la concepcion de conduccion de jose kentenich, segunda parte
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SEGUNDA PARTE:
LA CONCEPCIN DE CONDUCCIN DE JOS KENTENICH
. INTRODUCCIN
El sentido de esta segunda parte de la tesis es el presentar sistemticamente la
concepcin de conduccin que tiene Jos Kentenich. Se distingue, entonces de las otras dos
partes que tienen -respectivamente- un carcter ms de precisin del tema e investigacin
histrico-gentica (Parte I) o ms de evaluacin y crtica (Parte III). Dado que sta es la
parte ms extensa del trabajo, queremos anunciar aqu los captulos que ella contiene:
Para entender el primer captulo ("1. FUNDAMENTACIN TEOLGICA") hay que
partir de la siguiente base: la concepcin de la actividad de conducir por parte de Jos
Kentenich se desarrolla a partir de un determinado trasfondo teolgico (y de las
consideraciones fundamentales que a l corresponden) que es necesario conocer. Sin ello no
se entiende la procedencia ni la intencin de las afirmaciones que l hace respecto a laconduccin o sus formulaciones tpicas en relacin a ella. De ese trasfondo teolgico y sus
consecuencias ms importantes nos ocuparemos, pues, en el primer captulo de esta parte del
estudio.
Esta tarea se realizar de la siguiente manera: primero expondremos los pensamientos
bsicos del fundamento teolgico de la concepcin de conduccin de Jos Kentenich ("1.1.
Afirmaciones bsicas y formulaciones tpicas"). Y luego agregaremos a ello una explicacin de
algunos aspectos en cierta medida complementarios a lo ya expuesto. Se trata aqu de
pensamientos que no han formado parte de una manera expresa del hilo central de la
fundamentacin teolgica explicada en el punto anterior pero que deben ser tomados en
cuenta pues forman un todo con ella ("1.2. Aspectos complementarios").
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Los otros dos captulos -el segundo y tercero de esta parte- se ocupan directamente de
la actividad de conduccin en s misma. El segundo captulo consistir en la explicacin de
una formulacin clave de Jos Kentenich frente al tema de la conduccin: el as llamado
"Principio de Gobierno"1, a travs del cual l expresa elementos esenciales de su posicin de
una manera sinttica y prctica. En ese punto ("2. EL PRINCIPIO DE GOBIERNO") se
sealar el contenido y el significado de ste y se precisar -a esa luz- la concepcin de la
conduccin, explicando la relaciones de ella con otros aspectos relevantes.
1 Traducimos de esta manera la expresin alemana "Regierungsprinzip". Para su uso en J. Kentenich: cfr.
KRF (1961) passim.
El tercer captulo ("3. LA TAREA DEL CONDUCTOR") quiere mostrar cmo entiende
Jos Kentenich la labor del conductor en sus rasgos ms relevantes, destacando con ms
fuerza aquellos elementos que revisten mayor importancia tanto para la actividad del que
conduce como para la persona misma del conductor. Cabe sealar aqu que los captulos
estn estrechamente relacionados entre ellos y que, por eso, algunos temas se encuentran
tratados en varios lugares, como se indicar oportunamente en el mismo texto.
. FUNDAMENTACIN TEOLGICA:
LINEAS CENTRALES PARA UNA TEOLOGA DE LA CONDUCCIN
.. Afirmaciones bsicas y formulaciones tpicas
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La concepcin de la conduccin por parte de Jos Kentenich se sustenta
fundamentalmente en su pensamiento acerca del actuar de Dios y del actuar humano, as
como en la forma como l percibe la relacin que ambas actividades tienen entre s. El
captulo que aqu comienza tiene que ocuparse, entonces, con una presentacin de estos
planteamientos de fondo ya que ellos resultan fundamentales para comprender adecuadamente
la posicin de Jos Kentenich, a lo cual deber agregarse una necesaria explicacin tanto de
los contenidos centrales asociados a ellos como de las formulaciones que Jos Kentenich
utiliza repetidamente para expresarlos.
1.1.1. La actividad conductora de Dios
1.1.1.1. El hecho mismo: el Dios que conduce
Jos Kentenich afirma, a partir de la fe y con la fuerza de la tradicin y la experiencia
cristianas, que Dios despliega una permanente actividad de conduccin:
Dios gua y dirige al mundo, Dios conduce al mundo entero hacia una meta queslo l conoce en detalle. Por lo tanto lo primero es: Dios dirige, Dios conduce, Dios
acta. l no abandona al mundo a sus propias fuerzas. ... Dios es quien tiene en su
mano los hilos del acontecer mundial en su totalidad y tambin los hilos del acontecer
de las vidas particulares...2.
2 DD (1963) tomo 5, pg. 52. Estas afirmaciones se encuentran en muchos textos de J. Kentenich. Por
ejemplo, escribe en las oraciones compuestas en Dachau: "Creemos, oh Dios, que tu poder / dio al mundo laexistencia, / que T lo mantienes y riges, / que lo conduces sabiamente a su fin." HW (1945) N62. Al
explicar su concepcin de historia, escribe: "... la historia mundial es comparable a un gran ro, cuya fuente y
desembocadura estn situadas en el corazn de Dios, cuyo flujo y reflujo, cuyo lecho, direccin y meta, estn
ordenados y dirigidos por Dios, segn un plan sabio, de tal manera que sus olas y ondas no se empujan
mecnicamente, unas tras las otras, sino que estn interiormente unidas unas con otras, se favorecen y se
reclaman unas a otras, se condicionan y se infieren mutuamente, como causa y efecto." OB (1949) pg. 21. (En
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espaol, pg. 16).
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Para precisar este hecho hay que basarse en los contenidos de la "conduccin" as como
fue analizado ms arriba3. En primer lugar, se debe decir que "conducir" se refiere siempre -
en un sentido primero y general de la palabra- a la capacidad de alguien para mover algo en
una determinada direccin. En este sentido, Jos Kentenich sostiene el carcter de conductor
de parte de Dios como una verdad avalada por los datos objetivos y ya largamente
reflexionados de la Revelacin y la Teologa.
Ya en los textos que transmiten la experiencia bblica del Antiguo Testamento se muestra
explcitamente a un Dios con el poder y la voluntad de conducir la historia de Israel, de la
humanidad en general y de cada hombre en particular. Jos Kentenich va a encontrar a
menudo una base sustancial para sus afirmaciones en las expresiones y experiencias bblicas4.
En unin a la plena revelacin de Dios en Jesucristo, el Credo cristiano afirm desde un
comienzo la Omnipotencia Divina, uniendo as directamente el surgimiento y la existencia de la
creacin entera a la realidad del poder de Dios5. Sobre esta base, se sostiene algo ms: Dios
ha creado toda la realidad -y a las personas en ella- con una meta, con un fin6. El poder de
Dios, es decir Dios con su poder, no slo, entonces, ha generado y sigue manteniendo su
creacin, sino la va "moviendo", la va conduciendo hacia el fin que l mismo le ha dado.
3 Cfr. Parte I, captulo 1: "La conduccin".
4Cfr., entre otros, los largos pasajes sobre Abrahn en DD (1963) tomo V, pgs. 66-114 o sobre Moiss
en DD (1963) tomo IV, pgs. 165-181 y 208-226, que tienen directa relacin con el tema que nos ocupa.
5 Cfr. la bibliografa indicada en la introduccin sobre el tema "poder", especialmente el artculo de K.
Rahner, Allmacht, en Lexikon fr Theologie und Kirche, tomo 1, columnas 353-355.
6 Cfr. los manuales de dogmtica sobre el tema "fin" natural y sobrenatural. Interesante es el artculo de J.
Alfaro, Ziel, en Lexikon fr Theologie und Kirche, tomo 10, columnas 1367 ss. All hay ms indicaciones
bibliogrficas.
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Con afirmaciones que corresponden al mbito de una teologa de la historia, se reconoce,
entonces, el hecho de que la creacin entera se encuentra, desde lo ms propio de su misma
realidad, en movimiento, en camino hacia una meta, poseedora de una direccin y un sentido.
Se afirma, as, que todo lo que Dios ha llamado a la existencia (y en ello el mismo ser
humano con su vocacin propia a la plenitud de la vida y de la gracia) va siendo conducido
"por" Dios y "hacia" l. Dios es la fuente misma del ser y del movimiento que anima toda la
creacin. Y el fin al cual todas las cosas se dirigen consiste justamente en distintas formas
de participacin en la propia realidad divina. Esa conduccin, adems, ocurre tambin "en"
Dios: l permanece en un contacto duradero con su creatura, mantiene su existencia y la va
guiando de mltiples maneras en su desarrollo.
Estas afirmaciones son asumidas por Jos Kentenich en el fundamento de su pensamiento
y marcan tambin vitalmente su actividad, como lo muestra, por ejemplo, el contenido de las
oraciones que redacta para su familia espiritual:
A ti, oh Dios, amor y honra,
a ti, que reinas sobre mares;
cielos y tierrasiguen el camino que T les sealas.
...
Amor cre al mundo
como peldaos de amor,
que nos conducen eficazmente hacia el cielo,
al corazn de Dios.
Del Amor eterno con diafanidadvemos fluir torrentes de amor,
derramarse por cielos y tierra
y retornar a su fuente7.
7 HW (1945) estrofas 34, 42 y 43. Lo expuesto aqu quedar en evidencia en los prximos puntos de este
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Unido a esta visin de la presencia actuante de Dios en su creacin, se constata en Jos
Kentenich tambin otra serie de consideraciones centrales que tambin tocan el campo propio
de una teologa de la historia. Ellas se refieren a aspectos que estn includos en el contenido
mismo de la conduccin:
"Conducir", como ya ha sido sealado, indica tambin una actividad que se realiza para
favorecer y orientar el movimiento de otro. Es, entonces, una accin ejercida en orden a abrir
caminos para que otra cosa se mueva por s misma, en virtud de su propia capacidad de
hacerlo. Al hablar en propiedad, se debe reconocer en lo conducido la presencia -en alguna
forma- de una capacidad de moverse. Una cosa inerte no es propiamente conducida, sino
simple y directamente movida, trasladada, cambiada de lugar. Conducir resulta ser, entonces,
un entrar en relacin con la capacidad de moverse que algo tiene ya en s y con el
movimiento en que de facto eso se encuentre. Se tratar, de esta manera, de una actividad
que buscar despertar el movimiento, fomentarlo y orientarlo hacia su fin propio.
