    Los significados que aparecen entonces como vin-culables al tipo de decoracin del cuerpo de las urnascon banda central, que se centran en torno al motivo

    del cordn quebrado, seran los siguientes: 1) el de lo

    masculino, por medio de la apariencia flica del cordnquebrado; 2) el de la serpiente posible rayo, a partir dela transformacin del mismo motivo en algunas piezas;

    3) el del guerrero, a partir de la similitud de los cordones

    quebrados con las corazas militares y la frecuente de-

    coracin de stas con serpientes rectilneas. Por ltimo,

    cabe agregar la asociacin con el sacrificio en la piezade la figura 21, la cual exhibe varias cabezas trofeo a lo

    largo del cordn quebrado. Entre los macha de Bolivia,

    Platt (1978) document que, existiendo en la cosmovi-sin andina una dimensin divina superior (el lugar de

    los astros) y otra inferior (en el interior de la tierra), yviviendo los hombres en una dimensin intermedia, elrayo puede provenir tanto de lo alto como de lo bajo,

    dejando sin vida aquello que toca y tambin resucitndolo.

    Esta nocin habra resultado perfectamente coherentecon una funcin de las urnas como repositorios de uncuerpo cuya energa vital se habra buscado que volviera

    a la tierra para reencarnarse en el futuro en una nueva

    persona, dejando as de perturbar a los vivos (Platt

    2001). El hecho de que el cordn quebrado, ya sea ensu forma vertical (a ambos lados de la franja centraldel cuerpo con divisin tripartita) u horizontal (en laspiezas con divisin de brazos: por encima de stos obien en la seccin basal [fig. 5, Fase II]), sea, luego del

    rostro, el motivo con presencia ms constante a lo largo

    de la muestra, seala que su significacin pudo habertenido un carcter central en el contexto de la funcinde las urnas, como podra ser el caso de la nocin delrayo vigente entre los macha.18

    La otra gran forma de organizar las representa-ciones en el cuerpo de las piezas es la de los brazosde la figura de las largas cejas que se juntan hacia elcentro del cuerpo de la vasija, ya sea sosteniendo o noun puco, en aparente actitud de ofrenda (figs. 11, 13,14, 22). Los casos pintados (propios de las fases III a

    V) casi duplican a los modelados (135 contra 71). Ellugar privilegiado de la decoracin es la porcin mediadel cuerpo, por encima de la curva que describen losbrazos, pues por debajo de stos usualmente se repiten

    motivos paralelos (por ejemplo, cordones punteados)a modo de relleno, hasta el lugar en que se disponeel motivo de tringulo curvado hacia arriba, que marcael lmite con la seccin basal de la pieza.

    Atendiendo a los tipos de decoracin por encima de

    los brazos, cabe distinguir tres grandes grupos: los quepresentan pares de motivos figurativos, los que contienen

    motivos de cordones quebradose indiformesy los queconsisten en dameros o reticulados. En los ltimos dostipos se mantiene el predominio numrico de los casospintados observado en el conjunto total (65 contra 28

    y 37 contra 14, respectivamente), pero en el primeroexiste un equilibrio: 32 casos de brazos pintados contra

    28 modelados. Este hecho refleja en buena medida lagran popularidad del motivo del and a lo largo de

    toda la secuencia. En el conjunto de piezas con divisin

    Figura 21. Motivo del cordn quebrado incluyendo representaciones de cabezas cercenadas. Pieza N 73-116 (MEJBA).Figure 21. Broken cord motif, with severed head representations. Piece N 73-116 (MEJBA).

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    26 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    de brazos en el cuerpo, 39 presentan andes, 13 ser-

    pientes y slo siete batracios. La importancia del and

    fue destacada por Quiroga, quien, como se dijo, apela observaciones acerca del comportamiento del mismoen vsperas de tormenta.19No dej de advertir tampo-

    co la importancia de las varillas emplumadas comoproteccin de las sementeras, tal como cuenta Lozano

    (Gonzlez, A. R. 1983); en los templos del Trueno y

    del Rayo, de los cuales habla el Padre Guevara, y en el

    adorno de los rboles a los que adoraban, segn afirma

    el Padre Techo (Quiroga 1901: 156).

