la educaciÓn peruana y sus expertos alucinantes
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Se trata de una crítica a un ex ministro de educación y luego embajador del Perú en Argentina, un hombre izquierda, que sostenía que el problema de la educación peruana se originaba exclusivamente por motivaciones políticas y que mejorar el salario de los maestros peruanos soolamente debería ejecutarse si es que extinguiera su gremio sindical. Hacer otra cosa, sería tirar dinero en saco, sostenía en una folleto titulado La educación Arcaica. Un sulabterno suyo, pero considerado como destado epistemólo sostenía que el problema se resolvería mediante concursos rigurosamente convocados, pero sin tener en cuenta que los maestros peruanos tenían haberes equivalentes a 200 dólares, más o menos la décima parte de una canasta básica familiar real. Curiosamente esta autoridad figura como experto asociado a la UNESCO.TRANSCRIPT
LA EDUCACIÓN PERUANA Y SUS “EXPERTOS”
ALUCINANTES
Escribe:
GERARDO ALCÁNTARA SALAZAR
Doctor de la Universidad de Buenos Aires, Área Ciencias Sociales
Catedrático de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
INTRODUCCIÓN
Jugando con las apariencias, con aquello que aparece y parece ser el
ser, pero que, en definitiva, sólo es lo aparente, lo que nuestros sentidos
perciben, como percibimos que la tierra gira sobre la tierra, de este a oeste,
determinando así el día y la noche, verdad aparente, refutada por la ciencia;
de ese modo, dos ―expertos‖, quieren convencernos, sólo porque
empíricamente esa es la verdad: que la raíz, la causa principal y no sólo
eso, sino la única causa de lo mal que anda la educación peruana son los
maestros del Perú; y, sobre todo, el maoísmo arcaico, que se habría
adueñado de la mente de los maestros. Esto lo dice un ―experto‖ y el otro
―experto‖ complementa sus aporías, planteando que él conoce una solución
mágica, una pócima, que se le ocurre elemental: repletar los planteles del
país con genios, probablemente, graduados en Harvard, nombrados
mediante escrupulosos concursos de selección. Nada menos que
pagándoles un elevadísimo sueldo, compatible con sus grandes
calificaciones: unos cien euros al mes1, que es lo que paga el estado
peruano, la novena parte de lo que iban ganando nuestros campesinos para
1Al momento de escribir este ensayo, aun no publicado, por formar parte de mi libro
REVOLUCIÓN EDUCATIVA PARA UN PAÍS EMERGENTE, el sueldo de un profesor peruano era de
600 nuevos soles, mientras el euro, al cambio de entonces era de unos 4.60 euros. Con el aumento de
sueldo que realizó a favor del magisterio peruano el presidente Alejandro Toledo, sus ingresos se
duplicaron, elevándose a 1200.00 nuevos soles, mientras la moneda peruana se está revaluando
permanente, de modo que el euro actualmente vale solamente 3.5º nuevos soles. Esto significa que los
maestros peruanos de los niveles primario y secundario equivale actualmente casi a unos 400 nuevos
euros, a la vez que el gobierno anuncia un nuevo aumento.
Mi crítica a Lynch se debe a que considera que la única causa del atraso de la educación peruana
es el activismo político del partido maoísta Patria Roja, a través del organismo sindical, el Sindicato
Único de la Educación Peruana (SUTEP), sobredimensionando la capacidad ideológica de un partido
político que lo único que ha hecho es administrar el descontento inevitable de los profesionales de la
educación frente a los sueldos increíblemente agresivos del estado. Sin embargo, el estado peruano viene
de experimentar crisis económicas muy dramáticas y ahora que la economía ha dado un nuevo giro es
posible reconsiderar esa errada política, aunque el problema tampoco es solamente de origen económico,
como lo iré demostrando en los sucesivos ensayos que iré publicando, como adelanto de mi libro en
referencia. Esta nota deberá tenerse en cuenta cada vez que el lector se tope con la referencia al euro y el
salario del magisterio peruano.
trabajar en la agricultura española, libre de pasaje, seguros, alojamiento y
alimentación, y más o menos la décimo quinta parte de lo que gana en
Europa un camarero, o mozo de restaurante como se les denomina en el
Perú. Todo esto antes que empiece la crisis capitalista global. La clase
política, los empresarios, la iglesia, todos los que están interesados en hacer
del país una potencia, a tan ―elevado‖ precio, se lo han creído, alabado,
aplaudido y legitimado. Pero, obviamente, si los planteamientos de Luis
Piscoya tuviesen éxito, muy pronto habríamos tenido profesores mejores
que los finlandeses y alumnos que rindan exámenes mejor que los de
Finlandia, que son los que ocupan en el primer lugar según las evaluaciones
realizadas por PISA.
Debe quedar claro que estos planteamientos fueron hechos como
rechazo al aumento de haberes que había prometido y finalmente ejecutó el
presidente Alejandro Toledo, quien, como había prometido, duplicó los
sueldos que venían percibiendo los profesores del Perú, no solamente en
términos monetarios sino de capacidad adquisitiva; y aún así, esos ingresos
que se pagan a los maestros peruanos son vergonzosos.
Piscoya es profesor de Lógica y epistemología y se presenta
como Consultor para América Latina y el Caribe de la UNESCO; y el otro
―experto‖ es Nicolás Lynch, profesor de Sociología, que fuera ministro de
educación, cesado a consecuencia de la movilización del Sindicato Único
de Educadores del Perú (SUTEP) en su contra; y en la actualidad se
desempeña como Embajador del Perú en Argentina. Ambos son profesores
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, una de las más antiguas
de América, aunque Piscoya no cree en méritos gerontocráticos. Llama
poderosamente la atención que los dos coincidan en no tomar en cuenta
algo tan evidente, cómo el factor económico juega un rol fundamental en la
educación. Piscoya es de aquellos profesionales que considera que la
epistemología casi produce milagros en el cerebro de la gente y él se cree
no solamente epistemólogo sino un gran epistemólogo, aunque en realidad
es buen divulgador y no se le conoce aporte personal a la epistemología.
¿Por qué no acepta, entonces, que el problema es más profundo, que
existen otras variables que determinan la diferencia cultural entre nuestros
educandos y los que viven en los países desarrollados?
Lo que los “expertos” no quieren entender.
Los estudiantes del segundo y primer mundo tienen ventajas
comparativas para aprender más y mejor que los estudiantes del tercer
mundo. Como disponen de recursos económicos tienen la posibilidad de
viajar internacionalmente, incluyendo a países de otros continentes. Esta
experiencia les permite, entre otras cosas, comprender las diferencias de
horario, de clima, economía, cultura, cambio monetario, comprar sus
billetes de viaje mediante internet, sin recurrir necesariamente a las
agencias de turismo. Se entrenan, si lo desean, en la compra de billetes low
cost, alquiler de habitaciones también por internet en los hoteles, pago
mediante tarjetas de crédito, al arreglar su equipaje lo hacen considerando
el clima del país al que desean viajar; lo averiguan por internet. Los
jóvenes norteamericanos que desean aprender español viajan sin ninguna
dificultad a México o España. Lo mismo hacen los jóvenes de países del
primer y segundo mundo que hablan otros idiomas. Los jóvenes españoles
que quieren aprender inglés suelen viajar a Inglaterra. Otros métodos y
otras ventajas que tienen los jóvenes de países desarrollados. Aprenden
mejor porque disponen de recursos económicos. Cuando salen de sus países
entienden bien el cambio monetario, la obtención de dinero que tienen en
su país de origen desde los cajeros automáticos que encuentran en el país al
que han viajado. Obtienen ese dinero en la moneda del país visitado sin
tener en cuenta la moneda que usan en su país de origen. Esto les permite
entender mejor la economía y también la tecnología del momento.
Comprender también la tecnología porque pueden comprar máquinas
fotográficas ahora totalmente digitalizadas, que funcionan como
computadores. Al viajar aprenden geografía, culturas diversas, sistemas
políticos, diferencias religiosas, de lengua, arte culinario. Ganan destreza
en utilizar los medios de transporte, los aeropuertos, aduanas.
