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DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA, AÑO 11, VOL. 30, ENERO/ABRIL, 2004 La categorización de los olores en totonaco* HÉCTOR ENRÍQUEZ** os primeros estudios sobre los campos semánticos y la cate- gorización se llevaron a cabo en campos diversos como los colores, 1 las plantas y los animales. 2 A partir de los estudios de la psicóloga cognitiva Eleonor Rosch, 3 las investigaciones sobre L * Una versión de este artículo se presentó como ponencia en el Primer Congreso Interno de la Dirección de Lingüística en febrero de 2002. Quiero agradecer a los profesores Epifanio Hernández, Abraham González, Aurea Vázquez, Eleuterio Olarte, Antonio Peralta y Crisanta Basilio sin cuya ayuda este trabajo no habría sido posible. También a don Ubaldo Santiago y a su esposa por la información proporcionada para la elaboración de este trabajo. ** Dirección de Lingüística, INAH. 1 B. Berlin y P. Kay, Basic Color Terms. Their Universality and Evolution, 1969; G. Collier et al., “Further evidence for universal color categories”, en Language, vol. 52, núm. 4, 1973; P. Kay y Ch. McDaniel, “The linguistic significance of the meaning of basic color terms”, en Language, vol. 54, núm. 3, 1978; R. MacLaury, “Color in Mesoamerica, vol. I: A composite categorization”, tesis de Doctorado, 1986; R. MacLaury, “Social and cognitive motivations of change: measuring variability in color semanties”, en Language, vol. 67, núm. 1, 1991; R. MacLaury, “Vantage theory”, en John Taylor y Robert MacLaury (eds.), Language and the Cognitive Construal of the World, 1995; C. Mervis y E. Roth, “The internal structure of basic and non-basic color categories”, en Language, vol. 57, núm. 2, 1981. 2 B. Berlin, Ethnobiological Classification: Principles of Categorization of plants and Animals in Traditional Societies, 1992; H. Conklin, “Lexicographical treatement of folk taxonomies”, en Fishman Readings in the Sociology of Language, 1968. 3 E. Rosch et al., “Basic objets in natural categories”, en Cognitive Pyschology, núm. 8, 1976; C. Mervis y E. Rosch, “Categorization of natural objets”, en Annual Review of Psy- chology, núm. 32, 1981.

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Page 1: La categorización de los olores en totonaco · universo de los olores en la lengua totonaca. Difi cultades para el análisis de los olores En el paso de la modalidad visual a la

DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA, AÑO 11, VOL. 30, ENERO/ABRIL, 2004

La categorización de losolores en totonaco*

HÉCTOR ENRÍQUEZ**

os primeros estudios sobre los campos semánticos y la ca te -gorización se llevaron a cabo en campos diversos como los colo res,1 las plantas y los animales.2 A partir de los estudios

de la psi có loga cognitiva Eleonor Rosch,3 las investigaciones sobre L

* Una versión de este artículo se presentó como ponencia en el Primer Congreso Interno de la Dirección de Lingüística en febrero de 2002. Quiero agradecer a los profesores Epifanio Hernández, Abraham González, Aurea Vázquez, Eleuterio Olarte, Antonio Peralta y Crisanta Basilio sin cuya ayuda este trabajo no habría sido posible. También a don Ubaldo Santiago y a su esposa por la información proporcionada para la elaboración de este trabajo.

** Dirección de Lingüística, INAH.1 B. Berlin y P. Kay, Basic Color Terms. Their Universality and Evolution, 1969; G. Collier

et al., “Further evidence for universal color categories”, en Language, vol. 52, núm. 4, 1973; P. Kay y Ch. McDaniel, “The linguistic signifi cance of the meaning of basic color terms”, en Language, vol. 54, núm. 3, 1978; R. MacLaury, “Color in Mesoamerica, vol. I: A composite categorization”, tesis de Doctorado, 1986; R. MacLaury, “Social and cognitive motivations of change: measuring variability in color semanties”, en Language, vol. 67, núm. 1, 1991; R. MacLaury, “Vantage theory”, en John Taylor y Robert MacLaury (eds.), Language and the Cognitive Construal of the World, 1995; C. Mervis y E. Roth, “The internal structure of basic and non-basic color categories”, en Language, vol. 57, núm. 2, 1981.

2 B. Berlin, Ethnobiological Classifi cation: Principles of Categorization of plants and Animals in Traditional Societies, 1992; H. Conklin, “Lexicographical treatement of folk taxonomies”, en Fishman Readings in the Sociology of Language, 1968.

3 E. Rosch et al., “Basic objets in natural categories”, en Cognitive Pyschology, núm. 8, 1976; C. Mervis y E. Rosch, “Categorization of natural objets”, en Annual Review of Psy-chology, núm. 32, 1981.

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la categorización fueron renovadas al estudiar la manera como se construían las categorías para diversos objetos manufacturados como las herramientas, la ropa, los muebles, los instrumentos mu-sicales y los transportes.

El siguiente paso fue tratar de extender el paradigma original-mente elaborado en los colores y objetos visuales simples, hacia escenas complejas de la vida cotidiana como escenas del ambiente y enfermedades en las plantas.4 Sin embargo, aun cuando las cate-gorías analizadas eran de diversos tipos, el estudio de la percepción seguía centrado en la modalidad visual.

En años relativamente recientes ha surgido un interés en ex-tender el estudio de las categorías hacia otros dominios sensoriales co mo los sonidos, los olores y los sabores.

El objetivo de este trabajo es mostrar los avances alcanzados en el proyecto de investigación “El campo semántico de los olores en totonaco” que se desarrolla en la Dirección de Lingüística del INAHdesde diciembre del año 2000.

Las hipótesis básicas de este proyecto de investigación parten del supuesto de que todas las lenguas integran en su sistema léxico una serie de términos para designar los olores percibidos por sus hablantes, y que cada una de estas lenguas trazará límites diferentes a las graduaciones de los olores.

El proyecto sobre los olores se basa en las investigaciones acerca de la categorización emprendidas por Rosch (1978); David, Dubois, y Rouby, (1997); Dubois, Bourgine, y Resche-Rigon (1992); Dubois (2000); y Lakoff (1988);5 y en la semántica de los prototipos estudia-da por Kleiber y Taylor.6

Este proyecto busca estudiar la estructura cognitiva de los olores y su designación en lengua totonaca, asimismo busca determinar si existen en el campo semántico de los olores categorías básicas, así

4 D. Dubois, R. Bourgine y P. Resche-Rigon, “Connaissance et expertises fi nalisées de divers acteurs economiques dans la categorisation d’un objet perceptif”, en Intellectica, núm. 24, 1992.

