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C O M P E N D I OH IST Ó R IC O ,
QUE PRESENTA UNA SUCINTA IDEA
DEL POR QUÉ SE HALLA LA ESPAÑA
EN LA TRISTE SITUACION QUE LA
AFLIG E : DE LAS V ILE S IN TRIG AS
QUE HA USADO EL EMPERADOR DE
LOS FRANCESES PARA USURPARLE
EL TRONO : ENTRADA Y CONDUCTA
DE SUS TROPAS EN NUESTROS REY-
NOS ; Y NECESIDAD DE EX
TERMINARLAS.
V A L E N C IA .
P o r la V iu d a d e A g u s tín Laborda. 1809.
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l l . ' ’ Spaña , q u e en ningún tiem po ha ce- dido en valor á otra Potencia , se ha
(íistlnguido siem pre en el amor , fidelidad y obediencia á sus Soberanos. Estas v ir tu des , q u e en todas épocas la han hecho brillar entre las N aciones de E u r o p a , han sido los m edios de q u e ha procurado valerse la perfidia para destruirla y de todo punto aniquilarla. N u n ca han faltado en todos los reynados traydores q u e lo intentasen; pero jamás ha lleg ad o el mal casi á su e x trem o , sino en e l estado q u e lloramos. L a privanza excesiva q u e los R eyes dispensan á un particular vasallo , produce tan abominables monstruos : la ingratitud por lo com ún es conseqiiencia del favor q u e g o zan : la vanidad de su valim iento les ind uce a com eter los mas bárbaros atentados; siem pre aj>piran á mas de lo q u e la suerte les proporciona: para llenar sus deseos, no h ay inconveniente q u e su cegu ed ad no les facilite allanado. Q u án fatales sean los efectos , nos lo acuerdan los fastos de la historia : causan la desolación de los r e y n o s ; y aun la v id a de los M onarcas no se excep -
tua de las asechanzas de los favoritos.J u lio C ésar pereció asesinado en su
ir.ismo trono , á manos de los dos á q u ie nes mas habia d istin guido y ensalzado. O tros reynos han gem ido con am argura catá*;trofe tan lamentable. N u estra España p adece h oy rodeada de tribulaciones en que la ha puesto un tirano : se v e en los ú ltimos instantes de su desgracia ; y sus hijos en arma para libertarla , ó m orir gloriosam ente en la defensa. A este estado la ha conducido el mas pérfido de los hombres( i ) á quien su M agestad el Señor D . C arr los I V . con mano franca ha prodigado honores , t ítu lo s , gracias y riquezas : su retribución ha s id o , q u ererle privar del trono , y extin g u ir la real F am ilia. Supo a lu cinar de tal suerte al S o b eran o , q u e logró ?er árbitro de todas las au to rid ad es, y d é spota en todos los ramos del gobierno : lle g ó á obtener el asombroso decreto ( 2 ) de q u e se le respetase y obedeciese como á la misma real Persona.
/ '(1) Don Minué! G cd oy.(2) Real Orden dada 6a Aranjnez a 13. de
Enero del año 1807.
E ste P r iv a d o , en quien á porfía se han cifrado todos los vicios , se poseyó en el mas alto grado de la ambición , y esta le ha guiado á su precipicio , y puesto á la España en los ú'tim os momentos de su total ruina. L o s deseos de saciar su codicia, le hacian atropellar los sagrados derechos de la N ación : la oprim ia con repetidos im puestos y co n trib u cio n es, cubriéndolas con el respetable nombre de urgencias d e la C oron a ; quando si sufria algunas , eran conseqüencias de su depravada conducta. L as fundaciones y pias m em orias no se vieron libres de su perfidia : y com o tenia en su mano el absoluto poder , violaba las mas santr.s constituciones de la M onarquía. H e aq u í la causa im p ulsiva de los trastornos que sufre.
L o s E sp añ oles, sus M a g istra d o s , y el suprem o T rib u n a l de la N a ció n , miraban con dolor las operaciones de este'fiero destructor de las leyes ; pero ver á aquellas A utoridad es con el nom bre real , les conducía á la o b ed ie n cia . propio efecto de su carácter fi^lelísimo. E ste m onstruo de la iniquidad estaba fraguando la entera desolación de la España j y al intento , era su
principal m ira , separar los sabios M inistros q u e rodeaban el tro n o : privar de las facu ltades , q u e por su instituto se le atribuyen al R eal C on sejo de C astilla , formaba tod o el em peño de este m alvado Español. E l suprem o T rib u n al acaso clam aría para recobrar la soberana potestad de q u e goza por nacional con stitu ción : prevería los males q u e h o y afligen á nuestros reynos ; y nada podía precaver , despojado de aquel poder legislativo q u e por prim itiva creación le es debido.
