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469 No es nuevo, repetidas veces en nombre de la crisis del petróleo hemos sido engañados. Esta vez, ¿de qué se trata? El 2 de agosto los media empiezan a bombardeamos con la noticia de la invasión de Kuwait por Irak, y de la respuesta USA-occidental del embargo y de la guerra. El petróleo sube para bien de los siete grandes, de los países productores y de la banca; para mayor endeu- damiento de los países ya endeudados; y para mal de todos los currantes al ponerse en marcha políticas económicas restrictivas en los respectivos países. El cinismo del lenguaje está a la altura de las circunstancias: unos cerrando filas contra la invasión bélica cuando habían cubierto a Sadam de armas para contener a Irán y habían contemplado benévolamente todas sus matanzas; otros llamando a la guerra santa para defender sus intereses oligarcas; otros denunciando la guerra en nombre de la paz disimulando precisamente que la guerra es esta paz, queriendo siempre remendar este sistema basado en el trabajo asalariado pero sin suprimirlo. Y los de siempre viendo aumentadas las cotas de explotación y sometimiento y encima queriéndonos intere- sar en el asunto, tomar partido en esta guerra. Tras la reincorporación de los países del Este preocupa asegurar el control de los territorios ricos en materias primas para afrontar con seguridad y bajos precios el reto de la puesta en marcha de los nuevos mercados. El líder de esta operación (USA), ante la crisis económica interna (fuerte recesión durante los meses anterio- res a la invasión de Kuwait por Irán) y la necesidad de afianzarse como tal frente a otros candidatos (Japón, RDA,) inicia una huída hacia adelante basada en tres patas: 1) aplaza la lucha financiera con Japón especial- N uestra obstinación en pensar otro mundo y en rechazar éste, no procede de ninguna nostalgia para recuperar un pasado, sino sim- plemente que el mundo actual nos parece cada vez más inaceptable, más infame. No queremos participar en remendar un sistema que hace imposible la vida, gene- ralizando la muerte. Ésta, por hambre, guerra, repre- sión o hastío, constituye el acontecer diario y el horizonte inmediato para la mayoría de los hombres y mujeres del planeta, en beneficio sólo de unos cuantos. En estas páginas recogemos informaciones y reflexio- nes sobre la crisis de este sistema: LA CRISIS Y EL GOLFO; LOS AÑOS DEL DECLIVE DE LOS EEUU, y sobre distintas manifestaciones de su rechazo: LA BATALLA DEL BESÓS; CO- RRESPONDENCIA sobre la actual depresión en USA, sobre luchas en Francia y Grecia; y otros mate- riales que a lo largo de estos últimos meses HEMOS RECIBIDO. Etcétera. Barcelona, enero 1991 La crisis y el Golfo

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Page 1: La crisis y el Golfo · RDA,) inicia una huída hacia adelante basada en tres patas: 1) aplaza la lucha financiera con Japón especial-N uestra obstinación en pensar otro mundo y

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No es nuevo, repetidas veces en nombre de la crisis del petróleo hemos sido engañados. Esta vez, ¿de qué setrata?

El 2 de agosto los media empiezan a bombardeamos con la noticia de la invasión de Kuwait por Irak, y de larespuesta USA-occidental del embargo y de la guerra.

El petróleo sube para bien de los siete grandes, de los países productores y de la banca; para mayor endeu-damiento de los países ya endeudados; y para mal de todos los currantes al ponerse en marcha políticaseconómicas restrictivas en los respectivos países.

El cinismo del lenguaje está a la altura de las circunstancias: unos cerrando filas contra la invasión bélicacuando habían cubierto a Sadam de armas para contener a Irán y habían contemplado benévolamente todassus matanzas; otros llamando a la guerra santa para defender sus intereses oligarcas; otros denunciando laguerra en nombre de la paz disimulando precisamente que la guerra es esta paz, queriendo siempre remendareste sistema basado en el trabajo asalariado pero sin suprimirlo.

Y los de siempre viendo aumentadas las cotas de explotación y sometimiento y encima queriéndonos intere-sar en el asunto, tomar partido en esta guerra.

Tras la reincorporación de los países del Este preocupa asegurar el control de los territorios ricos en materiasprimas para afrontar con seguridad y bajos precios el reto de la puesta en marcha de los nuevos mercados.

El líder de esta operación (USA), ante la crisis económica interna (fuerte recesión durante los meses anterio-res a la invasión de Kuwait por Irán) y la necesidad de afianzarse como tal frente a otros candidatos (Japón,RDA,) inicia una huída hacia adelante basada en tres patas: 1) aplaza la lucha financiera con Japón especial-

Nuestra obstinación en pensar otro mundo y en rechazar éste, no procede de ninguna

nostalgia para recuperar un pasado, sino sim-plemente que el mundo actual nos parece cada vez másinaceptable, más infame. No queremos participar enremendar un sistema que hace imposible la vida, gene-ralizando la muerte. Ésta, por hambre, guerra, repre-sión o hastío, constituye el acontecer diario y el horizonteinmediato para la mayoría de los hombres y mujeres delplaneta, en beneficio sólo de unos cuantos.

En estas páginas recogemos informaciones y reflexio-nes sobre la crisis de este sistema: LA CRISIS Y ELGOLFO; LOS AÑOS DEL DECLIVE DELOS EEUU, y sobre distintas manifestaciones de surechazo: LA BATALLA DEL BESÓS; CO-RRESPONDENCIA sobre la actual depresión enUSA, sobre luchas en Francia y Grecia; y otros mate-riales que a lo largo de estos últimos meses HEMOSRECIBIDO.

Etcétera. Barcelona, enero 1991

La crisis y el Golfo

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mente; 2) abre una esperanza a su debilitada balanzade pagos con las perspectivas que esta nueva guerraofrece a las industrias de armamento y tecnologíapunta; 3) corresponsabiliza en la financiación de laguerra a los demás socios (desde Japón a Argentina) yse produce un efecto de restricciones inmediatas enpolítica económica de estado de bienestar, a la vezque se baja aún más el rasero de las ayudas al Este.

El desgaste del papel jugado por Israel como gen-darme Usa en Oriente, la existencia de un fuerte ejér-cito en manos de Saddam Husein, la necesidad deneutralizar el poder del ganador en la guerra Irán-Irak,aconsejan forzar una justificación para imponer lapresencia militar en la zona.

La situación de endeudamiento de Irak debido a ladisminución continuada del precio del petróleo, la si-tuación de crisis que representa la vuelta del ejércitofinalizada la guerra con Irán, la instrumentalizacióndel islamismo como arma de legitimación y expan-sión del poder por parte de Saddam, todos estos ele-mentos hacen que Saddam se decida por una acciónexpansionista en la zona, con la creencia o el equívo-co mantenido por USA de su no ingerencia.

Y en medio de todo ello el fenómeno del Islam,utilizado por uno y otros. Por occidente, porque ha-biendo considerado siempre lo distinto como arcaicoy «atrasado», tiene ahora la oportunidad de publicitaruna Nueva Cruzada desde su fundamentalismo de-mocrático. Por parte de Irak, instrumentalizando unsentimiento religioso que tiene hoy millones de cre-yentes en la zona, con ánimo de erigirse en su líderpolítico-religioso.

Para occidente se trata de dar un paso más en elproceso de uniformización cultural. Para los árabesse trata de oponer resistencia a esta colonización, opo-niendo un cada vez mayor radicalismo religioso, difí-cil de digerir por la cultura europea. No olvidemosque el Islam es a la vez religión, ley, moral, estilo devida, cultura y, por supuesto, una fórmula político-militar llegado el caso.

Su escenificación

La marcha de la economía capitalista –una vez consta-tada la insolvencia de los países deudores (sobre todoAmérica latina)– ha comenzado desde hace unos añosa dar síntomas de estancamiento. La «locomotora»mundial USA, ha ido acumulando durante la década delos 80 una enorme deuda exterior, deuda que aunqueno podamos medir con el mismo rasero que el de losdemás países endeudados, dada la posibilidad que tieneUSA de financiar sus desequilibrios en su propia mo-neda (su divisa es el medio de pago internacional, USAemite liquidez mundial en función de sus intereses y enmedida de sus intereses), sí que refleja la crisis econó-mica y social que dio lugar a la era Reagan.

La CEE, por su parte se encuentra a las puertas delmercado único, al tiempo que se agravan los proble-mas en torno a quién será el país hegemónico en lanueva Europa. Entre tanto Japón continua poniendoen práctica una política agresiva de penetración tec-nológica y financiera en la CEE y USA.

Por otro lado, la reestructuración industrial que si-guió a la crisis del petróleo 1974 y que al fin de ladécada de los 80 arrojó una importante tasa de acu-mulación de capital en los países desarrollados, tuvouno de sus pilares en la baja cotización del precio delcrudo en los mercados internacionales. En este senti-do, la OPEP se resquebrajó bien pronto, establecién-dose un frente pro-occidental (Arabia Saudí, EmiratosÁrabes Unidos, Kuwait, Qatar,) totalmente sometidoa los dictados de las compañías distribuidoras frente alos países que pretendían utilizar el recurso del petró-leo para iniciar un proceso de desarrollo «autónomo»(Argelia, Libia, Irán).

En cualquier caso, a pesar de la finalización de laguerra Irán-Irak, el peligro iraní continúa cerniéndo-se sobre el Mar Rojo, con el consiguiente potencialdesestabilizador para la zona geográfica que concen-tra a los principales abastecedores del mercado mun-dial del petróleo. Oriente Medio, es además una zonaque, amén de representar un importante valor estra-tégico (petróleo) mantiene desde hace décadas unaelevada inestabilidad política (Líbano, Palestina). Así,una vez desaparece el peligro «rojo», el foco de aten-ción desde el punto de vista militar pasa a ser el OrienteMedio. De hecho, para EEUU, la invasión de Kuwaitle brinda una oportunidad inmejorable para su inter-vención y la imposición de la ‘pax americana’ en elGolfo Pérsico. La implantación del resto de poten-cias occidentales, incluida la ridícula comparsa espa-ñola, hay que explicársela como un acto de «solidari-dad» entre el conjunto de países que definen el cadavez más claro «espacio económico occidental» frenteal sabotaje de las potencias periféricas (que, entre otrasmedidas, pretenden hacer subir el precio del petró-leo). Pero se trata de una solidaridad obligada por lascircunstancias, ya que dejar solo a los EEUU, supon-dría para los europeos capitalistas dejar el petróleo enmanos de un aliado militar (OTAN), pero de un com-petidor en el terreno económico. Por eso, hay algomás que espectáculo en la propuesta de paz anuncia-da por Mitterrand, por ejemplo, y en su interés pordesmarcarse de los EEUU. Todos coinciden en de-sear el petróleo a bajo precio, pero dejar el control dela zona productora en manos del yanqui, supone parala CEE quedar en una posición dependiente respectoa EEUU, posición que en el futuro podría tenerimplicaciones económicas negativas dentro de la gue-rra comercial que los tres bloques vienen mantenien-do (EEUU, Japón y CEE).

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Además, la rápida intervención americana ha vuel-to a dejar a Japón fuera de juego en lo que respecta alcontrol político-militar sobre el petróleo –y no hayque olvidar, por otra parte, que Japón es el primeracreedor norteamericano– es decir, tanto como siSaddam Husein fue impulsado por las circunstanciasa la invasión de Kuwait (caída de los precios, crisisinterna después de la guerra con Irán, maquinaria deguerra disponible y tradicional reivindicación sobre elterritorio de Kuwait), como si todo hubiese sido unespectáculo previamente pactado con los USA (que,sin duda, «dejaron hacer» a Saddam el despliegue tác-tico previo a la invasión), el hecho es que la llamadacrisis del Golfo representa una excelente oportuni-dad para que los EEUU recuperen la hegemonía mun-dial. Tanto militar, como indirectamente económica,al tener bajo ‘manu militari’ un producto estratégico.1

A todo ello, se une además, la crisis estructural de lapropia metrópoli. El elemento motor de la economíanorteamericana ha sido hasta el presente la industriabélica, la sobreexplotación de la fuerza de trabajo y lareducción de las prestaciones sociales; es decir, losrasgos distintivos del reaganismo, Pero la economíade guerra, lejos de resolver las contradicciones las re-produce a un nivel superior, como muy bien ha sidodefinido por Mattick. La concentración en la produc-ción de armamento ha llevado a EEUU a distraer gran-des sumas de capital hacia la «producción de desper-dicios», lo que con los años ha repercutido de formanegativa sobre el propio desarrollo tecnológico de lametrópoli. En este sentido, hay que señalar como untópico la transposición mecánica que asocia el desa-rrollo de la tecnología de guerra con el desarrollo tec-nológico en general. De hecho, Japón, que apenas in-vierte en investigación y desarrollo militar, ya ha to-mado la delantera a los EEUU y Europa en la carreratecnológica y, muy especialmente, en la tecnología delos semiconductores (básica en la producción de chipsy toda suerte de artilugios electrónicos ). El valor es-tratégico de la tecnología de los semiconductores pue-de ser la clave de la hegemonía mundial del Japón decara al año 2000. EEUU, asimismo, se encuentra enuna profunda crisis financiera, una incapacidad mani-fiesta para ordenar la economía mundial a partir deuna hegemonía tecnológica, pero con una maquinariade guerra que, como el ejército tardo romano, adquie-re un carácter cada vez más definidamente mercena-rio. El Golfo, pues, representa una baza fundamentalpara que USA haga valer, en un intento de preservarsu preponderancia mundial, el único recurso real deque dispone: el ejército.

