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Arzobispo Larraín Gandarillas 58, Providencia, Santiago, Chile OBSERVATORIO DE POLÍTICAS PÚBLICAS www.desarrolloyparticipacion.cl Mayo de 2011
SINDICALIZACIÓN, NEGOCIACIÓN Y HUELGA EN LOS
AÑOS DE LA TRANSICIÓN Rodolfo Fortunatti
A la memoria de María Rozas
Nunca el movimiento laboral ha conquistado un nivel más elevado de
desarrollo que durante los años de la reforma democrática de 1964 a
1973. Ni antes ni después existe parangón en las tres dimensiones
básicas y universales en que es posible medir su poder e influencia: la
sindicalización, la negociación colectiva y el ejercicio del derecho a
huelga.
Entre 1958 y 1973 más que se triplicó el número de trabajadores
sindicalizados. Mientras en el primer año la cantidad de afiliado
ascendía a 307.110, en 1973 ésta alcanzaba a 934.335 socios, que
representaban el 32,3 por ciento de la fuerza de trabajo. Pero,
simultáneamente, también aumentó la capacidad de negociación y de
presión de los trabajadores, de suerte tal que si entre 1952 y 1964
negociaban 203 mil trabajadores cada año, en el periodo 1964-1973
lo hicieron 319 mil.
INSTITU TO DESARROLLO
PARTICIPACION
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El promedio anual de huelgas se elevó de 265, en el periodo 1952-
1964, a 1.689, en el período 1964-1973. Asimismo, el número de
trabajadores comprometidos, superó con creces el de los trabajadores
en negociación1.
¿Cómo ha sido el comportamiento de estos indicadores en el curso de
la transición democrática que se inicia en 1990 y culmina en 2010?
1 SINDICALIZACIÓN
En los veinte años que van de 1990 a 2009, la sindicalización en
Chile no creció ni se mantuvo estable, sino que experimentó una
sensible caída. Descendió desde su más alto nivel, alcanzado durante
el gobierno de Patricio Aylwin ―cuando todavía persistían las
expectativas de movilización y organización del mundo social
despertadas durante la lucha contra la dictadura―, a su más bajo
valor, a fines de la década del 90, en presencia de la crisis asiática
que condicionó a los gobiernos de Eduardo Frei y Ricardo Lagos;
para estacionarse, finalmente, en el 11 por ciento de la fuerza de
trabajo ocupada del país (FIGURA 1). Nótese que los mejores años
para la sindicalización son los primeros cuatro, cuando primó una
negociación centralizada2 que tuvo por objeto afianzar la estrategia de
desarrollo, frenar la explosión de demandas y contener la
movilización social, a cambio de mejoras salariales y protecciones
laborales. En aquellos años es cuando se registran los mayores
aumentos salariales y también la más acelerada reducción de la
pobreza en el país.
1 Rodolfo Fortunatti, Visión sinóptica de los procesos de concertación social en Chile, PET, documento
de trabajo 68, Santiago, enero de 1990, página 40 y 41. 2 En abril de 1990 el movimiento sindical, organizado en la Central Unitaria de Trabajadores,
firmó junto a la Confederación de la Producción y el Comercio, un Acuerdo Marco que se renovó
durante los siguientes tres años, y que fijaba salarios mínimos y asignaciones familiares. Véase:
Volker Frank, Acuerdos y conflictos: ¿signos contradictorios de nuevas relaciones laborales en la
transición chilena a la democracia?, Estudios Sociológicos XXII, Indiana, Estados Unidos, 1994.
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Fuente: Rodolfo Fortunatti en base a información de la Dirección del Trabajo, División de Relaciones Laborales, División de Estudios.
En el primer año de la transición, cerca de 600 mil de los 4 y medio
millones de trabajadores ocupados, el 13,4%, está afiliado a algún
sindicato. En el último año, ya son más de 800 mil los sindicalizados,
los que cotejados con una población económicamente activa
empleada de 6 millones 700 mil trabajadores, sitúa el porcentaje de
afiliación en el 12,5 por ciento (TABLA 1). Los sectores que más
crecen son los de electricidad, gas y agua, y minería, donde las
empresas son más grandes y favorecen la sindicalización, en
contraposición con las empresas del sector comercio, en su mayoría
con menos de diez trabajadores, lo que inhibe la afiliación. Pero es la
reestructuración de la industria la que incide más fuertemente en la
caída de la sindicalización.
