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1/10/2017 Kiosko y Más - El Correo (Margen Izquierda) - 1 oct. 2017 - Page #4 http://lector.kioskoymas.com/epaper/viewer.aspx?noredirect=true 1/1 «La eutanasia noes cuestión de legalidad, sino devoluntad política» lñakiOlaizola Antropólogo «Tenemos quediscernir quéesdolor y quées sufrimiento». plantea este activista de la Asociación porel Derecho a Morir Dignamente de Euskadi :: R.CANCHO VITORIA. A Iñaki Olaizola, antro- pólogo y miembro de la Asociación por el Derecho a Morir Dignamen- puede dejar que una per sona ten- ga que llegar a un moment o en que se asfixia para actuar. Los m édicos tienen la capacidad de admini st rar la sedación y deben cogerla con co- raje », proclam a. Achaca al arraigo del catolicismo la situ ación actual. «Se sublima el sufrimiento . Estamos en una so - ciedad excepciona lment e perjud i- cada, porqu e creemos que somo s arrendatarios de nuestra vida, que es de dios y eso no es verdad , es de nue stra propieda d». te de Euskadi, no le sorprende que «Muerte de calidad» de nu evo sea una per son a macha- cada por la ELA la que qui era ejer- cer «su derecho a la muerte volun- taria », como prefiere llamar a la eu- tanasia o al suicidio asistido. «Cuan - do alguien así se plantea que quie- re morir no es que desee la mu ert e, porque no es un a alternativa, es la única so- luci ón a esa tortura qu e padece», relata. «Tene mo s qu e disce r- Para el antro pólogo hay que per se- guir una «mu ert e de calidad ». De- talla que es la que «permite el con- trol del proceso a esa persona que está en ese trance». «Ella puede te- ner la ex igencia de que no le vean estropead a, rendida , humill a- da, exhibida ... Que sufra de m ane ra excepcional , que sien t a que es un a ca rga para los dem ás y negarle la muerte vo lunt ari a es nir qué es dolor y qué es su- un a crue ldad, un síntoma frimi en to», advierte. Y en- de una sociedad despiad a- tra en el meollo de la cues- da», pun tu aliza. tión. Cree que las actuales lñaki Olaizola Para Olaizola y el resto leyes vasc as so bre muerte digna de activistas de su asociación, la re- contempl an la sedación fin al, pero gulaci ón de la eutana sia volunt a- dejan su aplicación al crit erio mé- ria -« n o se puede obligar a n adie»- dico. Para Olaizola, la int erve nción para personas con enfermedades de los especialista s con frecuencia termin ales o con padecimient os in- «llega tarde», cuando la per sonas sufribles está más que asumida por que ha pedido la muerte volunta - la sociedad. «No es una cuestión de ria ya ha sufrido una agonía. «Yeso legalidad , sino de volunt ad polít i- es un abuso de poder. ¿De dónde ca». «Hay que modificar el Código les viene esa capacidad para deci- Pen al español. ¿Si el suicidio o la dir ? Pueden acabar con el do lor, muerte volu nta ria no está penali- ¿pero con el sufrimi ent o? ¿Con esa zada, por qué se va penalizar a quien angu stia continu a de v ivir? Nu es- ayud a a come t er un acto permi ti - tr a sociedad es despiadada. No se do por el otro? No tiene sentid o».

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1/10/2017 Kiosko y Más - El Correo (Margen Izquierda) - 1 oct. 2017 - Page #4

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«La eutanasia no es cuestión de legalidad, sino de voluntad política»

lñaki Olaizola Antropólogo

«Tenemos que discernir qué es dolor y qué es sufrimiento». plantea este activista de la Asociación por el Derecho a Morir Dignamente de Euskadi

:: R.CANCHO VITORIA. A Iñaki Olaizola, antro­pólogo y miembro de la Asociación por el Derecho a Morir Dignamen­

puede dejar que una per sona ten­ga que llegar a un moment o en que se asfixia para actuar. Los médicos tienen la capacidad de admini strar la sedación y deben cogerla con co­raje», proclam a.

Achaca al arraigo del catolicismo la situ ación actual. «Se sublima el sufrimiento . Estamos en una so­ciedad excepciona lment e perjud i­cada, porqu e cree mos que somo s arrendatarios de nuestra vida, que es de dios y eso no es verdad , es de nue stra propieda d».

te de Euskadi, no le sorprende que «Muerte de calidad» de nu evo sea una per sona macha­cada por la ELA la que qui era ejer­cer «su derecho a la muerte volun­taria», como prefiere llamar a la eu­tan asia o al suicidio asistido. «Cuan -do alguien así se plantea que quie­re morir no es que desee la mu ert e, porque no es un a alternativa, es la única so­luci ón a esa tortura qu e padece», relata.

«Tene mos qu e discer-

Para el antro pólogo hay que perse­guir una «mu ert e de calidad ». De­talla que es la que «permite el con­trol del proceso a esa persona que está en ese tra nce». «Ella puede te­ner la exigencia de que no le vean

estropead a, rendida , humill a­da, exhibida ... Que sufra de

mane ra excepcional , que sien ta que es un a carga para los dem ás y negarle la muerte vo lunt ari a es

nir qué es dolor y qué es su- un a crue ldad, un síntoma frimiento», advierte. Y en- de una sociedad despiad a-tra en el meollo de la cues- da», pun tu aliza. tión. Cree que las actuales lñaki Olaizola Para Olaizola y el resto leyes vasc as sobre muerte digna de activistas de su asociación, la re­contempl an la sedación final, pero gulaci ón de la eutana sia volunt a­dejan su aplicación al crit er io mé- ria -«no se puede obligar a nadie»­dico. Para Olaizola, la int erve nción para personas con enfermedades de los especialista s con frecuencia terminales o con padecimient os in­«llega tarde», cuando la per sonas sufribles está más que asumida por que ha pedido la muerte volunta - la sociedad. «No es una cuestión de ria ya ha sufrido una agonía. «Y eso legalidad , sino de volunt ad polít i­es un abuso de poder. ¿De dónde ca». «Hay que modificar el Código les viene esa capacidad para deci- Pen al español. ¿Si el suicidio o la dir ? Pueden acabar con el do lor, muerte volu nta ria no está penali­¿pero con el sufrimi ento? ¿Con esa zada, por qué se va penalizar a quien angustia continu a de v ivir? Nues- ayud a a come ter un acto permi ti ­tr a sociedad es despiadada. No se do por el otro? No tiene sentid o».

