la catorcena de san martin

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LA CATORCENA DE SAN MARTI N Una vez más, siguiendo el inexorable mandato tradicional, . se ha conmemorado el ínclito milagro que el Santísimo Sacra - mento dispensó a Segovia . La parroquia de San Martin ha cum- plido, este año, con tal magnificencia y elevado sentido en s u ofrenda, que bien merece un ardoroso aplauso . La tradición ha impuesto la obligación de incluir en las ac- tividades de la Catorcena la reparación del templo parroquia l y a ello se han entregado, afanosamente, un grupo de feligrese s ilustres y entusiastas, ayudados por otros que, aún no siéndolo , han puesto todo su saber al servicio de la empresa . El resulta - do ahí está, a la vista admirativa de todos . El empeño era delicado : la iglesia de San Martín, de por si , una de las más valiosas entre las magnificas que encierra Sego - via, merece especial cuidado . Por su situación, por la bellísim a perspectiva de sus variados planos, por su graciosa torre cén- trica, por su maravilloso atrio, espléndida colección de capite- les románicos, por su signo bizantino, tan marcado en su sober - bia portada ; en fin, toda ella atrae poderosa, irresistiblement e al viandante y puede asegurarse es de las más visitadas ponlo s forasteros . El propósito de dignificar el templo planteó, sin duda, e l dificil problema del criterio a seguir, porque dada la superpo- sición de estilos arquitectónicos, consecuentes a los sucesivo s gustos, habia que decidir el dilema imperativo de lo que habi a de conservarse o hacer desaparecer, de lo digno de resaltar o lo que habría de suprimirse o disimular ; y ello dentro del mar- co obligado e insoslayable del fin sagrado de lo que es funda - mentalmente casa de Dios, casa de oración . Grande ha sido mi admiración al contemplar lo realizado ; puede decirse, sin ambages, que se ha logrado el tono exacto , aunque en esta opinión es posible que haya disidentes . Es visto — 457

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Page 1: LA CATORCENA DE SAN MARTIN

LA CATORCENA DE SAN MARTI N

Una vez más, siguiendo el inexorable mandato tradicional, .se ha conmemorado el ínclito milagro que el Santísimo Sacra -mento dispensó a Segovia . La parroquia de San Martin ha cum-plido, este año, con tal magnificencia y elevado sentido en suofrenda, que bien merece un ardoroso aplauso .

La tradición ha impuesto la obligación de incluir en las ac-tividades de la Catorcena la reparación del templo parroquia ly a ello se han entregado, afanosamente, un grupo de feligrese silustres y entusiastas, ayudados por otros que, aún no siéndolo ,han puesto todo su saber al servicio de la empresa . El resulta-do ahí está, a la vista admirativa de todos .

El empeño era delicado : la iglesia de San Martín, de por si ,una de las más valiosas entre las magnificas que encierra Sego-via, merece especial cuidado . Por su situación, por la bellísim aperspectiva de sus variados planos, por su graciosa torre cén-trica, por su maravilloso atrio, espléndida colección de capite-les románicos, por su signo bizantino, tan marcado en su sober -bia portada; en fin, toda ella atrae poderosa, irresistiblementeal viandante y puede asegurarse es de las más visitadas ponlo sforasteros .

El propósito de dignificar el templo planteó, sin duda, e ldificil problema del criterio a seguir, porque dada la superpo-sición de estilos arquitectónicos, consecuentes a los sucesivo sgustos, habia que decidir el dilema imperativo de lo que habi ade conservarse o hacer desaparecer, de lo digno de resaltar olo que habría de suprimirse o disimular ; y ello dentro del mar-co obligado e insoslayable del fin sagrado de lo que es funda -mentalmente casa de Dios, casa de oración .

Grande ha sido mi admiración al contemplar lo realizado ;puede decirse, sin ambages, que se ha logrado el tono exacto ,aunque en esta opinión es posible que haya disidentes . Es visto

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ESTUDIOS SEGOVIANO S

que para mejorar el aspecto de nuestras iglesias, lo eficaz vobligado es desnudarlas de tanto adorno superfluo y tanto re -cargo de objetos y adornos ñoños, empalagosos e inútiles, cuan -do no contra producentes . Ahí están los ejemplos de la cuidad arestauración que el gran arquitecto don Javier Cabello, hizo e nla iglesia de San Millán, la de la Santísima Trinidad y la última -mente hecha en la Capilla de los Laguna, en la de San Miguel ,con motivo del centenario del famoso Doctor .

