la evolución de las terapias de conducta

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La Evolución de las Terapias de Conducta El estado de la TCC en el 2000

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La Evolución de las Terapias de Conducta

El estado de la TCC en el 2000

Años 90

Orientación Cognitiva y Cognitivo-Conductual

• Terapia de Valoración Cognitiva (Wessler 1982, 1984).• Guidano y Liotti (1983) desarrollan la Terapia Cognitivo-Estructural. Su libro "Procesos

Cognitivos y Trastornos Emocionales" es traducido ese mismo año por la Guilford Press con una Introducción de Mahoney. Su impacto sobre la literatura especializada en lengua inglesa es notable.

• Meichenbaum (1983, 1985) amplia el campo de aplicación del SIT.• Terapia Racional de la Conducta (Maultsby 1984).• Ellis reformula su modelo A-B-C (Ellis, 1984).• Suinn (1984) desarrolla un modelo específico para el tratamiento de la Ansiedad Generalizada.• Neimeyer (1985) da un fuerte impulso al desarrollo de la Terapia de los Constructos Personales,

originalmente propuesta por Kelly (1955).• D'Zurilla (1986) y Nezu y Nezu (1989) extienden la aplicación del modelo original de D'Zurilla y

Golfried (1971) a problemas complejos.• Gonçalves (1987) presenta sus primeras propuestas sobre la Terapia Cognitivo-Narrativa.• Guidano (1987) publica "La complejidad del sí-mismo" y sienta las bases de la Terapia

Postrracionalista.• Beck amplia el campo de aplicación de su TC a otras áreas (pareja y familia, fobias, ansiedad,

suicidio, etc.), profundizando en los trastornos de personalidad (Beck y Freeman y cols., 1990).• Caro (1990) presenta su Terapia Lingüística de Evaluación.• Mahoney deriva su interés desde el modelo de la Ciencia Personal (Mahoney, 1974, 1977) al

desarrollo del enfoque constructivista (Mahoney, 1990, 1991).

Orientación Conductual:

• Hayes (1987) desarrolla las primeras aplicaciones clínicas de la Terapia Contextual.

• La Psicología Interconductual de Kantor (1967) experimenta nuevos desarrollos (p. ejemplo Ribes y López, 1985; Costa y López, 1986; Segura, Sánchez y Barbado, 1991).

• Si nos situamos ya en los inicios de la década de los noventa, el panorama experimenta pocos cambios respecto a lo anteriormente dicho. Podíamos, a lo sumo, introducir estas novedades expresadas a lo largo de la presente década:

Años 2000 a la actualidad

Orientación Cognitiva y Cognitivo-Conductual

• Sigue extendiendose la aplicación del modelo de TC de Beck a otros campos: Trastornos de la Alimentación, Depresión Bipolar, Esquizofrenia, Trastorno Obsesivo-Compulsivo. A la vez se sistematiza la Teoría Cognitiva que está en la base de la Terapia Cognitiva (Beck, 1991; Clark, 1995; Clark y Beck, 1997). Beck adopta un "eclecticismo técnico" para las intervenciones terapéuticas (Clark y Beck, 1997).

• Ellis (1993) redenomina a su terapia "Terapia Racional Emotivo-Conductual". Revisa y actualiza en 1994 "Razón y Emoción en Psicoterapia". Enfatiza el aspecto humanista de la TREC.

• Meichenbaum (1993) se vincula al enfoque "cognitivo narrativo", siguiendo la línea de Gonçalves.

• Greenberg, Rice y Elliot (1993) presentan un trabajo sobre "Psicoterapia Vivencial", fundado en la Psicología Cognitiva y la Psicología de las Emociones de gran interés clínico.

• Safran y Segal (1991) hacen hincapié en el proceso interpersonal en la Terapia Cognitiva, presentando un modelo integrador de las técnicas de la Terapia Cognitiva con la Interpersonal, Gestalt y Centrada en el Cliente.

• Young (1994) presenta su "Terapia Centrada en los Esquemas" como un intento de superar las limitaciones que experimentaba con la TC de Beck en el caso de pacientes difíciles.

• La acumulación de estudios de resultados de la terapia y la elaboración de criterios estrictos para su selección permiten alcanzar conclusiones mucho más validas que con los iniciales instrumentos de evaluación (p. ej. con el meta-análisis). Así, Chambless y col. (1996) llegan a la conclusión de que el 75% de los tratamientos empíricamente válidos se vinculan a la orientación cognitivo-conductual.

