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CASTRO DE LAS COGOTAS Cardeæosa, `vila CASTRO DE LAS COGOTAS Cardeæosa, `vila Rosa Ruiz Entrecanales Diputacin Provincial de `vila INSTITUCIN GRAN DUQUE DE ALBA Cuadernos de Patrimonio Abulense | N” 4 a P GU˝A Cuadernos de Patrimonio Abulense a P 1 Verracos. Esculturas zoomorfas en la provincia de `vila Jesœs `lvarez-Sanchs 2 Castro de La Mesa de Miranda Chamartn, `vila J. Francisco FabiÆn Garca 3 Castro de Ulaca Solosancho, `vila Gonzalo Ruiz Zapatero 4 Castro de Las Cogotas Cardeæosa, `vila Rosa Ruiz Entrecanales a P Cuadernos de Patrimonio Abulense | N” 4

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CASTRO DE LAS COGOTASCardeñosa, Ávila

CASTRO DE LAS COGOTASCardeñosa, Ávila

Rosa Ruiz Entrecanales

Diputación Provincial de ÁvilaINSTITUCIÓN �GRAN DUQUE DE ALBA�

Cuadernos dePatrimonio Abulense | Nº 4aP

GUÍA

Cuadernos dePatrimonio AbulenseaP

1 Verracos. Esculturas zoomorfasen la provincia de Ávila

Jesús Álvarez-Sanchís

2 Castro de La Mesa de MirandaChamartín, Ávila

J. Francisco Fabián García

3 Castro de UlacaSolosancho, Ávila

Gonzalo Ruiz Zapatero

4 Castro de Las CogotasCardeñosa, Ávila

Rosa Ruiz Entrecanales

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CASTRO DE LAS COGOTASCardeñosa, Ávila

Rosa Ruiz Entrecanales

Diputación Provincial de ÁvilaINSTITUCIÓN �GRAN DUQUE DE ALBA�

Cuadernos dePatrimonio AbulenseaP

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Dar a conocer nuestros yacimientos y la rica cultura de nuestra provin-cia es objetivo prioritario para la Diputación de Ávila. Ejemplo de ello eseste cuadernillo que, con el título de El Castro de Las Cogotas, presen-tamos para divulgar el conocimiento de este yacimiento, uno de los másimportantes de la provincia. Esta publicación se incorpora como un capí-tulo destacado de la serie dedicada a cada uno de los oppida vettonesque a lo largo de la Edad del Hierro conformaron una parte de nuestrahistoria.

Ya conocido en el siglo XIX, el Castro de Las Cogotas siempre desper-tó el interés de los curiosos y eruditos del momento. Durante muchosaños sus peculiares características han servido para definir la cultura delBronce Final y de la Segunda Edad del Hierro y, si bien con el paso deltiempo y el avance de las excavaciones arqueológicas esta idea se haido matizando en su concepto básico, seguimos identificando la cultu-ra de Las Cogotas como la propia de los vettones.

Se excavó por vez primera en los años 30 del pasado siglo, iniciándo-se también el estudio arqueológico de los yacimientos vettones. Rico enrestos, está formado por dos recintos y, hasta nuestros días, se ha son-deado una zona industrial, numerosas casas y una necrópolis de gue-rreros.

Presentamos esta pequeña monografía buscando cubrir ese espacio tanreclamado por la sociedad actual que es el conocimiento de los yaci-mientos arqueológicos. Qué duda cabe que la arqueología y ese halode misterio y antigüedad que la rodea, cada vez despiertan mayor inte-rés en una población deseosa de saber. La Diputación Provincial, cono-cedora de esto, quiere hacer llegar al lector una obra divulgativa sobrelos pobladores de Las Cogotas. Pero además de la divulgación, estaspublicaciones tienen todo el rigor científico que los diversos autoreshan demostrado a lo largo de su dilatada experiencia profesional. Se hanbuscado a la vez la facilidad del texto y la profundidad de las exposi-ciones, acompañados de fotografías y dibujos que hagan más accesi-ble este interesante mundo de la arqueología y de los orígenes de nues-

El castro de Las Cogotas, Cardeñosa 3

Presentación

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tros pueblos y sociedades porque, sin duda alguna, nuestra civiliza-ción es la suma de todas las culturas que nos han precedido dejándo-nos uno de los más ricos patrimonios mundiales.

A través de estas páginas recorreremos la historia del yacimiento, cono-ceremos quiénes eran los vettones que allí habitaron, nos acercare-mos a sus viviendas, a su vida cotidiana o a cómo concebían la vida, asus utensilios, en definitiva, a todo lo que fue la cultura del primer granpueblo abulense. Las reconstrucciones de las viviendas o de algunode los aspectos que caracterizaban su vida cotidiana están basadasen los datos que han aportado las excavaciones arqueológicas.

Carmelo Luis López,DIRECTOR DE LA INSTITUCIÓN �GRAN DUQUE DE ALBA�

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El castro de Las Cogotas, Cardeñosa 5

E l yacimiento de Las Cogotas se encuentra situado a 10 kmde Ávila, en las estribaciones de la Sierra del mismo nom-bre, bañado por el río Adaja y el arroyo Rominillas, en una

zona ganadera y de explotación de granito para cantería. El pobla-do se ubica en una pequeña loma coronada por dos berrocalesredondeados de granito conocidos en la zona como cogotas, o másantiguamente cogoteras, que dan nombre al yacimiento arqueo-lógico.

En la selección de este sitio como temprano lugar de habitaciónintervienen varios factores, entre los podemos destacar:

� Es una zona elevada y fácil de defender.� Hay agua en abundancia en los alrededores.� Tienen abundante granito, materia prima empleada para

la construcción y la elaboración de elementos tan impor-tantes en su cultura como los verracos. De hecho, la can-tería ha continuado siendo una de las actividades másimportantes de la zona hasta este momento, como se pue-de ver en los alrededores del yacimiento.

