la brujilla y el rey

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José Antonio López López

LA BRUJILLA Y EL REY

LA BRUJILLA Y

REY

José Antonio López López

LA BRUJILLA Y EL REY

LA BRUJILLA Y EL REY

José Antonio López López Prólogo Pepe Hernández

LA BRUJILLA Y EL REY

LA BRUJILLA Y EL REY

Presentación Esta pequeña historia ha querido contar un pasaje de la vida de personas reales, con hechos vividos, disfrutados y sufridos llevados a personajes de cuento.

El sufrimiento y las adversidades que encontramos en la vida, las tenemos que asumir solo como el escalón que precede al impulso para seguir adelante.

Los años nos dan la sabiduría suficiente para enmendar nuestra escala de valores, advirtiéndonos que de nada sirve tenerlo todo, si se carece de “Libertad”.

Este cuento ante todo, y por encima de todas las adversidades es una maravillosa historia de amor entre dos personas, sean cual sean sus personajes, porque el ser humano es capaz de amar, aun sabiendo que su amor será siempre un amor imposible. José Antonio López López

José Antonio López López

LA BRUJILLA Y EL REY

Prólogo

En la vida existen personas que tienen sueños e ilusiones, muchos de ellos, la mayoría, se quedan en eso, sueños, pero hay unos pocos que trabajan y luchan para que estos sean una realidad, este es el caso de Jose, una persona ajena totalmente al mundo de la escritura, que con su esfuerzo y tesón ha hecho posible el poder ver la luz esta historia que ahora tienes en tus manos, portada, textos y fotografías, han estado dando vueltas día tras día en el interior de su mente intentando encajar perfectamente, hasta llegado el momento justo pasar a convertirse en el fruto anhelado, en el parto feliz de una larga gestación., por ello a todos esos locos soñadores que invierten su tiempo y su dinero en hacer participe a todos los demás su sueño, a todos ellos… SUERTE

Pepe Hernández.

José Antonio López López

Capitulo 1

Hace muchos años, en un pueblecito de montaña

nació una niña rubia con ojos azules.

No era muy grande, de piel clara y rosada, tenia

algo en su mirada que te hacia sonreír, quizás su

alegría, su bondad, su inocencia o ese encanto

misterioso que desprendía desde su primer día de

vida.

Esa niña paso una infancia feliz siempre

arropada por sus padres y una hermana un poco

mayor que ella.

Ya se sabe que las madres tienen un sexto

sentido, fue entonces, al cumplir cinco años

José Antonio López López

cuando su madre se dio cuenta que algo raro

pasaba a su alrededor, cada vez que la niña jugaba

con las muñecas de trapo o con las cáscaras de

nuez del bosque donde vivían, le sucedían cosas

extrañas pero a la vez maravillosas, los pequeños

animalitos se le acercaban sin miedo y parecían

entenderla en sus juegos, todo lo que tocaba o

pensaba… parecía cobrar vida… tenia unos

poderes extraordinarios, maravillosos o quizás…

mágicos.

LA BRUJILLA Y EL REY

La madre asustada, intento ocultar en los años

siguientes tales cualidades, para que ni su hermana

ni su padre se dieran cuenta, pero pasaban los

años y la niña se hacia cada día mas bonita y mas

sabia.

José Antonio López López

Ya pasada la edad de la veintena la pequeña

niña rubia se convirtió en una hermosa muchacha,

capaz de enamorar a cualquier ser de la tierra.

Sus poderes aún seguían intactos, y todos los

vecinos de las casas de alrededor ya sabían que era

una mujer especial. Cuando la veían en ocasiones

les pedían remedios y pócimas para curar

pequeños males arraigados al los fríos del invierno,

cremas milagrosas para buscar novio a las demás

muchachas y plantas medicinales para las tomas de

ojo y otras cosas raras.

Tenia un corazón enorme.

LA BRUJILLA Y EL REY

Por las mañanas ayudaba en la casa, siempre

estaba en la cocina, le encantaba prepararle a su

padre para su vuelta del trabajo un rico guisado de

Penques, Borreta o un buen gazpacho. Siempre le

sorprendía con algún rollíco de almendras, un

Kataki o un buen herbero.