5 E. Rosch, “Principles of categorization”, en E. Rosch y B. Lloyd, Categorization and cognition, 1978; S. David, D. Dubois y C. Rouby, “L’expression en langue des odeurs: analyse morpho-syntaxique et représentation cognitive”, en Intellectica, 1997; D. Dubois, R. Bourgi-ne y P. Resche-Rigon, op. cit., 1992; D. Dubois, “Categories as Act of Meaning: The Case of Categories in Olfaction and Audition”, en Cognitive Science Quarterly, 2000; George Lakoff, “Classifi ers as a refl ection of mind”, en Craig, Noun Classes and categorization, 1988.

6 G. Kleiber, “Prototype et prototypes: encore une affaire de famille”, en D. Dubois, Sémantique et Cognition, 1991; J. Taylor, Linguistic Categorization, 1995.

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como identifi car y describir la estructura semántica subyacente al universo de los olores en la lengua totonaca.

Difi cultades para el análisis de los olores

En el paso de la modalidad visual a la modalidad olfativa, se pre-sentan una serie de difi cultades para el uso de las metodologías experimentales y por lo tanto para la validación de los modelos teó ricos. Los marcos teóricos y metodológicos desarrollados para el estudio de la cognición visual no se adaptan necesariamente a la exploración de la cognición olfativa.

Conviene por lo tanto precisar las bases teóricas sobre las que se realizan los materiales, los dispositivos y los procedimientos de objetivación del fenómeno cognitivo y reconsiderar los modelos de la cognición elaborados a partir de la cognición visual más como específi co que como genérico.7

Las difi cultades que se presentan en el paso de la dimensión visual a la olfativa son las siguientes:8

a) No hay un muestrario.No existe una descripción objetiva de las sustancias odorantes

parecida a la descripción objetiva de los colores que proporciona la física a través de una teoría unifi cada de la luz. En la modalidad visual los procesos de evaluación de las categorías de color se hacen a partir de un “muestrario” que reproduce el conjunto del espectro visible de los colores, en la modalidad olfativa no existe un mues-trario estandarizado de los olores que reproduzca el espacio olfati-vo. Existen análisis y descripciones químicas de ciertas sustancias odoríferas, pero éstas están lejos de representar el conjunto de los “olores”, y la descripción analítica de estos últimos en términos de parámetros de propiedades no existe. Los olores son frecuentemen-te la emanación de sustancias químicas complejas cuya descripción molecular no se ha realizado. Es decir, no existe para el espacio olfativo un referencial “objetivo” probado en el dominio científi co de las ciencias naturales.9

7 D. Dubois, C. Rouby y G. Sicard, “Catégories sémantiques et sensorielités: de l’espace visuel à l’espace olfactif”, en Enfance, núm. 1, 1997.

8 D. Dubois, op. cit., 2000.9 Si nuestra cultura ha sido capaz de abstraer cognitivamente la noción de olor, como

la de color del objeto que posee un color o un olor, las tecnologías de reproducción de olores

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En resumen, en el campo olfativo no existe una referencia per-tinente (y por lo tanto una escala que permita una descripción “ver dadera” de los estímulos) en el campo de las ciencias de la naturaleza.

b) La fi siología de los receptores olfativos no se conoce toda-vía.

En varias investigaciones la experiencia olfativa se describe como el resultado de la acción de moléculas emitidas por las sus-tancias odorantes sobre el epitelio olfativo, sin embargo los inves-tigadores también han concluido que por el momento no existe una base coherente que permita discriminar los diferentes tipos de olores con base en sus propiedades físicas o químicas.10

c) En las lenguas indoeuropeas los olores no tienen nombres.Si en el dominio de lo visual puede parecer que existe una

relación simple y directa entre las palabras y las cosas o los con-ceptos —una especie de evidencia referencial—, muchos autores han hecho hincapié en que en el dominio olfativo este esquema no funciona, “respecto de los nombres de los olores generados por los individuos, se ha observado que los olores son clasifi cados en términos de referentes contextuales personales, y no por nombres fuentes invariables”.11

A diferencia de lo visual en donde aparentemente hay un nom-bre para cada cosa, es necesario constatar que existen pocos térmi-nos para designar los olores, al menos en las lenguas indoeuropeas, que son léxicamente “primitivas” en cuanto a la denominación de los olores, y sus hablantes se encuentran restringidos a usar pe-rífrasis o metáforas como tienen que hacerlo para referirse a los colores, por ejemplo, los pueblos de Nueva Guinea estudiados por Berlin y Kay.12

no están tan desarrolladas como las de los colores. Esto es importante porque se hace la hi-pótesis de que la apropiación individual y colectiva de esta tecnología que aísla y reproduce artifi cialmente una propiedad de un objeto contribuye a asegurarle una autonomía cognitiva capaz de convertirla en una dimensión. D. Dubois, C. Rouby y G. Sicard, op. cit., 1997.

10 J. T. Richardson, “Cognition and Olfation: a Review”, en Psychological Bulletin, núm. 105, 1989, citado en D. Dubois y C. Rouby, “Une approche de l’olfaction: du linguistique au neuronal”, en Intellectica, núm. 24, 1997, p. 13.

11 Engen, 1987, citado en D. Dubois y C. Rouby, op. cit., 1997, p. 14.12 B. Berlin y P. Kay, op. cit., 1969.

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Las investigaciones de David, Dubois y Rouby13 han demostra-do que al menos en francés los olores no tienen nombres.

Esta refl exión sobre el estatus cognitivo de los olores ha moti-vado una serie de investigaciones sobre los olores que han tratado de contestar las siguientes preguntas: ¿es posible que existan ca-tegorías universales de olor?, ¿qué recursos lingüísticos se tienen para nombrar estas categorías?, ¿cómo varían en la diversidad de los sentidos las relaciones entre categorías cognitivas y categorías lingüísticas?, ¿qué tan generales son los modelos de cognición ela-borados a partir de las categorías visuales?14

Investigaciones sobre los olores

El espacio de los olores ha sido el objeto de algunas investigaciones en los últimos años, particularmente en neurofi siología y en psico-logía.15 Sin embargo todavía existen pocas investigaciones sobre la expresión en la lengua de estructuras conceptuales relativas a los olores. Hasta el momento las investigaciones que se han desarro-llado sobre los olores se han centrado en diferentes aspectos del fenómeno olfativo:16

a) La percepción de los olores.Primero se ha intentado determinar si en realidad existen cate-

gorías de olor. Estas investigaciones se inscriben en los paradigmas clásicos de la psicofísica y se centran en sus primeras etapas en la detección de los olores (¿qué olores se pueden reconocer?).