    Los andes efectivamente suelen tener sus cabezas

    orientadas hacia las manos o puco de la figura de laslargas cejas (slo en un 15% de los casos miran hacialos laterales de la vasija), y en la mayora de los casos(18 contra 10, ms seis indeterminados) portan una

    cruzen el lomo, ya sea del tipo andino o consistente

    en dos lneas cruzadas de igual longitud. Cuando nollevan cruz, su lomo presenta espirales, tringulos es-piralados, crculos, reticulados, dameros o tringulos.Slo tres piezas con cuerpo con divisin de brazospresentan andes felinizados, en contraste con el

    mayor nmero de casos que se documentaron en laspiezas con divisin tripartita en el cuerpo. Otras trespiezas, de fases IV y V, presentan andes que portanuna serpiente en su boca.

    Del conjunto de piezas que tienen pares de serpientes,cabe destacar que slo en tres casos se trata de serpientes

    bicfalas. Su ubicacin en el contexto de la pieza muyprobablemente implique un significado diferente al deotras serpientes del arte santamariano. En este sentido es

    llamativo otro tipo de representacin exclusivo de esta

    ubicacin: cuerpo rojo lleno de puntos (vase fig. 11). A

    diferencia de las serpientes ms comunes de las mejillas

    (rectilneas, de fondo blanco y con slo una hilera depuntos o motas) y del cordn quebrado-serpiente, del

    cuerpo (tambin rectilneo y rojo, sin puntos), stas son

    curvas, gruesas y tienen puntos ms pequeos dispuestosen forma desordenada.Existe otro modo de organizacin de la estructura

    de diseo en el cuerpo de las urnas que, de la mismamanera que los brazos de la figura de las largas cejas,

    genera dos campos curvos a la altura de lo que sera elpecho de sta: se trata de lo que denominamosserpiente-

    brazos: dos lneas gruesas que en lugar de terminar en

    manos confluyen en la cabeza de una serpiente (fig. 4c).

    Cabe distinguir entre aquellas piezas (tardas, as tambin

    como otras procedentes de la zona nororiental) en las

    cuales la transformacin es mayor (las lneas son msgruesas), de aquellas en que la diferencia con los habi-tuales brazos slo reside en el reemplazo de las manospor la cabeza de serpiente.

    Finalmente, cabe destacar que en las urnas de laparte final de la seriacin hay piezas que tienen en la

    porcin superior de la seccin media del cuerpo apndices

    modelados de cabezas humanas, los cuales pueden ser

    interpretados como cabezas trofeo (Nastri 2007; figs. 22

    y 23). En el caso de la urna de la figura 24, las manosde la figura de las largas cejas sostienen una cabeza

    cortada. Otras dos urnas Fase IV, ilustradas en las figuras

    15 y 25, presentan el dibujo de cabezas cercenadas enlas bandas laterales de las vasijas. La ubicacin de estascabezas (al derecho y al revs) se da en este caso por

    debajo de los hombros, aproximadamente en la cintura

    de la figura de las largas cejas. Si bien en las crnicas se

    menciona la prctica del seccionamiento de la cabezadel enemigo vencido (Nastri 1999: 373), hasta el mo-mento slo se tiene registro de una cabeza cercenada

    en contexto arqueolgico tardo en Tinogasta (Cigliano

    1965), al suroeste de la regin calchaqu. A propsito

    de la urna para adulto Estilo Hualfn que contena dicho

    resto, Rex Gonzlez advirti la dualidad presente en ladecoracin de esa pieza entre ambas caras de la misma

    (Gonzlez, A. R. 1974: 48), quedando de manifiestouna gran similitud con los modos de generacin de ladiferencia sutil en el arte santamariano.

    Figura 22. Apndices de cabezas humanas modeladas en los lateralesde la pieza N 2583 (MLP).

    Figure 22. Modeled human head appendages on the sides of piece

    N 2583 (MLP).