Los siempre dificilísimos problemas estéticos, se complicanen grado sumo cuando están unidos a lo religioso; ardua cues-tión ésta que hoy tanto preocupa a la Suprema Jerarquía de l aIglesia, por la exagerada audacia de algunas tendencias moder-nas, en las que una extremada deshumanización del arte lleva ,con su abstracción, a una iconografia impropia, en casos, par ael culto a que se destina; pero que, en otros, responden a u nprofundo sentido de lo transcendente .

Hay un indudable paralelismo entre el sentido religioso ysu plasmación iconográfica, quiero decir que, según se siente l oreligioso y aún lo ético, asi se manifiesta el arte que se pone odebe ponerse, a su servicio : Así en el medioevo, caracterizad opor su hálito intenso de religiosidad, la Europa del común es -fuerzo de las Cruzadas, pone al servicio de Dios la sencilla ro-bustez del Románico, con la austeridad en sus templos, magni-ficados, tan solo, con la simplicidad del arco de medio punto ,la gracia de unas archivoltas v el simbolismo de los capiteles ,remate de la columna desnuda . A cambio de ello, el Renaci-miento con su gran relajación religiosa, de la que son desdi-chados resultados la Reforma, seguida por el Enciclopedismo vel escepticismo, hace campear en los templos el Barroco, co nsus columnas salomónicas, cuajadas de pámpanos y angelote ssonrosados y opulentos .

La piedad ya no se manifiesta con la sublime elocuenci adel paseo silencioso por la ciudad del seráfico San Francisco ,que, con sus pies descalzos, su sayal raido, su cíngulo de espar -to, va repartiendo amor, sencillez, humildad, mansedumbre y ,con solo eso, cristianiza, no ya a las sencillas avecicas, sino a lmás fiero lobo y aún más fiero hombre . La Fé, en el barroco .se predica con los grandilocuentes sermones de un Bossuet, re -

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VARI A

vestidos de recamados encajes, resonando las floridas y ampu-losas piezas oratorias—cuya exagerada deformación, tan peno-samente satirizó el Padre Isla—en aquellos templos, en los quela riqueza y decoración de sus altares recuerdan más los salo-nes de un fastuoso palacio, que la grandeza sencilla de la cas ade Dios; y es, entonces, cuando aquéllos magnates y cortesanos,con su depravación de costumbres van engendrando la Revolu-ción y el alejamiento de lo religioso .

Es indudable que se está produciendo hoy ::n gran renaci-miento religioso. Ya, como anunció Ortega, tenemos a Dios a l avista. En nuestro tiempo Dios reside tanto en el vivir del hom-bre de la calle, como del estadista, y todos sentimos cómo se-guir o no a Cristo es el trágico dilema que nuestro mundo tie-ne planteado: y la alternativa religiosa mueve hasta a los pue-blos no cristianos. Y es síntoma elocuente que, coincidiend ocon ello, volvamos, en nuestra actitud religiosa, a la sencillezrománica y escueta que es, en definitiva, el signo de nuestraactual estética religiosa .

Es norma de nuestros últimos Pontífices la vuelta a lo sen-cillamente profundo y trascendente . Olvidemos y suprimamo slo supérfluo y vacuo, aunque con ello, parezca que puede per-der la piedad, porque, realmente, sucederá lo contrario . Ya nova con nuestro aferramiento a una fé robusta, operante y a ve -ces hasta heroica, la flojedad, a veces, muelle del rezo rutinario ,musitado con solo los Iabios—«que yo no llamo oración, aun-que mucho menee los labios», dice Santa Teresa en Las Mora -das—, con la vista distraída entre hojarasca . Sin olvidar qne laoración mueve la voluntad de Dios y es la mejor arma del cris-tiano—la plegaria sentida, honda, el verdadero diálogo con l aDivinidad, se entiende—, hay que sumar a ella la acción ; hoy ,además de la Novena, se imponen los Circulas de Estudio, lo sEjercicios, los Cursos de Formación; las suntuosas procesionesy solemnidades religiosas, han de ir seguidas de una gran acti-vidad social, de una organización católica apta para la luchapor el bien ; los Cofradías religiosas, de por si apolíticas ; perocomo fruto de ellas, han de tener sus avanzadas en esas organi -zaciones confesionales que son el escudo que protege el sentid ocatólico de la vida. Los templos han de verse limpios de la vie-