Un joven turista puede salir a las 14 horas desde el aeropuerto de
Madrid y llegar el mismo día a las 19 horas al Perú, a pesar de que el viaje
demora 12 horas. Regresará a las 7 de la noche desde el aeropuerto Jorge
Chávez y llegar a las 14 horas y no a las 7 de la mañana, en un viaje de
retorno que también es de 12 horas. Eso le lleva a comprender
perfectamente la diferencia de los usos horarios. Sabrá que entre España y
Perú hay 7 horas de diferencia y entre Perú y Portugal solamente 6 horas de
diferencia, porque en los países ibéricos amanece antes que en Perú. Si el
viajero es español se sorprenderá que en Perú anochezca a las 18 horas
cuando en España desaparece el brillo solar a las 22 horas en verano. El
joven viajero recibirá información profusa sobre los lugares que visita,
tomará fotos, filmará, conocerá de manera directa esos lugares históricos
que nuestros jóvenes tercermundistas se esfuerzan en imaginar y
comprender, para luego aprender. El entorno país, continente y el entorna
familiar, así como el vecindario son factores que inciden mucho en el
aprendizaje. Si en el entorno hay grandes empresarios, intelectuales,
diplomáticos, el joven tendrá una ventaja comparativa para aprender ciertas
temáticas.
Por tanto el profesorado puede tener una cuota de responsabilidad en
la baja calidad del aprendizaje escolar, pero no toda la responsabilidad. El
SUTEP tiene obviamente alguna responsabilidad pero no toda la
responsabilidad como se ha hecho creer. Si en Perú la sociedad tuviera la
calidad de vida que existen en el primer y segundo mundo, la gente estaría
pensando en comprar, en viajar, disfrutar de la vida; y no tendría tiempo
alguno, ni la menor intención de ―crear conflictos‖. Los maestros como un
alto porcentaje de la sociedad peruana está convulsionada por la precaria
política económica y porque los políticos para ganar las elecciones les
mienten y les crean falsas expectativas. En este caso Lynch es un maestro,
un perfecto maquiavélico, se presenta como hombre de izquierda,
actualmente incluso trabajando para el gobierno peruano se pronuncia ya a
favor de ―la gran transformación‖ que promocionan los grupos
ultraizquierdistas. Un maestro estaba ganando menos de 150 euros y con el
aumento del gobierno de Toledo está por 200 euros. Mientras los jóvenes
del primer y segundo mundo aprenden mucho viajando, los maestros con
los sueldos precarios luchan por sobrevivir. Un camarero, un mozo o moza
que atiendo en los restaurantes gana entre mil y mil 500 euros al mes.
Puede vivir obviamente muchos mejor que nuestros maestros, sin
menosprecio de los camareros entre los cuales hay muchos profesionales y
estudiantes universitarios. Un gasfitero o técnico electricista puede ganar
unos tres mil euros. Al culpar a los maestros de la crisis de la educación
peruana se los ofende doblemente. Uno porque se los humilla
económicamente y luego por que se los culpa, se los coloca en condición
de delincuentes, se los lapida y se los enfrenta a la sociedad. Como es de
conocimiento público, los españoles —antes de la crisis— estaban
contratando a nuestros campesinos para las labores agrícolas pagándoles
900 euros al mes, libre de vivienda y alimento. Esto que sirva para que el
profesor de epistemología y el de sociología desciendan del mundo de las
palabras al mundo real. Los maestros finlandeses y los del segundo y
primer mundo ganan lo suficiente para vivir, comprar libros, toda la
variedad de materiales para el aprendizaje y si quieren conocer la historia
romana viajen a Roma, ven todas la reliquias existentes, visiten museos,
monumentos y ciudades históricas y pueden intercambiar información con
sus alumnos sobre lo que saben. Que piensen, por ejemplo, de dónde salió
la erudición de Huntington expuesta en su libro El choque de
civilizaciones. ¿Solamente porque ha leído libros? No; sobre todo porque
ha viajado profusamente por el mundo y de primera mano ha visto paisajes
físicos y culturales. Además deben pensar cuánto invierten los países
desarrollados en investigación. Y sus catedráticos no se limitan a repetir
textos extranjeros, sino que son genuinos creadores, de modo que hay
muchos sabios galardonados el Premio Nobel entre sus catedráticos.
Piscoya debería pensar, por ejemplo, cómo es que pese a ser
inteligente se quedó como simple divulgador de filosofía, sin que nadie le
reconozca aporte personal alguno. Y Lynch debería exhibir lo novedoso y
grandilocuente de su tesis doctoral en una institución norteamericana sin
pergaminos, por lo cual no figura en Ranking de las quinientas mejores
universidades del mundo, aunque sea en el último lugar de este ranking.
Nuestros expertos peruanos, demostrando ser expertos
tercermundistas, independientemente de cuáles sean sus propósitos reales,
al responsabilizar a los maestros como únicos responsables de la evidente
crisis educativa en el Perú, sin tomar en cuenta las bases estructurales de la
sociedad peruana, las políticas gubernamentales, los papeles de los
funcionarios del Ministerio de Educación, las instituciones no universitarias
que son las que mayoritariamente forman profesores, con evidentes
criterios de formar alfabetizadores para sociedades agropecuario-
artesanales, y oponiéndose abiertamente a mejoras salariales, queriéndolo o
sin quererlo, forman parte de quienes practican la cultura de la
estigmatización a los sectores populares. Es evidente que los profesores
que se ubican académicamente por encima del estándar académico,
abandonan la enseñanza en los niveles primario y secundario, como
rechazo a ese doble estigma que se cierne sobre los educadores: la
precariedad económica que practica con ellos el Estado y el estigma que se
han encargado de fabricar en su contra un ex ministro de educación y
alguien que se presenta como consultor de la UNESCO.
INSATISFACTORIO ESTANDAR DE LA EDUCACIÓN PERUANA
Empezaré por señalar los problemas centrales que tiene la educación
peruana partiendo de evidencias expuestas por organismos internacionales,
cuya competencia e imparcialidad son dignas de tomar en cuenta. En esta
ponencia veremos el que corresponde a la educación básica, apoyándome
en el diagnóstico de PISA.
Estándar de la educación básica
Como si de pronto se despertaran de un soporífero sueño a causa de
los informes de PISA sobre el estándar académico de nuestros escolares y
del informe de la Universidad de Shangai sobre el infra desarrollado
estado de nuestras universidades, por fin empiezan a preocuparse nuestros
―expertos‖ del Ministerio de Educación, conjuntamente con las burocracias
y la ―clase política‖, por algo que era tan evidente —nuestro pésimo
estándar educativo—, puesto que Perú exhibe como mérito ser exportador
de materias primas, marginalidad que se reflejaba incluso en la hegemonía
económico—empresarial de Chile en nuestro territorio, éxito del vecino
país del sur que no se quiere asociar con el conocimiento y por tanto con la
Educación.
En efecto, según The Programme for International Student
Assessment (PISA), en una escala de I a V, Perú se ubica en grupo I que es
el de menor estándar académico. Mientras Finlandia es el país de más alto
desempeño, Perú es el de más bajo rendimiento ―en la escala combinada de aptitud para la lectura‖2. Vale decir, en cuanto a la capacidad de
comprender lo que se lee, habilidad para localizar información, interpretar textos y poder reflexionar y hacer comentarios sobre ellos3. Si en promedio
los estudiantes peruanos se encuentran en la antípoda de la excelencia
académica, cuando menos, como desviación estándar, deberíamos tener una
élite cuantitativamente respetable que se ubicara en los niveles de más alto
rendimiento, vale decir en la escala V, aunque sea en un pequeño
porcentaje, pero significativo, que alcanzara los estándares de los
estudiantes de la Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE)4. Si ―en promedio, el 10 por ciento de los estudiantes
2 OCDE—Instituto de estadística de la UNESCO: Aptitudes básicas para el mundo de mañana.
Otros resultados del Proyecto PISA 2000. http://www.eduteka.org/pdfdir/PisaExecSumEspanol.pdf. En el 2Informe de Progreso Educativo, Perú (1993 -2003), se publican también datos que demuestran el
estado precario de la Educación Peruana. Este Informe ―es el resultado de un estudio de la realidad
educativa nacional. Fue posible gracias al apoyo técnico y financiero del Programa de Promoción de la
Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL), proyecto conjunto del Diálogo
Interamericano, con sede en Washington, DC, y la Corporación de Investigaciones para el Desarrollo
(CINDE), con sede en Santiago de Chile‖. En este Informe se manifiesta que: “Los resultados de las
pruebas nacionales del 2001 mostraron que los logros educativos no están al nivel de lo que en el
currículo se propone que los estudiantes aprendan. Muy por el contrario, la gran mayoría no logra
dominar la mayor parte de las competencias. En el área de comunicación integral, por ejemplo, sólo
aproximadamente un tercio de los estudiantes de cuarto de primaria que rindieron las pruebas logró un
nivel suficiente, tanto en comprensión de textos como en comprensión de textos apoyados por gráficos,
mientras que menos de 1% de ellos logró ese nivel en reflexión sobre el funcionamiento lingüístico de los
textos (…). En matemáticas, en 6 de las 7 competencias evaluadas, menos de un cuarto de los estudiantes
logró un nivel suficiente, llegando dicha proporción a ser menos del 10% en dos de las competencias‖. Cf.