El conflicto del Golfo es, en sus orígenes, un pasomás en la permanente marcha hacia el mayor controlque, desde sus más remotos inicios, el capital se veempujado a no detener por mor de sus mismas leyesde mercado. Sin necesidad de acudir a esos remotos

tiempos, baste con recordar la forma, de qué maneray bajo qué acuerdos y con quien se establecieron unasfronteras, unos países artificiales, unos monarcas-estómagos agradecidos y unos vigilantes permanen-tes. En fin, lo de siempre, pero con una especial habi-lidad pues se trataba de territorios muy suculentosdesde la voracidad productivista occidental, no me-nos importantes cara a la seguridad y estrategia de losmilitares y con unas gentes en ellos habituadas a lasumisión y dispersas en infinidad de ideologías.2

Novecientos millones de seres que extendidos porlos cinco continentes, con elevados contingentes hu-manos en la franja desde la URSS hasta África cen-tral, con elevados índices de natalidad, con una po-blación juvenil que alcanza el 60% y quedemográficamente significan una amenaza para elbando occidental. Amenaza que se convierte en his-terismo cuando se constata el hecho de que en lasprincipales metrópolis de Occidente aumenta, año aaño, la población de raíces islámicas (5% en Francia,1’4% en Gran Bretaña, 3’7% en Alemania, 15% enYugoslavia, 1% en Canadá, 1’4% en EEUU). Estapenetración humana procedente del mundo islámico,producto excedentario en el mercado de trabajo occi-dental, es recibida en países como España con malosmodos, es sometida a formas de vida infrahumana,discriminada y empujada a la marginación... y eso quenuestro país es el de menor tasa de inmigraciónislámica de Europa.

Para el bando occidental, la primera crisis del petró-leo fue el mejor pretexto para levantar un muro decontención en el Estado sionista de Israel, imponerun castigo permanente al pueblo palestino -converti-do en símbolo secuestrado por el capital- y poner cotoa las ambiciones del conjunto del pueblo árabe. Asímismo se patrocinaba un largo período de enriqueci-miento a las compañías petrolíferas, garantes deldesarrollismo fordista de los últimos veinte años.

En el plano político-militar, se encarga a la sectamás nazi de Israel la vigilancia ‘in situ’ de los territo-rios, se apoya en caso de inestabilidad entre los árabesa los líderes más moderados y se intenta integrar omantener a raya los brotes de rebeldía que estasinestabilidades producen.

En el plano financiero-estratégico, se refuerza elpapel de los gobiernos títeres (Arabia Saudí,Emiratos...), se incluyen como socios a los jeques quefacilitan el negocio (Kuwait versus KIO) y se vendenarmas a unos y a otros aprovechando la necesidad delos gobiernos árabes de erigirse en líderes del movi-miento de reislamización iniciado en Irán.

Por el lado árabe, la derrota del 67 y la posteriorimposición del gendarme sionista en los territoriospalestinos, significó el fin de los sueños nacionalistasprovinentes de la revuelta argelina y la nasserizaciónegipcia. Posteriormente el posicionamiento de cier-

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tos países árabes a favor de las tesis occidentales en laOPEP y el estallido de la revuelta contra el régimenpro-occidental y desarrollista de Irán, configuró lareaparición del islamismo chiíta como un elementodinamizador del anti-imperialismo latente.

En los años 80, con el mercado del petróleo ya esta-bilizado, se destinarán las energías e inversiones occi-dentales a frenar la oleada anti-imperialista de Irán,cuyo gobierno de Ayatolas, a la vez que se erigía enestandarte del Islam, reprimía a fondo los brotes re-volucionarios de los mudayines. Esta nueva aventuradel capital reportó grandes beneficios económicos ala industria armamentista que, con el pretexto de fre-nar a los Ayatolas, armó hasta los dientes al entoncesamigo Saddam. Finalizada la guerra Irán-Irak, muer-to Jomeini y con la población diezmada y aniquilada,Irak en la persona de su jefe, retoma la bandera delislamismo para imponer un mejor reparto de los be-neficios petrolíferos y dar salida al enorme contingentemilitar acumulado.

Transcurridos siete meses del año 90, en plenas obrasde ampliación del supermercado capitalista tras la ocu-pación del Este, en plena temporada vacacional enEuropa, se difunde la noticia dela invasión de Kuwaitpor parte de Irak.

La reacción occidental, capitaneada por EEUU y se-cundada por todos los demás países de la casa comúndel capital, no se hace esperar. Miles de artefactos béli-cos, cientos de miles de soldados, gran agitación diplo-mática e implantación en los países árabes «amigos» deuna fuerza mundial de ocupación, son algunos de losesfuerzos por la paz que se orquestan bajo el auspiciode la ONU. Simultáneamente la contundente unanimi-dad de los medios de formación de masas justifican lasmedidas para frenar al nuevo Hitler, alertar sobre elfanatismo islámico y defender el sagrado sistema devida americano. Nos dicen que la causa del petróleo eslo racional, mientras que el derecho que algunos árabesse arrogan de mercadear con el producto de su subsueloes una fantasmada irracional que desequilibra la eco-nomía e impulsa el fanatismo religioso.

Frente a un mundo occidental de fundamentalismomonetario, en pleno derrumbe y cierre de la ideologíacomunista, la vuelta a la ley del Corán aparece paramuchas gentes islámicas como el último recurso, unrefugio desde el cual defender su dignidad. El jovenpalestino, sin patria, sin esperanza, sin trabajo es con sukalashnikov o su honda el símbolo aglutinador de unavenganza histórica pendiente. Saddam Husein verdu-go de su propio pueblo, tiene un terreno abonado parala movilización.

Por lo demás, la actual crisis del Golfo es un pretextopara el rearme de la democracia. Lo que de verdad im-porta es que el usuario de automóviles occidental sesienta amenazado por un enemigo exterior y fanático.

Nada se dice en los medios de formación de masas delo que significa el islam, de cuales han sido sus aportesa lo largo de la historia. Especial interés hay por ocultaralgunos aspectos sobre la concepción islámica del tra-bajo, de la dignidad, del ocio, de la medicina, de lasdrogas, del dinero y de la solidaridad que sin ser incom-patibles son quizás de más difícil integración por partede la ideología desarrollista y de despilfarro que hoyimpera en el mundo occidental.

Su función ideológica

En esta escenificación difundida a través de la prensa,radio y TV, concurren todos los elementos en juego,pero debidamente distorsionados para el servicio de lacausa de sus amos. No es tanto la falta de informaciónsino su amalgama lo que produce el interesado resulta-do de la deformación, es decir, su función ideológica.

Son los medios de formación de masas los que rela-tan la invasión de Kuwait por Irak el día 2 de agostocomo insólita e inesperada, abundando en lo sorpren-dente y en lo insostenible de la anexión. Pero son losmismos medios los que informan de que tal invasiónera anunciada y conocida, y ellos mismos nos recuer-dan otras anexiones como la del Panamá por USA ola de la RDA por la RFA.

Son los mismos medios de formación de masas losque presentan a un Husein verdugo que anexionaKuwait como respuesta a su crisis interna derivadadel bajo precio del crudo y de la vuelta del ejércitoacabada la guerra con Irán, y a un Husein víctima delimperialismo y de la necesidad de USA por controlarel petróleo y mantener el liderazgo en su estrategiainter-imperialista contra Europa y Japón.

Son los mismos medios de formación de masas losque presentan el Islam como peligroso por sufundamentalismo reaccionario, intolerante e irracio-nal respecto a la razón occidental (trabajo y consu-mo), y como antídoto conveniente contra el crecientedesenfreno capitalista y contra el eurocentrismo.

No es pues la falta de información de estos mediosde formación de masas sino esta amalgama, esta com-binación interesada de las informaciones fuera de sureferencia histórica y fuera de un punto de vista glo-bal que explique el dinamismo autónomo de la histo-ria como lucha de clases, como enfrentamiento de lalógica de la acumulación de capital con la resistencia aesta explotación, la que da a estos medios su funciónideológica.

Así estos medios han pretendido con talescenificación:

-Acaparar nuestra atención, manteniéndonos en lavaguedad y en la incertidumbre,. más allá de las cosasque realmente pasan y nos pasan. Entretenernos ental maraña para que nos fijemos menos en cosas que

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nos atañen muy de cerca, aspectos de nuestro someti-miento cotidiano. Alejarnos de lo más real –nuestravida misma– para mantenernos en la realidad fabrica-da por los media.

-Hacernos tomar partido y cerrar filas en torno almantenimiento del actual modo de vida (ligada al con-sumo energético actual), por la Democracia contra elIslam (o por el Islam contra Occidente).

La instrumentalización de la «crisis del Golfo», arrojaun importante valor añadido en la medida que contri-buye a llenar el vacío ideológico de los sistemas de-mocráticos capitalistas con una nueva expresión deconsenso: a saber, el que se manifiesta en el respaldotáctico de la ciudadanía ante las iniciativas aceptadaspor sus respectivos gobiernos de enviar tropas a lazona del conflicto.

La repercusión de las consecuencias del bloqueoeconómico a Irak sobre el precio de la gasolina, si-guiendo las maniobras de la más clásica escuela delestraperlismo y la especulación, aparte de arrojar unospingües beneficios a las firmas distribuidoras (o almonopolio estatal como en el caso de la CAMPSAespañola), ha servido para propiciar la aparición deun clima de crisis y de consenso, en la medida que sepresenta a Husein como el causante de atentar contrauna forma de vida que tiene, precisamente, en la or-topedia automovilística el horizonte de su realización.

-Consensuar una mayor tasa de explotación en lospaíses del centro industrial y postindustrial y una ma-yor tasa de represión en las periferias de este mismocentro y en la periferia (tercer mundo endeudado).De momento con la coartada del Golfo se están apli-cando políticas económicas de reducción del gastopúblico y de reducción salarial, aunque el esperadoconsenso no llegue, como es el caso en España, en eltransporte y otros sectores.

-Confundirnos al avanzar otras dicotomías como lade Norte-Sur, Occidente-Islam, como si éstas no es-tuvieran recorridas por la de Capital-Trabajo. El isla-mismo está recorrido por el Capital, y tiene tambiénuna historia capitalista y occidental. Ladescolonización se hace en nombre delos valores propios pero a la vez para al-canzar los valores (de la revolución bur-guesa industrial) de los colonizadores. Setrata hoy de una lucha intercapitalista.

Parece paradójico que los medios másdesarrollados de formación de masassean los que ponen en la palestra, servi-do, amañado y televisado en los hogaresde millones de americanos, europeos, ja-poneses, rusos y australianos (los chinosya tuvieron su ración con lo deTiannamen) un tema tan vetusto comola religión. Pero, se trata, una vez más en

esta larga historia que empuja y lastra a la vez al Capi-tal, de oponer una ideología a otra. Aunque esta otraya no sea más que un amasijo de intereses en torno aldólar y al miedo. Sin embargo, conviene hacer unabuena puesta en escena y enfrentar al ciudadano en-tre el famoso «way of life» y el «chahada» o testimo-nio islámico.

El espectacular tratamiento dado por los ávidos ins-trumentos de propaganda de Occidente a los aconte-cimientos de Kuwait no obedece sólo a la inercia delos llamados medios de comunicación. La crecientedisparidad entre países pobres y ricos (escisión Nor-te-Sur) está contribuyendo a crear nuevos rasgos deidentidad, hábilmente promocionados desde lo me-dios de propaganda (TV, radio, prensa, cine). A la yatradicional miseria nacionalista se han venido a añadirotros rasgos de pertenencia, sobre todo en la decrépi-ta Europa. Un nuevo fetiche amenaza las concien-cias: ser europeos. Hay que cerrar filas y fronterascontra los «otros», que representan una amenaza anuestra confortable comodidad y seguridad. En fin,la tan cacareada muerte de las ideologías hace revivirviejos fantasmas. La cruzada contra el enemigo exte-rior (el «moro») no es sino la proyección de la para-noia europea o, si se prefiere, el último estadio deleuro-centrismo, que en nuestros democráticos paísesse traduce en una sorda xenofobia y en las llamadas«leyes de extranjería».

Etcétera, diciembre 1990

Notas

1. Hablamos de una tendencia en la pérdidade esta hegemonía económica aunque hoy por hoyocupe un primer plano.

En el cuadro vemos a los mayores consorciosdel mundo (en miles de millones de dólares, 1989):

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2. Hemos considerado ilustrativo hacer una incursión enlos orígenes del mensaje religioso e ideológico del Corán. Vercomo Mahoma –personaje víctima de alucinaciones perió-dicas, como santa Teresa de Jesús– va elaborando su ideolo-gía y cómo ésta se va infiltrando en el pueblo árabe. Los pa-sos iniciales parten de una situación geopolítica en la que losárabes sobrevivían en zonas desérticas aprovechando sus ha-bilidades mercantiles, se agrupaban en tribus, adoraban aun montón de dioses y eran despreciados por judíos y cris-tianos, los cuales ya tenían un solo dios, situación muchomás ventajosa para no dispersar los esfuerzos.

Mahoma aparece en el momento histórico del auge delprimer gran comercio internacional que mezclaba a los pue-blos, los hombres y las ideas. Fue cuando se establecieronlas primeras sociedades donde el dinero se convirtió en lamedida de todas las cosas, cuando la economía monetariarompió las fronteras de los grupos étnicos, cuando cada unopodía hacer su propia fortuna, cuando el valor del individuoempezaba a depender del lugar que se hubiera forjado en supropia lucha, cuando empezaba a construirse la idea de quecada uno podía esperar un destino a su propia medida. Pro-fetas como él, algunos años antes habían deplorado el fin delantiguo orden social, donde todos tenían por lo menos susubsistencia asegurada por su grupo. Pero dado los derrote-ros del nuevo mercado empezaban a prometer castigos y pre-mios a los ricos como fórmula para su salvación individual siabrazaban la religión de turno. Con un gran retraso con res-pecto a religiones de este corte, la ola alcanzó a Arabia occi-dental. También allí los hombres se empezaban a preguntarcómo hacer para obtener la salvación.

Mahoma fue elaborando una moral centrada en la sumi-sión. Entre los árabes se admiraba a los hombres arrogan-tes, que no tenían nada, dispuestos a sacrificar vida y ha-cienda por orgullo. A esta ética altanera, Mahoma opuso lapresencia de un solo dios. Ante todo el creyente debía tomarla vida en serio. Todo lo «social» era un culto a dios, nada secensura más que la burla y el descuido, la prodigalidad des-enfrenada debía ser reemplazada por la caridad organizada.

También utilizó el sentimiento de inferioridad del puebloárabe para hacer hablar a Alá en pura lengua árabe y, asíestablecer un elementos de cohesión cultural incipiente, perode enorme valor estratégico en la construcción de cualquierestado que se precie.

