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INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE OCCIDENTE
Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios de Nivel Superior según Acuerdo Secretarial
15018, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de noviembre de 1976
DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS SOCIOCULTURALES MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN DE LA CIENCIA Y LA CULTURA
Radio Comunitaria Indígena. Resignificación de la identidad indígena en una comunidad maya.
Estudio de caso.
Proyecto de Tesis II
Presenta
Grecia Mariel Gutiérrez Lara
Directora de tesis: Dra. Gabriela Gómez Rodríguez
Tlaquepaque, Jalisco. 2015
Resumen.
Las radios comunitarias indígenas ejercen una función social dentro de sus
propias comunidades, permiten fortalecer, conservar y difundir la lengua y la
identidad. El elemento lingüístico y la autonomía de las radios comunitarias
indígenas posibilita reconocimientos con sus pares, al tiempo que refleja sus
realidades.
En el aspecto legal, las radios comunitarias indígenas de México luchan por
conseguir un espacio para dirigir y operar los medios de comunicación propios
y democráticos de manera autónoma y digna. La gran mayoría de dichas
emisoras opera en un marco fuera de los lineamientos legales, por esto mismo
el panorama no es nada favorable para el reconocimiento de estos medios
comunitarios. A pesar de ello, día a día y a contracorriente hacen una labor
plausible de comunicación.
Palabras clave: Radio comunitaria indígena, pueblos indígenas,
identidad.
Índice
1. Introducción………………………………………………………………………….4
2. Problema de investigación…………………………………………………………6
2.1. México multicultural y pérdida de identidad……………………………8
2.2. Medios de comunicación. Radio indigenista vs Radio comunitaria indígena………………………………………………………………………..11
2.3. La palabra hecha radio…………………………………………………18
2.4. Ley de Telecomunicación………………………………………………19
2.5. Objetivo de la investigación……………………………………………21
2.6 Justificación………………………………………………………………21
3. Marco Teórico.……………………………………………………………………..22
4. Estado de la cuestión.…………………………………………………………….25
5. Pregunta de investigación.……………………………………………………….28
6. Hipótesis de trabajo.………………………………………………………………28
7. Metodología.……………………………………………………………………….29
71. Universo/Muestra de estudio.…………………………………………..30
7.2 Plan de obtención de información…………………………..…………30
7.3 Plan de procesamiento de información………………………..………30
8. Consideraciones éticas…………………………………………………………..31
9.Recursos……………………………………………………………………………31
10. Indigenismo en México………………………………………………………….32
10.1. Problema indígena…………………………………………………….34
10.2. Neoindigenismo Mexicano……………………………………………41
10.3. La tradición oral indígena……………………………………………..43
11.Referencias bibliográficas……………………………………………………….45
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Wa miina'ane' mootsil, ma' u yaan kuuxtal.
Si no hay raíz, no hay pertenencia.
1. Introducción.
La UNESCO ha declarado que las radios de comunidades indígenas
representan un mecanismo de divulgación pública que permite aumentar el
acceso a la educación, a la expresión personal y de la comunidad,
especialmente en el ámbito rural que incluso, también es el caso de las
comunidades más apartadas y de difícil acceso.
La ley en materia de radiocomunicación en México es muy clara al
proponer “la construcción y ampliación de vías de comunicación y
telecomunicación. Establecer condiciones para que los pueblos y las
comunidades indígenas puedan adquirir, operar y administrar medios de
comunicación” . Ante este planteamiento tácito pero no ejercido a cabalidad, 1
los pueblos indígenas se han organizado para hacer valer sus derechos y
asimismo para establecer y luchar por su autonomía.
Gasparello (2012) señala:
En el ejercicio de la comunicación de los pueblos indígenas están
construyendo su autonomía de facto y sin pedir permiso, así como lo
hacen instalando municipios autónomos, impulsando programas
educativos y de salud diferentes, estableciendo sistemas propios de
seguridad y justicia comunitaria y creando proyectos productivos
autogestionarios.
Artículo 2, inciso B, fracción 6 de la Constitución Política Mexicana. 1
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Por fortuna, la tecnología actual para la transmisión radiofónica no es tan
onerosa como antaño. Hemos visto pequeñas y humildes radios, como Radio
Jën Poj en Oaxaca o La Voz Campesina en Veracruz, las cuales, a pesar de la
censura, las amenazas, la intromisión violenta tanto de agentes
gubernamentales como de grupos civiles que sienten afectados sus intereses,
o las carencias técnicas y económicas, transmiten todos los días de manera
formal a través de las voces de los pobladores. Estas emisoras son dignas de
estudios más profundos y sistemáticos ya que aportan ejemplos claros de
comunicación en ambientes sociales, políticos, económicos y geográficos poco
propicios o francamente adversos a pesar de que la Ley Telecom, por primera
vez, las denomina como ‘medios sociales’ o de ‘uso social’.
Los medios indígenas han auxiliado a la reivindicación de los derechos
indígenas y si así ha sucedido no ha sido por efecto de elucubraciones
teóricas, sino por el empuje decidido de los propios pueblos y organizaciones
indígenas (Bárcenas, 2008). Por lo tanto sus propios medios se han venido
forjando de manera sigilosa, casi invisible a ojos de la sociedad -mas no de sus
comunidades- como una reacción al abandono o en el peor de los casos a la
presión y violencia, casi sistemáticos, de los que han sido objeto a lo largo de
la historia.
Esta investigación pretende reflexionar sobre el significado de la
identidad que se construye entre la radio comunitaria indígena y la comunidad
de origen a través de sus procesos identitarios como la resignificación del
contexto cultural, legal, social y político que conforman a las comunidades
indígenas, teniendo siempre presente la diversidad cultural como la riqueza
más importante.
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2. Planteamiento del problema. Actualmente existe un fenómeno de ocultamiento de identidad maya en el
Estado de Quintana Roo, una de las principales causas es la migración a
ciudades turísticas para acceder a mejores condiciones laborales y de vida.
Este ocultamiento de identidad se ve reflejado en el resultado del INEGI (2010)
sobre la población maya de Quintana Roo con 163,477 habitantes que se
reconocen como mayas; a diferencia del conteo realizado en el 2005 que
refleja un total de 170,982 habitantes mayas.
Las comunidades mayas están pasando por un acelerado proceso de
deterioro y cambio cultural, que es más significativo en el abandono de la
lengua, vestimenta, tradiciones comunitarias, entre otros elementos de su
identidad y a su vez de la comunidad indígena.
A través de experiencias personales de campo y la cercanía con las
comunidades mayas de Quintana Roo, se pudo percibir el fenómeno de
ocultamiento de identidad maya, por parte de personas que migran a las
ciudades como las que se establecen en su comunidad de origen.
A lo largo de un año, se ejecutó el proyecto denominado “Cultura de las
Comunidades Mayas” (Abril 2012-Mayo 2013) con el apoyo del Gobierno del
Estado de Quintana Roo, la Secretaría de Cultura y el Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes (CONACULTA). Las labores realizadas en 93 comunidades
del Estado y con el apoyo de 34 promotores culturales indígenas, fueron
principalmente la ejecución de programas de trabajo autogestivo y sustentable,
donde los procesos, los proyectos y actividades estimularan la cultura
tradicional maya.
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Durante las diversas experiencias, acercamientos y entrevistas
informales con la población maya se lograron identificar las características que
manifestaron los mismos miembros de las comunidades, las cuales se
enumeran a continuación:
1. Los padres de familia mantienen un pensamiento negativo sobre su propia
lengua materna. Este pensamiento impide en la mayoría de las veces la
transmisión del idioma maya a los hijos; algunos de estos pensamientos
expresados por varios padres de familia son los siguientes: Mi hijo no va a
aprender a hablar el español de manera correcta; si le enseño maya no va
a conseguir empleo; si le enseño maya va terminar como yo, como un
campesino; otro importante factor por el cual los padres no enseñan el
idioma maya a sus hijos es para protegerlos de la discriminación social.
2. Los niños y niñas prefieren aprender el idioma inglés, una de las formas de
aprendizaje se da a través de los medios de comunicación, principalmente
la televisión.
3. Los jóvenes que migran a centros turísticos en busca de un empleo
adoptan costumbres extrajeras y también de jóvenes mexicanos urbanos,
por lo tanto surge un proceso de aculturación, que permite de forma
acelerada el desarraigo a su comunidad.