MB-Progreso%20Educativo%20Peru%202003.pdf
3Felipe Martínez Rizo: LOS RESULTADOS DE LAS PRUEBAS PISA. Elementos para su
interpretación. Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Julio 3, 2003.
http://multimedia.ilce.edu.mx/inee/pdf/PISAplus.pdf 4 La Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE) tiene como objetivo
lograr el mayor crecimiento sostenible de la economía y el empleo, así como elevar el nivel de vida de los
Países Miembros manteniendo la estabilidad financiera y contribuir así al desarrollo de la economía
mundial. ―Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos de América, Francia,
Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia,
Suiza, y Turquía son los países firmantes de la Convención constitutiva de la OCDE. Los siguientes
países se han adherido posteriormente a esta Convención (las fechas son las del depósito de los
instrumentos de adhesión): Japón (28 de abril de 1964), Finlandia (28 de enero de 1969),Australia (7 de
junio de 1971), Nueva Zelanda (29 de mayo de 1973), México (18 de mayo de 1994), República Checa
(21 de diciembre de 1995), Hungría (7 de mayo de 1996), Polonia (22 de noviembre de 1996), Corea (12
de diciembre de 1996) y República Eslovaca (14 de diciembre de 2000). La Comisión de las
Comunidades Europeas participa en los trabajos de la OCDE (Artículo 13 de la Convención de la
OCDE)‖. OCDE—Instituto de estadística de la UNESCO: Aptitudes básicas para el mundo de mañana.
Otros resultados del Proyecto PISA 2000. http://www.eduteka.org/pdfdir/PisaExecSumEspanol.pdf
de los países miembros de la OCDE alcanzan este nivel‖, ―en los países no
miembros de la OCDE la proporción varía desde el 10 por ciento en Hong
Kong—China hasta el 0,1 por ciento o menos en Albania, Indonesia,
Antigua República Yugoslava de Macedonia y Perú‖. Dicho de otro modo,
por cada cien estudiantes de la OCDE y de Hong Kong—China que
alcanzan el nivel V, solamente un peruano alcanza ese nivel. El informe
PISA enfatiza que ―más del 50 por ciento de la población escolar en
Albania, Brasil, Indonesia, Antigua República Yugoslava de Macedonia y
Perú se ubican en el Nivel 1 o por debajo, indicando que, en el mejor de los casos, sólo pueden manejar las tareas más básicas de lectura‖5. Y, por
supuesto, el desempeño de nuestros estudiantes en Matemática, no es
menos desastroso: ―Los estudiantes de Hong Kong—China, Japón y Corea
obtuvieron las más altas puntuaciones medias en la formación matemática. El promedio de puntuación más baja fue el de Perú‖6. Japón y Corea son
potencias mundiales en Economía y China, será la primera gran potencia
mundial dentro de pocas décadas, y actualmente es el país del más alto
crecimiento económico.
Soluciones planteadas por nuestros “expertos” alucinantes
Las soluciones al problema serían: 1) Eliminar al sindicato único de
trabajadores en la educación del Perú, SUTEP, culpable de sostener, malévolamente, la educación arcaica, según Lynch7; y 2) nombrar
profesores según rigurosos concursos de selección, según Piscoya8.
¡Muy fácil e impresionante!, ¿no?
Nicolás Lynch desde su época de estudiante estuvo comprometido en
disputas con militantes de Patria Roja, en su condición de militante de
Vanguardia Revolucionaria, luego denominado Partido Unificado
Mariateguista (PUM). En la Izquierda, que luego se denominó unida,
incluso en su momento de mayor aceptación por las masas imperó no la
unidad, sino el canibalismo interno. A principios del 2000, Lynch fue
encargado del Ministerio de Educación y tuvo confrontaciones muy fuertes
con el SUTEP, instrumento sindical a través del cual actúa Patria Roja. Su
5 OCDE—Instituto de estadística de la UNESCO: Aptitudes básicas para el mundo de mañana.
Otros resultados del Proyecto PISA 2000. http://www.eduteka.org/pdfdir/PisaExecSumEspanol.pdf 6 OCDE—UNESCO, http://www.pisa.oecd.org/dataoecd/59/27/2960640.pdf
7 Nicolás Lynch: El pensamiento arcaico en la educación peruana. Fondo Editorial, Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 2004. 8 Luis Piscoya Hermoza: Cuánto saben nuestros maestros. Una entrada a los diez problemas
cardinales de la educación peruana. Fondo Editorial, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima,
2005.
corta duración como ministro se lo atribuyó a ese sindicato y al partido que
le da dirección política. Como evidencia de que el canibalismo en la
izquierda continúa, o como revancha, o bien como ambas cosas, el 2004
publicó un folleto en el cual responsabiliza al SUTEP de lo mal que anda la educación peruana9.
Encuentra una causa, una sola, a los problemas de la educación
peruana.
―Ahora que parece haber una renovada preocupación por la
educación peruana –sostiene-, habiéndose incluso declarado en emergencia,
llama la atención lo descaminado de las propuestas de políticos y expertos
para encarar la crisis. La mayoría de los que toman la palabra pretenden
enfocar el asunto, como pareciera lógico, desde una perspectiva
pedagógica, y agregan, en el mejor de los casos, la necesidad de mayores
recursos presupuestales para el sector. Pero el problema principal de la
educación no es hoy pedagógico ni económico, sino ideológico y político.
Lo he dicho muchas veces: aunque se doblara de inmediato el presupuesto
para el sector, si no se combate y se derrota el dominio ideológico y
político de aquellos que no quieren que la educación cambie, poco se podrá
lograr‖10.
No dice en qué consiste la educación arcaica, solamente dice que hay
un pensamiento arcaico, que es el maoísmo del SUTEP y Patria Roja.
Tampoco demuestra la propuesta arcaica, maoísta del SUTEP, ni dice en
ninguna parte de su folleto, cómo es ni cómo debería ser la educación
peruana ni el rol que debería jugar el estado, salvo aniquilar
económicamente, más de lo que ya están los maestros, porque, so pretexto
de repetir las ideas de un presunto funcionario fujimorista, a quien no
nombra, y bajo la sombra de ese innombrado personaje diga que invertir en
educación es botar el dinero por un barril sin fondo, enfatizando de manera
categórica, que el problema de la educación peruana no es económico, sino
única y exclusivamente ideológico y político. En resumen la causa única de
lo pésimo que está educación peruana es la existencia del SUTEP y la
solución no es económica sino exclusivamente ideológica y política. No
dice, finalmente, si está a favor o en contra del estado de la educación
peruana actual, como que tampoco dice qué de bueno o de malo, qué de
encomiable o criticable tiene la educación peruana, qué debe mantenerse o
transformase, si debe mantenerse como está, cambiarse parcialmente,
totalmente, sólo le interesa culpar a lo que él denomina ―pensamiento
arcaico en la educación peruana‖, encarnada en el SUTEP; vale decir, fuera
9 Lynch: Op. Cit.
10 Op. Cit. P. 13.
del SUTEP, nada de arcaico hay o quizá lo del SUTEP sea lo más arcaico.
Era necesario que lo diga, porque, puede tener razón en cuanto ofrece un
perfil sobre el SUTEP y sus líderes, pero el pensamiento arcaico que tienen
esos líderes no es la educación peruana en sí misma y al sostener
férreamente que el problema no es económico, que el estado no debe
incrementar el presupuesto en educación está reclamando el
amordazamiento de los líderes del SUTEP y de aquellos que eventualmente
puedan estar comprometidos con Patria Roja, sino a la totalidad de los
maestros. Debe haberle dolido mucho, para escribir su folleto, que el
presidente Toledo doblara el haber de los maestros, aun cuando, después de
todo, fuesen pírricos.