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Domingo 01.10.17 EL CORREO PADRE ANGEL TODA UNA VIDA V 5

«Me he preguntado muchas veces dónde está o·os» Tiene que hablar con muchos poderosos para conseguir recursos con los que ayudar a los más desfavorecidos. «No me acostumbro, ni quiero, a ver morir a un niño»

El hombre de sonri sa pe rmanent e y pelo blanco que vist e con un traje gris, corbata y bufanda rojas, y con­versa con algunos in­

digentes sent ado en una mesa ca-milla en un lat eral de la nave de la iglesia de San Antón, en Madrid, estuvo unas horas ant es habland o con la re ina Sofia. También es ami­go de políticos de todo s los colores, comparte mesa con empresarios y depor ti stas y llama a Florentino Pérez con más fam iliaridad que el pres ident e de la Federación de Fút ­bol. Cuando en octub re de 1994 re­cogió e 1 premio Príncipe de Astu-

:: CÉSAR COCA

rias de Cooperación viv ió el mayor contra ste de su v ida. Porque mien ­tr as circu laba por los salares de l hotel Reconquis ta, recibiend o aga­sajos y pisando mullida s alfom ­bras, no pudo ev itar recordar la pri­mera vez que entr ó en ese edificio. Eran los años cincuenta y el in­mu eb le, de grande s dimensiones, era ent onces el orfanato de Ovie­do. Su primer destin o tra s ser orde­nado sacerdote fue el de capellán y allí, entr e esas paredes, vio tanta miseria y tanta inju sticia que deci­dió ded icar su vida a luchar a favor de qui enes las sufr en. Ángel García Rodríguez, el padre Ángel, sigue en la lucha . Sin un a queja, desbordan -

do humani dad, demostrand o que la verdadera dign idad es la de quien asume en su vida la máx ima deTeren cio a propósi to de que nada humano debe sernos ajeno . Posa para las fotos en el airar ma­yor de su iglesia, abie rta 24 horas todos los dias del año, mientras dos hombres atravies an la nave cam i­no del retrete abierto para uso pú­blico, con aspecto de haber beb ido much o más de lo conven iente pese a ser aú n media tarde, y los mira sin el menor gesto de reproche. Tampo co lo t iene para quiene s ocupan los bancos de l t emp lo y es­cuchan música con auric u lares , ajenos a las oraciones que una feli-

gresa dirige desde el pú lpito . Su iglesia se anun cia como un lugar <<para los que están solos o heridos por la vida>1, sin distin ción de cre ­do. Un refug io ante las adversida­des creado por un hombre que pre­side una ONG, Mensajeros de la Paz, presen te en SS países y que ha atendido a más de 63.00 0 niños e innumerab les ancianos , muje res maltratadas y persona s aquejadas del mal de la soleda d. - ¿ Usted tiene afic ione s? -Si se refiere a cosas como el cine, la música, ir al teatro , leer novelas, etc., no. No t engo tiempo. - ¿ Cómo es su jornada ? - Me levanto mu y pronto, com o a

las seis ; me aseo, desay un o, me en­te ro de las no tic ias y a las siete o siete y media vengo por la parro­qu ia a da r los buen os días o me voy a la sede de Mensajeros por la Paz. Leo la pre nsa, despac ho con la gen­te de Mens ajeros, v isitas hogares , a veces me reúno con políticos y lue ­go me sient o en esta mesa y con­verso con quien es se acercan a la parroqu ia. - ¿Se encuentra m ás a gusto ha­blando con qu ienes en tran a su iglesia o con políticos y empresa ­rios a qu ienes pide dinero ? - Sin duda , aquí. En casa se está siemp re mu cho más a gus- '>1 to , pero es preciso habl ar ~

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6 V TODA UNA VIDA PADRE ANGEL

~ co~ esos polít icos y empre­~ sanos para que te escuchen y atiendan tus peticiones. - Nació en Mieres , hijo de un mi ­nero y una costur era . Le pido un ejercicio de memoria. ¿Cuáles son sus primeros recuerdos ? - Serán de cuan do ten ía cuat ro o cinco años: la escuela pública a la que iba, el banco donde me sen ta· ba, los pizarrines, la primera comu­nión a los siete años. Recuerdo la tristeza, el fria, el hambre , los muer tos en los mont es y en la mina, los amigos cuyos padres mu ­rieron ... La mía fue una infancia fe­liz en lo fam iliar y tri ste en lo de­más. - Ya de niño jugaba a ser sacerdo­te, y su hermana era la feligresa. No es un juego muy habitual. - Cuando con cinco o seis años, como a todos los niños, me pre­guntaban que quería ser de mayor, ya decía que cura. Y eso era por la influencia del de mi pueblo, que se parecía a quien hoy es Papa. - Entró al seminario con doce años. ¿No tuvo crisis en la adoles­cencia, no se enamoró y pensó en

salir del semin ario y form ar una familia? - Con 15 o 16 años ya jugaba a ser cura, y me acercaba a los sitios donde vivían gitanos y otras perso­nas desfavorecidas. Pero claro que a esa edad te enamoras. U na cosa más platónica que real, pero eso pasa. En el seminario nos decían que había que tener cuidado de no enamorarse, pero cómo lo vas a evitar. Me pasa incluso ahora, de una forma platónica, como le de­cía. Malo seria lo contrario. Si te pinchan, sangras, por muchos años que tengas. A los 80 años se sigue queriendo, sigues enamorado de personas, de cosas, de sueños. A ve­ces las personas encont ramos el amor, y el desamor, a una edad avanzada.

