isleña numero 8

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MARZO 2013

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MARZO 2013

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email: [email protected]

Página 4 | La acidez del suelo

Página 6 | El arte al servicio de la educación y concientización

Página 7 | Casas de barro.

Página 15 | ¿Cuánto debe durar una casa?

Página 17 | ¿A tiempo de cambiar la crónica de una muerte anunciada?

Página 19 | Literatura

Página 21 | La sirena de las islas

Revista Isleña, publicación bimensual. RPN en trámite. Editores responsables: Gabriel Livov, Gabriel Litwin. Colaboran: Pablo Madarei, Federico Baglietto, Florencia Gasparetti.Foto de tapa : Escultura de Yolanda Pocetti. Foto de contratapa: Proyecto Fachada Delta, 1954, Acuarela sobre papel, Xul Solar, Colección Pan Klub - Museo Xul Solar. Fotografía: Florencia Gasparetti. Revista Isleña, Arroyo Las Casas S/N 1era. Sección Islas,Tigre, Prov. Buenos Aires, Argentina. Año 2013.

Tel.: (011) 4749-6765 / ( 011) 15-5843-9454 - [email protected] www.rumbo90.com.ar - E stación Fluvial, Local 1, M itre 319 - ( 1648)Canal del Este y el Río de La Plata - Primera Sección de las Islas del Delta de Tigre - Bs.As.

Indice

( La tentación desnuda, Armando Bo, 1966, Isabel Sarli, Armando Bo.)

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AgroecologíaAgroecología

La acidez del sueloComo vimos en el número anterior, la parte mineral del suelo de nuestro Delta está forma-do por limo, arcilla y arena fina traídos desde el norte por el río Paraná. Esta parte de ori-gen mineral representa aproximadamente el 97-98% del total del suelo, mientras que el 2-3% restante está constituido por materia orgánica.

Cuando labramos la tierra, lo que hacemos es trabajar sobre los primeros 30 cm de suelo, que es donde se encuentra acumulada la ma-yor parte de la materia orgánica, por esto hay más nutrientes para las plantas y el suelo es más suelto. En este primer horizonte las pro-porciones entre limo, arcilla y arena son relati-vamente parejas, aunque con tendencia a que predomine el limo o la arcilla según la zona.

De estos tres componentes, la arcilla es la más pequeña y tiene lo que se llama “carga electroquímica”, que cuenta con la vital im-portancia de tener la propiedad de relacio-narse de forma activa con ciertos nutrientes del suelo (más adelante veremos cuáles). Por el contrario, el limo (de tamaño mediano) y la arena, hecha de partículas de cuarzo y mine-rales silicatados, no establecen interacciones directas de importancia con los nutrientes.

Sucede que las partículas de arcilla están formadas por láminas de silicio y aluminio superpuestas entre sí formando estructuras laminares complejas; de esta superposición surgen las cargas electroquímicas negativas que las caracterizan. A su vez, las partículas de arcilla se agrupan entre sí formando pe-queños “aglomerados” llamados coloides, lo que potencia aun más las mencionadas car-gas negativas.

Ahora bien ¿cuál es la importancia de todo esto? La cuestión es que al estar cargadas negativamente, las partículas de arcilla tie-nen la capacidad de atraer hacia sí elemen-tos con valencia positiva. Podría decirse que actúan como una especie de imán. Existen tres nutrientes esenciales para las plantas que pueden estar cargados positivamente, estos son el Calcio (Ca), el Potasio (K) y el Magnesio (Mg). Estos nutrientes son atraídos por la arci-lla y establecen con ella una relación dinámica de ida y vuelta que ayuda a mantenerlos “rete-nidos” en el suelo y los deja a su vez a disposi-ción de las plantas. Si no hubiera arcilla la gran mayoría de estos nutrientes se perdería rápi-damente. Y es acá donde entra a jugar el otro factor fundamental característico del Delta: la sudestada. Sucede que al inundarse el terreno se genera un proceso de lavado y remoción de parte de esos nutrientes, o sea que existe una considerable pérdida de Potasio, Calcio y Magnesio, lo que afecta inevitablemente la fertilidad del suelo. Afortunadamente la marea también puede aportar cierta cantidad nu-trientes y depositarlos en el suelo, además es posible recuperar parte de los minerales “per-didos” si extraemos el barro superficial de las zanjas de drenaje y lo agregamos al compost o si lo colocamos al pie de los árboles frutales, ya que allí quedan acumulados gran parte de los nutrientes arrastrados por el agua durante la crecida.

La acidez del suelo del DeltaPero eso no es todo, esta situación provoca también otro efecto importante: la acidez ca-racterística del suelo de la isla. Lo que ocurre es que al lavarse estos nutrientes, la arcilla queda con parte de sus cargas negativas “li-bres” y por lo tanto va a tender a recibir en su lugar elementos disponibles con carga positi-

va. ¿Cuál será este elemento en un lugar inun-dable como la isla? El que ocupará el lugar “vacante” será el hidrógeno (H+) aportado por el agua, y el resultado de este proceso será un aumento en la concentración de este ele-mento en el suelo, lo que modifica el potencial Hidrógeno o pH, volviéndolo marcadamente ácido. Es característico del Delta un pH de en-tre 4,5 y 6 aproximadamente.

