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50 Diciembre 2006 - Número 7 La Sombra del Membrillo EL GOLPE DE GRACIA DE JAIME ALEJANDRO RODRÍGUEZ Juan Antonio Cardete J aime Alejandro Rodríguez es Ingeniero Quí- mico por la Universidad Nacional de Colom- bia, Especialista en Ingeniería Nuclear, Magíster en Literatura, Doctor en Filología por la Uni- versidad Nacional de Educación a Distancia de Ma- drid. En la actualidad es Director del Centro de Edu- cación Asistida por Nuevas Tecnologías y Profesor asociado del Departamento de Literatura en la Pon- tificia Universidad Javeriana. Es uno de los máximos expertos en creación y estudio de la literatura digi- tal y en educación virtual (es creador y responsable de varias cátedras virtuales como Novela Colombiana (desde 2001), Cibercultura (2002), Hipertexto 1. Apro- ximaciones teóricas (2003), Hipertexto 2. El relato digital (2003) y Cultura y Posmodernidad (2003), to- das en la Universidad Javeriana de Bogotá. Sus publicaciones digitales, accesibles desde In- ternet, son una muestra de un nuevo modo de di- fundir el conocimiento y la creación: los ensayos El relato digital, Posmodernidad, literatura y otras yer- bas, Hipertexto y literatura, Narrativa colombiana con- temporánea; las obras de ficción Gabriella Infinita. Un hipermedia narrativo, la colección de relatos Coor- denadas imprecisas de la muerte, la novela El infierno de Amaury y el muy reciente hipermedia Golpe de gracia 1 (con un completísimo blog que desentraña las claves de su creación 2 ). Rodríguez es también au- tor de un interesantísimo blog de viajes, Crónicas mun- danas 3 , y de un imprescindible wikilibro N motivos para hablar de cibercultura 4 . Su obra impresa refleja esa doble actividad in- vestigadora y creativa: además de distintas publica- ciones colectivas, ha sacado de imprenta títulos como la novela Debido proceso (Medellín: Editorial Universidad EAFIT, 2000), Entretelas (mini-relatos) (Re- vista Javeriana. Bogotá: Junio 2000, 665, Tomo 134, pp. 402-406), Álbum de cuentos (Bogotá: Instituto Distrital de Cultura y Turismo, 1995) y los ensayos Autoconciencia y Posmodernidad. Metaficción en la novela colombiana (Bogotá: Si Editores, 1995), Hiper- texto y literatura. Una batalla por el signo en tiempos 1 http://www.javeriana.edu.co/golpedegracia/ 2 http://recursostic.javeriana.edu.co/multiblogs/golpe.php 3 http://cronicasmundo.blogspot.com 4 http://es.wikibooks.org/wiki/Cibercultura

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EL GOLPE DE GRACIA DE JAIME ALEJANDRO

RODRÍGUEZ

Juan Antonio Cardete

Jaime Alejandro Rodríguez es Ingeniero Quí-mico por la Universidad Nacional de Colom-bia, Especialista en Ingeniería Nuclear, Magísteren Literatura, Doctor en Filología por la Uni-

versidad Nacional de Educación a Distancia de Ma-drid. En la actualidad es Director del Centro de Edu-cación Asistida por Nuevas Tecnologías y Profesorasociado del Departamento de Literatura en la Pon-tificia Universidad Javeriana. Es uno de los máximosexpertos en creación y estudio de la literatura digi-tal y en educación virtual (es creador y responsablede varias cátedras virtuales como Novela Colombiana(desde 2001), Cibercultura (2002), Hipertexto 1. Apro-ximaciones teóricas (2003), Hipertexto 2. El relatodigital (2003) y Cultura y Posmodernidad (2003), to-das en la Universidad Javeriana de Bogotá.

Sus publicaciones digitales, accesibles desde In-ternet, son una muestra de un nuevo modo de di-fundir el conocimiento y la creación: los ensayos Elrelato digital, Posmodernidad, literatura y otras yer-bas, Hipertexto y literatura, Narrativa colombiana con-temporánea; las obras de ficción Gabriella Infinita. Unhipermedia narrativo, la colección de relatos Coor-denadas imprecisas de la muerte, la novela El infiernode Amaury y el muy reciente hipermedia Golpe degracia1 (con un completísimo blog que desentrañalas claves de su creación2). Rodríguez es también au-tor de un interesantísimo blog de viajes, Crónicas mun-danas3, y de un imprescindible wikilibro N motivospara hablar de cibercultura4 .