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    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 27

    Figura 23. Apndices de cabezas humanas modeladas de urnas santamarianas de las colecciones Zavaleta. De izquierda a derechay de arriba abajo, fragmentos N: 29262 y 29275 (MEJBA); VC4463 (EM), procedente de Fuerte Quemado; Z-7723, Z-7693, Z775,25967, Z7758 (MEJBA); VC 6046 (EM) procedente de Fuerte Quemado; Z-7717, Z7720, 29266, 29255 (MEJBA); VC6033 (EM) pro-

    cedente de Fuerte Quemado y VC5218 (EM) procedente de Pallogasta-Cachi; 25992, 29262, 25957, y Z7729 (MEJBA).Figure 23. Santamariana urn modeled head appendages, Zavaleta collections. From left to right, and top to bottom: fragments N:29262 and 29275 (MEJBA); VC4463 (EM), from Fuerte Quemado; Z-7723, Z-7693, Z775, 25967, Z7758 (MEJBA); VC 6046 (EM),

    from Fuerte Quemado; Z-7717, Z7720, 29266, 29255 (MEJBA); VC6033 (EM), from Fuerte Quemado, and VC5218 (EM) from

    Pallogasta-Cachi; 25992, 29262, 25957, and Z7729 (MEJBA).

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    2

    28 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    Figura 24. Representacin de la figura de las largas cejas portando una cabeza cercenada en el lugar que habitualmente ocupa la repre-sentacin de un puco. Pieza N VC5954 (EM, coleccin Zavaleta).

    Figure 24. Representation of the long-eyebrowed figure holding a severed head in an area normally occupied by a puco (shallow dish or

    plate) drawing. Piece N VC5954 (EM, Zavaleta collection).

    DISCUSIN

    El rico corpus de imgenes que contienen las urnas

    santamarianas y el conocimiento arqueolgico existente

    tras ms de un siglo de investigaciones, proporcionaelementos de juicio para discutir la cuestin de la cos-movisin calchaqu, lo cual, a su vez, constituye una

    va de gran relevancia para la mejor comprensin de laforma de vida y organizacin social de esta sociedad.

    Si por cosmologas entendemos a las ontologas de lapraxis generales, compartidas por un sinnmero de

    sociedades y en buena medida inconscientes, con el tr-

    mino cosmovisin se hace referencia a la aproximacin

    existencial que el indgena tiene acerca de la totalidadque lo rodea incluyendo al universo, as como lasformas que adoptan el hombre y la comunidad pararelacionarse con l (Martnez Sarasola 2004: 24). Esteltimo carcter ms especfico constituye el objeto dela interpretacin iconogrfica de este trabajo, mientras

    que la inclusin de la cosmovisin calchaqu en algunade las cosmologas definidas por Descola (2006) serelaciona, en lo que respecta al dato de las imgenes,con la interpretacin iconolgica.

    La evidencia iconogrfica analizada en este trabajosugiere la presencia de representaciones con atributoschamnicos como los atavos ceflicos de cabezas deanimales; un probable nfasis en indicaciones flicasen las fases tempranas y medias de la seriacin; clarasreferencias a prcticas sacrificiales en el marco de expre-

    siones agresivas; seleccin de un repertorio de animales

    (and, serpiente, sapo) que se adosa a la figura de laslargas cejas como si sta tuviera poder sobre aqullas.

    Respecto de la representacin de los atributos especialesdel chamn, Llamazares (2004: 105) destaca

    [] el sobredimensionamiento de la cabeza y/o de las manoscon relacin al resto del tamao del cuerpo. La cabeza, par-ticularmente, parece ser el smbolo por excelencia del lugardentro del cuerpo humano donde reside el poder cham-nico. Las imgenes de cabezas destacadas por sus formas ydimensiones se relacionan seguramente con la importanciade la mente y la visin ambas alojadas en la cabeza en laprctica chamnica.20

    Si nuestra interpretacin de la representacin del

    rayo en el cuerpo de las vasijas es correcta, se trata-ra entonces, adems, de la simbolizacin del podersobrenatural o divino del chamn que, junto con losornamentos ceflicos (cabezas de animales, mascarillas

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    2

    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 29

    metlicas, etc.) como representacin del prestigio ypoder terrenal, constituyen los dos tipos de atributosespeciales del mismo (Llamazares 2004: 105).