Estas investigaciones se centraron en explorar la estabilidad de las categorías de olor en los sujetos, pues si se podía mostrar esa estabilidad se debería buscar los principios de categorización en la que estaba basada, incluyendo los de prototipo y tipicalidad.17

13 S. David, D. Dubois y C. Rouby, op. cit., 1997.14 D. Dubois, op. cit., 2000, p. 37. 15 P. Beguin, “Le traitement de l’information olfactive”, en L’Année psychologique,

núm. 94, 1994 y J. T. Richardson, op. cit., 1989.16 D. Dubois y C. Rouby, op. cit.,1997.17 D. Dubois, op. cit., 2000, p. 39. Los experimentos se llevaron a cabo utilizando como

estímulo una muestra de 16 aromas familiares para la cultura francesa (vainilla, lavanda, eucalipto, gasolina, salmón ahumado, violeta, ajo, pasto, naranja, manzana, canela, limón,

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Estos trabajos han llegado a la conclusión que los seres huma-nos manifi estan una excelente capacidad para detectar los olores.18

Asimismo, estos experimentos han determinado que los olores, al igual que los objetos visuales explorados con los mismo procedi-mientos de análisis de datos, pueden ser representados en la me-moria como categorías.19

Sin embargo se presenta una diferencia, si los objetos visuales son procesados como estímulos “que están allá afuera”, los olores son estructurados más como “efectos” del mundo en el sujeto, y por lo tanto menos autónomos del contexto de la experiencia.

b) La memoria de los olores.Los estudios en este campo se preocupan por analizar la capa-

cidad de memorización de los olores, en términos de recuerdo y de reconocimiento. Estos estudios se preocupan por saber hasta qué punto un individuo puede discernir un olor que ya se ha presenta-do, y sobre las posibilidades de una imaginería olfativa.20

Los resultados experimentales consideran el olor como una realidad autónoma, que da lugar a respuestas leves, excepto en el caso de la riqueza de las asociaciones que evocan los olores y que resisten al olvido.21

c) La identifi cación de los olores.Los datos relativos a la identificación de los olores contras-

tan con la discriminación perceptiva de los olores. El conjunto de investigaciones en este campo concuerda en que la capacidad de los seres humanos en reconocer e identifi car un olor singular es extremadamente limitada.22

anís, moras, hierbabuena, menta), y se pudo encontrar que los sujetos entrevistados cate-gorizaban los olores en cuatro grupos: 1. Ajo, salmón ahumado, gasolina: defi nidos como intenso, molesto, repulsivo, mal olor, químico, tóxico, máquina, taller, etcétera. 2. Limón, naranja: defi nidos como cítricos, frutas, parecido al limón, como las fl ores, frutal, dulce, agra-dable, natural, vegetal, olor de la primavera, olores del exterior, etcétera. 3. Canela, vainilla: catalogados como comestibles o ingredientes de comida. 4. Eucalipto, menta y hierbabuena: descritos como menta, químico, medicina, no comestible, farmacia.Además se mostraron otros principios de categorización: a) Criterio de placer/displacer. b) Criterio relacionado con la actividad. c) Criterio relacionado con la fuente de los olores.

18 D. Dubois y C. Rouby, op. cit., 1997, p. 10.19 D. Dubois, op. cit., 2000, p. 40.20 D. Dubois y C. Rouby, op. cit., 1997, p. 10.21 Ibidem, p. 11.22 Idem.

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d) El olfato y la localización cerebral.Un dominio de investigación desarrollado recientemente está

relacionado con la identifi cación de la localización cerebral de la función olfativa, en relación con el desarrollo de tecnología de ima-ginería cerebral, asociado con los diferentes síndromes patológicos que provocan disociaciones funcionales. El resultado de las distin-tas investigaciones parece indicar que el olfato aparece distribuido en diferentes zonas cerebrales, activadas diferencialmente de acuer-do con las actividades en que se involucra el sujeto.23

e) Análisis lingüístico de los términos de olor.Los estudios han buscado recopilar un inventario de diversas

formas lingüísticas que se refi eran a los olores. Los investigadores trataron de hacer un análisis de los dispositivos lingüísticos que uti lizan las lenguas, en general, y el francés en particular.

Boisson24 ha realizado una recolección de términos de olor en 60 lenguas diferentes a partir de diccionarios. Sin pretender que los principios de organización de los olores que encontró sean univer-sales, el autor establece las siguientes conclusiones: se encuentra de manera regular una organización evaluativa de los términos de olores (bueno/malo, agradable/desagradable), asimismo aparece una dimensión ligada a la intensidad que conduce a usos metafó-ricos (evaluación moral) en particular para los aspectos negativos. También la investigación confi rma el carácter fundamentalmente adaptativo de los olores, lo que conduce a inferir una organización centrada en el ser humano y sus actividades.

Problemas para la recopilación de los datos (los cilindros de olor)

Uno de los primeros problemas a los que se enfrenta una investi-gación sobre los campos semánticos es establecer la manera en la que se van a recopilar los datos.

Los primeros estudios en la categorización de los olores trata-ron de reproducir los métodos utilizados en las investigaciones

23 Ibidem, p. 12.24 Citado en ibidem, p. 15.

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sobre la categorización de objetos en el dominio visual, principal-mente en el dominio de los colores. Estos métodos consistían en presentar a los informantes una serie de muestras (pastillas de color) para que el informante diera un nombre a cada una de ellas, posteriormente se presentaba una serie de grupos de muestras a los informantes para que las clasificara de acuerdo con una se rie de pruebas que permitirían determinar los prototipos y la tipicalidad.

De esta manera, las investigaciones llevadas a cabo por Hom-bert y Mouéle25 en las lenguas africanas trataban de extender las metodologías del dominio visual al dominio olfativo, para lo cual construyeron un muestrario de olores disolviendo ciertas sustan-cias odorantes y las colocaron en frascos para ser presentados a sus informantes.

En ausencia de una teoría científi ca sobre las moléculas odoran-tes, los muestrarios se seleccionaron como “buenos representantes” de los olores designados con los términos de base en la cultura Li Wanzi, a partir de información producida por los informantes africanos, es decir, la selección de la muestra no se hizo a través de una medida física directa y objetiva de las sustancias, sino a través de la evaluación como objetos psicológicos, a partir del juicio de los investigadores.26

En el trabajo de campo realizado en África, se comprobó los investigadores.

En el trabajo de campo realizado en África, se comprobó los investigadores.

que una de las muestras construidas para representar el térmi-no “tela” (nombre específico que designa el olor de un animal con glándula odorífera, la civeta, gato de algalia) prácticamente nunca suscitó una designación espontánea de ese término, ni si-quiera la selección de esa muestra cuando se pedía ilustrar los tér minos de olor.