De esto se desprenden reflexiones de mucha importancia en el conjunto del pensamiento
de Jos Kentenich. Algunas de ellas se refieren a lo que es conducido, otras al que tiene lafuncin de conductor.
En cuanto a las primeras hay que destacar lo siguiente: al sostener la dinmica propia
con que algo participa en un proceso de conduccin (donde l es conducido en virtud de su
propia capacidad de moverse), se est indicando tambin que la conduccin ocurre ms
plenamente cuando ella se ejerce en relacin a cosas vivas, a organismos vivos. Ms an: el
comprender correctamente la realidad a partir del hecho de que Dios quiere gestar y
desarrollar en su creatura esta propia capacidad de moverse, permite entender el lugar
teolgico de la libertad del hombre. Estas afirmaciones son de gran relevancia para el
captulo sobre la realidad del hombre y de la creacin. Ello se puede constatar ya en la visin de conjunto de los
textos indicados, como HW (1945) o OB (1949).
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pensamiento de Jos Kentenich sobre la conduccin y se volver a ellas extensamente ms
adelante.
Otras consideraciones se refieren al conductor. En ste se reconoce a una persona que
entra en relacin con la capacidad de moverse que est, de alguna manera, ya presente en
algo o en alguien. La formas ms radicales de esto se pueden constatar en el contacto de
alguien con la existencia misma de esa capacidad en el otro, con el sentido propio de su
movimiento y los medios para hacerlo, con sus condiciones prcticas, etc. A esta luz se
entiende que un carcter as de conductor le corresponde en primer lugar slo al mismo Dios.
El conductor humano tiene, en este sentido, un rol subordinado, ya que l en propiedad no
puede desplegar una labor de creacin de la vida ni engendrar al modo como Dios lo hace, el
hombre no puede llamar algo a la existencia ni darle del todo a ello su ltimo sentido8.
Es Dios, en el sentido antes descrito, el conductor de la creacin entera, de cada creatura
y de toda vida. l ha llamado al hombre -en un gesto gratuito y distinto- a una plenitud
natural y sobrenatural de vida en Cristo y con su poder lo conduce hacia la participacin
sorprendente, nueva en su propia realidad divina por la gracia (cuyo nico origen es l
mismo). Dios genera todo movimiento humano, abre caminos a su libertad y lo invita aasociarse a su propia actividad. Dios aparece as como el gran conductor de la historia, como
el conductor no exclusivo pero verdadero de toda historia9.
1.1.1.2. El "alma" de esa conduccin: el amor que engendra vida
8 En este sentido afirma J. Kentenich hablando de la conduccin: "Saben Uds. qu supone el servicio a
la vida del individuo y el servicio a la vida de la comunidad? ... La vida debe ya existir, aunque slo fuera en
germen. Nosotros no podemos crear la vida, fabricar la vida. Slo podemos ayudar a que se desarrolle de
manera adecuada la vida ya existente y a que ella madure hasta la plenitud. Servicio a la vida... Debo cuidar,
por lo tanto, de intentar captar lo que existe germinalmente en mi squito. Debo tratar de hacer todo para
desarrollar todos esos grmenes de vida en todas las direcciones." DD (1963) tomo III, pg. 56.
9 Cfr. OB (1949) pgs. 22 s.
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Uno de los pilares de la reflexin de Jos Kentenich sobre el actuar de Dios se encuentra
en la siguiente reflexin: el motivo fundamental que rige toda la actividad conductora de Dios,
"motivo que ha impulsado a Dios a crear el mundo, a gobernarlo, a conducirlo, a salvarlo"10,
motivo que es "la razn ltima de todas las razones en Dios"11, es el amor. Jos Kentenich
insiste en mostrar cmo la directa afirmacin bblica "Dios es amor" 12 toca el ncleo de la
Revelacin y manifiesta, por eso, uno de los aspectos centrales de la vida y el mensaje de
Jesucristo. Se lee:
El amor fue durante su vida la gran fuerza motriz que mantuvo incesantemente en
10 PLf (1934) pg. 220.
11 Op. cit., pg. 221.
12 1Jn 4,8.16.
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movimiento todas las energas de su cuerpo y de su alma. El amor, que en toda la
existencia y en todas las obras de Dios es la gran ley universal, fue para Cristo la
gran ley bsica de su vida.
13 WH (1937) pg. 180, versin en castellano, pg. 199.
El percibir el amor de Dios -con todos los rasgos que Cristo nos manifiesta- nos permite
entender, entonces, el "alma" que anima todos sus designios y toda su actividad respecto al
hombre y la creacin entera.
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Jos Kentenich acenta esto en muy alto grado. Sus exposiciones remarcan esta verdad
en formas variadas e intensas, convirtindose el tema en un verdadero leitmotiv de sus
conferencias y escritos. En este campo se sita una formulacin suya para el actuar de Dios
en el amor que ha llegado a ser clsica en l y que l mismo la denomina "Ley fundamental
del amor"14: Dios realiza todo por amor, a travs del amor y para el amor 15. Lo explica as:
Dios hace todo por amor, a travs del amor, para el amor. Es decir: () hace todo
por el motivo principal del amor que es tan fuerte que moviliza todas las dems
cualidades divinas y las pone a sus servicio, tambin, por supuesto, la justicia y la
omnipotencia. () Detrs de todo lo que hace se puede percibir la existencia de un
movimiento de amor bien palpable que () tiende a alcanzar una unin de amor
perfecta con el hombre cuando entra en alianza de amor.
La importancia que Jos Kentenich da a esta realidad lo hace sostener no slo en general
que la relacin de Dios con la creacin y su historia es una relacin de amor, sino lo lleva a
formular esta "ley" como el principio rector de realidades particulares en la vida de cada
comunidad y de cada persona17, en su educacin y su historia18, obteniendo de ello mltiples
14 "Das Grundgesetz der Liebe": cfr. entre otros WH (1937) pgs. 180-186, JBr (1952) pgs. 32-36, WPhE
(1961) pgs.143-149. Especialmente importante es el largo tratamiento de este tema en PLf (1934) pgs. 216-
432. All se encuentran tambin referencias a otros libros de J. Kentenich; sobre la relacin a San Francisco de
Sales cfr. la nota 1 en la pg. 217.
15"Alles aus Liebe, alles durch Liebe und alles fr Liebe": PLf (1934) pg. 222 y passim.
16 JBr (1952) tomo II, pgs. 32 s. Versin en espaol: pgs. 18 s. (Los nmeros intercalados son mos).
17J. Kentenich afirma: "La ley fundamental del mundo quiere llegar a ser la norma para la vida del hombre
en la alianza, quiere llegar a ser la ley bsica e inalterable para toda su vida. El amor debe ser el rey de su vivir
y actuar". JBr (1952) tomo II, pg. 35. Por eso J. Kentenich la llama tambin "la ley bsica del reino de Dios",
WH (1937) pg. 181.
18Cfr. las detalladas explicaciones de PLf (1934) pgs. 216-432. En cuanto a la aplicacin a la educacin
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consecuencias para la vida cristiana.
cfr. WPhE (1961) pgs. 143-149 (tambin ss.).
Desde una aproximacin como sta al fundamento de la conduccin, es decir desde la
percepcin del amor divino como su principio animador, se entiende otra de las notas
caractersticas con que Jos Kentenich muestra la accin de Dios: el carcter paternal de su
actividad. Basado obviamente en el dato revelado de que Dios es ante nosotros esencialmente
Padre y que en Cristo nos ha llamado a una gratuita plenitud de filialidad, Jos Kentenich
busca mostrar una imagen de Dios en que es destacada su preocupacin amante por el
hombre y por la creacin. Se remarcan, as, en Dios los rasgos propios de una preocupacin
paternal por la vida:
Dios tiene una actitud paternal extraordinariamente profunda no slo ante el
conjunto del pueblo sino tambin ante los individuos. Pero an no est dicho todo: en
realidad Dios tiene una actitud paternal tambin ante los ms pequeos detalles de
cada individuo. ... Miren Uds. el Nuevo Testamento: cmo se esfuerza el Seor por
hacer pleno el concepto de Dios con todo lo que a l pertenece, con cunto amor,
cunta misericordia y cunta fidelidad. ...
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Donde est la raz de esta actitud paternal de Dios? ... En la paternidad real. Dios es
realmente nuestro padre, somos realmente sus hijos ... Condicin de hijos de Dios
significa: ntima participacin, comunicacin de la vida divina. Tenemos parte de
manera misteriosa en la vida de Dios, en la vida del Padre.
En esta perspectiva puede afirmarse, entonces, que para Jos Kentenich la conduccin
que Dios realiza se entiende en propiedad cuando se la considera un ejercicio de su amor
paternal, una actividad propia de su amor de Padre. Ese amor de Dios posee todas las
caractersticas del amor paternal: es capacidad y voluntad de engendrar vida, es vnculo
estable con esa vida engendrada, es compaa y conduccin amante en medio de un proceso
vital, es compromiso con el libre despliegue de la vitalidad de la otra persona, es invitacin a
realizar la existencia misma del otro en la plenitud de una filialidad madura y fecunda, es
transmisin al hijo de la capacidad de ser padre, es la disposicin a llegar a entregar la propia
vida por la vida de los hijos, etc.20. Las caractersticas propias de una paternidad semejante
debern ser explicadas ms adelante con detalle, al hablar de la actividad que a esta luz le
corresponde a todo hombre asociado a la conduccin paternal de Dios.
En este contexto se hace patente la relacin de toda conduccin con una actividad deeducacin21. El amor paternal -como responsabilidad por la vida de otro, por sus caminos y
metas, por su avanzar hacia la plenitud de la vida en su propia libertad- es el "alma"
19 PLf (1934) pgs. 254 ss. En esas pginas es desarrollado este tema con mayor detalle. Se le encuentra
tambin especialmente acentuado en la literatura posterior al exilio de J. Kentenich en Milwaukee, es decir
despus de 1965. Cfr. RV (1965) tomo I, pgs. 19-60 (y, en general, en toda esa coleccin); PatEx (1966) pgs.
402-444; VP (1967) passim; OW (1967) passim, y otros.