Todas las tardes después de realizar las tareas de

la casa, salía por el pueblo a visitar a los mas

ancianos del lugar, pero sobre todo a la gente mas

necesitada.

Medicinas, comida, ropa o juguetes llenaban su

morral, hasta que un día ocurrió algo inesperado,

su padre enfermó de tal manera que la muchacha

José Antonio López López

de ojos azules que a pesar de su corta edad, era

considerada por las gentes de alrededor como una

brujilla buena y sabia.

No encontraba un remedio eficaz para la cura de

su padre, fueron meses muy difíciles, intentando

una y otra vez pedir ayuda a gente sabia y

curanderos muy nombrados, pero la brujilla se

sentía desesperada e invocaba a los magos o seres

misteriosos del bosque para que le ayudaran. La

impotencia se apoderaba de su suerte, de su

sonrisa y de su alegría.

Sin perder un minuto decidió adentrarse en la

espesura de la montaña buscando el ingrediente

LA BRUJILLA Y EL REY

eficaz que calmase esa maldita dolencia. Hablaba

sola en el bosque pidiendo esa sabiduría que le

hiciera curar tal enfermedad para ella desconocida

hasta ahora, resignada, se decía que cambiaría su

alma por lo que fuera en tal de encontrar ese

remedio.

De pronto, cuando menos se lo esperaba,

desde unos arbustos cercanos apareció una

persona muy mayor, se diría que tenia cientos de

años, la muchacha sorprendida y temblorosa le

pregunto -¿quien es usted? ¿vive aquí en el

bosque?-, la viejecita tapada con una capa oscura y

con una capucha que apenas dejaba ver las

José Antonio López López

facciones de su cara la miro fijamente, y tras un

instante de calma tensa empezó hablar…

Fue en el momento en el que pronunció su

primera palabra cuando la bella muchacha

comprendió que era un ser divino. El tono de su

voz la fue envolviendo en un éxtasis de sabiduría

contagiosa, fascinada por todo lo que comentaba y

oía… hubo un momento en el que se dio cuenta

que ninguna de las dos estaba hablando, solo con

las miradas, sus mentes se trasmitían una a la otra

toda la conversación que intuían… era todo

maravilloso. La viejecita que estaba envuelta en un

resplandor como una aureola, se acerco, levanto

LA BRUJILLA Y EL REY

su mano, dirigió su dedo y le dio un suave toque

en la frente transfiriéndole toda su luz, -Tóc- y la

anciana se fue apagando poco a poco… hasta que

desapareció.

Un sonido de angustia la hizo despertar de su

reposo entre las hierbas del bosque. Estaba

aturdida, confusa, pensando que había sido todo

un sueño, le extraño verse rodeada por infinidad

de animalitos, y al intentar levantarse se dio cuenta

que sus poderes se habían multiplicado por mil, ya

que con solo pensar lo que quería… esto sucedía.

De pronto, volvió a escuchar el mismo grito de

amargura… pero esos gritos de ¿dónde venían?.

José Antonio López López

Aunque estaba muy lejos de su casa, de hay le

parecían venir, -¡¡Dios mío!!- dijo ella… era su

madre desesperada expresando a gritos su dolor.

Pero algo asombroso ocurría… la brujilla fue

solo pensarlo y en un segundo, apareció en la

puerta de su casa.

LA BRUJILLA Y EL REY

Al entrar, un silencio embargó a toda la familia…

A la muchacha brujilla le rodeaba una luz brillante

y preciosa que iluminaba la habitación… -¿que

sucede madre, por que gritáis de esa manera?- la

madre hundida y cubierta en lagrimas le

comunicaba que su padre acababa de morir,

José Antonio López López

apresurándose subió a la habitación donde su

padre yacía en la cama, donde había estado

enfermo durante algún tiempo. La brujilla se

abrazó al padre concentrándose en todo el poder

que había obtenido… pero sucedía algo fatal… la

viejecita misteriosa del bosque, de todos los

poderes que le había transmitido en ese sueño,

solo faltaba uno, el de devolver la vida .