Su obra impresa refleja esa doble actividad in-vestigadora y creativa: además de distintas publica-

ciones colectivas, ha sacado de imprenta títuloscomo la novela Debido proceso (Medellín: EditorialUniversidad EAFIT, 2000), Entretelas (mini-relatos) (Re-vista Javeriana. Bogotá: Junio 2000, 665, Tomo 134,pp. 402-406), Álbum de cuentos (Bogotá: InstitutoDistrital de Cultura y Turismo, 1995) y los ensayosAutoconciencia y Posmodernidad. Metaficción en lanovela colombiana (Bogotá: Si Editores, 1995), Hiper-texto y literatura. Una batalla por el signo en tiempos

1 http://www.javeriana.edu.co/golpedegracia/2 http://recursostic.javeriana.edu.co/multiblogs/golpe.php3 http://cronicasmundo.blogspot.com4 http://es.wikibooks.org/wiki/Cibercultura

posmodernos (Bogotá: CEJA, 2000), Posmodernidad,Literatura y otras Yerbas (Bogotá: Universidad Jave-riana, 2000), El relato digital (Bogotá: Libros de Arena,2006).

Jaime Alejandro Rodríguez, uno de los pione-ros y máximos expertos internacionales en el estu-dio y creación de relatos digitales, ha acudido a Es-paña para participar y coordinar actividades dedistintos congresos, como el III Congreso Online delObservatorio de la Cibersociedad. Sus últimas pu-blicaciones son un hito de ese metafórico golpe degracia que abre una nueva época. Hemos tenido ellujo de poder realizarle una entrevista a su paso porMadrid, en un abarrotado Restaurante del Hotel deLas Letras.

COSMÓPOLIS

Usted ha vivido muy de cerca momentos históri-cos cruciales. Por ejemplo, el 11 S.

Poco antes del 11 de septiembre de 2001 es-tuve en un congreso de estudios latinoamericanosen Washington y me quedé un par de días para co-nocer la ciudad. El 11 de septiembre viajaba yo aMiami. En mi aeropuerto y a la hora en que mi vueloarrancaba debió de haber terroristas, porque uno deaquellos aviones fue a dar a Pensilvania, iba segura-mente con dirección a alguno de los blancos de losterroristas en Washington. Hay algo que me impre-siona mucho: mis parientes, mis amigos vieron an-tes que yo las imágenes, porque yo estaba en el avión

era. Y de hecho todo lo que ha venido después, Af-ganistán y luego Irak, lo ha demostrado.

Y momentos viajeros deliciosos: ¿puede re-cordarnos su encuentro en Managua con CarlosMejía Godoy?

En Latinoamérica hay una red de cantautoresmuy interesante. Yo no soy muy cercano a esa red,pero conocí a Fernando Escobar, cantautor mexicano,que en seguida nos sedujo con su arte, su capaci-dad de apertura espiritual. Fernando estaba invitadoa la casa de Carlos Mejía Godoy, donde fuimos ungrupo grande de personas. Allí sentí algo que yo novivía desde hacía mucho tiempo (lo viví en mi épocade estudiante universitario). Yo estudié en una uni-versidad pública y en la época de los setenta se vi-vía muy fervientemente el sentimiento latinoameri-cano. Lo volví a vivir allí plenamente con un plusque es oírlo de la viva voz de alguien tan maravi-lloso como Carlos Mejía Godoy. Ver a mi amigo Fer-nando cantando allí esas canciones (algunas citadasy reseñadas en mi Crónicas mundanas) es como unrecordatorio para no olvidar qué sentimiento hay de-trás de eso que parece tan ambiguo que es lo lati-noamericano, que ha sufrido los embates de la glo-balización.

Su actividad viajera le ha llevado hasta las pirá-mides de Teotihuacan. ¿Puede encontrarse allí laexplicación de parte de su escritura sobre lamuerte?

