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UNIVERSIDAD DE MEXICO 23
J. Chávez M orooo: Paño lateral del fresco en la Alhóndiga de Granaditas
Por Jorge CRESPO DE LA SERNA
PLASTICASha tenido la decisión y el ánimo indispensables para realizar tal empresa. Y laha cumplido, con tal fervor y conocimiento de su noble oficio, que la obrapuede y debe ser considerada, desde ahora, como suma perfecta de todo lo quesugiere y hace evocar este lugar, de tanemocionante historia. Su tono está en absoluta correspondencia con el espiritu,grave y austero, de la arquitectura del
zanne escribe en otra carta a Bernard:"En el contacto con la naturaleza e educa el ojo. Mediante tanto ver y trabajarse vuelve concéntrico. Quiero decir conesto: en una naranja, una esfera, unacabeza exi te un punto que es el más altode todos y este punto más alto se encuentra siempre más cerca de nuestro ojo, ape ar del efecto extraordinariamente intenso de la luz y las sombras y a pesarde los efectos del color. La orillas delos objeto se mueven hacia un punto \central, que se halla a la altura de nue'tro horizonte." El papel de este punto másalto, de cuya ignificación habla igualmente Corot, está aquí l' servado a unrequisito aparentemente insignificante:la botella con su corcho café claro. Unadisposición muy meditada que abe emplear conscientemente el efecto funcionalde los valores óptico-plásticos.
Esto significa otra cosa más: El pintor incita al espectador, hace activo elver del espectador. En la obra de Rafaelo de Murillo se ofrece al contempladoruna belleza preformada por el arti ta,captable inmediatamente para el ojo. Seexige de él tan sólo que la reciba o, expresándolo cen una frase usual, "que seentregue a la obra de arte". Es más fuerte la exigencia que nos impone una obrade Cézanne. Con ayuda de las indicaciones formales que se le dan, el espectadortiene que transformar en emoción propiala emoción expresada por la obra. Es de-
(Pasa a la pág. 32)
ARTESJOSE CHAVEZ MORADO EN LAALHONDIGA DE GRANADITAS
GRAN problema para un pintor el
recibir el encargo de una composición pictórica mural en unedificio como la Alhóndiga, cuyo
sólo nombre evoca el período más dramático y culminante de nuestras guerrasde independencia. José Chávez Morade
Unen entre ellas las tres zonas y, 10 quees 10 esencial, hacen que ya no estén unaencima de la otra, sino una detrás de laotra, es decir, de nuevo se produce unmovimiento en profundidad. El coloridodel cuadro sirve a la misma estrategia estructural. En la indumentaria de los hombres notamos como colores un verde grisáceo, un gris que tira a un moreno rojizoy un poco de blanco. El blanco de loscuellos, también la pipa blanca de barroy las superficies blancas de los naipes.Son pues, exclusivamente colores fríos,que según la observación óptica de Cézanne alejan al objeto representado delojo, en dirección de profundidad. Las superficies horizontales, o sea la arista dela mesa y el forro de felpa del sofá estánpintados en colores cálidos: color mameyy rojo. Por lo tanto estos planos tienden ópticamente hacia adelante y son empujados hacia atrás por la masa de loscuerpos. Otra vez, movimiento hacia adelante y hacia atrás; movimiento de unasmasas contra otras; movimiento en profundidad que se vuelve movimiento espacial. Aque!lo que la pintura eurooeadesde Mantegna y Leonardo procura lograr mediante la perspectiva, se alcanzaaquí sin destruir el carácter de superficiede la superficie. La botella como terceravertical dentro de esta composición haceque la pared del sofá retroceda aún más,se ve claramente cóm'o crea distancia entre mesa y sofá y confiere corporeidad alas figuras representadas como planas. Cé-
los hombres más profundidad que superficie horizontal y de ahí la necesidad demezclar en nuestras vibraciones luminosas reproducidas por los tonos rojos yamarillos, una cantidad suficiente de tonos azules, para alcanzar el efecto de laatmó fera."
