la ciudad vista mercancias y cultura urbana beatriz sarlo

8/18/2019 La Ciudad Vista Mercancias y Cultura Urbana BEATRIZ SARLO

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ITRODUCCI6 9

LA CIUDAD DE LAS MERCAciAS 1 3 EL SHOPPNG CENTER 13

Principio diablico, 13. Hegemona, 15. Reglaridad, 18.

Exposicin, 21 Con a enopa, 21. L mercanacomo celebrity, 26 sorcin, 27 Claridad concepua, 31.

Clientes expertos, 32

AMBUNTES 3Santiago de Compostela, 34. Cifras, 34. San Telmo Carta

de L, 35. Liniers Fotograa, 37. Clasicacin Loindustrial, 42 Clasicacin Lo artesanal, 46. Auodefensa

del aresano, 51. Libros, 52 Folkore, 53.

Argumentos, 54

LA CIUDAD DE LOS POBRES 59 OCUPADORES 59

Hace ms de en aos, 59. Ciudad, denicin, 60

ESCENAROS 8Los aos ochenta, 68. En el aire, 69. Terrazas, 72

Venna en San Telmo, 74. Polini "Correvo nel

crepuscoo fangoso, 76. La partitura, 79.

Podredumbre chaarra, 80. Rejas, 83 VOLENCA UANA 85

A quemarropa, 85. Cber, 87. Hechos rojos, 90

Imaginario de a violencia urbana, 91. Experiencias

de ciudad, 92. Paisaje despus del ajuste, 93.

Los intrpretes autorizados, 95


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EXTRA OS E LA CIUDAD 99Hace u sglo, ms o meos, Olead, 102 L cuesdel ombre, 104 Legu extraje, 105 Tablero de go,

108 Carteles secretos, 114 Cursos e Kreatow, 117

Reuoes e Ml, 118. Flpos e Hog g, 120

Mural e Cares, 120 Parque ellaeda ms al,

121 Hechos polcales, 123 Rclamo, 124 Barro

Chaa, 125 Domgo lluoso, 131 Fera boliaa, 134Espec hechzos, 137

• VERSIOES DE CIUDADI TEORAS

II CIUDADES ESCRITASbol, calle, erario, 148 L mda local I, 149L mda extje I, 153. L md locl. II, 154.

L mda exje II, 159. L mda local III.stas, 161

141141145

Ill INTERVENCIONES Y REPRESENTACIONES 14Expemeto, 164. tecoes, 165. Modelos, 169.

Rmulo Macc, 170. Pablo Squer, 171 Gerardo

Rueda, 173. Nor Dobao. Frotaldad I, 174.

Facudo de Zura Frotldad II, 176. Flx

Rodrguez geera, 178.

5· LA CIUDAD IMAGIADA 183I EL EXTNJERO 183

Leeda, 183. Guas de Buenos res, 183. �Qu es el

extrajero?, 186

I. LO FLSO, LO AUNCO Y LO QUE EST A MIAD

DE CAMNO 189Desg, 189. Autetcdad, 190. utetcdad

copa, 191. Caf 192. uttca mtac

de cualdades magadas, 193. dfereca mmalsmo, 197

Ill CIUDAD CULURAL 19L "era de a Culura, 199. Cultura, relgi urbaa

cica, 200. aos culrales, 205

IV CIUDAD CBER 9Gmasos, 209. �Dsoluc del tertoro?, 210

N


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Induccin

Desde que comenc a pensar ese libro me propuse noeunciar ni a Ia literaura ni al reisro direco, documenal, sinoicularlos como se aricularon en mi cabeza durante los limosaos El libro sale, enonces, de iinerarios sobre dos espacios dierenes pero que se enrecruzan: Ia ciudad real y las ciudades

mainadas Mi primera convicci6n fue, por as decirlo, de mtodo La seunda fue una denicin de objeo: Ia unidad culurale Buenos Aires Desde el puno de visa econ6mico, social, detanspore, Ia ciudad no es separada del conurbano Sin emaro, en rminos culurales y de culura urbana, odaa seede hablar de Buenos Aires denro de sus lmies his6ricos

E plan del libro esuvo casi denido desde el principio y lo es

ci en orden para probarme que era posible sosener su aru-no El primer catulo se ocupa del shng cent de los amlanes, ya que Ia circulaci6n de las mercancas dene formas deso de Ia ciudad y produce innovaciones deniivas en el espacioblico Cuando en 1994 escrib sobre el sh ng cent el emara una novedad en Ia Arenina; esas pocas pinas de Escens vd posmod hoy me parecen un esbozo lejano y aproximaivo, aunque les reconozca Ia inuici6n de lo que ya esba suce

diendo de modo irreversible Hoy creo que el sh ng cent hampueso su tipoloa a odas las formas de consumo, por lo meos de modo imainario; en el oro exremo, los ambulanes de-nen un uso de Ia calle que, por su intensidad, es oriinal desdeediados de los aos noven En el arco entre el shng cent ambulanes se dene Ia "ciudad de las mercancas

La ciudad del mercado iene sus marinales y sus irreulares: eleundo capulo se ocupa de Ia ciudad de los pobres Aqu me


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1 IDAD VISA

arece necesaria una obseaci6n La enoraa urbana sobreBuenos ires o, eneralmene, por represenar a los obres atravs de sus ropios discursos, acompaados de descripciones dbiles ara evir un roblema clsico: hablar or el oro No comrende, sin embaro, que esas ranscriciones son ambin unaorma de 'hablar or el oro , y, adems, no siempre Ia mejor ni Iams comrensiva 'oro obre le sucede lo que al en6rafo: nisabe odo lo que dice ni dice odo lo que sabe En eso, odos los seres somos iuales enoraa urbana comie con el eriodismo,ciado muchas veces como fuene, que ha producido alunos documenos ms deallados y vivaces, ms r6ximos y erceivos, quelos acadmicos

El camino que seu fue el conrario, y lo ele conscienemene Durane cuaro aos recorr Ia ciudad rando de ver y deescuchar, pero sin arer las eclas de ninn rabador Llevaba,cuando llevaba alo, una libreia y una cmara diial, y omabacenenares de ooraas, alunas de las cuales se ublican ac sinepraes Me rouse un conocimieno visual de alunas maniesaciones evidenes de Ia nueva pobreza, conada en Ia poencia sinicaiva de los poenores Chrisine Bucilucksmann do que

Ia caci6n precisa de un barroquismo de supercie puedeermiir una esecie de mirada de conjuno y, al mismo iepo,alcanzar una escriura del delle , donde el ver y el saber se dan almismo iempo

Desde Ia misma perspeciva prxima fui a Ia ciudad de los exranjeros En el ercer caulo soseno el arumeno que, anes,me haba ayudado a en ender: Buenos ires ue siemre una ciu

dad de exranjeros, de inmiranes lleados de cerca o de lejos:hoy los sudamericanos, l os areninos de las provincias y los asiicos; ayer los europeos Tra de hacer preunas que usieran enrelaci6n esas ciudades de exranjeros dierenes Tra, sobreodo, de no sucumbir a Ia suersici6n de aribuir cualquiera desus acos a Ia consrucci6n deliberada de una idenidad Esos acos, esos baros, es esidades, esas ferias son sinos en oci6nque coaulan, se consolidan, pero mbin se dispersan; son form

de Ia vida coidiana que no esn consnemene machacando sbre Ia idenidad como si los exranjeros y los pobres vivieran en un


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IRODI 1 1

nnterrumpido proceso idenitario, como si fueran disintos anosotros, como si Ia dentidad en ellos no fuera, al iual que Ianestra, una intermitencia. ncluso cuando son discriminados,stmatizados por el racismo, su dentidad no es un compact

no un medio subjetivo uido, en el que nterviene central-ente Ia lenua. La "ciudad de los extranjeros es verdadera-ente polifnica y polica; trat de ubicarme en ella desde Iaperspectiva de los nuevos mirantes, que no hablan el castellanodel o de Ia Plata, y retroced acia Ia literatura escria en el primer tercio del silo XX para ver cmo sonaban entonces otraspolifonas.

Aunque Ia literatura es en todo el libro, el cuarto captulo tra

baja especialmente con framentos de narraciones y poemas; mbin con pinturas y fotoraas. Busqu no slo represencionesde Buenos Aires, sino ideas y modelos de ciudad, formas que hi-ceron visible Ia ciudd en Ia obra de alunos artistas; trabaj so-bre textos que muesran el amor a Ia ciudad y otros que Ia recha-zan o no Ia entienden. Tambin me preunt cles son lasmaterias que Ia literatura o Ia pintura descubren en Ia ciudad: dequ es hecha Ia ciudad del arte y cules son los objetos, los ed-cos, las mercanas con los que establece un concto fuerte, esepun to crucial de una obra que parece tocar aquello que es erade ella.

El ltimo captulo analiza tambin imenes de ciudad y, msprecisamente, de Ia ms actual. Las preuntas se reeren a losmodelos culturales que se construyen en una ciudad para transmitirlos a sus propios habiantes y a los visitantes. No �cul es Ia

dentidad de esta ciudad?, lo que es innecesario o imposible res-ponder, sino �qu identidad dice esta ciudad que es Ia suya paraconvencer a otros y convencerse a s misma? La ' oriinalidad , Iapersonalidad, Ia 'peculiaridad tal como aparecen en los dis-cursos del turismo o en aquellos que los porteos articulan y consumen sobre baos culturas, como Palermo, o ciberciudadesdesmaterializadas.

Cuando rele los oriinales no me sorprendi que, ya en el l-

imo tramo de una vida extensa como Ia ma, eran n evidenteslas primeras deudas contradas. No habra escrito lo que escrib si


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1 IDD I

no hubiera ledo a Roland Barhes, si no siuiera leyndolo. Unamnima pare de Ia felicidad inelecual que produce Barhes es Iaque deseara para los lecores de ese libro.

AGDECENTOS

Deparameno de Lenuas Romances de Ia Universidad deChicao y a Anes LuOriz, que me permiieron pasar dosmeses en una ran ciudad y una ran biblioeca.

A Jore Snchez, que, siendo direcor de Vva, me ofreci6 una

columna semanal criicada por casi odo el mundo, que me per-mii6 dar vuels por Ia ciudad con Ia excusa de que esbahaciendo mi rabajo.

A Rafael Filippelli , que cambi6 mi forma de ve r el cine y, por lono, mi mirada.