En un suelo ácido puede haber problemas en la absorción de ciertos nutrientes por parte de las plantas, como así también una baja en la actividad biológica y un incremento en la po-blación de hongos. Esto último es de particu-lar importancia en un lugar húmedo como el Delta, ya que puede derivar en enfermedades fúngicas para las plantas cultivadas.

Afortunadamente la acidez del suelo puede corregirse sin mayores dificultades, o por lo menos puede equilibrarse hasta llegar a un punto “aceptable” para la mayoría de los cul-tivos. Existen sustancias llamadas “enmien-das” que pueden aplicarse al suelo para co-rregir el pH. Para esto es habitual utilizar cal agrícola o carbonato de Calcio (Ca CO3), pero sucede que no siempre es algo que podamos tener a mano y para usarla correctamente es necesario realizar cálculos a partir de informa-ción obtenida de un análisis de suelo, lo cual vuelve la cuestión algo más compleja.

Una opción a mano…Sin embargo en la isla todos tenemos en casa un material que nos puede servir como un buen sustituto a la cal: la ceniza de madera de la salamandra o del fogón, que contiene Pota-sio y Calcio. En efecto, si esparcimos ceniza sobre el suelo en forma pareja al momento de preparar la tierra una o dos veces al año, esta-remos revirtiendo el proceso de acidificación. Esto ocurre porque el Potasio y el Calcio, de-bido a sus cargas positivas, volverán a ocupar su lugar original junto a las partículas de arci-

lla, desplazando nuevamente al Hidrógeno y equilibrando así el pH del suelo.También puede contribuir a este proceso la harina de hueso, que contiene calcio (además de fósforo) y provoca en el suelo una reacción básica, es decir, lo opuesto de ácida. Por otro lado al compost también es un buen regula-dor de la acidez, ya que tiene un efecto “amor-tiguador”, aportando nutrientes y materia or-gánica, lo que mejora a su vez la estructura y la aireación del suelo.

Como las primaveras vienen siendo particu-larmente húmedas, con muchas mareas y lluvia, es conveniente esperar a que el suelo pierda el exceso de humedad antes de co-menzar a trabajarlo; no es bueno removerlo cuando está todavía mojado. Siempre es me-jor retrasar la siembra y preparar bien la tierra antes que intentar adelantarse y sembrar en un suelo mal labrado. ¡Suerte huerteros!

Federico Baglietto Técnico en Agricultura Orgánica (UBA)

[email protected]

Medidor de valores de ph en suelos, humedad y luminosidad.

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La Tapa / Yolanda Pocetti Arquitectura sustentable

El arte al servicio de laeducación y concientización

Con las manos en el barro

Decenas de ojos miran atentos mi entrada. No me sacan la vista de encima. Son animales. No están al acecho ni nada parecido. Tampoco a la defensiva porque no voy a atacar su hábitat. Sus ojos ¬firmes miran el horizonte. Camino ha-cia el frente sin titubear, mostrando entereza. A medida que avanzo y los voy dejando atrás no me siguen el paso. Pero sí hay nuevos ojos que, como un dominó de miradas, continúan ¬fiján-dome la vista. “Hay ciervos de los pantanos, coi-pos, carpinchos, garzas, nutrias y unas cuantas especies más”, me corta el viaje Yolanda Pocet-ti, la creadora de las criaturas. “Son esculturas en cerámica”, agrega.

Todas ellas fueron el ícono cultural de la muestra que se realizó en la Reserva Natural de Otamen-di, en Campana, por el cumpleaños 22 del Par-que, en octubre pasado.

Para Yolanda el tema de representar a las es-pecies del Delta no es solamente artístico: “Yo tomo estos trabajos como un proyecto educa-tivo. Como una forma de transmitir enseñanza para distinguirlos y empezar a quererlos. Esto se puede lograr de generación en generación”. Su primer trabajo fue hace ocho años por una conjunción de fac-tores diversos. Pero su ne-cesidad de expresarse se fue creando desde antes. Un viaje a Francia le im-pregnó lo artístico y la hizo tomar conciencia de cómo en aquellos países se valora lo propio, cuidándolo. Tam-bién fue voluntaria en la Re-serva Ribera Norte, en San

- ¿Cuáles son los métodos que se usan para la construcción con barro en las is-las del Delta?

La construcción en barro tiene diferentes métodos de acuerdo con los diferentes ecosistemas en que se lleva a cabo y a par-tir de los materiales que tenés en el lugar. La isla te da una posibilidad de construir en barro que es mucho más difícil en otros lu-gares. Eso motiva mucho, dado que tene-mos muy buenos materiales naturales para hacerlo. Tenemos siempre a mano un barro arcilloso perfecto para la tarea.