4. El sistema educativo monolingüe que desarrolla el personal docente de las
escuelas no cumple con el objetivo de promover la lengua, la identidad y el
respeto a los derechos lingüísticos, a pesar de estar estipulado en el
artículo 11 de la Ley General de Derechos Lingüísticos, que a la letra dice:
Las autoridades educativas federales y de las entidades federativas, garantizarán
que la población indígena tenga acceso a la educación obligatoria, bilingüe e
intercultural, y adoptarán las medidas necesarias para que en el sistema educativo
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se asegure el respeto a la dignidad e identidad de las personas,
independientemente de su lengua. Asimismo, en los niveles medio y superior, se
fomentará la interculturalidad, el multilingüismo y el respeto a la diversidad y los
derechos lingüísticos.
Garcia Canclini reflexiona sobre la conexión/desconexión para insertarla en la
sociedad como un nuevo elemento que se va a adjuntar a las categorías de
diferencia -étnica, nacional, de género- y a la desigualdad generada por
razones económicas y educativas (García Canclini en Repoll 2010).
2.1. México multicultural y pérdida de identidad.
México es un país pluricultural rebosante de tradiciones, rituales,
historias, gastronomía, lenguas y saberes milenarios que portan los pueblos
indígenas. La diversidad de elementos que los caracteriza se asume bajo su
entorno natural y colectivo. El conjunto que conforman estos elementos crea
una visión diferente del origen que cada comunidad indígena posee; la
multiculturalidad con la que cuenta México lo cataloga como uno de los países
con más vitalidad cultural a nivel Latinoamérica (Comisión Económica para
América Latina [CEPAL], 2014).
En la Declaración Universal de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura, se reconoce la diversidad cultural
como patrimonio común de la humanidad y por ello se asume que, “la
diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad
biológica para los organismos vivos” (UNESCO, 2001).
A lo largo de todo el territorio mexicano existen 68 pueblos autóctonos,
con una población de 15.7 millones de personas que se reconocen como
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indígenas de los cuales 6.6 millones son hablantes de una lengua indígena y
9.1 millones no hablan una lengua indígena (INEGI, 2010).
Los pueblos originarios se reconocen entre ellos mismos, en su cultura
que los arraiga y en su riqueza que también reside en su diversidad dialogante.
La lengua indígena es más que un medio de comunicación, es la concepción
de su mundo que los vincula con la realidad. Es la realidad en boca de una
comunidad, para develar el mundo.
El devenir de los pueblos originarios se ha desarrollado a través de
acontecimientos históricos no propicios para los indígenas. A lo largo de cinco
siglos estuvieron subordinados a la voluntad de grupos españoles que los
consideraron inferiores, tal inferioridad radica en sus diferencias; su origen, su
lengua, sus formas de vidas “precarias”. Los indios es un apelativo asignado
por los hombres del viejo mundo en 1492, y que aún prevalece de forma
despectiva, separatista, en nuestra sociedad.
Los esfuerzos llevados a cabo por el Estado Nación para crear una
homogeneización cultural en México a favor –pero obviamente en contra- de
los indígenas han sido atribuidos a movimientos que trataron de incluir a los
indígenas a la sociedad, a través de políticas indigenistas ejercidas desde
tiempos coloniales. Cristina Oehmichen (1999) expresa que “la política
indigenista es interpretada como parte de la política social del Estado”. En un
primer acercamiento la política indigenista se orientó a conseguir la
alfabetización y castellanización forzosa, o a través de la mezcla de razas “toda
vez que la diversidad étnica y cultural se presentaba como un obstáculo para la
unificación nacional”. José del Val (2005) admite que “los pueblos diversos han
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resistido a esta loza de la indianitud”, que aún mantiene arraigada su lengua e
identidad.
En la globalización del siglo XXI, los pueblos indígenas de México son
víctimas de diversos despojos físicos como el territorio y también el inmaterial
como lo es su identidad. López Barcenas lo admite de la siguiente manera:
El despojo de sus propiedades, recursos naturales y patrimonio cultural se
encuentra bajo acecho constante del capital, a veces con fórmulas legalizadas y otras sin ellas. Como consecuencia del despojo y la explotación, la pobreza en que se ha sumido a las comunidades indígenas y la rápida descomposición de las relaciones sociales y familiares, afectando formas tradicionales de reproducción social a nivel de unidad doméstica, así como las estructuras de participación como el tequio, los sistemas de cargos y las fiestas que tanta importancia tienen dentro de las estructuras de las comunidades indígenas. (2005).
En el censo del INEGI (2010) se reveló que 400 mil personas que
hablan una lengua indígena en el país no se reconocen como tal. Argumento
que conlleva a otros factores como la discriminación.
Las lenguas indígenas son un elemento vital para las comunidades, es
una forma de atesorar y transmitir sus saberes ancestrales, a pesar de ello no
se le otorga valor a la palabra indígena. El Instituto Nacional de Lenguas
Indígenas afirma que “las lenguas indígenas, en su gran mayoría, han
prevalecido en México de manera oral, no escrita” (INALI, 2015).
2.2 Medios de comunicación. Radios Culturales Indigenistas vs Radios Comunitarias Indígenas.
Los medios de comunicación actuales asumen un papel preponderante en la
sociedad; el acto de la comunicación a través de los medios pasó de informar
para el beneficio de la comunidad, a un estado en el que se transmiten ciertos
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contenidos de información que sirven a intereses económicos y políticos, en el
que predominan las utilidades mercantiles. Restringen el uso de la palabra,
limitan a otros medios radiofónicos como los educativos, y sobre todo a los
medios comunitarios e indígenas.
En México en el siglo XXI, el espacio mediático, entendido cada vez más
como un espacio de mercado, excluye también a los consumidores indígenas
por su escaso poder adquisitivo y por una inercia de décadas de
discriminación. (Castells -Tallens, 2006).
En México a partir de 1979 cuando el entonces Instituto Nacional
Indigenista (INI) sucesor de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas (CDI) creó un Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas.
Nacen las primeras radios indigenistas, los objetivos castellanizantes aún
prevalecen en los estatutos aunque tal vez no de forma prioritaria (Castells-
Tallens, 2006). El perfil de las radios indigenistas se basa en la transmisión en
español y en la lengua vernácula de la comunidad, programación que incluye
música tradicional y contemporánea, noticias, temas de cultura, salud,
agricultura y derechos indígenas, no es comercial ya que su fin no es el lucro,
reciben un presupuesto destinado por parte del Gobierno Federal y por lo tanto
no pasan por una incertidumbre económica, las emisoras indigenistas reciben
capacitación profesional de manera constante y sus funciones se inspiran en
medios comunitarios (Castells-Tallens, 2011), cuentan con gran popularidad en
su comunidad por lo que es bien aceptada por los radioescuchas. Actualmente
las emisoras indigenistas conforman el Sistema de Radiodifusoras Culturales
indigenistas (SRCI) siendo un total de 24 radios que transmiten en 31 lenguas
indígenas, además de cuatro centros digitales de información indígena. El
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público en su mayoría indígena se ha logrado identificar con estas emisoras
manteniendo una relación amigable (Ibídem).
Las radios indigenistas son un ejemplo de que través de los medios de
comunicación se puede fortalecer la lengua, sin embargo dichas radios al
depender totalmente del gobierno no ejercen una libertad en cuanto a la línea
editorial ya que se ven obligadas a mantener un perfil oficialista, por lo tanto no
le pertenece ni a los indígenas ni a la comunidad, pero sí al Estado. Un hecho
importante fue el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) en 1994, el Estado ya no consideró a los pueblos indígenas como un
“obstáculo incómodo”, sino como un problema de seguridad nacional. Los
zapatistas exigían que las radios indigenistas pasaran a manos de las
comunidades indígenas, hecho que no sucedió.(Henríquez et al, 2000, citado
en Castells-Tallens, 2011:308). Con el movimiento zapatista las políticas de
control fueron excesivamente rigurosas, el INI prohibió a las radios indigenistas
transmitir información sobre el conflicto. El EZLN tomó las instalaciones de
Radio XEVFS para difundir sus comunicados, a esto se debió que técnicos
contratados por el INI instalaran dispositivos en los transmisores de algunas
radios, aparatos que permitían cortar la señal del transmisión en cualquier
momento, con la justificación de “salvaguardar al personal de las radios y
salvaguardar la misma estación de radio” (citado en Castells-Tallens, 2011).
La censura en la radios indigenistas surgió antes del levantamiento
zapatista, así, las radios ya conocían la censura. En algunas emisoras, las
carátulas de los discos de vinilo muestran las canciones que no se podían
poner en antena: canciones como “Gracias a la vida” tienen un “no” escrito con
marcador al lado. En 1990 Radio XENAC en Tabasco fue clausurada de
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manera definitiva, después de que un grupo de chontales tomara las
instalaciones como reivindicación (Castells-Tallens, 2011).
