jesucristo, estapas de su vida

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Jesucristo Etapas en su vida I . LA CONCIENCIA MESIANICA DE JESUS "Este es mi amado hijo, en quien tengo mi complacencia" (Mat. 3:17). HAY MUCHAS maneras de acercarnos a la vida de Jesús. Ningún otro tema como éste ha producido tantos libros, y sigue produciéndolos de continuo. El conocimiento de Jesús es, por cierto, la más excelente de las ciencias. Y, sin embargo, nadie ha agotado el asunto ni escrito una discusión completa de Cristo. Siempre ha sido así. Ninguno de los Evangelios da un retrato completo del Maestro; tampoco nos dicen los cuatro Evangelios todo cuanto quisiéramos saber, ni, en verdad, todo cuanto antes se sabía de Jesús. En esto se encuentra un fuerte argumento en favor de la deidad de Cristo-esto es, lo inagotable que es el asunto. "Las riquezas de Cristo" son “inescrutables,” no se pueden sondear; y además, son inagotables. 1. El problema de Jesús. Es un reto constante para los hombres, para los más grandes de los hombres. Fue así al principio, y es así hoy día. Los hombres han estudiado el universo bajo el encanto de una gran teoría de desarrollo. Un desarrollo ordenado ha sido hallado en las distintas esferas de la ciencia humana. ¿Pero qué hemos de decir acerca de Jesús de Nazaret? ¿Acaso será él el producto de] mezquino ceremonialismo y del fanatismo eclesiástico del farisaísmo de Palestina? No se puede descubrir ninguna conexión entre Cristo y Platón, Sócrates, Buda, o algún otro de los grandes pensadores que estén fuera del judaísmo. Aquí está la verdad universal y absoluta que brotó de una atmósfera de intenso orgullo y odio raciales. Aquí está el hombre que dio más énfasis a los aspectos espirituales y morales en medio de los maestros que diezmaban la menta, el eneldo y el comino.

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Análisis de las instancias en la vida de Jesucristo

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pocas En La Vida De Jess

JesucristoEtapas en su vidaI . LA CONCIENCIA MESIANICA DE JESUS"Este es mi amado hijo, en quien tengo mi complacencia" (Mat. 3:17).HAY MUCHAS maneras de acercarnos a la vida de Jess. Ningn otro tema como ste ha producido tantos libros, y sigue producindolos de continuo. El conocimiento de Jess es, por cierto, la ms excelente de las ciencias. Y, sin embargo, nadie ha agotado el asunto ni escrito una discusin completa de Cristo. Siempre ha sido as. Ninguno de los Evangelios da un retrato completo del Maestro; tampoco nos dicen los cuatro Evangelios todo cuanto quisiramos saber, ni, en verdad, todo cuanto antes se saba de Jess. En esto se encuentra un fuerte argumento en favor de la deidad de Cristo-esto es, lo inagotable que es el asunto. "Las riquezas de Cristo" son inescrutables, no se pueden sondear; y adems, son inagotables.1.El problema de Jess. Es un reto constante para los hombres, para los ms grandes de los hombres. Fue as al principio, y es as hoy da. Los hombres han estudiado el universo bajo el encanto de una gran teora de desarrollo. Un desarrollo ordenado ha sido hallado en las distintas esferas de la ciencia humana. Pero qu hemos de decir acerca de Jess de Nazaret?Acaso ser l el producto de] mezquino ceremonialismo y del fanatismo eclesistico del farisasmo de Palestina? No se puede descubrir ninguna conexin entre Cristo y Platn, Scrates, Buda, o algn otro de los grandes pensadores que estn fuera del judasmo. Aqu est la verdad universal y absoluta que brot de una atmsfera de intenso orgullo y odio raciales. Aqu est el hombre que dio ms nfasis a los aspectos espirituales y morales en medio de los maestros que diezmaban la menta, el eneldo y el comino.Pero esto no es todo. Aqu est un hombre que vivi sin pecado en presencia de enemigos malignos, cuyo carcter es el ideal inaccesible de cuantos hombres han ledo su historia. Aqu est uno que tena las ms grandes pretensiones, que se deca ser igual al Dios viviente, segn el testimonio de los Evangelios que nos relatan la historia de su carrera. Aqu est uno que proclama su derecho a la lealtad de todos los hombres, que ofrece rescatar a todos los que vienen a l, del pecado y sus efectos. Su perfecta vida y sus sublimes enseanzas dan un aspecto serio a lo que de otro modo seran pretensiones absurdas.El tremendo poder de Jess sobre el mundo exige respeto, sea cual fuere la explicacin. Los hombres que son ms leales a Cristo son precisamente los que se han destacado como los ms prominentes en el adelanto de la civilizacin y en el mejoramiento de la raza. Las naciones donde la influencia de Jess es ms grande son las ms respetadas entre los reinos de la tierra. Hace mucho que las naciones protestantes que estn libres de la dominacin sacerdotal han sido las ms influyentes en el mundo.Aun aquellos que desechan las pretensiones de Jess a la deidad por razones filosficas, como el Profesor G. B. Foster (siguiendo a Pfleiderer) o por razones crticas deshacindose de la evidencia de su carrera como el Profesor N. Schmidt (siguiendo a Bousset y a Wrede), son reverentes al tratar de la persona de Jess, y hasta entusiastas acerca de su carcter."Qu pensis de Cristo?" En verdad fue puesto para la cada y el levantamiento de muchos no slo en Israel, sino en todo el mundo. Es el imn de los corazones humanos y la piedra de toque de la vida de todo hombre. Como Carlos Lamb, todos sentimos que si Jess viniera a nuestra presencia, instintivamente nos arrodillaramos. Jess se impone en nuestros corazones y en nuestras mentes. No espera que dejemos a un lado la razn al llegar a resolver la cuestin con l. Necesitamos entonces toda la inteligencia que tenemos. La dificultad es ver el problema como un todo y como es en realidad. En este estudio nos fijamos en las cosas principales en su desarrollo histrico y procuramos entender su relacin mutua y sus resultados. No es posible ninguna explicacin meramente natural de Jess. Es absurdo, en vista de todos los hechos, procurar hacerlo. Uno "mayor que Jons" est aqu, el Hijo de Dios. Los hombres no siempre han podido mostrar a Jess a los que han deseado verle. Felipe y Andrs estuvieron perplejos por la splica sencilla y corts de los griegos. A veces nuestros sermones esconden a Cristo,-es triste decirlo-en vez de revelarle. Nuestra teologa puede llegar a ser un velo que est sobre el corazn de modo que no se vea a Jess cuando se lee el Evangelio. Puede ser que nuestras disputas retraten a un Cristo ausente y reflejen las ambiciones eclesisticas de los primeros discpulos en lugar de la elevacin espiritual de Jess.La luz escrutadora de la investigacin histrica moderna ha puesto en un relieve ms claro al Cristo histrico y las circunstancias en que viva. Podemos pasar por alto a Calvino y Agustn en nuestra busca de Cristo. Hasta podemos pasar por alto a Pablo, Pedro y Juan para llegar a Cristo mismo. Podemos ver cmo comprendi a Jess cada uno de los apstoles, con lo cual cada uno contribuy a nuestros conocimientos del Maestro. Podemos ver cmo al principio fueron ofuscados por la gran luz que los dej perplejos, cmo paulatinamente llegaron a comprenderle a l, a su mensaje y su misin. La revolucin obrada en los primeros discpulos es el milagro eterno del cristianismo y se repite todos los das en el mundo.Es la visin del Cristo Eterno. En nuestro estudio de Jess no podemos rodearle con limitaciones solamente histricas. Mientras estudiamos la lucha, la ms grande de todos los siglos, que trab con las fuerzas humanas y sobre-humanas que hubo en su derredor, somos conscientes de un elemento ms sublime en l. El mismo habl de este hecho trascendental, y esto dej perplejos y aturdidos a todos los que estaban en su derredor. Su vida no comenz cuando naci, ni termin cuando muri. El da de hoy el mundo no se arrodilla delante de un hroe de odio cuyo cuerpo est todava sobre el cerro del Glgota, sino delante del Cristo resucitado que est sentado sobre el trono de la majestuosa gloria a la diestra del Padre. Este es el retrato novotestamentario del Redentor que ha triunfado sobre la muerte y el sepulcro, y quien est dirigiendo una guerra victoriosa contra las huestes del mal. Este es el Salvador del pecado, quien ha hablado paz a nuestros corazones y en cuyo nombre trabajamos ahora. De modo que, cuando estudiamos juntos las condiciones humanas y las distintas pocas histricas en la carrera de Cristo, no pensemos que semejante esfuerzo puede explicar cuanto sea verdadero acerca de Jess entonces y ahora. Pero, que ardan nuestros corazones dentro de nosotros; que Jess venga, ande y hable con nosotros entre tanto que procuramos explicar algo del misterio del Nazareno.2. La Primera Vista de Jess. Cuando el jovencito Jess viene a Jerusaln a los doce aos de edad, sabe que es el Hijo de Dios, y esto, en un sentido que no es verdadero de otros hombres. " No sabais que debo ocuparme en los negocios de mi Padre?" Sus padres estuvieron admirados por la facilidad y poder que mostraba en semejante lugar de dignidad, enseando y asombrando a los doctores de teologa en el seminario teolgico rabnico. Pero no est menos admirado l porque ellos ignoren que ste es el lugar ms apropiado del mundo para L Quin puede adivinar cules son los sueos dorados del futuro de un jovencito hasta que un da el sol sale en su plena gloria? El jovencito ha desaparecido para siempre por la revelacin del hombre, y el propsito varonil ha llegado para llenar el corazn y la vida. La palabra "debo" arroja una luz muy atrs sobre los aos sosegados de la vida del jovencito en Nazaret. Los telogos modernos especulan con mucha erudicin acerca del tiempo en que Jess lleg por primera vez a ser consciente del hecho de que l era el Hijo de Dios y tena que desempear una misin mesinica. Esta es una especulacin ociosa. Slo sabemos que a la edad de doce aos Jess sabe que Dios ha puesto su mano sobre l. Se siente a gusto en la casa de su Padre y se regocija en discutir cosas altas y santas.Todo el problema de la persona de Jess se nos presenta en este incidente. Lado a lado con esta temprana conciencia mesinica est el otro hecho de que "Avanzaba en sabidura y en estatura." Era un verdadero muchacho no obstante el elemento divino que haba en l, y tambin un muchacho obediente, porque estuvo sujeto alegremente a sus padres despus de este incidente. El nico muchacho que realmente saba ms que su padre y que su madre era un modelo de obediencia.Nos impresiona la soledad del jovencito Jess en este tiempo. No fue comprendido por los profesores de teologa en Jerusaln, ni por sus padres, ni aun por su madre a quien haca mucho haba sido revelado el futuro de su hijo. Acaso haba ella escondido su secreto tan profundamente en su corazn que faltaba poco para que fuera perdido? Pero haba pasado mucho tiempo y probablemente haca poco, o nada, de las cosas tontas relatadas por los evangelios apcrifos. Solamente una vez se levanta el velo durante los aos silenciosos, y as se arroja luz sobre la conciencia mesinica de Jess. Durante esos aos en Nazaret tuvo una educacin humana, en su casa, en la sinagoga, en los campos con los pjaros y las flores, con sus compaeros de juegos, en su trabajo en el taller de carpintera.Lucas es quien escribe este incidente, y su introduccin se parece mucho a la del historiador griego Tucdides. Es Lucas quien dijo que haba examinado cuidadosamente los orgenes y haba puesto cuidado para escribir con exactitud. La narracin lleva el sello de la veracidad con la sencillez y realidad de sta. Es muy probable que Mara misma haya