En aquellos inicios tampoco le fue fácil a Mahoma con-vencer a todos. Por eso, con sus primeros socios tuvo queorganizarse para la lucha. Así Alá empezó a pensar en tenerun patrimonio, una policía, una organización burocrática. Amedida que las revelaciones convencían a más gente, el pro-feta tuvo más poder y, por consiguiente, fue recompensadocon premios en forma de mujeres y camellos. Este aspectode premio como adelanto en vida del «cuponazo» en el jui-cio final, es una prueba de inteligencia notable para uncamellero que conocía mal y de segunda mano las religionescristiana y judaica. Mahoma, sin necesidad de introducirradicales modificaciones en la tradición de las tribus árabes,fue construyendo el incipiente Estado a medida que la vida,sus intereses particulares primero y los de su comunidad des-pués, le iba planteando nuevos retos. La solidez del régimenprovenía del dominio total de la opinión pública por la ideo-logía musulmana, dominio adquirido parcialmente a travésde las ventajas prácticas y materiales que implicaba la elec-ción de la opción musulmana.

Un ejemplo de ello es la recomendación de trato y contra-to que el Corán establece con las mujeres: Mahoma, al igual

que luchó por imponer un solo dios, se dio cuenta de las enor-mes ventajas que tenía la monogamia ya implantada defini-tivamente –bajo el modelo de sacralización femenina paramejor servicio del patriarca– por las religiones judeo-cris-tianas. Sin embargo, ni sus conciudadanos ni sus propias de-bilidades le permitieron implantar la mujer única. Por unlado, los habitantes de Mecca y Medina se hallaban inmersosen un proceso de acumulación sobre la base del modelo hom-bre-mercader-guerrero-vengador. La tasa de mortalidadmasculina era muy elevada, con las lógicas tasasexcedentarias de viudas y huérfanos. Por otro lado, Mahomacomo buen místico amante de placer no supo renunciar a laprogresiva acumulación de mujeres y a partir de su primerdesliz, Alá titubeó y recomendó casarse con dos, tres o cua-tro mujeres.

A la muerte de Mahoma se planteó a los más lúcidos polí-ticamente de entre sus seguidores el interrogante sobre lacapacidad de subsistencia de la comunidad musulmana, ba-sada en la estrecha relación de una ideología con la estructu-ra de un Estado embrionario. No era difícil prever que lamuerte del profeta liberaría las poderosas tendencias anár-quicas de la sociedad árabe. Las horas posteriores a su muertefueron decisivas. Los consejeros del desaparecido, tras lar-gas discusiones nombraron jefes, aunque evitaron presen-tarlos como tales y, en vez de pompas fúnebres lo enterraronapresuradamente el mismo día. Así evitaron como en el casode las exequias de César, la presencia de Antonio, o comoocurriría algunos siglos más tarde, Stalin utilizando los fu-nerales de Lenin.

Las luchas en nombre de la ortodoxia han sido una cons-tante desde aquel momento. La voluntad de volver a las fuen-tes, a la pureza de la ley islámica, ha tenido no sólo motiva-ciones religiosas sino también rivalidades tribales, étnicas,dinásticas, nacionales e ideológicas, y los vencedores no hanparado de establecer nuevas relaciones de fuerzasgeopolíticas. Así los Chiítas adoptan el legitimismo del Is-lam por oposición a los Sunnitas, quienes a su vez afirmanrespetar la tradición del profeta. Al sunnismo, que se carac-teriza por una voluntad de realismo político, se opone elchiismo, que aparece como una «religión de la pasión y delmisterio». Una de las tendencias a la que ha dado lugar elchiismo es mayoritaria actualmente en Irán e Irak. Preconi-za la taqiyya (disimulo), proclaman que el Imán escondidoaparecerá al fin de los tiempos para inaugurar el reino deAlá.

La libertad de relaciones entre el creyente y dios y la capa-cidad dada a todo musulmán de interpretar el Corán, expli-can, sin duda, la proliferación de tantas tendencias a lo largode la historia.

En el s. XIX surgió la Nahda o renacimiento. Influenciadopor la Revolución Francesa y los saintsimonianos en Egipto,esta corriente fue la creadora del patriotismo nacional ára-be. «Que la patria sea el lugar de nuestra felicidad común ala cual defenderemos por la libertad, el pensamiento y la fá-brica» (escrito en 1869 por Al-Tahtaoui, líder de este movi-miento).

En revancha, los Hermanos musulmanes, fundados en1928 por Hassan el-Banna se reclaman abiertamente delfundamentalismo. Toda vez que ellos conciben una ideolo-gía de combate islámica, rival irreductible de los nacionalis-mos modernos y laizantes. Ellos son el nudo a partir del cualse constituirán la casi totalidad de movimientos islámicoshasta el Imán Jomeini.♦

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LOS AÑOS DEL DECLIVE DELOS EE UU

En este tiempo del autoproclamado triunfo delcapitalismo, muchas personas parecenconfundidas por la apariencia de una

generalizada riqueza en la sociedad americana. Perola verdad es que la mayor parte de los americanos nogozan de tanta prosperidad y seguridad como pudierancreer quienes juzgan por las simples apariencias. Variosinformes han aparecido recientemente y han vuelto asacar a la luz el hecho de que una pequeña minoría,una clase privilegiada, domina la economía en muchamayor medida de lo que ocurre en los doce paísescapitalistas más ricos, excepto Francia. A pesar de lasreformas liberales, como los impuestos progresivos,la legislación de bienestar social del New Deal en losaños 30, las organizaciones de masas de lostrabajadores industriales en los sindicatos y laregulación gubernamental de las condiciones de viday de trabajo llevada a cabo entre las dos guerrasmundiales, la distribución de la riqueza y del poder noha cambiado sustancialmente.

No ha habido una redistribución significativa de lariqueza durante más de un siglo en los EE.UU. En1896 el 1% poseía el 24% de la riqueza. En 1969, el1% de la población, poseía el 24,9% de toda la rique-za. Actualmente, este grupo posee el 25%. Si nos fija-mos en la renta familiar, no en la individual, los másricos, por ejemplo, 0,5% de todas familias, poseen el30% de todo el valor comercial existente, el 50% delos stocks de las empresas y algo más del 50% de lasacciones y depósitos de las empresas. El 1% de lasfamilias posee el 31,8% de la renta americana. El 10%de las familias se reparten el 67% de la propiedad,mientras que más del 50% de las familias se repartenel 3% de la riqueza. El 25% de las familias tenía en1984 una renta inferior a 5000 dólares; en 1990, pro-bablemente será menos.

Esto significa que esas familias no tienen recursospara resistir más allá de tres o cuatro meses de desem-pleo sin ir a la asistencia estatal. Pero, obtener estaasistencia es cada vez más difícil a menos que sean per-sonas en edad de trabajar, tengan niños a su cargo otengan serios problemas de salud a causa del trabajo.

Además, todos los analistas coinciden en señalar queel americano medio se ha empobrecido durante ladécada de los 80. Tienen menores ingresos ahora, unavez tenida en cuenta la inflación, de la que tenían hacediez años. El ingreso real cayó en un promedio del10% durante los 80. El nivel de vida es más bajo de lo

que era hace una década para la mayoría de la pobla-ción, y muchas familias deben recurrir a ingresar dossueldos para poder mantener el mismo nivel de vidade antes. Los trabajadores jóvenes y los que carecende formación superior son los que han sufrido la mayorerosión en sus ingresos. Mientras que el descenso sa-larial ha sido de un 10%, para los trabajadores conmenos de cinco años de experiencia y 12 deescolarización la caída ha sido del 20%. Los ingresosfamiliares sólo han podido mantenerse a costa de quesus miembros trabajen más horas. El trabajo de lasmujeres y de las esposas ha sido una importante con-tribución para el mantenimiento de los ingresos fami-liares. Actualmente hay más madres trabajando enEE.UU que en cualquier otra época posterior a la IIGuerra Mundial.

En los años 50 y 60 muchos trabajadores america-nos tenían la posibilidad de ganar un tercio más quesus padres. Hoy, por término medio, pueden conse-guir un sexto menos de lo que ganaron sus progeni-tores. De todos los empleos creados durante la pasa-da década, el 85% era en sectores infrapagados, espe-cialmente los servicios tales como la venta al detalle,alimentación y oficinas. Por esta razón el número detrabajadores terciarios que viven en la miseria ha cre-cido. Además, mucha más gente se ha endeudado con-siderablemente.

Por otro lado, los grupos con mayores ingresos,particularmente el 1% más rico, ha visto sus ingresosincrementarse sustancialmente y, a pesar de que la dis-tribución de la riqueza ha permanecido relativamenteestable, la diferencia en el poder adquisitivo real entrericos y pobres, o entre los ricos y el resto, ha aumen-tado ostensiblemente. Durante los años 80 los másricos se beneficiaron de sustanciosas reducciones enlos impuestos que se justificaban sobre la base de queello estimularía las inversiones en la modernización yen la expansión de la industria nacional. Pero los ca-pitalistas pusieron su dinero en las empresas ya con-solidadas y en la especulación bursátil. Las industriasbásicas, entre tanto, se han ido deteriorando. La con-centración monopolista se ha incrementado conside-rablemente. En la industria de fabricación las 20 ma-yores empresas controlan más del 34% de los activosfinancieros y obtienen el 40% de los beneficios. En labanca, cien bancos poseen cerca del 50% de los de-pósitos; los 14 mayores, controlan el 25%.

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A pesar de todas las promesas de los reaganistas, laeconomía norteamericana creció durante la década delos 80 a un ritmo similar al que lo hizo durante elperiodo de estancamiento de los años 70. Pero, paralos trabajadores las cosas no permanecieron igual, secrearon más puestos de trabajo con salarios reduci-dos que en los años 70. Muchas industrias cerraron,sobre todo básicas como del automóvil y la siderur-gia. Los nuevos empleos creados en algunos sectoresindustriales como el automóvil, la siderurgia, el trans-porte y otros, que pasaron a manos de firmas extran-jeras son los que pagan los salarios más bajos y esasempresas son las más reacias a admitir la sindicaciónde sus trabajadores.

En la pasada década, los sindicatos perdieron cien-tos de miles de afiliados. La administración Reaganestimuló la ruptura de los sindicatos y el ejemplo fuela destrucción del sindicato de controladores aéreoscuyos miembros fueron despedidos cuando se pusie-ron en huelga a comienzos de los 80. La administra-ción Bush ha llevado adelante la misma políticaantisindical. En el sector privado, las huelgas contraEastern Airlines y la Greyhound Bus Co. estallaroncuando la empresa se declaró en bancarrota (suspen-sión de pagos) para evitar negociar los aumentos desueldo. El sindicato de trabajadores del automóvil haperdido batallas claves en las empresas japonesas quehan sido deliberadamente ubicadas en zonas dondelos sindicatos tienen escasa tradición. En sus mejoresmomentos de los años sesenta, los trabajadores sindi-cados representaban el 25% de la fuerza de trabajo,ahora sólo representa el 16%. Por eso, muchos repre-sentantes sindicales intentan fundamentalmente ga-rantizar el puesto de trabajo y los salarios de sus afi-liados. Cada vez en mayor medida los trabajadores sin-dicados se han visto emplazados a aceptar reduccio-nes salariales para conseguir promesas temporalesacerca de su seguridad en el puesto de trabajo.

El gobierno de los EE.UU. ha contribuido a pro-fundizar el deterioro de las condiciones de vida du-rante los pasados diez años por medio de continuasreducciones en los gastos destinados a mejoras socia-les. El presupuesto del Gobierno para la asistenciasanitaria, de atención a la infancia, vivienda, alimenta-ción y educación, entre otros aspectos, ha sidosustancialmente reducidos.

El presupuesto federal para 1991 es aún más regre-sivo en lo que se refiere a la adopción de medidas queincrementen los impuestos, incluyendo cosas talescomo la cerveza, el tabaco y la gasolina, cargas quepesan sobre los más pobres y los trabajadores enmucha mayor medida que sobre los ricos. La adminis-tración Bush está determinada a arrancar el dinero deaquellos que tienen menos probabilidades de hacernegocios. Por otro lado, se adoptan medidas para re-

ducir los impuestos sobre las ganancias del capital,como por ejemplo, en los impuestos que gravan lasventas de existencias, acciones, negocios y otras in-versiones. El nuevo presupuesto también incluye unbuen número de triquiñuelas legales para que los ri-cos puedan evitar pagar impuestos, mientras que elresto pagará inevitablemente más porque no podráacogerse a esas cláusulas legales.

A menudo se nos dice que los impuestos norteame-ricanos son de los más bajos del mundo, pero tam-bién los servicios son los más deficientes. El gastofederal, regional y local en programas de asistenciasocial es menor del 21% del producto nacional bruto,es decir, el más bajo de todos los países industrializadosexcepto Japón. El gasto social en Francia, Italia, Ale-mania, Suecia y Holanda gira en torno al 30% del PNB.En los EE.UU el seguro médico, la asistencia sanita-ria y las pensiones se pagan a titulo individual o a tra-vés de planes de pensiones organizados por los sindi-catos, pero no por el Estado.