Fueron momentos muy duros y de impotencia al

saber que si hubiera llegado un poco antes, quizás

su padre viviría. La brujilla de ojos azules salió

fuera de la casa, grito y grito de rabia con tanta

fuerza que hizo volar a todos los pajarillos, fueron

LA BRUJILLA Y EL REY

cientos quizás miles los que se reunieron

revoloteando por encima de los arboles… ¿Pero

que hacían? formaban una palabra… era

maravilloso, el nombre de su padre aparecía

formado en el cielo por los pajarillos con un

mensaje de amor que le decía “ hija te quiero”.

Ya pasados unos días y de vuelta en casa a la

rutina diaria, tomo una gran decisión, sacó de un

pequeño saquito una flor llena de unos increíbles

pétalos luminosos de color malva. Mientras su

madre estaba cocinando en la casa, nadie se dio

cuenta… se acerco al fogón y echo solo un pétalo

de esa increíble flor al caldero.

José Antonio López López

-¡¡Brujilla!! ¡¡llama a tu hermana y venir las dos a

comer!!- les grito su madre, ella con todo el cariño

que unas hijas se merecen, lleno los platos con una

sopa riquísima… no habían metido mas de dos

veces la cuchara y algo extraño les estaba

pasando… sus caras de desánimo y tristeza

estaban cambiando por momentos. Su hermana y

LA BRUJILLA Y EL REY

su madre comenzaban a mirarse una a la otra un

tanto desconcertadas, pero riendo y alegrándose

de una manera extraordinaria, olvidando todos los

males y todas las desgracias que les habían pasado

solo hacia unos días, la brujilla… solo ella, sabia

que en la comida les había echado la flor de la

felicidad y que de esa manera serian eternamente

felices hasta el final de sus días.

Ataviada con algunos sacos de ropa, algo de

comida y envuelta en esa misma luz que vio aquel

fatal día en su sueño, llamó a su madre y a su

hermana, -!madre¡ venid, venid-, -¿Qué quieres

hija?-

José Antonio López López

-madre, he tomado una decisión, voy a partir

hacia otro lugar, quiero ver otras tierras, otras

ciudades y conocer gente diferente, pero madre,

sabes que cualquier día o en cualquier momento

que me necesitéis, con solo pensarlo me tendréis a

vuestro lado-. No hubo penas, ni lagrimas, la

madre entendiendo las ilusiones de su querida hija

y asumiendo feliz y contenta la decisión tomada, le

dio un beso en la frente. Mirándola fijamente le

dijo, -hija, intenta ser todo lo feliz que mereces-.

LA BRUJILLA Y EL REY

Capitulo 2

La brujilla empezó andar por un camino, sin

hacer uso de sus poderes para poder disfrutar de

José Antonio López López

todos aquellos rincones donde había pasado su

infancia, aquel árbol en forma de casa, aquel río

donde se había bañado tantas veces a

escondidas[…] Caminó días enteros pasando

varias noches durmiendo a la luz de las estrellas,

nunca en su vida, había llegado tan lejos.

Al despertar en esa mañana se sentía de forma

especial, algo diferente, tenia como un

presentimiento… -hoy… ¡¡no se que me pasa!!- y

después de comer unas rosquillas con miel (que

por cierto… le gustaban “mogollón”), emprendió

de nuevo su camino, disfrutando como nunca,

siguiendo la ladera del rio.

LA BRUJILLA Y EL REY

Hacia un día maravilloso, el sol se abría paso entre

las ramas de los arboles, el viento acariciaba su

rostro y la hacia sentir libre y feliz, pero en un

claro del bosque y por encima de ellos, vio

aparecer una especie de colmenas o torres

gigantescas que la dejaron asombrada.

-Dios mío que belleza-, exclamó, solo ando unos

metros mas cuando delante de ella y ante sus ojos

se alzaba un enorme y precioso castillo.