dicho a Lucas lo que se narra aqu. Es la moda actualmente, para algunos, poner en duda lo que dice Juan acerca de Jess, pero ntese que Lucas es el historiador.Se necesita decir una palabra, de paso, acerca de lo natural y real de una vida que tan pronto tiene conciencia de una misin sublime. La explicacin se halla en los hechos. No hay vestigio de artificialidad, de jugar un papel, en la carrera de Jess. Pasamos por alto a los que voluntariamente ciegos niegan que Jess alguna vez pensara que era el Mesas y aun dicen que el Antiguo Testamento no predice un Mesas. Este resultado sorprendente se obtiene o desechando los pasajes o por una maravillosa exgesis de cuanto insina un Mesas. No es extrao que el Hijo de Dios conociera a su Padre. Qu mejor lugar para que aquella conciencia llegara a una actividad ms amplia y viva que en el templo del pueblo de Dios?Este jovencito de doce aos, que amaba a los pjaros y las flores y trabajaba bien en el oficio de carpintero, progresaba en favor para con Dios y los hombres. Y no es esto extrao. Combinaba la piedad precoz con la popularidad. Cuando muri Jos, sin duda lleg a ser, en cierto sentido, el principal apoyo de su madre. Ha habido jams otra madre que tuviera tantas cosas por qu regocijarse o tantas cosas que no entendiera acerca de su maravilloso hijo?3. Naci Jess de una Virgen? De propsito antes pasamos por alto su nacimiento para tratar de l hasta aqu. Esto ha llegado a ser una cuestin palpitante en la actualidad. El temperamento cientfico desea profundizarlo todo y a veces cree que ha logrado hacerlo; pero este sentimiento de omnisciencia no es monopolizado por el espritu cientfico. Los rayos X, el telgrafo inalmbrico, el radio, para no decir ms, hacen hoy da que el verdadero cientfico tenga dificultad para decir lo que puede suceder en la naturaleza, aun cuando no existiera Dios. Si en efecto existe Dios, no hay verdadera dificultad desde el punto de vista de Dios.Pues bien, tanto Mateo como Lucas relatan la historia del nacimiento sobrenatural de Jess, pero desde distintos puntos de vista; Lucas desde el punto de vista de Mara, Mateo desde el de Jos. Evidentemente, pues, hay dos relatos independientes de este gran acontecimiento, vinindonos ambos relatos de cerca de Jerusaln, mientras vivan an Santiago y Judas, hermanos de Jess, y posiblemente, mientras viva Mara, la madre' Lucas pas dos aos en Cesarea, y era un historiador cuidadoso. En los primeros captulos de este evangelio que relatan este maravilloso acontecimiento hay indicios de que us un documento aramaico o hebreo y de que oy la historia de alguno que hablaba el aramaico. La primera cosa que se relata, despus de la introduccin de este cuidadoso historiador, es la narracin del nacimiento. Se narran aqu milagros, no necesariamente hermosas leyendas para idealizar o deificar a Jess. Seran posibles las leyendas si la encarnacin de Jess fuese inherentemente imposible. Pero quin puede afirmar esto con confianza?El silencio de Marcos no puede alegarse contra Mateo y Lucas. Este Evangelio se escribi probablemente en Roma bajo la influencia de Pedro y lejos del crculo de Jerusaln. No es sorprendente que no se dijera nada al principio acerca del verdadero nacimiento de Jess. Fue conocido como el hijo de Jos y Mara. El nuevo manuscrito siriaco de Mateo hallado en Sina dice, por cierto, en un pasaje, que Jos engendr a Jess, pero en otro lugar se deja la declaracin original. El texto estuvo probablemente sujeto a la escritura de los ebionitas, los cuales negaron la deidad de Cristo.Aunque el prlogo de Juan, que tiene un reconocimiento maravilloso del estado de Jess antes de su encarnacin, omite, en efecto, una discusin del nacimiento de Jess y as no tiene nada acerca del nacimiento de una virgen; no es para darnos una interpretacin fcil del origen de la persona de Cristo. Ciertamente Juan, porque no dudo que fue l quien escribi el cuarto Evangelio, no encierra la carrera ni a persona de Jess dentro de lmites puramente humanos. La carrera terrenal de Jess no es sino una porcin muy pequea aunque importantsima, de la existencia eterna del Hijo de Dios, quien estuvo con el Padre en el cielo antes de la encarnacin y quien ha vuelto al Padre despus de la resurreccin y la ascensin. No es meramente una preexistencia ideal en lo que est pensando Juan aqu, sino la presencia personal con el Padre. Juan va ms all todava. El dice claramente acerca del Logos: "Era Dios." Este es un concepto capaz de comprenderse, que el Padre tuviera un Hijo, que es en efecto un corolario necesario de Padre. Pero Juan aun dice que este Hijo o Logos se hizo carne y habit entre nosotros. El Hijo de Dios, que era Dios y coexisti con el Padre, se hizo carne. Cmo? Me aventuro a preguntar: Sera esto una mera teofana? Era Jess un verdadero hombre? Tenan razn despus de todo, los gnsticos docticos, que sostenan que Jess slo pareca ser hombre? La interpretacin propia del lenguaje de Juan se halla en el nacimiento de una virgen, y slo all. El lo da por sentado como bien conocido. Si fuera en verdad el hijo de Jos, no sera "Dios unignito" (El verdadero texto).La dificultad es igualmente grande si volvemos a Pablo. Dice que Jess naci de una mujer, deshacindose as del gnosticismo doctico. Segn Pablo, era verdadero hombre. Pero sostuvo Pablo que tambin era verdadero Dios como Juan claramente crea? No aplica a Jess el trmino Dios, a menos que as lo indique en Rom. 9:5, y leemos iglesia de Dios (el texto correcto) en Actos 20:28. Pero en Col. 1: 15-18, y en otras partes (como en II Cor. 8:9 y Fil. 2:6) Pablo describe a Jess de tal manera que no puede ser para l otra cosa sino Dios. Puede ser que la cuestin del nacimiento de Jess de una virgen no fuese presentada a Pablo. Pero la verdadera deidad de Jess es enseada por Pablo, y esto es la cruz de todo el asunto. No tiene nada de inconsecuente con ello, ni tampoco lo tiene Juan. Todo el testimonio positivo del Nuevo Testamento favorece esta explicacin, y no hay ni una palabra en contra de ella. En verdad los conceptos teolgicos de Pablo y Juan la demandan. El Prof. Briggs (en North American Review de junio, 1906) afirma osadamente que el negar el nacimiento de una Virgen es negar la base filosfica de la encarnacin de Cristo. Puede uno creer aun en la deidad de Jess -y ser lgico. Esto inquieta poco a muchas personas. La lgica hace Poco papel en la teologa de muchos. Pero no es posible pensar que Dios llegara a ser hombre sino por el nacimiento de una Virgen a menos que ha de tener as dos personas en la una en quien Dios ha entrado. Entonces la hereja del nestorianismo o dos personas es inevitable. Y aun cuando Dios pudiera entrar as en semejante hombre, hacindolo no afectara a ningn otro hombre. Si Jess es en verdad el Dios-Hombre, Hijo de Dios e Hijo de hombre, el nacimiento de una Virgen es la nica manera concebible en que se efectuara aquel gran acontecimiento. Y en verdad, este problema no es ms difcil que ninguna otra cosa relacionada con la deidad de Jess. Esto es, despus de todo, el problema. La deificacin del emperador romano y de otros hroes y semi-dioses en tiempos antiguos no prueba que esto es lo que sucedi en el caso de Jess.Por esto pongmonos entre los pastores en los cerros de Beln p ara or cantar a los ngeles acerca de la paz en la tierra a los hombres que reciben el beneplcito de Dios. Encantmonos con este misterio trascendental. El nio en el pesebre ha dado nueva esperanza a toda madre que hay en el mundo, nueva gloria a todo nio que existe en la tierra, nueva dignidad a todo hombre que ha sentido la influencia del Hijo de Dios. En verdad salvar a su pueblo de sus pecados. Zacaras y Mara, Simen y Ana vislumbraron la luz que ilumina al judo y al gentil. Estos cantaron los primeros himnos cristianos. Haban visto la salvacin de Israel. Los sabios caen a sus pies y los Herodes y Satans todava estn procurando obrar la ruina del Cristo. Pero ni sacerdote, ni rey, ni diablo pueden detener la marcha del reino de Dios.Quin, pues, es Jess? Ninguna doctrina que nosotros podamos manifestar expresar todos los hechos-. Las teoras Kenolis de la humillacin de Cristo meten en la palabra de Pablo. en Filipenses 2:9, ms de lo que tena. Multiplican en vez de aminorar los problemas. Se deshacen en vaguedad. De qu se desprendi Cristo cuando dej el lugar que tena al lado de su Padre en las alturas? Se aplicaba esto a su naturaleza divina o solamente a su gloria divina? Cunto del conocimiento de Dios y del poder de Dios tuvo Cristo mientras fue hombre? Cmo podra el infinito Hijo de Dios someterse a limitaciones humanas? Cmo podra el Impecable morar en la carne y no tener pecado? Si tuviera pecado, no podra salvarnos a nosotros del pecado. Si el verdadero telogo se siente humilde aqu, debemos acordarnos de que el verdadero cientfico no se jacta de conocer la vida, la vida fundamental, la Fuente de todas las cosas. No entendemos ni la primera ni la segunda mitad de este problema, Dios u hombre. No es extrao que la combinacin causara nuevas dificultades. Tal vez cuando lleguemos a tener una visin clara acerca de Dios y el hombre, nos pondremos a estudiar con ms confianza el asunto del Dios-Hombre. De todos modos estamos seguros de que esta unin sublime de Dios y hombre ofrece la nica resolucin verdadera de la carrera y carcter de Jess de Nazaret. Es en la personalidad donde Dios y el hombre pueden propiamente encontrarse. La filosofa puede ayudar un poco aqu por el nuevo nfasis dado a los problemas de la personalidad. Podemos por medio de Cristo formar un concepto inteligible de Dios. Sin Cristo nuestras ideas de Dios tienden a deshacerse en lo abstracto.4. El Padre Sanciona al Hijo. La nueva de que se hacan cosas extraas junto al ro Jordn lleg a Jess cuando l estaba en Nazaret. Ya era hombre entonces, el hombre Jess, y la nueva le interes. No fue el llamamiento del desierto sino el llamamiento de su Padre el que oy aunque tuvo que ir al desierto. Un nuevo profeta haba aparecido en el desierto, un hombre que se vesta con ropa vieja, que tena hbitos extraos y un mensaje maravilloso. Pero el encanto de Juan no consista en su manera de vestirse ni en su alimento. La grandeza no se adquiere imitando las excentricidades de otros, as que, no era el vestido semejante al de Elas el que distingui al Bautista, sino el espritu y el poder del profeta. El mensaje era la cosa ms maravillosa acerca del hombre. Dijo que el reino de Dios estaba cercano, en vez de estar en el futuro lejano. Era verdad? La noticia se extendi hasta que toda Jerusaln y Judea salieron a ver lo que era ms que tina caa mecida por el viento. Al fin los predicadores y maestros salieron para or a este profeta de las montaas, algunos tal vez para burlarse de l y escarnecerlo. La osada del hombre los admir! Dijo que aun los predicadores deban arrepentirse como cualesquiera pecadores: publicanos y gentiles, y ser bautizados. Cmo si no furamos los hijos de Abraham! Pero este profeta no perdon ni a los encumbrados ni a los humildes: soldados, publicanos, ni sacerdotes. A los que se arrepintieron los sumergi en el Jordn, y el nuevo rito hizo que muchos supusieran que l era el mismo Mesas. Por un poco de tiempo Juan fue estimado en ms de lo que realmente vala (como sucede con frecuencia con los reformadores),, pero pronto disip semejantes opiniones fa as diciendo bruscamente que l no era el Mesas. No era sino la voz del heraldo que clamaba en el desierto. No era digno de desatar los zapatos del Mesas, el cual tendra un bautismo del Espritu Santo. Pero