El programa de asistencia gubernamental conocidocomo Seguridad Social proporciona ayudas a los jubi-lados, a los trabajadores incapacitados y a los hijos detrabajadores que han cotizado previamente. Los be-neficiarios de la Social Security reciben por términomedio algo más de lo que reciben los acogidos a losprogramas sociales locales o regionales, pero recibenlo justo para mantenerse por encima de lo que el go-bierno define como umbral de pobreza. Aunque a ve-ces lo que reciben no impide que caigan por debajode este nivel. Dos tercios de quienes están acogidos ala Social Security tienen más de 65 años y esta pen-sión es su fuente principal de ingresos. Una personaque hubiera trabajado en un puesto relativamente bienpagado, como maestro, y que haya pagado al fondoSocial Security durante el tiempo requerido puede lle-gar a recibir entre 6.000 y 8.000 dólares al año cuandose haya retirado. Muchos reciben menos y han de aco-gerse a los planes de ayuda local o regional para podersuperar el nivel de pobreza. La Social Segurity tam-bién incluye la asistencia médica primaria hasta el 80%de los gastos generados por tal asistencia. Por unos350 dólares al año aporta una cobertura limitada. Entrelas cosas que no cubre están los gastos de dentistas ymedicamentos. La gente con unos ingresos elevadospuede pagar seguros suplementarios a los planes de laSS para la jubilación y obtener una cierta confortabi-lidad. Pero hay un amplio número de trabajadores quehan sido excluidos de la SS a causa del sector en quedesarrollan su actividad: son los trabajadores agríco-las y los empleados domésticos. Aunque recientementehan sido incluidas en la SS nuevas categorías de traba-jadores, para quienes hayan trabajado en esos secto-res, los años de actividad no les contará a la hora decontabilizar la antigüedad. Muchos de los trabajado-

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res ahora jubilados están en esa situación. Cuando laSS fue instaurada en los años 30 se puso en prácticacomo un programa autofinanciado independiente delpresupuesto del Estado que no se encontraba entrelas prioridades de los presupuestos generales. Así fuehasta los años 80, pero ahora está cambiando. El he-cho de que este programa no sufriera reducciones enla pasada década, como ocurrió con el resto de pro-gramas de asistencia social, se aduce como una razónpor parte del gobierno federal para llevar a cabo lareducción ahora, pero esta situación oculta el hechode que el fondo de la SS es un producto de la cotiza-ción de los trabajadores que se invierte en bonos delEstado. Y oculta también que el papel de los benefi-cios de la SS al mantener a sus beneficiarios por enci-ma del nivel de pobreza hace innecesario que acudana otros programas gubernamentales de ayuda social.

De acuerdo con un reciente censo del US BureauCensus, en 1988, el 13% de la población estaba pordebajo del nivel oficial de pobreza. Este criterio sebasa en la definición de una familia de tres miembroscuyos ingresos sean de 10.560 dólares al año. Sola-mente quienes están cerca de ese nivel o por debajopueden recibir asistencia gubernamental, como bo-nos de comida (mediante los cuales se obtienen des-cuentos en la adquisición de alimentos) o Medicaid(pago de la asistencia sanitaria para los pobres). Mu-chos opinan que el nivel de pobreza determinado porel gobierno es deliberadamente bajo, ya que no tomaen cuenta factores como las diferencias en el coste dela vivienda, transporte, o los hábitos alimenticios dela familia, así como las diferencias en el coste de lavida de unas regiones a otras. Hay quien piensa quesería más realista la cifra del 18% de la población comola que vive por debajo del nivel de pobreza.

Como el coste de la alimentación y la vivienda subecada vez más, los trabajadores se empobrecen, aun-que sus ingresos no se encuentren por debajo del ni-vel oficial de pobreza. De hecho, lo que se ha presen-tado como un periodo de prosperidad local y regionalha comportado una real degradación de las condicio-nes de vida durante la pasada década. Por ejemplo, elNoroeste, que generalmente se considera como unade las áreas más prósperas, en especial la zona de PugetSound, alrededor de Seattle, ha experimentada fuer-tes aumentos de los precios inmobiliarios durante losúltimos años. En toda la región ha habidonumerosísimas transacciones inmobiliarias debido ala especulación y a las compras efectuadas por habi-tantes de otras zonas caras, que vienen aquí en buscade gangas. A causa de ello, los alquileres y los preciosde compra-venta de la vivienda han aumentadodrásticamente en los últimos años. Esto ha tenido unefecto devastador en las comunidades locales de lasciudades, los suburbios y las pequeñas poblaciones

de la zona. Son cada vez más numerosos los trabaja-dores que no pueden permitirse seguir alquilando oposeyendo sus viviendas. Abandonan la zona en bus-ca de viviendas más baratas, o se van a vivir con otrasfamilias o a espacios más reducidos, como las carava-nas. El alza de los alquileres hace también que los po-bres tengan que vivir hacinados, con dos o tres familiaspor vivienda. En esta región, los pobres viven en con-diciones relativamente menos brutales que en la mayo-ría de las áreas urbanas más antiguas de EE.UU. Pero eldescenso de los salarios reales y los recortes de la ayudapública, junto con el aumento de precios de la vivienday la alimentación, están anulando rápidamente granparte de las ventajas de la región, tanto para los pobrescomo para los que perciben un nivel de renta medio.

Por supuesto, es bien sabido que en la ciudad deNueva York los alquileres son muy altos. A los traba-jadores normales les resulta cada vez más difícil vivirallí; en una encuesta reciente, algo así como el 60% delos encuestados dijeron que abandonarían la ciudad sipudieran. Es un porcentaje inaudito de gente que quie-re abandonar el área. Dos o incluso tres familias hande compartir un piso o una pequeña casa para poderpagar el precio de la vivienda. En los últimos años haaumentado fuertemente el número de personas queviven en esta situación. El ingreso medio de las fami-lias que viven alquiladas en el área de Nueva York esde unos 16.000 $ al año, y un piso de dos dormitorioscuesta, en la mayoría de los barrios, por lo menos 600o 700 $ al mes. Una familia que gana 16.000 $ al añono puede pagar más de 400 o 500 $ de alquiler al mes,si quiere que les quede dinero para alimentarse y otrasnecesidades básicas. Hasta los años ochenta se consi-deraba razonable en EE.UU. pagar una cuarta partede la renta familiar para la vivienda. Este era el crite-rio que aplicaban las autoridades y los servicios deasistencia social cuando fijaban el precio de las vivien-das asignadas a los pobres. Sin embargo, en esta últi-ma década, la gente se ha acostumbrado y acepta pa-gar un tercio de su renta, aunque el precio del vestidoy alimentación también ha aumentado notablemente.Esta es la razón por la que en muchas familias han detrabajar tanto el hombre como la mujer. Aunque elprecio de la vivienda en el área de Nueva York es ele-vado, recientemente ha descendido ligeramente; perosigue aumentando en otras regiones del país. Así, noes raro ver pisos de dos dormitorios que se alquilanpor 600-700 $ al mes en otras muchas ciudades, inclu-so en las pequeñas, como Seattle.

En las viviendas de protección oficial para familiascon un bajo nivel de ingresos de la ciudad de NuevaYork se ha duplicado en los últimos siete años el nú-mero de hogares formados por dos y tres familias,debido a la escasez de pisos de renta limitada que im-

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pera en toda la ciudad. Al menos 100.000 personasviven actualmente en estas condiciones de hacinamien-to en las viviendas de protección oficial. Cerca del20% de los pisos de promoción municipal están ocu-pados por más de una familia. Puesto que el númerode habitaciones que se adjudican a una familia depen-de de cuantos miembros tiene, esto significa a menu-do que de 8 a 10 personas pasan a ocupar un piso de4 habitaciones (y con 2 dormitorios). No parece quela situación vaya a mejorar en un futuro cercano; esmás, el aumento del precio de la vivienda ha dadolugar a una tremenda proliferación de familias des-ahuciadas, en Nueva York y en otras partes, durantela última década.

El deterioro de la situación socioeconómica enEE.UU. ha embrutecido todo el ambiente social engeneral. En la ciudad de Nueva York, el grado de vio-lencia es actualmente igual o mayor que en los añosveinte, y algunos piensan que es peor que nunca. Anta-ño, el crimen se mantenía confinado en algunos pocosbarrios conocidos, e incluso muchos barrios pobres seconsideraban relativamente seguros. En los años cin-cuenta, muchos trabajadores de a pie combatían el ca-lor del verano durmiendo por la noche al aire libre; sonmuy pocos los que se atreverían a hacerlo actualmente,incluso en los barrios más seguros. Hoy en día, la cri-minalidad no se mantiene confinada en algunas zonasconcretas sino que se ha generalizado a toda la ciudad.En los años cuarenta y cincuenta, cuando la ciudad te-

nía de 7 a 8 millones de habitantes, cada año moríanasesinadas unas 300 personas. A finales de los ochenta,con una población similar, se producen unos 1.900 ase-sinatos al año. El índice de homicidios también ha cre-cido en otras ciudades de todo el país, especialmenteen Washington, Los Ángeles, Miami y Chicago.

Al menos igual de preocupante es ver como cambiael carácter de los asesinatos, en Nueva York y en otrossitios, donde también aumenta el índice de criminali-dad. En los años sesenta, tres cuartas partes de los ase-sinatos cometidos en Nueva York aún se debían a dis-putas personales o pasionales, peleas familiares, reyer-tas en los bares y situaciones por el estilo. Lo mismoocurría en ciudades como Detroit, Chicago y Los Án-

geles. En los a-ños ochenta, másde la mitad de losasesinatos se co-meten por dispu-tas relacionadascon la droga, ri-validades entrebandas y asaltoscallejeros. Ade-más, en NuevaYork el númerode robos denun-ciados se ha mul-tiplicado por másde 10, concreta-mente de 8.757en 1952 a 93.377en 1989. Estatasa también haaumentado enotras ciudades,incluida Seattle yotras ciudadespequeñas donde

antes no habían grandes problemas.Otro factor que ha tenido un fuerte impacto en el

tejido social de EE.UU., particularmente en la últimadécada, es la intensificación de las tensiones raciales yétnicas. Esto se debe al deterioro de las condicioneseconómicas agravado por el manejo de diversos polí-ticos, de dentro y fuera del gobierno, en beneficiopropio. Estados Unidos ha registrado un fuerte au-mento de la inmigración durante los años ochenta, enprimer lugar procedente del Caribe, América Latina yAsia. De ahí que muchos habitantes nacidos aquí, queven como disminuye su nivel de vida y se esfuman susperspectivas de futuro, tengan miedo y sucumban fá-cilmente a quienes azuzan el odio contra estos gru-pos. Acusan a los inmigrantes de robarles el puesto

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de trabajo y el bienestar, y de hacerse con las subven-ciones oficiales. En realidad, los 600.000 inmigrantesque entran cada año legalmente en EE.UU. recibenmuy poca ayuda oficial, en especial porque las condi-ciones en que han sido admitidos descartan estas ayu-das. Los otros 600.000 o 1.200.000 que entran sindocumentación o ilegalmente seguramente aún reci-ben menos, pues se cuidan de relacionarse con las au-toridades, que examinan de cerca a todo solicitante.La mayoría de inmigrantes desempeñan al principiotrabajos muy mal pagados, para los que ya hay escasezde mano de obra. Entre los años cincuenta y los se-tenta, estos trabajos solían realizarlos los jóvenes dela generación con altas tasas de natalidad, pero hoyhay relativamente menos personas nativas dispuestas.Esto se debe al descenso de la tasa de natalidad y,hasta cierto punto, a los efectos devastadores que ejer-ce la vida urbana en los jóvenes negros o de otrasminorías. Por supuesto, la culpa no la tienen losinmigrantes. Además, en el país hay escasez de traba-jadores cualificados como ingenieros, científicos, téc-nicos, enfermeras, médicos, etc... Disminuye el númerode personas nativas que cursa este tipo de carreras,debido tanto al coste prohibitivo de la educación uni-versitaria, incluso en los centros públicos, como aldescenso de la tasa de natalidad. Son cada vez más losinmigrantes cualificados que se animan a prepararsepara estas profesiones. Como es lógico, esto despiertael miedo en aquellos que tradicionalmente se han vis-to excluidos de tales oportunidades, blancos pobres,negros y gentes de otras minorías. Esta realidad hasido utilizada para crear rivalidades entre grupos yexacerbar la hostilidad entre ellos.

En los últimos años ha habido ataques de negroscontra asiáticos, yugoslavos e italo-americanos contranegros, cubanos contra portorriqueños, de racistasblancos contra judíos y negros. Ha habido una seriede incidentes violentos en que se ha expresado abier-tamente el odio racial y étnico. Los jóvenes italo-ame-ricanos que mataron a un adolescente negro en el dis-trito Bensonhurst de Nueva York, en 1989, se habíanreunido con el propósito reconocido de atacar a per-sonas que ellos suponían serían hispánicos de pieloscura que al parecer habían sido invitados a una fies-ta por la ex novia de uno de ellos. La víctima acudió,junto con unos amigos, sin saber nada, al barrio paracomprarse un coche usado. Los confundieron con losinvitados a la fiesta, los agarraron y golpearon; a unolo mataron de un tiro. La banda, de unos 30 indivi-duos, gritaba insultos racistas durante el incidente.Muchos miembros de las minorías étnicas de NuevaYork están escandalizados por lo que consideran esuna falta de celo del fiscal en las diligencias del caso, yentienden que ello se debe a que las víctimas son ne-gros y los autores blancos. Las autoridades no busca-

ron a todos los testigos del incidente. Sólo interroga-ron a los italo-americanos del vecindario, que mues-tran un fuerte espíritu de grupo. Hasta después determinar los dos principales procesos no se supo queuna serie de clientes latinos del bar del lugar vierontodo el incidente, pero tuvieron miedo a testificar. Nila policía, ni el fiscal, había dado con ellos.

Además, durante los juicios hubo airadas manifes-taciones en toda la ciudad de Nueva York. Algunosdemagogos negros aprovecharon la lógica indignaciónpor el carácter racista de la agresión y del asesinatopara alimentar la hostilidad racial entre los negros.Tachaban abiertamente a todos los que no son ne-gros de malvados y odiosos, llamando a la acción di-recta contra ellos. Algunos de estos individuos se handedicado durante algunos años a intimidar a los ten-deros coreanos en los barrios negros cobrándoles di-nero a cambio de no convertir sus tiendas en objetosde crítica y boicot. Han relacionado públicamente susataques a los coreanos con declaraciones de odio con-tra todos los blancos y judíos.

Los inmigrantes coreanos reciben ayuda para reunirlos fondos necesarios para poner en marcha peque-ños negocios de parte de cooperativas de crédito or-ganizadas también por coreanos. Los afro-america-nos no cuentan con ninguna entidad similar y por elloles es más difícil abrir un negocio en los barrios po-bres. Las entidades financieras oficiales no están tandispuestas a prestar dinero para estos fines como lascooperativas autoorganizadas.