No era sólo la calidad de la imitación la que presentaba proble-mas, sino la semántica del término por sí mismo. En efecto, después de la entrevista con los informantes africanos se pudo determinar que “tela” designa un rastro olfativo de cierta intensidad dejado por el animal después de haber pasado, en el contexto de la caza. Como el animal en cuestión no había pasado por la muestra, ni la muestra tenía nada que ver con la cacería, “tela” no podía designar

25 Citados en D. Dubois, C. Rouby y G. Sicard, op. cit., 1997.26 Ibidem, 1997, p. 8.

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la sensación olfativa producida por la apertura del frasco, a pesar de la proximidad cualitativa entre los dos olores.27

En el plano teórico, estas observaciones obligan a considerar que los conocimientos y sus reproducciones en los “materiales” no son la extracción de propiedades intrínsecas de los objetos, sino que son construidos en las actividades y las prácticas en las que esos aspectos son constitutivos de los conocimientos. “Tela” hace referencia a la construcción de un invariante olfativo ligado al des-plazamiento en un medio natural, en el contexto de la cacería, por ejemplo “tela” es un índice pertinente del paso del animal.

Por lo tanto es necesario tomar en cuenta dos hechos:28 el con-cepto psicológico de olor, elaborado en la cultura Li Wanzi, está bien abstraído y nombrado de manera diferente que la fuente (el animal), pero incluye informaciones relativas a la situación en la cual se presenta el olor y en la cual es reconocido. Por otra parte, la fi cción de haber puesto en la muestra aquello que se consideraba como “tela” ha fallado, porque las dimensiones que aseguraban la “validez ecológica” del uso del término (situación y temporalidad) y por lo tanto su signifi cación no han podido ser representadas.

Los problemas que se presentan con “tela” están relacionados con el espacio olfativo y cierta distancia cultural, y en mayor medida con el uso de dispositivos para crear una fi cción referencial que no necesariamente es compartida por la cultura del investigador y del informante. Por ejemplo, Cuevas29 reporta que durante su tra bajo de campo para recopilar información sobre la ornitología amuzga, trató de hacer la identifi cación de las especies mostrando a sus in-formantes láminas de dibujos de aves, lo que no produjo buenos re sultados pues en las láminas se perdía la noción del color, del ta maño y de la actividad de la especie. Después tomó la decisión de recopilar una muestra de cada una de las aves cataloga das y di secarlas para transportarlas a la Ciudad de México; antes, sin em bargo, presentó los especímenes disecados a los informan-tes y muchos de ellos fueron incapaces de reconocer los animales cuando habían sido sacados de su medio ambiente y del contexto de su cultura.

27 Ibidem, p. 10.28 Idem.29 Susana Cuevas, Ornitología amuzga. Un análisis etnosemánticoía amuzga. Un análisis etnosemánticoí , 1985.

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Otro fenómeno simétrico de ruptura de una “fi cción referen-cial”, lo reportan Dubois, Bourgine y Resche-Rigon30 en el caso de las fotografías. Estos autores mencionan que en una encuesta so bre las enfermedades de los girasoles, se les pidió a los cam-pesinos fran ceses clasifi car las fotos de diversas plantas según la enfermedad que presentaban. En determinado momento uno de los entrevistados volteó la fotografía para analizar la parte de atrás del girasol.

Por lo tanto, un asunto preliminar a la investigación experimen-tal de las categorías semánticas es preguntarse si los informantes “tratarán” bien aquello que el investigador considera como una “variable” en el material y podrán responder de la manera espe-rada. Esto lleva a tres planos de refl exión en la organización de los dispositivos experimentales:31

1. El primero se refi ere a la adecuación de los cortes conceptua-les del investigador y del informante, ¿son las mismas cate-gorías las del investigador y las del sujeto? Es decir, todos los individuos de todas las culturas han podido construir una abstracción de la noción de olor, ¿lo han hecho de acuer-do con los mismos principios de estructuración cognitiva, o al mismo nivel de abstracción que el que ha permitido la construcción del material?, ¿los criterios escogidos en la construcción del material y en la selección de los muestrarios son pertinentes para los sujetos?

2. “La ecología” del dispositivo experimental y la validez de las reducciones que los dispositivos hacen de la realidad in-fl uyen necesariamente en la transferencia de una “parte del mundo” a un conjunto reducido de variables que se materia-lizan en los dispositivos experimentales. Se puede preguntar entonces, ¿todos los individuos en todas las culturas se ad-hieren a la fi cción de que el olor o un olor está representado de manera adecuada en la forma de frascos independientes de algún soporte?

3. La tercera refl exión se refi ere a si las posibilidades de que los sujetos comprendan las tareas a las que son sometidos es-tán en adecuación con el objeto observado. Lo mismo puede

30 D. Dubois, R. Bourgine y P. Resche-Rigon, op. cit., 1992.31 D. Dubois, C. Rouby y G. Sicard, op. cit., 1997, p. 12.

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cuestionarse para las respuestas de los sujetos, en particular para las respuestas verbales. La olfacción obliga a colocarse en una concepción de la lengua que restituye al sujeto como fundador de la signifi cación dada al mundo, en la interac-ción con los otros, y conduce a discutir la concepción domi-nante en ciencias cognitivas que fundan la signifi cación (de las palabras) en la extracción de propiedades “intrínsecas” del mundo.

Por las razones anteriores se decidió no realizar una encuesta a partir de cilindros de olor, sino que se optó por realizar las entre-vistas directamente en el campo y permitir a los informantes que expresaran libremente sus experiencias y conocimientos relativos a los olores, para que surja toda la riqueza del campo semántico de los olores en la lengua, de sus usos y sus relaciones.32

Términos para designar olores en lengua totonaca

En una primera aproximación a la categorización de los olores en totonaco de Papantla, Veracruz se encontraron los siguientes tér-minos relativos a los olores:33

5.1 ci:kgan34

Este término se puede glosar como olor a plumas, pelo, cuerno, que se queman.

5.2 haksa35

Se utiliza para designar un olor muy fuerte, desagradable. Se trata de un olor hediondo que no se soporta. Es un olor que molesta.

32 Primero se explicó a los informantes lo que se buscaba y se les pidió que explicaran la manera como se designaban los olores en totonaco. En una primera aproximación se recopiló una lista de términos relativos a los olores, posteriormente se preguntó a los informantes directamente el “signifi cado” de dicho término y cuando fue posible se “permitió” al infor-mante que “mostrara” la fuente de donde provenía el olor en cuestión.