dnde esDira Jess a su madre a dnde iba cuando sali de Nazaret? Haba llegado su crisis y l lo saba. Juan y Jess se encontraron en la ribera del ro. Juan haba recibido una seal por la cual habra de reconocer al Mesas. Sin duda haba esperado cada da aquella seal mientras bautizaba a las multitudes, y anhelosamente haba examinado cada rostro que se levantaba al emerger de las aguas. Tal vez nunca haba visto a Jess, y si lohaba visto antes, fue slo brevemente, y no saba quin era el Mesas. Pero antes de que viniera la seal sinti instintivamente que estaba en presencia de l! Era incongruente que el Mesas le pidiera a l el bautismo. Parece que Juan mismo no haba sido bautizado. Su bautismo exiga la confesin de pecado, y en presencia del Impecable, Juan senta de nuevo su propia indignidad y suplic que Jess le bautizara. Pero Jess se mantuvo firme. Juan haca bien en sentir as, pero Jess era hombre y judo y deba obedecer el mandato que el Padre haba dado de que todos fuesen bautizados confesando sus pecados. El hecho de que no tena pecado que confesar no le exima de la obligacin de cumplir con este acto recto de obediencia. No olvidemos nunca que a Jess le pareca que vala la pena venir desde Nazaret al Jordn, no para salvarse, porque no necesitaba ser salvo, y el bautismo no salva a nadie sino simblicamente. Sancion por su propio ejemplo el bautismo en el Jordn, y ms tarde lo exigi de todos sus discpulos. En verdad de un modo simblico manifestaba su propia muerte y resurreccin tambin, pero no es nada probable que Juan viera este punto.Pronto Juan vio que Jess tena razn para ser bautizado, porque el Padre habl en alta voz al Hijo, y el Espritu de Dios descans sobre Jess cuando sali del agua orando. Fue un momento augusto. El Padre, el Hijo y el Espritu se unieron para celebrar este acontecimiento. Es claro que el bautismo de Jess tuviera una maravillosa significacin personal. Ha sido interpretada de distintos modos. Algunos imaginan que en esa ocasin Jess lleg a saber por primera vez el hecho de que l mismo era el Mesas, el Hijo de Dios, pero esta interpretacin no es justificada por los hechos. La protesta dirigida a Juan precisamente antes del bautismo no era una negacin de que era el Mesas. Toda su conducta para con Juan fue la de quien ha arrostrado su destino y lo ha aceptado. Algunos de los gnsticos cerintianos imaginaron que el Cristo, como un Aen o Emanacin de Dios, baj sobre Jess en su bautismo semejante a una paloma, y que este Cristo Aen era lo divino, siendo Jess mismo un mero hombre. Sin embargo, su bautismo era el principio de la obra pblica mesinica. Jess ahora se presentaba pblicamente. Haba cruzado ahora el Rubicn y no era posible volver atrs. Haba puesto su mano en el arado y tena que seguir hasta el fin y meterlo profundamente. Fue la venida del Espritu Santo lo que constituy el ungimiento de Jess y no el bautismo. No confundamos las dos cosas. Podemos comparar con esto la dotacin proftica de] Antiguo Testamento.5. La Significacin Moral de la Tentacin. Los que escribieron los Evangelios no podan haber conseguido esta narracin sino de Jess mismo. Es probable que, mucho tiempo despus, relatara a los discpulos esta fiera lucha que, al principio de su ministerio, sostuvo con el prncipe del mal, como con frecuencia sucede con el joven predicador. Marcos apenas menciona el hecho, pero Mateo y Lucas dan los detalles de la lucha titnica. No podra ocurrir sino al principio del ministerio. Satn deseara retar de una vez al Mesas. Como un len de la selva reta al que se mete en sus dominios. Con derecho o sin l, el diablo pretenda que este mundo fuera suyo y de nadie ms. El haba hecho mucho para hacerlo un matorral de pecado y dolor. Senta que no podra existir sino la enemistad entre l y Jess. Los Evangelios Sinpticos todos estn de acuerdo en poner la tentacin exactamente despus del bautismo. Era el momento psicolgico. Todo converso nuevo tiene que sostener una nueva lucha con el diablo despus de su bautismo, "Te has portado locamente" dir el diablo.No podemos detenernos para discutir si fue una visita objetiva del diablo o meramente la influencia de una sugestin diablica sobre la mente de Jess. Lo ms probable es que existieron ambos elementos. No es ms difcil pensar que el diablo hiciera una manifestacin visible de s mismo a Jess, que creer de alguna manera en la existencia del diablo. Este es el verdadero problema. Si existe un verdadero espritu del mal que tiene acceso al alma del hombre y poder sobre ella, no necesitamos inquietarnos acerca de lo dems. Sera un consuelo creer, como lo hacen algunos, que el diablo ha muerto. Ciertamente el pecado no ha muerto. Si no hay diablo, no lisonjeamos al hombre hacindole originalmente responsable de todo el mal que est en el mundo. Pero sea o no que el diablo apareciera objetivamente a Jess, fue en la regin espiritual donde se verific la tentacin. Marcos aun dice que Jess fue conducido por el Espritu al desierto para ser tentado del diablo. Esto parece al principio ser un dicho duro, pero probablemente no quiere decir otra cosa sino que Dios deseaba que su Hijo encontrara de una vez al tentador para resolver la cuestin inmediatamente. No es que el diablo no hiciera otro esfuerzo, sino que se hiciera clara la manera de afrontar los conflictos futuros.Es evidente que el diablo hace alusin a la aprobacin del Padre en el bautismo de Cristo cuando dijo: "Si eres el Hijo de Dios," como Dios haba dicho. No es que el diablo niegue que sea as; por cierto, la forma de la condicin da a entender que es verdad, y l dice, en efecto, "un Hijo de Dios," y no "el Hijo de Dios," como Dios haba dicho, pero sugiere a Jess que hara bien en comprobar lo que haba dicho Dios. En esto no hara mal. Entonces tendra la experiencia personal para sostenerle. Tena mucha hambre y seguramente, si era Hijo de Dios, podra hacer obra creativa como la haba hecho Dios. Era una sugestin sutil. Jess hara milagros a favor de otros. Por qu no haba de empezar haciendo uno a favor de s mismo? En una palabra, Haba Jess de ser un Mesas egosta? Pero la tentacin no habra sido tentacin si hubiera sido puesta en aquella forma. En esto consiste el peligro de una tentacin, en que, al principio, su verdadero carcter est oculto y difcil de descubrir. Aqu se ocultaba la desconfianza en Dios.Los judos esperaban que la venida del Mesas fuese un gran espectculo. Con frecuencia suplicarn a Jess que d una seal, que no meramente obre milagros, sino que, por ejemplo, obre algn gran portento en el cielo. El diablo sugiere que Jess se acomode a la expectacin popular dejndolos verle bajar por el aire desde el pinculo del templo, como si descendiera directamente del cielo. Le saludaran con aclamaciones. Pero Jess no era un mero prestidigitador, no era un aeronauta de globo o paracadas. El diablo se hace piadoso y cita la Escritura, no citndola mal como lo hacen algunas buenas gentes, sino que la aplica mal. En esto tambin el diablo no tiene monopolio. Pero Jess vio que sera presuntuoso, en lugar de confiado, osar hacer semejante hazaa. Adems de esto, hara mejor resolviendo la cuestin ahora, en lugar de ms tarde, si habra de ser la clase de Mesas que el pueblo deseaba o la que el Padre haba ideado. Todo predicador en una manera ms humilde, tiene que resolver un problema semejante. Es tan fcil seguir con la corriente, tan fcil caer desde una gran altura cuando est uno nervioso y lleno de miedo.Pero el diablo no haba acabado. Apel a la ambicin de Jess. Le ayudara a hacerse el rey del mundo. En esto el diablo haba tenido mucha experiencia. No que abdicara exactamente; l y Jess podran gobernar juntos. Esto sera mejor que la guerra declarada. Ofreci a Jess todos los reinos del mundo y la glora de ellos. Era un cuadro fascinador que se present a la mente de Jess. Slo suplic como recompensa que Jess se arrodillara delante de l aqu, en la montaa. Nadie ms estaba presente, y sera meramente un reconocimiento de los hechos del caso. El diablo realmente tena los reinos del mundo en su poder; por ejemplo, el gran Imperio Romano. No sera mejor hacer la paz y ser amigos en lugar de pelear? Podra volver este gran Imperio Romano, contra Jess, quien todava no tena discpulos, y si ganara algunos, podra usar este imperio contra el reino de Jess. Esto fue el busilis de la tentacin. Jess deseaba el mundo. En verdad haba venido para ganar el mundo, pero tena que quitar el mundo al diablo, y no tomar el mundo en las condiciones propuestas por el diablo y con el diablo como dictador. Cristo no fue confundido por la expectativa. Saba lo que significaba su decisin. Pero amaba demasiado al mundo para traicionarlo as. No quera tener una mezcla del reino del cielo con el reino del mundo. Estaba dispuesto a morir por el mundo. Es extrao decirlo, pero el diablo, en efecto, hizo que el Imperio Romano peleara con Jess y lograra injertar mucho del mundo en la iglesia de la Edad Media. Pero Jess desech todo compromiso y rendicin y mand a Satans que se fuera. Se fue, sojuzgado por el momento pero esperaba aprovechar otra oportunidad. As es que Jess tuvo que arrostrar la muerte en el mero principio. Tena que estar dispuesto a morir por los hombres antes de poder salvar a los hombres. As es que Jess escogi la sublime pero spera senda que conduca al Calvario, camino solitario y cansado. Su decisin signific un conflicto eterno con Satans hasta vencer a ste, y hasta que los reinos de este mundo hayan llegado a ser los reinos de nuestro Seor y de su Cristo.6. La Presentacin de Jess hecha por Juan. Esta se halla de acuerdo con la descripcin sinptica, como se ve, por ejemplo en la tentacin. En el Evangelio de Juan, Jess es presentado como consciente desde el mismo principio de que es el Mesas a quien ha sido encargada una gran obra para Dios, consciente tambin de que habra de morir por los hombres. Debemos notar tambin que este concepto de Cristo es presentado tambin en los Evangelios Sinpticos. Juan no ha hecho ms que acentuar lo que est implcito en la tentacin y expresado por el Padre en el bautismo. Jess es el Hijo de Dios. Juan presenta a Cristo reconocido como el Mesas ya en el principio, y que aun entonces pretenda ser el Mesas. Esto no es extrao, sino natural. As Juan relata que al principio los discpulos de Jess bautizaban, lo que segn parece dej de hacerse a causa de la popularidad de Jess con el pueblo y la hostilidad que result de parte de los fariseos; de] mismo modo relata las pretensiones mesinicas que pronto dejaron de mencionarse por la misma razn. El choque con las autoridades de Jerusaln en la primera pascua evidenci que la crisis se precipitara de una vez si Jess persista en pretender abiertamente ser el Mesas o en permitir que le llamaran as. Por lo tanto lleg a ser necesario que Jess usara de reserva en cuanto a la pretensin mesinica. Pero esta reserva no significa de manera alguna que Jess comenzara su carrera pblica meramente como otro rab o como profeta, a semejanza de Juan cuando esperaba al Mesas, inducido finalmente por la expectacin pblica a pensar que l era el Mesas o a proponerse como el Mesas. Estas alternativas son muy inconcebibles e inconsistentes con cuanto sabemos de Jess. No era un mero soador, no era fantico, ni actor, ni demagogo ni charlatn. Es difcil pensar en Jess como sabiendo l al principio de su ministerio que l mismo era el Mesas y que tendra que sufrir la muerte, pero tal destino est delante de todo verdadero soldado. Jess sigue valerosamente caminando para encontrar su hora y cumplir su tiempo. La experiencia