la apariciÓn y el refuerzo del vÍnculo … · el trabajo ha permitido situar contextualmente las...

27
1 LA APARICIÓN Y EL REFUERZO DEL VÍNCULO RELIGIOSO: EL CASO DE LA INMIGRACIÓN RUMANA Y LA IGLESIA ORTODOXA Ángel Belzunegui Eraso. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona. [email protected]. Av. Catalunya, 43. $3002 Tarragona. Tel.977245068 (autor de correspondencia) Jorge de Andrés Cardona. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona. [email protected] Teo Mellen Vinagre. ESADE. Barcelona. [email protected] Resumen En la lógica de la teoría clásica de la secularización, parecería razonable pensar que los individuos irían dejando de lado progresivamente la religión a medida que se afianza su proceso migratorio. Sin embargo, algunos autores que han analizado la conexión entre los procesos migratorios y la experiencia religiosa de las personas que los protagonizan, han llegado a cuestionar esta tesis y han advertido de la necesidad de profundizar el estudio de las comunidades religiosas en contextos migratorios. En esta comunicación presentamos los primeros análisis de un trabajo cualitativo basado en entrevistas en profundidad a los párrocos de la Iglesia Ortodoxa Rumana en Cataluña y residentes en toda la comunidad autónoma. El trabajo ha permitido situar contextualmente las 14 iglesias repartidas en territorio catalán y descubrir la estructura de la Iglesia ortodoxa Rumana, la composición de su feligresía y la adscripción a la religión ortodoxa adoptando un enfoque en el que la religión aparece como oferente de recursos en un marco de incremento de pluralidad religiosa y de secularización. Palabras clave: Sociología de la religión; Migración; Iglesia Ortodoxa; Mercado religioso; Secularización.

Upload: donhi

Post on 13-Oct-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

1

LA APARICIÓN Y EL REFUERZO DEL VÍNCULO RELIGIOSO: EL CASO

DE LA INMIGRACIÓN RUMANA Y LA IGLESIA ORTODOXA

Ángel Belzunegui Eraso. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona.

[email protected]. Av. Catalunya, 43. $3002 Tarragona. Tel.977245068

(autor de correspondencia)

Jorge de Andrés Cardona. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona.

[email protected]

Teo Mellen Vinagre. ESADE. Barcelona. [email protected]

Resumen

En la lógica de la teoría clásica de la secularización, parecería razonable pensar que los

individuos irían dejando de lado progresivamente la religión a medida que se afianza su

proceso migratorio. Sin embargo, algunos autores que han analizado la conexión entre

los procesos migratorios y la experiencia religiosa de las personas que los protagonizan,

han llegado a cuestionar esta tesis y han advertido de la necesidad de profundizar el

estudio de las comunidades religiosas en contextos migratorios. En esta comunicación

presentamos los primeros análisis de un trabajo cualitativo basado en entrevistas en

profundidad a los párrocos de la Iglesia Ortodoxa Rumana en Cataluña y residentes en

toda la comunidad autónoma. El trabajo ha permitido situar contextualmente las 14

iglesias repartidas en territorio catalán y descubrir la estructura de la Iglesia ortodoxa

Rumana, la composición de su feligresía y la adscripción a la religión ortodoxa

adoptando un enfoque en el que la religión aparece como oferente de recursos en un

marco de incremento de pluralidad religiosa y de secularización.

Palabras clave: Sociología de la religión; Migración; Iglesia Ortodoxa; Mercado

religioso; Secularización.

2

1. Introducción

La creación de las distintas iglesias ortodoxas a nivel internacional está muy relacionada

con los procesos nacionalistas producidos a lo largo del siglo XIX. La autocefalia de las

distintas iglesias ortodoxas, entre ella la iglesia rumana, se inscribe dentro de esta

dinámica. La Iglesia Ortodoxa Rumana (IOR) consiguió en 1885 el reconocimiento del

patriarca ecuménico. Este reconocimiento comportó el abandono del eslavo como idioma

de culto y su substitución por el rumano (Rodríguez González, 2015). En 1925 se creó el

Patriarcado Ortodoxo Rumano del que dependen en la actualidad los centros de culto

implantados en Cataluña.

Las relaciones entre el régimen comunista y la IOR atravesaron vicisitudes de todo tipo a

lo largo de la segunda mitad del siglo XX. La caída del régimen comunista y la llegada de

la democracia abrieron nuevas perspectivas para la IOR (Stan y Turcescu, 2000). Binns

(2009) ha estudiado la expansión de la religión ortodoxa en Rumanía destacando el

incremento de creyentes, la apertura de nuevos monasterios y el crecimiento también del

número de monjes y sacerdotes. En la actualidad puede considerarse que la IOR es un

importante actor de la dinámica social y cultural de Rumanía (Hosu y Frunza, 2013).

Este fenómeno no es específico de Rumanía, sino que se puede observar también en otros

países ex-comunistas en los que las diferentes religiones ortodoxas han jugado un papel

muy activo como elementos cohesionadores y de refuerzo de las identidades culturales y

nacionales. Se puede hablar de un proceso de resocialización de la población de los

antiguos países del este europeo, basado ahora en los principios de la comunión entre

nación y religión (Tarţa, 2012). La religión ortodoxa autocéfala ha estado en disposición

de representar este papel (re)identitario y nacionalizador en cada país, profundizando las

idiosincrasias tanto culturales como las especificidades de la práctica ortodoxa de cada

iglesia. Ejemplo de ellos son la Iglesia Ortodoxa Rusa, la Iglesia Ortodoxa Búlgara o la

Iglesia Ortodoxa Serbia, entre algunos de los casos más destacados en los países de

Europa del este. Todas estas iglesias tienen presencia en Cataluña, junto a la IOR. De

entre las comunidades ortodoxas en Cataluña, la más numerosa y activa es esta última,

hecho que nos ha llevado a plantear su estudio. En concreto, en Cataluña hay 14 centros

de culto de la IOR distribuidos en las localidades de Tarragona, Reus, Vilanova i La

3

Geltrú, Barcelona, Lleida, Girona, Solsona, Manresa, Guissona, Amposta, Tortosa,

Gandesa, Arbúcies y Figueres.

El estudio1 tiene dos enfoques que implican la combinación de distintas técnicas de

recogida de información. El primer enfoque es claramente descriptivo y pretende conocer

algunos aspectos de la composición y organización de la IOR. El segundo enfoque tiene

un carácter más analítico y se dirige a conocer la estructura de relaciones de las

comunidades de creyentes ortodoxos rumanos en Cataluña. En esta comunicación

abordamos aspectos relacionados con el primer enfoque más descriptivo y apuntamos

algunas líneas interpretativas correspondientes al segundo enfoque.

La investigación contiene una hipótesis general que conecta la adscripción religiosa de los

individuos con la oferta de recursos que realizan las confesiones religiosas. Entendemos

que la adscripción a una confesión religiosa y la participación frecuente en la liturgia y en

los actos que organiza, están relacionados con los recursos que están en disposición de

ofrecer dicha confesión. De tal manera que cuanto más específicos son los recursos que

la religión ofrece, mayor probabilidad de desarrollar el vínculo religioso a la misma.

Derivada de esta hipótesis, la intensidad de la adscripción religiosa por parte de la

feligresía estará en función de la fuerza cohesionadora de la Iglesia y de su papel

protector. Cabe decir que los recursos de los que hablamos no son exclusivamente bienes

y/o servicios materiales, sino que se trata también de bienes relacionales y emocionales

que sirven para mejorar el encaje de las personas en la nueva sociedad de acogida, ya que

en este caso estamos hablando fundamentalmente de la expansión de una religión en un

contexto migratorio.

La formulación de estas hipótesis no cierra la posibilidad de descubrir otras dinámicas que

tengan que ver con la adscripción. Tampoco son la única explicación a la adscripción

religiosa, pero a efectos del estudio que hemos planteado se trata de una hipótesis que nos

interesa contrastar y que explicaría, en parte, la formación de comunidades de creyentes

en contextos de inmigración.

