LA DANZA EN EL PROCESO DE CRECIMIENTO DEL SER HUMANOHelena Ortiz Cassaigne

Desde hace 15 años, inicié un proyecto de danza terapéutica como parte de mi labor como maestra de danza, con el objetivo de promover la salud integral de las personas, asumiendo que la expresión de las emociones y sentimientos a través del movimiento es un proceso subjetivo, único e irrepetible para cada individuo. En este sentido toda persona tiene una capacidad artística innata que puede desarrollar con o sin las técnicas que provee la danza.

Mi intención fue integrar la psicología a la expresión corporal artística y de esta conjunción, ha resultado un programa de danza terapéutica dirigida a cualquier persona interesada en su desarrollo físico, psicológico y espiritual. El programa podría estar inmerso dentro de las terapias corporales humanistas, las cuales se caracterizan involucrar los procesos corporales en un marco terapéutico que provee un ambiente de sumo respeto, confianza, aceptación incondicional y congruencia por parte del terapeuta, quien, a su vez, sigue el ritmo de la persona; es decir no fuerza al individuo a realizar ningún movimiento que no esté en el marco de referencia individual. Es un proceso con una ética estricta en la que el terapeuta establece el contacto físico, sólo con el consenso explícito y acordado previamente con la persona o grupo involucrado.

El trabajo de danza terapéutica puede ir dirigido a los niños, adolescentes y adultos, siendo esta estrategia de fácil aceptación por constituir un ingrediente activo, dinámico y con un toque divertido.

BENEFICIOS DE LA DANZA

La danza terapéutica aporta múltiples beneficios a la persona, entre ellos podemos enunciar los siguientes:

Brinda mayor seguridad. Favorece la re-elección de la espontaneidad Mejora la psicomotricidad en niños Ayuda a los niños hiperactivos a autocontrolarse sin perder su espontaneidad Permite la evolución dinámica de músculos y huesos en niños con algún trastorno del

desarrollo Mejora el aprendizaje Promueve la socialización en niños, adolescentes y adultos Mejora el manejo de las situaciones de la vida cotidiana. Promueve reencontrarse con la espontaneidad de la belleza y encanto femenino. Libera las energías estancadas en la parte baja del cuerpo: elimina los bloqueos sexuales

y actúa como un método preventivo de dolencias generadas en los ovarios y en la región lumbar.

Constituye un ejercicio cardiovascular integral: pone a trabajar todas las partes del cuerpoaumentando así la flexibilidad, coordinación y tonificación.

Flexibiliza el vientre y las caderas favoreciendo la posibilidad de tener un parto menos doloroso

Libera el estrés. Desbloquea la rigidez física, emocional, mental y espiritual. Equilibra los hemisferios cerebrales. Promueve la pérdida de peso. Favorece la tonificación muscular. Se trabajan músculos que normalmente no se utilizan. Conexión con el cuerpo a través del movimiento Estimula una vida con más feminidad, creatividad, belleza, encanto,

sensualidad y elegancia en las mujeres. Promueve la sensibilidad y la expresión artística

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En el proceso de danza terapéutica es necesario que el terapeuta asuma una actitud de empatía con el mundo interno del otro, muestre flexibilidad (tanto física como de criterio), espontaneidad, agilidad, disposición a la contención de sentimientos y explosiones emocionales, conocimiento de su cuerpo y aceptación incondicional hacia la experiencia de la persona que danza.

La empatía es necesaria ya que las experiencias emocionales y físicas no resueltas quedan plasmadas, latentes en el cuerpo hasta que emergen a la conciencia. La actitud del terapeuta que invita a re-experimentar al cuerpo a través de movimientos, sonidos, relajación, y técnicas de respiración, implica un “estar con el otro” en el surgimiento de historias, sentimientos y creencias que están profundamente enraizadas en el individuo.

Por otra parte, en la integración de la terapia corporal es importante reconocer los aspectos etiológicos que encaminan al individuo a bloquear su desarrollo natural y que, inmerso en una coraza caracteriológica (en términos de Wilhem Reich, precursor de la terapia corporal) detiene su potencial y entra en un marco de sufrimiento derivado de la interacción disfuncional con los demás y con su propio ser.

En bioenergética, que es la técnica estructurada por Alexander Lowen, discípulo de Reich, los distintos tipos de defensa tienen el título común de ESTRUCTURAS DEL CARÁCTER las cuales son:

Estructura esquizoide. El factor etiológico es el rechazo de la propia existencia.

Estructura oral. La necesidad de nutrición física y emocional quedó trunca quedando el factor etiológico centrado en la nutrición.