Han sido tres visitas a las pirámides y en lastres he tenido una experiencia muy extraña. La pri-mera, casi de desfallecimiento espiritual tan fuerte

Jaime Alejandro Rodríguez y Juan Antonio Cardete. Foto: Esaú Cano

durante los sucesos. La primeraimagen que alcancé en vivo fue enel aeropuerto de Charlotte, dondeel avión tuvo que aterrizar. Cayó lasegunda torre. En Colombia hemosvivido muchos atentados terroristas,pero yo nunca logré imaginarme elalcance de ese atentado. Como co-mento en Crónicas Mundanas, fuecomo si alguien te hubiera invitadoa una fiesta y, de repente, el dueñocerrara las puertas. Nos sentimos así:completamente atrapados, inclusosospechosos. En ese momento, cual-quier extranjero era ya sospechoso.Luego en Miami viví el desalojo deun centro comercial. Todo tan an-gustioso, sumado a la zozobra queaquí sufrían mis parientes, mis hi-jos. Como alguien dijo cuando lle-gué a Colombia, es el hito quemarca el tercer milenio, una nueva

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que me llevó a pensar por primera vez en el suici-dio. La segunda vez, que estuve con mi esposa, eldescenso de la pirámide me trajo una enfermedad,una gripe terrible. En algún encuentro, un mexicanome comentaba que tal vez sin querer yo había he-cho algún tipo de ofensa a los dioses aztecas... loque me dejó más inquieto todavía. Sé que me lo di-jeron por bromear, pero yo me quedé con la pre-gunta de si yo había hecho algo allí arriba que ofen-diera espiritualmente a ese maravilloso pueblo quees el azteca. Creo que valió la pena escribirlo, por-que fue una muy sentida experiencia y quizá algu-nas otras personas la han tenido. En Crónicas, el blogdonde cuento esta experiencia, sobre todo como unainvitación a reflexionar sobre los contactos intercul-turales, tan importantes y a veces tomados de formaturística, muy a la ligera.

Otro viaje de otra dimensión: ¿Por qué un inge-niero químico metido de lleno en el mundo lite-rario?

De alguna forma siempre lo literario estuvopresente en mi sensibilidad, en mis lecturas. Cuandofui estudiante de Ingeniería, no había taller literarioque me perdiera. Curiosamente, mi especializaciónfue de ingeniero nuclear en Argentina. En ese mo-mento, hace veinte años, la explosión cultural en Ar-gentina era muy grande. Y yo quedé deslumbradoabsolutamente con el panorama cultural argentino.Llegué con la decisión de hacer algo que había he-cho informalmente: escribir y leer literatura. Co-menzó una experiencia muy interesante que fue ha-cer una maestría en literatura en mi país, a la quesiguió la invitación de la universidad a ser profesorde Literatura. Una decisión un poco dura en su mo-

mento, pero que me llevó por el camino donde es-toy: publicaciones, premios, que me fueron llevandoa afirmar esa vocación. Pero con una cosa muy cu-riosa: un reencuentro con la tecnología en esto dela narrativa digital. El hecho de haber sido ingenierome facilita ese contacto con lo tecnológico, que noes tan fácil para muchos colegas de la literatura. Almenos en mi país, sólo ahora los jóvenes empiezana asimilar y valorar estas posibilidades de lo tecno-lógico. En general, los que han hecho una carrerahumanística ven con sospecha, con desconfianza lasposibilidades de lo tecnológico en la expresión lite-raria.

CIBERCULTURA

Entramos así de lleno en su especialidad: la ci-bercultura. ¿Qué actitud general existe en elmundo universitario colombiano con respecto ala creación digital y la publicación on line?