Modelos y símbolos Sentado en su despacho de lap a­rroquia, cuenta que en sus años jó­venes conoció en Asturias a mu­chos curas que i<decían cosas que no gustaban». Curas que iban a la mina ya la cárcel a dar consuelo ya escuchar a seres rotos. ((Los he co-

nocido y los he admirado más que al capellán de la Universidad o al cura de la mejor parroquia de Ovie­do». Y no elude hablar de esa admi­ración por ((ComunistaSJ>, de quie­nes apreciaba no su ideología sino que «se jugaran su prestigio por ayudar a los demás)/. - ¿Quiénes han sido sus modelos? - He admirado mucho a Casaldáli-ga, a Ferrer... a Tarancón. Ha sido un privilegio conocerlos a todos. Cada uno se va forjando en los pa­trones que ha tenido. Yo he queri­do imitar a Vicente Ferrer, a quien fui a visitar dos veces a India. He estado con santos en vida, como la madre Teresa, con quien por otra parte no coincidía en algunas opi­niones. He conocido santos en la Tierra, no necesito morir para ver­los. - Siempre lleva corbata roja. ¿Es un símbolo? - No, la llevo porque meda suerte. Me la puse una vez para pedir di­nero a alguien y me lo dio. Otro día llevaba una de otro color y no me salió bien, así que desde ento nces, siempre roja. Pero no hay nada

«Si te pinchan. sangras. por muchos

años que tengas»

«He conocido santos en la Tierra, no necesito morir

para verlos»

Doming o 0 1.10.17 EL CORREO

ideológico detrás. Uno no tiene que ser ni rojo ni azul. Si acaso, blanco. - ¿Habría cambiado su vida si su primer destin o hubie se sido una parroquia de un barrio de clase media? - El destino lo hace el ambiente del lugar donde naces y donde luego estás. Ir al orfanato fue la mejor asignatura, porque vi niños aban­donados, mancos, cojos ... Fue un aprendizaje. - Volvió al orfanato mucho des­pués pero para recibir el Príncipe de Asturias. ¿ Qué sinti ó? - Una rabia inmensa. Me acompa­ñaron Matilde Fernández y Víctor Manuel y mientras iba pisando esas gruesas alfombras que hay ahora en el hotel me preguntaba cómo son posibles esas diferencias entre ricos y pobres. Mi vida ha sido siempre un contraste de ri­quezas, religiones, razas ... Eso me llena y me hace comprender el mundo , pero no juzgo ni condeno a los que son diferentes. - Su labor social comenzó con ni­ños y luego se ha ampliado a an-

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1/10/2017 Kiosko y Más - El Correo (Margen Izquierda) - 1 oct. 2017 - Page #111

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Domingo 01.10. 17 EL CORREO 'Toda una vida' es una serie de entre vistas con personas que han te nido una larga carrera y ven el mundo con la lucidez y el dista nciamiento que da la edad

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Angel Garcla Rodrlguez nació en Mieres en 1937. Entró en el sem inario diocesano de Oviedo con 12 años y fue ordenado sacerdo te en 1961.

ONG. Es el creador y presidente de Mensajeros por la Paz, presente en 55 países, que ha atend ido a más de 63 .000 niños e innumerab les ancianos y personas con dificultades .

Premios. Su ONG recibió el Príncipe de Asturias de la Concordia en 1994.

da nos, mujeres m alt ratadas , per­sonas afectada s por guerr as o ca­tástrofes ... - Cuando pat eas la calle y ves a to­das esas person as, pides fuerzas y ánim o para paliar eso. Ir a los luga­res donde ha habido catá strofe s te hace dar valor a las cosas. Cuand o regresas de Benin, don de has visto niñ os esclavos, decides que no se puede tira r nada, que no puedes des hacett e alegre ment e ni de un bolígrafo a medio usa r. - Alguien podria decirle que por qué recorre el mundo si hay sufi ­cient es necesidades aquí mismo. - No es posible ve r en directo la guerra de Irak o los mu ert os en Hait í t ras el terremoto y no querer coger un avión para ir a ver qué puedes hacer. No me acostumbro al do lor de ver morir a un niño en nin gún lugar, ni quiero acostum­brar me. - ¿Ha tenido que rogar mucho a los políti cos para que le den re ­curso s con los que poner en mar­cha todo s los programas de ayud a de Mensajero s? - He t enido que hacer mu cha ant e-

sala, he enviado muchas carta s, pe­t iciones ... pero pocas veces me ha n negado cosas, aunque debo añadir que sí he ten ido decepciones. Y a veces he debido esperar a que cesa­ran en sus cargos para decirles que no h iciero n lo correcto . Pero tocios me han escuchado. El Est ado debe cubrir necesid ades y pon er los re­cursos, pero el car iño y la atenc ión los dan quienes tienen vocació n. Un mundo mejor solo lo pueden hacer los políticos, por eso los ad­m iro tant o. - ¿Ha tragado mu chos sapos, se ha callado muc has veces lo que pensaba, para conseg uír m ás co­sas? -Cr eo que pocas veces. En ocasio­nes salgo de u na reuni ón pensando que quizá no debería haber dicho algo. Pero uno es como es. Dije 'no' a la gue rra pese a que era muy ami­go de José María (Aznar) y Ana (Bo­te lla) era mi president a. No he sido enemigo de nadie. De hecho, cuan ­do cesan a los políticos con los que he tratado los qu iero aún más.