El método que utilizamos acá es tradicio-nal para los ecosistemas de humedales: se denomina bareke (con paja, haciendo los chorizos, encofrado). Para lo que es el re-lleno de paredes hacemos lo que llamamos “chorizos” y usamos pasto y barro, podés usar arena si querés enriquecerlo. Es lo que más tarda en secar. También hay distintos modos de trabajar la mezcla. Tradicional-mente acá la gente lo deja pudrir al barro

Isidro. Pero el fuerte empujón fue haber cono-cido profundamente el Delta gracias a su mari-do, Marcelo, que trabaja desde hace más de 25 años allí. Y que también tiene respeto y amor por los animales que sustentan ese pulmón natural del Gran Buenos Aires.Se de¬fine autodidacta aunque los libros le han enseñado mucho: “Trato de ser ¬fiel a lo que veo y siento”. Se decidió a exponer en Otamen-di en la idea de que el camino de su vida avanza hacia una manera de concientización y educa-ción desde el arte para preservar. En ese sentido dice: “Si amáramos la naturaleza con el animal vivo jamás se podría extinguir, duele mucho esa situación”.

Dejé la muestra en la Reserva. Camino. Pienso en las miradas. Aún están ahí, atrás de la puerta que se cerró. Evocan la vida. Pienso en la naturaleza y en todos los ojos que están entre la vegetación. Vivos.

Pablo Maradei

con el pasto, aunque eso tarda mucho. Hay muchos métodos que se pueden inves-tigar y probar. Por ejemplo, puede usarse el adobe, pero el problema en la isla son las crecidas del agua, y como el método de secado es lento y progresivo, puede com-plicarse. También el tema es el sol, porque el secado se produce de la mejor manera a la sombra. Respecto de eso, un compañe-ro está armando un galpón para después ir haciendo ladrillos de adobe. Hay otro que es el encofrado: se corta la paja, se pre-para una barbotina (arcilla líquida), se pone paja del ancho de la pared y después se exprime el líquido y se apisona hasta que va quedando la pared. Además, hay distin-tas posibilidades: lo mejor es usar pasto, pero cuando se acaba el pasto y no tenés tiempo para ir a buscar podés usar corta-dera, que es un poco más incómoda y no tan buena, pero sirve igual. Lo que tiene la isla de apasionante y complejo es que en cada zona es diferente. No es lo mismo una zona en el Angostura o en el Carapachay, con terrenos altos, ya dragados con una

La Revista Isleña se reunió con Santos, con el objetivo de averiguar más sobre una tendencia de notable importancia desde el punto de vista de la permacultura y que se viene afirmando en el Delta cada vez más en los últimos años: la bioarquitectu-ra. Veamos de qué se trata.

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Arquitectura sustentableArquitectura sustentable

tierra más firme que hacer una casa en un pajonal. La casa de barro es pesada, no es lo mismo que hacer una casa de madera. Tenés que tener en consideración muchas cosas que se van aprendiendo de a poco. - Sobre la posibilidad de que cada uno pueda hacer su casa de barro… ¿cómo es el proceso de aprendizaje para una persona que quiere construir en su te-rreno en el Delta?

- Mirá, la mejor manera es aprender tra-bajando en la casa de otro, y después vas a armar la tuya y los otros colaboran. La mejor forma de aprender es en la práctica, metiendo las manos en el barro. Yo apren-

dí mucho a través de esas experiencias: la mejor manera de aprender es el boca en boca y la participación conjunta.

A mí lo que más me interesa de las casas de barro es la construcción social. Es entre todos. Se utiliza así el enfoque de la per-macultura: armar tu casa en un proceso en el que se hallan entramados los veci-nos, sin separarse ni aislarse de los otros. Trabajar con los materiales del lugar y con los vecinos. El tema con la casa de barro es que necesita mucha mano de obra. Si bien por el lado de los materiales tiene un costo mínimo, sí se requieren muchas ma-nos en el proceso. Si yo tuviera que haber contratado a la gente para hacer mi casa, me hubiera salido lo mismo que hacer una casa de madera: el costo de los materia-les de la casa de madera equivale al costo de mano de obra de la casa de barro. Por eso está bueno lo que se llama la minga, la construcción con gente, que hacemos acá nosotros, con los mismos vecinos. Hoy me toca a mí, viniste vos, vos y vos, yo el día de mañana cuando ustedes se hagan su casa voy a ir porque estoy en deuda con ustedes. Si vos querés hacer tu casa de barro solo, te va a costar un montón. Yo hice esta casa en cuatro-cinco meses por-que me ayudaron muchos otros.

- ¿Qué manuales o libros existen a dis-posición de las personas interesadas en llevar a cabo la arquitectura en barro?