Estructura masoquista. En esta estructura el factor principal etiológico es la negación de las necesidades individuales y por tanto el sufrimiento de la humillación ante la expresión de la necesidad.

Estructura psicopática. El factor etiológico preponderante es la traición del amor infantil y la manipulación del amor.

Estructura rígida. La negación de la sexualidad infantil es el factor etiológico de esta estructura.

El carácter es el patrón fijo de conducta, la manera especial en que el individuo administra su búsqueda de placer, y este placer no es más que el encuentro con el potencial humano con una tendencia actualizante, libre para expresarse y dar las herramientas a la persona, para trascender y trascenderse (Lowen, 1999). El patrón, esta estructurado en el cuerpo en forma de tensiones musculares crónicas y generalmente inconcientes, que bloquean o limitan los impulsos hacia fuera. El carácter es, además, una actitud psíquica, protegida por un sistema de negaciones, proyecciones, racionalizaciones y polarizada hacia un ego ideal que afirma su valor.

Estos patrones se instalan en la niñez a través de los mandatos y formas educativas de los miembros del entorno, sobre el niño.

Pongamos un ejemplo simple y lineal: Un niño que se asusta y el padre le grita “No llores los hombres no lloran”; el niño habrá contenido su aliento y generado una tensión en los hombros. Si esta demanda es repetida, el individuo generará un bloqueo en los hombros cada vez que sienta miedo. Psicológicamente, el rechazo a la expresión de sus sentimientos genuinos queda estancado en una parte de su cuerpo.

Al dar movimiento y expresión a los patrones que bloquean la energía natural, a través de la danza, el individuo resignifica su experiencia corporal y da un nuevo cauce a su energía vital.

Para cada pauta caracterológica, mostrada por la persona, existen diversos ejercicios corporales (Lowen, 2000) que, traducidos en una danza, no sólo posibilitan el desvanecimiento de la coraza

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muscular que se genera en cada estructura, sino que también, entramos a un espacio psíquico de experiencias y actitudes grabadas en la persona que, al hacerse concientes, liberará toda la energía contenida, la que ocasionaba síntomas físicos o patrones de relación disfuncionales.

¡Parece tan sencillo y a la vez no lo es! Para aplicar un proceso corporal basado en la danza que establezca el ambiente de confianza psicológica para la expresión de los más profundos significados y sentimientos de la persona, el terapeuta-artista deberá conocer el fundamento teórico-metodológico tanto de la psicoterapia corporal como de las actitudes que promueven el espacio de expresión.

Para Joseph Zinker, terapeuta gestalt sumamente interesado en la expresión artística, el artista es toda aquella persona que ingresa en un proceso creativo de indole indistinto (no sólo los escultores reconocidos son artistas); en este sentido toda persona es capaz de crear, desde su propio cuerpo. En este proceso integrativo se trabaja con el movimiento, la expresión de sentimientos y con la significación cognitiva de la experiencia. Esta integración es lo que hace de la danza, un proceso terapéutico de crecimiento y valoración de la potencialidad de la persona.

TU ERES TU CUERPO

El cuerpo revela la actitud, su estilo individual, refleja sus procesos psicológicos internos y los conflictos inconscientes de la personalidad. Lo que más abunda es el conflicto entre las necesidades y demandas no atendidas de la infancia y los deseos y tendencias del adulto.

La edad adulta requiere que el individuo sea independiente (que se sostenga por su propio pie) y que asuma la responsabilidad de satisfacer sus necesidades y deseos. Pero, en las personas que padecen este conflicto interno, el esfuerzo por ser independientes, y responsables, se va debilitado y minado como consecuencia de sus deseos de ser mimado y atendido. El resultado es una imagen compleja, tanto física como psicológicamente. Los aspectos infantiles pueden observarse en unas manos frágiles y delgadas que parecen subdesarrolladas y que carecen del potencial agresivo para alcanzar lo que se desea (oralidad).

En el ejemplo anterior se pueden ver diferentes conflictos, desde la persona que no ha podido expresar libremente su niño juguetón hasta la persona que se somete y sepulta sus experiencias, volviéndose inexpresiva y pasiva.

Mientras más pasa el tiempo y más se utiliza la represión, se van formando capas como anillos que van inmovilizando el espontáneo movimiento de los valores de cada etapa:

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Toda actividad creativa comienza por un movimiento, así el cuerpo empieza a surcar el espacio, a estar en transacción continua con el medio.

De la vitalidad corporal surge la imaginería dejando impresiones en el espacio. Mi cuerpo es una escultura que respira, que rehace el espacio

El pensamiento modula la transformación de las formas en relación con el fondo, las líneas iniciales eran fragmentarias y poco a poco van tornándose en un acto de auto-afirmación.