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ESTI DIOS SEGOVIANO S

ja balumba de doselitos, cortinas, escayolas, flores de trapo, fa-rolitos de hoja de lata, purpurina y papel pintado ; las imágenes ,tan propias del sentido católico, como venerable representaciónde la devoción, de la que son tan eficaces estimulas, en general ,han de desproveerse de viejas vestiduras, cabelleras y todo l oque las cubra y- afee; que, cuando una Imagen sea noble, bellay sencilla, bastará, como dice también Santa Teresa, para llena run altar mayor .

Este me parece que ha sido el criterio seguido por el grup oselecto de feligreses de San Martin, propósito que debe conti-nuar con lo ahora iniciado y debe cundir su ejemplo para que ,sin caer en lo erudito, quiero decir, sin llegar a la frialdad deun Museo, nuestros venerables templos puedan, para mejor ser -vicio de Dios . volver a su primitiva y grandiosa belleza .

FRANCISCO RODRIGUEZ GUERRERO .

COMERCIO DE LAS LANAS

Segovia era en el siglo xvi un punto clave en el mercado d elas lanas . Su comercio exterior se dirigía a Flandes, Italia yFrancia . Los puertos exportadores eran Laredo y puntos adya-centes en el Cantábrico, Alicante y Tecla, en el Mediterráneo .

Por el puerto de Alicante los industriales Ianeros de Sego-via: Sebastián y Cristóbal Juárez, Gonzalo de Cuéllar, Diego Bo -nifaz, Antonio de la Peña, Antonio de Navacerrada, Alonso Mo-reno, Gaspar de Oquendo, Gaspar AIonso Berrocal, Andrés d ela Cruz y Juan Ortega, habían enviado en el año 1583, con des -tino a Florencia, en un navío llamado «San Antonio del Bue nViaje», que dirigía maestro Tomasso y era propiedad de Jua nMartínez Raguseo, setenta y seis sacas de lana .

La nao debido a vientos contrarios no llegó a su destino ypensaron que habría tenido que acogerse en algún puerto ma-llorquín. Era necesario hacer las indagaciones pertinentes a lcaso, y para ello los mercaderes ya citados, otorgan poder aCosme Proens para que en unión de la casa aseguradora loca-

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V A R I A

licen el navío v remitan las sacas a Baltasar Juárez, vecino d eFlorencia, para quien iban consignadas casi todas ; las menos s eremitían a Antonio Gutiérrez.

Los datos han sido sacados de una carta de poder otorga -da ante Juan de Junguito . Prot. 243 .—Fol. 99 y ss. Arch. H. deSegovia. (En esta carta vienen dibujadas las marcas de lana d ecada uno de los exportadores .) .—M. V.

UNA INSPECCION A LOS PLATEROS SEGOVIANO SEN EL SIGLO XVII

Viejo ya el ensayador mayor de oro, plata y vellón de lo sreinos de España, Esteban de Pedrera, el Rey Felipe IV, po rreal carta dada en 31 de marzo de 1632, hacía merced de ta loficio a su hijo Andrés de Pedrera, ensayador que era de l aCasa de la Moneda de Toledo, imponiéndole la obligación d evisitar todos los «plateros, tiradores, batiojas y otras persona sque labran plata, oro y bellon en nuestros reinos», asignándo-le, en pago de su comisión el «salario de 200 .000 maravedis encada un año, no pudiendo llevar derecho ni otra cosa algunaen las visitas» ni admitir «dineros ni regalos ni otra dadivaaunque sea en poca cantidad so pena de privacion del dich ooficio)) .