Las radios indigenistas fungen como medio de comunicación entre las
diversas comunidades y al mismo tiempo es una forma para que el Estado
mantenga el control de las mismas; ofrecen a los pueblos lengua y cultura, sin
embargo se tiene demasiado cuidado al tocar los temas políticos.
A estas emisoras las mantienen bajo un control estricto, de tal manera
que no responden a las necesidades reales de las comunidades indígenas. Es
por esto que surgen las radios comunitarias a finales de los años setenta en
México y en Latinoamérica , con el fin de reconocer la problemática y poder 2
distinguir las expectativas de las comunidades que la mayoría de las veces
eran y siguen siendo segregadas en otros medios de comunicación.
Frente a los medios de comunicación masivos, controlados por el Estado
y el mercado, desde hace varias décadas se han practicado formas directas de
comunicación: comunitaria, educativa, popular, alternativa, etc., que podemos
resumir (con cierto margen de aproximación) en el término de comunicación
participativa. (Gasparello, 2012)
Aleida Calleja y Beatriz Solís definen a la radio comunitaria como:
Una propuesta social que un colectivo u organización ofrece a la
sociedad, exponiendo claramente cómo pretenden estar y en
consecuencia, incidir en el tejido social. Entendida así la radio
comunitaria, es un proyecto político. Las radios comunitarias son
producto de procesos autogestivos de las comunidades, quienes a
través de la reflexión y discusión determinan la necesidad de contar con
En América Latina la historia de las radios comunitarias se relacionan con las luchas 2
políticas que en el continente libraron los sectores populares.
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un medio de comunicación y expresión propio, como instrumento de
difusión y visualización de su problemática específica, sea por
coyunturas o bien, por procesos sociales de más largo aliento (Calleja y
Solís, 2005).
El movimiento de radios comunitarias en su mayor parte está articulado por la
Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) . Gustavo Gómez, 3
Director de AMARC manifiesta que la radio comunitaria ha sido el instrumento y
el espacio para debatir abiertamente lo que preocupa a las diversas
comunidades de una sociedad, responden a las necesidades, intereses,
problemas y expectativas de sectores que muchas veces han sido
empobrecidos, relegados y discriminados de la sociedad civil.
Para las comunidades indígenas de México contar con un medio de
comunicación como la radio comunitaria es otra forma de ejercer la
comunicación como derecho a través de su propia lengua, revalorizar la cultura
propia e identidad, como es el caso de la radiodifusora Jën Poj ubicada en
Santa María Tlahuitoltepec en el estado de Oaxaca. A raíz del movimiento
indígena en México, el Comité de Defensa de los Recursos Naturales,
Humanos y Culturales Mixes” (CODREMI) en 1979, empezó a generar un
proceso de reorganización del Pueblo Mixe desde la perspectiva de la
autonomía y la autogestión y tenía como objetivo la revitalización de la cultura
mixe a través de pronunciamientos como el respeto a los derechos humanos,
detener el saqueo de los recursos minerales o proteger los recursos naturales,
entre otros. Iniciaron las transmisiones sin permiso legal por lo que comenzaron
AMARC en América Latina y el Caribe fue fundada en 1990 cuenta con 400 3
asociadas y 18 representantes nacionales que impulsan las actividades de la asocian en sus respectivos países.
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a recibir acosos por parte de los gobiernos federales. El permiso se logró
obtener en el año 2004 (Mora, 2011). Radio Jën Poj logró consolidar un medio
comunitario que ha permitido la difusión de su cultura, costumbres y
tradiciones.
Radio Huayacocotla, en Veracruz, es uno de los antecedentes más
antiguos de la radio comunitaria en México. Tras iniciar como radio educativa
en el año de 1965 y a través de onda corta obtiene su permiso hasta el año
2005 y se obtuvo bajo el nombre y auspicios de la Universidad Iberoamericana;
en el 2015 Radio Huayacocotla se transformó en la Voz Campesina y hoy
transmite en lenguas ñühü, náhuatl, masapijni y español (AMARC, 2015).
No se sabe con exactitud cuántas radios indígenas existen que
transmiten en el marco de la legalidad, razón por lo que han sido víctimas de la
criminalización por parte, incluso, de las instituciones gubernamentales, como
es el caso de Radio Ñomdaa ubicada en la Costa Chica en los límites del
estado de Guerrero. Radio Ñomdaa -única emisora en lengua amuzga- surge a
raíz de los movimientos indígenas amuzgos y las diferencias encontradas 4
entre las imposiciones de los partidos políticos en la comunidad. En una nota
de La Jornada (Muñoz, 2011), los integrantes de la radio señalan: “En estos
años nos hemos dado cuenta que es posible otra manera de comunicarnos,
sobre todo es muy necesario. Nos hemos dado cuenta que este medio permite
platicarnos lo que nos pasa, nos ha permitido reflexionar el porqué de las
injusticias que padecemos, también nos ha posibilitado el ponernos de acuerdo
hacia dónde podemos caminar juntos”. En el año 2004, 40 elementos de la AFI
y de la SCT se presentaron en las instalaciones de la emisora con el fin de
Los pueblos amuzgos organizados respaldaron esta decisión con los acuerdos de 4
San Andrés, firmados por el EZLN y el gobierno federal en 1996.
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clausurarla y llevarse el equipo, pero gran parte de la comunidad se organizó y
protestó y con la presión lograron defender la cabina de radio. El Gobierno
Federal a través de la CDI ha propuesto a Radio Ñomndaa incorporarse al
sistema oficial de radiodifusoras y terminar así con el hostigamiento, siempre y
cuando sea bajo ciertas condiciones, la respuesta por parte de la radio fue
negada (La Jornada, 2009).
Las radios comunitarias indígenas en algunos casos son respaldas por
organizaciones no gubernamentales, pero la mayoría de las emisoras sólo
cuentan con el apoyo de la misma comunidad. Entre estas organizaciones no
gubernamentales destaca AMARC en su labor de gestionar y asesorar a las
radios comunitarias para la obtención del permiso a nivel nacional. En Chiapas
existe la Red de Comunicadores Boca de Polen que contribuye con la
Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER). En Oaxaca
preside la Asociación de Radios Comunitarias Benito Juárez y la organización
Ojo de Agua, quienes con base en su organización han logrado capacitarse en
temas relacionados al marco jurídico y sobre la práctica de comunicar como un
ejercicio de función social dentro de sus comunidades. De manera más
independiente, en Michoacán se encuentra la Asociación de Radios
Comunitarias del Estado de Michoacán con 28 emisoras y Radios Indígenas
Comunitarias que abarca un número similar (Ramos, 2015).
Al no ser parte de una institución gubernamental como el caso de las
radios indigenistas, estas no reciben un presupuesto destinado ni capacitación.
El financiamiento lo obtiene a través de pequeñas donaciones por parte de la
comunidad o realizando eventos como rifas, kermés o fiestas para obtener
algún ingreso; si bien es cierto que su objetivo no es el lucro, algunas de las
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emisoras ofrecen spots a bajo costo para las pequeñas tiendas aledañas a la
comunidad. El dinero obtenido a través de dichas formas de recaudación de
fondos es básicamente para el mantenimiento y/o compra del equipo. La forma
de trabajo para dichas radios se basa en un sistema que refleja su misma
ideología como comunidad, es decir, el trabajo voluntario –el tequio- es una
forma de aportación para la comunidad.
El proceso de aprendizaje a que están sujetos los trabajadores y
colaboradores de las radios indígenas se ha hecho mayormente de manera
empírica, difícilmente han podido contar con los conocimientos y destrezas de
los así llamados, profesionales de la comunicación, lo cual no quiere decir que
sus transmisiones carezcan de valor ya que cumplen con el objetivo de acercar
a la comunidad con sus tradiciones, cultura, maneras de vida, reivindicación de
sus derechos más elementales y la propagación de sus conocimientos
ancestrales. Dentro del contexto sociopolítico en el que se encuentran las
radios comunitarias indígenas se continúa con esta labor invaluable de
comunicar y reivindicar sus derechos colectivos en un marco de no legitimidad
legal, pero sí con el reconocimiento del pueblo indígena, es decir, una
legitimidad civil, conferida por sus comunidades. Más aún, la ley actual perfila
un castigo mucho más severo a quien opere de manera irregular una
frecuencia que a un tratante de personas.
2.3 La palabra hecha radio.
Los sonidos, el lenguaje, la imaginación y las dimensiones que viajan a través
de ondas hertzianas crean y recrean los sentidos a través de la voz
escuchada.