T e n ia el tirano de la N ació n tan adorm ecidos ios sentidos del M onarca , y estaba tan hecho dueño de sus acciones , q u e no reconocía otra le y q u e su deseo , haciéndolo respetar y obedecer con el real nombre. N o satisfecho con los destinos y altas d ig nidades de q u e se veía adornado ( i ) aspi-
( I) Desde su estado de Guardia de Corps pa- s6 por grados rápidamente k Ministro de Estado, G and¿ de España de primera clase , y obtuvo la gracia de diferentes hábitos y bandas ; y con decretos de 6. de Agosto y 4. de 0 :tubre de 1801 se le confij el importante encargo de G eneralísimo de las armas de mar y tierra , siendo y a entonces Duque de la Alcudia y Príncipe de
raba h la suprem a de un cetro. C o m o por sí solo no podía em prender acción tan arriesgada , á pesar d e ser dueño de las armas y de las primeras potestad es, buscó la alianza del m ortal mas feroz q u e ha producido la naturaleza , en el E m perador de los Franceses. H alló en este m odelo d e la crueldad , todo el apoyo y confianza que discurrió bastantes para consumar el mas arroz de los delitos ; pero no advirtió in cauto , q u e e l q u e le ofrecia proteccíoni habia q uerido siem pre las glorias para si, á costa de las mas negras fe lo n ía s , y q u e seria aparente la confederación , hasta lo grar sus proyectos : para verificarlos, m ediaba el inconveniente de tener sucesor la C o ro n a , y á fin de superar este obstáculo,
la Pa2, con otros títulos. Y en 13. de Entro de 1807. declaró su Magestad , compctone el goce de la potestad y facultades de Almirante «t'ucral de España é Indias, corao en lo aríii'^o lo habían gozado los SercniMreos Scn<ne« Don (>)aa de A uitria, hijo del Señor R ey Don Carlos IM- m ero, D onjuán de Aostiia, hijo d \ Señor Don Felipe Qt-arto , y el Iníants Don Felipe , tío y suegro del Señor Don Carlos Quarto , con el tratamiento de Alteza Sereoísima.
debían apurarse todos los recursos. N u e s tro Soberano reynante , como P ríncipe ju rado entonces, les desbarataba todo el plan d e sus designios : contra su real Persona debían asestarse los tiros , por prelim inar d e la infam e obra meditada. A sí pues intentan estos infernales aliados que parezca reo de un crimen asom broso, y cóm plices los d e su servidum bre.
D e sp u es d e haber agotado las mas ex quisitas ideas para confundirle : despues de haber intentado despojarle de la sucesión , pretextando falsamente ser incapaz para el gobierno ; y viendo q u e quedaban frustradas todas sus diabólicas trazas, abrazan el partido de suponerle en vu elto en el abom inable delito de traydor , conspirando contra la vida de su augusto padre. Q u é p erfid ia , Españoles l horroriza su recuerdo. E l v il impostor , como despótico d e la voluntad del R e y , dispone se allane e l quarto de su A lte za real : nada se encuentra , q u e pueda hacerle ni aun rem otam ente sospechoso ; pero com o la suerte estaba e ch a d a , y debia seguirse la infernal trama , hace el infam e rival se proceda al arresto del P rín cipe , y se verifica en U
noche d el 29. de O ctu b re ( i ) de 18 0 7 . Sin otro exam en , en e l sigu iente dia 30. e l v i l seductor extien de de su propia letra ( 2 ) y entrega al M inistro de justicia un decreto , tratando de traydor á su A lte za , y se aprisionan sus criados. E n su arresto tien e la audacia de presentarle una carta, q u e habia escrito de su puño ( 3 ) para q u e la copie y firm e, pidiendo perdón á sus soberanos padres. T rab aja con nervio este autor de la com ún r u in a , para verificar su ob geto : era calum nia , y q u ed a descubierta la m aldad en la sentencia q u e pronunciaron y consultaron al R e y en 25. de E n ero de este año los rectos M inistros q u e para ello habia su M agestad diputado ( 4 ) ; pu es fueron enteram ente absueltos los acu sados.
D esvanecidos tan infames proyectos,
(1) Se manifestó en la Gaceta extraordinaria del Jueves 3 r. de Marzo de este año.
(2) E n el mismo Manifiesto de la citada Gaceta.
(3) D e órden de su Magestad reynante se publicó en la mencionada Gaceta.
(4) £n la misma Gaceta de 31. de Marzo de este año se inserta esta semencia.
IOvarían el rum bo de sus crim inales ideas las bárbaros aliados : fingir una revolución en la corte , y persuadir à los K e y e s à una precipitada fu g a con la real F am ilia , m editan les facilite el logro de sus pérfidas intenciones, apoderándose del trono. A cu e rdan , q u e para ello es oportuna la entrada de tropas francesas en España : lo verifican con el especioso pretexto de fortificar los puntos q u e podian atacar los Ingleses , y de d irigirse à la plaza de G ibraltar. P re para* este m onstruo à los R e y e s , pintándoles con los mas vivos coloridos la revolución en M ad rid j y q u e como tan interesado en sus vidas , no hallaba otro a ib itiio para li- bcrtailas q u e la ausencia. C on d esticn de su M agestad , q u e m iraba à su P rivad o com o un oráculo verd ad eio : dispone la marcha en el real sitio de A r a n ju e z , donde se hallaba la corte ; y aunque con el mas cu idadoso sigilo , se conoce por los m ovim ientos y preparativos : la intercepta y estorba la lealtad española , y señaladamente la g u a rdia real : préndese al tirano , y queda deshecha toda la diabólica m áquina fraguada por m perfidia.