Veamos una representación diferentede! Mont Sainte Victoire. Diferente noólo en cuanto al punto de vista desde el
cual se pintó, diferente sobre todo en loque concierne a la estructura plástica. N ospreguntamos: ¿ Qué es lo que determinó aCézanne a crear este cuadro del MontSainte Victoire tan por completo distinto del otro? Evidentemente -y esta es laúnica respuesta que puede tener esa pregunta-, para crear con otros recursosplásticos una unidad pictórica nueva y disímil. El árbol que vemos a la izquierdaen e! primer término, representa la vertical, es decir, indica la profundidad: unenorme espacio articulado por una sucesión de líneas horizontales, que apareceny desaparecen y vuelven a surgir luegoen otro lugar, en una superficie más alejada, por ejemplo, en el puente que vemos a la derecha. Podríamos decir quese trata de ir penetrando en aquel espaciohasta donde las líneas horizontales seamontonan formando una masa vertical:las dos colinas del fondo. Y este movimiento en profundidad lo hacen suyo lasramas de los árboles, que se extiendensobre todo el horizonte en un ritmo dinámico netamente barroco. Recordemos queel punto de partida para el joven Cézannefué el arte barroco. Admiraba al Tintoreto y copió al Greco. Por 10 demás, Cézanne fué, más allá de las fronteras de España, e! primero en redescubrir al Greco.
Cézanne no se da por satisfecho conla mezcla de los tonos, con la adición detonos azules a los tonos rojos de la quehabla en su carta. A fin de evitar que elcolor destruya la superficie, lo emplea nopara modelar el objeto sino como elemento creador de espacio, como valor funcional de la superficie pictórica. Colocando un segmento de superficie contra otro,desarrolla el movimiento en profundidady al mismo tiempo lo retarda para impedir que el conjunto se vuelva demasiadoplano y para no caer en un decorativismoprivado de vida espacial. Lo que actúaen la obra de Cézanne es ese "sens constructif" de los franceses, esa disciplina dela creación artística que toma como modelo al arte clásico de Italia -pensemosen Poussin, en Chardin, en Ingres- yque en Francia se ha apreciado siemprecomo una gran cualidad.
Ya un poco familiarizados con las bases teóricas del arte de Cézanne, contemplemos ahora ese otro cuadro suyo "Losjugadores de naipes", conservado en París, en el Louvre. Tenemos aquí la típicacomposición clásica: un eje -central, fuertemente acentuado por la botella de vino.Es casi simétrica la disposición de las dosfiguras a la derecha y a la izuierda deésta. Los ángulos que los brazos formanadelante, son más o menos iguales. Losdos cuerpos están dispuestos en un plano paralelo a la arista de la mesa en primer término' y al respaldo del sofá alfondo. Así surgen tres zonas, que soncortadas por las masas, de tendencia vertical, de los dos cuerpos. Estas dos verticales tienen que cumplir la misma funciónóptica que le tocaba en e! cuadro del MontSainte Victoire al árbol de! primer plano.
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UNIVERSIDAD DE MEXICO
Lienzo central del fresco de Chávez Morado y vista conjunto del 1nWIIO
edificio, y con las gestas que en él sedesarrollaron. Es un tono heroico, deverdadera epopeya.
El hermoso fresco ha sido pintado enuna ele las dos escaleras -de dos tramossencillos- que conducen a la parte altadel edificio de severas l'íneas neoclásicas,casi escurialescas, por así elecir. Los arcos abovedados -como el del arranquede la escalera- los polígonos irregularesformados por la intersección de las diagonales de los dos tramos y sus correspondientes balaustradas - los paños de lapared central y los laterales; el techo debóveda; y la partición efectuada por eleje de sostenimiento y dirección de lasdos diagonales y el descanso de la escalera; así como las dos secciones de labóveda, a que da lugar esta distribuciónsimétrica, han sido aprovechados por elpintor en la organizaci.án rítmica, dinámica, de los diversos "momentos" históricos o simbólicos, con los que analiza ydetalla, ampliándolo, el concepto centralde la obra, o sea la "abolición de la esclavitud" por el Cura Hidalgo.