Afirma, eso sí, que el problema no es pedagógico ni económico sino
ideológico y político, dicho de otro modo, quiere permanecer eternamente
en las pugnas que mantenía como militante universitario de Vanguardia
Revolucionaria, convertida luego en Partido Unificado Mariateguista
(PUM), contra los militantes del FER de Patria Roja, cuando estudiaba en
la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos.
Como en realidad la educación en sí misma no le interesa, no dice
nada sobre PLANCAD, ni sobre la manera cómo el gobierno quiere
―salvar‖ la educación, porque todo se reduce a destruir al SUTEP, habiendo
presentado como el máximo exponente de las luchas anti magisteriales, este
hombre de ―izquierda moderada‖ y derrotado candidato al parlamento en la
lista del ―revolucionario‖ Javier Diez Canseco. Muerto el SUTEP,
mágicamente el problema estará resuelto; sin pensar en pedagogía ni en
economía, tendremos una educación con maestros que sepan tanto como
los maestros finlandeses y estudiantes que rindan como rinden los
estudiantes finlandeses, o quizá coreanos, o chinos o norteamericanos.
Mirando fríamente, en Lynch más que un planteamiento hay una obsesión,
que lo llevó, con apoyo mediático y puesto al servicio del gobierno aprista
(que sucedió al de Toledo), a hacer creer que lo mal que se encuentra la
educación depende de una sola causa, el demonio SUTEP, cuyos líderes
tienen, por lo demás un perfil que facilitan darle crédito a Lynch. Realizó,
como él plantea un juego exclusivamente político. El destino del país, le
importa nada.
Sostiene también, refiriéndose al SUTEP: ―Esta posición es
particularmente dura en lo que corresponde a políticas de calidad referidas
al magisterio, ya que estas suponen criterios meritocráticos en la organización de la carrera docente‖11. Por fin, ¿el problema de la educación
es solamente ideológico y político o es también Meritocrático? ¿Y
podemos hablar de selección meritocrática sin pensar en lo económico? ¿Y
11
Op. Cit. P. 18.
cuán meritocrática desearía que fuera la educación peruana? ¿Meritocrática
con o sin adecuada correspondencia con los haberes? ¿O acaso está
pensando en tener profesionales muy buenos con salarios muy bajos?
¿Dónde piensa encontrarlos? ¿Cuántos quiere conseguir en esas
condiciones? ¿Podrá ser uno de los candidatos para trabajar en esa
situación? ¿Dónde ha visto meritocracia que conduzca a la pauperización
económica del profesional excelente? ¿En un país civilizado o en uno
tribal? ¿Imagina profesionales altamente calificados con haberes precarios,
felices y condescendientes? ¿Quieren así combatir ideológica y
políticamente a un sindicato, o realimentarlo, crear condiciones
estructurales más bien para que deserten y se pasen a movimientos
fundamentalistas como el de SL, que ahora actúa tras la fachada del
MOVADEC?
―La debacle izquierdista de finales de la década de 1980 y la
dictadura posterior al 5 de abril de 1992, arrinconaron aún más a esta
izquierda confrontacional, y al maoísmo como parte de ella, pero no los
terminan. Sobreviven principalmente en el aparato educativo, en el que
sigue siendo más claro que en otras partes el abandono del Estado y el
desprecio de las élites dominantes por el resto de la sociedad‖12.
¿Cómo debe enfrentarse este ―abandono del Estado y el desprecio de
las élites dominantes por el resto de la sociedad‖? ¿Ideológica y
políticamente, pero no económicamente? ¿La política y la ideología
guardan total autonomía con respecto de la economía?
No oculta, este presunto anti fujimorista, su simpatía con las medidas
de Fujimori. Tratando de las expectativas de mejora salarial, quien no cree
que el problema de la educación sea también económico, dice:
―No puedo olvidar en este punto la respuesta que obtuve, ya en el
gobierno de Alejandro Toledo, de un alto funcionario del Ministerio de
Economía y Finanzas que venía del régimen fujimorista, cuando me señaló
que en su ministerio eran reticentes a conceder mayor presupuesto al sector
educación porque era como echar dinero en un barril sin fondo‖13.
Toledo, sin embargo, aunque no haya resuelto el problema educativo
peruano, pasará a la historia, por ser el único presidente que en su gobierno,
no existiendo ya sino moderada inflación, duplicó el sueldo de los
profesores, elevándolo, sin embargo, por motivos obviamente de
imposibilidad financiera, a un poco más de 200 euros al mes. Ese
incremento no resuelve el problema, no provocará cambios trascendentales,
12
Op. Cit. P. 37. 13
Op. Cit. P. 27.
pero es una valiosa señal. Como lo anunció en su campaña, para Alan
García el incremento de los irrisorios haberes del magisterio y de los
catedráticos eran sobrecostos y bombas de tiempo. Y Lynch se entregó con
cuerpo y alma a satanizar al SUTEP, subordinándose al ministro aprista de
educación, señalando al Sindicato único de trabajadores de la Educación
Peruana –SUTEP- no solamente como culpable, sino como el único
culpable de la debacle de la educación peruana.
Tratando de ser razonable, Lynch repite un slogan archiconocido por
la hipocresía que conlleva:
―Para progresar en la educación peruana y convertirla en un
mecanismo de igualdad e integración social, debemos terminar con las dos
caras de la misma moneda: la exclusión omnipotente que practican los de
arriba y el grito ideologizado que le responde desde un movimiento social
signado por la frustración y la pobreza‖14.
Frase retórica. Y solamente retórica, para un auditorio huachafo.
¿Si el problema no es económico de qué exclusión habla Lynch? Si
el asunto no es económico, ¿de qué ―pobreza‖ habla? ¿Le interesa
realmente que haya alguna consideración con los maestros o más bien, bajo
ese pretexto quiere agredirlos más al decir que su reclamo es ―el grito
ideologizado que le responde un movimiento social signado por la
frustración y la pobreza‖? Y no es que Lynch, realmente, pertenezca al
mundo de los ricos, puesto que es un profesor universitario, víctima de la
―exclusión omnipotente‖, con la sola excepción del tiempo en que fue
ministro y el SUTEP le obligó a volver a la realidad -su realidad-, que no
quiere admitir; y ahora tiene haberes de embajador. A no ser que tenga una
mentalidad primitiva, que desconozca la movilidad social imperante en el
mundo capitalista, y crea aún existe el régimen de castas y que él aun
siendo un simple profesor universitario pertenece a una clase superior.
No digamos tampoco que no tiene algún acierto, como cuando Acusa
al SUTEP de haberse opuesto a las reformas de Velasco, pero exagera
cuando afirma que también se opuso a la meritocracia, tomando como
fundamento justificatorio el argumento de José Carlos Mariátegui, quien en
el capítulo “El proceso a la instrucción pública‖, correspondiente a Siete
ensayos de la educación peruana, plantea que no es posible democratizar el
país sin democratizar su economía y en consecuencia su superestructura. Si
por meritocracia se entiende la prelación que tienen los mejor preparados,
¿ha existido, realmente, algún gobierno en el Perú que haya preferido a los
mejores, soslayando el clientelaje y la militancia partidaria?
¿Aflora la tendencia nazi en la aporía de lynch? ¿Por qué
Piscoya no le dio lecciones de lógica?
14
Op. Cit. P. 11.
Veamos cómo Lynch poco a poco va sacando lo más siniestro que
esconde detrás de su fachada socialista. ¿No esconde, realmente, su alma
social nacionalista?
―A primera vista pareciera sorprendente que un sector tan importante
como la educación haya sido abandonado por el Estado y por los partidos
democráticos a una tendencia radical y autoritaria como el maoísmo. Ello
solo se explica por el desinterés que históricamente las élites peruanas han
mostrado hacia la educación pública. El desinterés se vuelve flagrante
cuando el sistema se masifica e intenta educar no solo a los sectores
medios y altos, sino a la mayoría de la población étnica y socialmente
distinta de aquellos que tienen el control de la mayor parte de los
recursos públicos y privados del país”15. Ola negrita es mía).