Tras esta introducción, en el siguiente apartado proponemos un marco conceptual y

teórico que dirige el estudio de la IOR. Posteriormente mostramos algunos indicadores

que reflejan la importancia de la religión en la sociedad catalana, para entender mejor el

1 Esta investigación ha sido financiada por la Dirección General de Asuntos Religiosos del Gobierno de

Cataluña en la convocatòria pública de 2015.

4

contexto en el que implanta la IOR. A continuación abordamos algunos aspectos de las

entrevistas realizadas a sacerdotes que tienen que ver con el vínculo religioso. Por último,

planteamos los límites de la investigación y algunas sugerencias para profundizar en

análisis del vínculo religioso.

2. Pluralismo religioso y diversidad: la apertura del mercado religioso

El estudio de la apertura del campo religioso, la manera de entenderlo y de analizarlo,

plantea retos interesantes cuando se trata de contextos en los que históricamente se ha

dado una situación de “monocultivo religioso”. Es el caso de España y de Cataluña,

aunque la preponderancia de la religión católica y su exposición pública y política no

dejaran ver otras realidades religiosas que se daban de facto y que han sido ignoradas,

cuando no perseguidas, en determinadas épocas de la historia de nuestro país. De aquí

que las nuevas confesiones religiosas en Cataluña conecten con dos fenómenos

simultáneos, a saber: 1) el creciente pluralismo religioso en contextos de secularización

(Estruch, 1996), y 2) los procesos migratorios que aumentan la diversidad social y

religiosa (Martínez-Ariño et al. 2012).

Siguiendo a Bourdieu y Wacquant (1994), entendemos por campo religioso un conjunto

de elementos que incluyen a) los actores que operan dentro del campo, b) las relaciones

que se establecen entre dichos actores, c) las estructuras institucionales que forman y d)

las relaciones de los actores propios del campo y de sus estructuras e instituciones con el

resto de la sociedad. El campo religioso puede ser más o menos plural en función de

determinadas constricciones como por ejemplo las disposiciones legales que lo afectan.

En este sentido, parece contrastarse que cuantas menos restricciones legales e

institucionales se presentan al ejercicio de la libertad religiosa, más amplio es el campo

religioso (Beltrán 2010; Hamui, 2006).

Una mirada atenta a las transformaciones del campo religioso pone de manifiesto que la

sociedad catalana viene experimentando cambios en su campo que podríamos sintetizar

con las siguientes características (Belzunegui, 2015): 1) La aconfesionalidad de las

instituciones, hecho que facilita el desarrollo de las actividades de un mayor número de

confesiones religiosas (Casanova, 2004); 2) El aumento de la competencia en el mercado

religioso; 3) La diversificación interna del catolicismo que con la pérdida de hegemonía

social y política, ha optado por dar un mayor protagonismo a los movimientos religiosos

5

internos; 4) los procesos de secularización de las instituciones políticas y sociales y el

impacto de la secularización en una parte de la sociedad con mayor formación y en

entornos urbanos que nos permiten hablar de una “religiosidad difusa” (Leege, 1993;

Leege y Kellstedt, 1993); 5) La pérdida paulatina de la hegemonía religiosa del

catolicismo y en consecuencia de su influencia social y política.

Todos estos factores muestran cambios de tendencias que vienen de lejos. El proceso de

secularización en Cataluña no empieza con la llegada de la democracia, a partir de 1976-

1978, o el llamado proceso de transición política, sino que se origina mucho antes, en el

siglo XIX, con las dinámicas sociales impulsadas por el desarrollo industrial, la

modernidad técnica y el proceso de urbanización. Es un proceso que se puede observar

también en otros lugares de Europa que han experimentado procesos económicos y

sociales parecidos. En el contexto español, la secularización en Cataluña ha sido más

gradual y con una mayor profundidad. Más gradual porque, como ya hemos dicho, se

origina antes que en otros territorios con desarrollos económicos y urbanos más tardíos.

Más profundo si atendemos a los indicadores de religiosidad de la población catalana

respecto a los mismos indicadores en otros territorios. El caso catalán parece encajar con

los aspectos más generales de la teoría clásica de la secularización, como por ejemplo la

menor importancia que tiene la religión en la vida cotidiana de las personas y con la

separación de las instituciones respecto de la religión.

La libertad de culto garantizada constitucionalmente a partir de 1978 impulsó el

pluralismo religioso tanto en España como en Cataluña, hecho que supuso también hacer

visible la presencia de otros cultos diferentes al católico. En la actualidad, una buena

parte de este pluralismo religioso es debido a la afluencia de inmigración a partir de

finales de la década de los años 90 del siglo pasado. Las religiones que se han visto

reforzadas por la inmigración han sido el islam, el pentecostalismo y la ortodoxia

cristiana.

Son muchos los estudios que han puesto de manifiesto la necesidad de un contexto

pluralista de competición para superar los monopolios religiosos tutelados

institucionalmente. De tal manera que cuánto mayor pluralidad religiosa, mayor pérdida

de hegemonía religiosa por parte de una sola confesión (Kurtz, 2011; Iannacone, 1997,

1992, 1991; Stark, 2009; Peña y Sánchez, 2005) y, en consecuencia, las instituciones

suelen permanecer más neutrales frente a la tentación de arrogarse un tipo de

representación religiosa.

6

Autores como Stark (1999) rebaten la idea de la secularización a nivel individual,

alegando el resurgir de comunidades de creyentes más implicadas. Berger (2004) afirma

que el mundo está actualmente atravesando un periodo de des-secularización. En

determinados contextos sociales, entre los que pueden encontrarse los individuos en su

proceso migratorio, podemos asistir a un resurgir de específicas comunidades de

creyentes. En Cataluña esta sería la realidad para el caso de estudio que presentamos, la

IOR. A efectos comparativos Belzunegui (2015) propone el concepto de secularización

difusa para el caso de Cataluña en un contexto de modernidad individualista. La

modernidad individualista se basa fundamentalmente en el papel relevante del individuo

como protagonista de la acción social. La secularización difusa hace referencia a un tipo

de secularización que se mezcla con una presencia religiosa que se integra en algunos

aspectos de las formas sociales e incluso institucionales.

Los más recientes estudios en sociología de la religión sugieren que la competición

religiosa normalmente implica un fortalecimiento de la actividad religiosa y el

crecimiento del número de adeptos (Wilcox y Wald, 2008; Ediger, 2005). Cuanto más

abierto es el mercado religioso, es decir, cuanto menos regulado por parte del Estado,

mayor intensidad en la práctica religiosa y mayor número de confesiones en competencia

(Pena y Sánchez, 2005; Stark y Iannaccone, 1992). Según las teorías económicas de la

religión, la variable que modifica el compromiso religioso es la oferta y la actividad de

las organizaciones religiosas, puesto que las necesidades y las preferencias de los

individuos son las que van variando. Por lo tanto, no puede haber una única empresa

religiosa para satisfacer tanta diversidad individual y se hace necesaria la pluralidad

religiosa y la diversidad de organizaciones.

Desde este punto de vista se debe centrar la atención en el comportamiento de las

“empresas religiosas” y no tanto en los “consumidores religiosos” (es decir, un enfoque

más de oferta que de demanda). La pregunta pertinente es, entonces, ¿en qué condiciones

se crea una demanda por parte de nuevos grupos religiosos? Una revisión de la literatura,

nos conduce a concluir que para la formación de un nuevo mercado religioso lo más

importante es, 1) que haya diversidad de alternativas, pero sobre todo 2) que estas

alternativas se adapten a las necesidades de los potenciales creyentes (nuevamente el

enfoque de la oferta). En cualquier caso, no existen modelos de monopolio puros ni de

libre competencia en el ámbito religioso, por lo que aquello verdaderamente determinante

7

no es tanto la pluralidad cuanto la no interferencia del Estado en el campo religioso

(Iannaccone, 1991).