No ha representado al "iniciador" como al adalid que empuña la bandera ylanza el grito de guerra, sino como alpadre que ha dedicado sus vigilias a la
F. Orlando, "Bodegón"
Sección del gmn díptico cmtml
Zú~iiga, "Mujer sentada"
educación del indio, y que sie~te en supropia carne, el hierro de las cadenasque aherrojan voluntades y domeñan justos anhelos. La figura concebida por Chávez Morado tiene un gran carácter deoriginalidad. Al interpretarla en su aspecto más importante acaso, la ha hechomás humana, y de un aliento más elevado que la connotación anecdótica quetradicionalmente le ha acompañado. Juzgo este Hidalgo comparable, con honor,con la _estupenda versión de Orozco enel Palacio de Gobierno en Jalisco, y alcuadro de Alfredo Za1ce, en que aparece el libertador en una vestidura blanca, con la dulzura y a la vez la energíade un profeta bíblico.
Está emplazada esta representación-tan elocuente y acertada- en el i"íenzoque se distingue al colocarse uno delantede los primeros peldaños de la escalera.Este lienzo y el: correspondiente al fondodonde está el descanso y prosigue ésta,en su segundo tramo, forman ópticamente un verdadero díptico, cuyo eje divisorio estructural estaría reforzado porla confluencia de dos arcos superioresen altorrelieve, y por la proyección óptica de la columna-eje de toda la- escalera. La figura ele Hidalgo, en un gesto
J. Luis CuevaS, "Poseída"
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U JI\TERSIDAD DE MEXICO
paternal, e yergue elltre UII grupo dehumildes parias que se acogen a sus brazo : unos en actitud suplicante y de suprema angu tia, otros ya confortados conel contacto cálido y alentador del iluminado. En e te grupo, de mucha fuerzaemotiva, pueden observarse analogíasformaJe con algunas figuras que rodeanal Prometeo de Orozco. en la Universidad de Pomona, E. U. Estas influencias,menos obvias y ya muy bien asimiladasy transformada, privan en otros áng-ulos de la magna composición; y demuestran afinidade y simpatías, que sin durhcontribuyen mucho a realzar el yalor delarte de Chávez Morado.
La otra sección del díptico es una continuación de la primera escena. Uno delos brazo de Hidalgo, extendido hacia laderecha (izquier la del espectador) sugiere la accion al magnífico grupo degente insurgente que avanza con decisión y valentía hacia adelante. Tanto enel grupo de desamparados y maniatadoscomo en éste de los esforzados guerreros improvisados de! pueblo, hay queadmirar, no sólo los rasgos somáticosque lo tipifican, sino como la acción estáconstruida en una especie de abanicoabierto, es decir: por un haz de diagonales que se van abriendo sobre un punto de incisión -a la izquierda- lo cualimprime gran dinamismo a la escena.
La figura de Hidalgo está en el centro del panel que he descrito. Sus brazosforman también diagonales. En la partesuperior Chávez Morado ideó representar el movimiento de una campana echada a vuelo, en colores muy claros, luminosos, que evoca el simujtaneísmo an~lítico de los futuristas. Esta conCepClQ;l,al par que forma un verdadero halo entorno a la cabeza en perfil de Hidalgo,es un aporte semiabstracto que ca,sa muybien, junto con otros rasgos y slln~olosde parecida naturaleza, ~or: 10 estnctamente figurativo de las cltstll1tas escenas.que, por otro lado, están hech~s con elcriterio simplificador, neor.realIsta, q.uecaracteriza a la escuela nlt'Xlcana de pin-tura.
A modo de preparación de ;1I11bo~ temas a la entrada de la escalera, el pintorha ~tilizado admirablemente los pañoslaterales y el ancho arco situados en primer término, para poner en ello.s dosantecedentes, o sea el grupo ele mll1eroSele la época colonial. en acto ([e subir ybajar por el boquete de una mina, y elgrupo dramático de ~sclavos n~gro.s.