� Son terrenos ricos para la ganadería y en las zonas próxi-mas al río se encuentra el barro necesario para la elabo-ración de los adobes y la cerámica.

Pese a que no son buenos terrenos para la agricultura, la pre-sencia de determinadas clases de trigo en algunas de las casasdel yacimiento hace que sepamos que estos suelos fueron utili-zados con fines agrarios.

Nos podemos acercar al conocimiento de estas gentes, de cómovivían, pensaban, comían o se vestían a través de la arqueologíae interpretando las fuentes clásicas, literarias, geográficas e his-tóricas.

Introducción

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Vista ideal del castro.

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El castro de Las Cogotas, Cardeñosa 7

C on todas las características anteriores nos acercamos alpoblado según venimos de Cardeñosa y nos encontramosa la izquierda, cuando el camino llega a su fin, los restos

del cementerio o necrópolis del que sólo quedan algunas lajas,piedras más o menos alargadas, que servían para señalar las tum-bas. Seguimos avanzando y encontramos las puertas y curvas queconfiguran la muralla en el recinto superior o acrópolis. Trasentrar por la puerta principal, se aprecian a ambos lados las casasescalonadas junto a la cerca y diseminadas por el resto del primerespacio amurallado y se ven los restos de otras casas de formarectangular. A continuación y hacia el noroeste se extiende elsegundo recinto, al que durante mucho tiempo se llamó recintoganadero. En él también hay restos de algunas casas. La partebaja de la muralla con una de sus puertas y un camino de accesoestán en la actualidad tapadas por el agua del pantano. En la zonaen la que se unen los dos recintos existe un muro de considera-bles dimensiones que es un refuerzo del sistema defensivo.

El yacimiento

Mapa de situación.

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L as Cogotas es el yacimiento que inaugura la historia arqueo-lógica de Ávila. En 1876, un erudito local, Fausto Rico, solicitapermiso para investigar en Las Cogotas y El Castillo (yaci-

miento cercano), donde se podían apreciar restos de construc-ciones y objetos fabricados con distintos materiales. Ante esta soli-citud, el arquitecto provincial visitó la zona y afirmó que eran �rui-nas antiguas�. Un verraco, que se encontraba situado cerca de unode los caminos de acceso al castro, fue también objeto de tempra-no interés, ya que en estas fechas se traslada a la Ermita del Cristode Cardeñosa y, poco después, por orden de Alfonso XII, a Ávila,donde actualmente se puede ver en la Plaza del Alcázar. El motivode estos traslados fue garantizar la seguridad de la escultura.

Historia del yacimiento

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Los datos que conocemos de la población que lo habitó provie-nen de las excavaciones que se realizaron en los años 30 del pasa-do siglo por Juan Cabré y en los 80 por G. Ruiz Zapatero. Lasexcavaciones de los años 30 se centraron básicamente en la par-te alta, también conocida como acrópolis, y en la necrópolis. Laexcavación de los 80 se llevó a cabo en la parte baja o segundorecinto. Esta intervención está motivada por la construcción deuna presa, la de Las Cogotas, que se divisa al sureste y que iba ainundar la parte más baja del yacimiento. En el 2004, R. RuizEntrecanales excava, dentro del proyecto Castros y Verracos delPrograma INTERREG III-A, con el fin de documentar los distintosperiodos del castro con los nuevos métodos de la arqueología.

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Verraco de Las Cogotas. Hoy en Ávila.

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Representación ideal de la puerta principal de Las Cogotas.

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Juan Cabré, en su memoria de excavación, habla de dos periodosde habitación del castro. El primero, perteneciente al BronceFinal, que él denominó Cultura de Cogotas I, y que ocuparía unespacio reducido del yacimiento. De este momento se rescata-ron diversos materiales, entre los que destacan un hacha plana yalgunas cerámicas hechas a mano y con las decoraciones de boqui-que (punto en raya) y excisas características de esa época. Es posi-ble que este pequeño poblado, que se encontraba situado en laparte más alta y defendible del cerro, tuviese algún tipo de cercadoa modo de muralla que rodearía a una aldea de cabañas redon-das u ovaladas construidas sobre postes recubiertos de entra-mado vegetal. Los primeros habitantes moraron aquí entre el1200 y el 850 a.C.

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Dibujo ideal de Las Cogotas según G. Ruiz Zapatero.

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El segundo periodo de ocupación es el más conocido. Se desarrolladurante la II Edad del Hierro (siglos IV a I a.C.), también llamadoCultura de Cogotas II. En esta fase los vettones construyeron lafortificación que perduró hasta la conquista del territorio por Romay cuyos restos podemos ver hoy en día. A esta etapa se adscribe, ade-más del sistema defensivo formado por la muralla y las piedrashincadas, las casas, el alfar, la necrópolis y la mayor parte de los ele-mentos que configuran la cultura material de los habitantes deeste pueblo que, en esta fase, debió de tener una población mediaentre 200 y 225 habitantes.

De los materiales encontrados en las primeras excavaciones pode-mos deducir que el poblado estuvo habitado en la denominadaPrimera Edad del Hierro, época en la que se empieza a conocery a utilizar este metal con los avances que ello supone. Sin embar-go, los datos que tenemos son escasos y se reducen a materiales

Casas escalonadas.

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cerámicos con decoraciones depeine que nos remontan a lossiglos VII-V a.C.

Cabré también excava las casasescalonadas que se encuentranjunto a la muralla, y alguna otraen el recinto superior. Limpia lamuralla y elabora el plano queha servido de referencia hastanuestros días. En el cemente-rio documenta más de 1.500tumbas que han aportado unaimportante cantidad de datospara conocer a los individuosque allí habitaron

El proyecto de construcción dela presa junto al castro obligó auna nueva intervenciónarqueológica en el yacimiento,dirigida, en los años ochenta,por G. Ruiz Zapatero. Se hacendiversos sondeos en la laderasureste del castro y en el segun-do recinto, que Cabré inter-pretaba como ganadero y cuyocierre se encontraba próximoal río. En esta excavación sedescubre un alfar industrial demás de 300 metros cuadradoscon hornos sencillos y un áreaque sirvió de secadero de ado-bes y de almacén de piezas ter-minadas. La cronología de estasestructuras es del siglo II a.C.,al igual que la muralla de estelugar. Por lo que parece, lazona fue objeto en ese siglo de

Nivel fundacional - 1.