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1 L ciudad de l mercc

I. EL SHOPPING CENTER

Tirar abajo un shng c es imposible porque ira encon de Ia poca de un modo u6pico y revolucionario. ciudadno ofrece a odos lo mismo pero a odos les ofrece alo incluso a

los marnales que recoen las sobras producidas por los incluidos. mayora de los abianes de Ia ciudad encuenran en el mer-cao lo que creen desear libremene cuando una aleava no seles presena ane los ojos o les resul desconocida y probable-mene osil a lo que an aprendido en Ia culura ms persuasivade la limas dcad: Ia de los consumidores.

n dlco "En el are exise siempre un principio diab6licoque aca en conra y raa de demolerla escribi6 Rober BressonEn odo areco delicado resisene y complejo como Ia ciudadhay ambin un poencial de desorden encizado en desmenirel ideal de sisema inerado que conradicen Ia inemperie los epacios abieros l calles las vas de ranspore y sobre odo Iacompeencia por ocupar maerialmene los edcios y Ia iea. Slouna poloa a del shng c, resise al principio diab6lico del

desorden exorcizado por Ia perfeca adecuaci6n e nre nalidady disposici6n del espacio. La circulaci6n mercanil de objeosenconr6 una esica sin excedenes deiados

El orden del mercado es mil veces ms ecaz que el orden p-lico: de donde a dimica de Ia mercanca es ms fuere que elsado. "r de compras se a converido en el inrediene princi-pal de cualquier susancia urbana El cambio es colosal. ciudadsola ser rais; aora ay que paar or ella2


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4 IDD I

A mediados del silo XX en Pars Ia ran capial del silo seinven6 el nd mn, donde por primera vez Ia exposici6n deIa mercanca su valor para los ojos fue ms imporane que su valor de uso La mercanca enr6 en un nuevo rimen 6pico; el

lujo que radicionalmene acompa6 Ia disposici6n de mercan-cas para Ia nobleza o Ia arisocracia se conviri6 en una cualidadpara araer a las nuevas clases medias urbanas Le Bon Marchabri6 en 1852 y Ia ran ienda Louvre en 1855. Zola represen6 LeBon March en bhr , donde las cnic de exhibi-ci6n meranil y Ia velocidad de cambio de los objeos puesos a Iaven muliplicaban las sensaciones de mujeres que lieralmeneeran consumidas por su deseo. La mercanca por primera vez se

conviere en ema urbano por Ia decoraci6n de las vidrieras unare 'men or (dene Davd Haey) perfecamene ncional a Iaariculaci6n mayor de los randes bulevares parisinos razados porHaussmann. 3 Tres dcadas anes Flauber hizo irar el desino deEmma Bovary su buruesa de provincia en orno a las deudasque ella conrae por Ia inermediaci6n de un comerciane des-piero e inescrupuloso; Emma sucumbe por el desenao del amorromnico que busc6 en sus amanes y ambin por el amor a esos

objeos preciosos las elas con las que cubre su cuerpo: de modocasi profico mercanca y adulerio se enlazan en B.

Las randes iendas de Buenos Aires fueron desde 1914, Gahy Chaves ubicada en Ia esquina de Florida y Canallo (e nre susaracciones: cuaro mancas escaleras y una escalera mec-nic a) y Harrods a pocas cuadras e nre C rdoba y ParauayTrazaban e camino de las mercancas que asa mediados del

silo pasado uvo su va maesra en Ia calle Florida. A pocos meros de Gah y Chaves el fabuloso pase Gemes sobre el queRobero Arl escribi6 en 1928:

Con el error de luz elcrica que desde Ia maana a Ianoche inunda para n etum sus crips cajas fueres yquioscos de vidrio. Con el zumbido de sus ascensores su-biendo mejor dicho deslizndose perpendicularmene

Y con ese maremano de ene bien vesida y miseriosaque de Ia maana a Ia noche se pasea por al y que no


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se sabe si son gentiles rateros, pesquisas, empresarios deteatro 0 qu s yo.Se respira al una atmsfera neoyorquina; es Ia Babel deYanquilandia transplantada a Ia tierra criolla e imp

niendo el prestigio de sus bares automticos, de sus zapa tos amarillos, de las victrolas ortofnicas, de los letrerosde siete colores y de las "girls dirigindose a los teatroscon nmeros de variedades que ocupan los snos y lasalturas ....Vestidos reglamentados, melenas de corte reglamenado,acos de altu reglamenda. Feas y Iindas. ri pidtodas. Amabilidad de "qu se Ie v a hace. Comparten

csi tod el quiosco con un mozo dependiente. Perfumes,ores, caf, bombones, venden de todo.4

rlt observaba los escenarios que Walter Benjamin encontr, poresa misma poca, en su investigacin sobre el Pars del siglo XIX; ymbin miraba las muchach modeas que Krakauer descubraen Berln. Era Buenos Aires y se viva Ia primera gran transforma-in mercanil del siglo pado. Cambio en las formas de intermediacin, distribucin y presenacin de mercanc: vendeor j6enes y aburrids, objetos deseables por su disposicin, su precio, sueecto estilstico, su esr a Ia moda, su abundancia simblica, sus in-sinuaciones: perfumes, ores, bombones, regalos para Ia mujer demundo o para Ia amante, ofrecidos a los hombres por jovencis p-idas ue suean no con vender esos objetos sino con recibirlos. Lamirada descubre lujos desconocidos, nto en l materias como en

a novedad de su puesa en escena y, sobre todo, en l fans quedisparan. Esto es como el cine, imagina Arlt, que ve el turo en losdelles aparentemente menores del presente Arl es un escritoruturisa y, por eso, puede ser crtico sin volverse nunca nostlico. Sus modos de mirar (exclusin de Ia melancola, acidez dea crtica, precisin) son un mtodo.

Hegemonia. Las grandes tiendas, los pasajes y las galeras, de todos

odos, fomaban parte de Ia ciudad, se entretejan con ella;esde las ventanas de Harros se vean los paseantes de Florida.


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Las vieas galeras Pacco enlazaban bao techo las calles que limiban una manzana de ciudad a travs de anchos pasillos laterales, decorados por las mercancas expuestas en negocios que noinvadan visualmente, desde cuyos extremos podan verse perfec

tamente los frescos de Berni o Spilimbergo que hoy estn casiocultos por los signos del comercio que dicta Ia ley visual en lasnuevas Pacco En cambio, pocos usan un sh ng como pasaeentre calles; ese trayecto, aunque posible, no est previsto en elprograma, que busca independizarse de Ia ciudad y reinar sobreella desde una diferencia irreductible

lgunos arquitectos se han vuelto famosos slo porque han construido shng l y parques temticos (pertenecientes, en un

sentido amplio, al mismo gnero que oros arquitectos considerannarquitectura Rem Koolhaas, entre el cinismo y Ia crtica, recnoce lo que Jon Jerde, con inigualable claridad, declar6 al N YT adicci6n al consumo es lo que reunir a Ia gente Comoalgunos analis culturales,Jerde descubre que el shng prduce comunidad al mismo donde pareca haberse perdido parasiempre5 En los orgenes de esa concci6n hay un episodio autbiogrco, convertido en cci6n programtica: despus de una visia a alia,Jerde cree posible aplicar Ia conguraci6n de una aldeade Ia Toscana, con su plaza, sus iglesias, sus campanarios, dondecrey6 obser una comunidad ertemente relacionada, a magnosproyectos de shng l y parques temticos Maestro ilusionisa,como se lo ha llamado, en su Citywalk de Hollywood Boulevard enLos geles, Jerde incorpor6 algn dealle mnimo que evocara Ia

viea calle comercial norteamericana, como el de simular envolt

rios de caramelos incrusdos en Ia cermica de los pisos amantes,para que sus visiantes no se vieran obligados a ser los simulacroshumanos de un paisaje comuniario recin inaugurado: comotoda comunidad supone una historia, es decir un tiempo pasado,esos envoltorios proporcionan los emblemas de una infancia queal tbin podra haber transcurrido limpieza al vaco, que esna rega del shng m o del parque temtico, necesita de pequeos signos estticos de vida, precisamente porque es necesariocontrolar cualquier desorden, en primer Iugar el de Ia ciudad yambin el que pueda causar Ia imprevisible naturaleza


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CIUDAD DE S MERCAciAS 17

E se ha convertido en a plaza pbica que corresponde a la poca, e incuye en casi todas partes cines, restaurantes negocios, parques de diversiones bajo techo, gaeras de exposi-in, saas de conferencias revs, un compejo de cines tiene

que tener hoy, como mandato de una imitacin generaizadora,su aspecto una decena de y quioscos, en e casoms somero Esto fue descubierto primero por Walt Disney, en cu-os parques la diversin que se paga con a entrada y os cnsu-mos adyacentes estn tejidos de modo inseparabe Esos parquesisney fueron as primeras grandes catedraes para a comunidadde consumidores de capitaismo tardo: utopas degeneradas, asam Louis Marin, en una poca en que os acadmicos todava

usa ban paabras fuertesLos tienden a parecerse (o cua sostiene a iusin de

que es un artefac to que iguaa a sus usuarios), aunque as desmarcas de a aa costura no desciendan a esabecerse a donde oque domina es e nive medio Cuando un no ofrece to-das as marcas, de agn modo rompe su contrato de universaidad, porque priva de agunos objetos a sus visitantes, a quienesonsidera indigos por fata de dinero; deja as a descubierto queadie es igua en e mercado Sin embargo, a iguadad no des-ansa sobre un puado de marcas eitistas, sino sobre una estrateia para disponer as mercancas de a mayora La esttica de iguaa no por e ado de os precios ni por e de acceso aos objetos, sino por el ado esttico de su disposicin escenogrca Es un paraso de contacto directo con a meranca Por eso,e es imginariamente incusivo, aunque os diversos nive

les de consumo sean excuyentes Por e ado de a incusin ima-ginaria, e crea e espaio de esa comunidad de consumidores cuyos recursos son desiguaes pero que pueden acceder

visuamente a as mercancas en exposicin de un modo que as viejas caes comerciaes sociamente estraticadas no permitenLas mercancas de ngen no estar estraticadas, aunque es obvio que se agrupan segn variaciones de empazamiento socia

E no es todo en a ciudad, pero es a forma que repre-senta e punto culminante de ocio mercanti Es evidente que los


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negocios persisten en las calles, a cielo abierto, pero incluso en losbarrios donde el sh ng todaa no ha llegado se sabe que es Iaforma ms deseada del ocio. o ltimo, si es exitoso, reestructuralas relaciones entre los edicios y los sercios anteriores el pe-

queo superercado de barrio imi, abarrotadamente, al gransupermercado, porque se es su modelo aunque sea espacial yeconmicamente inalcanzable. a novedad dene el tono, el es-tilo y los hbitos incluso en aquellos espacios que no pueden imi-tarla realmente. Eso se llama "hegemona cultural, y se sostieneen Ia acumulacin material pero tambin en Ia educacin delgusto de los usuarios. Funciona perfectamente de acuerdo consus nes. Probablemente por eso ya no se critica al sh n es de-

masiado eciente y domina el circuito de las mercancas de unmodo que slo cambiar con una transformacin tan radical delas formas de consumo como Ia que l mismo trajo.

dad El sh ng cen asegura algunos de los requisitosque se exigen de una ciudad orden, claridad, limpieza, seguri-dad, y que no estn garantizados en las ciudades de los pases pbres 0 slo se obtienen parcialmente fuera de los enclaves del ca-pitalismo globalizado.7 El sh ng Ia ilusin de independizarsede Ia ciudad y del clima Ia luz es inalterable y los olores son siem-pre los mismos (relentes de materia pltica, porizadores). Frenteal relativo azar de lo que podra suceder en Ia calle, el shongrepite sus ritmos detrs de sus supercies glaseadas. os que de-enden esa forma con que el mercado inuy sobre Ia urbansticade muchas ciudades se apoyan precisamente en razones de uso re-

gulado y noralizado en el shng los viejos y los adolescentespueden pasear seguros, hay servicios al alcance de todo el mundo,es muy dicil robar o ser robado, y lo que se da para ver es lo quetodos quieren mirar.