    A su vez, en el mencionado caso del probable rayoalterado en serpiente, as como tambin en las ser-pientes bicorpreas que se disponen como los brazos

    de la figura central; en el rostro de la vasija que seconforma de andes; los ojos brillantes de los sobre-

    rostros y los de la decoracin arquitectnica, etc., todos

    estos casos apuntan a destacar procedimientos retricos

    (metfora, metonimia) que expresan una multiplicacinde vinculaciones entre diferentes trminos, sugiriendo la

    presencia de una cosmologa analogista; la misma quese corresponde, segn Descola (2006), con las socie-

    dades andinas. El que las campanas metlicas tambinrepresentaran a las cabezas trofeo (Prez de Arce 2001en Gonzlez, L. R. 2007: 46), refuerza la idea de una

    generalizacin del modo de identificacin analogista.Ahora, dado que los contextos chamnicos ms conocidos

    etnogrficamente corresponden a sociedades animistas,

    es necesario determinar mejor la funcin chamnica enel recientemente definido marco analogista, as como

    tambin la posible articulacin de elementos de ambas

    ontologas en contextos socioculturales especficoscomo el calchaqu.

    Swenson (2003: 284) seala que en los Andes la

    violencia ritual fue [] un importante mecanismoque permiti a los grupos explotar efectivamente lasasimetras existentes y tomar ventaja de las cambiantescondiciones ecolgicas y econmicas. La transformacin

    de la funcin chamnica en sacerdotal y viceversa (o

    entre chamanismo vertical y horizontal) constituye uncambio histrico de primer orden que requiere de unaprofunda investigacin. La larga duracin de las tradicio-

    nes estilsticas del Noroeste Argentino y el conocimiento

    de sus cambios progresivos otorgan la posibilidad de

    estudiar la mencionada transformacin a lo largo deltiempo, una vez que los argumentos originalmente or-gnicos de las seriaciones estilsticas son reemplazados

    por contenido simblico o narrativo (Nastri 2005-2006).

    Por ejemplo, el hecho de que la nocin de sacrificador-sacrificado se introdujera hacia el final de la secuenciasantamariana sugiere que podra ser el caso de que lasociedad calchaqu pasara de un estado ms jerrqui-co a uno ms igualitario a lo largo de los siglos de sudesarrollo. Pues dicha nocin, como sealara Viveirosde Castro (2005: 344-345), es propia de las sociedades

    caracterizadas por el chamanismo horizontal. Y si bienpor cuestiones de espacio no podemos desarrollar enesta ocasin el tema de la decoracin geomtrica delos cuellos de las urnas sin rostros de la Fase 0 (vase

    fig. 5), en el caso de que las mismas refirieran a momiasenvueltas en textiles (Velandia Jagua 2005: 115-116) y,por ende, a ancestralidad(Isbell 1997), abonara lainterpretacin de un trnsito desde una religin msinstitucionalizada (sacerdocio o chamanismo vertical)

    a otra menos compleja (chamanismo horizontal). Lejosde sostener una direccin irreversible del cambio enla adopcin de alguno de los mencionados tipos dechamanismo o sacerdocio, considero que una inter-pretacin detallada de las imgenes proporciona un

    camino til para la reconstruccin de la contingencia

    histrica. Esta ltima incluye tambin a las interaccionese influencias de zonas vecinas, como las tierras bajasorientales, tal como han explorado algunos autores(Gonzlez, A. R. 1979; Weber 1981). Este factor puede

    Figura 25. Representacin pintada de cabeza trofeo sobre la bandalateral de la pieza N 4528 (MLP). Procedencia: El Baado (colec-cin Muiz Barreto).

    Figure 25. Trophy head representation painted on the lateral

    band of piece N 4528 (MLP). Source: El Baado (Muiz Barreto

    collection).