33 Los términos que se presentan a continuación fueron recopilados en el campo, en las notas de pie de página se presenta la manera como estos términos fueron recopilados por otros autores.

34 En totonaco el acento generalmente cae en la penúltima sílaba, en este trabajo sólo se marcará si lo lleva en otra parte.

35 jaksa huele a refi no (P. Levy, Totonaco de Papantla, Veracruz, 1990, p. 160.)

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Algunos informantes afi rmaron que se trata de un olor leve pero desagradable.

Los informantes mencionaron que se trataba de un olor como a ajo, a cebolla, como a puerco. Es el olor a sobaco, olor de una perso-na muy sucia, olor de un niño orinado en la cama, olor de un tipo de bejuco llamado cojón de gato, olor del zorrillo, olor del tabaco, olor del polvo que se levanta.

5.3 hakša36

Es un olor como de hormiga, olor del zorrillo, del pedo del tlacuache.

5.4 hakglha37

Olor a orina seca, a cenizas mojadas, a ciertas medicinas.

5.5 lhkunka38

Es olor de la leche, el olor del tlacuache y del perro. Es un olor como de orín (orina).

5.6 mikšínDesigna el olor de la leche, la carne de res, el queso. Se usa para

distinguir el olor de la carne de res del olor de otro tipo de carne.

5.7 mokgón39

Olor de la carne de pollo sin sal, del buitre, olor a aceite, olor a caña de azúcar.

Jacsa (adj.) arroja un olor o fragancia tan penetrante que molesta (como el refi no o el zumo de la cáscara de naranja) (H. Aschmann, Diccionario totonaco de Papantla, Veracruz. Totonaco-español, español-totonaco, 1973.)

haksa olor a alcohol, alcanfor, chile tostándose, polvo mojado (H. Aschmann, “Totonac categories of smell”, en Tlalocan, vol. II, núm. 2, 1946, p. 188).

36 haqša olor a cáscara de limón. Idem.37 haqłan oler a orines (N. A. McQuown, Gramática de la lengua totonaca. Coatepec, Sierra

Norte de Puebla, 1990, p. 590).haqła olor a orina, cenizas mojadas, ciertas medicinas (H. Aschmann, op. cit., 1946,

p. 188).38 lhqunqa huele a orina (P. Levy, op. cit., 1990, p. 160).lhkonka (adj.) huele a orina (H. Aschmann, op. cit., 1973, p. 56).łqunqun verbo intransitivo. Olor a carne (N. A. McQuown, op. cit., 1990, p. 141).łkunka olor de grasa o de una carnicería (H. Aschmann, op. cit., 1946, p. 188).Este término parece que tiene las siguientes variantes de acuerdo con los informantes:

lhkgónkga, škgónha.39 mu:qú’n huele a crudo (P. Levy, op. cit., 1990, p. 160).

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115LA CATEGORIZACIÓN DE LOS OLORES EN TOTONACO

5.8 muksún40

Se trata de un olor agradable, de un olor bueno. Este término de-signa en general a todas las fragancias agradables. Cuando se hizo una pregunta directa como ¿a qué huele la vainilla?, ¿a qué huele la naranja?, ¿a qué huelen las fl ores?, la respuesta fue muksún. El mismo término fue utilizado cuando se pidió mencionar palabras para designar olores agradables.

Es el aroma de la fl or, el olor de las fl ores, olor a masa fresca, olor de la naranja, olor del huevo, olor de la loción, de algunas plan tas, de las fl ores, de la caña, del jazmín, olor como del mango, del café.

5.9 mu:klhún41

Olor agradable, como el olor de las fl ores, la comida. De acuerdo con los informantes se trata de un olor aromático menos agradable que muksún.

5.10 pokgša42

Se trata de un olor desagradable. Es el olor de la ropa mojada que no se tendió, el olor a humedad. Algunos informante los glosa-ron como “huele a caca”. El rasgo que lo identifi ca es la humedad.

5.11 poklha43

También se trata de un olor no agradable. Los informantes lo glosaron como “huele a sudor”. Es el olor de la carne de pollo

mok’ón (adj.) que huele a crudo, ácido, o el nixtamal pasado (H. Aschmann, op. cit., 1973, p. 74).

/muqun/ Verbo intransitivo, oler a frijol (o aceite) (N. A. McQuown, /muqun/ Verbo intransitivo, oler a frijol (o aceite) (N. A. McQuown, /muqun/ op. cit., 1990, p. 141).mu.?qu?n olor a vegetales frescos, o a fruta verde (H. Aschmann, op. cit., 1973, p. 187).40 muksú’n huele fragante (P. Levy, op. cit., 1990, p. 160).mucs’ún (adj.) que da un aroma agradable, fragante, huele a perfume, fl ores, vainilla

(H. Aschmann, op. cit., 1973, p. 74).mu.?ksu?n olor de la menta, el perejil, tabaco y otras hiervas, así como de algunas

medicinas y el incienso (H. Aschmann, op. cit., 1946, p. 187).41 mu:klhú’n huele a ácido (P. Levy, op. cit., 1990, p. 160).mu.?kłu?n olor agradable como las fl ores, comida (H. Aschmann, op. cit., 1946, p. 87).42 pu’qxa huele a moho (P. Levy, op. cit., 1990, p. 160).p’okxa (adj.) que huele a moho o algo que tiene mucho gorgojo, añejado (H. Aschmann,

op. cit., 1973, p. 83).pu?qša olor a humedad a hongos (H. Aschmann, op. cit., 1946. p. 188).43 pu’qlha huele a sudor, a perro (P. Levy, op. cit., 1990, p. 160).p’oklha (adj.) despide un mal olor como por el sudor o el desaseo (H. Aschmann, op.

cit., 1973, p. 83).pukłun verbo intransitivo, oler a excremento (N. A. McQuown, op. cit., 1990, p. 189).

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116 DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA, AÑO 11, VOL. 30, ENERO/ABRIL, 2004

podrida. Parece que este término se identifi ca con un rasgo de des-composición.

5.12 puksa44

Se glosa como “apesta”. Es el olor de algo que apesta, que hiede. Es un olor de algo que se está pudriendo, algo apestoso, podrido. Un olor muy fuerte que no se aguanta. Este término se usa para designar olores desagradables. Es la pestilencia. Es el olor de algo que se está descomponiendo. Se trata de un olor descompuesto.

Se usa para decir que algo hiede como la basura. Es el olor del tlacuache, de la serpiente. Es un olor como a sudor. El olor del ex-cremento, de un animal muerto, de un animal mojado.

5.13 skgiha45

Es un olor sabroso, es un olor como de comida cocinándose.