Mi energía se transforma en un rico y fino tapiz de colores.

Joseph Zinker (1999), Proceso Creativo de la Terapia Gestáltica

En el infante se mueve el amor y el placer En el niño, la creatividad y la imaginación En el muchacho, la diversión y el entretenimiento En el joven, el romance y la aventura En el adulto, la responsabilidad y la realidad.

El crecimiento es el desarrollo y la expansión de la conciencia; cada nivel mencionado representa un sentido nuevo del yo y sus potencialidades, un concepto nuevo no es una unidad separada o aislada de la personalidad sino una función del organismo, un aspecto del cuerpo viviente. Se desarrolla en relación con el crecimiento del cuerpo físico, emocional y psicológico y depende de la experiencia; adquiere profundidad con la adquisición de diversas destrezas; se confirma en la actividad.

La mente ejerce una influencia directiva que fortalece la atención al cuerpo. La fuerza o espíritu vital está en la respiración/la mente y el espíritu están asociados; así, el grado del espíritu de un individuo está determinado por su vivacidad y vibración, es decir por el grado de energía que tenga, manifestada por la auto-expresión.

Las ideas principales de Lowen, en función de la personalidad reflejada como un todo en el cuerpo y su actitud, aporta un análisis detallado de la bioenergética: de la vida.

La vida del cuerpo es el sentimiento, sentirse lleno de vida, vibrante, sano, dinámico, irritado, triste, alegre o satisfecho. En la falta de sentimientos existe una confusión emocional que induce a la gente a buscar alternativas para curarse. La bioenergética proporciona ejercicios de recuperación de energía vital que un deportista no tendría por estar fuera de su conexión psicológica.

BIOENERGÉTICA+MOVIMIENTOS EXPRESIVOS+CREATIVIDAD+ DESEO DE FELICIDAD= DANZA TERAPÉTICA

Cabe mencionar que la Danza en todas las culturas ha sido un método de sanación y de acercamiento con Dios. En la antigüedad mexicana las danzas representaban el contacto con el Universo:

A través de la danza creamos energías y formamos contacto con el universo circundante, con los elementos de la naturaleza (el agua, el fuego, el aire y la tierra), con nuestros seres de luz, con todo el respeto y la fe de lo que cada uno busca y le da una intención a su propia danza. Algunas de las danzas mesoamericanas han sido para la concepción y fecundidad, para la vida, para la cosecha, para la fertilidad, para la lluvia, para la preparación a la guerra, para la guerra propiamente, para anunciar victoria, para reconocer la derrota, para la muerte y para la transformación.

Es por ello que la danza resulta significativa para el proceso terapéutico y que la esencia de la terapia versa sobre el amor. El corazón es el órgano más sensible del cuerpo, nuestra vida depende de su actividad rítmica y constante. Cuando el corazón cambia de ritmo se experimenta una gran ansiedad la cual el individuo tratará de sobreponer defendiendo a su corazón. La liberación artística proporciona una herramienta muy poderosa de autoconocimiento y trascendencia.

Una Metodología de Danza Terapéutica:

El terapeuta de danza posee un manejo de las sesiones que proviene de una metodología sistemática que da dirección y congruencia al proceso. Los pasos que en mi punto de vista podemos seguir como terapeutas de la danza son:

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• Etapa 1: Detectar los sentimientos de la persona. El terapeuta actúa como un facilitador de la expresión de una situación o aspecto psicológico a trabajar y los sentimientos que esto conlleva. En esta etapa el facilitador establece un diálogo existencial con el otro, en un encuentro de confianza y apertura. Es importante mencionar que el encuentro terapéutico deberá ser acompañando la experiencia del otro desde su propio marco de referencia, con empatía, congruencia y aceptación incondicional.

Pongamos unos ejemplos:

Una madre que requiere poner límites: “Tú te sientes incómoda cuando tus hijos traspasan los límites que estableces en casa. Me imagino que esta incomodidad la sientes en alguna parte de tu cuerpo”.

(Escucha la respuesta con atención y empatía)

“Yo te veo con los hombros hacia arriba y con la mandíbula apretada, me gustaría que me compartieras cómo te sientes”.

Un niño que tiene problemas de relación con los compañeros: “Me imagino que cuando los compañeros de tu clase no te hablan tú te sientes rechazado”.

El terapeuta de danza trabaja alentando la comunicación corporal: Si tu cuerpo pudiera hablar ¿qué diría?”