Nivel fundacional - 3.

Nivel fundacional - 2.

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una gran remodelación ya que, por debajo del alfar y la cerca,había otro nivel de talleres que se puede remontar al siglo IVa.C., lo que pone de manifiesto que era un espacio habitado perosin la protección de la muralla.

Es probable que ante la inestabilidad que vivía la península con laocupación romana y las razzias entre los distintos pueblos a lo lar-go del siglo II a.C., se construyera este segundo recinto que llegaprácticamente hasta el río, albergando en su interior tanto el áreaindustrial y artesanal como la ganadera e, incluso, alguna vivienda.

Para la intervención del año 2004 se elige un espacio sin habi-tar, que se encontraba entre las dos cogotas, para comprobar lacronología del lugar y si el poblado se abandonó en algún momen-to o tuvo continuidad. Se excava un espacio pequeño y el resul-tado es de dos ocupaciones claras, una primera del Bronce Finaly otra con un importante nivel del Hierro II sobre el que única-mente se encontraban los depósitos geológicos del tiempo trans-currido desde su última utilización. Elementos interesantes enesta excavación son los hornos de cocción y un sacrificio animal,en concreto un cánido, enterrado en el nivel geológico, posible-mente relacionado con rituales fundacionales (fotos nivel fun-dacional 1,2,3).

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Vista desde �La Cogota� de la puerta principal.

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La Segunda Edad del Hierro. Los Vettones.

E ntre los siglos VIII y V a.C. aparecen en todo el área mese-teña poblados situados en cerros de fácil defensa y próximosa fuentes de agua. Se levantan las fortificaciones en torno a

un hábitat de carácter estable que buscaba el control del territo-rio que le rodeaba. Las superficies oscilaban entre 0,2 y 5 ha. Ade-más de elegir el territorio y su sistema defensivo, estas poblacio-nes tenían otra serie de rasgos comunes, como el conocimientodel hierro, incremento del intercambio de productos, aumentode los útiles agrícolas, etc. Se produce una estabilidad que apor-ta mejoras a la economía de la sociedad.

Estas poblaciones, cada vez más asentadas en la Meseta y abiertasa nuevas ideas, reciben influencias del mundo celta dando lugar,en torno al siglo IV a.C., al primer gran momento de esplendorde la provincia de Ávila con el desarrollo de la cultura conocidacon el nombre de vettones, dentro de la Segunda Edad del Hie-rro o Cultura de Cogotas II. En definitiva, los vettones eran laspoblaciones que vivían en una buena parte de las dos mesetasy que hacen suyas ideas, formas de vida y objetos materiales delos celtas. Se produce un efecto similar al de la globalizaciónactual en el que se mueven los pensamientos, las creencias, losobjetos y también las personas que viajan y conocen otros luga-res y otras formas de vida. Lo que se mueve en el mundo celtadesde centro Europa a la mayor parte del continente y GranBretaña es la cultura. Este periodo corresponde a la PrimeraEdad del Hierro.

El territorio de Vettonia tiene unos límites más o menos precisosentre los ríos Tajo y Duero, ocupando parte de las provincias deCáceres, Toledo, Salamanca y la mayor parte de la de Ávila.

Centrándonos en la provincia de Ávila, se observa cómo algunode los cerros que se encuentran en los límites montañosos quecircundan el Valle Amblés fueron los lugares elegidos por estaspoblaciones para ubicar su residencia. Los castros de Las Cogo-

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tas (Cardeñosa), Ulaca (Solosancho), La Mesa de Miranda (Cha-martín de la Sierra) y Sanchorreja son montículos de fácil pro-tección, con complejos sistemas defensivos, próximos a corrien-tes de agua, en zonas aptas para la ganadería y rodeando la ricavega del valle. Al otro lado del Sistema Central encontramos ElRaso (Candeleda), Escarabajosa (Santa María del Tiétar o el Berro-cal (Arenas de San Pedro) con idénticas características.

El término castro proviene del latín y hace referencia a campa-mento cercado. A los romanos se debe el nombre de oppida, conel que se denominó al recinto fortificado a modo de ciudad distintaa Roma, aunque también significaba la capital de un territorio. A estetipo de asentamiento, basándonos en las referencias de César enla �Guerra de las Galias�, se le supone una entidad política y unacierta especialización comercial e industrial. Ya no estamos antepoblados independientes y autosuficientes sino ante una relaciónentre ellos, similar a la que existe hoy en día entre los pueblos y laciudad. El oppida de mayor tamaño en el mundo vettón es Ulaca,con 80 ha amuralladas y varios monumentos como el altar y la sau-na vinculados a una concepción ideológica de la sociedad, lo que

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Castro de Las Cogotas.

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ha dado lugar a que algunos autores identifiquen este yacimientocon la cabeza de la Vettonia.

Característica de este periodo es la generalización del empleodel hierro, con lo que supuso no sólo en el desarrollo del arma-mento, sino también en la roturación del terreno que implicóuna mejora alimenticia que propició un aumento demográfi-co. Otras peculiaridades de esta cultura son las cerámicas a tor-no y la incineración de los muertos. Los vettones fueron losautores de los verracos o figuras de toros, cerdos y jabalíes queconstituyen uno de los elementos más representativos de estaspoblaciones y en las que algunos autores ven la influencia de lacultura ibérica. Además se difunden una serie de ideas que con-llevan el desarrollo de unas elites guerreras que, según las fuen-tes clásicas, gobernaban estas sociedades. Poco sabemos de lasfiguras de los druidas o los sacerdotes en esta zona, aunque suexistencia se deduce de las fuentes clásicas como Estrabón, quehabla de sacrificios y lectura de vísceras, al modo griego, y conla presencia en los yacimientos de diversos elementos, comoun altar en Ulaca y otro en Panoias �este último en territoriolusitano�. Estrabón narra los rituales que allí se seguían, la ins-cripción latina de Panoias confirma lo que describían los cronis-

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Castro de Las Cogotas.