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FIGURA 1Trabajadores Afiliados a Sindicatos% de la Fuerza de Trabajo Ocupada
1990-2009%
Años
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TABLA 1
Sindicatos activos, trabajadores afiliados a sindicatos activos, Fuerza de Trabajo ocupada, y tasa de sindicalización
2000 - 2009
Año Sindicatos Activos
Trabajadores Afiliados
a Sindicatos Activos
Fuerza de Trabajo
Ocupada
% de sindicalizados
sobre la Fuerza de Trabajo Ocupada
1990 ** 606.812 4.525.530 13,4
1991 7.707 701.355 4.630.670 15,1
1992 8.323 724.065 4.877.430 14,8
1993 7.974 684.361 5.109.290 13,4
1994 7.891 661.966 5.122.760 12,9
1995 7.505 637.570 5.174.410 12,3
1996 * * 5.298.680 **
1997 7.446 617.761 5.380.190 11,5
1998 7.439 611.535 5.432.350 11,3
1999 7.057 579.996 5.404.480 10,7
2000 7.659 595.495 5.381.460 11,1
2001 7.410 599.610 5.479.390 10,9
2002 8.149 618.930 5.531.260 11,2
2003 8.967 669.507 5.675.130 11,8
2004 9.416 680.351 5.862.900 11,6
2005 9.148 676.368 5.904.999 11,5
2006 9.424 703.706 6.410.982 11,0
2007 9.365 724.606 6.567.241 11,0
2008 9.340 801.251 6.740.408 11,9
2009 9.776 837.055 6.710.990 12,5 * Cifras en revisión ** Sin información Fuente: Dirección del Trabajo, División de Relaciones Laborales, División de Estudios Elaboración: División de Estudios
Como determinantes de la baja tasa de sindicalización en Chile,
confluyen la falta de seguridad y estabilidad en el empleo, la
fragmentación de la empresa y la diferenciación entre trabajadores de
planta y externos, y las prácticas antisindicales que operan en la etapa
de formación del sindicato3. Este mal desempeño de la
sindicalización contrasta significativamente con las cifras que
muestran los demás países de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos, OCDE. Chile se ubica entre las economías
de más baja tasa de sindicalización, junto a Corea, Turquía, Francia y
Estados Unidos. Muy distante de los líderes del grupo: Suecia,
Finlandia, Dinamarca, Noruega y Bélgica, cuyas tasas de
sindicalización superan el 50 por ciento (TABLA 2).
Al observar la última década, vemos que Chile no se mueve del 13
por ciento de afiliación sindical. Aunque, en igual periodo, Suecia
3 Véase: Jorge Salinero, María Rozas y Andrés Tapia, Veinte años de afiliación sindical y negociación
colectiva en Chile: problemas y desafíos, Departamento de Estudios, Dirección del Trabajo, Santiago,
noviembre de 2006.
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muestra una caída de la sindicalización del 81 por ciento en 1999, al
68 por ciento en 2008, Finlandia, del 76 al 67 por ciento, y
Dinamarca, del 75 al 68 por ciento, entre ambos años (FIGURA 2). Sus
altas tasas se explican, entre otras razones, porque ahí los sindicatos
controlan el seguro de desempleo.
Entre las razones de la merma sufrida por la sindicalización, evidente
lo mismo en Europa que en América Latina, los especialistas
coinciden en señalar la mayor la competencia internacional a que ha
dado lugar la globalización, la reducción de las rentas a compartir
entre las empresas y los trabajadores, la descentralización y la
subcontratación del trabajo, la contracción del tamaño de las
empresas, el incremento de los profesionales y mujeres menos
propensos a sindicalizarse, y las prácticas antisindicales emprendidas
por las empresas y por los mismos sindicatos.4 Sin embargo,
desafiando los efectos de tales factores sobre el poder y la influencia
de los sindicatos, Bélgica ve crecer su tasa de afiliación del 51 al 52
por ciento, e Islandia, del 81 por ciento en 1999, al 86 por ciento en
2007.