Compartiendo en proximidad: “Los sentimientos que tú me expresas son muy profundos, yo me siento conmovido con tu experiencia”.

Fomentando la conciencia de las incongruencias: “Yo te veo sonriendo cuando hablas de tu dolor, me gustaría que me compartieras cómo es tu experiencia interna de tu dolor, tal vez si cierras tus ojos y sientes tu cuerpo mientras respiras”.

Haciendo una síntesis de la experiencia: “Me has hablado de tu incomodidad que se instala en tu mandíbula, te sientes cansada y enojada, sabes que debes hacer algo diferente pero me dices que no sabes cómo empezar a hacer los cambios”.

Invitando a la experiencia de expresión: “Me gustaría invitarte a mover la energía de tus sentimientos con un poco de danza. ¿Te gustaría?”

En esta etapa se puede también invitar a la expresión por medio de una canción significativa para la persona, esta técnica es muy útil sobre todo con los niños para quienes el diálogo puede resultar árido y sin sentido. Podemos aplicar elementos alternativos para sacar a la luz la experiencia que se quiere explorar. En una ocasión trabajando con Alberto, un pre-adolescente que no quería hablar ni establecer contacto ocular conmigo, le transmití un fragmento de la película de un niño robot que empezaba a programarse como humano y en sus intentos conductuales comenzó a sentirse como humano (la película es la de Inteligencia Artificial). Este fragmento lo conmovió y lo motivó para platicarme que se sentía aislado y excluido por sus padres, después de haber muerto un hermanito suyo. Cabe anotar que esta información yo no la tenía previamente, los padres no la compartieron conmigo en la sesión de entrevista previa. Me conecté con él y sus sentimientos bailando al ritmo de su canción preferida de Alaska y Dinarama “A quien le importa”, un tema muy enriquecedor y apropiado en este contexto. Después de esa sesión Alberto y yo compartíamos diferentes ritmos musicales y movimientos espectaculares que él aprendía en su escuela y en fiestas de sus compañeros, a través de los cuales él podía “extenderse y expandirse hasta el sol”.

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• Etapa 2. Elaborar, junto con el otro, un tema de la vida cotidiana que requiera resolución. Por ejemplo, la flexibilidad de una madre ante los límites con sus hijos lo que le trae tensión en mandíbula, o el niño que no se relaciona con sus compañeros y presenta tensión muscular en los hombros y manos.

En esta etapa es recomendable establecer un tema de trabajo inicial, siguiendo la experiencia de la persona. Los terapeutas nunca sugerimos un tema. A la experiencia expresada se van proponiendo movimientos que pudieran estar acordes a la experiencia. Por ejemplo la mamá con la tensión en su mandíbula elabora una imagen corporal (digamos que todo su cuerpo esté tenso y con cara de gruñido). Para cada parte del tema se eligen imágenes corporales que se irán hilando en el paso de promoción de la expresión.

• Escoger un espacio saludable. El terapeuta debe ofrecer un salón amplio libre de objetos que pudieran romperse o mobiliario que pudiera lastimar con las orillas.

• Etapa 3. Calentamiento. Después de las etapas anteriores es necesario continuar siempre con un calentamiento corporal, dirigiendo la respiración suave y profunda. Yo ocupo dos formas de calentamiento: una en la que dirijo una rutina de calentamiento muscular iniciando por la cabeza-cuello y terminando en los pies. Esta puede ser una simple rutina de mover cuello lentamente de un lado a otro, abrir boca y cerrarla, subir y bajar hombros, llevar el torso de derecha a izquierda, levantar brazos y bajarlos con fuerza, mover rodillas juntas en círculos de izquierda a derecha y de derecha a izquierda y por último mover tobillos en círculos alternando.

El segundo tipo de calentamiento es una manipulación del cuerpo del otro como si fuera un muñeco de trapo. Muevo el cuerpo desbloqueando las articulaciones de los dedos, muñecas, codos, hombros, cuello, pelvis, rodillas, tobillos y dedos de los pies. Esta manipulación sólo la aplico cuando he logrado establecer un clima de confianza y he obtenido el permiso de otro de ser tocado. En este calentamiento le pido a la persona que focalice su sensación corporal y respire exhalando por la boca.

En esta etapa es necesario dirigir la respiración a fin de que sea profunda y suave, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. La respiración va a ayudar a desbloquear los segmentos corporales y darles expresión; al exhalar por la boca, nos permitirá motivar a la persona a emitir sonidos, los cuales podrán convertirse en palabras con significado para el otro.