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    30 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    haber sido responsable de algunos giros inesperadosen las secuencias supuestamente progresivas hacia la

    complejizacin.Finalmente, cabe sealar que en este trabajo se ha

    puesto el nfasis en la identificacin de significaciones

    hasta el momento no advertidas (sobre-rostros, cabezas

    trofeo, diferencia sutil, etc.), que tienen relevancia respecto

    de la cosmovisin y organizacin poltica calchaqu. No se

    ha considerado la cuestin de la relacin entre los casos

    que cuentan con los motivos analizados y aquellos que,

    siendo comparables, presentan motivos diferentes. Se

    trata de un tema que requiere de un desarrollo analtico

    especfico (Nastri 2008), en relacin con el cual cabeadelantar dos posibilidades interpretativas. En primerlugar puede tomarse al conjunto de representacionesde la figura de las largas cejas de cada fase como ma-nifestaciones de un mismo significado. Las variaciones

    entre los casos se interpretan en trminos de opcionestomadas por el artista particular a los fines de expresarciertos atributos o caractersticas en lugar de otros. En

    este sentido, se tratara depermutacionesde elementos

    equivalentes, algunos de los cuales presentan en cier-

    tos ejemplares una manifestacin preiconogrfica msexplcita a los fines de nuestra comprensin, constitu-

    yendo de este modo indicios(Guinzburg 1989) para lainterpretacin del sentido del resto de los casos de la

    serie.

    21

    La segunda alternativa consiste en considerar queen torno a la figura de las largas cejas se despleg una

    variacin de significados en sincrona. Por ejemplo, que

    las piezas con sobre-rostros representaban chamanes,

    pero no as los que no tienen sobre-rostros. Que las que

    tienen cabezas trofeo representaron sacrificadores, mas

    no as las figuras de las largas cejas que portan pucosen sus manos.

    La disyuntiva interpretativa planteada puede ser

    superada mediante la apelacin a nuevas categoras que

    permitan organizar la masa de datos empricos a los fines

    de la comparacin y la cuantificacin de los mismos.Los conceptos de alteracin, como modificacin de unacualidad (Gadamer 1977: 155) del motivo;permutacin,

    como sinnimo expresivo entre distintas piezas, de

    una misma unidad constitutiva o mitema (Lvi-Strauss1958: 204), y transformacin,como cambio completo

    (Gadamer 1977: 155) en el significado de dicha unidad,

    se revelan como instrumentos potencialmente tiles para

    el anlisis. Su empleo permitira exponer ms claramente

    la carga interpretativa de cada escenario planteado. Deesta manera, una cabeza cercenada en manos de la

    figura de las largas cejas puede entenderse en trminosde una permutacin del puco, que tomamos comoindicio de una identidad de significado entre ofrenda

    y sacrificio. Los sobre-rostros pueden tomarse tambin

    como un indicio del referente chamn, en la permu-tacin de formas de representacin de la cabeza de la

    figura de las largas cejas, o bien como una alteracinde esta ltima que otorgara a algunas de las urnas unajerarqua por sobre las otras, o bien funciones especia-

    les. Por ltimo, las referidas piezas sin rostro de la Fase0 (fig. 5), o con rostros en posicin ms marginal en

    urnas de cuello estirado (fig. 5, Fase V) representaran

    una efectiva transformacin del significado de la figurade las largas cejas desde una concepcin previa comomomia y hacia una nueva concepcin en trminos deserpiente, respectivamente.

    De la misma manera, cabe sealar que una afina-cin de las herramientas descriptivas requiere tambinla diferenciacin entre distintas significaciones para las

    diferentes formas de representacin de la serpiente, del

    cordn quebrado, etc. As como los esquimales cuentan

    con una infinidad de trminos para aludir a los distintos

    tonos de blanco, puede pensarse que en relacin conlos motivos principales del arte santamariano, la gamade variacin tuviera una importancia ms significativade lo que en principio podemos reconocer. En defi-

    nitiva, se trata de embarcarse en el juego propuestopor los productores del estilo, entre la identidad y ladiferencia.

    CONCLUSIONES

    A lo largo de este trabajo he buscado exponer el granpotencial informativo que reside en el corpus de imgenes

    del estilo santamariano para avanzar en el conocimien-

    to de aspectos relevantes en torno a la organizacinsocial y poltica calchaqu. El anlisis en detalle de losmotivos y temas representados y de sus variaciones enuna amplia muestra permite desarrollar hiptesis, condistintos grados de probabilidad, acerca de los signi-

    ficados iconogrficos e iconolgicos plasmados en lasvasijas. Representaciones de la autoridad y de prcticasvinculadas a la misma, en un marco cosmolgico hipo-ttico para la sociedad en cuestin y dispuestas en un

    marco de variacin cronolgico y geogrfico controlado

    (tarea en buena medida pendiente an), posibilitarn el

    planteo de una trayectoria propiamente histrica, por

    ejemplo en relacin al tipo de institucionalidad religiosa

    de la sociedad calchaqu.