5.14 skunka46

Se trata de un olor que hiede. Los informantes lo describen como un olor metálico, como algo que tiene sabor metálico. Se ob-tuvo también como respuesta a la pregunta ¿a qué huelen los platos sucios?

Es el olor del pescado, de la sardina, del atole con sabor a fi e-rro. Se trata de un olor a huevo pasado. Es el olor de la sangre. Un informante lo describe como el olor de la regla de la mujer, el olor del sexo. Se trata de un olor a choquillo. Olor de la carne, olor de la carne de pollo, olor a tierra mojada.

pu?kła olor del excremento humano, cosas podridas, y aliento a pulque (H. Aschmann, op. cit., 1946, p. 187).

44 pu’ksa huele apestoso (P. Levy, op. cit., 1990, p. 160).p’ucsa (adj.) apestoso, que echa un olor feo (H. Aschmann, op. cit., 1973, p. 84).pu?ksun verbo intransitivo, huele a carne podrida (N. A. McQuown, op. cit., 1990,

p. 262).pu?ksa olor de la zorra, de la carne mala, y de ciertas plantas como el papaquelite

(H. Aschmann, op. cit., 1946, p. 188).45 ski?ha/sqa?ha olor sabroso, olor de comida cocinándose (idem).46 skunka huele a pescado, a platos sucios (P. Levy, op. cit., 1990, p. 160).scunca (adj.) apesta o huele a pescado o trastos no lavados, de olor metálico (H. Asch-

mann, op. cit., 1973, p. 94).skunka olores metálicos, ratón, pescado, culebras, monedas, tierra mojada (H. Asch-

mann, op. cit., 1946, p. 188).

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117LA CATEGORIZACIÓN DE LOS OLORES EN TOTONACO

5.15 škgaha47

Es el olor de la pólvora quemada, de los triquitraques. Se usa para designar olores acres.

5.16 škguta48

Se trata de un olor acidulado entre agrio y dulce. Es el olor como de la caca del gato. Es el olor a cuero, a sudor, a llagas abiertas, a paredes húmedas.

5.17 škunka49

Se trata de un olor más desagradable que skunka.

5.18 škuta50

Se trata de un olor fétido, agrio, ácido. Es el olor a cítrico, olor del limón, olor del tomate.

5.19 štakawaEs el olor de un bejuco que pica. Es un olor picante.

5.20 šun51

El olor amargo de la ruda. Es un olor amargo.

5.21 tsi’kin52

Se trata de un olor no agradable, un olor rancio. Es el olor de la carne de res, olor del chicharrón casi pasado. Es el olor del aceite, de las cucarachas. Algunos informantes lo describen como un olor artifi cial.

47 šqa?ha olor de pólvora quemada, de triquitraques, olores acres (idem).48 šqu?ta olor a cuero, sudor, llagas abiertas, paredes húmedas (idem).49 xkonka olor de trastos de cocina (H. Aschmann, op. cit., 1973, p. 42).šqunqa olor a comida sin sabor, platos y cubiertos que se usaron para comer (H. Asch-

mann, op. cit., 1946, p. 188).50 xc’uta (adj.) agrio (H. Aschmann, op. cit., 1973, p. 132)./šku?ta/ agrio (N. A. McQuown, šku?ta/ agrio (N. A. McQuown, šku?ta/ op. cit., 1990, p. 406).škut?a olor a vinagre y otros olores agrios (H. Aschmann, op. cit., 1946, p. 188).51 x’un amargo (H. Aschmann, op. cit., 1973, p. 138).52 ¢i.?ki?n olor de perfume o de jabón de mano que a pesar de ser agradable no huele

bien o queda en la persona que tiene ese olor. Se usa para un hombre que usa perfume, o para mujeres jóvenes que los usan profusamente (H. Aschmann, op. cit., 1946, p. 188).

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118 DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA, AÑO 11, VOL. 30, ENERO/ABRIL, 2004

Algunas consideraciones sobre el uso de estos términos

Para Aschmann,53 estos términos funcionan como verbos de la si-guiente manera:

a) Pueden funcionar como causativos con la adición del prefi jo ma- y el sufi jo -i.. De esta manera se forma un tema que indica que el sujeto del verbo causa o hace que el objeto indicado en el verbo adquiera el olor del tema original. Ejemplo:

wa.’a.’šuš ma.skgi’hi.skgi’hi.y li.wa’t el ajo le da a la comida un olor sabroso.

b) Pueden funcionar como ingresivos con la adición del sufi jo -n(o -# si el tema termina en -n). De esta manera se forma un tema que indica que el sujeto del verbo adquiere o está en vías de adquirir el olor del tema original. Ejemplo:

nala’kha’k šana’ vas a oler como a cáscara de naranja.

c) Pueden funcionar como abstractivos con la pérdida del for-mativo temático -a y la adición del sufi jo -nan. El resultado es un tema verbal que indica que el olor del tema original está presente sin que exista un objeto o un sujeto que lo emita. Ejemplo:

pu.kspu.ksnan hay un olor putrefacto en el ambiente.

Se puede aumentar el grado de abstracción si se adiciona el sufi jo -na.. Por ejemplo:

pu’kspu’ksna.nan estamos en tiempo de pestilencia.

Para formar un sustantivo que indica un objeto que tiene el olor del verbo se usa el sufi jo -nu’, -na’, -ni’. Por ejemplo:

pu’kspu’ksnu’ un objeto que tiene un olor a zorrillo.

53 H. Aschmann, op. cit., 1946.

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119LA CATEGORIZACIÓN DE LOS OLORES EN TOTONACO

Para exagerar la intensidad del olor pero sin que resulta un adjetivo estático o un nombre, se usa el sufi jo -ni’nka.’wa’. Por ejemplo:

pu’kspu’ksni’nka.’wa’ un olor intenso a zorrillo.

Además de estos términos, existe el término kinkalá que para Aschmann,54 no funciona como los términos anteriores pues sólo puede tener un uso verbal. Es un tema activo siempre, mientras que los temas anteriores pueden ser activos o estativos.

Comúnmente se usa con el tema verbal min “venir”. Por ejemplo:

kinkalamin el olor viene de alguna parte, es traído por el viento.

Análisis semántico

En una primera aproximación al análisis semántico de los olores en totonaco se propone que éstos se organizan en seis grupos:55

Olores penetrantes

haksa Olor muy fuerte, desagradable, olor hediondo, no se soporta, olor que molesta.

Olor como a ajo, a cebolla, como a puerco, olor a soba-co, olor de una persona muy sucia, olor de un niño ori-nado en la cama, olor a cojón de gato, olor del zorrillo, olor del tabaco, olor del polvo que se levanta.

hakša Olor como de hormiga, olor del zorrillo, del pedo del tlacuache.

hakglha Olor a orina, cenizas mojadas, ciertas medicinas.