Asimismo, los ejercicios propuestos por Lowen son muy útiles en el trabajo de la danza terapéutica y los puede ejercitar la persona en la comodidad de su hogar, por ejemplo:

La práctica de la respiración conciente, con la intención polar y complementaria de ir hacia adentro y al desarrollo espiritual además de ir hacia fuera con creatividad y alegría.

Auto-expresión, dar salida a la vida interna de la persona expresando a través de la exhalación.

Atención a las piernas y a los pies para asentarlos en la tierra. La persona de pie busca en su cuerpo un punto central partiendo de los hombros, que quedan directamente encima del punto céntrico de los pies, y la línea que se forma es un arco perfecto que pasa por el punto central de la articulación de las caderas. En esta postura se logra un perfecto equilibrio. Dinámicamente el cuerpo se tensa y se prepara para la acción, cargándose energéticamente de pies a cabeza, esto es, la excitación que circula a través del cuerpo. Con este ejercicio se logra una sensación de completa integración surgiendo una vibración estimulante. Asimismo se diagnostican las tensiones crónicas de la persona.

En los niños es muy útil promover en los niños la libertad de expresión como programa preventivo de la rigidización de la estructura, es decir, que expresen, que se sientan

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pertenecientes a su sistema corporal a fin de mantener una unicidad del yo y de la individualidad.

• Etapa 4. La danza propiamente dicha. Promover la expresión con los elementos vertidos en la etapa dos: ¿qué movimiento harías si tu sentimiento fuera una danza? ¿qué movimientos haces ahora que antes, en tu infancia, no hiciste para alcanzar tu satisfacción. Conjuga los movimientos y dales el ritmo que a ti te parezca adecuado para la expresión de lo que sientes, piensas e imaginas. Esta etapa está compuesta de la sintonización del terapeuta con la persona y la liberación del movimiento.

• Sintonización (el terapeuta se deja llevar en la empatía tonal, es decir, del tono muscular). El terapeuta imita los movimientos y expresa también lo que siente con la danza que los dos llevan, al compás de alguna música elegida por la persona en proceso, o bien, una música sugerida por el terapeuta. La música puede estar presente o no, pero facilita algunos procesos.

• Promover la liberación del movimiento: “Déjate llevar y yo te acompaño”. En este momento el terapeuta y la persona en proceso se permiten mover su cuerpo con libertad y sin dirección del tema; en esta fase puede ocurrir que el individuo descubra otro tema de trabajo o que resuelva el sentimiento originalmente puesto en el diálogo de la etapa primera. Cuando esto sucede, es muy grato observar a la persona cambiando en su estructura. Los niños que logran expresarse sin limitaciones cambian su color de piel, su sonrisa se asoma y los gritos que no harían en un contexto familiar se oyen hasta la acera de enfrente. Esta situación casi catártica permite la liberación de energía y el flujo natural del potencial de la persona.

• Etapa 5. Procesamiento e integración a través del dialogo, con empatía, aceptación y

congruencia. Esta etapa es más común utilizarla con adultos y con algunos adolescentes. Con los niños, el diálogo parece no ser tan importante como lo expresado en movimiento. Sin embargo, para que el proceso sea terapéutico y deje en la persona un aprendizaje es importante recurrir al lenguaje, ponerle palabras a lo que experimentaron para que la persona decida si en su vida cotidiana, fuera del consultorio, puede hacer cambios desde su corporalidad asumiendo que dichos cambios promoverán cambios en su entorno.

Algunas frases para facilitar el procesamiento son:

“¿Qué aprendes de ti mismo en el movimiento que realizaste?”

“¿Cómo te percibes después de experimentar tu cuerpo en movimiento?”

“¡Ponle un título a tu danza!”

Por último me gustaría añadir que, en la danza terapéutica no hay malos o movimientos erróneos y ésta técnica puede ser aplicada a los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores que desean expandirse en la luminosidad de su ser.

Las personas interesadas pueden encontrar materiales valiosos en los videos de Gabrielle Roth, en el libro del Proceso Creativo de la Terapia Gestáltica de Joseph Zinker y en los trabajos de Tina Stromsted.

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BIBLIOGRAFÍA

EAGAN, G (1977) Manual del Orientador Experto. Manual Moderno, México.LOWEN, A (1999) Bioenergética. Editorial Diana, México. LOWEN, A (2000) Ejercicios Bioenergéticos. Editorial Sirio, México.ORTIZ, H (2005) Danza terapéutica. En la Jornada de Psicología Humanista, Colegio de Especialidades Psicoterapéuticas, México. Inédito. ZINKER, J (1999) El proceso creativo de la terapia gestáltica. Ed. Paidós, México.

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