Terapia de Conducta:

• Kohlenberg y Tsai (1991) presentan la "Psicoterapia Analítico Funcional" que centra su atención en la "relación terapéutica" y en el análisis funcional del lenguaje.

• Lineham (1993) desarrolla la "Terapia de Conducta Dialéctica", orientada al Trastorno de Personalidad Limite y al sujeto parasuicida.

• A través de las nuevas terapias de conducta se recupera el "yo" como sujeto de interés clínico.

Modelos actuales:

Principales orientaciones actuales:• Análisis conductual aplicado.• Modelo neoconductista mediacional.• Teoría del aprendizaje social.• Terapia de conducta paradigmática.• Terapia interconductual.• Psicoterapia analítica funcional.• Terapia contextual.• Terapia de conducta dialéctica.

• No hay todavía resultados sólidos a nivel clínico-experimental que avalen estas nuevas terapias, tratándose más de reconceptualizaciones que de la creación de nuevas estrategias o modalidades de intervención. Por otro lado, su poder heurístico ha sido limitado, no logrando generar líneas y frentes de investigación sobre todo si la comparamos con las logradas por la Terapia Cognitiva.

• En cualquier caso, estas nuevas terapias quizá puedan ofrecernos resultados prometedores con el tiempo, existiendo ya indicadores notables (p. ej. Linehan et. al., 1991; Kohlenberg y Tsai, 1994) en la dirección positiva.

• Aún con estas novedades, paradigmas de aprendizaje tales como refuerzo, castigo, extinción, modelado y el uso de la exposición como técnica de intervención están indisolublemente unidos a la orientación conductual y, tanto en la práctica de los conductistas como en gran parte de los terapeutas que se autodefinen como cognitivo-conductuales, constituyen elementos básicos en su trabajo. Las diferencias entre unos y otros reside más en el peso y significado que las variables mediadoras juegan en la explicación de las respuestas problemáticas, en especial las variables cognitivas.

• A lo largo de los últimos 20 años se ha desarrollado una conceptualización neoconductual de los fenómenos cognitivos.

• las premisas que se han Desarrollado son las siguientes

los cuatro principios básicos de la postmodernidad en psicoterapia

(Polkinghorm 1992)

• Ausencia de base epistemológica en donde fundar la verdad del conocimiento.

• Fragmentariedad del conocimiento.• El conocimiento es una construcción realizada

sobre esquemas cognitivos e interacciones con el ambiente.

• Neopragmatismo: la prueba de un enunciado de conocimiento está en su utilidad para lograr tareas concretas, no en su rigor metodológico.

Perspectiva actual de los resultados de las terapias.

esfuerzos realizados en el área anglosajona para evaluar los

resultados de las TCC

dos formas distintas de abordar este tema: desde la perspectiva

experimentalista y desde la perspectiva del metaanálisis.

• En relación a la primera perspectiva y para optimizar las conclusiones y definir con la mayor precisión posible el objeto de la investigación, hemos asumido dos conjuntos de criterios básicos utilizados para la selección de los estudios de resultados de orientación cognitiva, conductual o cognitivo-conductual: los de Chambless y Hollon (1998) y los del APA (1995).

Los criterios utilizados para la selección de los trabajos han sido

los siguientes:• A) Ajustarse del mejor modo posible a los criterios de

CHAMBLESS y HOLLON (1998) acerca de las terapias con apoyo empírico (TES). Es decir:

• a) Trabajos en donde se incluyan grupos de control de no tratamiento, grupos de tratamiento alternativos o placebo.

• b) aleatorización en la formación de grupos o experimentos de caso único controlados

• c) aquellos en donde la TES es superior con significación estadística al no tratamiento, placebo o tratamientos alternativos, o en donde la TES es equivalente a la eficacia ya demostrada de otros tratamientos.

• Tratamientos llevados a cabo con:

• a) manuales o equivalentes adecuados

• b) criterios de selección de los pacientes en base a procedimientos fiables, válidos y con problemas específicos

• c) medidas de evaluación de resultados fiables y válidas

• d) adecuados análisis de datos.

• Para designar a un tratamiento como "eficaz", necesita haber presentado su superioridad en al menos dos contextos de investigación independientes (en caso de experimentos de caso único, al menos 3 investigaciones independientes). En caso de conflicto en la confluencia de los resultados, prevalecerá la eficacia del tratamiento que esté mejor apoyado por datos bien controlados.