puestos en cepos, que gimen su mIseriaen 10 más hondo ele la bodega de una
carabela.La bóveda y los lados de! gran cub,o,
al que se accede inmeclIatal1len~~, estanpintados con escenas de la acclOn ,conquistadora, por una parte, y el. derrumbelógico de todo el aparato dominador, enla otra parl'e. Es realmente una excelente síntesis histórica Hevada a cabo pormedio de imágenes reales, conocidas: ~lAguila que cae (Cuauhtemoc), Cortes,e! Padre Las Casas, el misionero, losencomenderos, la sección transversal deuna carabela realizada en parte para mostrar sus entrañas en la trama de cuadernas y sollados. El legendario Pípila-osímbolo que evocan los orígelles de México, las vicisitudes de los anos de conquista y vasallaje, los guerrero a .~aballocuyas armaduras y yelmos. ~amblen recuerdan escenas del Hosplclo de..Guadalajara; la muchedumb're m~:l1mf~~ad~de los dominadores cuyo clestlllo estaescrito"; e! militar español en forma de
cS<jueleto. que se bak ya a la desesperada, con la espada rota; y dominandotodo un cielo cárdeno en que yuelan desatentados muchos yampiros y. antes,aquel en quc se enfrentan signos mágicos,agoreros. dc ambas fuenas.
No hay acumulación de figuras. Lonecesario. Y naturalmente, el efecto general es el de un conjuntll :lnnónico,de un colorido ajustado al ambiente yal carácter trágico y vívido e1d tema.Dominan colores ele tierras: ocres, grises.negros, blancos oxidados, algunos vereles grisáceos, y ese tono como de sangrécoagulada, que da el viol'eta ele Marte.Guanajuato. ciudad de ensueño)' de leyenda, ha inspirado en mucha parte estapal·eta cálida en q uc, como apuntaba yaCardoza y Aragón, se reconoccn los tonos y los matices del paisaje Jacal.tanto rústico como urbano.
Geles Cabrera, "EsclIlt'nra abst'racta"
Lópe::: Soriollo, "A p/i/udes ell hul/d'
111aY/'íne::: A r/erh(', "/)('sran,w"
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Ch[l\'ez Morado ha logrado. además,cohonestar el simbolismo patriótico, humano, y universal, de su tema motor,con alusiones inteligentes a la persistencia de ciertos fenómenos o su analogía,en el tiempo. Esto e lo que signi fica eljóven guerrero indio que en uno de lopaños del disco central empuña una bandera roja ("cha ritas" fervorosa d(; todaslas épocas) ; los )'elm,os de los caballerosarmados que recuerdan la pelicula "Alexander N ewsky". con el signo de loguerreros teutones, antecesores del nacisma (espiritu de implacabilidad e injusticia); los miserables conformistasmestizos -los "colaboracionistas"- durante el régimen español (que no sonúnicamente de entonces); los inquisidores que equivocamente pareccn unosku-klux-klanes; el minero indio sepultaelo que da nacimiento a venero de riqueza con esa muerte aparente y esehaz de rayos que, como en el "Milagrode Milán", cae de una pobre claraboyasobl'e las cuerpos "di"inamente humanos" de los escla,'os negros,
La pintura es de una gran coherenciay fuerza, l':stá hecha con soltura, conun admirab:'e dibujo; y el artista halogrado obtener una materia fina)' transparente (usó el fresco bWJl/O, ya legendario en nuestro mu ral) que imprimeluminosidad vibratoria a los tonos y con-
Mir!tt'I, "Paslor dI' M ir!tnarán"
trastes de su~ propi()~ val()re~. Desdeel punto de vista de la t~cnica :s. unfresco de primerí si llla ca 11 (\ a<,1. lhav~z!VIorilelo sc ha superado en el 05ten.slblemente. a pesar de la bondild profesIOnal de sus otras obras murales ·:n laCiudad 'Cnivcrsitaria y en la casa "Cib.¡",Tardó más o menos un año en llevarlo'l término. Cubrir dosciento~ metros~uadrados en total no es tarea fácil. nilllucho menos. tampoco resoll'er lo quepodría llamarse -en len~uaje (!e alarife- el Hpartido" de la dllllenslon y f'Structura del lugar designado para hacerla pintura. Puede estar satisfecho delresultado que no vacIlo en declarar magnífico. Sus ejercicios y su deSl'elos hanvalido la prna, pues en realIdad le danya carta de naturaleza-hasta ahora apenas parcial y aproxll11~da- entre losmejores pintores ll1Urallstas de nuestro"movimiento" plástico.