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En esta sociedad en que la gente casi no se acerca a la lectura y en la
que la televisión ofrece emisiones de bajísima calidad, masivas, uniformes, en
ocasiones extranjerizantes y siempre enajenantes, es decir, no nos deja ver o
nos quita el interés por los verdaderos problemas sociales y nos deja sin
soluciones. La virtud de la radio es que no cuenta con una imagen, la radio es
un medio interactivo por antonomasia ya que desde que la encendemos nos
transporta a otros lados, nos hace ponerle cara, vestido, colores a los
interlocutores, además de que nos puede atraer si se utiliza un lenguaje rico,
llano, simple y eficaz.
La radio tiene esa capacidad de acompañar a la gente, de otorgar
espacios a la comunidad con palabras y contenidos adecuados en donde los
niños tengan voz, acción e inteligencia, las mujeres vean reflejada su
problemática, sus anhelos, y en conjunto puedan llevar a cabo vías para su
solución de manera organizada y en donde los hombres entiendan y ejerzan el
nuevo rol que les toca representar en la sociedad, para el enriquecimiento de la
comunidad en particular y de la sociedad actual en general.
En las comunidades indígenas de México, la radio es una forma en
enlazar y compartir sus sabidurías ancestrales, sus modos comunitarios de
vida y formas de percibir el mundo, por ello cobra mayor fuerza cuando la
transmisión de la palabra es en su lengua indígena, sonidos y fonemas que
reconoce y le son propios. En la mayoría de los casos la población acepta de
manera satisfactoria la radio y es porque la tradición oral mantiene su fuerza
predominante. Lidia Camacho afirma: “La gente común siguió hablando y
contando historias, rezando a sus dioses, repitiendo fórmulas; en suma,
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persistió en reforzar la tradición oral, a pesar de que ya existía una forma de
conservar lo que de los labios nacía y en los oídos moría (1997).
En un país discriminante en el cual la lengua originaria no es un símbolo
de orgullo sino de prejuicios y tanto las instituciones como la sociedad ignoran
su valor, escucharla a través de un medio de comunicación -como la radio- la
oralidad indígena posiciona y revaloriza el lenguaje y la identidad de los
pueblos comunitarios. Contar con espacios donde las comunidades puedan
expresar y continuar con la historia de sus pueblos es un gran aporte para el
entendimiento de un México que comparte el territorio con más de 50 pueblos
indígenas (CDI, 2010).
2.4 Ley de Telecomunicación.
La Ley de Telecomunicaciones mejor conocida como Ley Telecom, en el 2013
por primera vez reconoce a los medios comunitarios como “medios sociales”. Al
mismo tiempo que las reconoce de manera legal les impone una serie de
limitaciones que les impide obtener ingresos para la comercialización de sus
espacios. La reforma reconoce en la industria de la radiodifusión (televisión y
radio) cuatro ordenamientos para categorizar a las emisoras de radio:
comerciales, privadas, públicas y para uso social; estas últimas deben de tener
como objetivo el fomento de los aspectos culturales, educativos, científicos o
valores de su comunidad. Se les prohíbe comercializar su tiempo aire, dado
que las modificaciones de la Ley establecen que deberá mantener su
operación con las aportaciones que el Estado les canalice, en este sentido la
legislación determinó el 1% del gasto anual del Gobierno Federal, así como el
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1% del presupuesto de los Gobiernos estatal y/o municipal para que vayan al
financiamiento de las radios comunitarias e indígenas (AMARC, 2015).
El financiamiento que otorga el Gobierno podría comprometer la libertad
de expresión de las emisoras comunitarias por lo que las estaría situando en
un estado de dependencia, el cual han estado rechazando de manera
constante al luchar por la defensa de su autonomía y libertad de expresión.
Otro aspecto que establece la ley son las multas millonarias para quien abra
una radio sin permiso y la confiscación de bienes y equipos (AMARC, 2015). A
raíz de esto, grupos de comunicadores en Oaxaca han solicitado al edil del 5
municipio de Juchitán que aclare la situación de las radios comunitarias frente
a la reforma de telecomunicaciones.
Las radios indígenas son producto de procesos autogestivos de las
comunidades quienes a través de la reflexión y discusión determinan la
necesidad de contar con un medio de comunicación. Cada radio indígena se
organiza de acuerdo a sus necesidades y su contexto.
La construcción de medios por parte de los pueblos indígenas se ha
venido desarrollando de forma más sólida. En sus luchas y autonomía ha
propiciado espacios de comunicación; están pasando de un estado de
victimización a ser sujetos de acción, a reconocer y hacer valer sus derechos.
Este conjunto de fenómenos desde las leyes mismas de
Telecomunicación que reconocen la necesidad de radios emisoras diferentes
como las comunitarias, pasando por el olvido premeditado hasta llegar a las
Aproximadamente con presencia de unos 50 comunicadores y trabajadores de radios 5
comunitarias se organizaron para conocer a fondo los aspectos de la Ley Telecom.
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agresiones sistemáticas del Estado en contra de las mismas, genera la pérdida
de la identidad de las comunidades.
2.5 Objetivo de la investigación.
Interpretar la resignificación de la identidad a través de la mediación entre un
medio comunitario y una población indígena.
2.6. Justificación.
A partir de que sigue existiendo la confusión de lo que es y para qué sirve y
desde dónde viene una emisora indígena en contraposición con una emisora
indigenista, es conducente ubicar esas diferencias en la justificación. Con el fin
de tener más claro el panorama del objeto a estudiar, en tanto que existe
muchas investigaciones de las radio indigenistas pero no de las emisoras
comunitarias indígenas.
De ahí que el interés de esta investigación sea el querer aportar
elementos de estudio y reflexión a un fenómeno comunicacional que si bien no
es nuevo es el factor que le dará sustento y fuerza a la identidad de las
comunidades indigenas .
3. Marco Teórico.
Se proponen tres marcos conceptuales que son la comunalidad desde
Floriberto Díaz Gómez y Jaime Martínez Luna; la identidad basada en Gilberto
Giménez y como tercer gran campo el de Martín Barbero que se relaciona con
la comunicación, la mediación y su interrelación.
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Es importante tomar el concepto de comunalidad, desde la perspectiva
de dos indígenas mixes, quienes con sus investigaciones han llegado a definir
con claridad este concepto en la interfaz que relaciona al objeto observable con
el sujeto que lo observa. A esta relación entre objeto y sujeto le llamamos
observable de acuerdo con Rolando García (citado en González, 2007).
Jorge González (2007) señala que un observable es la relación que
establecemos entre una parte de información que proviene de las
determinaciones del Objeto (O), y otra parte de interpretación que proviene de
las determinaciones del sujeto (S).
Aunque un mismo hecho sea “visto”por un grupo de personas, ese
hecho nunca será visto de la misma manera entre ese grupo. Ni los
observables ni los hechos se captan directamente por al experiencia sensorial.
(…) Un hecho, al igual que un observable, siempre es construido.
La propuesta teórica de Díaz y Martínez se basa en el hecho de que la
comunalidad está constituida por tres elementos: una estructura, una forma de
organización social y una mentalidad. La estructura es la comunidad, la forma
de organización es lo que inicialmente se ha llamado comunalidad (expresada
en el poder, el trabajo, el territorio y la fiesta) y la mentalidad colectivista es el
elemento a partir del cual las diferentes sociedades originarias han dado forma
a su estructura y organización en los distintos momentos de su historia. La
caracterización de la vida indígena como comunal tenía por objetivo nombrar lo
que era propiamente indígena, lo que los diferenciaba de los no indígenas y por
“La comunalidad expresa principios y verdades universales en lo que respecta a la sociedad indígena, la que habrá que entenderse de entrada no como algo opuesto sino como diferente de la sociedad occidental. Para entender cada uno de sus elementos hay que tener en cuenta ciertas nociones: lo comunal, lo colectivo, la complementariedad y la integralidad. Sin tener presente el sentido comunal e integral de cada parte que pretendamos comprender y explicar,nuestro conocimiento estará siempre limitado” (Díaz y Martínez, 2007)
�22
A través de esta definición, los autores consiguen salir de la
reproducción de binarismos, resaltando el carácter no opuesto sino diferencial
de la sociedad indígena con respecto a la sociedad “occidental”.
Floriberto lleva la noción de comunalidad cuando afirma que está
expresa principios y verdades universales en lo que respecta a una sociedad
indígena. La noción se compone de algunos elementos básicos que garantizan
su entendimiento en la comunidad: 1. La Tierra, como Madre y como territorio,
2. El consenso en Asamblea para la toma de decisiones, 3. El servicio gratuito,
como ejercicio de autoridad, 4. El trabajo colectivo, como acto de recreación y
5. Los ritos y ceremonias, como expresión del don comunal.
La identidad, según Gilberto Giménez (2005) puede ser definida como un
proceso subjetivo y frecuentemente auto-reflexivo por el que los sujetos
individuales definen sus diferencias con respecto a otros sujetos mediante la
auto-asignación de un repertorio de atributos culturales generalmente
valorizados y relativamente estables en el tiempo.