Peticiones y dudas Com o no se puede n dejar equipa­jes en el in terio r del templ o, las maletas y las bo lsas se agolpan jun­to a la puett a. En la escalinata de la entr ada, mient ras el fotógrafo toma unas imágen es, charlan algu­nas perso nas que han salido a fu. mar un cigarrillo . Llama la aten ­ción que hay mu cha más gent e -y vida - alrededor de esta igles ia que ante la sede de un sindicato que está justo enfre nt e. Mientra s se mu eve para posa r como le indi can , sin pone r una sola pega, el padre Ángel exp lica que much os po líti­cos acuden en ocasiones a ayudar a la parroqu ia y lo hacen de incógni­to porque no qui eren que nad ie les acuse de ir a blanque ar su imagen. Empresarios, arti stas y depott istas tie nen en cambio menos proble­mas para que se sepa de su presen ­cia. - Usted envía muchas cartas a po­líti cos pidiéndoles cosas. ¿Sient e que la suya es una voz que clama en el desierto ? - Tengo la sensació n de que, por lo menos algunos, esperan que les lla­me o les escriba. También he escri­to a Trump. - ¿Y qué le ha dicho ? - Solo le he ped ido que me reciba. Los dos llevamos siemp re un a cor­bata roja (se ríe). Le diría en perso ­na lo mismo que al Papa. Creo que hay que ve r la par ta buen a de las perso nas. - ¿ Y qué ha hec ho con la carta: la ha envi ado directamente a la Casa Blanc a o la ha tramitado a tr avés de la Embajada? - La he manda do directa mente , porque si me dirijo a la Embajada me habrían dicho que no la escri­biera . Es como si para ver al Papa hablara antes con el Nun cio. No consegu iría nada . - ¿ Qué siente cu ando llega a casa tras un día en el que ha viSto po-

«Se sufre mucho al escuchar las miserias de la gente»

- ¿Cu ál es el m ayor logro de su vi da? -Creer en la gente. Creer y te­ner mucha es pera nz a; no ti rar la t oalla ni en el baño . -¿ Y lo que más le angustia ? - Tener pri sa. Últim ament e, la tengo porque a los 80 años perder diez minut os es como perder diez días pa ra ot ros. Hay cosas que qu iero hacer en la v ida . - ¿Cuándo lloró por última vez y por qu é? -Cuando el niño (apunta h a­cia algunas fotografi as co lga­das en las paredes de su des pa­cho donde se ve a Josu é, son · rient e) vino de El Salvador con la cabeza y un b razo quema ­dos . Lloré p rofun damente , de pena. Luego, en esta igles ia he llorado y he gozado mu cho . Esta ba cerrada después de un incendio y se la pedí al arzobis­po Rauco porque tenía la ilu­sión de abrir un tem plo 24 ho­ras al día. Hasta hace dos años, ya con Carlos Osara como ar ­zob ispo , no me la diero n . -¿C on qué pecado es m ás in· dulgente? -Co n todos, menos con el de la corrupc ión. Pero Dios pe r­dona a todos, como dice el Papa . - ¿Es más imp ort ante la ac­ción o la oración?

breza , injusticia, dolor , locura ... ? - Doy un beso al niño y me olvido de tocio, porque si no no podría donnir. (El niño es Josué, u n salva­doreño al que ha adoptado. Cuan­do lo trajo a España tenía graves malformacio nes en el cráneo a consecuencia de un ince ndio que le afectó cuan do aún era un bebé. Lo rescató de una casa derruida y estaba tan mal que parecía imposi ­ble que salvara la v ida. Salió ade­lante y ahora es, lo dice el padre Ángel, (ce! mejor regalo de Dios)>).

- La acción , sin dud a. Lo dijo san Pablo. - ¿Qué se siente al escuchar un a tr as otras las confe siones de la gente? - Muchas veces, en tr an ganas de llorar. Se sufr e mucho esc u ­cha ndo las miserias de la gen­te . En esta parroqu ia he mos puesto table ta s para qu ien quiera conf esa rse escribie n-do ... Y tamb ié n mesas cam illa para quien lo prefie ra de esa forma. El Papa dice qu e la con­fes ión no pu ede signi ficar que se haga su frir a la gent e con un interrogato rio. Yo sie mp re digo a todos que Dios perdo na siempre. Basta con arrepent ir­se , no es necesar io deci r n i el número ni la cuan tí a de los pe ­cados. No voy con un a calcu la· do ra para estima r la pen it en­cia. A veces , inclu so, mando un a penitencia simb ól ica. -¿ Cómo qué ? - Pues dona r sangre, por eje m-plo. Bastant e bue no es que al­gu ien veng a a con fesarse, por· que eso es qu e v iene a pedir perdón. Aquí vienen muchos curas a con fesarse. Yo m ismo me confieso cada sem ana y a veces me piden que det alle mis pecados, y me rio. Si un día escribi era un libro, sería con las preg unt as que me ha n hecho mis con fesores.

Cuando veo algunas cosas de las que me habl aba, mi expresión más común es 'D ios mío, esto no es po­sible'. Hace bien poco, llegó una madre a pedir leche para su niño, que tenía solo siete días. Parece una escena de un melodrama de la te levisión , pero es ciert o. El cora­zón sufre por esto y es difici l que aguante tantas her idas. - Ante injusticias t an flagrant es, ¿no se ha planteado nun ca un de ­ba te ínt imo sobre la naturale za y el papel de Dios?

- Sí, claro. Me he pregu nt ado mu ­chas veces dónde est á Dios. De este Papa, al que adoro, he aprendi ­do much as cosas. Estan do con él, en Filipinas, un a peque ña le pre­guntó por qué su fren los n iños . Él le dijo: 'No hay respuesta, solo tus lágrimas '. Fue una revelación. La cu lpa no la tiene Dios. El perdona siempre; el hombre, a veces; la na· turaleza, nun ca. - ¿Tie ne duda s sobr e la exi ste ncia de Dios o sob re qué pint amos los huma nos en la Tierra? - No he t enido tie mp o de pensar en eso. Yo creo en tocio. Incluso en los polít icos.