• Para la designación de tratamiento "posiblemente eficaz", basta un estudio (o 3 en estudios de caso único) siempre que no haya evidencias conflictivas.

• Para la designación de tratamiento "eficaz y específico", necesitamos presentar una significación estadística superior a la presentada por los fármacos, placebo psicológico o tratamientos alternativos bien probados en al menos dos situaciones de investigación independientes.

• B) Tener presente las recomendaciones de la Asociación Americana de Psicología (APA) a través del Grupo de Trabajo sobre "Pautas para la Intervención Psicológica" (1995).

• De este doble conjunto de criterios de selección y de entre los cientos de trabajos publicados sobre estudios de resultados de las TCC, algunos autores como De Rubeis y Crits-Christoph (1998) solo han obtenido una pequeña muestra que cumple estos criterios. Un resumen de este ingente trabajo es lo que vamos a intentar hacer a continuación, limitándonos por claras razones de espacio a los síndromes del Trastorno de Depresión Mayor, Ansiedad Generalizada, Fobia Social, Trastorno Obsesivo-Compulsivo, Agorafobia y Trastorno de Pánico.

Trastorno de Depresión Mayor (19 trabajos)

• A) Tratamientos específicos y eficaces para la depresión• Terapia Cognitiva (TC)* (Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979) (14 trabajos).• Estudios a Favor de la TC (7 trabajos).• Con grupos de comparación y grupos de control placebo y de lista de

espera:• 1) Shaw (1977)• 2) Covi y Lipman (1987)• 3) Jamison y Slogin (1995)• Seguimientos donde se demuestran menos recaídas que con la

farmacoterapia:• 1) Kovacs, Rush, Beck y Hollon (1981)• 2) Simons, Murphy, Levine y Wetzel (1986)• 3) Evans y col. (1992)• 4) Shea y col. (1992).• En relación al último trabajo, una conclusión relevante fué la de que en 18

meses de seguimiento, un 30% de los pacientes de TC, un 26% de TIP, un 19% de farmacoterapia y un 20% de placebo mantuvieron la mejoría.

• Estudios Donde se Presentan Resultados Similares(7 trabajos)• Frente a grupos tratados con farmacoterapia de eficacia

demostrada (pero sin grupos control):• 1) Rush, Beck, Kovacs y Hollon (1977)• 2) Murphy, Simons, Nerzel y Lustman (1984)• 3) Hollon y col. (1992); 4) De Rubeis, Gelfand, Tang y Simons

(1997).• Frente a otras terapias psicológicas:• 1) Elkin y col. (1989)• 2) Shapiro y col. (1994)• 3) Jacobson y col. (1996).• B) Tratamientos eficaces para la depresión (5 trabajos).

• Terapia de Conducta * (Lewinsohn, 1974). (3 trabajos)• Frente a otros tratamientos y grupos de control:• 1) Shaw (1977)• 2) McLean y Hakstian (1979).• En 1) inferior a la TC, pero superior a grupo de control de lista de

espera.• En 2), superior a la psicoterapia (Marmor, 1973 y Wolberg, 1967), a

la terapia de relajación y a la amitriptilina.• Frente a dos modalidades de TC, Jacobson y col (1996), la

recuperación fue del 56% para los grupos de TC y del 46% para la terapia de conducta. A los 6 meses de seguimiento no había diferencias en las ganancias obtenidas.

• Terapia de Solución de Problemas * (Nezu, 1986) (2 trabajos)

• Nezu (1986) y Nezu y Perri (1989) compararon la TSP con grupos de control de lista de espera. Los tamaños de los efectos fueron superiores en ambos casos. El seguimiento a los 6 meses mantuvo la superioridad de la TSP.

Trastorno de Ansiedad Generalizada (13 trabajos).

• A) Tratamientos específicos y eficaces para el TAG (11 trabajos)• Terapia Cognitiva (TC) * (Beck y Emery, 1985). Hay 11

investigaciones donde se subraya la superioridad de la TC (aunque a veces combinada con otras técnicas conductuales) en el tratamiento del TAG:

• Barlow y col. (1984)• Butler y col. (1987)• Blower, Cobb y Mathews (1987)• Borkovec y col. (1987)• Borkovec y Mathews (1988)• Power y col. (1989)• Power y col. (1990)• Butler y col. (1991)

• Barlow, Rapee y Brown (1992)• Borkovec y Costello (1993)• Durham y col. (1994).• En ocho de estos estudios las comparaciones con los grupos de

control (lista de espera, terapia no directiva o pastillas placebo) ofrecieron un tamaño de efecto promedio de 1,5.

