jacobinos y girondinos

3
Una vez desatada la revolución francesa, el curso de la misma estuvo disputado esencialmente entre los Girondinos y Jacobinos, la Gironda y la Montaña. Estos fueron los nombres con los que se designó a los agrupamientos políticos de los diputados de la Asamblea Nacional y de la Convención Nacional. Los Girondinos, eran en su mayoría diputados provenientes de la provincia de Gironda, y representaban a la burguesía propietaria, la burguesía comercial y portuaria de las provincias, y a la nobleza liberal proclive a las reformas. Ideológicamente, los Girondinos expresaban un republicanismo liberal federalista y moderado, y ante el dilema de apoyarse en las masas populares para arremeter contra los restos del Antiguo Régimen o establecer acuerdos con la monarquía, se inclinaban por esta última opción. Sin embargo, los girondinos estaban a favor de la guerra contra aquellos que en Europa fomentaban la resistencia a las leyes revolucionarias o no mantenían su neutralidad frente a los emigrantes. Los Jacobinos era el nombre dado al grupo de diputados fundamentalmente de Paris, que representaban a la pequeña y mediana burguesía urbana y de profesiones liberales. Fervorosamente republicanos, los Jacobinos expresaban un programa Roussoniano de democracia radical y defensa de la soberanía popular. Frente al federalismo que representaba la Gironda en tanto garante de los intereses de la gran buerguesía de las provincias, los jacobinos se pronunciaban por la unificación de la nación, lo que los llevaba a pugnar por un estado centralizado. En tanto representantes políticos de la pequeña y mediana burguesía urbana radicalizada, los Jacobinos llevaron a los límites mas extremos la revolución burguesa entablando alianza con las masas populares, el movimiento de los sanss culotes, compuesto de tenderos, operarios, trabajadores pobres y desarrapados, contra los restos vetustos del Antiguo Régimen. Ante la guerra, el conflicto entre girondinos y jacobinos llevaría al aceleramiento de la revolución. En este recorrido, las posiciones de ambos grupos van variando. En un comienzo, las dos fuerzas que impulsaron a Francia a la guerra fueron los conservadores y la izquierda moderada. Para, la nobleza francesa y la emigración aristocrática era evidente que sólo la intervención extranjera podría restaurar el viejo régimen, de modo que las fuerzas de la reacción se iban reuniendo en el extranjero. Al mismo tiempo, la Gironda, que tenía mayoría en la Asamblea Legislativa, era partidarios de la guerra. Por el

Upload: andres-rabosto

Post on 01-Dec-2015

137 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Jacobinos y Girondinos

Una vez desatada la revolución francesa, el curso de la misma estuvo disputado esencialmente entre los Girondinos y Jacobinos, la Gironda y la Montaña. Estos fueron los nombres con los que se designó a los agrupamientos políticos de los diputados de la Asamblea Nacional y de la Convención Nacional.

Los Girondinos, eran en su mayoría diputados provenientes de la provincia de Gironda, y representaban a la burguesía propietaria, la burguesía comercial y portuaria de las provincias, y a la nobleza liberal proclive a las reformas. Ideológicamente, los Girondinos expresaban un republicanismo liberal federalista y moderado, y ante el dilema de apoyarse en las masas populares para arremeter contra los restos del Antiguo Régimen o establecer acuerdos con la monarquía, se inclinaban por esta última opción. Sin embargo, los girondinos estaban a favor de la guerra contra aquellos que en Europa fomentaban la resistencia a las leyes revolucionarias o no mantenían su neutralidad frente a los emigrantes.

Los Jacobinos era el nombre dado al grupo de diputados fundamentalmente de Paris, que representaban a la pequeña y mediana burguesía urbana y de profesiones liberales. Fervorosamente republicanos, los Jacobinos expresaban un programa Roussoniano de democracia radical y defensa de la soberanía popular. Frente al federalismo que representaba la Gironda en tanto garante de los intereses de la gran buerguesía de las provincias, los jacobinos se pronunciaban por la unificación de la nación, lo que los llevaba a pugnar por un estado centralizado. En tanto representantes políticos de la pequeña y mediana burguesía urbana radicalizada, los Jacobinos llevaron a los límites mas extremos la revolución burguesa entablando alianza con las masas populares, el movimiento de los sanss culotes, compuesto de tenderos, operarios, trabajadores pobres y desarrapados, contra los restos vetustos del Antiguo Régimen.