nos muestra que el tipo ms alto de varonilidad se desarrolla en tiempos difciles.7. Los Trminos Aplicados a Jess Tienen un Inters Peculiar. Su propia frase favorita, Hijo del Hombre, tena una significacin mesinica, aunque no se entenda generalmente as en ese tiempo. Serva como una pretensin a su oficio, aunque en una forma oculta. Ciertamente significaba ms que la inspida palabra aramaica "barnasha," hombre. En algunos pasajes esta idea es positivamente ridcula. Adems de esto el trmino acenta la encarnacin de Cristo. Es el hombre representativo. En pocas ocasiones Jess se llam el Hijo de Dios (en los Sinpticos as como en Juan) en un sentido que no es verdadero de los otros hombres. Los judos consideraban como blasfemia esta pretensin, porque pretenda ser igual a Dios y reciba adoracin como Dios. Despus del principio de su ministerio no permita que le llamaran claramente el Mesas hasta que suplic a Pedro directamente que dijera lo que pensaba de l. Aun entonces amonest a Pedro y a los discpulos a no llamarle Mesas pblicamente. Y sin embargo, bajo juramento delante del Sanedrn, Jess afirm que l era el Mesas, el Hijo de Dios, y el Hijo del hombre. Sufri en su muerte la pena de aquella confesin. No era blasfemia que el verdadero Mesas hiciera esta pretensin. Y Jess haba sido identificado por Juan como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La ltima vez que el Bautista viera al Mesas se par mirndole, extasiado, con la gloria de la visin. "El est en medio de vosotros" haba dicho, "y no le conocis." Y con frecuencia esto es cierto ahora con respecto al Cristo invisible y no reconocido.II . LA PRIMERA INVITACION DE JESUS"Venid y veris" (Juan 1:39).SE NOS dice en Hebreos 5:8 que, "Aunque S Jess era Hijo, aprendi la obediencia por las cosas que padeci." Tena que ser hecho perfecto por la disciplina de la experiencia (Heb. 2:10). Slo as podra llegar a ser el Capitn (o Autor) de la salvacin, y podra alcanzar poder para ayudar a los tentados (Heb. 2:18). La experiencia no viene como un don o una herencia, ni puede comprarse. Jess ya ha dado a entender al gran tentador el carcter de su trabajo. La larga guerra para el rescate del mundo ha comenzado, porque Jess vino no para traer paz, sino espada.1. Conexin con el Trabajo de Juan el Bautista. Cristo no estuvo completamente solo en su trabajo que desempeaba en favor del Reino de Dios. Unas pocas personas espirituales como Simen y Ana, Zacaras y Elisabet, de una generacin anterior, se quedaron, esperando la consolacin de Israel, aunque, generalmente hablando, la semilla del cristianismo se sembr en suelo estril. Pero Juan el Bautista, como Precursor del Mesas, haba descubierto algunos espritus escogidos que recibiran al Mesas con gozo.Juan el Bautista nunca vacil ni por un momento acerca del Mesas. Poda medirse a s mismo perfectamente-cosa muy difcil de hacer. Nos equivocamos en esto muy fcilmente. No permiti que las lisonjas ni las intrigas le apartaran de su cordial lealtad a Jess como el verdadero Mesas, la Esperanza de Israel. El Evangelio de Juan no narra el bautismo de Jess por el Bautista, aunque lo insina aludiendo a la seal del Espritu Santo descendiendo sobre l (1:33). Despus del bautismo de Jess, Juan no le vio sino dos veces, por lo que sabemos, y esto en dos das sucesivos. Pero en cada ocasin su alma se extasi con la visin. All est el Cordero de Dios! Nada mereca ser mirado mientras Jess poda ser visto. "Mir a Jess que iba pasando" (Juan 1:36). Se regocij de poder dar su testimonio de identificacin. "Yo he visto, y he testificado que ste es-el Hijo de Dios" (Juan 1:34). Vio claramente tambin el aspecto sacrificial del Mesas. "E] es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). El Bautista no equivoc completamente, como sostienen algunos, la obra del Mesas, porque dijo expresamente que Jess desempeara un ministerio espiritual (bautizar con el Espritu), no obstante que su venida trajo inevitablemente juicio sobre el mundo.2. Los Primeros Discpulos. Estos eran discpulos del Bautista, Andrs y probablemente Juan el Evangelista, quienes creyeron al Bautista y dejndole siguieron a Jess. Fue un momento de mucha significacin para Jess. Aqu, al menos, hubo un principio: dos almas preparadas por la obra del Bautista. Juan el Evangelista escribi de ello cuando era anciano, pero nunca olvid al travs de los aos el acontecimiento ni la hora del da, las diez de la maana (tiempo romano). Pasaron el da con Jess, el primero de muchos das semejantes. La levadura del reino ya obraba. A Andrs pertenece la distincin de esforzarse primero para ganar a otro. El texto correcto (Juan 1:41) realmente dice que sta fue la primera cosa que hizo Andrs despus de su entrevista con Jess. Puso las cosas primordiales en primer lugar. No tena tiempo para hacer otra cosa. A Simn su hermano dice sencillamente: "Hemos hallado al Mesas." Fue una nueva de tremenda importancia. Podra ser la verdad? Pronto Simn mira cara a cara a Jess. Desde luego este hombre impresion a Jess. 'Te mir" con toda la penetracin de la naturaleza humana que caracterizaba tanto a Cristo. Vio en Simn lo que en ningn otro jams haba visto -vio en verdad la inestabilidad, la mutabilidad, lo impulsivo, la debilidad de su naturaleza, pero ms all de todo eso vio las posibilidades ms profundas y fuertes de este hombre y apel, como lo hace siempre, a lo mejor de l. Profetiz un nuevo nombre para Simn, el de Cefas o Pedro. No mereca an ser llamado Roca pero lo merecera. Lo que hizo Jess con Simn lo hace con todo hombre. La cosa ms notable acerca de Jess es que l pone en un hombre, lo que no ve en l. As Cristo ha levantado al mundo, hallando la mejor cosa en el hombre, desarrollndola, e introduciendo nueva vida en l, el Reino de Dios.El da siguiente Jess halla a Felipe y le dice explcitamente: "Sgueme." Fue un mandato extrao. Felipe no conoca a Jess. Por qu haba de seguir al extrao? Puede ser que fuese l discpulo del Bautista, pero de todos modos Felipe era de Betsaida, la poblacin de Andrs y Pedro, los cuales estaban ya con Jess. Este hecho cedi ante la demanda de Jess. As es actualmente. Seguimos a Cristo en parte porque lo hacen nuestros amigos. Adems de esto, hubo un tono de insistencia en las palabras de Jess. Pareca tener derecho de pedir este servicio supremo a Felipe. Es claro ahora que los hombres escucharn la invitacin de Jess. Ser posible ganar a los hombres para el reino de Cristo en oposicin al reino del diablo.As como Andrs (y probablemente Juan el Evangelista) fueron movidos por el poder de la levadura, as Felipe es movido para hallar a Natanael. Cada uno trae uno. Por qu no? Esta es la obra normal del reino de Dios. "Le hemos hallado," dice Felipe. Eurkamen. Fue el mayor descubrimiento del mundo. Ni el oro, ni los diamantes, ni los planetas, ni un nuevo sol, ni el radio pueden mencionarse al lado de este descubrimiento de quien escribi Moiss y los profetas. Pero Natanael no era impulsivo como Simn. Era escptico. "De Nazaret acaso puede salir cosa buena?" (Juan 1:46). Como otros muchos escpticos resolvi todo el asunto refirindose a una cosa subordinada. Felipe le haba llamado "Jess de Nazaret hijo de Jos." Natanael no viva lejos de Nazaret. Ser ciudadano de aquella poblacin le pareca un reproche. Nazaret tena mala reputacin, y de todos modos no era el lugar mencionado en el Antiguo Testamento; por lo tanto el Mesas no poda vivir all. Despus de todo la lgica no sirve como coche en qu viajar. Ha dicho alguien que la mejor cosa del mundo sali de Nazaret. Pero Felipe tuvo paciencia. Slo suplic que lo probara. "Ven y ve." Las pretensiones de Jess no han de resolverse por las discusiones abstractas. El argumento de la experiencia es un argumento cientfico. Felipe apoy su argumento precisamente en esto. Saba lo que Jess haba hecho por l. Natanael no poda rehusarse a venir. De modo que vino para investigar a Jess, pero hall que Jess ya lo haba diagnosticado dicindole que era "verdaderamente un israelita en quien no haba engao." As, pues, es una cuestin personal entre Natanael y Jess. "De dnde me conoces?" Es la primera vez que Jess exhibe a los hombres su conocimiento sobrenatural. El escepticismo de Natanael se desvanece ante esta experiencia sobrenatural. Acepta a Jess como el Hijo de Dios y el Rey de Israel. Salta al fin del camino y reconoce el elemento divino de Jess "el hijo de Jos." Jess profetiza cosas mayores que las que Natanael ha de ver, porque Jess es el vnculo entre la tierra y el cielo. Los ngeles ascienden y descienden sobre el Hijo del hombre, como Cristo se llama ahora por primera vez. Es significativo notar cmo los trminos principales aplicados a Jess despus se presentan juntamente al principio. El es el Mesas, el hijo de Jos, de Nazaret, el Hijo del hombre, rab o maestro, el Rey de Israel, l Cordero de Dios, el Hijo de Dios.3. El Primer Milagro. El diablo haba procurado hacer que Jess obrara su primer milagro para su propio favor. Nunca obr milagros sencillamente para s mismo, aunque l mismo era el gran milagro. Juan Bautista no obr milagros, de modo que no podemos decir que era dado por sentado que un profeta obrara milagros. Es verdad que los milagros de Cristo presentan dificultades a la moderna mente cientfica. En ese tiempo crearon una dificultad tambin; y tanto fue as, que los enemigos de Jess atribuyeron al diablo ese poder milagroso. Pero los modernos consideran los milagros como relacionados con la persona de Cristo. Si era en realidad el Hijo de Dios no es sorprendente que ejerciera el poder de Dios. La otra dificultad se halla en la relacin de Dios al mundo. Si Dios no ha agotado su poder en las leyes de la naturaleza que nos son conocidas, no podemos limitar la expresin de su voluntad. Mientras ms real y espiritual sea Dios, menos razn tenemos para negar su poder en la naturaleza. La sugestin para este milagro vino de la madre de Jess, y muestra que ella saba que haba entrado en su obra mesinica y crea en l. Y, sin embargo, aunque la demanda era perfectamente natural e indica una relacin ntima de compaerismo entre madre e hijo, una demanda fue creada por ella para que se precisara la nueva situacin. El mismo hecho de que haba entrado en su obra mesinica hizo imposible que Mara ejerciera ya el poder de madre sobre l. Jess no manifest aspereza usando la palabra "mujer," pero era necesario que ella llegara a entender la nueva relacin. Tal vez no haba llegado su "hora" para una demostracin pblica como la que lleg ms tarde en Jerusaln. En efecto adopt la sugestin de su madre y cambi el agua en vino, en verdadero vino. As, pues, Jess tena poder sobre la naturaleza. Su primer milagro es tan difcil como otro cualquier, l es Seor de la naturaleza y el agua reconoci ese hecho y respondi a su voluntad."El agua consciente vio su Dios y se sonroj."Jess saba cmo mezclarse en la vida social en una manera tal que bendijera y regocijara a otros. No era un asceta que se guardara separado de los hombres. Vivi en el mundo pero no fue contaminado por el mundo. El que ama la temperancia, como lo haca Jess, no tiene que hacer una exgesis falsa de este hermoso incidente para justificar su defensa de la prohibicin. Los vinos poco intoxicantes de aquel tiempo fueron tomados con tres partes de agua y eran semejantes a nuestro te o caf en sus efectos. Jess no abogaba por la cantina moderna con su trfico en almas humanas. La gloria de Jess se manifest al pequeo grupo de media docena de discpulos quienes ahora ya ejercan ms fe que antes en el nuevo Maestro. Una visita breve a