Dentro de los materiales publicados, está el libro mexicano El arquitecto descalzo, que está bien pero es muy general. El que está bueno es el libro de Gernot Minke (Manual de construcción en tierra). Pero si bien hay consejos muy precisos, falta por ejemplo un tutorial que te explique paso por paso. Eso no está disponible por ahora. En este momento no hay un material publicado

sobre el tema que esté unificado. Mucho menos algo que se halle orientado al eco-sistema del Delta. Tengo entre mis proyec-tos futuros desarrollar talleres para brindar a los interesados estas herramientas fun-damentales. Mientras tanto, de lo que se trata es de participar de este proceso de construcción conjunta e ir ampliando el co-nocimiento poco a poco.

- ¿Qué cosas fuiste aprendiendo con la práctica?

Lo más interesante de este proceso, como les decía, es que se trata de una construc-ción colectiva que se va haciendo a par-tir de la experiencia. Es a partir de hacer casas y ver los resultados que uno va re-finando los procesos de construcción. Por ejemplo, las aberturas, la colocación de botellas, la parte de carpintería, todo eso no lo conocía, pero a fuerza de mirar, pre-guntar, participar, fui perfeccionándome. Otra cosa, por ejemplo, es que respecto de la de madera, la casa de barro es mucho más pesada. Como la casa de barro tien-de a ser muy pesada tenés que tener cui-dado. Tuvimos experiencias con una casa de barro con mucho movimiento, y en ese proceso aprendimos que la base es funda-mental. Son importantes los encadenados, las zapatas, tener zapatas anchas, y tenés que tener buena madera. Hay que tener en cuenta eso, porque generalmente los terre-nos son bajos, y la madera que se utiliza

es el eucalipto colorado. Quizás no es la madera más indicada, porque lo comprás verde, sin estar bien estacionado, tiende a trabajar, a doblarse, a rajarse.

- La otra vez yo estuve trabajando en una casa y vimos que salieron hongos en la pared, ¿por qué?

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Arquitectura sustentableArquitectura sustentable

Eso puede ser por la fibra, no sé si está ver-de o seca. Genera hongos porque la fibra larga como un líquido que al secar deja aire adentro de la pared. Eso es sobre todo por el clima, dado que en momentos húmedos tarda en secar. No es grave. Pero puede pasar que si proliferan los hongos la pared no quede fuerte. Eso lo explica Minke en su libro.

- Contanos de tu experiencia como habi-tante de la casa de barro

- Por ahora es escasa porque me acabo de venir a vivir a la casa de barro, y no está terminada. Le falta el revoque de afuera, que es fundamental. El revoque grueso que lleva pasto corto finito y ese sí es mejor po-nerle arena para que cuando vos lo pasás no agriete tanto. Eso hay que trabajarlo más para obtener mejores resultados. Hay que evitar que se produzcan grietas, dado

que ahí se genera aire y con el tiempo va entrando agua y el barro se va deshacien-do. Luego va el revoque fino: mucho más trabajado, se hace una mezcla con arcilla, arena, leche en polvo y aceite de lino, una mezcla muy cremosa, se la filtra y se pasa con la llana o con la mano y queda una ter-minación como el cemento. Después viene la pintura, que es siempre a la cal, para que no tape la porosidad de la casa de barro. Ese es uno de los principales beneficios de la casa de barro: mantiene la humedad jus-ta, regula la temperatura (fresca en verano y cálida en invierno), tener pasto y barro la hace mucho más térmica. De hecho el mejor invierno que pasé en la isla, que es generalmente muy frío, fue en una casa de barro. Realmente pude comprobar lo que es eso. Con una salamandra vos dormís bárbaro, te levantás a la mañana templado. Más teniendo niños, es fundamental tener un buen aislamiento térmico en la casa.

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Arquitectura sustentableArquitectura sustentable

- ¿Qué otras ventajas tiene la construc-ción en barro?

La casa de barro es más económica. Es mucho menos contaminante, porque usás los materiales que tenés en el lugar, no te-nés traslado, no usás madera, no usás naf-ta, ni cemento. Además todo es reutilizable y vuelve a la tierra. Por otra parte, yo saqué el barro de un pozo, y ahora estoy sacan-do de ahí el agua: eso está en el concepto de permacultura. Mientras produzco barro para hacer la casa voy cavando la zanja o haciendo el pozo para el agua: se trata de pensar el proceso de manera integral.Hay algunos mitos que dicen que son ca-sas débiles y que no duran, se ven como frágiles. Pero hay construcciones en barro en Medio Oriente que tienen más de dos mil años. Además, lo del cemento es una

moda reciente. Antes se construía con ba-rro en todos lados. Lo del cemento es un boom del siglo XX, antes las casas de ba-rro eran muy comunes. En los últimos años se está reflotando algo que ya existía en la isla pero se perdió. Acá en el barrio ya tenemos cuatro casas, pero se está expan-diendo, en poco tiempo vamos a tener ba-rrios en el delta hechos con casas de barro. La durabilidad es también un factor clave: la casa de barro dura lo que vos quieras que dure. Las casas de cemento pasan sesenta-ochenta años y se deterioran muy rápido. El mantenimiento es importante: el barro puede ser más débil en lo que es la terminación, pero es muy económico el mantenimiento, y eso lo puede hacer cada uno. En cuanto tenés una rajadura, vos te encargás de hacerlo solo con un poquito de barro. Construir en barro es muy econó-

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Arquitectura sustentableArquitectura sustentable

mico: si les digo con cuánta plata me hice esta casa no lo pueden creer…

- ¿Cuánto?