Sensible le sería a l cobarde N apoleon
este acontecim iento , al v e r la falta de su alia lo , y verificada la exaltación al trono de nuestro actual C a tó lico M onarca , por abdicación ( i ) del R e y su padre ; pero com o sus miras eran hacerse dueño de E spaña , no las abandona , fiado en su carácter intrigante , y en la fuerza de su crecido exército , quando ya tenia tomadas las mas im portantes plazas y fuertes , y se hallaba dom inando la C ap ita l. A n te todo reclam a à su a m ig o , logra pasarle à F r a n c ia , y lo lib erta del justo castigo q u e se le prepara. L e incom odaba la existencia d e nuestro Soberano en estos d om in io s, y procura separarle ; válese de la alianza y amistad : le convida à conferencias q u e supone para felicidad de sus vasallos : disfraza su solicitud , encareciendo ,,q u e com o la abdicación d el R e y padre ( 2 ) habia tenido efecto en el momento q u e sus exércitos ocuparon la E'^pañ.i , y q u e la E u ro p a y la posteridad llegarían à c r e e r , q u e habia m andado tan-
(i) RsU Decreto de Ablicacion dado en Araiiiuez * 19. ds Marzo áe este año.
(i) C-r:a del Emperador al Stñot Don Fer- naudo Sé;?tÍmo , inserta en la circular del C o o - scjo de 8. de M ayo del mismo.
tas tropas con el solo o b g e to d e derribar d el trono á su aliado y am igo ; debia co m o Soberano vecino , enterarse de lo ocurrid o , antes de reconocer esta abdicación.
L le n o d e buena fe nuestro Soberano, no d u d ó un m om ento cum plir los deseos d el E m perador ; estaba seguro d e q u e por su parte no se habia p re te n d id o , y de que era notorio se había practicado por su au gusto padre con la m ayor libertad ; y por lo mismo le era indiferente qu alq u iera -indagación. T am p oco podía resistirse , pu es la debilidad del anterior G o b iern o tenia á la N ació n sin fuerzas , ni erario para disponerlas , e n la prem ura de verse rodeada de exércitos num erosos. Q u a lq u iera n o vedad causaría un rom pim iento , d e q u e seria conseqiiencia la efusión d e sangre , y la total ruina de la M on arquía por su situación. Estas prudentes reflexiones le h icieron disponer y verificar la m archa á B a yo na , m u y ageno d e sufrir lo q u e padece, y sentimos todos sus vasallos. N o debia re celar , quando se hallaba con la garantía del mismo N ap o leon ( i ) „q u e tendría todo
(i) E n la citadi Carta del Emperador al Señor Don Fernando Séptimo.
su apoyo , si jamás las faccio n es, de qual- quiera clase q u e fuesen , le perturbasen en su trono.”
C o n estos ardides y fingim ientos atraxo à su poder en B ayon a al augusto F e rn a n do , y con los mismos sucesivam ente à los R e y e s padres y real F am ilia. A n terio rm ente habia procurado p e rsu a d ir , q u e v e nia à E sp a ñ a , con c u y o m otivo habia salido à encontrarle el Señor Infante D o n C a r los M aría , q u e lle g ó hasta la misma c iu dad de B ayon a , donde lo detenia. Q u a n do este pérfido desolador de la E u ropa v ió le habia faltado la alianza de su am igo , discurrió , q u e el m edio mas à propósito para seguir sus in iq u id a d es, era , prop orcionar q u e el Señor D o n C arlo s Q u a rto reclam ase la cesión de la corona , manifestando habia sido à la violencia , y q u e para e llo buscase los auxilios de su autoridad y poder. T irab a à cohonestar con esta n u eva tram a su perfidia , y excusar la nota en q u e debia incurrir entre las demás P o ten cias ,d e m ezclarse en tales conocimientos , sin ser buscado ; poco le costaria m anejarlo todo à su arbitrio : valiéndose del carácter dócil d e l R e y , d e su edad , de sus accidentes.
y d e a lgunos que aun le rodeaban , de la facción del V a lid o , podía creer seguro el éxito. L e facilitaba mas su proyecto , el tener en M ad rid á su cuñado el D u q u e de B e rg , a g e n te nato de sus maldades en todos los puntos y cÜmas ; sírvese pues de estos conductos y proporciones ; dispone q u e el P ríncipe M u ra t d ip ute su geco ,q u p pasando al sitio de A ran ju ez , entregue una carta á la R e y n a de E tru ria ; se v e rifica ( i ) y su M agestad se d irig e á leerla á los R eyes p a d re s , y los tres se presentan al portador , q u e lo fu e el G en eral D e - montion.
L o q u e contendría aqu el escrito , y lo q u e el com isionado diria á sus M agesta- des , dexa conocerse , serian máximas lle nas de seducción , y ofertas de protección exagerada para lograr sus fines ; no debe dudarse , se co lige , por haber respondido el R e y ( 2 ) que quedaba sum am ente agra-r
(1) Rcsulu en el Informe que el mismo De> montion d al Duque de Berg desde Aranjuez en de Marzo d*í este añ o , qne se inserta en el Disrlo de M ’drld de lo . de Mayo.
(2) $c describe en el mismo Liforme y Diario de 10. de M a y o .,
decido al D u q u e de B e rg , por el m ucho interés q u e se tom aba en sus desgracias, y significarse contra la conducta del P ríncipe su hijo , en términos nada p ro p io s, ni con- d liab ies con el aprecio y particular amor con que siem pre ha distin guido sus v irtu des. F u e resultado de esta cesión m editada , entregarle à D em ontion su M agestad una carta para el E m p e ra d o r , m anifestándole ( i ) q u e la renuncia de su diadem a la habia hecho entre el rum or d e las armas y clamores de una guardia sublevada , q u e le daban bien à conocer , q u e era preciso escoger entre la v id a ò la m uerte ; que esto le habia obligado à abdicar : pero se entregaba todo à su arbitrio , para lo q u e se sirviese hacer de su suerte.