4 Joseph Ramos, Trade unions in the “South” in the era of globalization; Cepal Review, april 2010, p.
110
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TABLA 2
Tasas de Sindicalización en países de la OCDE 1999 - 2008
País Año
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Francia 8,2 8,1 8 8,2 8 7,8 7,8 7,7 7,6 7,7
Turquía 10,6 9,9 10 9,5 8,9 8,3 7,8 7,2 6,6 5,8
Corea 11,7 11,4 11,5 10,8 10,8 10,3 9,9 10 10,6 10,3
Estados Unidos 13,4 12,8 12,8 12,6 12,4 12 12 11,5 11,6 11,9
Chile 13,4 13,5 13,3 13,6 14,4 14,3 13,2 13,3 13,6 13,6
España 16 16,7 15,9 16 15,8 15,5 15 14,6 14,2 14,3
México 17,1 16,9 17,2 17,2 18,3 18,9 17,4 .. .. ..
Hungría 24,5 21,7 20 17,4 17,9 16,9 17,5 17 16,9 16,8
Japón 22,2 21,5 20,9 20,3 19,7 19,3 18,8 18,3 18,3 18,2
Suiza 21 20,8 20,5 20,4 20,1 19,6 19,4 19 18,7 18,3
Polonia 26 24,2 22,5 23,5 23,7 19,7 18,3 16,8 15,2 15,6
Portugal 22,4 21,6 21,1 20,7 21,4 21,4 21,2 20,8 20,8 20,4
Holanda 24,6 22,9 21,9 21,7 21,2 21,3 21 20,4 19,3 18,9
Australia 25,2 24,7 24,4 23 22,8 22 22,1 20,1 18,5 18,6
Nueva Zelanda 21,6 22,3 22,2 22,3 21,2 20,9 21 21,4 21,5 20,8
Alemania 25,3 24,6 23,7 23,5 23 22,2 21,6 20,7 19,9 19,1
República Checa 32,8 29,5 25,5 21,7 22,3 22,3 21,5 21 20,5 20,2
República Eslovaca 34,2 32,3 29,1 27,4 26,1 23,6 22,8 20,6 18,8 16,8
Grecia 26,8 26,5 25,8 25,5 25,3 24,5 24,6 24,7 24,5 24
Canadá 28,1 28,3 28,4 28,4 28,5 27,8 27,7 27,4 27,3 27,1
Reino Unido 30,1 30,2 29,6 29,3 29,6 29,4 28,4 28,1 27,9 27,1
Italia 35,4 34,8 34,2 33,8 33,7 34,1 33,6 33,2 33,5 33,4
Austria 37,4 36,6 35,9 35,8 34,7 34,4 33,6 32,5 30,8 28,9
Irlanda 39 38,4 38,2 36,4 37,8 35,9 34,1 33,3 32,4 32,3
Luxemburgo 43,3 42,5 41,8 42,1 42,8 42,3 41,4 40,1 38,7 37,4
Bélgica 50,9 49,5 49,6 50,9 51,9 53,1 52,9 54,1 52,9 51,9
Noruega 54,8 54,4 53,9 54,5 55,1 55 54,9 54,9 53,7 53,3
Dinamarca 74,9 74,2 73,8 73,2 72,4 71,7 71,7 69,4 69,1 67,6
Finlandia 76,3 75 74,5 73,5 72,9 73,3 72,4 71,7 70,3 67,5
Suecia 80,6 79,1 78 78 78 78,1 76,5 75,1 70,8 68,3
Islandia 81,6 81,7 80,9 85 90,5 94,3 92,1 88,9 86,4 ..
Fuente: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE
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Fuente: Rodolfo Fortunatti en base a datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE.
2 NEGOCIACIÓN
Al tiempo que se ve reducida la tasa de sindicalización, también
disminuye el número de contratos, convenios y fallos que involucran
a trabajadores sindicalizados u organizados en grupos negociadores.