Pese a las varaciones de estilo, todos los sh son idnticos,aunque en rica del Norte Ia imaginacin populisa de los ar-quitectos (una segunda generacin posterior a Lengm Vg el maniesto de Robert Venturi y enise Scott Brown) y Ia con-

centracin de recursos encaren multimillonarias imiaciones dealdeas al aire libre, construcciones urbanas compleas, extensiones


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ritoriales casi inimaginables en medio de desiertos linderos condades prsper, comnicados por atopistas de doce carriles

l shngno es simplemente na parte de la cidad sino s replzo por n sistema nevo, donde se atena o desaparece lo

caracteriz, en el pasado, lo rbano. Por eso, anqe pedaplzarse en na cidad, sta le es indiferente, y pede caer aldo de na atopis, en un baldo yermo, sin necesitar nada deo e en na ciudad lo rodea. Esto no sucedi con los pasajes ys galeras, qe ofrecan a la cidad espacios techados cyo dio no responda a na lgica opeta a lo qe sceda en las calls, sino qe, por el contrario, las necesitaba y las presponaomo espacios contigos. El pasaje imitaba la calle, perfeccion

dola en lgar de rediarla; inclso lo qe sceda en la calle semgnicaba en el pasaje, se volva ms perceptible y ms atractivoo tenebroso. Los remates de los negocios imiban las fachadas alire libre, como miniatras interiorizad, y viieron prostas yotros irreglares de la ciudad del siglo XX

l sh ng ahyenta a esos irreglares, porqe instala normasde vigilancia qe hacen posible tanto la segridad como la repeticin l shng de las familias, de los pobres decentes, de laspas medias cando peden comprar y tambin cando no pueden.A diferencia de la calle y de los llamados centros comercialesl aire libre, sobre los cles no hay control de la pues en escenani del diseo, en el sh ng nada es casal. Los visitantes se desplazan en na atmsfera articial como los peces domsticos ens recipientes oxigenados, decorados con plantas marinas.

l sentido de comnidad al qe se reere el celebratorio Jon

Jerde se apoya en esta nanimidad de clases y perles cltralese conuyen en el shng. n sociedades como las de mricadel Norte, esta disposicin de la escenograa capitalista respondea na historia de consmo masivo qe, como asombr a Sarmiento y lo prob ms tarde la inmensa fortna de Macy's, cmienza con la vena por catlogo y la impecable distribcin porcorreo de las mercancas.A partir de entonces, los Esados Unidosen particlar ajstaron cada na de las mqinas y de las tecnol

gs de consmo. n tensin con los clivajes sociales y las imposibilidades econmicas, en los pases perifricos el sh ng revela


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ua desigualdad mayor etre quiees lo usa como paseo y quie-nes, adems, compra de modo sigicativo. Si embargo, elxito para uos y otros est en las posibilidades de ensoacique ofrece: siempre es mejor desear que o desear.

Walter Bejam, que idic Ia pregacia de las mercacassobre Ia imagiaci e la sociedades modernas, escrib:

Pobreza de Ia experecia: o hay que etederla comosi los hombres aorara ua experiecia ueva. No;aora liberarse de las experiecas, aora u mudodode pueda hacer que su pobreza, Ia externa y porltimo tamb Ia intera, cobre vigenca ta clara, ta

Iimpiamete que salga de ella algo decoroso. No siem-pre so igorates o iexpertos. Co frecuecia es po-sible decir todo lo cotrario: lo ha "devorado todo, Ia"cultura y "el hombre, y est sobresaturados y cansa-dos . . A casacio le sigue el sueo, y o es raro portato que el esueo idemice de Ia trsteza y del cansacio del da y que muestre realizada esa existecia enteramete simple, pero eteramete gradosa para Ia

que falt fuerzas e Ia vigilia. La existecia del ratnMickey es ese esueo de los hombres actuales. Es uaexistecia llea de prodigios que o slo superan losrodigios tcicos, sio que se ren de ellos. Ya que loms otable de ellos es que procede todos si maqui-ara, imrovsados, del cuerpo del ratn Mickey, delde sus compaeros y sus persegidores, o de los mue-

bles ms codaos, igual que si salera de u rbol,de las bes o del ocano. Natraleza y tcica, primiti- vsmo y cofort va aqu a ua, y ate los ojos de lasgetes fatigadas por las complicacioes si n de cadada y cya meta vital o emerge sio como lejasimopuo de fuga e a perspeciva inita de medios ...E sus edcaciones, e sus imgenes y en sus historiasIa humaidad se prepara a sobrer, si es preciso, a Ia

cltura.8


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xosici6n El sh ing exhibe las piezas de una actualidad voil:omo en una galea de arte, o que se ve no siempre podr ser ad-uirido, pero la visin ha educado la mirada. Aunque se esperaue los visitantes compren, en un sh ing es posibe enregarse

olamente al placer ptico. Muchas de sus mercancas son inacce-ibles para la mayora de sus visitantes, pero pueden observarseomo se hoea una resta de ricos y famosos, para ver cmo es apscina o el gimnasio privado de una ce La exposicin de oetos inalcanzabes alimen la reacin amorosa enre el sh ing sus visitantes, quienes salen de all transportando muchas vecesuna bosa minscula que contiene una vea o un frasco de esen-cias perfumadas, un peine de madera o una hebilla para el pelo,

esas cositas pequeas que ofrecen los quioscos del sh ing dispnindolas como si se tratara de tesoros de oyera para los ms pbres. Esta diseminacin de la oferta enre lo inaccesibe y o ci ca-rene de valor foraece la delidad que sienten hacia el sh inglos m chicos y los vieos, como si la exisencia de mercancas me-n ores fuera una prtesis compensaoria del resentimiento dequienes no pueden adquirir sino lo ms barao. Ci todos puedensalir del shing con una bolsita colgando.

Contra la enta El diseo y e funcionamiento del sh ing seoponen al carcter aleatorio y, en consecuencia, indeterminadode la ciudad. La ciudad es un territorio abierto a a exploracinpor desplazamieno dinmico, visual, de ruidos y de olores: es unepacio de experiencia corporaes e ineecales; es medianamene regulado pero tambin vive de as transgresiones menores

a las reglas ( cada ciudad tiene sus transgresiones, sus imprevistos,como os llama Paoo Cotino). En oposicin a este funciona-miento sucio', no compemente controable de a ciudad, elsh ing asegura a repeticin de lo idntico en todo el pan eta.En el sh ing se produce lo que una teora ceebratoria lamaatraccin adyacene: todo lo que enra en su combinatoria se

vueve signicativo y potencia el signicado de lo que o precede y lo sige, como una meonmica cadena de la feicidad. E sh

ing un espacio de conexiones, cuyos elementos gramaticaes'de ben mantener una relacin ordenada para ser comprensibles y


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22 C UDAD SA

son compensibles porque la mantienen. "En el ma tpico elxito econ6mico depende de la esticci6n de la vaiedad espa-cial: el innito comercial requiee del connamiento del sujetodeno de una inacabable igualdad del espacio.9

Nunca el concepto abstacto de mecado tuvo una taducci6nespacial tan pecisa. Las calles comeciales entegadas a la com-petencia tienden al desoden incluso cuando se egula el ta-mao de los cateles los anuncios y las maquesinas. vidieasesponden al capicho o al buen diseo de los dueos de los cmecios. Los mecados al aie libe tienden a sopota una fueaent6pica incluso cuando las mecancas alcanan su odena-miento ms iguoso: las futs no tienen exactmente el mismo

colo que aye las hojas de las veduas son iegulaes los quesos envejeciendo a medida que son vendidos los cotes de las ca-nes se imponen como catogaas difeentes pese a la inclinaci6nclasicatoia de quienes las venden. Un mostado comiena elda odenado cuando todo est bajo contol y a la noche teminacon huecos y ngulos no calculados ente sus mecancas. En losmecados de ambulantes lo iegula es inevitable aun cuandotodo lo ofecido se epita.

Conta esta vaiedad pevesa porque tansgede espacialmente el ideal que subyce a la ley geneal del mecado el shingealia de manea pefecta lo que manda la mecanca: exhibela egulaidad de su valo medido en dineo de manea abs-tacta y con una tendencia iefenable a pesentase como uni- vesal. Po eso los sh in pueden se ecoidos sin que se losconoca; no necesitan se familiaes poque no ofecen nada di-

feente a lo que ya se sabe po expeiencias anteioes. No sepuede descubi un shping Su cuaidad es pecisamente laopuesta: negase a todo descubimiento poque tal acividad sig-nicaa una pdida de tiempo y una falla de funcionamiento.El shping debe esta tan pefectamente sealiado como unaautopista de alta velocidad.

ltima invenci6n ubana del mecado el sh ing lleg6 en elmomento en que se cey6 que la ciudad se volva insegua o me-

jo dicho en que la inseguidad que e siempe un tema ubano(las "clases peligosas del siglo XX los delincuentes al acecho


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las prostitutas y sus ruanes los carterisas y los embaucadores oserversos os obreros os desocupados los mendigos os enferos ambuantes) se convirti6 en una preocupaci6n centra: elmiedo de Ia ciudad y e miedo en a ciudad el odo a barrios ce

rados a encaves que simuan adeas a suburbios bao contro eabandono de os espacios abiertos a causa de sus acechans.A esaoma de enfrenr un conunto de cambios que sucedieron en tdas as ciudades de mundo e mercado le ofreci6 su creaci6n: e un espacio pbico de gesti6n privada.

cuaidades de son as que necesia quien vive temeoso en Ia ciudad. Como si se ausara a un diseo divino (Ia manoinvisibe del mercado dibua con un omnisciente buri de hierro}

la reguaridad el orden Ia impieza y Ia repetici6n que impiden eto a o imprevisto aseguran que el ncione sin ningunode os inconvenientes de o urbano. En un momento en que Iaciudad es vis como fuente de males y donde se pide una ciudaddiscipinada que responda a ese imaginario del miedo y a condiciones reaes de incertidumbre el orece lo que se busca

y adem gratis.esde esta perspectiva comprar y consumir seran as actida

des fundamentaes que se reaizan en e pero no as razones de su ito que son otras: Ia serenidad de lo controado demodo invisible (de nuevo Ia mano insible divina que primerodisea y luego como la Providencia dirige e control que osusuarios buscan). E modo de circulaci6n de as mercancas conoce todos os recovecos de as fantasas persecutorias de supbico. Y a eas responde con una armaci6n de identidad: no

soy Ia ciudad soy meor que Ia ciudad y adems puedo estar encuaquier parte al ado de una autopista a 1 kil6metro de una villa miseria; nada puede pasarme soy inepugnable las fuerzasque giran desatadas por Ia ciudad no entran aqu.