Una prórroga - Hace diez años le diagnosti ca­ron un cáncer de pronóstico com­plicado , que ha superado. ¿Temió morir ? - Si, y lloraba por las esquinas, aun­que me hacía el fuerte. Estaba con­vencido de que me iba. Una enfer­medad así te hace mejor y más hu­mano. Lloraba porque me queda­ban muc has cosas por hacer. Si me descubriera n algo ma lo hoy quizá lo fuera asum iendo, aunq ue siguen quedando cosas por hacer. Siempre se pide una prórroga. No tengo mi~do a la I!1uerte, pe ro no me quiero monr. - En esta misma serie de entre ­vist as, el cu ra Luis Lezam a confe­saba no esta r seguro de la exi s­ten cia del Más Allá. ¿Usted lo es t á? - Quiero pensa r que sí existe por­que tengo a muchos allí. - Alguna vez ha dicho que a usted la jerarquía no le ha llamad o la at ención porque no suele entr ar en asun to s teológicos . -Cre o que quienes hacen de jueces se equivocan. Una vez me llama­ron para un pregón y hubo uno que dijo que no debería n haber lo he­cho porque tengo ideas extra ñas. Me fui donde él y le pregu nté que quién era para ju zgarm e ... y se aco­jonó. Juzgamos con muc ha fre­cuencia a los ot ros. Lo cual no quiere decir que yo no sea a veces juez de algo, claro . - ¿Habría aceptado un cargo si se lo hub ieran ofrecido ? - Seguro . Puedes hacer más es tan­do en el poder que no teni éndolo. Puedes servir a Dios más en un car­go. Pero ni aspiro ni he asp irado nunca a eso, porque no se los dan a la gente incómocia. - Cues t a ver le de cardena l. - Eso no sería posible, pero est ar en una diócesis diciend o cosas a los curas ... Eso sí pod ría imaginar lo. De todos modos, no tener un cargo es una gracia, porq ue no pierdes li­bertad. Fíjese, ahora tener una pa­rroqu ia me hace más prudente . Aunque yo prefie ro pedir perdón a pedir per miso. Si bau t izo al h ijo de una pareja lesbiana lo hago sin pe­dir perm iso. Si me riñen, pediré perdón , pero no he te nido que de­sobedecer, como me habr ía sucedi­do si pido penn iso y me lo niegan .

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DOMINGO, 1 DE OCTUBRE DE 2017 ABC abe.es/co nocer

Aguirre negocia un alto el fuego con miembros de la anti-balaka, milicia que mata a musulmanes FuNoAci ó N BANGAssou

El «ángel» que salva vidas en el infierno de República Centroafricana ~ El obispo de

Bangassou, Juan José Aguirre, protege a 2.000 musulmanes de una lucha encarnizada

JOSEFINA G. STEGMANN MADRID

«Tenían el gatillo fácil, vi cómo le abrían la cabeza a varias personas, recogí la masa encefálica de un muerto de la ca­lle». «Apuntaron el fusil contra mi vien­tre pero como tenía la sotana no dis­pararon». «La ONU me pidió que re­cuperara los cadáveres de sus soldados porque tenían miedo de acercarse a la zona». Este es el desgarrador relato de Juan José Aguirre, obispo cordobés de 63 años radicado en la República Cen­troafricana.

Juanjoconvive diariamente con la muerte: cuando carga con cuerpos mu­tilados para darles sepultura, o cuan­do le hunden un fusil en el vientre. En esos momentos solo cabe recurrir a Dios. «Tengo miedo, sí, pero mi calma llega al citar el salmo 91: «Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra, mas a ti no llegará" ... ». Pese a que su vida está en juego cada segundo dice que jamás callará. «Si no, sería un cómplice».

Disparos a sangre fría Hace 20 años que es obispo de Ban­gassou, ciudad del sureste dela Repú­blica Centroafricana. Cinco meses atrás su ciudad vivió una carnicería. Miem­bros de la milicia anti-balaka, que ata­ca musulmanes, entraron en Ban­gassou para disparar a hombres, mu­jeres y niños. Los anti-balaka son jóvenes de 17 años, perdidos, yconven-

cidos de que las balas van a detener­se antes de penetrarles el cuerpo. Fue Juanjo el que hizo de «escudo huma­no» cuando se encerró junto a 2.000 musulmanes en una mezquita para proteger sus vidas de los feroces ata­ques de los anti-balaka. Cuando tiene la sotana puesta, las armas dejan de humear. «Estuve varios días con ellos en la mezquita y actuaba como un es­cudo humano porque solo si me veían delante del templo no disparaban».

La comida no llega Juan jo consiguió salvar a la gente y tras­ladarla a su seminario. Era

tra toda justificación: «No me quitará la tribulación, pero sí que estará allí cuando llegue».

Lleva 27 años enla República Cen­troafricana y tiene muchos enemigos. A los anti-balaka se suman los seleka. Son grupos armados yihadistas que lle­garon al país en 2013 apadrinados por el Chad y los países del Golfo. Provoca­ron un golpe de Estado, pero a los nue­ves meses fueron expulsados de la ca­pital. Ahora están en Bangassou don­de libran una lucha encarnizada con los anti-balaka. Mientras que quienes se autodenominan musulmanes o cris-

tianos se matan entre sí, el único que velaba por la seguridad de esas 2.000 almas porque la fuerza es­pecial que mandó la ONU decidió no avanzar. «Nos ayudaron a sacar a los muertos de la mezquita para que no estuvieran con los vivos, pero a los tres días se marcharon y,

Tres infartos Aguirre interpone su cuerpo para salvar ino­centes: «En República Centroafricana se libra una guerra promovida por el gobierno del Chad, el mayor enemigo del país. El presidente Idriss Déby quiere crear un país inde-

Pese a su frágil salud dice que no volverá a España porque tiene que

cuidar a los centroafricanos

por eso, me llevé a la gente. Llegaron al seminario como un tsunami, invadie­ron las salas, los dormitorios, la capi­lla ... Desde entonces, están allí».Juanjo lidia con otros problemas. La gente no puede salir porque los anti-balaka ro­dean la zona y los refugiados se están quedando desnutridos. La comida no llega porque las ONG se fueron.