¿De qué ―partidos democráticos‖ habla Lynch, si dice que
tales son ―élites‖ que ―históricamente‖ ―han mostrado‖ ―desinterés‖ ―hacia
la educación pública‖? Ese desinterés de los ―partidos democráticos‖ no ha
sido casual, excepcional, sino ―históricamente‖, vale decir siempre. Ve
―democráticos‖ a esos partidos porque su “desinterés se vuelve flagrante
cuando el sistema se masifica e intenta educar no solo a los sectores
medios y altos, sino a la mayoría de la población étnica y socialmente
distinta de aquellos que tienen el control de la mayor parte de los
recursos públicos y privados del país‖. De antología, realmente. Su
aparente protesta es realmente una justificación del statu quo. Es protesta
contra esos partidos democráticos por permitir la masificación de la
educación y, permitiendo del tal modo, ―educar no solo a los sectores
medios y altos, sino a la mayoría de la población étnica y socialmente
distinta de aquellos que tienen el control de la mayor parte de los
recursos públicos y privados del país‖.
La confrontación se va definiendo no como muchos quisieran entre
un socialista democrático, simpatizante del ala radical del partido que llevó
al comandante Humala a la presidencia de la república, sino de un nazi
enfrentado a los maoístas. Como es su costumbre se vale de la ambigüedad.
Utiliza los conceptos ―partidos democráticos‖ como significantes sin
decirnos el significado que él les atribuye, de modo que ―democracia‖
deviene en un conceptos intencionalmente vago. Aunque podría
escandalizarse si avanzamos en la deconstrucción de sus discurso,
implícitamente está afirmando que la democracia no es general, sino de
casta o clase social, sobre todo de casta, vale decir correspondiente a las
clases sociales vigentes en las sociedades preindustriales, porque en las que
ya existe industria las élites económicas que están por encima de las élites
políticas quieren educación universal, procurando la más universal y más
15
OP. Cit. P 19-20.
avanzada, debido a que les interesa tener científicos, técnicos y, de modo
general, una población calificada para apuntar el progreso sostenido de sus
empresas, en un mundo competitivo como el capitalista y porque,
asimismo, la población cuanto más instruida tendrá mejores ingresos para
poder comprar lo que los empresas producen para vender. Esto es lo que se
llama mercado interior. En las sociedades preindustriales la economía
basada en la agricultura y la ganadería, complementada con la caza, pesca y
tala de bosques se caracteriza por la reproducción simple, o sea en escalas
casi idénticas todos los años. Gastar en educación en esta clase de países es
visto como un derroche, porque los trabajadores todo lo que pueden ofrecer
es su fuerza física. Cuando más progresa un país la fuerza física es
reemplazada por la fuerza mental. Esta fuerza mental es un derivado de la
educación. Por tanto no es una condescendencia de las élites sino una
decisión racional, por convenir también a sus intereses. Esto explica
también por qué en los países industrializados los salarios son más elevados
que en los menos desarrollados y por qué la gente tiende a migrar en busca
de trabajo a los más industrializados. ―El desinterés se vuelve flagrante‖,
expresa, por aceptar la educación masiva como evidencia de la hegemonía
de elites primitivas, preindustriales.
―Es importante señalar –agrega- que se trata de un movimiento social
que, a pesar de su deterioro, sobrevive a la aguda crisis del sindicalismo
que se dio a finales de la década de 1980, en especial a la casi desaparición
de los gremios de empleados públicos como producto del despido masivo
de trabajadores estatales en los inicios de la década de 1990. Esta fuerza
está dada por las características del sector que brinda un servicio
indispensable como es la educación pública, por el perfil del docente que lo
hace consciente de sus derechos, por la magnitud del cuerpo de profesores
que se multiplica aceleradamente, por el deterioro de las condiciones de
trabajo y por la trayectoria de lucha del magisterio en respuesta a la
situación señalada‖16.
Qué lástima para Lynch, porque de no sobrevivir el SUTEP, quizá él
habría sobrevivido más tiempo como ministro. ¿‖Por qué no lo
destruyeron?, se queja en interlínea. Pero el gremio magisterial sobrevivió,
porque es fuerte, sostiene, explicando: ―Esta fuerza está dada por las
características del sector que brinda un servicio indispensable como es la
educación pública, por el perfil del docente que lo hace consciente de sus
derechos, por la magnitud del cuerpo de profesores que se multiplica
16 Op. Cit. P 22-23.
aceleradamente, por el deterioro de las condiciones de trabajo y por la
trayectoria de lucha del magisterio en respuesta a la situación señalada‖.
Una verdadera desgracia para Lynch que el magisterio tenga esos
atributos que le permitieron estar vivo. Esas particularidades son las
fortalezas del magisterio, las debilidades de Lynch y provocan la rabia de
quienes se sienten como él afectados.
Jacques Derrida demostró cómo los autores suelen
contradecirse. En este caso de Lynch son clamorosamente evidentes las
aporías que abundan en su folleto. Cita a Chiroque Chunga, en cuanto este
autor sostiene que el magisterio, en número viene creciendo
explosivamente y los sueldos se van reduciendo a pequeñas fracciones,
desde 1965:
―Al mismo tiempo, el sueldo de los docentes empezó a deteriorarse
aceleradamente y ya no alcanzó para cubrir sus necesidades elementales.
La remuneración total se redujo a la tercera parte entre 1965 y 1999 y el
poder adquisitivo de esta a la sexta parte entre 1965 y la actualidad
(CHiroque Chunga 2003)‖17.
¿Cómo entender está reducción de la capacidad adquisitiva a la
sexta parte, de 1965 al 2003, dato que recoge y acepta Lynch? ¿Se trata de
un hecho ideológico y no económico? ¿Habrá que darle solución política
pero no económica? ¿Quién que tenga inteligencia normal podría aceptar
esta aporía? ¿Qué influye en qué? ¿La economía en la política o la política
en la economía, en la realidad concreta de la que se está tratando?
Habiendo admitido el deterioro sistemático de la capacidad adquisitiva del
magisterio, Lynch parece virar y ponerse comprensivo con los reclamos
magisteriales.
Lynch, a través de su folleto, demuestra cómo algunas
personas pueden vivir envueltos en dilemas hamletianos, planteando
aporías, diciendo y contradiciéndose en una pelea casi interminable consigo
mismos. Habiendo planteado tajantemente que el problema del magisterio
y de la vigencia de un movimiento sindical es solamente ideológico y
político y no económico, no puede dejar de reconocer que el factor más
fuerte, junto al cretinismo de los técnicos tercermundistas que plagan
nuestros ministerios, hacen de la ―democracia‖ una tozuda ininteligencia:
―Tal actitud del gobierno de no resolver el problema, no solo por su
pobreza inherente sino por no darle a la educación y a los maestros la
importancia que debieran tener para poder lograr el desarrollo del país, se
le da al movimiento magisterial un argumento de fondo, que propicia, sobre
todo en los momentos de hegemonía maoísta, gran simpatía entre la
población. Se trata de un Estado que responde más a lealtades ancestrales,
17
Op. Cit. P. 23-24.
clasistas y coloniales, y que a pesar de los vientos democratizadores se
resiste a asumir como reflejo propio la responsabilidad por las personas
supuestamente bajo su autoridad. Por ello, frente al problema magisterial
combina la indiferencia con la improvisación y no llega a aparecer, más
allá de no contar con los recursos materiales, como seriamente interesado
en encontrar un camino de solución. No puedo olvidar en este punto la
respuesta que obtuve, ya en el gobierno de Alejandro Toledo, de un alto
funcionario del Ministerio de Economía y Finanzas que venía del régimen
fujimorista, cuando me señaló que en su ministerio eran reticentes a
conceder mayor presupuesto al sector educación porque era como echar
dinero en un barril sin fondo‖18.
Continuando con la retahíla de aporías o paradojas, nos dice ahora
que en el Perú no hay democracia, sino solamente ―vientos
democratizadores‖ y que el Estado real que tenemos ―responde más a
lealtades ancestrales, clasistas y coloniales‖, expresión que no solo
suscribiría con gusto Patria Roja sino Sendero Luminosa de Abimael
Guzmán, autodenominado ―la cuarta espada de la revolución mundial‖; y
por tanto MOVADEF. Ahora culpa a los gobiernos ―democráticos‖ de ―no
darle a la educación y a los maestros la importancia que debieran tener para
poder lograr el desarrollo del país‖. Le aterra, además que el magisterio
cuente con ―gran simpatía entre la población‖.
Esto sobrepasa los límites de las paradojas y se aproxima a la locura.