Por lo tanto del es ausente e principio de desorganizaci6n que marca lo urbano como adversario de principio de organizaci6n que tambin lo dene: "La economa visual del captalismo moderno ha evantado nuevas barreras ante Ia experiencia

compea en as cales de Ia ciudad.1 0 Frente a Ia disgregaci6n peligrosa de fuerzas en Ia ciudad el hace creer que no tiene


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nada que ver con ella, que todo lo que parece hostil e indeseablese convierte en amistoso y atractivo, como si los deectos y allas deIa ciudad (los que se le atribuyen, los que existen realmente, losque se imaginan, los qe merodean el discurso de los medios

has convertirse en sentido comn, los que hacen vctimas) se in virtieran en el , cuya disciplina no est erosionada por aderiva imprecisa y llena de sorpresas de as redes abiertas de laciudad, sino que resulta de la gua tutelar del mercado. El es una organizaci6n rrea que parece libre y algodonosa. a ciu-dad es una organizaci6n m suelta que parece ncionar hoy comosi slo lastimara con sus aristas durezas. En este intercambio decualidades reside el xito del .

El espacio est organizado racionalmente, sin que se admitanelementos ni inteenciones que aecten esa racionalidad. Esto esposible porqu el espacio es, como se do, de uso pblico pero degesti6n y propiedad privada; por lo tanto, un vendedor inormalno puede establecerse, como en Ia calle, al lado de Ia vidriera interior de un negocio de . a racionalidad mercantil seapoya en Ia propiedad privada de los espacios de circulaci6n, cuyoorden queda garantizado como necesidad de esa ratio. El es ordenado porque expulsa Ia idea misma de desorden y seopone as a a ciudad, cuyo espacio pblico, incluso en sus mo-mentos y lugares de mayor ordenamiento, no puede condenar demanera instantnea el uso no previsto. En oposici6n a Ia casualidad que rige lo urbano, incluso lo urbano ms planicado, elexpulsa Ia casualidad y junto co ella cualquier inteenci6n era de programa. Este ordenamiento es lo que lo dierencia,

para sus usuarios de manera positiva, de Ia posible irrupci6n delos avatares ineliminables de lo urbano. Modelo de un mercadoordenado, el orece un modelo de sociabilidad ordenadaentre iguales: sin intererencias de acontecimientos no programados, sin posibilidad de desplazamientos que se alejen de lasrutas trazadas, sin usos perversos de a escenograa (no se admiten gratis, ni obleas, ni estnciles, nada que resulte ajeno a Iaesttica y Ia grca del ) . En una ciudad don de prevale-

cen las sensaciones de incertidumbre, los recorridos previstosor el liquidan esa sensaci6n sin aectar Ia ilusi6n de


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ndependencia y liberd (que es por supuesto falsa: en el ni siquiera se puede tomar una ceeza en un Iugar que no hayado presto para eso por su diseo)

Frente al desorden isual de Ia ciudad el orden del

ofrece un espacio complemente bao control a quienes padecena entropa urbana porque su experiencia o sus preuicios o susgutos les indican que es peligrosa desestabilizadora y fea En elregistro isual el comunica lo que garanti en el registropctco: ac no puede suceder nada que no haya sido preistono hay azar tampoco hay noedad excepto Ia de a rotacin deas mercancas.

Si se experiment a Ia ciudad como peligrosa el pr

duce serenidad porque es muy fcil de conocer y sus cambios sontambin sencillos de descifrar (como Ia experiencia teleisia Iadel es casi insntnea y sin instrucciones). La ciudad presena una proliferacin de sinos de naturalezas enconrad que seasocian compiten se anulan o entra en conicto. Por denicin el tiene que exulsar es tramas espesas de siosno puede esar cubierto de capas y cap de conguraciones signicatis; su ideal es presear una supercie sin prondidad ocul.En este aspecto es un clico artefacto posmodeo que se bridapor completo en sus suercies pura decocin escenoa quese represent a s misma.

Por todas estas razones el es extremadamente ecaz entrminos de tiempo. Pero tbin es plstico. e lo puede usar atoda elocidad o muy lenete. Es comato ahorratio semioliamete amle reduce el azar al mimo no ofrece al

teatias sore las que haya que emlear otros conocimientosque los que se aduere e el uso roraado.iene una perfeccin desconocida en otros espacios del mer

cado (l calles comerciales o los aruamietos a cielo abierto)porque ninuna situain es icontrolale y ha sido diseado teniendo como n a exulsi de lo incontrolable. Ni esaciopblio uede ofreer ese fuioamiento sin obstculos porqueIa aarici del ostculo del imreisto de lo que o ha sido

odo es ie al ode el ercado o oe olete. se oet sn resduos rduce u eesr.


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Apenas se ruza el umbral del sh ing, se abandona un spourbano que no se ontrola del todo para entrar en otro dondualquer ndetermna6n ha sdo expulsada por el programaFatgada de Ia ndetermna6n tpa de lo urbano Ia gente en

uentra en el sh ing un espao extraurbano dentro de Ia udad o a sus ostados. Hay que pensar qu es lo que Ia udadnega a sus habtantes para desubrr qu es lo que el sh ing lesofree omo reemplazo. nluso ltmamente el ha de alnsh ing puede onvertrse en arena de smularos de ombatepara grupos de adolesentes omo las veredas de Ia dso a lasses de Ia maana. Pero el ontrol del shing ntamente mseaz que el de Ia alle que el de los volentos responsables de

segudad de una dso o Ia pola.

La ana como ce El sh ing trabaja en el msmo sentdoque los medos de omuna6n audovsuales. Se va all para ver

y no neesaramente se expemen Ia frustra6n de no poder alanzar lo que se ve. Como s se tratr de Ia belleza de una ceo de un proama de reetas de ona lo que el sh ing ofreeno oblga en aa oas6n a Ia omra aunque st sea el objetvoomn del sh ing de su vsante. Exste una espee de zonadonde puede neutralzarse Ia fusa6n. El espetulo de Iaabundana de meranas en muhos asos aesbles nda elatratvo probablemente meor de las meraas en efeto ompraas y las ennoblee. gual que Ia patalla de televsn Ia vdera del sh ing llama a Ia esoa y a Ia magna6n tantoomo al dsfute materal. Aumula lo que es deseable no lo que

es aesble a todos. Esa aumula de deseabldad es menosfustrante que el heho de que no toos los ojetos puedan serefetvmente apropados.

magna6n es lo que mor omo e el aso e Ia belleza y Ia sensualdad de las cet Todo lo que aparee en Ia vdreradel sh ing deseable sn que ese eseo deba ulmnar en adaaso on Ia poses6n. Se fomenta Ia atvdad del deseo drgdono Ia realza6n nvarable del deseo. El negoo funona de ese

modo porque una parte resdual del deseo se umple (las ventasse realzan y se elve por ms provoaones al deseo.


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organizacin del es una organizacin racional y re-gulada de los deseos Debe conseguir que algnos se cumplanara asegurar el lucro pero depende de que otros queden incum-ldos para garantizar el regreso Funciona as como los medios

audiovisuales: muestran lo deseable sin prometer otra cosa que suncesante repeticin El como los medios aunque enapariencia esn movidos por el cambio son cclicos despiertan yno satisfacen del todo despieran y no satisfacen del todo y as su-cesivamente en un del que depende el xito mercantil y asatisfaccin de quienes lo hacen posible

El xito del como el de a televisin es movido porIa familiaridad extrema que sus usuarios tienen con a mqina

en a que se incluyen y cuyas normas sigen Tanto como a televisin el permite el dentro de un mapa frrea-mente construido Son dispositivos que estimulan a sensacin deIa liberd de desplzamiento por a sencilla razn de que debenconservar dentro de ellos a todo el mundo Pero como a televi-sin el no produce incertidumbre material ni simblica porque su funcin es justamente proveer programas libresde incertidumbre es decir de manejo sencillo y con reglas claras

El asimila como una medusa gigantesca todolo que se encuentra dentro de sus lmites o incluso cerca deellos Por eso es n dicil mirar los murales que un hasalvado de a destruccin o a vieja arquitectura que otro ocupa despus de haberla vaciado La erza de las insignias delmercado es innitamente sperior a a del arte que se miniatu-

riza has desaparecer cuando el o incluye como su pre-texto cultural Viejos silos portuarios viejos mercados de abasto ejas esaciones de trenes incluso crceles (como en el montevi-deano de Punta Carretas) o escuelas (como en Crdoba) viejasgaleras de inspiracin decimonnica todas esas arquitecturas lle-nas de cualidades o de historia se aplanan como si slo hubieranexistido para proporcionar alguna decoracin extica al que iba a ocuparlas

Por otra parte pocos van a mirar arquitectura o mura-les Slo algunos turistas y los chicos de l escuelas obligados por


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sus maestros siguen el itinerario de ese seudoprograma que el present6 como justicaivo de su existencia, para lograrexenciones del c6digo de edicaci6n o descatalogaciones deedicios hist6ricos. Un ejempo de esto ltimo es la rstica agre-

si6n perpetrada por el llamado "Museo de los Nios y el parquede diversiones adyacente en el viejo Mercado de Abasto de Bue-nos Aires, cuyas b6vedas, que en su momento ofrecieron un ar-gumento para conser el edicio, ron condenadas a la des-trucci6n sual. Hay que ser un verddero cazador de prspectvpara obsear desde el interor del agnas decenas de me-tros de b6ved que no esn inerpidos por as adiciones dispds. Lo horroroso de ese scor un verddero desojo de

guerra transfordo en paio de juegos y de comidas deberarecordae cada vez que se dice un edcio ioso instalandoal un cenro coercia

cacidad de bsorci6n del es coparabl a la delos edios udiovisuales que presentn todo incuso o que esms lejdo de su esttica o de su 6gca imponindo a esos frag-mentos exrnjeros una ptna que os elve medicos culidadque no posean ntes de aprecer n una panaa donde odo loque no fue teisin se transmuta como si el mundo exterior'tuviera en su orgen el destno d ser atei prma de un esce-nograa o de un reao Aquelo que vene del pasado se conveeen alimeno de la actualidad inmdiat, y su indivduaidad deobr o su cuaidd de cosa consuida desprecen par conver-irse en soore neuraizado de nsje ico o nsa-b3e s insignias del mercdo son oderosas porque in-

dican rsne de un odo en que ls obrs de arte o osedcios meorables por su diso o tcnica, no pueden ha-cero Lo que subsiste de psdo en e es obiterado porla renovci6n d cada insn. Ni Bei ni Siimbrgo enen arsonanci cul d las rcas dl ercado no esn apoyadossino en su obra qu en el bito dl es un eso mueroun sum de sconocimienos y anndidos Der de unbandern con el logo de un marc el mur s un

que dice a quis no o scuch Esoy u o s u ouo sr vs so o s vso


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omo los medios audiovisuales el gobierna todos loselementos extraos (artsticos por ejemplo) que incorpora o tolera porque no le queda ms remedio 0 porque pueden agitarseomo argumentos de prestigio. No tiene sentido lamentarse por

el uso que hace de lo consruido previamente en el predio queocupa; tampoco se conseguir mucho denunciando que paraconsear un mural se lo vuelve invisible o de modo ms irreveente con un gusto completamente pop se lo combina con as insignias del mercado. El programa del es hegemnico porazones que son anteriores y ms importantes que as que los conseacionista pueden proporcionar a quienes reciclan vejas instalaciones o conservan antiuas obras en un marco nuevo. Es di

cil conadecir este programa y aceptar el a mismotiempo porque el el ama conseacin de lasobras de arte en un puede ser so a nes de archvo.Esn all para quien vy no simpemente a mirarls o descubrisino a consultarlas.