Hay cada vez más interés y los programas aca-démicos de diseño gráfico y diseño industrial hanempezado a incluir dentro de sus currículos espa-cios para trabajo digital. Hay mucho interés, muchotalento, la academia empieza a flexibilizarse, variasuniversidades empiezan a trabajar ya el diseño di-gital como carrera, como formación profesional.Pero también hay, simultáneamente, mucha infor-malidad. Quienes producen se han formado más bienempíricamente. Han empezado a jugar con progra-mas, a apostar por cosas, por ejemplo, enciclope-dias que incluían interacción, juegos. El joven, de-bido a que se acerca por el lado del entretenimiento,tiene mucha sensibilidad para empezar a desarro-llar posibilidades. En este momento, en la universi-dad donde trabajo, la Javeriana de Bogotá, hay untaller que empieza a desarrollar productos muy in-teresantes de gente que uno descubre ya con mu-cho talento, gente con mucha naturalidad con el me-dio. Antes la cuestión era aprender a usar el medio.Hoy ya se nace con esa dimensión incorporada. Creoque va a tener mucho futuro porque las universida-des ya empiezan a acoger seriamente esa realidad.

¿Y cómo toma el mundo de las humanidades yel mundo docente en Colombia esta nueva reali-dad de la cibercultura?

Hay mucha resistencia. Hay dificultades paracomprender el acercamiento. Hay una especie depresión cultural que hace que incluso las personasmás resistentes tengan que incorporar la tecnologíaen su vida cotidiana. Es más complicado en el usoinstitucional. Hay una cosa muy curiosa, una expe-riencia que tenemos. El centro que yo dirijo es res-ponsable de capacitar a los profesores en el uso de

“Pero así como un músculo o un huesose lesiona de por vida tras algún accidente,así mi ánimo quedó lisiado: basta que meencuentre sólo, recostado en la cama a esode las dos o tres de la tarde para que todaesa barahúnda de sentimientos que algunavez me perturbó de manera tan inaudita meatropelle con la fuerza de un sunami.

Tal vez fue sólo el efecto de una insola-ción leve, tal vez cometí alguna imprudenciaante los dioses aztecas, tal vez estaba enfer-mo, no sé cómo explicar lo que me sucedió,lo único cierto es que fui premiado (¿o casti-gado?) con la oportunidad de anticipar el tipode sentimientos que llegarán alguna vez a milecho de muerte.”

Crónicas mundanas:http://cronicasmundo.blogspot.com

las tecnologías para la educación. Hay mucho entu-siasmo en algunos profesores, pero a la hora de po-ner en práctica esta tecnología no obtienen la res-puesta esperada del estudiante. Y la pregunta es: siel estudiante tiene cada vez más incorporada la tec-nología de forma natural, ¿por qué no? Hace pocohe leído un artículo sobre esto y creo que la respuestaestá en que el estudiante usa la tecnología de ma-nera transversal, no establece fronteras. El entrete-nimiento está en la misma esfera que el juego y elestudio. Cuando uno trata de forzar la tecnología parael estudio, para el aprendizaje solamente, el estu-diante ya no reacciona igual. Curiosamente, en estemomento hay una especie de descenso del entu-siasmo en los profesores porque no hay la respuestaesperada. Pero se debe a que no hay un reconoci-miento de la manera como el joven incorpora la tec-nología y, por tanto, de cómo nosotros deberíamosusarla más estratégicamente. En las humanidades esmás dramática la situación, pero empieza a haber unacercamiento. Concretamente, en otra universidadhan aprobado una maestría en literatura creativa, unprograma que hacía falta en Colombia, y al que mehan invitado a crear la línea de literatura digital, por-que probablemente atraiga más personas a esamaestría si incorporamos la línea de cibercultura yde tecnología. Ahí vamos a tener que ensayar demanera mucho más estratégica esta oferta, porquehay resistencias por un lado del profesor –y más delhumanista– pero por otro lado del estudiante quesiente que su medio natural es colonizado para usosinstitucionales. Yo lo veo en mis hijos que están cha-teando, comunicando, divirtiéndose, pero tambiénestudiando, trabajando... Cómo respetar eso es unreto importante que hay que desarrollar. Creo que

perder esa carrera. El hipermedia puede ser una formade nombrar pero algo que usó Aarseth5 hace ya diezaños, el cibertexto, creo que fue más preciso. Lo dehipertexto surge de la propuesta que hizo Landow6

en su tiempo hace ya quince años, pero “ficción hi-pertextual” es una expresión que también hizo ca-rrera, como “relato digital”, con la que yo trato deincorporar una posibilidad más amplia. Es importanteque acordemos lenguaje pero es más importante quela realidad que hay detrás sea la que imponga eselenguaje. Y estamos en ese momento tanto de lo in-cunable en obras como de la semantización y nom-bramiento de ese lenguaje. A medida que haya másobras y más masa crítica el lenguaje irá sedimentando.Estamos en este momento de exploración.