Tratando nuevamente de desconocer el problema económico que
subyace en los reclamos de los profesores, dice que ellos actúan impelidos por mitos como el de Inkarrí19.
Vale preguntar, ¿qué harían estos líderes con sus mitos si no tuvieran
seguidores? ¿Los seguidores realmente participan de sus mitos, o les
interesa mejorar sus ingresos? Los maestros que venían ganando unos 100
euros, ¿siguen a esos líderes fundamentalmente por principios ideológicos
y políticos o porque esos dirigentes tienen mañana para presentarse como
los defensores de sus intereses económicos? ¿Qué evidencia existe de que
las bases siguen a esos líderes por motivos ideológicos y políticos y no
económicos? ¿Es tan radical la conducta de la masa de profesores, a
quienes no les interesa lo económico sino lo político y lo ideológico? ¿Qué
evidencia existe de que están realmente ideologizados y politizados? ¿Si
están tan fuertemente ideologizados y politizados por qué a la hora de votar
en las elecciones para renovar autoridades del gobierno central, en los
sucesivos momentos votaron por Acción Popular, Apra, Fujimori o Toledo
y últimamente por Ollanta Humala?¿No será que esto de ver el poder
18
Op. Cit. P. 26-27. 19
Op. Cit. P. 41.
omnipotente de la política y la ideología de Patria Roja en el magisterio es
un fantasma o una paranoia? ¿Qué evidencia tiene Lynch de que el
fenómeno SUTEP es un acontecimiento ideológico y político y no más bien
psicológico y adhesión en función a identidad de intereses económicos y
reivindicativos frente a la marginación y el estigma? El mismo se
contradice cuando sostiene que el referido movimiento sindical subyace el
mito, concretamente el mito de inkarrí. ¿Mito de inkarrí =maoísmo?
¿Tiene algún fundamento o lo sostiene solamente porque algunos
antropólogos creen en la fuerza reivindicativa de este mito? ¿Cuál es su
evidencia? ¿Corresponde a esos mitos que los seguidores del SUTEP
orienten sus votos, según la coyuntura, a favor de Acción Popular
(derecha), de Perú Posible (derecha neoliberal), Cambio 90 de Fujimori
(derecha neoliberal) o del APRA (socialdemocracia tirando ahora a la
derecha) y no del camarada Diez Canseco (izquierda), en cuya lista Lynch
fue desairado candidato al parlamento al igual que su líder lo fue a la
presidencia de la República? Curiosamente Javier Diez Canseco ha
obtenido siempre más votos que los candidatos de Patria Roja, cada vez
que ha postulado al parlamento, cuando lo obvio sería, si lo expuesto por
Lynch fuera cierto que más bien hubiese sido al revés. ¿Por qué en las
elecciones del 2011, fue elegido Diez Canseco y no algún militante de
Patria Roja, como que tampoco fue elegido el sempiterno candidato
perdedor Lynch? Es cierto que entre tantas elecciones uno que otro
militante de Patria Roja, ha sido elegido congresista, pero eso no refleja el
peso electoral de Patria Roja si se orientara como una posición política. Por
el contrario, siempre fue más votado Diez Canseco que cualquier candidato
de Patria Roja, partido enclavado en la cúpula del SUTEP. Esta
observación tiene sentido porque Diez Canseco milita en un partido de
izquierda opuesto al de los líderes del Sindicato Único de Trabajadores en
la Educación Peruana, SUTEP, en el mismo partido de Lynch.
Piscoya contra Lynch en un mundo de ensueño
Piscoya fue empleado de Lynch, cuando este fue ministro de
educación, pero mientras Lynch afirma que la culpa de todos los males la
tienen los maoístas líderes del SUTEP, Piscoya, tratando de enaltecer a
Lynch, considera que el problema radica en la arbitraria selección de los
docentes, quienes ingresan valiéndose de métodos irregulares, o mediante
procesos de evaluación erróneos. En ese contexto culpa también al SUTEP,
pero le asigna solamente una pequeña cuota de culpa de la ―educación
arcaica‖. Según Lynch prácticamente, habría que dividir la historia en dos
partes, antes y después del SUTEP. Si la educación arcaica empieza con el
SUTEP, se desprende que antes de que este organismo sindical pervirtiera
la educación teníamos una educación moderna. Pero Luis Piscoya, profesor
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, sostiene que el
problema central radica en nombrar a los profesores mediante concurso
público, o en obviarlo:
―En efecto, —sostiene Piscoya— todo el proceso de nombramiento
que excluye el concurso público, sobre la base de calificaciones académicas
y profesionales de los candidatos, está en riesgo permanente de recurrir a
otros criterios parcializados como factores de decisión. Estos varían desde
la consanguinidad cercana con alguna autoridad, militancia sindical, el
parentesco o amistad con las cúpulas sindicales, las relacionales amicales
con la autoridad y la filiación política o religiosa, hasta la retribución del
nombramiento con favores sexuales o con el pago de sumas que son
equivalentes a una proporción variable de las remuneraciones mensuales
que percibirá el nombrado‖20.
En base a la experiencia que tuvo al haber dirigido en el 2002 un
proceso de selección docente, mediante concurso de méritos sostiene:
―De lo dicho anteriormente se deduce claramente que la decisión de
convocar a un concurso público, con la aplicación de pruebas de suficiencia
profesional por áreas de especialidad para cubrir aproximadamente 30 mil
vacantes en el sistema educativo nacional, tuvo consecuencias que
afectaron severamente el statu quo‖21.
El ―statu quo‖ es, pues, la educación arcaica que menciona Lynch.
Mientras para Lynch la solución es política e ideológica, para Piscoya se
resuelve aplicando procesos de selección mediante concursos públicos bien
implementados, a la manera que él sugiere. Claro que para tomar esta clase
de selección debe haber una decisión política, pero ¿de quién? ¿Del
gobierno o del SUTEP? ¿O es tan débil el gobierno frente al SUTEP que a
lo mejor se opone al concurso público? El año 2002, según nos relata,
dirigió un concurso público para nombrar a 30 mil profesores. En base a
esa experiencia señala, hipotéticamente, las consecuencias que traen
consigo la aplicación de pruebas de selección correctamente elaboradas:
―La primera consecuencia está constituida por la pérdida de poder de
decisión de los Directores de las Unidades de los Servicios Educativos
locales (Actualmente UGEL) y de sus colaboradores para distribuir
nombramientos en función de sus preferencias e intereses personales o de
grupo. En segundo lugar perdieron un poder de decisión análogo las
dirigencias sindicales que funcionaban como grupo de presión sobre las
autoridades centrales y locales para conseguir nombramientos favorables a
20 Piscoya, p. 14-15. 21 O. Cit. p. 14-15.
los docentes con los que mantenían vínculos de parentesco, militancia o
amistad. En tercer lugar perdieron poder para recomendar nombramientos
directamente o mediante tarjetas los congresistas, los altos funcionarios del
sector educación y sus similares de todas las esferas de gobierno. En cuarto
lugar, se debilitó transitoriamente el poder de contratar o nombrar los
docentes de su preferencia, que poseen los sectores de la iglesia católica
que detentan, con un estatuto especial, la dirección y administración de
numerosos colegios de la República que funcionan con presupuesto del
Estado pero que tienen prerrogativas similares a las de un centro educativo
privado‖22 .
¿Dónde empieza el problema, entonces? ¿En la selección de docentes
como sostiene Piscoya o en el activismo del SUTEP? Piscoya cree que
mediante el concurso que él dirigió logró restar poder a varias instituciones,
pero ¿prueba que esos poderes son los culpables de la mala educación en el
país? No lo hace abiertamente pero de facto rechaza los planteamientos de
Lynch. ¿Tiene alguna evidencia de que de esa manera mejorará
radicalmente el estándar de la educación? ¿Cree que las influencias que
destaca incidieron en la designación exclusiva o mayoría de malos
profesores y que los excelentes fueron excluidos? Tampoco lo sostiene
tajantemente, pero implícitamente lo afirma. ¿Podría probar
matemáticamente que los funcionarios de las UGELs, los dirigentes
sindicales, los curas de la iglesia, etc., etc., solamente seleccionaron a los
peores profesores? Nombrar a centenares de miles profesores, a través de
los cuestionados métodos por Piscoya ¿dio origen a que seleccionaran
exclusiva o mayoritariamente, a malos profesores, dejando de lado, siempre
y en todos los casos a los mejores? Como profesor de lógica y aficionado a
las matemáticas sabe obviamente de la ley de los grandes números, según
la cual los recomendados serían de los más variados estándares que
ofrecería una imagen de lo que en definitiva son los educadores que
trabajan para el ministerio de Educación. ¿O es que mediante concursos
públicos y quitándole poder a todo el mundo podría incorporar a
excelencias graduadas en las universidades de Harvard o Michigan? Claro
que estas preguntas son exageradas, pero tienen la intención de preparar ya
al lector para concluir racionalmente sobre las verdaderas causas del estado
calamitoso de la educación peruana.