En Cataluña, el mercado religioso se ha abierto como resultado del incremento de la

competencia y de los procesos migratorios. No existe pluralidad si no hay oferta, y en

nuestro caso la oferta ha ido incrementándose a medida que se han ido produciendo

fenómenos como la importante llegada de población inmigrada en tres oleadas

consecutivas. La primera oleada fue la llegada de población marroquí y subsahariana, a

finales de la década de los años noventa del siglo pasado. Esta oleada inmigratoria trajo

un incremento importante de la presencia del islam. La segunda oleada se produjo

durante la primera mitad de la década del siglo XXI y tuvo como protagonista la

población procedente de varios países latinoamericanos, particularmente de la región

andina, entre la que destacaron las personas de fe católica y de diversas denominaciones

evangélicas. Y la tercera oleada, que se sitúa a partir de 2005, procede de los países

europeos excomunistas, especialmente Rumanía, que han situado el cristianismo

ortodoxo en el mapa religioso catalán.

Este fenómeno de incremento del pluralismo religioso aporta más complejidad al campo

religioso (Gómez-Quintero, 2000; 2004), sobre todo en cuanto a las relacionas que se

establecen entre los actores religiosos (las iglesias, fundamentalmente) y las relaciones de

estos nuevos actores con el resto de la sociedad. Una sociedad, como la nuestra, que

venía de un elevado grado de monopolio religioso, se tiene que enfrentar en la actualidad

a retos de mucha envergadura en relación a la gestión de la diversidad religiosa. La

mayoría de los retos que plantea el pluralismo religioso están alrededor del papel que

tienen que jugar hoy las religiones en la esfera pública (escuela, calle, lugares de culto,

relacionas con las administraciones, hospitales...) (Fons, Luque y Forteza, 2013).

Paradójicamente, la mayor amplitud del campo religioso y, en consecuencia, un mercado

religioso más plural, vuelve a poner en el centro del debate social el papel de la religión.

Lejos de arrinconarse, la religión se reaviva como a elemento de debate.

8

3. La IOR en Cataluña y las características de la práctica religiosa de los ortodoxos

rumanos en Catalunya

Como ya hemos señalado previamente, en Cataluña hay en la actualidad 14 lugares de

culto pertenecientes a la IOR, todos bajo la tutela del Patriarcado de Rumanía.

Las principales características de la práctica religiosa de los ortodoxos rumanos en

Cataluña no pueden entenderse sin hacer referencia explícita a los procesos de

inmigración que los acompañan. Principalmente son los creyentes de origen rumano

quienes mayoritariamente pertenecen y asisten a las iglesias, pese a que también se

encuentran minorías ortodoxas de otros países y también, aunque en mucha menor

medida, son muchas las comunidades que cuentan con un buen número de catalanes

conversos (Estruch, J. et al, 2004). En Cataluña, y también en el conjunto de España, la

membresía ortodoxa tiene prácticamente el mismo origen que la denominación nacional

de cada una de las Iglesias (Cazarin, 2012).

La IOR en Cataluña surge, pues, como necesidad de dar respuesta a las demandas y

necesidades de la comunidad rumana. Estas necesidades experimentaron un gran

crecimiento cuantitativo a partir del 1 de enero de 2007, fecha en la que Rumanía entró a

formar parte de la Unión Europea, en paralelo al importante aumento de nacionales

establecidos en territorio catalán.

Si bien la mayoría de los inmigrantes rumanos son de religión ortodoxa, muchos de ellos

son poco o nada practicantes (Pajares, M., 2007). En cualquier caso, de lo que no hay

duda es del destacado crecimiento de la implantación ortodoxa que presentan las iglesias

vinculadas al Patriarcado de Rumanía. Así, por ejemplo, si en 1980 se registra la Iglesia

Santísima Virgen María de Madrid, que durante más de veinte años es el único centro de

la IOR en España, con el cambio de milenio se incrementa su número de tal forma que en

el año 2015 son más de cien el número de centros de culto que la Iglesia Ortodoxa tiene

en España (Díez de Velasco, 2015).

Esta presencia de comunidades e iglesias ortodoxas rumanas en Cataluña no se

corresponde de modo equivalente al impacto e importancia que tienen en un escenario

global (Díez de Velasco, 2015). Así, por ejemplo, si en la actualidad la Iglesia Ortodoxa

Rusa es la más numerosa en el mundo, en Cataluña su impacto se ve muy superado por el

papel local que juega la IOR, circunstancia que se explica por la transcendencia de la

9

inmigración rumana en Cataluña. Con Martínez-Ariño et al. (2012:126) diremos que “la

relación entre inmigración y diversidad religiosa se refleja en el aumento del número de

centros de culto de las diferentes tradiciones religiosas y en la pauta de distribución que

siguen éstos”.

3.1. Rumanos ortodoxos y sus procesos migratorios.

Que inmigración y religión van de la mano queda demostrado, tal y como sostiene

Stepick (2006), con numerosos estudios que ponen de manifiesto la importancia crucial

que adquiere la religión en los procesos migratorios. Pese a ello, muchos investigadores

sociales y especialistas en inmigración no han tenido suficiente en cuenta esta

importancia (Levitt y Jaworsky, 2007). Sostienen Cadge y Ecklund (2007) que hasta la

década de 1990 son relativamente pocos los sociólogos que abordaban la cuestión de la

importancia de las creencias religiosas, prácticas e iglesias en las vidas de los

inmigrantes, con algunas excepciones importantes como la de Haddad y Lummis (1987),

Kim (1981) o Shin y Park (1988). A partir de la década de los 90 diferentes sociólogos de

la religión comenzaron a realizar investigaciones sobre la vida religiosa de los

inmigrantes, principalmente a través del análisis de los patrones de migración de base

religiosa en los Estados Unidos y en el estudio de las diferentes confesiones y

comunidades en las que los inmigrantes se reúnen (Warner y Wittner, 1998).

Sin embargo, no hay que considerar que los flujos migratorios implican una translación

automática de la práctica y de la experiencia religiosa en el país de destino, de la misma

manera que se llevaba a cabo en el lugar de origen (Furseth y Repstad, 2006). No se trata

de una reproducción mimética, sino que se produce generalmente una transformación en

las múltiples dimensiones de esta experiencia: su expresión, la práctica, el tipo de

afiliación e incluso el tipo de organización comunitaria que se lleva a cabo (Davie, 2006).

En consecuencia, si migrar no significa necesariamente abandonar la religión de origen,

tampoco implica su reproducción mimética en el nuevo país. Más bien, en esta nueva

situación la religión adquiere un nuevo papel como el de conservar rasgos identitarios que

vinculan a los migrantes con su país y sus raíces culturales. Y no sólo porque la mayoría

de las ceremonias que se realizan sean en la lengua de origen (rumano), sino también

porque suponen un mecanismo de socialización para las segundas generaciones: “La

religión justamente juega el papel de territorio familiar en el que el lugar de culto es

10

también en alguna medida parte de la patria abandonada y en ocasiones bastante

añorada.” (Díez de Velasco, 2015:41).

Los centros de culto, pues, en el caso de la inmigración no sólo tienen la función de ser el

espacio privilegiado para la oración y las prácticas litúrgicas, sino que juegan también

una importante tarea en la preservación de las identidades nacionales y culturales,

favorece su integración y facilita la socialización de las segundas generaciones: “El

centro de culto deviene el lugar donde se socializa a las llamadas segundas generaciones

en cuestiones religiosas pero también lingüísticas y culturales”. (Ariño et alt., 2012:124).

En el caso de los ortodoxos rumanos en Cataluña se puede comprobar cómo a través del

conocimiento de las actividades que se desarrollan en las diferentes parroquias, y el modo

en que estas se realizan, se constata cómo estos lugares suponen un espacio en el que los

asistentes renuevan sus lazos identitarios con un país y una comunidad cultural que

tuvieron que abandonar para mejorar sus condiciones económicas, un país y una cultura

de la que se sienten integrantes y cuya pertenencia no quieren olvidar (Díez de Velasco,

2015).

Esta vinculación identitaria con los centros de culto queda reforzada por el hecho

constatado de que los procesos migratorios rumanos en Cataluña se producen a través de

una red social que para Pajares (2007) es de pocos nodos o de una red social muy

debilitada que queda reducida a familiares y a amigos más cercanos, con lo que se

produce un mayor sentimiento de aislamiento social y cultural en la persona inmigrante.