D e b ia autorizarse mas este principio d e la n u eva intriga de B onaparte ; creen q u e es preciso q u e el R e y extienda una p ro te s ta , y se concibe así. „P ro testo y declaro ^ 2) q u e todo lo que manifiesto en mi
(1) Se inserta U Corta en el propio Diario de 10. de M ayo.
(2) Se nota la protesta en el citado Diario.
« * •
D e cre to d e 19 . d e M arzo , abdicando la corona en m i hijo , fu e forzado , por p recaver m ayores m a le s , y la efusión de sang re de mis q u ei idos vasallos ; y por tanto d e ningún valor.” E sta protesta aparece firmada en A ran ju ez en 2 1 . de M arzo , y acom paño à la carta del Em perador.
N o le parecen à éste bastantes tales docijm entos para segu ir su m aquinación: busca otros q u e fortifiquen sus crím enes, y sean una prueba constante de ellos ; por m edio de sus encargados seductores no le fu e difícil q u e su M agestad desde el sitio de San L o re n z o escribiese al Señor Infante D o n A n to n io , T en ien te general del R e y - no. C o n efecto sucede asi en 17 . de A b ril d e este año : hacen q u e d ig a su M ag estad ( 1 ) q u e en 19 . de M arzo habia confiado à su hijo un decreto de abdicación ; q u e en e l mismo dia habia extendido una protesta solem ne contra el decreto dado en m edio d e l tu m u lto , y forzado por las críticas circunstancias : q u e hoy q u e la q u ietu d estaba restablecida , y la protesta habia lleg a -
(i) Se copia esta cartí en la circolar del Coa- sejo de 8. de M ayo.
dò à manos de su augu sto am igo y fiel aliado el E m p erad or de los Franceses , de quien no habia podido lograr su h ijo , le reconociese baxo este títu lo ; declaraba solem nem ente , q u e e l acto d e abdicación q u e form ó el 19 . d e M a rzo , era nulo en todas sus p a rte s , y por e llo qu eria , se h iciese conocer à todos sus pueblos , q u e su b u en R e y amante de sus vasallos , qu eria consagrar lo q u e le quedaba d e vid a , en trabajar para hacerles dichosos.
C on ocieron los Españoles q u e estos movim ientos eran efectos de las continuas su gestiones de los comisarios del E m perador de los Franceses : aprendieron desde un principio , q u e todo el obgeto se d irigia à perturbar la q u ietu d de España ; q u e se buscaban y alarmaban partidos , para en q u alq u ier revolución tener entrada con la fu erza de sus tropas , y ocuparse del territorio español ; calificaban estos discursos con las mismas expresiones q u e vertían los G en erales y Oficiales de F ran cia en B u r gos , T o le d o y otras C a p ita le s , dirigidas à persuadir , q u e C arlos Q u arto estaba repuesto al trono , y q u e no reconocía otro R e y de España Bonaparte ; no se dudaba
q u e este era el autor á e tales hechos subversivos del orden y publico sosiego ; pero lle g ó à evidencia el conocimiento de tan torpe proceder.
S e encontraron à sus agentes con un testim onio en la m a n o , q u e patentizaba la verdad : el impresor E usebio A lv a re z de la T o r r e , en la tarde del dia 20. de A b ril manifestó al lim o . Señor G obernador interino del Consejo ( i ) que poco tiem po habia,que unos Franceses se le habían presentado en su casa con la pretensión de q u e les im prim iese cierta proclam a , d irigida à reponer en el trono à los Señores R e y e s padres; q u e no se habia negado à esta so licitud, por evitar q u e fuese adm itida en otra parte , y dar c u e n ta , como lo hacía. Esta novedad llam ó particularm ente la atención, pues presentaba un recelo justo de algún m ovim iento popular ; debia precaverse con
(i) El hecho del impresor Alvarez se nota con extensión en el Manifiesto que el Consejo Real se ha dignado hacer de sos procedimientos en los gravísimos sucesos ocuiridos desde Octubre del año próximo anterior, publicado eo 22. de Agosto del presente, y se describe à U pág.na 29.
el m ayor nervio en tan críticas circunstancias ; y con este im portante obgeto fueron tan acertadas las providencias q u e tom ó su Ilustrí^ima , q u e se sorprehendieron en la misma casa im prenta los dos franceses, llam ados Joseph F u m ie l , y A ntonio R ib at, con 1; s pruebas de la p roclam a, y resultó, eran dependientes del G en eral G ru c h i , à quien se entregaron por orden del Serenísimo Señor Infante D o n Antonio.
V a ria s eran las tentativas de esta clase, pero no surtian el efecto q u e deseaban los Franceses ; la prudencia de los vasallos del R e y , fom entada por las sabias disposiciones del M agistrad o , trastornaba todos los diabólicos proyectos de N apoleon ; com o forjados en la fragu a d e la maldad y del em brollo , los mismos preparativos en q u e los cubrian , dexaban en claro su perversidad , y daban una idea indudable de sus ficciones. Siem pre han sido rápidas y v io lentas las operaciones de Bonaparte y sus dependientes en España ; y esto no les ha dexado m editar las contradicciones en q u e han envuelto sus mismos hechos.