20 Acerca de estas notas de la paternidad: cfr. el texto arriba mencionado de PatEx (1966). Tambin all
aclara conceptos fundamentales: PatEx (1966) tomo II, pgs. 224-228.
21Cfr. las consideraciones generales de los textos pedaggicos de J. Kentenich en relacin al tema. P. ej.
WPhE (1961).
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animadora, el principio inspirador y rector de toda conduccin y de toda educacin. Las
necesarias precisiones de estos trminos y de sus relaciones sern objeto de estudio propio22.
22Se volver ms extensamente sobre estos temas en los prximos captulos, especialmente al tratar el
Principio de Gobierno (en el punto "2.3. Precisiones acerca de la conduccin") y la tarea del conductor (en el
punto "3.2. Rasgos centrales de la conduccin").
1.1.2. El lugar del hombre en la conduccin de Dios
1.1.2.1. Su realidad: la causa segunda libre
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El lugar que tiene el hombre en la conduccin de Dios, es decir su ubicacin al interior de
la conduccin que Dios realiza con todas sus creaturas, intenta ser precisado, en el
pensamiento de Jos Kentenich, por lo que l denomina "Ley de Gobierno del Mundo" 23:
La ley de gobierno del mundo dice: "Deus operatur per causas secundas liberas".
Dios quiere gobernar el mundo a travs de causas segundas. ... Dios gobierna el
mundo a travs de ellas unindolas e incorporndolas a s mismo, de modo que
realicen con l sus planes.
Por esta ley entiende, entonces, Jos Kentenich lo siguiente: siendo Dios la causa de
todo, la causa primera y universal, no es l, sin embargo, la causa nica y exclusiva, sino que
acta normalmente a travs de causas segundas, en particular a travs de causas segundas
libres25. Jos Kentenich quiere destacar con ello el hecho de que Dios se ha propuesto no
desarrollar su actividad -en cuanto a sus creaturas- en forma absolutamente aislada e
independiente, sino que realiza esa accin justamente a travs de ellas, en ntima unin a
ellas mismas. Esto vale especialmente para el hombre: Dios quiere actuar ordinariamente a
travs suyo como creatura libre (como "causa segunda libre"), lo que le confiere a ste el
carcter de un estrecho colaborador de Dios. En la terminologa de Jos Kentenich seencuentra para ello una constante referencia a la condicin de "instrumento" que tienen el
hombre y su actividad26, entendiendo tal instrumento no en un sentido mecnico sino como la
23"Weltregierungsgesetz".
24DD (1963) tomo II, pg. 39.
25"Gott ist die Allursache, aber nicht die Alleinursache. Deus operatur per causas secundas liberas
(Thomas von Aquin)" Esquema FrM (1946) pg.25.
26 Sobre el sentido que tienen los trminos "instrumento" e "instrumentalidad" en J. Kentenich, cfr. el largo
tratado sobre el tema: MWF (1944).
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asociacin libre y creativa a su voluntad27.
Estas afirmaciones de Jos Kentenich acerca de la relacin existente entre la accin
divina y la accin humana son del todo coherentes con la manera como l percibe en general
la relacin entre Dios y el hombre. Esto queda especialmente en evidencia al revisar su
pensamiento sobre la referencia mutua en que se encuentran naturaleza y gracia. Uno de los
pilares bsicos de la posicin de Jos Kentenich -con notable insistencia de su parte en las
dimensiones pedaggicas y prcticas de l- est formulado en torno a la armona entre el
orden natural y el sobrenatural, entre la naturaleza y la gracia. Dice:
27 As leemos en un comentario: "Weltregierungsgesetz bedeutet, dass Gott nicht alles allein wirkt, sondern
dass er durch die Geschpfe, besonders durch freie Zweitursachen (Menschen), wirkt, durch seine Werkzeuge".
P. Vautier, Eine Einfhrung, en: J.K.Institut, eds., Causa Secunda. Freiburg: editado como manuscrito 1979, pg.
10.
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'Gratia praesupponit naturam; gratia non destruit sed perficit et elevat naturam '...
Se trata aqu del ideal de la unin armnica y orgnica, as como tambin rtmica de
naturaleza y gracia28.
La accin de Dios frente al hombre no est dirigida, entonces, a suspender la accin de
ste, sino a despertarla, acogerla y fortalecerla. Dios quiere as orientar y conducir la actividad
humana para que ella alcance con claridad y efectividad el fin que de suyo le es propio pero
que el mismo Dios mismo ha llevado a otra sorprendente plenitud por la gracia. Las
afirmaciones generales aqu expuestas necesitan una mayor precisin que ser buscada en los
prrafos siguientes.
Una primera precisin ocurre en torno al tema de la libertad. El sentido propio de la
libertad humana se encuentra, para Jos Kentenich, en la capacidad del hombre para
asociarse al actuar divino:
Ms exactamente: se trata en todo sentido del deseable ideal de la libertad de los
hijos de Dios, es decir del ser y llegar a ser libre de todo lo que no es de Dios o est
contra l, para poder estar ms y ms libre para Dios y para el deseo de Dios y laobra de Dios.
Se trata, entonces, de que sobre la base del reconocimiento de que siempre la accin de
28WPhE (1961) pg. 135. La formulacin latina (atribuda por J. Kentenich a Santo Toms de Aquino) es
de uso frecuente en sus escritos. Sobre este tema de la armona naturaleza-gracia cfr. J. P. Catoggio, Das
theologische Menschenbild bei P.Joseph Kentenich. Mnster: presentado como tesis para el grado de
Licenciado en Teologa Catlica, 1982, pgs. 91-140. (All se encuentran ms indicaciones de bibliografa y
algunas valiosas citas).
29 KRF (1961) pg. 37. Este tema ya fue tratado desde el punto de vista histrico en "3.1.1. En los
orgenes del Movimiento de Schoenstatt". All se muestran otros aspectos de orden gentico que explican esta
posicin de J. Kentenich.
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Dios est en orden al bien del hombre, ste ejerza y desarrolle su propia libertad aprendiendo
a distanciarse de todo lo que lo aleja de Dios y a crecer en una apertura y disponibilidad
frente a lo que l quiere realizar30. De este modo llega el hombre a cooperar activamente en
esa realizacin, lo que muestra la dignidad de la vocacin a que Dios lo ha llamado31. Y
justamente a partir de este sentido de la libertad como la posibilidad de la incorporacin del
hombre al actuar divino, Jos Kentenich llega a otras formulaciones acerca de ella: libertad
puede ser entendida -a la luz de su ltimo sentido- como la capacidad del hombre para tomar
30 Cfr., p. ej., DD (963) tomo III, pgs. 137-139 y tomo IV, pgs. 197-201.
31En Dachau escribe Jos Kentenich, en forma de verso, sobre esto: "As quiere Dios ennoblecer al
hombre, honrarlo, enaltecerlo, / darle participacin en el gobierno del mundo; / tanto valora l la libertad de la
persona, / que la sienta consigo en su propio trono." HSp (1943) estrofa 5129.
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decisiones y para realizar lo decidido32:
32 Cfr. HSp (1943) estrofas 4198-4200. Ambas caractersticas quedan unidas a trminos que vuelven con
cierta frecuencia en los escritos de J. Kentenich: "Entscheidungsfhigkeit" (capacidad de decisin) y
"Durchsetzungskraft" (fuerza de realizacin).
Se habla de dos dimensiones: de la capacidad de decisin y de la capacidad de
realizacin. Ambas unidas constituyen el ncleo de la libertad.
El elemento primario es la capacidad de decidirse con una cierta
independencia a favor o en contra de una cosa o una disposicin, a pesar de la
presin desde fuera y la debilidad desde dentro, a pesar del impulso del sentimiento y
de la vida instintiva, a pesar del miedo, de la sensibilidad personal y de la
predisposicin inconsciente y negativa. Es la capacidad de liberarse de todo lo que no
es de Dios o que est contra l, para llegar a ser libre para Dios y todo lo divino, para
sus deseos y mandatos.
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El elemento secundario es la capacidad de realizar vigorosamente la decisin
tomada a pesar de todos los frenos y dificultades.
Al entender as la libertad est estableciendo Jos Kentenich una directa unin de ella con
el campo de la reflexin histrica, ya que la pretendida cooperacin del hombre slo ocurre en
el curso de un proceso que tiene etapas y ritmos, constantes y leyes, fin y sentido. Sobre esto
volveremos ms adelante, en este mismo punto del trabajo.
Un segundo campo de precisiones es el relativo a aquello que se ha denominado "causas
segundas". El trmino es asociado por Jos Kentenich a travs de la frase de la llamada "Ley
de Gobierno del Mundo" directamente a Santo Toms de Aquino. En este autor encontramos
tanto el trmino mismo ("causa segunda"), como el pensamiento aludido en este contexto
(Dios acta a travs de causas segundas libres)34.
33 St (1949) pgs. 229 s.
34Respecto al tratamiento de este tema en Santo Toms: cfr. Summa Theologica I, qq. 103-119 (Tratado
del gobierno divino del mundo), como se expuso brevemente ms arriba (I.1.La conduccin). Hay, adems, otrasafirmaciones importantes repartidas en esa y otras obras. Cfr., p.ej., Summa Theologica I, q. 19, art. 18.
Cfr. tambin el ya antes mencionado artculo de K.-H. Mengedodt, Deus operatur per causas secundas
liberas. En: Josef-Kentenich-Institut, eds., Das Gehorsamsverstndnis bei Pater Joseph Kentenich.
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Jahrestagung: Berichte und Referate. Vallendar-Schnstatt: impreso como manuscrito por Patris Verlag 1971, pgs.
64-98. Este autor considera la formulacin de J. Kentenich como vlida en cuanto al contenido pero no
textualmente verificable en Santo Toms, cfr. pg. 80, nota 51.
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El tema aqu tocado no presenta mayor problema a nivel de las distintas reflexiones sobre
la relacin de Dios con el hombre en lo que respecta a lo natural, donde cabe en propiedad
hablar de "causa segunda". La cuestin adquiere profundidad al preguntarse acerca de la
validez de esto en el plano de la gracia. All debe afirmarse -avalado por la tradicin y por los
mismos textos de Santo Toms- que la nica fuente, la nica causa de la gracia es el mismo
Dios: "solus Deus deificat"35. An as, le cabe a la accin humana un rol importante en la
comunicacin de la vida divina, ya que a travs de hombres se crean las condiciones, las
ocasiones y los apoyos al encuentro de alguien con la vida de Dios. Se est aqu, de hecho,
en el mbito de lo propiamente eclesial, de la vida y la actividad de la Iglesia36. Buscando una
mayor precisin en esto destaca Jos Kentenich dos grandes mbitos de la vida humana en
su accin de colaboracin con la gracia de Dios: el orden carismtico y el valor del mrito37.