Estas características de su red social se ponen también en evidencia por el hecho de que

los rumanos que están viniendo a España son de todas partes de Rumania; así como

también por el hecho de que, una vez aquí, se distribuyen por toda la geografía española.

3.2. Características de la religiosidad de los ortodoxos rumanos en Cataluña.

Las iglesias ortodoxas rumanas en la diáspora, como sucede con otras iglesias integradas

por personas inmigrantes que se encuentras alejados de sus países de origen, sufren

algunos cambios en las formas de organización, las corrientes doctrinales y/o el grado de

adhesión a la ortodoxia litúrgica en la medida en que estas comunidades de inmigrantes

contextualizan y adaptan la vivencia y la práctica religiosa al entorno de la sociedad

receptora (Martínez-Ariño et al, 2012).

11

Así, por ejemplo, una de las primeras dificultades consiste en encontrar un lugar para

llevar a cabo las prácticas religiosas de la comunidad. Para solventar esta dificultad la

IOR ha contado con el apoyo y estrecha colaboración de la Iglesia Católica, puesto que,

al igual que en otros lugares de España (Mozota, 2013), esta última ha cedido templos y

ermitas para que determinados días y horarios fueran empleados por los ortodoxos para

sus prácticas litúrgicas. Así, por ejemplo, hasta que la comunidad ortodoxa en Barcelona

no dispuso de un templo propio que se inauguró a finales del 2014, el lugar de encuentro

habitual de los ortodoxos rumanos habían sido unos locales cedidos por la parroquia de

Sant Ferran, cerca de la Plaza de España.

La colaboración entre la Iglesia Católica y la IOR se debe en buena parte a que

comparten credo y sacramentos y reconocen la sucesión apostólica de los obispos, y a que

entre ellas no hay una competición que pueda acabar en conversiones de fieles de una

hacia otra. La colaboración entre ambas confesiones queda demostrada con los

matrimonios mixtos y el proceder de la IOR al respecto. La IOR no pone ningún

obstáculo para que se lleve a cabo estas uniones y se respetan los credos de ambos

cónyuges. En su mayoría prevalecen los matrimonios donde el hombre es español y la

mujer rumana, si bien ha habido españoles que, para contraer matrimonio, se han

convertido al rito ortodoxo rumano (Mozota, 2013).

También y en la medida en que no todos los ortodoxos disponen de un templo propio, en

la mayoría de iglesias ortodoxas rumanas se prestan servicios religiosos a todos los

ortodoxos con independencia de su patriarcado de pertenencia. Las dificultades

económicas y la movilidad laboral de los inmigrantes impiden asentar diferentes iglesias

ortodoxas de todos los patriarcados en todo el territorio (Buades y Fernández, 2007).

Finalmente, convendría destacar que las principales fiestas en torno a las cuales se

congregan los fieles rumanos son la del titular de cada parroquia, la del primero de

diciembre (fiesta nacional de Rumanía) y el ciclo litúrgico cristiano que queda

constituido por la Pascua, el Domingo de Pentecostés, el Bautismo del Señor o las fiestas

de la Virgen.

Las principales dificultades con las que se encuentran las comunidades ortodoxas

rumanas para llevar a cabo sus celebraciones están relacionadas con la exigencia de dar

procesionalmente la vuelta a la iglesia, especialmente cuando existen impedimentos

arquitectónicos para realizarlo al estar ubicada la parroquia en un local comercial o en

12

una manzana bastante extensa. Sin embargo, y de forma general, podría decirse que los

problemas que afirman tener proceden de la necesidad de consolidar su identidad y

tradición cultural y religiosa en la sociedad española (Buades y Fernández, 2007).

A modo de síntesis podría decirse que la relación de los ortodoxos rumanos con sus

iglesias se produce, en consecuencia, por una diversidad de motivaciones, que incluye las

de apoyo religioso y espiritual, pero también las de carácter cultural y las necesidades de

proporcionarse diferentes formas de apoyo mutuo. Sin embargo, no podemos avanzar

cifras de asistencia ni de práctica religiosa extraídas de las propias comunidades ya que

no existe censo ni registro alguno que así lo permita. Las entrevistas a los sacerdotes

muestran las percepciones que ellos tienen sobre la asiduidad de la feligresía pero no

aportan datos sustantivos al respecto.

4. La aparición y el refuerzo del vínculo religioso durante el proceso migratorio

Según la lógica de la teoría clásica de la secularización, parecería razonable pensar que

los individuos irían abandonando progresivamente la religión a medida que se afianzara

su proceso migratorio, o dicho de otra manera, cuánto más tiempo de residencia en el país

europeo, menor importancia de la religión en la configuración de la vida de la persona.

Aun así, algunos autores que han analizado la conexión entre los procesos migratorios y

la experiencia religiosa de las personas que los protagonizan, han llegado a matizar y a

concluir tendencias opuestas a esta visión tan lineal de la secularización, determinando

que lejos de desaparecer, la religión se fortalece en la experiencia migratoria de las

personas (Ebaugh y Chaftez, 2000; Kim y Kim, 2001; Warner y Wittner, 1998; Menjívar,

2003). Por tanto, algunas evidencias empíricas, como las derivadas del estudio de las

comunidades de creyentes rumanos en Cataluña, nos llevan a señalar la existencia de una

especie de renacimiento de la religión entre los inmigrantes. En algunos casos hablamos

de la aparición del vínculo religioso, cuando las personas no se consideraban creyentes

previamente; en otros casos, hablamos de refuerzo del vínculo religioso, cuando las

personas manifiestan no haber mantenido práctica religiosa aunque se consideren

cristianas.

13

El estudio de las comunidades religiosas en contextos migratorios nos advierte del hecho

diferencial de la vivencia y desarrollo de la religión en el lugar de acogida respecto a la

práctica y vivencia religiosa en el lugar de origen. En el estudio sobre las comunidades

religiosas inmigradas en los Estados Unidos, Yang y Ebaugh (2001) observaron la

manera en que las comunidades han redefinido los límites de los rituales, la organización

y la cultura religiosa para adaptarse a la sociedad de acogida y para ampliar su base social

a personas procedentes otras nacionalidades y etnias. Además añaden que este

comportamiento social no es específico de un proceso de “americanización”, sino que se

puede observar en otros países con mayor o menor intensidad.

Otros estudios han reforzado la tesis de la especificidad religiosa en contexto migratorio,

como por ejemplo el llevado a cabo por Wang y Yang (2006) en el que a través de

entrevistas en profundidad en dos comunidades diferentes de estudiantes chinos en

universidades norteamericanas, observaron cómo los contextos culturales y sociales del

país de origen (en este caso China) prevalecen en los relatos de la conversión y de la

opción por distintas iglesias cristianas. En general, son numerosos los estudios sobre el

papel que juegan las diferentes confesiones en la prestación de servicios formales e

informales que ofrecen a los inmigrantes en su proceso de adaptación, como por ejemplo

Bankston y Zhou (1996), Cadge y Ecklund (2006), Ebaugh y Chafetz (2000), Hurh y

Kim (1990) o Min (1992).

Los lugares de culto de la iglesia ortodoxa rumana adquieren de esta forma una nueva

función más allá de la estrictamente religiosa, puesto que pone en contacto a las personas

inmigradas que sirve, como se ha visto, para facilitar sus procesos de asimilación y

aculturación2. Sin embargo, a esta función de las iglesias ortodoxas relacionadas con la

identidad cultural se añaden otras relacionadas con la ayuda mutua, puesto que en estos

lugares de culto también se facilitan contactos, dinero, acogida en destino, acceso al

trabajo, etc. Así, por ejemplo, puede observarse cómo a las puertas de las iglesias, durante

toda la mañana de los domingos, hay grupos de rumanos charlando e intercambiando

información sobre el alquiler de habitaciones, los contactos para el empleo, etc. También

en algunas iglesias, como por ejemplo la de Barcelona, hay un tablón de anuncios en el

2 El estudio de los procesos de asimilación y aculturación puede encontrarse en los ya clásicos estudios de

la sociología de la religión norteamericana en los cuales se explica cuál es la importancia de los centros

de culto para reforzar la identidad cultural de los inmigrantes y su relación con la cultura de los países de

acogida. Entre estos estudios pueden citarse los de Barton, 1975; Janowitz, 1966; Kayal, 1973; Mol,

1961, 1971; Russo, 1969 o Tomasi, 1970.