• En algunos estudios con seguimientos de un año se mantenía la ganancia terapéutica en el 58% de los pacientes tratados con TCC.

• B) Tratamientos eficaces para el TAG. (2 trabajos)• Entrenamiento en Relajación *• Hay 2 trabajos controlados, Barlow y col. (1992) y Borkovec y

Costello (1993), que demostraron que este entrenamiento era superior que un control de lista de espera y que la terapia no directiva respectivamente.

• En los seguimientos, un 38% mantenía la mejoría a los 6/8 meses.

Fóbia Social (8 trabajos) • A) Tratamientos eficaces para la FS.• Terapia de Sólo Exposición * (4 trabajos)• Hay 4 trabajos bien controlados:• 1) Butler y col. (1984)• 2) Mattick, Peters y Clarke (1989)• 3) Turner, Beidel y Jacob (1994)• 4) Hope, Heimberg y Bruch (1995).• Entre el 30 y el 56% de los pacientes se beneficiaban de esta terapia, frente

a un 6% de los grupos de control (lista de espera y pastillas placebo). En dos de los trabajos los beneficios se mantenían en el seguimiento, pero en otros dos más de 1/3 de los beneficios de la exposición desaparecieron entre los 3 y los 6 meses de seguimiento.

• Cuando a la exposición se le añadía auto-instrucciones, relajación y distracción daba resultados superiores a la exposición sola y se mantenía 6 meses después.

• Exposición Más Reestructuración Cognitiva *. (4 trabajos)

• En 4 trabajos ya citados (Butler y col., 1984; Mattick y col., 1989; Heimberg y col. 1990 y Hope y col., 1995) la RRCC añadida a la exposición, en formatos de grupo, fue superior a los grupos controles. La conclusión es la de que la RRCC parece mejorar el mantenimiento de la mejoría en los seguimientos, si bien no esta claro que durante el tratamiento incremente notablemente la eficacia de la exposición sola (Feske y Chambless, 1995).

Trastorno Obsesivo-Compulsivo (6 trabajos)

• En este ámbito hay pocos estudios que han usado grupos de control. Dados los criterios utilizados para la selección de los trabajos que aquí presentamos, son pocos los estudios que pueden citarse.

• A) Tratamientos específicos y eficaces para el TOC. • Exposición y Prevención de Respuestas (EPR) * (3 trabajos)• Hay 3 trabajos que reúnen los criterios exigidos:• 1) Foa y col. (1984)• 2) Fals-Stewart, Marks y Sehafer (1993)• 3) Rachman y col. (1979).• Los resultados ilustran que los resultados de la combinación

(exposición más prevención de respuesta) eran estadísticamente superiores a la de sus componentes. Igualmente superior a un grupo control de relajación, otro de relajación más clomipramina y otro de relajación más placebo. Los resultados se mantenían en seguimientos de 6 a 12 meses en el 80% de los sujetos.

• Terapia Cognitiva (TC) * (3 trabajos)• También hay 3 trabajos, aunque dos de ellos con muestras

pequeñas (de 9 a 11 por grupo):• 1) Emmelkamp, Visser y Hoekstra (1988)• 2) Emmelkamp y Beens (1991)• 3) Van Oppen y col. (1995).• La terapia EPR no fue superior a la TC tipo Ellis (1962). A los 6

meses de seguimientos se mantenía la ganancia en ambos grupos de tratamiento. En el trabajo de Van Oppen y col. (1995), con muestra de 57 sujetos, se obtuvo alguna ventaja de la TC (en base a Beck y Emery, 1985 y Salkovskis, 1985) sobre la terapia de EPR. En la primera condición se recuperó totalmente un 39% de los sujetos, frente a solo un 17% en la segunda condición.

Agorafobia (4 trabajos)

• A) Tratamientos eficaces y específicos.• Terapia de Exposición * (4 trabajos)• Varios investigadores independientes encontraron que la

exposición era superior a grupos de control con atención placebo a la hora de reducir la evitación agorafóbica:

• 1) Gelder y col. (1973)• 2) Chambless y col. (1979)• 3) McDonald y col. (1979)• 4) Jannoun y col. (1980).• Los tamaños de los efectos asociados a la

superioricidad de la exposición en comparación a los grupos de control osciló entre 0,5 y 4,4 según los estudios.