Como complemento ele este somero(;nsayo de interpretación elel, fresco señalo algunos hitos de cmotIva fuerzay sabia plasmación que. se (~estacan <1;'1conjunto, por su sustantl\'aClon. Adcmasdel Hidalgo: el' bello cuerpo d.c~nudo de!minero, al que ya aludí; el mISIonero elemirada ardiente que está al lado de Co~tés, en el puente de la carabela; la f 1
gura enérgica d··[ Padre, :;.-as Casas, f'nactitud d(' reto y protecclOn; el Cuauhtérnoc; el jO'-P!1 que e~tlelldf' las manoscabe rl cuerpo del 1.1 bertador: el otro
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(¿ existencialista?, tal "ez, sin proponérselo) de la realidad que le rodea y larealidad que evoca su innegables espíritu nostálgico ...
y ya que se ha hablado arriba del Japón bueno es hacer constar aquí el buenéxito logrado por esa especie de avanzada que organizaron Inés Amor. Kitaga\Va yel periódieo "Mainichi", de Tokio.y más tarde la gran exposición enviadapor el INBA (sobre la cual habrá deampliar este comentario). Ambos hechoshan despertado un interés n0n11e en lagran' nación oriental. La munificenciacon que cooperaron a estas empresas, ellujo de los catálogos, carteles y demásdemostraciones, en torno a ellas, on igno fehaciente de la curiosidad culturalque anima a tal pueblo.
En la galería Romano ha habido unaexposición-homenaje al pintor Gilbc'rloChávez, cuyos cuadros "impresionista .,del paisaje mexicano tienen poesía triste muy subjetiva, que no es precisamentela copia mecánica del' dato real. All ímismo un joven. Carlas López Soria.no,se presenta por vez primera en público.Es buen dibujante y cura bien de la técnica. En cuestión de tema <lnda aún unpoco extraviado, 10 cual es natural. Supintura parece obra de un aficionado coneso que llaman "dotes". Es posible quetenga más tarde un desarrollo normal ysatisfactorio.
Hubo un severo y sentido homenajea la memoria de José Moreno Villa, ene] Ateneo Español de México, con elque coincidió una exposición de sus pinturas. El fino y penetrante escritor ycrítico de arte sabía manejar bien el pincel. Y tenía una gracia y una intención'que están patentes cn muchas de sustelas. Buen retratisté', su fantasía se de~
pliega con inusitada facilidad e11 escenas mil, de mucha luminosidad y excelent,e factura. Ha sido Ul1 regalo volvera ver estas obl'as, en que sigue vivo' '.:ngran espíritu.
El pintor belga rc'sidente entre nosotros, Charles Michcl, abrió su casa, díaspasados, para enseñar sus pinturas yademás otros aspectos de su proteica curiosidad v habilidad. Al' lado de su artepictórico,' basado en una especie de intenciÓ.'n preciosista que lleva hacia 10eminentemente decorativo y efectista,nos mostró piezas eleslumbrantes de esmaltes en bajo y alto relieve; de ;nuybuen gusto; así como modelos hechos aescala, ele barcos antiguos. principalmente. Su armonía corre parejas, en puntoa buena técnica, con su pintura ....
Otra exposición colectiva ha tenido lugar en la galería ·'Proteo'·. La de Enrique Clilllent, FcL-ipe Orlando, MatíasGoer.itz. Gim.éllcz Botcy y José LuisCucvas. El prime¡;o presenta algunoscuad ros en que se advierte su inquietudpor ir desc.ubriendo caminos, por lo cualticnen caráctl"lr muy distinto, unos deotros, aún cuando tengan esa habilidadde oficio, l'se sentido del color. y esesentido decorativo y de cierta poesía quesus formas suscita¡n en el espe~tador.
Sus esmaltes son muy interesantes. Elsegundo está representado por sus alucinantes cuadros intimistas que son unprt¡texto 'para una organiza,ción únic.aelel color )' la forma en juegos de unaluz viva y potente, sábiamente administrada. No cansan las obras de Orlando,pero ante estas últimas he comenzado apreguntarme si soy yo quién mira enellas una uniformidad un tanto "manierista". o si en realidad así es ...