14

que se exhiben textos escritos a mano y en rumano ofreciendo y demandando servicios

(Pajares, 2007).

Para analizar con una mayor amplitud el fenómeno del refuerzo religioso tenemos que

abordar el estudio del contexto del proceso migratorio en sí mismo, en especial:

a) la oportunidad de acceso a recursos como, por ejemplo, la vivienda, el trabajo o el

apoyo a la socialización de los jóvenes; b) la existencia o no de comunidades nacionales

instaladas en el territorio y su papel de mediación entre la sociedad de acogida y la

persona migrante; y c) las relacionas de la comunidad religiosa con la sociedad civil y con

las instituciones.

De cada uno de estos tres ámbitos de estudio podemos extraer algunas conclusiones

derivadas de las entrevistas realizadas:

a) Respeto a la oportunidad de acceso a los recursos (fundamentalmente vivienda y

trabajo) por parte de las personas inmigradas.

- Cuánto mayores son las posibilidades de acceso al trabajo, las personas recurren en

menor medida a entidades mediadoras, entre las que destacan las parroquias. Este

comportamiento está estrechamente relacionado con la apertura del mercado de trabajo o,

si se prefiere, con la mayor o menor segmentación del mismo. A los mercados de trabajo

fuertemente segmentados, les corresponde una mayor necesidad de recurrir a entidades

mediadoras para garantizar la entrada y, en su caso, el acceso a otros segmentos del

mercado de trabajo. En este sentido, el sacerdote y las personas más vinculadas a él,

juegan un papel muy relevante en la orientación laboral y en la investigación de

oportunidades de trabajo.

- El acceso a una zona residencial y, por tanto a la vivienda, a menudo está mediado por

los contactos de otros nacionales ya instalados. El sacerdote actúa también como buscador

y orientador a la hora de instalarse.

El vínculo religioso queda reforzado por la capacidad de la parroquia no sólo de atender

las necesidades espirituales y cultuales sino también por proporcionar información,

recursos y ayuda a los fieles de su comunidad. La iglesia se convierte en un centro en el

que se comparten experiencias e información sobre posibles oportunidades laborales,

15

recomendaciones o establecimiento de futuros contactos que pueden resultar provechosos.

En cuanto a facilitar ayuda y recursos, los sacerdotes de la IOR admiten que les resulta

muy difícil poder competir con la masiva oferta que pueden llegar a hacer otras religiones

como pueden ser las llamadas “neoprotestantes”. Alguno de los religiosos entrevistados

está convencido que las conversiones al protestantismo pentecostal se debe

principalmente a que “se van porque éstos tienen posibilidades de ayudarles

materialmente y le han ofrecido puestos de trabajo. Espacialmente estos lo tienen muy

bien. (...) Le parece más fascinante que se cantan, instrumentos no sé qué, más modernos

y que le gusta más a ellos, pero más de todo, más de todo es la apoyo material”.

Partiendo de la base de que los recursos de la parroquia suelen ser limitados, éstos se

entregan o reparten entre los fieles de una forma sincera pero limitada. Se trata sobre todo

de ayudas para personas que han sufrido algún tipo de desgracia personal y no pueden

pagar los costes de un viaje o en los casos de una defunción, la parroquia puede llegar a

hacerse cargo del traslado de los restos del difunto a su localidad natal en Rumanía. Estas

ayudas no son infrecuentes pues “Cosas de estas. Esto lo hacemos habitual. No hay

semana sin cosas de estas. No de difuntos... pero de ayudar. Cada semana”. También

debemos destacar que en caso de catástrofes naturales en Rumanía las parroquias pueden

llegar a hacer aportaciones en dinero y especie para los damnificados. Lógicamente esto

incrementa la confianza y la voluntad de los fieles en permanecer y participar en la

comunidad religiosa. Todo parroquiano sabe que puede contar con la ayuda de la iglesia

en cualquier momento y, aparte de reforzar su lealtad hacia ella también le da la seguridad

de que disfrutará de estos pequeños pero importantes beneficios (especialmente cuando

uno está tan lejos de su patria natal) a diferencia de aquellos rumanos que no pertenecen a

la comunidad. Muchos de los inmigrantes rumanos, que se habían planteado una estancia

más o menos breve, han acabado por establecerse de forma permanente y llevan ya mucho

tiempo en Cataluña. Uno de los sacerdotes entrevistados declaraba respecto a esto que:

“Porque cuando han venido aquí, siempre nos cuentan “Hemos pensado ir a España

para dos o cinco años...” y ya llevan 15”. Esto ha provocado que los hijos nacidos en

nuestro país acaben perdiendo parte de su cultura rumana y las familias se planteen el

regreso a Rumanía como algo casi utópico. Esto sucede incluso dentro de las familias de

los propios religiosos que se enfrentan al mismo dilema del posible fracaso escolar de sus

vástagos adolescentes y nos explican que “Para unos, ahora es difícil de...como para mí.

¿Qué hago si volvemos mañana a Rumanía sin bachillerato? Nunca lo va a conseguir en

16

Rumanía, porque nunca ha hecho ni un día de escuela todo esta. El habla más catalán

que castellano. Más que yo”.

b) Respecto a la existencia o no de comunidades nacionales instaladas en el territorio y el

papel que estas comunidades juegan en el proceso migratorio individual.

- Cuánto más tiempo llevan instaladas las comunidades en el territorio y cuanto más

definidas están, mayor probabilidad de refuerzo del vínculo religioso. La antigüedad de la

presencia migratoria y la formación de comunidades como consecuencia de la antigüedad

son factores que afectan la mayor o menor definición de las comunidades. Para que exista

una comunidad de feligreses estable es necesario –aunque no imprescindible– una

determinada densidad de contactos que tiene como consecuencia aquella mayor

definición. Nos encontramos que, para el caso del estudio que nos ocupa, las comunidades

vienen mayormente definidas por el hecho de compartir diferentes tipos de recursos entre

los que juegan un importante papel los de tipo identitario, emocional y espiritual, que sin

duda contribuyen al bienestar individual y a aumentar el grado de cohesión social. En esta

situación de intercambio de recursos, la Iglesia y la comunidad de feligreses tienen un

papel relevante, hecho que contribuye a que personas no practicantes en el lugar de origen

o incluso que se definían como no religiosas, aparecen ahora como protagonistas del

vínculo religioso.

El mantenimiento de la tradición es una constante repetida tanto por sacerdotes como por

los fieles con los que hemos podido contactar. De esta forma tan clara lo expresó uno de

nuestro entrevistados “Cuando marchas de casa y pasas por la Iglesia te sientes como en

tu país. La tradición jamás se olvida”. Llega a ser esto tan importante para ellos que

incluso individuos que en origen eran poco dados a acudir a los servicios religiosos en su

tierra de Rumanía, una vez llegados aquí acaban colaborando y participando activamente

en la vida cotidiana de la iglesia de su parroquia. En una de los encuentros habidos, un

religioso nos lo explicaba así de claro “Si lo preguntas a la iglesia hay pocos que digan

que “yo cada domingo participaba a la misa a Rumanía”. Pocos, muy pocos. La

mayoría, aquí participan”. Al ser preguntado por los motivos que podían haber tras esta

repentina participación activa en la comunidad religiosa, el mismo sacerdote anterior no

dudaba en referir que “Hay un sentimiento de nacionalidad. La Iglesia. Y de

“singularidad”[= del rumano “singuratate”, soledad o “singur” solo] aquí y necesita a

17

Dios y después, lo segundo esto, que es el único lugar de …encuentro de los rumanos.