Q uando discurrieron , que el reclamar e l Señor D o n C arlos Q uarto la abdicación
de la corona , era sentar la principal base para sus d esign io s, inventaron, com o se ha d ich o , q u e su M agestad extendiese una protesta , y la suponen firmada en 2 1 . de M arzo , y entregada con la carta para e l E m perador al francés D em on tion en Aran- juez,
O lvid ados d e esto , hacen q u e el R e y , en la orden q u e hemos notado d ió al I n fante D o n A n ton io en 1 7 . de A b r i l , d ig a : q u e en e l mismo d ia de la abdicación 1 9. d e M a r z o , habia extendido la protesta , y q u e y a se hallaba en manos d e su aliado y fiel am igo. Estas contrariedades tan fre- qüentes en lo mas d e lica d o ,d e q u e podríamos apuntar repetidos exem plares , han descubierto en todo su fondo las continuas falsedades del trastornador d e la E u ro p a y sus agentes. V ie n d o pues q u e nada ad elantaban , á pesar de no perdonar fatiga, determ inó quitarse la máscara N a p o le o n , y em prender por sí mismo la obra , teniend o en sus dominios á los R e y e s , conducidos con e l engaño y con la traycion.
P od ia arbitrar k su lib ertad , no teniéndola nuestros Soberanos prisioneros, y con este seguro dispone y r e a liz a , q u e su M a-
gestad el Señor D o n C arlo s dirija á los E spañoles una manifestación ó p roclam a, q u e hace firme en B ayon a á 4. de M a y o , d iciendo ( i ) : q u e no diesen oídos á los ene* m ígos de F ran cia , q u e lo eran d e nuestra N ació n , ó agentes de la In g la terra ; q u e si los escuchaban , acarrearían una serie d e infortunios á la patria ; q u e confiasen en su experiencia , y prestasen obediencia á la autoridad q u e debia al T o d o poderoso y á sus p a d re s ; q u e siguiesen su exem p lo , y se persuadiesen , q u e sola U amistad d el grande E m perador podía sal* var la E spaña y labrar su prosperidad.
P ara dar este paso N ap o le o n , segu ram ente no recordó , q u e el v ia g e de nuestros M onarcas á la F ran cia , lo había p retendido y se habia verificado con el p retexto de enterarse de lo ocurrido , antes d e reconocer la abdicación ; pues sin este o lv id o , no habiéndose tratado d e lo válido ó insubsistente de ella , venía m a l , q u e un R e y separado por su renuncia de la l e tanía , ex ig iese obediencia á su autoridad
(1) Esta proclama se inserta en la circular del Consejo de 8. d e M ayo.
com o reynante. L o agitado de sus procedim ientos le hace tropezar con freqüencía en tales escollos ; no pueden esperarse otros efectos de una conducta tan delinquente.
A caso podria dirigirse esta misión del R e y à conocer q u é im presión hacia en la N ació n su retorno al trono , para poder B onaparte seguir el plan de su proyectada conquista ; pero en el acto nos da un convencim iento de q u e no pensaba así. N o se persuadía por bastante ap oyo para fixar sus ideas , e l tener à nuestros R ey es en cau tiverio , y en su mano el disponer de ellos : qu ería reunir el poder de las armas q u e tenia en España , à un absoluto dom inio en sus reynos. E n esto cifra su suerte decidida , y al efecto inventa , q u e en el m ism o día 4. de M a y o , el R e y padre , sin autoridad por la abdicación , extien d a u n decreto de nom bram iento de T en ien te g e neral de nuestro reyn o ( i ) al D u q u e de B e r g , C om andante de los exércitos franceses , y con ello cree y a realizados todos
( i) Se inserta el decreto en la circular del Consejo de 8. de M ayo.
sus in ten to s, y ser árbitro d e la propiedad de nuestro territorio. E n este estado recuerda , q u e de poco podían servirle sus anteriores tareas , quando en España estaba reconocido por Sob-rano el Señor D o n F ernan d o Séptim o : no encuentra otro recurso q u e hacerle ren u n ciar, y vo lverle la corona al R e y p a d r e ; y aparece una cesión en 6. de M a y o ( i ) dos dias despues q u e y a sin este preciso acto daba órdenes como M onarca absoluto , y habia provisto la te nencia d el reyno.
C alm aria sin duda el conm ovido espír itu del codicioso E m perador , creyendo q u e con lo practicado habia q u ed ad o á cu bierto, y se hallaba en estado de hablar con mas claridad , manifestando e l plan de sus ideas A a s ia b i por ello , y por decirse d u e ño de España ; esta ambición hacia se manejase tum ultuariam ente sin esperar las resultas de sus piim eros pasos : con fecha de 7. dcl propio M a y o escribe al D u q u e d e JSerg , produciéndose en estos términos:
(i) Renuncia del S;.’ñor Don Feroando Séptimo , inserta en la circular del Consejo de 10. de M ayo.
„ E l tratado con e l R e y C arlos Q u arto ( i ) acaba d e firmarse : e l R e y C arlos Q u arto y e l P rín cipe de A sturias m e han cedido todos sus derechos al trono de las E sp a- ñas.”
