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Como Ecuador ha conocido un crecimiento económico
bastante grande en los últimos años, ya no figura en la
lista de los países más pobres y pertenece ahora a los
llamados países de renta media. Efectivamente, el pro-
ducto interno bruto per cápita ha subido, pero las ventajas
del desarrollo siguen siendo muy injustamente repartidas.
El 46% de los ingresos nacionales pertenece al 10% de la
población. La pobreza se encuentra sobre todo en la po-
blación indígena en el campo.
En los años 70 y 80 llegaron al Ecuador, así como al res-
to de Sudamérica, los primeros turistas norteamericanos
y europeos.
El sector se desarrolló principalmente gracias al capital
extranjero. En el mejor de los casos los ecuatorianos
podían ocupar un puesto mal pagado. En el mismo perio-
do aumentó la explotación vergonzosa y devastadora de
la Amazonia por las compañías petroleras y madereras.
Sin embargo, hay otras maneras de tratar a la Pachama-
ma (la madre tierra). Esta era la idea subyacente para
que a principios de los años 90 vieran la luz los primeros
proyectos de ecoturismo, muchas veces con el apoyo de
ONG europeas. Todos recibieron la idea con entusiasmo
y los ecolodges y ecotours crecieron como hongos de la
tierra ecuatoriana, hasta tal punto que el prefijo ‘eco’ se
convirtió para muchas agencias de viaje dentro y fuera de
Ecuador en primer lugar en un instrumento de marketing
para atraer a turistas. La Asociación Ecuatoriana de Eco-
turismo (ASEC) luchó durante años contra el abuso del
término y recibió en los últimos años cada vez más apoyo
del gobierno ecuatoriano.
En 1992 se celebraron en todo el continente ‘los 500
años del descubrimiento de América por Cristóbal Colón’,
hecho que en las comunidades indígenas se convirtió en
una conmemoración de ‘los 500 años de resistencia indí-
gena y popular’. En una gran marcha en Quito también
los indígenas ecuatorianos reclamaron más derechos.
Como respuesta a la creciente conciencia política de los
indígenas, el gobierno ecuatoriano poco a poco empezó a
financiar proyectos que tendrían que sacar a las comuni-
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Infraestructura de acogida en Junín, Valle de Intag © Runa Tupari
Tiburón Galápagos @ Niall Kennedy
dades rurales de la pobreza. Así es que muy pronto sur-
gió la idea del turismo como actividad económica con
potencial de desarrollo. En 2009 el presidente Rafael
Correa llamó el turismo “el futuro del país, una industria
sin chimeneas”.
Algunas comunidades indígenas no esperaron esto para
tomar iniciativas. Como reacción a la actitud arrogante y
voluntariosa de las grandes agencias de viajes, iniciaron
proyectos turísticos por cuenta propia con el apoyo finan-
ciero de ONG. RICANCIE (Red Indígena de Comunida-
des del Alto Napo para la Convivencia Intercultural y Eco-
turismo) es un ejemplo conocido. Desde 1993 estas co-
munidades quechuas construyeron paso a paso la infra-
estructura para recibir a turistas y hacerles conocer la
riqueza de la selva tropical y su cultura. En 2005 dieron la
bienvenida a su visitante número diez mil. De esta forma
doscientas familias obtuvieron ingresos suplementarios
además de sus actividades agrícolas y la organización
pudo generar suficientes medios para construir una es-
cuela y proteger una gran parte de selva.
En 2002 se unieron diferentes grupos en la Federación
Plurinacional de Turismo Comunitario del Ecuador
(FEPTCE) con el objetivo de defender y fortalecer el turis-
mo comunitario. Esto llevó en 2004 al reconocimiento
jurídico de este tipo de turismo, tanto por el Ministerio
ecuatoriano de Turismo como por la Organización Mun-
dial del Turismo, que elogió el papel pionero de Ecuador.
Tras negociaciones entre la FEPTCE y el gobierno ecua-
toriano se fijaron los criterios oficiales. A partir de enton-
ces los proyectos tienen que entregar una solicitud para
obtener el permiso de recibir visitantes. Se hacen contro-
les regulares de higiene y otros aspectos de la infraes-
tructura de acogida.
¿Qué hace que el turismo comunitario – llamado también
‘turismo indígena’ o ‘turismo autóctono’ – sea tan es-
pecífico? Para la revista francesa Ecotourisme Magazine
se trata en primer lugar de una forma de turismo en el
que las comunidades locales autogestionan la acogida de
los turistas. Así mantienen el control sobre las activida-
des turísticas que tienen lugar en su territorio y generan
ingresos.