Capernaum con su madre y el grupo de discpulos sigui a la fiesta de las bodas de Can.4. La Crisis con las Autoridades de Jerusaln. Era propio que fuera Jess a la fiesta de la Pascua. No hubo ocasin mejor para que el Mesas llegara a conocer a los lderes religiosos del pueblo que esta gran fiesta. Aqu, por primera vez vemos una nota de tiempo en el ministerio pblico de Cristo, y es Juan en su evangelio quien la da, y no uno de los Sinpticos. Tomando en consideracin slo lo que ellos dicen, la obra de Cristo podra haber ocupado un solo ao, aunque un ao muy lleno de trabajo. Pero Juan, si tomamos su evangelio como regularmente cronolgico, lo hace ocupar por lo menos dos aos y medio con tres pascuas, con la posibilidad de tres aos y medio. De modo que fue en la primavera del ao 27 D. de C. cuando Jess estuvo en Jerusalem por primera vez desde su bautismo, el cual se efectu seis meses antes. Est en el templo, la casa de su Padre, donde al estar tuvo gusto siendo un jovencito de doce aos. Sabe que la casa de su Padre es contaminada con el trfico y venta de palomas y ovejas, el sonido del dinero y la gritera de los cambistas posados en los corredores del Atrio de los Gentiles. No se ocupa en la discusin teolgica como antes, pues este ultraje, pues estas supercheras que enriquecan a las autoridades sacerdotales, conmovieron tanto a Jess que desde luego se volvi reformador y manifest su autoridad proftica y mesinica. Se objeta que los Sinpticos dan el incidente al fin del ministerio de Cristo y no al principio como lo hace Juan. Pero seguramente era de tal naturaleza que es probable que volviera a suceder cuando los traficantes contaminaron as el templo otra vez. La influencia de Jess no era sino personal y momentnea. Los hombres volvieron en s y quedaron admirados de que se hubieran salido. Los judos demandaron una seal en defensa de sus pretensiones, pues haca lo que solamente el Mesas tenla el derecho de hacer. De modo que aqu, al principio, la cuestin se suscita entre Jess y las autoridades eclesisticas. Podra haber hecho una gran seal y hecho afirmacin verbal de que l era el Mesas. Le habran aceptado? Al contrario, le habran matado entonces en lugar de haberlo hecho tres aos ms tarde. En efecto, les da una seal, pero de tal manera que ni ellos ni los discpulos la entienden. Les dio la seal de su muerte y resurreccin, la gran seal en que basaba toda su carrera. La dio en forma simblica y parablica, pero por ese mismo motivo se grab en la mente del pueblo, aunque mal entendida, como se ve cuando en el juicio de Jess esta mala interpretacin es la nica cosa que los enemigos de Jess pueden hallar en su contra. Y en la cruz le arrojarn a su rostro su dicho de que destruira el templo y volvera a levantarlo en tres das. No haba dicho esto. Haba dicho que, si ellos destruyeran el templo de su cuerpo, volvera a levantarlo en tres das. Esta no es meramente la interpretacin que Juan hace de la parbola de Jess. Es la nica interpretacin que est de acuerdo con la carrera de Cristo. Se objeta que es un anti-clmax que Jess anunciara su muerte as, al principio, y que no habra tenido nimo para seguir adelante si ste hubiera sido el fin previsto. Pero esta objecin mira de una manera demasiado mezquina la carrera de Jess, y hace demasiado pequea su alma. Su nico objeto al venir al mundo fue el de morir por los pecadores. No se suicidara. Dejara cumplirse los acontecimientos. No apresurara su "hora," pero seguira valerosamente hasta encontrarla. Quitar de la mente de Cristo este anticipado conocimiento de su muerte le robara de este elemento trascendental de herosmo, le representara como un ciego andando a tientas buscando el bien, en lugar de ser el gran espritu constructivo quien vio que la nica esperanza de la raza era que pusiera su vida por ella. Pero hacindolo y antes de hacerlo har tambin la parte de un hombre. Atacar las condiciones malas en la religin y en la vida que hay en todo su derredor. Presentar a los hombres lo ideal, tanto en la palabra como en el hecho. Su muerte descansar sobre una vida que mereca vivirse, y esto le recomendar los hombres por todos los siglos. Este es un concepto digno de Cristo, y es el que se da en los evangelios. Comenzar con la casa de Dios. Esta necesita ser limpiada, Aun cuando los hombres investidos de privilegios concedidos o permitidos Por las autoridades profanaran la casa de Dios, protestar. Protestar an cuando vuelvan. Levantar su voz y su mano en contra de los que violan la ley y la decencia. La mano est levantada todava y azota a todo violador de la ley y de] orden.5. Una Entrevista con un Erudito Judo. Nicodemo se senta atrado a Jess como lo es un erudito a otro. Era un espritu semejante, un hombre versado en las cosas ms profundas. Pero haba ms. Las seales que l obr en Jerusaln probaron que Dios estaba con el nuevo maestro. Y sin embargo Jess era Persona non grata al Sanedrn, del cual Nicodemo era miembro. Cristo era ya un hombre desechado por los doctores en teologa. Se deba en parte al hecho de que Jess no era tcnicamente hombre as como ellos lo entendieron, no era graduado de su seminario rabnico, no haba aprendido de ellos; pero en parte tambin a que haba un elemento novedoso en sus enseanzas. Su punto de vista era tan extraordinario Y tan distinto, que al principio no podan comprenderle. Pona en peligro la teologa de ellos. Su choque con ellos en el templo lo acentuaba todo. Los rabes recelaban dificultades. No obstante todo esto, Nicodemo se senta atrado hacia l. Podemos imaginar a este erudito tmido pero inquisitivo yendo a una tienda de campaa fuera de la ciudad, mirando recelosamente por todos lados. Sus observaciones introductorias abrieron el camino para una conversacin ms ntima. Aqu est un hombre muy distinto, tanto de Simn como de Natanael. Es el erudito investigador limitado por las costumbres y por una abstraccin intelectual, atrado por la verdad a fin de hallar el camino que lo lleve fuera del laberinto. Nicodemo es el esclavo del sistema ceremonial, y no lo sabe. Por esto Jess inmediatamente le presenta el corazn de todo el asunto, la necesidad del nuevo nacimiento para la entrada al Reino de Dios. La impotencia de Nicodemo en presencia de la idea fundamental en el reino de la gracia muestra cunto estuvo enredado en la red del legalismo. Jess procura ayudarle sugirindole una idea ms adelantada que su propio punto de vista. Debe haber no solamente un nacimiento nuevo ceremonial, lo cual era fcil para Nicodemo, sino un nacimiento espiritual, que es dado por sentado entre nosotros. "Os es necesario nacer de nuevo." Nicodemo haba venido para pedir luz y haba recibido ms de la que saba utilizar, aunque era destinada a atraerle hacia el reino. Pero Jess insisti en que esto era una verdad meramente elemental y terrenal en el reino y no una verdad celestial que tuviera su origen en el propsito eterno de Dios como se muestra en la necesidad de la muerte propiciatoria de Cristo. Este "necesario" era demasiado profundo para Nicodemo, y todava estamos admirados por la profundidad del amor manifestado en Juan 3: 16, ya sea porque estas palabras fueran la interpretacin del evangelista o las ltimas palabras de Jess a Nicodemo.Jess tuvo ms xito en su obra realizada en Judea que en la que hizo en Jerusaln, no obstante que, aun all, ms gente crea nominalmente en Jess que la que mereca su confianza. En Judea la ola de la popularidad se levant tan alta que se despertaron los celos de los fariseos. Pero el Bautista no permiti que los celos entraran en su corazn, cuando Jess le gan en el favor popular. El arresto de Juan meramente mostr lo que sucedera a Cristo cuando llegara la hora de la crisis.6. Una Entrevista con una Mujer Samaritana. Es difcil ponernos en el lugar de Jess mientras hablaba con la mujer samaritana junto al pozo de Jacob. Todo se opona a su esfuerzo para ganar a esta mujer solitaria. Tena las fuerzas agotadas por el largo viaje de] da sobre los montes. Tena hambre. Era mujer, y los judos no esperaban que un rab platicara en pblico con una mujer. Era samaritana, y odiada an ms enrgicamente por los judos por ser media juda. Era una mujer que haba tenido maridos en demasa y cuyo carcter y reputacin creaba un caso muy delicado y difcil de manejar. Seguramente ste era un caso ms desesperado que el de Nicodemo. Todo motivo de raza, preocupacin e inclinacin personal le sugerira que la dejara sola. Pero Jess nunca lleg a mayor altura que cuando se despert para ganar a esta mujer pecadora. Comenz con pedir un poco de agua: El nico tpico que tenan en comn. No hay estudio ms fino en el mtodo de ganar almas que en la pericia suprema mostrada por Jess aqu para vencer todo obstculo y para despertar al fin la conciencia de la mujer misma. Anhel una controversia teolgica cuando lleg a sospechar que Jess era profeta. No vea que un predicador fuera necesario para otra cosa, sino para disputar con l. Pero Jess no le permiti divagar y le revel la palabra ms alta que tena que pronunciar acerca de Dios y de] culto, y le dijo claramente que l era el Mesas, cosa que no haba dicho a Nicodemo. El resultado justific la paciente perseverancia de Jess, porque la conversin de ella condujo a la de otros muchos. Jess vio en la salvacin de esta mujer samaritana la promesa de la victoria. En verdad, los campos de] mundo estaban blancos y listos para recibir la hoz del segador, ya que una mujer como sta poda ser convertida. La mies est todava blanca esperando a los segadores, pero el alma de Jess se aliment con este bendito fruto. Ya no deseaba alimento ni agua. Le bastaba la voluntad de Dios. Ahora se estaba haciendo el Salvador del mundo, para que aun los samaritanos pudieran ser salvos.7. El Llamamiento a Nazaret. No es sorprendente que Jess deseara visitar a Nazaret. En verdad, ms tarde hizo una segunda visita, segn la narracin de Marcos y Mateo. Era justo que diera a Nazaret, el lugar de su niez y juventud, una buena oportunidad. Por cierto, Jess se ausent despus de su bautismo, hasta que hubo iniciado bien su ministerio. Vino despus de haber adquirido una reputacin como rab, y aun ms, porque muchos haban odo hablar de sus milagros. Pero quedaron dudas en la mente de algunos de que un joven carpintero, creado en su poblacin, a quien conocan, pudiera hacer todas las cosas que le eran atribuidas. Les pareca que haban odo informes equivocados. Pero al principio Jess fue tratado con suma cortesa. Despus de haber ledo el famoso pasaje en el rollo de Isaas y de haberlo devuelto al ayudante, Jess se sent junto al pupitre de lectura. Esta era la seal de que iba a pronunciar un discurso, y al memento todos los ojos se fijaron en l. Estuvieron muy alertas porque entonces podran juzgar ellos mismos lo que haba en l para justificar su reputacin repentina ganada desde que los haba dejado. No tenan que esperar mucho porque Jess se apropi el cumplimiento en este da de la promesa mesinica que acababa de leer. La misma osada de la pretensin los hizo escuchar al principio con simpata. Pensar que el Mesas haya aparecido en nuestra poblacin! Se despert su orgullo, y fueron encantados por sus maravillosas palabras. Sin embargo, no era ste el hijo de Jos? La incredulidad se expres en sus rostros y tal vez hubo murmullos. Algunos son mortalmente ofendidos cuando sus vecinos y amigos tienen ms xito en la vida que ellos. No pueden admitir en ellos dones y trabajo superiores a los suyos propios. Es este resentimiento oculto que encuentra Jess cuando lo interpreta con la parbola o proverbio, "Mdico, crate