Al hablar de los grupos de pertenencia , Giménez señala los siguiente:
según los sociólogos, los más importantes – aunque no los únicos – serían la
clase social, la etnicidad, las colectividades territorializadas (localidad, región,
nación), los grupos de edad y el género. Tales serían las principales fuentes
que alimentan la identidad personal.
Alberto Melucci en su obra Challenging codes (citado en Giménez,2005)
construye el concepto de identidad colectiva – como categoría analítica - a
partir de una teoría de la acción colectiva. (…) la identidad colectiva define la
capacidad para la acción autónoma así como la diferenciación del actor
�23
respecto a otros dentro de la continuidad de su identidad. (…) La capacidad del
actor para distinguirse de los otros debe ser reconocida por esos “otros”.
Resulta imposible hablar de identidad colectiva sin referirse a su dimensión
relacional.
Aproximación al concepto de mediación. El tercer marco conceptual es
abarcado desde lo comunicativo bajo el concepto de mediación, de ahí que
para abordarlo, Jesús Martín Barbero (2002) piensa: dos procesos están
transformando radicalmente el lugar de la cultura en nuestras sociedades fin de
siglo: la revitalización de las identidades y la revolución de las tecnicidades.
Lo que la revolución tecnológica de este fin de siglo introduce en
nuestras sociedades no es tanto una cantidad inusitada de nuevas máquinas
sino un nuevo modo de relación entre los procesos simbólicos -que constituyen
lo cultural y las formas de producción y distribución de los bienes y servicios: un
nuevo modo de producir, inextricablemente asociado a un nuevo modo de
comunicar, convierte al conocimiento en una fuerza productiva directa (ibidem:
11).
La mediación entendida como una nueva forma de interacción social, y definida
por el autor como aquella instancia cultural desde la cual los significados y
sentidos son producidos y apropiados por la audiencia. Concebir el proceso de
comunicación desde lo comunicacional, de intercambio cultural y de un
acuerdo político.
�24
Se considera abordar con mayor profundidad los conceptos antes
mencionados, para lograr un análisis relacional entre uno y otro concepto, para
una compresión más clara sobre la articulación del marco conceptual.
4. Estado de la cuestión.
Este apartado abarca tres investigaciones sobre la radio comunitaria en
México.
1. La radio comunitaria indígena, sus relaciones e implicaciones han sido
estudiadas desde la comunicación comunitaria y otros campos. Giovanna
Gasparello (2010) en su publicación No morirá la flor de la palabra, señala que 6
existen tres temáticas principales de estudio sobre la radio comunitaria
indígena en Guerrero y Oaxaca. La primera toma como referencia a
investigadores dentro de la comunicación y la antropología, como Néstor
García Canclini y Martín Barbero quienes estudian la apropiación y
construcción de los medios por parte de las comunidades indígenas. La
segunda temática es la función social de la radio comunitaria indígena,
tomando como elementos principales el uso de la lengua vernácula, su
revitalización, la producción y reproducción cultural y la defensa del territorio a
través de la radio usada como herramienta. Por último, la tercera, analiza la
legislación mexicana hacia las radios comunitarias, dentro del discurso del
estado y las políticas públicas discriminatorias y que pueden ser el detonante
de nuevas formas de comunicación como medios de resistencia.
Maestra en Ciencias Antropológicas. Doctorante en Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma 6
Metropolitana-Itztapalapa. Líneas de investigación: autonomía indígena, antropología jurídica, comunicación indígena.
�25
La radio comunitaria, sin la presión gubernamental, ejerce como modelo
un proceso horizontal: “ya no hay emisor y perceptor, sino actores sociales que
asumen continuamente ambos roles” (Gasparello, 2010). Entre las principales
motivaciones de los pueblos indígenas para instalar un medio comunitario,
según la investigación, se destacan: resistencia a la dominación cultural y
política, experiencias que nacen de procesos organizativos y sirven para
apoyar su comunidad y la afirmación del derecho a la libertad de expresión.
2. Desde el campo de las políticas de comunicación, Antoni Castells i Talens
(2011), investigador de la Universidad Veracruzana, en su publicación titulada
Ni indígena, ni comunitaria analiza las políticas de comunicación indígena a
través de un recorrido por las administraciones panistas, en donde se
cuestiona los proyectos que el gobierno en turno impuso sobre la comunicación
popular, imprimiendo características muy particulares a las radios indigenistas
que no son ni indígenas, ni comunitarias.
Describe de manera general el perfil de las radios indigenistas: no son
comerciales, reciben un presupuesto por parte del gobierno, transmiten en
lenguas indígenas y en español, sus funciones se inspiran en medios
comunitarios y cuentan con gran popularidad en la comunidad de origen. Esta
manera de organizar a los medios aparentemente comunitarios es una forma
de control político sobre las comunidades indígenas. La investigación
contribuye al estudio de las políticas neoindígenistas del siglo XXI, con el
diseño foxista de políticas gubernamentales que intentaron modernizar su
relación con los pueblos indígenas a partir de un discurso más amable para
apaciguar las demandas de autonomía indígena. Hace evidente que las radios
�26
indigenistas no son indígenas por varias razones: el presupuesto otorgado
viene del gobierno en su totalidad, las decisiones de las políticas de las radios
no están en manos de los propios indígenas, y tampoco se les puede atribuir el
término de comunitarias dado que estas mantienen una organización horizontal
y dependen de la misma comunidad, mientras que las radios indigenistas
responden a las políticas del gobierno, no ejercen su derecho a la libertad de
expresión ya que son previamente censuradas y controladas. Sin embargo, las
radios indigenistas cuenta con características comunitarias bien definidas como
la participación popular, el diseño de la programación y la contribución social
con la comunidad.
3.Dentro del contexto internacional la investigación Comunicación para el
cambio social: la radio indígena comunitaria Pataxó-Ha-ha-hae en Brasil,
abordado desde Maider Iriarte (2006) y publicado por la UNESCO, refleja otras
realidades de otros indigenismos con sus características geosociales, políticas
y culturales específicas pero que finalmente encuentran vasos comunicantes
con los indigenas mexicanos que puede dar la pauta para identificarnos y
diferenciarnos. Sobre este tema se estoy realizando la revisión de literatura y
que más adelante será plasmado y analizado desde la perspectiva de la
identidad.
A partir de la reflexión de estos tres grandes temas de investigación se
planeta la forma en que podemos aproximarnos a las siguientes características:
el funcionamiento de las radios comunitarias indígenas como herramienta
prioritaria de comunicación en su comunidad, contribución a un beneficio
común dentro de su localidad al presentar y desarrollar temas como la defensa
de sus derechos colectivos, el uso de sus lenguas originales o la defensa de
�27
sus costumbres y tradiciones, no obstante se desconoce de manera particular
en cómo se construye la resignificacón de la identidad indígena en una
comunidad.
5. Pregunta de investigación.
Los elementos de esta investigación son los siguientes:
1. La comunidad maya
2. La identidad de esa comunidad
3. La radio comunitaria y la apropiación de tecnología como elementos de
mediación.
En base a estas premisas se plantea la siguiente pregunta de investigación:
¿De qué manera se resignifica la identidad de la comunidad maya a través de
los procesos de mediación de una herramienta tecnológica como la radio
comunitaria indígena?
6. Hipótesis de trabajo.
Las radios indígenas como medios de comunicación ayudan a
revalorizar la identidad de una comunidad a través de una comunicación no
con el otro, sino a través de ellos mismos, entre ellos mismos y desde la
realidad que les acontece como comunidad. El hecho de que un medio de
comunicación trasmita en una lengua indígena representa un símbolo de
valorización para la comunidad. La identidad es una forma de permanencia y
resistencia a la homogeneización de otra cultura y de otra realidad que no les
pertenece. A través de la palabra indígena, es decir, de la identidad propia se
�28
expanden los saberes y manifestaciones de los actores sociales involucrados.
El Estado, con el antecedente y la creación de las políticas indigenistas ha
incidido en esta relación entre radio y comunidad, trastocando los elementos
identitarios de las comunidades, ya que algunas veces funge como actor
dominante sobre una comunidad y otras veces sobre la radio misma.
La hipótesis se encuentra en un momento de transformaciones lógicas,
debido a que los propios elementos que van a ir organizando y constituyente la
investigación son cambiantes y otros elementos se podrán ir adhiriendo a lo
largo de la misma.