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tas romanos. Se generalizan las relaciones entre los distintos pue-blos, lo que implica un desarrollo del comercio y las influenciasculturales entre los distintos grupos, y todo culminará con la ocu-pación del territorio por Roma.

Sabemos que existió una lengua lusitana y otra celtibérica, pero des-conocemos la frontera entre una y otra y si los vettones tuvieronuna propia. Conocemos nombres emparentados con el lusitanocomo Albonius, Cilius o Sunua. El propio término de �vettón� esde raíz celta y entre los significados que se le dan están los deluchadores u hombres de la guerra.

A demás de su configuración geológica, lo más destacado deeste yacimiento es la muralla que le circunda, adaptándo-se al terreno para albergar en su interior un espacio de

14,5 ha en dos recintos, uno superior, llamado también acrópo-lis, y otro inferior que llega hasta el arroyo Rominillas bordean-do la ladera y que tradicionalmente se conoció como recinto deganados, aunque ya hemos visto que en las excavaciones recien-tes se comprobó que, independientemente de que hubiese sidorecinto ganadero, también tuvo un uso artesanal industrial.

! La muralla

La muralla está construida con aparejo de mampostería de granitogris de la zona, trabado en seco. Las formas tan simétricas que tie-nen la mayoría de las piedras que la configuran, son debidas a lafractura característica del granito del lugar. Como se puede ver en

Las Cogotas: El poblado de la Edad del Hierro

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el esquema realizado por Cabré del corte de la muralla, se cons-truyó mediante un doble muro con caras vistas a los exteriores yun relleno de piedras de diverso tamaño al interior, lo que ledaba una gran solidez, sobre todo si tenemos en cuenta que suanchura oscilaba entre los 2,5 metros y los 11. En las caras exte-riores se construía mediante hiladas más o menos regulares en lasque se introducían cuñas para calzar los mampuestos. La cimen-tación de la muralla se realizó directamente sobre la roca natural.Si bien la muralla se adapta perfectamente al terreno, también se bus-ca en su construcción un complejo sistema defensivo. Sobre todoen las caras norte y oeste del primer recinto, donde podemos verunos potentes bastiones que le dan a la cerca una forma sinuosa que

posiblemente sirvió parafacilitar un fuego cruzadoen la zona más vulnerabledel poblado. En los luga-res donde encontraron lasrocas graníticas que confi-guran el terreno, las incor-poraron al sistema defen-

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Corte de la muralla según Cabré.

Vista aérea del castro.

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sivo, conjugando la obra humana con la de la naturaleza. En el lien-zo norte la defensa se completaba con un campo de piedras hinca-das colocadas de tal forma que el ataque de la infantería o el inten-to de asaltar la muralla era prácticamente imposible. Estas piedras,de medidas que oscilan entre medio y un metro, son lajas puntia-gudas colocadas erguidas y juntas, a modo de barrera, en una ampliasuperficie.

Se ha interpretado que la terminación de la muralla se realizómediante una empalizada de postes de madera, según la descripciónque hizo Apiano del asedio a la muralla de Pallantia, en el 74 a.C.,por Pompeyo. Pero también es posible que en alguno de los castrosesta empalizada se constru-yera mediante petos de pie-dra, materia ésta tan abun-dante en la zona. Al menos enlas zonas más difíciles dedefender había caminos deronda en la parte superior dela cerca. Pese a la dificultadque entraña fijar la altura de lamuralla, se calcula que debiótener entre 6 y 8 metros.

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Ondulaciones de la muralla.

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Un paseo por el castro nos per-mite apreciar que la ladera estees prácticamente inexpugna-ble, con el río en la base y unapronunciada pendiente. Algosimilar ocurre con la ladera sur,bañada por el arroyo Romini-llas. Esta fisonomía está altera-da hoy por el embalse de LasCogotas. Hacia el norte y el oes-te desaparece la escarpa y seabre una pequeña llanura

mucho más accesible; es en esta zona donde la muralla presentasus puertas y bastiones más potentes.

Las puertas son de dos tipos: en embudo �en la que los lienzos segiran formando un pasillo� y en esviaje �en la que los dos lienzosse colocan en paralelo con un espacio para pasar entre ellos�. La acró-polis contaba con tres puertas de entrada. La que se encontraba enla cara este prácticamente ha desaparecido. Las otras dos son lasque se pueden ver en la cara norte. Al ser la zona de más fácil acce-so, están dotadas de importantes bastiones. En la parte externa dela muralla, junto a la puerta principal se encuentra una construcciónidentificada como cuerpo de guardia. El segundo recinto cuentacon tres puertas, mucho más sencillas. Al menos a dos de ellas se lle-gaba por un camino empedrado.

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Vista de la puerta principal, la muralla y las piedras hincadas.

Puerta en embudo.

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Una vez dentro del castro, las viviendas se construían adap-tándose al terreno, salvando los desniveles y las rocas, loque podía implicar la falta de urbanismo preconcebido que

caracteriza al poblado. La difícil orografía del interior del yacimientopara ubicar los edificios hace que, en ocasiones, se ajustan al terre-no formando bancales para poder asentar mejor las casas. Éstas,siempre de planta rectangular, se encuentran diseminadas por todoel recinto amurallado, por lo general formando grupos.

Las casas más conocidas de este lugar son las llamadas casas escalo-nadas, que se encuentran adosadas a la muralla en el lienzo oeste, jun-to a la considerada como puerta principal. Los zócalos de las seisque se encuentran en la parte alta de la puerta se conservan mejorque las cuatro que había hacia la zona baja y que se ajustaban a la mura-lla tanto en su cara oeste como en la norte. Estas viviendas tienen unasuperficie aproximada de 30 m de lado por 7 m de ancho.