¿Cuál es el peligro más inminente que hace ne-cesaria la llamada por Tomás Maldonado “críticade la razón informática”?

La idea de perder la perspectiva democráticaque abren las nuevas tecnologías. Eso se siente mu-cho en Latinoamérica por las dificultades de acceso,que es muy bajo. Y más si se considera no sólo elacceso tecnológico, sino la ambientación cultural deese acceso. Allá se ha hecho un esfuerzo muy grandeen incorporar programas como “Computadores paraeducar”7 pero han fracasado porque la forma de in-corporar culturalmente el asunto no ha sido exitosa.

Foto: María Fdez.-Cabrera

lo que hay que hacer es incorporaro desarrollar observatorios de cul-tura juvenil, liderados por los mis-mos jóvenes para, así curiosamente,aprender nosotros, no para ense-ñarles a manejar algo que saben mu-cho mejor que nosotros.

Esta llamada por Janet Murray“época incunable de la narrativadigital” evidencia todavía una no-table confusión terminológica.¿Cree que, por ejemplo, la defi-nición de hipermedia (hipertexto,multimedia e interactividad) queusted maneja para sus obraspuede verse desbordada por lascreaciones que vayan apare-ciendo?

En realidad, los términos ha-cen carrera pero tienen el riesgo de

5 AARSETH, Espen J. Cybertext: Perspectives on ErgodicLiterature. Baltimore: Johns Hopkins U.P., 1997.

6 LANDOW, George P. Hipertexto. La convergencia dela teoría crítica contemporánea y la tecnología. Barcelona:Paidós. 1995.

7 http://www.computadoresparaeducar.gov.co/

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Si eso se suma a las posibilidades de manipulación–sobre todo desde el punto de vista comercial– dela toma de la red, se explica uno la inquietud quetiene Tomás Maldonado. Él afirma que las tecnolo-gías traen cosas muy importantes, inéditas para lacultura humana, pero también riesgos como éste de–en lugar de generar una democratización– generarlo que llama también Roger Chartier una nueva frag-mentación social. Ahí es donde está fundamental-mente el peligro. Si en países como los nuestros dondetodavía hay problemas de analfabetismo, sumamoseste nuevo analfabetismo, la llamada brecha digitales mucho más dramática.

OBRA DE FICCIÓN

Sus primeros intentos literarios fueron en verso.¿Es la poesía un camino definitivamente abando-nado para usted?

Mis pecados poéticos fueron de juventud. Yocomencé escribiendo poesía como muchos escrito-res. Rápidamente me volqué hacia la narrativa,cuento y novela. Sin haber dejado de escribir narra-tiva, tengo un blog de crónicas de viajes y otros ejer-

8 “Del texto al hipertexto: hacia una epistemología deldiscurso hipertextual” http://www.ucm.es/info/especulo/hiper-tul/clement.htm

mensión que seguramente tendrá un desarrollo pos-terior gracias al contacto y reconocimiento de lo queestamos haciendo todos.

¿Por qué esa reutilización de títulos de susobras (por ejemplo, “Coordenadas imprecisas dela muerte” es una colección de relatos pero a lavez es una sección de El infierno del padreAmaury y una parte de Golpe de Gracia)? ¿Porquetodo está conectado?

Sí, es por eso. Es más bien para dar la sensa-ción de conexión. Pero también es parte de una ob-sesión mía: el tema de la muerte que aparece entoda mi obra como metáfora y como realidad, la máshumana que tenemos. Sí, es dar la sensación de co-nectividad. Una de las conclusiones que he tenidocon El relato digital es: por fin todo se conecta. Porfin puedo conectar eso que parecía aislado. Fue unaconciencia de conexión más que una intención deconexión. Además, Jean Clément8 propone que lometafórico en el hipertexto es que cuando tú regresasa una lexia, aunque tenga el mismo nombre, cuandola lees es otra cosa. Cuando tú lees “Coordenadasimprecisas de la muerte” en los relatos, en El infiernodel padre Amaury o en otro lado, aunque tenga elmismo nombre, es otra cosa siempre.

cicios literarios. En Golpe de gracia apareceuna novela que se va a publicar en estosdías en forma de libro. Lo poético quedóallí, inmerso en la escritura narrativa.