Esto se explicar a continuacin.
Que cada hombre coopera con su propia actividad a la gracia que l mismo recibe es
claro. La pregunta es cmo ocurre la cooperacin de un hombre respecto a la gracia que
recibe otro. Esto ha quedado formulado tradicionalmente a travs del desarrollo de la doctrina
de la gracia carismtica ("gratia gratis data"), distinguida de la gracia santificante38. La gracia
carismtica, recibida para cooperar a la justificacin de otro, se encuentra a menudomencionada en los escritos de Jos Kentenich y con ella se alude a las capacidades recibidas
35Santo Toms de Aquino, Summa Theologica I-II, q. 112.
36Como lo seala la conocida indicacin de la Constitucin Dogmtica Lumen Gentium del Concilio
Vaticano II: "... la Iglesia es en Cristo como un sacramento, es decir signo e instrumento, de la ntima unin con
Dios y de la unidad de todo el gnero humano...". LG 1.
37Para formular esto hemos seguido la distincin clsica entre gracia carismtica y gracia santificante, til
para sealar aspectos centrales en este tema. No entraremos a tratar la dimensin de la colaboracin
sacramental (instrumental, eficaz), ya que ello no presenta en este autor -fuera del reconocimiento de su
importancia objetiva- una mayor originalidad.
38 Cfr. Santo Toms de Aquino, Summa Theologica I-II, q. 111, art. 1, 4 y 5.
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por cada hombre o por una comunidad en orden a su tarea o misin cristiana 39.
Acentos propios en el desarrollo de este tema se encuentran especialmente en dos
campos. En primer lugar, Jos Kentenich acenta la unidad que se debe dar idealmente entre
los dos rdenes de la gracia. Es decir, la plenitud de la propia santidad, esto es de la gracia
santificante en la persona, condiciona la plena actuacin en l de la gracia carismtica recibida
y con ello el beneficio real que otros experimenten a travs suyo40. Y, en segundo lugar,
acenta Jos Kentenich tambin la armona que existe ordinariamente entre los dones
naturales recibidos por alguien (como talentos de parte de Dios) y la tarea a que est llamado
para cooperar a la salvacin de sus hermanos (su tarea propiamente eclesial)41.
39Cfr., p. ej., las consideraciones sobre la relacin de una misin carismtica y la Iglesia en BT (1952)
tomo I, pgs. 23-39; tomo II, pgs. 45-50.
40Cfr. C (22.3.67.) en TzHG pg. 226.
41Esto ocurre, p. ej., a menudo en el uso que J. Kentenich le da a la palabra "carisma" en contextos
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pedaggicos. Cfr., entre muchos otros, ME (1934) pgs. 245 s. y DD (1963), tomo III, pg. 64.
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La segunda forma de cooperacin humana a la salvacin de otros que Jos Kentenich
destaca est en relacin con el valor del mrito. l mismo aclara que esto consiste en ofrecer
las buenas obras por los dems en lo que se refiere -en la terminologa usada por Jos
Kentenich- a su "fructus impetratorius et satisfactorius" (no "meritorius")42. Este ofrecimiento
admite caractersticas singulares en la medida en que l es realizado por alguna persona o
comunidad en particular o por una intencin especial de algn tipo. En este mismo sentido,
existe, adems, la posibilidad de que ese ofrecimiento ocurra por parte de una determinada
comunidad de Iglesia que acta, entonces, como un cuerpo con carcter propio y original43. La
dimensin eclesial de esta entrega por otros resulta evidente y muestra una forma como la
vida de cada cual (y el crecimiento en l de la gracia santificante) influye en la llegada y el
aumento de la gracia en otros. Una formulacin clara de lo expuesto -donde se destaca su
carcter de ofrenda unida al sacrificio de Cristo- se encuentra en una de las oraciones
compuestas por Jos Kentenich en el campo de concentracin y publicadas despus de la 2
guerra mundial:
En Cristo Jess nos ata un estrecho vnculo:
estamos profundamente unidos en sus santas llagas;
nosotros somos sus miembros, l la nica Cabeza:esta Buena Nueva nadie nos la podr arrebatar.
...
Si en el ser y en la vida nos asemejamos a Cristo,
podremos extendernos las manos unos a otros:
la santidad de uno favorece a todos
a travs de la sangre del Seor.
42 Cfr. SchwFr (1935) en TzVSch pg. 62. Tambin se encuentran explicaciones valiosas en pgs. 29, 47,
64 ss, 73, y en la nota N 21. Cfr. tambin OB (1949) pgs. 183 ss.
43J. Kentenich llega a hablar de "communicatio meritorum": SchwFr (1935) pg. 65.
44HW (1945), estrofas 487 y 489. Toda esta oracin est construida sobre la realidad mencionada. Cfr.
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Esta acentuacin del ofrecimiento del mrito constituye para Jos Kentenich la base de
una prctica -en el campo de lo pedaggico-pastoral- que l llam "aportes o contribuciones
al Capital de Gracias" y que ocupa un lugar central en la vida del Movimiento de
Schoenstatt45. Ella ha encontrado tambin un aval a travs del uso del trmino en un sentido
semejante (e independiente de Jos Kentenich) por parte de la literatura especializada46, as
como tambin a travs de la existencia de esta misma dimensin en la vida de los santos,
entre quienes tiene para Jos Kentenich especial importancia y gravitacin la figura de San
Vicente Pallotti47.
estrofas 487-492.
45 Con ella se expresa el compromiso con la dinmica renovadora surgida desde el Santuario de
Schoenstatt, que constituye el centro del Movimiento. Cfr. 1GU (18.10.1914) y textos propios.
46Leemos, p. ej., en un manual: "Durch die Vermehrung unserer verdienstlichen Werke erhhen wir von
Tag zu Tag unser Gnadenkapital. Das wiederum ermglicht uns, mehr Liebe in unserer Handlungen zu legen,
und diese tragen zum Wachstume unseres bernatrlichen Lebens bei." A. Tanquerey, Grundriss der
aszetischen und mystischen Theologie, Paris: Descle 1931, pg. 184. (El subrayado es del propio Tanquerey).
47Cfr. SchwFr (1935) pgs. 64 ss. Sobre San Vicente Pallotti se puede ver tambin OB (1949) pgs. 177
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s.
Habiendo precisado hasta aqu algunos aspectos de lo que Jos Kentenich -en relacin
con el tema del actuar humano y su unin al actuar divino- entiende por "libertad" y por una
cierta "causalidad" ("causalidad segunda"), cabe todava una ltima precisin.
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sta se refiere a la modalidad prctica cmo la realidad que se ha sealado en la
mencionada "Ley de Gobierno del Mundo" ocurre en la vida humana, lo que reviste gran
importancia para la intencin que anima las consideraciones de Jos Kentenich. l desarrolla
este aspecto usualmente en una estrecha y explcita unin a las explicaciones acerca de esa
"Ley de Gobierno del Mundo"48, llamando "psicolgico" al punto de vista que ahora quiere
destacar49.
Respecto, entonces, al proceso mismo que ocurre en el desarrollo de la vida cristiana de
las personas, formula Jos Kentenich una constante que denomina "Ley de la Transferencia y
el Traspaso orgnicos"50:
Nuestra tarea central consiste en complementar la teologa y filosofa de las causas
primera y segundas con la psicologa. ... La Ley del Gobierno del Mundo contemplada
psicolgicamente es algo extraordinariamente sencillo. Se trata de la Ley de la
Transferencia y el Traspaso orgnicos.
48 Cfr. textos que abarcan gran parte de su actividad pblica, como p. ej. ME (1934) pgs. 155 ss.; PT
(1951) pgs. 45 ss. y 221 ss.; DD (1963) tomo II, pgs. 39 ss.
49Para enfocar esto correctamente, hay que revisar ciertas precisiones de J. Kentenich: l sostiene que lo
importante no es slo afirmar, en general, las verdades de tipo doctrinal y, en particular, la doctrina de la gracia,
sino percibir y considerar la forma como la gracia acta en la vida de las personas. La base para ello la ve l en
la afirmacin de la armona, de la relacin orgnica entre la naturaleza y la gracia. Esta perspectiva, considerada
indispensable para un educador cristiano, la llama l "gnadenpsychologisch", para distinguirla de un mero afirmar
verdades doctrinales (gnadentheologisch) o un referirse slo a consideraciones psicolgicas de orden natural
(naturpsychologisch). Cfr. especialmente ME (1934) pgs. 19, 66-69, 171-174.
50 "Das Gesetz der organischen bertragung und Weiterleitung". El Diccionario Alliende traduce: Ley de
transferencia y transposicin orgnicas. Cfr. la bibliografa mencionada en la nota anterior.
51 RomV (1965) tomo III, pg. 128.
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Para entender, entonces, la manera como operan prcticamente en la vida de los hombres
aquellos principios formulados -en general y en abstracto- por la "Ley de Gobierno del
Mundo" (Dios conduce el mundo a travs de causas segundas libres) es preciso percibir
correctamente esta otra relacin dinmica que encuentra su expresin en la "transferencia y
traspaso orgnicos" y que Jos Kentenich llama "psicolgica".
En sntesis, y apoyado en la literatura existente sobre el tema52, se puede resumir la
posicin de Jos Kentenich a travs de las siguientes explicaciones:
52 Cfr., entre otros, P. Vautier, Eine Einfhrung, en: Josef-Kentenich-Institut, eds., Causa Secunda.
Textbuch zur Zweitursachenlehre bei P.Josef Kentenich. Freiburg: impreso como manuscrito 1979, pg. 15.