El material usado para la construcción es la piedra granítica, queel lugar ofrece en abundancia. También empleaban el adobe,material que aparece en grandes cantidades en las excavaciones,

Las viviendas

Proceso de reconstrucción ideal de las casas escalonadas.

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lo que hace pensar que proba-blemente se utilizó para construirlos tabiques interiores. En algu-no de ellos se constató la pre-sencia de escarpias de hierro queservirían de colgador. Las pare-des estaban recubiertas de unenfoscado calizo. Los tejados seformaban con troncos de maderarecubiertos de barro y paja. En lacubierta había un hueco o lum-brera por la que salía el humo delos hogares y que contribuía a laimpermeabilización del tejado.Era una salida de humo directaya que no existían chimeneas.

Los suelos eran muy irregulares. Cuando no se encontraba direc-tamente la roca, había pisos más o menos nivelados con tierra mez-clada con todo tipo de desechos cotidianos, desde huesos de ani-males a fragmentos de cerámica y restos de carbón. En alguna zonade las casas, por lo general cerca del hogar, existían suelos de esca-sa entidad preparados con trozos de barro compactado.

La habitación principal era la cocina, donde se ubicaba el hogar.Éste tenía forma rectangular y estaba hecho de barro cocido y conun reborde sobreelevado y las aristas redondeadas. Estos hornospodían encontrarse también en otras habitaciones. En las cocinassolía haber un banco corrido en el que, según el cronista romanoEstrabón, se sentaban a comer los montañeses según su edad y ran-go, pasándose los alimentos. En todas las viviendas excavadas sehan hallado molinos de mano para moler el grano. Igualmente sehan encontrado en todas las casas pesas de telar y fusayolas quehacen pensar en la elaboración doméstica del vestido.

Las entradas a las casas, en su mayoría, estaban orientadas al este.Posiblemente estaban construidas mediante un sistema de jam-bas y dinteles que albergarían un portón de madera.

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Hogar y hoyos.

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Todas las casas están comunicadas entre sí por caminos delimi-tados por unas losetas hincadas. A veces recurrieron al abanca-lamiento para nivelar los caminos.

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Reconstrucción del uso del telar.

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Representación ideal de la vida cotidiana en Las Cogotas.

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L a vida cotidiana en el castrono sería muy diferente de lade los pequeños pueblos

meseteños en época histórica.Una existencia dura, marcadapor la aridez del clima y el pai-saje. Su actividad estaba deter-minada por la realización de lasdistintas actividades cotidianasdel poblado. Éstas pasarían por elcuidado del ganado, con la exis-tencia de algún tipo de trashu-mancia, realizada dentro del pro-pio territorio, para buscar mejo-res pastos; por la de la agricultura,en los valles más fértiles, y, posi-blemente, en las proximidades delcastro en pequeñas parcelas cer-cadas para evitar que los animalesdestrozaran los sembrados; y en las áreas comunes se trabajaría enlos distintos talleres, pues conocemos perfectamente la existenciade un alfar colectivo, y lo mismo ocurriría con la fragua. La actividadtextil estaba ligada a los hogares y a la figura femenina. Gran núme-ro de elementos vinculados a la utilización del telar han aparecidoen las excavaciones de las casas. La eficiencia de los canteros vetto-nes nos llega a través de las construcciones de sus edificios y de lafabricación de molinos para moler el cereal, abundantes en el pobla-do, y la talla de las esculturas de toros y cerdos conocidos con el nom-bre de verracos y que se extienden por todo su territorio.

Basándonos en los enterramientos y en las noticias aportadaspor los cronistas romanos, sabemos que la sociedad vettona erapiramidal y, por lo tanto, jerarquizada, con una pequeña elitedominante, formada por el grupo de los guerreros y una basesocial mucho más amplia en la que se encontraría la población de

Vida cotidiana y sociedad

Guerrero vettón.

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condición más humilde, dedi-cada posiblemente a la agricul-tura y a cuidar el ganado y, elmantenimiento de las murallas.Algunas de las escenas quedecoran las cerámicas encon-tradas en el poblado represen-tan a guerreros con su arma-mento y montados a caballo,dato este importante, pues losguerreros vettones tenían famade ser buenos jinetes. De lasdescripciones de los cronistasromanos podemos deducir quellevaban el pelo largo y, paracombatir, se ceñían la frente conuna cinta.

A través de los textos clásicos latinos sabemos de la existencia dejefaturas militares elegidas mediante asambleas en las épocas deguerra. Estrabón decía de los vettones que era un pueblo quesólo conocía la guerra o estar sentados. Evidentemente, estoresulta ser una exageración del conquistador, pero según se dedu-ce de las excavaciones arqueológicas sí podemos afirmar la exis-tencia de una elite guerrera. De igual manera conocemos cómoiban cantando a la guerra y la valentía que les caracterizaba. Losromanos describían su equipo de guerra como ligero, lo que leshacía ágiles y veloces en la batalla, resultando difíciles de vencer.Formaban ejércitos preparados fundamentalmente para la guerrade guerrillas.

Poco sabemos del papel de la mujer en esta sociedad. En lasnecrópolis, los cadáveres femeninos llevan ajuares con elemen-tos de adorno, como collares y piezas relacionados con el telar.

La base de la sociedad vettona era la familia, que se debía reuniren torno a los ancianos, que era la figura más respetada dentro delgrupo. La familia estaba ligada por los pactos de hospitalidad, ylos grupos o los individuos podían acudir a los distintos pobla-

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Cerámicas con dibujo de caballo y jinete.

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dos y ser recibidos como si fueran parte de ellos. En muchos casosestos pactos se reflejaban en las denominadas teseras de hospitali-dad, que eran piezas, generalmente figurativas, realizadas en metalo en barro, con inscripciones que hacían alusión a las personas o gru-pos implicados. Piezas de este tipo se han recuperado en excava-ciones arqueológicas de toda España.