Trastorno de Pánico (19 estudios)

• A) Tratamientos eficaces y específicos para el Trastorno de Pánico.• Terapia Cognitiva * (Clark, 1986; Beck, 1988; Barlow y Cermy, 1988). (9

trabajos)• Hay 9 investigaciones bien controladas. Se obtuvieron los siguientes

resultados:• En cuatro (Barlow y col, 1989; Beck y col., 1992; Clark y col., 1994; Arntz y

Vanden Hout, 1996) la TC superó a las condiciones de control y de tratamientos alternativos (relajación, imipramina, terapia de apoyo, etc.), tanto en el postratamiento como en el seguimiento.

• En tres estudios (Klosko y col., 1990; J.G. Beck y col., 1994; Williams y Falbo, 1996), la TC fue significativamente más efectiva que condiciones de control de contacto mínimo o lista de espera.

• No se encontraron diferencias entre la TC y otros tratamientos con buena base empírica (grupos de exposición y de relajación activa especialmente en el seguimiento en este último caso) en dos trabajos (Ost y Westling, 1995; Bouchard y col., 1996).

• B) Tratamientos eficaces para el Trastorno de Pánico.

• Terapia de Exposición *. (4 trabajos)• Cuatro investigaciones, que cumplen los criterios, se

mostraron eficaces con estos tratamientos: 1) Lidren y col. (1994) (2 investigaciones); 3) Swinson y col. (1995); 4) Wlliams y Falbo (1996).

• Con modalidades individuales y de grupo; con variaciones muy amplias de severidad en el frecuente componente agorafóbico. Utilizando controles de lista de espera, la exposición fue superior a biblioterapia y contacto telefónico, manteniendo tasas que oscilan entre el 80 y el 92% en los seguimientos que se efectuaron entre 6 y 24 meses.

Relajación * (6 trabajos)• La potencia de este tratamiento es muy variable, especialmente al

compararla con otros. Hay pocos estudios donde se incluyan sujetos con componente agorafóbico y gravedad moderada o severa.

• Seis trabajos avalan la superioridad de la relajación aplicada sobre la lista de espera, pero con peores resultados que la TC. Del 25 al 68% de los sujetos mejoraron considerablemente en el posttratamiento, pero en los seguimientos los resultados son variables, aunque con una mayoría confluyente con la idea del mantenimiento de la ganancia en 6 meses, que ha sido el seguimiento más frecuente. Estos trabajos son:

• 1) Ost's (1988)• 2) Barlow y col. (1989)• 3) J. G. Beck y col. (1994)• 4) Clark y col. (1994)• 5) Ost y Westling (1995)• 6) Arntz y Van den Hout (1996).

• Conclusiones En definitiva, las investigaciones seleccionadas porque cumplen criterios metodológicos rigurosos apuntan a dos conclusiones importantes: a) algunos tratamientos logran una reducción o remisión de los problemas con una tasa superior a la que se da con el solo paso del tiempo (tratamientos eficaces); b) otros, además, superan a tratamientos de probada eficacia para algún trastorno (eficaces y específicos).

• Los nuevos diseños sobre "coste-beneficio", "aptitudes X tratamiento" quizá nos ofrezcan nuevas vías para mejorar aún más los datos anteriormente ofrecidos. En relación al primer tipo, en una investigación sobre 21 pacientes depresivos (Bas y Andrés, 1986) que después fué ampliado a 53 (Bas y Andrés, 1989) el coste medio para bajar un punto en el Inventario de Depresión de Beck (BDI) fué de 12.000 pts. (de 1989) para los pacientes que inicialmente presentaban entre 16 y 20 en dicha escala de evaluación de la severidad, de 7000 pts. para los que presentaban entre 21 y 30, de 4000 para aquellos que poseían entre 31 y 40 y de 2300 para aquellos con más de 41. Estos valores se refieren a los pacientes que terminaron la terapia, recibiendo una media de 26,6 sesiones por paciente.

• De la revisión original de Chambless y col. (1996) se deduce que de 68 ejemplos de tratamientos empíricamente validados (con los criterios estrictos inicialmente señalados) el 75% se vinculaban directamente al enfoque cognitivo-conductual.