Los avatares editoriales de su novela-hi-pertexto-hipermedia Gabriella Infinitason, posiblemente, la historia de un cam-bio de época, el paso de la literatura tra-dicional a la digital.

Como menciono en la descripción delproyecto de Gabriella, cuando mi novela enpapel fracasa frente al lector, me pregunto:¿Fracaso yo como escritor o hay una nuevadimensión de lectura? Y apuesto por esa se-gunda dimensión: es decir, la novela lo queestaba exigiendo en ese momento era unanueva forma. Y aparece esta posibilidad ex-presiva que inicialmente es el hipertexto,luego es el hipermedia y luego en Golpede gracia un siguiente paso, que es cons-truir esa narrativa a partir de las caracterís-ticas propias del nuevo medio, no como unaadaptación del texto, que fue lo que ocu-rrió con Gabriella. Y ahí aparece otra di-

¿Cómo ha sido el proceso de creación del vide-ojuego Golpe de Gracia?

Cuando hicimos el diseño del videojuego, eldiseño de la estructura de interacción, quien me ayudófue mi hijo. Él fue quien me dio datos, por ejemplo,sobre juegos de rol y me ayudó a desenmarañar laposibilidad de la pirámide, de la Costa da Morte, quefue interesante producto de mi visita a Galicia. Creoque fue fundamental acompañarme de esta pers-pectiva de lógica del juego que ya uno no tiene. Yoal principio estaba pensando, por ejemplo, en pun-tajes, pero mi hijo me decía que eso ya no se usaba,que hoy en día se usaban otro tipo de motivacionespara el jugador como por ejemplo la energía, eltiempo, las ayudas que aparecen. Esencialmente, los

juegos conservan una dimensión de interacción clá-sica. Vencer enemigos, ayudarse... Esto se ve en li-teratura en la estructura que descubrió Propp paralos cuentos maravillosos: ver reflejados los adversa-rios, ayudantes... Cuando uno ve los esquemas ac-tanciales de Greimas ahí aparece cuál es el objeto,quién destina, quién recibe la acción... Es exactamentelo mismo, ya viendo la interacción definitiva de losjuegos.

¿El hecho de que el protagonista de Golpe de gra-cia sea un sacerdote no puede ahuyentar a algu-nos usuarios jóvenes del videojuego?

En el Primer Mundo hay cuatro personajes, fi-guras autoritarias. Quedó en proyecto el dar vida aesos cuatro personajes, desarrollarlos. Eso quedócomo una segunda parte del proyecto que haré al-guna vez. Incluso yo al principio tenía una quinta fi-gura que era el autor como figura autoritaria. Final-mente, hay dos razones para haber decidido darleprotagonismo o más figuración al sacerdote. Una esmi formación (yo he sido formado por jesuitas desdeel colegio y luego en la universidad, por lo que losconozco bastante bien: hay varias referencias muypersonales). La otra es que los sacerdotes reúnen muybien lo que yo he querido mostrar como problemáticadel autoritarismo: un sacerdote puede ser profesor, jefe,

son “padres” con hijos espirituales… Es un riesgoese posible rechazo, pero pienso que si la gente en-tra al juego, va a entender cómo allí se recoge la crí-tica al autoritarismo que es tema central de todo elhipermedia.

LEER, LEER (EN PAPEL O PANTALLA)

¿Qué lectura recomendaría a un joven lector denuestra revista?

Por ejemplo, Jorge Franco, que ya ha empezadoa impactar en el mercado europeo con Rosario Tije-ras o con Paraíso Travel, novela que ya va a ser pe-lícula. Hay un autor colombiano premiado acá, MarioMendoza, con su novela Satanás. Son recomenda-ciones de literatura que permite reconocer lo quesomos, pero que también tiene esa universalidad delconocimiento metafórico que es importante para lajuventud hoy.