A raíz de las tensiones raciales provocadas por lasagresiones de Bensonhurst y los juicios posteriores,algunos demagogos negros lograron organizar el boi-cot contra dos tenderos coreanos del distrito neoyor-quino de Flatbush. Durante el boicot, en la primaverade 1990, un grupo de adolescentes negros atacaron ehirieron gravemente a un vietnamita, a dos manzanasde distancia de una de las tiendas; al parecer, lo con-fundieron con un coreano. Este hecho recuerda otraagresión que se produjo hace algunos años en Detroit,cuando un chino-americano fue muerto a golpes porun grupo de parados de la industria del automóvil,que lo tomaron por japonés y responsable de la pér-dida de sus puestos de trabajo.

Ha habido algunas respuestas positivas yesperanzadoras al deterioro de la situación, como porejemplo el amplio apoyo que recibieron los minerosde Pittston en huelga y los envasadores de productoscárnicos, también en huelga, empleados en Hormel.Expresaban también un intento de amplia oposicióncombativa al racismo y la intolerancia. Así, el panora-ma no es tan desolador. Pero está dura la cosa.

Robby. Seattle, diciembre 1990

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LA BATALLA DEL BESÓS,UN BARRIO PERIFÉRICO DE

BARCELONA

El Besòs es uno de esos barrios superpobladosen vertical que se construyeron durante elfranquismo, en los años de auge económico,

para alojar la mano de obra que afluyó a Catalunyaprincipalmente desde el Sur. Nació falto de toda pla-nificación y servicios y así continúa desde entonces;al desamparo de los mismos especuladores, hoy de-mócratas.

El barrio del Besòs está en pie de guerra. Son yavarias semanas de continuos enfrentamientos con lasfuerzas policiales de la Generalitat y del Estado Cen-tral, con abundantes heridos por ambos bandos. Lapolicía se ha empleado con la violencia habitual enesta época preolímpica y los vecinos han respondidocon una fuerza y unos métodos poco usuales en estostiempos de consenso democrático. La policía persi-gue a los vecinos día y noche, llegando incluso a asal-tar sus viviendas disparando desde los tejados. Losvecinos agotaron todos los enseres y objetos que sepodían lanzar desde las ventanas, y en las drogueríasde la zona escasean los productos corrosivos e infla-mables. Decenas de heridos, algunos de ellos graves,y más de treinta detenidos no podían parar losenfrentamientos que se desarrollaban principalmentepor la noche y que dejaron el barrio sembrado de barri-cadas y las casas con serias señales de la refriega. Lavida cotidiana se ha transformado radicalmente, la vi-gilancia ha sustituido al juego de la petanca, la escuelase ha suspendido por el peligro de los enfrentamientosy las noches en vela, el mercado se convierte en lugarde análisis y consignas, la Asamblea de la tarde es elacto masivo y central de la jornada.

El Ayuntamiento socialista de Sant Adrià y el Go-bierno regional de la Generalitat quieren construir 196viviendas (tres bloques) en el único espacio libre quequeda en el barrio y que desde hace 10 años los veci-nos reivindican para equipamientos. Ya entonces huboenfrentamientos para defender el solar de «la Palme-ra». Las autoridades eran conscientes de la negativade los vecinos, por eso se llevaron con discreción lasnegociaciones para la edificación y cuando aparecie-ron con las máquinas, les acompañaba la policía conórdenes tajantes. Los políticos no aclaran suficiente-mente cuales son sus verdaderas intenciones respectoa los pisos. Las viviendas que se proyectan son, al pa-recer, para alojar a vecinos del limítrofe barrio de La

Mina, zona de extrema marginación y difícil de bara-jar. Tanto que es objetivo prioritario para la seguridadde la cercana Villa Olímpica. Después del fracasadoproyecto de derribo total de La Mina y dispersión desus habitantes por toda España, se pretende rescatara las gentes más integradas del barrio y con un niveladquisitivo suficiente para poder pagar los alquileresselectivos que se les impondrán en estas nuevas vi-viendas. Los irrecuperables quedarán aislados en susviejos pisos y se les tratará con la contundencia quemerecen. A este proyecto se le conoce como el «es-ponjamiento del barrio de La Mina».

Posiblemente también se alojarían a los vecinos dela margen derecha del río, barrio de La Catalana, unaamplia franja de terreno que ya ha sido expropiada yvendida por el Ayuntamiento a empresas privadas parainiciar su proceso especulativo. También este proyec-to exige desmantelar y alejar La Mina de tan promete-dor negocio en un terreno que siempre estuvo califi-cado como futura zona verde. El Ayuntamiento tam-bién promete, como prenda de cambio para derrotaral Besòs algunos pisos para los hijos del barrio y al-gún local de servicios en los bajos de los futuros edi-ficios. Pero los vecinos no han caído en esta trampa,quieren equipamientos en su terreno de la Palmera,es su decisión obsesiva e inamovible desde antiguopara remediar su existencia, ya de por sí bastante in-tolerable en el barrio.

Esta lucha está centrando el debate social y políticoen Catalunya, incluso en Madrid se ponen nerviosos.La prensa presta sus «Diarios» servicios al poder ytrata de conformar la opinión contra el Besòs paraque esta lucha violenta no dé la razón a la población,sirviendo de ejemplo a otros grupos de descontentosde esta ciudad que prepara grandes acontecimientoscon pingües beneficios. Se dice que los vecinos sonmanipulados por grupos de alborotadores ajenos albarrio, que hay quien dispara con fusil contra la poli-cía, viejos argumentos que no han frenado a la gente,segura de sí misma. Han sido humillados por la poli-cía y defienden sus barricadas como un equipamientomás; todavía hoy, cuando se negocia, permanecen sindesmontar a pesar de los intentos de la policía.

Como gran razón para desprestigiar la lucha se dicedesde todos los intereses aliados con el Gobierno que«los vecinos del Besòs son racistas e insolidarios por

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negarse a la construcción de viviendas sociales paralos gitanos de La Mina». Burgueses catalanistas, de-fensores de su pureza para profundizar las diferenciassociales y selectos «sociatas» arribistas que por esca-par de su clase se justifican con la «modernidad», ta-chan al Besòs de racista e insolidario. Es precisamen-te la política discriminatoria de la Administración delCapital la que condena al gueto a las gentes del Besòsy de la Mina. Despreciando a ambos, tratan de enzar-zarles en esta disputa ideológica del racismo, conde-nándolos al mismo tiempo a más miseria, sin impor-tarles raza, religión o sexo. No hay que ignorar queestos barrios se encuentran a unos cien metros el unodel otro y desde siempre comparten servicios médi-cos, escuelas, mercado, etc. La población gitana de laMina no supera el 30%, pero allí la marginación tam-bién es «paya». El Besòs y sus barrios vecinos no hanpermitido ser moralizados y llamados a la solidaridadpor lo que perpetúan la desigualdad, la marginación,el terror de la miseria, por los que quieren justificar ladiferencia por la raza.

Algunos vecinos, desde la Asociación vecinal, ne-gociaron y aceptaron la construcción de las viviendassin entender las profundas razones de la barriada. Losque albergan inquietudes sociales, desde su aislamien-to se acercaron al Ayuntamiento y acabaron enten-diendo sus razones, practicando el realismo posibilista

contra la sinrazón de los rebeldes. Frente a ellos, sealzó espontáneamente un movimiento que los des-plazó al frente del cual se han puesto los que, desdeun principio, creyeron en esta posibilidad. Es normal,no vale denunciar manipulación. Sin duda este movi-miento está influido por el pánico a sufrir una mayormasificación con vecinos que pudiesen acarrear másmiseria de la que ellos mismos representan (delincuen-cia, drogas, desempleo...). Los vecinos del Besòs hu-yen de la miseria. Es por mimetismo de comporta-mientos sociales generalizados, sobretodo en las cla-ses altas, que la gente rehuye el mezclarse con secto-res más degradados, más bajos en la escala económi-ca, con todo lo que ello comporta. Ha sido el poder,quien nos ha sensibilizado en exceso contra la insegu-ridad ciudadana, sin darnos cuenta que hablaban denosotros y no para nosotros cuando decían estas yotras cosas. Cuando utilizamos el «racismo» usamosun concepto inventado por ellos, los ricos, para califi-carnos a nosotros, los pobres.

Frente a tanta ostentación urbanística que confor-mará la nueva Barcelona, orgullo de propios y extra-ños, los vecinos del Besòs no aceptan quedar al mar-gen. Quieren, lógicamente y quizás con más derechoque muchos, participar en los beneficios de esta ciu-dad feliz que se nos anuncia. No negocian, no porracismo; quieren sus equipamientos. Pero el racismomunicipal y de la Generalitat dice que, o se tragan losbloques, o no tendrán equipamientos, haciendo galade «solidaridad y chantaje negociador». De momentola decisión en la lucha del Besòs ha conseguido quepor un año se aplace la construcción de los pisos, loque parece suponer que ya no se construirán en elterreno de la Palmera, la cual seguirá en su inhóspitodescampado como solitario símbolo de este barrioobrero que no se dejó derrotar en esta ocasión.

Mientras los conservadores de la Generalitat dispu-tan con los «dissenyadors» socialistas del Municipiosobre quién tuvo la culpa de este desastre, en el queno han logrado sacar claro para quien serán los votosde la zona en las próximas elecciones, los vecinos delBesòs están cambiando en Asamblea los nombres desus calles, porque afirman que en su barrio ya nomanda el Ayuntamiento, sino ellos, los vecinos. Lascalles son suyas mientras conserven las barricadas yson ellos quienes las nombran como les place. Unejemplo de insumisión que para algunos no debe cun-dir, en una ciudad que en cualquier momento podríaconvertirse en un polvorín ante los próximos aconte-cimientos: las vigas de cementos aluminoso, el catas-tro, el precio de las viviendas, el peaje de las autovías,la destrucción del territorio, la represión olímpica...

Etcétera. noviembre 1990

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CorrespondenciaDesde NUEVA YORK

La situación económica en EE. UU. se ha vuelto compleja yse desarrolla silenciosamente en un estado de cosas que estáempezando a desmoronarse. La principal cuestión es si vamoso no hacia una recesión. Aunque haya o no recesión, éstapasará a una depresión. No es justo decir que los últimosdatos han dado unos malos resultados pero sí que éstos son detodos modos una mierda. Principalmente diseñadas paramostrar que cualquier chorrada es algo correcta, un pocomala, quizás, pero no para alarmarse. Estamos sufriendoalgunas duras situaciones personales de cómo esta reduccióneconómica está afectando a la vida de la gente. Tú lo oyes encualquier lugar de tu viaje en el metro, en tu camino altrabajo, en los bares, después del curro y cuando te paseas porlos pueblos. Estuvimos en Boston hace pocas semanas y elpersonal de limpieza de moteles nos contaron historiashorrorosas acerca de los despidos en La «Route 128/MassTumpike» (en el este del Silicon Valley). Mientras estostrabajadores mal pagados expresaban con regocijo que losyuppies que habían perdido su trabajo, tenían una ciertapreocupación y esto significaría también unos tiempos difícilespara ellos. Hay una vieja definición que dice: es una recesióncuando alguien más está perdiendo su trabajo pero si ademáslo pierden los tuyos, entonces hay depresión.

Estas malas noticias no varían según el lugar o tipo deindustria de la que provienen. Es en los Estados del Norestey del Medio Atlántico donde más fuerte han impactado lasfinanzas, seguros y bienes de inmuebles teniendo el mayornúmero de bancarrotas con algunas fábricas cerradas.Préstamos mal enfocados están tambaleando a los llamadosbancos comerciales y podría ocurrirles que el fiasco de LasCajas de Ahorros y préstamos estén en una posición tanfrágil como una delgada capa de escarcha. En los años deReagan se acostumbró a tener mucho dinero (a crédito) y unasobredimensionada expresión del aumento de la movilidadque llegó a ser vertiginosa.

Primero había la espinosa deuda del Tercer Mundo (SudAmérica particularmente) donde a menudo el ProductoNacional Bruto se utiliza para pagar los intereses. Luegovino el colapso de las propias cosechas, bancarrotas y rescatesfinancieros del fiasco de la Saving & Loans (donde algunosempleados de poca monta y gente de clase media, engañadapor la Reagomanía soñadora de ser rico rápidamente, vieroncomo sus ahorros eran robados delante de sus propios ojos).

El número de personas despedidas en USA se haincrementado bruscamente desde el verano del 90. Lasúltimas cifras muestran que los despedidos de septiembre es lacifra más alta de la década con 1.127.000, llegando el totalde desempleados por encima de los siete millones –aunque este

6% de parados no llega a situaciones tan críticas comoIrlanda o Portugal–. Pero representa un incremento del 20%sobre los 918.000 despedidos de junio y un aumento bruscosobre los 800.000 que hubo a lo largo de 1989, y consíntomas de continuar en la más grande conglomeracióncapitalista del mundo. Y llegarán también a cumplirse laspronósticos mientras algunas compañías como la Digital,Citicorp y Mc. Donell Douglas ya han despedido a trabaja-dores por las pobres ventas y para obtener un mayor beneficio.Otras, como la General Electric en una continua recesión handado a los trabajadores un despido obligatorio de 50 días.

El resultado de esta década es el de una especulaciónavariciosa del capitalismo, el síndrome de dinero-dinero-dinero,la escasez de confianza, el racionamiento de préstamos y lacaída del dólar. Mientras el crecimiento ha disminuido (el1.8% de crecimiento previsto para el 3er. cuatrimestre es paramuchos economistas y periodistas pura ficción), la recesión hastafinales del 90, y aún durante el 91, será definitiva con unrápido deterioro general a pesar de los mecanismos del Capita-lismo (el Grupo de los Siete, Banco Mundial, Fondo Moneta-rio Internacional, etc...) que trata de prevenir una economíafuera de control. En este caso no debería caerse más de 500puntos del «New York Stock Exchange» como en octubre del87. Los negocios en quiebra han aumentado al 14.5% en1989 y las predicciones dicen que serán más del 65% para esteaño. Esto tiene un significado de 28.300 millones de dólarespara el capital financiero y 4.000 millones para las industriasmanufactureras. Desde luego esto no es nada comparado con ladeuda del país - llegando a los 13 billones de dólares, respecto alos 2 billones de hace una década. Esta enorme deuda, (el 80%capital privado, el resto es del Estado), crearía una enormeagitación con una recesión y destrucción de la gran estructuradel Capital.