7. Metodología.
Se plantea trabajar con una metodología híbrida, en la que de manera
cuantitativa, se lleven a cabo encuestas entre la gente del pueblo para conocer
la opinión general sobre su emisora de radio. Y por otro lado se trabajará con
entrevistas semiestructuradas, de manera cualitativa, con personajes que
puedan ser relevantes para la comunidad.
La observación participante se tomará en cuenta para normar el criterio de la
investigación sobre los responsables de la emisora, que fungen como actores
sociales ya que pretenden elegir los rasgos culturales que los identifican
(Giménez, 2002).
7.1. Universo/muestra de estudio.
Según la Asociación Mundial de Radios Comunitarias AMARC-México (2015),
existen aproximadamente 200 emisoras comunitarias sin permiso, de las que
no hay un registro sistemático a través del cual se pueda saber cuántas de
�29
ellas son indígenas. Me encuentro elaborando de manera personal una base
de datos que en este momento se encuentra en proceso de preparación.
Se pretende trabajar con una radio comunitaria indígena cuyo nombre será
omitido por cuestiones éticas, ya que se encuentra en la comunidad maya del
mismo nombre ubicada en el estado de Quintana Roo.
7.2. Plan de obtención de información.
Se trabajará con encuestas, entrevistas semiestructuradas y observación
participante, bajo un método híbrido.
Debido a que la radio comunitaria incide en toda una comunidad y la
comunidad en su propia emisora, decidí trabajar con estas tres herramientas ya
que considero que para la obtención de los datos pertinentes es necesario
usarlas; de manera previa se realizarán pruebas de manera experimental para
asegurar el procesamiento de los datos.
7.3. Plan de procesamiento de información.
Para poder interpretar los tres elementos anteriormente descritos, como son la
encuesta, la entrevista y la observación participante, se deben analizar por
separado cada uno de estos elementos, de manera que al categorizarlos se
pueda definir el método que permita organizarlos y sistematizarlos.
Debido a la limitación de tiempo considero que un muestreo fiel no puede ser
llevado a cabo con márgenes de errores menores. Debido a que estoy
proponiendo una investigación híbrida, es pertinente darle mayor peso a la
investigación cualitativa, ya que considero que va a arrojar mejores elementos
para la investigación.
�30
8. Consideraciones éticas.
Para esta investigación los datos a usar sobre la radio comunitaria involucrada
se realizara de manera anónima ya que actualmente no cuentan con permiso
legal, es una forma de no exponerlos ante los posibles abusos por parte de las
autoridades; de la misma forma los nombres de los responsables serán
reemplazados. Toda acción futura que tenga que involucrar a la radio será en
diálogo con los responsables de la emisora y bajo su autorización.
9. Recursos.
En este momento de la investigación considero que los recursos necesarios
para llevarlo a cabo son prioritariamente de orden económico, seguidamente
de tiempo. Se cuenta con suficientes recursos humanos ya que se necesita de
un entrevistador, en este caso yo, y las diversas personas de la misma
comunidad.
10. El indigenismo en México. Cada uno de sus pueblos indígenas le da luz, brillo y voz a un México
multicultural que se hace presente en el pasado a lo largo de sus tradiciones,
rituales, cosmogonías, territorios y estructuras sociales; prácticas culturales
enraizadas desde la conformación y confirmación de dichos pueblos,
mostrados en el transcurso de la historia. La estrecha relación que mantienen
�31
con la naturaleza y el derecho de antigüedad sobre sus propias tierras, los
hace por convicción dueños de su espacio y amos de su destino, mismos que
han protegido y que les ha dado vida y sustento.
Ciertas prácticas de la sociedad occidental se han puesto en marcha a
través y a partir de modelos sociopolíticos regionales, han tomado como guía
las propuestas iniciales de los pueblos originarios como son: organización
social, cultural, proyectos educativos, artísticos, comunitarios, de economías
solidarias, soberanía alimentaria, incluso de medicina tradicional; (Landey,
2014) que dignifican y fomentan una labor comunal, incluyente y de respeto
irrestricto a su cultura.
El término indígena ha contenido siempre una carga cultural, social y
política; su significado según la Real Academia Española (RAE) es “Originario
del país de que se trata”, a diferencia del término indio que fue acuñado por los
españoles del siglo XVI para referirse a los individuos de los pueblos
originarios.
Para la historia de la ciencia el punto de partida de la polémica sobre el
indio americano, y por extensión del mexicano, se dio en el siglo XVIII con la
obra de Buffon. Este científico sostuvo en su célebre Historia Natural la tesis de
la inferioridad de la naturaleza, el clima y los habitantes de América. (…) Esta
teoría, apoyada en el enorme prestigio intelectual de Buffon, armonizaba bien
con la creencia de la superioridad de la civilización europea sobre cualquier
otra y, con mayor razón, sobre todo tipo de cultura primitiva, como era la de los
pueblos de América (Trabulse, 1996 :79).
Históricamente han existido un cúmulo de prejuicios que califican a los
indígenas, que los posiciona en función de sus diferencias; esa diferenciación
es la que funge como línea divisoria elemental que separa en dos a nuestra
sociedad. Según el Catálogo de las Lenguas Indígenas Nacionales, publicado
por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI, 2008: 38), México
cuenta con más de 62 grupos etnolingüísticos, con lenguas particulares que
forman parte de las tradiciones enraizadas a su cosmogonía, valores y saberes
ancestrales y que son aporte, reflejo y enriquecimiento del México mestizo.
Sobre el indio americano, el mismo Buffon hace esta sentencia:
“Solamente dejándolo en libertad finalmente él podrá, por efecto de la lucha de
�32
con la naturaleza, salir adelante y redimirse del estado de postración en el que
se encuentra”. Es la primera tesis liberacionista que aparece en la historia
respecto del indio americano, y tiene raíces evolucionistas y biológicas.
(Trabulse,1996)
Quien armó todas estas tesis en un vasto corpus histórico y científico
acerca de la degeneración de América fue el prusiano Cornelius de Pauw en
sus Investigaciones Filosóficas sobre los Americanos. (…) “Ya sea que haya
sido una combinación funesta de nuestros destinos o un escape necesario de
tantos crímenes y tantas faltas, es cierto que las conquista del Nuevo Mundo,
tan famosa como injusta, ha sido la más grande de las desgracias que la
humanidad ha experimentado” (Ibídem).
Pensadores como Francisco Javier Clavijero o José Antonio Alzate
refutaron estas tesis y las criticaron como “trabajos de gabinete” ya que Buffon
y otros, jamás habían pisado el Nuevo Mundo. La defensa más virulenta la
dieron en contra de la obra Historia de América, de William Robertson.
“En su obra Robertson había expuesto con argumentos científicos y
filosóficos que los indios americanos, en general, y mexicanos, en particular,
eran incapaces de formar ideas generales y abstractas. Sus detractores
afirmaron, como primer argumento contra dicha tesis, el hecho de que los
indios poseían leyes, instituciones y un código moral que revelaban que sí eran
capaces de formar ideas generales”. (Ibídem)
A partir del siglo XVI los pueblos indígenas se han visto obligados a
cambios profundos en sus modos de ser, en su existencia y sobrevivencia. Las
manifestaciones sociales, culturales de los pueblos originarios se desarrollaron
a través de una serie de acontecimientos que, si bien los han transformado,
muchas veces fueron dolorosos: luchas, resistencias, ideologías en pugna,
costumbres y modos de vivir, que fueron adaptándose para cimentar a la
Nueva España, forjando al mismo tiempo una ideología nacionalista
completamente inédita.
Con la Revolución Mexicana se inició una serie de demandas políticas,
económicas y sociales en las cuales se exigía que todos los mexicanos debían
contar con educación, salud, vivienda, tierra y trabajo que les proporcionara un
mínimo de bienestar a los individuos y por consiguiente, al país; ante este
�33
reclamo, el Estado desarrolló un discurso político que fue conocido como
nacionalismo revolucionario, el cual se tomó como ideal político y se fue
complementando con el indigenismo cada vez más visible. “Entendiendo el
indigenismo como una ideología y política social dirigida hacia los sectores que
para entonces aún no se habían integrado al proyecto nacional: los pueblos
indígenas” (C. Oehmichen, 1999). Una forma de integración fue la creación de
políticas indigenistas para apartar a los indígenas del analfabetismo,
socializarlos e integrarlos al desarrollo nacional.