Allí se conocen, hacen amistades”. La iglesia se convierte, pues, no ya en un centro

religioso sino también en un núcleo de afianzamiento identitario a la par que en un lugar

de interrelación e intercambio de información: “no hay otro lugar donde “ne”

encontramos los rumanos, sólo la Iglesia, por desgracia. No tenemos... una oficina o

así...”.

Una demanda relacionada con el espacio es la de un local para poder realizar actividades

culturales y educativas para los más pequeños de la comunidad. Las parroquias de la IOR

suelen carecer de locales de este tipo aun tratándose de una comunidad joven con

frecuente presencia de menores. Los sacerdotes suelen aspirar a poder tener este tipo de

infraestructura ya que esto les permitiría poder estar más en contacto con los miembros

más jóvenes de la comunidad además de permitir tanto una mayor sociabilidad interna

como, y esto es un punto a tener en cuenta, evitar el “olvido” de los fundamentos básicos

de la cultura rumana (lengua, historia y geografía). Los religiosos destacan con

resignación como observan con el paso del tiempo la pérdida de capacidad idiomática y,

por tanto a largo plazo, creencia religiosa, en los más pequeños y adolescentes debido a la

adaptación de éstos a la cultura receptora española. Para paliar este déficit, en días de

entre semana las parroquias pueden ofrecer talleres o cursos impartidos por miembros

titulados de la comunidad y dirigidos a los menores. En general, este rol suele ser

adoptado por la esposa del sacerdote, siempre y cuando esté titulada y capacitada para

ello. Algunas de las mujeres suelen ser licenciadas en literatura rumana, pedagogía o

geografía e historia y eso les facilita poder realizar esta actividad. Estas actividades se

convierten en una buena oportunidad para la iglesia en convertirse en un motor de

dinamización y refuerzo del sentimiento nacional – religioso.

c) Respecto a las relaciones de la comunidad religiosa con la sociedad civil y con las

instituciones.

- La interacción entre la comunidad de inmigrantes y la sociedad y sus instituciones se

refuerza con el papel central de algunos agentes mediadores entre los que se encuentran

los sacerdotes de las diferentes parroquias. Hay que anotar que no son sólo los sacerdotes

los únicos mediadores entre los miembros de la comunidad y las instituciones y entidades

sociales, sino que este papel de mediación se reparte entre varios miembros de la

18

comunidad. Aun así, la observación realizada sobre estas comunidades de feligreses ha

permitido identificar la vinculación de muchas de estas personas a la parroquia, formando

un grupo de referencia para los inmigrantes sobre todo en las primeras etapas del proceso

migratorio que coinciden con la llegada al país, el asentamiento residencial y la acogida

dentro de la comunidad. De las entrevistas realizadas se desprende que muchas personas

que eran escasamente y/o puntualmente practicantes en el país de origen, presentan una

mayor frecuencia de asistencia a los actos religiosos organizados por la parroquia en el

entorno comunitario.

En las entrevistas a los sacerdotes ortodoxos parece que hay una idea clara y compartida,

el hecho que muchos feligreses no eran practicantes o eran escasamente practicantes en el

lugar de origen, mientras que aquí frecuentan más la iglesia. Cuando se los interroga por

las razones, además de las estrictamente espirituales, aparecen enseguida razones

prácticas: aquí encuentran cobijo, personas que los ayudan en los trámites

administrativos, oportunidades de trabajo, intercambios de favores relativos a las familias

como el cuidado de los hijos, ayuda en los estudios, traducción de documentos, etc. Es

decir, la comunidad religiosa provee servicios que los tendrían que buscar en otro lugar y

que probablemente no podrían costear a precios de mercado. Es evidente que la

adscripción religiosa o el refuerzo de la misma no se pueden explicar exclusivamente

como el resultado de un intercambio de recursos, pero nosotros creemos que este aspecto

se tiene que tener en cuenta a la hora de entender la mayor frecuentación a la Iglesia y la

mayor práctica religiosa siempre si la comparamos con la que tenían antes de realizar su

proceso migratorio. Los propios sacerdotes son también de esta opinión, aunque algunos

la matizan puesto que prefieren ver un sentimiento más profundo de fe religiosa que no

una adscripción utilitarista. Por tanto, en este proceso de refuerzo del vínculo religioso

juega un papel importante la posición de la propia iglesia como proveedora de recursos y

captadora de feligreses.

Finalmente, es importante destacar que la figura del sacerdote no sólo es un referente y

una primera ayuda para los recién llegados que precisan de información y servicio de

traducción para instalarse, sino que realiza labores importantes en la reintegración social

de evidentes casos de exclusión. Uno de los testimonios a los que hemos entrevistado nos

contaba como gracias a su labor pastoral “convertí prostitutas que ahora están casadas.

Tiene niños, familias, trabajan...Ladrones de tarjetas, que ahora están camioneros. Este

19

es mi trabajo... Bueno, porque ellos también han querido. No es que... no puedo yo

obligar a nadie, pero desde nuestra colaboración se han cambiado la vida”. El mismo

sacerdote destaca con satisfacción como antiguos presidiarios “... que han salido de

cárcel, ahora vienen a iglesia. A misa. Antes no acudía a la iglesia... y ahora acuden”.

Un tema tangencial pero importante para las iglesias es su sostenimiento económico y que

tiene que ver con el sistema de relaciones del propio sacerdote y de la comunidad. La

disponibilidad de recursos económicos suele ser variable, dependiendo enormemente del

tamaño de la comunidad (lo cual está directamente vinculado a la generosidad en las

aportaciones para el mantenimiento y sostén del sacerdote y el culto) y de su prosperidad.

También influye la capacidad individual del párroco para encontrar ayudas y otros

recursos a través de la Administración aunque esto suele ser algo más inusual pues todos

los religiosos entrevistados coinciden en que lo único que precisan de la Administración

son más facilidades que subvenciones y, en general, “normalmente, no....no queremos

molestar mucho”. En los casos en que la comunidad de fieles es pequeña y las

aportaciones son escasas, el sacerdote se ve obligado a trabajar para poder mantenerse él y

su familia. Normalmente la esposa del párroco, ya trabaje éste o no, tiene un trabajo que

incorpora un ingreso más a la familia. Los trabajos de la mujer acostumbran a estar por

debajo de su nivel académico, mayoritariamente en el sector de la limpieza o del trabajo

doméstico. Por lo que se refiere al trabajo de los sacerdotes, éstos suelen optar

mayoritariamente por la construcción o el trabajo en el campo. Otra fuente de ingresos, a

todas luces escasa e insuficiente, es la paga que reciben los sacerdotes por parte del

Estado rumano o por parte del obispado.

Las donaciones relacionadas con las festividades y celebraciones ordinarias (Navidad,

Pascua) y las extraordinarias, muy vinculadas a los ritos de paso (bautizos, enlaces

matrimoniales, inauguración de un hogar) por estar tarifadas suelen ser fuentes de

ingresos excepcionales y que ayudan al presupuesto parroquial. Además, los parroquianos

proporcionan una cuota fija mensual para cubrir los gastos de mantenimiento y pago de

alquiler.

En momentos de aportaciones económicas escasas la búsqueda de recursos monetarios

puede llegar a convertirse en un tema principal de conversación. Esto se ve acrecentado

cuando en los límites o dentro de la propia circunscripción parroquial existen otras

20

parroquias más prósperas que puedan atraer a una ya de por sí dispersa comunidad

rumana.

Muy vinculado a esta dispersión territorial de la feligresía está el hecho de que el

sacerdote se tiene que desplazar con frecuencia por todo el territorio que abarca su

parroquia. En ocasiones, dicho territorio comprende varias comarcas. Ello hace más

compleja, si cabe, la labor pastoral de contacto con los fieles. A esto los sacerdotes

responden estoicamente que esa actividad forma parte de su misión aunque admiten que

les dificulta mantener el pulso real de su comunidad y atender las necesidades cotidianas

de los fieles y que les gustaría que esto no fuera así. Así lo transmitió uno de los

entrevistados, expresando su frustración por no poder conocer mejor a sus fieles:

“gasto...tiempo, tiempo para desplazamientos y que no estoy muy en contacto con...

estamos en contacto pero no como... me gustaría. Para conocerlos mejor”.