No se trata simplemente de sealar los lmites de este conseacionismo hipcita sino de resaltar Ia potencia de las erzas mercan tiles que toman argumentos conservacionistas en el momentoen que Ia obra no ha comenzado y los transreden hasta voverlosuna racionalizacin inti cuando Ia obra avanza hacia su funcinamiento pleno. El no necesia de esas racionalizacionespara consuise e o utilizando un edcio histrico cuy estructua es considerada por os expertos o por Ia opinin pblicavaliosa. No rechza decorados' preexstentes sino que los reuasegn sus implacables normas vsuales porque si no o hiciera

pondra en peligro no so su propia coherencia estca sino Iafuncin del espacio que esa esttica recubre.El supera siempre os restos artscos o arquitectnicos

colonizados tanto si os desquicia como si los vuelve invisibles yque su naidad no es consear un fagmento vioso del paadosino incorporlo a su espacio (si no puede prescindir de l) suendoo mediante un camio radical de nciones: de ocin portua a y pato de cod de mercado mayoisa de alien

tos conunto e neocos y entnento e perto epese a prq to nn es cl


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como gobierna Ia articulaci6n de sus elementos edilicios ysuales el no impide algunas actividades que esban ausentes de su programa inicial pero que se realizan al porque nole son contrarias. omo paseoeompras el objetivo principal esel segundo trmino pero el primero debe denir el ambiente ysu posibilidad de usos secundarios. Por eso los grupos adolescentes pueden usarlo como Iugar de encuentro habitual: chicos de 14y 1 5 aos que se caracterizan por usar pantalones angostos y porel afn de sacarse fotos con sus celulares para enviarlas de unapunta a Ia otra del hall del provocaron una especie demotn; esta pequea trbu urbana ser reemplazada por otra encuanto cagan era de moda los pantalones con que se distingue.

Pequeas conmociones que le dan al una especie de plida imitaci6n de Ia da de calle sin sus eventuaes rebelionesertes Un que indicara usos y desplientos de mododemasiado evidente podra ser desobedecido mientras que guiados por la cci6n de liberd y expresidad lo obligatorio desaparece. D e este modo el asimila lo que no est previsto ensus objetvos principales mientras no se los contradiga (los peosde adolescentes que se renen en el no necesariamente a

comprar aunque tambin a comprar; la gente pobre que va los nes de semana a mrar mercanas inaccesibles; los viejos y los nios ) como algunas cadena de comida rpida incorporan combinaciones no previss en el modelo inicial para localizar la marcaen una cultura alimentaria determinada. El xito es en la plasticidad para plegarse a lo secundario mentras no se con tradiganla leyes principales.

Es cierto que cualquier innovaci6n no diseada cualquier prctica esponnea cualquier persona o grupo que se sientan creativos' pueden desorganizar el espacio y sus usos. omo se vio eles anentr6pico; sin embargo para que no se conierta enun espacio demasiado reglamentado incluso para aquellos que dcilmente quieren huir del desorden urbano de ben autorizarse usossecundarios. Si se los persiguiera el mostrara un as pe todemiado pan6ptico' Ia imagen agresi de un mercado discipli

nador. Para evitar la en tropa el debe asegurar una cantidad de cualidades antientr6picas invisibles pero omnipresentes.


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a ndamental es el orden y la disposici6n de los desechs queo se realiza a intervalos deteinados sino a lo largo de u cicloompleto e ininterrumpido: se limpia de la maana a la noc he deodo que jams sea posible tropezar con el rastro de u uso

esagradable del espacio (a diferencia de las cles que inclo enlas ciudades ms ordenadas se limpian en horarios os y susdesechos se reran una o dos veces por semana o toas l ches:uando menor es la periodicidad mayor la suciedad). lipiezaincluye el control de los olores reconocibles como callejeros. El los reprime cubrindolos con otros olores que da tesm<nio de Ia limpieza interior. El olor del es Ia pueba e sulimpieza no su resuldo. Si bien este tratamiento de los olores se

perfecciona en las horas anteriores a Ia apeu conna untetodo el da. Entre todo lo que ofrece el k repate gs ia-fanidad y transparencia entr gente que probablemente ve e de-partamentos oscuros cuy vennas dan a calles uidosas o a pozosde aire y luz donde se mezclan los sonidos y los olores. No es poco.

C cc Pese a los impreistos y las nciones nue queel digiere las cualidades esenciales de ben mantenerse in-actas durante catorce o quince horas como e ua nave interplan aria donde la da de sus tpulantes depende de el. En efecto Ialimpieza del ene algo de escenario de ciencia cci6 m-bin evocado por su claridad Ia nitidez con que las cosas debenerse el ordenamiento de ls materias y Ia disposici6n de los eren-tes espacios l parciones la plan abier pero al mismo empodividida en porciones que se elven accesibles a medida que se

anza. perspecva es de proxmidad y segmenda pero las par-ticiones no oponen obsculos al trnsito sino que cumplen el papelde estaciones de transferencia (de una escalera a un quiosco de unpillo a un mostrador). As se derencia el de los donde no hay parciones inteas excepto l que son elmentos de Ia arquitectura del ecio los o se pa-recen unos a otros (qui en conoce las Galleries La Fayette no c <noce Macy's quien conoce KDeWe no conoce Haods). El

pertenece a la era del capitalismo mercantil localizado.El a la era del capilismo global y expansivo.


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El and magasin es ertiginoso, literalmente da rtigo cuandolas galeras de todos los pisos dan a un mismo hall central, comoen las Galleries La Fayette de Jean Nouel en erln o el hist6ricoedicio de Chicago de Macy's, con cpula de iany. El sh ingnunca es ertignoso. Si lo fuera, atentara contra su ordenamiento, que debe brindarse al conocimiento inmediato de sususuaos Podra pensarse que el sh ing el perfeccionamientodel and masin mediante Ia correcci6n de sus defectos' deuso. Pero ms bien parecen disposiciones espaciales dierentes cuyacomparaci6n es ineviablemente supercial, como ambin es supercial la comparaci6n del con las galeas del siglo y Iaprimera mitad del siglo

Si con algo hubiera que compar su cldad, su racionalidad, sera con el supermercado. Son contemponeos y tienen las mismascualidades: eciencia en el uo que deja poco espacios residuales;aperura a recorridos que den Ia impresi6n de libres eleccionesmercantles y espaciales claridad de los sealamientos, con signos endices bien legibles de modo que el cliente de un supermercado oun pueda usar otro sin diculades, aunque se encuentrelejos, incluso en una ciudad dierente ( o sobre todo en una ciudad

dierente); denicin de los permes, los sonidos y la luces a nde iar Ia injerencia de olores, sombr, penumbr o ruidos nocontemplados por el programa. sobre todo, Ia repetici6n: abundancia puede ser opresia o eufornte, pero Ia repetic6n essiempre esttica y el efecto que produce es miterioo". 1 1

l . clardad concepal del (como Ia del su

permercado) no elve a todo expeo en consumo. Por ola Iapublcidad no habra producido ete efecto, porque e trat de unsaber prcco que incluye orientacones espacales y un repeorode sensaciones famliares. El consumo real (no el que se producepor ntet) ncesi espacios, que cambian con Ia hitoia. quina ms perfecta para el logro de s nes es Ia que hoy ha alcanzado Ia hegemona y se propone como modelo incluso a espaciolocalizados que ni por sus dimensiones ni por sus posibildde de

ariaci6n pueden ser veddero upeercado o veddeshin El enten I m cndd ple nte


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ue est en condiciones de moerse dentro de su diseo unici6n de los sberes del consumidor ue se lcnz trs deconmientos ccesibles perecciondos sin interrupci6n.

os chicos los dolescentes sben moerse l elozmente

ue no consen recuerdos de otrs orms nteriores denumo ni hn tenido otrs eperiencis ms desebles o por ls uedn sentir noslg. Conocen como primer orm hegenc de consumo I del no esn obligdos etrr cd en desuso de otrs costumbres ni olidrls r duirir otrs. El es dems un comunidd joen porque rbdores esn preprdos pr entender I mecnic de ehibici6n I ent que hn prcticdo como consumido

es reles o imginrios. Con sus clientes j6enes los endedorese comprten un mundo: se identicn direcmente loue no suced en los ( donde las endis ls dierencis ern conictias) ni sucede en ls tiends de ls mrcsms crs que son generlmente etr .

El es un prso de capas medis donde centenres tran otos consumen pero todos los une Ia ilusi6n de que pdrn intercmbiar sus puestos en culquier momento (ilusi6n queer descabelld en un endedor de Crtier de Kenzo o dermni). A ess cps medis se dirigen los mensjes institucioles. Por ejemplo 0 mrcs quieren entrr en tu histories l consigna publicitari del Absto con I que poa ide de Ia identicci6n por el logo (I histori de lguienontd trvs de logos como si se trar de un deportis sus un malloso invento de Ia imgnci6n distosionnte).

El es un / de j6enes donde ciculn tods laseddes un nt inntil de l abundancia que parece al alcnce de I mno porque est al alcance de I sta. Es un esta6 ic socilmente expnsiva. ncluso los ejos l esr msiaente retirados del consumo excepto po inteedici6n de los6enes se asocian ellos sobre todo porque el no los eone un humillante retrada con ls mnos cs que simlemente han ido mir. En estos dos extemos geneacionles ez que I disciplina del los cpta queda encerrdol resto del mundo


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lo permanecen afuera los grupos de elite cultural, econ6mica, los innovadores', los originales', los dedicados a las actividades comunicativs, de diseo, etc., que adoran la remera vintacomprada en un negocio de ropa vieja pero no la comprarannueva en el gran local de una cadena de tiendas ubicada en unshing. Estos grupos son los que pasean por los negocios en znas comerciales a cielo abierto que, en algunas ciudades, se ubi-can cerca de los restaurantes que componen patios de comidatambin a cielo abierto; ejemplo porteo los diversos alermos

Y tambin quedan afuera los muy pobres, ese oscuro anilloexterior.