Entre las obligaciones que se señalan en la citada merced ,fuera de la antedicha, se subraya la de exigir con todo rigor ydiligencia, que «todos los plateros que labren plata para marcar ,hachen la ley de once dineros y quatro granos sopena quel pla-tero que no hechase la ley incurra en pena de falsario)) asícomo que «sean obligados de tener una señal conocida par aponer debajo del marco de la ciudad o villa en que labraren l adicha plata y que sean obligados de ir a lo mostrar y declara rante el escrivano del dicho Concejo la señal y marco que quie-re acer en aquella misma plata que asi labrare, so pena de mil imaravedis para nuestra real Camara y la privación del co-mercio)) .

De igual manera estaba obligado a visitar las Casas de Mo -

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£STtr1i0S SEGOVIAXO S

neda, debiendo hacerlo «especialmente al tiempo que mas có-rriera la labor que es a la venida de las flotas de indias, ensa-

yando las monedas que se ubiesen labrado y plata, oro y vellón» .No descuidó mucho su misión el ensayador Pedrera ya qu e

en veintinueve de junio, tres meses después de su nombramien-to, se presentó ante el doctor Antonio de Pereda, teniente d eCorregidor de nuestra ciudad, para darle a conocer su nombra -miento y la misión que le traía a Segovia, lo cual, para hacerl opúblico, el teniente lo mandó pregonar «en la calle Real junt oa las casas del presente escrivano porques la parte donde con-curren muchos plateros y concurso de gentes v ay platerias y

frente al Monasterio de Corpus Xpti donde ay el mayor nume-ro de plateros de la ciudad», con ello todos los de Segovia s edieron por enterados y firmaron que «cumplirían lo que s emanda en la autorización Leal» .

En aquellos años, Antonio de Olmedo, ejercía en la ciuda del oficio de contraste, pero fuere por la que fuere, y dada l a«Institución que Pedrera tiene de Su Magestad para elegir ynombrar y aprovar marcador y visitador de la plata y oro e nlas ciudades y villas y lugares destos Revnos donde ay platero sy aviendose vnformado en esta ciudad de la suficiencia y avili -dad y vuen proceder de Antonio de Medina platero de oro ve-cino desta ciudad por le ayer aliado capaz y satisfacer a la spreguntas que le a echo por donde se conoce la experiencia ysuficiencia que tiene, le nombra y aprueva para que en est adicha ciudad use y exerza el oficio de marcador y bisitador d eplata y oro que se labre benda en ella y que como tal marca-dor pueda llevar y lleve doce maravedis de cada pieza qu emarcare segun se contiene y declara en la comisión e iustruc-cion y facultad que su Majestad le tiene ciado y concedido e nsu Real nombre».

El documento (1) que nos dió pié para redactar estas cuar-tillas, continúa con la relación de los pasos dados por el «mar-oidor y registrador mayor general destos Itevnos», EstebanPradera, acompañado de su hijo Andrés, a quien nombra par adicho efecto, y del escribano Bartolomé de Segovia en lo tocan -

(1) Ante el escribano Bartolome de Segovia .—Protocolo núm . 1 .30 fo-lios 193 y sig.--Arch . Híst° Prov. de Segovia.

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Y A P. 1 A

te a las visitas hechas «a los plateros desta ciudad ansi los na-turales como forasteros della mirandoles y registrandoles la spiezas de plata ansi piezas mayores, medianas y de otro gene-ro». Consecuencia de lo cual fué la relación, que, por ser cu-riosa, se transcribe :

«Lo primero el dicho ensayador fué a la tienda de antoni o»pacheco, vecino de Valladolid y alío en ella ciento y treinta y»dos piezas de plata las cuarenta y seis doradas v dos sortigeras»v una abato _dura de oro, quatro cordoncillos de oro, sei s»huellas de cadena menudas y un apretador de oro, doce pa-peles de menudencias de plata, un ylo de yerro con sortija d e

»plata todo lo cual se ynventario .»«Y luego yncontinenti fueron a la tienda de Eladio de Ba-

rrientos vecino de Madrid y se alto en ella nobenta y nueb e»piezas de plata blanna las nuebe doradas, tres manojos de cu -charas = dos cucharones y un tenedor grande y un aparado r

»de joyas con el sortigero lleno de sortijas = dos bueltas d e»cadena = una cintura de piedras y tres gargantillas y un apre-tador = todo lo qual se ynventario . »