La FEPTCE llama el turismo comunitario “una estrategia
para un desarrollo sostenible sin pérdida de su propia
identidad”. El punto de partida de la organización es de-
fender la vida de los pueblos.
El turismo comunitario constituye para ellos una actividad
económica digna, una combinación de turismo ecológico
y justo que contribuye a
• El fortalecimiento organizativo de las comunidades. Es
una actividad económica social y solidaria que requiere
mucho diálogo y cooperación. Hay que atender a la de-
manda de infraestructura (habitaciones con familias o
alojamiento en los pueblos), negociar sobre la repartición
de los ingresos, etc…
• La protección de los recursos naturales. El respeto por
la madre tierra (la pachamama) está muy arraigado en las
comunidades indígenas. Con un proyecto turístico se
vuelve aún más importante conservar la naturaleza en
vez de explotarla. De ahí que los miembros de la FEPT-
CE estén en la primera fila en la lucha contra las empre-
sas mineras o las compañías petroleras.
• El fortalecimiento de su identidad cultural. La música, la
danza, la gastronomía, la espiritualidad y las otras tradici-
ones culturales renacen en el intercambio con los turistas.
Es por eso que la FEPTCE habla del turismo como una
forma de descolonizar su manera de pensar, de hacer y
de ser.
A pesar del gran entusiasmo la FEPTCE reconoce que
los proyectos turísticos también pueden acabar mal, mu-
chas veces porque las comunidades se lanzan de estam-
pía en una aventura turística. Invierten mucho en la ca-
pacidad de acogida, pero no desconocen aspectos impor-
tantes como la promoción.
Es por eso que la federación inició una escuela de inter-
aprendizaje. En esta escuela los miembros de los diferen-
tes proyectos pueden aprender los unos de los otros. Se
titulan como promotores de turismo comunitario.
Javier Contreras es un ecuatoriano que trabaja en el sec-
tor del turismo sostenible en Francia. Estima que el nú-
mero de comunidades ecuatorianas activas en el turismo
comunitario es de 115. “Pero el nivel difiere mucho. Algu-
nos proyectos solo acaban de empezar, otros no acaban
de arrancar o funcionan mal. La razón es que muchas
veces se encuentran fuera de las rutas turísticas clásicas
o que no tienen buenos líderes. No es casualidad que las
verdaderas historias de éxito tienen una alta puntuación
en estos aspectos.”
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Isla Bartolomé, Galápagos © Derek Keats
También se pueden prever actividades deportivas © Runa Tupari
Hecho notable es que para Contreras en las historias de
éxito el impacto cultural es más grande que el impacto
económico. El turismo comunitario se sitúa dentro de la
‘resucitación’ del movimiento autóctono y contribuyó sin
duda a un renacimiento de la cultura indígena.
Julie Carpentier, una estudiante francesa de doctorado,
estudia algunos proyectos turísticos en la Amazonía y
constata que los líderes de los proyectos muchas veces
son pesonas de treinta o cuarenta años que estudiaron y
viajaron. “Para poder mostrar la cultura de su pueblo o
comunidad a los turistas, la generación joven tiene que ‘ir
a aprender’ con los mayores. Así, gracias a los proyectos
turísticos, las comunidades que sufren la amenaza de
desunirse (jóvenes que se van a la ciudad, que hablan
solamente español, …) vuelven a tener un ‘proyecto’ en
común que los une”.
Sin embargo, Contreras también ve desventajas en este
proceso. “De los turistas se espera que sean abiertos a la
cultura de los indígenas. Pero, ¿en qué medida los in-
dígenas se tienen que adaptar al turista, sobre todo a la
imagen que el turista tiene de ellos? Algunas comunida-
des exageran tanto en este sentido que vuelven a cambi-
ar sus platos de plástico por unos de cerámica. Lo que
muestran es sobre todo folklore. Pero la cultura no es
algo estático, es algo que evoluciona. Tienen que encon-
trar un equilibrio entre conservación y progreso, entre
folklore y respeto."
Julie Carpentier plantea otra cuestión muy importante. El
turismo comunitario muchas veces se presenta como un
modelo de desarrollo en manos de las comunidades mis-
mas, pero en la práctica esa independencia es muy relati-
va. Pues hay que encontrar los medios para invertir. An-
tes provenían de ONG, hoy en día también del gobierno.