    Tratndose de un sistema de carcter sacrificial,la escasez de registros escritos acerca de la mitologa

    calchaqu no constituye un obstculo tan grande para lainterpretacin de las imgenes, como podra suponerse

    en un principio. Pues en el marco de los modos de

    identificacin animista y analogista, puede suponerse

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    2

    La figura de las largas cejas de la iconografa santamariana / J. Nastri 31

    que la significacin secundaria de temas y motivosresponde ms a vnculos retricos (metfora, metoni-mia, sincdoque) antes que alegricos y narrativos. La

    cantidad de imgenes y su enorme variacin dentro deconvenciones representativas relativamente constantes

    hace de la iconografa calchaqu un mbito altamenterelevante para la ampliacin del conocimiento sobrelas ontologas de la praxis referidas y el sentido de las

    nociones y prcticas del sacrificio y el chamanismodentro de las mismas.

    La sociedad calchaqu particip activamente de esagran esfera de intercambio econmico y cultural quellamamos mundo andino. Esta esfera, como cualquier

    otra comparable, vari en sus dimensiones a lo largodel tiempo, adems de incluir una gran variedad y unadinmica interna. El anlisis de los significados de lasimgenes asociadas a prcticas rituales se revela comouna promisoria va para alcanzar una comprensin de

    la organizacin social calchaqu y sus cambios asocia-dos al devenir: una particular forma de arte constituyela materializacin de un modo de experiencia (Geertz1994: 123). Comprender el arte santamariano implicapues involucrarse en una vivencia de las formas y los

    colores, en un marco simblico original y en un conjunto

    de prcticas del pasado. El presente trabajo pretende

    contribuir con el avance sobre una de las distintas lneas

    de evidencia (iconografa) que, articuladas, permitirnuna mejor comprensin de los originales universos so-ciales desarrollados por las sociedades precolombinasque habitaron la regin en estudio.

    RECONOCIMIENTOS A Gisela Spengler, por la confeccin de lasfiguras. A Gernimo Pratolongo, por acompaarnos en el iniciode nuestros relevamientos en museos y por la lectura crtica y co-rreccin de textos preparatorios de este trabajo. A Myriam Tarrag,por su apoyo durante la redaccin de la tesis doctoral. A ManuelaFischer; Jos Prez Golln, Adriana Callegari, Gabriela Amirati;Rodolfo Raffino; Rubn Quiroga; Mirta Santoni, Christian Vitry;Mara Antonella Fugazzola del Pino, Carlo Nobili, por haber hechoposible y facilitado nuestra labor respectivamente en los museosde Berln; Etnogrfico de la Universidad de Buenos Aires; de LaPlata; de Santa Mara; de Salta; y Pigorini de Roma. A Victoria Coll,

    Ana Vargas, Milena Acha, Gabriel Caruso, Romina Spano, CarlosBelotti de Medina, Jennifer Baigorria y Emily Wiggens, por su ayudaen distintas etapas del desarrollo de la investigacin. A Guillermo

    Wilde, por el enriquecedor intercambio sobre aspectos tericos delas cosmovisiones amerindias. A Ana Fernndez, por acercarnosdatos empricos de inters. De nuevo a Gitty, por todo.

    NOTAS1Se ha constituido una muestra compuesta por 832 piezas de

    estilos tardos correspondientes a las colecciones Muiz Barreto,Moreno, Lafone Quevedo, Methfessel, Ten Kate y Bruch del Museode La Plata; Zavaleta, Quiroga, Ambrosetti y Breyer, del MuseoEtnogrfico de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidadde Buenos Aires; Zavaleta, Schmidt y Uhle, del Museo Etnolgico

    de Berln; Schreiter, del Museo Etnogrfico de Viena; Ambrosetti,del Museo Pigorini de Roma; Salvatierra y otros, del Museo EricBoman de Santa Mara. 756 de los ejemplares que componen elcorpus compilado corresponden a urnas santamarianas, fundamen-talmente de la variedad Yocavil. Dicha cifra constituye el total dereferencia de aqu en ms.