Desafortunadamente, como las parroquias se tienen que mantener directamente de los

fieles, éstas no pueden ser fundadas en aldeas o pueblos donde el número de personas no

permita la subsistencia del sacerdote. A lo sumo, si existen algunos centros pequeños pero

a la vez con cierto peso demográfico (producto del azar de la dinámica migratoria y del

mercado de trabajo), se acaba estableciendo lo que se llama una “filie”, es decir una

“filial” de la parroquia central o principal. De esa manera, el culto y las necesidades de los

creyentes quedan cubiertas mínimamente. Sin embargo, eso implicará que el sacerdote

tiene que dividir su tiempo entre su parroquia principal y el resto de “filies”. De todas

formas, no hemos encontrado que haya más de dos “filies” por parroquia.

5. Discusión y líneas de estudio

La novedad de este estudio está en el propio objeto de análisis, esto es, la IOR en

Cataluña. Si bien existen estudios sobre esta iglesia a nivel de todo el Estado, falta una

radiografía más detallada de las comunidades de creyentes ortodoxos rumanos que operan

en territorio catalán.

Hemos optado por un enfoque teórico muy próximo a la economía de la religión

entendiendo la expansión de la IOR en Cataluña como derivada de la oferta que la Iglesia

realiza entre la comunidad inmigrada. Lógicamente este enfoque tiene limitaciones a la

hora de explicar la adscripción religiosa al focalizarla fuertemente sobre el intercambio de

21

recursos, pero como ya advertimos previamente, somos de la opinión de que esta es una

aproximación más que no tiene por qué negar o substituir otras que puedan acompañarla.

De aquí la necesidad de profundizar también en el sentido que los propios actores dan a

sus actos religiosos y a su adscripción a la IOR. Para ello, en la investigación se plantea

realizar entrevistas en profundidad a los feligreses, entrevistas que en esta etapa del

estudio aún no se han llevado a cabo.

Una dificultad con la que nos encontramos es la de delimitar el alcance de las diferentes

parroquias de la IOR entre la comunidad o las comunidades rumanas. No es posible

conocer con exactitud qué porcentaje de rumanos y rumanas asisten asiduamente o

esporádicamente a los actos religiosos de la IOR, cuántos se consideran creyentes y su

nivel de práctica. Nos podemos aproximar a través de los testimonios de los sacerdotes

pero hay que tener en cuenta que es una información no concluyente.

La presencia de las iglesias de la IOR no está exenta de problemas de diferente índole que

hay que ir analizando por separado aunque formen parte de un contexto general. Por un

lado, está el problema de la ubicación geográfica, no solo en lo que respecta a la búsqueda

de un local que garantice unos mínimos para la celebración del culto. También hay que

abordar la competencia entre las parroquias que pueden llegar a disputarse una misma

feligresía, más teniendo en cuenta que son iglesias que se autofinancian totalmente. Otro

problema es la financiación de la iglesia que, como decimos, procede muy

mayoritariamente de los ingresos que voluntariamente aporta la feligresía. Estos ingresos

varían enormemente de una parroquia a otra, dando como resultado una distinción entre lo

que podríamos denominar “parroquias ricas” y “parroquias pobres”. Este hecho afecta

considerablemente las posibilidades que tiene el rector de la parroquia de poder llegar a

más o menos gente y en las condiciones en las que llega, y también el nivel de recursos

que puede aportar una parroquia frente a otra. Las parroquias con mayores recursos

monetarios pueden ofrecer mejores servicios a los feligreses, hecho que refuerza su

situación y su capacidad de captar más feligreses. Cuantos más feligreses tiene una

parroquia, más recursos monetarios capta.

Otra cuestión de interés para el estudio de la IOR es la estructura en red de las

comunidades de feligreses. Este es un análisis que pretendemos realizar a través de

cuestionario autoadministrado en una segunda fase de la investigación. Podemos avanzar

22

algunas percepciones cualitativas respecto a estas redes. La comunidad de fieles genera

redes alrededor de algunas determinadas personas que van enlazando a las personas de

forma concéntrica. Uno de los mayores protagonismos en la red corresponde al sacerdote

y a su núcleo familiar más cercano en el caso de que tenga mujer e hijos/as. A partir de

aquí, el sacerdote es acompañado por un núcleo muy cercano en el que se apoya para ir

construyendo la red de relaciones. En la red hay un elevado intercambio de recursos de

todo tipo.

Un primer análisis, que cabe profundizar, muestra que los feligreses de la IOR no tienen

una elevada participación en entidades y/o asociaciones de la sociedad civil de acogida.

Probablemente una parte de la adscripción a la IOR pueda explicarse también por esta

falta de participación. En la medida en que la IOR se fortalece, la comunidad de

nacionales tiende a desarrollar sus actividades culturales, lúdicas y festivas alrededor de la

iglesia. Sin embargo, esto no quiere decir que estemos ante comunidades cerradas e

impermeables a la influencia de la sociedad de acogida. El ejemplo de ello es el

aprendizaje y uso del catalán: tras pocos años de estancia, muchos de los rumanos

residentes lo utilizan de forma habitual. El hecho de tener un vínculo fuerte con la iglesia

no impide a la mayoría de feligreses participar de actos culturales, festivos y deportivos

organizados en el municipio por otras entidades.

23

BIBLIOGRAFÍA

Anderson, A. (2004). An introduction to Pentecostalism: Global charismatic

christianity. Cambridge: Cambridge University Press.

Bankston, C. L., Zhou, M. (1996). The ethnic church, ethnic identification, and the

social adjustment of Vietnamese adolescents. Review of religious research, 38(1), 18-

37.

Barton, J. J. (1975). Peasants and strangers: Italians, Rumanians, and Slovaks in an

American City, 1890-1950. Cambridge, Mass.: Harvard University Press.

Belzunegui, A. (2015). Pluralisme religiós i singularitat de la secularització a Espanya:

el paper de l'Església Catòlica. En AA.VV., Llibre Homenatge al Cardenal Martínez

Sistach (pp. 199-218). Barcelona: FTC.

Beltrán, W. M. (2010). La teoría del mercado en el estudio de la pluralización

religiosa. Revista colombiana de sociología, 33(2), 41-62.

Berger, P. (1967). The Sacred Canopy: Elements of a Sociological Theory of Religion.

Garden City, NJ: Doubleday.

Berger, P. (2004). Las religiones en la era de la globalización. Revista Iglesia Viva 218,

63-72.

Binns, J. (2002). An Introduction to the Christian Orthodox Curches. Cambridge:

Cambridge University Press.

Bourdieu, P. y Wacquant, L. (1994). Per una sociologia reflexiva. Barcelona: Herder.

Buades Fuster, J., y Vidal Fernández, F. (2007). Minorías de lo mayor: minorías

religiosas en la Comunidad valenciana. Barcelona: Icaria Editorial.

Cadge, W. y Ecklund, E. H. (2007). Immigration and Religion. Annual Review of

Sociology, 33(1), 359-379.

Cadge, W. y Ecklund, E. H. (2006). Religious service attendance among immigrants

evidence from the new immigrant survey-pilot. American Behavioral Scientist, 49(11),

1574-1595.

Casanova, J. (2004). Religiones públicas en un mundo global. Revista Iglesia Viva 218,

73-86.

Cazarin, R. (2012). El papel de las religiones y de la religiosidad en la integración de

inmigrantes en el País Vasco: una perspectiva psicosociológica. Ponencia presentada

en el 7th International Congress for Migration in Spain: Bilbao, 12, 13 y 14 marzo,

2012, Bilbao.

Davie, G. (2006). Religion in Europe in the 21 st century: the factors to take into

account. European Journal of Sociology, 47(02), 271-296.

24

Díez de Velasco, F. (ed.) (2015). Las Iglesias ortodoxas en España. Madrid: Akal

Díez de Velasco, F. (ed.) (2010). The visibilization of Religious Minorities in Spain.

Social Compass, 57(2), 253-267.

Dobbelaere, K. (2008). La secularización: teoría e investigación. En A. Pérez-Agote y J.