Juan jo no va a volver a España, pese a haber sufrido tantos ataques, pese a que su vida corre peligro, pese a que su médico le recomendó que no frecuen­te zonas de alto riesgo porque, aparte de haber sufrido tres infartos, tiene co­locados nueve stents. El dolor de su re­lato se combina, inexplicablemente, con una voz cálida y sosegada que aflora cuando habla de Dios, en el que encuen-

pendiente musulmán con kilómetros de frontera con el Congo, el país con los mejores minerales del mun­do», analizaJuanjo.

Pero los anti-balaka y los seleka no son los únicos a los que Juan jo ha inten­tado detener con la sotana que actúa, para él, como «un traje militar». En 2007 entraron en la República Centroafrica­na soldados del Ejército de Resistencia del Señor, fundado por Joseph Kony. «Es un criminal que mató gente en Uganda, Sudán, Congo ... Quemó poblados, tiene niñas de 9 años como esclavas sexua­les, niños-soldado .... Cuando sus hom­bres llegaron pusieron sus botas enci­ma de las camas y violaron a mujeres y niñas».Juanjo, «¿cómo hace para llevar esta vida tan terrible?». Y él responde: «Es la vocación la que explica todo».

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24 GIZARTEA

gur, Iñaki Beristain

rrm .Joxe Arrcgi

A GUR, es decir , salve y ad iós, y más: respeto y honor. Agur , lñak i, en todos los sentidos , con toda mi

alma. Compa rtim os mesa. oració n y tra bajo en las en trañas más profundas de nuestr o querido Ara ntzaz u d ura nte cato rce añ os. Te admiré casi desde niño , mucho antes de oonocene . al leer un poema en euskera escri to po r ti en la revista de I semin ar io franciscano . Cuand o te conocí. te admiré m ucb o más . Eras mu y grande . Y no solo por tu l ,88 me tros de altur a y tu ancha y fuert e comp le­xió n, sino por todo lo demás sobre todo : tu

aguda inteligencia , tu extra ordinaria orato­ria, tu sens ibilida d estéti ca, tu capacida d de trabaj o, tu creatividad inagotable, y tu dis­ponibilid ad para todo lo que se te pidiera , pues nun ca decías que no. Y. en medio de todo eso . tu andar siempr e tra nq uilo. Pose ías la difícil facilidad. Y algo m ás gran ­de todavía : un alm a ti ern a de niño , que tu firm eza nun ca a lcanzó a ocul tar y q ue disi­m ulabas cada vez men os. La lágr ima se te volvió fácil. A much os se nos han Uenado los ojos de lágr imas cuand o te hemos perdid o a tus 70 años, cuand o aún te veía mos en plenit ud de facu ltades.y más pleno y hum ano que nun ­ca. Te ha perd ido en especia l Arantza zu. dond e has vivido 54 años, al que te l1as dado del todo , hasta vac iart e ent era mente y llegar a se r del todo. Es la ley de la vida. o mejor . su gra cia y sab i­duría : despoja rse de gra nd ezas , soltar ama ­rras , dejarse llevar a donde haya que ir, y levantar el vuelo , ligeros de ego. El l2 de sep ­tiembre te diagnosticaron un cánce r invasi ­vo y. cuand o tres dias más tarde tu hermano guar dián te lo comunic ó, tú te dejaste llevar . Difícil facilidad. El día 25 qu e das te libre de toda atadu ra . Ya te babias hech o tan peque­ªº cuan grande eras . Ya podías levar el an cla y el vuel o.

Agur , lñ aki. Te lo dijim os el mane.s pasado como tú te lo merecías , en la esp léndida tar­de otoñal solea da de Arantzazu , con sus bosq ues aún verdes y sus peñas doradas, y la basílica a reb osa r, baña da de suave luz az ulada , como un océano. Cuando. en el ofertori o de la m isa, el co ro tem1inó de ca n­ta r el Alelu ya de Leonar d Coh en con letra compu esta por ti, en la gran torr e so naron ias campan as de menos cuart o. Todo quedó en silencio y quietu d. Tú volabas , libre de atad uras. como las golondrinas rezagad as de Arantzazu , antes de ree mprend e r el vu e­lo a la Vida. ¿Y ah ora qué?, se pregunta n tus hermanos de Arantza zu , mis herma nos. La respuesta la diste tú mism o, cuando hace 16 años afir ­maste : "Desaparez camos los franciscan os o no, nu es tr o pr incipal reto consist e en que Arantzazu abra sus puertas al futu ro". El reto sigue en pie, aho ra mu cho más difíci l. pues faltas tú y es previs ible que pront o fal­ten los franciscan os. Hay que ab rir puertas . No h ay otro cam ino. lñakL sueño contigo un Arantzazu que abra de par en par sus puertas al futur o. Que sea Jugar de una esp iritualidad para el siglo XXI . Un lugar de sanación pa ra todos los her idos . Un lugar de sile ncio y resp iro , como el inte­rior de la bas ílica lleno de tanta d ulzura y