AULANTES

Santia de Compostela. os jueves por la maana las mujeres llegan desde sus aldeas a vender verduras en el mercado de antiago de ompostela odas, o casi todas, son viejas. e sientanen banquitos enanos y charlan con sus clientas, que tambin

son viejas En las canastas no hay un solo tomate que sea iguala otro; todos tienen alguna marca, un punto negro o un lunarms claro; mazos de grelos todava hmedos y coles pequeas eimperfectas, como cabezas de nio. ada una de estas mujerestiene una relaci6n directa con el producto que trae al mercado;iven cerca de antiago y cerca de esas verduras, en un espacioque todava hoy conserva algo de arcaico eguramente son las

ltimas que venden verduras orgnicas sin decorarlas con eseadjetivo hiperb6lico, mitad tcnico y mitad esttico, propio deun vocabulario sobre lesles.

Cas egn un relevamiento de la ederaci6n de omercio e ndustria local, en 2007 haba 4.057 puestos de ambulantes en laciudad de uenos res, un 17,4 por ciento ms que el ao anterior. En arque entenario los puestos seran 1200; en ostanera

ur, 412 la mayora venden comida); en arque ezama, 00; enarque aavedra, 300; en la zona de nce, 177. os rubros que


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e comercializa o ateoj o de sol , mica e CD, pelcua e DVD, calculadoras, relojes y pilas. Tambin e ve muy aeudo idumetaria y lecera, y otro rubro como acceo d e telefoa, juguetera y producto para el turimo. 2 Lato que ilutra Ia ota periodtica que ofrece eto dato fueada e Ia vereda del Cocejo Deliberate: u pueto dea y, m atr, dos tabla verticale co collares y aillito. Elacio pblico como me rcado de lo i formale.

S Telmo Caa L

Estuve cotratada por Ia Muicipalidad pero o me paga dede abril. El domigo paado a e Ia calle, eDefea etre Mxico y Veezuela, barrio de SaTelmo. Tego u paado de feriate, pero uca antetir u pao e el piso c omo eta vez Tuve ( tuvimos)que ir muy temprao, llegu a las 530 porque a la 7 ya

et todo lleo. Braileros aco cargado a u ho,gete co poc diente y caa de habre, gete ayor,


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gete co problema ico tuve que hacer u efuerzograde para o poerme a llorar ah mimo,juto a micompaero excluido del itema. De da Ia coa me-jora, e ecucha lo itrumeto de percui que e

vede e Ia otra cuadra y uea realmete bie . Uacoigue el diario, e ieta e u baquito plegable ypide u cortado a u eor que paa co u carrito. Lavida tal vez o ea ta dura, depu de todo. Slo ecueti de expadir lo lmite de Ia comodidad, que iua puede hacer eto, qu o va a poder hacer luego.Gracia Chopra, Dyer y dem amigo etre , ya queo de ua. Armamo literalmete e Ia calle, obre el

afalto. gualmete hata la 9 lo e marca territorio.e e el motivo de llegar ta temprao, porque recia ea hora Defea e hace peatoal. gualmete algu-o kamikaze arma ate, hay colectivero repetuo-o o paciete que paa depacio etre lo "pueto yotro malhumorado cuyo leguaje implcito e "vyae a joder a otro lado, maga de vago, y i reducirIa velocidad arrolla pao y mercadera. Hay que verlo.Etuve hasta la 18 para veder 10 peo, el remie me ali 17, calcule Ia gaacia. A ltima hora me j e uachica jove, epaola, que haca malabare co tre pel arajas y tbi co clav. Tea muca gracia, de-tea ua pelo obre Ia pu de lo dedo y Ia haca camiar por el brazo o Ia arrojaba a u epalda y Iarecuperaba de frete co Ia otra mao. Tea pueta

ua imple ojoa de cuero, pollera roja y muculoablaca. Le eba eeado a u muchacho de pelolargo y ojo iluioado, o i por Ia promea de u -tura maetra o por ella. Perdido por perdido me acerquyo mbi e buca de Ia magia, y etuve racticado.Quie llee algo m que Ia frutraci de u da deveta perdido. Pe e decie a Mara que e ela upar de aro para ella, pero itu que o eceiba ada

m que u depojada gracia para etire plea.


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CIUDAD DE LAS MERCAciAS

to me ecribi6 V L 3 Co lec tivo "arrolla do la alfombritao artesaa, pulserita y aillos, como e ua etampida: elotro lado de Ia lea itermiable de ambulate e la callede Ia ciudad, que repite u cucera, ordedolas a me

dida que el pao del tiempo y de Ia gete las tuerce o la aca deu disposici6 iicial, como si Ia disciplia del ambulate fueraIa de u obseivo de Ia geometra La cica que aca malabarearece Nastaja Kiki e Movimiento faso de Wim Weders, yecuerda, por supuesto, al clebre bailar co quie dialogavo Kleit El ecritor le preguta por qu lo a to tatas vece, y ta cocetrado, frete al teatro de marioetas El bailar le explica que "todo movimieto tiee su cetro de grave-

dad, desde dode ua lea "misteriosa se proyecta acia laTierra, y se e el camio "que sigue el alma del bailar: e elcao de las marioetas, la mao del maestro que las mueve eu puto uperior de ea lea repecto de la cual la marioe tae, iguiedo u cetro librado a la frza de eta cada, uembro e mueven ic ocienteme te y e armoa La graca e el efecto egativo de ete abadoo de la marioeta a uncosciecia 4

La mario e que miraba el actor iterrogado por vo Kleittambi fuero preecia irregulares pero abituae e las ca-lle Ambulate y obje to o ieparable de la ciudad a la quedecora co etilo que o a ido decidido por adie itervecioe que irrita el orde de la ciudad y que egui alor do razoes: ay gete e la calle y ay gete que slo puedeveder e la calle

iniers Fotoaa La carpa de los ambulates et armadaobre la alcatarilla de las calle que rodea la igleia de Saayetao Ua guarda de objeto acompaa a lo ele y, paradecirlo co ua frae eca pero verdadera, le edulza la eera No o ua ditracci6 comercial ea a l devocioe, ioque permite recordar ee mometo durate el resto del ao: laedra que e trae del camio recorrido e peregriaci6 acia

l lugar agrado


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En lo mtradore de lo ambulante que rodean Ia igleia, Iaexuberancia proene de cada pieza y del conjunto intrincado queforman al amontonare Como ea caita alpina de teja encerrad en una bola de crital obre la que cae nieve i e la agita,lo souvirs anto on alegre, hogareo, familiare Adornopara poner obre una repia, una vez que e lo ha retirado de Iaexhibici6n en Ia calle, donde forman un conjunto colorido y unpoco bizarro Ojo de crital pltico habitado por el anto, IaVirgen o Jeucrto: en Ia calle todo, hata un piapapele de San

Cayetanoconnio, muetra u lado ecenogrco La calle eepectculo aun para lo objeto m banaleEn la equina, montone de cho carcomido por el ego en

cierran reto del carbn que e encendi6 de noche para corr elfro Dentro de la carpa, pila de manta, mochila, abrigo, trapo, cacerola, bidone, termo. E una peregrinac6n etica, queno avanzajunto con lo ele; dede el prncipio ocupa el mimo Iugar La doble lnea de ele y de pueto de ven parece un largo

mural de coreo religioo que remaa en el atro


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A CIUDAD D AS MRCAAS


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0 CIDD T

E goto pr l e de S Cayetao, debajo de lo motrdore cllejero, lo vededore acmpa. chico duerme l

combiaci de colores de su refugio es epldida, y la masa depelo lacio catao claro que emerge de la mata le da ua especiede estilo publicitao. Advising espoeo, como si todo fueraproducido siguiedo u estilo, auque sea la mirada la que atribuye etilo a algo que fue dispuesto por la caualidad. La mataroja tiee ua textura lieal geomtrica, que slo se percibedede muy cerca la ma amarilla es m espojosa y blada la

mata a cuadro, covecioal. E realidad, la roja y la amarillao o mata io piezas de tela, pao de ua cortia, quiabe. Sujetas a lo parates de hierro del pueto, colgado deellos, la dos piezas ha sido colocadas como si e trara de uaepaolada. Si embargo, es imposible que hya existido esa deli-beraci previa. Se descubre ua ite decorativa dode slooper e azar: e el ecuetro impresto de do recgulos detela obre los que, como e ua amaca paraaya, u chico

duee e l clle, a pleo da, debajo del puesto dode e vedechuchera reo, e la cercaa de u igleia.


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hecho d e que l a combiaci6 d e la tela ea la de l a baderaeaola agrega algo: ua epecie de aburda gitaera, auquee abe que o gitao o tiee ea badera algo de lo ambuae del toreo y de la daza, ua eece de mito Hollood oto Merime de Epaa. Lo cierto e que al ver el rojo y elaarillo pegado uo co el otro e dicil deechar la evocac6 de ua badera. Prueba de que cualquier coa queda liada a ua igicaci6 ivaora que captura todo: lo coloe, a textura, u combiaci6 colgate y a la vez otate e

e eacio.La fotograa oculta u a arte de u argumeto, co mo ueleaar. Del durmiete e ve lo la mata de pelo y o e abe ee 8 o 1 2 ao i trabaj6 durate algua hoa e eeueto o imlee te acompa6 a alguie . A lo mejor et duredo ua ieta deu de aar toda ua oche deierto,aeo a lo cliete que ale de la cola formada a cuadra dea gleia. Duerme orque et caado o aburrido, eredado

tre ua mata a cuadro rojo y amarillo. Si etuviera ea caa, e dira de ee chico que ha etado jugado co a


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ata, arado ua carpa o u refugio de exploradore. Peroet e la calle

�Cul e la hitoria? Y e todo cao, �por qu itereare porea hitoria i o e iquiera ua hitoria? No e poible upeder

ac el etido; e la cuadra y cuadra de abulate todo puedeparecer idifereciado e idiferete. Si ebargo, alguo recor-te, coo el de eta foto, produce la itroii6 o bucada deu etido que debera etar pero que tapoco et del todo.

ay, etre lo abulate, ua eora que coe gorro y ua tarotita: icretio de la fetividad cat6lica que e ecuetra co el y u recuo ileario de adiaci6. religi popular,callejera, o e dogmtica

Clascaci6n. Lo indusal Ua otaa de porquera circula deao e ao: falicacioe, iitacioe, chuchera, partidarobada, cotrabado. Quiee vede y quiee copra e o eo ielado e u couo, reachado por u Iite eco6ico La ercaa de lo abulate, que ocu-pa ceteare de etro e Corriete, lorida, Rivadavia, alrededor de la ecioe de tre, de lo udo de traporte vial y

la ereda de zoa coerciale de ucho barrio, e dividee do clae.

priera (idutrial) e vedida a tra de abulate orgaizado por ayori, co pueto atedido por epleado quefrecueteete recibe, a edio da, racioe de coida llegadasdede afuera de la zoa ocupada. Eto abulate o quieedeede el "derecho a trabajar e la calle, e codicioe de de

bilidad, ya que lo ayorita e ubica fuera de la dipoicioelegale del coercio al aire libre y coete todas la ifraccioe,coezado por las que oporta la propia red de u epleado. gilacia de lo pueto e relatiete tecicada: por celular ypor handy traite ao cuado la polica e acerca, peri6dica-ete, para dealojarlo por coavecioe etre ell la ca-recia de habilitaci6 e regla. hitoria e bie coocida y foaparte del captulo del coercio e egro que tiee u cia hiper-

cocetrada e ferias etablecida bajo techo coo Salada, bre el lite de la ciudad de Bueo re, y la divera Saladita