54 Idem.55 Esta propuesta está basada en semejanzas morfológicas y en criterios semánticos. La

organización fue propuesta primero por el investigador y después confi rmada en el campo con los informantes.

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120 DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA, AÑO 11, VOL. 30, ENERO/ABRIL, 2004

haksa (olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, desagradable)

hakša (olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, (+intenso) desagradable)

hakglha (olor) (penetrante) (molesto) (-intenso)

Olores de secreciones,de animales y productos animales

lhkunka Olor del tlacuache y del perro. Es un olor como de orina.skunka Olor que hiede, sabor metálico. Olor a pescado, a atole

con sabor a fi erro. Olor a huevo pasado. Olor de la sangre, de la sardina. Olor de la carne, olor de la carne de pollo, olor a tierra mojada.

škunka Huele más desagradable que skunka.

lhkunka (olor) (secreción, (animal, tlacuache, orín) perro)

skunka (olor) (metálico) (secreción, (animal, sangre) pescado)

škunka (olor) (metálico) (+intenso) (secreción, (animal, sangre) pescado)

Olores vegetales agradables

muksún Olor agradable, olor bueno. Olor de las fl ores, olor a masa fresca, olor de la naranja,

olor de la loción, de algunas plantas, de la caña, olor como del mango, café.

mu:klhún Olor agradable como las fl ores, comida. Se trata de un olor aromático menos agradable.56

mokgón Olor de la carne de pollo sin sal, del buitre, olor a aceite, olor a caña de azúcar.

(olor) (secreción, (animal, tlacuache,

(olor) (metálico) (secreción, sangre) pescado)

(olor) (metálico) (+intenso) (secreción, sangre) pescado)

(olor) (secreción, (animal, tlacuache,

(olor) (metálico) (secreción, sangre) pescado)

(olor) (metálico) (+intenso) (secreción, sangre) pescado)

(olor) (secreción, (animal, tlacuache,

(olor) (metálico) (secreción, sangre) pescado)

(olor) (metálico) (+intenso) (secreción, sangre) pescado)

(olor) (secreción, (animal, tlacuache,

(olor) (metálico) (secreción, sangre) pescado)

(olor) (metálico) (+intenso) (secreción, sangre) pescado)

(olor) (secreción, (animal, tlacuache,

sangre) pescado)

sangre) pescado)

56 Este término parece ser problemático pues otros autores lo registran como huele a ácido (P. Levy, op. cit., 1990, p. 160), tiene un olor aromático desagradable (H. Aschmann, op. cit., 1973, p. 74).

(olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, desagradable)

(olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, desagradable)

(olor) (penetrante) (molesto) (-intenso)

(olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, desagradable)

(olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, desagradable)

(olor) (penetrante) (molesto) (-intenso)

(olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, desagradable)

(olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, desagradable)

(olor) (penetrante) (molesto) (-intenso)

(olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, desagradable)

(olor) (penetrante) (molesto) (insoportable, desagradable)

(olor) (penetrante) (molesto) (-intenso) (olor) (penetrante) (molesto) (-intenso)

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121LA CATEGORIZACIÓN DE LOS OLORES EN TOTONACO

muksún (olor) (agradable) (vegetación) (fragante)

mu:klhún (olor) (menos agradable) (vegetación)

mokgón (olor) (vegetación) Crudo, verde, sin condimento

Olores desagradables

pokgša Olor desagradable. Es el olor de la ropa mojada que no se tendió, el olor a humedad.

poklha Olor no agradable. Olor del sudor de la carne de pollo podrida. Olor de las cosas en descomposición.

puksa Olor de algo que apesta, de algo que se está pudrien-do. Olor muy fuerte, desagradable, que no se aguanta. Olor descompuesto.

Olor de la basura, del tlacuache, de la serpiente. Olor como a sudor. Olor del excremento. Olor a animal muer-to. Olor de un animal mojado.

pokgša (olor) (desagradable) (proceso de (humedad) (fermentación)

poklha (olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (descomposición) fermentación)

puksa (olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (hiede) fermentación)

Olores que dejan un sabor

skgiha Olor sabroso, olor de la comida cocinándose.škgaha Olor de pólvora quemada, de triquitraques, olor acre.škguta Olor acidulado, entre agrio y dulce.škuta Olor fétido, agrio, ácido.štakawa Olor de un bejuco que pica (el olor) (picante).šun El olor amargo de la ruda (amargo).tsi’kin Olor no agradable, olor rancio.

(fermentación)

(olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (descomposición) fermentación)

(olor) (desagradable) (proceso de (fermentación)

(olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (descomposición) fermentación)

(olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (hiede)

(olor) (desagradable) (proceso de (fermentación)

(olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (descomposición) fermentación)

(olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (hiede)

(olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (descomposición)

(olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (hiede)

(olor) (desagradable) (proceso de (fermentación)

(olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (descomposición) fermentación)

(olor) (desagradable) (podrido) (proceso de (hiede)

(olor) (agradable) (vegetación) (fragante)

(olor) (menos

(olor) (vegetación) Crudo, verde, sin condimento

(olor) (agradable) (vegetación) (fragante)

(olor) (vegetación) Crudo, verde, sin condimento

(olor) (agradable) (vegetación) (fragante)

(olor) (vegetación) Crudo, verde, sin condimento

(olor) (agradable) (vegetación) (fragante)

(olor) (menos

(olor) (vegetación) Crudo, verde, sin

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122 DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA, AÑO 11, VOL. 30, ENERO/ABRIL, 2004

skgiha (olor) (sabor) (agradable)

škgaha (olor) (sabor) (acre)

škguta (olor) (sabor) (acidulado) (entre agrio y dulce)

škuta (olor) (sabor) (agrio) (fétido)

štakawa (olor) (sabor) (picante)

šun (olor) (sabor) (amargo)

tsi’kin (olor) (sabor) (rancio)

Grupo sin clasifi cación

mikšín Olor de la leche, la carne de res, el queso.ci:kgan Olor a plumas, pelo, cuerno, que se queman.

Propuesta de un modelo de organización semántica

En los grupos anteriores puede observarse que algunos de los ejes de clasifi cación propuestos por David, Dubois y Rouby57 se en-cuentran presentes, por ejemplo el de la dimensión hedónica. Esta dimensión organiza la información en un eje con dos extremos, agradable y no agradable. Esta dimensión se encuentra representa-da por el grupo 3 (olores vegetales agradables) y el grupo 4 (olores desagradables).