José Antonio López López

Acercándose sigilosamente y con el miedo en el

cuerpo rodeaba las murallas enormes sin quitar de

la vista a tan majestuosa fortaleza. De pronto llegó

donde se encontraba una puerta con una altura

impresionante, bella pero a la vez muy vieja y

maltratada por el tiempo. Tenía unos leones como

pomos de llamada que daba miedo tocarlos. Se

LA BRUJILLA Y EL REY

dijo así misma… -¿¡como voy a tener miedo!?, una

brujilla nunca tiene miedo-. Agarró con las dos

manos uno de esos enormes pomos con cabeza de

león y se dispuso a llamar…

Un enorme ruido retumbaba en el bosque

invadiendo el sonido de los pajarillos y el silencio

del entorno, una, otra y otra vez llamaba… pero

nadie le hacia caso. Se preguntaba si el castillo

estaría deshabitado. -¡será posible!- decía, -¡para

una vez que veo algo así!-.

Quedó pensativa, por un momento se

preguntaba quien habría vivido ahí… le podía la

intriga y la curiosidad.

José Antonio López López

Cabizbaja y algo malhumorada se dio la vuelta

para seguir su camino, cuando en la misma

explanada de antesala a la puerta, se dio cuenta

que había una estatua desaliñada pero a la vez con

una silueta misteriosa. Al acercarse vio asombrada

que estaba ataviada con una enorme espada, armas

LA BRUJILLA Y EL REY

y un gran escudo que descansaba en la base del

pedestal. Se apreciaba en el mismo un gran relieve

en forma de corazón y que de tan magnífica

escultura sobresalían las puntas de una hermosa

corona. No le hizo falta ni un segundo más,

comprendió que era un Rey…. el Rey de

Corazones.

Se sintió fascinada por tal estatua… y sin darse

cuenta se puso el sol, caía la tarde decidiendo

dormir al pie de la misma, -¡uf que cansada!- decía

la brujilla sentada, pensativa y apoyando su cabeza

intentaba escuchar. Eran los sonidos de los

habitantes del bosque, sus amigos que le

José Antonio López López

acompañaban en tan largo viaje, en un instante,

quedo inmersa en un precioso sueño.

LA BRUJILLA Y EL REY

Era ya noche cerrada, y en la mitad de su descanso

ocurrió algo… la tierra temblaba, el viento

arreciaba invadiéndola un enorme escalofrío,

estaba confundida […] -Pero ¿que pasa?- la estatua

de aquel maravilloso Rey estaba cobrando vida.

No se lo podía creer, ahora sí tenia miedo y estaba

asustada. Después de un pequeño silencio escuchó

-¿que te trae por aquí hermosa mujer?- le preguntó

el Rey… sigilosa y temblorosa le contesto que

venia de muy lejos con el objetivo de conocer

gente y comenzar una nueva vida. El Rey había

visto pasar a mucha gente durante muchos años

desde su pedestal, pero enseguida se dio cuenta

José Antonio López López

que era una persona especial, quedando

maravillado y atraído por tan bella y misteriosa

mujer.

En un descuido de la luna se iluminaron sus

hermosos ojos, el Rey le dijo: -Daría todo mi reino

por ver a la luz del día el color de tus ojos-, la

brujilla un poco atolondrada, saco fuerzas y sin

temblarle la mano dirigió su dedo derecho como

una flecha hacia la cabeza del Rey… -Tóc-. Con

un suave toque en el centro de su frente hizo que

se iluminara todo a su alrededor… el Rey quedó

perplejo al ver el color azul cielo de sus ojos, esa

mirada dulce y llena de misterio que veía por

LA BRUJILLA Y EL REY

primera vez. Embelesado y seducido pasaban los

minutos, ni el uno ni el otro bajaban la cabeza,

hasta que el Rey se dirigió a ella dejando en el aire

una palabra… -“Te quiero”-.

Bastaron solo unos momentos para que se

enamoraran, acercaron sus bocas y sellaron el más

maravilloso de los besos, ella cerro los ojos y

saboreo la pasión y la dulzura con la que el Rey la

besaba. Fue un beso tierno y largo… muy largo.

La brujilla poco a poco, abrió los ojos y dijo -

¿Qué pasa? Me he quedado dormida… ¡¡no por

Dios!! ¿que es esto?- y soltando unas lagrimas se

dio cuenta que todo había sido solo un sueño.