Foto: Esaú Cano

Haciendo uso de la articulación dediversas morfologías comunicativas (anima-ción, juego, imagen, música, sonido, voces,texto), este multimedia interactivo narra lahistoria de un hombre que pasa por unaexperiencia cercana a la muerte, tras habersido víctima de un atentado. El objetivogeneral es explotar esa circunstancia comometáfora de lo que sucede a nuestra socie-dad contemporánea, tensionada hoy por unasuerte de transición hacia un estado decosas en el que los valores consolidados dela modernidad sufren la embestida de nue-vos paradigmas. La verdad es que vivimoslos síntomas de lo que será muy pronto laafirmación de un modo distinto de ver yhacer las cosas y por tanto somos de algúnmodo testigos de la “muerte” del “viejo”modo. Dentro de esos signos se destaca unaapuesta por la usanza extendida de las lla-madas nuevas tecnologías de la informacióny la comunicación (NTICs), cuyo paradigmaes la red de Internet. Alrededor del uso de lasNTICs se está produciendo una galopantecarrera de productos, utilidades, racionalida-des, reglas de juego, y costumbres, quealgunos autores disponen bajo el nombre de“cibercultura”, un nuevo sistema de axiomasy valores que estaría encarnando ese mundoal que nos estamos mudando irremediable-mente.

El relato digital, Bogotá, Libros deArena, 2006, pp. 386-387.

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¿El hecho de que la literatura digital puedaatraer a un tipo de lector que no se acerca al li-bro en papel podría convencer a los más escép-ticos sobre este medio?

Creo que sí. Con Gabriella Infinita sucedió unacosa muy curiosa. Me hicieron muchas invitacionesa colegios. Se conocían la obra (no leían toda la no-vela –Gabriella exige mucha lectura– pero se acer-caban a ella) y empezaban a interesarse por leer, pre-guntaban por el libro. Me invitaban mucho a hablarcon los muchachos para ver de qué manera se po-día incorporar como estrategia de acercamiento a lalectura esta dimensión. No creo que sea tan fácil comomezclar esas posibilidades; creo que cada medio vaa exigir lo propio. Sí creo que más que la lectura, eluso que la literatura nos ha enseñado para la pala-bra se puede aplicar a lo digital.

EL FUTURO

10 http://www.squeak.org/

porque proyectos como Golpe de gracia resultan one-rosos, complicados, con equipos completos traba-jando. Me llevo la perspectiva de una plataforma comoSqueak10, que es una plataforma de software librepara la creación de multimedia e hipermedia en laque cualquier persona podría programar y desarro-llar cosas tan complejas como un juego. Este me pa-rece que es el futuro y lo que hay que empezar apromover. Eso sí termina diluyendo por completoalgo que el hipertexto soñó siempre, que es la fi-gura del autor. El autor hoy no ha desaparecido to-talmente, pero creo que con proyectos como esos,donde la construcción es colectiva, van a permitirun trabajo –mucho más alejado de lo literario, quedepende completamente del autor– acercándonosa una nueva manera de hacer las cosas. Me llevoese reto como un proyecto para desarrollar en es-tos próximos años.

¿Cuáles son tus retos más cercanos?Tengo un reto –que ya aparece en

Golpe de gracia– que es hacer convergen-cia con las posibilidades pedagógicas de laliteratura digital. Es curioso que el libro Li-teratura y cibercultura9 termina con un ca-pítulo escrito por Michael Joyce (el pionerodel hipertexto literario) hablando de edu-cación. Es muy curioso porque a mí me hapasado también: ver cómo aprovechamosesto para lo educativo. Un segundo retoes cómo permitir ya no solamente el accesode lectores, sino cómo facilitar la creación,

Entrevista realizada por Juan Antonio Cardete, Alba Eglicerio, María Fernández-Cabrera, Jennifer González, Tamara Nebrily Aránzazu Oteo. Fotos Esaú Cano y María Fernández-Cabrera. LSM 2006.

9 SÁNCHEZ-MESA MARTÍNEZ, Domingo (ed.). Litera-tura y Cibercultura. Madrid, Arco Libros, 2004.