a ti msmo." Anhelaban que hiciera algunos de los milagros de que haban odo hablar. Despus de todo, era fcil hablar. Haznos uno o dos milagros. Jess poda interpretar con exactitud la psicologa de una multitud. Pero en vez de satisfacer su curiosidad ociosa, les dio una reprensin severa, citndoles el ejemplo de la soberana de Dios como se muestra en el caso de la viuda de Sarepta y el de Naamn el siro. Nazaret no tena ms privilegios naturales en el reino que cualquiera otra poblacin. Entendieron esto como una ofensa a su orgullo de pueblo, e inmediatamente todos se llenaron de ira, de modo que procuraron quitar la vida al hroe de la hora anterior. Fue un resultado triste, pero Jess no fue sorprendido, porque dijo, Ningn profeta es acepto en su misma patria. Ya era claro que Nazaret no poda ser el centro de su trabajo en Galilea. Jess haba tenido demasiada popularidad en Judea y por esto haba tenido que poner fin a su trabajo all. Pero no tiene demasiada popularidad en Nazaret.8. El Nuevo Hogar. Dnde haba deponer Jess ahora el centro de su obra? Tena que estar en alguna parte de Galilea. Se haba hecho imposible tenerla en Judea, y por supuesto no poda estar en Samaria. En Galilea no haba otra ciudad ms cosmopolita que Capernaum. Los fariseos tenan menos influencia en Galilea que en Judea, y al menos haba aqu una oportunidad de sembrar la semilla del reino libre de la influencia dominante de los eclesisticos de Jerusaln. El elemento gentil en Galilea era todava considerable, especialmente alrededor del mar de Galilea, que era el centro de un gran comercio. El mundo exterior se haca sentir en Capernaum, aunque los judos tenan all una sinagoga, ddiva de un generoso centurin romano. Nazaret misma estuvo cerca de uno de los grandes caminos que habla entre Egipto, Siria y Mesopotamia para las caravanas. El aramaico y el griego eran los idiomas que se oan con ms frecuencia, y Jess y los discpulos probablemente hablaban ambos, segn la ocasin, as como lo haca Pablo tambin.Parece que la media docena de discpulos que haban estado con Jess en Judea y Samaria no fueron con l a Nazaret, sino antes bien a sus distintos hogares. Cuatro de ellos, que eran dos pares de hermanos, haban vuelto a ocuparse de la pesca. Cuando Jess vino a Capernaum para vivir, pronto hall a Andrs y a Simn, a Santiago y a Juan. Es verdad que no haban tenido en esta ocasin ningn xito, y estaban remendando y lavando sus redes. Jess sugiri a Simn que guiara su barca ms adentro para hacer otro esfuerzo. Un pescador siempre puede hacer un esfuerzo ms. Pero Simn ya no tena esperanza. "Alas a tu palabra echar las redes." Si eso agradaba a Jess, hara otro esfuerzo, aunque haba trabajado toda la noche sin cog& nada. El resultado humill a Simn y fue posible que Cristo enseara una leccin espiritual valiosa para Simn y para todos los otros. Tendr tan poca fe como pescador de hombres? Esta es la segunda vez que estos cuatro hombres siguen a Cristo, aunque todava no como Apstoles. Continan con l, dejando definitivamente de pescar.En la sinagoga de Capernaum Jess se pone frente a un extrao auditorio, aunque no hostil. Lo que asombr a la asamblea fue la independencia personal de Jess como maestro. No era esclavo del pasado, corno lo era el rab ordinario que tema una opinin nueva que no tuviese el apoyo de algn rab de la antigedad. Pero Jess no enseaba como los escribas, sino como uno que tena autoridad. Tena la autoridad de la verdad en lugar de la de algn custodio que se haba apropiado el deber de la ortodoxia. Haba pasado mucho tiempo desde que una nueva idea se haba expresado en esta sinagoga, e hizo una conmocin. Lo que necesita el mundo es la verdad, sea nueva o antigua. Una mentira no es una verdad por habernos llegado desde muchos siglos pasados. Un plpito no debe tener el afn de cosas meramente antiguas, ni la comezn de cosas meramente nuevas. En este caso la verdad era una sensacin. Qu es esto? Una nueva enseanza?" Tenemos aqu el primer caso de muchos en que Jess san a un pobre endemoniado. El demonio reconoci a Jess como el Santo de Dios, pero su testimonio no fue bien recibido por motivos obvios. No sera provechoso para Jess recibir tal atencin. Pero el pueblo se asombr por su poder de echar fuera al demonio. Hay dificultades serias en conexin con los demonios, su realidad y su relacin con la enfermedad. Sabemos muy poco del mundo de los espritus y de los fenmenos psquicos para poder negar la realidad de los demonios. Si existe el diablo, sin duda pueden existir los demonios. Los misioneros en China actualmente afirman que han visto fenmenos semejantes. No quisiramos dar a entender que Jess meramente condescendi con las ilusiones del tiempo. Las enseanzas de los babilonios y persas acerca de los demonios no prueban necesariamente que la idea de Jess fuera una ilusin o un engao.Es claro que la vida en Capernaum era llena de actividad. En este mismo sbado Jess san a la suegra de Pedro, de una fiebre. Notad que no se hace protesta alguna en este sbado contra las curaciones hechas en este da. Los fariseos no han comenzado todava a obrar en su contra en Galilea. Una de las escenas ms be~ llas en la vida de Jess se ve al fin de este da. Al ponerse el sol, se par en la puerta de la casa y san a todos los que pasaban. Su nombre y su fama llenaron toda la poblacin.9. La oposicin comienza tambin en Galilea. La tensin sobre Jess fue ahora muy grande. Le vemos levantndose mucho tiempo antes del amanecer para hallar un lugar tranquilo y dedicarse en l a la oracin, Y aun as la multitud le busca. Jess ya no se queda en Capernaum, sino que hace un viaje por casi toda Galilea, segn parece, con estos cuatro discpulos. No nos quedan ningunos incidentes de este primer viaje formal por el Pas, aunque Puede ser que la curacin de] leproso sea uno. Debemos ampliar las declaraciones generales hechas en los evangelios e imaginar la gran cantidad de trabajo hecho. En el caso de] leproso se hizo tanta excitacin que Jess tuvo que retirarse de nuevo al desierto para orar. Haba mandado estrictamente al hombre que no dijera nada, pero, corra sucede con frecuencia, mucho ms se divulg la noticia.Se nos dice, sin embargo, de varios incidentes que acaecieron en Capernaum despus de su vuelta all. Uno de ellos es el del caso del paraltico que fue bajado por el techo a causa de la multitud que estaba al derredor de la puerta. La cosa significativa aqu es que los fariseos estn presentes, anhelando culpar a Jess y hacer acusaciones contra l. Esta es la primera vez que vemos a los fariseos oponindose a l en Galilea.Cristo ya no tendr libertad de obrar aqu en Galilea. Ha de observarse tambin que vinieron no slo de toda aldea de Galilea, sino tambin de Judea y Jerusaln estos fariseos y doctores de la ley que estaban sentados all (Lucas 5: 17). El viaje reciente haba perturbado las aguas en Galilea, y evidentemente los telogos locales haban pedido ayuda a los de Jerusaln. Qu haba de hacer Jess en medio de tanta ortodoxia tradicional? Ya le haban condenado en su corazn como culpable de hereja. Los ojos de estos hipcritas de larga barba, brillaban de envidia y sonrieron de satisfaccin. Han de haber dicho: No procurar engaar ya que estamos nosotros aqu, porque estamos prontos para descubrir sus imposturas! Jess de una vez les dio la oportunidad. Ofreci al paraltico el perdn de sus pecados. Esto irrit sus corazones porque segn su teologa nadie sino Dios puede perdonar pecados. Por lo tanto Cristo haba pretendido ser Dios. Pero aun as no hicieron ms que sentir indignacin y manifestarla por sus miradas. No tenan tanto valor corno suponan tener. Pero Jess conoca sus corazones y acept el reto no expresado. Mand al paraltico que alzara su cama y anduviera inmediatamente all mismo como una prueba de su poder sobre la tierra, y como el Hijo del hombre, para perdonar pecados. Era audaz. La mayor ofensa de todo fue que el paraltico en efecto se levant sin pedir el permiso de ellos! "Jams vimos semejante cosa!", dijo el pueblo. Y los fariseos? Ya le temieron; y an ms, resolvieron arruinarle. Si le dejamos slo destruir toda la teora farisaica. El mundo no podra sobrevivir aquella calamidad!Jess gan un discpulo notable cuando Lev acept su invitacin. Los fariseos no le habran invitado a ser discpulo de ellos. "Los publicanos y los pecadores" eran reprochados como los hombres ms bajos. Esto era peor que tomar unos pescadores ignorantes como discpulos. Tal vez fue el mismo hecho de que Jess menospreciaba la casta social por buscarle, lo que impresion a Lev. Este publicano era un verdadero hombre, y al momento sigui a Jess. Fue lleno de gratitud al nuevo ministro y leal a sus viejos amigos. Por esto hizo un banquete para Jess y convid a una gran multitud de publicanos y pecadores, y Jess acept la invitacin. No convid a los fariseos pero ellos fueron! Habran rehusado una invitacin formal. Eran demasiado piadosos para asociarse con semejante "gentuza." Era la costu7mbre en ese tiempo que vinieran a un banquete cuantos quisieran y se pararan junto a la pared para rnirarlo, si queran hacerlo. Estos piadosos fariseos y sus escribas (estudiantes) hicieron esto. Ellos, parados all, comentaron la conducta de Jess- Ocupacin del eitos a !-mientras l coma a su gusto. "Come y bebe con publicanos y pecadores." Jess oy lo que decan y dijo: "Id y aprended." Esto a los doctores en teologa! S, id y aprended que el espritu es ms que el formulismo ante los ojos de Dios, aunque no ante los vuestros. Estimando a los fariseos as como ellos se estimaban, Jess haba venido para sanar a los enfermos, no a los sanos.Despus de esta disputa viene la discusin acerca del ayuno. Aun algunos de los discpulos de Juan el Bautista son influenciados por los fariseos para que se quejen de que los discpulos de Jess no observan los ayunos prescritos. Por esto no son ortodoxos. Esta queja da a Cristo una oportunidad para bosquejar por medio de tres ilustraciones (la del esposo, del vestido nuevo, de los cueros para el vino), la distincin vital entre el Cristianismo y el Judasmo. El Cristianismo es espritu y el Judasmo es forma. Es imposible injertar el judasmo en el cristianismo. El dejar de ver esto casi hizo naufragar el Cristianismo en el tiempo de Pablo, y al fin hizo un tipo hbrido que domin al travs de la Edad Media, perjudicando as permanentemente la causa de Cristo.Por primera vez vemos a Jess junto al lecho de un moribundo. No tom sino a Pedro, Santiago y Juan, y al padre y la madre de la muchachita. Tom a sta de la mano, y ella se levant. La muerte no poda permanecer donde estaba la vida cuando la vida habl. Si este milagro nos parece difcil de creer, podemos recordar que todos son difciles para nosotros y fciles para Dios. Jess deseaba guardar secreto este gran hecho, porque ya se haba despertado la envidia de los fariseos, y l prevea una nueva hostilidad de parte de ellos. As como en el caso de los dos ciegos, mand que nadie lo supiera, pero fue intil. El resultado fue lo que previ Cristo. Ya osaban decir los fariseos, "Por el prncipe de los demonios echa l fuera los demonios." No negaron la curacin, mas la atribuyeron al diablo. Los demonios simplemente obedecieron a su prncipe.Jess no es ya oscuro ni desconocido. Su pretensin ha sido oda por toda la tierra. Es el blanco de todas las miradas. Pero ha ganado en la rpida y creciente lucha con los fariseos?III . LA NUEVA PARTIDA"Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de m" (Mat. 11:29).JUAN REANUDA la narracin, y estamos en Jerusaln en una fiesta (Juan 