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JESÚS CALLEJO Magazine Cultural Alternativo

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Page 1: JESÚS CALLEJOmjvarios.webcindario.com/oca.pdfdonde el tablero es el propio camino y las fichas repre-sentan a los peregrinos. Cada casilla del juego corres-pondería, según esta

JESÚS CALLEJO

Magazine Cultural Alternativo

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A simple vista, el juego de la oca es un tablero

en forma de espiral que representan distintas

etapas que tiene que recorrer el jugador hasta

llegar al centro. Para algunos investigadores de lo tras-

cendente, ese tablero simboliza el Camino de Santiago

donde el tablero es el propio camino y las fichas repre-

sentan a los peregrinos. Cada casilla del juego corres-

pondería, según esta óptica, a un lugar geográfico real.

La dinámica del juego es una carrera o peregrinaje

hacia la meta por un sendero repleto de trampas, peli-

gros, castigos y trucos en el que no siempre gana

quien parece que va más rápido o saca más puntua-

ción en los dados.

Las casillas ocas son las más importantes ya que con-

ducen directamente a otras. Te protegen y te hacen

avanzar. Por eso se ha pensado que podrían ser casti-

llos o encomiendas para proteger a los peregrinos. Vis-

to así, serían los templarios los que crearon e idearon

este juego aparentemente infantil como símbolo iniciáti-

co de conocimiento, pues esta orden de monjes guerre-

ros nació con el propósito de custodiar y proteger a los

peregrinos. Por tanto, no serían los alemanes los que

inventaron este entretenimiento en el siglo XI, ni tampo-

co los florentinos a través de Francesco de Medicis en

el siglo XVI como se ha dicho en otras hipótesis.

Aunque faltan las pruebas necesarias, una teoría apun-

ta a que serían los caballeros templarios en el siglo XII

los que debieron crear este “signo de reconocimiento” y

utilizo esta expresión adrede porque en el artículo 8 de

la Regla templaria se puede leer lo siguiente: “Allá don-

de construyedes grandes edificios practicar los signos

de reconocimiento”. Para algunos estos signos podrían

ser las cruces patés o las vírgenes negras y, para

otros, sería la pata de la oca u horquillas que aparecen

como marcas de cantero en muchas de sus construc-

ciones. De hecho, el gremio de los Compañeros Cons-

tructores tenía como símbolo de reconocimiento el ca-

racol (espiral) y la pata de oca (marcas de cantero). La

espiral está en la casilla 42 del tablero, formando un

laberinto.

¿Y por qué una oca? Hay todo un profundo simbolismo

en la elección de esta ave. La oca resume al palmípedo

en su triple condición de animal volador, terrestre y

acuático, es decir, domina los tres elementos. Tan solo

le falta el fuego purificador, ese que se tiene que ir

construyendo mientras el peregrino avanza por el Ca-

mino hasta llegar a la meta final. Tradicionalmente, la

oca ha sido utilizada como guardiana de una casa por

el alboroto que producen cuando se acerca un extraño,

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mucho más eficaces que un perro a la hora de alertar

de presencias no conocidas. Por otra parte, en Egipto

era el ave que trasportaba el alma de los difuntos por

distintos caminos de ultratumba hasta llegar a la resu-

rrección.

L as casillas oca son 13 en total: dos impares y

dos pares y termina en una impar (la 59) y la

distancia entre dos casillas es siempre de 4 ó 5

números alternativamente. Después de la 59 la siguien-

te debería ser el 63 (la meta) para que la relación fuese

correcta. No deja de ser curioso que las 13 ánades co-

rrespondan con las 13 etapas que estableció Aymeric

Picaud en su Codex Calixtinus (escrito a mediados del

siglo XII), la primera guía de viaje para peregrinos que

querían llegar a Compostela, con consejos, descripcio-

nes de la ruta así como de las costumbres locales de

las gentes que vivían a lo largo del Camino.

¿Dónde empezaría el Camino y, por tanto, la primera

casilla del juego de la Oca? El sendero francés tiene

cuatro itinerarios diferentes que empiezan en cuatro

lugares concretos: París, Vezelay, Le Puy y Arlés. Los

tres primeros entran en España por Roncesvalles y el

de Arlés por Somport. Las dos rutas se encuentran en

un lugar preciso: en Puente la Reina (Navarra). No

hace falta ser muy hábil para darnos cuenta de que

este lugar, llamado el Puente de Peregrinos, podría

corresponder al primer puente que aparece en el juego

de la Oca. Pero hay dos puentes en el juego o debería

haberlos, porque en los tableros más actuales han su-

primido el segundo (el que iría en la casilla número 12).