Pero la integración les ha representado saqueo y destrucción como se
ha documentado en las Declaraciones de Managua, Quito y Xelajú y en las
Cumbres Indígenas convocadas por Rigoberta Menchú, en ocasión de lo que
se dio en llamar El V Centenario del Descubrimiento y/o Encuentro. Para
celebrar el Año Internacional de las Poblaciones Indígenas que se llevó a cabo
en Oaxtepec, Morelos en 1993. “La aplicación de políticas de “ajuste
estructural” y en general las políticas neoliberales que aplican los gobiernos
donde vivimos y que tienen enormes impactos negativos sobre la salud, el
empleo, la educación y las condiciones de vida de nuestros pueblos”. 7
10.1. El problema indígena.
Ha existido y aún prevalece la noción, sobre las comunidades indígenas, que
se relaciona con el rezago por situarse en localidades rurales lejanas, con difícil
acceso y con una educación deplorable, aspectos que condicionan al país
mismo a un estado de atraso. Las comunidades indígenas al no tener un “nivel
cultural”, educativo y productivo semejante al resto del país, están sujetas a
políticas especiales, enfocadas en elementos culturales, económicos y
educativos necesarios para la incorporación de las comunidades indígenas a la
vida del país. El problema indígena se trató de resolver a través de políticas
Declaración de Oaxtepec, segunda Cumbre Indígena que se celebró del 4 al 7
8 de octubre de 1993, en el Estado de Morelos.
�34
indigenistas proponiendo una transformación para su propio progreso y el
progreso de México (Caso, 1958).
La Constitución de 1824 consagró la igualdad para todos los mexicanos
a tal punto que José María Luis Mora propuso en el Congreso del Estado de
México que el término “indio” se eliminara del uso público e insistió en que, por
ley, los indios no deberían seguir existiendo (Reina, 1993)
El indigenismo, comprendido como una política social, se remite hacia la
consolidación del Estado Mexicano post-revolucionario; en un primer
acercamiento las políticas establecidas estaban orientadas a una
homogeneización a través de la alfabetización y la castellanización, es decir, la
impartición del idioma español de manera forzosa. Los indígenas
representaban un obstáculo para la unificación nacional. En segunda instancia
la política social indigenista se ubicó entre los años de 1934 a 1976, como
forma de socializar con los indios integrándolos al modelo económico como
mano de obra y para generar la sustitución de importaciones, después se pasó
al modelo del “indigenismo de participación”. Durante los ochentas el discurso
enfatizó el respeto de la diversidad cultural y al apoyo del desarrollo autónomo
y de autogestión de los pueblos indígenas, discurso que en la práctica se
enfocó a criterios económicos traducidos en la marginalidad y la pobreza (C.
Oehmichen, 1999: 57).
De 1989 a 1994, las acciones se orientaron a capacitar a la población
indígena para ajustarla a los requerimientos del mercado, otorgándoles pleno
dominio de sus tierras, ya sea para trabajarlas o asociarse con inversionistas
privados, para hipotecarlas o venderlas en el libre mercado. Por instrucciones
del presidente Lázaro Cárdenas se encomendó al profesor Luis Chaves Orozco
�35
organizar el Primer Congreso Indigenista Interamericano, celebrado en
Pátzcuaro Michoacán en 1940, logrando reunir a delegaciones de 18 países
del continente, cuyas políticas estaban enfocadas a “fortalecer su unidad
interna y consolidar sus estados nacionales bajo la perspectiva de incorporar a
los indios a sus naciones” (C. Oehmichen, 1999: 64).
A principios del siglo XX, el Estado Nación comenzó por reconocer a los
pueblos indígenas, a través de la creación de organizaciones como el Instituto
Nacional Indigenista (INI), filial del Instituto Indigenista Interamericano sujeto a
los acuerdos plasmados en el Primer Congreso Indigenista Interamericano. El
INI fue fundado en 1948 bajo el mando del presidente Miguel Alemán, y
actualmente es la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas (CDI).
Según el artículo “Los pueblos indígenas de México” (2004), en esta
misma época surgieron otras instituciones como: el Departamento de
Antropología de la Secretaría de Agricultura (1917); la creación del
Departamento de Educación y Cultura para la Raza Indígena (1921); la
conversión de las escuelas rurales en "Casas del Pueblo" (1923); la fundación
del primer internado indígena "Casa del Estudiante Indígena" en 1924,
convertido más tarde en el "Internado Nacional de Indios"; la creación del
Departamento de Escuelas Rurales de Incorporación Cultural Indígena (1925),
el Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas (1935-1° de diciembre de
1936) y, en la Secretaría de Educación, la creación del Departamento de
Educación Indígena (1937). Esta fue la oferta gubernamental de las
instituciones para el reconocimiento pluricultural de la nación.
�36
EL INI avaló durante 55 años su labor indigenista en casi todo el país, su
objetivo desde el principio se basó en la integración de las comunidades
indígenas con la sociedad mexicana. En palabras del Dr. Caso,(1958) primer
director del INI y que permaneció ahí hasta su muerte en1970: “El instituto, al
promover el desarrollo de las comunidades, no pretende conservarlas en el
estado de atraso económico y cultural en que se encuentran, sino transformar
su cultura para integrarlas a la vida económica, social y política del país,
asegurando en esta forma, la unidad de México”.
El INI adoptó el concepto de aculturación, desde una perspectiva
culturalista es utilizado como una categoría descriptiva de los procesos de
cambio cultural inducido. La operación de INI estuvo basada en “regiones
interculturales” ideadas por Aguirre Beltrán , a partir de 1951 se delimitó cierto 8
número de regiones para establecer en cada una de ellas un centro
coordinador, que promovería el desarrollo regional y romper con la dominación
y explotación de las poblaciones indígenas por parte de las “ciudades
señoriales” (C. Oehmichen, 1999: 70).
Los diversos enfoques con los que se ha estudiado al problema indígena
han sido variados, desde la teoría biológica cuya solución ha sido de carácter
igualitario y liberacionista, hasta el histórico-social que ha dado como resultado
una política de carácter proteccionista y paternalista. Estas soluciones han
fracasado, son artificiales “pues se parte de consideraciones científicas,
históricas y sociales, cuya premisa fundamental es la “exclusión”; es decir,
siempre consideran al indígena, sin importar su grado de aculturación, a
El Dr. Caso invito a colaborar a sobresalientes antropólogos mexicanos que dieron 8
gran impulso al desarrollo de la antropología mexicana que nació íntimamente vinculada al indigenismo. Gonzalo Aguirre Beltrán fue el máximo exponente de esta escuela.
�37
quinientos años del descubrimiento de América por los europeos, como ajenos
a la civilización occidental”(Trabulse, 1996).
A partir de 1979 se inicia el Sistema de Radiodifusoras Culturales
Indigenistas (SRCI), el cual busca contribuir al reconocimiento de la diversidad
de los pueblos indígenas, a través de la transmisión radiofónica de programas
en lenguas indígenas. El proyecto inició en la mitad de la época de los setenta
y ha sido bien aceptado por la comunidad indígena que escucha la
programación en español y en su lengua materna. En la página oficial de la
CDI se enfatizan como únicas en todo el país:
“Las emisoras del SRCI son las únicas, en todo el país, que transmiten
en 31 lenguas indígenas, en cumplimiento del derecho de los pueblos
indígenas a ser informados en su propio idioma. Durante este cuarto de siglo
las radios indigenistas han sido facilitadoras de procesos educativos, del uso
de las lenguas y de su fortalecimiento. Pero, sobre todo, se han convertido en
un puente de comunicación entre el mundo indígena y el no indígena”.
A casi cuatro décadas de la creación del SCRI, la relación entre el
gobierno y los pueblos indígenas, no ha podido desarrollar políticas que
asuman la libre determinación y la autonomía de los pueblos indígenas.
Durante el año de 1994 el indigenismo fue severamente cuestionado por el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la cuestión indígena en
México se polarizaba, el reclamo de los indígenas zapatistas hacia el Gobierno,
fue una manifestación en voz propia de los mismos indígenas exigiendo que se
reconozca a todos los mexicanos con derechos plenos, este hecho cambió la
visión que se tenía de las comunidades indígenas que pasaron de ser pasivas
a sujeto activo dentro de la sociedad mexicana.
�38
Mencionar el indigenismo es remitirnos a un conjunto de cualidades y
características sobre su ser originario en una comunidad determinada. El Dr.
Caso (1958: 11-12) clasifica cuatro elementos para lograr la definición de indio:
1. El biológico, consiste en precisar un conjunto preponderante de
características físicas no europeas.
2. El cultural, demostrar que un grupo utiliza objetos, técnicas, ideas y
creencias de origen indígena o de origen europeo pero adoptadas, de grado
o por fuerza entre los indígenas.
3. El criterio lingüístico, bueno para los grupos monolingües, pero inútil para
aquellos grupos que ya hablan el castellano.
4. El criterio psicológico, que consiste en demostrar que el individuo se siente
parte de una comunidad indígena.