- Y yo me gasté $ 12.000-14.000. Mucha madera la saqué yo de acá de la isla. Los recursos están acá, salvo algunos, que te-nés que comprar, como el aceite de lino. Otra ventaja además de lo económico es el hecho de utilizar las manos. Con el ce-mento olvidate de meter las manos. Con el

barro todos pueden meter mano y aplicar la fuerza conjunta en la casa de cada uno. Después pueden trabajar y aportar cual-quier tipo de personas: no tienen que estar especialmente calificadas ni ser especial-mente fuertes ni hábiles.

[Entrevista: Gabriel Litwin y Florencia Gas-paretti. Desgrabación: Gabriel Livov. Fotos: Florencia Gasparetti]. [email protected]

¿Cuánto debe durar una casa?

Cuántas historias y leyendas se esconden de-trás de las casas con 3 cifras de edad y ni hablar de las de 4, en las que han entrado en juego ob-jetivos de permanencia cultural, de durabilidad a lo largo de varias generaciones de seres huma-nos. Me voy a limitar a reflexionar sobre las que tienen entre 2 y 3 cifras de edad, los hogares que pueden dar refugio a familias sin convertirse en monasterios, fortalezas o museos.

Para lograr esta durabilidad y resistencia, los materiales marcan la diferencia. La cercanía a nuestros vecinos nos muestra una tendencia definida por el uso de cemento, arena, madera y chapa. Sin embargo, las estadísticas indican que más de un tercio de los seres humanos viven en casas de tierra, paja y madera. Po-demos diferenciar estos 2 tipos de casas en “casas de fuego” y “casas de tierra”. Para las casas de fuego, necesitamos contar con elec-

Mientras una casa pueda mantenerse en pie a lo largo de la vida de sus habitantes, es suficiente. Ahora la cuestión es: ¿tomamos en cuenta qué sucede cuándo ya no es habitable?

tricidad, productos industrializados y mano de obra especializada. Para las casas de tierra, necesitamos contar con barro, pasto, manos, (otros ingredientes en menores proporciones) y nada más. Si quisiéramos también, podríamos utilizar las muy resistentes cañas de bambú, pero ¿por qué desconocemos estas técnicas? Sucede que más allá de que sea una técnica milenaria y eficiente, somos pocos los que la aplicamos y eso se debe a que cada persona se la ha acostumbrado a ceder la construcción de su hogar a otras personas especializadas en el estilo tradicional basado en la compra de mate-riales industrializados generados por fabricas de producción masiva, la contratación de personal de albañilería capacitado para manipular esos materiales y financiado bajo un sistema de inter-cambio (el dinero) que recompensa a los albañi-les por las huellas en sus manos de una casa a la que no volverán a entrar.

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Fauna / Ciervo de los pantanosArquitectura sustentable

Entonces, la creación del hogar queda en ma-nos de otros, aunque esto no ha sido siempre así. Esta costumbre corresponde a sociedades urbanizadas como la nuestra en las que conta-mos con un recurso humano para cada tarea de la vida. Sin embargo, varios constructores espe-cializados en casas de barro sostienen que cada familia puede y debe construirse su propia casa y que, además, es posible realizarlo con los mis-mos recursos que nos brindan la tierra sin nece-sidad de una industria que los brinde. Lo más sorprendente de las “casas de tierra” es que no contaminan y son naturalmente térmicas: en in-vierno retienen calor y en verano, frío, a diferen-cia de las “casas de fuego” que precisan cale-facción interna. Como las paredes de las casas se componen de tierra, la casa se convierte en una extensión del suelo, mimetizándose con la biodiversidad. Eso nos brinda una pieza funda-mental en el asentamiento de un refugio: la hue-lla permacultural, sostenible, orgánica y esencial. Las casas de fuego, una vez demolidas, resultan en escombros cuyo reciclaje queda a la deriva de una creatividad humana poco evoluciona-da cedida a los servicios industrializados que realizan su recolección y posterior desperdicio sobre alguna loma de tierra que no vayamos a extrañar. Una casa de fuego significa más des-perdicio y menor usabilidad que una casa de tierra, y eso es algo que simplemente no lo sa-bíamos. Entonces nos preguntamos, ¿a qué se debe este hueco cultural? Básicamente, nuestra educación básica común no lo cree pertinente.