Santiago (eds.), Religió y política en la sociedad actual (pp. 17-34). Madrid: Editorial

Complutense.

Ebaugh, H. R. y Chafetz, J. S. (2000). Religion and the new immigrants: Continuities

and adaptations in immigrant congregations. Walnut Creek, CA: Altamira Press.

Ediger, R. M. (2005). History of an institution as a factor for predicting church

institutional behavior: The cases of the Catholic Church in Poland, the Orthodox Church

in Romania, and the Protestant Churches in East Germany. East European

Quarterly, 39(3), 299.

Estruch, J., Gómez, J., Griera, M., Iglesias, A. (2004). Les altres religions. Minories

religioses a Catalunya. Barcelona: Mediterrània. Barcelona: Mediterrània.

Estruch, J. (1996). Secularització i pluralisme en la societat catalana d'avui. Barcelona:

Institut d'Estudis Catalans.

Fons, C.; Luque, B. y Forteza, M. (2013). El mapa de minorías religiosas de

Cataluña. Revista Catalana de Sociologia, 2013, 15-27.

Furseth, I. y Repstad, P. (2006). An introduction to the sociology of religion classical

and contemporary perspectives. Aldershot, England; Burlington, VT: Ashgate.

Gómez-Quintero, A. S. (2004). Catalanisme, laïcitat i pluralisme religiós. Revista de

Catalunya, (192), 25-46.

Gómez-Quintero, A. S. (2000). Autogovern y fet religiós: una gestió del pluralisme

religiós a Catalunya. Barcelona: Edicions Proa.

Haddad, Y. Y., Lummis, A. T. (1987). Islamic values in the United States: A

comparative study: Oxford University Press, USA.

Hamui Sutton, A. (2006). Respuestas religiosas latinoamericanas a los ajustes socio-

culturales de la globalización. CONfines de relaciones internacionales y ciencia

política, (2), 35-43.

Hosu, I. y Frunza, S. (2013). Religious Affiliation and Social Action in the Public

Space. Revista de cercetare si interventie sociala, 43, 240-254.

Hurh, W. M. y Kim, K. C. (1990). Religious participation of Korean immigrants in the

United States. Journal for the Scientific Study of Religion, 29, 19-34.

25

Iannaccone, L. (1997). Desregulating religion: the economics of church and state.

Economic Inquiry 35, 350-364.

Iannaccone, L. (1992). Religion markets and the economics of religion. Social Compass

39, 124-125.

Iannaccone, L. (1991). Religious market structure. Rationality and Society 3(2), 161-

164.

Janowitz, M. (1966). W.I. Thomas on social organization and social personality;

selected papers. Chicago: University of Chicago Press.

Kayal, P. M. (1973). Religion and Assimilation: Catholic "Syrians" in America. The

International Migration Review, 7(4), 409-425.

Kim, I. (1981). New urban immigrants: the Korean community in New York. Princeton,

N.J: Princeton University Press.

Kim, K. C., y Kim, S. (2001): Ethnic roles of Korean immigrant churches in the United

States. En K. Ch. Kim, R. S.Warner y H.Y. Kwon, Korean Americans and their

religions: Pilgrims and missionaries from a different shore. Pennsylvania: The

Pennsylvania State University Press.

Kurtz, L. R. (2011). Gods in the global village: the world's religions in sociological

perspective. California: Pine Forge Press 2011.

Leege, D. C. (1993). Religion and Politics in Theoretical Perspective. En D. C. Leege y

L. A. Kellstedt (eds.), Rediscovering the Religious Factor in American Politics. New

York: Sharpe.

Levitt, P. y Jaworsky, B. N. (2007). Transnational migration studies: Past developments

and future trends. Annu. Rev. Sociol., 33, 129-156.

Martínez-Ariño, J., Griera, M. M., García-Romeral, G., y Forteza, M. (2012).

Inmigración, diversidad religiosa y centros de culto en la ciudad de Barcelona.

Migraciones, (30), 101-133.

Menjívar, C. (2003): Religion and immigration in comparative perspective: Catholic

and Evangelical Salvadorans in San Francisco, Washington, DC, and Phoenix.

Sociology of Religion, 64(1), 21-45.

Min, P. G. (1992). The Structure and Social Functions of Korean Immigrant Churches

in the United States. The International Migration Review, 26(4), 1370-1394.

Mol, H. (1961). Churches and immigrants (a sociological study of the mutual effect of

religion and immigrant adjustment). The Hague: Albani.

Mozota, J. G. (2013). El asociacionismo rumano en Aragón (1990-2011). Espacio

Tiempo y Forma. Serie V, Historia Contemporánea, 25, 301-326.

26

Pena López, J. A. y Sánchez Santos, J. M. (2005). Mercados de creencias versus

hipótesis de la secularización: aspectos positivos y normativos. Estudios de Economía

Aplicada 23(3), 837-861.

Pajares, M. (2007). Inmigrantes del Este: procesos migratorios de los rumanos.

Barcelona: Icaria editorial.

Pérez-Agote, A. (2012). Cambio religioso en España: los avatares de la secularización.

Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

Poveda, A. y García, J. (2005). La situación de la religió en España a principios del

siglo XXI. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

Rodríguez González, R. C. (2015). La Iglesia Ortodoxa Rumana en España. En F. Díez

de Velasco (ed.), Las Iglesias ortodoxas en España (pp. 151-220). Madrid: Akal.

Rozenberg, D. (1996). Minorías religiosas y construcción democrática en España (Del

monopolio de la Iglesia a la gestión del pluralismo). Revista Española de

Investigaciones Sociológicas 74, 245-265.

Russo, N. J. (1969). Three generations of Italians in New York City: their religious

acculturation. International migration review, 3, 3-17.

Salamon, L. M. y Anheier, H. K. (1998). Social origins of civil society: Explaining the

nonprofit sector cross-nationally. Voluntas: International Journal of Voluntary and Non

profit Organizations, 9(3), 213-248.

Schoenherr, R. A. y Sorensen, A. (1982). Social change in religious organizations:

Consequences of clergy decline in the US Catholic church. Sociology of Religion, 43

(1), 23-52.

Siegler, E. (2008). Nuevos Movimientos Religiosos. Madrid: Editorial Akal.

Stan, L. y Turcescu, L. (2000). The Romanian Orthodox Church and post-communist

democratisation. Europe-Asia Studies, 52(8), 1467-1488.

Stark, R. (2009). La expansión del cristianismo. Un estudio sociológico. Madrid:

Editorial Trotta.

Stark, R. (1999). Secularization, R.I.P.. Sociology of Religion 60(3), 249-273.

Stepick, A. (2006). God is apparently not dead. The Obvious, the Emergent, and the

Still Unknown in Immigration and Religion. En K. I. Leonard (Ed.), Immigrant faiths:

transforming religious life in America (pp. 11-38). Walnut Creek, CA: AltaMira Press.

Tarţa, M. I. (2012). Dynamic civil religion and religious nationalism: the Roman

Catholic Church in Poland and the Orthodox Church in Romania, 1990-2010. (Doctoral

Dissertation). Faculty of Baylor University, (en línea)

27

https://baylor-ir.tdl.org/baylor-ir/bitstream/handle/2104/8525/Mihai_Tarta_phd.pdf-

a.pdf?sequence=2, acceso 10 de marzo de 2016.

Taylor, M. G. (1975). Two Models of Social Reform Action in a Normative

Organization. Sociology of Religion 36(2), 161-167.

Tomasi, S. M. (1970). The ethnic church and the integration of Italian Americans in the

United States. En S. M. Tomasi, M. H. Engel (Eds.), The Italian experience in the

United States (pp. 163–193). Staten Island, N.Y.: Center for Migration Studies.

Wang, Y. y Yang, F. (2006). More Than Evangelical and Ethnic: The Ecological Factor

in Chinese Conversion to Christianity in the United States. Sociology of Religion, 67(2),

179-192.

Warner, R. S. y Wittner, J. G. (1998): Religious Communities and the New Immigration.

Philadelphia: Temple University Press.