«Y luego yncontinenti a la tienda de Juan García de Torre s»vecino de Toledo y se aIlo ochenta y una piezas de plata la s»trece doradas = tres sortigeros y un apretador de oro peque-ño = otro del mismo tamaño = con once pares de arranca -das = y quatro gargantillas = y una abotonadura = siete

»campanillas de plata = un manojo de cucharas = veynte y»dos papeles de menudencias = todo lo qual se ynventario . »

«Y luego yncontinenti a la tienda de Diego Martinez de l«Realsanz platero vecino de Toledo y aliaron = noventa y siet e»piezas de plata las once doradas = cinco pares de varillas d e»plata = siete manojos de cucharillas y dos cucharones grande s»= quatro campanillas = diez y siete papeles de menudencias»= quatro sortijas de oro = dos aparadorcillos pequeños e l»uno con joyas de oro con diez y nuebe pares de arrancadas ,»tres gargantillas, dos apretadores, quatro llaveros, tres buelta s»de cordoncillos, seis bueltas de cadenillas de respaldor y tod o»se ynventario .»

«Y luego yncontinenti a casa de Sebastian de Paredes pla-tero vecino desta ciudad y se allo veinte y siete piezas de bo-

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ESTUDIOS SEGOVIANO S

»cados v otras echuras y un caliz sobredorado pequeño y otr o»caliz con su patena, abrieronse las navetas de los cajones y no»se alto nada v todo se vnveritario .»

«Y luego a la casa de Antonio de Avila platero vecino dest a»ciudad y se alío : diez y nuebe papeles de menudencias de pla-ta blanca y dorada = tres cadenas de plata blanca y en lo s

»cajones se alío un papel de siete annus deys dorados y todo s e»ynventario .»

«En la ciudad de Segovia en veinte y seis dias del mes de»junio de dicho año continuo la visita y sacaron de casa d e»Antonio de Avila unos annus deys de plata sobredorada do s»con luminaciones que fueron quatro papeles que fueron veint e»y ocho annus deys v todo se vnventario .»

«Incontinente fueron a la casa de Diego del Espinar pla -»tero vecino tiesta ciudad y se hallo la plata blanca y dorad a»siguiente: treinta y tres papeles de annus deys y menudencias,»una taza dorada, una pieza de labradora = Dos candelero s»con sus mecheros y una pieza de bocados = un braserill o»un salerillo redondo y : ecercado con tres pies = un par d e»birillas de chapines = un par de zarcillos de labradora = una»naveta de muchas menudencias y otro cajon de cuentas d e»plata de sartales de la quaI dicha plata el dicho ensayador ma -yor y acompañado apartaron unos papeles de vlos de plat a

»sobredorados y se metieron en un cajon para efecto de hace r»experiencia ea ellos y se llevo la llave de dicho cajon y se izo»el mismo apercivimiento v notificacion que a los demas y pre -»gunto si tenia alguna plata y el susodicho dijo que no y tod o»lo qual se ynventario . »

«En la ciudad de Segovia a veinte v ocho del mes v añ o»dicho fueron a casa y tienda de Miguel Sanz platero vecino des -»ta ciudad y se alto : veinte papeles de menudencias de annus»deys blancos y dorados = cinco piezas de agua, un relicari o»v por no estar dicho Miguel Sanz en la tienda se le notifico . »

«Este dia se fue a la tienda de Antonio de Medina plater o»de oro vecino de la ciudad y se imbentariaron :

»Dos aparadores el uno mayor que el otro llenos de joyas,»sortijas annus deys y una abotonadura y unas cadenas y ari -

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V A R I A

»llos de oro y otras cosas que por mayor se pusieron y se izo»el dicho apercibimiento» .

«Y luego a casa y tienda que solía ser de Lucas de Aguila r»difunto que al presente la tiene su muger y se alto :

»Diez y siete papeles de annus deys y otras menudencia s»blancos y dorados y Maria de Contreras mediante juramento»que izo a dios y una cruz declaro que los annus deys de plat a»sobredorada en vida del dicho su marido se compraron co n»mas cantidad abra cuatro años a un platero de Alcala que s e»llama Francisco Lopez .»