A parte de esto el éxito de un proyecto depende de la
llegada de turistas, lo cual muchas veces significa depen-
dencia de las agencias de viajes y los operadores turísti-
cos. A causa de esta base económica precaria los proy-
ectos turísticos en la Amazonía también son patrocinados
por…compañías petroleras. Para ellos es una manera
muy útil de promocionar su presencia en la región. Aun-
que también hay otros ejemplos. La comunidad de Sa-
rayaku implementó su proyecto turístico completamente
bajo el signo de su fuerte lucha contra la contaminación
de la selva por la compañía francesa Agip y otras com-
pañías petroleras.
La cooperación belga al desarrollo está presente en
Ecuador desde 1977. En 2006 se firmó un programa de
cooperación a largo plazo, centrado en el desarrollo rural
(el Programa de Desarrollo Rural del Norte, PdRN). La
agencia belga de desarrollo (CTB) apoya, en estrecha
colaboración con las autoridades nacionales y provincia-
les, proyectos en el norte del país, de los cuales diez son
iniciativas de turismo comunitario. Concretamente se trata
de la financiación de infraestructura de acogida al inicio,
de la mejora de calidad de los servicios y actividades
ofrecidos o del fortalecimiento de las organizaciones loca-
les para cumplir con todos los procedimientos jurídicos.
Una de las organizaciones que reciben apoyo del PdRN
es Runa Tupari, líder del turismo comunitario en la provin-
cia de Imbabura. Desde 2001, la organización de la re-
gión turística Otavalo-Cotacachi ofrece a los visitantes la
oportunidad de hospedarse con familias locales. Esto no
sólo genera ingresos adicionales para las familias in-
dígenas sino que también revaloriza la riqueza natural y
cultural de la región. En 2012 se alojaron 1740 turistas
uno o varios días con una familia indígena.
Aparte de una estancia con una familia indígena, la
organización ofrece varias otras actividades: caminar
o hacer ciclismo de montaña, caminatas de varios
días en carpa subir volcanes, visitar el famoso mer-
cado artesanal de Otavalo, mirar cóndores y otras
aves, montar a caballo, ayudar a la familia anfitriona
con sus actividades diarias, participar en talleres e
iniciaciones en artesanía, visitar proyectos rurales de
comercio justo y agricultura orgánica, conocer la
espiritualidad y la cosmovisión de los indígenas, des-
cubrir plantas medicinales y el trabajo de chamanes
y participar en ritos y fiestas.
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A parte de recorridos y actividades Runa Tupari organi-
za también programas en los que los turistas extranje-
ros ‘colaboran’ durante un corto o largo periodo en una
escuela, en un proyecto de gestión de la naturaleza o
de agricultura. Los grupos pueden participar también en
una minga tradicional, unos días de trabajo colectivo
en los que participa toda la comunidad.
Algunas ONG ven en el turismo comunitario una palan-
ca para el desarrollo rural. 'Mouvement d’Actions à
Travers-Monde' (MATM) organiza en estrecha colabo-
ración con su socio UPOCAM viajes o estancias más
Notas
ASEC: www.ecoturismo.org.ec, www.amigosdelasaps.org RICANCIE: ricancie.nativeweb.org FEPTCE: www.feptce.org, www.facebook.com/feptce Ecotourisme Magazine: www.ecotourisme-magazine.com Entrevista con Javier Contreras: blog.via-sapiens.com/une-experience-de-tourisme-communautaire Julie Carpentier, Tourisme communautaire, conflits internes et développement local, publicado en Bulletin de l’Institut Français d’Études Andi-nes / 2011, 40 (2): 349-373; disponible para descarga en http://www.ifeanet.org/publicaciones/boletines/40(2)/349.pdf Proyectos CTB: www.btcctb.org/nl/news/turismo-comunitario-para-mejor-vivir Runa Tupari: www.runatupari.com MATM: www.matm-belgique.org UPOCAM: www.upocam.org/index.php/turismo-mainmenu-26
Turista y anfitriona trabajando juntas © Runa Tupari
largas en Ecuador. UPOCAM es la unión de organizacio-
nes campesinas en la provincia costera de Manabi.
Cada vez más organizaciones miembros examinan qué
estrategias turísticos pueden establecer y cuál es la mejor
manera de implementarlas.
Muchas familias ecuatorianas tienen la esperanza de
que el turismo comunitario les pueda ayudar a dar un
futuro al campo. Ojalá que en los próximos años
haya suficientes turistas que estén dispuestos a
seguir ese camino.
Las opiniones vertidas en esta publicación no necesariamente coinciden con las de la CTB o la Agencia Belga de Desarrollo.
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