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En primer lugar hay que explicar lo que Jos Kentenich en el contexto descrito entiende
por "transferencia orgnica". l sostiene que se debe reconocer dos realidades: el hecho de
que Dios transfiere53 parte de sus propias perfecciones a causas segundas, es decir a
personas que pasan as a tener determinados atributos, y el otro hecho, correlativo al anterior,
de que los hombres tambin transfieren54 a esas causas segundas el amor y la entrega que
ellos en ltimo trmino deben al mismo Dios. Jos Kentenich precisa tambin el carcter
"orgnico" de esta doble "transferencia": por una parte, Dios ya est pensando en los
hombres que recibirn la experiencia de sus perfecciones cuando l se las transfiere a causas
segundas que las reciben, y, por otra, aquellos mismos hombres van aprendiendo tambin a
mirar esas causas segundas y sus perfecciones no como algo aislado y cerrado sino como
smbolos y representantes del propio Dios.
Unido estrechamente a lo anterior, habla Jos Kentenich tambin de un "traspaso
orgnico". Con esto quiere destacar que las experiencias que los hombres hacen en su
contacto con causas segundas tienen el efecto de poder conducirlos directamente hacia Dios.
Y para esto cooperan tanto las vivencias positivas (p. ej. lo ejemplar o lo orientador que
pueda encontrarse en alguna causa segunda y que, de suyo, indica rpidamente hacia Dios)
como tambin los aspectos negativos de las correspondientes experiencias (las limitaciones delas creaturas, los desengaos que ellas acarrean, etc.). Ocurre as un ser remitidos, llevados
hacia Dios: un "traspaso"55. Se dice de l que es "orgnico", cuando el vnculo con la causa
segunda no por ello se debilita y se rompe, sino que esa causa segunda permanece presente
en la vida como algo que posee un propio valor y que es transparente hacia Dios56.
53 "bertrgt".
54 "bertragen".
55 "Weiterleitung".
56 Sobre la manera de aplicar estos pensamientos por parte de J. Kentenich: cfr. -entre otros- WPhE
(1961) pgs. 159 ss.
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Todas estas explicaciones sobre la causa segunda libre y su lugar en la conduccin que
Dios hace del mundo precisan lo que Jos Kentenich entiende como el rol propio del hombre
y de su actividad en esa conduccin. Ellas sern de gran importancia cuando haya que
detenerse en las consideraciones directas sobre el tema y sus aplicaciones. El aspecto
dinmico de la existencia humana, su historia, ser abordado en el prximo punto.
1.1.2.2. Su devenir: la historia humana
El camino por el cual Dios conduce al hombre -conduccin que ocurre de la manera antes
descrita, es decir con la permanente e indispensable participacin de causas segundas,
especialmente de causas segundas libres- constituye su historia. Muchos de los elementos
hasta aqu mencionados llevan explcita o implcitamente un rasgo histrico. Abocarse
directamente al tema de la historia humana y de su relacin con la conduccin -en el
pensamiento de Jos Kentenich- ser la tarea de este punto.
Especialmente central es, para el tema de la conduccin, la forma como Jos Kentenich
entiende el sentido de la historia. l sostiene que la historia, vista desde Dios, puede ser
considerada como
la victoriosa conduccin de todos los escogidos de vuelta al hogar, por Cristo en el
Espritu Santo57
o -lo que viene a ser lo mismo- afirma que, vista desde los hombres, se la puede entender
como
el victorioso regreso al hogar de todos los escogidos, por Cristo en el Espritu Santo al
57 ApkPr (1941) pg. 37, citado segn H. Schlosser, Zentrale Begriffe Schoenstatts, pg. 26.
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Padre.
Esta formulacin del sentido ltimo de la historia est unida a toda la visin del acontecer
por parte de Jos Kentenich, y llega a dar pie a expresiones y concreciones sumamente
prcticas. La direccin en la que se mueve la vida humana -tanto de la humanidad en general
como de cada hombre en particular- est, de esta manera, percibida con total claridad: ella se
dirige hacia el Padre. As lo expresa Jos Kentenich, p. ej., al hablar del camino del hombre
en la gracia:
De esta forma, el sentido de la historia es la preparacin, la continuacin y la
plenificacin de la historia de la vida de Cristo con el fin de una perfecta unin de
amor con el Padre.
A los distintos elementos mencionados de esta comprensin del sentido de la historia
debe agregarse lo que ya se ha explicado antes sobre la importancia y la funcin de la
libertad del hombre. Para Jos Kentenich aparece el hombre como un poder gestador de
historia justamente por su condicin de posible colaborador de Dios en la realizacin de su
designio. Lo explica as:
Las fuerzas principales que actan en el acontecer mundial son Dios y el Demonio.
Ambos estn enfrentados en eterno antagonismo. Ambos son los grandes poderes que
se combaten mutuamente en combate irreconciliable, que buscan aliados entre los
hombres y que dividen as el mundo en dos bandos... Dios y su reino conquistan
finalmente, a pesar de todas las crisis y reveses, una victoria completa y gloriosa
sobre Satans y su reino...La tarea histrica de hombres creadores de historia se hace, con esto,
58 id.
59 OB (1949) pg. 49.
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inequvocamente clara. Ellos se ponen a disposicin de Dios, sin reservas y con
audacia...
En el mismo sentido escribe Jos Kentenich en el libro de oraciones que compone en el
campo de concentracin, como una introduccin al rezo del Va Crucis:
60 OB (1949) pgs. 22 s.
Padre, junto a Mara nuestra Madre,
quiero acompaar al Redentor del mundo
y en su lucha a muerte ver esos poderes
que actan en todos los sucesos de la historia. ...
Me veo situado entre esos dos grandes poderes
que se proscriben mutuamente en una eterna lucha
y, con entera libertad, una vez ms
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me decido por Cristo ahora y para siempre.
De aqu se desprenden algunos pensamientos tpicos y recurrentes en Jos Kentenich, los
que se pueden ordenar bajo dos grandes temas muy centrales en sus planteamientos. Ellos se
refieren a la realidad del "plan de Dios" en la historia y al carcter de ella como historia de
"alianza"62. Este ltimo aspecto se encuentra extraordinariamente desarrollado en Jos
Kentenich y en sus escritos63, constituyendo no slo un tema nuclear de su reflexin sino
tambin una provechosa manera de acceder -muy iluminada desde una dinmica bblica- a la
animacin de la vida cristiana y a su maduracin integral en el mundo de la fe. As se
entiende la siguiente sntesis que l mismo hace de sus explicaciones sobre el tema:
Quien contemple globalmente los milenios pasados, a la luz de la revelacin,
aceptar gustoso la afirmacin: La alianza de Dios, la alianza de amor entre Dios y su
pueblo es el sentido y la forma fundamentales, la fuerza y la norma fundamentales de
toda la historia de salvacin, comenzando por Adn hasta el tiempo en que aparecer
el Seor sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria para juzgar a vivos y
muertos.
Este concepto de historia, esta comprensin de la historia como una historia de alianza
ilumina tanto la conduccin que Dios hace del mundo y del hombre, como la colaboracin que
61 HW (1945) estrofas 240 y 242.
62 Cfr. el ordenamiento y los contenidos propuestos por H.W. Unkel, Theorie und Praxis des
Vorsehungsglaubens nach Pater Joseph Kentenich. Vallendar-Schnstatt: Patris Verlag 1980, tomo I:
"Geschichte als gttlicher Plan", pgs. 37-168; "Geschichte als Bund", pgs. 169-266.
63 Est presente en toda su obra. Cfr. las afirmaciones sobre esto que se encuentran en: JBr (1952) tomo
II, passim (especialmente pgs. 58-76).
64 JBr (1952) tomo II, pg. 43 (traduccin tomada de Alianza de Amor, pg. 26).
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ste debe prestarle. Sin detenernos aqu en una explicacin detallada, conviene mencionar
algunos de los elementos centrales que son relevantes al plantear la historia de esta manera y
que revisten importancia para nuestro tema.
Para entender, entonces, la colaboracin humana con el Dios que conduce (que gua la
historia con un fin y a travs de un plan y que permanece en un vnculo de alianza con el
hombre) se puede destacar las siguientes aspectos, sobre los cuales insiste repetidamente
Jos Kentenich:
- La "fuerza impulsora" de la historia es la "entrega filial y magnnima a la conduccin
divina" que busca reconocer y realizar la voluntad de Dios en un momento determinado65.
- Resulta indispensable poseer y educar un "sentido histrico" en el hombre, que haga
posible que l conozca e interprete correctamente los sucesos para asumir ante ellos su
propia responsabilidad histrica 66.
65 cfr. Schl (1951), en: TzVSch, pg. 171.
66 Cfr. VicP (1967) tomo II, pg. 16.
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- La dinmica de la vida particular de personas y comunidades debe no slo ser vista y
comprendida a la luz de las grandes constantes de la historia de salvacin, sino tambin debe
ocurrir un proceso de repetir o revivir originalmente esa historia67 en una viva y novedosa
actualizacin de su realidad salvfica68.
67 J. Kentenich utiliza para esto el trmino "Nachvollzug", de muy difcil traduccin. El diccionario Alliende
propone: "asimilacin existencial, reviviscencia (en el Diccionario de la RAE, derivado de la tercera acepcin del
verbo 'revivir')".
68 Cfr. DD (1963) tomo II, pgs. 58-61. 156. Tambin aqu cabe la temtica aludida en otro lugar sobre los
trminos tpicos de "Einschaltung" y "Gleichschaltung" (traducidos como "incorporacin" y "asemejamiento").
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La preocupacin por integrar al hombre a una plena colaboracin con Dios y con su
conduccin, lleva a Jos Kentenich, en el contexto de lo ya explicado, a volver a uno de sus
temas predilectos: la as llamada "fe prctica en la Divina Providencia"69. Bajo este tema ha
desarrollado l toda una visin de cmo se incorpora el hombre a los designios de Dios y,
especialmente, la actitud que, de acuerdo a eso, corresponde cultivar y promover70. Jos
Kentenich asume y desarrolla, as, con hondas repercusiones para una espiritualidad moderna,
el tema de la posicin y actividad de Dios frente a la historia, ya tradicionalmente tratado bajo
el tema de la "providencia divina"71. De ello desprende tambin un mtodo concreto de
discernimiento de la voluntad divina, que no intenta ser una frmula mecnica de averiguacin
del querer de Dios -por lo dems imposible de averiguar con "recetas" o frmulas de corte
"mgico"-, sino que apunta a la incorporacin de toda la persona al plan de Dios a travs de
la fe y del amor. Lo expresado, entonces, por Jos Kentenich a travs de sus frecuentes y
largas presentaciones de la "fe prctica en la Divina Providencia" resulta clave para entender
su concepto de colaboracin con Dios en un sentido dinmico e histrico72.