5:1). No sabemos sin embargo cul fiesta ser, ni en qu tiempo del ao Jess est aqu. Considerndolo todo, podemos mirarla como una pascua, aunque con mucha reserva e incertidumbre. Si es as, el ministerio de Jess ha seguido un ao y medio. De todos modos, es la segunda vez que hallamos a Jess en Jerusaln, siendo ambas ocasiones descritas por Juan, quien por regla general escribe del ministerio de Jerusaln o Judea, mientras los Sinpticos generalmente presentan, la obra en Galilea. Cuando Jess estuvo aqu antes, tena cierta popularidad entre el pueblo, tanto en la ciudad como en el pas alrededor. Pero los gobernantes le eran hostiles. Jess ya no viene como un rab oscuro de Nazaret, sino como un maestro y obrador de milagros que ha conmovido toda la Galilea, Ya tiene una gran reputacin.1. Un Conflicto Sobre el Sbado. Los fariseos no se atenan sencillamente a las ordenanzas literales y ceremoniales del Antiguo Testamento, sino que haban aadido muchas ms.En verdad haban hecho que el da fuese una carga en lugar de una bendicin. Una gran parte de la religin farisaica consista en cuidar de que otros obedecieran al pie de la letra todas las reglas insulsas que haban inventado. Apenas poda uno voltearse en el da del sbado sin quebrantar una de aquellas leyes farisaicas. Si una mujer se miraba al espejo en el da del sbado, podra ver una cana y ser tentada a arrancarla. Usar dientes postizos en el sbado era llevar una carga. Pero en el caso de Jess la cuestin del sbado era ms ocasin que causa. Y haca mucho que se haban resuelto oponerse a l y a sus enseanzas. En Galilea lo culparon de comer con publicanos y pecadores, por no hacer que sus discpulos ayunaran, por arrogarse el poder de perdonar pecados y por lo tanto de la blasfemia, por estar en liga con el diablo. Cada nuevo eslabn que pueden aadir a la cadena es bien recibido. No se le suplic a Jess que sanara al hombre que estaba junto al Estanque de Betesda. No era conocido al hombre impotente que por mucho tiempo haba esperado una curacin junto al estanque. Era el da del sbado y Jess tom la iniciativa. Aunque el pobre hombre no saba quin era el que le deca que se levantara y llevara su cama, la misma cosa que no poda hacer, sin embargo, se senta impelido a procurar hacerlo. A los judos que le vieron no les importaba su curacin. Esta les pareca cosa comparativamente insignificante. La cosa de importancia para ellos era que cargaba su cama en sbado. El hombre senta que era culpable, y ech la culpa en el que le haba curado---seguramente una gratitud extraa. Para colmo de todo, cuando lleg a saber quin lo haba curado, fue y lo dijo a los judos.Jess no haba buscado inquietudes sobre el asunto, pero no quera esquivarlas. No se nos dice cul fue la forma de persecucin que usaron al principio contra Jess, pero se defendi alegando el ejemplo del Padre. La defensa era peor que la ofensa. Esta vez procuraron matarle porque se hizo igual con Dios, llamndole su propio Padre. Jess no neg la acusacin. Antes bien la admiti, y prosigui, haciendo la primera apologa formal que de s mismo y su trabajo poseemos (Juan 5:19-47), para probar que es igual al Padre en todas las cosas esenciales, sin embargo no hace nada contrario al Padre. Ms bien se regocija en hacer la voluntad del Padre, y el Padre le ha puesto su sello de aprobacin, y lo har as hasta el fin. Era, como se dice, lanzar el guante a sus enemigos, aunque ellos no lo alzaron. No saban exactamente cmo sera mejor proceder, porque el hombre que haba sido curado era un argumento tremendo a favor de Cristo. No podan igualarle en el debate, a pesar de todas sus sutilezas dialcticas. Pero la cua haba entrado ms profundamente.2. La Batalla se Renueva en Galilea. Para los fariseos de Jerusaln Jess era ahora un mero violador del sbado. Vuelto a Galilea los fariseos no tardan en presentarse otra vez. Pasando por los campos de trigo en el sbado, sus discpulos cortaron las espigas y restregaron el grano con las manos. La ofensa tcnica para los fariseos era el restregar el grano. Esto era trabajo. Al momento los fariseos hacen el ataque contra los discpulos. Es cansado y mezquino tener que tratar seriamente semejantes quisquillas. Pero Jess procedi a defender lo que haban hecho sus discpulos con cinco argumentos. Apel al ejemplo histrico de David quien comi los panes de la proposicin en sbado, cuando hua. Les recuerda que los sacerdotes trabajan en el templo el sbado, y Jess se dice ser ms grande que el templo. Recuerda el mensaje de Dios en seas: "Deseo la misericordia, y no el sacrificio." La ceremonia no vala nada ante los ojos de Dios a menos que el culto espiritual la acompaara. Una leccin que los escribas haban obscurecido y uno de los profetas tena gran dificultad en reforzar. Adems de esto, el hombre no fue hecho para el sbado, sino el sbado para el hombre, una verdad obvia, pero que con frecuencia se esconde de la vista. Esto sucede con la misma Biblia. Los hombres no son salvos para que haya quien obedezca la Biblia, sino que la revelacin se da para ayudar a los hombres a venir a Dios. Y, para poner fin a todo el negocio, Jess es Seor aun del sbado. Jess acataba la enseanza del Antiguo Testamento, pero no se esclavizaba a la mera forma. Neg que lo que haban hecho los discpulos contradeca la verdadera significacin del Antiguo Testamento. Pero aun cuando lo hiciera, dio a entender que tena derecho a introducir un nuevo orden de cosas, porque l era y es ms grande que el sbado. No amplific este punto, pero en l se halla el germen de la actitud del Nuevo Testamento respecto al da de descanso. Se haba librado de sus enemigos pero les haba dejado una picadura molesta afirmando su supremo poder sobre el da de descanso.La controversia acerca del sbado sigue todava hasta ahora en varias partes de Palestina, y sin embargo los enemigos de Cristo no pueden alegar en contra de l algo que sea bastante serio para que sirva a su propsito. Una dificultad que tenan los rabes era que ni ellos mismos acataban estrictamente lo que tan diligentemente predicaban a otros. Ellos tenan ortodoxia farisaica, pero no la practicaban. Por esto nunca podan llegar hasta el lmite del negocio. El sbado siguiente, sin embargo, en una sinagoga de Galilea' vuelve a trabarse de nuevo la lucha. Esta vez los fariseos estn prevenidos. Parece que saban que Jess asistira a esta sinagoga, y queran ver si sanara all al pobre hombre que tena una mano seca y que estaba presente. Lo hara estando ellos all para delatarle? Estuvieron muy conscientes de su importancia, estos defensores de la fe. Pero Jess saba sus pensamientos -pensamiento solemne para nosotros-y se refiri al asunto. Hizo que el hombre se parara donde todos pudieran verle. Entonces trab la lucha con sus enemigos: Mucho depende de la manera en que se manifiesta una cosa. Jess les pregunt si era recto hacer bien o hacer mal en el da sbado. Esto era incontestable. Entonces pregunt si un hombre vala ms que una oveja. Esto era el nudo de toda la cuestin. Teman contestar esto. Los ojos de Jess chispearon disgusto al mirarlos, mientras mandaba al hombre que extendiera su mano, precisamente delante de los fariseos y muy cerca de ellos. Para los fariseos esta completa derrota les era insoportable, y sin embargo, qu podan hacer? No podan evitar que el hombre extendiera su brazo. No hubo sino un remedio. Mataran a Jess. Un hombre nunca os perdonar por contestarle con un argumento incontrovertible. Es una ofensa mortal. Hasta consultan con sus antiguos enemigos, los herodianos, sobre el asunto, tan amargo era ahora su odio al Nazareno.3. La Nueva Organizacin. La necesidad de ella es ahora manifiesta. No necesitamos especular sobre cul sera el plan de Jess antes de este tiempo, ni decir que ahora hace un cambio radical en sus ideas. No hay nada que justifique semejante declaracin. Lo que es claramente cierto es que ahora ya no puede ms esperar que los acontecimientos sigan su curso. Hay una oposicin organizada contra Jess la cual tiene su centro en Jerusaln, una verdadera conspiracin resuelta a no perdonar esfuerzo para lograr la destruccin de Jess. Satans ya est apresurndose a llevar a cabo su amenaza.Ha puesto en contra de Jess a los lderes religiosos de la poca, los expositores de la ortodoxia tradicional del da. El diablo ansa conservar la fe inicua de los fariseos. Se muestra como el campen de la fe. Presenta a Jess como un innovador, un hereje. Si Jess ha de ganar la victoria, tendr que vencer el Judasmo rabnico as como los poderes del pecado. Por ms que Jess previera todo esto, el resultado sera inevitablemente el aislamiento. Vino como el Mesas de su pueblo, y los maestros acreditados del tiempo le cerraron la puerta en su rostro.Ni es esto todo. Tena unos pocos creyentes sinceros, pero hasta ahora ningn grupo organizado de adherentes, ningunos discpulos unidos a l con ganchos de acero. Era un conflicto tan amplio como el mundo y que tena que durar por los siglos. Deban darse pasos respecto al futuro. Ya haba pasado la mitad del ministerio pblico.El propsito de este grupo se manifiesta en Marcos 3:14.... Han de estar con Jess, de predicar, y tener autoridad sobre los demonios. Este cuerpo de predicadores no era una iglesia local, ni la iglesia general. Es un cuerpo especial de hombres escogidos para un prop6sito especial. A ellos ha de ser encomendada la obra de hacer que el Cristianismo inicie su carrera universal. Han de estar con Jess hasta que vuelva al Padre, a fin de que aprendan de Cristo y sean verdaderos expositores de l y sus ideas. Estos hombres deben ser maestros del Reino. El propsito de Jess es, pues, el de ensear a los maestros. As garantizar la interpretacin correcta de su mensaje y misin y la obra del Reino de Dios. Es verdad que el trabajo de Jess con estos hombres necesitar tambin la enseanza del Espritu Santo, pero el cimiento en que edificarn ser puesto por Jess mismo. Cuando este grupo de hombres haya sido educado por Jess, los dejar para que hagan el trabajo bajo la direccin de Espritu Santo. El gran Maestro, pues, tena una clase de doce para que le acompaasen de continuo por casi dos aos. El escogimiento se hizo bajo circunstancias muy solemnes. Jess haba pasado toda una noche en oracin. Fue una crisis, porque, humanamente hablando, todo dependa de la seleccin de estos hombres. Habl con el Padre acerca de ello toda la noche. En el vago crepsculo de la maana baj la montaa con el roco del cielo sobre su frente. Ya, tan temprano, en el da se haba reunido una gran multitud de creyentes e incrdulos. Parece que llam a unos hombres, a "los que l quiso," para que subiesen a l, dejando la multitud. Entonces los nombr como Apstoles. Este era un trmino antiguo, pero desde entonces habra de tener para ellos una nueva significacin. Despus baj con ellos a una planicie de la montaa. Aqu, al menos, est un ncleo. Justificarn la eleccin de Jess? Haba arriesgado su todo en ellos escogindolos, como dijo despus, porque los conoca. Algunos de ellos, en verdad, los ms de ellos, haban estado con l bastante tiempo. A los dems, probablemente Jess los haba observado cuidadosamente.Pero quines son estos hombres? Seis de ellos probablemente, Andrs y Simn, Santiago y Juan, Felipe y Natanael, se hicieron discpulos al principio en Betania, ms all del Jordn. Otro, Lev, dej su asiento de publicano algn tiempo despus. A los otros cinco, Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo, Toms, Simn el Cananeo, y Judas Iscariote, los encontramos aqu por vez primera. Todos son de Galilea con excepcin de Judas