Como se aprecia en la línea de tendencia de la FIGURA 3, entre 1990 y
0 20 40 60 80 100
Turquía
Francia
Corea
Estados Unidos
Chile
España
Polonia
Hungria
República Eslovaca
Japón
Suiza
Australia
Holanda
Alemania
República Checa
Portugal
Nueva Zelanda
Greecia
Canadá
Reino Unido
Austria
Irlanda
Italia
Luxemburgo
Belgica
Noruega
Finlandia
Dinamarca
Suecia
1999 2008
FIGURA 2Tasa de Sindicalización en países de la OCDE
Países
%
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8
2009 desciende perceptiblemente el número de instrumentos
colectivos, declinación que se torna aún más notoria al comparar el
año 1993 ―último del gobierno de Patricio Aylwin―, cuando
alcanzan su cúspide con 3 mil convenios, y el año 2004 ―penúltimo
del gobierno de Ricardo Lagos―, cuando tocan fondo con mil 800
instrumentos. Cada año de la serie los trabajadores suscribieron en
promedio sobre 2 mil 400 convenios y contratos colectivos.
Fuente: Rodolfo Fortunatti en base a información de la Dirección del Trabajo, División de Relaciones Laborales, División de Estudios.
La mayor parte de estos instrumentos fueron acordados por los
sindicatos, organizaciones que, a lo largo de esos veinte años,
recuperaron sostenidamente su capacidad de interlocución en
comparación con los grupos negociadores. Así, mientras en 1990, un
poco más de la mitad de los contratos y convenios son suscritos por
sindicatos, en 2009, esta proporción ya casi cubre el 80 por ciento de
los pactos comprometidos (FIGURA 4).
0
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1.000
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2.000
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3.000
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Instrumentoscolectivos
Años
FIGURA 3Instrumentos Colectivos Convenidos
Total Sindicatos y Grupos Negociadores
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Fuente: Rodolfo Fortunatti en base a información de la Dirección del Trabajo, División de Relaciones Laborales, División de Estudios.
A lo largo de ambas décadas, un promedio anual de 200 mil
trabajadores son cubiertos por convenios y contratos colectivos, y
nuevamente en este parámetro se dibuja una leve pendiente que se
inicia en los primeros años de la transición y culmina en los últimos
de la secuencia. En 1990 alrededor de 184 mil trabajadores, asociados
a sindicatos y a grupos negociadores, suscribieron algún tipo de
instrumento colectivo. Pero, si bien en 2009, esta cifra se elevó a 227
mil trabajadores, no existe en los veinte años considerados un punto
más alto que el marcado por los 255 mil trabajadores de 1993, y cuyo
80 por ciento estaba afiliado a sindicatos (TABLA 3).
Los trabajadores cubiertos por contratos y convenios colectivos
representan menos de un tercio de los trabajadores sindicalizados y,
en consecuencia, una ínfima proporción de la fuerza de trabajo
ocupada (3,4% en 2009). Figura 5.
0%
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sindicatos grupos negociadores
FIGURA 4Instrumentos Colectivos Convenidos
% por Sindicatos y Grupos Negociadores%
Instrumentos
colectivos
Años
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TABLA 3
Año
Instrumentos colectivos convenidos* y trabajadores involucrados
Convenidos por
Sindicatos
Trabajadores de sindicatos
involucrados
Convenidos por Grupos
negociadores
Trabajadores de grupos negociadores involucrados
Total De
instrumentos
Total De
Trabajadores involucrados
1990 1.229 138.737 1.170 45.819 2.399 184.556
1991 1.598 199.781 1.212 52.604 2.810 252.385
1992 1.711 178.014 1.068 48.431 2.779 226.445
1993 1.810 205.762 1.228 49.464 3.038 255.226
1994 1.635 179.736 1.066 47.023 2.701 226.759
1995 1.667 161.202 1.095 48.887 2.762 210.089
1996 1.557 172.707 993 52.952 2.550 225.659
1997 1.635 146.604 1.039 45.652 2.674 192.256
1998 1.396 151.062 792 55.168 2.188 206.230
1999 1.375 118.069 946 43.765 2.321 161.834
2000 1.296 123.675 801 59.117 2.097 182.792
2001 1.285 104.561 1.000 55.636 2.285 160.197
2002 1.455 145.361 425 30.529 1.880 175.890
2003 1.443 116.173 487 21.812 1.930 137.985
2004 1.442 138.602 396 26.610 1.838 165.212
2005 1.595 137.450 614 40.775 2.209 178.225
2006 1.680 161.877 485 35.394 2.165 197.271
2007 1.938 189.081 618 43.586 2.556 232.667
2008 1.967 219.636 605 33.682 2.572 253.318
2009 1.822 197.412 557 29.870 2.379 227.282
*Incluye contratos, convenios y fallos judiciales Fuente: Dirección del Trabajo, División de Relaciones Laborales, División de Estudios Elaboración: División de Estudios
Fuente: Rodolfo Fortunatti en base a información de la Dirección del Trabajo, División de Relaciones Laborales, División de Estudios.