• La distribución encontrada según el tipo de terapia eficaz o eficaz más específica empleada en los 71 trabajos seleccionados por De Rubeis y Crits-Christoph (1998), que hemos comentado, fue la siguiente:

• 1) Terapia Cognitiva: 37 (52%).• 2) Terapia de Conducta: 5 (7%).• 3) Terapia de Solución de Problemas: 2 (3%).• 4) Entrenamiento en Relajación: 8 (12%).• 5) Solo exposición: 12 (16%).• 6) Expos. + RRCC: 4 (6%).• 7) Expos. + Prev. Resp.: 3 (4%).

• De lo anterior podemos concluir que las Terapias Cognitivas y las Terapias de Exposición son las que disponen de mayor apoyo empírico en estos tipos de trastornos.

• Si a la perspectiva experimental le añadimos la meta-analíticia y nos ceñimos exclusivamente al ámbito de la depresión unipolar no psicótica, las principales conclusiones, de gran interés clínico, podrían ser las siguientes:

• En ensayos clínicos de 3 y 4 meses la TCC (Beck et al., 1979) fué tan eficaz como la farmacoterapia, con la ventaja añadida de no producir efectos secundarios ni posibilidades de sobredosis. La intervención produce una reducción significativa en las escalas de Beck y Hamilton, tanto al final del tratamiento como en el seguimiento (Elkin et al., 1989; Hollon, De Rubeis, Evans et al., 1992; Craighead et al., 1998).

• La TCC tiene efecto profiláctico más allá del tratamiento (Fava et al., 1998; Hollon et al., 1993; Robins y Hayes, 1994), similar al conseguido con la farmacoterapia cuando es continuada (Evans, Hollon, De Rubeis et al., 1992), pero con menos abandono del tratamiento y sin los efectos secundarios ya apuntados.

• Añadir antidepresivos a las TCC no incrementa significativamente la eficacia de la TCC sola, aunque hay evidencia de que la TCC sí puede mejorar los resultados de la medicación sola ( Antonuccio et al., 1995). La formulación anterior parece tener como excepción la depresión muy severa, en donde la terapia combinada podría ser de elección (APA, 1993; Thase el al., 1997).

• En cualquier caso, el incremento de las sesiones incluso a 3 por semana (Zeiss et al., 1979) podría mejorar considerablemente la reducción de los síntomas en esta población de pacientes severos.

• Sobre 1/3 de los pacientes con depresión mayor unipolar no responden al primer tratamiento. La comorbidad más frecuente por trastornos de personalidad, problemas de pareja, abuso de sustancias o enfermedad física genera efectos especiales que deben ser mejor investigados (Craighead et al., 1998). Creemos que en los próximos años se hará más hincapié en el papel de la pareja en la cronificación de los síntomas, así como en las recaídas. Si hasta ahora se le había dado importancia, de cara al futuro entrevemos un aumento notable de su papel.

• En pacientes con depresión recurrente la TCC aplicada después de un tratamiento farmacológico con éxito redujo la tasa de recaídas al 25%, frente al 80% de los que no recibieron TCC; todo ello en un periodo de 2 años tras el tratamiento (Fava et al., 1998a). A los 6 años de seguimiento, el 50% de TCC y el 75% de tratamiento con fármacos había recaído. Pero las recaídas múltiples eran estadísticamente más numerosas en los pacientes con farmacoterapia frente a aquellos tratados con TCC. En definitiva, la TCC actúa de claro protector frente a las reacaídas tanto en los primeros años cuanto a largo plazo (Fava et al., 1998b).

• Consecuente con lo anterior, se acumula evidencia empírica (Bas y Andrés, 1986, 1989; Jarrett et al, 1998) que apunta a que incrementar el tiempo de terapia psicológica de 8 a 12 meses más allá de la finalización del tratamiento puede limitar significativamente el número de recaídas y recidivas, aunque el intervalo entre las sesiones se haga mucho mayor de lo que es el habitual (en general, una vez por semana).

Conclusión final

• De los dos amplios grupos de conclusiones podemos inferir que al menos en el ámbito de las psicopatologías evaluadas las TCC disponen de un aval empírico acerca de su validez que desgraciadamente no parece poder extenderse a otras orientaciones psicoterapéuticas. En España recientes estudios de resultados van en la misma dirección que las conclusiones aportadas desde el área anglosajona (Sánchez, Olivares y Alvarez, 1999a; Sánchez, Alvarez y Olivares, 1999b). Los organismos públicos deberían ser más sensibles a la existencia de estos datos y favorecer, de modo más decidido, aquellas infraestructuras que promueban el mayor desarrollo y aprovechamiento social y científico de las TCC.