«Y luego a tienda de Mateo de Rios platero vecino desta»ciudad y se abrio el cajon y no se alío plata ninguna en l a»tienda, lo tenia en diez papeles de menudencias y annus dey s»blancos y sobredorados con sus viriles los compro en est a»ciudad con mas de Francisco Lopez platero de Alcala y se l e»notifico que de aqui en adelante no compre mas de los annu s»ders respecto de que en ellos falta seis o siete reales po r»marco . »

«Y luego a la tienda del dicho Diego del Espinar y median -»te juramento que izo a Dios y una cruz declaro que los annu s»deys dorados con sus beriles abia tres años los compro con»mas cantidad de Francisco Lopez platero vecino de Alcala y s e»le notifico que no compre mas sin que sean vistos por el dich o»ensayador .»

«Continuando se fue a casa y tienda de Francisco de Olme-do platero vecino desta ciudad y se alío unas varillas de plat a

«y una cruz questaba Iabrando y no otra ninguna plata y de -»claro no tenerla, que lo a gastado en edificar una casa . »

((Y continuando abiendo visto el salero de plata y la piez aredonda que se sacó a Sebastian de Paredes por no correspon-der a la ley y faltarles cinco reales por mano le quebro y s epuso por auto y que de aqui en adelante cumpla con la obliga-ción de su arte y labre conforme a la ley destos rreynos y ans imismo se notifique a los demas plateros desta ciudad de aqu iadelante cumplan con el tenor de la ley y no compren annu sdeys ni plata ninguna de persona ninguna sino que antes y pri -mero lo rebiste y marcado por el marcador que para el efet osea nombrado y no haciendolo ansi seran castigados .»—J. DE V.

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ESTUDIOS SEGOVI NOS

EL RETABLO DE LA ERMITADE NUESTRA SEÑORA DEL CEREZCEL O

Un libro publicado hace unos cuantos años y conocido po rtodos los segovianos amantes de la religión y del arte, nos ha-bla de «La Santísima Virgen, en Segovia», y en él dejó escrit osu autor recuerdos y tradiciones sobre ermitas levantadas po rel fervor mariano de nuestro pueblo . Una de ellas nos llev ahoy, no con ánimo de crítica, sino de ampliación, a redacta resta nota; nos referimos a la ermita de Nuestra Señora del Ce-rezuelo, sita en el término de la villa de Cerezo de Arriba, e nnuestra provincia .

Pues bien, un documento otorgado ante el escribano Gre-grorio Martínez (1), en 5 de enero de 1629, por el escultor Feli-pe de Aragón, vecino de Segovia, y Andrés Pérez ensamblador ,de la misma vecindad, en favor del «Hermano Pedro, hermita-ño y santero de la ermita de Nuestra Señora del Zerezuel oquesta en la villa de Zerezo de Arriba, de sus cofrades y dema sa quien toca de que el dicho Andrés Perez ara el retablo que s ea dado a azer para la dicha hermita» . El día de San Juan de ju-nio del referido año tendría que ser entregado en Segovia y lo scofrades a su costa, lo llevarían a la ermita para asentarl een ella .

I_a estructura del retablo, reflejada en la traza que realiz aFelipe de Aragón y Andrés Pérez y en las condiciones firmada sde la mano del canónigo don Francisco García de MIesleón, ha-bía de estar representada por un «pedrestal con quatro cartela sen que caven quatro colunas v enmedio una terjeta para las pa -labras de la consagracion con su guarnicion = Quatro colina sde orden corintio con sus tercios de talla y los demas entorcha -do = Un pabellon con sus pliegues y labores conforme al deNuestra Señora de la Fuencisla con cuatro angeles que lo ten-gan = Un segundo grupo con dos colunas estriados y un corni -

(1) Escribano y año citado . Protocolo núm . 1 .092, fols . 7 y 42-44-(antiguos) .—Ar_h . Hist . Prov. de Segovia .

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V A R I A

samiento y frontispicio con tres bolas encima» . El retablo costómil seiscientos cincuenta reales de vellón .—J. DE V.

LOS RETABLOS DE LAS ERMITASDEL HUMILLADERO Y DE SANTA CATALINA DE SEN A

Dos escrituras hechas casi simultáneamente—4 de junio d e1669 y 14 de mayo de 1671—ante el escribano de Segovia, Mi-guel González, por el dorador y pintor, vecino de la ciudad, Pe-dro de Prádena y Lara, encontradas, corno la mayor parte de la sque nos permiten redactar unas cuartillas, en los Protocolo snotariales de nuestro Archivo Histórico Provincial (1), nos da na conocer el nombre del artista que fuá encargado de «dorar-les, estofarles y pintarles» .