La importancia de poner las manos en el barro y construir la casa uno mismo es vital. ¿Alguna vez vieron un castor contratando albañiles cas-tores? ¿o acaso horneros privilegiados que de-jan las tareas pesadas para otros horneros? Al menos entre especies autónomas, creo que no.En nuestra genética reside el saber y la capaci-dad para tomar este desafío. Hoy por hoy, las sociedades urbanizadas, sin cultura de vivienda, están poniendo sus ojos en estas construccio-nes potenciales como solución a la destrucción de terrenos fértiles. Y en cuanto durabilidad, fun-cionan igual y hasta mejor que las casas de fue-go. Resisten climas variables y, si lo precisamos, también terremotos. Y ya no hablamos solo de las construcciones en barro, sino también de todas las técnicas emergentes en bio-construc-ción, como las casas hechas de bambú y mate-riales reciclados.

En el próximo número, presentaremos una nota a un equipo joven de trabajo, con nuevas ideas y conceptos que apuntan hacia una arquitectura sostenible, capaz de adaptarse al entorno físico y social en el que se desarrolle cada proyecto.

FLORENCIA [email protected]

FUENTE: DOCUMENTAL ULTRA DIDACTICO: EL BARRO, LAS MANOS, LA CASA. JORGE BELANKO (BOLSÓN, PROV. DE CHUBUT) LIBRO:

“MANUAL DE CONSTRUCCIÓN EN TIERRA” GERNOT MINKE. “MANUAL DE CONSTRUCCIÓN CON BAMBÚ” “MANUAL DE TECHOS VERDES” “MANUAL

DE CONSTRUCCIÓN CON FARDOS DE PAJA”http://cob-chile.blogspot.com.ar/

¿A tiempo de cambiar la crónica de una muerte anunciada?“A Rey muerto, Rey puesto”, dice el dicho po-pular. Pero en esta historia, si el rey muere nadie lo reemplazará: quedará el vacío de la muerte por la vida extinguida. El Ciervo de los Panta-nos, el ciervo Rey, en definitiva el ciervo autóc-tono más grande de Sudamérica tiene al Delta de Paraná como uno de sus últimos refugios antes de su desaparición final. Las medidas de conservación hablan por sí solas: las provincias de Corrientes y Chaco lo han declarado Monu-mento Natural Provincial y más recientemente, en 1999, se lo declara Monumento Natural de la Provincia de Buenos Aires; máxima categoría de protección para una especie a nivel provin-cial. También está considerada una especie en peligro a nivel nacional (Resolución Nº 144/83) y distintas leyes nacionales, provinciales y mu-nicipales prohíben su caza o captura. En tanto

que a nivel internacional su caza y comercio se encuentran totalmente prohibidos. Actualmente está protegido en las reservas Provincial Iberá (Prov. de Corrientes) que es el principal reservo-rio nacional; la Privada el Bagual (Prov. de For-mosa) y la Reserva de Biósfera Delta del Paraná (Municipio de San Fernando, Prov. de Buenos Aires).“En Uruguay ya se extinguió y en el resto de sus poblaciones sigue disminuyendo su existencia de forma alarmante”, alerta Bernardo Lartigau, investigador del proyecto Ciervo de los Pan-tanos que lleva adelante la Asociación para la Conservación y el Estudio de la Naturaleza. Su trabajo, desde 1997, consiste en identificar las principales poblaciones de la especie en el bajo Delta del Paraná, generar estrategias de conser-vación y recomendar acciones de manejo de la

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Literatura Ciervo

especie. “La principal amenaza es la caza furtiva y luego la depredación por parte de perros”, de-talla Lartigau. Y agrega: “El hábitat de este ma-mífero es en grandes humedales en buen esta-do de conservación, como los grandes esteros con embalsados (los que pueden estar asocia-dos, a su vez, con ceibales, pajonales internos o bañados menores). Por otro lado, puede tolerar y sobrevivir en áreas relativamente modificadas, como dentro de las plantaciones de sauces y álamos, aún en islas endicadas, mientras no haya presión de caza”. Aunque no hay estadísti-cas, sin embargo, se sabe que en la Eco-región Delta e Islas del Paraná existían poblaciones de importancia de la especie, las cuales habrían desaparecido en su mayoría, entre los últimos 50-100 años, por efecto principalmente de la caza furtiva. Como medida de acción, el municipio de San Fernando instaló un destacamento de guarda-parques en donde funcionó la escuela 34, en el arroyo Borches. El encargado, Emiliano Villegas, cuenta a la Isleña: “Se hacen trabajos de con-cientización entre los pobladores para evitar la caza, hacemos controles y patrullajes para que turistas no realicen prácticas de caza con el cier-vo”. El último estudio para saber la población se hizo hace cuatro años. De acuerdo al releva-miento de campo habría en el Delta unos 500 ejemplares. Pese al panorama sombrío, Lartigau reconoce que “se está recuperando lentamente en algunas zonas del Delta gracias a que el is-leño lo está valorando mas como un emblema propio de las islas, como algo que la sociedad isleña no está dispuesta a perder; no obstante eso, esa población de medio millar de ejempla-res no habría sufrido una alteración significativa”. Memoria AntiguaEl Guazú Pucú, como lo llamaban los guaraníes, era una especie común en toda la Mesopotamia argentina y zonas húmedas del Chaco y Formo-sa, formando parte de la cultura de los pueblos primitivos habitantes del litoral. Por los escasos relatos de cronistas y del análisis del material ar-queológico encontrado se sabe poco de lo que

representaba este animal en la cultura de las comunidades originarias. Hay evidencia de que para los grupos aborígenes del sur de Entre Ríos y la región oriental de la provincia de Buenos Ai-res aportaba los mayores volúmenes de carne. También se comprobó que la industria del hueso de este cérvido había adquirido cierto desarrollo, ya que con ellos y las cornamentas se realizaban utensilios diversos, armas y herramientas, tales como puntas, perforadores, arpones, colgantes y muy probablemente bastones de mando.