N o es extraño este despotism o , teniendo prisioneros à nuestros Soberanos. N a d a podian disputarle , sin exponerse à ser v íctimas. C ercados d el tem or q u e les in fun día el creido aun qu e aparente poder , no es de adm irar subscribiesen à sus deseos. E n esta situación manifiesta e l R e y padre al Suprem o C on sejo d e C astilla ( a ) en 8. d el propio M a y o , haber cedido al E m p e rador de los Franceses todos sus derechos sobre España è Indias : en ig u a l caso de opresion , su M agestad el Señor D o n F e r nando Séptim o , y los Señores Infantes D o n C arlos y D o n A n to n io , dicen desde B u rdeos ( 3 ) en l a . del mismo m e s , haber re-
(1) Se halla esta caria à la página 65. del Manifiesto que el Supremo Contejo ha publicado en 22. de Agosto.
(2) Decreto de renuncia , inserto en \a clr- cií’ar del Consejo de 18. de M ayo.
(3) E n la misma circDlar del dia 18. de Ma^o.
nunciado todos los q u e podían pertenecer- les à la sucesión ; y p a d r e , hijos y herm ano , persuaden à los Españoles à q u e adm itan al Soberano y dinastía q u e les señalase el cesionario de la corona : hacen e l m ayor esfuerzo para q u e se crea no habian tenido otro arbitrio de salvar la N ació n , y e levarla à su m ayor prosperidad } añaden, q^e con esta conducta daban l a últim a p ru eba de am or y reconocim iento à la Es* paña ; y por ù ltim o se expresan en los té rminos q u e quiso dictar B o n a p a rte ,y ju z g ó mas análogos à su pensar , y fines q u e se habia propuesto.
N o han sido otra cosa nuestros R e y e s en F ran cia, q u e unos instrum entos ganados con el engaño por N a p o le o n , para autorizar à la fu erza la mas v il d e las maldades que ha executado en E u ro p a : para consumar la obra , discurre , q u e el esparcir papeles de in iquidad contra nuestros S ob eran o s, seria lo mas à propósito para q u e los Españoles los mirasen con horror y aborrecim iento: com o ya tenia el dom inio , siendo T e n ie n te general del R e y n o el D u q u e d e B erg , puso en práctica su capricho. C ircu laron los mas infames , en q u e à m edida q u e se
obscurecía la conducta d e nuestros M on arcas con los dicterios mas horrorosos ( i ) se ponderaban las victorias , poder y hechos del E m perador , hasta apellidarle con el escandaloso dictado de árbitro de los tronos. Reconociéndose ya serlo de España, nom bra por R e y á su hermano Joseph N a poleon , y le hace venir á apoderarse del cetro : prescribe leyes y nuevas constituciones para gobierno de la m onarquía ( 2 ) ; y p e rsu a d e , q u e se habían dictado con audiencia de la q u e llam a Junta nacional de los grandes M inistros y Prebendados , que también á la fuerza habían pasado á B a yo na : finalmente mira y a como su b yu gad a á su ferocidad la invencible España. E n este estado nos ha puesto el mas ingrato de los
validos.Podem os contar dos siglos de inacción
en nuestro gobierno , y algunos años de m ortal le ta r g o ; los golpes del insano robador de los tronos ha puesto en m ovim iento
( i) D ia r io s d e l m es d e M a y o , se n J a d a tn e n -
t s ios d e 10 . y 2 1 .(?) Constituciones formadas en Bayona en
6 . ¿c Tuiio de este año.
à todas las provincias de la Península , y las excita à la mas justa venganza. C r e y ó N ap oleon , que los papeles se d u cto res, las tramas iniquas de su intriga , la vista de su vasto exército , las forzadas renuncias d e nuestros R e y e s , y la nunca bastante bien sentida ausencia de nuestro amado Soberano el Señor D o n F ernando , serian capaces d e conseguirle la difícil conquista q u e se habia propuesto : no duda de esta seguridad q u e le aparenta su am bición; ofrece prosperidades à nuestra España , y ponderando su deplorable estado, asegura, q u e sin querer reynar en estas provincias, va à regenerarlas ( i ) enviando otro él mismo q u e las gobierne.
Su cegu ed ad le terúa p ersu a d id o , q u e sembrando estas esperan zas, caerian los E spañoles en la debilidad que ya gim en la Ita lia , Polonia y otras Potencias , à q u ie nes con ellas logró seducir ; con esta lison- gera esperanza coloca en el usurpado dosel à Joseph su hermano. Intenta sujerar con la fuerza à los R eyn os q u e no le admiten:
( l ì Proclama dada en Bayona à a 5. de May o ac este año por el Emperador.
con e l au xtlio d e sus arm a s, y en un p u eblo donde entraron y poseian con el ardid y ficción , logra proclamarse. L o s habitantes de M ad rid privados de toda defensa, explicaron m udam ente su sentimiento con no asistir ; este silencio de los vecinos de la corte , e l m ovim iento de las provincias, y las continuas amenazas de é s ta s , tenian turbada la q u ietu d del intruso y presunto R e y ; las noticias q u e de ello daban al in fernal déspota , le hacian dudar del éxito; co n o cia , q u e puestos en arma los Españoles , no podia prom eterse el vencim iento, 5Íno tener por segura la total exterm inación d e sus tropas ; pero le animaba la esperanza de una sorpresa, q u e apoyaba con e l auxilio de muchos tra y d o r e s , á quienes habia captado con las promesas de su prosperidad. G loriosam ente le han hecho conocer su error A rag ó n , A n d a lu c ía , V a lencia , y quantos puntos han atacado los exércitos fran ceses, pues en todos han sido derrotados y prisioneros , ó han apelado á la vergonzosa fuga.