Sin embargo existen situaciones en las que algunas personas no
cuentan con el elemento lingüístico, y no por ello se deja de considerar como
persona indígena; el elemento más importante es la autodefinición y el sentido
de pertenencia hacia su cultura de origen.
La siguiente definición de lo que significa ser indio es proporcionada por
el Dr. Alfonso Caso (1958).
“Es indio aquel que se siente pertenecer a una comunidad indígena, y es
una comunidad indígena aquella en que predominan elementos somáticos no
europeos, que habla preferentemente una lengua indígena, que posee en su
cultura material y espiritual elementos indígenas en fuerte proporción y que, por
último, tiene un sentido social de comunidad aislada dentro de las otras
comunidades que la rodean, que la hace distinguirse asimismo de los pueblos
de blancos y mestizos”.
�39
Eduardo Galeano en El libro de los abrazos (2013) redactó un pequeño
pasaje que hace referencia a los indígenas y cómo han sido marcados por las
personas no indígenas, extraigo una pequeña parte del escrito: “Que no hablan
idiomas, si no dialectos; que no hacen arte, sino artesanía; que no practican
cultura, sino folklore; que no son seres humanos, sino recursos humanos; que
no tienen cara, sino brazos, que no tienen nombre sino número”.
Carlos Monsiváis en Cultura y Derecho de los Pueblos Indígenas de
México (1996) hace mención de la existencia de indígenas entre los símbolos
nacionales:
“Cuauhtémoc, Xicoténcatl, Juárez, Altamirano, Juan Álvarez, Porfirio
Díaz, Zapata, Rufino Tamayo. Con todo, y sin ánimo de ofensa, hacen las
veces del Indio Genial, las excepciones que confirman la regla, las
personalidades a las cuales una sociedad, por más racista que sea, rinde
acatamiento. Lo más difícil en una sociedad racista es reconocer el papel
de los indígenas en la estructura nacional. Son fuentes de energía psicológica
y cultural de primera importancia y son, aunque se niegue, indispensables en
la vida económica”.
10.2. Neoindigenismo Mexicano.
En el año 2000 México pasó a una nueva administración de gobierno, después
de haber estado bajo la dirección del Partido Revolucionario Institucional (PRI)
por casi 72 años, fue parado por el Partido Acción Nacional (PAN) con el triunfo
�40
de Vicente Fox Quesada, administración que trajo consigo nuevas formas de
gobierno.
Korsbaek y Sámano (2007:) plantean que el gobierno del cambio con el
presidente Vicente Fox Quesada (2000-2006), modificó las siglas del INI
creyendo que el cambio del nombre significaría un cambio en la política, sin
embargo el Estado mexicano continúa con una política indigenista -
proteccionista y sin embargo violenta- ahora llamada “desarrollo de los pueblos
indígenas”, y que sólo se ve reflejado en las “buenas” intenciones sin lograr un
cambio sustancial en la política paternalista y asistencialista que ha
caracterizado al indigenismo del viejo Estado. La CDI es igual que la vieja INI,
como la llaman los indígenas, pues en esencia es una institución indigenista,
es decir, que ejerce el control de los pueblos a través de subsidios, olvido o
violencia, según sea el caso.
Como crítica a la postmodernidad, las etnias se mantienen, se defienden
ante la avalancha de las políticas globalizadoras; sobreviven en el territorio
nacional, en la nación dividida en varias naciones. Los grupos indios reclaman
a la nación la autonomía política, civil y religiosa. El movimiento zapatista ha
sido la sal en la herida de la evidencia de la crisis del modelo de desarrollo
nacional. Vivimos en Chiapas lo que Tomóchic significó para mostrar el
agotamiento del porfiriato en 1893. La diferencia notable es el uso de la
violencia y los muertos que, en la sierra de Chihuahua, fue el genocidio de la
dictadura. En Chiapas se ha impuesto la guerra de la información y en lugar de
tomar las barricadas se toman las primeras planas de los periódicos. La guerra
de la información ha sido el medio más efectivo para una lucha que defiende la
identidad ante la Nación y ante el mundo. Paradójicamente, el conflicto de
�41
Chiapas es la crítica a la globalización que nos lleva a la postmodernidad, pero
se utiliza su medio más eficaz: el internet (Benítez, Fernando et al.1996).
Después del fracaso del antiguo indigenismo, tratando de incorporar al
indio a la nación mexicana con políticas indigenistas débiles, se desarrolla un
nuevo modelo de indigenismo denominado neoindigenismo, instaurando una
nueva relación entre los indígenas y el Estado, aspirando dejar atrás la pobreza
económica y la marginación política y social del indio de México. En la
economía, erradicar la pobreza y superar el asistencialismo que ha
caracterizado al Estado mexicano y promover el desarrollo propio de los
indígenas; y en lo político, erradicar la marginación y el paternalismo de
Estado, permitiendo ser a los pueblos indígenas, con su propia identidad y sus
formas de gobierno y autonomía (Korsbaek y Sámano, 2007)
Según Hernández, Paz y Sierra, el neoindigenismo se entiende como el
conjunto de fundamentos teóricos y políticas de la administración 2000-2006 en
relación del estado con los pueblos indígenas (citado en Castells-Tallens,
2006). La posición de concebir a los pueblos indígenas como objetos de
asistencia social más que como sujetos de derecho, continua con políticas
incluidas a su vez por políticas globales dictadas por organismos
internacionales como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo o
la Organización Mundial del Trabajo, ejecutando programas para terminar con
la desigualdad, la pobreza y la injusticia en los pueblos indígenas, proyectos
que no han logrado cambios estructurales de fondo. Hernández, Paz y Sierra
atribuyen el nuevo planteamiento político reinterpretando los requisitos de
estas agencias y los usa para desarticular los poderes corporativos regionales,
aún fuertes en zonas rurales; y las políticas de estado convierten a la defensa
�42
del libre desarrollo de los pueblos indígenas en proyectos de desarrollo
económico que ya han sido remplazados en las últimas décadas. (citado en
Castells-Tallens, 2006).
10.3 La tradición oral indígena.
Una de las formas para tratar de erradicar la lengua indígena fue a través de la
castellanización, con el pretexto de ofrecer a los indios cultura y una mejor
calidad de vida, por el bien de la nación. Sin embargo la palabra aún está
presente en los labios de aproximadamente seis millones de personas que
hablan una lengua indígena (INEGI, 2010).
Miguel León Portilla, (1996) armoniza la palabra del pueblo de la
siguiente manera: “No es algo que se compre ni se venda”, dice el
Huehuehtlahtolli, que es un testimonio de la palabra antigua. La palabra es “luz
de antorcha que no se ahúma; ella ilumina el camino de quienes han de ser
dueños de su destino”.
La antigua palabra maya, como la de otros pueblos mesoamericanos es
acto: enuncian, ordenan y encaminan a la acción. Confieren significación a
cuanto realizan. Sus varios millones de descendientes en la península
yucateca, Chiapas, Belice, Guatemala y otros lugares comienzan a tener
acceso a ese legado que más que a nadie a ellos les pertenece. Mucho es lo
que podemos aprender de la antigua y la nueva palabra de los pueblos
indígenas. Se debaten temas cruciales relativos a la cultura, la lengua y los
derechos de estos pueblos, no sólo es conveniente sino necesario y urgente
escuchar su palabra (Benítez, et al, 1996).
�43
Hablar en su lengua materna es el elemento central de identidad y
comunidad de los pueblos indígenas. Visualizar la lengua sólo como un medio
de comunicación entre las comunidades es un modo simplista de juzgarlo; la
lengua es la forma en cómo se concibe el mundo por lo tanto su identidad. Los
pueblos indígenas a través de la oralidad han conservado la construcción de su
propio mundo, proyectan al manifiesto de sus rituales y la palabra cobra vida.
El patrimonio que portan los pueblos indígenas prevalece en sus formas
etnolingüísticas, México ocupa el 4º lugar a nivel latinoamericano con mayor
porcentaje de población indígena, superada por países como Perú, Guatemala
y Bolivia. (Comisión Económica para América Latina [CEPAL], 2014). La gran
diversidad de idiomas que existe pertenece a once familias lingüísticas
indoamericanas que son parte de 68 agrupaciones lingüísticas con 364
variantes, según el catálogo de Lenguas indígenas publicado por el Instituto
Nacional de Lenguas Indígenas (INALI, 2008), declarando en dicho catálogo
las lenguas como nacionales y oficiales en la regiones donde la población
indígena fuera mayoritaria. Por su parte el Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI) registró durante el censo del 2010 un total de 6’913, 362
personas mayores de tres años y más que hablan una lengua indígena y a 15.7
millones de personas que se consideran indígenas . 9
11. Referencias bibliográficas.
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