Pablo Maradei

Santiago D’Alessio - Proyecto Ciervo de los Pantanos - ACEN

Juan Bautista Alberdi “Im-presiones en una visita al Paraná”

Yo no sé si este sentimiento es común, pero nunca he podido pararme en las orillas de un río, sin sentirme poseído de no sé qué ternura vaga, mezclada de esperanzas, recuerdos, memorias confusas y dulces. He tenido envidia de pregun-tar a las aguas que pasaban de qué regiones procedían y a dónde iban. Las he visto pasar con envidia, porque yo amo todo movimiento. Me ha parecido que iban a otros climas más felices. Las playas de los ríos han sido siempre una musa, un germen de inspiraciones para mi alma, como para los estados un manantial de progresos. Y yo reconozco en este instinto algo de justo. Estas aguas que he visto pasar llevan un destino grande, van a engrosar el vehículo poderoso de la libertad y de la sociabilidad hu-manitaria: el océano. El océano es la unidad, el progreso, la vida misma del espíritu humano. Sin este lazo divino no fuera un solo y mismo hom-bre que vive siempre y progresa continuamente. Agotar los mares fuera sumir las naciones en la servidumbre y la barbarie. La libertad moderna de la Europa es natural de una isla. La libertad como los cisnes y las musas ama las orillas de las aguas. Si las antiguas musas habitaron los bosques, las musas del día buscan los ríos y los mares. Hijas de la libertad y del progreso, aman la cuna de sus padres.

Un poeta americano ha hecho bien en pintar las facciones del desierto. Estas pinturas a más de

En medio de nuestra afanosa búsqueda de textos para la revista, nos ha caído entre manos un librito llamado Viajes y descripciones, de uno de los autores de nuestra Constitución Nacional, Juan Bautista Alberdi. De aquí extraemos una bre-ve crónica que se dedica a las Islas del Delta.

un interés de curiosidad, reúnen el interés social. Aunque el desierto, no es nuestro más pingüe patrimonio, por él sin embargo, debe algún día, como hoy en Norte América, derramarse la civili-zación que rebosa en las costas. El arte triunfará de nuestros desiertos mediterráneos, pero antes y después de la venida del arte, las costas del Paraná y del Plata serán la silla y el manantial de la poesía nacional...

Aunque el arte actual no sea la expresión ideal de la vida social, la profecía del porvenir, él no podrá profetizar un porvenir inmenso a la socie-dad americana, sin darle un teatro adecuado, y este teatro no podrá ser otro que el borde de nuestros opulentos ríos. El egoísmo humano ha dicho Río de la Plata, queriendo decir: río de la libertad, de la prosperidad, de la vida. El Río de la Plata es hijo de dos ríos de poesía y de gracia, como para dar a entender, que la libertad y la opulencia de los pueblos son hijos de las mu-sas. Es a la faz de estas aguas famosas, en las márgenes del Paraná, donde yo escribo estas impresiones, que sus encantos producen en mi alma. He venido en busca de mi vida que sentía aniquilarse, como la voz humana en el silencio del desierto. El desierto es como nuestra vida, como nuestra voz, y si nos deja, la vida nos lleva el contento. La música es una revelatriz sincera de los secretos del alma, y para sondear el esta-do íntimo de los habitantes de nuestros campos

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Literatura Personajes del Delta

solitarios, basta fijarse en el acento de sus melo-días: son llantos de peregrinación y de soledad. Me he sentido renacer de un golpe a la vista ce-lestial del Paraná. Lo he visto por la primera vez en una tarde apacible; se levantaba, la luna, no como un objeto del cielo, sino como parte de las aguas, como flor luminosa que volaba a los cie-los. Dejé caer una sonrisa involuntaria: la extre-ma belleza infunde un sonreír inefable. Me que-dé repitiendo: ¡Qué gracia! ¡Qué belleza! ¡Qué majestad! Me acordé al momento de Lamartine, de Chateaubriand, de Didier, de todos los gran-des pintores de la naturaleza. Si se viesen donde yo me veo, mudo de admiración me decía, qué Paraná no veríamos manar de sus plumas.

Aquellos bosques que nuestros campos echan de menos, y que los ojos buscan en vano a la vista de llanuras inmensas, han venido a colo-carse en medio de las aguas. Bosques encanta-dos, jardines flotantes, paisajes que la poesía no habría columbrado en sus sueños divinos.