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Vede ropa y bjetos idusiales, chaarra acioal o imporada,que a su vez, se divide e tres tipos: los 'tiles, que se ofrece mbaratos que e los comercios (o esto supoe los clietes y prega los vededores), como pilas, lapicer, lite, destoilladres, bateras, ateojos, desperadores, ecededores, das para te-foo, medi, gorros, guates de edida uiversal, buzos,paloes deporvos, ropa iterior, permes, etc Los objetos i-dusiales 'itiles, que agrega u toque estco a Ia de qui eos adquiere: adoitos, aimales de peluche, cuadritos Estos obje-

tos iteresa damealmete a los sectores de bajos recursos, yo ofrece igua cualidad de pitoresquismo social i urbaoSo Ia poluci6 de lo peor que vomi fbricas que, seg deu-i cotiuadas, ambi opera e Ia ilegalidad o e sus promi-ades El tercer po de objeto so los de eeteimieto: juguetesa pila, CD y D chos de msica,juegos y pelcul que iteresaa casi todo el mudo, como todo el mudo es potecial cliete debueas falsicacioes de ropa deporva co el logo de marca

E El cato de Eneas, co Ia precisi material que Ia poesapuede alcazar mejor que los ivetarios acadmicos, Daiel


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Saoilovich describe Ia feria de abulates establecidos e Iaestaci Retiro, cercaa a Ia etrada del errocarril Belgrao ypaso ievitable para llegar a Ia terial de ibus de Bueosires Vulcao, ador de escudos, yelos y lazas para los h

roes de Ia itologa editerrea clsica, ha do para Eeas(ho de Troya e Ia Ilada y cartoero de Bueos Aires e estepoea) u carrito dode se represeta los objetos que circu-la e el calo de abulates establecidos e Ia zoa baja deltrasporte urbao que rodea las estacioes ferroviarias. La exal-taci del cartoero Eeas desborda sobre los objetos de suudo orjado y de


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las pelotitas que rebota asta el cielo azul celeste,revistas de cruciamas resueltos,remeras distiguidas co el ms triste de los cocodrilos,lupas, a ver si ecuetras todava

el tamao de tu ombra, adaptadoresde dos patas a tres agujeros, de tres patas a dos agujeros,de u sola pataa ua poblaci6 etera de agujeros egros,camisetas de tu equipo preferido, cualquiera que era,y cualesquiera ubiera sido las alegras o tristezasque e otro tiempo te ubiera procurado;y, ms, Marforio, pav, rtees, caclos, zapatillas,

y relojes, relojes, relojesque al usoo marca las oras que te uye,los oras que te queda: todas, Marforio, iere,a posera maa; aqu es todo lo que esques y camellostrajero a travs de a porosa froterao se cay6 de los camioes que, bravos,surca las rus de a patria,de los autobuses aligerados al pasar por a villa 31 ,toda a variedad d e a umaa idustriaest aqu desplegada sobre alfombras,sobre trapos, azadas, caballetescuyas patitas acas apeas soportaesta igete, riqusima carga.5

a descripci6 de a obra de Vulcao sobre el barral del carrito

ra de pica a c6mca, como tambi viraro a lo c6mico las gueras eroicas e las parodias, pero se cumple las reglas: a cadastativo su atribuci6 adjetiva codesada o expadida. Samoivc revela el alma de las mercacas s alma diseo as atrcioes que acompaa los objetos ivetariados poe de maesto que ellos, a6imos e isatisfactorios, adquere uaeazadora dmesi subjetiva, que o llega a ser terriblerque es c6mica. Cotra a estadarizaci6 que trasforma a

os objetos e embros idisguibles de ua serie, Samoilovchs somete a ua especie de creceto fatstco


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Si e p por lto eta diei ubjeti, pod pereque lo objeto e dquiere lo porque u bj lidd y u preei hbitul fuer de I leglidd del erdo lo vuelve brto y lo olo er de u futuro propietrio Eto e

ierto y fuio oo rz objetiv yor, y que lo bul-te ede l er de lo pobre Pero et olui etreh, e ietble dede el puto de it eoio, p porlto el plu de etido que eo objeto greg I etrita eeidd L ibuioe de Soilovih ubi l o bjo Iluz de I igii Se peroliz tto oo e defor,e rope y fll E tod l er hy u poteili-dd ftaio, ori, de uo deido, de irrupi o deed

e I id, y ello l vuele extr por u io ta eooo u pi lidd teril So prte del udo que o-oe lo pobre: ri roj, l otii, prto que fuio edi, dieo que e otr de lo que el objetoproete, itrueto peligroo que tiede deopoereo derre

Clascaci6n

L revit El (verddero teoro de itolog) oofree i tod l e u hero fotogr eolore de u plto rdo: perdie dord o erez, de polo roeo, tibl de lgot rodedo de przoe roj, reo ebelle-

id o dibujo de frut brilltd, viillultiolore, et E eta oi, I tegor utildoite e obertr: el igeio e epe e gl-er l uperie, e url y eoder lo oetiblebjo el edieto lio de l ls, res,y ge-ltis Eto e relio edeteete o I liddi de I obertur, que e de orde viul, y I de El e pur oi de I t, que e u etido

ditiguido


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CIUDAD DE S MERCACAS 4

a ina ue erie arthe (at de ahe, para er fotgraa) e irige a n li eaeramente popuar y e unaina gia ig eu, Ia ita de Barthe uee aIa eria uan e ian l jet intile de arteano

y euartean aejer i inutriale fueron Ia primeraae analizaa, t erteneen a Ia egunda: bjet heho aan ue l iulan

La alfbra en uierta r una geometra de "pato ara ue tinen utre, intermediario y u merado, fariai6n, fer y eana ate burilad derado afueg, n inruane bara y orde de hapa repujadabia, inturne, jta y ietera de uero grabad a pun

z6n llarit y ueria e uen, monedero brdado, arterita y renere ea e inien, porvela, maro, lmpaa, aja y reiient e t ti grabado, pitad, on tapa,in taa, n inrutaine aiue, que e ajutan iempre a eti retr eaga, lo deforme y irregularan e a an

entenare e etr e abra ubiertas por et obet tienen una aarienia intrea y lo turita, as omo mu habiante e a iua, e eiene porque deubren al Iabra el lr a y e una autentiidad que e ha devae (eaneia, r uuet, abi e eto bje t) Mu enere ruen u erana delate de quieeueen er u liente, ara arehar el tiempo, i duda, perabin para arle un aura e atentiidad a lo que vende ea, a ue e ea ue e eto ale de la mao del ar

tean, l rue entre a atega on habituae: indutrialue iita a imerfe6n e artean o oporte eriad, adqui en meri e anuaiae, obre el que e imprimenag iniuae e terinai6n

eipiente ren e ii iitai6 tral miniatura hea de fal fragent e iri lreado on fala unionee una materia ue reuera el hierr el brone (to oma en e negi e 'hga te mimo, dode hay eta

a bana e ye ara rear, gamento y el taller entere prgraa e teeiin enean bcbrac . Td


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LA UDAD DE S ERANcAS 4

remiten a una tcnica del pasado aplicada a mateials actuals

que pemiten evoca Ijanamente el efecto sin conoce de vedad

e seceto del ocio. Esas esfeas de coloes pegados al aza o,

peo a(, buscado algn concieto cromtico pueden sevir

para los sahuios o velas u se venden en Ia alfombita de a

ado, o paa guadar anillitos, collacitos y monedas paa el co-

ectivo. Nade as ncesita y, sin embago, se poducen y se co-

pran como u agegado sttico a Ia funci6n de pefuma un

cuato u ordear pequeas piezas paa que no ueden despaa

adas. Son Ia dcoaci6n ue no propciona un platito blancosob e que tabin se pude apoya una vela, o un cuco de

aceo do nde tambin pueden depostase monedas. Esta poesa

ccesible y tial odea objetos un poco inncesaios feos much

eces, cansadoes despus de un tiepo, sipe ente coillas.

Los u copan las esfitas de vitals falsos aduieen una

especi d maca sttica paa Ia dcoaci6n de I a vida cotidiana;

as cobetuas de los objtos d vidi edondos o os sahueios

con forma de sp o las tias d cueo sobe las ue est pegado un potavelas dculamente chico agegan una capa de


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guaridad para quie a a coprara coo areaa, e decir,oo objeo qe ea a arca de ua ao

a efera de idrio iee u coado i do , pero a bi coado oruoo a abudacia decoraia idipeabe

ara que ea o que o e adhiere forado ua capa (a crura de a cocia de El que, coo u cido (e decir, ooraro de ua crea o u gaeado), ha dueo o que eaba abajo: o hay ada, o objeocoberura, coberura iodo, decoraci aboua que, coo u ondant geaioo deecua de ciecia cci cae B, carcoe odo o que oaa hacero deaparecer decoraci e aa obre eo objeo, eo o exceia ore de aa

E tam bi a areaa 'mixas. E decir, las que iee opore iduria obre e cua e ha apicado ua doi ia derabajo aua Por ejepo, boea de ceeza coradas por aiad y coertida e ao o orero Ea ieecioe auae e e udo de o objeo idco proveietes de a iuria eabece ua ei ete el soporte material origiarioy a idea areaa de rabajar obre para peroaizarlo Se coiere e objeo abio, qe proee de udo (a iduria ceecera) y perie e oro (e hogar, dode e ez de ira a baura, coo as boea vaca, uce obre a repia)

Oro grpo de objeo o e dee o por u modo de pro-ducci De orige idria, ha ido dieado para repodera estados pariculares de la vida, masivos pero cargados de subje-idad So abi objeo abios porque ee de la idus-ia, pero se covierte e sopore de ua itesa devoci per

a y, al mismo tiempo, ieviablemete colectiva: deportiva,musical, poltica o religiosa. Abuda alrededor de los estadios ye los satuarios.

utodeensa del artesano. El gobiero de la ciudad, de ato etao, quiere sacarlos de las calles. P defeder su dereco a tra-bajar e ellas, los artesaos ambulates escribiero estos carteles,expuestos e lorida e agosto de 008 que, como ci todo lo que

oy se deede, sosee el argumeto cultural y de idetidad,co u o muy sorpredete retoro de lo aurtico:


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Arteaa e Ia calle e parte de ua idetidad cultural,ehcuo de exprei que ale afuera y o e ecierra.

echo co la mao, el objeto arteaal guarda impre-

a la huella origiae del que lo hizo y o ua eal:Ia cicatriz cai borrada que comemora Ia frateidad delo hombre

is No o caractertico del mercado ambulate, io de loclico pueto etablecido e plaza y paeo. Si embargo exite ededore mle que opera e lo medio de traporte.Mecioara do grupo

Lo que ede Ia reita Hecho en Buenos Ais que, como eotra ciudade, e publica para er ofrecida, fuera de lo quioco,por gete de ua categora epecial, deocupado, i caa. Ve-dedore de Hecho en Buenos Ais o etreitado e Ia mima reita, auque ea etreita o recoge a quiee o lo mmargiale: u hombre de m de 70 ao, que ordea ejempla-re iejo obre el umbral de lo edicio admiitratio que queda cerrado a Ia oche, abriedo Ia poibilidad de completar

ua colecci a quiee ha perdido o ha paado por alto algmero. 0 lo jee que e mueve como ciego e lo vagoede ubterreo y, i mirar a adie, etrega Ia reita, co ugeto repetido y lejao de toda eperaza, como i la poca e-ta que realiza all mimo o alcazara para probarle que eoe poible.