Hay dos puentes porque hay dos santos pontífices, es

decir, dos santos constructores -pontífices- que son

Santo Domingo de la Calzada y San Juan de Ortega.

Por eso de “puente a puente y tiro porque me lleva la

corriente”...

El dios egipcio Geb, con su

animal simbólico, la Oca

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E s la dualidad, puentes que unen dos realidades

y que están vinculados a dos santos que hicie-

ron mucho para que la ruta jacobea sea lo que

ahora es: un camino de perfección. Santo Domingo de

la Calzada sigue teniendo su feudo en La Rioja (el río

de la oca), en la localidad de su mismo nombre, donde

aún puede verse un gallo y una gallina en el coro de la

catedral rememorando el célebre milagro de que cantó

la gallina después de asada. Y San Juan de Ortega

está representando en la iglesia de su mismo nombre,

en Burgos, donde cada equinoccio de primavera y de

otoño se produce el fenómeno solar en el que un rayo

de sol incide sobre el triple capitel de la Anunciación.

Un prodigio astronómico que revela los grandes conoci-

mientos ocultos que se encuentran en las etapas del

Camino de Santiago simbolizadas en las casillas del

Juego de la Oca.

¿Y cual es esa meta final? ¿Acaso, como es tradición,

entrar en la catedral de Santiago de Compostela, abra-

zando la imagen del apóstol? Por cierto, el lugar donde

reside la mayor concentración energética y la más alta

vibración espiritual registrada en un biómetro de Boris

(según Blanche Merz). Otros autores más heterodoxos

creen que el punto final del camino, esa casilla 63, es-

taría en Noya en el cementerio de las lápidas gremiales

y otros dicen que en Finisterre, en ese fin de la Tierra

donde el peregrino “muere” para volver a renacer. Re-

cordemos que en cada etapa se ha ido desprendiendo

de cosas materiales y densas, purificando su espíritu a

lo largo de cada “casilla” del camino. Por eso, hasta

llegar allí, hay que ir ligeros de equipaje, siendo el Ca-

mino un viaje de iniciación, de desprendimiento y de

conocimiento.

Antes está la casilla número 58, representada por la

calavera y, en caso de caer en ella, significa el retorno

hasta la salida. No te expulsan del juego, no pierdes,

sino que tienes que volver a empezar el camino y

quizás, con esta nueva oportunidad, llegues a ganar el

juego. Todo es cuestión de tiempo...

¿Y por qué 63 casillas? Unos dicen que

corresponde a las oquedades de la con-

cha de un nautilus que originariamente

se utilizaba como ficha y otros que son 9

ciclos en la vida de una persona de 7

años cada uno de ellos, dando un total

de 63 años.

Situar físicamente las casillas del tablero

sobre centros geográficos mágicos del

norte de España es casi imposible. Aún

así, las paradas que debe hacer el pere-

grino en su búsqueda interior si quiere

ganar el “Juego de la Vida”, podrían ser

las siguientes:

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Pamplona: río Arga (jars palabra francesa que significa

oca)

Puente la Reina (Navarra) y la iglesia del crucifijo don-

de se puede ver a un Cristo renano del siglo XIV sobre

una cruz con forma de pata de oca (casilla 6).

Estella, la ciudad de la luz

Eunate y Torres del Río, dos capillas funerarias templa-

rias y octogonales

Oyón, cerca de Logroño

Logroño (La Rioja) con la portada de su iglesia de San-

tiago donde hay una escultura del santo y, al lado, la

representación de un juego de la Oca. En la plaza de

Santiago hay un mosaico que representa a este juego.

Santo Domingo de la Calzada: río Oja

Nájera: Monasterio de Santa María La Real, con la le-

yenda del halcón y la paloma en armonía.

San Juan de Ortega (Burgos) y la iglesia con el

“milagro del sol”

Villafranca de Montes de Oca (Posada, casilla 19)

Los Montes de Oca (casilla 23)

León, con la Virgen del Dado de la catedral (casilla 53)

La Puerta de la Gloria de Santiago de Compostela

(casilla 63, "el jardín de la oca".)