Mientras la mayoría de gentes sin ahorros y con falta totalde confianza en que la economía vaya mejor, silenciososparecen pensar qué tipo de rollos les vomitará la infernalinvasión de los «medias». Hay un desencanto general pero espronto para decir si este nuevo sentir es capaz de organizarseen alguna cosa. Hay también una crisis fiscal, más gentes sinhogar (homeless), menos hospitales y menos dinero para laeducación y la vivienda. Varias ciudades están con recortes detodos los gastos a fin de que los presupuestos no se les vayanfuera de control. Es probable que todo empeore antes de queesto ocurra.

Los créditos se han secado completamente. La ChaseManhatan Bank, el segundo banco más importante deUSA, está a punto de perder unos 625 millones de dólaresen el tercer cuatrimestre del 1990 y los otros bancos no es quetengan mejor perspectiva. Como señaló Rudolf Hilferding,hace unos 80 años, (un tiempo en que los bancos tenían más

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poder y un gobierno regulador no tan fuerte, y la naturalezade los «cárteles» Hilferding han cambiado al incluir grupos degobierno como el Grupo de los Siete, etc.): «los stock deintercambio han perdido sus fieles y han guardado solamentea sus sacerdotes, quienes hacen su dinero desde la fe de losotros. Desde que la fe ha llegado a ser un negocio, los negociosde fe han ido cayendo. La moda seductiva y lucrativa se hanautogastado, los bellos tulipanes han sido marchitados por losmalos cafés de puchero, aunque permanecen los beneficios dela producción comercial, ya no hay la verdadera producción deganancias, la prosa ha vencido a la poesía de los negocios».(CH. 19)

Pero esta crisis es mayor que la recesión de 1981-82 ymayor también que la del petróleo del 73, en la que seprodujo una desaceleración en las economías de mercado.Ahora esto es más complejo porque después de laReaganomics, la gente está cansada, menos confiada, y enmuchos casos más cabreada. No es que estén más cerca derebelarse sino que la crisis es mayor que la que venció el«New Deal». En la crisis de los años 30 se favoreció laDepresión, caída de precios, recorte de salarios, despidos,escasez de préstamos con los cierres de bancos, aumentandocomo una bola de nieve. El «New Deal» se colocó fuera pararegular los sistemas del Capital Financiero y el Seguro delEstado que estaban puestos para regular a su vez a la banca.

El FSLIC controlaba el S&Ls y el FDIC los bancoscomerciales en el que estos se desarrollaban bien con unarelativa expansión capitalista.

Los cambios culturales de finales de los 60 produjeron underroche ideológico. Afectando en todos los aspectos de la vidacotidiana, trayendo profundos cambios, tal como el racismo oel sexismo eran percibidos. De hecho no pasaron de ser unacrítica cultural acerba y no se decantaron por una economíaigualitaria (la crítica a la vida muerta y la vida a través delconsumismo); reaparecerían aparejadas mínimas manifesta-ciones reculturales o artísticas, carentes de fuerza del ladorevolucionario para cambiar la vida. El resultado neto fue elcrear una mentalidad yuppie -yuppie/yippie- opuestos aentrar en las contradicciones... si cualquier cosa era relativa yla sola lógica del capitalismo era «hacerlo el primero» resultóque los traficantes de droga en la calle o los negociantes deBonos de Acciones de Wall Street, estaban en el mismonegocio; el negocio de ganar dinero lo más rápido posible. Lamentalidad del narcotraficante en los negocios del interior(Boeksky, Milkin, etc.,) y la lógica impecable solamenteestaban en los aspectos ilegales de la fusión a dólares realesdel cártel Medellín. Abundaba la avaricia. Ahora laavaricia está temporalmente fuera de moda, como los cadáve-res y los tulipanes muertos. No se ha ido lejos.

Luego vienen las amenazas del incremento del precio delpetróleo con la invasión de Kuwait y en consecuencia lainvasión en el Oriente-Medio de las tropas norteamericanas.Con la amenaza de guerra y a 40$ el barril de petróleo se vamás lejos en la recesión y en la depresión. Hasta aquí

Arabia Saudita ha pagado la cuenta en petróleo y unaopinión reciente muestra que más del 70% de los norteameri-canos da soporte a la concentración de Bush. Mientras no seael escenario de Vietnam (hay una orquestación cuidadosa delos Tatcher, Gorbachov, Miterrand,... con una confrontaciónde dos ejércitos organizados y opuestos a los movimientosguerrilleros extendidos por todo el Mundo). El sentimientogeneral en Estados Unidos y en el Mundo Árabe cambiaríaradicalmente si hubiera guerra. Salud.

Phil.

Desde PARÍS

El movimiento de los estudiantes ha sido un movimientomasivo, abarcando a los estudiantes de institutos y a los de laLEP (en Francia el Instituto comprende tres niveles, desdelos 16 a los 18 años, y la LEP -enseñanza profesional-prepara en dos años a la salida de la enseñanza primaria alos 15, para un diploma que da acceso a la vida activa.Actualmente hay 1.278.000 estudiantes de instituto y687.000 alumnos en las LEP. Estas están en general másabandonadas que los institutos).

Desde hace años, la selección que había a la entrada delinstituto, ha disminuido. Alrededor del 60% de todos losescolares pasan al instituto (enseñanza general y técnica). Poresto la composición social de los institutos ha cambiado. Sinembargo su estructura no: las aulas acogen más alumnos delos que pueden contener; el personal administrativo y demantenimiento ha disminuido así como el número de emplea-dos; el número de enseñantes no ha aumentado proporcional-mente. A principios de los años 70 empiezan a suprimirsepuestos de vigilantes y en los 80 los de administrativas. Espues poco a poco que la situación se ha degradado, acelerán-dose este fenómeno estos últimos años.

Según los medios de comunicación, todo comienza el once deoctubre en un instituto de la periferia norte de París, a partirde algunos actos violentos contra algunos profesores y en otroinstituto vecino a partir de una violación de una alumna.Pero de hecho, había otros institutos en huelga al mismotiempo por cuestiones de trabajo. A finales de setiembre haymovimientos huelguísticos masivos en los institutos deprovincias, especialmente en Mans. Durante todo el mes deoctubre tuvieron lugar manifestaciones diarias más o menosimportantes, a menudo espontáneas, en París y provincias.

Había una gran cantidad de pequeñas reivindicaciones: lapizarra que se cae, los techos que se hunden, las sillasdesvencijadas, los retretes sin pestillos, las placas deinsonorización que se despegan... A través de todos estosdetalles se expresa un malestar mucho más profundo. Todoque se viene abajo. Por otra parte, el futuro es incierto; losestudiantes de los institutos del extrarradio tienen la sensa-ción de estar en institutos de segunda categoría (los institutosmás afectados por el movimiento son aquellos a los que

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acceden las capas más proletarizadas). Existe un corte entreel discurso oficial, y lo que representa el instituto comopromoción social, por una parte, y la realidad.

El cinco de noviembre, 130.000 estudiantes de instituto semanifiestan por toda Francia: cien mil, en provincias y treintamil, en París. El 12 de noviembre son cerca de 150.000 losque se manifiestan en París y otros tantos en el resto deFrancia. Los medios de comunicación pusieron el acento sobrelas bandas de jóvenes que hicieron pillaje en los almacenes ysobre los enfrentamientos con la pasma al final de la manifesta-ción. Este fenómeno del pillaje, marginal, realizado por bandasde jóvenes de la periferia, inquieta mucho a las autoridades y sebeneficia de una cierta complicidad de los estudiantes. La causade los enfrentamientos con la pasma al final de la manifestaciónfue la imposibilidad de continuar la manifestación hasta elElíseo (donde está Mitterrand), como estaba previsto, habién-dose dado orden por la policía de disolver la manifestación antesde atravesar el Sena.

Se ponen en práctica varias coordinadoras. Pero en París ysobre todo en provincias se levantan protestas contra lapretensión de representatividad de estas coordinadoras. Lasdos coordinadoras puestas en pie son: una en la que estánpresentes los jóvenes de la juventud comunista (PC) y lostrostkystas; otra, animada por la federación independiente ydemocrática de institutos, cuyos militantes están próximos aSOS Racisme y al Partido Socialista. A pesar de suidentificación política, a partir de la presencia de gruposmilitantes en su seno, la confusión es la que reina pasando losdelegados de una coordinadora a otra, los escasos militantescontrolan mal la situación y el gobierno intenta encontrarinterlocutores responsables. Por todas partes se generalizancoordinadoras regionales que intentan sin éxito reagruparse.

Como resultado del movimiento, el gobierno concedió: 1000puestos para administrativos y empleados de mantenimiento;4.500 millones de francos para los institutos y las LEP;varias medidas con la pretensión de integrar a los estudiantesen las diferentes instancias de participación.

Anne.

Desde LIÓN

El dos de noviembre ocupamos el inmueble número 3 de lacalle Ozanam, inmueble que debe ser derribado. Nuestraintención era vivir en él y organizar allí actividades. Pero elmartes 6 de noviembre los promotores de las futurasviviendas a construir en el solar, han movilizado a hombresde la empresa y violando la ley invernal que protege a lagente sin hogar durante el invierno, nos han desalojado.Simultáneamente, los agentes de la compañía eléctricadesmontaron los fusibles y nos dejaron sin luz.

Durante la noche del siete al ocho de noviembre, con elpretexto de mediar en un conflicto de tráfico, la policía entróen la calle Ozanam y detuvo a dos compañeros ocupantesdel n. 3. Asimismo, en el barrio han aparecido carteles

previniendo a los habitantes contra los okupas: «cuidadocon los ocupas, exigid un contrato de arrendamiento».

Esta nota no tiene fuerza de ley pero representa el poderincontestable del dinero. También la compañía eléctrica hatomado partido en la lucha contra los okupas. Nosotrosexigimos el respeto a la ley invernal. ¿Es esto mucho pedir,si la demolición no está prevista hasta el verano?

Okupas del n.3 de la calle Ozanam

Desde ATENAS

Compañeros.Os habíamos prometido en la carta anterior una breveinformación sobre el movimiento anarquista griego y susrelaciones con las luchas de los prisioneros, que con gusto vamosa hacer.

Las ideas anarquistas-ácratas-libertarias hicieron suaparición durante la dictadura militar 1967-1974; el levanta-miento popular contra la dictadura 14-17 nov. de 1973constituye el punto de referencia del movimiento modernoestudiantil y especialmente del movimiento anarquista griego.

Los cientos de militantes que perdieron su vida durante ellevantamiento popular y el estado policial -que en estos díasvuelve a regresar- en los primeros años después de la caída delrégimen militar, llevaron a los primeros anarquistas a darénfasis al conflicto entre el Estado y la sociedad. La resistenciacontra el Estado policial llevó a decenas de compañeros a lascárceles que hoy «albergan» diez mil ciudadanos griegos yextranjeros.

Antes de los anarquistas hubo presos políticos que una vezliberados olvidaron su vida en la cárcel y sus promesas aplican-do el código penal y penitenciario, esta vez en nombre de laDemocracia.

El espíritu antiestatal que pasó las puertas de las cár-celes,tuvo muy pronto resultados positivos. Los anarquistas encon-traron allí las más desesperadas víctimas del estatismo y delcapitalismo. Gracias a los esfuerzos de los compañeros encarce-lados y las luchas dentro y fuera de las cárceles, muchos de ellospudieron superar su papel de «culpables» que les habíanatribuido. Las luchas dentro de las cárceles contra las arbitra-riedades y la barbaridad de los carceleros, los policías y el códigopenal, etc., tomó carácter masivo y consciente. La quema enterade la prisión de alta seguridad en Corfu, fue el resultadonatural de toda esta situación en 1987, después de una largahuelga de hambre de los prisioneros. La novedad se festejó conmanifestaciones en Atenas y Salónica.

(Sigue a continuación un largo relato sobre lasluchas carcelarias, para terminar la carta de la siguien-te forma:)

En la Europa unida de 1992 el gran Estado se estáprometiendo más violencia, más represión, más explotación,más control, más extrañamiento.

Hace unos meses el primer ministro griego declaró al hablara los policías: «el Estado sois vosotros». Día tras día, sobre

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la sociedad griega se extiende una nube de fascistización.Derechos fundamentales obtenidos después de décadas deluchas populares son abolidos, mientras una red de leyes decarácter claramente fascista convierten a la sociedad griega,una vez más, en estado policial. Las masas popularesaceptan las nuevas doctrinas estatales sin resistencia mientrasel dominio estatal se impone a todos los sectores de lasociedad.

Pero la situación está en pleno desarrollo. Esperamos quedentro de poco tiempo os informemos concretamente sobreestos cambios en el país. Creemos importante una comunica-ción y un contacto entre los que se resisten a las nuevasformas de dominio y de la sumisión, mucho más ahora que launificación de la legislación europea y las nuevas formas derepresión/explotación (Trevi, multinacionales, etc.) sonasuntos que nos conciernen a todos.

Unión de Anarquistas de Grecia

Desde CUBA

No os había escrito antes porque esperaba enterarme bien decómo había ido el asunto por aquí y contarte los detalles, perocomo es un poco imposible de enterarse bien y rápido, te irécontando cosas sobre la marcha y si quieres saber algo enespecial me lo preguntas.

Desde de que he llegado, ya han hecho dos planes para elahorro de energía y combustible y se espera que sigan hacien-do más. Básicamente han reducido la gasolina tanto en loscoches estatales como en los privados y parecía ser, o eso es loque nos contaba la gente que por eso iba tan mal el transpor-te y te podías estar dos horas o más esperando el autobús,pero según las últimas informaciones, la gasolina no tienenada o poco que ver, sino el absentismo laboral, que es algode escándalo. La empresa de autobuses es bastante grande,pero cada día faltan al trabajo más de 700 trabajadores, queademás influye en que no reparan las guaguas (autobuses),pues las reparan ellos mismos, habiendo más de 1000 o1500 parados esperando que alguien vaya a trabajar paraarreglarlas. En algunas sólo queda una guagua que cubra eltrayecto.