A la mas precipitada les o b lig ó á los q u e existian en la corte , solo el temeroso recelo d e ser batidos por los E xércitos de
España : la experiencia d e su valentía Ics infunde tan justo terror. Estas son las huestes aguerridas del tirano d el universo ; estos los solidos G en erales q u e las dirigen. Sin mas q u e la proxim idad de nuestras tro p a s, h u ye n tum ultuariam ente sin esperarles : ¿dónde están , Franceses , vuestras decantadas victorias ? dónde las proezas d e los campos de M aren go , A u sterlitz y Jena, q u e habéis hecho volar en vuestros papeles hasta los climas mas remotos ? Se obscurecieron y borraron con solo j l am ago español. E ste ha sido bastante para q u e no le durase à Joseph N ap o le o n mas de nueve dias ( i ) la farsa de su reynado. E ste resultado tiene la intriga y la iniquidad ; toda fu e tram ada por la perfidia del tirano de la N a c ió n , prim er m óvil de los males q u e sufrimos.
D u ra n te la tenencia del D u q u e de B e r g , y momentáneo dominio del presum ido R e y , ha sufrido el p u eb lo de M a-
( i) En el día 20. de Julio de este año entró «n Madrid 5 en 25. dt-1 mismo se hizo proclamar à )a fuerza ; y ea el del propio huye con todo ei exéicito de la corte.
drid la mas acerba esclavitud. R o d ead a de la fuerza armada , no podian valerle los M a g istra d o s, . á quienes cabia ig u a l suerte de prisioneros. E n m edio de una situación tan angustiada , es adm irable la constancia y celo patriótico q u e han dem ostrado los T rib u n ales , especialm ente el suprem o de la N ació n ; son dem asiado públicos los testim onios q u e han dado , para q u e pueda dudarse de su conducta en general. Si con presentarse al cu ch illo .y furor de la F ra n cia , hubiera salvado á la patria , la execu- cion hubiese dado una prueba nada e q u ívoca de que preferían el bien de la E spaña á sus propios intereses y vida"s^ con p e rd e rla s , nada se adelantaba , ni mejoraba d e fortuna la M on arquía. O prim idos por e l rigor de las armas , solo esperaban un m om ento feliz , para aprovecharle ; y sin em bargo de to d o , y en lo mas interesante, ha sostenido su carácter e l suprem o de C astilla .
E ste T rib u n a l , q u e acuerda el cum plim iento , y manda obedecer todas las reales órdenes que le comunica el legítim o Soberano , no ha extendido semejante form alidad en las expedidas durante su cau-^
tíverio ( i ) . L o miraba todo com o violento y nulü , y así lo ha declarado en C on sejo pleno ( 2 ) à instancia y exposición del S&- ñor Fiscal. N o ha querido prestarse al ju ram ento de vasallage , y este exem plo han segu ido constantem ente otras A utoridad es y O fic io s , à quienes no han podido ven cer las amenazas d e deposición de honores y destinos. Intim am ente se h a reconocido siem pre por propio y legítim o Soberano al Señor D o n Fernando Séptim o.
E n el instante q u e la divina P rovidencia ha dispuesto dexar lib re de las fuerzas francesas à esta c o r te , y aun casi à su v is ta , señala el C onsejo e l dia 24. de A g o sto( 3 ) para la proclamación d e nuestro amado M onarca , y se verificó con el mas lu cido aparato : a c u e rd a , se e x ecu te el mismo acto en todas las c iu d a d e s , villas y lu^
(1) A las órdenes del Lugar-Teniente y del innuso R ey solo se dispuso, se imprimiesen y circulasen ; mas no se acordó su obedecimiento.
(2) Auto de 11. de Agosto de este año » con presencia de lo expuesto por el Señoi Fiscal D . Gcírónimo Antonio Diez.
(3) Real Piovi&ion de 9. del mismo Agosto.
gares ( i ) donde deba celebrarse : manda, se estam pe en el papel sellado d e este año una tercera subscripción , que d ig a : va lga para el reynado d el Señor D o n Fernando S é p tim o , y que en esta conform idad corra e l q u e estuviese tirado y d istribuido,hasta q u e se substituya otro con el sello y marca correspondiente ; trabaja incesantem ente en el alistamiento y form acion de batallones, para aum entar la fuerza de nuestros e x é rcitos ; y por ùltim o se ha conducido en los términos q u e puntualiza en e l M anifiesto d e sus operaciones , q u e se ha dignado p u blicar en 2 2. de A g o sto este suprejno T r i bunal d e España.