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FIGURA 5
trabajadores cubiertos por convenio trabajadores sindicalizados
años
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11
3 HUELGA
Entre 1990 y 2009, se verificó un promedio de 154 huelgas legales
que, asimismo, comprometieron aproximadamente a unos 20 mil
trabajadores cada año. El momento que registra la mayor
participación de los trabajadores en los conflictos, es el segundo año
del gobierno de Aylwin, 1991, con cerca de 46 mil huelguistas
involucrados. El más bajo lo anota 2003, mitad del gobierno de
Lagos, con un poco más de 10 mil trabajadores movilizados (TABLA
4).
TABLA 4 Huelgas efectuadas y trabajadores involucrados
1990-2009
Año Huelgas legales efectuadas
Trabajadores involucrados
1990 176 25.010
1991 219 45.910
1992 247 26.962
1993 224 25.098
1994 196 16.209
1995 187 24.724
1996 183 25.776
1997 179 19.278
1998 121 12.608
1999 108 10.667
2000 125 13.227
2001 86 11.591
2002 117 14.662
2003 92 10.443
2004 125 13.013
2005 101 11.209
2006 134 15.602
2007 146 17.294
2008 159 17.473
2009 171 21.915 Fuente: Rodolfo Fortunatti en base a información de la Dirección del Trabajo, División de Relaciones Laborales, División de Estudios.
Como se puede ver en la FIGURA 6, la conflictividad laboral medida
en número de movimientos huelguísticos, disminuye paulatinamente
a lo largo de toda la década del 90. Y es en el periodo más depresivo
―el que se extiende de 1998 a 2005―, cuando el promedio de
trabajadores en huelga se sitúa en los 12 mil por año, después de
haberse empinado a más 30 mil durante el primer gobierno de la
transición. Esto significa que en este periodo crítico habrían
participado en alguna huelga legal, a lo menos 20 trabajadores por
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12
cada mil sindicalizados. Este comportamiento, en épocas de crisis, se
explica por una institucionalidad que permite al empleador
reemplazar transitoriamente a los trabajadores en huelga y, de este
modo, limitar sus expectativas salariales. Los sectores donde la
disminución del número de huelgas es más elocuente son servicios e
industria. A su vez, la mayor cantidad de trabajadores involucrados
en los movimientos pertenecen a la industria, servicios, minería y
transportes.
4 LOS AÑOS DE LA TRANSICIÓN
A lo largo de la última década del siglo XX y primera del XXI, la
organización sindical, la capacidad de negociación de los
trabajadores, y las herramientas de presión de los sindicatos sobre las
bien consolidadas relaciones laborales, han experimentado una
paulatina declinación. Esta tendencia contrasta con la exhibida por las
sociedades más desarrolladas y protegidas del mundo, especialmente
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FIGURA 6Trabajadores en Huelga
1990-2009
Número
Años
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13
con las europeas, pero también con la mayoría de las economías más
avanzadas con las que Chile comparte tratados de integración y
objetivos políticos comunes.