Aquí en los transportes cobran el día 15, y hoy noscontaban que el día 16 iban a trabajar cuatro y el gato y lomismo los días siguientes. O sea que como puedes ver, tienenun follón que no veas con estos «chóferes» tan trabajadores,que además, muchos paran la guagua y se van a hacer unrecado con toda la gente dentro. O pasar por una parada ysin ir la guagua llena no paran o cosas por el estilo (ni quedecir tiene que los hay matadores y trabajan miles de horas).

De todas maneras, lo del absentismo es un problemageneral en muchos sitios. Por ejemplo en la residencia dondevivimos nosotros, las «carpeteras», que son las señoras queguardan las llaves de las habitaciones y están a la entrada,hay cantidad de días que la que le tocaba venir no ha venido,con lo cual se tiene que quedar la que está trabajando en ese

momento, y si te ha tocado de noche (tiene turnos de mañana,tarde y noche), no veas la gracia que te hace quedarte toda lamañana; aparte de que algún día tampoco ha venido la de latarde y claro no se va a quedar la misma que lleva mil horas.Y así en cantidad de sitios.

Otra de las recomendaciones que se hizo en septiembre fueel ahorro de energía en las casas, que se decía en un 10% porfamilia, tomando como media la luz gastada en los seisprimeros meses del año y la gente sí que va respondiendo perose sigue derrochando cantidad ( como en todos los países, quese dejan miles de luces y aparatos encendidos). En octubre seradicalizó más y dejaron de ofrecer a la venta aparatos deaire acondicionado y otros aparatos electrodomésticos.

A nivel político se han tomado medidas: la preparación delIV Congreso, para ver si funcionan; también el de reducir al50% el aparato burocrático del partido y así han trasladado a lagente a otros trabajos. Además han creado los llamados ConsejosPopulares, que son 93 en total y tendrán más poder decisorio queno tenían antes, con la cual agilizarán más la solución de todoslos problemas que se plantean. De todos modos ya todo el mundoespera el Congreso; porque será de lo más interesante.

Sobre la alimentación, jabón, papel higiénico y las milcosas que se necesitan para subsistir, han pasado a lascartillas; algunos productos que estaban en la venta libreporque escasean, pero la gente los sigue consiguiendo en elmercado negro y demás mercados. Realmente la gente lo pasamal, pero no tanto, pues es el país de los chanchullos ynegocios, de una forma algo increíble, además de que tienenuna capacidad de aguante que muchos la quisieran.

Bueno yo creo que por hoy ya vale el rollo, otro día tecontaré más cosas y las cosas que hago yo.

Carmen

Desde HUESCA

Queridos amigos: Estoy preso desde hace tiempo, sin embargome propongo colaborar en vuestra revista. Huelga decir quemis temas estarían centrados en opiniones o informacionesradicalmente centrados en opiniones o informaciones radical-mente críticas... En esta ya os incluyo algo por si os parecepublicable y podáis sacarlo en el próximo número de vuestrarevista:

Los presos de nuestro tiempo

Nadie mejor que el que vive una experiencia puede hablarde ella. No puedo referirme al protagonismo del preso sinexperimentar un acceso de rubor, «esencialmente», porque enel abstracto y decadente mundo penitenciario ya no tienevigencia la teoría que sostenía Bakunin aunque es de unprincipio netamente elemental. «En la pobreza y en los demásinfortunios se considera la solidaridad como el único refugio».Sin embargo, desde que feneciera el dictador Franco y aunquesu defunción abría nuevas expectativas, el mundo carcelariodaba origen a un cambio, siendo los presos los actores de unatransición vivamente esperada.

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Mi primera incursión en el sórdido ambiente carcelario seprodujo en la década de los años 60. Por entonces la clave eracomo un elemento de unidad, por eso era la solidaridad el puntode conexión más testimonial que existía entre los presos. Ahorala fórmula es la insolidaridad como la más deplorable incon-gruencia, es el absurdo orientado como un sistema de vida, que seacepta (generalizadamente) con pasividad beatífica.

Anterior al año 75 había una característica que cundíacomunmente entre una gran masa de presos contestatarios.Había un afán casi urgente de querer formar parte de uncolectivo clandestino, preferente si en ese desafío se podíaescribir en alguna revista libertaria o de signo políticocontrario al régimen dictatorial. El preso estaba dotado deuna conciencia que se traducía en sentimiento de honor,respeto interior propio, voluntad para defender el bien común,capacidad para asumir riesgos que iba paralela a lo que sellamaba contraer compromisos.

El preso de nuestro tiempo se ha situado a una distanciade años luz de aquellos que le plantaban cara a un sistemade represión demencial, aunque el régimen de vida carcelariaes en su esencia represivo y todos los fines que persigue estánenfocados a minimizar los derechos personales y poner enridículo al prisionero, hay que admitir que se ha operado uncambio de notable alivio. La vida carcelaria se ha restablecidode una difusa enfermedad que parecía crónica, pero ahoraestamos ante un fenómeno de nuestro tiempo, entre la clasemarginal ya no hay ideales que defender, se vive una crisis deidentidad que produce inevitable vergüenza ajena. Después dedesaparecer el tirano todavía se mantuvo dentro de los patiosde las prisiones una fase de entusiasmo en la que se polariza-ban fuerzas para protestar ante el maquiavelismo dirigente.

Una de las curiosidades más llamativas que se puedeabordar dentro de la temática penitenciaria, creo que es elasunto de las revistas hechas por los presos. El 98% de lasrevistas que se elaboran por los presos merecen críticas muypuntuales. Nacen y se hacen al socaire de la dirección de laprisión, siendo en su esencia la dirección de la cárcel la que

mediatiza, predispone y condiciona. Lo más reprobable escuando el preso se somete, se presta a la manipulación y seconstituye en elemento servil al servicio de un sistema de vidacarcelario que ha dejado la dictadura a la vuelta de laesquina, sin embargo no son pocos los presos que se prestan afavorecer a sus verdugos, porque silenciar, tolerar, admitirtoda suerte de arbitrariedades, atropellos, abusos yextralimitaciones de poder es, sin ninguna sombra de dudas,hacerse cómplice de los agentes carcelarios.

La insolidaridad es la nota dominante hecha extensible alo largo y ancho de todas las prisiones de la geografía españo-la. No hay registro en la historia, desde la segunda república,en que la vida carcelaria haya exhibido una cuota deinsolidaridad tan elevada como en la actualidad. Para ofrecersolidaridad hay que tener solidaridad consigo mismo, no esatinado mirar solamente sobre uno mismo, en cualquier caso,la historia está presente como una especie de credo, como unconformismo de resignación, pero sin sopesar y menos reflexio-nar que la mayor injusticia es el despojo de la libertad. Enteoría, podríamos decir que, cuando no hay libertad, no haypara pedir justicia; en cambio, derecho es revolución, ysiempre hay una tarea revolucionaria que defender.

Hay un temor generalizado a denunciar hechos que muchasveces pueden ser vistos en el mismo juzgado de guardia,independiente de lo que actúe el juzgado de vigilancia peniten-ciaria. El preso prefiere ignorar el capítulo de denuncias,soportar aberraciones de los poderes antes que decidir desvelaralguna irregularidad. El problema sigue una direcciónabiertamente equivocada, si un preso se pliega al vil someti-miento. Ahora bien, un preso que se hace esclavo por loantedicho de sus propios carceleros no se entrega, sino que sevende y renunciar a la lucha es renunciar a la condición dehombre, a los derechos inherentes de lo que tanto se contemplaen leyes, normas y constitución.

El preso es dócil al perjuicio y esto tiene su lectura. Elmismo preso se impone su espada de Damocles mientras quemuchos agentes del estado constituidos en vigilantes deprisiones imponen su propia «ley» y desprecian los derechosdel hombre, la mayoría de los presos guardan silencio paraque la espada siga en su sitio. Pero hay muchos que prefierenrogar el reconocimiento de un derecho antes de exigirlo, antesde enfrentarse enérgicamente contra los que manipulanimpunemente el reglamento penitenciario, un gran sector depresos prefieren acudir al ruego cuando es de justicia y dederecho un reconocimiento legal, antes que recordar que hayque reconocer un beneficio legal. Por otro lado, los pocos querecurren denodadamente a la vía de la denuncia, la experien-cia cotidiana evidencia que salvando honrosas excepciones elpreso está ante su propia indefensión. Los jueces de instruc-ción y de vigilancia penitenciaria archivan ipso facto lasdenuncias. Así nos luce el pelo.

Andrés.

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Hemos recibido...

BROCKEN ZUM THEMA PERESTROIKAMATERIALISTISCH BETRACHTET.

Hemos recibido este texto en alemán (Fragmentos acer-ca del tema la perestroika vista desde un punto vista materia-lista) de 18 folios, como aportación e incitación a undebate sobre Perestroika. Escrito en París en 1990 yfirmado por Emer. (Como siempre, a quienes lo pi-dáis podemos enviaros fotocopias del original y unaprimera traducción inicial al castellano. De momentoaquí damos cuenta de su contenido en vistas a unamplio debate). En una primera parte el autor desa-rrolla, en 16 puntos, lo que sería una visión materia-lista de la Perestroika, apuntando ya que «Perestroikasignifica el fin de un interregno de un sistema de pro-ducción e intercambio capitalista dirigido de manerabolchevique-bonapartista y la vuelta al capitalismoclásico normal, a la «libre economía de mercado».

Empezando por resaltar el cinismo de los media enOccidente con la tan cacareada muerte de la «trinidaddiabólica socialismo-comunismo-marxismo», con loque no pretenden otra cosa que abogar por la econo-mía de mercado capitalista, el autor rastrea en el pen-samiento de Marx (Tesis sobre Feuerbach, La IdeologíaAlemana, El Capital, Escritos póstumos sobre Rusia), pararecoger su aportación más específica a una interpre-tación materialista de la historia que pueda hoy ayu-darnos a entender qué es y qué significa la Perestroika.

Con dicha interpretación ya podía verse que «la Rusiasoviética estaba dispuesta desde el principio a la for-mación de capital en el sentido de Marx, o sea, a, laexplotación de la mano de obra mediante la acumula-ción de mercancías pagada con salario y, por consi-guiente, a la formación de un proletariado nacional,convirtiendo a las masas de campesinos en un enor-me ejército de obreros de fábrica. La gran industria

privada y estatal que ya había nacido durante el zarismo,pero que aún estaba en estado de desarrollo, se con-virtió en el núcleo de la industria del estado bolchevi-que-burgués al tomar el partido bolchevique el podereconómico-estatal casi a título de propiedad privada,y en su condición de burguesa partidista y estatal ocu-pó de esta manera el puesto de la «libre» burguesíaprivada zarista cuyas funciones asumía bajo la másca-ra ideológica de declaraciones socialistas-comunistas-marxistas...»

Y también con dicha interpretación y a partir deaquí queda igualmente claro, pues, que «lo que ahorase derrumba no es el ‘socialismo’ ni el ‘comunismo’sino la mentira sobre ambos. Nunca como hoy en díaha sido engañosa la ideología, nunca como hoy en díael ‘marxismo’ ha significado en tal medida traición alcomunismo tal como lo entendía Marx, ya que éstesabía y sentía exactamente de qué se trataba: de lanegación de lo que, hasta ayer, fue impuesto y vendi-do a las masas populares bajo la mentira del ‘socialis-mo real’ como el estado de sociedad ideado y soñadopor Marx. La excusa de que la obra de Marx no con-tiene ninguna descripción exacta y mucho menos unateoría de la comunidad comunista, en primer lugar esfalsa y en segundo está refutada por la crítica de Marxde la economía política, o sea, del actual sistema deproducción y distribución».

La segunda parte se abre con un debate epistolardel autor sobre los 16 puntos anteriores para, a conti-nuación, concluir provisionalmente el texto con otros7 puntos últimos.

Tras asumir que Perestroika significa hoy penuria ydestacando el empleo dictatorial que de las palabrasglasnost y perestroika hace Gorvachov, el autor seña-la la interesada utilización por parte de Gorvachovdel pragmático Lenin, en sus discursos y en su bibliaPerestroika; cómo Gorvachov evita hablar de la doc-trina cara a Lenin en favor del capitalismo de Estadoy sobre la dictadura del proletariado, doctrina esta úl-tima elaborada por Lenin a partir de unos textos deMarx separados de su contexto general anarco-socia-lista de una comuna sin Estado, «para legitimar la praxisdictatorial de su partido e incluso a un líder de éste» ypara fundamentar su modo de pensar bonapartista.

«Después de la sublevación de los marineros y obre-ros de Kronstadt en marzo de 1921 (bajo el lema ‘li-bre elección de los soviets’) y después de un sangrien-to aplastamiento, se introdujo la Nueva Política Econó-mica». Lenin expuso el programa de ésta en el XCongreso del Partido en marzo de 1921 basado en tres

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concesiones: a los campesinos, al comercio, al capital pri-vado. Pero: «las resoluciones del X Congreso no sólorepresentaban un retroceso político de Lenin sino tam-bién llevaron consigo al mismo tiempo una restricciónremarcable de la democracia interna del partido». (Ver:Hermann Weberj, Lenin, 1970). La «marcha atrás» deci-siva fue decretada por Lenin en el XI Congreso del Par-tido, el último que contó con su participación, en uninforme exhaustivo y en nombre del Comité Central. Eseste un testamento político-económico con carácter do-cumental, que Gorvachov sólo menciona alusivamenteen un corto capítulo titulado «Lenin, como fuente ideo-lógica de la Perestroika» en su nueva biblia, enviada almundo entero con el título sagrado «Perestroika».

El texto acaba precisamente con una larga cita de Lenin:el informe de éste al XI Congreso del Partido Comunis-ta de Rusia (bolchevique) en el que abogaba por la ur-gente necesidad de teorizar, puesto que no encontrabaen Marx ninguna referencia sobre el capitalismo de Es-tado, a aplicar en la «Unión Soviética».