Posiblemente, también existió una jerarquía entre poblados, sien-do el centro de todos ellos Ulaca, con sus más de 80 ha amura-

lladas y la presencia de una construcción conocida comoaltar de los sacrificios, en el que, mediante una serie de

rituales, se llevarían a cabo sacrificios de animales confines propiciatorios por un lado y adivinatorios por

otro, sin descartar sacrificios humanos esporádicos.En este yacimiento se encuentra otro edificio públi-

co, conocido como sauna, en el que se celebra-rían cultos vinculados con la purificación,mediante el uso de vapor, que está presente enmuchas culturas posteriores y que suele tenerrelación con las ceremonias del paso del niño ahombre y con la preparación para la guerra.

Estos edificios públicos no se encuentran entodos los poblados. Por ello se puede deducirque se celebrarían grandes ceremonias en lasque diferentes aldeas se reunirían en un mis-mo lugar en los grandes acontecimientos de lasociedad. En cualquier caso es destacable la citade Estrabón en la que habla de pueblos quehabitan en las proximidades del río Duero y queviven de manera espartana, ungiéndose dosveces con aceite y bañándose en vapor proce-dente de piedras calentadas al fuego, tras lo cualse dan un baño de agua fría. Esta cita hace pen-sar que los rituales ligados al vapor fuesen algomuy extendido entre estas poblaciones prerro-manas.

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Punta de lanza de la necrópolis de Las Cogotas.

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Los habitantes de Las Cogotas,al igual que el resto de los vet-tones y del conjunto de los pue-blos celtas celebraban sus cultosal aire libre y tenían divinidadesvinculadas a la naturaleza. Loslugares de culto son citadosexhaustivamente por los escri-tores clásicos latinos, quienesnos hablan de bosques, ríos, cue-vas, peñas, fuentes y árboles�como el roble� y de la luna yde los ciclos lunares que tendrí-an carácter mágico y religioso.Recientemente se han iniciado

estudios sobre el control que tendrían de la astronomía y el papelque ésta jugaría en sus vidas. La existencia de los druidas o sacer-dotes ha dejado en España menos documentación que en las Galias,pero todo parece indicar que la existencia de esta casta estaría pre-sente dentro del mundo vettón dedicándose tanto a la adivinaciónmediante la lectura de las vísceras de los animales sacrificados,como a la identificación y conocimiento de plantas y hierbas. En estepunto es destacable la existencia de una herba vettonica citadapor las fuentes clásicas como infusión que serviría de antídoto a

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Altar de Ulaca.

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determinados venenos. También los druidas serían los sanadores,con un conocimiento de medicina en el que influiría mucho lamagia. En referencia a los lusitanos, vecinos por el oeste de losvettones, los cronistas romanos citaban la existencia de un hie-roskopos que hacía las predicciones y que se ha identificado conel druida.

Los poblados vettones fueron eminentemente ganaderos y LasCogotas no fue una excepción. La cabaña de vacuno sería el prin-cipal bien de estas gentes y buena prueba de ello es la existenciade numerosos verracos o figuras de piedra que representan fun-damentalmente toros y cerdos. Esta tradición pecuaria ha perdu-rado en la provincia abulense hasta nuestros días, en los que esfamosa la raza vacuna avileña. El sistema de explotación sería muysimilar al actual, con movimientos estacionales vinculados al pas-to. Los desplazamientos del ganado a mejores terrenos posible-mente estaban marcados por las figuras escultóricas de los torosque delimitaban territorios de pasto. La presencia de los verracos

Representación ideal de la construcción de un verraco.

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en las proximidades del acceso principal al segundo recinto deLas Cogotas hizo que se considerase que todo él era un lugar paraguardar el ganado y protegerlo del pillaje. Hoy sabemos que, ade-más de para este fin, sirvió para los usos comunitarios artesanales,de los que ya hemos hablado. A finales del siglo XIX se citabanvarios verracos que se encontraban en las proximidades de lapuerta del segundo recinto y que ya en ese siglo sufrieron diver-sas vicisitudes, uno de ellos se trasladó a Ávila, otro se conserva enel Museo Provincial y otro está semienterrado en el propio cas-tro. Conocemos la existencia de un cuarto, hoy desaparecido.

La presencia, en una zona próxima a la muralla del segundo recin-to, de un basurero de más de tres metros de grosor, con restos deanimales y gran cantidad de otros alimentos, hace pensar en la exis-tencia de ferias de ganado. En éstas se reunían gentes de diversospoblados que acampaban en una especie de chozas, de las que sehan conservado los hoyos que se hicieron para colocar los pos-tes que soportaban la techumbre.

Ya hemos hablado anteriormente de los verracos, pero ¿qué sony qué significan estas esculturas zoomorfas? Son imágenes de ani-males: toros, cerdos y jabalíes. Los más conocidos son los llama-dos toros de Guisando. Están realizados en grandes bloques degranito y se representaba, con más o menos detalle, al animal decuerpo entero sobre un pedestal. Los más antiguos se remontanal siglo IV a.C. Su significado ha sido muy discutido. Las primerasteorías apuntaban a símbolos religiosos relacionados con la pro-tección del ganado y de los pastos, e incluso del poblado. Otrosautores los suponían esculturas funerarias. Las más recientes tie-nen en cuenta la ubicación de muchos verracos en zonas ricasen pasto y sin poblados cercanos. El verraco sería, según éstas, unaespecie de hito o señalizador de límites de territorios vinculadoscon los movimientos estacionales del ganado. Conquistados losvettones por los romanos, el verraco siguió representándose aun-que ya fueron más pequeños y sirvieron de cubierta de las tum-bas de incineración, ya en la época de convivencia de ambaspoblaciones.