Aunque no demuestra cuánto poder perdió cada una de las
instituciones supuestamente involucradas en la selección de profesores,
¿esa pérdida de poder garantiza ya el comienzo de la excelencia académica,
o algo parecido, en la educación peruana? O, ¿todo lo que interesaba era
enfrentarse con los poderosos, tal vez por motivos éticos?
22
Op. Cit. p. 17.
Piscoya nos cuenta qué problemas encontró al realizar la evaluación
de los maestros que dirigió él el 2002, al tener que aplicar un reglamento
que encontró ya elaborado. Expresa, entre otras cosas, que en ese
reglamento se advierte una tendencia gerontocrática, vale decir, la
intención de privilegiar de manera exagerada la edad avanzada como
mérito, y no la calificación académica para alcanzar un nombramiento:
―La primera limitación es que el puntaje obtenido en las pruebas, de
acuerdo con el art. 15 del reglamento (D:SA: 065-2000-ED), sólo pesaba el
40% del puntaje total. Esto presuponía una ponderación mayor que la
correspondiente a las pruebas en un 20% a favor del currículum vitae y la
entrevista personal (ambos pesaban un 60%: 40% para el currículum vitae
y el 20% para la entrevista), lo que le daba una seria ventaja a los docentes
mayores de 40 años que podían acumular un puntaje importante por
asistencia a foros y participar en actividades organizadas por el Ministerio
de Educación, por el sindicato de docentes (SUTEP), por la Derrama
Magisterial, por municipalidades, clubes distritales y entidades barriales,
factores que acreditan en el mejor de los casos, sentido de colaboración
pero no competencia cognoscitiva y pedagógica‖23.
Admitiendo como cierta la versión de Piscoya, si la selección se
realizara siempre con los criterios expuestos por él, ¿tendríamos,
realmente un magisterio acorde a las exigencias de la era de la
globalización?
Piscoya debería tener en consideración el perfil de los profesores
que forman tanto los institutos como las universidades, quiénes y con qué
criterios se los forma, porque de entre ellos van salir los seleccionados. Así
como medicina o ingeniería son carreras profesionales por las que
apuestan quienes están más dispuestos a poner en juego la plenitud de su
inteligencia y de sus esfuerzos, educación es una carrera profesional que
funciona como una especie de premio consuelo para estudiantes que
desean las cosas rápidas y sin el menos desgaste de energías.
Piscoya actúa obcecadamente y con mucha candidez, a pesar de la
robusta inteligencia que cree tener.
No se puede ignorar que los estudiantes no solamente se la juegan
por ideales, sino que paralelamente toman nota del prestigio de la carrera
profesional. Y Educación es la cenicienta de todas por la pésima
remuneración que tradicionalmente han percibido los profesores y el
estigma de quienes ejercen el poder. Si alguna vez cambiaran las reglas,
con toda seguridad educación sería elegida por los estudiantes que tienen
grandes ambiciones, porque no solamente de aplausos vive el ser humano,
23
Op. Cit., p 22-23.
con la salvedad que quienes menos ganan en el país, ganan adicionalmente
el estigma en vez de loas y como se verá eso no es estimulante.
Piscoya agrega:
―Esta hipervaloración del currículum vitae y de la entrevista personal
ha perjudicado severamente a los docentes jóvenes y ha favorecido a
quienes tienen quince años de servicios, o más, debido a que estos
docentes, pese a tener puntajes bajísimos en las pruebas de suficiencia
profesional, han logrado ocupar vacantes debido a la ventaja obtenida sobre
los más jóvenes gracias a sus puntajes en currículum vitae y entrevista‖24.
Piscoya, el profesor de Lógica, cree probar válidamente recurriendo
a una hipótesis, que las toma como pruebas:
―Una hipótesis para explicar esta desacertada decisión reglamentaria
es conjeturar que fue tomada bajo la presión de los sindicatos tradicionales
y centralistas que cuentan a sus militantes más fiables, en mayor medida,
entre los docentes más antiguos‖25.
Luego de realizar la deconstrucción de ambos enfoques, se
advierte que existen dos soluciones posibles para tener una educación
moderna y excelente: 1) Eliminar al SUTEP, según Lynch; 2) nombrar
profesores según rigurosos concursos de selección, según Piscoya.
Por uno de estos dos caminos, o por los dos, solucionaríamos el
problema y tendríamos profesores con la calidad de los profesores de
Finlandia y estudiantes que tendrían rendimientos similares a los alumnos
finlandeses.
Piscoya intenta coincidir con Lynch, en el sentido de que de todas
maneras la transformación primordial de la educación peruana pasaría
inevitablemente por la eliminación radical del SUTEP; si se tiene en cuenta
que este organismo sindical se opone a la mesiánica solución de la
educación peruana vía impecables concursos de selección de profesores.
Quien no coincida con Lynch podría pasar por defensor del SUTEP y quien
no coincida con Piscoya podría parecer un defensor del statu quo.
Piscoya y Lynch suponen que implementando sus criterios
tendremos ya, inevitablemente, maestros de primera calidad a precio de
cien o 100 euros mensuales, porque según Lynch el problema no es
económico, sino ideológico y político. ¿No sería acertado pensar que el
SUTEP mismo es un síntoma? ¿En un país que arriba al estado de bienestar
o se aproxima a él sería posible la vigencia de sindicatos como SUTEP? En
la España previa a la actual crisis económica global ¿habría tenido algún
éxito un sindicato magisterial como el peruano? ¿Habría tenido adherentes
un sindicato presuntamente marxista-maoista, o algo afín? Habría que
24
Op. Cit., p 23. 25
Op. Cit. P. 24.
hacer otra pregunta, volviendo al Perú, ¿sería posible ver a eminencias
grises sometiéndose a los exámenes de Piscoya por 100 euros al mes?
¿Y si el Perú fuera un país industrializado, con una pujante
burguesía, la clase política, en representación de su empresariado, admitiría
tener la peor educación, poniendo en peligro la hegemonía de sus empresas
que tendrían como soporte el conocimiento de punta?
¿Piscoya y Lynch aceptarían convertirse en los maravillosos
profesores de aula por 100 euros al mes? ¿O creen que pueden encontrar
excelencias académicas que sean al mismo tiempo cándidos profesionales,
por el honor de ser nombrados mediante concurso público incuestionable
en virtudes técnicas y en calidades académicas? ¿Piscoya mismo sería un
adecuado candidato para seleccionar eminencias que no sean simples
profesionales tercermundistas?
¿Creen que los profesionales lúcidos carecen de autoestima o,
en todo caso, de expectativas económicas? ¿O es que el profesor de lógica
tiene en mente la conjetura que a los eminentes educadores les bastaría que
les halaguen adjetivándoles de apósteles de la educación para trabajar por
100 euros al mes?
¿Si Piscoya y Lynch aceptaran tan honoríficos nombramientos,
con 100 euros seguirían manteniendo el estándar académico que ellos
creen tener? No pregunto si lo desearían, ¿podrían lograrlo? ¿O es que
sentirían una presión existencial que los descendería hasta quedar
convertidos, cada uno, en uno más de los profesores peruanos y casi por la
fuerza de alguna invisible ley social llevada a militar y quizá hasta intentar
posición de dominio en el SUTEP? ¿Podemos tener la absoluta certeza de
que no terminarían pregonando la lucha armada?
Piscoya, el profesor de Lógica, piensa atraer masas de sabios
de 100 euros al mes, gracias a exámenes en los que se superarían criterios
gerontocráticos, pedagogistas, quitando poder a los funcionarios de las
UGEL, a los partidos políticos, a los parlamentarios, a los sindicatos de
profesores, a los curas y a los chantajistas sexuales. ¿Piensa o más bien
sueña? Claro que hay también lógica en el contexto de los sueños, como los
hay en el de las novelas.