Para terminar con esta sinttica presentacin de la dimensin histrica de la relacin de
conduccin entre Dios y el hombre, parece necesario remarcar una impresin que brota de los
69 "Der praktische Vorsehungsglaube". Cfr. la coleccin TzVgl y el abundante material elaborado por H.W.
Unkel, op. cit.
70 Como est dicho, este tema ha sido el objeto del extenso estudio H.W. Unkel, op. cit. En castellano se
encuentran slo algunos cortos estudios, a veces no publicados. Una breve introduccin es: H. Alessandri, Al
encuentro del Dios de la vida. Santiago: Editorial Patris 1982.
71 Cfr., p. ej., la primera parte de la Suma teolgica de Santo Toms de Aquino, especialmente lo que se
refiere al obrar de Dios respecto a sus creaturas. (Sobre la providencia en especfico: Summa Theologica I, q.22).
72 No nos podemos detener ms largo en el estudio de este tema en el marco de este trabajo. Referimos
al estudio de H.W. Unkel, op. cit. Sobre sus implicaciones ms importantes para la conduccin volveremos ms
adelante.
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textos de Jos Kentenich. Ellos muestran a una persona preocupada permanentemente por
reconocer las formas cmo Dios est conduciendo para descubrir las constantes (que l a
menudo llama "leyes") y discernir los pasos concretos a dar en un momento determinado.
Jos Kentenich no deja el tema slo en el campo de los postulados generales sino transforma
ste en una preocupacin constante de su vida. Se le ve, por eso, buscando constantemente
reconocer la conduccin de Dios en lo que real y concretamente acontece. Para ilustrar esto
se puede revisar algunos ejemplos en los que Jos Kentenich alude directamente -a propsito
de alguna materia- a la manera de conducir de Dios:
Ante la experiencia de la debilidad afirma:
Una ley general del gobierno divino del mundo: cun a menudo fue en la historia
del mundo lo pequeo y lo insignificante la fuente de lo grande y lo ms grande.
Respecto a dificultades y obstculos encontrados en el camino de la misin propia de una
comunidad, es decir frente a vivencias que son, en ltimo trmino, experiencias de dolor y de
cruz, sostiene:
Esto nos llama la atencin sobre que tras ellos est una ley de la conduccin y el
gobierno divinos del mundo, de la cual nadie nos puede dispensar .
En este campo de las cosas ms concretas resulta especialmente valioso revisar las
acciones de Jos Kentenich en su vida, sobre todo lo que se refiere a su propia manera de
reconocer el querer de Dios y de desarrollar su tarea personal de conductor. La fundacin y la
historia del Movimiento de Schoenstatt, y los directos comentarios en torno al tema aqu
73 Schl (1951), en: TzVSch, pg. 196.
74 Zwbr (1954) pg. 27. Tambin ms adelante en el mismo documento.
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tratado de parte del mismo Jos Kentenich, su fundador, son valioso material en el sentido
aludido. Sobre esto han tratado algunos de los captulos ya presentados ms arriba75.
1.1.3. La realidad creada, en orden a su conduccin
75 Cfr. el ltimo captulo de la Parte I de este estudio ("3. El desarrollo histrico del tema").
La voluntad divina de establecer una dinmica de conduccin en toda la realidad creada
no ha dejado una huella permanente y reconocible slo en el hombre y en el rol de su
actividad, sino determina sustancialmente algunas importantes caractersticas del orden creado
en general. Jos Kentenich se detiene a analizar especialmente algunas de ellas, a travs de
las cuales queda de manifiesto la capacidad de las creaturas de ser conducidas y de participar
de la conduccin, as como tambin el orden en que ello sucede. A continuacin se presenta y
se analiza la posicin de Jos Kentenich en torno a dos aspectos centrales de su concepcin
de conduccin: el carcter orgnico que l le atribuye a toda la realidad y el valor de las
polaridades en ella.
1.1.3.1. Carcter orgnico de la realidad
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Cuando Jos Kentenich usa el trmino "orgnico" lo contrapone al de "mecanicista" o
"mecnico"76, significando con aqul -"orgnico"- una condicin propia que reside en la
misma realidad creada: sus distintos rdenes no estn uno frente al otro en una radical
separacin u oposicin, sino que estn referidos unos a otros en una relacin de carcter
armnico77. A esta condicin "orgnica" de la realidad se aludi ya antes en esta exposicin
al referir cmo entiende Jos Kentenich el lugar del hombre en la conduccin divina,
especialmente destacado en las formulaciones de los aspectos llamados por el mismo Jos
Kentenich "psicolgicos". Esa visin de la armona entre los rdenes de la realidad constituye
un planteamiento que se extiende en todas direcciones: p. ej. a la relacin de la creacin con
Dios o de la naturaleza con la gracia, as como tambin a la manera del hombre de
enfrentarse con la realidad en su conjunto78. Ello resulta clave para la concepcin de
conduccin que aqu se quiere estudiar, ya sea en lo que se refiere a la conduccin que Dios
76 Normalmente utiliza J. Kentenich la palabra "mechanistisch", aunque tambin se encuentra
"mechanisch". Cfr. CN (1955), en: Tz 31.5, pg. 103.
77 Justamente -aclara J. Kentenich- una mentalidad mecnica o mecanicista separa p. ej. causa primera de
causa segunda, idea de vida, ideas de otras ideas (y de su necesario contexto), capacidades espirituales de
afectos, etc. Cfr. PT (1951) pgs. 70-79; y CN (1955) en: Tz 31.5 pgs. 102-105.
78 Especialmente importantes son las formulaciones respecto a la "mentalidad orgnica". Cfr. los textos
publicados en la coleccin Tz 31.5, passim.
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realiza respecto a sus creaturas, como a aquella que cualquier conductor humano est llamado
a desarrollar.
En este punto se trata, justamente, de precisar los aspectos relevantes para nuestro tema
de la conduccin originados en esta manera de ver y formular la realidad.
Lo primero que se debe sealar es que Jos Kentenich contina y complementa lo que ya
est expresado en la as llamada "Ley de Gobierno del Mundo" (Dios es causa universal pero
no causa exclusiva; Dios opera a travs de causas segundas, especialmente a travs de
causas segundas libres), asocindolo con otras consideraciones acerca de la relacin de la
accin de Dios con la realidad creada. Esta reflexin l la ordena en torno a tres ideas
centrales. Se trata, entonces, de que para precisar el hecho de que Dios normalmente
interviene en el acontecer a travs de estas causas segundas, Jos Kentenich llega a la
formulacin de tres constantes que l llama79: la "Ley de Ordenamiento del Mundo"80, la "Ley
de Perfeccionamiento del Mundo"81 y la "Ley de Adaptacin al Mundo"82.
La "Ley de Ordenamiento del Mundo" sostiene que las causas segundas utilizadas por
Dios constituyen un mundo ordenado, un cosmos ordenado jerrquicamente. Los distintosrdenes de la creacin que participan de la actividad conductora de Dios no son idnticos:
ellos se diferencian entre s dependiendo del grado de su participacin en los atributos y las
perfecciones de Dios. En cuanto al tipo de relacin que se establece entre ellos, Jos
79 Cfr. Esquema de FrM (1946), pgs. 26 s.; PT (1951) pg. 221; o DD (1963) tomo II, pgs. 38 ss.
80 "Weltordnungsgesetz".
81 "Weltvervollkommnungsgesetz".
82 "Weltanpassungsgesetz".
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Kentenich insiste en una formulacin clsica en l: expresin, camino y seguro83:
Qu significa la "ley de ordenamiento del mundo"? ... El orden subordinado,
inferior es, primero, expresin del orden superior; segundo, proteccin del orden
superior, y, tercero, medio para afirmar el orden superior (y) para realizar el orden
superior. Tambin a la inversa: El orden superior tiene hasta un cierto grado la misma
triple funcin, si vemos todo el organismo que es el mundo, es decir, si vemos el
83 Hemos mantenido aqu (aunque slo aqu) una traduccin antigua para la expresin alemana "Ausdruck,
Mittel und Schutz". En adelante traduciremos considerando el sentido ms directo de las expresiones. Para ello
hay que considerar que a veces J. Kentenich menciona cuatro palabras: Ausdruck, Sicherung, Schutz und Mittel
(cfr. PatEx (1966) pg. 394), que el diccionario Alliende propone traducir: expresin, medio, proteccin y
garanta. Tambin explicaciones en: H. Alessandri, Qu significa el Santuario de Schoenstatt? Santiago de
Chile: Editorial Patris 1974, pgs. 78-87.
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mundo como organismo, (esto es,) la estructura internamente interdependiente entre lo
Eterno y lo temporal, entre Dios y la creacin.
Con esto est dicho, entonces, que no todos los rdenes o niveles de las cosas creadas
tienen la misma importancia, de modo que ellos -al actuar como "instrumentos" de Dios unos
en relacin a los otros- cumplen distintas funciones85.
84 RomV (1965) tomo III, pgs. 131 s. All tambin se encuentran ms explicaciones. Un texto interesante
para establecer la relacin de este tema con la mentalidad orgnica: cfr. C (29.5.66) en: Tz 31.5 pgs. 163 ss.
85 Aplicado a la autoridad, trae J. Kentenich un hermoso ejemplo de esto: la relacin de Sta. Teresita a su
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padre. Dice: "Tenemos un ejemplo clsico para la tri-unidad espiritual entre el yo, el t humano y el t divino enSta. Teresa del Nio Jess. El t humano fue para ella el padre terreno. Se puede probar fcilmente cmo l -
que perteneca a un orden inferior- fue para ella hasta el fin de su vida (la vida de ella) expresin o
representante o transparente y proteccin, as como ayuda (o medio) para la imagen del Padre Celestial y para
su unin personal con l." JBr (1952) pg. 156. All tambin ms explicaciones (este mismo ejemplo se
encuentra tambin en otros textos).
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Este es el contexto en el cual Jos Kentenich destaca tambin la posicin y el significado
de la Virgen Mara. Ello sirve aqu para precisar e ilustrar la idea mencionada:
Mara est en la cumbre de toda la creacin. Si Dios le ha participado a ella ms
de sus propiedades que a todas las dems creaturas, tambin nosotros podemos
amarla ms.