Deia - Domingo, 1 de octubr e de 2017

paz . como la diminu ta imagen so nrient e de la Virgen, de piedra y color, sobre el espino , con el nifio o la vida en braz os. Un lugar donde resu enen el grito y la den uncia de María en la fachada de Oteiza con los bra­zos en a lto y su hijo Jesús a sus pies, mu en o por los poderes inj ustos. Un luga r para crear otro mun do dond e toda la h uma nid ad y todos los seres vivient es seamos herman os. Un luga r q ue acoja y alient e a los cris tian os mien tr as queden , pero no esté embargado por ninguna confes ión ni instituc ión r eligio­sa . Que no reniegue de ninguna religión. pero que ias trascienda todas. Un Arantzazu laico en manos de laicos, del pue blo que lo ha construid o durant e siglos piedra a pie­dra teja a teja, a paso de peregri n o. Un Arantzazu ab ierto al Espíritu. más allá de las creencias qu e para la inmensa m ayor ía dejaron ya de ser cr eíbles . Un Arantz azu que exprese en pala bras actuales el alient o que late en textos y form as bellas del pasa ­do, más al lá de las formas . Es el Arantza zu que siguen soñando la ar quitectu ra de Sáenz y Laorga , los apóstoles de Oteiza , las puertas de O,illid a. el ábside de Muñ oz. ias vidr ieras de Eulate . la cripta de Baste rr etxea y el cama rín de Egaña . Agur . lñaki! Acom paña y despie na nuestro su efio desde el coraz ón de la Vida .•

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1/10/2017 Kiosko y Más - El Correo (Margen Izquierda) - 1 oct. 2017 - Page #56

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56 rJ OPINIÓN 1

A mi juicio, con tra el fanat is­mo isla mi sta de la Yihad y con tra la islamofob ia de los nostá lgicos de una socieda d homogé nea y monista en lo polí t ico y también en lo re­

ligioso, la mejor respuesta es una laicidad edu­cadora, inclus iva y crít ica, fundada en nues ­tros valores consti tucionales y no el refue r­zo de la mu lt icon fesionalidad en la escue la -co mo propone con su mejor intención Ria y Tatary Bakry- . ('Los musulm anes en Espa ­ña').

Tiene razón, sin embargo, RiayTatary Ba­kry cuan do dice: «Debemos dist inguir ent re personas de bie n y de bue na voluntad, que son la inm ensa mayor ía, de aquellos ind ivi­duos an tisociales, violent os y asesinos, de­predadores que captan a nu es tros hij os para consegu ir sus objeti vos criminales. Son cap· tadore s nocivos e n cuya det ección debemos coope rar todos para lograr una más efect iva prevenc ión y represión del terrorismo)). Aun ­que siguiendo su razona mient o todo s debe ­mos pregu ntamos, musulmanes y no mus ul­manes , por qué el yihadis mo tiene t al capa­cidad de cap tación para la vio lencia y el ase­sinat o, ent re jóve nes de familias mu sulma ­nas. ¿De dónde sur ge ese islamo-nacionali s­mo viole nto? Para hace r posible una sociedad, la conv ivencia en una sociedad plura lista en Jo ideológico y en lo relig ioso tenemos que educar a nu es tros h ijos en todo aque llo que nos un e más allá de nuest ras difere ncias, lo que José Anto nio Marina denomina el 'Mar­co Ético Común ' que no es, a la postre, sino esa ética dispos itiva y liberal del humani smo democrá t ico.

La posición social y polí ti ca de la reli gión y el poder político en las sociedad es mod er­nas solo se ha normalizado en un ma rco de mut uo respeto y tamb ién de mutua libertad de crít ica, después de un largo y conflic ti vo período de violencias, tensiones y controver ­sias abanderadas por las divisiones religiosas que se pued en remon ta r por lo menos has ta el siglo XVI, y que ha durado hasta el siglo XX en el qu e otra s ideocracias - esta vez ateas ­como el Comun ismo y el Naci ona l-Socialis­mo se presentaron a sí mismas como fórmu­las polít icas redento ras con el macabro resul­tado que tod os conocemos.

El Cristianis mo en Europa, en sus diversa s deno minacio nes, ha evo lucionado, perdien ­do poder polít ico pero profundizando su vo­cación éti ca y soteriológica, en definit iva re­nunciando ve lis noli s a la ambici ón teoc rát i­ca de prese ntarse como un régimen de Cris­tiandad. El crist ianismo ha reconoc ido la au­tonomía de la políti ca democ rática y lama­yor ía de edad de las sociedades secul arizadas y eso ha sido un logro para la sociedad y, a mi juicio, tambi én para la libertad del Cristianis -

Críticas y fobias JAVIER OTAOLA ABOGADO Y ESCRITOR

Los musulmanes deberán aceptar que cuestionar una propuesta del Islam no es un ataque personal a las personas de esa religión

mo y su mensaje rel igioso , aunque haya su­pues to una pérdida de poder polí tico para las Iglesias . Como decía el puritano Richard Wi­lliams, ((el cu lto forzado, no libre, apes ta en las nar ices de Dios)).

Esta evolución no ha sido ajena al hecho de que el Cristianismo ha recibido y recibe críti­cas, refutac iones, bur las y sarcasmos , ha sido y es debat ido, puesto en tela de juicio , contra ­riado , con t roverti do y eso le ha obligado y le ob liga a evo lucionar, dia logar, repensarse, y de ese modo ha no rmali zado su prese ncia en Europa gua rdando sus libertades específicas como religión. La modernidad democrática se basa en la libertad de crítica y hoy aceptamos que critica r e l crist ian ismo no es neces aria­men te un ataque perso nal a los cristianos.

El Islam -co mo religión de masas- es una

novedad en la Europa moderna , y acampa hoy ent re nosotros sin hab er experi ment ado los efectos transforma dores del largo proceso de secu larización europea, instalado en una se­rie de presupue stos dogmáticos, va lores so­ciales y tr adiciones cu lturales completa men­te ajenas , si no antagónicas, al human ismo laico. Y aho ra, además , hace acto de prese n­cia el terrorismo islamista, que rechaza cua l­quier crít ica al Islam o ironía dirigida al pro­feta Mahoma, con fatwas de muerte; un isla­mismo polí tico que hab la de conqui sta y po· der, que no acep ta más que la sum isión com­pleta e inv ita a todos los musu lm ane s a un a enloquecida yihad en Oriente y Occidente .