En efecto, los vecinos del lugar de II,Iartin Miguel: PedroRubio, el mayor; Antonio Rincón y Juan Agejas, tenían hech oun retablo, a costa de sus limosnas, para la ermita que llama ndel Humilladero enclavada en el citado lugar y para dorarle ,estofarle v lo demás, se convinieron con el dicho Pedro de Prá-dena, al objeto de que le tuviera «dorado estofado y asentad opara el dia de San Bartolome de Agosto deste presente añ o(1669), obligandose los dichos a pagar por la dicha obra mil itrescientos y cincuenta reales)) .

Al igual que la anterior, la ermita de Santa Catalina del lu-gar de Moraleja, se encontraba con un retablo en blanco y a lobjeto de realizar su transformación, «Juan Serranz y Juan Vel aalcaldes del lugar de Moraleja y Diego Herrero procurador del» ,concertaron con Pedro de Prádena la pintura, dorado y estofa-do del repetido retablo, con la condición de que lo realizar a«para ocho dias antes del día de Nuestra Señora de la Concep-cion de este presente año de mil e seiscientos setenta y uno po rel precio y cuantia de c'_osmill y ochocientos reales» .—J. DE V.

(t) Retablo de Mart:1 Miguel, escritura ante Miguel González, Pro-tocolo núm. 1 .780, fol . 679 .

Retablo de la ermita de Santa Catalina de Moraleja, escribano citado .Protocolo núm. i 78t, fol . 57 6 .

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ESTUDIOS SEGOVIANO S

EL RETABLO DE N .' S.' DEL ROSARIO DE ORTIGOS A

DEL MONTE

La devoción mariana llegó a influir de tal manera en el áni-mo de Manuela de Arroyo, viuda de Diego Marinas, resident een la casería de San Salvador, en el término de Ortigosa de lMonte, que decidió realizar a su costa la construcción de u nretablo que habia de ponerse «en la vglesia del dicho lugar e nel cuerpo delIa con una ymagen de Nuestra Señora del Rosario» .

Ya en más de una ocasión hemos indicado que en esta cla-se de trabajos solían hacerse por separado los contratos de ta-lla y pintura; por ello, estando terminada la obra en blanco ,hubo que concertarse con un artista capaz de llevar a cabo s utransformación, acto que se realizó en 23 de marzo de 170 8ante el escribano Diego Martínez, en presencia de la donant ey de su yerno Fernando de Torrecilla, con el maestro doradory estofador Isidro Gutiérrez, avalado por Pedro Gutiérrez, tam-bién dorador y Benito Delgado, batidor de oro, estos tres últi-mos vecinos de la ciudad de Segovia (1) .

Las condiciones con arreglo a las cuales se haría el dorad odel repetido retablo y la imagen de N .' S .', firmadas «de Isidr oGutiérrez y del dicho Fernando de Torrecilla y de la dicha Ma-nuela de Arroio», se expresan, en extracto, de la siguiente forma :

«Es condicion que el referido retablo se an de dorar todo s»los lisos y talla que tu piere, silbo ojas y Bastagos que tubiere n»las coludas que avan de ser de plata y verde de esmeralda y»ansi mismo todas las ojal que tubieren de laurel y avan de se r»de plata y verde esmeralda y ansi mismo todas las ojas qu e»tubieren los festones del Pedrestal v empilastrados del mism o«genero de verde y esmeralda . »

«Y es condicíon que el retablo, digo respaldo, de la caja d e»Nuestra Señora se a de dorar y se a de meter del color que l e»corresponda y se a de abrir un brozado en eI» .

»Por lo cual se me a de pagar de manos y materiales po r»esta obra mili y seiscientos v beinte v cinco reales de vellon v»an de dar leña, carbon, posada y un carro para llevar los tras-»tos de que necesitare . . .» .—J . ICE V.

(1) Escritura ante el escribano citado . Prot . n .° 1 .691, fols . r50-153 .

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