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E l cementerio de Las Cogotas se excavó en 1930, resca-tándose 1.613 tumbas. Siguiendo los patrones habitualesdentro del mundo vettón, la necrópolis se encontraba

situada en las proximidades de las puertas del sector norte,siendo perfectamente visible desde el poblado. Se utilizó entreel siglo IV y el II a.C.

El sistema de enterramiento que practicaban los vettones era la inci-neración. Al difunto se le quemaba en una pira funeraria juntocon los objetos personales que habían sido más importantes duran-te su vida. A continuación, se depositaban las cenizas en una urnay junto con los ajuares se introducían en un hoyo que se tapabacon tierra y se señalizaba con una estela. Todavía hoy se puedenver en la zona multitud de estelas que se identifican porque sonpiedras más o menos planas, aunque bastante irregulares. El rito delenterramiento era igual en todos los castros. Sin embargo, el siste-

ma elegido para hacer la cubri-ción de la tumba era distinto.En Las Cogotas se emplearonlajas y, por ejemplo, en el castrode Chamartín se utilizarontúmulos de piedras.

A través del estudio de losajuares de las tumbas se obser-va una clara diferencia socialde la población. Sólo en un15% de los enterramientos sedocumentó ajuar. El 2% sontumbas de guerreros conarmamento completo: espa-da, escudo, puñal, arreos decaballo y lanza. Otras cuantaspertenecen también a guerre-ros pero de menor rango y

Vida de ultratumba

Tumba excavada por Cabré.

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sólo tienen lanzas y cuchillos,otras presentan cuentas decollar y fíbulas (similar a unimperdible hecho en hierro ycon decoraciones). En otrashabía piezas de cerámica, bolasy elementos relacionados conel telar. Por último, en la mayo-ría de las tumbas sólo se encon-traba la urna con los restos de laincineración, e incluso las ceni-zas dentro del hoyo y sin urna.Es fácil deducir la estructurajerarquizada de la sociedad conunos pocos líderes en la cúspi-de y una base importante en laque se adscribiría la mayor par-te de la sociedad. Del estudiode los ajuares se concluye que laelite estaría formada por gue-rreros con caballos auxiliadospor la infantería que gozaría demenores privilegios que losanteriores, pero que estaría porencima de la mayoría socialdedicada a la artesanía, a la agri-cultura y a la ganadería.

Entre el cementerio y una de laspuertas se excavó un lugar(denominado ustrinum) en elque se interpreta que proba-blemente se llevaban a cabo lascremaciones, por la cantidad decenizas encontradas. Ademásaparecieron muchos huesos yfragmentos de calderos y otras

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Puñal de la necrópolis de Las Cogotas.

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piezas relacionadas con el asado de alimentos. Esto se ha identi-ficado con la celebración de banquetes rituales que tenían lugaren honor del muerto. En los enterramientos de los jefes tambiénse llevaban a cabo combates en su memoria. Este hecho es bienconocido en el caso del lusitano Viriato.

La existencia de dioses en la cultura vettona nos ha llegado a tra-vés de inscripciones y de los textos latinos. Se supone la exis-tencia de un dios innombrado, que los romanos identificabancon el Ares griego. Era un dios fuerte al que se sacrificaban pri-sioneros de guerra y caballos. El dios Endovelico aparece en dis-tintas inscripciones y se asimila con un lobo que en la mitologíacelta significa el paso al mas allá. Otra divinidad era Ataecina, queera una diosa agraria, pero también infernal. Estas deidades debie-ron ser comunes a buena parte de los pueblos prerromanos,pero además existirían divinidades locales de las que no nos hallegado ningún dato y a las que se rendiría culto en esas áreassagradas que ya hemos mencionado y que estaban en relacióncon la naturaleza que les rodeaba.

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Representación ideal de una cremación.

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D os elementos fundamentales que contribuyeron al des-arrollo de estas poblaciones fueron el torno alfarero y elempleo sistemático del hierro. Ambos elementos signifi-

caron auténticas revoluciones para la economía y para la sociedad.

El hierro permitió hacer nuevos útiles más duros y más prácti-cos para la agricultura. De esta forma se pudieron cultivar terre-nos que antes era imposible roturar por la dureza del terreno. Lashachas, azadas, hoces, etc. de hierro se extienden con gran rapi-dez y son un elemento común en la excavación de las casas de LasCogotas. El hierro no sólo influye en el desarrollo de la agricul-tura. También incide en otras áreas de la vida cotidiana, con la pre-sencia de clavos y escarpias de distintas formas y que se rescatanen abundancia en las excavaciones de las casas, las agujas que, alromperse más difícilmente, favorecían la costura. Las gubias, mar-tillos, punzones, cinceles, etc., ayudaron a hacer más fácil el tra-bajo de los canteros. Los morillos y otros elementos de uso culi-nario hicieron más cómodas las tareas del hogar. Las piezas de los

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La artesanía

Útiles para el trabajo agrícola.

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carros, los arreos de los caballos y todo un sinfín de útiles gue-rreros marcaron el desarrollo de una casta de luchadores quedominó el poblado.

También en hierro se hacían elementos de adorno, como las fíbu-las o broches similares al imperdible. Estas piezas tienen formasmuy variadas, las hay con resorte, en omega, antropomorfas, etc.

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Agujas de hierro.

Útiles para el trabajo agrícola.

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Fragmentos de cerámica.

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En Las Cogotas tenemos una de las más conocidas, con forma decaballito. Estas piezas tienen una evolución muy estudiada, porlo que sirven a los arqueólogos para establecer cronologías.

La cerámica se ha podido estudiar en la necrópolis por las urnasen las que se depositaban las cenizas y las ofrendas, y en las casas.Tanto de unas como de otras se han rescatado numerosas piezas,algunas enteras y otras, incompletas. A partir del siglo IV a.C. seempieza a generalizar el uso del torno, lo que supone la presen-cia de cerámicas con decoraciones y formas estandarizadas. Lamayoría de ellas son de uso diario para almacenaje y cocción deformas muy similares a las que han pervivido en algunas de lastinajas de barro empleadas hasta nuestros días. También hay cerá-micas decoradas con motivos de cestería, sogueado, series ondu-ladas y quebradas, zig zag, espigas, aspas semicirculares y bandas,

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Fíbula del caballito de Las Cogotas.