José Antonio López López

No se lo podía creer, era demasiado bonito para

que fuera verdad. La brujilla enfadada y con malos

modales recogió sus sacos y sus avatares y le

volvió la espalda a la estatua. Llena de rabia

empezó a caminar y alejarse de ella, caminaba,

caminaba pero no avanzaba, -¿que me pasa?-

decía, -me pellizcare por si es una pesadilla, no es

posible- decía. Algo le impedía alejarse de la

estatua, volvió la cabeza y se acerco muy despacio.

Al llegar al pedestal miro hacia arriba, y entre

lagrimas exclamó -¿que me estas haciendo? ¿Qué

me ocurre?-. Con sus pequeñas manos se seco las

lagrimas, -¿pero que hago? ¡si es solo una estatua!

LA BRUJILLA Y EL REY

¿Por qué le estoy hablando?-, pensativa y llena de

inseguridad se arrodilló apoyando su frente sobre

el frio granito. Confundida y enojada pensaba, que

le hubiese gustado que fuera verdad todo lo

soñado; parecía escuchar la voz del Rey, el sabor

de ese beso y todavía recordaba ese “Te quiero”

en el aire.

Suspiró profundamente… y sin darse cuenta

empezó a palpitarle deprisa el corazón, eran sus

poderes que estaban en marcha… -¡¡si soy

brujilla!!- se dijo -si puedo… si puedo-, cerró los

ojos con tal fuerza que la tierra tembló durante

unos segundos, y se hizo el silencio;

José Antonio López López

no se oía nada, ni siquiera el aire soplar por

encima de las copas de los árboles, ni el cantar de

los pájaros.

Fue abriendo sus preciosos ojos poco a poco, y

por arte de magia allí estaba el Rey plantado

delante de ella.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y sin

mediar palabra se fundieron en un eterno abrazo.

El Rey al despegarse de ella le dijo -¡acompáñame

a mi castillo!-. Cogida de su mano y casi sin tocar

sus pies en el suelo, como flotando, se acercaron a

la puerta del castillo.

LA BRUJILLA Y EL REY

No parecía la misma puerta, los hierbajos y la

maleza que la cubrían habían desaparecido, sus

pomos de leones brillaban como el oro […]

Sonaron las trompetas que anunciaban la entrada

del Rey, de pronto la puerta se abrió dejando ver

todas las maravillas que en su interior escondían.

José Antonio López López

Fascinada recorrían el corto trayecto del patio de

armas hasta llegar a una puerta enrejada. Al

cruzarla, se encontró en una sala con fascinantes

tapices y grandes escudos de armas; no eran

muchos pero si bien vestidos los sirvientes del Rey

que allí le aguardaban. Al llegar al salón del trono

unas damas amablemente le pidieron que les

acompañase, la llevaron hacia las partes mas

oscuras y mas intimas de la fortaleza, en ella

existían unos baños donde años atrás los árabes se

acicalaban y compartían sus experiencias en los

comercios del oro y sedas, con los vendedores que

venían de países lejanos.

LA BRUJILLA Y EL REY

Pocos sabían de este sitio en el castillo, lo presidia

un gran escudo de armas y unos antiguos arcos

árabes.

Estaba muy oscuro y solo una fila de velas

iluminaba el rostro de la hermosa brujilla. Ese

silencio y con solo esa luz, el sonido del agua en

José Antonio López López

los baños parecía relajar todos los sentidos, se

quito la túnica blanca con la que las criadas de la

corte la habían preparado, y desnuda se metió en

el agua transparente y cálida. La tranquilidad era

absoluta, cerro los ojos e inclino su cabeza hasta

cubrir sus oídos, envuelta en ese silencio y en esa

paz, pensó que había encontrado la felicidad.

LA BRUJILLA Y EL REY

La brujilla no se dio cuenta de que en la

oscuridad de los baños, en un rincón del agradable

aljibe se encontraba el Rey observándola,

admirado por tanta belleza veía como sus ojos

azules se reflejaban en el agua cristalina.