Iscariote, quen es de Judea. Este hecho le separa de una vez, pero parece tener capacidad para los negocios (no obstante que era predicador), y pronto llega a ser el tesorero de la compaa. Hay tres grupos de hermanos, Simn y Andres, Santiago y Juan, Santiago hijo de Alfeo y Judas el hermano de Santiago. Simn el Cananeo, o Celotes, haba pertenecido al partido de los Celotes que ms tarde instigaron la guerra con los romanos. Cuatro de ellos eran pescadores. Ninguno de ellos haba tenido educacin teolgica hasta ahora. Con Jess haban de estar en la escuela ms excelente que el mundo haba visto. Aristteles ense a Alejandro el Grande, pero Jess era el maestro de estos hombres. Aprendieron menos que lo que mereca olvidarse, de lo que tendran que olvidar si hubieran estudiado en las escuelas de Jerusaln; pero todava participaron de las opiniones teolgicas comunes al tiempo. Ser una tarea demasiado difcil an para el poder de Cristo levantar a estos hombres a la interpretacin espiritual de] Reino de Dios antes de su muerte y resurreccin.Se equivoc Jess al escoger estos hombres? Dnde podramos haber hallado hombres mejor adaptados a su propsito? Ni en Jerusaln ni en Judea, y Judas sali de Judea. Todos eran hombres de habilidad, como ensea el resultado. Jams ha vivido un espritu ms raro que Juan. Simn Pedro era verstil y alerta. Andrs era hombre prudente. Toms era cauto. Natanael (Bartolomeo) era libre de engao, aunque un poco escptico. Lev tena los hbitos rnetdicos del hombre de negocios. Simn el celote tena abundante celo. Santiago, hermano de Juan, era uno del crculo de los tres escogidos, y hombre en quien se poda confiar. Parece que Felipe era prctico y prudente. De Santiago el Menor y de su hermano Judas (Tadeo) no podemos formar un retrato muy claro, aunque no podemos asegurar que fuesen caracteres negativos. En una ocasin Judas muestra una falta de entendimiento espiritual (Juan 14: 22). Haba as una gran variedad en caractersticas personales, y cada uno tena su lado fuerte. Aun Judas Iscariote no careca de aptitudes especiales pues de otro modo no habra sido escogido como tesorero (as es en cuanto a los tesoreros actuales que se fugan con el dinero; no se les hubiera confiado al no haber tenido ellos capacidad para manejarlo). Tena su oportunidad, aunque haca mal uso de ella.4. La Declaracin de Principios. El Sermn del Monte haba causado mucha discusin y aun controversia. Ningunas otras palabras de Jess resaltan tan decisivamente como stas. Comnmente se entienden como tpicas de la mente de Cristo. El ideal de la justicia manifestado aqu es todava la meta del mundo civilizado a pesar de la idea de unos pocos de que las enseanzas de Jess carecen del todo de consonancia con la vida moderna.Parece que la ocasin de este discurso fuese la eleccin de los doce apstoles. Lucas representa as el asunto, y por lo general l es cronolgico. Segn Mateo el Sermn est al principio del ministerio en Galilea ms bien como un tipo de las enseanzas de Jess. Pero tanto Mateo como Lucas, lo dan como un verdadero discurso en un lugar definido. No se diferencian esencialmente en las circunstancias, porque el lugar "llano" de Lucas, como dice la versin nueva, era probablemente un lugar llano en la falda de la montaa tal como el que se ve en los Cuernos de Hattin cerca de Tiberias. Desde este lugar llano es probable que Jess subi un poco la falda de la montaa y se sent para dirigirse al pueblo.Pero no hemos de pensar que Jess se diriga solamente a los doce o simplemente a los creyentes, porque tanto Mateo como Lucas mencionan la presencia de las multitudes, narrando Lucas, en verdad, que vinieron de Jerusaln y de Tiro y de Sidn. Es probable que hubiera muchos gentiles all, o ciertamente muchos judos que hablaban el griego. Es posible, aunque no indubitable, que Jess en esta ocasin hablara en griego. Pero aunque el discurso era general en su naturaleza e idneo para todos, tenla una aplicacin especial para los doce y puede compararse con el discurso final dirigido a ellos la noche antes de su muerte, como se narra en Juan 14-17. Estas dos ocasiones distan mucho la una de la otra. La realidad y la unidad del sermn, por lo tanto, pueden asumirse.Mateo relata mucho ms que Lucas, pero son en su mayor parte cosas concernientes a su actitud respecto a la enseanza judaica. Los informes dados por Mateo y Lucas comienzan y concluyen de la misma manera y estn de acuerdo en sus argumentos generales. Es posible, aunque no necesariamente cierto, que algunos de los dichos subsecuentes de Jess hayan sido introducidos en este gran discurso. Pero es mucho ms probable que los mismos dichos, o. Dichos semejantes que se hayan aqu fueron sencillamente repetidos por Jess en otras ocasiones. La repeticin no es sencillamente permisible; sino que es necesaria para el servicio efectivo, especialmente en el caso de un maestro popular que tena que hablar a auditorios distintos en partes diversas del pas. Todos admiten que este sermn tiene esencialmente la unin retrica como est narrado por Mateo y Lucas. El Sermn del Monte es un buen ejemplo de Jess. El elemento de la parbola no es tan conspicuo como en algunos de los discursos subsecuentes, pero est aqu en el caso de los dos caminos, los dos edificadores, y en numerosas alusiones figurativas. Aqu se hacen distinciones claras, anttesis, invectivas, paradojas, ilustraciones, preceptos, amonestaciones, ruegos. Pero no debemos cometer la equivocacin de suponer que Jess haya dicho en esta ocasin, en forma condensada todo cuanto tuvo que decir. De ninguna manera. A muchas ideas grandes enseadas por Jess ni siquiera se hace alusin aqu. Otras meramente las asume o implica, como por ejemplo el nuevo nacimiento. Los discpulos no estaban listos todava para todo lo que tena que decir Cristo, ni estaban listos para todo cuando Cristo lleg a morir. El Espritu Santo reanudar la enseanza y la llevar a cabo. Pero Cristo haba planteado principios muy importantes relativos al Reino del Cielo. De ninguna manera deseaba que los hombres entendieran que no necesitaban otra enseanza, aunque puede uno fcilmente admitir que esto sea suficiente, y demasiado para muchos. Los que desacreditan ms la teologa y apelan al Sermn del Monte como el nico modelo del hombre son probablemente los mismos que menos alcanzan el ideal de la vida humana bosquejada aqu. Este ideal de justicia es imposible, excepto a aquel que tiene un nuevo corazn para comenzar y la ayuda del Espritu Santo hasta el fin. Pero el eptome claro de principios ticos hizo una impresin decisiva entonces, y en la actualidad supera a todos los modelos humanos. El pueblo se admir de estas palabras y el mundo est an admirado. Este es probablemente un informe incompleto del Sermn, un abstracto breve, las cosas ms notables que fueron recordadas y repetidas con frecuencia.Hay una poca de diferencia en cuanto al tema del Sermn (como sucede con frecuencia hoy da acerca de los sermones), porque Lucas no da lo que tenemos en Mateo 5:17-20. All la Idea de Cristo acerca de la Justicia parece manifestarse como el tema. Y aun en Lucas ste es el asunto sobreentendido de la discusin. Est introducido por las Bienaventuranzas e ilustrado y discutido desde distintos puntos de vista. La idea de Cristo respecto de la Justicia es hoy da el ideal de Justicia del mundo, aunque no se puede afirmar que hasta ahora el mundo se aproxima a su ideal. Pero es una ganancia haber puesto esta meta delante del mundo. Con un solo golpe Jess derrib los modelos levantados por los escribas y fariseos. Hasta dijo que si sus oyentes no obraban mejor que ellos no tendran nada de esperanza. Los escribas y fariseos eran los lderes religiosos del tiempo. Qu lastimera la situacin! La osada de los conceptos es manifiesta aqu. No transigi ni vacil. Estaba poniendo fundamentos para todo el tiempo. Vio todo lo escondido de las cosas, y las vio como son en realidad. Por esto, su enseanza es universal, penetrante, eterna.Las Bienaventuranzas forman la introduccin a este gran discurso. No es un nuevo estilo de discurso, pues ocurre a menudo en los Salmos. Cada Bienaventuranza tiene dos partes, y hay una -significacin especial en cada una. Lucas no da sino cuatro que son contrastadas con cuatro ayes. La cosa ms llamativa en las Bienaventuranzas es que el concepto que tiene Cristo de la felicidad es radicalmente muy distinto del de los maestros de esos tiempos, tanto judos como griegos. El ceremonialismo formal de los fariseos fue reducido a la nada por la sublime espiritualidad que se exige aqu. El mismo saduceo hallara poco que le atraera en esta filosofa espiritual trascendental. Si estuvieron all han de haber estado igualmente perplejos. Los epicreos preferiran el mundo sensible a esta felicidad de espritu. El estoico entendera mejor la apelacin espiritual, pero era todo demasiado altrustico para l. Todos ellos preferan ser los perseguidores que sufrir persecucin. La venganza les era ms dulce que la misericordia, el orgullo que la humildad, el egosmo que el anhelo de ser mejor. La pureza de corazn no convena al mundo de los negocios. Solamente en algunas partes del Antiguo Testamento, especialmente en los Salmos, hallamos algo semejante a este sublime ideal sino espiritual. Las Bienaventuranzas implican un nuevo corazn o sea la regeneracin. El Reino del cielo pertenece a los que se regocijan en estas cualidades. En verdad ningunos se regocijaran en ellas. No debe olvidarse nunca que la posesin de la renovacin espiritual est a la base de la Idea de Cristo acerca de la justicia. Es imposible para todos los dems. No es sino una imitacin meramente mecnica procurar llegar a este ideal sin comenzar con el fundamento puesto por Jess. El Reino de Dios est antes que la justicia. "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia."El ideal de la justicia se desarrolla desde distintos puntos de vista. Debe exceder al modelo de los escribas, los maestros aceptados de ese tiempo entre los judos. Estos escribas enseaban el Antiguo Testamento y adems su propia interpretacin de l, que era una segunda Biblia que tapaba la primera. Un ejemplo de aquella enseanza es condenada aqu por Jess, "Y odiars a tu enemigo" (Mat. 5:43). Pero no basta procurar una obediencia meramente formal al Antiguo Testamento. La revelacin es progresiva. Jess no desecha las enseanzas del Antiguo Testamento sobre estos puntos como incorrectas. Es meramente inadecuada para el nuevo tiempo. Lleva ms adelante la enseanza en la misma direccin, desde la letra hasta el espritu, como por ejemplo en los casos del asesinato, del adulterio, del juramento, del desquite, de los enemigos. Sus propias palabras aqu no han de entenderse en todos los puntos. Usaba la paradoja y aun la hiprbole para hacer una impresin. Pero su punto es claro. En verdad, el ideal de la enseanza de Cristo es el Padre. "Sed pues vosotros perfectos as como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mat. 5:48). La mera adaptacin forzosa a este o aquel detalle no servir. Ni es en lo ms mnimo mejor la justicia prctica de los fariseos que esta enseanza incorrecta. Fue contaminada por una falta grave, la del egosmo. Limosnas, oracin, ayuno, todo fue hecho para ser visto de los hombres. No ser visto no significaba nada para el fariseo. Para l la virtud no era su propio premio. Debe saberse que un hombre da limosnas. Si es necesario, hgase sonar una trompeta para atraer una gran multitud y ser visto! La oracin modelo de Jess trae toda la vida en relacin con el Padre y pone primero su Reino. No e