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con las que se hacen formas sim-ples o combinadas. Un tipo dedecoración muy característicaes la denominada de peine, lla-mada así porque, mediante uninstrumento con púas se reali-za un dibujo simétrico. Es tam-bién característica la cerámicapintada en la que destacan lossemicírculos y las líneas, pero

también aparecen elementos naturalistas. Ollas, cuencos, platosy urnas son alguno de los muchos objetos que formaron parte dela vida de estas gentes.

Con todo este proceso de desarrollo de la metalurgia y del tornose produce un gran avance tecnológico y la necesidad de inter-cambio que ya existía anteriormente se acrecienta ahora con elaumento de un comercio interregional que explica la presenciade determinadas piezas que han sido fabricadas a muchos kiló-metros de distancia. Esto conlleva la existencia de mercaderes eincluso de artesanos itinerantes. Un ejemplo de ello son los puña-les tipo Monte Bernorio en los enterramientos de Las Cogotas.Estas relaciones implican que existan muchos elementos comu-nes entre los poblados, pero también muchos elementos estilís-ticos característicos de cada uno de ellos y que diferencian unasaldeas de otras.

Dentro de las casas, la actividad textil se desarrollaba de formageneralizada. En las excavaciones aparecen pesas de telar, tambiénde elementos vinculados al huso y la rueca para ovillar la lana.Entre los vestidos destacan las capas con capucha, conocidascomo sagun, realizadas con lana oscura y que servían para pro-tegerse del crudo invierno meseteño. Los hombres utilizabanademás una túnica corta y pantalones. Las mujeres se vestían conlargas túnicas de mangas. Además del sagun llevaban la cabezacubierta o con algún tipo de aderezo.

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Urna funeraria de Las Cogotas.

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N ada hemos hablado de lo que supuso la presencia prime-ro de cartagineses y, a continuación, de los romanos en laPenínsula. A partir del 237 a.C., momento en el que Aní-

bal desembarcó en Cádiz con sus elefantes, la situación de losgrupos prerromanos que habitaban la Península Ibérica cambióradicalmente. Estos ejércitos organizados significaron un perio-do de luchas y agitación que afectó a todos los poblados. Aníbalcruzando el Sistema Central en dirección a Salamanca tuvo quesuponer un duro desafío para unas poblaciones que básicamen-te luchaban entre sí en igualdad de condiciones por la posesióndel ganado y las tierras. A partir de este momento la lucha será,además, contra ejércitos mucho más preparados y por la defen-sa de su identidad y libertad. Vencidos los cartagineses por losromanos, serán éstos los que inician la colonización de la Penín-sula. La lucha fue intermitente en la Meseta, prácticamente con-quistada en el año 133 a.C. Las relaciones con Roma debieronpasar por momentos de mejor y peor relación a lo largo de todala conquista. En algunos momentos se unieron con pueblos veci-nos para luchar contra Roma. En otras ocasiones, los vettonesparticiparon como tropas auxiliares de los romanos. Un ejem-plo de ello es la guerra civil del 49 a.C., en la que guerrearonjunto a Pompeyo.

Hemos hablado de los vettones como pueblo guerrero. Tambiénes verdad que, después de las sucesivas derrotas, comprobaron larelativa comodidad de la vida romana respecto de la suya propiay se adaptaron a ella, abandonando sus poblados, unas vecesvoluntariamente y otras obligados. El final de Las Cogotas se ras-trea en el siglo I a.C., sin que aparezcan restos en sus proximida-des. Los estudios recientes, fundamentalmente realizados en Ávi-la capital, indican que el abandono de los castros por los vettonesse produjo a favor de un nuevo asentamiento urbano que surgeen torno al año 50 a.C. y que se llamará Óbila. En esta ciudad,vettones y romanos convivirán contribuyendo a la formación de lacultura hispano romana.

El fin de Las Cogotas

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______________________________________________________Texto: Rosa Ruiz EntrecanalesDibujos: Sonsoles Arribas López, J. F. Jiménez Martín, Carlos Jiménez Pose yBlas Cabrera GonzálezFotografía, Planos e Imágenes: Rosa Ruiz Entrecanales y Carlos Jiménez PoseImagen Aérea: IMAP 3D

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Presentación 3

Introducción 5

El yacimiento 7

Historia del yacimiento 8

La Segunda Edad del Hierro. Los Vettones 15

Las Cogotas: El poblado de la Edad del Hierro 19

Las viviendas 23

Vida cotidiana y sociedad 27

Vida de ultratumba 33

Artesanía 36

El fin de Las Cogotas 41

Bibliografía 42

ÍNDICE

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Acceso al castro

Saliendo de Ávila podemos llegar al Castro de Las Cogotas pordos carreteras. Por la Nacional 403 en dirección Valladolid lle-gamos a un cambio de sentido, aproximadamente a 10 km de lacapital, en el que hay un desvío a la presa de Las Cogotas. Al finaldel camino asfaltado que conduce a la presa llegamos a un apar-camiento donde dejar el coche, al otro lado del puente que cru-za la presa, y que ya hay que recorrer andando, la pequeña coli-na que se ve ya es el castro, al que se accede por un camino detierra que le va bordeando,El otro acceso es desde la Nacional 501, dirección Salamanca.Aproximadamente a 4 km de Ávila sale la Comarcal AV-804,dirección Cardeñosa, antes de llegar a este pueblo hay un des-vío a un camino forestal de tierra en el que se señaliza la direc-ción del castro, por él se llega en coche hasta la misma entradaprincipal. Este camino no está en muy buenas condiciones.Cualquiera de los caminos elegidos y la visita del castro es acce-sible para todas las edades con calzado cómodo,Se puede visitar durante todo el año, aunque los restos se venmejor al final del otoño y durante el invierno.

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