Otro grupo e el de lo ededore de pequea antologa de

poemas S e tra de gete muy jove que o da Ia imprei de ear impulada lo por Ia eceidad, io por algo que Ia relacioaperoalmete co lo que et ofreciedo antologa mezcla texto romtico, alguo muy coocido con poea mdea; Rub Daro mado Neo o Alfonia Stoi apareceuto a Rimbaud ilutrado todo por imgee ue eoca Ia et&ica del cmic o a ieta de Aubrey Bearde a atologao ua tei de la primera lecr de u adoecete iquieto

ue bie odra er el repoable de arar e roducto: ditita oocoia combiada obre ua pgina go fotocopiada


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A CIUDAD D AS MRCACAS

vam formao ar qu sr plgado al mdio apado dro d ua arlia rsia d olor dsvado. Eura sus ompradors tr g ambi m jov, para quies C omo s iula a d las anologas, pude

sr l pasaj arsaal, amblan iniro haia la liraura

Una vla por Sa Tlmo o odos sos urisas bsando l go u poo d sol Clia la maora d losspulos alljros l da risza su favor ha q

dir q haa muho alor, es sspibl por l mbarazo u n rumano oando la lambada aord6n mugrno pud sr poo lasimoso Para rdondar, s sdo n una silla d psio a lado d napila d bolsas d basura Cado n risa s po ulillas l saa na foo o s mara digial s dmasiado Por Florida s v osas pors Por jmplo , ha faquir qu s m n dsoillador por la nariz


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A CIUDAD VISTA

Son los arisas, qu ofran mranas simb6lias: n Florida,n la Boa, n Rola, n San Tlmo, n los barrios ursios, lassauas vivins (una d las disiplinas ms aniguas) , los malabarisas, alguna anan lsia, bunos saos qu sigun pariu

ras d jazz modrno, los imiadors, los baladisas, los bailarinsd ango qu, a su hipoia dsrza, l agrgan a vs smbolosnaionals omo la amisa d la sli6n, los bandononisasigos, los anors foll6rios, los arpisas, las parjas d vijosdsnonados Esa ofra is n odas las grands iudads dlmundo, n algunas d llas s basan sosiada, produida insitu por sudians d ar o msios profsionas sin rabajo ominzos dl siglo s viron paasos n los mdios d rans

por, ho odava sigu rorrindo los rs suburbanos alguna hia qu ana una ani6n ua lra asi no s nind,on la voz gida hasa l agudo rmo Van vinn, duran unpar d mss lug o pasan a ora osa

lgunos, sin mbargo, psis So quis ha orado unsilo, u ipo d ani6 o d isrumno qu ump varios rquisios i un volumn audib n la a o n l subrrno, inrpla d modo ms o mnos univrsal, ui raizala aividad pos una spi d arisma sio, d dsrzasuplmnaria vidn o alg\n paismo inrsan

rospra ambi os qu ofr a os urisas, as jorsals d a iudad, una msia fok6ria globalizada Chiquitita,d BB, oada o sinzaor, siu harago por siosmpohados qu vd disos ompaos dod pop raiona s rur o apas aaramadas d isros o

sidrados loas, sobr la bas isa d ias io

Atos. E so podo or os aas s oor do, os orios sos u os oi ss os osid sl, oru os aas o g sos ar, su aor, d rsosusa auorzaios a oros so pr a adna qu m ios ras d ars ss,

radas d orado o poo d rao svo s opora n alguno s ugars oo ogizaios aoss o


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LA CIUDAD D S MRCAciAS

odido accede a ci que indiquen una esmacin de cunto peean los comecios esblecidos po la competencia de los ambu-antes y, po lo nto, desconozco a base econmica de las azonesaa que sean contolados por los gobieos urbanos De ess ra

es no toma en cuen la que conciee a la organizaciones quedistribuyen mecancas falscada o de contabando en os puestosde ambulantes a quienes emplean como mano de oba en negose es un problema legal que, si ecibiera una solucin legal, no seconvetia en una cuesn ubana Si en las grandes ferias bo teco, semiambulantes o semimond, si alededo de toda las es-ciones de feocaril de mnibus se venden mecancas ilegales,a cuestin, antes que ubana, es penal Que nadie est en con

diciones de encarala indica que el poblema eside en otra parteLa explosin de los ambulantes, como en mucas ciudades,

acompa el descenso de la ocupacin y el ingeso de ceearesde miles en la fanja de la pobreza Junto con los ambulantes, aumentaon los cartoneros y los mendigos, los sin casa y los cicosde a calle Las oganizaciones de mayoistas cecieon en estascicunsncia, empleando de manea iregula a quienes no tenota aleav ientela de los ambulantes aument por aonessimilaes: excepto en los grandes mecados semitecados, como elde Salada, son los pobes los que compan peores mecancas,y, en general, quienes se las venden son mbin pobes

La cuestin urbana, enonces, slo puede considerarse una vezque se haya reconocido el carcter previo de esta conguracinque es nto econmica como cultural Las ciudades icas no tie-nen ambulantes sino en sus ordes maginaes, migratorios, ex-

uidos, mientras que la ciudades pobes los tienen po todas par-tes, tin po razones que tienen que ve con la circulacin: losambulates se concentan en los neos de transporte ferrovarioy vial, precisamente dode se concena la llegada de los pobrespaa traajar en la ciudad, para atenderse en sus ospitales, paraefetr su mquina administrativa cetral Peo tambin estna lo largo de calles ms prsperas, donde se desplazan diferentescontingentes sociales, entre ellos, los servidores de los icos que vi-

en en sus proximidades, y los turisas, gente muy predispues aconnir indigencia con colo local


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L CIDAD VISTA

No ay ambuantes fente a os escapaates de Amani ni fentea os de Vuitton po aones evidentes ya que e uso de esas caesde eite es patuado con e igo que impone Ia gan popiedadPeo en os otos ugaes os ambuantes no buscan so as onas

donde ay ms pobes sino otas donde est egitimado compaCD y DVD sicados o pias y batea de oigen incieto En pasescomo Ia Agentina con un atsimo nive de piatea en e uso desoare, no puede extaa que os poseedoes de teesin depasma compen pecuas mucas veces ma copiadas y peo subtituadas en DVD cuyo equivaente si fuea un pa de apatiasno oaan con Ia punta de os pies Si Ia piatea es egtimapaa Ia mayoa de os usuaios tambin son egtimos quienes

venden sin tene icencias paa ocupa las caes o se puedeacep o pimeo sin convaida o segundo Po eso es dobe eipcita e discuso sobe os ambuantes cuando o emiten quienes piensan que es una ocupacin onesta mia DVD copiadoscandesinamene e incuso pueden consideaa una evoucio-naia actividad anticapitaista que pone os bienes simbicos ga-tuitamente a acance de quien accede a as copias sin icencia Tdos deenden su acceso a as mecancas o su deeco a vendeasen e espacio pbico

Los agumentos nos sitan bien eos de a cuestin ubanaque so puede plantease una ve que se os a consideado Enefecto 1 kilmeto de ambuantes ocupa en os meoes dascuando no ay conto poicia ni inspectoes Ia cae Foida esdeci a pea tona inevitabe que bodea a c y gua en todas asguas tusticas Empleados y tuistas son os dos gandes pbicos

de Ia cae que en una ciudad que a pedido su cento ya no esun paseo de as capas medias como lo fue duante buena patede sigo

Una nube de ambuantes odea e Cento Cutua Recoetaque abandonado os nes de semana po os muy icos que esi-den en a ona se a convetido en paseo de quienes viven en to-dos os baios y en captulo de as guas tusticas Un domingo aas siete de la ade Ia ona cuyo ceno es Pueyedn y Avenida

de Libetado est copada po ocupantes extabaiaes y nadieqe pasea po a vive en La sa o en Recoeta No se tata so de


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A CIUDAD DE LAS MERCAciAS

opa i d e la fotica, auque si s e obse las eques de los o de las em e, abr ua lista de mcs los domigos otras, diferete, los lues ifoaci m coable sobre el ori-en de los extrabarriales so l colas de los colectivos el llega

st Flores su, el

pasa por Cacarita e su ruta Boulogeec eas de persoas espera para dejar el barrio que, el lues,ecupea su ecologa aristoctica

Los domigos esa ecologa se altera: llega los ocupates tem-oarios y est ausetes los abitates propios del lugar que, e-cerados e sus departmetos de Posadas o Sciao, o visita-es ellos mismos de los clubes de Do Torcuato o Pilar, o secuza co los plumajes de quiees llea de Caallito, Balva-

nera, Floresta o Villa uro os turistas o forma parte i delgupo de visitates de de semaa i del grup de abitatesde los das biles Ellos ada etre las dos apas probable-mente si percibir del tod lo que sucede e la ecologa de lazoa E los colectivos se recrea la atmsfera de ls arrios de orige, mietras que, a medida que avaa la oce, aluos itrpidos del luar sale de su depetos y camia por Pueyrredpa ir a comer a algua parte

Durate todo el da amulates de distitos ocis y vededes de artesaas 'ociales (co permisos de las autoridades) oextraociales, que o se diferecia etre s, ocupa casi td lsupercie de los camis que ordea la plaza, ss pedietes, lapeatoal qe lleva desde las recovas del at el cetro cul-ural y la cae Ortiz que rdea el cemeterio t cete peNuca vi que u visitte del de semaa se mlestra por la

presecia de ls amulates Todos qued sumergidos e uatmsfera de feria, a la que ctriuye l trotiss y los adios,os msics y las estatuas vivietes as ferias so desordeada,coloridas, sucias, atroelladas

Nada permite, cm la cale, la mltiicaci de elemetsa calle produce, si delieraci, si itecioes, el efecto a-roco que carece cmletamete de cualidades e el iteior, e el espacio privad, dode o uede mltiplicarse si caer lo isesato, e la calle prolifera si parecer u exceso sioa simple ecesidad tolerada por la perspectiva amplia de visi


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8 IDD I

a calle pemite una acumulaci6n que es imeimee vivicomo escenoga

Sobe too, los tuists la obsean como esceog piesca; los locales el baio oscilan ente la neuli y el si

dio, como si la epetici6n e el tiemp

la ciudad vista mercancias y cultura urbana beatriz sarlo

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