Estos dos grupos parecen organizarse alrededor de un término central muksún para el grupo 3, y puksa para el grupo 4. En una primera aproximación al análisis de las categorías parecería que estos términos podrían representar el prototipo de la categoría:

agradable –––––––––––––––––––– no agradable

muksún puksa

También se presenta un grupo de términos en los que sobre-sale la dimensión de intensidad, encontrada por David, Dubois y

57 S. David, D. Dubois y C. Rouby, op. cit., 1997.

(olor) (sabor) (agradable)

(olor) (sabor) (acre)

(olor) (sabor) (acidulado) (entre agrio y dulce)

(olor) (sabor) (agrio) (fétido)

(olor) (sabor) (picante)

(olor) (sabor) (amargo)

(olor) (sabor) (rancio)

(olor) (sabor) (agradable)

(olor) (sabor) (acre)

(olor) (sabor) (acidulado) (entre agrio y dulce)

(olor) (sabor) (agrio) (fétido)

(olor) (sabor) (picante)

(olor) (sabor) (amargo)

(olor) (sabor) (rancio)

(olor) (sabor) (agradable)

(olor) (sabor) (acre)

(olor) (sabor) (acidulado) (entre agrio y dulce)

(olor) (sabor) (agrio) (fétido)

(olor) (sabor) (picante)

(olor) (sabor) (amargo)

(olor) (sabor) (rancio)

(olor) (sabor) (acidulado) (entre agrio y dulce)

(olor) (sabor) (agrio) (fétido)

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123LA CATEGORIZACIÓN DE LOS OLORES EN TOTONACO

Rouby,58 que quedaría representada por el grupo 1 (olores penetran-tes), y que parecería organizarse alrededor del término haksa:

intensidad

haksa

Se presenta un cuarto grupo, el número 2 (olores de secreciones de animales y productos animales), en el que las glosas de los térmi-nos (proporcionadas por los informantes) parecen hacer referencia a la fuente, sin embargo ninguno de estos términos se utiliza para designar directamente a la fuente, es decir, skunka es el olor del pescado, y tamakní es el nombre del animal llamado pescado. Este grupo parece organizarse en torno al término skúnka:

olor de secreciones y animales (olor metálico)

skúnka

El término skúnka presenta un rasgo que me ha llamado la aten-ción desde el principio, es el rasgo “metálico”. Considero que este rasgo podría proporcionar mucha información sobre la organiza-ción del campo semántico de los olores.

Asimismo, el continuo uso de glosas relacionadas a la fuente puede indicar que este grupo de términos está logrando su inde-pendencia semántica respecto del referente, es decir, son términos que desde el punto de vista semántico están logrando un grado de independencia separando la propiedad, de la fuente del olor.

En un análisis preliminar del material parece que estos cuatro grupos presentan una organización interna específi ca. Al interior de algunas de estas categorías parece ser que existe un eje relacionado con la intensidad, de manera que la organización interna de algunas de estas categorías se presentaría como se indica a continuación.

58 Idem.

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124 DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA, AÑO 11, VOL. 30, ENERO/ABRIL, 2004

intensidad

hakša -intensohaksahakglha -intenso

En las otras categorías parece ser que existe este mismo eje rela-cionado con la intensidad, sin embargo no parece ser éste el único principio de organización interna. Por el momento no se puede determinar cuál es la organización interna de estas categorías.

En el caso de la categoría de olores desagradables parecería que la organización interna estaría relacionada con el grado de fer-mentación. En el caso de la categoría relacionada con los olores vegetales agradables parecería que se trata de la intensidad de la fragancia:

agradable ––––––––––––––––– no agradable

muksun fragante pokgša humedad mu:klhún poklha descomposición mokgón puksa

El grupo relativo a los olores de secreciones, de animales y productos animales presentaría una organización en torno al tér-mino skúnka, la relación interna de la categoría no se ha podido determinar:

olor de secreciones y animales (olor metálico)

lhkunkaskunka metálicoškunka

Finalmente se presentan dos grupos aislados, uno de ellos, el grupo 5 (olores que dejan un sabor) puede considerarse un grupo cuya estructura está relacionada con el campo semántico de los sabores. No se ha analizado, pero aparentemente resulta poco con-fl ictivo en el sentido de que sus rasgos semánticos refi eren siempre

muksun mu:klhú mokgón

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125LA CATEGORIZACIÓN DE LOS OLORES EN TOTONACO

a un tipo de sabor específico. En este grupo no parece que pue-da determinarse un prototipo particular entre los miembros de la categoría.

El segundo grupo se compone de una serie de términos que no pueden clasifi carse en ninguno de los grupos anteriores y que apa-rentemente no presentan ninguna estructura interna, se trata del grupo 6 (grupo sin clasifi cación).

Conclusiones

El análisis del corpus ha permitido obtener algunas conclusiones que debido al avance del proyecto no pueden ser defi nitivas sino sólo provisionales.

Se comprueba evidentemente la existencia de términos específi -cos para designar el universo de los olores en la lengua totonaca.

Los términos de olor en totonaco parecen presentar una orga-nización semántica en la que se pueden distinguir categorías, apa-rentemente cuatro de éstas se organizan en términos de prototipos (haksa, puksa, skunka, muksún).

Las fronteras de las categorías no son rígidas puesto que las glosas nos permiten identifi car que varios de los olores se pueden designar con términos diferentes.

Parece que dos de las categorías se relacionan de acuerdo con un eje donde está presente la dimensión hedónica, gusto disgusto, pucksa y muksún.

Una de las categorías puede entenderse como una categoría relacionada con la intensidad (haksa), la cual no se estructura con otra categoría que se le oponga.

Parece ser que otra categoría se refi ere a la fuente, aunque nin-guno de los términos remite directamente a su nombre, el análisis de las glosas parece sugerir esto. Una de las características de esta categoría es el rasgo “metálico” proporcionado por los informantes y que debe ser analizado.

De estas cuatro categorías, una parece que se organiza interna-mente de acuerdo con la dimensión de intensidad. Esta dimensión que aparece en las otras categorías no es la única presente al in-terior de ellas, por lo que su organización interna no se ha podido determinar.

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Al parecer la organización de cada una de estas categorías se hace en términos de prototipos, esto deberá ser analizado y com-probado posteriormente.

Existe otra categoría en la que intervienen características de otro sentido, el sabor. Esto no es extraño dada la relación existente entre ambos sentidos.

Por último, existe una serie de términos que no se pueden agru-par en ninguna de las categorías anteriores.

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127LA CATEGORIZACIÓN DE LOS OLORES EN TOTONACO

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