¿Cuántos sabios y genios supone Piscoya que están dispuestos
a trabajar en el magisterio por 100 euros al mes o por 400? A Piscoya le
gusta la estadística, por tanto entiende de correlaciones, ¿o cree que las
variables ―calidad profesional‖ y ―expectativas económicas‖ son
definitivamente independientes? ¿O acaso piensa que debe haber equidad
en los exámenes pero no en las remuneraciones? Interesante manera de
hacernos saber cómo razona un profesor de lógica. ¿No será que en la
mente del profesor de lógica se confunden los conceptos ―pensar‖ y
―desear‖, tanto como ―pensar‖ y soñar?
Lo que Piscoya y Lynch no quieren ver
Piscoya es profesor de Lógica y epistemología y Lynch se
desempeña como profesor de Sociología. Ambos en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, la más antigua de América, aunque
Piscoya no cree en méritos gerontocráticos, como hemos visto. Llama
poderosamente la atención que los dos coincidan en no tomar en cuenta
algo tan evidente, cómo que el factor económico juega un rol fundamental
en la educación. Piscoya es de aquellos profesionales que considera que la
epistemología casi produce milagros en el cerebro de la gente y él se cree
no solamente epistemólogo sino un gran epistemólogo. ¿Por qué no acepta,
entonces, que el problema es más profundo, que existen otras variables que
determinan la diferencia cultural entre nuestros educandos y los que viven
en los países del primer y segundo mundo?
Los estudiantes del segundo y primer mundo tienen ventajas
comparativas para aprender más y mejor que los estudiantes del tercer
mundo, como lo he expuesto en la parte introductoria de esta ponencia.
Aquí en nuestro país tenemos no solamente maestros sutepistas
frustrados, sino educadores frustrados en todos los niveles. Es muy
difundida la versión de que Piscoya tiene una autoimagen
sobredimensionada como profesional. ¿En qué librería importante, fuera
del Perú, podemos encontrar un libro suyo, aunque fuera uno solo?
Lamentablemente ni las librerías peruanas venden sus libros. Piscoya
funciona como autor, editor y canillita de sus libros. Y no es porque no sea
inteligente ni le falte ganas de escribir un buen libro, sucede que tiene que
ganarse la vida dictando cursos en cuanta universidad se le abre un camino,
porque el sueldo miserable que paga el Estado no le alcanza para vivir
como ciudadano de clase media. Eso es también frustración. ¿Realmente
alcanzará el status del profesional de clase media? De tanto trabajar quizá
su sueldo se acerque al que ganan los profesionales que tienen un solo
empleo, que trabajan, solamente lo necesario. De tanto trabajar no parecería
ya un ciudadano de clase media, sino algo menos. En ese contexto sólo la
vanidad puede llevar a ver en los sutepistas, algo así como unos miserables
y no ver la paja en el propio ojo.
Educación, meritocracia y valor agregado
Piscoya y Lynch se presentan como abanderados de la
educación meritocrática. ¿Qué entienden por meritocracia? Este concepto
se vuelve —luego de ver cómo argumentan— en un concepto totalmente
ambiguo, polisémico, arbitrario, o por decir lo menos, relativo.
¿Meritocracia en el contexto de un mundo moderno, con una economía
moderna, o en el contexto de un mundo arcaico, al que dicen combatir?
Cuando Lynch fue ministro de Educación el sueldo de los profesores fue de
unos 100 euros al mes, un haber que mantiene a los educadores peruanos
en la precariedad absoluta. Es el haber inferior al que percibían, como él
mismo lo ha reconocido, la sexta parte, de lo que ganaban los educadores
en el contexto de una primitiva sociedad semifeudal, con predominio de un
mundo agropecuario artesanal en lo productivo y de le existencia del
gamonalismo, vale decir, del feudalismo andino, superado hace mucho
tiempo en los países modernos, por lo cual son, precisamente modernos.
El magisterio formado para educar en el Perú hasta 1965
correspondía al criterio de educar en un escenario con una población que en
un 70% era campesina, agrícola primitiva y artesanal. Se debía educar a esa
población para que no fuera analfabeta, lo cual implicaba aprender a leer en
el primer nivel, del que habla PISA y saber graficar su firma.
En esa época no se hablaba de meritocracia en la selección de
maestros y ellos ganaban seis veces lo que el Estado peruano paga hoy a
los educadores del mismo nivel, proporción que ganan también ahora los
catedráticos, incluyendo a Piscoya y Lynch. ¿Puede haber política
educativa meritocrática, con la reducción paulatina de los haberes?
El presidente Toledo destituyó a Lynch del Ministerio de
Educación y luego duplicó los magros haberes de los maestros, con lo cual
ni siquiera se equiparó los sueldos que tenían los preceptores hasta 1965,
pero fue una interesante señal, aunque para Alan García, a favor de cuya
campaña se unió Lynch en contra del magisterio sostuvo que al haber
mejorado en el algo el haber de los maestros, su predecesor le había dejado
sobrecostos y bombas de tiempo.
Por meritocracia hoy, en la era del conocimiento y de la
globalización, hay que entender la formación de educadores compatibles
con las necesidades científicas, técnicas y económicas de la hora actual,
con las tendencias hacia la revolución permanente en esos tres campos. Eso
se traduce en el incremento de la productividad, a diferencia de mantener
una economía basada en la exportación de minerales y otras materias
primas. La economía moderna se caracteriza por el alto contenido de valor
agregado, vale decir, de conocimiento, y no en una economía basada en la
extracción de recursos naturales y en el uso de la fuerza física de los
hombres, como si fuesen animales. La actual se caracteriza por la
sustitución de la fuerza física por la mental, que no es otra cosa que en la
revaloración de la educación. Eso implica, obviamente, el reconocimiento
del factor mental. Si no nos ubicamos en el contexto del mundo actual, en
sus logros, que son los logros del conocimientos y, por la tanto, de la
educación ¿de qué ―meritocracia‖ hablamos? Son, por tanto, inseparables,
las variables de educación y economía del conocimiento. La educación
produce conocimiento, dice como aplicarlo, se traduce en economía y ésta
en capacidad adquisitiva, o sea en altos salarios. Así funciona el mundo
moderno, dejando de lado triviales lamentos de monjerío, como
―exclusión‖ y conceptos afines, que suenan a lástima, caridad y Medioevo.
En resumen, Lynch supone que bastaría que desapareciera el
Sindicato Único de la Educación Peruana, SUTEP, para que mágicamente
el Perú tenga educación moderna, tan competitiva como las mejores del
mundo. En cambio Piscoya plantea que la solución radica en seleccionar
profesores mediante rigurosos concursos. Da por hecho que profesionales
altamente calificados existen en el país y que todo depende de tomar la
decisión. Piscoya no piensa que esos brillantes profesionales si acaso
existen en el mercado tendrían sus pretensiones en cuanto a salarios.
Cuando Piscoya y Lynch escribieron, el primero un libro y el segundo un
folleto, los educadores de los niveles primarios y secundarios, así como
también los de inicial, tenían sueldos que entonces no superan los
doscientos dólares. Con el aumento que realizó el Presidente Alejandro
Toledo y la revaluación que viene experimentando la moneda peruana, en
la actualidad los sueldos de los referidos educadores se aproximan a los
quinientos dólares. Pero, hay que considerar que el alquilar de un
departamento —o piso como lo denominan en España—, nada especial,
con los servicios básicos en urbanizaciones de clase C, no cuesta menos de
cuatrocientos dólares. Claro que antes del ya mencionado aumento y el
incremento de la capacidad adquisitiva de la moneda peruana, fue
tremendamente utópico pensar en grandes profesionales, por muy
“meritorios” que sean los concursos. Pero lo menos sensato resulta la
propuesta de Lynch de no hacer ni el menor aumento si es que previamente
no se aniquila al SUTEP. Y más sorprende propuesta aun si consideramos
que estos primeros días del mes de agosto del año 2012, a ocho de la
publicación de la propuesta de Lynch, la ministra de Educación, Dra.
Salas, anuncia que está en marcha una nueva Ley de Educación, en la que
se contempla al SUTEP como parte de los jurados de selección de
profesores. Lynch y la ministra Salas pertenecen al mismo partido político
que gobierna actualmente el Perú, con la presidencia del comandante
Ollanta Humala Tasso.
Expertos alucinantes, ¿ono?