Complementando este punto de vista, conviene destacar que para Jos Kentenich la
primera causa segunda -"primera" en un sentido entitativo- usada por Dios en su plan de
amor es la naturaleza humana de Cristo, instrumento de toda redencin y objeto de nuestro
amor87.
Las otras dos leyes mencionadas hablan de esta misma relacin y van entregando
elementos para entender el pensar de Jos Kentenich al respecto. El pensamiento central de
la "Ley de Perfeccionamiento del Mundo" consiste en sostener que el orden natural y el
sobrenatural estn referidos el uno al otro en una relacin de coherencia y de mutua
complementacin, de modo que Dios puede hacer crecer al hombre en uno de ellos a travs
del otro. Un ejemplo tpico de esto, para Jos Kentenich, es la relacin que existe en elhombre entre el amor a su padre en la familia natural y el amor a Dios como Padre: ambos
se relacionan, se interpenetran, se condicionan, se favorecen, etc, es decir, se perfeccionan
mutuamente88. Este pensamiento tiene un extraordinario valor pedaggico-pastoral, que Jos
Kentenich no se conform con enunciar sino llev a proposiciones concretas en su trabajo de
86
Esquema FrM (1946) pg. 26.
87 "...die menschliche Natur Christi. Der Vater hat diese Natur benutzt, um uns Wohltaten zu spenden: sie
war das Instrument der Erlsung! Darum sei sie auch Gegenstand unserer Liebe." op. cit., pg. 27.
88 Cfr. op. cit., pgs. 26 s.
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fundador89.
Con la "Ley de Adaptacin al Mundo" quiere Jos Kentenich recoger una experiencia de
clara relevancia vital y prctica: se puede constatar una voluntad de parte de Dios en el
sentido de adaptarse a las necesidades de la naturaleza humana. Los ejemplos de esto
tienden en las explicaciones de Jos Kentenich a tener relacin con la condicin sensible del
hombre y postulan la estrecha relacin de la forma de operar de la gracia con la psicologa
del hombre en el plano natural. Evidentemente desde aqu se desprenden consecuencias que
muestran la validez y operatividad del orden sacramental, aparte de entregar valiosas pistas
para el planteamiento de una pedagoga religiosa sistemticamente construida al servicio del
hombre concreto y actual.
89 Cfr., p. ej., los largos y centrales prrafos sobre este tema en las jornadas pedaggicas, p. ej. PT
(1951) pgs. 98-110. Volveremos sobre esto en otros puntos de este estudio.
Las tres leyes mencionadas hasta aqu (la Ley de Ordenamiento del Mundo, la Ley de
Perfeccionamiento del Mundo y la Ley de la Adaptacin al Mundo) han querido precisar y
profundizar aquello en lo que Jos Kentenich piensa cuando formula su Ley de Gobierno de
Mundo, referida sta especialmente al valor y la actuacin de la causas segundas en la
conduccin de Dios. En esto se nota una concepcin del mundo que l mismo llama
"orgnica" por sostener -de la manera explicada ms arriba- esa relacin ntima de losdistintos rdenes de la realidad. Hay, sin embargo, otro aspecto de suma importancia para
entender la posicin global de Jos Kentenich: el carcter "orgnico" de los procesos. Aqu se
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trata de llegar a una visin clara de cmo se desarrolla la vida desde sus leyes interiores,
necesarias de tomar en cuenta en toda conduccin. La consideracin de estos elementos de
orden dinmico viene a complementar lo ya expresado respecto a la dimensin histrica de la
conduccin y constituye, as, un aspecto necesario para una conduccin que podra ser
calificada de "orgnica".
Respecto a las "leyes" que rigen ese crecimiento orgnico, es decir el desarrollo propio
de los procesos vitales -desde la dinmica interna de un ser vivo determinado y en direccin
al fin que le es propio a esa vida- expresa Jos Kentenich:
Normalmente son tres. En general, se trata de un crecimiento lento, de un
crecimiento desde adentro hacia afuera y de un crecimiento a partir de una totalidad
orgnica orientado hacia una totalidad orgnica. Este crecimiento integral se realiza
normalmente siempre al mismo tiempo, pero no en la misma proporcin.
Sin embargo, debido a que en todo este proceso intervienen dos factores
principales, Dios y el hombre, y sobre todo porque Dios es soberanamente libre en
cuanto a su intervencin en la formacin del hombre, ..., se habla de una "ley de los
estadios (o etapas)". Esta nos dice que el lento desarrollo orgnico peridicamente esinterrumpido al producirse de improviso en la vida del alma, fuertes e inesperadas
irrupciones.
Ser necesario, entonces, tomar en cuenta cada uno de los aspectos formulados por Jos
Kentenich:
90 WPhE (1961), pg. 141. Traduccin tomada de la edicin en castellano ("Mi filosofa de la educacin").
Aunque J. Kentenich aqu las llama "leyes del crecimiento del alma" debe entenderse con ello -segn sus
expresas indicaciones- las constantes que rigen todo crecimiento orgnico, cfr. ME (1934) pgs. 120 ss. Sobre el
tema cfr. tambin H. Schmidt, Organische Aszese. 1 ed. 1938, 5 ed. con ndice de materias 1946. Paderborn:
Schningh-Verlag, pgs. 23 ss. Y tambin H. King, Heilsgeschichte. Mnster: scriptum de las clases
correspondientes al 1er. semestre de propedutico, publicado en fotocopias, 1988, pgs. 28 s.
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En primer lugar debe ser considerado que toda vida crece lentamente, cosa de
extraordinaria relevancia a la hora de desempear una labor de conduccin y que tiene su
agudeza mayor en un tiempo como el actual, donde reina generalmente un estilo marcado por
apuros e impaciencias y por un manejo mecnico del hombre.
Al enunciar una segunda y una tercera ley de este desarrollo orgnico de la vida, sostiene
Jos Kentenich que deben ser reconocidos otros dos hechos: la vida siempre crece desde
dentro hacia afuera91 y ella se desarrolla desde una totalidad hacia otra totalidad.
91 Lo que hace imposible considerar como un verdadero crecimiento lo que se obliga a partir de una accin
puramente externa. Cfr. JPT (1931) pg. 128 y KRF (1961) pg. 64.
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Esto ltimo hay que entenderlo en el sentido siguiente: en cada etapa la vida est
contenida germinalmente en su totalidad92. A lo cual es necesario agregar: la vida conoce
ritmos, no se desarrolla en forma lineal sino que pasa por perodos en que ella presenta un
estado de cierta armona general (se puede pensar p. ej. en el nio antes de la pubertad),
perodos que, sin embargo, son transitorios ya que el desarrollo los deja atrs para avanzar en
direccin a otra etapa que, a su vez, busca tambin llegar a una cierta armona en s misma.
Esto crea en la vida determinados ciclos de actividad que poseen un sentido propio aunque
transitorio (se puede tambin aludir aqu a las distintas fases por las que pasa un rbol
durante el ao).
Mirando esa integridad del crecimiento formula Jos Kentenich otras dos reflexiones: en
primer lugar, es preciso tomar en cuenta que la vida crece simultneamente en todos los
mbitos, pero no uniformemente en ellos, es decir, que se pueden -y, muchas veces, se
deben- producir las llamadas "unilateralidades orgnicas"93. Y, en segundo lugar, respecto a
los "saltos" que da la vida en ciertas ocasiones, se puede hablar de otra ley que est en
ntima relacin a lo ya dicho: la llamada "Ley de los Estadios"94. En ella Jos Kentenich repite
y resume lo anterior, haciendo presente tambin que en el avance de un desarrollo vital se
producen quiebres o rupturas entre una etapa y otra. La continuidad que se muestra luego enel crecimiento de esa vida confirma que se ha tratado de un corte "orgnico" y no de una
herida "mecnica" y destructora en ella.
92 J. Kentenich pone el ejemplo de un hombre o un rbol: cada uno est presente totalmente en cada
momento de su vida, an cuando vaya pasando por etapas muy germinales. Cfr. ME (1934) pg. 121.
93 J. Kentenich explica estas "unilateralidades orgnicas" as: "Desde un punto de vista psicolgico debo
decir-les: slo quien retiene una idea unilateral llega a ser universal. Quien quiere ser universal sin esta
unilateralidad orgnica, se hace puntual (text.: "unseitig", sin lados): no logra realizar nada. Si yo quiero ser
universal (text: "allseitig"), slo puedo llegar a serlo por el camino de una unilateralidad orgnica." BT (1952)
tomo II, pg. 37. Antes de esto ha insistido: "...orgnica (no mecnica): yo veo todo bajo el punto de vista
(escogido)..." loc. cit.
94 "Stadiengesetz".
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Una conduccin orgnica, entonces, no slo considera el carcter orgnico de la realidad
para valorar adecuadamente la mltiple y valiosa funcin de las causas segundas en ella, sino
tambin sabe respetar y utilizar las constantes propias de un verdadero crecimiento que estn
presentes en la vida conducida (las leyes del crecimiento orgnico).
Al tema tratado en este punto (el carcter orgnico de la realidad en orden a su
conduccin) pertenece de por s otro de los mbitos ms reflexionados por Jos Kentenich: la
existencia en el ser humano de un "organismo de vnculos" u "organismo de vinculaciones"95.
Jos Kentenich sostiene que la vida del hombre se va desarrollando y va quedando anclada
en torno fundamentalmente a tres tipos de vnculos que resultan claves en su desarrollo:
vnculos a personas, a lugares y a ideas96. Evidentemente esto marca el tipo de conduccin a
realizar pues influye sustancialmente en una posible estrategia pedaggica al afectar las
fuentes, los caminos y el sentido del crecimiento de la vida. Para el pensamiento de Jos
Kentenich tiene este planteamiento gran importancia ya que l no se queda slo en una visin
general de lo ya expresado, sino trata de llevarlo a detalles ms precisos y de mayor
operatividad: destaca, p. ej. el rol fundamental del vnculo a ciertas personas (Mara, el padre
en la familia) o insiste en la relacin de este tema a la situacin de crisis del momento actual.
1.1.3.2. Carcter polar de la realidad
Para el pensamiento de Jos Kentenich sobre la conduccin es fundamental la
95 "Bindungsorganismus". Cfr. PT (1950), pgs. 188 ss., PT (1951) pgs. 184 s., 188 ss. (63 ss., 95 ss.).