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/Ji/mio di' .1 0.1',: C/l'lIIrn/r Oro::;ro
(;illlhlr:: I3I1/t'.\', "Pl'rro au//olldo"
Radrígul':: LU11a, "Sa//illlbm¡qui"
\'isto prl'll'rl'ntl'mente en sus ddl'ctos ysus dcsorbitancias.
Eh la galcria ck Arll' ifexicano haexpuesto unas "manchas" con temas directos del paisaje mexicano, Tamigi Ki/ag07 'o. Al propio tiempo se exhibían cstampas coloreadas, finísimas, del pintorjaponés Sharaltu. :\ estas dos exhibiciones ha sucedido la de A IIlollio RodríguezLUlla, l'l pintor de "lo mclancólico"; deun intimismo que no sólo se advierteen lo liminar de las rosas. sino en lo queellas dejan entrev('l'; imbuído de un patetismo manso ." callaclo de aceptación
bien intt'nci(¡nado a la \'L'Z o por e~',
mismo, sná quien PUl'(];¡ rastrl'ar talesdistingos.
BREVI':~
En el Salón de !a 1'lástica lVIc'xic:ln;,se h;ln celebrado las' siguientes eXl':)siciones; de FaJl/l,' Rabcl, exquisit<\ Vfina intérprete de la niñez y de la dulcedumbre silenciosa y humildl' del pueblo l1lexicano, con un gran st'ntido dt·lo esencial. saturado de gran '~ernur:l;
de Fraucisco V ázq Ifez, gra bildor, posecdar de un buen oficio y de mucho eI
rácter derorati\'o; de un grupo (k ,-'scultares que pomposamente sc titula "Salón", v CJuc tiene algunos hallazgos, como el del "Gamo" ele Gu-illcrlflo TOlfssailft, y algunas piezas dc Pl'alleiseo ZIÍ¡'iga, Al'enas Retalleourl, iglfoeio /lsúnsoLo, Gerllláll Cuelo, GeLes Cabrera, ,./:idcncio v I<osa CasliLlo. (Señalo la in'cidencia de un tema \'a ml1\' manido: elde representar la mujer incíígena en \.;:rias posiciones; sobre todo la "ucatecavista con r.jos de turista H'rnácu:'o -descubridor de i\mérica- que ya Ya siendoun manierismo. por no decir un academismo, . bastante p, 'bre); la magníficade dibujos de José ClemclI/e Oro:;co, 'lll,;¡de las ]'llejores que se han poelido admir;)r ele él, y que nos demuestra su gnnestro mágico y su maestría de mano, enla representaciún despiadada del hombre,
A/aní::, "Hurra l'n /a lllOn/ilIll/"
que enarbola la bandera encima del grupo de insurgentes; la primera figLll'ade estos; la madre indígena y el niño,en grupo patético con el feroz encomendero que la marca a ella con un hierrocandente como en el fresco del PalacioNacional', de Diego Rivera; y el gencl'al
. español derrotado, que recuerda una etapa de fantasia popt¡]'ar del propio ChávezMorado. En cambio. y no obstante estarbien construido no tiene igual calidadel Pípila. por el sitio en que está colocado; y el grupo de figuras simbólicasde la primera bóveda tampoco. Resultaun tanto aglomerado. y mueve a confusión en el espectador. [ste sector que seextiende hasta la parte superior elel panelcentral (el ele Hidalgo) tiene, de todosmodos, a'ciertos en colorido y en algunasformas, como la que representa el principio de la viela y la muerte en la teogonía precolombina (Nahui-Olin), herm050 motivo dcco'rativo v luminoso. Laintegración ck la media- sección transversal de una carabela con las graciosasbalaustradas ck una escakrilla superio;'subsidiaria. que conduce a la azotea,es perfecta, pues esta estructura de piedra clara semeja el castillo ele popa dela nave. El balance de los aciertos rotundos y las pequeñas deficiencias reo' .í.sulta satisfactúrio por todos cOllceptosJ Jpues solan1'i"ntc un espíritu exigentl: y