SPANISH SOCIAL IDEALISM: The IdeologicalArt of the Revolution in Barcelona (1936-38).Michael Seidman.

En 14 páginas el autor analiza los carteles –a la vez quemuestra algunos–, editados por el Frente Popular.

La primera constatación que hace es señalar la unidadtanto temática como de estilo de todos los carteles auncuando el Frente Popular estaba formado por comunis-

tas, socialistas,anarcosindica-listas y de iz-quierda republi-cana. Dicha uni-dad temática yde estilo se rom-pe siquiera du-rante los sucesosde Mayo cuando,en las calles, sedisparaban entreellos.

Los carteles,próximos al rea-lismo socialista,insisten casi ex-

clusivamente en el trabajo, en el combate y en la crítica que,a todo ello pueda entorpecer. Los obreros reproducidos enlos carteles, asexuados, siempre están trabajando o comba-tiendo. La indisciplina en el trabajo, la lentitud y la desidiason siempre representadas como fascistas.

Para el autor, los carteles no son tanto la expresión dela clase trabajadora en su conjunto sino que expresanmás bien la carencia de mili tancia entre las bases, contra

la que los carteles quieren combatir la apatía, la indife-rencia y las múltiples formas de rechazo del trabajo.

THEKLA 13: LUCHAS DE CLASE EN EL SO-CIALISMO. Wildcat, Postfach 360 527, 1000 Berlin

Este libro, publicado en abril de 1990, es sobre todo unintento de comprender los últimos acontecimientos delEste. En dos artículos(sobre Polonia 1988/89 y sobreChina después de la masacre de Tiananmen), los autoresintentan demostrar que los países del Este, languideciendoya desde hace tiempo se encuentran ahora en un impas-se parecido al desarrollo dado en Occidente antes de lacrisis del petróleo en los años 70, han entrado ahora enuna etapa de crisis, al no poder hacer frente a la lucha declases, a la «rigidez obrera» que frena el ritmo de acumu-lación de capital. Mientras que en Occidente el Capitalsalió fortalecido, descomponiendo la clase, en los paísesdel Este se está preparando ahora un nuevo modelo deacumulación, basado en la precarización de grandes par-tes del trabajo combinado con algunos centros de «altatecnología» y productividad en cooperación con Occi-dente (joint-ventures).

Para esto hace falta la integración de la clase obreracomo motor del desarrollo y una forma institucionaladecuada: sindicatos libres y Democracia. Aquí se expli-ca, para los autores, la imagen preponderante de «luchaspor la democracia» que propagan incesantemente los me-dios de comunicación y los políticos de ambos lados.Imagen esta, que no corresponde a una realidad socialbien distinta: al integrarse ahora plenamente en el mer-cado mundial, la clase sufre con esta «apertura» un creci-miento de su miseria lo que le obliga cada vez más aluchar para defender y mejorar sus condiciones de vida.Este (re)surgimiento de luchas obreras (por ej. en la ex-RDA) podría ser la primera señal para una (re) unifica-ción de luchas varias poniendo así en entredicho un nuevo«milagro económico» oriental. Finaliza esta primera par-te con un artículo sobre el desarrollo del Capital en Chi-na, sacado del nº 14 de ETCETERA.

En la segunda parte nos ofrecen un artículo de debatetraducido de COLLEGAMENTI/WOBBLY (prima-vera 1989) que intenta acercarse a la realidad social de lasúltimas luchas, especialmente en Europa occidental. Losautores abordan una vez más el problema fundamentalde cómo es posible hoy en día un cambio social radicalque nazca de las mismas clases subalternas y cuales po-drían ser en este proceso los puntos de partida para lasfuerzas social-revolucionarias. Siguen dos artículos de-dicados a luchas concretas: una discusión crítica de las«coordinadoras» en Francia, que muchas veces servíande instrumento para encauzar movimientos de base enel marco del poder, de la Democracia y en defensa deintereses particularistas. Después, una entrevista con unmiembro del comité de coordinación de las enfermeras

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en Francia sobre la situación y las últimas luchas en estesector. «Luchas de clase en Inglaterra» se dedica al finaldel libro a dar un panorama de la «enfermedad inglesa»,es decir las luchas continuas en varios sectores, a pesarde los ataques del Capital y del gobierno conservadorpara implantar la paz social. Los autores, un colectivo deBremen, subrayan también una serie de contradiccionesque atraviesan en estos momentos, análisis que para loseditores de THEKLA es bastante discutible.

LE MUR DE BERLIN. La documentationFrancaise, 1990. Margaret Manale.

Trabajo imprescindible para quien quiera la historia delMuro de Berlín e incluso la historia de Berlín desde aca-bada la II Guerra Mundial hasta la apertura de la puertade Brandebourg en dbre. de 1989. Empieza explicandola división alemana desde 1949 en RFA/RDA; esta divi-sión se materializará, al salir de la guerra fría, con la cons-trucción del muro en 1961. Yalta, Potsdam,... las vicisi-tudes en Berlín de los años 1946-48 como resultado dela política de bloques (Truman-Plan Marshall; Stalin-pi-llaje sistemático como reparación de guerra). Se acentúael foso de la diferencia económica entre las dos alemanias.

En junio de 1953 estalla la revuelta en Berlín. Los traba-jadores de la RDA se rebelan contra el sistema impuestopor la URRS y contra el stajanovismo. Para evitar que sereproduzcan tales explosiones el régimen Este-alemáninstaura en las fábricas sistemas perfeccionados de con-trol. La importancia de la revolución de 1953 es destacadapor la autora llegando a hablar de aquélla como de la se-gunda fundación de la RDA.

Reseña a continuación, M. Manale, el impacto de losacontecimientos de Hungría de 1956, el períodoKrouchev-Kennedy, la confrontación Adenauer-Brandt,de cara a la ciudad de Berlín. El impacto de la construc-ción del muro de 1961 es contemplado desde los distin-tos periódicos de las dos alemanias y países occidentales.

Para abordar el tercer gran corte de su trabajo, la des-trucción del muro, narra la situación del Berlín de losaños 80, la desintegración del bloque socialista, las medi-das de liberalización a partir del 40 aniversario de la RDA,el éxodo en agosto del 89, la apertura de las fronterasentre la RFA y Berlín Este, hasta la reapertura el 22 dediciembre del 89 de la puerta de Brandembourg que ponefin a 28 años de división.

hilo a partir de los años 60, no a manera recuperadoracomo han hecho los nuevos servidores del Estado, sinopara criticar el presente en la continuidad histórica.

Cuando parecía que todo estaba controlado saltó afinales de los años 60 un movimiento subversivo contrala organización del tiempo social y del espacio producti-vo. El «lo queremos todo» se extendió por Francia, Ita-lia, Alemania, USA, Portugal, España... durante los años70. La represión disuasoria (partidos y sindicatos) acabacon ello y así se reintroducen a finales de los años 70ideas y prácticas ya puestas en cuestión: formas autorita-rias, vanguardistas, feministas y jacobinas.

Aparece así la lucha armada: la impotencia y el deses-pero como estrategia. Pensando tocar el corazón delEstado se llega a tocar solamente a un funcionario. Laconfrontación entre aparatos militares, a lo que la luchaarmada lleva, arrastra dicha lucha al terreno del Estado.La lucha armada en Portugal en lo años 80 es el resulta-do de la contra-revolución que empieza en el 75. Las FP25 son producto del reflujo de las luchas por una alter-nativa social, fuerte regresión respecto a los años 60, ysirven de justificación para la actividad incontrolada delEstado.

A partir de aquí los autores reflexionan sobre la situa-ción actual, la necesidad de desmontar el discurso enboga (la democracia representativa como última forma

de sociedad humana),comprender las actua-les luchas parcelares, si-tuar el debate dentrode un movimiento li-bertario hoy ausentedebido a la débilconflictividad de la so-ciedad portuguesa.

LA DIAGONALE DES AUTONOMIES. Arcole.BP 161, 75966 Paris Cedex 20. Périscope 1990. Em-presa partidaria iniciada a finales de 1986 por un grupode búsqueda militante incitada por el retorno de las lu-chas en Francia. Reflexionan sobre el fin de un movi-miento obrero, sobre la muerte de una idea de revolu-ción y sobre lo que empieza: el espacio donde prosperala exclusión, el paro, la precariedad, la movilidad, dondeno reina ninguna forma de mediación ni representaciónpositiva, para a partir de aquí pensar la crisis de la he-gemonía industrial y la posible modificación de la rela-ción del hombre al sistema de máquinas. La crecientenecesidad de autonomía y las capacidades productivasde nuevo tipo dibujan el proyecto de una actividadhumana libre, fundada sobre una relación de utilidadsocial directa. Los hombres no ligados entre ellos porlas mercancías intercambiadas sino por la sola calidadde una actividad humana. Una nueva riqueza constitui-da de bienes y utilidad social directa (así como el pro-

Este trabajo de documentación se acompaña de losfacsímil de las primeras páginas de prensa sobre la divisiónalemana, la construcción del muro y su destrucción.

A TRIBO DOS IRRECUPERAVEIS. M.R. deSousa, J. Henriques. Fora do texto, 1990, Coimbra.Los autores, para hablar de la situación actual en Portu-gal y de las tareas de un movimiento libertario, toman el

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vecho fue la dinámica de la acumulación capitalista, lautilidad social directa sería la dinámica de la produc-ción de la nueva riqueza).

TEMPS CRITIQUES. n. 2 otoño 1990. B.P 331.38012 Grenoble Cedex 01. Consagrado a la crítica delnacionalismo/antisemitismo. «Contra la nación-Estado»y «La lógica del antisemitismo». A propósito de la revi-sión de la historia reciente –y más concretamente, delnacismo– que han emprendido algunos autores alema-nes en un intento de «recuperar el pasado» bajo el sub-terfugio de que «no todo fue tan negativo», lo que leslleva a relativizar Auschwitz, Temps Critiques sale al pasode semejantes tropelías ideológicas con una serie de tra-bajos engarzados en torno al título del artículo de MoishePostone «La lógica del antisemitismo». Siguiendo la sen-da de la teoría crítica iniciada por Adorno, el autor llevaa cabo una original aproximación al antisemitismo mo-derno a partir del análisis de la categoría fetichista delvalor y la doble naturaleza de la mercancía (valor de usoy valor de cambio) que, a su vez, articula las dos formaso momentos del capital, como valor de uso (capital in-dustrial) y valor (abstracción universalizadora).

Así, según el autor, el antisemitismo moderno transfe-riría a los judíos las características de las formas socialesde que se reviste la categoría valor y se concretaría enuna confrontación del capital industrial, constituyentede la comunidad (nacional) productiva de los trabajado-res, contra la forma abstracta e inaprensible del capitalvalor que se proyectaría en la fórmula del contuberniodel «Capital internacional», el cual se asociaría con elpueblo judío (estereotipado en el imaginario colectivocomo el pueblo errante, cosmopolita y financiero). Estabiologización del capitalismo explicaría la naturalezagrotescamente «anticapitalista» de que se reviste la de-magogia nazifascista.

Otras contribuciones abundan en torno a esta mismatesis y la hacen extensible a las condiciones actuales (cri-sis del Estado-nación), derivando hacia una caracteriza-ción de la individualidad y sus manifestaciones en lassociedades capitalistas desarrolladas. La última parte deTemps Critiques se cubre con la correspondencia que re-coge el debate suscitado por las cuestiones planteadasen el nº 1.

SCIENCE AS CULTURE. n. 9, Londres 1990. 26Freegrove Road, London N7 9RQ. Como ya nos tie-ne acostumbrados, esta publicación recoge una serie deartículos en los que se somete a análisis diversos aspec-tos de la ciencia y la tecnología en cuanto a sus repercu-siones sobre diferentes ámbitos de la vida social. Así, enesta entrega, se aborda el tratamiento cinematográficode la tecnología, mediante el análisis de una serie de films,las formas de representación simbólica de la biología, através de la imagen del DNA y su significado, viene a

cleares. Por último aparece una reflexión acerca deldarwinismo y la división del trabajo, y una serie derecensiones bibliográficas.

MORDICUS. Diciembre 1990. n. 1. B.P.11, 75622París Cedex 13. Nueva revista en lengua francesa decrítica social. Mordicus pretende ampliar el espectro desus interlocutores sin renunciar a su carácter subversivo,con un planteamiento que quiere ser más testigo críticode los acontecimientos que formulador teórico.

Destacamos los artículos dedicados a los estudiantesde París y al análisis de las movilizaciones que protagoni-zaron este otoño. Su artículo «Democrature» incluye re-flexiones acerca de la ideología democratista y la entrada«Democracia» en un futuro glosario que recogerá pala-bras de la servidumbre moderna.

Transcribimos algunos párrafos de su presentación:«Ni la dictadura de los media sobre los imaginarios co-lectivos, ni el culto al burgués rebautizado ‘empresario’no son suficientes para llenar el vacío dejado por la ago-nía de la política...» «...Pues los tiempos son más incier-tos de lo que nos quisieran hacer creer sus maestros.Cada cual se da cuenta de cómo aumentan a su alrede-dor las reacciones de rechazo y de cólera ya sea frente ala payasada de los media como a las agresiones de laconomía...» «...Al tomar conciencia de estas señales,Mordicus afilará las armas de la crítica y excitará las ener-gías de la cólera. Quiere contribuir a minar la domina-ción desde su principio, aplastarla en sus detalles.Indisociablemente».

«Mordicus explicará por qué deseamos la ruina de todolo existente».

«La abolición del asalariado es la actividad subversivaque origina todas las demás. Si aún hablamos es porquecreemos que hay otra sociedad posible. Sin Estado nidinero, sin centrales nucleares ni disneylandias».

«El proyecto manifiesto es el de propagar el análisiscrítico y la subversión bajo todas sus formas».

continuación. Sigue una entrevista con la militante eco-feminista María Mies en torno a «mujer, naturaleza y di-visión internacional del trabajo», continúa un artículo so-bre la tolerancia represiva en la política científica, a pro-pósito del libro The New politics of Science de David Dickson,y un texto sobre la reconsideración de la noción de acci-dente (¿experimento?) a propósito de los desastres nu-