Mientras, la brujilla se bañaba y todo ocurría en

silencio, en un ambiente… mágico y sereno.

El Rey se aproximó lentamente sin dejar de

mirarla, el agua era tan transparente que dejaba ver

el cuerpo desnudo de tan bella mujer; la cogió de

la cintura y se acerco hasta sentir su piel, era

maravilloso, los dos enamorados se acariciaban

mientras se decían multitud de cosas con sólo

José Antonio López López

mirarse. El tiempo pasaba, hasta que los dos

comprendieron que llego el momento de salir del

agua, de la mano y sin apenas tocar las frías

baldosas se dirigieron hacia la alcoba del Rey.

Parecía sonar una música celestial y romántica,

venida de una habitación contigua, música de

arpas, cítaras y demás instrumentos de cuerda.

El Rey con una suave voz le dijo a la hermosa

brujilla, -¡acuéstate y relájate!-, ella desnuda y sin

ningún miedo pero temblorosa de amor, apoyó su

cabeza en la almohada y cerró sus ojos… el Rey le

decía que escuchara la dulce música y que sintiera

hasta el mas mínimo detalle. Él, sutilmente cogió

LA BRUJILLA Y EL REY

una hermosa rosa y comenzó a acariciarla por

todo su cuerpo, la brujilla en esos momentos solo

hubiese querido parar el tiempo.

De repente empezó a percibir una sensación

extraña, caían encima de su cuerpo dulces y suaves

cosas que no conseguía acertar que podían ser,

eran agradables y frías, ligeras y de buen olor… la

música dejó de sonar y cuando abrió los ojos vio

que le había cubierto todo su cuerpo desnudo de

preciosos pétalos de rosas. La brujilla estaba

maravillada no acertaba a comprender como todo

un Rey podía tener tan semejante sutileza; ella se

acerco a su boca y comenzó a besarlo, uno y otro

José Antonio López López

beso acompañado de las más suaves caricias que

se han escrito en la historia, siendo los

preliminares de la mas hermosas sensaciones,

hasta que abrieron las puertas del placer e hicieron

el amor.

Capitulo 3

La luz del comienzo del día iluminaba sus

cuerpos; al dar un rayo de sol en la cara de la

hermosa brujilla, esta despertó… miró a su

alrededor y se quedo pensando un momento,

dudó, pero vio que todo era verdad, que el Rey

LA BRUJILLA Y EL REY

todavía estaba dormido a su lado y que el destino

no le había jugado una mala pasada. Ella lo miraba

tiernamente, escuchando atenta su respiración.

Como una suave pluma dejaba sus dedos correr

por su cuello, al incorporarse de la cama, al lado

de su almohada había una preciosa rosa roja y un

pequeño pergamino con una cinta dorada, lo abrió

y vió que eran unas letras escritas por su amado

que decían…

José Antonio López López

“Un día vendrás y me preguntaras a quien quieres mas, si

a tu vida o a mi, yo te responderé ¡a mi vida!, agacharas la

cabeza y te iras sin saber, que mi vida eres Tu”

“Anónimo”

LA BRUJILLA Y EL REY

A menudo descubrían cosas nuevas y hacían que

cada día fuese distinto, el Rey estaba

tremendamente enamorado. Cada noche mientras

la brujilla dormía, éste la miraba y lloraba en

silencio sabiendo que nunca llegaría a ser suya,

había algo en su interior que lo martirizaba, existía

una terrible maldición legada de sus antepasados,

en la que los Reyes nunca podrían salir del castillo.

Aún así sentía tanto amor por la brujilla, que

decidió callar para no romper ese momento tan

maravilloso.

El Rey organizaba torneos, y hacia venir a su

reino a los mas famosos acróbatas, magos y

José Antonio López López

contorsionistas, e incluso gentes que escupían

fuego.

Le regalaba las mejores sedas, joyas centenarias y

perfumes de locura, y al acabar el día estaban

LA BRUJILLA Y EL REY

deseando quedarse a solas en la alcoba real. Cada

noche hacían el amor sin que decreciera la pasión

que sentían desde su primer encuentro, ella tenia

todo lo que una persona podía desear, y así

pasaron unos maravillosos días que sin duda

estaban siendo los mejores de su vida.