Las causas estructurales de este declive han de buscarse en la
estrategia de desarrollo seguida por el país. Una estrategia que ha
estimulado la preeminencia del mercado ―con sus caracteres de
competencia imperfecta― por sobre las regulaciones y protecciones
al trabajo propias de una institucionalidad democrática vigorosa,
como la vigente en Bélgica e Islandia, países con altas y crecientes
tasas de sindicalización, o incluso en Francia, donde la
sindicalización es baja, pero las protecciones derivadas de las
negociaciones se extienden a los trabajadores no afiliados.
Una estrategia de desarrollo cuyo núcleo ha sido penetrado por
creencias neoliberales que han podido incidir en el curso político e
institucional de la transición. Una de estas creencias sostiene hasta
hoy que la existencia de sindicatos fuertes entraña presiones
salariales excesivas, que obligan a las empresas a reducir personal,
generando con ello desempleo e informalidad. Otra de estas creencias
afirma que el fortalecimiento de los sindicatos y de su capacidad
negociadora, provocan fuertes desigualdades salariales. Pero la
experiencia ha demostrado precisamente lo contrario, es decir, que
sindicatos fuertes y con poder de negociación, no sólo no producen
desempleo e informalidad, sino que contribuyen a una mayor equidad
social. Ramos5 revela que en aquellos países de la OCDE donde la
sindicalización aumentó o disminuyó menos ―como en Finlandia,
Islandia, Bélgica y Suecia―, la desocupación fue menor. A su vez,
enseña que ahí donde la sindicalización y la cobertura de la
negociación fueron mayores ―particularmente en los países
nórdicos―, las desigualdades salariales fueron menores. Aún más,
observa que las desigualdades aumentaron allí donde las tasas de
sindicalización cayeron, como en Japón, Reino Unido y Estados
Unidos.
5 Joseph Ramos, Trade unions in the “South” in the era of globalization; Cepal Review, april 2010, p.
111.
I N S T I T U T O D E S A R R O L L O P A R T I C I P A C I Ó N
14
En Chile la pérdida de gravitación de los sindicatos ha corrido
paralela a la persistente concentración de la distribución del ingreso.
Los cambios que se han verificado a favor de la movilidad y la
equidad social, no han provenido de la acción negociadora de los
sindicatos, que ha sido marginal a las transformaciones sociales
acaecidas durante estas dos últimas décadas, como la generalizada
expansión de la educación, la disminución del número de personas
por hogar, la menor tasa de dependencia económica, la mayor
participación laboral femenina, el incremento de la capacidad de
consumo de los hogares, la expansión del crédito, la disminución de
los precios relativos de los bienes de consumo, el surgimiento de
grandes empresas orientadas a los productos masivos de bajo costo, y
la mayor capacidad de endeudamiento a través de tarjetas de crédito6.
Gracias a estos cambios, entre 1990 y 2006 la clase media casi se
duplicó hasta abarcar en la actualidad el 52 por ciento de los hogares.
Sin embargo, de cada diez hogares de clase media, a lo menos 7
pertenecen al estrato bajo, caracterizado por una precaria inserción
laboral, bajos ingresos, falta de contrato, y carencia de seguridad
social, derechos todos exigibles por los sindicatos7.
Con todo, la pérdida de poder e influencia de los sindicatos contrasta
con la alta valoración que los trabajadores tienen de ellos. En Chile 8
de cada diez trabajadores consideran que un sindicato es importante
para lograr un trato justo, hacer oír su voz en la empresa, mejorar sus
ingresos y asegurar un empleo estable. La misma proporción piensa
que es necesario fortalecer la capacidad de negociación de los
trabajadores. Asimismo, un alto porcentaje cree que la existencia de
sindicatos favorece la cooperación en la empresa y propende a la
productividad8.
6 Rolando Franco, Martín Hopenhayn y Arturo León, Crece y cambia la clase media en América Latina:
una puesta al día, Revista de la CEPAL 1 0 3, abril de 2011, página 7 y siguientes. 7 Rolando Franco, Martín Hopenhayn y Arturo León, Crece y cambia la clase media en América Latina:
una puesta al día, Revista de la CEPAL 103, abril de 2011, página 25. 8 Consejo Asesor Presidencial, Trabajo y Equidad, Encuesta “Trabajo y Equidad”, marzo de 2008:
http://www.ccc.cl/mailing_m/junio/presentacion.pdf