Ante la guerra, el conflicto entre girondinos y jacobinos llevaría al aceleramiento de la revolución. En este recorrido, las posiciones de ambos grupos van variando. En un comienzo, las dos fuerzas que impulsaron a Francia a la guerra fueron los conservadores y la izquierda moderada. Para, la nobleza francesa y la emigración aristocrática era evidente que sólo la intervención extranjera podría restaurar el viejo régimen, de modo que las fuerzas de la reacción se iban reuniendo en el extranjero. Al mismo tiempo, la Gironda, que tenía mayoría en la Asamblea Legislativa, era partidarios de la guerra. Por el contrario, un pequeño grupo de Jacobinos liderados por por Robespierre se oponían a ella.

La guerra se declaró en abril de 1792, y la derrota inicial atribuida al sabotaje real y a la traición trajo la radicalización. En agosto y septiembre fue derribada la monarquía y establecida la República unica e indivisible, y se convocó a la Convención Nacional, y a el llamamiento para oponer una resistencia total a los invasores. El rey fue encarcelado, y la invasión extranjera detenida.

El partido dominante en la nueva Convención continuaban siendo los girondinos. Sin embargo, los Girondinos no podían llevar adelante la guerra por su temor al avance interno de las masas populares. Belicosos en el exterior y moderados en el interior, su política, como señala Hobsbawn, era imposible ya que solamente con batallas limitadas y con sólidos ejércitos regulares es posible mantener la guerra y los asuntos internos en compartimientos estancos. Por el contrario, en el contexto de la revolución Francesa sólo unos métodos revolucionarios sin precedentes podían ganar la guerra. Solo los jacobinos podían afrontar la guerra realmente, porque estaban dispuestos a llevar la revolución hasta las últimas consecuencias. Los girondinos temían las consecuencias de la combinación de revolución de masas y guerra que ellos mismos habían provocado, y no estaban preparados para competir con la izquierda Jacobina, que preconizaba la ejecución del Rey y de todos los disidentes. Los Girondinos no querían ejecutar al rey, pero tenían que luchar con los jacobinos por ese símbolo revolucionario; Así, la Montaña Jacobina ganaba prestigio. Por otra parte, los Girondinos querían extender la guerra y desafiar a Inglaterra. En marzo de 1793 Francia estaba en guerra con la mayor parte de Europa y había empezado la anexión de territorios extranjeros. Pero la expansión de la guerra fortalecía a los Jirondinos, unicos capaces de ganarla. Los girondinos acabaron por

Page 2: Jacobinos y Girondinos

desencadenar virulentos ataques contra la izquierda que se convirtieron en rebeliones provinciales organizadas contra París. Sin embargo un rápido golpe de los jacobinos los desbordó el 2 de junio de 1793, instaurando la República jacobina. De este modo según Hobsbawn, la política de guerra de los Jacobinos es la primera manifestación de lo que en el siglo XX se conocería como guerra total: la total movilización de los recursos de la nación, el reclutamiento en masa, el racionamiento, establecimiento de una economía de guerra férreamente controlada y centralizada, y la abolición dentro y fuera del país de la distinción entre soldados y civiles.

Según Hobsbawn, en el enfrentamiento entre girondinos y Jacobinos como representantes de distintas fracciones de la Burguesía, se hizo patente la forma clásica de la política revolucionaria de la burguesía, como una movimiento dialéctico en la que alternativamente se vea a los reformistas moderados de la burguesía media movilizar a las masas contra la resistencia de la contrarrevolución. Las masas arremeterán más allá de las intenciones de los moderados, y se verá entonces a los moderados escindiéndose en un grupo conservador que hace alianza con la contrarrevolución, y un ala izquierda decidida a proseguir adelante en sus ideales movilizando a las masas, arriesgándose a perder el control sobre ellas. Y así sucesivamente, resistencia-movilización de masas-giro a la izquierda—ruptura entre los moderados—giro a la derecha—, hasta que el grueso de la clase media se pasa al campo conservador o es derrotado por la revolución.

Sin embargo, para Hobsbawn, la peculiaridad de la Revolución francesa es que una parte de la burguesía media liberal estaba dispuesta a continuar la revolución hasta el final: los “jacobinos”, partidarios de la “revolución radical”. Pero los jacobinos aportarían radicalismo, porque aún no existía una clase que pudiera proporcionar una alternativa viable diferente a la de la burguesía. Tal clase sólo surgiría en el curso de la revolución industrial, con el “proletariado”.