Un día la brujilla le dijo al Rey que quería salir al

bosque, que echaba de menos la naturaleza, el aire

fresco, el contacto con todos sus amigos los

animales que desde niña siempre le habían

acompañado, bañarse de nuevo en el rio, volver a

su casa y contar la suerte que había tenido o quizás

traerse a su hermana y a su madre para que

José Antonio López López

compartieran tanta felicidad. Su cara llena de

ilusión e inquietudes lo decía todo, el Rey la miró y

le preguntó -¿para que quieres salir si aquí tienes

todo lo que necesitas?, además desde la ventana de

la gran torre incluso puedes ver mas allá del

bosque-.

LA BRUJILLA Y EL REY

La brujilla no dijo nada, pero enseguida

comprendió que el día que salió de su casa quería

conocer gente, y encontrar la gran ciudad que una

vez su padre le contó.

En otro momento y sin pensarlo se dirigió al

Soberano, -esta bien, ¡¡quiero salir del castillo!! y

quiero que nos vayamos juntos a recorrer el

mundo-, el Rey por un momento calló… y al

mirarle a los ojos exclamó, -eres libre, puedes

marcharte amor mío si lo deseas, pero yo estoy

atado a una maldición y nunca podré salir de mi

fortaleza-, -¡¡pero si soy brujilla!! tengo poderes, y

debes confiar en mi-.

José Antonio López López

A la mañana siguiente los criados le habían

preparado en la puerta del castillo, todo lo que

pudiera necesitar; ropas, telas y algunas joyas de

los antepasados del reino. La hermosa brujilla bajo

las escaleras hasta la antesala de la puerta de la

mano del Rey, ella estaba decidida y totalmente

convencida, le decía -¡vamos… salgamos juntos!-.

De la mano cruzaron la puerta del castillo, solo

llevaban unos pasos cuando… como en aquella

ocasión la tierra volvió a temblar bajo sus pies

durante unos segundos. Sujetaba con todas sus

fuerzas a su Rey hasta que sus manos se soltaron y

un escalofrío la envolvió estrepitosamente.

LA BRUJILLA Y EL REY

Asustada agachó la cabeza y la escondió entre sus

rodillas, estaba perpleja, no sabia que estaba

pasando… pero al levantarse se dió cuenta que la

maldición de la que el Rey le habló, se había hecho

realidad; miro hacia el pedestal y vio que estaba

allí, su Rey de nuevo se había convertido en frio y

sucio granito. -¡Dios mío! que he hecho, amor

mío, ¿porque tiene que pasarme esto?- se abrazó al

pedestal y grito con todas sus fuerzas. -“Te

quiero…”- desde el interior de la roca se

escuchaba una voz que decía, -Brujilla, sigue sola

tu camino, encuentra tu príncipe que te haga feliz

de la manera que te mereces, que te lleve a esa

José Antonio López López

ciudad que tanto anhelas, pero nunca me olvides,

porque sabes que solo Tú puedes devolverme a la

vida. Cada vez que me necesites puedes venir a

verme y con solo desearlo me tendrás fuera de

esta fría roca… y recuerda siempre, que en esta

fortaleza que se encuentra detrás de nosotros,

nunca se ha escrito una historia de amor tan noble

y hermosa como la que hemos vivido-.

La brujilla alzo su boca y lo besó cerrando sus

ojos, al abrirlos vio como de la propia roca

brotaban lagrimas de amor eterno, pero nunca

lagrimas de despedida.

LA BRUJILLA Y EL REY

Se dio la vuelta y ando varios pasos… pero antes

quiso mirar de nuevo a su amado Rey.

Algo cambió en el pedestal centenario, había un

mensaje que decía…

TE QUIERO BRUJILLA

“SIEMPRE”.

FIN

José Antonio López López

Autor: José Antonio López López

JOSSE PELUQUERO A TI MUJER, DONDE QUIERA QUE ESTES.

LA BRUJILLA Y EL REY