Entre tanto estos sitios duermen aún en brazos de un poético misterio. Este teatro espléndido, obra inédita del Creador está sin duda destinado al porvenir del mundo: los siglos de oro duermen bajo estas olas argentinas; siglos nunca vistos, piden lugares no conocidos como los peces de

oro, que parten en silencio las ondas diáfanas, así las masas infantes del Paraná, ríen, jugue-tean y saltan con un cuidadoso silencio, como si temiesen comprometer el porvenir del mun-do, revelando prematuramente, el teatro en que debe desplegarse un día.

Aturde mis oídos el torrente estrepitoso de bu-ques de vapor que suben y bajan la inmensa ri-queza de nuestra industria. Confunde mis ojos la infinidad de banderas amigas que pululan sobre nuestras aguas. Yo admiro, en fin, la vida, la acti-vidad, la abundancia, derramarse con profusión maravillosa, con una observancia inconcebible. Me imagino una atmósfera nueva, un mundo desconocido, leyes, instituciones, ideas, formas que hoy sólo viven en las especulaciones hon-radas del genio; oigo hablar del siglo XIX como hoy de la Edad Media, oigo hablar de la Europa actual, esta Asia moderna, como hoy del Orien-te y de la Asia primitiva. Y todavía oigo la voz infatigable de la filosofía, que profetiza y concibe tiempos y mundos más avanzados y perfectos todavía.

Fuente: Juan Bautista Alberdi, Viajes y descripciones (1810-1884) – Buenos Aires, Jackson, 1949.

Anita Gutbrod, sirena de las islas

Famosa nadadora que batió distintos records. Era nativa del Delta, hija de alemanes afincados en la isla. Aprendió a nadar de niña, y tuvo como maestro y entrenador a Enrique Tiraboschi, uno de los introductores de la enseñanza de la nata-ción en el país. La patrocinó el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, para el que después trabajó como profesora. Su especialidad fue la larga distancia a río abierto y la permanencia en el agua. En 1921, a los 17 años, hizo su primer raid: 13 km en cuatro horas y doce minutos so-bre Canal Arias y Río Luján. Al año siguiente, ya campeona argentina, recorrió 21 km (desde Arroyo Glorieta y Canal Arias hasta Paraná de las Palmas y Río de la Plata) en seis horas y cuarenta y tres minutos. Por fin, en 1923 batió el record mundial femenino de permanencia en el agua, con veintidós horas y cuarenta y siete minutos.

Fuente: Ruiz Moreno de Bunge, Silvina, Tigre y las verdes islas del Delta, Buenos Aires, Camalote, 2004,

p. 176.

En medio de nuestra afanosa búsqueda de textos para la revista, nos ha caído entre manos un librito llamado Viajes y descripciones, de uno de los autores de nuestra Constitución Nacional, Juan Bautista Alberdi. De aquí extraemos una bre-ve crónica que se dedica a las Islas del Delta.

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Obras Salud

Cronograma Catamarán Sanitario Marzo 2013

Paseos por el DeltaPuerto de Frutos, Mercados del

Delta, local 17Tel. 4731-6082/3035

Obras en islas1) Luego de recibir la solicitud de vecinos del lugar que habían quedado aislados, in-cluida una lancha almacenera, por la caída de dos álamos que terminaron cruzados sobre el arroyo Guayracá, impidiendo la navegación, la Secretaría de Servicios Pú-blicos acudió con su personal de guardia para resolver el problema, cortando y reti-rando del lugar los troncos caídos. 2) Se reiniciaron los trabajos de construc-ción de veredas de hormigón armado en el canal Rompani, financiadas totalmente por el Municipio de Tigre. Además conti-nuó realizando su rutina de mantenimien-to de los parques de los CAPS y Museos de Islas. Se realizaron trabajos de corte de pasto, rastrillado y limpieza de costa en la sala del río Carapachay y en la Escuela 13. 3) Retiro de un árbol de gran porte caído en el arroyo Espera Nº 316 4) Personal de la secretaría de Servicios Públicos trozando y retirando del lugar un árbol caído sobre el tendido de alumbrado público en un sendero interior que une el río sarmiento con el arroyo Espera. De esta manera por un lado se realiza el manteni-miento del alumbrado dañado por la caída y por otro se libera el paso peatonal que había quedado totalmente obstruido. 5) Apoyo logístico dado por la Secretaría de Servicios Públicos colaborando con el transporte y colocación de poste en el río Urión , para la instalación de la planta pota-bilizadora de agua que servirá a la escuela Nº 17, en río Urión y arroyo Arroyón, y que terminará de instalarse en los próximos días. Asimismo, se colocó un poste de eu-

caliptus acceso a la planta potabilizadora a instalarse en la escuela. 6) fue colocada la escalera del muelle fren-te al Honorable Consejo Deliberante que había sido arrancada de su lugar al embes-tida por una embarcación desconocida.

[Fuente: Secretaria de Prensa – Municipio de Tigre]

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