En ambas, tambin, passim.
96 "El alma necesita no slo vnculos en relacin a las ideas, sino tambin vnculos locales y especialmente
vnculos personales. La persona alcanza un slido arraigo y su plenitud slo a travs de una persona." JBr
(1952), citada segn H. Schlosser, Der neue Mensch - Die neue Gesellschaftsordnung. Vallendar-Schnstatt:
Schnstatt Verlag 1971, pg. 254.
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constatacin de que la realidad creada posee tambin un carcter polar, es decir contiene en
s un sinnmero de polaridades. Ello resulta decisivo a la hora de entender cmo se debe
conducir y de desarrollar esa actividad en la prctica. El mismo Jos Kentenich lo explica as:
La teologa ha formulado para la manera como Dios gobierna el axioma: Deus
operatur per causas secundas liberas ... Para despertar y facilitar la cooperacin del
instrumento libre, para poderlo utilizar en sus planes de gobierno, el maestro de obra
ha realizado su creacin poniendo imperdiblemente el principio de polaridad en el
individuo y la comunidad. En el individuo puso l la tensin entre intelecto, voluntad
y corazn. Especialmente fuerte repercute al interior de cada hombre desde la cada
del pecado original la tensin entre hombre instintivo, hombre espiritual y hombre de
Dios, o entre animal, ngel e hijo de Dios.
La vida de comunidad est llevada por el mismo principio. l la mantiene en
permanente y creativo movimiento: con absoluta indiferencia de si se trata del plano
natural o sobrenatural.
En el plano natural nos encontramos -sin tener que hacer grandes investigaciones-
con el principio de las generaciones y de los sexos, rico en tensiones, con el
97 Polarittsprinzip.
98 "Spannung". De all tambin la formulacin usada por Jos Kentenich a veces: "Spannungsprinzip".
99 Traducimos "Geschlechterprinzip" como principio de los sexos, aunque la palabra alemana puede
tambin entenderse como gneros, linajes o generaciones.
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motivador principio de individuacin y socializacin, as como tambin con el
permanentemente activo principio de seleccin y de masa, sin tomar en cuenta el
principio de nacionalidades y de pertenencia a la humanidad entera.
Dios sabe en su insondable sabidura utilizar brillantemente la infinita riqueza de
tensiones que ha sido puesta en todos esos principios para la realizacin de sus
planes de amor con la sociedad humana.
Lo mismo vale de la relacin entre naturaleza y gracia y de las personas
individuales en el seno de la Santsima Trinidad.
Aqu en la tierra se trata -segn lo dispuesto por Dios- de llegar a alcanzar en todo
esto el ideal de una "unidad en tensin", lo que en la visio beata desembocar en una
perfecta "unidad de orden".
El texto reproducido nos muestra la amplitud y la importancia que tiene este punto en el
pensamiento de Jos Kentenich, punto que constituye para l algo que rige un aspecto
decisivo del ejercicio conductor por parte de la autoridad. Se afirma, por un lado, el hecho de
la existencia de esas tensiones en todo los mbitos de la realidad, incluso en Dios mismo. Las
diferentes tensiones aludidas son tratadas por Jos Kentenich en muchas otras
oportunidades101, y constituyen uno de las formas tpicas de sus presentaciones del hombre, dela comunidad humana y de la dinmica histrica102. Pero, por otro lado, lo ms clave es la
relevancia de esta realidad para la conduccin. De las mltiples afirmaciones que para Jos
100 KRF (1961), citado segn la coleccin StrF pgs. 38 s. Los trminos "unidad en tensin" y "unidad de
orden" traducen las palabras alemanas "Spannungseinheit" y "Ordnungseinheit". El ltimo prrafo arriba citado
dice: "Hier auf Erden geht es Gott in alleweg um das Ideal der Spannungseinheit, das in der Visio Beata
ausmndet in eine vollkommene Ordnungseinheit". El Diccionario Alliende traduce este ltimo trmino como
"unidad segn ordenamiento" (pg. 38).
101 Cfr p. ej. los textos de J. Kentenich en la coleccin StrF, bajo el ttulo "Spannungsprinzip", pgs. 7-41,
as como tambin la dems bibliografa indicada all mismo.
102 Cfr. literatura indicada en la nota anterior.
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Kentenich estn contenidas en estas constataciones se puede destacar las siguientes:
Dios ha realizado su obra de creacin de esta manera, es decir integrando polaridades y
tensiones, para facilitar la conduccin y darle a la historia la dinmica necesaria hacia el fin
que se ha propuesto. Lo hace como un reflejo de su propia realidad divina103 y lo transforma
en una forma estable de incorporar a otros -segn su realidad particular- en la conduccin
que l realiza. Es particularmente importante considerar que este principio de polaridades,
puesto en todos los rdenes de la realidad, constituye una forma privilegiada de respeto,
educacin e integracin de la libertad humana.
103 Hay que recordar la frase ya citada: "Lo mismo vale ... de las personas individuales en el seno de la
Santsima Trinidad" KRF (1963) en StrF pg. 39.
Lo segundo remarcable aqu es el carcter de "tensin" que Jos Kentenich le asigna a
esta relacin. Diversas posiciones han planteado y valorado muy distintamente estas
realidades, desde los que las consideran contradicciones -irreconciliables, irreducibles, etc.-
hasta aquellos que prefieren no verlas o no tomarlas en cuenta. La posicin de Jos
Kentenich, adems, introduce en esta meditacin de corte tan dinmico-histrico un elemento
sumamente interesante al sostener la diferencia entre lo que el hombre -en su situacin fctica
actual- est capacitado y llamado a lograr al interior de su historia (la unidad de las tensiones,
la unidad en las tensiones) y aquello que se podr producir slo en el hombre plenamenteredimido y lleno de la vida de Dios (unidad de orden, unidad en el orden).
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Este aspecto de la reflexin de Jos Kentenich constituye no slo uno de los elementos
ms originales de su reflexin, sino tambin uno de los ms importantes en lo referente a la
conduccin. Se deber abordar ms adelante en detalle, al interior del tratamiento de la
actividad conductora misma.
.. Aspectos complementarios
Al exponer en el punto anterior las afirmaciones bsicas y las formulaciones tpicas de
Jos Kentenich respecto a la conduccin, el tema se fue desarrollando con una determinada
hilacin de los pensamientos presentados. As se puede constatar en lo dicho una
consecuencia interna, una lgica en la forma de avanzar con los contenidos y de relacionarlos
entre ellos. Se trata, en general, de la manera usada a menudo por el mismo Jos Kentenich
para exponer este tema, para presentar su reflexin acerca de l y los acentos que consider
centrales o relevantes104. Sin embargo, aunque con ello se pueda reconocer con mayor
facilidad las lneas gruesas de la posicin de Jos Kentenich en esta materia, la exposicin -
as como est hecha- puede adolecer de una cierta necesaria simplificacin que es preciso
complementar.
Existen dos tipos de aspectos que es necesario mencionar aqu. Hay algunos, en primer
lugar, que en la presentacin anterior -por resaltar lo ms central o dar a lo expuesto un
carcter de sntesis- fueron poco mencionados, pero que Jos Kentenich alude frecuentemente
y con cierta predileccin. Este es el caso de los temas relacionados con Mara y lo mariano.
Pero existen tambin, por otra parte, algunos aspectos de orden teolgico que, aunque
pertenecen interiormente al tema que nos ocupa, no parecen ser normalmente objeto de mayor
insistencia al plantear en general la conduccin. Se trata de elementos de suyo coherentes
con lo que ya se ha expuesto, necesarios para una reflexin ms global y -de hecho- tratados
104Cfr. el esquema de FrM (1946) o el texto de WphE (1961) u otro de los escritos que hemos
mencionado.
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en ms de alguna ocasin en los escritos de Jos Kentenich a propsito del tema de la
conduccin y otros similares. En este sentido nos referimos aqu especialmente a ciertos
acentos en la cristologa y la eclesiologa.
1.2.1. Cristo
En relacin a la persona y la misin de Cristo conviene, en primer lugar, tener presente
que la reflexin de Jos Kentenich est animada por una intencin que le viene de lo ms
propio del quehacer teolgico. Todo esfuerzo en el campo de la teologa, como se ha
sostenido aqu desde un comienzo, est referido necesariamente a la plena revelacin de Dios
acaecida en Jesucristo105. Unida a la Iglesia y en forma rigurosa y sistemtica quiere la
teologa penetrar el misterio de Cristo e iluminar desde all todos los mbitos de la realidad y
de la vida humana.
As tambin la reflexin de Jos Kentenich aparece marcada por esta preocupacin
central, ya que su bsqueda de lo fundamental en el rea de la conduccin lo hace destacar
los contenidos y las constantes que percibe en el actuar de Cristo, en su mensaje, en la
dinmica de su vida y su misin. En algunos de los aspectos ya tratados se puede reconocer,p. ej., esa referencia central a Cristo: la relacin de Cristo a su Padre es el fundamento de las
consideraciones sobre la paternidad de Dios y la paternidad humana; el lugar central de Cristo
en la historia humana, en su dinmica y su sentido, as como las caractersticas de su actuar
redentor (su entrega hasta la cruz) marcan incluso las formulaciones usadas por Jos
Kentenich; la consideracin de toda la realidad a la luz de Cristo y del orden instaurado en l
influye en la manera de insistir en la relacin naturaleza-gracia, hombre-Dios106. La relacin a
Cristo ha estado ya, en muchos sentidos, determinando los contenidos expuestos hasta aqu y
105 Esto fue ya objeto de estudio en la Primera Parte: "2. Enfoque teolgico de Jos Kentenich".
106 Estos tres ejemplos mencionados corresponden a aspectos de los temas tratados en cada uno de los
prrafos del punto anterior sobre afirmaciones bsicas y formulaciones tpicas.
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pone de manifiesto el transfondo teolgico de la conduccin en el pensamiento de Jos
Kentenich.
Sin embargo, y eso ha quedado claro en lo mostrado hasta aqu, el tema de la
conduccin se presenta en lo explcito muy marcado por los rasgos relativos a la paternidad
de Dios y a la persona de Dios Padre. Se trata de un acento bsico en Jos Kentenich que
produce un centramiento de todo el tema de la conduccin -e incluso de todo el tema de la
autoridad en general-en la realidad de la experiencia del p