    2

    Si bien el Perodo Tardo en la Subrea Valliserrana del NoroesteArgentino comprende el lapso entre el 900 y 1480 DC (Tarrag1999), estudios estadsticos y de calibracin radiocarbnica reali-zados sobre el conjunto de fechados disponibles para la localidadde Rincn Chico conducen a ubicar el comienzo de la ocupacintarda para el sigloXIde la Era (Greco 2005), considerando el picoen la distribucin de probabilidades de las fechas comprendidas enel rango de edades radiocarbnicas (Holdaway 2006: 140). Esto escoincidente con lo planteado respecto del cercano asentamiento dePichao (Cornell & Johansson 1993; Greco 2005), para el cual tam-bin existe un conjunto amplio de fechados radiomtricos. Durantelos siguientes perodos, Imperial (1480-1536) e Hispano-Indgena(1536-1650), la poblacin autctona continu siendo la misma loscalchaques, productores de vasijas estilo santamariano a la cual sesumaron primero los invasores inkaicos y luego los hispanos. Por

    esta razn cuando nos referimos a tiempos o poblaciones tardasestamos aludiendo al conjunto de los tres perodos.

    3De acuerdo con informes de los jesuitas, los aborgenescalchaques efectivamente se pintaban el rostro (Compaa de

    Jess 1990: 52-53).4Quiroga denomin al personaje central de las vasijas dolo

    de las largas cejas(Quiroga 1896: 187).5Son 34 los casos que se apartan del canon habitual de repre-

    sentacin del rostro de la figura de las largas cejas en el cuello delas vasijas. Motivos no figurativos tales como dameros, reticulados

    y cordones quebrados horizontales adquieren as protagonismoen este sector de las piezas.

    6Como ejemplo bien vale la propuesta de Bovisio (1993) deconsiderar la situacin de distancia existente entre los asistentesal ritual y las placas metlicas en poder de los oficiantes del culto,durante el Perodo de Integracin Regional, en el contexto decentros ceremoniales como La Rinconada de Ambato, en la pro-

    vincia de Catamarca.7En cuanto a la situacin comunicacional en la que participaron

    las urnas santamarianas en la vida cotidiana en los poblados, pocosabemos an (Pieiro 1996: 168).

    8Quiroga ve en la postura del and una disposicin a la ca-rrera que interpreta motivada por la cercana de la lluvia (Quiroga1992: 432), pues dicho animal anuncia la inminente tormenta conun comportamiento nervioso y movedizo. Se ha planteado quetal comportamiento responde a que en dicha circunstancia suplumaje se carga de electricidad esttica (Tarrag, comunicacinpersonal).

    9Ambrosetti realiz sus recopilaciones en el extremo norte

    del valle de Santa Mara y en la porcin sur del valle Calchaqu,de Tolombn a Cachi, en la provincia de Salta (fig. 2).10En la arquitectura calchaqu se ha documentado en varios

    sitios un rasgo que resulta muy sugerente en relacin al papel quela idea de ojos brillantes pudo tener en los antiguos sistemas derepresentaciones. El mismo estuvo dado por la insercin de bloquesde cuarzo blanco en el lado externo de los muros, lo cual, sobretodo bajo el reflejo del sol, causa en el observador la impresinde unos ojos relucientes (Reynoso 2003: 137; Tarrag & Gonzlez2004; Nastri & Vietri 2004: 395).

    11El hecho de que se trate de una oposicin binaria referidaal cuerpo de un personaje antropomorfo condujo a Weber (1981:19) a plantear que dicha distincin correspondera a la indicacinde gnero, en base a una asociacin de lo masculino con vertica-lidad y lo femenino con horizontalidad en la vestimenta de tribus

    amaznicas.12De ser acertada esta interpretacin, estaramos ante un casodefigura bipartida(Gonzlez, L. R. 2007: 82), en la cual dos figurasde perfil (cabezas de and) conforman una figura diferente (ojosantropomorfos), de frente.