L ib ertarla de la esclavitud q u e le am enaza , y cuyos um biales ha pisado , deben ser las miras de todo buen Español. T e r r ibles son los horrores de la guerra , pero quando se trata de conservar la re lig ió n ,la independencia , la libertad , y de vo lver al trono al legítim o Soberano , infam em ente robado del seno de sus dominios ; nada mas glorioso , nada mas heroico que em prender la hostilidad , sin dexar las armas
(i) Real Previsión de i i . del propio mes.
hasta v e r el triunfo. T o d o lo perderíam os, si abandoná'-emos sin realizar las ideas q u e justam ente han adoptado las Provincias. L a misma conducta del E m perador de los Franceses nos m uestra hasta la evidencia sus siniestras intenciones , y la apariencia de aquella prc m etida prosperidad que ha decantado por todos los confines de la tierra , y con q u e entendió seducirnos y a lu cinarnos. E l cautiverio , la ocupacion de nuestros terrenos y propiedades , la ex te rminación de nuestra fe católica , y la extinción de la real F am ilia de Borbon , son los objetos de su desesperada lucha,
L a desolación , e l robo , el incendio y el execrable asesinato , son las máximas en q u e ha disciplinado á la quadrilla de cobardes foragidos q u e forman sus exércitos; con el m ayor dolor gim en toda clase de insultos los pueblos inerm es por donde han transitado estos salteadores ; han violado las vírgenes , han atropellado las Im á g e nes , han asesinado los M inistros del altar. L o s vasos sagrados se han visto hollados por esta caterva de sacrilegos : entre otros pueblos , la ciudad d e C u e n ca llora v íc tim a sangrienta de su c ru e ld a d ; los copones
y las ánforas ( i ) han sido p rofan ad as; y las sagradas formas y santos olios esparcidos por e l suelo. N o han dexado exceso contra nuestra religión q u e horrorosamente no hayan com etido. N o hay N e ro n es, C a - lígu las ni A s n e r o s , para com parar la cru eldad , v ileza y ambición d e Bonaparte y sus soldados.
E l dia 2. de M a y o en M ad rid , lo será de eterno lu to , y formará un funestísim o recuerdo á la posteridad. L as víctimas inocentes sacrificadas en aq u el y sig u ien te dia , tocaron al arma en nuestros reynos , y les conducen á castigar tanta atrocidad. E l Serenísim o Señor Infante D o n A nton io era la única esperanza q u e le restaba al a flig ido P u e b lo ; presintió este , acaso d ivu lgad o por los mismos Franceses,
( i) La Carta escr'ta en 31. de Julio de este año por on Prebendado de la Catedral de Cuenca , inserta en el Suplemento á ia Ga< eta de Madrid del Viernes 19. de Agosto del propio , da urja iJea de los execrables atentados cometidos en aqacKa ciudad por el General fran-éi C o - l; i'ijour y s*is tropas ; y no pueden leerse sin dolor otros Pjp^les de igua.es excesos cometí* dos en distintos pueblos.
q u e a la fu erza se le sacaba de España , j se opone á la salida con el mas ardiente celo ; la sostiene el exército francés , y k pesar d el crecido núm ero de sus tropas, se ven h u ir cobardem ente , y ser desarmadas considerablem ente porcion de ellas por p e queñas partidas de paisanos : el suprem o C onsejo de C a stilla sosegó al P u e b lo , saliendo form ado por las calles entre los pe< ligros del fu ego.
C o n sid eró este T r ib u n a l , no podia re-» sistirse la fu erza armada de mas de sesenta m il hom bres disciplinados q u e cercaban á M ad rid , con G e fe s y G en erales q u e los gobernaban ; m iraba , q u e la corta g u a rnición de nuestra m ilicia se hallaba retirada en los quarteles de órden d e su su p erior q u e la m andó estar en inacción ; todo esto le hacia discurrir fatales conseqüen- cias , y procura precaverlas , tranquilizand o el m ovim iento ; lo logra del obediente P u e b lo con la seguridad de q u e no habia otro resultado ; pero con el mas v ivo sentim iento observa lo contrario en la cru e ldad mas inaudita : quando obedeciendo los v e c in o s , se retiraban á sus casa s, eran sor- prehendidos m uchos por los F ra n c e se s , y
conducidos al P rad o , se Ies fusilaba sin distinción de clases ni dignidades : este es e l heroismo de los G en erales y Soldados d e N ap o leon : con las armas en la mano, y en el riesgo de ser escaim entados , h u y e n vergonzosam ente ; fuera ya de este p e lig ro , exercen la crueldad , signo p ro p io de la cobardía. E sta conducta hau observado en todos los pueblos de España.
L a serie de horrorosos exem plos con q u e dexan bañada en sangre y luto nuestra patria , pide la exterm inación de tan m alvados asesinos : las Provincias se hallan armadas para la execucion ; no debe d u darse de la victoria , quando el D io s de los exércitos tan visiblem ente extiende sus bondades sobre nosotros : unidas las iu er- zas de la N ació n , sen irresistibles j la cau sa q u e nos obliga , es la mas ju s ta ; la conservación de la relig ión y fe de nuestros padres , la libertad de nuestro coniiueute, y retornar al trono a nuestro Soberano, son los dignos obgetos q u e nos llaman ; e x p o nernos baxo la voz de un solo G ob iern o e leg id o por los R eyn os , debe ser e i p relim inar q u e afiance nuestro triunio.
N o omitamos paso á tan interesante lo-
grò. D e nuestra unión pende el bien d« la España ; persigam os en todas partes y por todos puntos al tirano ; hagam os conocer al m undo , q u e el poder d e este sanguin ario es aparente ; cum plam os los d e beres d e nuestra fidelidad ; verifiquem os nuestros justos deseos , protegidos de la razón y de la justicia ; busquem os à todo trance nuestra felicidad , vo lvien do à E s paña à su a u g u sto Soberano e l Señor D o n F ern an d o Séptim o.
M ad rid 18 . de Setiem bre d e 180 8,
J . J. X . F .
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