Imputar culpa personal a todos los musul ­manes por los horrendos crímenes cometidos en nombre de su Dios y de su religión por fa-

Domin go 0 1.10 .17 EL CORREO

náticos yihadistas es un a terr ible injusticia , y además un a act itud cont raprodu cente para lograr el apoyo de la mayoria de mu sulma nes pacíficos y de bue na fe en la luch a contra el fanatismo de algu nos . La islamofobia es de ­leznable porque se niega a razonar, y a la pos­tr e no es sino un acto de rabia, una invita ción al odio y a la violencia cont ra pe rsonas de fe musulmana por el solo hecho de profesar esa religión; es u na acti tud irra ciona l y sectaria porque no tie ne en cuen ta las diferen tes con ­ductas de unos y de otros ni la conciencia de las personas , ni su situac ión cu ltur al, ni sus condici ones mate riales, y esa fobia no hará sino retroalimenta r al pro pio discurso yiha ­dista. Ahora bien , nada de eso nos debe llevar a pensar a nosotros y a los musulmanes en Europa que el Islam, sus te xtos sagrados, sus propues tas ideológ icas, sus t radiciones socia­les, sus pretensiones polít icas y sus organiza. cienes o portavoces es tán exe ntos de crítica, la misma crítica al menos que ha sufrido en ­t re nosotros el Cr istia nismo y que sufren to­das las propues tas ideológicas, religiosas o no . Los musulmanes deberá n acepta r que criti­car una determin ada prop uesta del Islam no es un at aque perso nal a las perso nas musul ­manas, que las ideas son siemp re con t rover­ti bles y que lo que para e llos es sagrado para otros no t iene por qué ser lo. Las religiones no son razas ni etnias, ni rea lidades int angibles , son propuestas ideo lógicas y deben ser trata­das co mo ta les; el mayo r res pe to que pode ­mos otorgar a una idea es tomarla en serio y someterla a crítica. La regla es máximo respe­to para la buena fe de las personas, pero lama ­yor libertad de crít ica para con las ideas .

La buena voluntad de las personas no hace bue nas las ideas.

Si los crímenes yihadista s y el peligro de la islamofobia se ut ilizan para impedir toda cri­ti ca o sátira respec to del Islam por temo r al mensaje de odio de los nostálg icos del Capi· tán Trueno y de la ex trema derecha tendría­mos que concluir que los asesinos de la Yihad habr ían logrado su objetivo y resultar ía que adem ás de ser vict im izados por el terrorismo debemos per mane cer acrít icos frente a las fuentes ideológicas de las que - perversamen­te o no- se alimen ta ese terrorismo.

El Islam en Europa te ndrá que asumir la misma considerac ión y trato al menos que el Cristianismo, y los musulma nes ten drán que acep tar, como hemos aceptad o los crist ianos euro peos, que nuest ras sociedad es son mayo­res de edad y no aceptan someterse a fatw as ni ana temas sino solo a los acue rdos apalabra­dos ent re todos en nuestros parlamentos, que, en efecto , la fe religiosa está amparada por la sacrosanta libertad de concie ncia pero del mis­mo modo que lo está la irrelig iosidad. Dicho en un tweet: la islamofob ia es de leznable, la islamocrítica, imp rescin dible.

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1/10/2017 Kiosko y Más - ABC (Norte) - 1 oct. 2017 - Page #62

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JOSÉ FRANCISCO SERRANO OCEJA

LOS OBISPOS Y LA ÉTICA

DE MÍNIMOS

No quier e decir ni una Iglesia de mínimo s ni un

Evangelio de mínimos

En el debate sobre la ética es común la pedagógica contr a­posición entre «ét ica de mí­

nimo s» y «ética de máx imo s». La primera hace refere ncia a lo míni­mo exigible a cualqui er se r rac io­nal en la propuesta sobre las nor­mas que van a regular la conviven­cia . Este modelo tiene en cuenta los int ereses de todos los afectados en pie de igualdad. Mient ras, la «ética de máximos» es la que ofrece un a propu esta completa de vida buen a, e invita a or ientar la co ndu cta en el segu imiento de esta visión holís­tica.

Durante mucho tiempo se ha dis­cutid o si la ética cristiana puede ser una ét ica de mínimo s, o en su de­fecto qué aspectos de la ét ica cr is­tiana contribuyen a la conform a­ción de un consenso práctico en la resolución de los disensos . Esta se­mana , la Comisión Perman ent e de la Confer encia Episcopal, con el co­municado sobre «la grave situación que se vive en Cataluña», ha ratifi­cado un cambio profundo en las re­lac iones entre la Iglesia y la soc ie­dad, entre la Iglesia y la política. Una mutación que se venía percibiendo desde hace tiempo , quizá con me­nor int ens idad porque la decisión pr áctica era el mutis por el foro.

Los obispos de la Comisión Per­man ente han apostado por, valga la analogía, la ét ica de mínimo s. En un texto lastrado por la influenc ia, t anto en su elaborac ión práctica como en su contenido, los obispos en Cata luñ a han dado el sa lto ha­cia un marco en el que prima n los aspectos discursivos , proc edim en -tales, y de futuro , la llamad a nece­saria al encuentro , al diálogo, al con­senso. Este giro lleva implí cito una hiato en la historia y un riesgo con el olvido consciente de algunas cues­tiones nucleare s, que pasan a un se­gundo plano , sacr ificadas por lavo ­lun tad de acuerdos o por el temor al riesgo de ruptura de la unid ad episcopal.

Una ét ica de mínimos no quiere decir una Iglesia de mínim os, ni un Evan gelio de mínimos . El foco de lo s obispos ha ca mbi ado y ahora ilumin a otr a parte del esce n ar io. Llega el mom ento de acost umbr ar a su púb lico a mir ar hacia lo enfo­cado sin que se produzcan disten­siones o fracturas en los cuellos.