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    32 Boletn del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 13, N 1, 2008

    13En el corpus completo hay 17 piezas con antropomorfoscon tnica, otras 17 con antropomorfos con corazas; tres quetienen de ambos tipos; uno que no corresponde a ninguno de losdos, y finalmente dos que tienen antropomorfos-serpentiformesatomizados.

    14Ral Mandrini public recientemente una carta del Padre

    Alonso de Brzana de fines del sigloXVI, en la cual hace referenciaa la religin calchaqu: Acerca de la religin o culto de todas lasnaciones que pertenecen a la provincia de Tucumn no he halladoque tengan dolos ningunos a quienes hayan adorado; hechiceross tienen y han tenido muchos, de los cuales algunos les hacanadorar al mismo Demonio, que siempre les apareca negro y queles pona temor (Brzana en Mandrini 2004: 122). Vase msadelante que la indudable cabeza trofeo de la pieza de la figura24 tambin es negra.

    15Entre los habitantes rurales de los valles, Ambrosetti (1953:135) document la creencia en la existencia del alma o espritu quepoda desprenderse del cuerpo en ciertas ocasiones, por ejemplocuando una persona enfermaba. Entonces se buscaba a una mdica,quien averiguaba los lugares por donde haba andado el enfermoantes, y a la noche se diriga a los mismos en compaa de dosgritadores, arrastrando una prenda del enfermo: si ste era varn, su

    faja; si era mujer, su rebozo. Quiroga relata una situacin de fugadel espritu ocurrida en Tolombn, en donde las pertenencias querepresentan al enfermo son un ceidor, su sombrero y su paueloblanco que no sepa pecar (Quiroga 1926: 222).

    16En su anlisis del mito deHuayrapucao Madre del viento,un ser mitolgico de gran difusin en la Amrica precolombina (bajodistintos nombres), Quiroga apel a testimonios de los pobladoresrurales, destacando que en Los Cardones y Amaicha se tienen a laCentella y al Rayo por parientes suyos muy prximos. La centellaes hembra y varn el rayo (Quiroga 1992: 344).

    17Quiroga registr una estrecha vinculacin entre la divinidadde la Madre del viento y la serpiente: Interrogando a las gentes delos valles qu clase de auxilio presta al mito la serpiente para volar,

    se me contest: no ve que la serpiente no tiene alas, y salta largoy vuela tambin? Y, efectivamente, lo de las serpientes voladoras,es la cosa ms corriente en Calchaqu. Cuando Huayrapuca tiene,entonces, larga cola de serpiente, es claro que vuela (Quiroga1992: 344). Resulta entonces sugerente el hecho de que las peinetasadosadas a las serpientes rectilneas de cordn punteado hayansido representadas igual que manos (de humanos y batracios) yque alas de aves.

    18A partir de la Fase IV, la preferencia por motivos figurativostambin en el cuerpo pudo haber sido causa de la restriccin delmotivo de cordn quebrado a la seccin basal, tal como ocurra enel cuello con los motivos de guerreros, que tapaban las mejillas ysu decoracin geomtrica, al disponerse como crneos trofeo sobrelos hombros de la figura de las largas cejas. El abandono del colorrojo tambin contribuy a restarle impacto visual al motivo.

    19Otro hecho determinante para Quiroga, aparte del hechoque el and anuncie con su comportamiento nervioso la proxi-midad de la tormenta, reside en que muy frecuentemente el avees representada con una serpiente saliendo de su boca, como sise tratase de una nube de la cual se despiden descargas elctricas.

    Y en los casos en que las urnas cuentan con representacin debrazos que sostienen un puco, los andes tienen por lo generalsus cabezas contiguas a ste, como si estuvieran por verter aguaen l (Quiroga 1901: 152).

    20Teniendo en cuenta esta relacin, el achicamiento del rostroen las urnas Fase V (Nastri 2005-2006: 254-255; fig. 5) representaraun corte en la secuencia de mayor importancia que lo advertidoen los aspectos tcnicos y morfolgicos.

    21En su estudio inaugural de los mitos, Lvi-Strauss (1958: 204)

    usa el trminopermutacinpara aludir a los cambios que existenen un mismo elemento de una historia mtica (mitema o unidadconstitutiva), entre una versin y otra.

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